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ANCEL RAMA ./
La pulsión internaciona!: las técnicas
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dosificaciones, por lo cual singularizan parcialidades. Algutras clc ellas clisciplinas intelectr-ralcs. Fuc una incidcncia básica y general que tocó a
son más capaces que otras para expresar los ptlntos rnás agudos de la todas las parcialidadcs dc lu ttucva narrativa y cltrc por lo tanto puede
nuevasituación,peroaunenesecasodeberánscrvistasdentrodel[un- verse como uno de los marcos tlofiniclorcs dcl mttvirnicltto y rto
.ioru-i"nt. general de una estructura extraordinariamente dinámica, simplemente como un rasgo de algunas de las cstótica,s cn quc sc sutr-
relacionadas dialécticamente con otras parcialidades' divide. En el horizonte de los narradores, las tócnicas aparccieron conro
Toda la estructura funciona entre dos polos opuestos
que desde los" una eventualidad de renovación y de mejor adecuación a los mcnsajcs
de América Latina han fijado su campo de fuerzas' los que han que pretendian trasmitir y, (desde la entrega alborozada a la utilización
origenes
ido* evolucionando según las circunstancias histÓricas: e[ interna- cautelosa) dispusimos de variadas respuestas a una misma pulsión, tan
cionalista, que registra las sucesivas pulsiones externas que se distinguen admirada como codiciada. Lo importante del nuevo elemento fue la
por variabilidad, ya autÓctonas,
su ya acriolladas de larga data' Son' amplitud de su acción que permite revisar en conjunto el movimiento a [a
y conYencionales de energlas búsqueda de su significación profunda, aunque habrá que verlo sobre
Ltur, ¿"trotninaciones modernizadas
todo en el sector que le concedió primacia, operando una auténtica
que han sido denominad
sacralización de las tócnicas. Concomitantemente, fue ese el aspecto que
que no cesamos de enco
llamó con más fuerza la atención del lector y sobre el cual rotó la
sularismo, civilización
definición del boom, tanto para quienes lo aceptaron como para quienes
catolicismo Y Positivismo' cosmo
variada, a veces finge un isóc¡ono ritmo pen- lo rechazaro¡. El modo extremado en que fueron absorbidas las técnicas
historia de tal dicotomla es
narrativas nuevas hizo que adquirieran un relieve estentóreo dentro de
dular,avecesentreveraSuSrasgos,yenelúltimosiglosigueundesarro-.
ai expansionismo planetario de las las obras literarias y que por €so tuvieran mayor impacto sobre los lec-
llo acelerado que
"oi..rpoti"
metrópolis cultuiales externas, lo que ha reforzado la acción del polo in- tores.
impacto sobre Nuestra América ha sido brusco en Un escritor que a fines del XIX, en la primera pulsión internacional
ternacionalista cuyo
partii de cuando se reestructuran los estados profunda, hizo su singularidad del manejo de un instrumental aprcndido
dos ocasiones: a 1870,
Llnidos se ha unificado bajo en la poesía francesa, hablo de Rubén Dario, muy pronto descubrió que
europeos, pocos años después que Estados
ese recurso que provocaba indignaciones, rechazos, vilipendios, era
la llnea éctnOmica del n-orte, y a partir de 1945, al iniciarsc la- larga justamente el que le abria las puertas de la popularidad porque tenia una
posguerraquehageneradounaredistribucióndelosimpcriosdeoc-
incidencia acentuada sobre el imaginario de las gentes comunes, constitu-
concediéndole la primacía a Estados Unidos'
"i¿át. yéndose en la vla merced a la cual un poeta de minorlas se transformaba
La pulsión externa adquiere mayor fuerza en cste segundo tnomento
en un poeta de mayorías. En el próloga a Cantos de vida y esperqnza qre
po, oü.u de la revolución técnológica que recmplaza en térnrinos incom-
-parablemente inclustrial que alimentó la
a la revolución publica en el apogeo de su fama, dice apaciblemente algo que no ha sido
superiores
suficientemente atendido: <<La forma es lo que primeramente toca a las
pulsiOn del prirner momento a fines del XIX' Para tlsar url cjemplo
del
el cf'ccto quc la invcnción muchedumbres>. Iniciaba entonces lo que él llamaria su período
.o-po infoimativo, no hay compa ación cntrc <sincerista>, donde sus recursos formales habrían de adquirir una ter-
dc agen-
de la linotipo, el tcndido de cables submarinos y la constitttción
tuvo sobre el periodismo latinoarncricano de I'irrcs cle sura y adecuación armoniosa mayores sin que por eso desaparecieran,
cia.s intcrnácionales
por la telcvisión, Ia trasrnisiÓn por satélitcs y la pero habian sido ellos los que en su manifestación rabiosa le abrieran, a
siglo y el conquistado
través de un clamoroso escándalo, las puertas del imaginario de las
¿ñecta de.evistas gráficas clcspuós cle 1945' La inciclencia itr-
"*punriór, rnuchcdumbres.
ternacional, que tiene su principal campo de acciÓn cn l¿t cconolttía' sc
y La atención por Ias tócnicas significó desde el comienzo, en la segun-
vio favorecidá por las conquistas de la revolución tccncllÓgica, trrnqtlc
da pulsión interndcional de este siglo, el interós por las obras vanguar-
tuvo diferentes grados de pcnetración cn las disliiltas t ítrcas
cttro- clistas europcas de cntre ambas gucrras, dondc aparecieron como la
latinoamcricanas, no dejó ninguna sin tocar, provocanclo in¡¡entcs
original cstructtrración dc urta tarnbién original cosmovisión. El conoci-
ciones,
global cn cl nlicnto dc ese nratcrial se inícia entrc los pocos cscritores que ttrattejaban
Tal potencia abarcadora tiene un equivalente igualmer.rte
tecnilicaciÓn lcnguas cxtranjeras (dc Oswald de Andrade a Viccnle Huidobro) y sc
campo liierario donde se constituyó .tt rrt .eq,t.timiento de
acrecienta cntre quicnes conviven a modo dc <lost gencration>
de üs letras, paraielo al que comenzÓ a cumplirsc en las rcstantes hispanoamericana el movimiento curopeo: Miguel Angcl Asturias, Alejo
32 LA TECNIFICACION NARRATIVA
ANCELRAMA 33
fantástica que
mostrenco que aunque tenfa padres reconocibles carecía de registro de:
L conjunto que
patente. j Alejo Carpent
No se trata de un comportamiento propio de fos latinoamericanos, 'a
en el clima de
sino que tiene largos antecedentes en el pensamiento europeo si los nuevos narradores surgidos hacia 1955, entre los que cuentan Rosario
atendemos a los razonamientos de Arnold Toynbee acerca del inicial I
Costellanos, Carlos Fuentes, Garcla Márquez, Cepeda Zamudio,
fracaso de la predicación jesuita en China cuando introdujeron el cañÓn :
Salvador Garmendia, Martinez Moreno, José Donoso, Adriano
asociado a la necesidad de un cambio religioso, en oposiciÓn al sistema ::
González Leon, Mario Benedetti, Mario Vargas Llosa, Augusto Roa
aplicado desde el XIX que se limita a la introducción del cañón y de los
Bastos, David viñas. sus obras iniciales justificaban ia conjunción de
festantes implementos técnicos desgajándolos de toda aparencial doc' 1.
vanguardias, e¡r mayor o menor grado, que no se percibían como
trina pero urpnAolos al se¡vicio de una reestructuraciÓn de la sociedad ,l: .
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su yez fue confirmada pOr la conducta de las poblaciones colonizadas
vanguardismo europeo que en América comienza a funcionar
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que aceptaron esta situacion de hecho y procuraron invertir su signo. En t
tardiamente. Simultáneamente existe una toma de conciencia de
1870 se presencia en el Uruguay una revolución rural que lue 'I
responsabilidades humanas y sociales' que se hereda del perlodo
denominada <<revolución de las lanzas>> porque en la misma fecha en que I
rosado del antifascismo de los treinta, pero sin la desbordada e in-
lOs cañOnes alemanes bombardeaban ParÍs seguia manejando un instru-
{
{
mento anterior a la conquista española; el gobierno le puso fin con la in-
troducción de los fusiles remington, los cuales ya iueron usados por los I
t l. Marcha, Ailo XXVI, No. 1217, 2a. secci6n, Montevideo, 7 de agosto de 1964-
sectores rurales en su próxima insurrección. 1
2. al-a gcneración hispanoatnericana de nte<.lio siglo; una generación creadora>>, Morcha,
En el prólogo que en 1964 escribi para una sumaria antologla de la l número citado, p. 2, en.sayo ahora recogido en Aurora Ocampo, comp., I'a crflica de la
t novela iberoanericano contemporónea, MtxiCo, Univcrsidad NaCional Autónoma dc Mé-
nueva literatura (narrativa y poesía de América Latina) que publiqué en i xico, 1971, pp. 11-2).
el semanario Marchq de Montevideo y que creo es el primer intento de l
,i.i rJ
t
34 LA TECNIFICACION NARRATIVA ANCiEL RAMA 35
genua confianza en los buenos sentimientos que también signó a ese expresaotente plantca cl problcma de la incorporaciÓn técnica, en tér-
movimie nto.' minos que definen la conccpciÓn que tcnla dcl punto, los ctrales han sido
homologados posteriormente por los dcmás tltlrra<lorcs de su gcncritciÓn
En los quince años transcurridos el experimentalismo ha seguido y por los integrantes de las siguientcs, con cl agrcgado dc c¡trc clr las
una evolución acelerada y ha contribuido a Ia escisiÓn del movimiento mismas fechas lo están poniendo en práctica los narradot'cs mayorcs
narrativo, sobre todo en aquellos casos que, dentro del linaje borgiano, (Asturias, Carpentier, Borges) que estaban en comunicaciÓn cstrecha con
acometieron la ruptura con la histOria y se prevalieron de una/apresurada las fuentes europ€as.
y algo simplis gia del estructuralismo para sus
ejercicios de c ha sido visto con escepticismo y
aun con sarca es que se encuentran en el inicio Un largo monodiáIogo con Etrropa
de la renovación técnica de la narrativa. Ya en l9?3 se dieron a conocer
Antes de examinar las propuestas de los escritores acerca de Ia téc-
nica es oportuno recordar que toda modificnciÓn de la sociedad se
traduce en una paralela modificación de los órdenes literarios que se
ajustan a una cosmovisiÓn ¡enovada que forzosarnente trgnsita por
mecanismos expresivos adecuados. Salvo en los regímenes autoritarios
que intponen cánones estéticos de la Unión Soviética- las muta-
con los -caso
Es muy curioso lo que sucede ahora escritores ,l
ciones estilísticas son lo propio de la historia de la cultura, siendo
latinoamericanos. El noventa por ciento de los que interesan son de habitualmente las que detectan anticipadamente los cambios €n curso
izquierda y hay que suponer que abogan por una mayor comunica- dentro de la sociedad. Por lo tanto, la congelaciÓn de cualquie¡ <<forma
ción entre esc¡itor y lector; sin embargo, con ese absurdo abuso de literaria>> resulta a la postre en un arcaismo o una mera manifestación
peligro de que hagan- una epigonal, pero además, en cualquier perlodo de la historia, conviven en
las técnicas están haciendo
literatura de incomunicación.
-o hay pugna diversas soluciones que testimonian las proposiciones contrarias
Por el camino de la exageraciÓn técnica se llega a una in. . que operan dentro de la sociedad, con mayor aspereza en el siglo actual
comunicación y pienso que el escritor debe fnndamentalmente merced a la futuridad incesante que propone el vanguardismo'
comunicarse con el resto de los hombres. De 1o contrario su obra De ahi que sea evidente que €n los centros urbanos desarrollados de
pierde el verdadero interés.r América Latina no se pueda escribir ya como lo hicieron Gallegos o
Azuela, y quizás ni siquiera como Asturias o CarPentier, sin que esta
Es posible que, si aun viviera, un crltico como Manuel Pedro comprobaciÓn reste nada a la excelencia de las obras de esos narradores
González, que ya arremetiera contra los tectricisnros de Pedro Púrqmo, pues ellas no son meras ilustraciones de estéticas pasadas' El arte no se
adujera que esos polvos trajeron estos lodos y atrte las crlticas de quienes mide por su ubicación en la cronologÍa. Pero en la instancia renovadora,
abrieron el camino rcnovador-evocara la historia del imprudente criado los escritores que pretendían expresar las nuevas circunstancias de la exis-
con la escoba mágica. Más aún si sc considera que en las inicialcs pro- tencia latinoamericana, encontraron en las técnicas europeas una ayuda
puestas a favor de una renovaciÓn técnica a fines de los años treinta, el eficaz y en los modelos regionalistas un enemigo a vencer' por lo cual se
mismo Onetti polemizaba con los comisarios de la izquierda que <.lefinieron contra estos y a favor de aquellas, viéndolas como neutrales
defendian el contenidismo social ignorando todos los restantes aspectos instrumentos de trabajo.
dc Ia escritura artística. Probablemente haya sido Onetti e[ primero que Sobre las <<curiosas imitaciones y los curiosos desencuentros entre
Ios escritorcs latinoamericanos quc se esfuerzan pot recoger la lecciÓn ex-
tranjera> me expresé con dctallc cn un largo ensayo de 1964 cuyos tér-
3,
Op. cll., p.21.
Fueron incluidos en et libro de Joaquin Neyra, Erneslo S¿Íbalo, Bucnos Aircs,
4. ¡ninos podria repetir porque creo quc hun sido confirmados en el periodo
Ministerio de Cultura y Educación, i973'
5. Opiniones recogidas por Jorge Ruffinelli, en Juan Carlos Onetti, Requiem paro
Faulkner y otros artículos, Montevideo, Arca-Calicanto, 1975, p. 199'
36 I,A'I'IJ( ;NI[ICAC]ION N AI{I(A'I'IVA ANCDL RAMA 37
transcurrido. o Partiendo de que laS técnicas ll() soll ncutrales, tti La lrción clc Unir actitUd acltrlta Por parte del noveliSta
irsu
me ntcnitlosi> dc los obras, latino¿rmcricano, raclicar'í¿r cn l¿t distinciÓn stltil cntre los valores
desglosables
oncn los escritores para propios, indepenclientes, clc las tÓcnica,s o sistcmas, comQ exlrrcsiÓn
sinJ que son los y pof cndc
áe determinadas situaci'nes histórico-culttlr¿tlcs
elaboiar esa uni arte, no dejaba sin ern-
ciÓn dc los clcmcutos
económico-soc
de esas técnica tuaciones pro¡rias, lo
que no quiere de una inserción del
escritor en un
:: ''¡I
38 LA T[,CNII?ICA.CION NARRATIVA AN(;EL RAMA 39
primer contraste entre cultura rutal y cultura urbalra: micntras Ia Lir lralaLrrrr ¡rlno bastu pilra mostrAl'ncls cl pino; Lt palabra ¡talrneru
primera se pertrecha en la herencia combinada de naturalisn.ro y rnodcr- [rasia par.zr clcfi.ir, rtrostlar', la ¡talrne'it. pero la palal>ra ceiba
nismo, la segunda maneja el ultraismo y cl futurismo, pcro ambas cn- de urr árbol ¿rrrrcricarrt¡ ul quc los tlctlr()s ctlll¡ttrtls Ilitllt¿tn
-nornbrc
<la madre de IOS árbOles))- no bastit ¡rala c¡trc llts gt'rttcs tlc tllt':ts
caran el mismo proyecto historizador representándolo en diversos
ral de esc ltrbol gigitrrtcsctr,
niveles. Esa unidad es la que facilitÓ el tránsito de Alejo Carpentier, en-
tre Ecué-Yqmba-O (1931)y El reino de esle mundo (1949), porque conti-
as cdadcs, sagratlo Por cl
nuando en el campo histórico se desplazó de lo que podriamos llamar la aralelas, ofrecen a[ viento
s para el hombre como in-
intrahistoria, como se definió en Macunaíma de Mario de Andrade o in-
cluso en Los siete iocos dostoiewskianos de Robert Arlt, a los aconteci- capaces de todo mecimiento'>r'¿
mientos históricos universales en los cuales habria cabido participación a
Latinoamerica, edificando su na¡rativa como un puente cultural entre Ante esta minusvalia de una cultura que es solo regional y no universal
América Latina y Europa gracias a la progresiva comunicacion in- como la europea en que se habla de pino o palmeta, el narrador debe
tegradora que acarreó la expansion europea. Aquí ya no son ex- acometer una tarea técnica esmerada para que el lector ajeno pueda
blusivamente los temas de la cultura milenaria europea como en Darlo, paipar, valorar y sopesar las cosas propias:
sino los hechos histÓricos que de ella procedieron pero que contaron con
una participación, generalmente involuntaria, por parte de América Esto solo n certera de varios ad-
Latina, los que maneja el narrador. Y lo curioso radica en que esta ins- jetivos, o, adjetivación de ciertos
talación, que aunque siendo histórica y refiriéndose a América Latina substantiv oceso metafÓrico' Si se
exige tener en cuenta la cultura europea de donde procede la pulsión, se anda con en este caso- el Pro-
traslada del campo temático al campo estilistico e incide sobre las opera-
ciones centrales que construyen técnicamente el texto, haciendo que tam-
bién Carpentier vuelva por los fueros del barroco.
En su ensayo <Problemática de la actual novela latinoamericana¡>o
Carpentier afirma que <el legítimo estilo del novelista latinoamericano
actual es el barroco>. Más curioso que la afirmaciÓn, solo cierta para un
scctor de la narrativa presente, no para toda, es la fundamentación, pues
ella deriva de que presupone un lector extranjero que no conoce los
elementos componentes de la realidad americana. La necesidad de incor- lo que era un pino nevado cuando aquel latinoamericano jamás
porar a europeos, norteamericanos y el mund<¡ todo como lectores de la habia visto un pino ni tenía noción de cÓmo era la nieve que lo
novela latinoamet'icana, evitando al mismo tiernpo el régimen de nevara. tt
<glosarios> con que concluian las novelas regionalistas, lleva a Carpen-
tier a proponcr una escritura barroca (aunque más bien quiere decir
p<;rmenorizada) que proporcione <la sensación del color, la densidad, el
peso, el tamaflo, la textura, el aspecto del objeto> desconocido por los
extranjeros. Quizás pocos textos ilustren mejor esa minoridad en que se
ha sentido el escritor latinoamericano respecto al modo desetrvuelto de
operar que ha tenido una cultura dominante como la europea, que se for-
mulaba para si misma soberanamente y abandonaba a los marginales del
mundo el trabajo de comprenderla con su propio esfuerzo. Los ejemplos
que utiliza son transparentes:
10. Op. c¡1., Montevidco, Arca, 1970 (2a edición ampliada), p 35'
9, Tientos y diferencias, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1964, ll, Op. cit. pp.36y 31 .
,. ::
40 LA TECNIFICACION NARRATIVA ANCEL RAMA
nacionalización de importantes empresas extranjeras (de los petróleos sistcnra cconórnico univcrserl, ut'tos producían los adelantos industriales y
mexicanos a ios ferrocarriles argentinos) y que abrió fuentes de trabajo también los opcrabatt, f)ar¿r dzrr [ucgo p¿rso a utta scguncta solrrciÓn en
más tecnificado contribuyendo a la emigraciÓn rural hacla las ciudades, quc Ias metrópoli.s producían lcts adclantos i¡tdustrialc.s y las zonas
se prolongó luego de la guerra por una década larga que ayudó a paliar la marginales los operaban al servicio cle sus maletias ¡rrinras. Conlo tliría
crisis subterránea que desde 1930 se habia instalado en América Latina y Onetti, la técnica venia de Europa, la materia pritna cra lltlcstt'¿t. Cttll cl
cuya emergencia en los sesenta dio sustento a la agitaciÓn social, Desde la agregado, que debe realzarse, de que el producto qlaborado asi sc
melancólica perspectiva actual, el período se define como el de las destinaba a[ consumo de ia sociedad regional exclusivamente, autrque
grandes ilusiones. aspirando a entrar en el circuito €xportador, al menos respecto a zonas
De hecho, Ia sustituciÓn de importaciones fue un primer paso, menos avanzadas en este proceso.
aprovechando Ia coyuntura internacional, en favor de la autonomía' El Es obvio que no pueden homologarse los campos económico y
deseo de ésta y la confianza en las propias fuerzas, oscurecieron la artistico, ni postularse que el primero rige genéticamente al segundo,
percepción de las limitaciones provenientes del marco dependiente en que pero ambos enfrentan similares situaciones, marcadas por la ambición de
actuaba el continente, el retraso de la economia latinoamericana y el ver- autonomía, tan notoria en la serie de articulos que Onetti escribiÓ en
tiginoso avance que los centros imperiaies cumplirian, a partir de niveles 1939 y 1940 bajo cl seudónimo Periquillo el Aguador y bajo el revelador
ya superiores, al desencadenarse la revolución tecnológica. Esta situó en titulo (La piedra en el charco>>'r y tan visible en las expectativas de los
otros niveles el desbalance, acrecentando, en vez de disminuir, el poder pollticos latinoamericanos del perlodo. Habia que lograr la eficacia y Ia
de la estructurada economía mundial. Todavla en los años treinta el pro- plenitud de la producción extranjera, independizándose de su
blema se situaba, para el Rlo de la Plata donde escribla Onetti, en el pro- dominación, y la coyuntura parecía favorable. Ayuda a reponer la visión
cesamiento in situ de las lanas vlrgenes que constituian uno de los impor- que entonces se tenia, una sintesis de estas fallidas esperanzas que
tantes rubros productivos del pais, creando una industria ligera para Stanley y Barbara Stein han hecho en su libro:
abastecer la poblaciÓn interna. IrÓnicamente parecia reproducir una
situación tan antigua como la de Espaf,a respecto a Inglaterra hacia De 1930 a 1945, la reducción temporal en la capacidad de im-
1700, fecha en qlo ya las lanas españolas se tcjian en Inglaterra, a la cual portar bienes de consumo acabados proporcionó u¡i mercado in-
se le comprabart iúego para las nccesiclades peninsulares y las de las colo- terior para las manufacturas nacionales; factores adicionales
nias. La sustitución se llevo a cabo combinando la compra de fábricas, fueron la protección arancelaria y el crecimiento demográfico. La
produci<Ias cn Inglatcrra o crr Bstados [Jnidos, con el establecimiento de reconstrucción europea de posguerra y las exigencias de la guerra
lcycs protcccionistas c¡trc clc hccho itnplicaban cl financiamiento de la in- de Corea dieron alas a la creencia de que no era insostenible esperar
clustrializacit'ln ¡ror lit socicclrd tocla. ljl carnbio parecía muy positivo y se que las ganacias del comercio intsrnacional proporcionarían fon-
conslituyó cn t¡na banclera clel pensanricnto liberal y progresista, aunque dos para financiar proyectos durante mucho tiempo retrasados de
el rrrargcn tlc lvitncc ¡rotrto ttr<¡stró sus llrnites y el desbalance anterior se desarrollo industrial y, mediante la mecanización, elevar la produc-
r't:nlili(> u otr rl ttivcl. tividad agricola. El receso de la influencia económica inglesa
l,ls ¿rleccionunle quc lal nroclilicaci(rn rcitcrara una que habla conoci- después de 1945 llevó a algunos a concluir que la larga Iucha contra
rlo rr f incs clcl X IX la nlisma árca rioplatcnsc, cuando simultáneamente se el <imperialismo del libre comercio>> y a favor de la soberania
¡lr cscrrcirr cl ilcsu¡ rollo clc ki irlclLrstria frigorifica de carnes y la expansiÓn económica pronto terminaría. ¿De qué otra forma podían inter-
tlt:l nr(rtlcnrisrno li[crario, rcspondiendo a esta primera gran pulsiÓn in- pretarse los resultados del nacionalismo econÓmico peronista y la
lcr¡rrciorraliz.aclor'a. Sus tór'tttinos registraban todavla menor autonomía expropiación por México de las compañlas petroleras extranjeras?
Irrlinoun'rcricarra, daclo que la industria frigorifica y el comercio Resumiendo, durante los primeros años de posguerra, las cam-
rcs¡rorrrliun casi exclusivamente a inversiones extranjeras, todo el equipo y nacionales indicaban que
biantes condiciones internacionales
túcnico proccdla ctcl cxterior y el conjunto estatuia el tipico <modelo Anrérica Latina, en un futuro previsible, alcanzatla un grado
opcla(ivo>> quc rcgia el desarrollo de las zonas marginales del planeta, el apreciable de autonomia económica creando a escala nacional una
cr.r¿rl sc crn¡ralentaba, en posicion dependiente, con el <modelo produc-
tivo> quc correspondía a los centros industriales, En las primeras
muestras de una co-participación que se haria cada vez mayor dentro del f4. Reuoidos actualmente cn eL rncncionatio llequient para Faulkncr y otros arlículot
.
45
I-A ]'ECNI IIICACION NARft.ATIVA ANGELRAMA
industria de bienes de capital, desarrollando y procesando recursos literaria sea auténtica. "
Iocales de combustibles, reduciendo la inversión extranjcra y
elevando las tasas locales de ahorro e inversiones, estimulando la Yargas Llosa ha manejado un pensalnicnto tcórico quc fre-
productivídad no cuentem¿nte utiliza antltesis marcadas, percibicndo la obra litcraria
sino también en como un tenso equilibrio conquistado sobre oposicioncs que el escritor
Tomados en bloq unce, casi forzándolas, casi venciendo su tendencia centrlpeta, al servicio
la autonomia eco de la creación. El funcionamiento contrastado de ambos elementos (ra-
periferia sobre el centro industrial. " cional e intuitivo) es bien n<.¡torio en su narrativa donde convive un
remozado realista con un artifice técnico extremado, autor de esas
No es éste el lugar de seguir las frustraciones de estas esperanzas y ((trampas)), como han sido designadas las de onetti, que trabajan estruc-
solo cabrla consultar la serie de publicaciones de la cornisión Económica turando la materia. A pesar del esfuerzo cgnvergente del autor, las fuer-
medir sus efectos sociales y sus limites en zas operantes conservan su autonomia en Ls ciudad y los perros o ert Lu
mla. El último documento en fecha es el in- casqierde, aunque logran una integraciÓn más feliz en Conversación en
Enrique Iglesias en la XVIII Reuníon de la la catedral.
Comisión, en abril de 1979 en Bolivia.
/6
Má.s expllcito aún ha sido Julio cortázzr. El represcnta plenamente
A nuestros efectos importa ver cómo ha continuado esta escisión en- la actitud vanguardista, según la cual el artista es permanente con-
concepción teórica de los narradores' quistador de ló desconocido, siempre abierto a Las búsquedas y a las
oducción de técnicas extranjeras ni se ,rrr"uu, incitaciones, siempre e n disponibilidad. En un texto de 1969 afir-
enciones en el mismo cauce Ias cuales ma la total internacionalización de las técnicas literarias que habrían
'
o sin embargo sigue percibiéndose la eonstituido una suerte de gran mercado común de las letras, al que
escisión, aunque Ia técnica ya no se adscribe a un centro externo concreto concurrirlan con el mismo derecho tanto europeos como americanos,
sino que se la ve come una modalidad det trabajo intelectual, propia del tanto asiáticos como africanos, manejando las mismas fuentes y los
derccho común internacional. En oposición, la materia conserva una mismos inventos, creando sobre ellos otros nueYos que pasarían a in-
suerte de privacidacl o interioridad que incluso pafece eludir los es- tegrar el acervo común, siendo por lo tanto influidos e influyendo a la
quemas clel conocimicnto racional pasibles de colectivizaria. vlz de conformidad con la fuerza y originalidad de sus libres aporta-
tJn novclista confesaclamente flaubertiano (y no es ocioso recordar clones.
que Flaubcrt itraugura cn la novcla contemporánea la atención por las Aunque Cortázar lo da como un hecho recientemente adquirido' el
t-écnicas lil.erarias) el pcruano Mario Vargas Llosa, apela a una de esas más leve recuento de las letras latinoamericanas muestra la permanente
dicotomlas a la que es afccto, aquí la que opone la racionalidad a la in- utilización de las novedades técnicas eufopeas, a las cuales un linaje de
tuici{rn, prrra cxplicar cómo se conjugan las dos lanzaderas que constru- artistas ha sido especalmente proclive desde los orígenes de nuestra
ycn su obra: cultura, manejándoias como un bien común, sin propietario reconocido,
lo que a vecesha llevado hasta el plagio. Lo que en el texto deCortázat
cl elcmcnto racional en reatidad sl desempeña un papel aparece como nuevo y recién adquirido es la conciencia de que ese mer-
pre¡ronclerante, poro solamente al nivel de la técnica, del estilo, de cado es realmente común, que en él participan en pie de igualdad los
la escritura, pcto ct1 cl dominio de la materia no. En el dominio de escritores de las antiguas tottut marginales que asf habrlan conquistado
l¿r uratcria hay trn clemento intuitivo que es el que debe predominar autonomia. El Darió que a fines del XIX decla, y en francés!, <d qui
cntcramcntc para que la obra literaria exista, para que la obra pourrait-je imiter pour étre original>> vivió muchos años en Paris sin ser
incorporado al mercado internacional (aunque sl al español en una
15. 'l'he Colonial fteritqge oJ Latin America, New York, Oxlord University Press, 1970.
Traducción e.spañola de Alejandro Licona, México, Siglo XXl, 1970.
t6. Repotl oI the Execulit)e Secretary lo the Eighteenlá Session of the Commission, La ll. Reportaje de Elena Poniatowska, <AI fin un escritor que le apasiona escribir, no lo
Paz, Bolivia, l8-26 April 1979. Publicacion mimeográfica de United Nalions Economic que se diga de sus libros>, en Antología minima de Mario Vargas L/oso, Buer,os Aires,
Commission for Latin American, p. 81. Ticnrpo Contemporáneo, l9ó9.
46 LA'TECNIFICACTON NARRAI'IVA ANGtrI, RAMA 47
primera conquista de los hisparrlu*.ri.ur,os) y sin que sus estirnables han llcvado adclantc los irnpcrios modcrnos y les ha asegurado la
aportaciones propias, sobre las fuentes técnicas francesas, revirtieran dorninació¡ planetaria. C<;nsistc en la clifusión dc invcnciones técnicas
nacidas en el seno de determinadas socicdadcs de conforrniclad c()n su
sobre el mercado de éstas. El Cortázar que a mediados del XX vive en
pcculiar evolución cultural y sus niveles cientifjco-indus(rialcs, la.s cu¿rles
Paris siente que está incorporado ya, lo que las traducciones a lenguas
son ofrecidas a las culturas marginales del sistenra bajo la forma de l'ac-
europeas le certifican, y que invenciones como la estructura de Royuelo
pueden operar sobre los narradores franceses o alemanes. Dice él: tores neutrales que son pasibles de absorción por cualquiera de ellas y les
asegura aparentemente la conquista de una meta del desarrollo similar al
ya no hay nada fortÍneo en las lécnicas literarias porque el empe- de la sociedad productora. Esas incorporaciones reyelan sus limitaciones
queñecimiento del planeta, las traducciones que siguen casi in- si se las relaciona con la línea del progreso tecnológico: son muchas ya las
mediatamente a las ediciones originales, el contacto entre los sociedades marginales que pueden producir viejos telares; son menos
pero abundantes las que pueden producir autos; son muchas menos las
escritores, eliminan cada vez más los compartimentos estancos en
que producen centrales termonucleares, menos aún las que constfuyen
que antaño se cumplian las diversas literaturas nacionales' Esto no
aviones supersónicos y poquisimas las que consrrüt€n satélites. La cien-
significa que una novela de un autor mexicano se parezca a una
cia y la tecnologia que necesitan de una infraestructura altamente desa-
novela de un autor francés, puesto que cada una nace de [a ex-
periencia particular, de una <<realidad>> propia ('..); pero los rrollada tienden a concentrarse, cosa que podría evadir la literatura por
su carácter artesanal que la religa a arcaicos modelos productivos, aun-
mecanismos formales que vehiculan estas experiencias han cesado
que por estar situada en la contemporaneidad no puede menos de ser
de ser privilegio de ciertas culturas; el campo experimental es uno
afectada por la circulación universal de las técnicas.
solo y sus resultados individuales se propagan con una velocidad
directamentc proporcional a su importancia y eficacia. " Lo que en estos y otros juicios sobre Ia universalidad técnica no
aparece mencionado, provocando cierta perplejidad, es de dónde han
Lo interesa¡te para nuestra reflexión es que en Cortázar sigue exis- salido esas técnicas literarias que desde Flaubert hasta los vanguardistas
europeos del XX, pasando por Mallarmé y los simbolistas, depararon un
tiendo la escisión elttre uno y ol-ro orden, uno de los cuales es interna'
rico conjunto de invenciones que fueron cronológicamente anteriores a
cional y otro regional, uno es común a todos los escritores del mundo y
otro solamente a los latinoamericanos, quienes alli alcanzan su las de los latinoamericanos que de ellas arrancaron para sus propias
aportaciones, instalándose en ese mercado común internacional. Es ob-
especificidad. Las técnicas derivan su universalidad de su extraordinaria
movilidad dentro de las condiciones intercomunicantes del mundo vio que tales invenciones han sido anteriores a las latinoamericanas, es
presente, para lo cual ni siquiera hay que esperar, como él indica, a las obvio también que fueron ellas las incitadoras, y lo único nuevo que ha
inmediatas traducciones, por cuanto el acrecido conocimiento de lenguas
sido aducido, dentro de un clima de exaltación que ha dejado poco
por parte de los narradores actuales les permite a los espacio a la prueba objetiva, es que las aportaciones hechas en décadas
extranjeras
recientes por los latinoamericanos son enteramente originales respecto a
hispanoamericanos, sobre todo cuando están instalados en importantes
plazas editoriales extranjeras (como es el caso concreto de Cortázar) el los modelos extranjeros y revierten sobre la literatura universal institu-
yendo modelos a seguir.
instantáneo conocimiento de las nuevas aportaciones técnicas que traen
desafíos a la literatura. Este cambio de situaciones se ha visto en el cam- 1
Como los europeos no contaton con la pre-existencia de esos
po de la crítica académica que ha debido sustituir su rastreo de fuentes
.1
modelos incitadores, es forzoso convenir que sacaron de sí mismos las in-
1
(algo más fácil antes por los desequilibrios temporales entre la produc- venciones técnicas, como ya prueba abundantemente el epistolario de
ción foránea y las adaptaciones hispanoamericanas) por los estudios
I Flaubert en el XIX. Si procuráramos una investigación genética
posiblemente no encontráramos otra posibilidad que inquerir en la que
comparativos. La circulación universal de las técnicas literarias es
Tynianov hubiera llamado la serie social (que por ende es económica e in-
meramente un caso particular en el muy restringido sector de la
literatura, de un comportamiento generalizado de la era industrial que dustrial) cuya evolución es estrictamente paralela a la de los enriqueci-
mientos técnicos del úttimo siglo, descubriéndonos por lo tanto que
habria sido en la experiencia de su propia realidad cambiante donde los
18. En Lileratura en [a revolución y revolución en la lileralurq, México, Sielo XXI, 1970, narradores encontraron las incitaciones que los condujeron a una cre-
que recoge la polémica entre Oscar Collazos, Julio Cortáear y Mario Vargas Llosa. ciente tecnificación de la literatura, de mo.do que en eltos la materia y la
48 I,A TECNIFICACION NARRATIVA ANCEL RAMA 49
19. [mrnanuel Wallerstein, The Modern World-System, Capitalisr Agriculture and lhe
()rigint of lhe European World Economy in lhe Sixleen(h Century, New York, Acadernic
nicas, sobre el cual se ejercen las influencias de las dos esferas secantes Prcss,1976.
LA TECNIFICACÍON NARRA'IIVA ANCJEI- I{AMA 5l
autonomia ilusoria, dispone de frágiles bases que lo exponen a in- dc.scnlaclo cl sincrctisr.no, cl aco¡tio libórrirno clc les más diversas y hasta
seguridades o a completas destrucciones y tiende a disgregar Ia evol¡ciÓn contradictorias inf'lucncias y su r¡ani¡ltrlación inrplovisada y subietiva.
armónica del cuerpo social, fraccionándola y alejando unos sectores de Es conveniente una cauta desconfiitrtza ¡rlra los rtlanificstos y ttll ox¿tlll0l)
otros. Pero sobre todo padece de una fatal crisis de identidad porque vive independiente de las obras que ellos amparan.
sobre contradicciones y opuestos, viéndose obligado el grupo dirigcnte a si lo normal es que las técnicas aparez.can como ['uncioncs y, ctt lt>s
rearticular todo el sistema cultural, local. Con ingentes dificultades, por casos de más acentuada visibilidad, como operadores, [a litcratura con
temporánea ha presenciado su lo cual puede
cuanto la mayoria social carece de bases reales sobre las cuales asentar
esas transformaciones y deriva a una extremada y enrarecida p.tiibitt. el matizsacralizado utilización en
20. La rclación de esta ((autonomla> con la cvicción polltica ha sido estudiada por Jean 2l . (iut:¡¡u ¡!t'l li<'nrpo. ln',t relttlos.v una novclu. (El ca¡nino dc Santiago, Viaje a la
Franco en un brillante enSayo, <Modernización, resistencia y revolución. La producción
scrrrilla, Scrrrcj¡rtfu n la nochc, Iil acoso), México, Contpaflia Cenel'al de Ediciones, 1958.
literaria de los aIIos sesenta> en Escritura, II, 3, Caracas, enero-junio 1977.
5l
l.A't l1( :Nll'l('A('l( lN NAI( ltA l'lVA AN(;|l,l(Atvl A
s',)
Iuictrlo li.crtit;0 tlt: llt:; t¡lrt¿ts. l'clo tlt'l lttisllt0 ttttltlo clttc' cOlnO ya apUn-
tAniOsi, ltr illll0cluct;i(rlr tlc ttrtlt tt:cttic¡t :ll)ílt('¡llL:lltotllc tlCtltral cn
las
cl ctlllticttzr) tlc t¡tt:l rcar'liCtllaCitln tle l¿r
r-Cgi<lncs nr.lrgiualcs tlcl ¡.¡lttrrclit C.s
Del mismo modo que, al nivel del estilo, para carpentier la escritura
nizadas. narra-
barroca seria la consecuencia del afán de internacionalizaciÓn del
ella seria el hallazgo del hom-
dor latinoamericano, al nivel de [a materia
bre universal que hay en todo latinoamericano' con lo cual la incor-
poración de loi mecanismos aparentemente neutrales de la técnica con-
y
revelando su verdadera naturaleza, a saber, universalizadora
rlan am- "loirtu y
homogenizadora, aunque dentro de una evolución gradual matizada
mación o en la superposició¡ intermedios' En ellos seguirían
que cónsentirÍa toda suerte de estados
bigua la percepción de los dat asos que
narradores, junto con su público. (de ahl la
muestra Los adíoses (1954) s e llega a iientificándose muchos
Llosa defensa de esa materia propia, interna, singularizadora) en tanto que
Para uns tumba sin nombre 1 se
de
registra un pasaje semejante, dentro de una atenciÓn siempre aguda
por otros asumirían plenamente las resultantes porveniristas de las reglas
y Con- juego adoptadas.
lailaboración técnica del discurso, pero que entre La cssa verde
tersación en [a catedral abandona recursos derivados de escamoteos o in- Pero tanto en esos primeros que asumen la situación intermedia del
formaciones erradas manejadas voluntariamente, para atender con una
pro".ro de universalización, como, paradÓjicamente, también -en los
atención sostenida el decurso de su historia. iegundos que son absorbidos por su futuro, se registran múltiples
,eJistencias- que actúan por debajo de sus confesas posiciones
doc-
dccimonónica.
Se trata de una doble posición respccto a la lnateria literaria que
puede extenderse a los ¡rroclos dc la lcctura. lis cl caso de la <tabla> de
iectura doble que Cortázar propone para Rayucla y quc yu ¿tllanclonará
caracterizados por su decidida investigación de las técnicas literarias, en- jctiva, casi fotográfica. Lo curioso cstá en qire por esa vía de un
contrando en todos la misma franca oposición al ((nouveau roman)):'r supuesto objctivismo tan sólo hatr llcgado a un casi com¡rleto sub-
jetivismo. Han hccho de la tócnica Io mlts irn¡rortante y cs ncccsitrio
De ahi, talvez, el menosprecio, el enojo, que siempre les provoca tener claro que la técnica es tan solo ull instrutnctlto dcl ct¡¿tl tlcbc
hablar del <<nouveau roman), ese (<silogismo de la decadencia hacerse el mejor uso, sin llegar a convertit'lo en el astt¡rto cctltr¿tl clc
europeaD (Sábato), <<lo único que Europa aún está en condiciones la creación."
de dar¡r (Vargas Llosa), <<la ridicula manipulación del idioma>
(Guimaraes Rosa), <<esa literatura que desampara al hombre, que lo Es ese término aún a pensar de su ambigüedad, el
-objetivismo-
que mueve la oposición y es lo que él trasunta de peligro parala libre ex-
traiciona>> (Roa Bastos). Esta posición crítica frente al <nouveau
romanD produce una impresiÓn extraña, sobre todo cuando se con- pansión de la subjetiüdad, io que parece desencadenar la emotiva
sidera que en Latinoamérica han surgido algunas obras que son resistencia de los narradores latinoamericanos. Coartarfa una de las
precisamente ejemplo esclarecedor de la búsqueda de <nuevas>> for- tendencias más visibles y raigales de Ia nueva narrativa: Ia hedónica
mas narrativas. '?/ eclosión de un subjetivismo que se posesiona del mundo, traduciéndolo
en términos fuertemente impregnados por la vivencia personal, y el con-
La encuesta de Lorenz podría extenderse, con los mismos tesultados, a comitante emocionalismo o sensuatismo que irriga los asuntos, persona-
casi todos los narradores contemporáneos. Algunos de ellos, como jes, situaciones, proporcionándolos al lector dentro de un erizado clima
Ernesto Sábato, han dedicado largos ensayos a refutar las proposiciones existencial. La influencia que algunos poetas de acento personalisimo
de Robbe Grillet'r en quien ha visto un camino peligroso para la han tenido sobre los jóvenes narradores que a partir de ellos han
literatura latinoamericana; otros, como Carlos Fuentes, han adscripto el elaborado linajes (es en Cuba la herencia deLezama Lima en Cabrera In-
((nouveau roman)) a una prolongaciÓn del realismo burgués y de sus pro- fante, Pablo Armando Fernández, Reinaldo Arenas y aun Severo Sar-
cedimientos, caracterlsticos de la etapa neocapitalista. Onetti ya en 1966 duy; en Chile Ia herencia de Pablo de Rokha en Carlos Droguett, cn
tomaba pie cn mis crlticas a la literatura uruguaya por su escaso afán ex- Alfonso Alcalde, en Enrique Lafourcade y aun en José Donoso) apunta
perirnentalista, a difcrcncia dc lo quc estaba ocurriendo en las artes a este reinado del subjetivismo lírico que ha absorbido a la narrativa,
visuales, para <dar una voz de alerta> contra <<la tozuda voluntad de plegándola a sus meandros expresivos. El hedonismo que rige ese (placer
complicar las cosas, de complicar la novela mediante fáciles recursos a del texto> que circula por Fuentes, por Cortázar, por Garcia Ponce, por
confusiones cronológicas, a innecesarios entreversos de diálogos y p€nsa- Donoso o que de un modo visceral y casi doloroso irrumpc en Revueltas,
mientos>>26y en una entrevista se oponía frontalmente a la escuela del en Vargas Llosa, en Viñas, en Sábato, o alimenta la <nueva ola> mexica-
<(nouveau roman)): na, de Sáinz y Agustln, revela una tendencia ampliamente cultivada por
la nueva narrativa latinoamericana y se extiende por encima de las diver-
No me interesan (los novelistas como Robbe-Grillet). Creo que sas generaciones, vinculándolas a todas. Ya estaba en los maestros in-
ellos trabajan la literatura como una disciplina de laboratorio y en I iciales: en el Asturias entregado a la sensualidad sonora de Ia lengua, en
un sentido totalmente intelectual tratando de hacer una novela ob- f el Carpentier entregado a la sensualidad concupiscente de los sabores del
1
mundo, en el Mar€chal que respira el gozo de una aprehensión de
realidad rec¡én descubierta y aún en el intelectual Borges que edifica
1
i
23. Cünter Lorenz, Dialoe mit Lsteinamenko, Tübingen und Basel. Horst Erdman construcciones a su capricho en que por fugaces instantes el universo
Verlag, 1970,
todo se pliega a su voluntad. Está hoy en la escritura ardiente de los más
1
24, Traducción española, Dirilogo con América Latíns, Valparalso, Ediciones Unive¡-
sitarias, 1972.
I jovenes, sc considcrcn hijos de Revueltas, de Arlt o de Cortázar o
25, En El escritor y sus fontasmas, Buenos Aires, Aguilar, 1963 y en Tres oproximaciones vuelvan por Ia lección de los poetas. El hallazgo quc mediado el periodo
a [a lilerqtura de nueslro liempo: Robbe-Gtillet, Borges, Sartre, Santiago, Editorial Univer- se hizo dc los tcnras cróticos francamente expuestos es simple aplicación
sitaria, 1968. Sobre el tema el trabajo de Ana María de Rodríguez, La creación corregida: de esta raigal tcnclcrtcia hedonista que arrasa con todos los diques y
estudio comparalivo de Ia obra de Ernesto Sáboto y Alain Robbe-Grillet, Caracas, Univer- i
I
LA TECNIFICACION NARRATTVA ANGEL RAIlIA 6t
60
tanto él como Lezama Lima, han operado el más alegre confr.rsioni.smo sus asuntos y de sus modos opcrativos. El reproche dirigido a la uás exi-
en el campo de los objetos culturales gracias a un libérrimo modo de tosa novela del movimiento, los Cien uñtt's da solcdad, y trits elln a otra
aplicar las analogías asociativas, lo que les ha permitido encontrar el capital cOmO ¿C caSA Verde, por e vidcnciar aI cals ln 1.¡ rc.spce lo ¿ llts tll icr t -
<aleph> en el sótano de la casa de un ridículo poeta provinciano o el taciones de la narrativa que en esa fecha estaria¡ lnarcad¿ts p6r lilrrtls
misterio de los <vasos griegos> en las prácticas culinarias cubanas. como cambio de piel de Fuentes o 62 modelo pord orntaf tlc (lortilz.l¡'
No está en discusión la in¡nensa lectura de ambos ni su inclinación (son ellos dos los jefes en vista de /a tendencia mode¡nizadola univcr-
por la erudición disfrutable, sino la particularidad de su uso de los salista), responde a una ingenua deificaciÓn del modelo técnico operativo
mecanismos europeos y su entreveramiento de los materiales, pues en cuyas insuficiencias no percibe y equivoca el punto de mira de la obra
uno y otro caso es su realidad concrela la que queda dibujada' No es una literaria. ro
exclusiva novedad. Vqlviendo algunos pasos atrás, a los años en que se
soldó el pacto colonial del cual vivimos hoy [a intensificación bajo la
cobertura tecnificada, puede recordarse el júbilo de <artifice> que em- Las ilusiones perdidas
briagó a Rubén Darío y en general a los modernistas. Los llevó a una
arriscada adaptación de la métrica francesa del XIX pero paradÓ- La década del setenta viene apareciendo cDmo la de las ilusiones per-
jicamente, más que ajustar nuestra poesia al régimen estrictamente didas, con una sucesión de fracasos políticos y econÓmicos que no
métrico a que había liegado la lirica francesa, procedieron a liberar Ia pareclan previsibles en la aurora esperanzada de los años treinta. Los
escamoteada rítmica de la lengua española. Y en el campo temático los tímites del modelo técnico operotivo se han puesto a las claras, cues-
condujo a poetizar la propia incongruencia colonial: pues lo que tenla tionando todo el proyecto de industrialización. En el citado libro, los
delante Darío no era el grácil efebo de la estatuaria de Giambologna, Stein hablan del <<actual atolladero de Ia industrializaciÓn en la mayor
sino un mlsero producto de la pacotilla industrial que a [a delicada mano parte de la región, una situaciÓn que algunos observadores han descrito
alz.ada del dios habfa agregado un artefacto induslrial para iluminar in- como 'el fin de la industrialización mediante la sustituciÓn de importa-
tcriores: ((con un candelabro prcndido en Ia diestra/ volaba el Mercurio ciones'))r'y aunque ha habido evaluaciones menos pesimistas y todavia
dc Juan dc Roloni¿r>. esperanzadas,rr la intervcnción de Raul Prebisch en el plenario de la
Sc lta ltcgaclo a justificur cl éxito de la novela latinoamericana en el Conferencia de la CEPAL en la Paz (abrill1979) tuvo algo de redoble
cxterior pol .su asccrrso a patroncs técnicos universales en el mismo funeral. El cuello de botella a que ha conducido, generando un más
luonlctr(o cn (lue se produciria un prcsunto decaimiento de [a novellstica amplio desequilibrio social con la implantación de pequeños núcleos de
dc otrts tcgiottcs curopcas, cn particular Francia, cuando quizás este sociedades consumidoras en el centro de vastas poblaciones retrasadas,
razorranricnlo c¡uc ha propucsto Vargas Llosa y ha aceptado Garcia Már- la imposibilidad de abastecer sus demandas, el encarecimiento de los pro-
<¡rrcz" ¡'rrrc<ln darse vuella y dccirsc quc ha triunfado gracias a que, a ductos terminados quc no pueden ser exportados competitivamente y el
¡rt:srrt' clc su nrr)tlerniz¿tción, sigue estando vinculada a operaciones tradi- progresivo trasiego a las multinacionales de las mismas fábricas
eiorurlcs, incluso ¿r contanlinaciones folklóricas, que todavfa puede operadoras de materias primas, han creado un estado de escepticismo,
tcs¡ronclcr a las apclcltcias dcl lcctor común que €n cambio no se satisface han robustecido los argumentos de los estructuralistas que proponen
crr los prr'¡rlrrclos v¿lnguar'distas de una narrativa de punta que se adecúa modificaciones ingenbes del orden económico-social y han establecido
¿rl nr/rs r[gido proccso clc l-ccnificación seguido por las sociedades desarro- una revisión generalizada de las vlas t¡ansitadas durante estos cuarenta
lhdas. Podrla cntonccs dccirse que el rclativo éxito de la
narrativa años.
latinoanrericana no cstá solo en su modernizaciÓn evidente, sino tam- La evidente y exitosa expansiÓn de la narrativa, que apareciÓ en el
biún, paradójicamcntc, cn el presuntivo arcaísmo de su cosmovisioi, de plano superior de la cultura como su mejor expresión, ha surgido como
rl
t'\ es en el mismo bienio que, capitaneada por
oños de soledad), se señalá la presencia de una
ri
ilI 9uc apunta a otro derrotero obviando la
¡srvü I desmecrrrr vrrrr¡rrrrdiqtr ¡nnnrre sin deier d Crabajardentrodelamoder-
desmesuravanguardistaaunquesindejard rrrh¡iar dentro rle Ia moder-
que nay olrus
edacl adUlta reconoce
a tenderse, trav p
FJt";il {--,':, :Tl:li i"lil:',",:',; ¿"J" I i ,,
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I
esta nueva situaciÓn:
:l;'"'il,i."J
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LA TECNIFICACION NARRAI'I VA ANCIIL RAMA 61
nización: David Viñas (Los hombres de a caballo), Carlos Martínez revivisccncia dcl popr.rlisrno quc ticne su lrrc.jol cxl)on(:nle cn la tetralogía
Moreno (Con las prímeras [uces), Vicente Leñero (El garabato), Carlos de terna indlgena dc Scorza, silvi(r a robusteccr csl¿l sucrlc rlc c:ault:losa
Droguett (El compadre), Héctor Rojas Herazo (En noviernbre llega el ar- rcvisión del estado de la narrativa latinr¡arr)cric:rnu.
zobispo), Salvador Garmendia (La mala vida), Adriano Gonzalez León :j
(País porttitil), Germán Garcia (Nanino), Manuel Puig (I,a traición de ,¡
Rita Hayworth). .,
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a¡
Dos vanguardias modernizadoras
Asistimos a un desdoblamiento en el mismo momento en que el .1
¡
,.J
vanguardismo cumple una drástica penetración de avanzada. Pero esta .,.1 En un ensayo escrito a comienzos de los setenta r/ llamé la atención
penetración desemboca en la refluencia a la literatura de élites que el sobre los perjuicios que para la recta apreciación de la cultura
:.i
boom habia superado, la reconstitución del laboratorio experimental que ...,, latinoamericana comportaba la simplificación del concepto de vanguar-
ya habia tenido su hogar décadas atrás. Es un resultado previsible, pero dia que venia manejando la crítica, la cual Io establecía exclusivamente
sirve para detectar en qué medida la modernización técnica que extrema en oposición a las corrientes tradicionales o regionalistas. Si así con-
'1
sus búsquedas encuentra como sostén un círculo estrecho de la sociedad . t7 seguía conferirle claridad y rotundidad fijan<lo una oposición tajante
consumidora, representado por el equipo de cuadros que acompañan el ':i
7
blanco/negro, pagaba estas ventajas con un empobrecimiento de la
proceso. La apertura que en esas fechas configuran los Cien años de visión del vanguardismo, cuya pluralidad de caminos era borrada,
'
soledad es estrictamente contemporánea de un estrechamiento del campo 'ri
.'.)
unificándolos todos bajo su común denominador: Modernizqción.
que de facto abandona las perspectivas del público ampliado en beneficio ..i
Señalaba entonces que, aunque comparten el mismo signo moder-
de un avance sobre la llnea tecnificadora, siendo ella la que comienza a ,,l niza<Ior, no pueden homologarse vías tan categóricamente diferentes
pareccr exhausta en el panorama latinoar.nericano. como las que siguieron dos estrictos coetáneos que fueron los iniciales
' Ma.s aún; quienes dotan al continentc de este rico abanico de bús- :) renovadores de la poesía posmodernista: Vicente Huidobro (1S93) y
qucdas, no continuan todos el mismo camino. Mientras algunos siguen 2
César Vallejo (1892): por lo cual propuse que aceptáramos el funciona-
lesoncrarneutc la nrisnr¿r vía, corno lo cjcmplifica mejor que nadie Carlos miento de dos vanguardias paralelas dentro de Hispanoamérica.
lrl
lftrcntcs, en la ¡rroclrrcción dc Curnpleaños (1969) a 'ferua noslra (1975), il Entendia que esta hipótesis nos permitiria una más precisa visualización
<rtr<rs sc rlcticncn. lll f'rt:no parccc quedar seiralado por 62 modelo para 'li
i de las diferencias existentes entre las áreas culturales latinoamericanas
tuttttur (l()(>B) a ¡rarlir tlr:l c:ual srrs ¿rutc¡r sc repliega sobre sus anteriores pero sobre todo patentizaria la existencia de dos diálogos culturales
sistcrnts cx¡rrc.sivos, ¡>rrblicarrdo varios libros en que los reelabora l simultáneos que se tramaban ent¡e términos distintos: uno, interno,
lrL:uc¡osiln)cnlc, yir clcn(r'o clc la órbita lantástica como en Ia 'de la religaba zonas desequilibradas de la cultura del continente buscando
litclalr¡nr cr f licu (/,i/,rrt¡ dc Manuel), razonando el fracaso de público alcanzar su modernización sin pérdida de los factores constitutivos tradi-
r¡rrc lrrv<r sr¡ rrovclrr crr un irrtcligcntc artlculo de UIlimo round dondeop- cionales, por lo cual procuraba enlazar términos tan dispares como
lirtriz:¡ solrrc l;rs vt:rrla.jls qrrc la investigación cumplida en dicha novela Trujitlo-Lima-el mundo, y otro, externo, establecía una comunicación
lcrrtlll¡r solrrc sus ¡lostcliolcs cleaciollcs. directa con los centros exteriores de donde manaban las pulsiones
lisc rt:¡llir:grrc cs lurrrbién pcrceptiblc en Mario Vargas Llosa. La transformadoras a partir de puntos latinoamericanos ya modernizados,
('t),tv(r.\tt(¡.itt att lu <:ulcdrel (1969) lo muestra cquilibrando certeramente lo que se traducia en el enlace Santiago de Chile-Paris-el mundo.
l;rs llurzrrrlcr:ts corrtl¿rstrtcl¿I¡j co¡r ias que habia compuesto sus novelas Ambos son diálogos auténticamente americanos, con un desarrollo
;urlcriorcs y, lrrcg,o tlc uua excursión crítica que le hace retornar a las varias veces secular y aunque sus operaciones pueden €mparentarse den-
lut:rrlcs l'larrlrcrti¡rnas, agrcga dos titulos Pqntaleón 1t las visiladoras tro de la clara opclón modernizadora que las rige, sus productos son
( l97l) y l,u l[u .lLtlin y el e.scribidor (1977) que señalan un claro distancia- distinguibles por los materiales diferentes y las circunstancias diferentes
n¡it:rrlo con los expcrimcnLos tócnicos y un perlodo de sedimentación de en que trabajan, por la cosrnovisión que reflejan, por la lengua que
sus ir¡lor'laciorres signado por la voz de alarma onettiana: comunicación. eligcn y los rccursos artísticos que ponen en funciotramiento. Pero desde
[,a inc<-rrporación o el desarrollo de na¡radores que vuelven sobre los
mecAnismos def realismo crítico, sobre todo en un tiempo de conmo-
cioncs politicas como las de los setenta, (Antonio Skármeta, Luis Rafael 74, En <Mczr-o sccol. di narr¡tiva latinoamcricana>, prólogo a liranco Mo¿¡ni (cclit ),
Sánchcz, Criselda Gambaro, Plinio Apuleyo Mendoza), asi como la Lalinr¡antt'ricono 75 Narrutori, Fircnzc, Vallccchi, I9?3,2 vo)s., tonro I, p¡r, 1 _72.
"tt
mulan sus programas. Entre ellos hay notorios vínculos y también cosmápolitismo ha tenido su defensor en Carlos Fuentes (1929) v el polo
flagrantes disc<¡rdancias, las cuales quedaron registradas no sólo en los transculturador es asllmido por Gabriel García Márquez (1928). Es
asuntos de sus obras sino conjuntanlellte en los rccursos técnicos con que evidente que esta clasificación, obcdeciendo a líneas cultulales tenden-
los sirvieron. Illlos lo sabfan, cosa quc en trada empatió la mutua ciales, interseca las más variadas posiciones politicas, religiosas o doc-
cstinración. I,a liuga y cstéril ¡rolémica quc han cumplido sus seguidores trinales de los autores en su vida pública, pero en cambio fija campos
coherentes de ias cosmovisiones de las obras concretas y permite inter-
¡rara oponerlos, podría rcsolversc con cl recottocimiento de la diversidad
y clc l:r ¿rutcnticiclad dc las dos vunguarclias modernizadoras que pretar las opciones técnicas y artisticas que ellas formulan de una manera
rutruvit:sun Ll ltislori¿r lrasla Ilucstr'o.s dias dctectando las plurales situa- conjunta y orgánica.
ciont's crrll rrralcs rlc l:rs lt'cas lutirtoaurcricartas. La llnea cosrriopolita responde a una expectiva intensamente
l4s:rs <los v:rrr¡irrrr<lilts sc cleterr¡linatl pot su ubicación respecto a los añorada por Rubén Dario cuando establece su diálogo con la cultura
europea (francesa) y avizoraba en el porveni¡ la eventualidad de que el
¡rolos rt'etolcs (llrc rlonlirtatr cl canrpo de fuerzas en una época
t:¡u'lrclcriz.:rtlrr ¡lor'<¡rrc ll tltorlcrttiz¿rción cs impulsada desde el exterior y centro urbanQ más desarrollado con que contaba América Latina
r:orrsii(rryc llr corrrlicióu no rcchazablc dc toda operación cultural. El ex- pudiera equipararse a los inte¡nacionales: (¡Buenos Aires!
It:nro lr¿r sitlo lfirnratlr> <cosmopolita>> rctomando la denominaciÓn que lCosmópolislr concluye exclamando en el prólogo de Prosas profsnas.
rrsrrrr¡i(r ¡r;rr';r sf l¿r soeicrl:rd i¡rtclcclt¡al europea de fines del XIX y que usó No contaba con ta fatalidad americana de esta percepciÓn que muy pron-
(:()rff() hiur(l(:r':rlit l'arnosl rcvista inglesa CosmópoIis; al interno he to se le haria visible desde su instalación en Europa, develándole [a ínsita
rr Exactamente
¡l cl'cr i<lo rlcrronliniu'lo <transcultr¡rador> porque aunque los dos condiciÓn latinoamericana de su proyecto cosmopolita.
rcs¡rtrrrrlcrr al onrnimoilo ¡rodcr rnodcrnizador de [a hora y en ambos ]a en la misma fecha en que aparece Azul.'., José Martí tazoÍa como un
lr¿rst: rlcl corrrpor-tanticnl-o cs la capacidad de adaptación, en este último <<dolor> la extraña situación del escritor latinoamericano que él ve,
t:lll sc curn¡rlc dcsde el nivcl clc las culturas profundamente enraizadas en certeramente, como un componente doble que puede regularse
l:r vitla histórica de contincnte tratando de conseguir el máximo de simultáneamente sobre dos ejes, uno externo y otro interlo, porque de
hecho participa de ambos. Del mismo modo que tiene una cabeza y un
¡rrcscrvirción dc sus valores en el proceso transformador. De las
dificultatlcs y aspcrczas de esta tarea la mejor ilustración es el grito de cuerpo, ctc igual modo actúa Sobre dos campos culturales desemejantes.
Arguedas, <Yo no soy un acultutado)), pronunciado por quien cumplió
trna auténtica, sutil y delicada tarea de transculturación y murió a causa dt
de los desgarramientos que causaba.
15. He cxaminadq cl tcnra cn cl prÓlogo ¿r Rutrén Darío, 1il tnundo /¿r.ss¡¡crÍos, San
Juan, F-ditorial [Jnivcrsitaria, l9?1.
]0 LATECNIFICACIONNARRATIVA ANCiF]I, RAMA 7I
Más que proceder a censuras, Marti testimonia una auténtjca congoja, equivalcncia corl trnfvocas posicioncs polfticas o sociitlc.s, cotro alguna
vista una discordante situación que en su tiempo se mostraba vez se ha aducido: cu cl cosmopolitis¡no han podido coirtcidir tanto los
como
mucho más contradictoria que actualmente y que colocaba desarrollistas partidarios del libre juego cle las nlttltinaciotlalcs ctllno
ar escritor en
una situación de impotencia para poder expandir plenamente sus grupos revolucionarios contestatarios que l-anltrión ptocttt rbatt ltr
capacidades. Es un texto admirabre que transparenta
el padecimiento del modernización violenta; en la transculturación han ¡rodiclo coirlciclir scc-
g-roli9 Martl pero que él trae a colación para definii ra situación de tores conservadores retardatarios con nacionalismos revolucionarios.
Heredia:
La evolución que ha seguido ese diagrama que representamos
gráficamente por los dos circulos secantes, ha sido la de una inten-
Porque es dolor de los cubanos y de todos los hispanoamericanos,
sificación constante en cada una de sus tres partes componentes, a lo
que aunque hereden por el estudio y aquilaten con su talento largo de etap4s de creciente desarrollo. Si ha sido cada vez mayor Ia
natural las esperanzas ideas del universo, como es muy otro el que
e pulsión externa y cada vez más altamente tecnificada, ha sido también
se mueve bajo sus pies que el que llevan en la cabeza,
ná denen am_ acelerado el progreso del clrculo interno que ha demostrado amplia
biente ni raices ni derecho propio para opinar sobre las cosas que plasticidad cultural. Pero lo más notorio ha sido la ampliación del sector
más les conmueven e interesan, y parecen ridiculos e intrusos medio en que se superponen ambos círculos, el cual ha crecido propor-
si, de
un paÍs rudimentario, pretenden entrarse con gran voz por ros cionalmente de modo más rápido. Es allí donde están mayoritariamente
asuntos de la humanidad, que son los del día eriaquellos pueblos las ciudades latinoamericanas, es alll donde están los centros in-
donde no están en ras primeras retras como nosotros, sino dustriales, es alli donde están los institutos educativos y los complejos
en toda
su animación y fuerza. Es como ir coronado de rayoí y aparatos administrativos y es alli donde está el público de los nuevos na-
carzado de
borcegules. Este es de veras un doror mo¡tal y un motivo rradores que ha asegurado el boom de ventas, aunque es indicial de sus
de tristeza
infinita.," tendencias básicas el éxito arrollador que ha prestado recientemente a las
obras de Garcia Márquez resp€cto al éxito solo estimable que ha con-
Martl no extrae más consicleraciones y .se limita a reconocer la cedido a las de Carlos Fuentes, pues ello apunta a cuales son sus pro-
clolorosa siluación. podrra rrabcr rccorociclo que csos
dos vastos mundos blemas mayores y a quienes afectan.
culturalcs uo son clrtcra'ente ajenos ciescre er rno¡nento que
coinciden en Esta ampliación del sector intermedio puede proporcionar una ima-
cletcrninudos incrividLr..s, p.r obra clc quicncs ras <<esperinzas gen engañosa. De hecho disimula que el desequilibrio originario cntre
e ideas del
rr.ivcrso>> sc haccn lcgf tirnarncrrt" o,r,".iaun", como
abundantemente ha ambos polos del campo de fuerza, lejos de atemperarse y disolverse, se
probado ln historia c.n la incorporción de los <corpus>r
doctrinares que ha venido ampliando con los años y eso constituye el nudo de todos los
acilrrearou ingcnfcs rnodificaciones dc las sociedaáes
del continente y conflictos latinoamericanqs. La distancia entre los puntos extremos de
tarnhié'con lu irc.rporació., en ere momento intensa, de las amtios círculos es mucho mayor actualmente, por [o cual las opciones
aporta-
r:i..cs dc ln cicrciu y ra f.écnica €uropeas y norteamericana que que venia haciendo la modernización litera¡ia en cualesquiera de sus
rlvoru-
t'i'rrurfu¡r l¿rs c,rrclicio'es tre vida. Los cscritores, y no
sólo ellos sino orientaciones y que básicamente tendian a equilibrar las partes dentro de
rrr¡l.id.s grur)oli intclcctualcs y profcsionales, se sitúin
en la intersección los márgenes que consentla el sector secante, han entrado en una tensión
rlc l.s tl.s ca.rp()s crrrturulcs q*c, ¿tu'que comportan vastas
extensiones extremada que pone en peligro el sistema mismo. Su efecto es impulsar
c:rrlcrarr¡cnre di.sfruilcs, tambión cuentan con
un espacio en que se super- hacia un lado u otro las tendencias vanguardistas para que se plieguen
r)()rrcrr. t)n iliagr:rnra ro representarfa como dos grandes círculos;i;",. más estrictarnente a las pulsiones discordantes de los polos o, lo que
rrtc'sccall, perrnitiénclclrcs a los hombres q'e ocupan puede sef más pernicioso, reemplazarlas por otras fuerzas: el
ese sector común ra
cl.blc o incli^arse al centro externo cumpliendo una moder- cosmopolitismo podrfa dejar paso a la presencia foránea directa; la
'¡roción:
ttizaciór¡ c.snroporita o inclinarse hacia el centro inteino cumpliendo una transculturación al rigorismo conservador tradicional. Todo el sistema
ttt.clcrn ización transculturadora. Movimientos,
ambos, q,r. oo i mplican ha adquirido una cualidad chirriante que no hace sino trasuntar las con-
tradicciones operativas. Por lo mismo, los escritorcs, e.sas plitcas
l(r. Artlculo publicado en E! Ec.on.omista Americano, New york, giratorias quc sc ajustan sobrc las partes dcl sistcm¿, cttcucntran mcnores
cn Nuestra América, Caracas, BibliotecaAyacucho, iulio de lggg, recogido márgenes dc maniobra y mayores dificultadcs para crrnrplir los proccsos
íill,p.zos. de transición.
.i
3'7 - I'ublicatlo cn 'lbntps Modernes [ParlsJ, No. 83, setiembre 1952, recogido en Hygidne
d^' l(llrer;. Litt¿ralure dégogée, Paris, Callimard, 1955.
3ll. A parlir dc csta fiasc, usada como eplgrafe, Michel Berveiller procedió a una
sistcnrá(ica investigación sobre Borges que condujo a su libro Le cosmopo[ilisme de Jorge
I.uis llorges, Paris, Didie¡, 1973. 40.SiIviaMolloy'I',otti.ffusiondelalilléruturehisponoomérituineenFrclnceouXXesié.
39. escritor argentino y la tradición> en Obras complelas, Buenos Aires, Emecé,
<<El r'l¿,, l)arls, Prcsscs [Jnivctsitaircs dc Irratrcc, [972'
1974, pp.267-74. Borges concluye asl su explicación: <(porque rne habia abandonado al 41. O¡'. cit., p.216.
sucño, pude lograr. al cabo de tantos años, Io que antes busqué en vano>. 42. <lfara urtit ¡roélicrl cn I o l'orrt:, ll, irrlio-scticnrbrc l9-54'
14 LA TECNIFICACION NARRATIVA ANC]EL I{¡\IVIA 75
habla sido restringido gradualmente por la ciencia, refloreció cn la c¡ue ejercitirn las rttislu¿rs ccrortlcrr¿rclus, ¡uolxtlrlcrtrcttlc con tlrr¿t <lescn-
literatura impulsado por el movimiento surrealista que en él vio lo propio voltura mayor que la quc tuvicrort itticillrttt:lttc los cit'rtr¡rltls t'illttlos,
de la creación artistica y está en la base de esa libertad intuicionista para pero a esta altUra de Str CvOluCiÓtr, cl cosrnOp<tlilisrrro y:r tttt ¡rrtt:tlt't'ttt't -
establecer relaciones y correspondencias que prescinde de prueba y fun- rrarse en la simple adscripción a las técnicas, cn ct¡rtlsiciótt ¿r lrt rn:tlcrirt
damentación y muy frecuentemente opera a partir de los datos que para una mayoría de narradores siguiÓ sictrdo privativu y lcgiortlrl,
primarios. Nada que facilite más el establecimiento de Ia red de vincula- porque su peculiar tendencia a Ia universalización de los valorcs of'rcciÓ
ciones del cosmopolitismo que esta libertad asociativa, pero si al mismo como una lógica consecuencia una instalaciÓn plena y adulta en u¡la
tiempo aceptamos qu€ se trata de una percepción en ia que cuenta el pun- temática universal, en una peripecia universal, en unos personajes
to focal de cual sc parte, debe tenerse en cuenta csta declaraciÓn del universales. La mencionada referencia de Carpentier sobre Ia <univer-
autor formulada agresivamente porque el tema, como allf dice, <me irri- salización de los personajes> latinoamericanos, abria el camino a mane-
ta y me exalta>¡: <Y Cortázar salió de su rincón e hizo una obra que cada jar personajes igualmente (universalizados)) pero procedentes de cual-
unL juzgará como quiera, pero que está basada, justamente, en el hecho quier punto del planeta, eventualidad que estaba impllcita en el pro-
de haber salido de su rincón, dc haberse ido a otro lado y desde allá hacer grama cosmopolita del <<modernismo> del siglo pasado (los cuentos
lo suyo.>" franceses de Darlo, la evocación de los paisajes franceses en De
En la tercera generación ha sido Carlos Fuentes quien ha argumen- sobremesa de José Asunción Silva, -El ernbruio de Sevilla de Carlos
tado sobre las ventajas del cosmopolitismo, vinculándolo expresamente Reyles) y que ahora adquiere una soberanía irrestricta en las invenciones
con las circunstancias de la hora cultural latinoamericano dentro de su de Borges, Permitirá relatos memorables como (El perseguidor>> de Cor-
percepción global de las modificaciones que vienen produciéndose en el tázar y buena parte de sus cuentos y novelas, implicará vastas reconstruc-
mundo. Su afiliación a la corriente se ha visto intcnsificada a mediados ciones históricas como el Bomarzo de Manuel Mujica l áinez, El arpa y
cle l<¡s años scscrita, cuando destruyc lo que había escrito de la trilogla la sombra dc Alejo Carpentier, la empinada construcciÓn de Terra nostra
iniciada con Lr¡.r bucnu.s conciencias y crlc¿rra la novcla quc llevará el de Carlos Fuentes, libros que en otras circunstancias y niveles repiten el
sirlhólico |itt¡lo Cantbio dc pic:l, basarncnto dc rtn nuevo ciclo de in- afán de Enrique Larreta en La gloriq de don Ramiro, y se exlenderá a los
vcsli¡r,tción rlc lirrrnas nat'rativas- lls tanrbién dc 1966 csta declaración: textos de Sarduy entre los jóvenes.
Si la asunción de las técnicas como instrumentos universales y
Yo r'rco t¡uc llr litcrulltr¿r nortcamclicarta es lo que es gracias a la neutrales constituyó el punto de partida, la evolución posterior dio
pcrspct livrr g:rrr:rcl:t llor los etnigrados, y la literatura prueba de la intima vinculación que ellas manifiestan con un perspeg-
lirti¡ro¿u¡rr:r ic:lrr¡r cr¡ ¿lcucr al larnbión. Pero sc sigue critican-
1o ser-á tivismo internacional. La utilización de los escenarios, personajes y
rlo lrl ll:u¡r:rrlo tosrtro¡rolilisrlo y sc siguc ejemplificando la critica temas de cualquier lugar del mundo, el manejo de una materia prima in-
t:orr l);tr'lr¡. Sc rros olvicla que t¿rmbién en el cosmopolitismo hay una ternacional, fue mera consecuencia lógica y legltima de la absorción de
lrs¡rirrrt'i(rrr urrry rrt¡estra, rnuy valedera, muy cierta, muy concreta, las técnicas foráneas. La legitimidad de esta libre incorporación de
rtu(: cs lir tlc rro dcbilitarnos cr.r el aislamiento, la de romper este materiales no deja sin embargo de llamar Ia atenciÓn sobre la fuerza de
irisllrrricuto (luc lr()s tlisrninuye y encontrar toda una serie de corres- atracción que cumple el polo externo en un periodo de creciente tensión
¡rorrttt:rrc:ils y rlc alirrrtacirlnes cn las relaciones abiertas de la del sistema literario, la cual no hace sino reproducir la Lensión del
t'rr[[rt¡;t. /r organismo socia[ latinoamericano.
Es una curva evolutiva que aun puede tener instancias más audaces y
l)clr'{rs rlc cstas trcs gcncraciones se encuentran jóvenes narradores arriscadas, por aplicación dc [a fterz.a atractiva que lo.s imperios cen-
trales ejercen sobre la.s zonas marginales, tanto en los campos
cconómicos como en los culturales. En los siglos pasados hubo varios
4.1- (itrstnvo Lrris C¿rrrcra, Nuevos viejos preguntos q Julio Corlózar, Caracas, Ediciones
dc li'r lfacultad dc Hunranidades y Educación, 1978. Ta¡nbién José Donoso ha considerado ejenrplos de incorporación ¡rlcna dc los c.scritorcs marginales a los cen
.su lrrslado, su <tlescmbotellamiento>r ha dícho, como clave de su nueva c¡eación fuera del
(ros metropolilanos pero en nttestra é¡roca ello se lt¿t acrcccniado: c[ nlc-
pais, scgírn explica cn su Hisloria personal del boom, tsarcclona, Anag"aña, 1972. jor cjcrnplo 1o proporciorla Vl¿rdinrir Nabokov qrtc srtstituyc su lctrgtta
44. Carlos Fuentes, <Situación del ssc¡ito¡ en América Latina>, diálogo con E. Rodríguez originaria, cl ruso, p<,rr cl inglés, cn las trovells clc stl pcríodo
Monegal, cn Mundo N¿¡evo, julio, 1966. norteantericano, (ransfQrnración profr.rtrda cle la qtlc htrsta ahora solo
ANGEL RAMA 71
76 LATECNIFICACION NARRATIVA
irrstrurnc¡rto prc.sto l)ara cl tránsito clc lcngttas, pcro la transposiciÓn
tenemos un ejemplo en la narrativa latinoamericana contemporánea, idiomática dcl cscritor, quc cs ttna clc stts cvcnltrrtlicllrclcs nrayorcs, no
representado por el narrador argentino Juan Rodolfo Wilcock que se in- desemboca en el internacionalis¡no sino clcntlo cle tltru ¡rrtvirrcia crrlltrl'ul
corporó a las letras italianas. de las muchas en que se subdivide el planeta, Por csa vía rto sc alcitltz¡t lit
La tendencia cosmopolita, que ha tenido en Buenos Aires, más que categorfa supranacional sino la desdeñada categorla tlaci<¡tral, salvtl t¡tttr
en la Argentina, uno de sus enclaves privilegiados, por obvias y cono- se sustituye una por otra. Aparte de las diferencias de sabores propios
cidas razones derivadas de la composición aluvional y muy reciente de que presentan, de sus tradiciones peculiares y de sus niveles de desarro-
su sociedad que se desarrolló en estrecho contacto con las fuentes llo, esas culturas también se distinguen por el diferente poder que ejercen
europeas, alcanzó en la obra de este excelente narrador de la generación sobre el resto del planeta, de ahl que la atracción se haya ejercido hacia
de herederos de Borges (Bioy Casares, Bianco, Cortázar) su punto las regiones centrales del planeta.
culminante. A través de ese puente transitó hacia su incorporación in- Es aqui donde adquiere su pleno significado la polémica que
tegral, no diria yo a una suerte de internacional de las letras, sino a otra sostuvieron Julio Cortázar y José Maria Arguedas, representantes claros
cultura de las plurales en que se divide el universo. Ha sido en las filas del de los dos polos que rigen los comportamientos artlsticos de la nueva
cosmopolitismo donde se hizo objeto de reparos y agravios a la lengua narrativa. Para deslindar su posición, Arguedas atudió a esa paradojal
española entablándole un verdadero juicio que difiere, por el grado de situación en que desemboca el cosmopoliiismo y que consiste en la insta-
intensidad, del que le incoaran los modernistas. Muchos de estos lación en una de las provincias culturales del mundo, ya sea la de otra
hubieran preferido escribir en francés (y torpes ejemplos nos han dejado) nación, como ocurrió en el caso de Wilcock, ya sea en la provincia de Io
pero tuvieron conciencia clara de que <mi esposa es de mi tierra>> y pro- <<supranacional> que no es menos cerrada por el hecho de que sus valores
cedieron a la renovación de la lengua, volviendo por las riquezas sean extraidos de múltiples fuentes y sean distintos a los nacionales:
acumuladas en su largo desarrollo, en espccial por las invcnciones del <<Todos somos provincianos, don Julio. Provincianos de las naciones y
período manierista a las que sumaron un número no demasiado elevado provincianos de lo supranacional, que es también una csfera, un cstrato
dc palabras y formas sintácticas galicadas. En este segundo proceso a la bien cerrado, el del <<valor en sl>> como usted con mucha felicidad
lengua quc ha siclo capitancado por Borges, el ideal lingüístico estuvo señala. >r
rr'
rcprcscntaclo por el inglós quc ya l-ra clejado su cuota de anglicismos en el Aunque ambos discrepen en la valoración de estos diversos órdenes,
cspaflol pero que sobtc todo se ejcrció cn la linea de una depuración, los dos coinciden en reconocer que tanto urlo como el otro son igualmen-
agilidacl y expresividad quc ya estaba prevista en la lengua culta y te válidos para sostener una producción artistica de alto nivel, con lo cual
clisci¡rlinada clc un grurr his¡ranista americano, Alfonso Reyes. Es este un el dilema no remite a la consecución de lo bello, que como es bien sabido
t:tt¡rlfulo cxtcr¡so y conrplejo cn que siguen resonando los argumentos puede alcanzarse plenamente dentro de los marcos de cualquier cultura
adelantados cn los años vcintc sobre los idiomas nacionales americanos, sea cual fuere su naturaleza y nivel, sino a los modos diferentes que
¡relo dontlc sc rnezclan junto a las profestas por las formas esclerosadas asume lo bello según las culturas en que nace y al radio público en que
clcl uso lil.crario dcl cspañol, visibles incapacidades para posesionarse puede ejercer su acción persuasiva. En el caso concreto que nos
lrr(ogruhnente dc la lcngua en lo que estas palabras implican: capacidad preocupa, remite a cuáles mecanismos técnicos asumen unos y otros
dc reelatroración e invención conslante de sus pautas, de acuerdo a los sistemas culturales, cuáles son y de dónde proceden.
inrugiuarios rcgionalcs. Carpentier, que pudiendo haber pasado al El polo transculturador del vanguardismo también acomete la
francés, optó por la conservación de la lengua, como la inmensa mayoria modernización, también se hace cargo de la herencia universal, también
dc los narradores, reconoció la existencia de esbozos de lenguas na. procura abastecerse en el almacén técnico externo, pero como debe
cionalcs quc sin embargo son capaces de intercomunióación continental, atender primariamente a la cultura tradicional sobreviviente o acan-
las cuales funcionan dentro de un evidente sistema hispánico. tonada en vcrdaderas regiones defensivas del continente, es a parlir de
Curiosamente, el abandono de la lengua natal, que siempre ha se¡- éstas y de sus singularidades que elabora los productos que son colocados
vido para cstablecer las fronteras dentro de las cuales se forja una
literatura especifica, permite avizorar al cosmopolitismo como el pro-
ducto de una determinada cultura, como un sueño supranacional alimen- 45- <lrrcvilirblc co¡rrcntario n unas idca-s dc Julio (lortázar> cn El C-on¡ercio, Lima, Idc
tado desde una restricta comarca nacional. Sin duda se le puede seguir .junio dc 1969.
soñando desde e[ seno de otra cultura y aun se le puede reconocer como
/ó L,\'I'ECNIFICACION NARRA'I'I VA AN(Ih,I- RAMA
en cl andarivel rnodernizador mediante operaciones transcultrrradolas-'o originalidadcs del vanguatdisuro frattsctrlttrrador quc l'ija la distancia en
Este trabajo fue condicionado por acciÓn que sc sitúa rcspecto a la narrativa tegiolral L:tly()s itstllllos sirt crtrbargo
o, dicho dL otro mod.o, por los ele n a los prolonga. También aqul clrcontra¡nos novcla tlo la ticrrlt y llutttritlczit y
escritores nacidos en elias. Mient ajaron personajes rurales y aun indios con sus iuvariablcs costtttnt:r'cs, ¡lct'o ltr
desde las más desarrolladas ciudades de América Latina que mantienen singular radica en que esos materiales no son incot'¡tclrados tnetanlc¡rtc
como asuntos que sirven a una demostraciÓn, sino percibidos a través dc
las estructuras cognosctivas que corresponden a la visión interna de esos
hombres. Se produce un desplazamiento de la simple órbita temática
fascinadora, pero vista desde fuera (en Gallegos , en Icaza, en el propio
Rivera), a la visión interior que se tiene de ella y que por lo tanto se asien-
ta en los mecanismos de la percepción de los objetos y del universo y no
en esos objetos y en ese universo. Es representativa de esta unicidad, la
reiterada afirmación del estrecho vínculo entre cécnicas y materia traba-
jada que aparece en ios narradores de la transculturación: desde la crÍtica
de Onetti a <los escritores que se limitan a utilizar nuevas técnicas sin que
estas respondan al contenido>>r'hasta la rotunda aseveración de Sábato
<Para rni la técnica debe resultar como qonsecuencia de la realidad que se
va indagando>>t', pasando por el modo en que Garcia Márquez remite las
indagaciones técnicas a su aplicabilidad al descubrimiento de la peculiar
realidad latinoameriana: <Yo creo que tenemos quc trabajar en in-
vestigaciones del lenguaje y de formas técnicas dcl relato a lin de quc
toda esta fantástica realidad latinoamericana forme parte de nucstros
libros y que [a literatura latinoamericana corresponda a la vida
latinoamericana donde suceden las cosas más extraordinarias todos los
ro
dias... >
Si una de las tendencias globales del vanguardismo consistió cn cl
abandono de la lengua escrita literaria trasladándola a los registros del
habla, operando simultáneamente la absorción de la historia por el
discurso personal, dicho o pensado, este común denominador se escinde
enr una via que lo sitúa en el nivel consciente del escritor ir'.corporando el
cultismo junto al coloquialismo, la crltica junto a la descripción, la infor-
mación histórica junto al popularismo y otra via que lo sitúa en el nivel
peculiar del personaje, dentro de su imaginario, su terminologfa y su sin-
taxis: es Ia narración oral la que rige múltiples cuentos de Rulfo o inunda
su novela Pedro Páramo hasta absorberla totalmente en el discurso de
Juan Preciado y más acuciosamentc es lo que le permite a Guimaraes
Rosa forjar la estructura narrativa que aparece como Ia articulaciÓn
literaria de los sistemas del cuento ora[. Enfrentados a situaciones
|(.rilitl|()], (:,lIiltrrt; illlty l('l()t; rIr r':.r):; lil()l)l('ilt:il, litt ticrlr¡',r ttlltlr¡,
Io,; ¡rrolrlcrrt:rii:t (lt¡( tlrlrt'¡¡¡,1:; ('lllt(:ltl:tttt(ts l)ctl(ll(:(('ll:¡ llt lirl;rtl tlr'
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