Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
La infancia de Sergei está marcada por las desavenencias matrimoniales de sus progeni-
tores. Su padre, de prestigiosa posición y baluarte de lo tradicional, representaba
para él el prototipo de burgués que tanto llegaría a detestar. Su madre sin embargo es
más liberal y vividora, la que imprimiría más el carácter de Sergei. Sería ella quien lo
llevara por primera vez de viaje a Paris a la edad de 13 años, ciudad que le dejó
fascinado. El amor edípico de Sergei por su madre será una de los elementos
psicológicos que marcaran la vida de Eisenstein. Su pasión por la lectura le llevó a
descubrir algunas novelas que guardaba su madre en secreto: "Trópico de Cancer" y
'Julietté'. Además algunos comics de ficción en los que individuos eran introducidos en
sarcófagos de aceite hirviendo le provocaban una extraña excitación. Toda esto le
produciría una cierta obsesión por el dolor y unas preferencias sexuales no demasiado
claras. La acusación de homosexual le perseguirá durante toda su vida.
"El interés del montaje no reside en el hecho de ser una forma particular de producir
efectos, sino en el ser una forma de expresarse, una forma de comunicar ideas.
Actualmente no debemos volver al cine primitivo, que era un estado religioso, sino
a una síntesis análoga del elemento emocional y del intelectual. Pienso que el cine
es capaz de conseguir esta gran síntesis, de dar al elemento intelectual fuerzas
vitales, concretas y emocionales".
La política
Sin embarco con Stalin las cosas son muy diferentes. En el ámbito de las artes y mas
concretamente en el cine, promulga el "Realismo Socialista" que asoló el arte.
Censura llevada incluso hasta el asesinato de directores como Meyerhold o el suicidio
de Lunacharsky. Así surgió el “Período del Gran Terror”. En el marco de este nuevo
orden artístico, Eisenstein realiza sus primeras obras de carácter notablemente
ideológico: "La Huelga", "Lo Viejo y lo Nuevo" y, como no, "El Acorazado
Potemkin". Todo va como la seda, cuenta con el apoyo total del régimen, que viendo
cómo el Acorazado Potemkin era admirado en Occidente encumbra a Eisenstein como
uno de los directores favoritos del régimen. No obstante la severidad y rigidez política
de Stalin quien se ha convertido ya en un dictador de facto empieza a friccionar con la
actitud de Eisenstein. Surgen los primeros problemas con el montaje de "Octubre",
una conmemoración a la Revolución del 17, del que Stalin le obligó a suprimir todas
las escenas en las que aparecía Trotski. Trotski y Stalin habían luchado entre sí
denodadamente por la sucesión de Lenin y por consiguiente las diferencias entre ellos,
o el odio diría yo, les convirtieron en enemigos acérrimos. Tanto es así que Trotski
tuvo que marchar exiliado a Sudamérica por las presiones políticas. Otro ejemplo de la
represión que sufrió fue "La Pradera de Bezhim", que fue suspendida a medio rodaje.
Esta censura política a la que fue sometido Eisenstein le causó tremendos problemas
personales, llegándole a afectar profundamente a su salud. El elemento censor era
intolerable para él. Tanto por ansias intelectuales como por "huir" de la quema
estalinista, Sergei viajó a Europa y a América con la intención de poder trabajar allí.
Numerosos proyectos quedaron truncados, resultándole muy difícil encontrar el apoyo
de las grandes productoras para sus guiones.
De vuelta a Rusia, de nuevo tuvo que conquistar los favores de Stalin, aceptando el encargo
del rodaje de Alexander Nevski, film que exalta la figura de un rey ruso que frena el
avance de los caballeros teutones a la conquista de Rusia. Film muy oportuno y evocador
de la situación actual de la época en la que Alemania comenzaba a mostrarse como una
seria amenaza para Europa tras la subida de Hitler al poder. Este film, del máximo agrado
del Primer Ministro, le devolvió su confianza, siendo galardonado el film con el Premio
Stalin. Después Eisenstein planeó su proyecto más ambicioso, la trilogía de Ivan el
Terrible. La primera película de la saga, "Ivan Grozny", al igual que "Alexander Nevsky"
peca de pleitesía ante Stalin. No obstante en la segunda, "La Conjura de los Boyardos" no
puede reprimirse y retrata al maléfico Zar Ivan con la tiranía propia del Primer Ministro,
quien no siendo ajeno a este esperpento cortó finalmente las alas a Eisenstein impidiéndole
el rodaje del final de la saga. Existe una reproducción de la entrevista que mantuvieron
Eisenstein y Cherkasov (el protagonista de Ivan y Alexander Nevsky) con Stalin, en la cual
el dictador argumenta su censura en lo poco que se ciñe Eisenstein al marco histórico y lo
mucho que se sumerge en el yo subjetivo del Zar Ivan, lo cual contraviene las normas
del cine de Estado. Este hecho provocó en Eisenstein una recaída depresiva y un agra-
vamiento de su enfermedad cardiaca, que le llevaría finalmente a la muerte a la edad de
50 años.
He elegido esta película como ejemplo de cine histórico y por sus connotaciones casi
visionarias, pues existen muchos paralelismos entre el argumento del film en donde los
caballeros teutones atacan Rusia, que parece preconizar el asalto de los nazis unos años
después.
En concreto, el film relata una de las hazañas de uno de los príncipes rusos del
siglo XIII, Alejandro, quien frenaría la entrada de los teutones en Rusia,
derrotándolos en la batalla del lago. Aparece el retrato como figura definitiva en
la obra de Eisenstein: Alexander, noble, fuerte e inteligente; los teutones,
crueles y despiadados. Además el retrato que hace de la iglesia es nefasto, pues
la encarna en un obispo realmente siniestro. Los teutones asolan la ciudad de
Pskov, devastándolo y quemándolo todo. La brutalidad en su estado más puro
aparece cuando el general teutón arroja a un niño a la hoguera con total
desprecio en una de las escenas más sobrecogedoras de la película. Los habitantes
de Godnorov recurren a la ayuda de Alexander Nevsky, famoso por haber
derrotado a los suecos quien reúne a todas sus huestes para la batalla. Toda la
composición de la batalla es magistral, desde la macabra misa de campaña de los
teutones sobre la nieve, con sus uniformes blancos con cruces y sus yelmos
rectangulares, la estrategia de Alexander para repeler el ataque en cuña de los
germanos, así como la minuciosa y detallada secuencia de la entrada en combate
y el furor de la batalla, para concluir con los alemanes derrotados hundiéndose
en el hielo quebrado por el peso de sus armaduras.
Y ni que decir tiene lo sublime del acompañamiento musical de la batalla por las
composiciones de Prokofiev, que enfatizan y dinamizan los avatares del combate.
Eisenstein encontraría en Prokofiev su aliado perfecto para lograr el más difícil
todavía: el cine sonoro. La connotación que había logrado otorgarle a sus imágenes a
través del montaje iba a incrementarse más aún con la aportación musical. De
Prokofiev diría Eisenstein que "proyecta en nuestra conciencia este gráfico en movi-
miento del trazado de sus imágenes musicales, del mismo modo que el deslumbrante
rayo del aparado de proyección dibuja imágenes móviles sobre la blanca superficie
de proyección".
Es en Alexander Nevski donde colabora por primera vez Prokofiev, haciendo que la
épica de la película alcance aún un mayor auge. No sólo crea una autentica sinfonía
con pasajes tan magistrales como la batalla sobre el lago helado, auténtico zenit de la
película, sino que introduce además canciones populares que incrementan aún más el
sentir nacionalista de la cinta. Su colaboración le llena de satisfacción a Eisenstein y
continúa trabajando con él en la saga de Ivan.