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Introducción

En Argentina las lesiones por causas externas, enfermedad accidente o mal llamadas
“accidentes”, son la primera causa de muerte y discapacidad entre el año y los 34 años de
vida (SAP-UNICEF.2003 y Estadísticas Vitales -MS 2005).
En nuestro país durante el año 2002, se perdieron por distintas causas, 2.718691 Años
de Vida Potenciales Perdidos (AVPP), el 21% de ellos se debió a lesiones por causas externas,
cifra esta que supera aquellos AVPP producidos por causas cardíacas, tumorales, infecciosas
(Boletín Epidemiológico Marzo 2004).
El trauma no sólo mata, sino que también deja secuelas. Según datos del Registro de
Trauma Pediátrico un tercio de las víctimas que egresan de los hospitales por esta causa
quedan con algún grado de discapacidad temporaria o permanente.
La muerte o discapacidad presentes en el trauma son el resultado de una suma de
factores tales como los efectos del trauma en sí, de los efectos y defectos de los tratamientos
instituidos, las complicaciones y la falta de rehabilitación.
Para comprender aspectos vinculados a la mortalidad es conveniente definir un serie
de etapas, durante la cuales puede fallecer un paciente traumatizado.
Etapa inicial es la que transcurre durante los primeros minutos después del
accidente. Habitualmente la víctima fallece en el lugar del hecho o a lo sumo al momento de
arribo al hospital. En este período la muerte se produce por lesiones graves del sistema
nervioso central (SNC), grandes vasos y corazón. La magnitud de las lesiones y el compromiso
funcional fulminante, hacen prácticamente imposible un tratamiento eficaz.

La Prevención primaria es la única manera de evitar estas muertes y por cierto el


método más efectivo para tratar la enfermedad accidente.

Etapa intermedia es el período que transcurre a continuación del anterior y que se


extiende durante unas horas. La muerte se produce por hemorragia intracraneal, síndromes
de hipertensión endotoráxica (hemotórax y/o neumotórax), ruptura de vísceras sólidas,
fracturas graves, etc.
En la tercera etapa o tardía, la muerte se produce por sepsis e insuficiencia de
multisistémica.
En los niños se observa una distribución preponderantemente bimodal, por cuanto gran
mayoría de las víctimas fallecen dentro de la etapa inicial y de la tardía. Más allá de los diez
días, es muy escaso el número de muertos.
Así como se reconocen estas etapas en relación con el momento de la muerte de una víctima
traumatizada, también se describen tres etapas vinculadas con la relación entre el tiempo de
ocurrencia del traumatismo y el arribo a la institución.
La etapa pre-hospital es el período que transcurre desde el momento del accidente
hasta los primeros 60 minutos del ingreso de la víctima a una institución para su tratamiento
definitivo.
La etapa hospital es aquella que transcurre dentro de una determinada institución.
La etapa post-hospital comienza al momento del egreso del paciente.
Cada una de ellas tiene sus características y requerimientos.
La presentes pautas están orientadas a los cuidados iniciales que han de brindarse
durante la etapa intermedia (referida a la mortalidad) o etapa prehospital (referida al
tiempo y lugar).
En esta fase la atención eficaz determina el pronóstico final del paciente. Abarca los
cuidados que se puedan hacer antes de la llegada al hospital y la primera hora de atención
institucional.
El cuidado del paciente implica:
•Evaluación y reanimación inicial rápida, agresiva y eficaz.
•Tratamiento inicial racional y sistematizado.
•“Triage" y transporte eficiente.
•Evaluación continua y medidas terapéuticas acordes a las necesidades de la
víctima.

Todo lo relacionado a las acciones durante este lapso puede y debe mejorarse.

El número de pacientes críticos que arriben vivos a los centros de tratamiento


especializado, será mayor en la medida que se desarrollen y perfeccionen los sistemas de
cuidado inicial, por ende el número global de sobrevivientes aumentará.
Una mejor atención se basa en una tarea asistencial eficiente. La tarea asistencial se
enriquece y desarrolla por el análisis periódico de los resultados, por una adecuada revisión
de las normas de trabajo, y por pautas de cuidados basadas en el uso racional y coherente de
los datos provenientes de protocolos de estudio e investigación.
Esta publicación tiene como objetivo ofrecer a todos los médicos y profesionales de la
salud que atienden emergencias una guía práctica para los cuidados iniciales del paciente
pediátrico politraumatizado.

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