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A nadie escapa que las plantas son los principales responsables de que la Tierra contenga vida tal y
como la conocemos. La existencia de una atmósfera rica en oxígeno es debida a la fotosíntesis
oxigénica, inventada por las cianobacterias (más que probables precursores de los cloroplastos
actuales), característica de las plantas.
Relacionado con la producción de O2, otra característica general de las plantas, también vital,
es su papel como auténticos colectores solares, capaces de captar y transformar la energía solar en
energía química y almacenarla en forma de carbohidratos a partir de CO2 y H2O, principal forma de
energía para los seres vivos heterótrofos. Además, la energía fotosintética también es la responsable
de la síntesis de aminoácidos a partir de carbohidratos y nutrientes minerales.
Además de estas propiedades, las plantas tiene una serie de características más o menos
similares, como el hecho de ser fundamentalmente sésil, a excepción de algunas células reproductivas,
lo que las obliga a vivir en condiciones ambientales cambiantes, entre las que destacan la variación de
energía luminosas, de temperatura o de disponibilidad de agua. Esto hace a las plantas seres vivos con
una gran plasticidad, ya que deben responder y adaptarse a esos cambios. Así, podemos encontrar una
gran variabilidad de formas y tamaños en el reino vegetal.
Podemos entonces proponer que el concepto de la Fisiología Vegetal es comprender el
funcionamiento de las plantas en relación con el ambiente que las rodea y su aclimatación al mismo.
Desde el punto de vista antrópico, el hombre ha utilizado desde siempre las plantas como
alimento y material para vestido, construcción, obtención de energía, fines curativos, cosméticos u
ornamentales. El conocimiento del funcionamiento de las plantas permitió, en las últimas décadas, una
revolución agrícola que mantuvo el crecimiento de la producción agraria a un nivel comparable al del
crecimiento de la población humana mundial. En los últimos años estamos asistiendo a la “Tercera
Revolución Verde”, con el auge de las técnicas Biotecnológicas, que están siendo utilizadas para
proponer a las plantas como biofactorías en las que se incremente la producción de productos de su
metabolismo, como vitaminas o compuestos medicinales, o se les “obligue” a producir metabolitos
ajenos por la introducción de genes de otras especies (resulta cuando menos, “curioso”, la producción
de algodón azul, para evitar el proceso de tinción en la elaboración de tejidos tejanos).
El programa propuesto para la asignatura de Fisiología Vegetal se divide en cuatro grandes bloques,
con una introducción a la propia asignatura y otra, al final, a la Biotecnología Vegetal. En la
introducción general de la asignatura (Temas 1 y 2), además de una breve historia y definición como
ciencia de la Fisiología Vegetal, se hace un repaso de las características de las células vegetales.
El bloque II. Transporte y Nutrición Mineral contiene seis temas en los cuales se enseña la
importancia vital del agua para las plantas, las características físico-químicas de la misma, su
obtención, conservación y utilización por la planta. Estos temas incluyen la absorción de agua por la
raíz, el transporte xilemático y floemático, el balance hídrico, la transpiración y la conductancia
estomática, el compromiso entre la pérdida de agua y la obtención de CO2, la nutrición mineral y la
absorción y el transporte mineral de las plantas. En esta sección se ponen de relieve las necesidades
intrínsecas de la planta para su subsistencia y los mecanismos adaptativos de que disponen las plantas
bajo diferentes condiciones ambientales, que serán objetivo de una sección específica al final del
curso.
El segundo gran bloque (III. Bioquímica y Metabolismo Vegetal) está compuesto por seis
temas (9 al 14) relacionados con la bioquímica y el metabolismo vegetal. Esta sección está muy
enfocada al metabolismo a nivel celular y subcelular. Estos temas abarcan la fotosíntesis, la fijación y
asimilación fotosintética del nitrógeno y del azufre, la respiración, y una introducción al metabolismo
secundario. Se hace gran hincapié en la integración de las diferentes vías metabólicas y los
diferentes orgánulos celulares. Es muy importante que los estudiantes comprendan que los diferentes
ciclos y vías metabólicas no funcionan independientemente unos de otros, sino que están
estrechamente coordinados. Los sistemas de coordinación de las diferentes vías es un tema muy
fascinante para los estudiantes. Una mención especial merece el Tema 14 “Aspectos ecofisiológicos
de la fotosíntesis y la respiración”. En este Tema se hace especial hincapié en la interacción del medio
ambiente con los procesos metabólicos tanto a nivel celular como de planta entera.
La Sección IV. Crecimiento y Desarrollo, está enfocada especialmente al conocimiento de la
planta. Esta sección incluye la descripción de los procesos de fotomorfogénesis, el efecto y las
aplicaciones comerciales de las hormonas vegetales, el movimiento de las plantas y, floración,
fructificación, germinación y senescencia de las plantas.
Muy en relación con este tema se encuentra el bloque V. Las plantas en condiciones
desfavorables, que aborda los mecanismos de respuesta de las plantas a cambios ambientales que
supongan condiciones de desarrollo y supervivencia extremas; esto es, los distintos tipos de estreses
bióticos (patógenos fundamentalmente, pero también las propias plantas vecinas) y abióticos.
Finalmente, en el tema 32 se hace una introducción a la Biotecnología Vegetal, sus técnicas y
aplicaciones, además de abrir un debate acerca de la problemática de la modificación genética de
organismos en general y vegetales en particular.
Entre otros, con este programa, junto con el de prácticas, se pretende cubrir los siguientes
objetivos, obviamente enlazados unos con otros:
Aprendizaje del funcionamiento de las plantas en sus distintos niveles de organización
interna.
Conocimiento del desarrollo vegetativo y reproductivo de los vegetales
Conocimiento de los efectos medioambientales sobre las plantas y de éstas sobre el
medio ambiente.
Aprendizaje de las estrategias de supervivencia de las plantas.
Familiarización con las técnicas aplicadas para el estudio de la Fisiología Vegetal.
Bibliografía
El curso estará basado, principalmente, en la última edición de los siguientes libros de texto:
Azcón-Bieto J., Talon M. (2000) Fundamentos de Fisiología Vegetal. McGraw-Hill Interamericana.
Buchanan B.B., Gruissem W., Jones R.L. (2000) Biochemistry & Molecular Biology of Plants. American
Society of Plant Physiologists, Rockville, MD, USA.
Salisbury F.B., Ross C.W. (1991) Plant Physiology, 4th edition. Wadsworth Publishing Company,
Belmont, CA, USA.
Taiz L., Zeiger E. (2002) Plant Physiology, 2nd edition. Sinauer Associates, Inc. Publishers,
Sunderland, MA, USA.
También se utilizarán frecuentemente revisiones de revistas clásicas del área, como Annual
Reviews of Plant Physiology and Plant Molecular Biology o el número de Enero de 2001 de Plant
Physiology donde se encuentran una gran variedad de pequeñas revisiones muy útiles para la docencia
y para los estudiantes. Asímismo, los temas estarán sometidos a una continua revisión bibliográfica
con los artículos científicos que se publiquen on line y en papel. Algunos de estos artículos y las
revistas y páginas web más utilizadas están detallados en el archivo de Bibliografía.
Las células vegetales tienen una típica organización eucariota, con un núcleo embebido en un
citoplasma e individualizadas por una membrana plasmática. Dentro del citoplasma existe una serie de
orgánulos, inclusiones microcuerpos y sistemas endomembranosos. Lógicamente, los procesos de
diferenciación celular conllevan a la desaparición, al no desarrollo o al mayor desarrollo de algunas de
estas estructuras, en función del tipo celular.
Las células vegetales contienen orgánulos semiautónomos como las mitocondrias y los plastos,
cuya estructura y función serán objeto de un estudio más profundo en los capítulos correspondientes
del metabolismo.
Pero sin duda, el compartimento citoplasmático que más diferencia a las células vegetales de
las animales es la vacuola. Aunque las células inmaduras pueden contener múltiples pequeñas
provacuolas, en la mayoría de las células vegetales vivas existe una o pocas vacuolas centrales unidas
entre sí por puentes membranosos, que ocupa el 80-90% del volumen celular. El espacio vacuolar viene
definido por una membrana llamada tonoplasto, para referirse a su principal función, la de controlar
el nivel hídrico (tono) de la célula, fundamentalmente regulando la concentración de osmolitos a ambos
lados de la vacuola, como se verá en temas posteriores. Además, la vacuola cumple otros papeles,
como el de almacén de enzimas líticas que serán liberadas al citosol para reciclar nutrientes,
metabolitos de defensa de la planta, o de reserva, como los cuerpos proteicos.
Como la mayor parte de los seres vivos, las plantas tienen células cubiertas con paredes
celulares (únicamente las células animales, y no todas ellas, están desprovistas de pared). La
presencia de la pared, mantiene unida a todas las células vegetales. Durante su origen en la
citocinesis, se forma una estructura llamada fragmoplasto, que deja discontinuidades, que formarán
canales membranosos entre las células hijas llamados plasmodesmos. En células maduras, atraviesan
las paredes y conectan directamente los citoplasmas de células contiguas. Los plasmodesmos
contienen generalmente extensiones tubulares del retículo endoplásmico conocidas como
desmotúbulos y definen un espacio continuo entre los citoplasmas de las células interconectadas,
conocido como simplasto, a través del cual se lleva a cabo el trasporte de numerosos solutos.
Las células vegetales poseen una pared con estructura fibrilar de celulosa, mantenida en una
matriz de polisacáridos (hemicelulosas, glucanos y pectinas como el homogalacturonano y el
ramnogalacturonano) y proteínas estructurales (glucoproteínas ricas en prolina, hidroxiprolina y
glicina, como las extensinas). Cuando una célula vegetal se divide, se forma una capa delgada de
matriz, que actúa como material aglutinante o cemento entre las dos células nuevas; ésta constituirá
la lámina media, cuyos polisacáridos y proteínas se mantienen asociados y conservan sus propiedades
aglutinantes mediante enlaces covalentes con B e iónicos con Ca2+.
La lamina media mantiene juntas a células contiguas. Posteriormente, , cada célula vegetal
construye su pared celular primaria a cada lado de la lamina media, que se expandirá aumentando el
volumen celular mientras las células mantienen un crecimiento activo. La pared primaria contiene,
principalmente, moléculas de celulosa formando haces de microfibrillas dispuestos en la matriz de una
forma altamente ordenada, tras su síntesis en complejos enzimáticos de membrana llamados rosetas.
La matriz se secreta vía Aparato de Golgi. Existen dos tipos de pared primaria en función del tipo de
matriz: tipo I, rica en pectinas y xiloglucano, típica de las dicotiledóneas y tipo II, constituida por
glucanos ricos en glucorónico, arabinosa y xilosa, pero pobre en pectinas, características de muchas
monocotiledóneas.
La pared primaria es extensible, pero confiere la forma y volumen final a la célula. Durante el
crecimiento celular, un estado turgente en la célula, gracias a la vacuola, producirá una fuerza
expansiva que “empujará” a la pared y abrirá huecos en su matriz, con la ayuda de enzimas como las
expansinas, que son activadas a pH ácido, lo que permitirá el aporte de nuevos materiales a la misma
que serán ensamblados por distintas enzimas como las transglucolasas. La dirección del crecimiento
celular viene determinada por la orientación de microtúbulos en el citoplasma, cuyo anclaje confiere
rigidez, forzando la expansión celular perpendicular a ellos.
Una vez finalizado el crecimiento celular, a medida que la célula madura, puede constituirse
una pared secundaria, mucho más rígida, que contiene compuestos aromáticos, como la lignina o la
suberina, que sirven para reforzarla. En estas células, el material que en principio estaba vivo, a
menudo muere, dejando solamente la pared externa como una obra arquitectónica de la célula.
En distintos procesos del desarrollo, como la germinación, procesos de muerte celular,
durante la senescencia, la abscisión de órganos o durante la maduración de frutos, se activan
enzimas hidrolíticos que digieren parcial o totalmente las paredes celulares.
El tipo de pared es determinante de la función celular, de forma que unos 40 tipos de células
vegetales se especializan en una función que viene grandemente definida por la estructura de su
pared.
Tejidos vegetales
El cuerpo de los vegetales está constituido por dos tipos de tejidos: meristemos o tejidos
embrionales (derivados del embrión) y tejidos adultos. Dichos tejidos se hallan formados por células
iguales (tejidos simples) o por agrupaciones de células diversas (tejidos complejos). Los nombres
clásicos, principales funciones y características de los tejidos vegetales son:
meristemo: crecimiento por división celular primario (meristemos apicales del tallo y raíz) o
secundario (cambium para el xilema y floema secundarios y felógeno para la corteza). Células
de paredes primarias delgadas, con citoplasma denso y núcleo grande, sin plastos.
tejidos fundamentales: comprenden la parte básica del cuerpo de la planta:
o parénquima: formado por células que conservan su capacidad de dividirse. Cumplen
diversas funciones, de acuerdo a la posición que ocupan en la planta, presentando
formas y contenidos celulares acordes a su función. De relleno (cortex por fuera del
tejido vascular, cuya lámina interna en la raíz se diferencia en la endodermis y
médula, que puede estar ausente en raíz, por dentro del mismo), fotosintético o
mesófilo (con cloroplastos desarrollados), de reserva de sustancias como almidón,
lípidos o proteínas (común en semillas, bulbos, rizomas, tubérculos...).
o colénquima: formado por células vivas de paredes primarias ensanchadas en algunas
zonas, es tejido de sostén en órganos de crecimiento, plantas jóvenes y herbáceas.
Se encuentra generalmente debajo de la epidermis en tallos y hojas.
o esclerénquima: sus células se caracterizan por tener paredes secundarias
engrosadas, y morir en la madurez. Al igual que las del colénquima sirven de soporte
a la planta. Se diferencia en dos tipos de células: fibras, alargadas y estrechas y
esclereidas, cortas y de formas diversas (isodiamétricas como las braquiesclereidas
de frutos, forma de varilla o hueso como las macroesclereidas y osteoesclereidas en
cubiertas seminales o forma de estrella como las astroesclereidas de peciolos y
hojas).
epidermis: Formado por una sola capa de células, aunque algunas plantas presentan varias
capas denominándose epidermis pluriestratificada (como la hoja de Ficus), cubre todo el
cuerpo de las plantas y es el encargado de la protección del mismo, del intercambio gaseoso,
del paso de la luz, reconocimiento de patógenos, etc. Externamente presenta una cutícula de
cutina y ceras como protección contra la desecación. Es un tejido complejo constituido por
varios tipos de células:
o epidérmicas propiamente dichas: son células vivas, alargadas y de paredes onduladas
o rectas.
o estomas: son pares de células oclusivas o guarda especializadas en el intercambio
gaseoso con el medio ambiente, a la vez que se encargan de regular la transpiración,
poseen cloroplastos y entre las dos hay un pequeño orificio llamado ostiolo.
o idioblastos: células con cristales, sílice, mucílagos, gomas, como las células
buliformes encargadas de enrollar las hojas de gramíneas ante la pérdida de agua o
las esclereidas en la epidermis de semillas
o tricomas o pelos: son apéndices epidérmicos, varían ampliamente en su forma y
función, algunos secretores de sustancias gomosas, urticantes, etc., otros ayudan en
la absorción de agua.
tejidos vasculares: constituido por células conductoras y asociadas, forma haces en el tallo
primario, un cilindro central en la raíz primaria, y anillos en los sucesivos ciclos de
crecimiento secundario:
o xilema: es un tejido complejo formado por varios tipos celulares cuya función es la
conducción de agua y minerales desde la raíz hasta las hojas. Entre las células que
forman este tejido complejo se diferencian las células conductoras o elementos
traqueales, con paredes secundarias gruesas y lignificadas, muertas a la madurez
(traqueidas alargadas y fusiformes, con punteaduras a través de las que fluye el
agua, forman filas y son típicas de gimnospermas y elementos vaso en las
angiospermas cortas y perforadas, se superponen formando largos tubos). Otras
células asociadas al xilema son los elementos de almacenamiento (células
parenquimáticas, de paredes gruesas) y los elementos de sostén (fibras en
angiospermas y fibrotraqueidas en gimnospermas, de caracteres intermedios entre
las fibras y las traqueidas).
o floema: Es un tejido complejo encargado de la conducción de fotosintatos desde las
hojas al resto de la planta. Formado por células vivas ubicadas por fuera del xilema,
formando haces vasculares (que constituyen venas en hojas). Las células
conductoras son las células cribosas muy alargadas en las gimnospermas y los
miembros de tubos cribosos, que pierden gran parte de sus estructuras subcelulares
y la información genética, con paredes terminales muy perforadas (placa cribosa)
asociadas por numerosos plasmodesmos que permiten el intercambio de sustancias a
células acompañantes, de caracter parenquimático (complejo tubo criboso célula
acompañante) en las angiospermas. Las células acompañantes conservan sus núcleos y
controlan los tubos cribosos vecinos. Además, al igual que el xilema presenta células
parenquimáticas para almacenamiento y fibras y esclereidas como sostén.
súber (corcho): formado por células muertas, con paredes secundarias muy suberizadas y
encargado de la protección de partes adultas.
El cuerpo de la planta
Las plantas tienen estructura axial y polar que se establece durante la embriogénesis. El
tallo y la raíz principales, resultantes de la actividad de los meristemos apicales, definen el eje mayor
con orientación perpendicular a la superficie de la tierra, del que se desarrollan las ramas y raíces
secundarias.
Al igual que para cualquier organismo, el agua es esencial para el desarrollo y supervivencia de las
plantas. El agua constituye el 85-90% del peso de la planta, aunque partes como la madera (35-75%) y
las semillas (5-15%) tengan un contenido hídrico muy inferior. La cantidad de agua requerida para
reacciones metabólicas es mínima (la fotosíntesis requiere alrededor del 0.01% del agua total de la
planta, pero por cada gramo de materia orgánica fabricada, una planta absorbe 500 gramos de agua,
la mayor parte de ella utilizada en forma líquida como disolvente, para permitir el transporte de
nutrientes y metabolitos en toda la planta y en vacuolas para mantener la turgencia en las células y
los órganos vegetales, esencial para procesos como el crecimiento celular, intercambio de gases en las
hojas, transporte o el mantenimiento de la rigidez y de los tejidos no lignificados.
Los movimientos del agua en las plantas y su capacidad como disolvente dependen
principalmente de la naturaleza polar de su molécula.. La separación parcial de las cargas, siendo
electronegativo el extremo del oxígeno y electropositivo el de los hidrógenos, permite la generación
de una atracción electrostática débil entre las moléculas, conocida como puente de hidrógeno, que
tienden a mantenerlas unidas (cohesión).
Entre el suelo y la atmósfera, el agua debe moverse a través de distintos medios (paredes celulares,
membranas, citoplasma o espacios aéreos) y los mecanismos del movimiento también son distintos.
Difusión (movimiento debido a la agitación térmica de las moléculas). En ausencia de otras
fuerzas, este movimiento se da por diferencial de concentración, hacia las regiones de menos
concentración. Se rige por la ley de Fick:
Js = -Ds (Cs/x)
x = Distancia
La difusión es rápida en distancias cortas pero lenta a largas distancias, por lo que no tiene
significación fisiológica más que a nivel subcelular.
(
p/x)= gradiente de presión
El potencial químico () del agua es una expresión cuantitativa de su energía libre (de Gibbs) asociada.
En términos termodinámicos da una idea de la capacidad de trabajo (movimiento de un punto a otro).
Sus unidades de medida son energía por mol de sustancia (J mol-1), pero históricamente, en términos
de fisiología vegetal, se definió el potencial hídrico, como potencial químico del agua dividido por el
volumen molal parcial (18 x 10-6 m3 mol-1). Así, el potencial hídrico es una medida de la energía libre
del agua por unidad de volumen (J m-3), es decir, unidades equivalentes a unidades de presión, como
pascales (Pa) por lo que comúnmente se utiliza esta unidad para medir el potencial hídrico.
El agua circula entre dos puntos con distinto potencial hídrico, siempre de mayor a menor.
Dicho potencial hídrico () es la resultante de una serie de fuerzas que ligan el agua al suelo o a los
tejidos (agua “ligada”), en contraste con la situación ideal del agua pura y sin ninguna fuerza que la
ligue (agua “libre”), salvo la presión ambiental. Como se adopta el valor 0 para este potencial de
referencia del agua pura “libre”, los valores de potencial hídrico son siempre negativos.
Las fuerzas que actúan sobre el agua permiten descomponer el potencial hídrico en una serie
de componentes:
= p + s + m + g
p Presión hidrostática. Representa la presión que la pared celular ejerce sobre el agua en
respuesta a la presión de turgencia que la vacuola ejerce sobre la pared al llenarse de agua. También
se conoce como potencial de presión celular (opuesto al de turgencia). Al tomarse como referencia la
atmosférica, p es positivo siempre que la vacuola ejerza presión sobre las paredes celulares
(turgencia) y 0 cuando esta cesa (plasmolisis). A veces se han medido p como efecto ventosa sobre
las paredes al contraerse la vacuola.
s (o) Potencial osmótico o de solutos. Representa el efecto de los solutos sobre el potencial
hídrico. Al “diluir” la concentración de agua, los solutos disminuyen su eneregía libre, por lo que s
siempre es negativo o 0 en el agua pura. Para evitar el usoi de valores negativos, a veces se utiliza el
término presión osmótica ( = -s). Para soluciones ideales, se puede calcular por la ecuación de Van’t
Hoff
s = -R T i cs,
m Potencial matricial. Representa las fuerzas que retienen al agua por capilaridad, adsorción e
hidratación, principalmente en la pared celular (microcapilares creados por las fibras de celulosa) y el
citoplasma (por macromoléculas y coloides). Puesto que la matriz celular constituye normalmente una
fracción pequeña del volumen, se estima despreciable salvo para referirnos a movimientos del agua en
el nivel de la pared celular. No se puede ignorar para determinados casos, como las plantas xerófitas
en que la matriz es considerable. También es un componente fundamental del movimiento del agua en
la transición suelo-raíz.
g = a g h
El transporte de agua se realiza siempre a favor de potencial hídrico (de alto a bajo
hasta equilibrar el potencial hídrico del medio). La velocidad del transporte del agua dependerá del
diferencial de potencial hídrico .
Puesto que, a excepción de suelos salinos, el suelo contiene poca cantidad de solutos y la
presión hidrostática varía poco en las capas superficiales, el potencial hídrico del suelo dependerá
fundamentalmente de del tamaño y naturaleza (especialmente carga eléctrica) de las partículas que
constituyan su matriz, así, en el suelo = M. La capacidad de retención de agua por un suelo
(capacidad de campo) determina que, cuando el suelo está totalmente mojado, su potencial hídrico es
0. A medida que se seca desciende el potencial de matriz y aumentará la capacidad de retención de
agua. Los movimientos de agua en el suelo son del tipo de flujo de masas.
En células adultas, la vacuola llega a ocupar entre el 80-90% del volumen celular. Así, a nivel
celular, el potencial hídrico viene definido fundamentalmente por el componente osmótico y el de
presión, y se puede definir como:
= p + s
La dirección del flujo dependerá exclusivamente del diferencial de potencial hídrico, pero, al
no ser la membrana celular una membrana semipermeable ideal, la velocidad del flujo
dependerá también de la conductividad hidráulica de la membrana. En este sentido, estudios
de los últimos años han demostrado que el movimiento osmótico de agua a través de la bicapa
lipídica no es suficiente para explicar la cantidad de flujo que atraviesa la membrana. El
descubrimiento de canales de agua en las membranas celulares vegetales ha revolucionado la
visión de las relaciones hídricas de las plantas.
Las acuaporinas están formadas por proteínas integrales de membrana y su apertura en la
membrana plasmática y/o en el tonoplasto (mediada por quinasas dependientes de Ca2+) regula no la
dirección del transporte de agua, que siempre será a favor de potencial hídrico, pero sí la intensidad
del flujo. Así, el estado hídrico de plasmolisis o turgencia se consigue por movimientos de flujo de
masas a través de acuaporinas, más que de ósmosis o difusión.
El agua es transportada desde la raíz a las hojas a través de una columna continua aunque
heterogénea. Al tiempo que las hojas toman CO2 de la atmósfera, para realizar el proceso
fotosintético, pierden grandes cantidades de H2O, por lo que la supervivencia de la planta depende de
la toma continua de agua desde el suelo y el transporte de la misma a lo largo del xilema.
El agua del suelo disponible para la planta viene determinada por la conductividad hidráulica del suelo,
que depende del tipo y características de la matriz que lo forma.
Un suelo saturado de agua tendrá un potencial hídrico 0.00 MPa, y una capacidad de campo (% de
peso de agua) que dependerá de su textura (alrededor de 30% en suelos arenosos y del 70% en suelos
arcillosos. A medida que estos suelos se sequen el potencial hídrico del suelo disminuirá, hasta un
contenido hídrico en que las plantas se marchitan (porcentaje de marchitez permanente), que
corresponde a un -1.5 MPa, aunque varía según las especies (es menor en plantas adaptadas a
sequía). Tradicionalmente se define al agua disponible para la planta como la diferencia entre la
capacidad de campo y el porcentaje de marchitez permanente.
Una vez el agua llega al xilema es transportada verticalmente hacia las hojas.
Las tráqueas y traqueidas que constituyen el xilema, son células muertas muy adelgazadas,
con perforaciones laterales que permiten el contacto entre ellas formando largos capilares que
hacen del xilema la vía que ofrece menor resistencia al transporte de agua.
De forma ideal, el flujo de agua a través de los capilares del xilema viene determinado en la
ecuación de Poiseuille (tema 3). Pero no basta un sistema de capilares para lograr ascensos de agua de
más de 100 m. y flujos tan elevados como 10-30 (pudiendo llegar a 100) m h-1
Teoría de la tensión-cohesión
A diferencia de los animales, el transporte de agua en las plantas es pasivo, sin consumo de
energía, y aunque sería más fácil de explicar en especies de porte pequeño, el sistema de transporte
vertical de agua hacia la copa de los árboles es muy controvertido. La teoría más aceptada en la
actualidad es la de la tensión-cohesión.
Según esta teoría el diferencial de presión hidrostática entre el agua de las hojas y de la
raíz es la fuerza motriz para transportar el agua verticalmente. Los espacios aéreos intercelulares
del parénquima del mesófilo foliar está prácticamente al 100% de humedad; el p del agua en el aire,
entre 20oC y 90% de humedad relativa, es de -14.2 MPa. Este diferencial de presión es más que
suficiente para succionar el agua de la raíz a las hojas, por lo que la atmósfera, siempre menos
húmeda, “tirará” del agua (transpiración). La elevada fuerza de cohesión de agua hace que ésta se
comporte como una columna homogénea.
Esta fuerte succión puede producir roturas de la columna de agua y producir “cavitaciones” o
“embolias” (burbujas de aire). La estructura de las tráqueas y traqueidas dificulta la
formación de las cavitaciones. El aumento de la presión radicular, al disminuir la
transpiración, podría ayudar a expulsar el aire y eliminar algunas de las embolias.
En las hojas, el sistema vascular se ramifica por todo el limbo, estando toda célula a no más
de dos o tres células vecinas de distancia de un elemento xilemático. En ellas, las fibras de celulosa y
pectinas de las paredes celulares, que pierden agua por transpiración, ejercen de fuerza de atracción
de la que llega vía xilema. Las paredes celulares del mesófilo forman una red de espacios aéreos en
contacto con la atmósfera. El agua en forma de vapor en estos espacios difunde mucho más rápido
que en estado líquido, por lo que en el mesófilo el movimiento célula-célula es fundamentalmente a
través de difusión intracelular.
Los iones OH- que quedan en el interior celular como consecuencia del
bombeo de H+ no sirven como contraión para el K+. A medida que el estoma se abre
también aumenta la absorción de Cl-, no se sabe exactamente si mediante un
intercambio con OH- o como cotransporte con H+, aunque el contraion más
importante para el K+ es el malato. El aumento del pH intracelular activa la PEP-
carboxilasa, enzima que fija CO2 atmosférico sobre oxalacético (procedente de las
reservas de almidón), que se reducirá a ácido málico y este se ionizará a malato y
H+ de forma que de la actividad PEP carboxilasa dependen la fuente de H + para ser
bombeados y el mantenimiento de la carga eléctrica en las células oclusivas. Sólo en
algunas especies que carecen de almidón en sus células oclusivas (como Allium), el
Cl- actúa como contraión principal.
Una planta puede llegar a necesitar 500 litros de agua procedente del suelo
para poder producir 1 Kg de materia seca, lo cual da una idea de la facilidad con
que la pérdida de agua excesiva por transpiración origina déficit hídrico con
consecuencias negativas para el desarrollo, por lo que resulta de enorme
importancia para la planta la regulación del proceso transpiratorio.
Según Ball y Berry (1988), existe una ecuación que agrupa los factores que
determinan la conductancia o apertura estomática:
g = m (A HR) / Ci + b
A = Fotosíntesis neta
Los parámetros “m” y “b” son constantes específicas para cada especie.
La concentración de CO2 intercelular (Ci) es un fuerte regulador de la
apertura estomática. A bajas concentraciones de Ci los estomas se abren
independientemente de los demás factores ambientales, excepto en situaciones de
fuerte estré hídrico.
WUE = A / T
-2 -1
A = Fotosíntesis neta (mol m s )
El continuo suelo-planta-atmósfera
Naturaleza de la luz
La radiación solar que llega a La Tierra abarca gran parte del espectro
electromagnético, del cual, la radiación luminosa es sólo una pequeña parte, que
comprende desde los 400 a los 700 nm. Esta franja se conoce como espectro
visible y, para los organismos fotosintéticos, es la radiación fotosintéticamente
activa (PAR, photosynthetic active radiation).
E = h
Excitación y desexcitación
La energía luminosa absorbida por la planta, sólo puede tomar dos vías: o la
de transformación en energía química mediante fotosíntesis o la de disipación en
energías no acumulables (radiación o calor). Un exceso de energía luminosa
absorbida por los fotosistemas puede saturar y colapsar los centros redox del
aparato fotosintético, deteniendo el transporte electrónico para, a continuación
dañar a sus componentes (fotoinhibición). Las plantas disponen de diversos
mecanismos encargados de regular la cantidad de energía que llega a los centros de
reacción y evitar la fotoinhibición.
El ciclo de Calvin
Fotorrespiración
Plantas C4
Metabolismo CAM
Efecto de la temperatura
La temperatura es uno de los factores ambientales mejor estudiados,
afectando tanto a la fotosíntesis como a la respiración.
Todo proceso metabólico se estimula al aumentar la temperatura. La
temperatura óptima de la fotosíntesis depende del tipo de planta. Las
plantas C3 tienen una temperatura óptima más baja que plantas C4. La
temperatura óptima de la fotosíntesis suele estar cerca de la temperatura
media diurna del lugar donde se encuentra.
Tanto la respiración como la fotorrespiración aumentan con la
temperatura. La respiración aumenta exponencialmente con la temperatura
y, aproximadamente a partir de los 45oC, disminuye debido al inicio de la
degradación de las proteínas y la pérdida de estabilidad de las membranas.
A bajas temperaturas se da una disminución generalizada del
metabolismo. La fotosíntesis disminuye en parte debido a una falta de
fosfato inorgánico que impide la salida de las triosas-fosfato del
cloroplasto. La respiración también disminuye al disminuir la temperatura.
Sin embargo, se ha visto que la cantidad de proteína de la oxidasa
alternativa aumenta y que su incremento relativo podría estar relacionado
con su función de prevención de la formación de radicales oxígeno o de
sobrerreducción de la cadena de transporte electrónico mitocondrial.
Por la respiración aeróbica, al igual que las células animales, las vegetales
obtienen energía en forma de ATP, en este caso a partir de los productos
fotoasimilados. Además de ello, el metabolismo respiratorio es el origen de
toda una serie de rutas de obtención de precursores de otros metabolitos:
síntesis de aminoácidos, ácidos grasos, porfirinas (clorofila, citocromos),
pigmentos (carotenoides, flavonoides), componentes de pared celular,
metabolitos secundarios...
Además, como la respiración mitocondrial colabora en la vía
fotorrespiratoria, que permite paliar las pérdidas de C por la actividad
oxigenasa de la rubisco.
Regulación de la Respiración
Macronutrientes
o Nitrógeno (N). La planta lo puede obtener preferentemente por
absorción radicular del nitrato (NO3-) y del amonio (NH4+), aunque
algunas plantas pueden establecer simbiosis con bacteria fijadoras
de N2 atmosférico. Más del 50% del N de la planta se halla en
proteínas y ácidos nucleicos, el resto en moléculas solubles orgánicas
(aminoácidos, amidas, aminas) con distintas funciones (coenzimas,
osmolitos, etc.) o inorgánicas (nitrato y amonio). Su deficiencia se
manifiesta en clorosis de hojas y necrosis prematura y su exceso en
un aumento de follaje y disminución de frutos y del desarrollo de la
raíz.
o Fósforo (P). Se toma del suelo como ion fosfato, preferentemente
como H2PO4- en suelos ácidos y en su forma divalente H2PO42- en
suelos básicos. Permanece como fosfato formando ésteres en los
ácidos nucleicos o en moléculas estructurales como los fosfolípidos y
como nucleótido, ATP, UDP, GTP, siendo clave en toso el
metabolismo. La deficiencia provoca enanismo y retraso en la
madurez. En exceso provoca un gran desarrollo radicular.
o Potasio (K). Se toma en forma catiónica. Es el catión más abundante
de la vacuola y el principal osmolito de la planta. Además es activador
de más de 50 sistemas enzimáticos (oxidorreductasas,
deshidrogenasas, transferasas, sintetasa, quinasas...) en los que
interviene en el cambio conformacional de la apoenzima. Su
deficiencia se traduce en debilidad del tallo, mayor sensibilidad al
ataque por patógenos y retraso del crecimiento por pérdida de
turgencia. Su exceso puede interferir en la absorción y
disponibilidad de otros cationes como el Ca2+ o el Mg2+.
o Azufre (S). Se absorbe por la raíz en forma de anión sulfato (SO42-)
aunque los estomas pueden absorber el contaminante dióxido de
azufre (SO2), que reacciona con el agua para formar bisulfito (HSO3-
) que desplaza al Mg de la clorofila inutilizándola. El S forma parte
de aminoácidos como la cisteína y la metionina o se integra en
coenzimas como la tiamina, la biotina o el CoA; como sulfato forma
parte de heteropolisacáridos y sulfolípidos. El estado oxidado o
reducido de los grupos -SH de muchas enzimas determina la
actividad de estas. Los aminoácidos azufrados de las fitoquelatinas
forman complejos con metales pesados, siendo un mecanismo de
defensa contra ellos. Las deficiencias son muy raras, pues
normalmente hay sulfato disponible en todos los suelos, y llevan a
plantas rígidas y quebradizas.
o Calcio (Ca). Se absorbe como catión Ca2+. Como elemento estructural
forma parte de la matriz de la pared celular. Actúa como cofactor
de algunas enzimas, como las ATPasas. Además, como segundo
mensajero está implicado en la fosforilación de proteínas. Su unión
reversible a calmodulina le implica en la señalización celular durante
el desarrollo vegetal. Su deficiencia conlleva pobre desarrollo. Es
primordial mantener una concentración muy baja (del orden de 1 M)
de Ca2+ citosólico, y la planta dispone de numerosos mecanismos de
homeostasis para regular esta concentración, que implican a la
vacuola, pero también al cloroplasto y al retículo endoplasmático.
Pequeños cambios puntuales en el nivel de Ca2+ intracelular forman
parte de muchas rutas de trransducción de señales.
o Magnesio. Se absorbe y permanece como catión Mg2+ y no suele ser
limitante. En caso contrario, la deficiencia produce clorosis, al no
encontrarse en el anillo porfirínico de la clorofila. También se
encuentra en forma libre en el espacio intratilacoidal del cloroplasto,
donde al iluminarse este, pasa al estroma, pudiendo activar a enzimas
tan importantes para la fotoasimilación como la RuBisCo, la
fosfoenolpiruvato (PEP) carboxilasa y la glutamato sintasa. Además
interviene en el metabolismo energético formando complejos con el
ATP.
o Silicio. En algunas plantas como Equisetum (donde es el 16% de su
peso seco) o gramíneas se deposita en la pared celular dándole a la
vez rigidez y elasticidad, además de aumentar su impermeabilidad y
ser barrera física contra patógenos. En diatomeas es el
constituyente fundamental de su cubierta.
Micronutrientes
o Hierro (Fe). Se requiere en cantidad prácticamente de
macronutriente. aunque se puede absorber como ion férrico Fe3+ (Fe
2+
III) es mucho más soluble como ion ferroso Fe (Fe II). Como Fe-
porfirina forma parte de hemoproteínas como citocromos
mitocondriales y cloroplásticos, catalasas o peroxidasas y, como
complejo Fe-S de sulfoproteínas como la ferredoxina, clave en la
fotosíntesis, enzimas de la cadena electrónica mitocondrial, la nitrito
reductasa, la sulfito reductasa o la nitrogenasa (importante en
plantas que establecen simbiosis fijadoras de N2 atmosférico). Su
deficiencia modifica la estructura del cloroplasto y provoca la
llamada clorosis férrica. En suelos básicos la disponibilidad es muy
reducida por lo que en prácticas agrícolas se aplica en forma de
complejos orgánicos (quelatos) asimilables por las plantas.
o Manganeso (Mn). Existe en distintos estados de oxidación. Activa
numerosas enzimas (descarboxilasas, deshidrogenasas, quinasas,
oxidasas...) pero su presencia sólo se ha demostrado en la Mn-
proteína que transporta los electrones desde el agua al fotosistema
II y en la Mn-superóxido dismutasa (SOD) presente en las
mitocondrias, peroxisomas y, en menor medida, en cloroplastos. Su
deficiencia es rara, pues lo puede suplir el Mg, y su toxicidad redica
en la competencia por los sitios de unión del Fe.
o Cobre (Cu). Su deficiencia es rarísima, debido a la poca cantidad en
que es requerido. Como ion cuproso o cúprico forma parte de enzimas
implicadas en procesos redox clave, como la plastocianina implicada
en el transporte electrónico entre los dos fotosistemas, o la
citocromo c oxidasa de la cadena respiratoria. Es componente
dambién de la fenolasa que oxida fenoles durante la biosíntesis de
lignina y, junto con el Zn, de la CuZn SOD mayoritaria en el citosol.
o Cinc (Zn). Como catión divalente está implicado en al menos 80
sistemas enzimáticos redox (NADH-deshidrogenasa, anhidrasa
carbónica, alcohol deshidrogenasa). Forma parte de la CuZn SOD.
También está implicado en la síntesis de triptófano, precursor de
AIA, por lo que su deficiencia conduce a una falta de auxinas, con la
disminucion de la elongación.
o Molibdeno (Mo). En distintos estados de oxidación participa en
reacciones redox formando parte de complejos enzimáticos clave
como el de la nitrato reductasa, el de la xantina oxidasa (implicada
en el catabolismo de bases púricas) o el de la nitrogenasa.
o Boro (B). En las plantas se encuentra en forma de ácido bórico H3BO3
o, gracias a la capacidad de este de captar grupos OH, como ion
borato B(OH)4-. A pesar de ser establecida su esencialidad en 1923,
es el micronutriente más desconocido. Se ha visto implicado en
numerosos procesos fisiológicos pero aún no se conoce su papel
primario. Puede formar enlaces éster con grupos cis-diol, de donde
parece derivarse su función. Moléculas enlazadas por borato o por
ácido bórico pueden ser funcionales gracias a estos enlaces éster,
como ocurre con el dímero Borato-ramnogalacturonano II, un
componente péctico de la pared celular y, muy probablemente,
glucoproteínas de la membrana. Su deficiencia se manifiesta en
necrosis de los meristemos apicales y su toxicidad en una rigidez y
fragilidad excesiva de las paredes celulares.
o Sodio (Na). Se encuentra como anion monovalente y, aunque algunas
plantas lo tienen en concentraciones muy elevadas (las halófitas) se
ha demostrado su esencialidad sólo para las plantas C4 y CAM, donde
está implicado en la regeneración del fosfoenolpiruvato. Existe
también un requerimiento para la fotosíntesis y otros procesos de
cianobacterias.
Diagnóstico de nutrición
Salvo el carbono, las plantas terrestres toman los nutrientes minerales del suelo.
Aunque la capacidad de captar nutrientes viene determinada genéticamente, esta
viene limitada fundamentalmente por la disponibilidad de nutrientes en el suelo.
Este es un sustrato físico, químico y biológico muy complejo. Contiene fases
sólidas, líquidas y gaseosas, que influyen e interfieren en la absorción de
nutrientes.
Dentro de los factores bióticos del suelo, existe una gran variedad de
poblaciones microbianas (hongos y bacterias fundamentalmente) que, junto con la
planta, constituyen un ecosistema en la zona de influencia de la raíz, denominado
rizosfera. En ella se establecen numerosas interacciones entre la planta y
microorganismos, que responden a exudados radiculares y que pueden causar un
beneficio o una enfermedad a la planta.
En las ectomicorrizas, restringidas a muy pocas plantas, las hifas del hongo
no penetran en las células de la raíz, sino que forman una red apoplástica o red de
Hartig.
N
j = zF (Em - E j)
Si
j es positivo el transporte hacia el interior de la célula será activo y
Asimilación de nitrato
Asimilación de amonio
Sea cual sea la forma original de N para la planta, este será antes o después
reducido a amonio. El amonio obtenido por fijación de nitrógeno, reducción
de nitrato, fotorrespiración o catabolismo de proteínas, es altamente tóxico
y debe ser incorporado en forma de aminoácidos.
La metabolización del amonio se lleva a cabo fundamentalmente
mediante dos enzimas, la Glutamina sintetasa (GS) y la Glutamato sintasa
(GOGAT - Glutamina:2-OxoGlutarato AminoTransferasa).
Glu + NH4+ + ATP Gln + ADP + Pi (GS)
+
Gln + 2-oxoglutrato + NADH + H+ 2 Glu + NAD (NADH -
GOGAT)
Gln + 2-oxoglutrato + Fdred 2 Glu + Fdox (Fd -
GOGAT)
Existen varias isoformas de GS, varias citosólicas y una cloroplástica.
La GOGAT también se encuentra en dos isoformas diferentes. Una requiere
NADH como agente reductor (NADH-GOGAT) y se encuentra
mayoritariamente en tejidos no-verdes. La otra utiliza Ferredoxina
reducida como donador de electrones (Fd - GOGAT) y se encuentra
mayoritariamente en los cloroplastos de los tejidos verdes.
La Glutamato deshidrogenasa (GDH) también se utiliza para asimilar
el amonio.
2-oxoglutarato + NH4+ + NAD(P)H Glutamato + NAD(P)+ + H 2O
(GDH)
Existen también dos isoformas de esta enzima, una cloroplástica y una
mitocondrial.
Finalmente, las reacciones de transaminación incorporan el nitrógeno
en el metabolismo vegetal. Las transaminasas (TA) transfieren los grupos
aminos del glutamato a otros azúcares para llevar a cabo la síntesis de los
aminoácidos aminados.
El transporte del nitrógeno a otros órganos se hace mayoritariamente
en forma de glutamina y asparragina.
La teoría de flujo por presión descrita por Münch parece ser la más
aceptada en la actualidad. Según esta teoría el gradiente de presión, generado por
ósmosis, existente entre la fuente y el sumidero es el causante del flujo
transportador de asimilados fotosintéticos. La elevada concentración de azúcares
provoca la entrada masiva de agua desde el xilema en las fuentes, provocando una
presión sobre las paredes, que aumentan el potencial de presión, impulsando el
agua, con los asimilados, hacia los sumideros, donde la presión es menor que en las
fuentes pero mayor que en el xilema; el agua sale y vuelve al xilema.
La competencia entre los distintos sumideros implica que aquel que pueda
provocar el mayor gradiente de presión recibirá mayor cantidad de flujo
floemático y, con ello, mayor cantidad de fotoasimilados. La fuerza de un sumidero
es directamente proporcional a su tamaño y su actividad, aunque de forma
indirecta, las hormonas vegetales también parecen jugar un papel, en el control de
la distribución de fotoasimilados hacia los sumideros.
En gimnospermas, los poros a veces están llenos con membranas del retículo
endoplasmático liso, pero no sabe si es un artefacto experimental. De ser cierto, el
mecanismo de transporte en gimnospermas podría ser distinto al de angiospermas.
Terpenos
Los terpenos juegan un papel defensivo importante, al ser tóxicos para los
depredadores de las plantas. Todos ellos tiene como precursor la molécula de
isopreno (1,3-butadieno).
Existen dos vías de síntesis de los terpenos: La vía del ácido mevalónico y la
vía del 3-PGA/piruvato.
Diterpenos (C20): Los diterpenos también son importantes para la defensa de los
depredadores. Las resinas de los pinos contienen una gran cantidad de diterpenos.
Uno de los diterpenos más importantes en aplicaciones médicas es el taxol por sus
propiedades anticancerígenas.
Fenoles
Eritrosa-4-fosfato
PEP Glucólisis
(vía pentosas-fosfato)
Vía del ácido siquímico Acetil-CoA
Ác. cinámico
Ácido gálico
hidrolizables
La fenilalanina es el intermediario principal de la síntesis de la mayoría de
los fenoles. La fenilalanina liasa (PAL) es la enzima más importante de la vía. La PAL
puede ser regulada por factores ambientales como la abundancia o escasez de
nutrientes, la luz o por diversas infecciones. El punto más fuerte de regulación es
su propia transcripción.
3.2) Flavonoles
3.3) Isoflavina
4. Taninos:
4.1) Taninos condensados: Polímeros de flavonoides.
Los taninos tienen función defensiva al ser tóxicos para los herbívoros
Alcaloides
Embriogénesis
La embriogénesis, que tiene lugar dentro del saco embrionario del óvulo en
espermafitas, es el proceso que inicia el desarrollo de la planta. Comienza
normalmente con la fecundación de la célula huevo del saco embrionario con una
célula espermática del polen, para formar un zigoto. En las angiospermas tiene
lugar una doble fecundación. A la formación del zigoto acompaña la unión de una
segunda célula espermática del grano de polen con dos núcleos polares del saco
embrionario, para constituir un núcleo triploide a partir del cual se desarrolla el
endospermo, tejido de reserva alimenticia para el embrión. Además, otras
estructuras del saco embrionario completarán la formación de una semilla. En
algunas especies (dicotiledóneas), el endospermo se reabsorbe antes de
completarse el desarrollo de la semilla.
Desarrollo de la raíz
Fitocromos, receptores de luz roja (600 – 700 nm) y de luz roja lejana (700 –
800 nm)
Criptocromos, receptores de luz azul (400 – 500 nm) y de luz ultravioleta A
(320 – 400 nm)
Fotoreceptores de luz ultravioleta B (280 – 320 nm)
Los fotorreceptores más importantes en los procesos morfogenéticos son
los que absorben la luz roja y la azul.
Los fitocromos son cromoproteínas (de color azul) formando un dímero con
un peso molecular alrededor de los 120 kDa cada subunidad. Son una combinación
entre una proteína y un cromóforo azul (fitocromobilina) con estructura de
tetrapirrol de cadena abierta, que es sintetizado en los plastidios. Al recibir la luz
roja o infrarroja el cromóforo sufre una isomerización cis-trans, que induce
cambios conformacionales en la proteína.
luz roja
VLFR (respuestas de flujo muy bajo). Precisan una cantidad muy pequeña de
luz roja para iniciarse. La estimulación del crecimiento del epicótilo en
plantas etioladas o la inducción de la germinación de semillas de algunas
especies, como Arabidopsis, son ejemplos de estas respuestas. Una vez
inducidas, las respuestas a muy bajo flujo no son fotorreversibles.
LFR (respuestas de bajo flujo). La mayoría de las respuestas conocidas del
fitocromo son de este tipo. Estimulación de la germinación en plantas como
la lechuga, el enverdecimiento o el movimiento foliar. Son respuestas
reversibles, dependiendo del estado estacionario.
Tanto las VLFR como las LFR dependen de la recepción de una cierta
cantidad de fotones. Un pulso de luz débil inducirá una VLFR y, si persiste durante
un tiempo largo, la cantidad de luz percibida inducirá una LFR. Cortos pulsos de luz
más intensa también inducirán LFR.
Implicaciones ecológicas
Las auxinas pueden ser transportadas por el floema de forma apolar. El AIA
se sintetiza principalmente en el ápice de las yemas, y se transporta polarmente
hacia la raíz a través de las células parenquimáticas asociadas al tejido vascular.
Una vez llegada al tejido receptor, el transporte de las auxinas es a través de las
células de forma polar, activa y unidireccional con el consiguiente consumo
energético. De acuerdo con un modelo quimiosmótico, el gradiente de pH entre la
pared celular (pH~5) y el citoplasma (pH~7) facilita la entrada de la forma
reducida de las auxinas (AIAH) a través de la membrana citoplasmática, mientras
que impide la salida de la forma oxidada de la auxina (AIA) de la célula. Esta se
lleva a cabo a través de transportadores específicos situados en la parte basal de
la membrana celular.
Mecanismos de acción
Aplicaciones comerciales
La aplicación de auxinas sintéticas como fitorreguladores se utiliza en
prácticas agronómicas y biotecnológicas para:
el enraizado de esquejes
la estimulación de la floración
el retraso en la caída y el cuajado de los frutos o la modificación de su
aspecto
como herbicidas
Mecanismos de acción
En las células de la aleurona de las semillas de cereales, las GAs del embrión
activan la transcripción de los genes para la -amilasa a través de la producción de
una proteína inductora de la transcripción.
Aplicaciones comerciales
Las GAs tienen diversas aplicaciones comerciales relacionadas con los efectos
que tienen sobre el crecimiento de los tallos o la formación de frutos. Entre ellas
se encuentran:
Aplicaciones comerciales
En el siglo XIX, cuando las lámparas de carbón iluminaban las ciudades, se observó
mayor defoliación de los árboles vecinos a estas lámparas que en los más alejados.
El gas etileno, procedente de la combustión de estas lámparas, se identificó como
el componente causante de este efecto. En 1901, se observó el fenómeno que luego
se conocería como “triple respuesta”. En plántulas etioladas de guisante, el etileno
reducía la elongación, engrosaba el hipocótilo y cambiaba la orientación del
desarrollo del epicótilo, que crecía horizontalmente. En 1910 se descubrió que el
etileno era producido de forma natural por las plantas.
Estructura, síntesis y medida del etileno
La estructura del etileno (C2H4) es muy simple, con un peso molecular de 28
Da. Su característica más importante es su baja densidad, es un gas más ligero que
el aire, inflamable y fácilmente oxidable.
Mecanismos de acción
Aplicaciones comerciales
ÁCIDO ABSCÍSICO
El transporte de ABA se realiza tanto a través del floema como del xilema.
La distribución de ABA está directamente relacionada con el pH de los distintos
compartimentos. Es un ácido débil, y las membranas son permeables a la forma
protonada, pero no a la ionizada. Por tanto, la forma disociada se acumulará en
compartimentos alcalinos.
Así, el ABA puede ser redistribuido por variación de gradientes de pH, sin
variar la cantidad total de hormona. Uno de los efectos más típicos del ABA
es la inducción del cierre estomático en respuesta a estrés hídrico. Al principio del
estrés, el pH del xilema se alcaliniza, por lo que aumenta la forma disociada de
ABA, que se transportará desde la raíz a las hojas, donde no podrá atravesar la
membrana de las células del mesófilo, por lo que una mayor cantidad de ABA llega
por transpiración a las células de guarda de los estomas, inhibiendo la H+-ATPasa
de membrana y forzando la salida de K+. Al invertirse el flujo de K+, la turgencia
disminuye, causando por tanto el cierre estomático.
Los efectos del ABA a corto plazo, como el caso del cierre estomático o a
largo plazo, como la maduración de las semillas, tienen distintos mecanismos de
acción.
Poliaminas
Ácido salicílico
Jasmonatos
Tropismos
Nastias
Los estímulos ambientales causantes de las nastias no son direccionales. La
propia anatomía de los tejidos determina la dirección de la nastia. La
mayoría se debe a un cambio reversible de la turgencia celular, aunque
existen nastias debidas a crecimiento diferencial de los órganos. También
reciben nombres en función del tipo de estímulo causante del movimiento.
Desarrollo floral
Control de la Floración
Fotoperiodismo
La longitud del fotoperiodo regula, además de la floración, muchos otros
procesos y en todos los seres vivos. Durante muchos años se pensó que la duración
del día era determinante para inducir la floración, pero, interrumpiendo
alternativamente la longitud del día o de la noche en condiciones controladas de
invernadero, se demostró que es la duración de la noche quien determina la
inducción de la floración. En consecuencia, el término fotoperiodismo es confuso.
La duración del fotoperíodo se percibe en las hojas, que generan una señal
que se transmite al meristemo apical. Esta señal parece ser de tipo hormonal y se
denominó “florígeno”, el cual es transportado a través del floema (la floración se
interrumpe interceptando estos vasos) y se sabe que es de la misma naturaleza en
PDL y PDC, ya que PDL cultivadas en condiciones de día largo, inducen floración en
PDC injertadas sobre ellas y viceversa. Este producto todavía no ha sido
determinado o aislado, aunque la aplicación de giberelinas puede modificar la
respuesta en muchas plantas, incluso en algunas se correlaciona con un aumento en
los niveles endógenos de las mismas, haciendo a estas hormonas posibles
partícipes, aunque no únicos del control de la floración en respuesta al
fotoperiodo. La fotoinducción de la floración también incrementa los flujos de
sacarosa y de citoquininas hacia el meristemo apical, así como otras moléculas que
podrían actuar como señal, por lo que la inducción parece ser un sistema
multifactorial de señalización.
Vernalización
Gametogénesis
Gametogénesis masculina
Gametogénesis femenina
Durante la gametogénesis se pueden distinguir dos procesos análogos a la
masculina: comienza con meiosis, en este caso en el óvulo (megaesporogénesis). En
la mayor parte de las plantas con flor, tres de las células resultantes de la meiosis
degeneran y la cuarta formará la megaespora (megagametogénesis). En esta se
darán tres mitosis consecutivas para originar el gametofito femenino o saco
embrionario, que típicamente tendrá 7 células: una célula huevo en el fondo,
flanqueada por dos sinérgidas, una célula central con dos núcleos haploides (núcleos
polares) que se fusionan en algunas especies para formar un núcleo endospérmico, y
tres antípodas, en la parte superior del saco.
El tubo polínico se abre y las dos células espermáticas se fusionan con las de
la ovocélula y la central diploide del saco embrionario respectivamente, dando lugar
al cigoto y a un núcleo triploide en el saco embrionario. El cigoto, mediante división
celular, da lugar al embrión. La célula triploide formará el tejido de nutrición del
embrión o endospermo. En algunas plantas, las dos células espermáticas tienen
diferentes tamaños o formas, como determinantes de fertilización de la célula
huevo o de la célula central diploide; en otras, la superficie de ambas tiene
distintos componentes implicados en el desarrollo. En plantas como el maíz, la
presencia de cromosomas extra (cromosomas B), que no se separan durante la
mitosis, de tal forma que en la segunda mitosis de la célula generativa del grano de
polen, van a parar a una célula hija y no a la otra, son marcadores de la célula que
fertiliza a la célula huevo.
Estímulo partenocárpico
Maduración
Durante la maduración del fruto, ocurren una serie de cambios externos de
sabor, color, textura, etc. En conjunto, el fruto adquiere todas sus propiedades
organolépticas.
Una vez fecundados los núcleos polares, el endospermo crece en dos etapas de
desarrollo caracterizadas por el incremento en número de células y por el aumento
en la expansión celular, respectivamente. Aunque estos dos etapas no están
claramente separadas e individualizadas, en la mayoría de las especies se pueden
distinguir normalmente varias fases:
La germinación comienza con las toma de agua por la semilla (imbibición), que
sólo tendrá lugar cuando las condiciones ambientales sean favorables y se alivie la
dormición, y termina con la emergencia del eje embrionario en dicotiledóneas o de
la radícula en monocotiledóneas y gimnospermas.
Aunque aún de forma especulativa, se supone que las membranas son las
“dianas” de la señal que rompe la dormición mediada por luz roja. Un aumento de
temperatura cambiaría las propiedades físicas de las mismas, de forma que, el
aumento de la fluidez permitiría el movimiento del receptor del fitocromo, que se
uniría a la forma Pfr activa e iniciaría la transducción de la señal, que llevaría a la
síntesis de GAs y a la germinación.
SENESCENCIA
Formación de aerénquimas
Respuesta hipersensible
Las plantas, como organismos sésil son incapaces de ir en busca de las condiciones
ambientales más adecuadas para su desarrollo. Por lo tanto, de forma muy
frecuente, están sometidas a restricciones en su desarrollo por condiciones
desfavorables o estrés medioambiental, a las que tendrán que adaptarse. El estrés
por tanto implica la presencia de uno o varios factores externos que ejerzan una
influencia negativa sobre el crecimiento vegetal.
Según sea la naturaleza del factor causante del estrés, se puede distinguir
entre estrés biótico (producidos por seres vivos) y abióticos (producidos por
condiciones ambientales).
ESTRÉS BIÓTICOS
Están causados por agentes que pueden resultar patógenos como bacterias,
hongos, virus, insectos, nemátodos, pero también grandes y pequeños vertebrados
(herbívoros) así como otras plantas.
Las plantas pueden tener además un sistema de aviso de la presencia del estrés
en órganos de la planta que no lo hayan detectado. Este sistema se denomina
resistencia sistémica adquirida (SAR, del inglés Systemic Acquired Resistance).
ESTRÉS ABIÓTICOS
Las plantas están en contacto continuo con bacterias, hongos, virus, insectos,
nemátodos y otros animales y plantas que pueden vivir en simbiosis o mutualismo, o
bien pueden dañar a la planta. En especial, los microorganismos pueden infectar,
colonizar y reproducirse sobre o dentro de los tejidos vegetales en simbiosis o
bien desarrollando una enfermedad en la planta, en una asociación virulenta
conocida como patogénesis.
Se ha comprobado que este modelo puede ser válido para la mayoría de las
interacciones planta-patógeno. Para patógenos cuya virulencia radica en la
liberación de toxinas, la compatibilidad o incompatibilidad radica no sólo en el
reconocimiento del factor de virulencia, sino en la producción de la toxina por el
gen dominante (Tox) del patógeno y la existencia de genes dominantes de sistemas
enzimáticos de desintoxicación en la planta.
Respuesta sistémica
Adaptación al calor
Adaptación al frío
Estrés salino
Estrés anaeróbico
Estrés lumínico