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Memorias del Foro:

Acceso a los recursos genéticos y derechos de los


pueblos indígenas

RADPI. A.C.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA, UNIDAD XOCHIMILCO
Mtro. Norberto Manjarrez Álvarez
Rector

Dr. Cuauhtémoc Pérez Llanas


Secretario de Unidad

Coordinación de Planeación y Desarrollo Académico


Lic. Delia Patricia Coututier Bañuelos

Convocantes: UAM-X y Red de Abogadas y Abogados


por los Derechos de los Pueblos Indígenas

Diseño de la portada:
Claudia López López

Cuidado de revisión, corrección y edición:


Dra. Patricia Romero Lankao

Captura:
Juana Cortés Ramírez,
Pabla Cevallos González
Raúl Baños de la Rosa

RADPI. A.C.
I. Introducción

Patricia Romero Lankao1

Filosofía, organizadores y objetivos del Foro

Como otros temas ambientales, el de los recursos genéticos y los derechos de los
pueblos indígenas no es algo “neutro”, que pueda tratarse con herramientas
analíticas y estrategias políticas asépticas. Es ante todo un asunto que diversos
actores construyen, perciben y enfrentan en un contexto socioeconómico y político
definido por la historia y la especificidad. Los actores, quienes poseen distintas
visiones en torno al qué, por qué, y cómo analizar y gestionar la cuestión, no
conforman “bloques monolíticos” (los indígenas, el gobierno, la academia, las
trasnacionales, y las organizaciones civiles); tampoco presentan y defienden
intereses y percepciones homogéneas; configuran antes bien, incluso en su interior,
una variada, compleja y cambiante gama de posiciones.

Conscientes de lo anterior, y de la urgencia de analizar y gestionar este tema, el


Instituto Nacional de Ecología (INE) de la Secretaría del Ambiente y de Recursos
Naturales (SEMARNAT), la Red de Abogados y Abogadas por los Derechos de los
Pueblos Indígenas (RADPI) y la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad
Xochimilco (UAM-X), a través de la “Cátedra Raúl Anguiano”, promovieron la
organización, el 13 y 14 de noviembre de 2001, del “Foro: Acceso a los recursos
genéticos y derechos de los pueblos indígenas”. Ángeles Arcos y Claudia Gómez
(UAM-X y RADPI) fueron destacadas impulsoras del evento; contaron con el
invaluable apoyo de Patricia Aceves, entonces rectora de la UAM-X, de Patricia
Couturier directora de COPLADA (UAM-X) y de Exequiel Ezcurra, presidente del
Instituto Nacional de Ecología. Participaron además, en la organización, Marta
González (UAM-X), Evangelina González (RADPI) y la autora de esta
introducción, entre otras personas.

Movidos por el deseo de abrir un espacio de discusión, los organizadores buscaron


que en el encuentro participaran comunidades indígenas, organizaciones civiles,
instancias gubernamentales, académicos y estudiantes, entre otros sectores
afectados por, involucrados, promotores e interesados en el tema. Y se logró que
gran parte de sus representantes discutieran, concordaran y –por qué no–
discordaran en torno a los componentes y posibles futuros de tan importante
asunto.

1Profesora del Departamento de Política y Cultura de la UAM-Xochimilco, y responsable por ésta


de la cátedra Raúl Anguiano.
En estas memorias aparecen tanto las ponencias presentadas en las seis mesas
previstas por los organizadores, como las preguntas, críticas y recomendaciones
expuestas por el público, al final de cada mesa (véase índice). Todas ellas
revisadas, corregidas y editadas por la autora de esta introducción.

El lector(a) tiene ante sí un rico material que permite esbozar diversas


percepciones, visiones y –por supuesto– intereses en torno a temas clave del
asunto que nos ocupa, a saber: ¿de qué estamos hablando cuando pensamos en los
recursos genéticos, los derechos de los pueblos indígenas, los proyectos de
bioprospección, y el reparto de beneficios?; ¿cuál es el contexto socioeconómico y
cuáles los actores?; ¿con qué marco jurídico se cuenta en el ámbito internacional y
nacional?, y last but not least, ¿qué problemas, retos y alternativas existen en la
materia?. Presentamos al lector(a) una sucinta caracterización de las ideas, datos e
interpretaciones de ponentes y participantes alrededor de estas cuestiones.

La presente sección introductoria difícilmente puede sustituir completamente la


riqueza de ideas y de polémicos casos plasmados en estas memorias. Incluso decidí
no describir aquí, casos como el de ICBG Maya presentado y discutido
acaloradamente por Gerardo González (ECOSUR) y Carlos Guzmán
(COMPITCH), o como el de la presencia de maíz transgénico en campos agrícolas
oaxaqueños (véase González). Invito al lector(a), por lo mismo, a adentrarse en la
cuidadosa revisión del documento y a formar su propia visión sobre este
apasionante material.

El contexto y sus actores

Guillermo Pérez, uno de los ponentes, señala que mientras durante 1930-1980 los
recursos genéticos y fitogenéticos se percibieron como un bien común de la
humanidad, a partir de la década de 1980, se habló crecientemente del acceso a
ellos, de su privatización. En los últimos veinte años se han registrado inusitados
avances en biotecnología, entendida como “la aplicación de técnicas in Vitro de
ácidos nucleicos, incluidos el ácido desoxirribonucleico (ADN) recombinante y la
inyección directa de ácido nucleico en células u orgánulos, o la fusión de células
más allá de la familia taxonómica que superan las barreras fisiológicas naturales de
reproducción o de la recombinación y que no son técnicas utilizadas en la
reproducción y la selección tradicional” (Ortiz y Huerta 2002). Las industrias
farmacéutica y agroquímica, vinculadas a la biotecnología, registraron un
dinamismo, diversas modificaciones. Empezó a promoverse e introducirse una
nueva visión de y una serie de controles y regulaciones en torno al acceso a
aquellos recursos, a la información y conocimiento sobre sus propiedades y usos
actuales y posibles.
Los fenómenos de biopiratería, es decir, de apropiación y monopolización, por
parte de individuos y organizaciones, de conocimiento y recursos genéticos de
indígenas y agricultores (www.ectgroup.org), no son nuevos, se remontan incluso
a la Colonia (Crosby 1988). Los que han cambiado son el contexto y las figuras
regulativas mediante los cuales se llevan a cabo y que comprenden, entre otros, los
siguientes procesos:

a) Unas cuantas “gigantes genéticas”, entre las que sobresalen Glaxo-Smith-


Kline, Novartis, Aventis, Bristol-Myers-Squibb, Monsanto, Hoffman,
Rocher, y Johnson & Jonston, han impulsado en recientes décadas y
dominan tanto la biotecnología como la producción y la venta de pesticidas,
semillas, medicinas y comida muchos de los cuales poseen componentes
genéticamente modificados. Sirvan algunos datos como ejemplo de este
fenómeno de concentración económica y tecnológica. Las 10 mayores
compañías farmacéuticas controlan 48% del valor del mercado mundial; las
10 mayores corporaciones agroquímicas dominan 84% del valor del
mercado de agroquímicos, y tan solo “la semilla transgénica de Monsanto
(hoy Pharmacia) se utilizó en el 94% del área total sembrada con cultivos
transgénicos en el 2000” (ETCgroup 2001).

b) Estos consorcios fomentan junto con fundaciones, universidades,


investigadores internacionales y nacionales, y particulares, los proyectos de
bioprospección, consiste en la recolección de material genético y biológico,
así como la biopiratería. Las corporaciones son las principales productoras
de organismos genéticamente modificados (OGM), a los que se define como
“cualquier organismo vivo que posea una combinación nueva de material
genético que se haya obtenido mediante la aplicación de la biotecnología
moderna” (Ortiz y Huerta 2002).

c) Los gigantes promueven, con la Organización Mundial del Comercio, los


gobiernos de sus empresas sede y otros actores internacionales, regulaciones
que los protejan ante la “biopiratería”, a la que entienden en este caso como
el acceso a sus innovaciones, sin el respectivo pago, por los que carecen de
ellas o no obstante haber sido fuente de conocimiento en que aquellas
abrevan, han sido financiera y políticamente incapaces de patentarlas. Los
grandes biotecnológicos resisten por otra parte, en casos como el del
Tratado Internacional sobre Recursos Genéticos para la Alimentación y la
Agricultura, la normatividad acerca del reparto de beneficios, el acceso a
recursos genéticos y el patentado de recursos y conocimientos tradicionales
o de dominio público, normatividad que busca proteger los intereses de
diversos sectores de los países origen de esos recursos.
d) Estos consorcios son los principales promotores, junto con particulares
extranjeros y mexicanos, de las patentes de especies naturales y variedades
vegetales “modificadas”, de productos ancestralmente utilizados por las
comunidades, o de conocimiento tradicional. Muchas de las patentes
–documentan Paul Hersch y Jorge Larson– no proceden éticamente, por
pretender privatizar la vida y sustraer recursos del bien común. Tampoco
tienen fundamento técnico, por razones como las siguientes: no
corresponden a usos inéditos; los promotores se apropian de los resultados
de investigaciones académicas y de conocimientos tradicionales colectivos y
ancestrales sobre plantas como la guayaba, la gobernadora y el cachalalate;
se trata de apropiaciones que carecen en muchos casos del debido
reconocimiento de derechos de autor y de la compensación correspondiente;
se han presentado incluso patentes en torno a nombres de especies y sitios
locales, como el “mezcal Tobalá” o el agua “Veinte Cerros”.

Mientras el mundo registra esta intensa transformación, en México se carece por lo


regular, como documenta Paul Hersch, de un trabajo académico sobre uso y
transformación biotecnológicos de recursos genéticos; de un trabajo ligado tanto a
una industria farmacéutica y agroquímica nacional como a los requerimientos de
los pueblos indígenas y de los agricultores. La investigación y la industria
presentes en el país no necesariamente responden a sus necesidades. Nuestro
Estado y sociedad carecen de la capacidad “para proteger y dinamizar recursos
naturales promisorios”, dada por estructuras de innovación y desarrollo (institutos
de investigación, empresas farmacéuticas y agroquímicas locales, regionales y
nacionales), que agreguen valor a los recursos genéticos, y los transformen desde y
para las peculiaridades socioeconómicas y ambientales del país.

Como se documentará más adelante, se adolece en México de un marco jurídico


que reconozca derechos indígenas fundamentales al territorio, a la cultura, a la
identidad. Lo que aunado a las condiciones de marginación y deterioro
comunitario e institucional en que vive la mayoría de estos pueblos y gran parte de
los agricultores del país, configura un contexto propicio a la biopiratería y a la
incapacidad indígena de aprovechar y desarrollar a cabalidad las posibilidades que
le brindan sus recursos.

Destacan por tanto, entre los actores que participan en el escenario del acceso a, el
uso, la apropiación y la transformación de los recursos genéticos: las corporaciones
internacionales; las fundaciones y organismos internacionales como la
Organización Mundial del Comercio; los gobiernos sede de las corporaciones; las
distintas instancias gubernamentales mexicanas federales y locales; las
organizaciones civiles e indígenas; las universidades extranjeras y nacionales, sus
investigadores, y los pueblos indígenas. Como ocurre con otros asuntos
ambientales, los actores involucrados en el manejo de los recursos genéticos
poseen desiguales recursos, información y poder de ingerencia en la gestión y
aprovechamiento de los recursos genéticos, cuestiones todas que recurrentemente
son mencionadas y documentadas en el foro por ponentes y público en general.

¿De qué hablamos?, iguales términos, distintas definiciones y visiones

No obstante todos los asistentes al foro utilizan recurrentemente términos como los
de recursos genéticos, derechos, pueblos indígenas y propiedad intelectual, les dan
connotaciones diferentes. Las cuales no necesariamente son típicas de un sector en
particular (gobierno, academia, organizaciones civiles). Algunos voceros del
gobierno y la academia, por ejemplo, perciben a los recursos genéticos como
recursos naturales u objetos que pueden utilizarse y apropiarse, que tienen
usuarios y beneficiarios; otros, indígenas sobre todo, no los ven como un simple
objeto utilitario; los conciben como una madre que les da vida, como un ser
humano que siente.

A tan diferentes visiones se vinculan diversas posiciones en torno al tema del


acceso y la apropiación, promovido por los primeros, visto por los segundos como
algo imposible, algo que “no existe”, o que es cuando menos de especial
naturaleza. De ahí la pregunta de Aldo Rodríguez, un ponente indígena:
“¿podemos hablar de apropiación hacia algo que tiene vida, que es igual que
nosotros, que siente?”. En este contexto se entiende, además, la afirmación de otro
ponente indígena, Carlos Guzmán, según la cual “no podemos ser propietarios de
una planta, por ejemplo hablando de la medina tradicional, cuando también la
tienen las comunidades indígenas de Guatemala, la sociedad en general de
Guatemala, cuando allá también la hay”.

Con tales percepciones se relacionan, por otra parte, cuando menos dos nociones
acerca de la propiedad intelectual. De acuerdo a la primera visión, inserta en la
tradición occidental, el conocimiento es individual, tangible, innovador, temporal,
susceptible de aplicación industrial, remunerado por tanto con un privilegio
comercial, a saber: la propiedad intelectual. En la segunda acepción, compartida
por gran parte de los pueblos indígenas, el conocimiento tiende a ser lo contrario:
comunitario, acumulativo, intangible, intergeneracional, intemporal. No todos los
indígenas comparten tal visión. Pueblos de Australia, Canadá, Estados Unidos y
Nueva Zelanda, por ejemplo, tienden a compartir la concepción occidental de
propiedad; se inclinan, por lo mismo, a favor de una flexibilización del régimen de
propiedad intelectual y de la comercialización de sus conocimientos tradicionales.

Hay otra concepción de conocimiento tradicional, compartida incluso por algunas


autoridades y académicos. Según la visión, éste se remonta a 5 mil, 6 mil y hasta 10
mil años; consiste en lentos procesos de selección natural, de identificación de
mutaciones, de determinación de variación genética por los agricultores
tradicionales. Por ser procesos de esta naturaleza, los conocimientos tradicionales
demandan un reconocimiento especial, sui géneris.

Portavoces de pueblos indígenas llaman la atención, a lo largo del foro, del


recurrente e inadecuado uso, en acuerdos internacionales, y entre hacedores de
políticas nacionales, académicos, organizaciones civiles y público en general, del
término comunidades indígenas, que parece concebirse como la población étnica
que habita en una demarcación político administrativa, como la localidad y el
municipio. El término –sostienen– es inapropiado por soslayar que, más allá de
fronteras político administrativas, los pueblos indígenas comparten una lengua,
una cultura, una identidad, un territorio. En palabras de Aldo González:

“Cuando hablamos de pueblos indígenas, hablamos del pueblo Zapoteca,


del pueblo Mije, del pueblo Náhuatl, del pueblo Totonaco. En nuestro país
hay 57 pueblos indígenas. Cuando hablamos de comunidad, estamos
hablando de la comunidad de /la localidad de/ Guelatao, por ejemplo y hay
miles de comunidades en nuestro país”.

El marco jurídico

Se carece en el ámbito internacional de un marco jurídico o régimen coherente y


maduro en torno a los recursos genéticos. Se posee a lo sumo “un conjunto
disperso de elementos normativos /de reciente aparición/, y, sobre todo, de
procesos de definición de estándares internacionales que se desarrollan en una
pluralidad de marcos institucionales” (véase Rodríguez).

El Convenio de Diversidad Biológica (CDB), de 1992, es componente clave de ese


marco; busca la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, el reparto
equitativo de los beneficios generados por el aprovechamiento de recursos
biogenéticos (Artículo 1). El CDB establece que cada país firmante, “según
proceda” y “con arreglo a su legislación nacional” respetará y conservará el
conocimiento tradicional de las “comunidades indígenas” que sea pertinente a la
conservación y uso sostenible de la diversidad biológica. Cada Parte difundirá ese
conocimiento, y fomentará un acceso equitativo a los beneficios derivados de su
aplicación (Artículo 8j).

El CDB reconoce a las partes contratantes, es decir a los Estados –no


necesariamente o explícitamente a los pueblos indígenas– el derecho al
conocimiento previo informado y a decir no a la bioprospección (Artículo 15). El
CDB toca el tema del compartimiento de beneficios por el uso, investigación y
transformación de recursos genéticos, al señalar que “según proceda”, las Partes
contratantes –no los pueblos indígenas– velarán porque aquellos se repartan de
forma justa, equitativa y mutuamente acordada (Artículo 15).

El CDB opera dentro del y se ve limitado por el régimen internacional de


propiedad intelectual, plasmado jurídicamente en los acuerdos Trips, y sancionado
por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Como señala Rodríguez
Piñeiro, uno de los ponentes en el foro, los Trips no se refieren directamente a los
recursos genéticos; pero plantean en su artículo 27.b.3 la posibilidad de que los
miembros de la OMC obligatoriamente permitan patentes tanto en torno a
microorganismos como a plantas y animales obtenidos a través de procedimientos
no biológicos y microbiológicos. El artículo “no excluye necesariamente del ámbito
de lo patentable a animales y plantas, una cuestión que queda abierta al arbitrio de
los estados firmantes” (Véase Rodríguez).

El Tratado Internacional sobre Recursos Genéticos para la Alimentación y la


Agricultura, aprobado el 13 de Noviembre de 2001, puede fungir como contrapeso
al patentado libre de la vida y a la comercialización de recursos genéticos
propiciados por los Trips, por cuando menos dos conjuntos de disposiciones. El
tratado establece, en primer lugar, un sistema multilateral de acceso al
germoplasma de 35 géneros de maíz, fríjol, trigo y arroz, entre otros cultivos
básicos para la alimentación; el sistema se aplica, además, a 29 cultivos forrajeros,
“los cuales no podrán ser patentados ni reclamados bajo ninguna forma de
propiedad intelectual” (ETCgroup 2001).

El tratado de referencia reconoce formalmente el derecho de los agricultores a


conservar, intercambiar y vender semillas generadas en su unidad productiva; a
proteger sus conocimientos tradicionales sobre las semillas, y a participar en la
distribución de beneficios derivados de esos recursos (ETCgroup 2001). No
obstante la aplicación de estas cláusulas de no patentabilidad y derechos
constituye un logro, combatido por representantes de los gobiernos de Estados
Unidos y Japón, queda sujeta a la legislación nacional. Lo que tratándose de un
país que carezca de ésta, puede limitar el alcance del tratado.

A pesar de no referirse explícitamente al acceso a los recursos genéticos, el


Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es el acuerdo
internacional vinculante que trata directamente un asunto que –según se verá– es
visto por los indígenas como requisito indispensable para el reconocimiento de sus
derechos sobre los recursos genéticos, a saber: el derecho de los pueblos indígenas
a la propiedad y posesión de sus territorios, así como al uso de y paso por zonas a
las que tradicionalmente han accedido para la realización de sus actividades de
subsistencia, no obstante esas áreas no les pertenezcan (Véase González).
En el ámbito nacional contamos también con una normatividad poco sistemática e
inmadura, conformada por legislación explícitamente vinculada al tema como la
Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), la Ley
de Derecho de Autor, y una iniciativa de ley de acceso. Poseemos por otro lado una
normatividad de incidencia implícita en el asunto, como la Reforma al 27
constitucional y a la Ley Agraria.

La LGEEPA reconoce dos mecanismos de acceso a los recursos genéticos: la colecta


científica y la colecta biotecnológica. Establece que el promotor de ambas, tiene que
pedir permiso a la SEMARNAT para realizar sus labores; que quien quiera efectuar
la colecta biotecnológica, debe contar con el consentimiento de los propietarios de
los predios, además de garantizar a éstos, un reparto equitativo de beneficios.

La legislación mexicana, nos dice Jorge Larson, es incapaz de reconocer el derecho


colectivo. La Ley de Derecho de Autor concibe el conocimiento tradicional como
artesanía; lo coloca “en el mismo capítulo que el arte, la cultura popular y los
símbolos patrios”; la ley no permite por tanto identificar al autor colectivo de ese
conocimiento.

Como señala Aldo González, aunque la Ley Agraria de 1992 parece reconocer a las
comunidades y ejidos la propiedad sobre la tierra; no obstante aparentar darles
una mayor certeza jurídica, “desde nuestro punto de vista /el derecho/ se le está
dando al que está detrás de la propiedad, al que /como las trasnacionales,
fundaciones y caciques/ quiere obtener para sí esa propiedad” y los recursos
genéticos que están en ella.

Problemas, retos y tareas pendientes

¿Qué retos enfrentamos en México y otros países mega diversos en materia de


acceso a los recursos genéticos y derechos de los pueblos indígenas?. ¿Qué hacer
de cara al futuro?. Son diversas las posiciones y respuestas de los ponentes y
demás asistentes al el foro.

No obstante los presentes en el encuentro poseen diferentes visiones, tienden a


converger en algunos puntos. Tal ocurre con el artículo 27.3.b del Trips. Voceros de
organizaciones indígenas y civiles, del gobierno y de la academia nacional y de
otros países del Sur tienden a rechazarlo, a buscar alternativas de regulación (véase
Rodríguez).

Se presentan también posiciones irreconciliables, de meros partidarios y


opositores, en torno a temas como la bioprospección, el acceso a los recursos y la
biotecnología, vistos por la mayoría como componentes clave del actual proceso de
globalización. Algunos, por ejemplo, plantean la necesidad de insertarnos como
sociedad a este globalizante y excluyente dinamismo del sector biotecnológico.
Sugieren hacerlo de manera articulada, construyendo una normatividad nacional
consensuada y “alternativa”. Destacan la necesidad y urgencia de discutir,
gestionar y estructurar los mencionados asuntos, desde las necesidades de
nuestros diferentes sectores sociales; de diseñar los mecanismos y programas
destinados a acceder a los recursos genéticos, a dinamizar su uso y transformación
locales. Proponen ratificar y hacer nuestras aquellas disposiciones de tratados y
convenios internacionales que, como el de Recursos Genéticos, Alimentación y
Agricultura y el 163 de la OIT, defienden los derechos de los indígenas y
agricultores. Invitan a dejar de satanizar procesos y actores (globalización, Banco
Mundial, gobierno), y a pactar y colaborar con los integrantes de estos últimos, que
han mostrado con acciones encontrarse sensibilizados hacia los intereses de los
pueblos indígenas. Plantean, en consecuencia, la urgencia de construir
“mutuamente” este tema, de configurar en torno a él “comunidades políticas” que
ya han mostrado sus potencialidades en la gestión de asuntos ambientales
internacionales, nacionales y regionales como los de los fluoroclorocarbonos, el río
Rin, la lluvia ácida en Europa y los problemas ambientales de Londres.2

Otros rechazan rotunda y radicalmente la biopiratería, los actuales sistemas de


propiedad, los contratos de reparto de beneficios y todas estos procesos
pertenecientes al “demonio” de la globalización. Más que tener que elegir entre
opciones, todas negativas, y que nos ponen “contra la pared de cara a las empresas
transnacionales”, sería conveniente –nos dicen– pelear “por condiciones generales,
globales, en donde todos estuviéramos mejor” (véase Barreda). Los partidarios de
esta posición no aclaran en qué consisten esas condiciones, y cómo es que nos
conducirían al aludido mejoramiento.

Pero no todo es la disyuntiva entre negro y blanco, entre el bien –los pueblos
indígenas– y el mal –las trasnacionales–. Algunos participantes en el foro
presentan además, posiciones y visiones que configuran una amplia gama de
grises en torno a problemas y retos que caracterizaré a continuación. No sin antes
subrayar que las posiciones no son necesariamente defendidas por un bloque: el
gubernamental, el académico, el de las organizaciones indígenas. Hay diferencias
al interior de estas agrupaciones. Suele ocurrir, por ejemplo, que algunos

2 Se define a la “construcción mutua” de asuntos ambientales como el que nos ocupa, como un
proceso dinámico en el que los especialistas construyen y moldean las perspectivas de análisis de
los temas; pero no lo hacen en el vacío, ni desde un espacio social y políticamente neutro; se ven
constantemente determinados por los debates políticos y las preocupaciones de la población, en los
que también inciden y frente a los cuales toman posición. La comunidad política se concibe como
una red de actores pertenecientes a diversos sectores gubernamentales y sociales. La red se
construye alrededor de un asunto de política y en este proceso, configura patrones y reglas de
interacción y de resolución de conflictos (Keeley y Scoones 1999).
funcionarios y académicos se inclinen por la visión de portavoces indígenas en
torno a un asunto.

Representantes de instancias gubernamentales ambientales, como SEMARNAT y


el INE, se inclinan más por instrumentos como el Convenio de Diversidad
Biológica o el Tratado Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura.
Mientras que funcionarios de secretarías económicas, como la de Comercio y
Fomento Industrial y la de Hacienda y Crédito Público, tienden a respaldar
instrumentos comerciales tipo Trips (véase Benet). Lo que muestra aquí, como en
otras áreas, diferencias dentro del gobierno mexicano, por lo mismo, que igual que
otras instituciones, éste conforma una organización compleja y dinámica, no un
ente monolítico.

Las autoridades ambientales reconocen que carecemos de una regulación nacional


acerca del acceso a recursos genéticos y el reparto de beneficios. En lugar de
esperar a que ésta se configure en el ámbito internacional –sostienen– tendremos
que diseñar un marco jurídico nacional, así como promover regímenes
internacionales vinculantes y que den cuenta de los intereses de los países del Sur.
Al igual que algunos académicos, estos funcionarios no perciben como factible la
moratoria al acceso y a los proyectos de bioprospección, defendida por otros
participantes. Argumentan su elección destacando que la bioprospección y la
biopiratería ya están en curso, y no podemos darnos el lujo de esperar más para
regularlas

Las autoridades ambientales ya impulsan acciones ante la Comisión de


Biodiversidad, a saber: “un mecanismo de rastreo de materiales, [...] un certificado
de consentimiento previo informado y términos mutuamente acordados de
transferencia de materiales; que no se pueda transferir internacionalmente material
genético sin certificado; que ese material haya sido obtenido de manera legal a
partir del consentimiento previo informado de las comunidades”; que se cuente
con “un paquete de salvaguardas mínimas para el conocimiento tradicional, es
decir, que se reconozca en los sistemas internacionales de propiedad intelectual,
los modelos sui generis de propiedad intelectual”, y se desarrollen “cláusulas
modelo, en la publicación de contratos de inclusión de beneficios” (véase Ezcurra).

Organizaciones civiles e indígenas nacionales e internacionales, como la RADPI, el


Foro Indígena Internacional sobre Biodiversidad, Etcgroup, Compitch y algunos
académicos sostienen que toda discusión sobre acceso a recursos genéticos y
reparto de beneficios, es inocua si no reconoce el derecho indígena al territorio, a la
cultura, a la identidad. Señalan que los organismos internacionales y los gobiernos
nacionales deben de ver y aceptar a los pueblos indígenas “como detentadores de
derecho”, y no como simples “interesados” en la biodiversidad, en el uso y
transformación de los varias veces citados recursos genéticos. Insisten en la
indispensable aceptación del derecho de los pueblos, no de las comunidades
indígenas, a la autonomía y autodeterminación; derecho que pasa por el respeto a
sus instituciones legales y políticas, a sus territorios y recursos naturales, a su
conocimiento en torno a éstos, e incluso a rechazar proyectos como los de
bioprospección. En México podrían usarse los Acuerdos de San Andrés como
primer y definitivo paso en el proceso de reconocimiento de esos derechos.

Algunos integrantes de dichas organizaciones señalan incluso que es de los


indígenas la “responsabilidad primera” ante los valores, conocimientos y cuidado
de los recursos biológicos y genéticos (Véase Regino). Funcionarios
gubernamentales declaran que nosotros no podemos hacer nada, “mientras las
comunidades indígenas no se apropien y no asuman que es de ellas este material
biológico y que sólo ellas lo pueden cuidar”. Sólo en ese momento, los demás
actores aportaremos “lo que en nuestro ámbito de competencia nos toca aportar
para reforzar todos esos procesos de las comunidades” (véase Garibay).

Los grupos destacados agregan que se deben fomentar sistemas alternativos al


Trips, precisamente porque los indígenas perciben y manejan de distinta manera la
“propiedad intelectual”; pero además por razones prácticas, es decir, porque los
sistemas públicos y colectivos no pueden asumir los elevadísimos costos de
prosecución de mecanismos como el de patentes. Proponen como alternativa,
sistemas con un enfoque integral; sistemas sui generis que reconozcan la propiedad
comunal y los derechos derivados de conocimientos sobre asuntos de dominio
público; sistemas que diferencien entre propiedad de y conocimiento en torno a los
recursos genéticos, y que asuman que la utilización de recursos genéticos implica
el uso del conocimiento tradicional a ellos asociado (Véase “Declaración de
Clausura...” en estas memorias).

Mientras se construyen los sistemas sui generis –proponen– se debe promover una
moratoria tanto a la recolección de material biológico en territorios indígenas –a la
bioprospección–, como al patentado sustentado en esa recolección. Sugieren se
haga una discusión pública de la normatividad en ciernes, en especial de la
iniciativa de ley en materia de acceso actualmente en el Senado de la República.
Destacan que en esa discusión deben participar realmente indígenas, organizaciones
civiles y otros sectores relevantes. Demandan por otra parte, se interpreten los
principios del consentimiento previo informado y del reparto de beneficios como
derechos de los pueblos indígenas, sustentados no en “beneficios monetarios” sino
en sus ya descritos derechos fundamentales. Agregan que tales principios no
deben insertarse en el ámbito de discrecionalidad de las Partes Contratantes, es
decir, de los Estados-nación sino en el reconocimiento de los pueblos indígenas
como “detentadores de derecho”. Hubo una propuesta concreta en relación con
estos asuntos:
“Volver operativas las consultas previstas en el convenio 169 de la OIT,
mediante la creación de consejos o comisiones independientes, propuestas
por los propios pueblos y comunidades, de tal manera que se ajuste a los
postulados de esta convención que puede evaluarse a través de cuatro
puntos: a) que la información proporcionada por los informantes sea
completa, incluida la visión de contexto, los antecedentes y trayectoria de
los oponentes, las experiencias comparativas y los posibles escenarios, b)
que sea comprendida a cabalidad por los destinatarios; c) que lo que se
presente incluya a todos los interesados o implicados; d) que lo propuesto, a
juicio de los pueblos y comunidades indígenas, no distorsione o vaya en
contra de la cultura, instituciones, principios o formas comunitarias” (Véase
Guzmán).

Otro problema destacado y que se esboza en el párrafo anterior, es que indígenas,


académicos, gobierno y otros sectores tienen desigual y –en no contadas ocasiones,
distorsionado– acceso a la información sobre monto, calidad y distribución de
recursos genéticos; adolecen de datos en torno a conocimiento tradicional y
conocimiento académico; saben poco sobre la normatividad en la materia, y las
figuras jurídicas que respaldan o prohíben la bioprospección, la biopiratería y
otras actividades. En palabras de Aldo González:

“Lo que nos urge en este momento es que haya una discusión en el ámbito
nacional de este asunto y que los interesados, los pueblos indígenas entre
otros, que estamos preocupados con lo que puede suceder con nuestros
recursos, podamos dar esa discusión. Podamos informarnos de cómo está
esta situación”.

No obstante la riqueza y complejidad de lo discutido y propuesto en el foro,


quedaron algunos temas por cubrir, o apenas esbozados en algunas ponencias e
intervenciones del público. El primero es un dilema de valores o ética ambiental.
Toca la difícil pregunta de hasta dónde podemos llegar con nuestra capacidad de
modificar la “naturaleza” mediante la ciencia y la técnica, de transformar los
recursos genéticos a través de la biotecnología.

Si insertos en un humanismo tradicional, no otorgamos valor a lo natural, y si en


consecuencia damos prioridad a la felicidad y bienestar humanos, entonces
evaluaremos las “dollies”, el maíz transgénico, los jarabes glucosados y otros
productos genéticamente modificados, en términos de sus ventajas y desventajas
para la actividad económica, para la calidad de vida, para el bienestar de los
pueblos indígenas, para la igualdad social y para otros tantos valores
predominantemente sociales.
Si por el contrario, otorgamos valor a la naturaleza por sí misma, y si nos
insertamos en una perspectiva sistémica, que reconoce la compleja y cambiante
interdependencia entre lo “social” y lo “natural”, entonces evaluaremos las
transformaciones biotecnológicas por sus implicaciones en cuando menos tres
terrenos: los animales, plantas, microorganismos y otros seres vivos; los
ecosistemas y sistemas sociales de que forman parte, tales como bosques,
agroecosistemas y ciudades; y la economía y calidad de vida de los pueblos
indígenas y de los otros sectores que habitan las distintas regiones del país y del
mundo.

El segundo asunto apenas mencionado por algunos asistentes al foro, es el del


cumplimiento tanto de la normatividad formal –legal– como de las reglas
informales, también llamadas instituciones (Ostrom 1990) y que operan en el
ámbito comunitario. Como en otros países latinoamericanos, la mayoría de los
distintos sectores sociales y estatales mexicanos deben trabajar para romper con la
inercia plasmada en la máxima colonial de “acátese pero no se cumpla”; inercia que
torna estériles los en el foro propuestos esfuerzos de regulación del acceso a, la
transformación y la obtención de beneficios de los recursos genéticos; inercia
relacionada con la debilidad institucional y organizacional del país, imperante
también al interior de la mayoría de los pueblos indígenas, no de todos. Los
mismos voceros de los pueblos Mixe y de la Sierra Norte de Oaxaca, que
experimentan una situación institucional y organizacional relativamente más
sólida, reconocieron en el foro que gracias a la “organización interna” y al respeto
de sus “estatutos comunales” –es decir, de sus instituciones– han podido
“defender” sus bosques y sus recursos.

La incertidumbre en torno a las implicaciones ambientales y sociales de la


modificación de recursos genéticos es la tercera cuestión, puesta en la mesa de
discusión del foro a través de la denuncia de la contaminación de milpas
oaxaqueñas con maíz transgénico. La incertidumbre se vincula en este caso a una
peculiaridad de los OGM. No pueden inferirse generalizaciones en torno a las
implicaciones de su uso y de su liberación al ambiente, pues la evaluación de sus
posibles riesgos y beneficios debe considerar la distinta configuración, en cada
caso, del OGM, de la modificación genética de que se trate y del ambiente receptor.
En el caso de la agricultura, por ejemplo, los impactos a evaluar contemplan

“La pérdida y el deterioro de los recursos genéticos, la homogeneización de


cultivos, la transferencia de genes a parientes silvestres o variedades criollas,
daños a especies no blanco como organismos benéficos, la creación de
nuevas malezas, cambios en las interacciones tróficas y de competencia y el
rompimiento de los ciclos biológicos, entre otros (Ortiz y Huerta 2002).
De ahí la urgencia de introducir en éste, como en otros ámbitos ambientales, el
principio precautorio de política. De acuerdo al cual, ante la falta de certeza
científica o la insuficiencia de información se debe optar por dos alternativas:
tomar decisiones de uso y transformación de recursos genéticos, y de aplicación e
importación de biotecnología que eviten o minimicen los potenciales riesgos, o
impactos negativos ambientales y sociales; llegar incluso a situaciones de rechazo
o de postergación de estas decisiones.

Otros problemas, retos y sugerencias fueron tratados en el encuentro. Aquí sólo


presenté un breve resumen de lo que consideré más relevante. Invito al lector(a), si
busca acercarse a la riqueza de opiniones al respecto, revise sobre todo la sección
VIII, mesa 6 de estas memorias.

Literatura

Crosby, Alfred W. (1988), “Ecological Imperialism: The Overseas Migrations of


Western Europeans as a Biological Phenomenon”, en Donald Worster (Ed.), The
Ends of the Earth: Perspectives on Modern Environmental History, Cambridge,
Cambridge University Press.

Grupo sobre Erosión, Tecnología y Concentración (ETCgroup) (2001), Tratado


Internacional sobre semillas y derechos de los agricultores finalmente aprobado en Roma,
(www.etcgroup.org).

Keelley, James y Scoones Ian, (1999) Understanding Environmental Policy Proceses: a


Review, Inglaterra, IDS Working Paper 89.

Ortis, Sol y Huerta Elleli (2002), Bioseguridad una herramienta hacia el desarrollo
sustentable, en: De Río a Johannesburgo. La transición hacia el desarrollo
sustentable. Perspectivas de América Latina y el Caribe, México, INE, UAM-X y
PNUMA (en prensa).

Ostrom, Elinor (1990), Governing the Commons. The Evolution of Institutions for
Collective Action, Cambridge, Cambridge University Press.
Índice

I. Introducción 3

II. Ceremonia de Inauguración


1. Patricia Couturier, Coplada, UAM-Xochimilco 17
2. Víctor Lichtinger, SEMARNAT 17
3. Exequiel Ezcurra, INE 20
4. Patricia Romero Lankao, UAM-Xochimilco 23
5. Patricia Elena Aceves Pastrana, rectora UAM-Xochimilco 24
6. Claudia Gómez Godoy, RADPI 25

III. Mesa 1: Marco jurídico nacional e internacional


Claudia Gómez Godoy (RADPI), moderadora
1. Jorge Soberón, CONABIO 28
2. Gustavo Ramírez, CONABIO 32
3. El conocimiento tradicional sobre biodiversidad y derechos
indígenas, por Luis Rodríguez-Piñero Royo, RADPI 34
4. Raúl Benet, Greenpeace 61
6. Preguntas y respuestas 66

IV. Mesa 2. El papel de los académicos en los proyectos de


investigación
Patricia Romero Lankao, (UAM-X), moderadora
1. Guillermo Pérez Jerónimo, UAM-Xochimilco 74
2. Andrés Fierro Álvarez 77
3. Exequiel Ezcurra, INE 80
4. Investigación de la flora medicinal en México: ¿Quiénes son sus
beneficiarios?, por Paul Hersch Martínez, INAH 84
5. Lilian González Chevéz 96
6. Preguntas y respuestas

V. Mesa 3. Derechos indígenas y derechos de propiedad intelectual


Evangelina Gómez (RADPI), moderadora
1. Jorge Larson, CONABIO 109
2. Ricardo María Garibay Velasco, SEMARNAT 113
3. Adelfo Regino, Organización de Servicios del pueblo Mixe 116
4. Aldo González Rojas, Unosco 119
5. Andrés Barrera Marín 124
6. Preguntas y respuestas 128

VI. Mesa 4. El reparto justo de los beneficios


1. Preservación de la diversidad biológica, acceso a los recursos
genéticos y compartimiento de los beneficios, por Arcelia González
Merino, UNAM 141
2. Verónica Huilipan, Coordinación de Organizaciones Mapuches,
Argentina 153
3. “Declaración de Clausura del Foro Internacional Indígena sobre
Biodiversidad en el Grupo de Trabajo Abierto Interseccional sobre
Acceso y Distribución de Beneficios”, Bonn Alemania 157
4. Silvia Ribeiro, ETCgroup 159
5. Preguntas y respuestas 166

VII. Mesa 5. Los proyectos de prospección en México. Experiencias


latinoamericanas importantes
Claudia Gómez Godoy (RADPI), moderadora
1. Juan Manuel Otero 178
2. Gerardo González Figueroa, ECOSUR 181
3. Carlos Guzmán, Compitch 187
4. Preguntas y respuestas 193

VIII. Mesa 6. La protección de los derechos... ¿cuáles son los retos para
los pueblos indígenas?
Carlos Chávez, moderador
1. Aldo González (UNOSCO) 206
2. José Carrillo de la Cruz, indígena huichol 208
3. Retos para defender y preservar nuestros derechos, por Carlos
Guzmán, COMPITCH 209
4. Preguntas, respuestas y propuestas 212
II. Ceremonia de Inauguración

1. Patricia Couturier, Coplada, UAM-Xochimilco

Bienvenidos al foro “Acceso a recursos genéticos y derechos de los pueblos


indígenas”, mismo que tiene lugar gracias a la Cátedra Raúl Anguiano, fundada el
pasado mes de julio por la UAM-Xochimilco, Secretaría del Medio Ambiente y
Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Fundación Mexicana para la Educación
Ambiental. El día de hoy nos acompañan la doctora Patricia Elena Aceves
Pastrana, rectora de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco;
el licenciado Víctor Lichtinger, Secretario del Medio Ambiente y Recursos
Naturales; el Dr. Exequiel Ezcurra, presidente del Instituto Nacional de Ecología;
el doctor Ernesto Soto Reyes Garmendia, secretario de la Universidad Autónoma
Metropolitana Unidad Xochimilco; la licenciada Claudia Gómez Godoy,
coordinadora de la Red de Abogadas y Abogados por los Derechos y de los
Pueblos Indígenas; la doctora Patricia Romero Lankao, profesora investigadora de
la UAM-Xochimilco y responsable de la Cátedra Raúl Anguiano en la Unidad.

2. Víctor Lichtinger, SEMARNAT

Buenos días a todos. Yo creo que el tema del acceso a los recursos genéticos es uno
de los más importantes que tenemos en el inicio de este siglo, y quiero decir que es
un tema en el cual yo he estado trabajando desde hace tiempo, es un tema en el
cual desgraciadamente no hemos avanzado mucho, desde hace mucho, desde hace
algunos años.

El tema se viene negociando desde hace prácticamente 10 12 años, a nivel


internacional, incluso más porque esto empezó en la FAO desde hace
aproximadamente 20 años. Se viene negociando a nivel internacional el
reconocimiento de la importancia de la conservación de los recursos genéticos por
las comunidades campesinas, por las comunidades indígenas y de cómo se puede
tener acceso a estos recursos, pero sin olvidar el beneficio que deben de tener estas
comunidades que han mantenido por siglos y por milenios estos recursos. Sin
embargo, se ha avanzado muy poco.

Tenemos ahora una convención que se llama la Conversión de Diversidad


Biológica, es un nombre muy largo, pero es conocida como la Comisión de la
Investigación Biológica, en la cual si bien hay principios sobre la necesidad de
beneficiar a los pueblos indígenas y de conservar los recursos genéticos, no hay
nada obligatorio. Tenemos también algunos otros foros en donde se ha discutido
el tema que nos ocupa. Por el otro lado, también algunos países han avanzado a
nivel nacional, pero en el caso de México nos hemos quedado sin un marco
regulatorio en relación al acceso y al beneficio que deben de tener los pueblos
indígenas.

Esto es muy preocupante. ¿Por que? porque en primer lugar para poder realmente
cuidar y conservar los recursos y la diversidad biológica de México (un país mega
diverso, un país que tiene una gran riqueza en el material biológico genético, en las
especies, en la fauna, en la flora); para cuidar todo esto requerimos darle un valor a
los recursos y la única forma de darle un valor es reconocer cómo se ha mantenido
durante tantos años y cómo se usa tradicionalmente y se pudiera usar en la ciencia
moderna. Pero no se podrá cuidar si se desvincula toda la parte de conservación y
de desarrollo de la ciencia, de la protección y el uso tradicional de estos recursos.
Por eso es que este gobierno está empezando una política nueva sobre recursos
genéticos, sobre el acceso y sobre el tema de los beneficios a las comunidades
indígenas.

En primer lugar, y yo creo que esto es lo más importante, esto no lo puede hacer
México solo, sino que se tiene que hacer a nivel internacional. Ya hicimos una
reunión hace aproximadamente tres semanas en Brasil, en donde asistimos todos
los países mega diversos como México y otras naciones de América Latina, para
empezar a ponernos de acuerdo y comenzar a tener un bloque, con las mismas
posiciones, de todos los países. Son países como Brasil como Colombia, como
Bolivia, como Costa Rica; son países que tienen comunidades indígenas en general
importantes, que tienen recursos genéticos; son países que están discutiendo las
políticas que van a tener.

Es muy importante que los países mega diversos se coordinen en estas políticas,
porque es similar la situación de las compañías multinacionales que están
buscando el acceso a estos recursos. Si aquellas no lo consiguen en un lado lo van a
conseguir en otro. Y al final de la película lo que vamos a tener es que nos van a
poner en competencia a los países que tenemos esa riqueza, esos recursos
genéticos, vamos a acabar compitiendo entre nosotros por ver quién es más liberal
en el acceso. Y de lo que se trata es de no ser liberal, sino ser muy estricto en el
acceso y de asegurarnos que cuando las compañías multinacionales quieran venir,
que tengan muy claras las reglas; pero sobre todo que estemos seguros de que
buena parte de los beneficios que se van a lograr se queden en México y lleguen a
las comunidades que mantuvieron la riqueza por tanto tiempo.

Entonces esta primera reunión que tuvimos en Brasil fue muy fructífera. Los países
de América Latina mega diversos, que están en una situación muy similar a
México, estuvieron muy de acuerdo en empezar a crear ese bloque. Por lo tanto, en
el mes de febrero, apoyados por esa reunión a nivel de América Latina, vamos a
tener en México una reunión de los doce países más ricos en diversidad biológica
del mundo. Van a venir aquí los ministros del medio ambiente de China,
Indonesia, India, Brasil, Madagascar, Kenia, Sudáfrica; los países que tienen una
experiencia similar. Pero en otros continentes también vamos a tratar de hacer una
especie de, aunque no está de moda el término, pero una especie de cartel. Vamos
a tratar de hacer un bloque de posiciones comunes para asegurarnos que podemos
realmente enfrentarnos a los grandes y potentes intereses de las compañías
multinacionales. Es muy importante también ser claros sobre la necesidad de
desarrollar la ciencia y la tecnología dentro de nuestros países, a fin de poder usar
esos recursos genéticos para el bienestar de nuestros ciudadanos.

Sabemos ahora, con las nuevas tecnologías, que estos recursos pueden ser usados
por la ciencia y pueden ser el fruto o constituirse en el centro de un gran desarrollo
que pueda darnos medicamentos; que pueda darnos diferentes tipos de productos
que beneficien a toda la población. Pero lo que no podemos olvidar es que esos
recursos han estado cuidados por tanto tiempo por nuestras comunidades. Lo que
no podemos olvidar es que esto es una riqueza que ellos mismos han desarrollado;
que los usos tradicionales nos van a dar las pautas del desarrollo científico; que
cualquier desarrollo científico que se dé, debe de beneficiar en primer término a las
comunidades indígenas que han cuidado los recursos por tanto tiempo.

Entonces me da mucho gusto, precisamente porque va en la misma línea del


trabajo que estamos haciendo nosotros, a nivel gubernamental, el que se den este
tipo de foros tan importantes aquí, en la Universidad Autónoma Metropolitana
Unidad Xochimilco, que como saben todos ustedes, es donde yo estudié la carrera
de economía.

Me da mucho gusto Patricia que estén organizando estos foros tan relevantes, en el
centro de la discusión; que la academia y el gobierno estemos totalmente en la
misma prioridad y enfocados hacia los mismos objetivos. Entonces muchísimas
gracias y les deseo la mejor de las suertes.

Me interesará mucho ver cuáles son los resultados de la reunión para incorporarlos
a la política que tenemos en el gobierno. Cuando se acerque la reunión de febrero,
de que les hablé, convocaremos a reuniones públicas para incorporar la opinión de
todos los interesados. Pero este tipo de foros, desde luego, nos darán esos
elementos que incorporaremos en nuestras consideraciones. Entonces muchas
gracias y gracias por la invitación.
3. Exequiel Ezcurra, INE

Muchas gracias Paty. Les agradezco muchísimo la invitación a participar hoy en


esta reunión. Voy a ser breve porque tengo una participación más extensa en la
segunda sesión de la mañana. Quisiera nada más en este momento plantear unas
reflexiones sobre el tema que nos preocupa a nosotros en el Institución Nacional de
Ecología y en la Secretaria del Medio Ambiente. No voy a ser reiterativo sobre lo
que ya planteó el secretario; ha sido muy claro respecto a lo que estamos
trabajando muy intensamente.

Yo quisiera empezar esta reflexión con un problema. Como persona, como biólogo,
como investigador que viajó mucho por el campo, para mí es notoria y es
preocupante la situación de las regiones rurales de México, desde que la
liberalización de los términos de intercambio económico, ese fenómeno que se ha
dado en llamar la globalización, ha llegado a México y –también, me animaría
decir– a toda América Latina.

Estamos enfrentando un fenómeno sumamente interesante, y para los académicos,


sumamente preocupante. Desde el punto de vista de la supervivencia de nuestros
materiales genéticos, a largo plazo el fenómeno es que nosotros estamos
compitiendo en un mercado internacional en el cual nuestros productos
industriales tienen que competir con los productos industriales de los países
desarrollados en condiciones equitativas, es decir, sin subsidios. No podemos
subsidiar a nuestra industria pero nuestra producción primaria, nuestra
producción agrícola compite con la agricultura de los países desarrollados en
condiciones de un fuerte subsidio de parte de los países desarrollados a su propia
agricultura. Lo que eso está haciendo en México puede ser motivo de un libro de
mil páginas o de muchos estudios porque se está produciendo una serie de
cambios y transformaciones muy aceleradas en la agricultura mexicana, que en
muchos casos es sumamente preocupante. Pero yo quisiera hacer énfasis en sólo
un aspecto de la transformación que está sufriendo el campo mexicano en los
últimos años: el deterioro de los precios agrícolas con respecto a décadas
anteriores.

Estamos perdiendo realmente la agricultura en muchas partes del país. Y hemos


pasado a ser de un país productor de maíz a uno netamente importador. De hecho,
según la estadística que me dieron los otros días, no sé si es enteramente cierto,
pero aparentemente somos el principal importador de maíz del mundo. Eso entre
otras cosas, lo que hace es que estamos perdiendo la agricultura de nuestros maíces
tradicionales. En nuestros cultivos tradicionales, estamos importando hasta maíces
producidos por germoplasma generado industrialmente, a partir de procesos de
mejora genética en grandes compañías. Lo que esto representa es una presión
creciente que vamos a ver en próximos años, por los recursos genéticos en México,
para producir la mejora genética de las grandes compañías que producen
variedades cultivadas de maíz, de tomate y de muchísimos otros cultivos. No
quisiera hacer énfasis sólo en el caso del maíz, porque es un problema muchísimo
más generalizado en este contexto.

Este contexto internacional de rápida trasformación agrícola, de rápida


trasformación rural, incluso yo me animaría a decir es una transformación tan
acelerada que a veces tenemos incapacidad de ver exactamente hacia donde
estamos yendo. Necesitamos reflexión, necesitamos investigación, necesitamos
sentarnos a ver que tanto está pasando con nuestro campo, que está pasando con
nuestra producción, que está pasado con nuestro germoplasma.

En este contexto es que se da la reunión de hoy que yo celebro muchísimo, y


agradezco a la UAM la iniciativa para hacerla. Se da también una serie de cosas.
Hace dos semanas estuvimos en un foro de la Comisión de Biodiversidad en
Alemania, sobre acceso y reparto de beneficios con respecto a recursos genéticos.
No voy a en este momento a extenderme sobre el tema. Tengo tiempo a lo largo del
día de hoy para platicarlo. Fue para nosotros sorprendente, una agradable
sorpresa, que el foro de acceso, en Bonn, coincidiera con el Foro Internacional de
Pueblos Indígenas. Tuvimos una participación amplia y generalizada de pueblos
indígenas, sobre todo de representantes de muchos pueblos indígenas
latinoamericanos y dos representantes muy destacados de México.

En ese foro platicamos de muchas cosas. México está impulsando varias acciones
muy concretas para proteger la propiedad intelectual tradicional de los recursos
genéticos, para generar la posibilidad de un reparto equitativo de beneficios entre
los pueblos indígenas y campesinos tradicionales, a partir del acceso a sus propios
recursos genéticos. Estamos pidiendo a la Comisión de Biodiversidad un
certificado de consentimiento previo informado y términos mutuamente acordados
de transferencia de materiales; que no se pueda transferir internacionalmente
material genético sin certificado; que ese material haya sido obtenido de manera
legal a partir del consentimiento previo informado de las comunidades. Estamos
solicitando un mecanismo de rastreo de materiales, basado en este certificado,
similar en todo al que tiene la Convención CITES, que regula el tráfico de especies
en peligro de extinción. Estamos solicitando la reflexión o la posibilidad de
implementar un paquete de medidas para garantizar la exigencia legal del
certificado en los países usuarios. Pedimos que no se pueda patentar material
genético en ningún país usuario, en los países que más demanda de patentes
tengan, sin que necesaria y obligatoriamente deban presentar el certificado de legal
procedencia, el certificado de consentimiento previo informado.
Estamos solicitando un paquete de salvaguardas mínimas para el conocimiento
tradicional, es decir, que se reconozca en los sistemas internacionales de propiedad
intelectual, los modelos sui generis de reconocimiento de propiedad intelectual.
Estamos pidiendo mejora de las evaluaciones del estado de la técnica, del estado
del arte, en las solicitudes de propiedad intelectual, y la inclusión del conocimiento
tradicional en el proceso de certificación de propiedad intelectual. Finalmente,
estamos solicitando como país, mecanismos para equilibrar las negociaciones en
relación al material genético, especialmente en relación con algunas cláusulas de
beneficios y trasferencia de tecnología en contratos de negociaciones.

Estamos solicitando avanzar en el desarrollo de cláusulas modelo, en la


publicación de elementos mínimos en contratos de inclusión de beneficios. Todo
eso tiene que ver con lo que mencionaba el secretario Lichtinger. Como país,
estamos tratando de lograr una avanzada internacional para convocar a los países
fuente de diversidad genética, a los países fuente de germoplasma a nivel
internacional, a los países a lo que se llama en biología mega diversos, a trabajar
con nosotros y presentar un frente unido, ante lo que se conoce como los países
destino o los países usuarios, que son aquellos que exportan de nuestro país
material genético. En la mayor parte de los casos son aquellos países en donde
registran como su propia propiedad intelectual. Muchas de esas cosas las vamos a
discutir durante estos días. Espero no sólo en las plenarias, sino también tener la
oportunidad de discutirlas cercanamente con algunos de ustedes. Pero para
nosotros es sumamente importante este tema, son sumamente importante las
opiniones que se presentan hoy y es también para nosotros de la mayor
importancia poder lograr un frente internacional, el que planteaba el secretario
Lichtinger, a partir del cual podamos tener una defensa más coherente a nivel de
todo el país, de los derechos de nuestros pueblos indígenas, los derechos de
nuestros grupos campesinos, sobre el material genético tradicional.

Finalmente la última cosa que quería mencionar, y para nosotros es sumamente


importante, es una de las reflexiones que trajimos de Bonn. Es tan difusa en este
momento la Convención de Biodiversidad, es tan difícil de obligar su
cumplimiento, porque todas las cláusulas de la convención son voluntarias, no
tienen elementos de implementación obligatoria. Y creemos que es sumamente
necesario implementar en México un paquete de regulaciones, una normatividad
interna que nos convierta en un modelo internacional; que nos permita a partir de
nuestras leyes internas, exigir el cumplimiento de éstas en el ambiente
internacional, como una primer herramienta fundamental para la defensa del
patrimonio genético del país. Eso básicamente son las cosas que quería mencionar
en este momento, en apoyo a las medidas que anunció el secretario. Me va a dar
muchísimo gusto interactuar con ustedes estos dos días, ya sea en las reuniones
plenarias o en persona, y platicar un poco más de todas estas cosas que para
nosotros son sumamente importantes y sobre las cuales vamos a tener que estar
avanzando de una manera muy decidida en los próximos meses y en los próximos
años. Muchas gracias.

4. Patricia Romero Lankao, UAM-Xochimilco

A mí me parece que discutir en este foro el tema de los recursos genéticos y los
derechos de los pueblos indígenas es entrar en un terreno polémico, un terreno
habitado por un abanico de actores, entre los que sobresalen en cuando menos dos
polos, desde los más fervientes partidarios del impulso a la biotecnología como
palanca de desarrollo, hasta quienes consideran –con razón me parece– que ésta no
es social y ambientalmente neutra. Discutir el tema que nos va a tener aquí
reunidos durante estos dos días es plantearse y enfrentar diversos dilemas y retos a
los que se confrontan el gobierno y la sociedad mexicana. Opino que todos estos
retos son de igual importancia y se encuentran estrechamente vinculados entre sí.

El primer dilema es un dilema de valores o ética ambiental. Es el dilema de hasta


donde podemos llegar con nuestra capacidad de transformar los recursos genéticos
a través de la ciencia y la técnica, en este caso a través de la biotecnología. Si
insertos en un humanismo tradicional no otorgamos valor a lo natural y si en
consecuencia damos importancia al bienestar y felicidad humano, entonces
evaluaremos las “dollies”, el maíz transgénico y los jarabes glucosados, entre otros,
en términos de sus ventajas o no para la actividad económica, para la calidad de
vida, para el bienestar de los pueblos indígenas, para la igualdad social y para
otros tantos valores de carácter social. Si por el contrario, y yo me adscribo a esta
posición, otorgamos valor a la naturaleza por sí misma y si nos insertamos en una
perspectiva sistémica, entonces evaluaremos las transformaciones biotecnológicas
por sus implicaciones, no sólo para los animales o las plantas que estamos
modificando, sino para los componentes y procesos de los ecosistemas de los que
forman parte, así como para la economía y calidad de vida de la sociedad y –sobre
todo– de las comunidades indígenas.

Si nos inscribimos en esta perspectiva, recordaremos que, como sucedió durante la


época de auge de la Revolución Verde, una técnica que nos permita combatir las
plagas, puede darnos a corto plazo y en una región la oportunidad de solucionar
un problema, pero puede generar también consecuencias colaterales a largo plazo,
como mayor resistencia de las plagas, incluso ante las plantas genéticamente
modificadas.

El segundo dilema –de justicia social– se refiere a quienes son los poseedores y
beneficiarios de los recursos genéticos y de sus procesamientos. ¿Son los países de
donde se extraen y en especial las comunidades de las zonas donde se extraen, los
indígenas en este caso? ¿o son las empresas que desarrollan y aplican procesos
biotecnológicos, que se protegen vía el uso de patentes, y al hacerlo limitan el
acceso de indígenas y otros sectores sociales a los productos de la biotecnología y
los recursos genéticos?

La dimensión social se vincula además a la orientación de la biotecnología y a


quienes definen ésta. Creo que descubro el agua tibia cuando afirmo que en estos
momentos, unas cuantas trasnacionales dominan tal orientación, para lo cual se
sustentan en consideraciones de rentabilidad de las distintas líneas de
investigación y de desarrollo biotecnológico. No se basan en criterios sociales como
el apoyo a la producción de la caña de azúcar, de gomas vegetales y de otras
materias primas producidas por nuestros agricultores; o a la producción de
semillas y plaguicidas para la agricultura de temporal; tampoco tendrían porque
hacerlo, pues yo creo que no son las hermanas de la caridad. Esto es algo que
nosotros les tenemos que exigir políticamente y mediante políticas. Y creo que en
México tenemos mucho, pero mucho que hacer en este terreno.

Lo último nos plantea otro reto. Y espero que en este foro contribuyamos con un
pequeño granito de arena para dar cuenta de ese reto. El reto es el de diseñar
regulaciones, instrumentos y programas que permitan construir junto con –y no
imponiendo a– las comunidades indígenas y a otros poseedores de la riqueza
genética de México, alternativas sociales y ambientales que den cuenta de dilemas
y retos como los que yo he apuntado sucitamente. Estoy segura que ustedes aquí
van a hablar de otros más. Estoy convencida de que el foro puede ser uno de los
tantos mecanismos para discutir abiertamente estos y otros dilemas. Y agradezco la
presencia de todos ustedes y la presencia de nuestra rectora, de Víctor Lichtinguer,
de Claudia Gómez, y de Exequiel Ezcurra. Muchas gracias.

5. Patricia Elena Aceves Pastrana, rectora UAM-Xochimilco

Licenciado Víctor Lichtinger, Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales,


bienvenido a esta su Casa Abierta al Tiempo. Distinguidas personalidades que me
acompañan en este presidium, compañeros y compañeras, un saludo muy especial
de bienvenida a todos los participantes a este foro. Es muy grato para la
universidad contar durante dos días con la presencia de personas tan queridas y
tan importantes. En la actualidad las huellas de la humanidad sobre el planeta son
evidentes. La actividad humana ha afectado sin lugar a dudas todos los lugares de
la tierra y todos los ecosistemas, desde los más simples hasta los más complejos.
Nuestras opciones y nuestras acciones han transformado el mundo natural,
creando por un lado enormes posibilidades y por otro, peligros extremos para la
calidad y la sustentabilidad de vida.

Desde 1960 se ha duplicado la población del mundo, sobre todo en los países más
pobres. Los gastos de consumo a su vez se duplicaron en los países más ricos. En
40 años hemos creado riquezas a una escala inimaginable, no obstante la mitad de
la humanidad sigue subsistiendo con menos de dos dólares diarios. Hemos
aprendido como extraer los recursos para nuestro uso, pero no como manejar los
desperdicios resultantes. Con todos estos procesos estamos cambiando la
estabilidad del mundo. La pregunta obligada sería entonces ¿qué estamos
haciendo al respecto? ¿cómo podemos aplicar ese mismo ingenio humano al
futuro, para asegurar el bienestar de las poblaciones humanas y al mismo tiempo
proteger al mundo natural?

La conducción del planeta y el bienestar de su población son responsabilidad


colectiva. En todos los ámbitos enfrentamos decisiones de importancia crítica;
algunas de ellas conciernen a la manera de proteger y promover valores
fundamentales como el derecho a la salud y a la dignidad humanas; otras reflejan
soluciones de transacción entre las acciones disponibles.

Es preciso que reflexionemos cuidadosamente, pero con urgencia, acerca de la


problemática del acceso a los recursos genéticos y los derechos de los pueblos
indígenas, y que hagamos todo lo necesario para comprender las repercusiones de
cada una de tales opciones. En este sentido resulta esperanzador que haya espacios
para plantear y debatir los nuevos retos del pensamiento. Las universidades y
demás instituciones educativas, debemos ser las más interesadas en generar
utopías y construir conocimientos que respondan de una manera más audaz y
propositiva a las nuevas necesidades de las sociedades complejas en las que
vivimos.

A nuestra universidad la llena de orgullo que distinguidos académicos, que ahora


son funcionarios públicos, estén trabajando arduamente en temas como éstos, que
resultan urgentes y estratégicos para nuestro país, pues sabemos que la UAM en
algo contribuye a enriquecer el análisis y la gestión de la problemática. También
nos enorgullece el poder ser anfitriones de organizaciones indígenas no sólo de
México, sino de Latinoamérica. Y esperamos poder brindarles toda la hospitalidad
necesaria para que los resultados de este foro sean fructíferos y favorezcan su
desarrollo.

6. Claudia Gómez Godoy, RADPI A.C.

Les pedimos un poco de silencio para empezar. En realidad yo esto lo iba a decir
en la inauguración. Es un lástima que no lo pueda escuchar el secretario. De todas
formas vamos a buscar la forma de hacérselo llegar, y me imagino que las
autoridades que todavía nos acompañan podrían dar este mensaje. Muy buenos
días a todos y todas, les damos la más cordial bienvenida a este foro. A nombre de
mis compañeros y compañeras de la Red de Abogados y Abogadas por los
Derechos de los Pueblos Indígenas, (RADPI A.C.), especialmente de nuestra amiga
Angeles Arcos, quien fue el motor de este evento, queremos agradecer
primeramente a los pueblos y comunidades indígenas que nos acompañan el día
de hoy y que han tenido largo camino para llegar hasta aquí, en busca de
soluciones a una problemática que día a día les llama en sus regiones. Nuestro
agradecimiento a la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco
que ha abierto su casa al diálogo necesario entre la comunidad científica y los
pueblos indígenas. Es por ello que agradecemos especialmente a la Cátedra Raúl
Anguiano y a COPLADA su interés y entusiasmo para la realización de este
evento. Agradezco asimismo a las autoridades que nos acompañan como Red de
Abogados por los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Queremos manifestar que estamos interesados en discutir estos temas, que no


fueron recogidos en el debate nacional sobre los derechos de los pueblos indígenas.
Somos concientes de que está pendiente el reconocimiento institucional de los
derechos fundamentales que demanda, desde hace varios años, el movimiento
indígena. La reciente reforma indígena aprobada por el Poder Legislativo Federal,
las legislaturas de los estados y el presidente de la República, es una traición al
movimiento indígena, pues no refleja sus demandas fundamentales; se limita el
ejercicio de su derecho a la autonomía; no se les reconoce el derecho que tienen a
los territorios que tradicionalmente ocupan, y su personalidad jurídica vuelve a
quedar sin reconocimiento. Además esta reforma constitucional incumple el
contenido y los procedimientos del Convenio 169 de la OIT sobre pueblos
indígenas.

Durante estos dos días de trabajo esperamos abrir un debate sano y propositivo
entre los diferentes sujetos involucrados en el tema de los recursos genéticos y los
derechos de los pueblos indígenas. Es voluntad de las y los organizadores del foro
escuchar la voz de las autoridades, de científicos y académicos, de las
organizaciones sociales y el movimiento indígena. Queremos escuchar de la
experiencia y los conocimientos de todos ustedes para enriquecer el diálogo y así
buscar soluciones y colmar de propuestas que sirvan a los pueblos indígenas para
defender sus derechos, los derechos que tienen sobre los recursos genéticos y
biológicos que se encuentran en sus territorios.

Casi todos los discursos de investigadores, autoridades, académicos, empiezan


diciéndonos que México sobresale entre los cinco con mayor diversidad o mega
diversos. Está bien hacer este reconocimiento; pero éste debe de ir aunado a un
reconocimiento de los grandes aportes que puedan dar los conocimientos
tradicionales de los pueblos y comunidades indígenas; pero no sólo como muchas
veces se hace, como un folclor o cómo qué bonitos que nos aportan. Este
reconocimiento debe ir de la mano de un reconocimiento como sujetos plenos de
derecho, con derechos a la autonomía del territorio y al respeto real de su cultura.
El neoliberalismo pretende imponernos un sistema de propiedad intelectual, en
donde unas pocas empresas puedan apoderarse de los recursos biológicos y
genéticos. El asunto nos preocupa, no sólo como red sino a los pueblos, a los que
acompañamos. Queremos escuchar la discusión nacional e internacional sobre este
tema; pero lo más importante es buscar alternativas viables que potencien las
capacidades de los pueblos y les permitan estar en una posición más favorable
para la defensa de sus recursos. Finalmente, quisiéramos decir que este foro sobre
acceso a recursos genéticos y derechos de los pueblos indígenas significa para
todos nosotros un gran reto: buscar alternativas para los pueblos indígenas, para la
comunidad científica comprometida que quiere escucharles; apoyarlos en este
caminar con las autoridades responsables en el tema y las organizaciones civiles o
sociables: lograr que estas alternativas den esperanza de una situación más justa
para los pueblos indígenas en nuestro país. Muchísimas gracias.
III. Mesa 1: Marco jurídico nacional e internacional

Claudia Gómez, RADPI, Moderadora

1. Jorge Soberón, CONABIO

Quiero decir del acceso a los recursos genéticos y, por otro lado, de cuál es la
perspectiva hacia el futuro, que tenemos un marco jurídico bastante deficiente
todavía. Sin embargo, no es inexistente y una de las cosas que quiero decir es que
sí tenemos ciertas bases sobre las cuales se puede empezar a normar esta actividad.

En primera, desde mi perspectiva tanto personal como institucional, los recursos


genéticos deben de verse como eso, como recursos. Recursos quiere decir que
quieren utilizarse. Tiene que haber usuarios de esos recursos y es evidente que los
usuarios de esos recursos y los beneficiarios de esos recursos en primer lugar
tienen que ser los mexicanos. Desde mi perspectiva personal, éstos son los
poseedores de los recursos y la palabra poseedores es difícil de interpretar; hay que
hacer toda una serie de interpretaciones de la legislación actual, de la constitución,
del código civil, entre otras cosas.

En segundo lugar, la nación, o sea México como país, debe también beneficiarse de
que nos tocó vivir en el cuarto país con mayor riqueza biológica del planeta. Por lo
tanto nuestro país y la gente que lo habita debe de beneficiarse de esta riqueza
biológica. ¿Cuál es el marco legal de estos beneficios? Bueno desafortunadamente
en México este tema ha sido realmente muy relegado. El primer elemento que
–creo– realmente agarra el tema bien para su desarrollo legal es que México se hizo
parte del Convenio sobre Diversidad Biológica en el año de 1993, cuando la
Cámara de Senadores lo ratificó. Por lo tanto es ley para nosotros y es ley también
para casi todos los países del mundo, con muy contadas excepciones; la principal y
evidente son los Estados Unidos de Norteamérica. Aunque hay otros países como
Tailandia, que no lo han ratificado, prácticamente el convenio es ley en todo el
mundo.

Los objetivos de este convenio son la protección, o sea la conservación, el uso


sustentable de la biodiversidad y el reparto equitativo de los beneficios derivados
del acceso a los recursos genéticos. Eso dice el artículo primero del convenio sobre
biodiversidad biológica. Aquí conviene hacer notar una cosa interesante. Se habla
de la conservación y del uso sustentable de toda la biodiversidad, pero únicamente
del reparto equitativo de los beneficios de los recursos genéticos, que es una
pequeña parte de la biodiversidad, muy importante sin suda, pero no es todo. Y
tomando en cuenta que los beneficios de la biodiversidad son, por ejemplo, la
multitud de servicios ambientales que presta como captura de carbono, como
regulación de ciclos hidrológicos, habría sido muy deseable que esta idea de
reparto equitativo de los beneficios no se hubiera reducido únicamente a los
recursos genéticos, que contemplara las otras dimensiones y servicios de la
biodiversidad. Pero bueno, finalmente así es como está en el convenio.

En ese convenio también hay un artículo muy famoso, que es el artículo 8j, en el
cual se hace referencia a los conocimientos de los pueblos tradicionales, en su
relación con la biodiversidad. Se especifica que hay que respetar esos
conocimientos, promoverlos, ayudar a que se mantengan y que sigan
evolucionando. Por último, está el artículo 15 del Convenio de Biodiversidad
Biológica, que es su único artículo vinculante, y es el único legalmente, realmente
obligatorio. Y ese artículo reconoce la soberanía que tienen los estados, los países
sobre sus recursos genéticos. Luego habla que hay que estimular su utilización y
sobre las cuestiones de reparto equitativo, transferencia de tecnología, cuestiones
de ese tipo.

Entonces este es el primer paraguas legal con el que cuenta nuestro país. Gracias a
esta legislación que es de muy alto nivel porque es un acuerdo multilateral, gracias
a esta legislación está explícito que el país es el dueño de los recursos genéticos.
Esto obviamente hay que leerlo en el contexto del resto de nuestra legislación, cosa
que yo no voy hacer porque no soy abogado. Pero tengo la impresión de que aquí
hay quien puede hacer una glosa de esta cuestión. En particular hay que verlo
desde la perspectiva del 27 que es el que habla de los recursos naturales, y de los
artículos que tienen que ver con los regímenes de propiedad. Porque uno de los
problemas principales que tenemos respecto al acceso de los recursos genéticos, es
que no está demasiado claro cómo son los regímenes de propiedad, sobre algo
como los genes que puede estar en los terrenos de muchas gentes o incluso más
allá de las fronteras de un país cualesquiera. Entonces esto plantea problemas
legales que son interesantes y que en México no se han acabado todavía de
resolver.

En 1994 sale la modificación a la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección


al Ambiente (LGEEPA). En esa ley se reconoce dos extremos dentro de un
continuo, dos extremos de formas de acceder a, o de apoderarse de los recursos
genéticos. En un extremo está lo que se llama la colecta científica que realiza
muchísima gente, empezando por estudiantes y acabando por grandes científicos.
La LGEEPA establece que se necesita de permiso para la colecta. Hace algunos
años se colectaba el espécimen y no había mucho más que eso; pero actualmente la
colecta del espécimen también implica tener acceso a las secuencias genéticas o
muchas de las secuencias genéticas que están dentro del espécimen. ¿Se hace con
un propósito explícito, con fines de investigación científica? Yo sé, y creo que todos
sabemos, que no es nítida la frontera entre la investigación científica básica y la
aplicada, que lo que hoy es básico, dentro de cinco años puede hacerse aplicado. La
literatura está llena de ejemplos al respecto.

Otra forma de permiso diferente que está en el 87 bis de esa ley, toca a quien quiera
hacer colecta biotecnológica. En los dos artículos se especifica que se tiene que
contar con el consentimiento de los propietarios de los predios. Los propietarios de
los predios pueden ser los ejidos, pueden ser las comunidades. De alguna manera
en este caso es un poquito complicada esa interpretación; pero esa interpretación la
han hecho muchos abogados. Como la propiedad comunal de la tierra es muy
abundante en México y está sobre todo concentrada en las zonas de muy alta
biodiversidad biológica, entonces el 87 bis y el otro, los dos, dicen que quien quiera
hacer colecta científica o biotecnológica tiene que pedir permiso a la SEMARNAT.

La Secretaria del Medio Ambiente tiene que dar un permiso del estado, pero
además se tiene que pedir permiso a los propietarios de los predios. Y si no lo dan,
no vale la colecta, es ilegal, y hay la posibilidad que incluso acabe uno en el tambo.
Existen ejemplos de gente que ha acabado en el tambo por haber hecho colecta
ilegal en México, también es algo que está en la teoría. Puede ser que la
institucionalidad de esto sea deficiente y le falte mucho, y así yo lo creo; pero que
ahí hay dos pequeños elementos jurídicos que se pueden utilizar.

El 87 bis dice además otra cosa. Para hacer colecta biotecnológica, tiene que haber
un reparto equitativo de los beneficios. El artículo simplemente está copiando lo
que dice el Convenio de Biodiversidad Biológica. ¿Cómo se da en la práctica este
reparto equitativo de los beneficios? Desafortunadamente en México ha habido
todavía muy pocos casos sobre los cuales pueda uno derivar una experiencia y
decir bueno esto se hizo bien, esto se hizo mal. Pero los dos o tres casos que ya
hay, indican muy claramente que para que haya un reparto equitativo tiene que
haber un proceso, que puede ser muy largo y puede que así es como tenga que ser
con las comunidades, o quien sea, pues el propietario de los predios pueden ser las
comunidades o como ya dije un pequeño propietario, o lo que sea. Y tal y como
está en este momento la ley, restringe esta negociación, o este consentimiento
previo informado, así como el reparto equitativo a esos propietarios de los predios.

Aquí está la primera laguna importante de la legislación. Pudiera ser que el mismo
material genético quedara fuera del predio, porque estamos hablando de una
planta, de un animal. Puede ser que forme parte de un predio y el Código Civil
Mexicano reconoce a las plantas como accesiones de la propiedad. O sea que si yo
tengo un terreno y tengo dentro una planta, esa planta también es mía. Eso está en
el derecho civil de México y de la tradición jurídica desde hace mucho, mucho
tiempo, siglos. Aunque así se ha pensado siempre, el problema con los genes es
que están en muchas plantas. Pueden estar fuera de mi predio y realmente eso
plantea el primer problema, que es un problema muy importante y que vamos a
tener que debatir ampliamente para poder llegar a una solución satisfactoria.

El segundo problema con esta cuestión del reparto equitativo, es que la palabra
equitativo es muy difícil en derecho. Cuando se hizo esa ley, varios de los juristas
que participaron dijeron: “No hay que usar la palabra equitativo porque es una
palabra muy difícil y no vamos a ganar, nos vamos a hacer bolas con esa palabra”.
Pero pues se insistió en que estuviera esa palabra porque es la misma que está en el
Convenio de Biodiversidad Biológica, y para mantener un cierto grado como de
compatibilidad. El punto pues es que es difícil hablar de equidad cuando las
condiciones son altamente desiguales, cuando hay una compañía o una empresa
grande o alguna persona que tiene una familiaridad con los procesos de
negociación en el estado moderno o con los regímenes de la propiedad intelectual,
que se sienta a negociar con grupos cuyas culturas son ajenas a esta otra cultura,
pues entonces tiene que haber una forma de equiparar o de igualar estas dos partes
en una negociación, para que realmente sea equitativa y esa es una segunda parte
en la cual la legislación está completamente vacía.

En ese momento yo creo que lo que le toca a nuestro país es esto, es algo que sigue
elaborándose dentro del marco de Convenio de Biodiversidad Biológica. Ya no me
va a dar tiempo de comentar mucho sobre eso. Yo creo que esto va a seguir
elaborándose en el marco del Convenio de Biodiversidad Biológica, desde una
perspectiva teórica y académica, que es completamente insatisfactoria para
nuestras necesidades. Yo creo que lo que nosotros tenemos que hacer en México, es
desarrollar bien nuestro régimen interno y luego lograr que ese régimen interno se
haga respetar en las negociaciones internacionales. Lo cual va a ser una grilla que
va a llevar no menos de unos cinco o diez años; pero tenemos que empezar
poniendo nosotros la casa en orden internamente.

Entonces, lo que sigue ahora es que, después de una serie de foros y discusiones
similares a ésta (¡tiene que haber muchos más!), cuando haya por lo menos una
comunidad de lenguaje y queden bien claras las posiciones principales, lo que
sigue pues es sentarnos y hacer una legislación sobre este tema de acceso a los
recursos genéticos, porque como dije al principio, yo creo que este es uno de los
grandes recursos que tiene el país. Creo que sería una gran tontería que dejáramos
pasar la ventana de tiempo que vamos a tener para utilizar estos recursos. Esa
ventana se va a cerrar en algunos años, tenemos que aprovecharla, y no lo vamos a
lograr de una forma que se considere legítima y legal, si no desarrollamos
internamente una legislación que satisfaga a todas las partes. Muchas gracias.
2. Gustavo Ramírez, CONABIO

Buenos días, ante todo gracias por la invitación. Voy a tratar de exponer la
experiencia que he recogido en diferentes niveles y en diferentes sectores, un poco
inspirado por la búsqueda del bien común y el deseo de superación. He estado
trabajando en diferentes ámbitos, tanto a nivel local con comunidades, como en
ámbitos internacionales como en la Comisión de Capacitación Ambiental. Y en este
proceso, he revisado un poco tanto el conocimiento que tienen las comunidades,
nuestras comunidades indígenas, como el conocimiento científico. Ese ha sido un
motivo de mucha discusión, en términos de que se ha ponderado mucho el
conocimiento científico sobre el conocimiento que se llama tradicional, local,
consuetudinario. Incluso digamos no se ponen de acuerdo cual sería el nombre que
recibiría este conocimiento. Esto lo hemos estado analizando un poco antes desde
otros sectores. Ahora pertenezco o estoy trabajando para una institución pública
muy importante dentro del país y un proyecto que también digamos tiene largos
alcances, lo cual indica que hay mucha responsabilidad, debe haber mucha
responsabilidad en las secciones y todo lo que pueda perjudicar la vida de los
demás, y una parte importante de esto que discutíamos, básicamente sobre la
bioprospección es exactamente como encaminar este tipo de proyectos hacia el
bien común.

La discusión de Sevilla, el año pasado, en el seno de la CBD y a la que el Doctor


Soberón y el INE me enviaron, era realmente en torno a la privatización. Una
pregunta que teníamos y que era de mucha discusión en ese momento, giraba en
torno al conocimiento que va a contribuir al desarrollo de la ciencia. Nosotros
pensábamos si dos mentes dentro de una empresa farmacéutica pueden pensar
más con un cúmulo de conocimiento que mil mentes en una universidad pública.
¿Sería este mecanismo más adecuado para el avance de la ciencia en los temas de
recursos genéticos o sería más adecuado, tal vez, financiar a las Universidades
públicas? Bien, son preguntas que aún no terminan de contestarse, sobre la tabla
hay mucha discusión porque además cada país es diferente.

En el caso de México, y ahí retomaría la posición del Doctor Soberón, tiene que
haber mucho análisis. Por otro lado nos tocó analizar lo que está sucediendo en la
Sierra Juárez con proyectos de bioprospección. En ese entonces nosotros hacíamos
ese análisis como más técnico; veíamos algunas complicaciones en los contratos
porque veíamos que muy difícilmente los contratos protegían a terceros, como
comentó el doctor Soberón. Este es un asunto muy interesante ¿no? Y como
nosotros lo veíamos desde la óptica de la comunidad, si yo tiro un árbol y estoy al
lado de otra comunidad, el hecho de que yo tire un árbol no limita el derecho de la
otra comunidad para que también tire su propio árbol para aprovecharlo, para
convertirlo en madera, o lo que quiera. En el caso de recursos genéticos podía
existir, digamos cierta limitación de que si yo aprovecho este recurso, si la empresa
farmacéutica lo patenta, a lo mejor sí podría limitar el derecho de otras
comunidades para aprovechar este recurso.

En términos comerciales quizás esa es una discusión que teníamos ahí, ¿cómo se
solventaría eso? ¿cuál era la discusión en torno a esto? Por otro lado los contratos
no protegían contra terceros, es decir, ¿cómo asegurarnos de que la empresa
farmacéutica no se lo pase a otra empresa farmacéutica o a quien sea que lo quiera
aprovechar con fines comerciales? ¿cómo se evitaría eso? Porque sabemos que las
empresas, pues bueno, tienen también sus intereses propios, como toda la
empresa, desde la empresa comunitaria hasta la empresa privada. Entonces por
otro lado, si me atrae la necesidad de la construcción de un marco legal adecuado
que permitiera, digamos construir un sistema institucional robusto de regulación
del control del acceso y uso de los recursos genéticos.

Pero también hubo un problema que –vimos– se presentó con los bioprospectores.
Si bien no estaban fuera de la ley, aparentemente tampoco están totalmente dentro
de la ley. Y eso no los protegía, digamos contra críticas excesivas o ataques
excesivos. Entonces vemos la necesidad de construir un marco legal robusto que
permita un control adecuado sobre este tipo de recursos. Recordaba un poco lo que
ha sucedido con el petróleo, es decir, se supone que el petróleo es de la nación.
Nuestros mexicanos tienen derecho a recibir beneficios del petróleo; pero ha
habido problemas en la distribución de los mismos, es decir, podemos ver cuánto
dinero se ha generado desde 1940 y en qué se ha convertido ese dinero.

Va a ser tema de mucha discusión, pues vemos la necesidad de construir un marco


legal robusto. Y creo que aquí las instituciones públicas, tanto las de investigación
como la CONABIO, como las universidades públicas y por supuesto los
propietarios de recursos, deben participar en la construcción del sistema legal
robusto.

En el ámbito internacional el tema se sigue discutiendo, aunque no se llega a


acuerdos. En términos de si es posible privatizar recursos comunes o que
pertenecen a varias comunidades, surge la pregunta de cómo lograr revalorar el
conocimiento tradicional. Y bueno, hay muchas respuestas para muchas cosas, no
para todas, pero si para muchas cosas. Muchos males están apareciendo, pero el
asunto es esa conflictividad entre lo que debe quedar como privado y lo que debe
quedar como público, porque no solamente es el ámbito de discusión en este foro
sino también en las mismas comunidades tenemos la discusión de lo que debe
quedar en la esfera de lo privado y qué debe quedar en la esfera de lo público. ¡Y
qué bueno que ahorita se vaya abriendo esta discusión! ¿no?
3. El conocimiento tradicional sobre biodiversidad y derechos indígenas

Luis Rodríguez-Piñero Royo

"[H]asta que las Partes no reconozcan


la existencia de los Pueblos Indígenas,
nuestros Pueblos no estarán en condiciones
de proporcionar su consentimiento fundado
previo para la utilización comercial de
nuestro conocimiento y recursos ".3

Introducción

Este artículo tiene como objetivo describir el marco jurídico internacional que
regula (o, que como veremos, no regula) el conocimiento tradicional indígena y
–como veremos– no indígena sobre los recursos genéticos de la biodiversidad.

Por breve y simple que se pretenda, toda reflexión sobre esta temática debe ir
precedida de una serie de consideraciones previas relativas a la propia definición
del objeto que la origina. En primer lugar, la definición de este objeto es de por sí
arbitraria, y es preciso que esta arbitrariedad sea reconocida. Me he referido en el
título de esta presentación al conocimiento tradicional (CT) sobre los recursos
genéticos de la biodiversidad.4 Sin embargo, tal y como argumentan de manera
consistente los propios pueblos interesados, hay que tomar en consideración que
el conocimiento indígena constituye un todo integrado, no susceptible de ser
analizado en compartimentos estancos, compartimentos que corresponden además
a un sistema de conocimiento no indígena. En los términos de un conocido estudio
de Naciones Unidas sobre la materia,

3 Declaración del Foro Internacional sobre Biodiversidad en el Grupo de Trabajo abierto


Intersesional sobre acceso y distribución de beneficios Convenio sobre la Diversidad Biológica, 22-
26 de Octubre de 2001, Bonn, Alemania. FIIB/CBD/GT-ADB/1/Apertura y
recomendaciones/Final, párr. 9.
4 Un documento elaborado por la Secretaría del CDB, como base para las discusiones del Taller

sobre Conocimiento Tradicional y Diversidad Biológica (Madrid, 1997), define la expresión


"conocimiento tradicional" en diversos términos. Uno que interesa a los fines de este trabajo
describe un cuerpo de conocimiento construido por un grupo de personas a través de generaciones
y viviendo en contacto directo con la naturaleza. Incluye un sistema de clasificación, una serie de
observaciones empíricas sobre el ambiente local, y un sistema de autogestión que regula el uso de
los recursos. En el contexto del conocimiento, la innovación es una característica de las
comunidades indígenas y locales en la que la tradición opera como un filtro a través del cual se
produce la innovación. En este contexto, son los métodos tradicionales de investigación y
aplicación, y no siempre elementos específicos del conocimiento las que persisten. Por lo tanto, las
prácticas deben ser vistas como manifestaciones de conocimiento e innovación. Doc.
UNEP/CBD/TKBD/1/2, págs. 17-23. La traducción es del autor.
Es [...] inapropiado subdividir el patrimonio de los pueblos indígenas en
categorías legales separadas, como "cultural", "artístico" o "intelectual" o en
elementos separados como canciones, historias, o lugares sagrados. Esto
implicaría distintos elementos de protección para distintos niveles de
patrimonio. Todos los elementos del patrimonio deberían ser considerados y
protegidos como un todo único, interrelacionado e integrado.5

Por lo tanto, al centrarme en el CT relativo a la biodiversidad, incluyo un grado de


arbitrariedad que no deja de favorecer a la parte no indígena. Sin embargo, se trata
de un ámbito identificable de la discusión en el derecho internacional
contemporáneo, y será preciso adaptarnos a sus términos. Por lo mismo, al
centrarme en la cuestión de la relación entre el CT y los recursos genéticos, estoy
excluyendo un gran número de cuestiones que se encuentran en la intersección
entre el derecho internacional y el acervo cultural indígena, como pueden ser la
promoción de las lenguas indígenas, el control de la autenticidad de obras de arte
indígena, el respeto por lugares sagrados, o la repatriación de objetos ceremoniales
y restos humanos. Baste con apuntar que también existen en el derecho
internacional contemporáneo desarrollos que pueden ser de gran interés para estas
cuestiones, como por ejemplo la actividad conjunta de la Organización Mundial de
la Propiedad Intelectual (OMPI) y de la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en torno a las denominadas
Cláusulas Modelo para Leyes Nacionales para la Explotación de Expresiones del
Folklore contra la Explotación Ilícita y otras Acciones Perjudiciales. En el mismo
sentido, el presente artículo deja de lado la cuestión del derecho de los pueblos
indígenas sobre su integridad corporal frente a la colecta de material genético
humano.

En segundo lugar, el propio título constituye un intento consciente de evadir la


utilización del término propiedad intelectual (PI). Como resulta de sobra conocido,
el régimen internacional de propiedad internacional (en el que, a su vez, se
inspiran los diversos regímenes domésticos) resulta a todas luces insuficiente para
acomodar jurídicamente el conocimiento tradicional. Las características esenciales
del régimen internacional de PI (i.e. individualidad, tangibilidad, innovación,
novedad, temporalidad, y susceptibilidad de aplicación industrial) resultan casi
opuestas a las formas indígenas de conocimiento, precisamente caracterizadas, en
términos generales, por su carácter comunitario, acumulativo, intangible,
intergeneracional e intemporal.

5 "Estudio sobre la Protección de la Propiedad Cultural e Intelectual de los Pueblos Indígenas", por
Irene Erica Daes, Relatora Especial y Presidenta del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas,
Un Doc. E/CN.4/Sub.2/1993/8, 28 de Julio de 1993, pár. 31. La traducción es del autor.
La oposición es tal que a menudo se prefiere utilizar otras expresiones. El título
emplea la expresión CT, pero el nomenclátor es extensísimo. Así, se habla de
"patrimonio indígena"6; o de "recursos tradicionales indígenas"7. En algunos foros
se habla simplemente de "conocimiento tradicional".8 Como veremos, la OMPI ha
acuñado la expresión "recursos genéticos, conocimiento tradicionales y folklore",
como elementos separados y mutuamente excluyentes, pero también se refiere a
"conocimiento tradicional relacionado con la biodiversidad"9. Por su parte, el
Convenio Marco de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CBD), que
también analizaremos, se refiere a "los conocimientos, las innovaciones y las
prácticas de comunidades indígenas y locales que entrañen estilos tradicionales de
vida pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad
biológica". La contingencia del vocabulario empleado en el discurso jurídico
internacional da de por sí sobrada cuenta del intento de ir más allá del estrecho
marco del régimen de la PI.

En tercer lugar, y en relación con lo anterior, la discusión sobre el conocimiento


tradicional escapa de las fronteras de lo indígena. De por sí, el CBD habla ya de
"comunidades indígenas y locales que entrañan estilos de vida tradicional".
Cuestiones como relativas a la protección del conocimiento tradicional frente a la
amenaza de la biopiratería, el acceso a los recursos genéticos, o el reparto
equitativo de los beneficios derivados de los recursos genéticos, interesan no sólo a
los pueblos indígenas, sino a un gran número de actores, entre otros a los países
del Sur, organizaciones sociales y funcionales, grupos ambientalistas, etc. Es más,
muchas de las agendas de estos actores entran directa o indirectamente en conflicto
con los intereses de los propios pueblos indígenas. Estamos hablando por tanto de
asuntos de interés global, incluido un cuestionamiento global del marco de PI
existente. Para restringir la discusión al ámbito de lo posible en pocas páginas,
prestaré la debida atención a la postura del movimiento indígena internacional
respecto al marco internacional regulatorio de la PI, la conservación y uso
sostenible de la biodiversidad, y el acceso a los recursos genéticos.

6 El término patrimonio incluye "todas las expresiones de la relación entre los pueblos, la tierra y los
otros seres vivos y espíritus que comparten la tierra, y es la base para el mantenimiento de
relaciones sociales, económicas y diplomáticas -a través del compartir- con otros pueblos. Todos los
aspectos del patrimonio están interrelacionados y no pueden separarse del territorio tradicional de
los pueblos interesados. Corresponde a los propios pueblos decidir qué recursos tangibles o
intangibles constituyen la herencia de un pueblo indígena en particular. ", Daes, cit. en nota 3. párr.
64. La traducción es del autor.
7 Darrel E. Posey y Graham Duffield, Beyond Intellectual Property: Toward Traditional Resources Rights

for Indigenous Peoples and Local Communities, Ottawa, International Development Research Centre,
IDRC, 1996.
8 E.g. Panel sobre Conocimiento Tradicional y Recursos Genéticos (Madrid, 1997), convocado por el

Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico.


9 "Traditional bio-diversity related knowledge". Vid. e.g. UNEP/CBD/WG8J/1/2, párr. 3.
En cuarto y último lugar, es preciso resaltar que la respuesta del derecho
internacional a las cuestiones relacionadas con el CT se encuentra todavía en fase
de articulación. La respuesta a la pregunta cuál es la norma que regula los
derechos derivados del CT sobre la biodiversidad es simple: ninguna. Por las
razones que ahora veremos, ni siquiera el CBD, en su estado actual, constituye una
respuesta adecuada a las muchas cuestiones abiertas. Nos encontramos más bien
con un conjunto disperso de elementos normativos, y, sobre todo, de procesos de
definición de estándares internacionales que se desarrolla en una pluralidad de
marcos institucionales. Se trata de procesos además temporalmente muy recientes.

Sin embargo, a efectos de la claridad de la exposición, me centraré sólo tres


procesos de definición de estándares en la materia: la implementación del artículo
8(j) del CBD; los TRIPs; y las actividades llevadas a cabo por la OMPI, prestando
un especial énfasis en la primera. Habría que dejar claro que estos tres procesos, si
bien son los más importantes, no agotan en absoluto la discusión contemporánea
relativa a los derechos derivados del conocimiento indígena sobre la biodiversidad.
Una lista completa nos llevaría a incluir, entre otras, las actividades desarrolladas
por el Banco Mundial; la Unión Internacional para la Protección de Variedades de
Plantas (UPOV, en sus siglas en inglés); la labor de la Organización de Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) a favor de los derechos de los
agricultores (especialmente a través del Compromiso Internacional sobre Recursos
Fitogenéticos, revisado en Junio de 2001, o el reciente Tratado sobre Recursos
Fitogenéticos Relativos a la Agricultura y la Alimentación, aprobado el 13 de
Noviembre de 2001); el proceso de implementación del Convenio contra la
Desertificación10 o de los Principios sobre los Bosques11, ambos emanados, al igual
que el CDB de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo y Medioambiente
de 1992; o incluso, como se viene demandando por parte del movimiento indígena

10 El Convenio contra la Desertificación incluye una referencia explícita en su articulado al


conocimiento tradicional. De acuerdo con su artículo 17.3, los estados parte deben "proteger,
integrar, promover y validar el conocimiento tradicional y local", así como asegurar que los dueños
y dueñas de este conocimiento se beneficiarán de su uso en "términos mutuamente acordados".
Sobre la base de esta disposición, la segunda Conferencia de las Partes (1997) ha iniciado una serie
de iniciativas de investigación en relación con el conocimiento tradicional. Vid. e.g. Informe del
Panel de Expertos sobre Conocimiento Tradicional, ICCD/COP·/CST/3, 1999.
11 El principio 5 de los Principios de los Bosques establece que las políticas forestales nacionales

deben apoyar la identidad, cultura y derechos de los pueblos indígenas, sus comunidades, al
tiempo que deben participar económicamente en su explotación. La labor de implementación del
Convenio corresponde a la Comisión sobre Desarrollo Sostenible (CDS), creada en Río en el marco
del Programa de Naciones Unidas sobre Medioambiente. Por su parte, la CDS ha creado,
sucesivamente, un Panel Intergubernamental sobre Bosques (PIB), y un Foro Intergubernamental
sobre Bosques (FIB), ambos encargados de considerar asuntos relacionados con el uso sostenible de
éstos. En su cuarta sesión (Nueva York, 1999) el FIB diseñó un Programa de Trabajo en el que se
incluye, inter alia, el estudio del papel del "conocimiento tradicional relacionado con los bosques".
Informe de la Cuarta Sesión del Foro Intergubernamental sobre Bosques, E/CN.17/IFF/2000,
Nueva York, 31 Enero - 11 Febrero de 2000.
internacional, las actividades relacionadas con la implementación del Convenio
Internacional contra el Cambio Climático y el Protocolo de Kyoto.12

Una vez hechas estas salvedades, podemos entrar sin más en el análisis de la que
constituye, hasta la fecha, la norma internacional más relevante relativa a la
protección del CT sobre la biodiversidad, el ya referido CDB.

El CDB y los derechos indígenas

Hasta la fecha, el régimen jurídico internacional que regula los derechos de los
pueblos indígenas mantiene silencio con relación a los derechos derivados del
conocimiento que estos pueblos han elaborado a través de generaciones en relación
con los recursos existentes en la biodiversidad. Las dos únicas normas jurídico-
vinculantes existentes en la actualidad específicamente consagrados a estos
pueblos (los Convenios No. 107 y 169 de la Organización Internacional del Trabajo,
adoptados en 1957 y 1989 respectivamente), no hacen mención expresa a estos
derechos, entre otras razones porque la discusión contemporánea sobre esta
materia ha sido articulada durante los años noventa. Mención expresa a la cuestión
sí encontramos en el artículo 29 del Proyecto de Declaración de Naciones Unidas
sobre los Pueblos Indígenas, en los siguientes términos:

Los pueblos indígenas tienen derecho a que se les reconozca plenamente la


propiedad, el control y la protección de su patrimonio cultural e intelectual, sus
tradiciones orales, las literaturas, los diseños y las artes visuales y dramáticas.

Sin embargo, mientras el Proyecto de Declaración Universal continúe en fase de


discusión en el seno del Grupo de Trabajo ad hoc de la Comisión de Derechos
Humanos de Naciones Unidas, y, subsecuentemente, de su adopción por la
Asamblea General, la regulación internacional sobre los derechos de los pueblos
indígenas derivados del CT sobre la biodiversidad habrá de buscarse en otra sede.

Como resulta de sobra conocido, esta sede no es otra que el CBD. El Convenio se
adoptó, por vía de urgencia, en junio de 1992, en el marco de la Conferencia
Mundial de Naciones Unidas sobre Ecología y Desarrollo, celebrada en Río de
Janeiro. Entró en vigor el 29 de diciembre de 1993, y desde entonces ha sido
ratificado por 181 países. Conforme a lo que establece su artículo 1, los objetivos
del Convenio son la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, así como el
reparto equitativo de los beneficios derivados de la explotación de los recursos
biogenéticos.

12Vid. e.g. Declaración de los representantes indígenas asistentes a la VII Conferencia de las Partes
del Convenio Marco sobre Cambio Climático (Marrakesh, 29 de Octubre al 9 de Noviembre de
2001), 5 de Noviembre de 2001.
El papel de los pueblos indígenas en la conservación y uso sostenible de la
biodiversidad constituyó desde luego una referencia constante en las discusiones
de Río. Después de todo, resulta de sobra conocida la correlación (a todas visas no
casual) existente entre la diversidad cultural que representan las culturas indígenas
vivas y la preservación de la diversidad ecológica del planeta. No es tampoco
desconocido, y no lo fue desde luego para las delegaciones presentes en Río, el
papel fundamental que juega el conocimiento transmitido tradicionalmente para la
investigación biotecnológica. La contribución de los pueblos indígenas a la
conservación de la biodiversidad se plasmó en el Principio 22 de la Declaración de
Río y en el Capítulo 26 de la denominada Agenda 21, el ambicioso plan de trabajo
para la protección y uso sostenible de la biodiversidad que emana de la Cumbre de
Río. Mientras tanto, los pueblos indígenas no tomaron parte efectiva en la
elaboración de los distintos documentos e instrumentos jurídicos producidos en
Río. Las demandas no satisfechas de los pueblos indígenas quedaron plasmadas en
las conocidas Carta de la Tierra y la Declaración sobre Territorio, Medioambiente y
Desarrollo de Kari-Oka, la ciudad adyacente a Río donde se reunieron las distintas
delegaciones indígenas.

Por lo que se refiere al CDB, las referencias a los pueblos indígenas son
significativamente escasas. El Preámbulo del Convenio reconoce "la estrecha y
tradicional dependencia de muchas comunidades locales y poblaciones indígenas
que tienen sistemas de vida tradicionales basados en los recursos biológicos".13 Este
principio general se plasma especial (aunque no exclusivamente14) en sólo una
disposición legal, el famoso artículo 8(j), cuya redacción tampoco contó con la
participación de los pueblos indígenas. El artículo se refiere efectivamente a los
pueblos indígenas, aunque con otro nombre:

Cada Parte Contratante, en la medida de lo posible y según proceda: (...) (j), con
arreglo a su legislación nacional, respetará, preservará y mantendrá los
conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y
locales que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación
y la utilización sostenible de la diversidad biológica y promoverá la aplicación más
amplia, con la aprobación y la participación de quienes posean estos
conocimientos, innovaciones y prácticas, y fomentará que los beneficios derivados

13CDB, Preámbulo. El Énfasis es mío.


14 Otras disposiciones conexas del CDB en relación con los "conocimientos, prácticas e
innovaciones" de "comunidades indígenas y locales" son el artículo 10(c) (protección y promoción
del uso de los recursos biológicos de acuerdo a prácticas culturales tradicionales compatibles con la
conservación y uso sostenible de la de biodiversidad); el artículo 17(2) (intercambio de información
relativo al conocimiento indígena y tradicional); y el artículo 18(4) (desarrollo de la cooperación
para el desarrollo y uso de las tecnologías indígenas y tradicionales).
de la utilización de esos conocimientos, innovaciones y prácticas se compartan
equitativamente.

El artículo establece por tanto tres principios. Primero, el principio de respeto y


conservación del CT relativo a (y en beneficio de) la biodiversidad. Segundo, el
principio de difusión de este CT. Y tercero, el principio de participación en los
beneficios derivados de su utilización. En contra de la opinión generalmente
difundida, el artículo 8(j) no otorga de manera directa derechos a los pueblos
indígenas sobre el conocimiento derivado de la diversidad biológica, ni mucho
menos sobre los recursos naturales. Son aspectos éstos que no se conciben en un
texto de las características del Convenio. Son otros los objetivos.

Entre las disposiciones conexas en el orden jurídico internacional, cabe mencionar


el artículo 17 del Convenio contra la Desertificación, o el principio 5 de los
Principios sobre los Bosques, ambos también fruto de la Cumbre de Río, que han
generado estructuras y procesos independientes de implementación, por lo general
dentro de la órbita conceptual del propio CDB.15

La sección j del artículo 8 plantea una serie de importantes interrogantes, y así ha


sido puesto de manifiesto consistentemente tanto por la doctrina como por el
movimiento indígena internacional en multitud de ocasiones. Se trata, en primer
lugar, de un problema de contexto. El artículo se coloca dentro del marco general
del CDB, y esto significa colocarlo bajo sus principios rectores generales y, en
particular, bajo el principio de soberanía estatal sobre los recursos de la
biodiversidad (artículos 3 y 15.1); un principio que, si bien constituye la expresión
de la soberanía económica de los países del Sur vis á vis los países del Norte, pone
también fin al principio tradicional de que todos los recursos genéticos son
propiedad de la humanidad en su conjunto.

Las partes del Convenio, conviene no olvidarse, son los estados, no los pueblos. Es
a ellos a quienes se les reconoce la última palabra para disponer de los recursos
existentes dentro de sus fronteras, incluidos los recursos naturales existentes en los
territorios indígenas de los pueblos y el conocimiento tradicional sobre la
utilización de estos recursos. Los propios términos de redacción del artículo no
dejan lugar a dudas. Los objetivos de respeto al CT, así como de participación en
los beneficios de su explotación, se encuentran explícitamente supeditados al
arbitrio de "cada Parte Contratante" (es decir, de cada estado), que los tendrá en
cuenta sólo "en la medida de los posible y según proceda", y siempre "con arreglo a
su legislación nacional". Para muchos grupos indígenas, y posiblemente el temor se
encuentre plenamente justificado, el Convenio aumenta el poder de la parte estatal
para controlar y explotar indiscriminadamente los territorios y recursos indígenas,

15 Vid. supra, notas 7 y 8.


y, en particular, promueve la concertación de acuerdos entre los estados y
compañías bioprospectoras para permitir el acceso a estos recursos y territorios.16

El segundo problema es también de orden contextual. El reconocimiento del papel


de los pueblos indígenas en la conservación y uso sostenible de la biodiversidad se
realiza en el marco del artículo 8, que lleva como expresivo título "Conservación in
situ". El artículo habla de "comunidades indígenas y locales" al mismo tiempo que
se refiere a la "conservación de áreas protegidas"; la "conservación de la
biodiversidad biológica"; la protección y rehabilitación de ecosistemas y hábitats; o
la protección de "especies y poblaciones amenazadas". Colocar a los pueblos
indígenas en este contexto supone al menos una representación de los pueblos
como entidades culturales fijas, e inmutables, susceptibles de conservación en
términos que no difieren substantivamente de la conservación de las especies
amenazadas. La propia expresión "comunidades indígenas y locales que entrañan
estilos de vida tradicionales" de por sí circunscribe el reconocimiento del CT al
mantenimiento de un estilo de vida tradicional, una asociación entre el
reconocimiento de derechos y el mantenimiento de un estilo determinado de vida
con efectos potencialmente muy negativos para los primeros.17

Un tercer problema es el problema de los sujetos. Inexplicablemente (o, bien al


contrario, bastante explicablemente), el Convenio evade expresamente el término
pueblos indígenas (que encontramos ya en el Convenio No 169 y en el muchas
instancias de Naciones Unidas), y se refiere a "comunidades indígenas". Si bien
bastante recurrente en la práctica legal y administrativa de los países
latinoamericanos, el término comunidad indígena es extraño al vocabulario
jurídico internacional, así como a la práctica de otras regiones geográficas, creando
así importantes problemas de interpretación.18 Para muchos y muchas, el trueque
terminológico ha sido interpretado como un intento de disociar la cuestión del CT
de los estándares internacionales relativos a los derechos de los pueblos indígenas.
Por último, el Convenio introduce un término que tampoco encuentra precedente
en el derecho internacional, el de "comunidad local", que queda también sin
definir.

Un cuarto problema es de nuevo de orden interpretativo. ¿Qué significa la


"aprobación" y la "participación" de las "comunidades indígenas y locales"? ¿Cómo
se substancia el principio del reparto equitativo de beneficios? Esta falta de

16 International Alliance of Indigenous Peoples (IAIP), "The Biodiversity Convention: The Concerns of
IPs", http://www.gn.apc.org/iaip/IFB/cdd-ip~1.htm, pág. 1. Consideraciones en esta misma línea
han sido elaboradas por la Indigenous People's Biodiversity Network (IPBN), vid. "Indigenous Peoples,
Indigenous Knowledge and Innovations and the Convention on Biological Diversity",
http://www.cbik.org/UpfileDocuments/IP_biodiversity.htm.
17 Ibidem, pág. 3.
18 Ibidem, pág. 4
definición resulta aún más grave si se contempla la falta de mención expresa a los
pueblos indígenas en el artículo 15 del Convenio, que regula las condiciones de
acceso a los recursos genéticos y que sujeta este acceso al consentimiento previo e
informado (PIC, en sus siglas en inglés) de la Parte Contratante que "proporciona"
estos recursos. ¿Cuál es la relación entre este "consentimiento previo informado" de
la parte estatal y la "aprobación" de la parte indígena, sujeta siempre a la
discrecionalidad de la primera?

En el contexto de incertidumbre respecto al contenido exacto del artículo 8(j),


mucho depende de su implementación. Como resulta conocido, el CDB establece
su propio mecanismo internacional de seguimiento, como la mayor parte de los
instrumentos internacionales adoptados en el seno de Naciones Unidas. El
Convenio establece 3 órganos básicos: la Secretaría (artículo 24), la Conferencia de
las Partes (COP) (artículo 23) y el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico,
Técnico y Tecnológico OSCTT (artículo 25). Dentro de la lógica estatista del
Convenio, la reunión anual de estados en la COP es la encargada genérica de
examinar y tomar todas las medidas necesarias para la consecución de los objetivos
del Convenio.

A lo largo de casi una década, la estructura de la implementación del Convenio ha


llegado a un alto nivel de especialización y complejidad. La implementación del
Convenio se ha dividido en cinco ámbitos temáticos (biodiversidad marina y de
zonas costeras; biodiversidad agrícola; biodiversidad forestal; aguas interiores; y
zonas secas y semi-húmedas), así como en una serie de asuntos transversales
(bioseguridad; acceso a recursos genéticos; artículo 8j; derechos de propiedad
intelectual; indicadores, taxonomía; educación pública y sensibilización;
incentivos; y especies exóticas). Hay quien opina incluso que esta complejidad
creciente responde a una estrategia deliberada de fragmentación.19

A nuestros efectos, a parte obviamente de las distintas recomendaciones de la


COP, existen dos líneas de trabajo que nos interesan; en primer lugar, una línea de
trabajo específicamente dedicada al artículo 8(j), que comienza en 1997, con la
organización de un Taller sobre Conocimiento Tradicional y Biodiversidad
Biológica. Las conclusiones de este taller llevaron a la cuarta sesión de la
Conferencia de las Partes (Bratislava, 1998) a la creación de un órgano de
denominación compleja: el Grupo de Trabajo ad hoc Intersesional de Composición
abierta sobre el Artículo 8(j) y otros Artículos Relacionados del Convenio sobre
Diversidad Biológica (Grupo de Trabajo sobre el 8j)20. El Grupo de Trabajo tiene
como misión, inter alia, fungir como órgano consultor para el desarrollo de normas
legales y otras formas de protección. En el momento de escribir estas líneas, el

19 Patricia Borraz, 2001, "Some considerations concerning the debate on IPRs, Biodiversity and TK-
Related to IPs", mimeo, párr. 14.
20 COP-4 (Bratislava, 1999), Recomendación IV/9.
Grupo de Trabajo se ha reunido una sola vez (Sevilla, Marzo de 2000). En paralelo,
en el delicado asunto del reparto de beneficios, se han celebrado dos reuniones de
un Panel de Expertos sobre Acceso a Recursos Genéticos y Reparto de Beneficios,
que a su vez han conducido a la conformación de un Grupo de Trabajo ad hoc
sobre Acceso a Recursos Genéticos y Reparto de Beneficios (Grupo de Trabajo
sobre Acceso)21 que se reunió por primera vez en Bonn, Alemania, en Octubre de
2001.

Por su parte, tanto la sociedad civil como el movimiento indígena internacionales


han participado, no sin cierto grado de efectividad, en las discusiones relativas a la
implementación del CDB. Existe, por ejemplo, un Foro Global sobre Biodiversidad
(FGB), que se reúne en torno a las distintas actividades de implementación del
Convenio, y que se integra, entre otros, por organizaciones no gubernamentales
ambientalistas y de desarrollo, así como otros movimientos sociales, incluidas
organizaciones indígenas. Siguiendo este modelo, y sobre la base del rico tejido
asociativo internacional derivado de la experiencia en el seno de Naciones Unidas,
el movimiento indígena internacional se ha constituido en un Foro Indígena
Internacional sobre Biodiversidad, convocado por primera vez con motivo de la
COP-3 (Buenos Aires, 1996). El FIIB tiene como objetivo incidir en la aplicación del
artículo 8(j) y de otras secciones del Convenio relativas a la protección del CT y el
acceso a los beneficios derivados de su explotación. Al igual que el FGB, el FIIB se
reúne con ocasión de las distintas reuniones relativas a la implementación del
CDB, y ha demostrado tal tesón en sus actividades que incluso la COP-5 ha
reconocido abiertamente el importante papel que ha desempeñado.22

A través de las declaraciones del Foro, el movimiento indígena internacional ha


denunciado constantemente las graves limitaciones del Convenio. Esta denuncia
quedó plasmada en la declaración emanada de la segunda reunión del FIIB
(Madrid, Noviembre de 1997), en que se afirmaba que los pueblos indígenas "[n]o
nos relacionamos a [sic] la Tierra como propiedad, la relacionamos como nuestra
Madre"23, y se denunciaba la "falta de reconocimiento de los pueblos indígenas
como pueblos con derechos a priori y por lo tanto como partes al Convenio y su
implementación"24; la "falta de plena participación de los pueblos indígenas en los
procesos relacionados con el Convenio sobre Biodiversidad Biológica"25 y la "falta
de vinculación del artículo 8 (j) con otros instrumentos internacionales que tratan

21 COP-5 (Nairobi, 2000), Decisión V/26 A-C.


22 COP-5 (Nairobi, 2000), Recomendación V/16, Preámbulo, UNEP/BD/COP/5/23, pág. 139. Sin
embargo, el FIIB no es parte oficial en el proceso de implementación del Convenio. En este sentido,
la COP también ha invitado al movimiento indígena a participar en el Grupo de Trabajo sobre el
artículo 8(j). Recomendación V/16, UNEP/BD/COP/5/23, pág. 140, párr. 5.
23 Documento Final de Segundo Foro Indígena Internacional sobre la Biodiversidad, Madrid 20-23

Noviembre 1997, UNEP/CBD/TKBD/1/3, Anexo I, Preámbulo.


24 Ibidem, párr. 1.
25 Ibidem, párr. 4.
de los derechos de los pueblos indígenas"26. Sin embargo, a pesar de estas
importantes y evidentes fallas, el movimiento indígena internacional es
sumamente consciente del gran efecto potencial que tienen las disposiciones del
Convenio sobre el día a día de los pueblos. De acuerdo con una reciente
declaración del Foro, "[e]l Convenio sobre la Diversidad Biológica fue negociado
sin la participación de los Pueblos Indígenas. Sin embargo, el Foro Internacional
Indígena sobre Biodiversidad ha estado siguiendo el trabajo del Convenio durante
varios años con mucho interés, porque el Convenio tiene implicaciones graves para
todos los pueblos indígenas de todo el mundo y suscita grandes preocupaciones
para nuestros pueblos"27. En este sentido, la constitución del FIIB representa, ante
todo, un acto de pragmatismo.

A través de sus múltiples reuniones, el Foro Indígena ha elaborado una agenda de


reivindicaciones relativas a la interpretación e implicaciones, así como al propio
proceso de implementación del Convenio. Esta agenda puede sintetizarse en seis
puntos fundamentales. En primer lugar, el movimiento indígena internacional ha
denunciado la falta de participación indígena en el proceso de discusión y
redacción del Convenio. Esta denuncia se traduce en un llamamiento a "desarrollar
mecanismos para asegurar la participación" de los pueblos indígenas en los
distintos procesos de implementación del Convenio, tanto en el ámbito
internacional (i.e., en la COP y en los diversos grupos de trabajo) como en el
doméstico.28

En segundo lugar, el movimiento indígena internacional ha abogado por una


interpretación integral del Convenio, a la luz de otros estándares jurídicos
internacionales y, en particular, a la luz de los derechos internacionalmente
reconocidos a los pueblos indígenas: "El reconocimiento legal de los derechos de
los pueblos indígenas es el modo más efectivo de asegurar el respeto, la
preservación y el mantenimiento del conocimiento, innovaciones y prácticas de los
pueblos indígenas y las comunidades locales".29

De acuerdo con el movimiento indígena internacional, los conocimientos,


innovaciones y prácticas relacionadas con la diversidad biológica son indisociables
de la relación de los pueblos con sus tierras y territorios. Desde esta perspectiva, la
conservación y uso sostenible de la biodiversidad se encuentran estrechamente
vinculados al reconocimiento y respeto al derecho de los pueblos indígenas a la
autodeterminación, al control sobre sus territorios y recursos naturales, y al
reconocimiento de las instituciones legales y políticas de los pueblos indígenas. Por
lo mismo, toda discusión sobre el reparto equitativo de beneficios carece de sentido

26 Ibidem, párr. 14.


27 Declaración del Foro Internacional sobre Biodiversidad, cit en nota 1, Preámbulo.
28 Ibidem, párr. 2 (e).
29 Ibidem, anexo I, pág. 5.
si no se basa en la conexión entre territorio, cultura y identidad. En último término,
tal y como es demandado constantemente por el movimiento indígena
internacional, no puede desvincularse el proceso de implementación del CDB y el
proceso de (no) discusión del Proyecto de Declaración Universal de los Derechos
de los pueblos indígenas en la Comisión de Derechos Humanos, en sede de la
Organización de las Naciones en Naciones Unidas. 30

En este contexto, el Foro Indígena Internacional ha abogado consistentemente por


el uso de la expresión "pueblos indígenas y comunidades locales", haciendo por
tanto énfasis en el hecho de que los pueblos indígenas son pueblos, y por tanto en
la naturaleza colectiva de sus derechos. El término "pueblos indígenas" ya
comienza a utilizarse en las resoluciones de las Conferencia de las Partes (COP) del
Convenio.

Una tercera constante de la agenda del movimiento indígena internacional ha sido


y es la interpretación holística del CT: "Nuestro conocimiento de la biodiversidad
es indivisible de nuestras identidades, leyes, instituciones, sistemas de valores y
cosmovisiones como pueblos indígenas."31 En este sentido, el FIIB ha llegado
incluso a demandar la inclusión de asuntos tan aparentemente ajenos a la letra del
artículo 8(j) como la protección del patrimonio histórico-cultural, el fomento de las
lenguas indígenas o la educación bilingüe.32

En cuarto lugar, un tópico continuo del FIIB ha sido el rechazo del régimen
convencional de PI ("nuestro conocimiento colectivo no es una mercancía que se
puede comercializar como cualquier objeto en el mercado"), acompañado de la
demanda de desarrollo de sistemas sui generis de protección del CT.33 Estos

30 IAIP, op. cit. en nota 14, págs. 2-3.


31 Declaración del Foro Internacional sobre Biodiversidad, cit. en nota 1, párr. 6.
32 Ibidem, párr. 10.
33 Ibidem, párr. 6 (a). Sistemas sui generis (una expresión cuyo uso en la práctica jurídica

internacional se deriva del art. 27.3.b de los TRIPs) son todos aquellos que difieren del régimen
convencional de PI; incluyendo aspectos como el reconocimiento de la propiedad comunal;
reconocimiento de derechos sobre el conocimiento independientemente de que se trate de asuntos
de dominio público; la diferenciación entre la propiedad de los recursos genéticos y la propiedad
del conocimiento sobre estos recursos; la presunción de que el uso de recursos genéticos implica el
uso de CT asociado a éstos; el establecimiento de bancos de datos o bibliotecas virtuales sobre CT,
etc. Para una discusión al respecto, vid. el Informe del Primer Panel de Expertos sobre Acceso y
Reparto de Beneficios (San José, 1999), UNEP/CBD/COP/5/8, Anexo VI. Véase también, Gurdial
Singh Nijar, "Legal and Practical Perspectives on Sui Generis Options",
http://www.twnside.org.sg/title/generis-cn.htm-
En el ámbito del derecho internacional privado, el ejemplo más comúnmente citado es el de las
Cláusulas Modelo para Leyes Nacionales para la Explotación de Expresiones del Folklore contra la
Explotación Ilícita y otras Acciones Perjudiciales Modelo, elaboradas conjuntamente por la OMPI y
la UNESCO. En el derecho comparado, los ejemplos más comúnmente citados son los modelos de
legislación elaborados en el seno de la Organización por la Unidad África (OUA) o por la
regímenes deben ser además lo suficientemente flexibles para poder acomodar las
distintas prácticas consuetudinarias indígenas asociadas a la conservación y
reproducción del conocimiento: en realidad, no debería existir un régimen sui
generis, sino una pluralidad de ellos, tantos como sistemas consuetudinarios
indígenas.34 Cabe señalar, sin embargo, que no existe un claro consenso entre los
distintos grupos indígenas a este respecto. No son pocos los grupos indígenas
(pertenecientes por lo general a países desarrollados de América del Norte y
América del Norte) que han hecho un uso instrumental de las ventanas de
oportunidad abiertas en los intersticios del régimen convencional de PI, a través de
la constitución de empresas privadas a efectos de la creación de patentes, marcas o
certificados de origen cultural.

En quinto lugar, el llamamiento al desarrollo de regímenes sui generis de protección


de los derechos derivados del conocimiento indígena sobre la biodiversidad va
normalmente acompañado de un llamamiento a una moratoria en el acceso y
patentes de los recursos genéticos existentes en territorios indígenas: "Imponer una
moratoria en toda la bioprospección y/o la recolección de materia biológica en los
territorios de los pueblos indígenas y áreas protegidas y el patentamiento [sic]
basado en estas recolecciones, hasta que sistemas sui generis aceptables sean
establecidos por los pueblos indígenas".35

La sexta demanda del FIIB es la interpretación del artículo 8(j) a la luz de la noción
de consentimiento previo informado (PIC, en sus siglas en inglés), incluido el
derecho a la objeción, es decir, el derecho a decir no.36 Como se apuntó arriba, el
consentimiento previo informado es reconocido en el Convenio exclusivamente a
las partes contratantes, es decir, a los estados-nación, mientras que se reconoce la
"aprobación" y "participación" de los pueblos indígenas, siempre dentro del ámbito
de discrecionalidad de las partes contratantes. El movimiento indígena ha
demandado consistentemente que no debe haber acceso al conocimiento,
innovaciones y prácticas indígenas sin el consentimiento previo informado de los
propios pueblos, y que este consentimiento es además una condición necesaria
para toda discusión acerca del reparto de beneficios.37 ¿En qué consiste el

Comunidad Andina, así como la Ley sobre Diversidad y la reforma a la Ley de Patentes en India,
ambas del año 2000.
34 Borraz, op. cit. en nota 17, párr. 12.
35 Declaración del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad en el Grupo de Trabajo Abierto

Intersesional sobre Acceso y Distribución de Beneficios, Convenio sobre Diversidad Biológica, 22-26
Octubre de 2001, Bonn, Alemania. FIIB/CBD/GT-ADB/1/Apertura y recomendaciones/Final,
párr. 6.
36 Ibidem, párr. 7(a).
37 IAIP, op. cit. en nota 14, pág. 2.
consentimiento previo e informado? El artículo 15 del CDB no proporciona una
definición. Sin embargo, la parte indígena sí ha proporcionado su propia versión.38

En relación con lo anterior, el FIIB ha demandado en repetidas ocasiones que los


estados parte deben llevar a cabo actividades de capacitación, encaminadas al
fortalecimiento institucional y de la capacidad de negociación.39 Desde su
perspectiva, no es posible hablar de un reparto minimamente "equitativo" de
beneficios sin la necesaria información y formación técnica y legal que coloque en
una situación de horizontalidad a la parte indígena respecto a la parte
biosprospectora.40

¿Cuál es el estado de la cuestión en lo relativo a la implementación del CDB? ¿En


qué punto se encuentra el debate? De una parte, el Grupo de Trabajo sobre el 8(j)
ha elaborado un Programa de Trabajo sobre la Implementación del 8(j), adoptado a
su vez por la COP en su quinta sesión (Nairobi, 2000). El Programa de Trabajo
sobre la Implementación del 8(j) cuenta con el respaldo del FIIB, en la medida en
que ha reconocido expresamente lo que durante años ha venido demandando el
movimiento indígena internacional, como por ejemplo que "la conservación de
conocimientos, innovaciones y prácticas de las comunidades indígenas y locales es
dependiente del mantenimiento de identidades culturales y la base material que
los sustenta";41 o "la importancia fundamental de asegurar la participación efectiva
y completa de las comunidades indígenas y locales en la implementación del
artículo 8(j) y disposiciones conexas".42 En este orden de cosas, el Programa de
Trabajo ha dado prioridad a aspectos como el desarrollo de mecanismos tendentes

38 De acuerdo con un reciente documento del FIIB, el consentimiento previo informado debe
contener los siguientes elementos:
(1) Todos los miembros de las comunidades afectadas consienten en la decisión.
(2) El consentimiento está determinado de acuerdo con las leyes, prácticas y derechos
consuetudinarios.
(3) Que no existe manipulación externa, interferencia o coerción.
(4) Plena información sobre la intención y alcance de la actividad.
(5) Las decisiones se hacen en un lenguaje y en un proceso comprensible para las comunidades.
(6) Las autoridades tradicionales y las instituciones representativas de los pueblos indígenas deben
estar implicadas en todas las etapas del proceso de consentimiento.
(7) El derecho al libre consentimiento fundamentado previo incluye el derecho a decir NO [énfasis
en el original].
Declaración del Foro Indígena sobre la Biodiversidad, cit en nota 1, Anexo I.
39 Ibidem, párr. 9(a).
40 IAIP, op. cit. en nota 14, pág. 2.
41 COP-5 (Nairobi, 2000), Recomendación V/16, UNEP/BD/COP/5/23, párr. 17. La traducción es

mía.
42 Ibidem, Preámbulo. Sin embargo, los estados parte no han accedido a la participación directa de

los pueblos indígenas en la propia COP. Con todo, la COP ha invitado reiteradamente a que las
partes incluyan en sus delegaciones tanto en el Grupo de Trabajo sobre el 8(j) como en el de Acceso
y Reparto de Beneficios (Vid. Decisiones IV/9 párr. 3,4 y 12; V/16, párrs. 5 y 18; respecto al primero;
y IV/8, párr. 3; V/26A párr. 11, respecto al segundo).
a "fortalecer la capacidad de los pueblos indígenas y comunidades locales para
estar efectivamente implicadas en el uso de su conocimiento tradicional"43 y, en
general, a la promoción de "la participación efectiva de las comunidades indígenas
y locales en la toma de decisiones, la planificación de políticas y el desarrollo e
implementación de la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica a los
niveles internacional, regional, subregional, nacional o local, incluido el acceso y
reparto de beneficios"44. Asimismo, el Programa de Trabajo atribuye al Grupo de
Trabajo la responsabilidad de desarrollar directivas y modelos de legislación
relativos, inter alia, a la participación de comunidades indígenas y locales en el
acceso a beneficios y la prestación del consentimiento previo informado de estos
pueblos,45 así como a la regulación de sistemas sui generis de regulación del
conocimiento relativo a los recursos genéticos.46

En lo que se refiere al acceso a los recursos genéticos y reparto equitativo de los


beneficios derivados de su explotación, hasta la fecha el único movimiento del
Grupo de Trabajo ad hoc ha sido la elaboración de un Borrador de Directivas
relativas al Acceso a los Recursos Genéticos y Reparto Equitativo y Justo de
Beneficios Resultantes de su Utilización, también conocidas como las Directivas de
Bonn.47 Pendientes de ser formalmente adoptadas por la próxima reunión de la
COP, estas directivas, de carácter enteramente voluntario, pretenden fungir de
guía para la celebración de acuerdos entre el estado parte de origen y el agente de
bioprospección.

Las directivas de Bonn incluyen mención expresa de la "participación efectiva" de


los pueblos indígenas,48 el "respeto a [sus] costumbres, tradiciones, valores y
prácticas consuetudinarias";49 la necesidad de dotarlos de "información
adicional"50; el envolvimiento de los o las representantes de estos pueblos por
medio de los "procedimientos consultivos adecuados"51; o la necesidad de tomar
en cuenta las "consideraciones éticas" derivadas del conflicto entre la
bioprospección y las formas indígenas de conservación y transmisión del
conocimiento tradicional.52 Sin embargo, en clara contraposición con la acogida

43 Programa de Trabajo sobre la Implementación del Artículo 8(j) y Disposiciones Conexas del
Convenio sobre Diversidad Biológica, UNEP/BD/COP/5/23, Anexo I, Tarea No. 1. La traducción
es del autor.
44 Ibidem, Tarea No. 2.
45 Ibidem, pág. 144, Tarea No. 7.
46 Tarea No. 12.
47 COP-6 (La Haya, 2002), UNEP/CBD/COP/6/6, Anexo a Recomendación I. La traducción es del

autor.
48 Ibidem, párr. 12 (g).
49 Ibidem, párr. 14 (b) (ii).
50 Ibidem, párr. 17.
51 Ibidem, párr. 41 (a).
52 Ibidem, párr. 24(d)
dispensada al Programa de Trabajo sobre la implementación del artículo 8(j), el
Foro Indígena ha rechazado de forma categórica las directivas de Bonn, en tanto
que ignoran muchas de las demandas fundamentales del movimiento indígena en
relación con la cuestión del acceso y reparto de beneficios. En particular, las
directivas no recogen la demanda de identificación clara de las partes involucradas
en estos acuerdos, que pasa por el reconocimiento previo de los pueblos indígenas
y de sus derechos colectivos como condición necesaria para la realización de
acuerdos de prospección y explotación de los recursos genéticos. Asimismo, las
directivas son ciertamente parcas con relación a la prestación del consentimiento
previo e informado por la parte indígena. El consentimiento de los pueblos
("comunidades") interesados debe otorgarse siempre "como sea apropiado a las
circunstancias" (siendo obviamente la parte estatal la responsable de delimitar este
extremo), y siempre en el marco de la legislación nacional.53

En resumen, en ausencia de otras regulaciones, el Convenio sobre Diversidad


Biológica constituye, en el derecho internacional contemporáneo, el ámbito
normativo (extremadamente limitado aunque todavía en pleno proceso de
elaboración) en el que se desarrolla la discusión sobre los derechos derivados del
CT indígena sobre la biodiversidad. ¿En qué momento nos encontramos dentro de
este proceso de elaboración normativa? Gracias en gran medida a la iniciativa del
movimiento indígena internacional, el CDB está siendo interpretado (y, por lo
tanto, transformado) bajo una perspectiva tendente a integrar a los pueblos
indígenas como sujetos directamente interesados en todo proceso relativo al acceso
y utilización de su CT, y, por lo tanto, como sujetos relevantes a efectos de la
prestación del consentimiento previo informado en estos procesos. Como el
Programa de Trabajo relativo a la Implementación del Artículo 8(j), existe un
consenso internacional acerca de la relación del CDB y los estándares
internacionales (ya en tratados internacionales, ya como norma de derecho
consuetudinario internacional) relativos a los derechos de los pueblos indígenas.

Con todo, es mucho lo que resta para la puesta en práctica de las disposiciones del
CDB de forma efectiva. El propio énfasis en el carácter gradual y consensuado del
proceso de implementación del Convenio lleva a avances extremadamente
parsimoniosos. El propio Programa de Trabajo aprobado por las partes en torno al
artículo 8(j) ha hablado de "la necesidad de una aproximación de largo plazo" 54.
Por otra parte, la propia complejidad de la materia en consideración y la pluralidad
de intereses involucrados, unido a la disgregación de actores y espacios
encargados de la implementación del Convenio en sus distintos aspectos, lleva a
respuestas no siempre homogéneas con relación a las demandas del movimiento
indígena. En este sentido, las Directivas de Bonn constituyen una buena muestra
de las rémoras existentes cuando se trata de llevar el reconocimiento de los pueblos

53 Ibidem, págs. 17-19.


54 COP-5 (Nairobi, 2000), cit. en nota 38, Preámbulo. La traducción es del autor.
indígenas y de sus derechos a la práctica frente a cuestiones que tocan
directamente a los intereses económicos de las estados parte, al tiempo que ponen
de manifiesto la dificultad de traspasar los límites conceptuales impuestos por el
régimen internacional de PI que da contexto al CDB. Tal y como ha sido
recientemente denunciado por el Foro Indígena sobre Biodiversidad, "en estos
momentos se está haciendo un énfasis desproporcionado sobre los valores
comerciales y económicos de la biodiversidad, a través de los derechos de
propiedad intelectual, en detrimento de la conservación de sus valores culturales y
espirituales"55. Para dar buena cuenta de esto, sin embargo, es necesario que
consideremos el contexto jurídico y económico internacional en que se coloca toda
discusión relativa al CT en el ámbito del CDB.

TRIPs, recursos genéticos y biodiversidad

La discusión anterior no opera en el vacío. El CDB, y en particular las disposiciones


relativas al acceso y reparto de beneficios y a los conocimientos, innovaciones y
prácticas de pueblos indígenas y comunidades locales, se aplica dentro del
régimen internacional que regula la PI, que cuenta con sus propios marcos
normativos e institucionales, y en el que entran en juego toda una serie de intereses
que no siempre coinciden con los objetivos del propio Convenio. Un importante
foro donde se juega el destino de los derechos derivados del CT es de sobra
conocido por todos y todas. Me refiero a la Organización Mundial del Comercio
(OMC), ese objetivo constante de los ataques del movimiento antiglobalización, y,
en particular, a los denominados TRIPs.

Los TRIPs son las siglas inglesas de los Asuntos Comerciales Relacionados con la
Propiedad Intelectual, que forman parte del Acuerdo General sobre Tarifas y
Comercio, (GATT, en sus siglas en inglés) (Marrakesh, 1994), que pone fin a la
Ronda de Uruguay y que instituye la propia OMC. En el momento de la adopción
del GATT, la cuestión de la propiedad intelectual se había convertido en un asunto
de gran interés tanto para los países del Norte como para las grandes
transnacionales de la biotecnología. La posición de los países del Sur fue la de
incluir disposiciones relativas exclusivamente a aquellos aspectos de incidencia
directa en el comercio internacional. No obstante, en el curso de las negociaciones,
los TRIPs terminaron recogiendo prácticamente todos los aspectos relativos a la
protección de la propiedad intelectual, como patentes, copyrights, marcas, secretos
comerciales, así como un mecanismo de solución de controversias, que abre la
puerta a la imposición de medidas coactivas para su aplicación.

55Declaración del Final del Foro Internacional Indígena sobre la Biodiversidad en el Grupo de
Trabajo ad hoc Intersesional sobre Acceso y Distribución de Beneficios, CDB, 22-26 Octubre de 2001,
Bonn, FIIB/CBD/GT-ADB/1/Apertura y Recomendación/Final, párr. 8.
Aunque los acuerdos TRIPs no se refieren directamente a los recursos genéticos (ya
que se refieren a las invenciones derivados de estos recursos y no a los recursos en
sí) ni con el conocimiento tradicional (precisamente por no ser "incoativo"),
contribuyen a reforzar una situación de desequilibrio político y económico que
dista mucho de ser neutral a efectos de la conservación y explotación de estos
conocimientos y recursos.56

Existen algunos aspectos de los TRIPs que son de interés para la protección del CT.
En particular, un blanco común de críticas ha sido el artículo 27.b.3, uno de esos
demonios comúnmente exorcizados por la antiglobalización. El artículo establece
la posibilidad de patentes sobre seres vivos en los términos siguientes:

Los Miembros podrán excluir [...] de la patentabilidad [...] [b] las plantas y los
animales excepto los microorganismos, y los procedimientos esencialmente
biológicos para la producción de plantas o animales, que no sean procedimientos
no biológicos o microbiológicos. Sin embargo, los Miembros otorgarán protección a
todas las obtenciones vegetales mediante patentes, mediante un sistema eficaz sui
generis o mediante una combinación de aquéllas y éste. [...].

Bajo esta compleja fórmula se esconde el principio que los miembros de la OMC
deben permitir, con carácter obligatorio, las patentes sobre (a) microorganismos,
(b) plantas y animales obtenidos a través de procedimientos no biológicos, y (c)
plantas y animales logrados a través de procesos microbiológicos. Por lo que se
refiere a las variedades de plantas, el artículo hace una referencia implícita al
sistema de patentes establecido en el régimen de la Unión Internacional para la
Protección de Nuevas Variedades de Plantas (UPOV, en sus siglas en inglés),
establecida en 1961 y revisada por última vez en 1991, si bien deja abierta la
posibilidad para el establecimiento de regímenes sui generis de propiedad
intelectual. Por último, el artículo no excluye necesariamente del ámbito de lo
patentable a animales y plantas, una cuestión que queda abierta al arbitrio de los
estados firmantes ("los miembros podrán excluir de la patentabilidad").

Han sido muchas los argumentos esgrimidos por varios actores (y especialmente
por los estados del Sur) en contra de los TRIPs y, en particular, en contra de las
posibilidades de establecer patentes sobre los seres vivos abiertas por el artículo
27.b.3. Desde la perspectiva del propio régimen de PI, se discute la distinción
arbitraria operada entre los ámbitos de lo patentable y lo no patentable, entre las
distintas formas de vida, y, en general, que se tornan difusos los límites que
separan al descubrimiento de la invención. Desde el Sur la perspectiva es que el
régimen pretende universalizar los estándares de los países desarrollados, e ignora
las abismales diferencias económicas y tecnológicas que diferencian al Norte del

56 Patricia Borraz, op. cit. en nota 17, párr. 5.


Sur. En tal sentido, se argumenta que esta disposición atenta contra las prácticas de
conservación, reparto e intercambio de semillas, cultivos y plantas tradicionales, lo
que atenta al derecho de alimentación de gran parte de los habitantes del Sur y, en
general, al derecho a la autodeterminación económica de sus pueblos. En último
término, el sistema parece fomentar el control de las empresas transnacionales
sobre los cultivos y plantas genéticamente manipuladas (cuando no la
biopiratería), al tiempo que restringe la transferencia de tecnología del Norte hacia
el Sur. 57

A partir de la Conferencia Ministerial de Seattle (1999), y debido a la apertura del


proceso de revisión previsto en el propio artículo, el descontento con el artículo
27.3.b se ha convertido en un reclamo persistente para su modificación. Las bases
normativas de esta demanda no son otras que las obligaciones asumidas por los
estados parte del GATT en otros marcos institucionales (como el Compromiso –
ahora Tratado– sobre Recursos Fitogenéticos de la FAO o el propio CDB), sin
olvidar todo el catálogo de derechos humanos reconocidos en instrumentos
internacionales como la Declaración de Derechos Humanos o el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. La COP del CDB no
ha dejado de recordar la necesidad de integrar el régimen establecido por los TRIPs
y el respeto a los objetivos del Convenio, de hacer complementarios ambos
regímenes58. En la sede de Naciones Unidas el llamamiento ha sido más rotundo.
La Subcomisión para la Protección y Promoción de los Derechos Humanos (un
órgano conformado por expertos y expertas), ha recordado a todos los gobiernos y
a los organismos internacionales tanto "la primacía de las obligaciones derivadas
de los derechos humanos sobre los acuerdos y políticas económicas" como "la
función social de la propiedad intelectual", al tiempo que ha hecho un llamamiento
explícito a tener en cuenta los principios e instrumentos de derechos humanos en
la revisión de los TRIPs. 59

57 Cecilia Oh, "Art. 27.3.b of the TRIPs Agreements: A view from the South",
http://www.twnside.org.sg/title/273b-cn.htm. En esta misma línea, vid. Chakravarti Raghvan,
"Protecting IPRs of Local and Indigenous Communities", http://www.twnside.org/sg/title/local-
cn.htm y "Ten Questions on TRIPs, Technologies and Biodiversity",
http://www.twnside.org.sg/title/trips10-cn.htm.
58 Vid. Cop-4 (Bratislava, 1999), Recomendación IV/5, pár. 9, llamando a aumentar "el apoyo

mutuo y la integración de consideraciones relativas a la diversidad biológica con la protección de


los derechos de propiedad intelectual" (la traducción es del autor). Sobre esta relación, véase
también el documento "Relaciones y Sinergia entre el Convenio sobre Diversidad Biológica y los
Acuerdos en Aspectos Relacionados con los Derechos de Propiedad Intelectual"
(UNEP/CBD/COP/3/23)
59 Subcomisión para la Protección y Promoción de los Derechos Humanos, Res. 2000/7 , "Derechos

de propiedad intelectual y derechos humanos", E/CN.4/SUB.2/RES/2000/7, 17 Agosto 2000,


párrs. 3, 4, 5, 6 y 13. Vid. en esta misma línea el informe preliminar "La globalización y su impacto
sobre los derechos humanos", elaborado por el y la Relatora Especiales J.Oloka-Onyango y D.
Udagama, E/CN.4/2000/13. La traducción es del autor.
El movimiento indígena internacional no ha sido ajeno al rechazo global a los
TRIPs, un régimen que no deja de tener efectos substantivos no sólo en el
reconocimiento y protección de su conocimiento tradicional y valores culturales,
sino también en relación con el ejercicio de sus derechos económicos, sociales y
culturales, sobre todo si se considera que dependen mayoritariamente para su
subsistencia de la práctica de la agricultura. En ambos aspectos, y en el contexto de
la extraordinaria fragmentación de intereses y posiciones subjetivas espoleada por
la globalización, el movimiento indígena se ha alineado junto con los gobiernos del
Sur, los países de origen de la biodiversidad, en contra de aquellos que disponen
de la biotecnología. En 1999, con motivo de la ya famosa reunión
intergubernamental de la OMC, las delegaciones indígenas presentes en la reunión
redactaron la denominada Declaración de Seattle. La Declaración, cuyo
pragmatismo contrasta de alguna manera con el tono del discurso indígena en
otros foros internacionales, comienza de forma expresiva: "Nosotros, los pueblos
indígenas de varias regiones del mundo hemos venido a Seattle para expresar
nuestra grave preocupación sobre cómo la OMC está destruyendo la Madre Tierra
y la diversidad cultural y biológica de la que formamos parte". En relación con el
régimen de PI fomentado por la organización, la Declaración afirma que

Los TRIPs [...] facilitan el robo y las patentes sobre nuestros recursos biogenéticos
de la OMC [...]. La distinción entre "esencialmente biológico" y procesos "no
microbiológicos" y "microbiológicos" es también errónea. Por lo que a nosotros
respecta, todas las formas de vida y los procesos de creación de vida son sagradas
y no deberían estar sujetos a propiedad privada individual. La Declaración termina
demandando la reforma del artículo 27.3.b para "impedir categóricamente las
patentes sobre formas de vida", al tiempo que el desarrollo de "formas distintas de
protección fuera del sistema occidental de propiedad intelectual".60

La discusión respecto a la modificación del artículo 27.3.b está todavía en curso. No


existen en la actualidad señales de que se llegue a un acuerdo al respecto, dentro
de un complejo juego de intereses comerciales en el que las demandas de los países
del Sur (y, en general, de la sociedad civil global) chocan con el esfuerzo de los
países detentadores de biotecnología por mantener el statu quo, y con las miras
puestas en el año 2006, fecha en que conforme a lo establecido en los TRIPs, éstos
entrarán en vigor en los denominados "países menos desarrollados". La reciente
discusión en el seno de la Cuarta Conferencia Interministerial de la OMC,
celebrada en Doha (Qatar) en Noviembre de 2001, no ha llevado a ningún avance
significativo en esta cuestión. Resulta altamente improbable que pueda realizarse
progreso alguno en esta sede institucional en el contexto de una gran desigualdad
en la capacidad de negociación de los estados miembros de la organización.

60Declaración de Seattle, realizada por el Caucus Indígena ante el Tercer Encuentro Interministerial
de la OMC, 30 Noviembre - 3 Diciembre de 1999. La traducción es del autor.
La reciente aprobación del Tratado sobre Recursos Fitogenéticos para la
Agricultura y la Alimentación en sede de la FAO, que otorga un carácter
jurídicamente vinculante al acuerdo internacional previamente existente, puede
contribuir a una modificación al menos parcial del régimen establecido en los
TRIPs. El Tratado, a la fecha abierto a la ratificación y pendiente de entrada en
vigor (con el depósito de las primeras 40 ratificaciones) reconoce una serie de
"derechos del agricultor" en relación con la siembra y cultivo de una lista de
variedades fitogenéticas consideradas como esenciales para la alimentación
mundial, poniendo así cotas a la tendencia hacia la libre patentización de la vida y
comercialización de los recursos genéticos inaugurada en los TRIPs. A la hora de
escribir estas líneas, es todavía demasiado pronto para entrever la interrelación
entre los estándares de la FAO y el régimen de PI establecido en los TRIPs, y cómo
esta interrelación pueda tener efectos sinergéticos en los objetivos del CDB.

En definitiva, el reconocimiento de los derechos derivados del conocimiento


indígena sobre los recursos biogenéticos no es ajeno a un régimen internacional
sobre PI que contribuye a apuntalar no sólo las diferencias Norte-Sur en términos
de recursos y tecnología, sino también unos determinados parámetros culturales
de relación entre el ser humano y la naturaleza. Aquí, al igual que en otros ámbitos
donde se substancia la discusión relativa al reconocimiento de los derechos de los
pueblos, el derecho está lejos de ser neutral en términos de cultura, con efectos
abiertamente lesivos para los y las que son partícipes de valores culturales
distintos a los hegemónicos. En el campo del régimen internacional de PI
secundado por la OMC, la discriminación por razón de cultura se traduce en una
evidente falta de protección del CT indígena, en términos tanto éticos como
económicos, respecto a la explotación de este conocimiento por parte de terceros.

Existen razones más que suficientes que justifican la oposición del movimiento
indígena internacional a este régimen. El llamamiento indígena para la
modificación de los TRIPs se entrevera con las demandas de una pluralidad de
actores e intereses, en un contexto, como el de la globalización, en el que se hace
difícil pensar las relaciones de poder en términos dialécticos y unidireccionales
(sic), y en el que la capacidad de incidir en el ámbito local se desdibuja por efecto
de procesos que, precisamente en tanto que globales, resultan inatacables en este
ámbito. Mientras tanto, y con el horizonte todavía lejano de modificación de un
estado de cosas que cuenta con no pocos prosélitos, éste y no otro es el régimen
donde han de desarrollarse las estrategias jurídicas tendentes a la protección de los
pueblos indígenas frente a la expoliación de sus recursos culturales en el corto y
medio plazo. En contexto claramente favorecedor de la parte detentadora de la
biotecnología en detrimento de los intereses de la parte detentadora de
biodiversidad, como es la indígena, toda espera, toda moratoria, puede resultar en
último término funcional para esta expoliación.
LA OMPI y el conocimiento tradicional

Este breve esbozo del régimen internacional que enmarca el reconocimiento


derivado de los derechos del CT indígena no puede concluir sin una mirada a los
desarrollos que se llevan a cabo en la actualidad en el seno de la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual, precisamente el ámbito institucional al que
incumbe la reglamentación y protección de la PI en el ámbito internacional.

Creada en 1967, la OMPI ha sido la encargada de acomodar el régimen de


propiedad sobre la producción cultural y artística y las innovaciones industriales,
apuntalando el régimen establecido por las Convenciones de Berna y París a lo
largo del siglo XIX y adaptándolo a las nuevos requerimientos de la sociedad post-
industrial. En este sentido, la organización se ha preocupado más durante las
últimas décadas en, por ejemplo, adaptar el régimen de patentes para cubrir los
programas informáticos, que en analizar la articulación del régimen convencional
de PI y el CT de pueblos indígenas y comunidades locales. Ha sido sólo gracias a la
discusión abierta tanto en el ámbito del CDB como de los TRIPs que este tema ha
sido abordado dentro de la organización. Y, en parte, se ha abierto gracias al
espacio dejado tanto por la parsimonia del proceso de implementación del CDB
como por las enormes dificultades existentes para avanzar en el debate relativo a la
modificación del régimen establecido por los TRIPs. Es sólo en este contexto que la
atención ha vuelto a colocarse en el ámbito "natural" de discusión de los aspectos
relativos a la PI en el sistema internacional.

Se trata, como decía, de un desarrollo muy reciente. En fecha tan tardía como julio
de 1998 (es decir, nueve años después de la adopción del Convenio No. 169, seis
años después de la adopción del CDB y cuatro años después de la adopción del
GATT), la OMPI convocó una primera (y, hasta la fecha única) Mesa Redonda
sobre Propiedad Intelectual y Pueblos Indígenas, precisamente dentro del ámbito
conceptual definido por el artículo 8(j).61 Ésta fue seguida, en Noviembre de 1999,
por una Mesa Redonda sobre Propiedad Intelectual y Conocimiento Tradicional.
En el año 2000, la organización llevó a cabo un total de nueve serie de estudios de
caso sobre el terreno en relación con esta cuestión.62 Al mismo tiempo, y en el
marco de las actividades realizadas junto con la UNESCO en el ámbito de las
Directivas Marco sobre Folklore, la OMPI convocó una serie de foros regionales
intergubernamentales de ámbito regional. En abril de ese mismo año, la
organización celebró un Encuentro sobre Propiedad Intelectual y Recursos

61 Vid. en especial, la ponencia presentada por Antonio Jacanamijoy, Coordinador General de la


Coordinadora de Organizaciones de Pueblos Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA),
"Iniciativas para a protección de los derechos de los detentadores de conocimiento tradicional,
pueblos indígenas y comunidades locales", WIPO/INDIP/RT/98/4E.
62 El informe provisional sobre estas misiones se encuentra disponible en la página

http:www.wipo.int/traditionalknowledge/report.
Genéticos. Poco a poco, el término "conocimiento tradicional" ha venido a definir
una línea de actuación específica de la organización, algo impensable hace sólo
unos pocos años. Resultante de estas iniciativas, la Asamblea General de la
Organización decidió constituir un Comité Intergubernamental sobre Propiedad
Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimiento Tradicional y Folklore,63 que
celebró su primera sesión del 30 de Abril al 3 de Mayo de 2001.64 El propio ámbito
de acción del Comité no es independiente de otras iniciativas llevadas a cabo en el
seno de la organización, como las ya referidas Cláusulas Modelo para la Protección
del Folklore de 1982 (un modelo de régimen sui generis), el Comité sobre el
Derecho de Patentes, o el Grupo de Trabajo sobre Biotecnología.

Es obviamente demasiado temprano para poder sacar conclusión alguna acerca del
trabajo de la OMPI en la materia. Sin embargo, sí podrían apuntarse dos
tendencias emergentes. En primer lugar, parece existir un consenso entre los
estados miembros de la organización (y, en particular, entre los países del Sur)
para que éste sea el ámbito idóneo para la consideración de las cuestiones relativas
a la compleja relación entre el régimen internacional de PI, el CT y los recursos
genéticos de la biodiversidad. De acuerdo con algunos de los estados presentes en
la primera sesión del Comité Intergubernamental, la OMPI debe ser el ámbito
donde se ofrezcan "elementos para la protección de los derechos de propiedad
intelectual en sus distintas formas […] como complemento de y en cooperación con
otros instrumentos y procesos internacionales que incluyen aspectos relacionados a
ésta"65. "Una organización como la OMPI está mejor preparada para considerar
asuntos de recursos genéticos, conocimiento tradicional y folklore, que representan
un reto para el desarrollo económico, social y cultural"66. La propia Conferencia de
las Partes del Convenio sobre Biodiversidad no ha sido ajena a este tipo de
consideraciones.67 Ya se ha hecho la sugerencia de que la organización elabore
unas cláusulas modelo para la protección del CT, similares a las ya existentes en el
ámbito de la protección del folklore, al tiempo que se encuentra en marcha la
elaboración de un borrador de clasificación de recursos de conocimiento
tradicional a efectos de su incorporación en la Clasificación Internacional de
Patentes.

63 Asamblea General de la OMPI, (Ginebra, 2000), WO/GA/26/10, párr. 71.


64 Vid. informe de la sesión, doc. WIPO/GRTKF/IC/1/13.
65 Intervención de la delegación de Uruguay, hablando en el nombre del Grupo de Países de

América Latina y el Caribe (GRULAC). Ibidem, párr. 21. El énfasis y la traducción son del autor.
66 Intervención de la delegación de Madagascar, hablando en nombre del Grupo Africano. Ibidem,

párr. 25.
67 El artículo 16.5 del CDB reconoce la influencia del régimen de PI sobre la implementación de los

objetivos del Convenio. La necesidad de coordinar la labor de implementación del Convenio con el
trabajo de la OMPI ha sido puesta de manifiesto por la COP en multitud de ocasiones. Vid,
Decisiones V/16 y V/26.
En segundo lugar, baste con apuntar que existe cierta tendencia a no
desembarazarse del régimen convencional de PI (una tendencia desde luego
natural dentro de una organización de las características de la OMPI), en contra de
la preferencia expresa del movimiento indígena internacional a favor de regímenes
sui generis. A título de ejemplo, el programa de trabajo elaborado por la primera
sesión de la Comisión Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual, Recursos
Genéticos, Conocimiento Tradicional y Folklore incluye como uno de sus objetivos
el discutir las formas de protección del conocimiento tradicional bajo el sistema
existente de PI. La segunda reunión de la Comisión está llamada a tomar en
consideración aspectos como los derechos de PI derivados de acuerdos
contractuales de bioprospección y el análisis del estado del arte a los efectos del
examen de patentes sobre innovaciones relacionadas con el CT. El movimiento
indígena internacional ha visto en las actividades llevadas a cabo por la OMC en
este ámbito un intento de "cooptar" el conocimiento indígena para integrarlo
dentro del sistema de patente y PI globales, al tiempo que ha incidido en su
demanda de desarrollo de regímenes distintos al marco existente.68

En resumen, aunque se trata de un proceso todavía en fase emergente, la discusión


sobre el CT y recursos genéticos en sede OMPI ha de ser tenida en cuenta; está
llamada a desempeñar un papel relevante en relación tanto con la aplicación del
CDB como en el proceso de revisión de los TRIPs. Por lo mismo, se trata de un
proceso susceptible de afectar directamente al reconocimiento de los derechos de
los pueblos indígenas en este ámbito. En la capacidad de ir más allá de los límites
de un régimen internacional del PI convencional, pensado para proteger intereses
y culturas culturales distintas a los indígenas puede estar la clave para este
reconocimiento.

Conclusión: biodiversidad, propiedad intelectual y derechos de los pueblos


indígenas

La caracterización del marco jurídico internacional relativo a la protección del


conocimiento indígena relevante para la conservación y uso sostenible de la
biodiversidad, así como al acceso a los beneficios derivados de la explotación
comercial de este conocimiento, nos lleva a la consideración de un complejo
entramado de normas, procesos y actores en constante movimiento, de los que
CDB, OMC y OMPI son sólo algunas de las siglas más relevantes. La discusión está
en la actualidad abierta, y parece además lejano el momento en el que se definan
soluciones más o menos consensuales para las complejas, complejísimas cuestiones
que entran en juego. Nos estamos moviendo en un ámbito donde no existe un
marco jurídico internacional definido, sino más bien una serie de principios que

En relación con la posición específica de los pueblos indígenas, vid. "Indigenous people criticise
68

WIPO approach", http://www.twnside.org.sg/title/wipo2-cn.htm


marcan límites, un marco negativo, principios además no siempre coherentes entre
sí. Se presentan conflictos entre el CDB y los TRIPs, o entre éste y el régimen de PI
defendido por la OMPI. Y nos movemos además en esa zona gris donde el
derecho entra en diálogo con otros intereses, como los económicos de los estados y
otros actores. Es en medio de este terreno, tan poco neutral, donde se coloca la
necesidad de responder a los dilemas planteados por formas de conocimiento
previas y, sin embargo plenamente contemporáneas a las occidentales.

¿Es posible sacar una photo-finish de esta carrera? En otros términos, ¿es posible
identificar cuáles son las tendencias a las que apuntan los procesos en curso de
definición de estándares internacionales relevantes para la materia que estamos
considerando? El intento es desde luego arriesgado, pero puede realizarse. ¿Cuáles
son pues, en este momento, los estándares internacionales que regulan los
derechos relativos al CT sobre la biodiversidad?

Como resulta de la propia estructura normativa del derecho internacional


contemporáneo (en el que los principios de derechos humanos son considerados
como ius cogens que vinculan a los estados por encima de otras consideraciones
políticas o económicas), los estándares existentes en la actualidad tanto en el
régimen de PI como en el ámbito de la protección de la diversidad ecológica, deben
ser interpretados a la luz de los estándares convencionales o consuetudinarios
internacionales de derechos humanos. Si ello es cierto en relación con el corpus
general de derechos, no deja de serlo también en relación con los derechos
predicados colectivamente de los pueblos. Por lo tanto, los derechos reconocidos a
los pueblos indígenas en el ámbito internacional deben ser tomados en cuenta en
toda discusión, como principios normativamente superiores, tanto en el ámbito
internacional como en el doméstico, susceptible de afectar a los derechos derivados
del CT. La integración del ordenamiento jurídico internacional en torno a estos
principios normativamente superiores afecta –y debe afectar además– a todos los
ámbitos institucionales en que se substancia esta discusión. No existen, ni deben
existir, ámbitos exentos a la consideración de los derechos humanos de los pueblos
indígenas, por más que el olvido tienda a ser sintomático.69

Independientemente de la fragmentación de la discusión relativa al CT y los


recursos genéticos en una pluralidad de instancias, el proceso de implementación
del artículo (8j) y disposiciones conexas del CDB continúa siendo el ámbito más
importante para la discusión internacional en torno a estos asuntos. Desde una
perspectiva de los derechos humanos a nivel internacional, existe desde luego
menos libertad para la capacidad de acción de los estados que la que sugiere la

69 E.g., La resolución de Subcomisión para la Protección y Promoción de los Derechos Humanos,


Res. 2000/7 , "Derechos de propiedad intelectual y derechos humanos", cit. en nota 54, no hace
referencia expresa a los derechos internacionalmente reconocidos a los pueblos indígenas en
relación con los TRIPs.
flexibilidad con que están redactas las cláusulas del Convenio. Es más, importa no
sólo el contenido efectivo de estas cláusulas, sino también lo que éstas deben decir a
la luz de los estándares internacionales de derechos humanos. Desde esta
perspectiva, y no por obvio merece no ser mencionado, el principio de soberanía
estatal sobre los recursos de la biodiversidad (artículo 3) debe redimensionarse
para acomodar estos estándares, incluidos los relativos a los derechos de los
pueblos indígenas. Algunas de las últimas actuaciones en el ámbito de la
implementación del CDB parecen contribuir a reforzar esta necesaria lectura. Las
Directivas de Bonn ya sujetan el acceso y reparto de beneficios sobre los recursos
genéticos al respeto de "los derechos legalmente establecidos de los pueblos
indígenas y comunidades locales".70

Una lectura del CDB en términos de derechos humanos nos lleva a identificar una
serie de principios derivados del CT sobre los recursos biogenéticos. En primer
lugar, existe una norma que reconoce el derecho de los pueblos indígenas a
conservar (en el sentido dinámico) sus conocimientos, prácticas e innovaciones en
relación con estos recursos. A la mención expresa del artículo 8 del CDB y otros
instrumentos internacionales (como el CCD o los Principios sobre los Bosques),
hay que vincular el reconocimiento genérico del derecho de los pueblos indígenas
a mantener sus costumbres e instituciones (artículo 8.2) y, en general, a la
integridad, reconocimiento y protección de sus valores, prácticas e instituciones
(artículo 5.1 y 5.2). Independientemente de la "intangibilidad" del CT indígena
sobre los recursos biogenéticos, éste debe ser siempre tenido en cuenta como un
elemento fundamental dentro del patrimonio cultural indígena, que debe ser
susceptible del mismo reconocimiento y protección que otros elementos de su
cultura, como sus propios territorios.

En segundo lugar, tal y como se deriva de artículo 6 del Convenio No. 169
(derecho de los pueblos indígenas a la consulta en relación con toda acción
legislativa o administrativa susceptible de afectarles directamente), e
independientemente de la redacción del artículo 8(j), los pueblos indígenas tienen
derecho a ser consultados en relación con toda decisión relativa al acceso y
explotación tanto de los recursos genéticos como del conocimiento relacionado con
estos recursos. El ámbito material de referencia no es otro que el de la
territorialidad, reconocido en el artículo 13 del Convenio, y el ámbito normativo no
es otro que el del derecho a la autodeterminación (artículo 1 de los Pactos
Internacionales sobre Derechos Civiles y Políticos y Derechos Económicos, Sociales
y Culturales; artículo 3 del Proyecto de Declaración Universal de Naciones Unidas
sobre los Derechos de los pueblos indígenas). En este orden de cosas, existe un

70Borrador de Directivas relativas al Acceso a los Recursos Genéticos y Reparto Equitativo y Justo
de Beneficios Resultantes de su Utilización, también conocidas como las Directivas de Bonn, cit. en
nota 45, párr. 29. La traducción es del autor.
claro consenso internacional en el reconocimiento del derecho a la consulta previa
e informada (artículo 15 del CDB) a los pueblos indígenas en relación con el acceso
a los recursos genéticos. Lo mismo vale en relación con el reparto de beneficios
derivados de la explotación de estos recursos, que encuentra también un apoyo
normativo en el derecho de los pueblos indígenas a tomar parte efectiva de los
proyectos de desarrollo en sus territorio (artículo 7 del Convenio No. 169).
Distintas resoluciones de los órganos de implementación del CDB, y, en especial,
de la propia COP, dan cuenta del reconocimiento concluyente de este derecho71. Si
bien las condiciones de ejercicio de este consentimiento previo e informado no son
definidas en el propio CDB, el Convenio No. 169 enumera cuáles deben ser estas
condiciones.72 Por otra parte, también parece ya claro que la prestación del
consentimiento previo e informado lleva aparejada la obligación positiva por parte
de los poderes estatales de contribuir a la información y capacitación de los
pueblos indígenas como condición necesaria para la celebración de acuerdos que
puedan ser mínimamente calificados como tales 73

En tercer lugar, parece claro que el régimen internacional de los derechos


indígenas coadyuva al establecimiento de sistemas de protección del CT distintos
al régimen de PI convencional, y ello con independencia de las modificaciones
susceptibles de ser introducidas en este último a los efectos de acomodar las
peculiaridades culturales de los pueblos indígenas o del uso que con carácter
instrumental los mismos pueblos quieran hacer de las ventanas de oportunidad
abiertas en el mismo. El artículo 16 del propio CDB parece implicar la necesidad de
desarrollar regímenes sui generis de protección, y así se pone de manifiesto en las
discusiones relativas a la implementación del Convenio.74 Por su parte, estos
regímenes encontrarían una base normativa en el artículo 4 del Convenio No. 169,
que permite la posibilidad de tomar "medidas especiales" para la salvaguarda de
las personas, las instituciones, la propiedad, el trabajo, la cultura y el medio
ambiente de los pueblos indígenas. Asimismo, estos sistemas sui generis deben ser
compatibles con el principio de respeto a la integridad de los valores y culturas
indígenas (artículo 5 del Convenio No. 169), buscando dar cabida a las propias
prácticas consuetudinarias de control y gestión de este conocimiento (artículo 8.2).
Consideraciones de esta índole son también válidas a los efectos de la discusión
que se desarrolla ahora en el seno de la OMPI, y es también compatible con lo

71 Vid. e.g. COP-3 (Buenos Aires, 1996), Decisión III/4, párr. 1.


72 De acuerdo con el artículo 6, la consulta debe requerir los elementos de buena fe; de acuerdo a las
condiciones específicas del caso; y con ánimo de llegar a un acuerdo. El artículo debe ser leído en
conjunción con lo dispuesto en el artículo 8, que establece el derecho de los pueblos indígenas a
mantener sus instituciones políticas. Cabe mencionar, sin embargo, que el Convenio No. 169 no
reconoce el derecho a "decir no" a los pueblos indígenas, una norma que parece estar
consolidándose específicamente en relación con la bioprospección.
73 Vid. e.g. Programa de Trabajo sobre la Implementación del Artículo 8 (j), cit. en nota 41, párrs.

12(a) y 19, y Decisión IV/10 B, párr. 1(d).


74 Vid. e.g. COP-5 (Nairobi, 2000), Decisiones V/26 B párr. 1 y V/16 párr. 14.
dispuesto en el artículo 27.3.b de los TRIPs en relación con las variedades
fitogenéticas.

En último lugar, tanto el desarrollo de estos regímenes sui generis, así como toda
medida legislativa o administrativa que afecten a la protección y condiciones de
difusión del CT tradicional indígena sobre la biodiversidad, deben contar con la
participación de los pueblos indígenas a través de sus instancias representativas
(artículos 6 y 7 del Convenio No. 169). Mientras que sólo el tesón del movimiento
indígena internacional ha hecho posible salvar el vacío de representación existente
en el proceso mundial de implementación del CDB (un tesón que ha contribuido
efectivamente a que algunas de las demandas indígenas hayan sido incorporadas a
este proceso), queda aún mucho por hacer para que este derecho sea efectivo en el
ámbito doméstico, una cuestión que no es tampoco independiente de la capacidad
de los pueblos indígenas para elaborar una agenda definida en torno a estos
intrincados asuntos más allá de posturas meramente reactivas.

En conclusión, el marco jurídico internacional relativo a la protección y utilización


del CT de los pueblos indígenas, una cuestión indisociable de asuntos globales
como el régimen internacional de PI o la regulación del acceso y reparto de
beneficios sobre la explotación de los recursos biogenéticos, se encuentra todavía
en proceso de construcción, una construcción que tiene lugar en una pluralidad de
ámbitos institucionales y normativos, que involucra a un conjunto fragmentario de
actores e intereses, y que responde a lógicas diversas e incluso contradictorias. Y
una construcción que no tienen lugar en el vacío, sino en el contexto de un sistema
internacional de gran desigualdad de recursos económicos y tecnológicos que
tiende a perpetuar esta desigualdad. Si bien estamos aún lejos de vislumbrar cómo
se articularan estas distintas lógicas en torno a un régimen integrado y homogéneo,
los estándares internacionales de derechos de los pueblos indígenas ofrecen pautas
ineludibles que deben guiar esta elaboración normativa. Mientras tanto, es en este
marco en continuo movimiento en el que deben desarrollarse las estrategias
tendentes a la protección eficaz de los derechos derivados del CT, que deben
combinar medidas de protección a corto y medio plazo con el cuestionamiento del
régimen internacional de PI sobre los recursos genéticos. Aquí al igual que en otras
esferas, la incorporación de perspectivas culturales, y por tanto de intereses
distintos a la cultura constitucional hecha hegemónica por el colonialismo europeo
es todavía una asignatura pendiente para el derecho internacional contemporáneo,
para ese derecho de los derechos.

4. Raúl Benet, Greenpeace

Muchas gracias, buenas tardes, creo que en este asunto del acceso a los recursos
genéticos, de la bioprospección y la biopiratería hay muchos temas realmente. Es
un ámbito sumamente complejo que requiere habilidades, no sólo en la cuestión de
los instrumentos legales; se requiere mucho conocimiento de los instrumentos
económicos, de la legislación local, de la legislación internacional, de los procesos
biológicos y de todo lo que esto significa. De tal manera que realmente el asunto es
bien complejo. Me voy a referir nada más a algunos de los aspectos, algunos ya los
han tocado las personas que me han antecedido y otros pues creo que no nos va a
dar tiempo de presentarlos en este momento.

A partir del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad,


acordado el 5 de julio de 1992, se creó un nuevo régimen ambiental internacional
en lo que refiere a recursos genéticos, al prever en su artículo 3 que cada estado
debería ejercer el derecho soberano sobre sus propios recursos genéticos, así como
su control fronterizo, con las condiciones de implementación de criterios de
conservación ambiental y procurando el reparto equitativo de los beneficios.

Un asunto central del reparto equitativo de los beneficios, es la necesaria previsión


gubernamental de reglas básicas para el acceso a éstos recursos por parte de los
particulares. Por ejemplo se cita la participación de las comunidades locales o
indígenas en los proyectos científicos de bioprospección según el artículo 156 del
convenio.

La experiencia, no sólo en México sino en otros países del mundo, nada tiene que
ver con la utilización sustentable de los componentes de la biodiversidad biológica;
ni con el respeto y preservación de los conocimientos, innovaciones y prácticas de
las comunidades locales o indígenas, que entrañan estilos tradicionales de vida
relevantes para la conservación y el uso sustentable; ni con la promoción de una
amplia aplicación de dichos conocimientos, innovaciones o prácticas, previa
aprobación de las comunidades, fomentando el reparto equitativo de los beneficios
generados por su utilización; ni con la transferencia de tecnologías hacia las
comunidades locales o indígenas por parte de los interesados en la realización de
los estudios de la bioprospección.

En muchos otros países del mundo la experiencia es que no ha habido tal


transferencia real de tecnologías a las comunidades locales; que no ha habido un
conocimiento previo informado; que no habido una promoción amplia de la
aplicación de los conocimientos, las innovaciones o las prácticas; no se ha
fomentado el reparto equitativo de los beneficios generados en la utilización; no ha
habido un respeto ni una preservación de los conocimientos, de las innovaciones o
las prácticas de las comunidades locales. No sólo está esta situación, sino que
existen también una serie de instrumentos contradictorios a nivel internacional que
complican todavía más la situación.

Por un lado tenemos el Convenio de Biodiversidad Biológica y el Protocolo de


Bioseguridad de Cartagena; por otro, los instrumentos generados por la
Organización Mundial del Comercio, particularmente los TRIPs, el acuerdo sobre
propiedad intelectual, y una serie de instrumentos por ejemplo dentro de la FAO y
de otras instituciones. Cada uno de ellos es totalmente contradictorio, con lo que
dificultan la instrumentación de un mecanismo que nos permita realmente
conservar no sólo la biodiversidad sino los derechos de propiedad o los derechos
comunitarios, los derechos indígenas sobre esta biodiversidad. Me voy a referir
nuevamente a TRIPs para empezar por ahí.

El acuerdo de TRIPs, que regula la propiedad intelectual desde una perspectiva


comercial, es de los peores aspectos de la Organización Mundial del Comercio, la
cual tiene una pésima reputación entre muchas organizaciones civiles y de la
sociedad civil general, como se vio claramente en Seatle, como se ha visto en
Génova, en Washington y en muchos otros. Los TRIPs son uno de los motivos por
los que la Organización Mundial del Comercio goza de esta pésima reputación.

El TRIPs es un instrumento comercial; plantea básicamente las reglas para patentar


absolutamente todos los recursos, cualquier forma de conocimiento, cualquier
forma de derecho intelectual, de derecho de propiedad intelectual. Entonces este
TRIPS, este instrumento tiene artículos que constituyen verdaderas amenazas a la
la propiedad comunitaria y en última instancia incluso a la soberanía y a la
seguridad alimentaria de los pueblos y a la conservación de la biodiversidad. Por
ejemplo está el artículo 27 3 inciso b del TRIPS, que establece prácticamente que los
países están obligados a permitir que se generen patentes privadas sobre
microorganismos, sobre procesos biológicos y sobre la materia viva.

En esta semana que está concluyendo, nosotros en Greenpeace hemos planteado


que no se debería de dar un sólo paso más en la dirección de la liberalización de los
mercados, mientras no se estableciera una prohibición definitiva a los problemas
que están provocando este tipo de acuerdos, particularmente mientras no se
eliminen artículos tan nocivos como este artículo 27 3 b o bis que permite la patente
sobre la vida.

Nosotros en Greenpeace, al igual que cientos de organizaciones, nos oponemos a


que se patente la materia viva. Desde antes que se llevara a cabo la última sesión
ministerial de la Organización Mundial del Comercio, planteamos que nos se
debería dar un paso más allá en la liberalización de los mercados, mientras no se
resolviera este problema de los TRIPs. Sin embargo en la sesión se dio un
enfrentamiento con los países del Sur encabezados por los países africanos, muy
preocupados por el proceso de patentes que está defendiendo TRIPs y por lo difícil
que hace esta legislación de patentes el acceso comunitario a las medicinas.
Entonces ellos encabezan los grupos africanos, encabezan la demanda de que se
rediscuta y que se reformule plenamente el acuerdo TRIPs, mientras que los países
industrializados, del Norte lo que están demandando es que se avance incluso más
en la liberalización de los mercados, en el establecimiento de reglas y patentes.

En esta discusión estuvo presente el Secretario de Economía mexicano Derbez, e


incluso fue nombrado responsable de una de las comisiones para revisar la
legislación de TRIPs. La posición del gobierno mexicano ante estas negociaciones,
fue precisamente la de defender los intereses de los países del Norte y jugar un
papel francamente contrario a los requerimientos mexicanos y de todos los países
eufemísticamente llamados en vías de desarrollo. La posición del gobierno
mexicano es la de avanzar incluso mucho más en la liberalización de los mercados,
en los convenios del libre comercio, lejos de preocuparse por defender la
biodiversidad y los derechos de propiedad intelectual.

El periódico de ayer, por ejemplo, no dice que durante el tercer día de trabajo del
encuentro ministerial de la Organización Mundial de Comercio, el gobierno
mexicano exigió reducir los apoyos al sector agrícola y reformar las normas anti-
dumping. En su discurso ante la cuarta conferencia ministerial de la Organización
Mundial del Comercio, el secretario de economía Luis Ernesto Derbez anunció que
México respalda el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones que dé
continuidad a la liberalización comercial comenzada hace 7 años, tras la ronda de
Uruguay. ¡Esta es justamente la posición de países como los Estados Unidos, como
Japón!

Entonces, sí nos parece muy preocupante el hecho de que existan todos estos
instrumentos y que cada sector gubernamental se sume al instrumento que mejor
le conviene, pero que al final quien decide pues es el que maneja los recursos
económicos.

La Secretaria del Medio Ambiente efectivamente ve como un instrumento mucho


más cercano, mucho más apropiado la Convención para la Biodiversidad
Biológica, mientras que los ministros de economía, de Hacienda y de Finanzas de
los países del mundo pues respaldan los instrumentos comerciales del estilo de las
TRIPs. Entonces este tipo de contradicciones creo están ahí presentes. México
debería de tomar una posición mucho más clara de defensa de los recursos
naturales. Como quedan 5 minutos voy a hacer referencia a algunos de los casos en
México en donde se está mostrando la urgente necesidad de definir mecanismos
que permitan conservar y proteger las propiedades de las comunidades indígenas
en torno a los recursos genéticos.

Uno de ellos es el caso de la patente que presentó DUPONT desde 1999 ante la
oficina de patentes europea, y que recientemente se estuvo discutiendo
fuertemente. DUPONT ni siquiera patenta una variedad de maíz, patenta un rango
de producción de todos los maíces que produzcan ciertos rangos de aceites de
ácidos soleícos. Es uno de los cientos de patentes que ha obtenido DUPONT, no
sólo en la Unión Europea, también en los Estados Unidos, en Japón y en el resto
del mundo. En muchos países y en regiones completas, pero sobre todo en Europa,
DUPONT ha tenido cientos de patentes de materia viva. Este intento de patentes
está protegido por instrumentos como los TRIPs y por la Organización Mundial
del Comercio.

Hay otros ejemplos en donde se ha entrado a la discusión de patentar la materia


viva en México y de hacer bioprospección, ejemplos que han generado conflictos,
han generado amenazas muy fuertes a la conservación y a la propiedad
comunitaria de los mexicanos de los recursos genéticos. Están por ejemplo, los
convenios de UNAM Diversa y el convenio ICBC maya ECOSUR que generaron
una gran discusión, un enfrentamiento muy fuerte entre organizaciones indígenas,
y no gubernamentales, prestadores de servicios técnicos e investigadores. Todos
ellos han generado mucho más conflictos que los problemas que han resuelto. De
tal manera que nosotros pensamos que México debería de definir una posición más
coherente con base en los instrumentos internacionales. El convenio para la
diversidad biológica debería de defender, y de tomar medidas para impedir que se
siga erosionando y que se siga perdiendo y despojando de la propiedad
comunitaria de los recursos genéticos.

Quiero hacer referencia muy rápidamente al primer tratado internacional que se


aprueba durante el siglo XXI, el tratado sobre semillas y derechos de los
agricultores aprobado la semana pasada en Roma. Después de 7 años de debates,
la conferencia de la FAO adoptó un tratado internacional sobre recursos genéticos
para la alimentación y la agricultura. El 3 de noviembre fue aprobado por 116
votos a favor y 2 abstenciones; se abstuvieron Estados Unidos y Japón. Este nuevo
tratado revisa el compromiso internacional sobre recursos tipo genético que existía
anteriormente desde 1983 y crea un acuerdo legalmente vinculante, es decir,
obligatorio que entrará en vigencia luego de que lo ratifiquen 40 estados.

Las organizaciones de la sociedad civil asistentes a esta reunión en Roma se


comprometieron a exhortar a los estados para lograr que 40 países ratifiquen el
tratado antes de la cumbre de la alimentación, programada para del 10 al 13 de
junio del 2002, es decir el año que entra. Entonces nosotros consideramos que es
muy importante ratificar este tratado que permitiría por ejemplo impedir que se
siga importando maíz transgénico de los Estados Unidos, porque pone en riesgo
muy claramente las variedades criollas de maíz mexicano; permitiría por ejemplo
incluir como parte de la biodiversidad biológica, un asunto fundamental desde
nuestro punto de vista, las variedades criollas de maíz y todas aquellas variedades
para las cuales México es centro de origen y diversidad.
Entonces pensamos que ese tipo de instrumentos, que hay una serie de
instrumentos de los que sí se puede asir México, de los que puede hacer México
uso para detener el despojo y el deterioro, la degradación de los recursos genéticos,
su pérdida y la privatización, el control hegemónico de los recursos genéticos por
parte de algunas empresas; pero no lo está haciendo. Parece que simplemente las
cosas están ocurriendo, se nos están yendo, están patentando variedades
mexicanas de maíz, están patentando muchas otras variedades, se está haciendo
bioprospección por parte de empresas, se está avanzado muchísimo en el proceso y
aparentemente, el gobierno mexicano, no está siendo capaz de detener muchas de
estas cosas, pese a que ha habido algunos intentos en contrario como la resolución
de la PROFEPA en contra del proyecto UNAM diversa, entre otros.

Entonces bueno para concluir simplemente quiero decir que no sólo Greenpeace,
sino cientos de organizaciones de todo el mundo nos oponemos rotundamente a la
privatización, al control hegemónico y al proceso de patentes de la materia viva .
Eso es todo muchas gracias.

6. Preguntas y respuestas

Participante desconocido

Es más que una pregunta un comentario. Creo que hasta aquí se ha hablado un
poco desde una perspectiva un tanto crítica de la Convención de Diversidad
Biológica, sobre todo nuestro ponente de la RADPI. Y está bien, pero yo creo que la
Convención de la Diversidad Biológica tiene dos aspectos. Uno, que en general se
le ha criticado como una convención ambigua, pero también la Convención de
Diversidad Biológica podríamos usarla como este instrumento vinculante que sirve
para llevar a cabo mecanismos e instrumentos específicos.

En cuanto al compartimiento de beneficios, nos decían que el artículo 8j no habla


de los derechos de la comunidades indígenas, y de ahí su deficiencia para no
poderlo usar. Sin embargo, si leemos el artículo 8j, habla de mantener los
conocimientos, innovaciones y prácticas de las comunidades indígenas y locales,
con estilos de vida pertinentes para la conservación y utilización sostenible de la
diversidad biológica, y fomentar que los beneficios de la utilización de esos
conocimientos, innovaciones y prácticas se compartan equitativamente. Por
supuesto que no están establecidos los mecanismos para que se pueda hablar del
compartimiento de beneficios.

Sin embargo en este mismo convenio, el artículo 15, referido al acceso a los
recursos genéticos, habla de que en los países se debe implementar una ley de
acceso a los recursos genéticos. Yo quisiera llamar la atención en este respecto. Es
urgente por lo que se ve aquí, que se cuente con una ley de los recursos genéticos.
Ya no podemos partir de este criterio del acceso libre, de antes de 1992, por lo que
está aconteciendo con las violaciones a los derechos de los indígenas sobre estos
recursos. Entonces yo hago hincapié, insistamos en que en el Senado haya un
proyecto de acceso a los recursos genéticos, un proyecto especifico para
implementar el Convenio de Diversidad Biológica. Revisemos ese proyecto que
está en el Senado y entonces ahí se implementan estos derechos de los indígenas en
términos de compartimiento de beneficios, gracias.

Participante desconocido

Buenos días, a mí me preocupa mucho algo que se está traslapando mucho en


todos los proyectos de desarrollo sustentable y conservación de biodiversidad y
biopiratería. No uso el término de bioprospección porque el término tiene una
trascendencia política y me preocupa mucho. Aprovecho que está el director de la
CONABIO, Jorge Soberón, porque hace dos días se hizo una nota de la propuesta e
septiembre, ante el congreso, para transferir las reservas o las áreas naturales
protegidas y parques nacionales hacia los estados para que los regulen. Y
curiosamente recuerdo un documento que saca la Credit Foundation,
recomendando los lineamientos hacia el Banco Mundial. La Credit es una
fundación de Estados Unidos y se dice ahí que justamente secretarías como la
SEMARNAT la CONABIO y otras como Nacional Financiera deberían de impulsar
justamente la transferencia de estas áreas naturales protegidas hacia los estados.
Esto se inserta dentro de la lógica de la convención para que los estados tengan
todo el apoyo directo. Pero parece ser que la transferencia se debe a falta de
presupuesto. Esto es grave porque lo que ha ocasionado son acuerdos bilaterales.
Resulta en este sentido también que las grandes corporaciones pueden hacer
acuerdos, ya directamente con las ONG’S o con los gobiernos de los diferentes
estados de la República. ¿Y cuál es el papel que va a tomar el gobierno federal en
ese sentido, sobre todo hablando de este marco jurídico nacional?

Pareciera como que el papel del gobierno federal se disminuye. Entonces ¿qué
papel va a tomar el gobierno? Porque esta propuesta significa traspasar la
administración y la conservación de áreas prioritarias a manos de ONG’S y de los
estados. Y esto puede propiciar acuerdos de biopiratería bilaterales. Y obviamente
la relación es entre el Banco Mundial y las ONG’S o los gobiernos de los estados, es
una relación muy desventajosa. Más siempre ha sido un poco desventajosa. Todo
esto a mí me preocupa. Aprovecho que están los funcionarios para que me digan
que están haciendo al respecto. Porque ¿qué tanta fuerza jurídica pueden tener
estos estados, estas ONG’S como para defender los recursos? ¿cuál va a ser el papel
del Gobierno Federal?

Participante desconocido
Quería preguntarle sobre los instrumentos políticos que a través de los organismos
internacionales están utilizando las disposiciones jurídicas internacionales que
sean favorables a la aplicación del convenio sobre biodiversidad. Hago esta
pregunta porque evidentemente el problema político es tremendo aquí en México
y en el mundo, en razón de que faltan instrumentos políticos nacionales que
reproduzcan, que impulsen hacia el exterior la formación de una instrumentalidad
que haga viable lo anterior. Quiero preguntarles a alguno de ustedes, tal vez a
Rodríguez Piñeiro, ¿no se cuál sería la posición de China y de la India? ¿Tiene
alguna información de esto a propósito del convenio? Porque estos países, junto
con México, tienen los mayores recursos de biodiversidad.

Fernando Limón, CONSUR

Quiero llamar la atención de la ausencia fuerte de reflexión en torno a la relación


entre el marco jurídico y los derechos de los pueblos indígenas. Me parece que el
marco jurídico, como señaló el Sr. Rodríguez, tiene una distancia enorme dentro de
la autonomía de las reformas de legislaciones locales y de los pueblos indígenas. Y
aquí se está cuestionando que es lo que hace y debe hacer México.

Entonces me llama la atención que no estemos enfatizando la necesidad de


fortalecimiento de las autonomías, es decir, quien tiene que dar la palabra al fin de
cuentas para establecer criterios legales de nueva índole, de nuevo talante, tienen
que ser los pueblos indígenas. Está muy claro que si seguimos insistiendo en
marcos jurídicos elaborados, establecidos bajo criterios completamente diferentes a
los criterios con los que se rigen a los pueblos indígenas, siempre vamos a estar
fortaleciendo una estructura que va a pasar sobre la forma de aquellos, a los que yo
les llamo responsables, por lo menos en su territorio. Los indígenas serán
responsables ante el mundo entero de ver qué pasa con sus recursos, cómo los
cuidan, cómo los protegen, también como los socializan.

Entonces el tema fuerte en México tendría que seguir siendo fortalecer la


posibilidad de las autonomías indígenas, del empoderamiento; la posibilidad del
diálogo con los representantes de los pueblos indígenas, para que desde esa
palabra se empiecen a establecer criterios de relación y de corresponsabilidad,
junto con el estado, sobre el manejo, acceso, uso, y disfrute de los distintos
recursos. La noción fuerte tiene que ser la de territorio. La premisa que está
acompañando estas nociones de conservación de la biodiversidad, a nivel
internacional, es una premisa que lee el deterioro, cómo se están acabando los
recursos asignando la responsabilidad, otra vez, a los eufemísticamente llamados
pobres, al Tercer Mundo. Me parece que la noción del acceso, del control y de la
posibilidad del respeto a la biodiversidad desde los pueblos indígenas pasa por el
reconocimiento a la territorialidad.
Participante desconocido

¿Cuáles serían los elementos esenciales de los que se está hablando? ¿no podría la
propiedad intelectual subsanar esa contraposición entre la cosmovisión indígena y
la cosmovisión occidental?

Respuestas

Jorge Soberón

Primero ¿quién es el beneficiado de los convenios de bioprospección? Yo no soy


quien para contestar eso. Los que tienen que contestar son los pueblos que han
participado. También conozco pueblos que han participado, y me han dicho a mí
que han estado satisfechos. Te voy a dar dos ejemplos. Uno es el de una
comunidad peruana, de la amazona peruana. Ellos hicieron un contrato con
México. Y de hecho en México sólo hay uno en el cual la comunidad se ha
manifestado como satisfecha, pero no soy yo quien lo va a decir, porque aquí en
esta mesa hay un representante de esa comunidad. Yo no me asumo voz de
ninguna comunidad indígena. Quien lo quiera decir que lo diga, pero hay ejemplos
en que los propios indígenas han dicho estamos satisfechos. Es muy importante
decir esto. Tal vez exista –y yo creo que sí– el predominio de los casos de
biopiratería versus los casos en que ha habido un beneficio para las comunidades.
Pero sí es posible que haya estos últimos ejemplos. Entonces yo menciono esos dos:
el de la Amazonia Peruana y el de la comunidad USACHI, en la sierra del norte de
Oaxaca.

También preguntaban sobre la cuestión de descentralización de las ANPs. Yo me


he opuesto siempre a que se descentralice ciertas funciones federales. Creo que
tiene que haber un régimen federal de ciertas cosas, pero por otro lado me parece
muy evidente que parte del proceso de democratización del país es irle quitando
poder al gobierno central, irlo bajando, bajando y bajando a los estados y los
municipios. Entonces en ese sentido yo creo que sí hay un buen argumento para
que ciertas cosas se vayan a los estados y por supuesto a los municipios. Pero
también creo que hay ciertas cosas que son de carácter federal. Y específicamente
estos temas de los que estamos hablando –la biosprección, la biopirtería– tienen
que ser de carácter federal, porque abarcan recursos que están compartidos en
muchos estados, en muchos municipios, en diferentes etnias, en diferentes pueblos,
e incluso transfronterizamente. Entonces yo siempre me he opuesto a que las
transferencias se hagan automáticas, sino que tiene que ser un proceso muy bien
pensado. Pero hay que ver la otra cara de la moneda, que es que los estados
también quieren tener opinión sobre lo que pasa en sus territorios, y lo mismo los
municipios y lo mismo las comunidades, y creo que tienen el derecho.
Respecto a la posición de China y la India, no es homogénea; hay dos posiciones.
China tiene una visión muchísimo más comercial, vende mucho más, mucho más
cuestiones tienen firmas completas que se dedican a exportar plantas medicinales y
productos similares. Mientras que la India tiene un régimen muchísimo más
dijéramos protector en este sentido. Simplemente como un comentario respecto a
estas preguntas, yo difiero mucho de la idea de que tengamos que basar nuestra
legislación en lo que está ocurriendo en la legislación internacional, en lo que ve
uno en las reuniones internacionales de este tema.

Yo asistí a todas las reuniones de las OPS desde 1992, desde las negociaciones
hasta las COPS. El asunto es que los países del sur no nos ponemos de acuerdo,
porque las condiciones son completamente diferentes. Y si vamos a buscar un
régimen internacional vinculante entre todos los países del sur (no estoy
mencionando ni siquiera a los europeos que tienen una visión muy radical
respecto a la propiedad intelectual que es muy diferente a lo que a nosotros nos
conviene), si vamos a esperar a que eso ocurra, vamos a estar esperando sentados
por décadas. Yo creo que nosotros tenemos que hacer aquí dentro la tarea,
obviamente sobre la base de lo que las comunidades, los pueblos, los campesinos y
los otros interesados consideren que tiene que hacer, lo que le conviene al país o lo
que le conviene a la gente del país. Tal vez acabemos con varias cosas.

Estoy muy en desacuerdo con la idea de hacer esto a la carrera. Legislar este tema a
la carrera sería uno de los más grandes errores que podríamos cometer. Esto se
tiene que hacer con una participación muy profunda de los diferentes grupos
interesados, de tal manera que lleguemos a algo que sea satisfactorio para ellos.
Esto es una cosa que, para que se haga bien, va a llevar un poco de tiempo. Como
dijo el compañero es muy complicado verdaderamente el tema. Entonces yo creo
que la posición de México tiene que ser, hacer nuestra legislación bien hacia
dentro, al mismo tiempo que estamos negociando hacia fuera. Busquemos que el
respeto a nuestra legislación se vuelva vinculante, que es el tema central de la
posición que México ha tenido desde como cuatro años en estos foros. Nosotros
vamos a hacer nuestra legislación y ustedes nos la tienen que respetar, y no
ustedes nos van decir como tenemos que hacer la legislación internamente. Esa es
una posición mucho muy importante, que está empezando a agarrar un poco de
momento y la están empezando a adquirir o más bien a compartir países
biológicamente diversos.

Raúl Benet

A mí se me hace una pregunta directa sobre los instrumentos políticos para


enfrentar esta situación a nivel internacional. Una de las cosas que menciona el
compañero de aquí de la UAM es que las organizaciones están en contra de la
globalización. Yo quisiera hacer una precisión. Realmente muchas organizaciones,
particularmente Greenpeace, no es que estén en contra de la globalización, perdón,
pues digamos de un liberalismo económico generalizado. Pero sí hacemos uso de
los instrumentos internacionales. Por ejemplo no queremos que desaparezcan
instrumentos como el Banco Mundial o la propia Organización Mundial del
Comercio.

Participamos adentro de estos foros tratando de incluir los contenidos que


consideramos que son necesarios a nivel internacional. Realmente RADPI,
Greenpeace y otras organizaciones son globales, sus demandas son globales.
Entonces parte de estos instrumentos son este tipo de organizaciones, de redes
internacionales sólidas, basadas en un conocimiento científico, en una fuerza
política, en conocimiento, la comunicación hacia la gente. Por un lado es este nivel,
y por otro lado hay un nivel más profundo en el establecimiento de redes que van
ganando derechos y espacios al interior de los propios foros internacionales.

Varias de las organizaciones que mencionó tienen y se han ganado el derecho de


participar en foros como por ejemplo el de la FAO, la ONU, del propio Banco
Mundial, de la Organización Mundial del Comercio representando grandes
organizaciones o grandes conglomerados de redes que están continuamente
discutiendo y llevando los asuntos hacia allá. Entonces creo que este tipo de
instrumentos a nivel internacional están funcionando, hay la posibilidad de incidir,
hay la posibilidad de hacer escuchar los puntos de vista de la sociedad civil y de
irlos metiendo. De hecho creo que esta demanda generalizada de ser escuchados
de una manera muy incorrecta, muy inaceptable que es la parte violenta, es
absolutamente reprobable. Una manifestación política bien informada y
permanente, pues esos tipos de mecanismos son los que han ido permitiendo que
se vayan permeando los puntos de vista de las organizaciones más allá de los
puntos de vista de los estados, más bien de los gobiernos. Este tipo de cosas son las
que nos han permitido ir avanzado hacia allá.

También quería hacer un comentario respecto a lo que menciona el compañero de


ECOSUR. Sí, definitivamente nosotros compartimos plenamente que los asuntos
que se discuten aquí deben partir de los puntos de vista de las comunidades
locales no siempre indígenas, que también tienen de alguna manera derechos
ancestrales sobre sus recursos y también deberían de participar, es decir, más que
participar, de decidir cual es la forma de acceso a esos recursos.

Muchas veces pareciera que la agenda internacional es contradictoria con esa


perspectiva comunitaria local. Pero creemos que cada vez más la agenda de las
organizaciones civiles internacionales, particularmente de organizaciones como
Greenpeace, se está formando cada vez más desde una perspectiva comunitaria
local. Cuando menos esa es una política expresa, ese es en el intento. Y cosas como
la polémica y fracaso de la ley de cultura indígena, constituyen una grave
dificultad para instrumentar el derecho de las comunidades a decidir sobre sus
recursos. Sí, efectivamente creemos que es una reflexión fundamental, estamos de
acuerdo contigo.

Luis Rodríguez Piñeiro

En respuesta a los dos comentarios por ahí, estoy muy de acuerdo con los dos,
estoy de acuerdo con el comentario de la compañera. Perdóname que no me haya
quedado con tu nombre. Yo creo que la participación del foro indígena
internacional sobre biodiversidad es precisamente un acto de pragmatismo. Es
decir, el convenio sobre biodiversidad va, y creo que hay que admitirlo en buena
parte en contra de nuestros intereses. Pero nos estamos jugando, y precisamente la
participación de la parte indígena en el proceso de implementación del convenio
da cuenta de la necesidad de recurrir a ese instrumento ¿no? Ya me gustaría que
me contaras el proceso abierto en el senado en la actualidad y sobre todo me
gustaría saber cuál es la participación de los pueblos indígenas en este proceso.

Respecto al comentario del compañero, definitivamente estoy completamente de


acuerdo que si no he incidido más en el tema es por mi torpeza y por mi falta de
tiempo. Los derechos humanos que ellos escogen en el derecho internacional son
normas superiores, y esas normas deben informar toda la actividad jurídica
internacional, incluida la actividad racional con la economía. Con lo cual, los
derechos de los pueblos indígenas internacionalmente reconocidos están ahí, y
debe ser precondición para la implementación de convenios sobre biodiversidad y
otros instrumentos internacionales.

Lo que sí he tenido problema con tu contraste entre forma jurídica y derecho. Yo


creo que simplemente hay que optar precisamente por la juridificación del
derecho. El derecho creo, los derechos no deben considerarse aparte del derecho
porque tenemos problemas para su cumplimiento. Respecto a la pregunta sobre los
regímenes sui generis, es interesante. Creo que no hay respuestas todavía muy fijas
sobre lo que constituye el régimen sui generis y hay varios ejemplos. Un ejemplo
interesante se da en India, donde el Panel Internacional de Expertos sobre Acceso a
los Recursos una vez definió cuáles más o menos son los elementos de estos
recursos sui generis, para empezar, cuál es la posibilidad de registrar conocimiento
a título colectivo. Eso está sumamente fuera del régimen de propiedad intelectual
convencional.

En segundo lugar, en cuanto a la posibilidad de registrar derechos


independientemente de que se trate de conocimientos de dominio público, uno de
los requisitos del sistema convencional de propiedad intelectual es que esa
innovación pudiera estar en estos regímenes sui generis, también quieren dar
protección a esos conocimientos que ya están, ya son de dominio público.
En tercer lugar se partiría un poco de la diferencia entre la propiedad de los
recursos que según los términos del convenio sobre biodiversidad pertenecen a los
mexicanos y mexicanas y el conocimiento sobre estos recursos que generaría
derechos independientes. También se habla de la constitución de bancos de datos
sobre conocimiento tradicional, del reconocimiento, del consentimiento previo
informado como requisito para la explotación de la biodiversidad, y del
establecimiento de órganos jurisdiccionales para aliviar con posibles conflictos
derivados de la cuestión.

Antes dije que el movimiento indígena internacional aboga por los regímenes sui
generis, es cierto. Hasta en términos generales el foro indígena internacional sobre
biodiversidad aboga por regímenes sui generis, pero también es cierto que hay
otros grupos indígenas solamente en Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Estados
Unidos, que abogan por una flexibilización del régimen de propiedad intelectual y
de hecho por la comercialización de sus conocimientos de vida tradicionales. El
caso de la marca Mauri de nueva Zelanda es típico también de la utilización, por
grupos indígenas, del régimen comercial de propiedad intelectual.

Gustavo Ramírez

Sí, un poco más para hablar sobre los instrumentos sui generis con el Doctor. En
Chiapas nos planteamos ya unos instrumentos, digamos que todavía están en
discusión, sobre como ir dando cierta seguridad a los derechos de propiedad
intelectual indígena. Por el momento nos preocupa mucho que los foros
internacionales, las instancias encargadas de negociar el papel intelectual como
SECOFI, no tengan una visión muy clara del conocimiento tradicional de este país.
Si valoran su posición sobre el conocimiento científico nosotros decimos, bueno,
¿realmente sólo el conocimiento científico puede desarrollarse en un matraz de
vidrio? Puede ser más valioso el conocimiento tradicional desarrollado a lo largo
de generaciones y mucha experimentación también como que es una herencia
colonial.

En cuanto a los instrumentos que me había pedido instrumentar, de eso ya


hablamos en un libro que publicamos muy recientemente, el 6 de septiembre, con
el INI, la UNAM y el foro indígena, pero va a ser más el trabajo ¿no? También eso
lo vamos viendo, digamos, en lo que se refiere a la administración de áreas
silvestres de alto valor biológico de parte de comunidades, no hay muchos
instrumentos diseñados para la propiedad social comunal ejidal. Sí hay muchos, ya
se están desarrollando muchos instrumentos de conservación para áreas bajo
tenencia privada o tenencia de tipo federal, que pertenecen al estado o más bien al
gobierno. Pero para la propiedad social no hay muchos instrumentos de trabajo.
IV. Mesa 2. El papel de los académicos en los proyectos de
investigación

Patricia Romero Lankao, UAM Xochimilco, Moderadora

1. Guillermo Pérez Jerónimo, UAM-Xochimilco

Bueno pues muchas gracias por la invitación y agradezco también a los que tienen
la paciencia de escucharnos. La mesa de los primeros ponentes pues nos ha
obviado muchas cosas y nos ha confundido en otras ¿verdad? Sobre todo a los que
no tenemos este acceso a los foros internacionales cada vez que se dan. La verdad
es bastante difícil proponer proyectos de investigación o qué vamos a investigar,
aunque como se ha visto aquí es una infinidad, nada más de la cuestión de la
legislación, ahora la cuestión de la bioprospección, la cuestión del recurso mismo,
de cómo está.

Para mí lo fundamental en esto es la vinculación que debe tener la universidad con


el sector productivo, con el sector indígena, o donde estén los recursos genéticos.
Parece que el detonante que nos ha vuelto los ojos al recurso genético es esta
famosa propiedad intelectual, los famosos TRIPS. Voy a refirme solamente al
recurso genético para la agricultura y la alimentación. El recurso genético puede
ser todo aquello que tiene elementos funcionales de la herencia, y por lo tanto
seguimos hablando desde virus, desde el mismo hombre hasta animales, bacterias,
hongos y vegetales.

Las plantas siempre se las han robado y más si hay un interés económico. No
solamente el interés científico es el que ha movido estos cuentos de los
exploradores botánicos. En un rico libro de este señor Killer nos habla solamente
de lo que pasaron oficiales botánicos ingleses para extraer aquellas 70 mil semillas
de hule de la selva amazónica perteneciente a Brasil, para después germinarlas en
sus jardines botánicos victorianos en Londres, y después irlos a sembrar a otras
posiciones coloniales en el sureste asiático.

Ese es un cuento, y parece de novela. También dieron al traste y bloquearon a


muchas plantas ¿verdad? Algo que podemos ver en esta transparencia. Aquí
hemos dividido esos periodos de 1870 a la fecha; tres periodos en los cuales vemos
cómo se ha desarrollado la agricultura mundial, cuáles han sido las políticas más
importantes que permiten el desarrollo de los cultivos en esos tres periodos
históricos, la división internacional de trabajo en la agricultura, la estrategia
dominante en la producción agrícola y los objetivos, es decir, la característica
política dominante de 1870 a 1930, en este lapso de 60 años. La estrategia
dominante radica en que el estado inicia un apoyo al sector agrícola en países
industrializados, se va mejorando la competitividad del sector, emerge el sistema
nacional de investigación agrícola, el control estatal del mercado de semillas, el
desarrollo de la tecnología pública, y la industria privada intenta ya patentar
cultivos hornamentales, frutícolas. Ese patentamiento no fue muy bien visto, no
tuvo éxito.

El segundo periodo va de 1930 a 1980. Algo que hay que resaltar aquí es que el
estado dirige la industrialización de la agricultura, pero también facilita el capital
agroindustrial y exporta la tecnología agroindustrial y la dirige. Y los países en
desarrollo la adoptamos como esta técnica de la Revolución Verde que todavía es
vigente aquí en México. No hay lugar aquí en el país, si hablamos de agricultura
empresarial, en donde no se use la técnica de altos insumos, semillas mejoradas y
capital de la Revolución Verde. La característica en este periodo es que los recursos
fitogenéticos son considerados como un bien común de la humanidad, de libre
acceso. También la tecnología casi era de libre acceso, es decir, los que podían
pagar la tecnología podían utilizarla. Los bancos, bueno la industria privada, ya
aquí empieza a controlar la propagación de variedades a través de híbridos y
patentes.

Está claro que esto, los híbridos, es un candado que tiene la agricultura. No se
puede sembrar híbrido porque el rendimiento se viene para abajo casi en 50 o 60
por ciento; hay un reemplazo de variedades criollas y nativas por variedades
mejoradas que son muy buenas, son rendidoras, pero son, han perdido muchas de
sus características, como la heterogeneidad, la variabilidad, la variación. El que
siembre híbridos, pues va a sembrar variedades muy uniformes, y eso es un riesgo
muy alto.

En el tercer periodo, que lo estamos situando de 1980 a la fecha, el mercado es el


que dirige la industrialización de la agricultura. Existen los tratados
internacionales que están substituyendo al estado nacional y hay una liberalización
de los mercados. En la cuestión de los recursos genéticos las secuencias de DNA
son las nuevas estrategias de conservación para los conglomerados industriales. La
empresa privada controla la propagación de variedades y el uso de información
genética para la creación de nuevas variedades, ya sea a través de la nueva
tecnología de los híbridos, del germinator, por patentes y por otro tipo de
legislación que protege la propiedad intelectual.

Esta cuestión de los conglomerados industriales es muy curiosa porque está muy
presente entre nosotros. En el corazón de este conglomerado que es una cantidad
fuerte de compañías, se encuentra Monsanto con ventas muy grandes, y tiene una
serie de empresas que ha adquirido, con otras se ha aliado, y todas tienen que ver
con recursos genéticos, desde las farmacológicas hasta las semilleras. ¿Qué hacer
ante esto?

Miren, una de los aspectos bastantes difíciles es saber cómo echamos para atrás
una patente por ejemplo, o cómo conocemos nuestros recursos genéticos. Si somos
tan diversos y nuestra variabilidad es tan grande, pues ahí hay muchísimo trabajo.
¿En dónde están nuestros recursos, cuáles son, cómo los vamos a valorar, cómo los
vamos evaluar, cómo los vamos a conservar fuera de las comunidades, dentro de
las comunidades?. Pero finalmente hay un problema muy en puerta en el cual se
está trabajando, el de cómo describir morfológicamente nuestras variedades ya
sean para la agricultura, para la alimentación o incluso en la herbolaria.

Entonces la propuesta es describir la variedad fuertemente o ampliamente en todas


sus características morfológicas. Es hablar de las características, es describir el tipo
de fríjol, si es blanco, amarillo, azufrado, etcétera. Y luego viene el tipo de
crecimiento, la altura de la planta, es decir todas las características morfológicas, de
tal manera que sepamos exactamente de qué variedad estamos hablando, cómo es
de diferente esta variedad con la otra. Aquí estamos guiándonos o sustentándonos
en esta guía que tiene que ver con la semilla, con las hojas, con los foliolos, con el
color de las flores, con el color de la semilla, así hasta completar una serie de por lo
menos, llegamos a tener hasta 56 características. Unas características son esenciales,
en fin, de esta manera sabremos diferenciar una variedad de otra, una especie de
otra.

Tenemos que incidir en las alrededor de 70 escuelas de agronomía en el país, y


aquí hablamos de quién va a incidir en ellas, bueno la sociedad, las comunidades.
Muchas de las escuelas de agronomía, y no de agricultura, están enclavadas en
comunidades rurales y tenemos que echar mano de ellas para que nos ayuden a
describir nuestras variedades, nuestras especies, nuestras familias de plantas.
Porque esta descripción es una manera de echar para atrás una patente, como fue
el caso del fríjol amarillo. No sé que ha pasado con la patente del maíz que
hablaban hace rato, pero creo que ocurrió porque no hemos descrito puntualmente
antes que ellos nuestras plantas, no para patentarlas. ¿Y si podemos patentarlas?
bueno, aquí hay una discusión, ¿si patentamos, si permitimos este juego y
entramos en este juego del patentamiento de la vida? El juego está dado y estamos
jugando e interviniendo en diferentes foros como lo dijeron, estamos también
analizando diferentes legislaciones, o no tenemos un gobierno con el criterio de
impulsar lo nacional, además lo nacional como que se nos está diluyendo.

Por otro lado es necesario crear un registro nacional de variedades vegetales fuerte.
De tal manera que si existe alguien que viene a piratearnos algo, nosotros ya lo
tenemos descrito primero en el tiempo. Nosotros teníamos ya descrita una
variedad de fríjol de color amarillo, registrada no patentada. Por eso fue posible
echar para atrás esa patente de fríjol amarillo que ostentaba una empresa o un
empresario norteamericano.

La otra cosa muy peligrosa es que nos enfrentamos a legislaciones bastante


leoninas. Por ejemplo, la legislación de variedades o de patentes en Estados
Unidos, en donde se puede patentar el material tal y como está en la naturaleza.
Por lo tanto estamos a merced de este juego bastante desleal. Gracias.

2. Andrés Fierro Álvarez

Agradezco la invitación para participar en este foro. No soy especialista


propiamente en cuestiones de derechos indígenas, ni en genética. Soy agrónomo
enfocado a la fitotecnia propiamente, y en una parte incipiente que sería el cultivo,
domesticación, propagación y aclimatación de plantas medicinales, muchas de
ellas silvestres. Entonces nuestro objetivo va en rescatar parte de estos materiales
que se encuentran en las zonas naturales. Iniciaré tratando de presentar algunos
aspectos enfocados básicamente hacia mi área de estudio que es la agronomía.

Quisiera iniciar con algunas definiciones en torno al tema, para poder ubicar lo que
estamos nosotros haciendo en nuestro trabajo cotidiano. Revisando los diccionarios
respecto a las palabras que conforman este foro, encontramos que el término de
acceso no es más que la acción de llegar o acercarse la acción o efecto de alcanzar
un objetivo. Recurso es cualquier cosa de que se dispone para satisfacer una
necesidad o para resolver un problema, es un conjunto de bienes que dispone un
país-región para su beneficio. Recursos genéticos son un conjunto de bienes
genéticos, plantas, animales u otros organismos de que dispone un país o región
para su beneficio. Los derechos civiles son el conjunto de derechos reconocidos y
garantizados por la ley a los ciudadanos de un estado. Y ahí vendría el de derechos
indígenas, conjunto de derechos y libertades considerados como inherentes a la
naturaleza de un grupo humano, lo que implica especialmente su aplicación y
respeto por todo el poder político.

En México, nosotros estamos trabajando en cuanto a la propagación de plantas


medicinales. Quisiera mencionar algunos aspectos relevantes respecto a las plantas
medicinales, al uso de plantas medicinales silvestres. México y otros países
latinoamericanos encabezan la lista de naciones con mayor diversidad vegetal;
poseen 56 de los diferentes ecosistemas descritos para el planeta. De tal suerte que
el 50 por ciento de dicha diversidad se le atribuye algún uso para satisfacer alguna
de las necesidades humanas, y el uso medicinal ocupa el lugar más importante.
Actualmente se tienen registradas 3,352 especies medicinales distribuidas en 1,214
géneros y en 166 familias taxonómicas, mientras que hace 15 años se tenían 2,196
plantas vasculares de uso medicinal. Estas cifras indican que se ha tenido un
incremento un poco mayor del 50 por ciento en especies vendidas en los últimos 15
años y reflejan lo poco que se ha hecho científicamente sobre nuestros recursos.
Esta cifra es apenas equivalente al trabajo desarrollado entre 1571 y 1576 por
Francisco Hernández, quien registró 3,269 plantas. Pareciera que apenas estamos
conociendo este recurso; de este tamaño es el atraso en este rubro. Sumado a lo
anterior, se estima que el 70 por ciento de la vegetación original en México se ha
exterminado.

Una revisión general sobre el número de plantas medicinales que se ha estudiado


fitoquímicamente no rebasa el 10 por ciento; evaluadas farmacológicamente,
menos del 5 por ciento, y estudiadas agronómicamente menos del uno por ciento.
Prácticamente las únicas que se cultivan son las introducidas por los españoles en
el siglo XVI: la manzanilla, el romero, el albaca, el tomillo y todas las que se
pueden comprar en los supermercados.

El uso de estos recursos naturales por parte de las culturas indígenas y mestizas ha
dependido de sus habilidades, conocimientos y tecnologías. De todas ellas hemos
heredado el conocimiento sobre los usos de las plantas medicinales, las cuales
constituyen en la actualidad más del 90 por ciento de las plantas de este tipo.
Mientras el 10 por ciento fueron traídas por los españoles. En México, como
mencionaba, quitando el epazote y el barbasco, todas las demás plantas
medicinales son generalmente recolectadas y muchas de ellas poco estudiadas. Y
pues son el objeto del interés de muchas empresas, de instituciones extranjeras que
vienen a México se llevan estos recursos y jamás volvemos a saber nada de ellas.
Lo que estos productos naturales significan en dinero son cerca de trescientos mil
millones de dólares al año. Ahí está el meollo. No es nada más el interés por
conocer las plantas, de saber para qué sirven sino es un problema eminentemente
económico.

Ahora desde la perspectiva de la formación de los agrónomos, ¿cómo nos


formamos para abordar este tema? Un agrónomo se define como la persona
dedicada al estudio de las acciones del campo. Gran parte de nosotros es
fitotecnista. Nos dedicamos al estudio e investigación de las prácticas más
adecuadas para una mejor producción y aprovechamiento de las plantas
cultivadas. Nuestra currícula como agrónomos se enfoca fundamentalmente al
mejoramiento genético, a la mejor productividad básicamente de las plantas
cultivadas; no se nos forma o se nos inculca la posibilidad de poder trabajar con
plantas no cultivadas. Aquí en el departamento de Producción Agrícola y Animal
hay registrados 25 trabajos de investigación, de los cuales uno nada más involucra
el estudio de este tipo de problemas en cuanto al uso de los diferentes recursos
genéticos que hay en las comunidades tanto mestizas como indígenas.

Nosotros hemos tenido algunas experiencias en cuanto a la extracción o a la


piratería. Hace un año un investigador de la universidad de Tlaxcala nos pidió
que le facilitáramos una información respecto de un árbol o de una corteza que se
llama coachalalate. Era un cuestionario muy extenso y nos llamó mucho la
atención porque muchas de esas informaciones habían sido obtenidas por
nosotros, por más de dos o tres años de trabajo. Y era un poco manejarse así pues,
nada más así, pues pásamela y no hay ningún problema. Al poco tiempo nos
enteramos de que ellos tenían un convenio con una universidad norteamericana y
que los investigadores de esta universidad ya habían patentado los usos del
coachalalate, y nunca informaron nada, nunca le dijeron nada al de la institución
ésta. Entonces al final quedamos en que nos daban unas cuantas cuentas de vidrio
y ahí quedó el asunto.

En días pasados hice una visita a Milpa Alta, a Santa Ana Tlacotenco y platiqué
con una curandera muy recelosa de su información. Me dijo que hace un año una
persona, un gringo así decía ella, estuvo visitándola constantemente; le solicitaba
información sobre el uso y manejo de las plantas medicinales locales; se llevó sus
notas, sus cuadernos y jamás regresó. Es decir, ella se quedó esperando al güero
para que le diera, le regresara sus cosas.

Nosotros también hemos trabajado con la propagación de plantas medicinales y


hemos tenido dos experiencias. Una ha sido concretamente en el municipio de
Copalillo Guerrero, en un pueblo que se llama Mexquitlán. Ahí obtuvimos unas
semillas de un árbol en donde se extrae una corteza, que se llama quina y es una
planta ya muy difícil de encontrar, pues tiene una alta demanda por los
recolectores. Nosotros hemos estado trabajando en esta planta, y hemos logrado su
reproducción y propagación a nivel vivero. Nos dio mucho gusto llevar muchas
plantas con los recolectores y con los comuneros de esta comunidad, quienes nos
dijeron que agradecían mucho que les lleváramos su planta, pero que esa planta
crecía de manera natural allá. Nos sentimos un poco tristones, porque esperamos
otra respuesta.

Una situación diferente nos sucedió aquí en Santa Ana Tlacotenco, donde estamos
trabajando desde algún tiempo con una planta que se llama valeriana, y la hemos
propagado ya tanto vegetativamente como por semillas. Es una planta a punto de
extinción, muy difícil de encontrar. La llevamos con estos comuneros y su reacción
fue totalmente contraria. Les dio mucho gusto que alguien estuviera trabajando
con una planta. Entonces ellos dijeron: “enséñenos como podemos propagarla para
poder cultivarla nosotros”.

Esos dos son dos contrastes en cuanto a la respuesta que uno tiene, en cuanto a la
posibilidad de poder ofrecer regresarle a las comunidades estos materiales, estos
recursos genéticos, que son muy vulnerables o que están siendo vulnerados de una
o otra manera. Y con esto pues quisiera agradecer su atención.
3. Exequiel Ezcurra, INE

Voy a tratar de ser muy breve porque ya tuve ocasión de intervenir esta mañana.
Quisiera extenderme un poco en algunas reflexiones que empecé a plantear esta
mañana. Creo que son muy importantes sobre todo en relación al tema de esta
mesa en torno al rol de los académicos y de la investigación en la cuestión de
acceso a los recursos genéticos y en la cuestión de derechos de los pueblos
indígenas. Quisiera empezar con una reflexión mucho más global que la cuestión
de acceso a los recursos a genéticos, porque creo que es sumamente importante
para entender el problema especifico que nos convoca hoy.

Hace cosa de semana y media tuve la suerte de que me invitaran a presentar el


Informe de Naciones Unidas sobre Población y Medio Ambiente. Leyendo ese
informe para poder comentarlo, de golpe me llego así como un impacto personal.
Algo que yo ya sabía pero que me costaba entender, era la magnitud real de lo que
estamos viviendo, y es el increíble cambio que ha habido en los parámetros
demográficos del mundo en desarrollo, de lo que se llama eufemísticamente países
en vías de desarrollo, como decía Raúl Benet, en particular en América Latina y en
México.

En menos de 30 años –en unos 25 años– hemos hecho una transición de un


crecimiento poblacional a nivel de todo el país que estaba arañando el 4 por ciento
a menos del 2 por ciento. En este momento estamos a menos de 1.8 por ciento y el
valor viene bajando año con año. Es una cosa que, a los demógrafos que hace tres
décadas teorizaron sobre el crecimiento de la población humana, no se les cruzó
jamás por la cabeza que se pudiera lograr, o que ese cambio se fuera a dar en un
tiempo tan corto. Asociado a esto hay varios otros fenómenos sumamente
interesantes y uno que en particular estamos viviendo en México, que también se
vive en buena parte del mundo en desarrollo. Es la emigración masiva en algunas
regiones del campo hacia las ciudades; en otras, del campo hacia los Estados
Unidos, obviamente hacia las ciudades.

El proceso de migración de algunas regiones del campo mexicano tiene una


magnitud que recién estamos empezando a entender. INEGI todavía tiene
estadísticas muy preliminares sobre ese asunto; pero los pocos datos con los que
contamos parecen sugerir que es un proceso de una magnitud increíblemente
importante.

Dejen nada más que les dé un dato anecdótico. Hace unos pocos meses tuve
ocasión de ir por una semana a Jalpan de la Sierra, a la Sierra Gorda de Querétaro.
Hacía casi 15 años que no iba para allá, y estuve caminando en varias partes de la
sierra, en lugares que yo recordaba exactamente que eran milpas. Los encontré con
acahuales ya crecidos, y una cosa muy sintomática de todo esto es que en el Zócalo
de Jalpan de la Sierra, un pueblo de menos de dos mil habitantes hay en el orden
de seis y –casi me animaría a decir– siete, porque no recuerdo bien el número, pero
seguro eran más de seis compañías que reciben giros por cable de los Estados
Unidos. Esto habla de la magnitud del cambio que ha habido en la demografía de
muchas regiones de México. ¿A qué se debe ese cambio? Creo que entender ese
cambio, es una de las cosas más importantes que podemos hacer y contribuir los
académicos para entender realmente la dimensión profunda de la transición
ecológica y demográfica que se está viviendo en México.

Por un lado, todo parece indicar que en buena medida el cambio de la demografía
del país, sobre todo el notorio descenso del número de hijos por mujer, se debe a
un fenómeno poco estudiado, aunque hay algunos científicos sociales que lo están
estudiando y he visto ya varias publicaciones sobre esto, que es la apropiación de
las mujeres de distintos sectores sociales de su salud reproductiva. El hecho de que
las mujeres se apropien de su salud reproductiva, no acepten, digamos, dejar su
salud reproductiva y sus decisiones del número de hijos libradas a factores
externos, como pueden ser las decisiones del esposo o de la iglesia o de cánones
sociales, eso parece ser un fenómeno de increíble importancia que está teniendo
muchísimo impacto en México, pero la emigración en particular. En mi opinión,
hay dos factores sumamente importantes que están interviniendo, y donde
diferenciar el uno del otro, parece ser muy difícil.

Por un lado en ciertas regiones de México, a mí me queda muy poca duda que la
emigración está impulsada por el deterioro del medio ambiente. Estoy hablando
por ejemplo de regiones como la Mixteca donde la erosión de los suelos es un
fenómeno generalizado. En cualquiera de los pueblos en donde uno ande, yo he
tenido la ocasión de andar mucho por allá, los agricultores son los primeros en
reconocer que la tierra ya no rinde como antes. Pero quizás el factor más
importante de la emigración rural es el colapso de los precios agrícolas en relación
a la entrada de México al Tratado de Libre Comercio y a todo este proceso que se
ha llamado entre comillas la globalización. ¿A qué se debe el colapso de los precios
agrícolas? Yo creo que entender eso tiene mucho que ver con entender muchos de
los fenómenos que se están dando alrededor del acceso a los recursos genéticos y
las transformaciones en la agricultura a nivel nacional.

Se debe a una cosa muy sencilla, al entrar México y los países en vías de desarrollo,
a los tratados del libre comercio, una de las cosas que aceptamos es precisamente
dejar nuestra producción nacional sujeta a la libre oferta o al libre juego de la oferta
y la demanda, con una excepción: Europa, Estados Unidos. Ni Europa ni Estados
Unidos están dispuestos a abandonar su política de subsidios de precios agrícolas.
En la práctica ¿qué representa esto como país? Bueno los países en vías de
desarrollo son países cuya economía descansa o descansaba muy fuertemente en
la producción extractiva y en la producción primaria, y la de los países
industrializados como su nombre lo indica, descansa fuertemente en la industria y
los servicios.

Al generar sistemas de libre comercio entre países de ambos tipos, sin darnos
cuenta nosotros nos hemos comprometido a competir con lo que sabemos hacer
bien, que son las actividades productivas primarias en un mundo subsidiado y a
competir con lo que sabemos hacer no tan bien como es fabricar automóviles,
computadoras o aviones en un mundo donde el subsidio está explícitamente
prohibido en todos los acuerdos de comercio internacional. Las consecuencias de
esto se ven, son notorias en este momento, son un empobrecimiento masivo de los
países productores de materias primas y un enriquecimiento acelerado, es decir,
un enriquecimiento rápido de la brecha entre los países pobres y los países ricos, y
muchas veces un incremento muy acelerado de la brecha adentro de nuestros
propios países entre los sectores vinculados a la industria o los estados o las
regiones industriales y los estados y las regiones asociados a la producción rural.

Una de las cosas asociada a eso también es la pérdida de la soberanía alimentaria.


México ha perdido su soberanía alimentaria. Importamos cada año cantidades
crecientes de productos agrícolas que nos hacen depender, en particular el caso de
México, de los Estados Unidos. Ahora ustedes pensarán ¿todo este inmenso choro
que nos está tirando el doctor Ezcurra, qué tiene que ver con el acceso a los
recursos genéticos? En mi opinión tiene muchísimo que ver en los últimos tres
años.

Antes de venir al Instituto Nacional de Ecología tuve ocasión de estar trabajando


en un instituto de investigación en los Estados Unidos. Es un tema en el cual me
clavé mucho porque me resulta sumamente interesante. Y curiosamente uno
esperaría que frente a esto hay un enriquecimiento masivo de los granjeros en los
Estados Unidos que reciben subsidio, que son un sector muy apapachado. No es
así, los agricultores en los Estados Unidos son el sector más pobre del país. Los
agricultores en Estados Unidos no son partícipes de este festín económico de la
globalización y ¿quiénes somos partícipes de este festín económico?

Básicamente las empresas que generan productos para el agro, las empresas que
fabrican fertilizante, las empresas que fabrican o que desarrollan semillas híbridas,
las transgénicas, las empresas que fabrican instrumentos de labranza y muchas
empresas que están vendiendo todo esto empaquetado, que venden el paquete
completo del transgénico, el herbicida, el fertilizante y el equipo de labranza de
precisión. Es una cosa muy interesante que predijo de hecho un pensador, un
investigador, un biólogo en Estados Unidos hace ya muchos años, Richard
Lewontin que escribió un artículo durante los setentas, en el cual se preguntaba
¿por qué la agricultura los países de desarrollo no ha crecido su propio Henri
Ford? ¿por qué no hay grandes ricos de la agricultura? Porque básicamente el
proceso como se ha dado económicamente ha transferido la riqueza de la
agricultura a las industrias que apoyan la agricultura, y básicamente los
agricultores se han convertido en maquiladores de la industria de esos países. Y
todo eso sí me lleva al problema del acceso de los recursos genéticos para
mantener esa inmensa máquina de producción agroindustrial.

Uno de los insumos más importantes es la variabilidad genética, porque todavía


hasta el día de hoy los fitomejoradores no han encontrado un mecanismo para
fabricar genes; no han encontrado los mecanismos para mover genes de una planta
a otra, para insertar genes en una planta. Pero la variabilidad genética todavía se
produce a través del honorable y antiguo mecanismo de mutación y selección
natural que tan luminosamente nos llevara a intuir Carlos Darwin, en el Origen de
las Especies. Ese sigue siendo hasta el día de hoy el motor fundamental.

Incluido un elemento que ha sido importantísimo para nuestros países dentro de


esta gran bolsa que es la selección natural o la selección, está también un proceso
colectivo socialmente acumulado de muchísimos años que es la selección de los
agricultores tradicionales en el maíz mexicano o en los fríjoles mexicanos o en las
papas de Perú y Bolivia. Hay 5 mil, 6 mil, 10 mil años de lentos procesos de
selección natural, de identificación de mutaciones, de identificación de variación
genética y de apropiación por los agricultores tradicionales de esos procesos.

Y con esto ya voy a cerrar porque creo que estoy sobre mi tiempo, pero ese es para
mi el punto fundamental que debemos de tratar, de entender en la investigación
sobre los recursos genéticos. Creo que nosotros no podemos jamás competir en la
carrera con Estados Unidos para ver quien patenta más rápidamente cosas, porque
vamos a perder sencillamente. Ni México ni ningún país en vías de desarrollo, ni
todos los países en vías de desarrollo juntos tienen la capacidad de competir con la
inmensa capacidad instalada de secuenciar genes y patentar cosas que están
desarrollando las empresas en el mundo. Entonces ¿cómo podemos competir?
Bueno, primero tenemos que competir conceptualmente, a partir de la defensa de
nuestra posición en estos puntos de vista. Y para eso necesitamos el apoyo, el
concurso de teóricos intelectuales e investigadores que ayuden a formalizar todo
este castillo conceptual que necesitamos construir.

Tenemos problemas de definición de lo que es el conocimiento tradicional de cara


a una definición en el mundo desarrollado muy concreta, muy especifica de lo que
es la propiedad intelectual; tenemos que hacer una defensa del conocimiento
tradicional porque no es un ente masivo, no es un fantasma que flota por ahí como
muchas veces nos hacen creer. Si no fuera por el conocimiento tradicional no
habría papa, no habría maíz, no habría fríjoles, no habría jitomates y no habrían
miles de otros cultivos. Necesitamos también empezar a establecer un sistema
adecuado de monitoreo y seguimiento, ya sea de la extracción de nuestros
productos genéticos del país y también de la manera como los cultivos
transgénicos se nos están implantando. Y sobre todo también –ya con esto voy a
cerrar– necesitamos desarrollar una normatividad interna muy sólida. La razón de
eso la explicó muy claramente el doctor Soberón; yo la mencioné en mi primera
intervención. En este momento, hoy por hoy, la única posibilidad que tenemos de
defender los derechos de nuestros campesinos tradicionales y los derechos de
México como país frente al mercado internacional, es sencillamente a partir de una
normatividad interna muy sólida. porque no podemos esperar que se desarrolle la
normatividad internacional la cual va a tardar posiblemente muchísimo tiempo,
muchas gracias.

4. Investigación de la flora medicinal en México: ¿Quiénes son sus beneficiarios?

Paul Hersch Martínez, INAH


La base del sentido está en
el retorno al mundo de la acción,
donde se encuentra todo sentido…

Paul Ricoeur

Introducción

Inquirir sobre el sentido de la investigación en nuestro país no es algo novedoso, ni


interesa aquí como motivo para una disquisición en abstracto que pudiera
eventualmente tener utilidad; se pretende mas bien, a partir de algunos ejemplos,
fundamentar la pertinencia actual de la pregunta en torno a quiénes son y quiénes
pueden ser los beneficiarios de la investigación que se realiza sobre la flora
medicinal en nuestro país.

Estos ejemplos remiten justamente al tema del acceso a los recursos genéticos y los
derechos de los pueblos indígenas, porque refieren al estudio y aprovechamiento
de un conjunto significativo de esos recursos, el de la flora medicinal, que en
nuestro país ocupa un espacio primordial en las estrategias de respuesta ante la
enfermedad, generadas y aplicadas por los pueblos indios en México. Así, las
plantas de uso medicinal constituyen marcadores relevantes en dos sentidos: como
entidades biológicas en sí, depositarias y portadoras de diversidad genética, y
también como entidades motivadoras de experiencia humana acumulada, dotadas
de significado y utilidad en el marco de los procesos civilizatorios esenciales que
han sido generados por los pueblos indígenas en este país.

Por otro lado, el aprovechamiento de la materia médica indígena ha sido parte del
imaginario propio de la ciencia nacional, propósito al cual han aludido médicos,
farmacéuticos, biólogos e industriales en diversos momentos de nuestra historia. El
cometido de conformar una materia médica mexicana, basada esencialmente en
especies botánicas utilizadas por los pueblos indígenas, impulsó la investigación y
la confección de ensayos y farmacopeas durante la colonia y luego de consumarse
la independencia en México.75 Sin embargo, como podremos inferir de lo que
sigue, lo que se está consumando ahora, afinado tecnológicamente, es de nuevo el
estatuto colonial de México, con la "independencia" convertida en un término tan
anacrónico o meramente discursivo como el de "soberanía" o el de "bien común".
Esto, que puede ser tomado por mera opinión, constituye sin embargo un hecho
verificable hoy en diversos órdenes de nuestra vida social, entre los cuales toca en
este caso abordar el de la investigación actual sobre productos naturales.

La confluencia de los recursos genéticos y los derechos de los pueblos indios es


confluencia de lo biológico y lo social. La mirada académica y la actividad misma
de investigación vertidas al campo de la flora medicinal se encuentran
determinadas por las condiciones sociales, y en este campo, como en otros, se
revela el carácter fantástico de la usual imagen que presenta a la actividad
científica como una actividad "neutra" o ajena al entorno donde se genera y de la
cual es expresión, con sus diversos factores inherentes de orden cultural,
económico y político.

Un breve ejercicio de ubicación histórica permite destacar dos elementos a mí


parecer relevantes en el tema de esta mesa: a) el de la desarticulación entre el ámbito
académico y el productivo en nuestro país y, relacionado con ello, b) el conjunto de
factores o elementos que operan justamente entre el acceso a los recursos genéticos y los
derechos de los pueblos indios a que se alude en este foro, determinante en su relación
mutua.

Desarticulación entre el ámbito académico y el productivo

Como este proceso de desarticulación entre el ámbito académico y el productivo


no es nuevo en México, cabe referir someramente dos ejemplos relativos al
problema del acceso a los recursos genéticos que, en el caso de la investigación
científica, implica también el acceso a la información generada sobre esos recursos,
tanto a la propia de las ciencias autóctonas, como a la que se desarrolla en el marco
experimental de la ciencia moderna.

El primer ejemplo es el del Instituto Médico Nacional, fundado en 1888 por el


entonces ministro de fomento, el general Carlos Pacheco. Durante las Guerras de
Reforma y contra la Intervención Francesa, Pacheco se había percatado como
militar de la eficacia de las plantas medicinales a través del uso que los soldados

75 Véanse por ejemplo el Ensayo para la Materia Médica Mexicana, de la Academia Médico-Quirúrgica
de Puebla (1832), así como diversas ediciones de la Farmacopea Mexicana (1846, 1874, 1884, 1896) o
la Farmacología Nacional (1913; Hersch 2000:380 y ss).
indígenas hacían de ellas. El instituto generado por su iniciativa tuvo como primer
director al Dr. Fernando Altamirano, quien impulsó un amplio trabajo de
investigación donde la flora de uso medicinal se encontró en un lugar central en
los programas de la institución. Sin embargo, el acceso a esos recursos para su
estudio no desembocó en su acceso al ámbito productivo y mercantil moderno. A
pesar de los esfuerzos de Altamirano por vincularla al sector industrial de la época
y por generar recursos susceptibles de aplicación amplia en la práctica médica
indígena y en otras áreas, la institución careció de redes de apoyo y de vinculación
con otros sectores que le permitiesen resistir al embate de medidas políticas
desafortunadas, siendo la final su clausura por orden de Venustiano Carranza en
1915.76

Este ejemplo de falta de vinculación entre el ámbito de la investigación académica


y el industrial o el mercantil nacional que desarrolle y canalice posibles medicinas
surgidas del primero, resulta más claro si comparamos el caso con el de otra
institución, nacida apenas un año antes (1887): el Instituto Pasteur. Al poco tiempo
de fundado, el instituto francés estableció acuerdos de colaboración con empresas
como Poulenc y Usines de Rhone, y justamente ese tipo de política, junto con otros
factores no menos relevantes, como la naturaleza aplicativa esencial de sus
productos biológicos, como las vacunas, habrían de permitir que las empresas
francesas, la primera originalmente ligada a la fotografía y la segunda al ramo
textil, se consolidasen como una sola firma farmacéutica, y que tanto ésta como el
Instituto Pasteur persistan a la fecha como iniciativas sólidas.77 Ejemplos como el
anterior nos hablan de un oneroso abismo entre el medio académico y el industrial
en México, al menos en lo que corresponde a la investigación de la flora medicinal,
y este hecho tiene relación con la suerte de los recursos genéticos y con los
derechos de los pueblos indios en este país.

Otro ejemplo histórico relacionado con el acceso a los recursos genéticos, los
derechos de los pueblos indígenas y el papel de la investigación académica es el
del linaloe, Bursera aloexylon. El caso de este árbol propio de la selva baja
caducifolia ilustra no sólo el abismo existente entre el trabajo académico de
investigación en plantas medicinales y el que se realiza en el sector industrial o
mercantil propiamente nacional. También expresa la escasa capacidad del Estado
mexicano y de la sociedad misma para proteger y dinamizar recursos naturales
promisorios, y en ese marco su desaprovechamiento para las mismas comunidades
indígenas.

El linaloe o xochicopal es apreciado por su naturaleza aromática y forma parte del


grupo de árboles conocidos como copales, burseras productoras de resinas
utilizadas en Mesoamérica con fines rituales desde antes de la llegada de los

76 Terrés (1917); Del Pozo (1965); Roussey-Gromb (1988).


77 Moulin y Guenel (1993).
europeos en el siglo XVI. Sin embargo, a diferencia de los copales propiamente
dichos cuya característica mas destacable es la de constituir una fuente de resina, la
calidad aromática del linaloe derivó en su uso como materia prima para la
confección de artesanías y para la destilación de su aceite esencial, aparte de sus
usos medicinales en neuralgias y picaduras de alacrán.78 La especie llamó la
atención de estudiosos en la época colonial y posterior a la independencia, y fue
analizada justamente en el Instituto Médico Nacional por Altamirano y otros
autores a principios del siglo XX. Los trabajos académicos en torno al linaloe
disponibles abarcan tesis y diversos reportes, todos destacando su potencial, y
muchos de ellos fundamentándolo y estableciendo proposiciones y
recomendaciones, pertinentes aún hoy. 79

Sin embargo, la realidad actual del uso del linaloe en México dista de esas
recomendaciones y propuestas, y ello resulta aún más evidente al tomar en cuenta
el aprovechamiento logrado con la misma especie fuera de México, su lugar de
origen. En 1910, una empresa inglesa comercializadora de infusiones envió a
nuestro país a prospectores, quienes habiendo localizado y valorado a esta bursera,
obtuvieron de ella material vegetativo y semillas en diversas regiones, básicamente
en Colima, Michoacán y Guerrero. Las plantaciones fueron establecidas luego en
Bangalore, provincia occidental de la India, mientras en México la explotación de
la especie se llevaba a cabo sin medidas de conservación. El aceite esencial de
linaloe era exportado a Europa y Estados Unidos, obtenido mediante
procedimientos rudimentarios de bajo rendimiento y básicamente a partir de la
madera, derribándose los árboles para ello. Con el paso del tiempo semejante
proceso desembocaría en una crisis, al abatirse en ciertas zonas las poblaciones de
linaloe, empezando por aquellas vecinas a ríos, que era donde se ubicaban los
destiladores para aprovechar el líquido en la condensación necesaria al proceso
destilador. Para fines de los años veinte, el aceite obtenido en la India a partir del
fruto del árbol de linaloe procedente de México entró al mercado y desplazó
progresivamente a la oferta mexicana, irregular y en descenso, obtenida de árboles
silvestres abatidos.80 A la fecha, las plantaciones en India continúan siendo
explotadas de manera sustentable,81 mientras que en nuestro país la especie no ha
sido aún introducida a plantación ni la destilación de su aceite optimizada.

Especies medicinales de uso popular en México, incluidas en patentes

78 Martínez (1994:448-9).
79 Entre ellos, los trabajos de Noriega (1902); Altamirano (1904); Vergara Lope (1904); Villaseñor
(1904); Ruiz (1905); Torres Torija (1921); Mortera Llano (1925); Ugalde (1927); Galindo y Villa (1927);
Martínez (1928); López Cárdenas (1937); Segura Jaimes (1941); Doelker (1949); Rodríguez Acosta
(1980); Niembro (1986); Colina Simonin (1987) y Castellanos et al (1993).
80 Mortera Llano (1925); López Cárdenas (1937); Segura Jaimes (1941); Guenther (1972); Hussain

(1993).
81 Raghavan Nair, com. pers., 2001.
El ejemplo final pertinente para nuestra reflexión y relacionado tanto con la
desarticulación existente entre la investigación académica y el sector productivo
local, regional o nacional, como con la pregunta en torno a los beneficiarios del
trabajo académico se presenta en los cuadros 1 y 2.

El cuadro 1 incluye solamente algunas patentes que involucran plantas


medicinales de uso popular en México. Las cinco patentes seleccionadas son una
muestra que proviene de la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos,
abarcando de enero de 1996 a mayo de 2001. En los cinco casos que se consignan,
existe relación entre el uso popular de la planta y la atribución de uso de la patente
registrada con esa misma especie.

Las cinco plantas referidas en el cuadro 1 son utilizadas como medicinales en el


medio indígena. De las cinco especies, sólo el almendro es introducida, procedente
de la India y cultivada en México. El matariqui ha sido reportado principalmente
en Sonora y Chihuahua, silvestre, propio de zonas áridas y semiáridas; la
gobernadora, también silvestre y de dichas zonas, ha sido referida desde Hidalgo y
Guanajuato hasta Baja California, y es conocida en el sur de Estados Unidos como
"chaparral"; el cuachalalate es un árbol silvestre que crece en la selva baja
caducifolia, principalmente en Guerrero, Puebla, Oaxaca, Morelos e inclusive
Chiapas, Michoacán y Sinaloa; la guayaba, nativa de América tropical, es reportada
en casi toda la república. El título de cada patente, en algunos casos acotado,
incluye la aplicación pretendida, destacada en negritas en el cuadro: diabetes,
hemorroides, dermatitis atópica, y actividad antiinflamatoria.

Cuadro 1
Algunas patentes que involucran plantas medicinales de uso popular en México
Nombre Nombre Número Titulo de la Patente Año Propietario
Común Científico
Matariqui Psacalium 5 747 527 Furanoeremophitane 1998 Inman et al Shaman
decompositum and remophilanoide Pharmaceuticals
sesquiterpenes for Inc. (Estados
treatment of diabetes Unidos)
Gobernadora Larrea 5 827 898 Use of bisphenolic 1998 Khandwala et al
tridentata compounds to treat Shaman
type II diabetes Pharmaceuticals
Inc. (Estados
Unidos
Cuachalalate Amphipterigium 5 869 059 Herbal Composition 1999 M.F. Garza.
for adstringens (Estados Unidos)
Hemorrhoid
treatment
Guayaba Psidium 5 942 231 Method of treatment 1999 Hamada et al O.S.
guajava of atopic dermatitis Industry Co.
with dried guajava (Japón)
leave
Almendro Terminalia 6 217 876 Cosmetic, 2001 Pauly
dermatological and Laboratoires
pharmaceutical use of Serobiologiques,
an extract of S.A. (Francia)
Terminalia catappa
(incluye actividad
antiinflamatoria)

Fuente: United States Patent and Trademark Office. Refiere al periodo de enero de 1996 a mayo de 2001.

El cuadro 2 se basa en las mismas patentes consignadas en el cuadro previo,


destacando parte de la fundamentación de las mismas, tal como se consigna en el
reclamo de registro. Aquí cabe destacar tres elementos principales; el primero es el
uso de la información etnobotánica, etnofarmacológica y etnomédica, pero también
fitoquímica y farmacológica, obtenida en México, justamente para sustentar la
calificación del recurso como bien particular ajeno a su fuente biológica y social. Es decir,
el trabajo destinado básicamente por instituciones mexicanas oficiales y con
recursos públicos a la investigación de nuestra flora, es utilizado, paradójicamente,
para su privatización por empresas foráneas.

El segundo aspecto a destacar en el cuadro 2 es que las cinco especies fueron


seleccionadas de otras contenidas en patentes y de uso popular en México,
justamente porque las atribuciones pretendidas de la patente con la especie en cuestión
coinciden de manera significativa con las atribuciones etnobotánicas, sea en el medio
indígena o en general, en el de la medicina popular. Es decir, las patentes resultan
improcedentes, no sólo por principios éticos generales relacionados con la pretensión de
privatizar la vida o la de sustraer recursos del bien común, sino por principios técnicos, al
no corresponder dichas patentes a usos inéditos, incluso si la aplicación es más precisa.

Cuadro 2
Estudios contenidos en la fundamentación de algunas patentes que involucran
plantas medicinales de uso popular en México

Nombre Estudios generados en Observaciones


Científico México contenidos en la
fundamentación
Psacalium Romo y Nathan (1964) El efecto aludido (tratamiento de diabetes)
decompositum Pérez et al (1984) corresponde a usos populares en Sonora (1). La
Bye (1986) fundamentación de la patente consigna también
Soriano et al (1988) estudios etnobotánicos en México: Herrera, del
Román-Ramos et al (1991, Instituto Médico Nacional (1907), Winkelman (1989)
1992) e inclusive al "Atlas do las Plantes(1989) e inclusive
Jiménez et al (1992) al "Atlas do las Plantes Traditionales de Mexicana"(1)
Rojas et al (1994) (sic) y a la "Flora Medicinale Indigena de Mexico (2)
Anaya et al (1996) (sic), sin autor consignado en la fundamentación
(ambas del Instituto Nacional Indigenista, 1994).

Larrea tridentata Encarnación Dimayuga et El efecto aludido (tratamiento de diabetes)


al (1986 y 1987) corresponde a usos populares (1). La patente
consigna estudios etnobotánicos en
México(Winkelman 1986 y 1989) y otros
etnomédicos(North 1908, Hrdlicka 1908, Vogel 1970).

Amphipterigium González y Delgado (1962) El efecto aludido en la patente (tratamiento de


adstringens
hemorroides) corresponde a usos populares
(cicatrizante en heridas y úlceras) en diversas
regiones de México (1-3).

Pulido et al (1993) El efecto aludido en la patente (dermatitis atópica)


Psidium guajava
corresponde a usos populares: el segundo uso
popular más importante de la hoja de guayaba es el
destinado a irritaciones de piel y otras dermatosis(1-
3).

Terminalia No referidos El efecto aludido en la patente (actividad


catappa antiinflamatoria) corresponde a usos tradicionales en
Yucatán, Veracruz y Oaxaca (1 y 3).
Fuente: United States Patent and Trademark Office. Refiere al periodo de enero de 1996 a mayo de 2001.
(1) Argueta et al (1994:669, 709-711, 985)
(2) Aguilar et al (1994a)
(3) Aguilar et al (1994b)

Un tercer elemento de reflexión relacionado con los anteriores es el uso, en la


fundamentación de estas patentes, de trabajos generados con el concurso sustantivo de
terapeutas indígenas, y el hecho de que aún siendo obras publicadas que consignan
con claridad el origen de esa información, se recurre a ellas precisamente por la
relación que existe entre la atribución conferida al producto en registro y el saber
tradicional. El colmo es que ni siquiera se consignen los títulos de las obras
correctamente, ni a sus autores, citados al margen de su voluntad. Esto ilustra la
dinámica existente entre la socialización y la privatización del conocimiento
científico, pues en este caso la privatización del conocimiento científico impulsada
fuera de América Latina ha sido posible gracias a su socialización previa en
América Latina. Es decir, porque las comunidades acceden a brindar información
y acceso a recursos, y porque los investigadores hacen públicos los resultados de
su trabajo, es que recursos e información resultan accesibles a iniciativas que los
utilizan para fundamentar el proceso de privatización del recurso. ¿Dónde queda
el interés de los generadores de conocimiento empírico y experimental, y dónde, el
"bien común" en su contexto local, regional y nacional?
Un espacio clave entre el acceso a los recursos genéticos y los derechos de los
pueblos indios

Sin con ello soslayar la realidad estructural que subyace en el problema de la


ausencia global de derechos de los pueblos indios en México, condición básica de la
que emana la biopiratería, los ejemplos previos, incluido el del linaloe, permiten
subrayar que entre el acceso al recurso genético y el derecho de los pueblos indios, existe
un espacio intermedio cuyo vacío a nivel nacional permite y facilita la expropiación del
recurso. Se trata de la ausencia de estructuras propias productivas que optimicen su
explotación y aplicación, estructuras de innovación y desarrollo orientadas por el
"bien común" que supone esquemas de reciprocidad y participación sustantiva
respecto a las fuentes naturales y sociales de los recursos. En breve, entiendo por
"propias" aquellas estructuras de procesamiento que permiten no sólo añadir un
"valor agregado" al recurso,82 sino estructuras cuya gestión pertenece a colectivos
locales, regionales o nacionales, o que le generan beneficio desde su perspectiva.
En el caso de la flora medicinal en particular, estamos hablando de la ausencia de
una industria farmacéutica local, regional o nacional que dinamice las aplicaciones
del recurso, y de un Estado que haga accesibles esas aplicaciones para la población.

Es decir, la suspensión de la biopiratería es una medida incuestionable en términos


de ética y de economía local, regional y nacional.83 Sin embargo, la búsqueda de
recursos en el medio ambiente y su transformación como remedios, es decir, lo que
ahora se denomina "bioprospección y desarrollo de medicamentos" constituyen en esencia
actividades inherentes a cualquier cultura; no hay proceso de desarrollo de sociedades
humanas en la historia ajeno a la naturaleza y al remedio emanado de ella. La
bioprospección y el desarrollo de medicamentos constituyen además un asunto de
interés público que abarca pero también rebasa al ámbito de la población indígena.
Así, existe una responsabilidad básica en impulsar la bioprospección y el
desarrollo de medicamentos que no son en sí cuestionables sino imprescindibles,
pero ese impulso ha de seguir diversos caminos de validación y experimentación, y no uno
sólo. Es decir, la lógica y la metodología del aislamiento y desarrollo de principios
activos propia de la biomedicina moderna no debiera cerrar posibilidades al

82 Término sin embargo significativo de la reducción de recursos de múltiple significado, a su mera


transformación en bienes comerciales.
83 El sentido implícito de la palabra "pirata" es la de "atacante" (del griego peirán, "atacar"; Gómez

de Silva 1989:544), pero la acometida a que refiere en este caso no es tanto al sustrato natural mismo
que sirve de base material a un proceso civilizatorio: el asalto es a la integridad de una población
que depende de ese sustrato, al impedirle eventualmente y por vía indirecta el acceso al mismo a
través de una disparatada medida de apropiación, la cual emana de una pretensión general igual de
disparatada, como es la de patentar la vida en sus diversas modalidades. Sin embargo, aún siendo
absurda, tal pretensión resulta empero emblemática del neoliberalismo económico hoy en apogeo,
pues como ya Marx apuntara en su momento, una característica básica del capital es su capacidad
para convertir cualquier cosa en mercancía, y esa capacidad, muros de Berlín a un lado, no sólo
continúa, sino que se expande al proyectar la categoría de mercancía al ámbito genético.
desarrollo de una medicina indígena, de esa ciencia médica indígena que ha
sobrevivido desarticulada y profundamente transformada en un arduo entorno.

Y es que la medicina tradicional y la herbolaria actuales en México no son las


mejores posibles: a pesar de sus aportes objetivos en las estrategias de
sobrevivencia de muchos mexicanos, entre ellos los pueblos indios, existe la
tendencia a idealizar una práctica cuya evolución se ha dado en condiciones
precarias como reflejo de la precaria situación de los pueblos indios. Sus
posibilidades no han sido desarrolladas a cabalidad en el marco de su propia lógica y por sus
propios actores sociales.

La tarea de desenmascarar y bloquear la biopiratería en México es necesaria pero


no suficiente. Es en el abismo existente entre sectores académicos y productivos, en
la carencia de estructuras propias de bioprospección y desarrollo de
medicamentos, en el vacío de justicia en que los pueblos indios sobreviven con
altas tasas de desnutrición, de alcoholismo, de mortalidad infantil y materna, y en
el acceso diferencial a los recursos resultante, donde se encuentra bien asentada la
autopista de una sola vía de la biopiratería.

El acceso a los recursos genéticos es diferencial, no sólo en función de la falta de


derechos de los pueblos indios en este país, sino por la carencia de estructuras
adecuadas de procesamiento y desarrollo de esos recursos, adecuadas en términos
tecnológicos pero también políticos. Y aquí no estamos confinando al recurso a su
mero y valioso uso tradicional, a la aplicación que se le da en el contexto cultural
indígena.

Pero en el fondo de ésta discusión no se encuentra solamente la dinámica entre


tradición y modernidad, sino el juego que resulta de la coexistencia de las
diversidades y la desigualdad social en México. Al tiempo que la posmodernidad
es anunciada, el acceso a servicios básicos y oportunidades forma parte del
imaginario de la modernidad a que aspira buena parte de la población. Aunque la
misma definición de "servicios básicos y oportunidades" depende del prisma de la
cultura, existen elementos definitorios que pueden considerarse universales, como
el acceso al agua o la oportunidad de no morir en la infancia, lo cual no tiene que
ver con la modernidad en sí, sino con la equidad.

En estos inicios de siglo, la pluralidad de opciones en la atención médica sólo


puede darse en el marco de una sociedad de opciones aún inexistente para buena
parte de la población, pueblos indios incluidos. La mayor parte de los mexicanos
no opta. De hacerlo, buscaría seguramente ampliar su horizonte de posibilidades
diagnósticas y terapéuticas y su acceso a él. Esto significa sacar a la medicina
popular e indígena del marco de precariedad en que persiste y dotarla de recursos
para su propio desarrollo, pero ello además sin detrimento de la investigación de los
recursos naturales necesaria también a otros modelos médicos. La bioprospección
sólo puede entenderse sistemáticamente como biopiratería en el marco de una visión
niveladora que cree en la precariedad como opción. Si interesa frenar la biopiratería es
porque interesa el futuro. La medicina del futuro será pluriopcional, lo que implica, en
términos de terapéutica, procedimientos y recursos seguros y eficaces, pero también
accesibles.

El desarrollo de medicamentos no implica necesariamente la sanción positiva de


una sola medicina y la negación de alternativas. La figura misma del medicamento
no debe suponer la exclusión del remedio. Y el remedio es susceptible a su vez de
adecuación y desarrollo en su propio contexto. De manera similar, el
reconocimiento de la medicina indígena y su desarrollo no implican por fuerza el
rechazo de los adelantos científicos y tecnológicos ahí donde resultan pertinentes.

La suspensión del ancestral saqueo de recursos naturales, llevado a cabo por


empresas o iniciativas ajenas al bien común, debiera emanar de una política
general de derecho de los pueblos que han dependido de esos recursos por siglos.
Sin embargo, también se requiere una prospección local, regional y nacional de
esos recursos, destinada a desarrollar posibilidades accesibles para toda la
población. Esta prospección y desarrollo demandan políticas de impulso a la
investigación renovadas en su compromiso con México y abiertas también a
diversas racionalidades y actores sociales.

El sentido de la investigación sobre flora medicinal en nuestro país tiene entre sus
referentes a los Acuerdos de San Andrés, donde, de manera tácita o directa, se
plantea la diversidad de vías necesaria para validar los recursos, compartiendo sin
embargo un denominador común: su subordinación al bienestar de la población.84

Referencias

84 Esos elementos se pueden desprender de los compromisos relacionados con el reconocimiento,


valoración y promoción de los saberes tradicionales de los pueblos indígenas y con el desarrollo de
la creatividad y diversidad, entre ellos los siguientes:
a) "…fortalecer una cultura en materia de salud y bienestar social que permita aceptar
auténticamente una cosmovisión humanista y plural del proceso salud-enfermedad-ecosistema.
Con este propósito se crearán espacios para la práctica de la medicina tradicional indígena,
otorgándole recursos útiles para su desarrollo sin menoscabo de la obligación del estado de ofrecer
servicios institucionales de salud." (Documento 3.2, p.14).
b) "…impulsar el desarrollo pleno de potencialidades sociales y culturales de los pueblos
indígenas… impulsar la incorporación del conocimiento de las diversas prácticas culturales en
planes y programas de estudio de las instituciones educativas públicas y privadas… impulsar
modalidades tradicionales de aprovechamiento de los recursos naturales… respetar las capacidades
de los pueblos y comunidades indígenas para determinat sus propios desarrollos" (Documento 1,
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5. Lilian González Chevéz

Buenas tardes tengan todos ustedes. El propósito de mi intervención el día de hoy


es solicitar el apoyo y asesoría de instituciones como la CONAVI, el INI o
Greenpeace para resolver mi dilema, el de cómo un investigador puede difundir
información académica que eventualmente puede dar origen a un despojo del
patrimonio indígena. Es decir, cómo puede anticipar un posible despojo, sobre
todo cuando se trata de plantas tradicionalmente sagradas, en este caso, de plantas
sagradas para los indígenas nahuas de Guerrero.

Voy a hacer un encuadre. En México los trabajos de historiadores y etnólogos


contemporáneos han fortalecido la idea de que existe un núcleo unificador de la
cosmovisión mesoamericana muy resistente al cambio, un núcleo que persiste aún
en los patrones socioculturales del mundo indígena y permea distintos campos de
su acción social. El propósito de este trabajo es presentar a ustedes aspectos
centrales de ese núcleo duro de la cultura indígena que se ha resistido por más
menos 500 años a transitar los parámetros de la ciencia positiva y los estudios de
bioprospección. Nos referimos a las plantas sagradas o enteógenos.

Para desarrollar este tema partiremos de un principio básico, presente en la


cosmovisión nahua. En ella, todo lo animado estaba hecho a partir de la esencia de
los dioses. Especies vegetales, especies animales y minerales eran réplica de lo
divino. Las plantas medicinales no escapaban a esta caracterización, y su uso
terapéutico estaba predeterminado por el dios del cual se derivaban y cuya esencia
mantenían dentro de sí. Por esta razón las plantas apropiadas para los distintos
estados patológicos eran elegidas no sólo en razón de su eficacia empírica, sino en
virtud de su poder mágico que provenía en última instancia de la esencia de los
dioses en ella contenida.

Si aceptamos como un principio básico de la cosmovisión mesoamericana la


capacidad que tenían los dioses de replicarse en todo lo animado, entenderemos
que los sistemas nahuas para clasificar los distintos vegetales o animales se
basaban en un sistema de correspondencias arquetípicas respecto a las distintas
deidades. De manera que las cualidades esenciales de los dioses se transmitían a
las plantas o animales por coextensión, a través de los atributos y radios de
dominio de cada deidad. Estos rasgos taxonómicos son susceptibles de verificarse
en la denominación nahua de algunas plantas que aparecen en el códice vadiano,
uno de los primeros libros escritos durante la colonia española del siglo XVI.

Pitzin Tecuxochitl, por ejemplo, era una flor que contenía la esencia del Dios
Pitzintecutli, el dios niño, dios del maíz tierno, del sol naciente. Totequitchu, quiere
decir hierba de Totec, y contenía la esencia del Dios Jipetotec, nuestro señor el
desollado. Ehecapatli, quiere decir medicina para el aire, y contenía a su vez la
esencia del Dios Ehécatl, dios del viento, una advocación de Quetzalcoatl. Ehécatl
era un dios negro, nocturno, frío. De él surgían los vientos originados en el
inframundo que provocaban enfermedades atribuidas a los aires.

En épocas precortesianas se decía “cualani nehecame”, está enojado el Dios del


viento. Pero los dioses obraban dentro del ámbito de su poder no sólo produciendo
enfermedades, también eran competentes para quitarlas. Este era un principio
general: el dios causante del mal tenía poder para curarlo. Por ello las plantas como
el ehecapatli, contagiadas de la esencia del Dios Ehecatl, eran metáfora del dios y
remedio seguro para los aires. El ehecapatli fue una de las plantas que quedó
plasmada en la obra de Francisco Hernandez en el S. XVI.

En la lámina podemos reconocer claramente una leguminosa, “quasi occidentales”.


Como todas las leguminosas, esta planta tiene un olor flagrante, conspicuo. Entre
los indígenas nahuas de Guerrero Ehecapatli tiene tres denominaciones:
moloncaxitle, que quiere decir matón que expande su aroma, que hiede; cuicaxitle
o matón que apesta a excremento, axascayoxutli o planta que hormiguea

Las dos primeras denominaciones hacen referencia a su olor conspicuo, y siendo el


aire el encargado de transmitir éste su principal atributo, es natural que los nahuas
de Guerrero, sigan utilizando el Ehecapatl de Hernandez en baños y limpias para
curar a los infantes que tienen mal aire, o como se dice en nahua, que están
choquiaques, en clara alusión al olor fétido que según sus madres los niños
expelen.

En cuanto a la tercera denominación, Axacayuxutli, efectivamente, es una planta


que atrae a las hormigas, aunque la denominación va más allá de sus propiedades
textuales; las hormigas y los hormigueros comunican con el inframundo del que
vienen los vientos que producen las enfermedades atribuidas a los aires. Además
Ehecatl es una advocación de Quetzalcoatl, que en el mito de la creación del
hombre se convierte en hormiga para sustraer el maíz del Tonantepetl y ofrecerlo a
los hombres como su sustento.

Con este ejemplo llegamos a una primera síntesis, la enfermedad llamada mal aire
o Choquiaque es contrarrestada bañando a un niño con una planta de olor fétido
que a su vez fue proyección o coesencia en épocas precortesianas del Dios
Ehecatl.

Como podemos constatar, la lógica de correspondencias entre la planta, la


enfermedad y el Dios es impecable, siendo la nomenclatura actual del Ehecapatli
entre los nahuas de Guerrero, metáfora viva cuyo sentido fundamental procede en
última instancia de la estructura de un universo sagrado. Dicha lógica de
correspondencias se extiende a casi todas las plantas utilizadas en los rituales
terapéuticos por los nahuas de Guerrero. Por razones de tiempo sólo mencionaré
algunas de esta plantas rituales y su lógica de correspondencia.

El tlalzoltomate, o tomate de basura, sirve para bañar a los niños que padecen de
Tlazol o aires de basura, como se denomina en castellano. Estos aires son
contagiados por las actividades sexuales de los adúlteros y promiscuos. En clara
referencia en épocas precortesianas a Tlazolteotl, la devoradora de inmundicias,
diosa que inspiraba a los pecados sexuales, pero que también se encargaba de
quitarlos.

Otra planta ritual usada por los nahuas de Guerrero es la Atlinan, que quiere decir
la madre del agua, la que contiene la esencia de la Diosa del agua Xalxutlicue. La
Atlinan es utilizada por las mujeres en el posparto para prevenir se enfermen de
caxano aflojadura, enfermedad a la que son vulnerables.

Si bien los dioses comunicaban su esencia a todas las plantas a partir de su aroma,
forma o color, sin duda son las plantas alucinógenas, o más propiamente
enteógenas las que poseían la cualidad más exultante de una planta y se
constituían en el principal depósito de una deidad; eran simplemente dios dentro
de nosotros.

Entre los nahuas de Guerrero, hemos detectado tres enteógenos de uso frecuente, y
que reciben nombres de santos de la geografía cristiana, a saber: San Pedrito,
Manuelito y Bartolito. La primera planta, San Pedrito, se refiere al Tenexiyetl,
Tabaco Nicotiana Rusticauna de las plantas sagradas desde Alaska hasta la
Patagonia. En Guerrero es molida en el metate, mezclada con cal o ceniza, amasada
para construir lo que ellos denominan Metlapilitos (porque tienen forma de
Metlapil) con el cual lo dejan desecar, y cuando los niños tienen llantos nocturnos,
muelen estas piedras de tabaco con cal y se las untan en el cuerpo. Nicotiana
Rustica tiene un alcaloide muy poderoso, sesenta veces más poderoso que la
nicotiana americana que fumamos nosotros, con lo cual el niño queda más que
dormido. Como ustedes saben, en Guerrero esta era una de las plantas
consideradas sagradas y así quedó consignado por Don Hernando Ruíz de
Alarcón.
Aparte de esta planta sagrada, que es de conocimiento público, las otras dos
plantas son utilizadas en rituales terapéuticos. Según Delowe, una de las
historiadoras más famosas de Guerrero, los enteógenos o alucinógenos dejaron de
utilizarse en este estado. Nosotros hemos encontrado que se siguen usando y
según reza la información empírica, el imperio azteca y sus reyes le dieron a un
pueblo específico de Guerrero la tarea de resguardar esa planta. Don Civilo,
curandero de una zona alta del río Balsas, nos muestra como tratar esta planta
sagrada a la cual se puede tener acceso por iniciación.

Estamos hablando de dos plantas que son sagradas. Ésta es una leguminosa;
podemos ver como la curandera primero le reza a la planta en días específicos de
la semana, y la corta primero en el Este del árbol y luego en el Oeste, luego en el
Norte y por último en el Sur. En las diapositivas vemos a la leguminosa y al árbol.
En esta diapositiva podemos ver cuán extensamente se utiliza esa planta en
Guerrero. ¿Por qué no la tenemos registrada?. Porque está resguardada, como
producto de la resistencia cultural indígena. Tanto la están utilizando que se están
acabando el agua.

En esta otra diapositiva podemos ver que una vez cortada, la lleva a su casa a su
altar y la deja ofrendando y la ahuma.; en esta, vemos la otra planta sagrada. En el
mundo prehispánico se llamaba “Cuaxoxo”, “serpiente verde” y la metáfora ahí
está presente; tiene una forma de cabeza de serpiente. Fue consignada por
Francisco Hernández en Guerrero. La encontramos en una de las esculturas más
famosas que habla de alucinógenos, la de Xochipilli. Hay bastantes imágenes que
refieren qué planta es, pero no ha sido vinculada a su uso ritual y sagrado a pesar
de que ha sido identificada. Podemos ver también como es administrada al
paciente hecha polvo y después de cuatro días de estar curando a este paciente,
durante los cuales no puede salir porque la planta es muy caliente, y hacen
ofrendas con alimentos.

Toda esta información se las he presentado resumidamente sólo para preguntarles,


a diferencia de las plantas utilitarias como el maíz ¿qué pasa con las plantas
sagradas? ¿Cómo yo, investigadora, que quisiera publicar algo interesante a este
respecto debiera de hacerlo para proteger los derechos de los pueblos indígenas?
Esa es mi pregunta. Gracias.

6. Preguntas y respuestas

Patricia Romero Lankao

Muchas gracias. Pasamos a una ronda de preguntas y respuestas. Aprovecho la


oportunidad para comentar que el combate a la biopiratería y al vacío de la
investigación sobre la biodiversidad, con respecto a la producción farmacéutica
nacional, es una de las vías que pueden ser muy útiles para reorientar a la
universidad pública, aun en las circunstancias adversas que se vienen encima, con
la apertura de México a los productos de Estados Unidos y de Canadá que
empezará a darse con intensidad a principios del año entrante.

Asistente desconocido

Masivamente la respuesta de la academia, la industria y el gobierno podría darse


sobre bases firmes en el libre cambio de América del Norte. Quisiera que el Doctor
Ezcurra se pronunciase sobre esta posible iniciativa multilateral. Quiero
aprovechar la oportunidad para pedir una mayor ampliación sobre este dato: cerca
de los 300 mil millones de dólares de los cuales hablaba Andrés Fierro. ¿Nos
podría comentar algo sobre la importancia económica de la economía informal en
este aspecto? Por último, ¿alguien me puede decir en qué medida el abandono del
campo y el proceso de las migraciones que ha sufrido México en los últimos años
ha favorecido la regeneración de los suelos aquí en México? Tomando en cuenta
que se dejan de cultivar, supongo que principalmente en las zonas de riego aunque
en las zonas de temporal existe este proceso de regeneración. Me gustaría que
alguien respondiera a mi pregunta.

Arcelia González

Respecto a la preocupación de la última ponente, quiero comentar que en la región


latinoamericana se encuentra esta problemática de cómo proteger los derechos
colectivos de las comunidades indígenas. Evidentemente, si hacemos una revisión
del sistema de propiedad intelectual en todos los países de la región
latinoamericana (curiosamente seis de ellos son megadiversos y con una riqueza
étnica importante) todos ellos, México, Brasil, los países del Pacto Andino, incluso
Costa Rica, son modernos en este tema, impulsan ya proyectos de modernización
de su sistema de propiedad intelectual, aunque siguen sin contemplarse los
derechos colectivos de las comunidades indígenas. Por eso necesitan crearse
mecanismos alternativos. ¿Qué hay en la región latinoamericana al respecto?

Existen algunos proyectos y leyes de acceso a los recursos genéticos donde se


contempla un apartado de derechos colectivos. Por ejemplo, el Acuerdo de
Cartagena habla de un mecanismo específico para derechos colectivos. Sin
embargo, no queda especificado como retribuirlos como proteger específicamente
su conocimiento.

Algo que sí existe es un proyecto en Perú, dedicado al tema de derechos colectivos,


que se presentó en el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INPI) de ese
país. Para algunos la solución es proteger este conocimiento vía “propiedad
intelectual”. Sin embargo, tenemos que considerar que el sistema oficial busca
apropiarse los recursos desde una perspectiva de propiedad privada, de
monopolización, de explotación, sin atender al problema de la conservación de la
diversidad biológica. Entonces, este proyecto especifico sobre derechos de las
comunidades indígenas parece tener como objetivo darles la confianza a las
comunidades para que no teman al sistema de propiedad y vean que ellos también
pueden patentar y proteger innovaciones. Considero que se debe tomar en cuenta
qué quieren las comunidades, su autonomía; se debe contemplar la posibilidad de
protegerlos bajo criterios de propiedad intelectual diferentes a los actuales.
Además, los proyectos de acceso a los productos genéticos que existen en la región
(algunos leyes ya) contemplan apartados de protección a las comunidades en el
sentido de sus conocimientos, de sus recursos genéticos.

Pensando en el tema de los académicos y la investigación me parece que queda


claro, después de la exposición de puros investigadores y académicos que hay una
cierta connotación de las bondades, de los pertinente, de lo necesario que es hacer
investigación para la defensa de estos recursos genéticos y también para el apoyo
de ciertas estrategias políticas en la defensa de los derechos colectivos y de
propiedad de conocimientos comunitarios.

Carlos González

Me parece que es pertinente que nos miremos, es decir, que no nada más nos auto
justifiquemos como gente que hace algo bueno y que es necesario, sino que
realmente veamos cómo estamos haciendo las cosas, al “son” de quién estamos
“bailando”, quién nos está poniendo los derroteros, quién nos está marcando las
pautas y criterios de evaluación. Cuando lo veamos así, con los resultados
tangibles, resulta que el balance ya no será tan bondadoso y tan pertinente.
Estamos generando dinámicas y procesos de investigación con resultados
contraproducentes.

Me queda muy claro, por experiencia propia, desde el “ECOSUR”, que cuando
empezamos a intentar algo vienen criterios en contra, de posiciones que miran con
animadversión la investigación que eventualmente tiene su justificación. Lo que
necesitamos es revisar cómo se desarrolla la academia en México, cómo se
desarrolla la investigación en México en cada uno de los campos académico y
científico. “Bailamos a un son” no propio, y mucho menos respecto a las
necesidades de los pueblos indígenas y campesinos.

¿Cómo formamos a nuestros investigadores y académicos? Profundamente


desarticulados de los procesos políticos y sociales. Las exigencias de evaluación en
nuestros centros son muy academicistas. ¿Para quién entonces estamos
produciendo? Los criterios que tenemos los que somos parte del sistema SEP–
CONACYT son muy contundentes. Hay que producir para lo que te dé más
puntos, o sea, publicar en las revistas internacionales; dándole de esa manera
ventaja a investigadores extranjeros sobre temas que hemos tardado nosotros en
profundizar. Nadie le dice a aquél que no lo haga, y a mí como investigador me
dicen que ahí tengo que publicar para evaluarme bien y por lo tanto para que gane
unos centavos más.

Igual sucede con la dinámica de la obtención de recursos para los proyectos en el


estilo neoliberal de la educación. Nos encontramos con la pregunta que te marca:
¿quién da los recursos? ¿dónde conseguimos los recursos la mayoría de los
investigadores? En la mayoría de las agencias internacionales, y no precisamente
con aquellas comprometidas con las causas populares, indígenas o campesinas.
Ellas entonces marcan la pauta en la investigación de acuerdo a tiempos y espacios.
Me parece, entonces, fundamental que lo tengamos claro y hagamos algo al
respecto. ¿Cómo hacemos este ejercicio de producción científica o académica?
Básicamente lo hacemos de manera fragmentada, es muy difícil el ejercicio
interdisciplinario. “ECOSUR” es una institución que se ha caracterizado por eso,
dentro del sistema SEP – CONACYT.

Finalmente, quiero hacer hincapié en generar investigaciones participativas y


aplicadas. Que sean bien evaluadas. Además, que pongamos atención en las
condiciones de ruralidad que constantemente son depreciadas. O apreciamos las
condiciones de vida y la forma de ser campesino, o siempre vamos a pasar encima
del conocimiento local que es el que está sustentando todo esta estructura de
conocimientos y patentes.

Participante desconocida

Oí a Exequiel Ezcurra con la expectativa de que iba a decir una “neta” más o
menos fuerte y no sentí que dijera cual es la posición del INE para defender los
recursos. Él supone que hagan mil patentes pero luego hace un castillo conceptual,
y no sé si el INE ya se ha pasado mucho tiempo haciendo castillos conceptuales y
tampoco sé si hay algún compromiso del INE en cuanto a la protección de
conocimiento académico que se refiere a los recursos genéticos. Quisiera, además,
hacer una mención. A veces cuando uno interpreta este dominio tan “gacho” de las
industrias, también podemos caer al otro lado, a la teoría de “la gran conspiración”
sin identificar actores precisos que pueden coadyuvar a un proceso, o que lo
pueden evitar, como en el caso de Tlaxcala.

Gabriela Garza

Soy del Departamento del Hombre y su Ambiente, egresada de UAM Xochimilco,


bióloga; pertenezco a un grupo de investigación que tratamos el tema de los
arrecifes coralinos del golfo de México (zona de San Tecomapan, Veracruz). Algo
que me preocupa de las autoridades aquí presentes y de las que no están pero que
leerán las memorias de este evento, es cómo nosotros los académicos que estamos
directamente involucrados con la secuenciación genética y todo este patrimonio,
vamos a ser tomados en cuenta para la elaboración de las políticas en la materia.

¿Quiénes deciden? No lo sé. Hace poco hicimos un convenio con el IRD de Francia,
en un proyecto en la zona arrecifal, nos costó un año y medio poderlo firmar, con
todo el apoyo del grupo de planeación de aquí de la universidad, con personas de
la SEMARNAP, el INE y mucha gente más. Pero vimos que habían muchos huecos
en cuanto a la legislación respecto a los puntos biotecnológicos. Nos invitaban de la
Dirección de Flora u Fauna Silvestre, para asistir a las juntas y participar desde el
punto de vista científico. Han pasado seis meses y no hemos recibido la invitación
oficial. Queremos, entonces, ponernos a su disposición y de veras participar.

Carlos Chávez

Buenas tardes, trabajo con pueblos indígenas, no me dedico a las ciencias


biológicas pero sí a la cuestión de los derechos indígenas. Me ha tocado participar
en eventos sobre acceso y la cuestión de la equidad. Pero, ¿por qué tenemos que
adentrarnos en el tema del acceso? Creo que existen otros temas y esta es una
cuestión muy global que rebasa a la de los pueblos indígenas, como ya bien lo
señalaban. Llega a la cuestión de los pueblos, de la naciones; cuando hablamos de
contaminación hablamos de algo que atraviesa fronteras de todo tipo. Entonces,
por qué no conjugamos lo que se discute sobre bioseguridad, actualmente, que
tiene mucho que ver con los conceptos de los pueblos indígenas que consideran la
cuestión como sagrada.

Creo que está muy lejos de los pueblos indígenas el pensar en apropiarse de los
recursos de la vida (aunque ésta sea una discusión muy primaria), pero ¿hasta qué
punto debemos tomar en cuenta estas cuestiones? Porque el Doctor Ezcurra nos
hablaba de tres cosas: fortalecer la normatividad, competir conceptualmente, e
implementar sistemas de monitoreo. Pero... ¡es que se mueve tan lentamente el
asunto!

A mi me tocó oír a un investigador sudamericano, para quien hablar de equidad


era hablar por lo menos de un 8% de los beneficios totales de un descubrimiento.
Me tocó comentar con alguien de conservación internacional que era una locura la
cantidad de millones de dólares que había gastado la empresa para poder
descubrir la cuestión del cambio genético. Hablando entonces del impacto para la
vida, podríamos referirnos a la equidad. Pero, tenemos que salirnos de esos
caminos por los que nos hacen andar a los que trabajamos con pueblos indígenas,
pues nos financian lo que convenga a los intereses transnacionales; lo que no
convenga ni mucho tiempo tiene para hablarse.

Me gustaría saber de qué manera podemos fortalecer una normatividad interna,


cuando, por ejemplo, los mecanismos institucionales del Convenio de
Biodiversidad son tan pequeños en relación con el tamaño de la institucionalidad
de la OMC, por ejemplo. Entonces la competencia actual sobre quién determina el
paso de las semillas tratadas genéticamente a través de las fronteras, está siendo
peleada por la OMC a la institucionalidad del convenio, con todos los visos de que
el convenio va a perder la posibilidad de normar el paso de estos transgénicos a
través de las fronteras. ¿Qué posibilidad existe entonces de competir y de que
nuestra normatividad interna sea capaz de resistir esta normatividad
transnacional?

Patricia Romero Lankao

Gracias por sus comentarios y observaciones. Damos la palabra a los ponentes, a


quienes les pido también que sean breves.

Guillermo Pérez

Los académicos también hemos hecho entrevistas para orientar nuestra


investigación y además, hemos asistido a algunos foros en la Cámara de Diputados
y la de Senadores para “ver de que lado masca la iguana”. Si a la sociedad
mexicana nos marca el derrotero, no lo sé, pero hablando con un senador me di
cuenta de que no tenemos cultura del patentamiento.

Cuando se propuso la discusión semiabierta, donde concurrimos pocos, para esta


ley de la propiedad intelectual de los obtentores vegetales, la parte indígena no fue
convocada. Finalmente se hace una ley copia de las leyes prototipo para proteger el
derecho de los obtentores vegetales. En ese tiempo, hace ocho años, me
preguntaron ¿está de acuerdo con la protección vegetal? ¿De qué me habla? pensé.
En ese tiempo no estábamos a este “son” ni a este “derrotero”. Y por otro lado lo
nacional se nos diluye en las manos. Me pregunto ¿en qué condiciones está el
Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas?, ¿quién lo desmanteló?.

En fin, desde luego que hay mucho trabajo, no sólo para buscar “derroteros
nacionales”, y frente al radicalismo de aquel que dijo: “yo no creo en revoluciones
porque siempre dejan la mierda”, yo creo que la única revolución biotecnológica es
cuando los hombre trajeron el agua y empezaron a caminar.

Cuando preguntamos a directores de institutos con presupuestos más importantes,


sobre la mosquita blanca que es una prioridad y la investigación al respecto,
contestaron negativamente. Entonces, ¿qué los orienta?, responden que la calidad
de sus reportajes está dada por la capacidad para publicar en revistas. Estamos
confundidos o nos falta fortaleza. Y en esta universidad que nace con el paradigma
de hacer investigación, es decir, aquí se aprende por problemas. Pero de ese
paradigma a la realidad hay mucha distancia.

Lo que me queda claro es que si patento una planta, ya no sé si mi colega lo que


está haciendo es poner a disposición de las transnacionales un conocimiento
sagrado del cual después tengamos una patente, o si no está fomentando el
nacionalismo o el regionalismo de los pueblos.

Andrés Fierro

Yo creo que una cosa es el postulado y otra es la instrumentación del postulado, es


decir, estamos hablando de la diferencia entre el aspecto técnico y el político y creo
que ese es uno de los elementos que se ha tocado menos. En el aspecto técnico, que
no es el sustantivo, pueden haber elementos de referencia. Cuando nosotros
formamos personal académico, no le pedimos en áreas como ésta que en su
protocolo de investigación incluya un rubro que se llama reciprocidad. Le pedimos
que analice el problema, que haga un marco teórico, que plantee hipótesis; en este
tipo de disciplinas se requiere aumentar la discusión sobre reciprocidad a diversos
niveles.

Va a salir la primera farmacopea herbolaria en la República Mexicana. Fue una


batalla porque la discusión dominante giraba en torno a si el nombre es popular,
científico, o trivial. Con toda la carga peyorativa que significa decir nombre trivial.
Fue un reto incluir una farmacopea que valida como etnobotánicamente plausibles
más de 200 especies. Esta publicación oficial consigna usos populares por primera
vez después de casi un siglo, porque esto fue común antes. El hecho es que ya una
publicación oficial es la que valida los nombres etnobotánicos, sentando un
precedente en este tipo de procesos.

Hay entonces diferentes ensayos, unos más afortunados que otros; no está logrado
el asunto. Creo que uno de ellos es precisamente el tipo de folleto que pasó. En
puntos no da nada, porque es una publicación que se distribuye por primera vez
en una institución. Uno de los folletos ya se acabó, porque se distribuyó entre la
gente y desgraciadamente no tiene validez curricular.

¿Cuál será el sentido entonces, ya no de nuestra profesión, de nuestra existencia en


este lugar?. ¿Cuál será nuestra responsabilidad como individuos en este
momento?. Hay diferentes abordajes, pero esta es una discusión esencial que no
está para nada agotada.
Lilián González Chevez

Preguntaban en cuanto a los montos de estos 30 mil millones de dólares que


obtienen los países desarrollados por la venta de plantas medicinales que
provienen de los países menos desarrollados. Por otra parte cuando mencionaba
acerca de los investigadores, no hablaba de una gran conspiración, solamente
mencionaba que me llamaba la atención que se diera un cuestionario tan extenso.
Junto con Paul Hersch y otros investigadores consideramos que no era muy
conveniente enviárselos, después el tiempo nos dio la razón en términos de que
nos dimos cuenta de que es muy fácil que muchos compañeros nuestros accedan
muy rápidamente a dar o ceder información. No creo que haya mayor
conspiración. Por último mencionaban algo sobre el abandono de los terrenos y la
regeneración de los suelos. Claro, es una de las técnicas el barbecho, el dejar a los
terrenos sin cultivar un tiempo y volverlos a cultivar posteriormente para que los
suelos se regeneren.

Exequiel Ezcurra

Está claro que yo no vine a dar respuestas, sino que tengo una pregunta muy
concreta. También sé que no tenemos las respuestas, sé que la tenemos que
construir colectivamente. Nos hicieron la pregunta sobre un trabajo conjunto entre
la academia, la industria, el gobierno, las comunidades indígenas, para participar
sobre bases firmes dando una respuesta como país a la entrada de productos
farmacéuticos de EU y Canadá. Más que pronunciarnos en contra de esto el
Instituto Nacional de Ecología, que yo presido, es una cosa nueva. Antiguamente
era una cosa muy grande todas las áreas que estaban en el INE y que ustedes
conocen que estaba allá en Revolución; ahora está en la Subsecretaría de Gestión y
de Normatividad. El INE actual de 200 personas aproximadamente, más chico que
cualquier centro CONACYT, dedicado a hacer investigación aplicada para el
gobierno federal, es decir, nosotros no damos permisos ni nos pronunciamos,
debido a que no somos autoridad ni gobierno. Somos sencillamente un grupo de
investigadores que hacen algunos trabajos.

Regresando a la primera inquietud, es muy importante el planteamiento. Estamos


en este momento trabajando con el CONACYT y contra la SHCP (porque ellos no
ven la iniciativa con “muy buenos ojos”) para crear un fondo sectorial de
investigación, para investigaciones ambientales. Si resulta podríamos llegar a tener
recursos importantes para financiar este tipo de cosas, a través de un sistema
conjunto entre la SEMARNAT y CONACYT. Esa es una de las líneas sobre las
cuales se puede trabajar y para eso queremos que prospere el fondo.

Respecto a la regeneración de la tierra a causa de la migración, quiero decir que no


hay una investigación al respecto. Mi impresión es que está pasando de todo: hay
zonas en que el empobrecimiento del capo lleva a una explotación extractiva de los
recursos naturales, no sustentable, como una medida desesperada de muchas
comunidades para sobrevivir. Hay otras zonas en las que las comunidades
abandonan el campo, en esos casos sí hay rasgos de regeneración de algunos
ecosistemas. El caso concreto de la Sierra Gorda de Querétaro es quizá para mí uno
de los más notables. También la Sierra de Manantlán en Jalisco tiene un proceso
muy claro de regeneración del bosque por abandono de las parcelas agrícolas en
ladera. En muchos otros casos el empobrecimiento rural, en mi opinión, lleva a una
extracción mayor de los ecosistemas; creo que no hay una respuesta única a esa
pregunta.

Por último, la compañera que estaba atrás lamentablemente esperaba una


intervención más brillante de parte mía y lamento que no pude satisfacerla. Vine
sin deseos de participar, vine con deseos de escuchar. Necesitamos propuestas,
saber qué piensan las comunidades, la gente, los investigadores frente a todo este
campo tan nuevo. Realmente, nosotros sí tenemos cierto vacío conceptual. Por
supuesto que sí estamos trabajando para proteger el conocimiento, no sólo el
conocimiento académico, también trabajamos con la CONABIO para encontrar
mecanismos para proteger el conocimiento tradicional.

¿Cómo se va a tomar en consideración la posición de los académicos? Esta reunión


es uno de esos casos. Estamos aquí para eso, planteando además una serie de foros
y reuniones para tomar en cuenta no sólo a los académicos sino también a los
conservacionistas y sobre todo a las comunidades.

Eso me lleva a la última intervención. Planteo que el tema de acceso está rebasado
en torno a un contexto de cosas más complejas. Quiero solamente aclarar a ese
respecto. Nos hacías una pregunta muy importante sobre cómo fortalecer la
normatividad interna, y qué posibilidades existen de aplicarla. Se expresaba creo
en relación a que la CBD no es una convención o un convenio implementable.
Precisamente ese es el argumento; pero en México tenemos muchos convenios con
distintos países, e independientemente de la Convención de Biodiversidad si
nuestra normatividad interna prohíbe ciertas cosas podemos obligarles a cumplir
con las normas en el país de destino.

Uno de los casos en particular es el acta estadounidense que obliga a EU al


cumplimiento de la legislación mexicana dentro de ese país. Precisamente por la
falta de experiencia que tiene la CBD es que estamos pensando en que fortalecer la
normatividad interna puede ser la única herramienta de corto plazo para exigir el
cumplimiento de la legislación mexicana en el extranjero. Estoy de acuerdo con lo
que el compañero planteó; queda claro que no se entendió lo que comunicamos, es
decir, la normatividad interna no es para imponérsele a la CBD porque la CBD no
la va a obligar en su cumplimiento si no es para imponerla con los países destino
que siguen nuestra normatividad. Eso es todo, gracias.

Patricia Romero Lankao

Antes de cerrar quiero hacer dos comentarios y luego dar una información de
logística. Yo he hecho dos investigaciones de campo entre agricultores de Tlaxcala,
Michoacán y Guanajuato, y he encontrado que ni son generales los procesos que se
viven ahí (abandono de terrenos agrícolas, concentración de la tierra) ni similares
las consecuencias. En el caso de Tlaxcala se vive un proceso de semiproletarización
y migración vinculado a otro de deterioro de la tierra; en el caso de Morelia, no es
la migración sino que es el uso de aguas del río Morelia el que provoca fenómenos
de contaminación de suelos, y en el caso de Guanajuato son los mercados
internacionales los que están incidiendo en el deterioro de la tierra y la
sobreexplotación del agua.

Quiero contestar porque me referí con gusto al Doctor Ezcurra. Necesitamos gente
como él dentro del sector público. Me parece que de alguna manera, al referirse a
las condiciones estructurales del campo mexicano, trató de ir más allá y dar cuenta
de los fenómenos estructurales del campo que inciden en el uso de los recursos
genéticos, ver en que más están trabajando y viviendo las comunidades indígenas.
V. Mesa 3. Derechos indígenas y derechos de propiedad intelectual

Moderadora Evangelina Gómez, RADPI

1. Jorge Larson, CONABIO

Muchas gracias a la Red de Abogados por los Derechos de los Pueblos Indígenas y
a la UAM-X. Los recursos naturales, biológicos y genéticos se contienen unos a
otros. Es muy importante que entendamos que los procesos de apropiación de
unos y otros son distintos y también los derechos y las obligaciones vinculados con
cada uno de ellos. Tenemos la obligación de precisar bien la discusión, de
identificar bien nuestros puntos de acuerdo para poder avanzar.

El lograr cambios en las políticas públicas en esta materia, llámese OMC, Secretaría
de Economía en México y otras, va a requerir fuerza y si trabajamos sobre las
diferencias que tenemos en esta mesa no vamos a lograr ninguna fuerza; sólo nos
vamos a debilitar más.

En el centro de esta discusión está el valor, no me refiero al precio, me refiero a los


valores. Y los recursos biológicos tienen una plétora de valores que arrancan desde
el valor de existencia. El hecho mismo de que en un territorio indígena exista esa
diversidad, producto de sus procesos históricos de resistencia cultural. Hay
procesos que podemos llamar tradicionales, que son contribuciones colectivas
transgeneracionales, como la domesticación. Por otro lado contribuciones desde la
ciencia formal, la descripción sistemática, el mejoramiento y la modificación
genética.

En nuestro país todo esto va añadiendo valor y al final esto se convierte en


productos. ¿Qué tanto se está transfiriendo de estos valores de regreso a las
comunidades originales que lo crearon? Nuestro país es el país que transfiere
menos recursos de su consumo urbano a todo el paisaje agrícola; somos el país que
menos transfiere recursos humanos, materiales, económicos al México rural. Esto
es una tendencia que tiene que cambiar.

Paul Hersch demostró hace rato que la descripción etnobiológica juega un papel.
Finalmente, la modificación genética y la biotecnología está jugando un nuevo
papel en la construcción de valores, un papel un poco “perverso”, en términos de
justificar ideológicamente apropiaciones ilegítimas de conocimiento.

La problemática indígena permea casi todos los temas que vamos a considerar en
el proceso legislativo que estamos iniciando. Es lamentable que por el momento las
prioridades de México sean la paz, los derechos humanos, la autonomía y el
desarrollo básico, y que, por no haber sido resueltos por la nación, estos factores
aún no se involucren prioritariamente en la discusión.

Hoy, la situación cambia en el sentido de que ya se están incorporando a la


discusión las organizaciones indígenas. Pero lamentablemente no ha cambiado la
situación. La primera y última vez que pude platicar con Digna Ochoa tocamos el
tema de la biopiratería. La discusión fue difícil; la situación de fondo ahora no ha
cambiado. Yo creo que merece una reflexión profunda la necesidad de que
construyamos sobre las cosas en las que estamos de acuerdo y no sobre nuestras
diferencias.

Me preguntaba en ocasiones ¿por qué muchas de nuestras mejores personas de


nuestra generación, particularmente abogados, no discutían sobre recursos
naturales, sobre derechos y conocimiento indígenas? Pues se debe a que nuestra
mejor gente sigue en la lucha de los derechos humanos y la lucha por la tierra.

La disparidad en la situación política indígenas no es igual en las diferentes


regiones de México. En la sierra norte de Juárez hay un ejemplo de un lugar donde
se ha construido otro tipo de situación para las comunidades indígenas. Es una
situación de profundas raíces históricas y hay cuadros de la sierra norte de Juárez
metidos en esta discusión; ejemplo de ellos son Aldo, Gustavo Ramírez y los
jóvenes biólogos forestales. Entonces las organizaciones indígenas están
construyendo también este capital.

Aunque la realidad de México, en el asunto de la propiedad intelectual, sea difícil,


esta es la propuesta, el sustento jurídico que propone la propiedad intelectual. Los
creadores sean individuales o colectivos le dan a la sociedad innovación, la
sociedad les paga con un privilegio comercial. Es el sustento que trata de explicar
el papel que juega la propiedad intelectual. El estado, por su parte, debería de ser
garante y arbitro; esto quiere decir que este contrato social no se cumple siempre.
Cuando decimos propiedad intelectual es importante entender sus diferencias: el
derecho de autor, las variedades vegetales, y en el caso de México, la propiedad
industrial que engloba patentes y secretos industriales.

En el marco del acceso a los recursos genéticos juegan un papel central las
variedades vegetales, las patentes y los secretos industriales. Pero en el ámbito de
la discusión de los derechos indígenas, las formas suaves de la propiedad
intelectual también están ahorita generando problemas de apropiación ilegítima
de patrimonios colectivos. Un ejemplo muy concreto es el registro, por un
particular en Oaxaca, de la marca “Mezcal Tobalá” cuando Tobalá es una variedad
de magueyes de distribución amplia, no sólo en Oaxaca sino en otras áreas.
Además Tobalá es un nombre de origen zapoteco.
Estas violaciones suaves de apropiación juegan un papel central en la
implementación, en México, del artículo 8J de la diversidad biológica, que sería
referente para que las tecnologías suaves, intermedias, tradicionales fueran
reconocidas a la hora de comerciar. Ahora, no sólo lo hace un privado. Algunos
“compas” utilizaron la marca “Veinte Cerros” para comercializar una marca de
agua de manantial. Veinte cerros es una serranía sagrada. ¿Se vale registrar una
marca así? En dado caso lo podría registrar el pueblo Mixe a través de una
cooperativa.

En el terreno de la propiedad intelectual suave hay discusiones en las que hay que
profundizar. El derecho de autor es uno de los que juega en esto, aunque no tiene
que ver con la biopiratería, tiene que ver con la incapacidad del derecho para
reconocer a lo colectivo. La reforma mexicana a la Ley de Derecho de Autor, para
reconocer a las artesanías, las coloca en el mismo capítulo que el arte y la cultura
popular y los símbolos patrios. De entrada esa es la visión bajo la cual se protege la
cultura popular en México.

El segundo punto se refiere a lo que dice la ley, referido a que el autor de la


artesanía no es identificable. No es lo mismo que la ley dijera: el autor puede ser
colectivo. Lo que la ley de derecho de autor está solucionando, es decir, el autor no
identificable individual es el colectivo. Habría que tratar de precisar en la agenda
indígena lo referente a la propiedad intelectual. En cada uno de sus incisos tiene
puntos que hay que corregir y modificar. Otro de ellos es el uso de lenguas
indígenas. La ley de marcas dice que no se puede usar un nombre genérico para
una marca, valiendo también para las traducciones a otros idiomas.

En la medida en que en México no se reconocen las lenguas indígenas como


idiomas no les aplica este asunto de la traducción. Por lo tanto, algunos pueblos
indígenas comienzan a registrar, por ejemplo: “Inda pura”, registrado como agua.
Inda quiere decir agua en zapoteco. No violan la ley porque es lengua no es
idioma. Vale la pena revisar puntualmente la ley obedeciendo a los intereses
indígenas.

Estamos de acuerdo que la globalización nos deja dos opciones: seguir con la
integración vertical impuesta o participar en este proceso de manera construida a
través de establecer acuerdos y alianzas complejas. Todo esto para que nuestra
participación en la globalización sea construida y no impuesta, lo que implica
recobrar la confianza que se ha destruido dentro de las organizaciones académicas,
el sector público, las organizaciones de base y las ONG’s.

Un ejemplo es el del algodón, es un solo recurso. En Costa Chica hay un proceso de


reapropiación de semillas que se había perdido en los años cincuentas. Las semillas
con las que se están reapropiando del material se las dio una etnobióloga.
Entonces, ¿existe una patente legítima? Ya dijo Raúl Benet, de Greenpeace, no a las
patentes sobre la vida.

“Coyuchi” está apareciendo como marca comercial en los EU y México con una
variante dialectal. En el algodón transgénico tenemos patentes sobre los genes de
Monsanto vt, variedades vegetales registradas sin secretos industriales. Sobre este
punto quiero insistir en uno de los retos más fuertes que tenemos: derrumbar la
pretensión ideológica de la biotecnología detrás de las patentes. Es decir, la patente
“Monsanto” le cobra al agricultor por separado la semilla de las regalías de la
patente, del gen. Lo que están haciendo ellos fiscalmente de separar la tecnología
de la semilla, es pretender que son dos cosas distintas y ya que le metieron el gen,
pues es un ser vivo, y esa pretensión biotecnológica de que los seres vivos son
objetos es uno de los grandes debates que tenemos que enfrentar.

Y ese es un debate desde la ciencia, aunque la organización civil y la sociedad


tienen que participar. Los científicos tenemos un papel muy duro que jugar en
derrumbar esa pretensión ideológica. Esto está creando productos híbridos. Un
“textila musgo” donde el “coyuchi” está cultivado regionalmente pero la matriz
de la hilaza tejida es algodón vt de Monsanto. Porque es el que se produce en
México desde hace diez años mayoritariamente. Entonces México está
produciendo, desde las organizaciones indígenas, productos híbridos en el origen
de sus materiales; productos difíciles de proteger, por ejemplo, el “textila musgo” .

Esta patente de Sally Fox es la que creo es una patente legítima, y no es una patente
en proceso; ustedes pueden leer ese texto, anoten el número de la patente. Van a
fijarse que no hay en todo el texto en ningún momento una pretensión que diga “el
germo plasma es mío”, “los genes son míos”. Lo que ella dice es “si ustedes siguen
este proceso de selección de fibra obedeciendo a ciertos criterios con base en
cualquier germoplasma de algodón van a obtener un algodón naturalmente
inflamable”. Entonces, es una patente que tiene legitimidad y nos ayuda a
construir los criterios mínimos de invención dentro de una patente. Y a establecer
criterios claros de manos fuera del germoplasma en las patentes relacionadas con
los seres vivos.

El pozol es un caso que nos toca directo en México; es un alimento de origen maya;
su colectividad es de una amplitud impresionante, en términos de quienes son los
dueños. Hubo colectas en los años sesentas y setentas hasta los noventas con una
gran diversidad de flora microbiana. El acceso a los recursos genéticos sucedió vía
una institución académica. El material salió vía una alumna que se fue a un
postgrado a EU, se llevó la sepa, y unos años después apareció la patente.

Se ha terminado mi tiempo, pero el punto central sería dónde está la ilegalidad y la


ilegitimidad en estas patentes. En el caso de la muchacha que se llevó la sepa, que
legislación violó. No lo tengo claro, pero la UAM y la UNAM juegan un papel muy
importante. Construyamos entonces a partir del consenso de la racionalidad de
que el discurso de las patentes en EU es insostenible. Creo que ahí hay un frente de
trabajo hacia el papel de los EU. Estamos de acuerdo en que deben haber procesos
sociales de apropiación de los valores de la diversidad biológica en un sentido
amplio. La legislación de acceso encontraría en los dos últimos puntos anteriores la
base para su solución.

2. Ricardo María Garibay Velasco, SEMARNAT

Gracias por la invitación para participar en este foro. México es dignatario del
Convenio sobre Diversidad Biológica, a partir de la Conferencia Mundial del
Medio Ambiente, celebrada en Río de Janeiro. En términos generales, los objetivos
del convenio son: la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de
sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios resultantes
de la utilización de los recursos genéticos.

En el artículo 8 y en el inciso J, mencionado con anterioridad, el convenio hace


referencia a la población local que utiliza estos recursos. En SEMARNAT se han
creado áreas orientadas a dar atención a las demandas de sectores específicos,
como es el caso de la Unidad Coordinadora de Participación Social y
Transparencia y –dentro de ésta– la Dirección de Atención a los Pueblos Indígenas;
se han introducido cambios en las políticas de la Comisión Nacional de Áreas
Naturales Protegidas.

El paso de una visión conservacionista hacia otra de participación de las


poblaciones que habitan las áreas naturales protegidas, en su mayoría indígenas,
significa la apertura de espacios para incidir en temas como el que ahora nos
ocupa. Y contribuye a que las decisiones no queden sujetas al criterio exclusivo de
la autoridad ambiental. La participación social para la toma de decisiones no ha
resultado de una actitud condescendiente o tolerante, sino que es producto de una
actitud incluyente y vinculante, así como de la gestión social que exige la injerencia
de las comunidades en la definición de las políticas públicas que afectan sus
intereses.

El reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en lo que concierne a


aspectos relacionados con el medio ambiente y los recursos naturales es por tanto
nuestro motivo de interés. Por ello estamos obligados a mantener abiertos nuestros
espacios para el diálogo; pero también estamos obligados a aportar la mayor
cantidad de información y asesoría, para que las decisiones finales se tomen con
todo el conocimiento de causa necesario y se eviten conflictos derivados de una
mala información o de falta de información.
La posición de la propia autoridad ambiental respecto a las actividades de
bioprospección está en estos momentos siendo discutida por más de diez
diferentes áreas de la SEMARNAT, y aunque apenas está saliendo esto a la luz
pública, ya es motivo de discusión amplia no sólo entre los directamente
involucrados; este foro así lo demuestra.

Una vez definida como propuesta la posición de la SEMARNAT al respecto,


deberá ser puesta a discusión, sobre todo entre los actores a quien más
directamente afecta. En estos momentos se está elaborando una propuesta de
requisitos para hacer colectas con fines de bioprospección; se está elaborando una
propuesta de principios de política sobre acceso a los recursos genéticos y prácticas
tradicionales, y se está discutiendo la pertinencia de elaborar códigos de ética para
los académicos. Todo esto sin considerar las acciones de política mencionadas por
el Dr. Ezcurra.

Sin embargo, el diseño de los instrumentos técnicos para regular el acceso a los
recursos y propiedad de los recursos naturales y genéticos, así como los
conocimientos vinculados a su transformación y aprovechamiento constituyen sólo
un primer paso. El siguiente, el definitivo, orientado a hacer valer esos
instrumentos, se refiere a los procedimientos para legislar. Ya sea para hacer
modificaciones a las leyes ya existentes o bien para decretar las que sean
necesarias; contempla además, la canalización de incentivos económicos para la
difusión de la legislación ambiental, y la capacitación de representantes indígenas
en esta materia. Mientras no se tenga debidamente legislado este asunto, no
podemos confiar en la buena voluntad de quienes están ansiosos por poder llevar
a cabo colectas botánicas e investigaciones con diversos fines.

Es necesario reglamentar el acceso a los recursos biológicos y genéticos porque es


la única forma de conseguir que la utilización de éstos se haga en beneficio de
nuestro país y de las comunidades indígenas. La reglamentación resulta urgente a
la luz de la proliferación de contratos que empiezan a firmarse en México, entre
indígenas y universidades, y entre indígenas y solicitantes privados del extranjero,
quienes desconocen la potestad de la nación mexicana sobre sus recursos
naturales, y quienes no ofrecen beneficios muy claros ni para el país, ni para los
grupos indígenas, ni para comunidades rurales involucradas.

Mientras se mantenga la ausencia de una regulación expresa que asegure los


derechos del país de origen sobre sus recursos genéticos y que reconozca en debida
forma los conocimientos, innovaciones y prácticas de las comunidades indígenas y
locales, existirán condiciones ideales para que continúe el saqueo de la
biodiversidad en nuestro país.
Los médicos tradicionales hacen bioprospección, las universidades nacionales
hacen bioprospección, las empresas transnacionales hacen bioprospección. Lo que
nunca ha habido es una normatividad que reglamente y evite la piratería.

La postura de las delegaciones mexicanas que han asistido a los foros


internacionales de discusión sobre el acceso a recursos genéticos y distribución de
beneficios, ha sido la de no aceptar bajo ninguna causa patentar ningún material
biológico natural, además de todo aquello que modifique el proceso original sobre
las secuencias de las estructuras o procesos naturales.

A pesar de que recientemente la CEE ha ratificado la decisión de permitir la


patentabilidad de genes tal y como se encuentran en la naturaleza, se ha propuesto
como punto fundamental de la política nacional, el aplicar rigurosamente el
principio de protección del producto de la creatividad humana colectiva o
individual. En otras palabras, la autoridad ambiental de México se opone a que se
toque propiedad intelectual sobre genes, moléculas, procesos metabólicos y
estructuras tal y como se encuentran en la naturaleza, sin haber sido objeto de
modificaciones significativas. La autoridad ambiental se opone a que se dé a
terceros en el caso de conocimiento tradicional preexistente, en el que los
procedimientos para obtener el consentimiento previo, y los contratos que
permiten el reparto equitativo de los beneficios deben incluir en un plano de
igualdad a los campesinos e indígenas en cuestión.

Existen dos posiciones respecto a la bioprospección. Una se opone a toda costa a


ésta; sus partidarios han vivido experiencias negativas que han desembocado en
una abierta biopiratería, o bien experiencias de poca claridad que han generado
una fundamentada desconfianza. En este caso la falta de información ha sido un
factor fundamental. Los médicos tradicionales de Chiapas son una clara
demostración de esto. La otra posición es la que se ha encausado más hacia la
búsqueda de formas de participación, de apoyos externos que incluyen actividades
de bioprospección para acceder a modelos de aprovechamiento sustentable de los
recursos naturales tanto de flora como de fauna silvestre, con beneficio para las
comunidades indígenas.

Existe ya en nuestro país una amplia variedad de experiencias en el manejo de los


recursos naturales producto de iniciativas locales, áreas protegidas, reservas
campesinas, reglamentos comunitarios, ordenamientos ecológicos comunitarios y
redes de comunicación entre organizaciones indígenas que han tomado el control
sobre sus propios recursos.

Hoy se trabaja en una misma dirección para apoyar a las comunidades indígenas.
Proyectos como Co-indio, el Corredor Biológico Mesoamericano; proyectos en el
Norte de Oaxaca donde organismos como el PNUMA, el INI y el Centro de
Capacitación para el Desarrollo Sustentable están trabajando en la misma línea de
apoyar con capacitación a indígenas en esta reapropiación de sus recursos
naturales.

Sin embargo, hasta tanto no se legisle debidamente este tema, el riesgo de la


biopiratería estará siempre presente. Mientras esto sucede, se deberán asumir
ciertos compromisos para que en caso de darse convenios para actividades de
bioprospección, ambas partes estén debidamente informadas acerca de sus
obligaciones, responsabilidades, derechos y beneficios. En este sentido, la
autoridad ambiental debe asumir el compromiso de propiciar la participación
social en el desarrollo de estrategias para la conservación, el uso sostenible de la
diversidad biológica, la distribución equitativa de los beneficios, el acceso a
recursos genéticos, la propiedad intelectual de los conocimientos, innovaciones y
prácticas; debe garantizar a la población beneficiaria de estos componentes el
acceso a los espacios de toma de decisiones, así como el respeto a sus creencias
culturales. Esto, repetimos, no como una concesión a las comunidades indígenas,
sino como reconocimiento a sus derechos de propiedad.

El compromiso está en diseñar e implementar foros, seminarios y talleres con


comunidades indígenas, en tanto se legisla al respecto, con el fin de aportar
información acerca de las condiciones y criterios para el acceso a actividades de
bioprospección, códigos de conducta a nivel nacional e internacional, propiedad
intelectual, derechos sobre los recursos genéticos y el conocimiento, su
transformación y su aprovechamiento. La voz de los indígenas es la que tiene que
ser escuchada. Gracias.

3. Adelfo Regino, Organización de Servicios del pueblo Mixe

Buenas tardes, en primer lugar agradezco a la UAM y a la Red de Abogados y


Abogadas por los Derechos de los Pueblos Indígenas por la invitación. Al igual,
que las personas que me han antecedido estoy convencido de que hace falta este
tipo de espacios para discutir un tema de vital importancia, no sólo para nuestros
pueblos sino para todo el mundo. En este sentido, al hablar de los derechos
indígenas y los derechos de propiedad intelectual, lo primero que tenemos que
reconocer es que a los pueblos indígenas de México y del mundo no se les ha
reconocido el derecho básico a su territorio (se acaba el casete).

Y en este aspecto tenemos que mencionar necesariamente la cuestión de la


propiedad intelectual. Y una primera cosa que yo quisiera resaltar aquí, en esta
mesa, es algo que ya se ha comentado; se refiere a dónde está el sujeto, a quién es el
sujeto. Si hablamos de propiedad intelectual ¿quién es el sujeto? ¿Quién es la
persona que debería ejercer eso visto desde los pueblos indígenas? Y creo que aquí
tenemos que concluir que desgraciadamente ese sujeto no existe, no existe ni en la
legislación estatal, no existe ni en la legislación nacional, tampoco existe en la
legislación internacional.

Recordemos que uno de los últimos debates que se han dado en el contexto
internacional ha sido precisamente el concepto de pueblos indígenas. Si los
pueblos indígenas no existimos reconocidos en estos diversos órdenes y niveles,
pues difícilmente podemos ejercitar los derechos que deberíamos estar ejerciendo
en la realidad.

Una segunda cuestión que quisiera poner sobre la mesa es el consentimiento


previo informado. Yo me pregunto, ¿cómo va a existir consentimiento previo
informado si precisamente una de las cuestiones que más se nos niegan a los
pueblos indígenas es la cuestión de la determinación y la autonomía? Hemos dicho
en muchas ocasiones que uno de los derechos indígenas es la libre determinación y
la autonomía. Con este derecho queremos ejercer nuestras decisiones ya sea en el
orden comunitario, regional o municipal. ¿Cómo se puede concebir un mecanismo
para que los pueblos puedan tener un consentimiento, para que puedan tomar una
decisión, si se nos niega lo más básico?

Lo mismo pasa en el espacio físico, donde se supone están estos elementos


naturales, culturales y biológicos que se han discutido en el trascurso de esta
mañana. ¿Cómo vamos a protegerlos, a conservarlos, a fortalecerlos si se nos niega
el derecho al territorio? Ustedes deben recordar que en las últimas discusiones que
se han dado alrededor de la reforma constitucional aprobada por el Congreso de la
Unión, una de las cuestiones ausentes es la del territorio, y es una de las
reivindicaciones fundamentales de nuestros pueblos. Mi pregunta entonces es,
¿cómo podemos nosotros garantizar el desarrollo, la protección, la conservación de
esos recursos naturales, biológicos y culturales que están vivos en nuestros
pueblos, si se nos niega algo tan elemental, el derecho al territorio? Con estas tres
cuestiones, estoy tratando de la ligar la cuestión de los pueblos indígenas a la que
se le llama derechos de propiedad intelectual.

Finalmente, quiero hablar de algo que me preocupa y creo que debiera ser tema de
preocupación de todos los aquí presentes. Es la cuestión de la cultura, de la
identidad indígena, de los conocimientos, valores y actitudes de nuestros pueblos.
Estos conocimientos y valores tradicionales, ¿qué lugar ocupan en la sociedad
mexicana?, sobre todo en el marco de una sociedad donde todos tenemos una
mente colonizada, incluso los propios indígenas, en donde nuestra lengua no vale,
en donde nuestros valores deben de permanecer ocultos, donde nuestros
conocimientos no son saberes, son brujería, son de lo peor. Yo entiendo que
cuando hablamos de propiedad intelectual, hablamos de los conocimientos, de la
sabiduría, de los pensamientos, de los valores de nuestros pueblos.
Por ejemplo, el concepto de propiedad ¿existe en la mentalidad de nuestros
pueblos?, ¿es algo que tenemos en las montañas, en nuestras prácticas cotidianas?.
Creo que es algo que nos tenemos que responder los indígenas y es algo en lo que
ustedes nos deben de apoyar.

¿Por qué lo digo? Porque en muchos de los casos, y creo que ustedes lo han visto,
para nosotros la tierra, el territorio, los recursos naturales es nuestra madre, la
tierra nos amamanta, la tierra nos da vida cuando nosotros nos morimos. Para
nosotros la tierra es vida, es como un ser humano más, no un objeto. Y en este
sentido, ¿podemos hablar de apropiación hacia algo que tiene vida, que es igual
que nosotros, que siente?

Desde el punto de vista de los indígenas la tierra existe como un ente vivo; hay
una relación que se da fundamentalmente a través del trabajo, de nuestra
religiosidad. Es por eso que yo pido que cuando hablemos de derechos indígenas y
de propiedad intelectual, asumamos una posición crítica y revisemos el concepto
de propiedad; que nos preguntemos si éste puede ser aplicado a nuestros
conocimientos, valores y recursos biológicos, o si existe otra palabra que pudiera
ser aplicable en este sentido.

Venimos arrastrando una tradición de colonización que no sólo está en las


universidades, también está en nuestras comunidades. Y eso también es una de las
cuestiones que tendríamos que estar reflexionando. Detrás de todo esto está la idea
de la comunalidad, que es la base del pensamiento y de la acción indígena. La
comunalidad tiene que ver con el trabajo comunal, con el poder comunal, con la
fiesta comunal, entre otras cuestiones. Todo eso tendría que ser valorado y
reconocido no sólo por la ley sino también por las instituciones del estado.

Para mí, la primera responsabilidad en relación con nuestros territorios y recursos


naturales, en relación con nuestros valores y conocimientos, la primera
responsabilidad parte de nosotros mismos, de los pueblos, de las comunidades.
Las organizaciones indígenas debemos empezar a formar procesos de
concientización, de reflexión, que permitan desde la base discutir estas cuestiones,
porque a veces vivimos los problemas, y cuando digo que los vivimos es porque de
algún modo hemos notado en todas las regiones indígenas que en relación con
nuestros saberes hay broncas. Llegan antropólogos, etnólogos, biólogos, personas
ligadas a instituciones académicas; llegan incluso con sentido de caridad y
solidaridad; pero nosotros proporcionamos la información. Nosotros no sabemos a
donde llega esa información y qué uso tiene. Por eso necesitamos bajar esta
reflexión hacia nuestras comunidades y regiones. Necesitamos hacer conciencia de
que no sólo nuestros valores y conocimientos tienen vital importancia, también
nuestros recursos naturales y biológicos que están en nuestras montañas y ríos.
Creo entonces que la primera responsabilidad es nuestra.
Otra responsabilidad muy importante –algo del terreno formal– es que nosotros
mismos tenemos que precisar esta cuestión en nuestros estatutos comunales. El
estatuto comunal es un instrumento jurídico comunitario, que está autorizado por
la propia legislación nacional y el cual nosotros podríamos utilizar tanto para
proteger, preservar y desarrollar nuestros recursos naturales y biológicos, como
para acrecentar y valorar más nuestros conocimientos tradicionales.

Otro punto muy importante a tratar es el tema del reconocimiento jurídico. En este
terreno tenemos que seguir insistiendo, porque tenemos una legislación ausente,
no sólo local, sino internacional, esa es la palabra. En este sentido, el avance más
importante es lo que se ha venido discutiendo en el seno de las Naciones Unidas,
en el famoso proyecto de Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Retomemos con mayor fuerza esta discusión a ese nivel y también al nivel federal,
porque hay que recordar que nuestra reforma constitucional no es aceptada y
legitimada por nuestros pueblos. Hay que seguir trabajando arduamente, para que
en un futuro una de las cuestiones por legislar sea este punto. Estas son mis
reflexiones finales, gracias.

4. Aldo González Rojas, Unosco

Yo quiero agradecer a la Universidad Autónoma Metropolitana y a la Red de


Abogados por los Derechos Indígenas, que me dan la oportunidad de poder estar
con ustedes en esta importante reunión. Quisiera decir que la propiedad
intelectual y lo relativo a la biodiversidad, a la biopiratería, son temas
relativamente nuevos para los indígenas; es algo que nosotros no habíamos
discutido previamente en la mayoría de nuestras organizaciones y casi en la
totalidad de nuestras comunidades, aunque a nivel internacional, éste es uno de
los aspectos que está orientando de manera definitiva, sobre todo los tratados de
comercio. Pero está información no está bajando a los pueblos indígenas que
finalmente son los dueños y poseedores de los recursos genéticos que hoy están
siendo disputados por las empresas transnacionales.

Yo no soy abogado, ni biólogo, pero voy a tratar de hacer unas reflexiones sobre
este tema de los derechos indígenas y los derechos de propiedad intelectual. Una
de las primeras legislaciones a nivel internacional que reconocen los derechos
indígenas, es el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. En ella
se establece en uno de los primeros artículos la definición de pueblos. Yo creo que
es muy importante que entendamos porque en la mayoría de reglamentaciones
que se están estableciendo tanto a nivel internacional y nacional no se habla de los
pueblos indígenas, se habla de comunidades indígenas y hay una diferencia
sustancial entre el concepto de pueblo y el de comunidad.
Cuando hablamos de pueblos indígenas, hablamos del pueblo Zapoteco, del
pueblo Mije, del pueblo Náhuatl, del pueblo Totonaco. En nuestro país hay 57
pueblos indígenas. Cuando hablamos de comunidad, estamos hablando de la
comunidad de Guelatao, por ejemplo y hay miles de comunidades en nuestro país.

El reconocimiento de derechos por el cual nosotros estamos luchando, no es el


reconocimiento de los derechos de nuestras comunidades o el reconocimiento de
los derechos individuales, como se ha hablado en las discusiones anteriores con
respecto a la aprobación de la reforma constitucional de la ley indígena. Estamos
luchando por los derechos colectivos de nuestros pueblos, entonces este concepto
es fundamental para que podamos entender si realmente se está legislando para
proteger o reconocer los derechos de los pueblos indígenas o se está legislando
otra cosa.

Una de las primeras reformas que se hacen en nuestro país y que tiene una
trascendencia muy importante, que toca de manera definitiva la relación de los
pueblos indígenas con la sociedad mexicana, es la reforma que se hace en 1992 al
artículo 27 de la Constitución. En el artículo 27 de la Constitución, si ustedes
recuerdan, se hace énfasis en que la tierra de los pueblos indígenas está reconocida
como comunal o ejidal principalmente, aunque también pudiera ser que en algunos
lugares exista pequeña propiedad en comunidades indígenas, pero son cosas muy
raras.

Antes de 1992 no se hablaba de que las comunidades o ejidos fueran propietarios


de sus tierras, se hablaba que la tierra era propiedad de la nación mexicana. Y con
la reforma constitucional se da un cambio muy importante; se reconoce la
propiedad a la tierra a las comunidades y ejidos. Sin embargo, esto que pareciera
dar una mayor certeza jurídica a las comunidades o ejidos, como se establece en los
discursos de Carlos Salinas de Gortari, desde nuestro punto de vista se le está
dando al que está detrás de la propiedad, al que quiere obtener para sí esa
propiedad. Entonces los concepto de posesión y propiedad marcan de manera
definitiva el derrotero que van a seguir las siguientes modificaciones en materia de
los derechos de los pueblos indígenas.

¿Para qué queremos la propiedad, o para qué nos han reconocido la propiedad
ejidal?. ¿Para que la comunidad se pueda convertir en ejido?. ¿O para que el ejido
se convierta en pequeña propiedad? Para que esa pequeña propiedad pueda ser
entonces apropiada por terceros, por caciques locales, por el interés de las
transnacionales. Entonces, los recursos naturales harán parte de estos nuevos
propietarios.

Es en 1992 también, que se elabora a escala internacional el Convenio de


Diversidad Biológica. Este convenio hace referencia en el artículo 8J a los pueblos
indígenas. Perdón, no hace referencia a los pueblos, sino a las comunidades
indígenas, aquí es donde empiezan las diferencias. ¿A quién se le están
reconociendo estos derechos?

Esta legislación o intento de legislación –si le podemos llamar– no es vinculatoria.


Por todo lo que se ha dicho en las secciones anteriores, no reconoce los derechos de
los pueblos sino de las comunidades, y esto nos está tendiendo una trampa. En
nuestro país, antes de la Firma del Tratado de Libre Comercio, en 1991, se modifica
la Ley de Fomento y Protección a la Propiedad Industrial, que patenta algunas
cosas y deja por fuera a otras. Encontramos el artículo 16, según el cual serán
patentables las inversiones que sean nuevas, resultado de una actividad inventiva
y susceptible de aplicación industrial, en los términos de esta ley, excepto cuando
se trate de:

1. Los procesos esencialmente biológicos para la producción, reproducción y


propagación de plantas y animales.

2. El material biológico y genético, tal como se encuentran en la naturaleza. Esto


significa que si hay algunas modificaciones a ese material biológico, podría ser
patentable en México y estamos hablando de la modificación genética o el
transgénico de un ser vivo, cualquiera que sea.

Retiremos pues, a los microorganismos que se encuentran asentados en el territorio


de los pueblos indígenas ¿podrán seguir siendo de los pueblos indígenas? Si se
hace una modificación genética, esto ya es patentable según la ley. Esta es la
dinámica del mercado globalizado.

Después de 1992, fecha en la cual se hacen modificaciones importantes a la ley que


tiene que ver con la tierra en México y al Convenio de Diversidad Biológica,
nuestro país empieza a adecuar otras leyes que se derivan de éstas. Por ejemplo, la
Ley del Equilibrio Ecológico en 1994, en la cual se establece que se pueden hacer
colectas científicas en nuestro país; se necesitan ciertos permisos. Se prescribe que
en algún momento determinado se pudieran hacer colectas con fines comerciales,
que tendrían que redituar beneficios a las comunidades.

Yo quisiera plantear una pregunta muy importantes. El artículo 15 del


Comercio de Diversidad Biológica, plantea que los estados son soberanos sobre sus
recursos biológicos asentados en estas tierras. Después del 92 en Sierra Juárez
(1994) se firma un contrato entre USACHI (organización indígena) y una
transnacional que en aquel entonces se llamaba Santos, en la cual un conjunto de
comunidades da la posibilidad a esta empresa farmacéutica de poder sacar de sus
tierras hongos microscópicos. Para esto, la ley nos dice que las comunidades
tendrían que recibir ciertos beneficios, los cuales tendrían que ser pactados.
Creo que la problemática central es quién es el dueño de los recursos. Estas
comunidades, según el artículo 27, son propietarias de sus tierras; es de suponerse
que también son propietarias de los recursos biológicos existentes en sus tierras,
pero esos recursos podrían estar también en las comunidades vecinas.

Desde el punto de vista indígena, no podríamos ser dueños o propietarios de los


recursos biológicos. Cuando se venden los recursos biológicos se está poniendo en
entre dicho una filosofía central del respeto de los pueblos indígenas hacia la
naturaleza. Esta situación nos puede crear un conflicto interior, porque los
beneficios que se pactaron en esta “biopiratería” pueden resultar ciertos, y las
comunidades recibirlos, entonces las otras comunidades estarían en desventaja y se
podría crear una confrontación.

La propuesta que nos han hecho en algunos espacios, incluso la gente de USACHI,
es que este contrato sea modelo a seguir para que otras comunidades también
puedan vender los recursos biológicos existentes en sus tierras. Se trata entonces
de establecer una competencia para ver quien vende más fácil, quién vende
recibiendo los menores beneficios, para ver quién establece facilidades a las
compañías transnacionales.

Quiero hacer referencia a la ley indígena de Oaxaca, en la cual se establece que las
comunidades indígenas estarían obligadas a hacer investigación sobre sus recursos
genéticos. Esta situación nos parece lamentable; de hecho hoy muchas
organizaciones no gubernamentales están haciendo investigación, estudios etno-
botánicos en las comunidades indígenas de la Sierra Juárez, muchas sin
autorización de las comunidades.

Quizá en algún momento hayan hablado con la Semarnat. Pero las comunidades
no tienen el conocimiento ni han dado la autorización para que se saqueen los
recursos biológicos existentes. Nosotros los hemos visto y hemos preguntado a las
autoridades municipales (Comisariados de Bienes Comunales), si se les ha pedido
su autorización para usar estos recursos. La respuesta es que ellos no saben qué
han estado haciendo estas personas en sus lugares; en algunos casos, además de
estar saqueando los recursos naturales, están saqueando la biodiversidad.

Otros se han dedicado a preguntar cuál es el uso que se le ha dado a las plantas en
las comunidades indígenas, a este conocimiento tradicional que se ha construido a
lo largo de muchas generaciones. Es ilógico que no podamos decir que es
propiedad intelectual de nuestros pueblos, porque el concepto de propiedad no
checa con los pueblos indígenas, sabiendo que es parte de la cultura y que es algo
que se ha construido en cientos de miles de años, transmitiéndose de generación en
generación a través de la tradición oral.
Esta información hoy es sistematizada y llevada quién sabe a donde, pero
entendemos que quienes financian a estos investigadores ya sean de
organizaciones no gubernamentales o de instituciones privadas o públicas, no
están regresando esta información a las comunidades y la están entregando en
otras partes, seguramente a quien les financió sus investigaciones.

Por otro lado el Banco Mundial está financiando otros proyectos que –se supone–
no son de investigación, pero está financiando proyectos para realizar el
ordenamiento territorial en comunidades y lo primero que preguntan es cuáles son
los recursos biológicos existentes y cuál es el uso que se les están dando a las
plantas medicinales, a los animales. Esto es un ejemplo claro de piratería
disfrazada, definitivamente.

Podemos decir que la falta de regulación en esta materia está provocando que se
firme un contrato entre el USACHE y Santos. El estado no ha dicho nada y hoy no
conocemos los contenidos de ese contrato. La falta de regulación en esta materia
está propiciando que se sigan saqueando recursos genéticos de las comunidades
indígenas sin que nadie diga nada. El estado dice: “es que no hay regulación, no
podemos hacer nada” y de esta manera se lava las manos.

Finalmente quisiera señalar que, con la reforma constitucional en materia indígena,


en este año 2001 se sigue sentando el precedente para que las compañías
transnacionales puedan hacer y deshacer en las tierras de las comunidades
indígenas. Si ustedes leen los acuerdos de San Andrés, podrán ver con claridad que
el asunto de tierras sería tratado sobre la mesa de Desarrollo. Sin embargo, se hizo
una propuesta en la iniciativa de la Cocopa, para que los recursos naturales de los
pueblos indígenas pudieran ser aprovechados de manera productiva por los
mismos y este artículo fue desechado. En su lugar se propone en el artículo 2 de la
Constitución, que las tierras de los pueblos indígenas podrán ser aprovechadas en
los términos del artículo 27 modificado en 1992 y que dice que deberán ser
respetados los derechos de los terceros.

¿Quiénes son los terceros? Podemos decir entonces que toda la legislación indígena
o internacional que se está realizando en nuestro país, no está orientada hacia el
reconocimiento real de los derechos de los pueblos indígenas. Se están dando
facilidades a las compañías transnacionales para que puedan entrar a sacar los
recursos biológicos de nuestras tierras. Cada vez hay más instituciones y
fundaciones que pagan la conservación de los recursos en las comunidades, pero
tampoco es gratis. Si están pagando es porque quieren los recursos genéticos de
esas tierras.

5. Andrés Barrera Marín


Agradezco la invitación de la UAM y de la Red de Abogados por los Derechos de
los Pueblos Indígenas para estar en este debate tan importante en México. Algunos
de los elementos que me han venido preocupando en los últimos años en torno a
este debate es el qué hacer con nuestras riquezas biológicas y cómo coordinar el
uso de esta riqueza con la presencia de pueblos indios en las regiones donde esta
riqueza es mayor.

El uso de esta tierra ha venido ocurriendo de facto en estos últimos años,


simplemente como un proceso de saqueo, de biopiratería, en donde las empresas
transnacionales y los investigadores interesados simplemente llegan sin consultar,
toman las riquezas, se las llevan y terminan efectuando patentes sobre especies,
sobre variedades, sobre sustancias activas, o incluso sobre códigos genéticos. Esto
es lo que ha venido dominando, no sólo en México sino en muchas regiones del
mundo.

Hoy se propone una figura internacional global de uso de esta riqueza, que
supuestamente supere este carácter de asalto, de robo directo, de la biopiratería.
Es una figura de realización de contratos entre las comunidades indígenas, en
donde éstas por primera vez estarían participando en un reparto de beneficios.
Esta figura global de reparto de beneficios, que sobre todo el Banco Mundial se ha
encargado de impulsar a partir de la Convención sobre Biodiversidad en Río- 1992,
se estaría complementando con transformaciones jurídicas a nivel nacional para
regular el acceso a los recursos. Entiendo que todo este paquete es el que estamos
debatiendo.

Me parece muy importante enriquecer nuestras discusiones teniendo en cuenta los


contextos reales en los cuales están ocurriendo, tanto los procesos de saqueo, de
piratería directa, como los contratos de reparto de beneficios. Se trata de contextos
globales de carácter económico, en los cuales son muy particulares los términos
que se establecen al darse estos contratos.

En el momento actual, el grueso de las riquezas estratégicas de todos los países se


encuentra en un proceso vertiginoso de privatización y de desnacionalización. No
sólo los energéticos, no sólo los minerales han sido literalmente privatizados a
partir de 1992. Con excepción del uranio, las empresas transnacionales tienen
acceso directo al 100% de las acciones en nuestras minas mexicanas con contratos
ampliables a 50 y 100 años.

No sólo se están privatizando los energéticos y minerales sino también el agua.


Están las cumbres de la privatización como la Haya y viene la nueva cumbre de
todas las especies internacionales, el año que entra, en Bonn. Ya en un contexto de
avionasos en New York se está hablando de la privatización de cuencas
hidrológicas como la del Usumacinta. En Miami se discuten estas cosas y los
problemas de la riqueza biológica de la totalidad del planeta, la privatización que
comienza por la parte más dura, por la privatización de los códigos genéticos. Hay
más de 1.500 millones de patentes realizadas sobre el código genético humano,
sobre el DNA y que se extiende velozmente conforme aumenta la identificación de
la información de los códigos genéticos; se corre a prácticamente todos los códigos,
todas las sustancias activas que puedan tener interés para la industria.

Me parece muy importante enriquecer nuestras discusiones teniendo en cuenta los


contextos reales en los cuales están ocurriendo, tanto los procesos de saqueo, de
piratería directa, como los contratos de reparto de beneficios. Se trata de contextos
globales de carácter económico, en los cuales son muy particulares los términos
que se establecen al darse estos contratos.

En el momento actual, el grueso de las riquezas estratégicas de todos los países se


encuentra en un proceso vertiginoso de privatización y de desnacionalización. No
sólo los energéticos, no sólo los minerales han sido literalmente privatizados a
partir de 1992. Con excepción del uranio, las empresas transnacionales tienen
acceso directo al 100% de las acciones en nuestras minas mexicanas con contratos
ampliables a 50 y 100 años.

No sólo se están privatizando los energéticos y minerales sino también el agua.


Están las cumbres de la privatización como la Haya y viene la nueva cumbre de
todas las especies internacionales, el año que entra, en Bonn. Ya en un contexto de
avionasos en New York se está hablando de la privatización de cuencas
hidrológicas como la del Usumacinta. En Miami se discuten estas cosas y los
problemas de la riqueza biológica de la totalidad del planeta, la privatización que
comienza por la parte más dura, por la privatización de los códigos genéticos. Hay
más de 1.500 millones de patentes realizadas sobre el código genético humano,
sobre el DNA y que se extiende velozmente conforme aumenta la identificación de
la información de los códigos genéticos; se corre a prácticamente todos los códigos,
todas las sustancias activas que puedan tener interés para la industria.

¿Cómo puede ser que se privaticen los códigos genéticos y los bancos no? ¿Cómo
van a asegurarse los dueños de las empresas transnacionales que tienen que
manejar y hacer fortuna con la información genética si no van a privatizar todos los
bancos, en donde se han acumulado las semillas, los fetos, los tejidos, las
colecciones de insectos? Hasta los museos están entrando en las ferias de
privatización. Estas son las cosas que se estuvieron discutiendo en el encuentro de
este año sobre museos de historia natural. Vuelvo a preguntarme ¿cómo va a ser
que no se privaticen bancos genéticos de éxito y se dejen fuera los bancos genéticos
in situ que tienen los mayores acervos de mega diversidad? Todo está en subasta,
en privatización y por esto, Salinas de Gortari transforma el Artículo 27 de la
Constitución.

Se habla en el Plan Puebla Panamá y en el Procede de los procesos de expulsión


masiva del campesino mexicano de las áreas rurales a las ciudades. El mismo
diseñador del Plan Puebla Panamá diseña el Procede, que habla esencialmente de
la salud y la educación.

La propuesta matriz del Plan Puebla Panamá, que es el Corredor Biológico


Mesoamericano, arranca del mismo lugar que la propuesta de los contratos de
reparto de beneficios 1992. Es la idea del Banco Mundial, de organizar el manejo de
las riquezas biológicas en todo el planeta, de acuerdo a la conformación de
corredores biológicos. La idea de corredores biológicos, donde tenemos la feria
posmoderna de saqueo biológico, no es privativa de Mesoamérica. Hablo de
posmoderno en el sentido de progre- reto. Se tratará de articular la conservación de
las áreas naturales protegidas con plantaciones de eucaliptos, hule, palma africana,
debidamente protegidas con sus cinturones de amortiguamiento, igual que las
áreas naturales protegidas, como áreas de enlace.

En el corredor biológico, más que correr las especies, las variedades e individuos
de la información genética, no veo cómo va a viajar la información genética
atravesando el Canal de Panamá y luego el corredor urbano que están
proponiendo en Honduras, y cómo van a atravesar la carretera de Villahermosa a
Chetumal; tampoco cómo le van a hacer las especies para saltar en Calalmul. Los
que van a correr ahí son los bioprospectores y detrás de ellos los inversionistas y
detrás los privatizadores de las áreas protegidas.

En este contexto tan negativo, sé que existen los que se preocupan por el futuro
que puedan tener las comunidades indígenas, y –en ese contexto– consideren el
ataque que la globalización y las empresas transnacionales están efectuando sobre
el conjunto del reparto de beneficios.

Se entiende que es una propuesta que puede estar bien intencionada de parte de
miembros de organizaciones no gubernamentales, de organizaciones sociales, de
institutos de investigación o representantes gubernamentales. Podría haber una
buena intención al momento de proponer el reparto de beneficios como una
manera en que las comunidades podrían resistir y quedarse con un pedacito de las
enormes fortunas que está generando el uso actual de los recursos genéticos, de
acuerdo a la revolución tecnológica que introduce la ingeniería genética. Sólo que
aquí es muy importante no perder de vista los contextos globales. Las mismas
discusiones se están dando en las mismas regiones a propósito de la maquila.
Seguramente saben que la maquila está generalizando que las jornadas de trabajo
se corran de ocho a doce, a dieciséis horas; que aparezcan cárceles en las
maquiladoras para las trabajadoras que no quieran doblar trabajo; que aparezcan
castigos físicos a los trabajadores; que haya una contaminación ambiental brutal de
manera que nazcan mal las hijas de los trabajadores, cosa que ha estado ocurriendo
en la frontera norte, niñas sin vagina, niños sin testículos, niños sin cerebro.

O la maquila es una cosa preciosa que nos ha traído la globalización. Y en las


comunidades se les dice: “esto no se puede resolver porque no hay trabajo, porque
esta la crisis y la agricultura se encuentra contra la pared” El gobierno mexicano se
ha dedicado a desmantelar sistemáticamente la agricultura mexicana. Hay una
estampida migratoria. “¿Qué prefieres, irte a trabajar en la maquila, a la frontera o
que la pongan en tu pueblo?” Es más o menos así la discusión. “¿Qué prefieres
biopiratería a lo bestia o contratos de reparto de beneficios, cómo te gustan?”
Miren, si nos ponen contra la pared y nos ofrecen la mierda y los orines, de veras,
está muy difícil escoger. Yo creo que sería mejor pelear por condiciones generales,
globales en donde todos estuviéramos mejor, y no contra la pared de cara a las
empresas transnacionales, a mí me parece que esto es mejor.

Digo que los contratos de reparto de beneficios son orines porque lo que se les ha
ofrecido a las comunidades ha sido una tomada de pelo; lo que se les ofrece es
verdaderamente una burla a las comunidades indígenas y las condiciones en las
que supuestamente harían uso de ese reparto de beneficios, la información que
supuestamente tiene que mediar, un reparto de beneficios por que el contrato tiene
que tener un consentimiento previamente informado. ¡Dios mío! ¿Quién está
enterado ahorita del contrato que acaba de referir el compañero de la Sierra
Juárez?, ¿qué fue exactamente lo que se llevo NOVARTIS y para qué se lo llevo?,
¿en qué contexto y qué fue exactamente lo que se llevó Molecular National
Limited?, ¿qué llego hasta los jardines botánicos de Georgia en el contrato del
ICDG maya en Chiapas?, ¿cuántos gritos y pataleos tuvimos que hacer en la mesa
para saber lo que se había llevado Diversa en el contrato de UNAM que ya se fue
para atrás?, ¿qué se nos ha informado del ICDG de zonas áridas que se ha aplicado
en todas las regiones desérticas del país a través de Robert Baig en el Instituto de
Ecología de la UNAM?, ¡No hay información!

Para dar información clara a las comunidades no hay que darles sólo información
acerca de la responsabilidad, de las obligaciones, de los derechos, de los beneficios.
Yo creo que hay que dar información de la globalización, de los procesos de
privatización, de la fuerza de las empresas transnacionales. Se debe decir qué se
está haciendo con esas riqueza, cómo se está organizando el proceso global de
nivel de capital, para tener una idea clara de las diferencias de fuerzas que tenemos
¿Cómo podríamos sumar una fuerza propia, real, que nos permita defender
nuestras propias riquezas biológicas?
Yo creo que lo que hagamos no nos va a servir, y lo que peleemos para ver cuánto
nos quedamos nos va a perjudicar, porque va a romper con la propiedad colectiva
de las riquezas biológicas, la cual no sólo es una propiedad de los pueblos indios.
Estos son los primeros propietarios porque la produjeron hace miles de años; son
los domesticadores de los alimentos, de las plantas medicinales, de los ecosistemas
y entonces son sus productores directos.

Resulta que además la riqueza biológica hasta la fecha ha tenido libre circulación.
Hasta que apareció la idea de comenzar a patentar la información genética, pues se
comenzó a hablar de restricción de la libre circulación de semillas, de información
genética de alimentos, de plantas medicinales. En México y en todo el plantea
siempre ha circulado así, libremente, y entonces resulta que es propiedad de los
pueblos indios y también de la nación y de la humanidad. Lo que está ocurriendo
va a terminar rompiendo esas formas de propiedad colectiva. Convencer a las
comunidades que le entren al reparto de beneficios, equivale que por sus propios
beneficios dejen la forma de propiedad colectiva de la tierra y le entren a las
formas de propiedad privada.

Entrando al tema de la propiedad privada, como ustedes saben, el pez grande


siempre se come al chico. Este es el problema. Entrando a la propiedad privada del
conocimiento biológico y de los recursos genéticos, se les está invitando a destruir
su propia organización colectiva y su propia relación comunitaria con la
naturaleza, que han tenido durante miles de años y que ha sido justamente por ser
una relación comunitaria, la fuerza que ha permitido crear esta biodiversidad y
desarrollarla. Es realmente invitar a la comunidad a una situación muy conflictiva
y a una suerte de suicidio histórico.
6. Preguntas y respuestas

Arcelia González de la UNAM

Este cuestionamiento es para el doctor Andrés Barrera. Creo que efectivamente la


explicación que nos ha presentado tiene que ver con esta dicotomía entre la
propiedad privada y la colectiva. Esta no sólo es una necesidad de los pueblos
indígenas sino de la misma conservación de la biodiversidad biológica, es algo por
lo que deberíamos de abogar.

El cuestionamiento va en el sentido de que, hasta el momento, se habla de la


Convención de la Diversidad Biológica, que como bien señala el maestro Barrera es
que a partir de ella y de otros convenios, que se ha hablado de esta conformación
de contratos de acceso para que se puedan repartir beneficios, entonces así se
pueden menguar los beneficios de los recursos genéticos. De hecho hay en senado
un proyecto de ley que habla de lo ya mencionado, de qué se va a compartir, de
quiénes son las partes contratantes del acceso. La pregunta es si debemos rechazar
que exista una ley o pelear por una ley que atienda a esta idea de derechos
indígenas en donde esté la conservación biológica.

Eric Huerta

Soy abogado, especialista en materia de tele-comunicaciones, asesoro la industria y


también a la oficina de presidencia para la reforma a la ley general de tele-
comunicaciones. Acabo de recibir un shock igual al que tuve cuando, en 1996, oí a
los indígenas por primera vez explicar cómo les afectaba la reforma constitucional
del artículo 27. En ese momento descubrí el daño que les estamos haciendo a
legislaciones mucho más avanzadas. El error nuestro es pensar que porque
estudiamos mucho, la ley es más perfecta que la que llevan a cabo en forma
ancestral las comunidades indígenas. Ante este shock y para que los abogados
esperen a que la legislación cumpla con las condiciones, debemos de contar con los
elementos que se encuentran en este momento para poder defender los casos que
se nos presenten.

Con los elementos que actualmente contamos ¿cómo pueden las comunidades
indígenas hacer frente a este acorralamiento que pone el orden jurídico
internacional, que quiere obligar a que entren en un juego que las comunidades no
quieren jugar? ¿cómo vamos a poder hacer frente a esto, con qué elementos para
que ellas mismas no se vean perjudicadas de esta situación?

Silvia Oliveiro
Mientras Jorge Larzon plantea la discusión de manejar patentes, de discutir las
formas de propiedad intelectual, Andrés Barrera habla de que esto corresponde a
la privatización de los recursos naturales en general. Por otro lado, lo que entiendo
de Aldo es que mientras no haya una discusión de los derechos fundamentales de
los indígenas se está empujando a ciertos temas en especifico. ¿Para qué vamos a
discutir esto, si incluso los pueblos indios no son reconocidos como tales?

Cuándo Jorge Larzo planteaba los ejemplos de patentes dijo que SALIFOX
(algodón colorado) podría ser una patente legítima por ser de proceso, o sea que
no es un patente que inhiba el uso de algodón sino que patenta un proceso. La
patente del pozole la sacó la Universidad de Minesota. Estas dos patentes tienen
una cosa en común, las dos patentan el conocimiento indígena, no restringen el
acceso al recurso, pero se aprovechan del conocimiento.

La patente del pozole dice: “esta patente se ha basado en la sabiduría del pueblo
maya durante milenios”. Nadie está restringido a seguir usando el pozole pero hay
un uso del conocimiento indígena que es para lucro particular, que la universidad
se lo vende a una transnacional o empresa holandesa.

En el caso de la patente del algodón es lo mismo; lo que se hace es patentar un


conocimiento libre, colectivo, que es lo que hace SALIFOX que a su vez le venden
la semilla a los campesinos para que éstos elaboren algodón. Para mí hay doble
robo y no entiendo en donde estaría la legitimidad. Otro tipo de patentes que se
ha puesto en la mesa, la del fríjol amarillo, se efectuó en USA. Quien hizo esta
patente hace dos años, inmediatamente demandó a los exportadores mexicanos
diciendo que le tenían que pagar regalías porque él era el dueño de la patente. Los
exportadores de este fríjol en Sinaloa se quedaron sin el 90% de sus entradas por
exportaciones, lo cual sigue hasta ahora aunque la patente sea ilegal.

En mi manera de ver la patente indígena resulta ser en este caso inmoral, aunque
no están restringiendo que alguien siga usándolo sino que es aprovecharse que hay
un sistema que permite ese tipo de patente. ¿Cómo hacer figuras colectivas en las
patentes, si éstas sólo aceptan inventores determinados? Si de lo que estamos
hablando es de inventos y patentes colectivas, ¿cómo se puede ver a las patentes
privadas como una alternativa si poseen un régimen de imposición?

Luis Rodríguez Piñeiro


¿Cuál sería la posición de los indígenas en el ámbito doméstico e internacional en
la implementación de los chotoja? ¿cuáles son los términos de la discusión dentro
del propio movimiento indígena internacional?

Andrés Barrera
Respondo a la pregunta de Arcelia en torno a qué opino de la ley de acceso de los
recursos, a la necesidad de proceder a construir una ley de acceso en México y
cuáles serían los elementos de los que se dispone hoy en día para hacer frente a
estos acorralamientos en el plano global a las comunidades. Sería benéfico entrar
a la regulación o la normatividad, pero creo que no apresuradamente ya que lo que
se requiere es la información previa de todo el país y no sólo de las comunidades
indígenas. Se trata de problemas muy importantes porque son recursos que le
pertenecen a toda la humanidad, incluso si reguláramos nada más en términos
nacionales el acceso a los recursos, estaríamos poniendo barreras a la circulación de
riquezas biológicas y de conocimientos que no habían existido antes, que pueden
hacer mucho daño. Hay una propiedad colectiva humana, nacional, de las
comunidades. Creo que estamos frente a uno de los casos más claros donde
podemos ver en realidad cómo las propiedades colectivas tienen muchos planos y
se conectan entre sí.

Para estar hablando de una regulación de acceso a los recursos biológicos,


tendríamos que referirnos primero a un sistema nuevo del derecho, que no existe.
¿Cómo vamos a hacer para que todo tipo de propiedad colectiva se apoye
mutuamente? Por otro lado hay un elemento que preocupa. Una cosa es sacar
patentes, ir a las comunidades, investigar y luego que eso termine haciéndose
patentable, y otra cosa es ir a investigar y de ahí sacar un problema tecnológico,
son dos cosas diferentes.

Ahora que fue el representante de la embajada de USA a la Selva Lacandona a


hablar con los de la COMPITCH preguntándoles “¿Por qué se oponen a la
investigación científica aquí en la Selva Lacandona? Nosotros podemos sacar
muchos medicamentos, este es el único lugar del mundo donde no se puede
investigar. ¿Por qué ustedes se están oponiendo a esto?” Y esto, con el conflicto
actual en Afganistán. Con esto quiero que observemos la calentura que hay en el
tema de la bioprospección en Chiapas. Los intereses de los estados Unidos son
estratégicos, salen con la bandera de que es investigación científica, cosa que no
refuto y se sabe que es investigación científica y que de este depende la cura de
muchas enfermedades. ¿Cómo vamos a cuestionar esto?

Se perfilan dos modelos en el mundo. La gestión del progreso científico, la cual ya


se viene dando, la cuestión del desarrollo científico y de la ciencia de acuerdo a la
lógica de la propiedad privada, misma lógica de las empresas transnacionales que
se apropian cada vez más de los conocimientos, de las instituciones, de las
universidades, de los centros y bancos de información, y van arrasando con todo lo
que ha sido producto de la historia de la humanidad. Estamos hablando de un
51% de las empresas más poderosas, de la economía más rica del mundo de las
empresas transnacionales, que son minoría frente a las empresas nacionales. ¡Esto
hay que recordarlo! Esta propuesta de expropiación de todo, de conocimientos, de
relación de fuerzas. Eso es el que va a ganar y acumular más, y esto no se puede
detener, quiero decir que no se puede tener como un contrato de beneficios.

Para detener esto hay que trabajar en una lógica alternativa de los procesos de
globalización, lógica que se trabajaba antes de los avionasos. En esta lógica es
importante, para quienes no estamos de acuerdo con los procesos de privatización
y expropiación de todas las riquezas, que pensemos en propuestas positivas de
cómo vamos a gestionar el desarrollo científico.

Sería bueno poner un ejemplo. Se hace una investigación de una planta, de un


insecto en una comunidad indígena, que genera beneficios, pero estos beneficios se
tienen que repartir en las comunidades, en la nación, en la humanidad. Yo,
personalmente pienso que, sin meternos en la disyuntiva de restringir la
circulación de los conocimientos, si va a haber beneficios por el uso de estas
riquezas, que se repartan colectivamente, y que el derecho se adecue a ese tipo de
realidades. Creo que estamos muy lejos de esto. Por eso me pregunto ¿cómo
vamos a restringir ahorita? ¿cómo accedemos a una ley?

Tendríamos que pensar en procesos legislativos abiertos, exactamente como los


que han desarrollado las comunidades indígenas, como los acuerdos de San
Andrés, que son procesos vivos, que no son procesos que están cerrados sino que
abren las posibilidades de seguir desarrollando iniciativas jurídicas; tendríamos
que hacerlo conforme nos vamos dando tiempo para informarnos mejor de lo que
ocurre, de organizarnos mejor para defender nuestras riquezas estratégicas
nacionales, los bienes colectivos de las comunidades.

Una forma jurídica en la que habría que pensar como modelo para ir desarrollando
estos tres niveles de derechos colectivos, podrían ser los acuerdos de San Andrés.
Exactamente no se como por que no soy abogado ni jurista, pero tenemos la
oportunidad de participar positivamente en estos foros, donde podríamos plantear
el cómo de dicha estrategia.

Contestando la segunda pregunta, creo que lo primero que tenemos que hacer en
México, es seguir impulsando la moratoria a todos los contratos de bioprospección
que ocurren en nuestro país. Quiero acordarme de ese acuerdo general en ese gran
foro de la bioprospección y la biopiratería. Todos los que asistimos, lo vimos
reflejado en la declaración del Congreso Nacional Indígena en Urio, ahora que la
caravana zapatista llegó a la ciudad de México.

En esta declaratoria había mucha preocupación por el uso de los recursos


nacionales, estratégicos, que se encuentran en las comunidades. Se hablaba del
agua, de la biodiversidad, de la importancia de no quitar el dedo del renglón en el
tema de la moratoria, por que ésta nos da tiempo a discutir y tener claro de lo qué
es la bioprospección. Yo no creo que baste la moratoria, creo que se necesita un
cambio general en la pelea contra los contratos de beneficios. La biopiratería ya es
un problema difícil de detener como tal, muchos la ejercen y nadie la defiende.

En primer lugar habría que exigirle al gobierno un informe completo y exhaustivo


de todo lo que ya se ha patentado en riquezas biológicas de México. Yo no sé
porque no lo han hecho, sobre todo si dicen que el reparto de beneficios es muy
bueno y la biopiratería fue la era de los malos. Nada más hay que irse a las oficinas
de patentes de los diferentes países europeos para ver todo lo que se ha patentado
de plantas medicinales, de recursos, de sustancias activas, de códigos genéticos,
todas ellas riquezas nuestras que ya están patentadas. Es necesario un informe
completo para saber a que nos atenemos y con quien tenemos que ver; para estar
hablando con claridad sobre tamaño del asalto y el madrazo que le están poniendo
a la nación. Necesitamos información, conocimiento previamente informado.

En tercer lugar, un cambio general que tendrá que darse sería detener esto mínimo
antes de que ocurra el ALCA, porque el objetivo central de libre comercio para el
área de las América es el Mercosur, es Brasil. Y el objetivo central del asalto de
USA a Brasil es el asalto del Amazonas, es decir el asalto de las riquezas biológicas.
No es casual que las burguesías de Brasil, Argentina y Uruguay, lo que estén
peleando son los acuerdos en materia de agricultura. Parece que los acuerdos que
México firmó con USA son inaceptables para esos países, porque desmantelarían
su producción agrícola.

¡Imagínense como se perfila el asunto para la utilización y privatización de los


recursos biológicos! Es muy importante no estar ayudándole a USA en la
concreción de leyes que permitan ese acuerdo y hacer fuerza con toda la gente que
está resistiendo contra el ALCA, en contra de la biopiratería en América Latina
que la hay mucha.

Aquí nos pintan que son poquitos extranjeros que vienen nada más a no sé que,
como escribió “Proceso sur” en su artículo COMPITCH de la ICDG MAYA, que
son unas ONG que vienen a no se qué... No, eso no es así, hay muchas redes
internacionales. México está muy rezagado en materia de resistencia a los procesos
de bioprospección y biopiratería, y esto es porque no tenemos información. Hay
muchas páginas y redes a las que podemos acceder para informarnos.

La patente de SALIFOX no tiene que ver en nada con el color. Si la revisas bien, es
un algodón naturalmente inflamable, es una patente que registra una aplicación
industrial nueva para un producto nuevo. Los algodones indígenas de México,
Sudamérica y Centroamérica no tienen esta propiedad de manera natural; esta
propiedad se logra después del proceso de selección de fibra; de ahí la legitimidad
de la patente.
Eso me lleva a un punto muy importante que es la precisión biológica en estas
discusiones. RAFI fue durante mucho tiempo fuente de información para muchos,
pero por ejemplo en el caso de ayahuasca, RAFI encuentra la patente, pero no es
RAFI quien lleva el proceso de objeción; este proceso lo lleva un conjunto de
abogados y asesores en la coalición amazónica. La precisión jurídica juega un papel
central, porque si bien la objeción moral de los pueblos amazónicos era el
argumento central, el asunto moral no juega en la política americana de patentes y
por esto se mete dicha objeción en el terreno jurídico.

Por esto la patente de SALIFOX se me hace una propuesta interesante porque


aclara que patente puede o no ser legítima. Nunca dije que la del pozole fuera
legítima, es más se me hace bastante dudosa, bastante boba la propuesta de meter
la bacteria en los empaques para evitar el uso de químicos conservadores sin
usarlo con la bacteria. Lo que realmente están patentando son dos usos de una
sepa y me parece bastante dudosa su inventiva, se violó probablemente la
legislación mexicana y me parece más bien uno de los casos en que hay que
proceder.

En cuanto a que las patentes sean colectivas, no creo haberlo dicho, lo puse dentro
del contexto general del contrato de la propiedad intelectual que puede ser
individual o colectivo. Precisamente uno de los grandes problemas de toda forma
de propiedad intelectual, es que está pensada para todos los individuos, y
precisamente lo que plantea es la negación de los colectivos como creadores. Por
eso puse el ejemplo del derecho de autor, es un ejemplo clarísimo de cómo al
derecho de propiedad intelectual le cuesta mucho trabajo reconocer colectividades.
Me parece que la idea de estar dándonos entre nosotros no se vale, yo quisiera que
nos fletáramos una discusión con el IMPI en México. Ni siquiera nos voltean a ver,
y si entre nosotros nos estamos dando con tubo, simplemente no vamos a probar
en otras políticas lo que peleamos.

En estos encuentros de discusión se hace por un lado difusión para que una parte
de la gente se incorpore. En los foros anteriores el IMPI asistía y me acusaba de
indigenista, ahora me acusan de defensor de la propiedad intelectual, ya en los
siguientes foros el IMPI no va, no participa en la discusión.

Ricardo Garibay

Me gustaría tratar de contribuir con algunos comentarios. Me parece sumamente


interesante el análisis que hizo Aldo de la reforma de 1992 al 27 constitucional. Yo
nunca lo había leído así, la verdad, y me gustaría añadir un punto. En esa misma
fecha se reforma el 28, donde se dice que las patentes precisamente no constituyen
monopolios. Hay una coincidencia temática sobre lo que Aldo está diciendo.
Yo tengo la impresión desde hace ya varios años de que el 87-Bis, que habla de este
consentimiento previo informado para los dueños de los predios, es
anticonstitucional. Y me encantaría, dado que convocó RAADPI y hay abogados,
que realmente se hiciera una reflexión jurídica seria sobre esto. Porque lo que está
diciendo Andrés de los contratos de bioprospección son caminos simplemente
para profundizar el asunto. Evidentemente hay un componente de cierto en todo
su análisis geopolítico y si el 87-Bis es un mecanismo a nivel legal que es
anticonstitucional, yo pienso que amerita una revisión cuidadosa.

Por otro lado, y eso yo ya lo he dicho en varios foros y lo dijeron varios


compañeros en la mañana, el tema que estamos tratando de hablar se debe ver en
un contexto más amplio. En mi opinión personal, tiene que ver con la reforma
integral al 27 Constitucional. Tratar de remediar esto en “pedacería”, con una
norma aquí, un pedacito de ley allá, creo que francamente no va a llegar a un
terreno sano en lo jurídico, ni en términos de legitimidades locales. El 27 está
caduco en términos biológicos. Si ustedes lo leen, simplemente no hay de donde
agarrar para legislar sobre estos temas. Entonces yo creo que hacia allá habría que
ir.

Insistieron Adelfo y Aldo en el tema de la propiedad. Yo creo que el tema a


explorar con mucha seriedad, es la necesidad o no, y las formas que debería tomar
un registro público del conocimiento tradicional en México. Un registro público
sería un mecanismo, no de propiedad sino para poner información de manera
ordenada, en un sistema que podría, en su caso, tener componentes de
confidencialidad para los propios pueblos y otros componentes de dominio
público; un sistema que dijera éste es el conocimiento tradicional. Y una patente
que lo utilice de manera ilegítima pues estaría cayendo en una violación. Entonces,
yo creo que ésta es una figura a explorar. Pienso que el de Ecuador es el régimen
más avanzado y habría que explorarlo.

Muchos compartimos en sus principios generales el diagnóstico geopolítico y a


largo plazo que hace Andrés. Yo la verdad, es que cuando me titulé de biólogo esto
ya estaba en proceso ¿no?. Y es una realidad que simplemente me puse a entender
y tratar de ver qué pasa con ella. Entonces, el diagnóstico pasa obviamente por el
papel estratégico del Istmo y el Sureste de México, que existe desde hace años. No
estoy de acuerdo con que el diagnóstico sea lo que oriente exclusivamente nuestras
acciones, es decir, como el diagnóstico es global pues actuemos globalmente. Y esa
es la parte que yo en lo personal, y esa es una opinión claramente política que no
comparto. Y es que las acciones globales finalmente también tienen su propia
lentitud y tienen sus propios límites. Yo creo que la acción cotidiana en el ámbito
de las regiones y de la nación finalmente es más asequible hay que trabajar mucho
en eso.
Andrés baja a dos propuestas: los Acuerdos de San Andrés y la moratoria. Los
Acuerdos de San Andrés políticamente muchos los compartimos; pero si ustedes
los analizan con cuidado son francamente débiles en materia de desarrollo
sustentable y no tocan nada a fondo de otros temas, porque fueron producto de
una negociación política. Y si los acuerdos de San Andrés van a ser el ámbito para
iniciar esta discusión a mí me parecen francamente pobres.

El punto de la moratoria es ya una discusión añeja en la lista “corsario”. Yo no


estoy de acuerdo con la moratoria, no porque haya que parar, de hecho ya muchas
de estas experiencias están suspendidas, ICDG-Maya, Unión Diversa están a
revisión. Comparto la necesidad de que haya información del ICDGE de zonas
áridas, que curiosamente RAFI nunca ha objetado y no entiendo muy bien por qué.

A mí lo que me preocupa muy fuertemente es el mensaje que hasta ahora está


mandando México al mundo, el de “vaya y robe, porque si pide permiso le va a ir
como en feria”. Es un mensaje muy grave porque se lo estamos dando a un
conjunto de organizaciones, y es imposible humana y físicamente detener la
bioprospección o la biopiratería. O sea, que el “compa” que patentó los frijolitos los
compró en un mercado público. ¿Qué vamos a hacer? ¿Poner un “compa” de la
PROFEPA en cada puesto?. No tiene solución policíaca el asunto del acceso de los
recursos genéticos. Su solución tiene que ir por la vía de incentivar una forma legal
de hacerlo. Y para mí un componente básico de que esto pudiera tener legitimidad
es que se modifiquen los sistemas de patentes en los países importadores para que
realmente se patenten inventos; que no se estén patentando los descubrimientos
como ha ocurrido en los últimos veinte años, patentar descubrimientos.

Se tienen que seguir patentando inventos exclusivamente. Y eso implica inventar,


innovar, manipular y jugar con el material y no estar patentándolo directamente. Y
espero que mañana en la discusión podamos realmente seguir avanzando, porque
si no, podemos terminar este foro otra vez con la sensación de que no nos
comunicamos, de que no llegamos a consenso y veamos qué pasa.

Aldo González

Yo tengo dos preguntas anotadas aquí. ¿Cómo pueden las comunidades indígenas
defenderse de la situación en que actualmente se encuentran con los elementos con
los que contamos? Yo hacía un análisis bastante general de una serie de reformas a
la Constitución y a las leyes mexicanas, así como de algunas legislaciones
internacionales. Nosotros no vemos que estén precisamente reconociendo derechos
a los pueblos indígenas.
Nosotros lo que vemos es como toda esta legislación se va adecuando al
contexto de la globalización. Y cuando se hace una ley de fomento a la
protección industrial se hace para adecuarse a las condiciones del Tratado
de Libre Comercio. Y cuando se hace una ley, la LGEEPA, se hace para
adecuarse al Convenio de Diversidad Biológica. Y el Convenio de
Diversidad Biológica tiene un peso ínfimo si lo comparamos con lo que está
discutiendo la Organización Mundial de Comercio.

Cuando se hace la legislación agraria, la reforma del 27 en México, se hace para


adecuar la situación de la tierra a los intereses de las transnacionales que quieren
acceder a los recursos naturales que están en las tierras indígenas y no indígenas
de nuestro país. Cuando se hace la reforma a la Constitución en materia indígena
se sigue el mismo esquema. Entonces, nosotros no vemos que el estado mexicano
en particular esté previendo elementos que puedan generar condiciones para la
defensa de las comunidades indígenas.

Ya se hacía mención, en intervenciones anteriores, a que hoy el campo mexicano


está deteriorado y que uno de los fenómenos más recurrentes en las comunidades
indígenas es la migración. Estamos viendo una política de saqueo de la mano de
obra barata para estados Unidos, para las maquiladoras establecidas en la frontera
y para las maquiladoras que ya se piensan establecer en los corredores
transoceánicos de nuestro país. Entonces, digamos que todo esto es parte de una
política que ya no se está diseñando en México.

Creo que desde los últimos años, en los últimos tres sexenios o cuatro sexenios por
lo menos, la palabra soberanía solamente ha quedado en el discurso y en la
práctica se está cediendo a los intereses transnacionales de hacer lo que quieran en
México. Y eso a los pueblos indígenas nos parece grave, nos deja en una posición
de casi indefención aunque quieren decir lo contrario.

Hay un pequeño resquicio en el 27 Constitucional y en la Ley Agraria en donde


dice que los pueblos indígenas podrán reglamentar el acceso a la tierra y algunas
organizaciones indígenas la hemos aprovechado. Buscamos realizar estatutos en
donde la comunidad pudiera decidir qué se hace con esos recursos naturales, cómo
se puede acceder, quiénes pueden acceder y quiénes no pueden acceder a los
recursos naturales ubicados en las comunidades.

No se trata simple y sencillamente de dar el consentimiento para que se hagan las


cosas, sino también de tener la posibilidad de que si la comunidad no quiere no se
hagan. Y esto es un pequeño resquicio que quizá pudiera ser legal si entra a un
tribunal, pero que pudiera ser desechado porque es una legislación secundaria.
Pero lo que sí nos parece interesante es que cuando empezamos a platicar en las
comunidades indígenas de estos temas la gente sí se preocupa. Entonces, cuando
llegan las transnacionales, cuando llegan las compañías mineras, cuando llegan, en
fin, todos los que están interesados en los recursos, ya no están encontrado las
puertas tan abiertas como pensaban, como la legislación se las está dejando.

Lo que necesitamos entonces es que se abra una discusión. Puede ser que sea
necesario hacer una serie de reformas a la legislación existente en nuestro país en
éstas y muchas otras materias. Pero lo más importante es que podamos tener la
capacidad de reflexionar sobre lo que se puede legislar. Yo no estaría de acuerdo
en que digamos a los Senadores: “Legislen. Nos urge tener marco regulatorio.”
¡No!. Lo que nos urge en este momento es que haya una discusión a nivel nacional
de este asunto y que los interesados, los pueblos indígenas entre otros, que
estamos preocupados con lo que puede suceder con nuestros recursos, podamos
dar esa discusión. Podamos informarnos de cómo está esta situación.

No solamente necesitamos saber, como decía Andrés, qué pasa con los recursos
genéticos, sino qué pasa con el proceso de globalización. Porque en ese marco es
que se están realizando las modificaciones a todas las leyes en nuestro país. Es
necesario que el pueblo pueda decidir, entonces, si quiere una ley que se adecue a
ese proceso de globalización o prefiere otro rumbo. Las condiciones políticas quizá
no nos permitan en este momento hacer una labor de esta naturaleza, pero
nosotros lo estamos planteando. Nosotros, en particular los pueblos indígenas,
necesitamos dar esta discusión. No queremos que se siga legislando en una serie
de cuestiones particulares, que tienen relación con los indígenas, como puede ser el
asunto de la biodiversidad o de la lengua, que ahora la quieren legislar después de
no haber reconocido con suficiencia los reclamos indígenas de autonomía y de
acceso a los recursos naturales. O sea, nos quieren “ver la cara” nuevamente. Y no
podemos permitir que se vuelva a utilizar el nombre de los pueblos indígenas para
decir que se está legislando a su favor, cuando los máximos derechos a los que se
aspira se están yendo al bote de la basura.

Yo quisiera tocar un asunto que me quedó pendiente de denunciar en mi


intervención. Nosotros denunciamos hace algunas semanas que en la Sierra Juárez
hay maíz transgénico. Nosotros sentimos que éste también es un atentado contra
los derechos de nuestros pueblos indígenas, porque se sembraron estas semillas sin
que nadie se enterara, y hoy se están contaminado las semillas nativas, que son
producto de miles de años de trabajo en la Sierra Juárez. Se está afectando lo que
podríamos denominar, aunque a mí no me gusta el término, la propiedad
intelectual de los pueblos indígenas. Pero hay una cuestión que todavía me parece
más grave y que tiene que ver con esto de cómo defenderse en las comunidades
indígenas. Hace no más de una semana, estaban los niños jugando en una
comunidad de la Sierra Juárez, cuando pasa un helicóptero y vacía dos sacos. Y los
niños dicen: “¿qué están tirando ahí?”. Corren a la parte de las orillas del pueblo,
donde había caído lo que habían tirado desde el helicóptero y se dan cuenta de que
es maíz. ¿De qué se trata?, digo, ¿así se van a defender los derechos de los pueblos
indígenas?, ¿quién es el que está haciendo estas acciones de agresión a los pueblos
indígenas?. Es un bombardeo, prácticamente es un bombardeo. Lo están haciendo
desde helicópteros, no lo están haciendo en avión.

Pero están metiendo material genético que no corresponde a la cultura de los


pueblos indígenas, y lo están haciendo sin el consentimiento de nadie. Esta
situación nos parece muy grave. Yo haría un llamado a los centros de
investigación, a las organizaciones no gubernamentales que están aquí presentes,
para que nos pudieran apoyar a descifrar qué es lo que está sucediendo hoy en la
Sierra Juárez, qué maíz nos aventaron por helicóptero. Vamos a tratar de
monitorear en otras comunidades si han hecho acciones de esta naturaleza. Sí,
tenemos las muestras; pero también queremos que se establezca un compromiso
para que podamos hacer un análisis serio de esta situación. No queremos acusar a
nadie ahorita de que tiraron maíz transgénico, porque no sabemos.

Ya existe el maíz transgénico en las comunidades. Está sembrado. Pero hoy nos
están aventando maíz que no sabemos qué es. Necesitamos conocerlo, y yo pediría
ese apoyo y que lo hiciéramos de manera responsable. En fin, esta situación es
bastante delicada, y yo siento que esto también atenta contra los derechos de
nuestros pueblos y de manera flagrante porque es una agresión.

En relación a la pregunta de cuál es la posición del movimiento indígena


mexicano en relación con estos asuntos que hemos estado tratando hoy,
sería bueno revisar la Declaración del Tercer Congreso Nacional Indígena.
Si bien no hablamos en lo específico del asunto de la propiedad intelectual,
sí hablamos de la diversidad, sí hablamos de la moratoria, porque –
creemos– es muy importante que antes de poder tomar una decisión,
nuestras comunidades estén informadas primero de lo que está sucediendo
en México, de lo que está sucediendo en el mundo y de lo que puede suceder
en cada una de nuestras comunidades. Gracias.

Adelfo Regino

Una de las cuestiones que a mí me gustaría también responder es esta pregunta de


qué vamos a hacer las comunidades para enfrentar el “acorralamiento” del orden
jurídico. Yo creo que las comunidades, y esto a ustedes les consta, ya son expertas
en defenderse de los acosos externos y aún de las divisiones internas. Y en este
sentido yo veo dos caminos, que ya se han señalado también acá.

Uno es el de la organización interna, esto es muy importante. En 1979, cuando


estaban en peligro nuestros bosques, cuando estaban en peligro muchas de
nuestras montañas, allá en la región Mixe (Oaxaca) se formó el Comité de Defensa
de los Recursos Naturales, Humanos y Culturales del Pueblo Mixe. Y esto sucedió
también en la Sierra Norte de Oaxaca. Entonces, yo creo que éste es un camino que
ya tenemos andado y tenemos que reactivarlo. Si los mixes, los zapotecos, los
chinantecos y los pueblos indígenas del país sentimos de nueva cuenta este acoso
fuerte, pues tenemos que organizarnos. Creo que la primera respuesta es ésta ¿no?.
Y la organización tiene que ver con un trabajo de conscientización muy fuerte y el
trabajo de conscientización pues no es nada fácil. Es un trabajo que requiere de
mucha constancia, que requiere de mucha entrega y habemos pocos trabajadores
en este sentido, en esta dirección.

De modo tal que, así como dice Aldo, yo los convoco a todos ustedes para que con
su solidaridad, con su entrega nos acompañen en este proceso, no solamente en
estos espacios, sino también allá en los campos de batalla cotidianos, en las
montañas, en las comunidades, en nuestros espacios cotidianos. Entonces yo haría
ese llamado, primero.

Segundo, también remarco lo que ha dicho Aldo. Es muy importante que nosotros
aprovechemos todos los instrumentos legales que estén a nuestro alcance para
poder defenderlos y uno de estos instrumentos pues son los estatutos comunales.
Pero yo creo que los pueblos indígenas no solamente podemos y debemos
quedarnos con los estatutos comunales. Creo que tenemos que ir haciendo
esfuerzos por ir armando, por ir elaborando estatutos de carácter regional, porque
debemos tomar en consideración que no sólo una comunidad va a salir afectada en
este tipo de situaciones sino estamos hablando de afectaciones a un pueblo
indígena entero. Y en ese sentido creo que tenemos que empezar a construir en el
terreno de los hechos acuerdos regionales que nos permitan defendernos en forma
común. Creo que ese es otro punto que poco a poco tenemos que ir
experimentando.

Y en el terreno nacional e internacional, yo sí creo conveniente la discusión; creo


que es importante que discutamos entre nosotros los indígenas; creo que nos hace
falta discutir, reflexionar más este tipo de temas. Los hemos abordado de una
manera superficial, los hemos abordado en determinadas circunstancias; pero sí
nos hace falta una reflexión más profunda, más contundente. Como lo hemos
hecho en el tema de la autonomía, como lo hemos hecho en el tema del territorio o
como lo hemos hecho en el tema de los sistemas normativos, ¿no?. En donde
hemos hecho un gran número de talleres, de foros, de simposios relacionados con
cada uno de estos temas. Creo que necesitamos empezar a hacer ese proceso de
difusión nacional e internacional sobre este tema en concreto. Creo que es un
compromiso que podemos adoptar nosotros y tratar de impulsarlo en todos los
espacios y en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana. Creo que ese es un
punto.
Otro punto es evidentemente el camino del reconocimiento jurídico. Así
como demandamos que se nos reconozca como pueblo; que se nos reconozca
nuestra autonomía, nuestros territorios, pues creo que una de las demandas
importantes y fuertes del movimiento indígena mexicano y del movimiento
indígena internacional tiene que ser el tema de nuestros conocimientos
tradicionales, de nuestros conocimientos ancestrales, de nuestros recursos
naturales e ideológicos. Creo que tenemos que empezar a exigir que se nos
reconozcan y que sea para el bien de todos. Creo que estos caminos son los
que seguramente tenemos que estar empujando, para poder detener esta ola
globalizadora que a todos nos preocupa. Gracias.

Ricardo Garibay

Muy brevemente quiero retomar lo que decían y dicen todos. Son tan diversas las
posiciones y tan complejo el asunto, y se legisla a base de cuotas de poder, y no
para resolver problemas, lo que además va a llevar mucho tiempo. Por lo pronto
en la SEMARNAT llegan demandas cotidianas de apoyo para la defensa de
recursos naturales de una u otra organización, que está surgiendo de aquí y allá,
por todos lados.

En Ayozintepec, en la Chinantla, nos decían el otro día, acabamos de decretar esa


área de 60,000 hectáreas de una selva alta virgen como intocable. No sabemos para
qué sirve ni cuándo nos vaya a servir, pero sabemos que eso tiene importancia y a
eso nadie lo toca y ahora las milpas se hacen en otro lado. Mientras esto sucede,
mientras los académicos se ponen de acuerdo, mientras la necesidad baja de
algunos líderes de organizaciones indígenas a las necesidades cotidianas de las
comunidades de defender sus recursos naturales, va a pasar mucho tiempo.
Entonces la necesidad que hay es de información, de difusión, de aclarar qué
quiere decir cada uno de los términos que se han empleado aquí, para que la gente
decida que hacer finalmente con sus propios recursos.

Moderadora

Bueno. Agradezco la participación de los ponentes de esta mesa. Creo que fue muy
interesante, pues, lo aquí comentado. Salieron del trabajo de hoy propuestas
importantes que sería bueno retomar en el trabajo del día de mañana. Me parece
interesante la propuesta de la declaración. Buscar la manera de iniciar acciones o
reflexiones a nivel nacional sobre el tema y pues quedan invitados todos para el día
de mañana. Empezamos todos a las diez de la mañana.
VI. Mesa 4. El reparto justo de los beneficios

1. Preservación de la diversidad biológica, acceso a los recursos genéticos y


compartimiento de los beneficios

Arcelia González Merino

En las dos últimas décadas del siglo XX, cambios en la esfera política y el
advenimiento de nuevas tecnologías como la microelectrónica, la
biotecnología y la ciencia de materiales, han contribuido a la expansión
creciente del mercado mundial. Estas tecnologías de punta constituyen un
factor cada vez más relevante, tanto en el desarrollo nacional como en el
comercio internacional.

En el marco de esta expansión del mercado mundial, el desarrollo de tecnologías


de punta ha determinado, en gran parte, los avances y modificaciones en el sistema
de propiedad intelectual, particularmente en el caso de la biotecnología. Los
niveles de rentabilidad que ha dejado y que promete aún más dejar, sobretodo a
los países desarrollados y grandes empresas biotecnológicas, los ha llevado a
impulsar un sistema que proteja su tecnología de la posible “piratería” de los que
no poseen la tecnología utilizada para estas innovaciones.

El sistema de propiedad intelectual moderno en materia de recursos genéticos


vegetales está determinado, en gran parte, por las iniciativas presentadas por los
estados Unidos en el seno del GATT en la Ronda de Uruguay (1986), en las que se
ha establecido el marco de las relaciones internacionales para los próximos
decenios. La propiedad intelectual está firmemente considerada dentro de los
acuerdos sobre libre comercio. Los países en desarrollo, que incluyen a los países
latinoamericanos, deben asumir los nuevos estatutos en esta materia.

La evolución de la propiedad intelectual ha generado, así, las condiciones en las


que actualmente es posible establecer derechos de propiedad intelectual sobre la
materia viva. Es esta parte de la propiedad intelectual la que interesa abordar aquí,
en especial la referida a los recursos genéticos vegetales.

Mi trabajo se aboca, así, a uno de los temas más importantes y complejos que los
países del Norte y del Sur han tenido que afrontar en estas últimas décadas: el de
la preservación de la diversidad biológica y la apropiación de los recursos
genéticos.
¿Qué tiene que ver la diversidad biológica con la problemática de la propiedad
intelectual sobre la materia viva? El interés en la conservación de la diversidad
biológica desde una perspectiva económica y comercial se ha incrementado en las
dos últimas décadas del siglo XX, en la medida en que los países más desarrollados
y empresas biotecnológicas se han percatado del potencial de estos recursos para el
desarrollo de la agroindustria, la industria farmacéutica y la biotecnología, entre
otras.

La diversidad biológica, su conservación y el acceso a los recursos genéticos, se


vinculan al tema de la propiedad intelectual sobre la materia viva, en gran parte
porque existe el interés de los países más desarrollados y de las empresas líderes en
biotecnología, de acceder a los recursos genéticos que contienen la información y
valor económico potencial deseado por aquellos. La explotación de estos recursos
los ha llevado al desarrollo de “invenciones”, de las que los mismos países
desarrollados y empresas biotecnológicas, solicitan su adecuada protección
intelectual.

Para el objetivo de este trabajo no sólo es importante destacar que de los 12 países
megadiversos, 10 son países en desarrollo, sino que de estos 10, seis son países
latinoamericanos. Se trata de Brasil, Colombia, México, Perú, Ecuador y Venezuela.

El aumento previsible del uso de los recursos genéticos en diferentes industrias


como la farmacéutica, junto con el desarrollo inusitado de la biotecnología, ha
despertado un enorme interés por parte de los países desarrollados y empresas
transnacionales poseedores de la tecnología para la explotación de estos recursos
presentes, en su mayoría, en los países del Sur. Todo este interés ha ido avanzando,
así, hasta la posibilidad actual de patentar microorganismos, plantas, animales y
partes de células humanas.

A pesar del reconocimiento internacional de la enorme contribución que han hecho


las comunidades rurales e indígenas de la región latinoamericana a la conservación
y mejoramiento de los recursos genéticos, no han sido compensadas por conservar,
mejorar y otorgar información sobre el uso de estos recursos. La ausencia de un
régimen que proteja los derechos colectivos de las comunidades rurales y pueblos
indígenas de la región latinoamericana sobre sus recursos genéticos ha llevado a la
toma de muestras de recursos genéticos sin que exista compensación alguna.

Se trata no sólo de un problema de derechos de propiedad intelectual, sino de


derechos de la propiedad física sobre los recursos genéticos. Es decir, también se
observa en la región la ausencia de un régimen eficaz que regule el acceso a los
recursos genéticos.1 El objetivo general de este trabajo es identificar los elementos
necesarios para el desarrollo de una política de conservación, acceso a los recursos
genéticos y compartimiento de los beneficios a las comunidades locales, que
incluye, por supuesto, a los pueblos indígenas.

Para el logro de este objetivo, se revisaron los acuerdos internacionales más


importantes en materia de la propiedad intelectual, diversidad biológica y acceso a
los recursos genéticos. La existencia de leyes que regulen el acceso a los recursos
genéticos es de gran importancia para la región latinoamericana, por la enorme
diversidad genética y cultural con la que cuenta. Esta regulación podría permitir la
retribución justa y equitativa para los países proveedores de los recursos genéticos,
concretizándose desde un Fondo para la conservación de estos recursos,
transferencia de tecnología, retribución monetaria, entre otros.

El contar con un marco regulación nacional e internacional en materia de acceso a


los recursos genéticos tan sólo es un elemento dentro de toda una política de
conservación, acceso a los recursos genéticos y compartimiento de beneficios.
Incluye, asimismo, el diseño de una política nacional con la participación de todos
los sectores involucrados, una política que impulse aquellos mecanismos que no se
han podido implementar y que constituyen no sólo una necesidad de justicia y
equidad, sino una cuestión de la conservación de la misma diversidad biológica y
cultural.

Acceso a los Recursos Genéticos

Como resultado de un interés comercial, pero también de la preocupación por la


pérdida de diversidad biológica histórica a nivel mundial, se han conformado
convenios y compromisos Internacionales. En primer lugar, la Convención de
Diversidad Biológica, firmada por más de 150 países en Río de Janeiro, en 1992.
Probablemente, la Cubre de la Tierra de Río –como se conoce a la Reunión para
firmar este Convenio– será recordada como la conferencia más importante, por lo
que se trató en términos de diversidad biológica, acceso a los recursos genéticos y
compartimiento de los beneficios.

El Convenio de Diversidad biológica (CDB) incluye, no sólo el tema de la


conservación y uso sustentable de los recursos genéticos, sino el acceso a éstos, el
compartimiento de los beneficios resultado de su uso, la transferencia de
tecnología y la propiedad intelectual. Cabe señalar, además, que este Convenio es
vinculante, lo cual significa que tiene el carácter de obligatoriedad para los países
que lo firman.

1Esto significa que no exista ninguna ley de acceso a los recursos genéticos en América Latina.
Existe, por ejemplo, el Régimen de Común de Acceso a los Recursos Genéticos de los Países
Andinos (decisión 391) y la Ley de Biodiversidad de Costa Rica.
El convenio de diversidad Biológica, sin embargo, no es el único documento a
nivel internacional preocupado por los recursos genéticos, la soberanía sobre ellos
y los derechos de los diferentes sectores locales. Existe el Compromiso
Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos,2 establecido en noviembre de 1983,
por la Conferencia de la FAO en la resolución 9/83.3 Éste es el primer compromiso
internacional que reconoce los derechos soberanos de los países sobre sus recursos
fitogenéticos en su resolución 3/91,4 además de que es el único acuerdo
internacional específico sobre los recursos fitogenéticos, del cual son parte los
países de la región latinoamericana ricos en diversidad biológica.

Dentro de este compromiso se han tratado muchos de los temas trascendentes para
los países en desarrollo como son los derechos soberanos sobre los recursos
fitogenéticos, los derechos de los agricultores, la transferencia de tecnología, el
reconocimiento de las comunidades rurales como mejoradoras por años de estos
recursos, y la creación de un fondo de financiamiento para apoyar a los países en
desarrollo. Sin embargo, hasta el año 2000 este compromiso no era vinculante, lo
cual limita la aplicación de sus avances, si bien los países que lo suscriben han
propuesto, en reuniones recientes, la posibilidad de convertirlo en un acuerdo
obligatorio.

Con lo planteado hasta aquí, cabría preguntarnos ¿qué se está entendiendo por
acceso a los recursos genéticos y por qué está relacionado con el tema del
compartimiento de beneficios?. Ha sido libre el acceso a los recursos genéticos por
parte de grandes empresas interesadas, semilleras o las que hacen productos
medicinales, incluso para centros de investigación. Este acceso, sin embargo, ha
sido sin compensación a los países o a las comunidades agrícolas que han
conservado y desarrollado estos recursos durante muchos años. Los recursos
genéticos tienen un claro valor de uso, por ejemplo en la industria farmacéutica.
Un 25% o 30% del mercado de productos farmacéuticos corresponde a medicinas
basadas en plantas. Estos recursos genéticos se han utilizado para generar valor
sin que los países agricultores, que han conservado y desarrollado estos recursos,
reciban remuneración alguna.

La diversidad biológica en su forma silvestre, tradicionalmente fue calificada como


cosa de nadie (res nullius). Así, durante siglos se consideró que el acceso a los
recursos genéticos de las distintas zonas del planeta debía ser y mantenerse libre.
En 1991, por primera vez en uno de los anexos del Compromiso Internacional

2 Recordemos que el concepto “fitogenéticos” se refiere a plantas.


3 FAO, Compromiso Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos (1983), 28 de septiembre de
1990.
4 Extracto del 26º período de sesiones de la Conferencia de la FAO, Roma, 9-27 de noviembre de

1991.
sobre los Recursos Fitogenéticos, se reconoceb de manera expresa los derechos
soberanos sobre los recursos genéticos. Sin embargo, es hasta 1992 que el Convenio
de Diversidad Biológica, como acuerdo vinculante, convierte el tema del acceso a
los recursos genéticos en un acontecimiento trascendente, ya que por primera vez
se establece la necesidad de una regulación para disponer de los recursos genéticos
de cada país miembro. El artículo 15 de este Convenio se refiere así al tema del
acceso:

“En reconocimiento de los derechos soberanos de los estados sobre los


recursos naturales, la facultad de regular el acceso a los recursos genéticos
incumbe a los gobiernos nacionales y está cometida a legislación nacional.5
[........] Cada Parte Contratante procurará crear condiciones para facilitar a
otras partes contratantes el acceso a los recursos genéticos para utilizaciones
ambientalmente adecuadas, y no imponer restricciones contrarias a los
objetivos del presente Convenio”.6

Este artículo posee, así, una doble finalidad: reafirma el derecho de soberanía que
tienen los países sobre sus recursos genéticos y al mismo tiempo compromete a
aquellos a crear condiciones para que faciliten el acceso a los recursos genéticos y
no impongan restricciones que vayan en contra de los objetivos de esta
Convención.

La trascendencia del artículo 15 de la Convención, sin embargo, no sólo deriva de


plantear los derechos soberanos y facilitar el acceso a los recursos genéticos, sino
que por primera vez se incluye el tema del consentimiento informado previo,
cuando se dice que “el acceso a los recursos genéticos estará sometido al
consentimiento informado previo de la Parte Contratante que proporciona los
recursos, a menos que esa Parte decida otra cosa”.7 Este concepto significa que
ninguna agrupación científica o comercial puede ir a recolectar muestras a otro
país, de ningún recurso genético, sin el consentimiento informado previo del país
en donde esos recursos se encuentran.

Aparece finalmente el apartado 15.7, que toca el tema del compartimiento de los
beneficios de la utilización comercial y de otra índole de los recursos genéticos, que
señala que “cada Parte Contratante tomará medidas legislativas, administrativas o
de política, según proceda..., para compartir en forma justa y equitativa los
resultados de las actividades de investigación y desarrollo y los beneficios
derivados de la utilización comercial y de otra índole de los recursos genéticos con

5 Convenio sobre la Diversidad Biológica, junio de 1992.


6 Ibíd.
7 Ibíd..
la Parte Contratante que aporta esos recursos. Esa participación se llevará a cabo
en condiciones mutuamente acordadas”.8

Este apartado es uno de los más importantes de toda la CDB, ya que señala que
aquél que se lleve los recursos genéticos compartirá los beneficios de su
explotación comercial con el país de origen. Marca un cambio trascendente, pues
se pasa de un esquema de libre acceso, de libre circulación de los recursos
genéticos –antes de la Convención de Diversidad Biológica– a un esquema de
compensación al país de origen por los beneficios de la utilización de esos recursos.

Hasta aquí queda clara, la relación directa del acceso a los recursos genéticos con el
compartimiento de los beneficios. Sin embargo, la compensación de beneficios
sólo queda planteada para el país proveedor de los recursos, en su conjunto, no
específicamente para las comunidades locales e indígenas. Es el artículo 8 (j) del
Convenio de diversidad Biológica, que abordaremos más adelante, el que
contempla este aspecto.

El Compromiso Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos, es otro de los


Compromisos que considera el tema del acceso a los recursos, fitogenéticos en este
caso, y la compensación de beneficios. Su objetivo principal es “asegurar la
prospección, conservación, evaluación y disponibilidad, para el mejoramiento de
las plantas para fines científicos, de los recursos fitogenéticos de interés económico
y/o social, particularmente para la agricultura”-9

Inicialmente el compromiso se basaba en el principio, aceptado a nivel mundial, de


que los recursos fitogenéticos constituyen un patrimonio de la humanidad, no
estando restringida su disponibilidad. Posteriormente, se aclaraba que el término
de “libre acceso” no significada gratuito. Se reafirmaba, así, que el concepto de
“patrimonio de la humanidad” estaba sujeto a los derechos soberanos de los
estados miembros sobre sus recursos fitogenéticos. Con lo que se limitaba el
principio de “acceso sin restricciones” de varias maneras:

a) reafirmando los derechos soberanos de los países sobre los recursos


genéticos;
b) aclarando que el término “libre acceso” no significa que sea gratuito;
c) limitando los beneficios del Compromiso, a los países que se adhieran a
él.10

8 Ibíd...
9 FAO, Compromiso Internacional de Recursos Fitogenéticos, op cit.
10 Resolución 4/89, Informe del 25º período de sesiones de la Conferencia de la FAO, Roma, 11-29

de noviembre de 1989.
Uno de los temas más importantes de este Compromiso es el de los derechos del
agricultor, entendidos como aquellos que “provienen de la contribución pasada,
presente y futura de los agricultores a la conservación, mejoramiento y
disponibilidad de los recursos fitogenéticos, particularmente de los centros de
origen/diversidad”.11

Gran parte de la diversidad de plantas que existe a nivel mundial es conservada,


seleccionada, mejorada y adaptada a las condiciones de cambio, por los
agricultores y comunidades indígenas. Reconocer sus derechos y contribución a
la conservación y mejoramiento a largo plazo de la diversidad vegetal es uno de
los mayores propósitos de los países megadiversos de la región latinoamericana.

El tema de los derechos del agricultor ha sido tratado hasta reuniones recientes
dentro de la FAO. Es hasta octubre del año 2001 que se ha avanzado en el
reconocimiento de la aplicación de los derechos del agricultor, gracias a la
presión de organizaciones no gubernamentales y a la posición de algunos países
en desarrollo ricos en diversidad biológica.

El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no trata


directamente el tema del acceso a los recursos genéticos. Sin embargo, es el
único acuerdo internacional vinculante que trata el tema de los derechos sobre
los recursos naturales existentes en territorio de pueblos indígenas
directamente.12 Es decir no sólo trata el aspecto de la propiedad de los recursos
naturales, sino el derecho de propiedad sobre el territorio de estos pueblos
indígenas, lo que incluye la totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos
interesados ocupan o utilizan de alguna manera”.13

De acuerdo al artículo 14 del Convenio 169, “deberá reconocerse a los pueblos


interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que
tradicionalmente ocupan. Además, en los casos apropiados, deberán tomarse
medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos interesados a utilizar tierras
que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido
tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencia. A
este respecto, deberá prestarse particular atención a la situación de los pueblos
nómadas y de los agricultores itinerantes”.

El convenio 169 de la OIT es de suma importancia porque se reconocen los


derechos de los pueblos indígenas sobre la propiedad de los recursos naturales.

11 Extracto del 26º período de sesiones de la Conferencia de la FAO, Roma 9-27 de noviembre de
1991.
12 Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, publicado en el Diario Oficial de

México el 24 de enero de 1991. Adoptado en Ginebra, Suiza el 27 de junio de 1989. Entró en vigor
internacional el 5 de enero de 1991.
13 Ibíd.
Trata la propiedad de los recursos naturales en territorio de los pueblos
indígenas y el consentimiento informado previo de estas comunidades, mientras
la Convención de Diversidad Biológica habla sobre el reconocimiento de los
conocimientos e innovaciones de estos mismos pueblos (en el artículo 8j, que
revisaremos a continuación).

Lo que podemos observar hasta aquí es que existen estos tres acuerdos
internacionales que aluden al acceso a los recursos genéticos, al compartimiento
de beneficios por el uso de estos recursos y a los derechos de las comunidades
indígenas sobre su territorio. La mayoría de los países latinoamericanos ricos en
diversidad biológica (Brasil, los Países del Pacto Andino, México, Costa Rica) son
parte de éstos. De lo que se trata ahora es de desarrollar los mecanismos
concretos para implementarlos.

La importancia de regular el acceso a los recursos genéticos no sólo tiene que ver
con el compromiso hecho en la Convención de Diversidad Biológica. Tiene que
ver con la existencia de proyectos de acceso a los recursos genéticos y toma de
muestras de todos ellos, en la región latinoamericana, en donde se observa que se
está llevando a cabo el acceso a nuestros recursos sin compensación alguna, o que
la que existe es injusta.

Desde mi punto de vista, es urgente contar con este tipo de regulaciones en


donde se implementen los mecanismos que aseguren la conservación de la
diversidad biológica y se compense a las comunidades rurales e indígenas por su
contribución a la conservación y mejoramiento de los recursos genéticos de la
región latinoamericana. En la región latinoamericana se han desarrollado ya
algunas leyes y proyectos de ley de acceso a los recursos genéticos. En el
siguiente apartado abordaremos su importancia.

Compartimiento de beneficios

Es el artículo 8 (j) del Convenio de Diversidad Biológica –como señalábamos más


arriba- el que trata directamente el tema de la compensación a las comunidades
indígenas y locales como mejoradoras por años de los recursos genéticos. El
artículo señala que cada país, “con arreglo a su legislación nacional, respetará,
preservará y mantendrá los conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las
comunidades indígenas y locales que entrañen estilos tradicionales de vida
pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad
biológica y promoverá su aplicación más amplia, con la aprobación y la
participación de quienes posean esos conocimientos, innovaciones y prácticas y
fometará que los beneficios de la utilización de esos conocimientos,
innovaciones y prácticas se compartan equitativamente”.14

14 Convención de la Diversidad Biológica, op cit., p.6


Decíamos más arriba que en la región latinoamericana existen algunas leyes de
acceso y proyectos de ley. Estos son importantes porque contienen algunos
mecanismos concretos sobre el compartimiento de beneficios. La Decisión 391
del Acuerdo de Cartagena,15 el Proyecto No. 306/95 de Brasil,16 la Ley de
biodiversidad de Costa Rica y el Proyecto de Ley Federal de Acceso a los
Recursos Genéticos de México, son los más importantes. Cabe señalar que en la
elaboración del Proyecto de Ley de Acceso de México, tuve la oportunidad de
participar dentro de un grupo multidisciplinario, el cual implicó la revisión de
todas las legislaciones existentes a nivel mundial, además de la revisión de las
leyes nacionales relacionadas con la materia. Sin embargo, actualmente se
encuentra en el Senado de la República Mexicana una iniciativa que recorta gran
parte de las disposiciones más importantes, sobre todo las referidas a los
derechos de las comunidades indígenas sobre su conocimiento tradicional y a los
mecanismos concretos para la transferencia de tecnología.

Cabe reconocer que la Decisión 391 de los Países del Pacto Andino constituye la
primera legislación en la región latinoamericana sobre el tema del acceso a los
recursos genéticos. Estamos hablando de 1996, hace cuatro años, ya que estos
países cuentan con un régimen común de acceso a los recursos genéticos,
mientras que Brasil y México, primer y cuarto lugar en diversidad biológica,
respectivamente, apenas cuentan con un proyecto de ley. El que todavía no
exista una ley de acceso a los recursos genéticos de manera oficial en estos
últimos países, posibilita un continuo saqueo de tales recursos sin la retribución
justa y equitativa correspondiente. Si bien la sola existencia de una ley no
garantiza que no se violen los derechos de soberanía y demás aspectos que
conllevan esta problemática, es un elemento importante para que se respeten.

La Decisión 391 de los países del Pacto Andino, el proyecto de Brasil No. 306/95,
el Proyecto de Ley de Acceso a los Recursos Genéticos de México (abril del 2000)
y la Ley de Biodiversidad 7788 de costa Rica, tratan el tema de la soberanía sobre
el uso y aprovechamiento de los recursos genéticos, estableciendo la propiedad
de ellos para el país de origen.

Respecto al ámbito, las cuatro legislaciones abarcan a los recursos genéticos, a


sus productos derivados, a sus componentes intangibles y a los recursos de las
especies migratorias que por causas naturales se encuentren en territorio del país
de origen. El tema de los recursos genéticos humanos es un tema que hasta
ahora, por lo menos en la región latinoamericana, se excluye dentro del acceso.
Asimismo, se excluye el intercambio de recursos genéticos que realicen las
comunidades locales para su propio consumo.

15Decisión 391, Régimen Común sobre Acceso a los Recursos Genéticos, Gaceta Oficial del Acuerdo
de Cartagena, Año XII – Número 213, Lima, 17 de junio de 1996.
16 Brazil’s Bill on “Access to genetic resources”, Bill of Law No. 306/95, version corregida

presentada por el senador Osmar Dias ante el Senado, mayo 1998.


Cabe destacar que el Proyecto de Brasil y el Proyecto de México son los únicos
que tienen disposiciones sobre los recursos genéticos en condiciones exsitu. Al
incluir derechos y obligaciones sobre los recursos genéticos en condiciones
exsitu, el país de origen establece no sólo derechos, sino obligaciones a los países
o terceras partes que transfieran material genético a través de exportación o
importación de este mismo. Es decir, que aquellos recursos genéticos que se
tomen de su hábitat natural para llevarlos, por ejemplo, a bancos de
germoplasma, estarán sujetos a los estatutos de esta ley, la cual incluye, entre
otras disposiciones, la retribución justa y equitativa a las comunidades locales e
indígenas por la conservación, mejoramiento y conocimiento sobre el uso de los
recursos genéticos.

Tanto en los proyectos de Brasil y México, como en la Ley de Biodiversidad de


Costa Rica, la Autoridad que evalúa el acceso está compuesta por un comité
intersectorial. La legislación de los países del Pacto Andino, establece que este
comité estará compuesto por las autoridades competentes de cada país miembro,
es decir, no se trata de un comité intersectorial. La presencia de un comité
intersectorial, como dijimos más arriba, permitirá emitir una evaluación
completa e integral de los proyectos de quienes soliciten el acceso a los recursos
genéticos.

La compensación a las comunidades locales e indígenas se reconoce en las cuatro


legislaciones. En el proyecto de Brasil y México se reconoce una compensación
mediante el pago en dinero, bienes, servicios, derechos de propiedad intelectual;
en la Ley de Costa Rica se establece que puede ser mediante derechos de
propiedad intelectual sui-generis, y en la legislación del Pacto Andino no se
establece forma alguna. Habíamos comentado anteriormente que la Convención
de Diversidad Biológica ya había reconocido este derecho; de lo que se trata
ahora, con las legislaciones nacionales, es de establecer medidas concretas.

La transferencia de tecnología es otro de los aspectos que consideran las cuatro


legislaciones dentro de sus estatutos. Si bien el Proyecto de Brasil considera la
necesidad de que el estado apoye el desarrollo de tecnologías nacionales
sustentables para el estudio, uso y aprovechamiento de especies autóctonas, ni
este proyecto ni las legislaciones del Pacto Andino y de Costa Rica, establecen los
mecanismos para su realización. Es el Proyecto de Ley Federal de Acceso a los
Recursos Genéticos de México, el único que establece las formas concretas en
que debería suceder esta transferencia de tecnología.

Conclusiones

Para el desarrollo de una política de compartimiento de beneficios, se debe partir


de una política integral de conservación, acceso a los recursos genéticos y
compartimiento de los beneficios. Un mecanismo importante es contar con guías
de caracterización de las variedades existentes en el país, evitando con ello la
protección de especies que existen en la región desde hace ya muchos años.

Pero la política de protección también debe contemplar los derechos de las


comunidades locales y pueblos indígenas derivados de su conocimiento de tales
recursos. Esto requiere una amplia labor de difusión sobre la problemática en
toda la región latinoamericana con base en foros locales y talleres especializados
para estos grupos.

La región latinoamericana no sólo necesita una política de protección, sino una


política de acceso a los recursos genéticos. La regulación del acceso a los recursos
genéticos en los países latinoamericanos implica el desarrollo de una legislación
que contemple los criterios de soberanía, compartimiento de los beneficios
resultado del acceso, cooperación científica y tecnológica, transferencia de
tecnología y desarrollo sustentable.

Una política de acceso a los recursos genéticos no se agota con la existencia de


acuerdos internacionales y legislaciones nacionales; se necesita de toda una
política de creación de infraestructura, difusión y asesoramiento –sobre todo
hacia las comunidades rurales e indígenas; implica usar el Convenio de
Diversidad Biológica para distribuir los beneficios no sólo por el uso de los
recursos genéticos sino por el acceso a ellos; requiere insistir en que los
principios de este Convenio deben estar por sobre los acuerdos cuyo interés es
sólo comercial.

Por último, una política de protección, conservación y acceso a los recursos


genéticos en la región latinoamericana debe partir de la participación de todos
los sectores involucrados: organizaciones no gubernamentales, comunidades
locales y pueblos indígenas, para que impulsen aquellos mecanismos que no se
han podido implementar y que constituyen no sólo una necesidad de justicia y
equidad, sino una cuestión de la conservación de la misma diversidad biológica
y cultural.

Bibliografía

- Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, Ley de


Biodiversidad 7788 de Costa Rica, 23 de abril de 1998.

- Astudillo, Francisco, “Regulación del acceso a los recursos genéticos y


propiedad intelectual”, en Biodiversidad: Estrategias y Oportunidades
para el Siglo XXI, Sistema Económico Latinoamericano (SELA),
Caracas, Venezuela, 1997.
- Biodiversidad y Desarrollo de México (BIODEM), Proyecto de Ley
Federal de Acceso a los Recursos Genéticos, México, 2000.

- Brazil’s Bill on “Access to genetic resources”, Bill of Law no. 306/95,


mayo, 1998.

- Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad


(CONABIO), “Países de Megadiversidad”, México, 1994.

- Correa, Carlos M, “The TRIPs Agreement”, New intellectual standars


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- FAO, Comisión de Recursos Fitogenéticos, Primera Reunión


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- Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena, Decisión 391, “Régimen


Común sobre Acceso a los Recursos Genéticos”, Año XII- número 213,
Lima, 17 de junio de 1996.

- Glowka, Lyle et al, “A guide to the Convention on Biological


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Policy and Law, paper no. 30, Glan Switzerland, 1994.

- Organización Mundial de la Propiedad Industrial (OMPI), “Legislación


y Administración de la Propiedad Industrial en América Latina, en
Reunión Regional de Evaluación y Planificación en el área de
Propiedad Industrial en América Latina, noviembre, 1990.

- “Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial”,


Ginebra 1996, Texto oficial español establecido en virtud del artículo 29
(1) (b), localizado en la página web www.wipo.org.

- Solleiro, José Luis, “Propiedad Intelectual: ¿Promotor de la Innovación


o Barrera de entrada?, en posibilidades para el desarrollo tecnológico
en el campo mexicano, Tomo II, José Luis Solleiro y Maria del Carmen
del Valle (coordinadores), edit. Cambio XXI, México, 1996.

- UNEP, Conferencia de las Partes en el convenio sobre la Diversidad


Biológica, tercera Reunión, Buenos Aires, Argentina, 1 al 15 de
noviembre de 1996.
- Convention on Biological Diversity, Text and Anexes, Switzeland,
1992. Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales
(UPOV), Información General, Ginebra, 1993.

2. Verónica Huilipan, Coordinación de Organizaciones Mapuches, Argentina

Gracias. En primer lugar, este saludo de mi idioma (que no fue posible transcribir),
el idioma del pueblo mapuche, dice a la letra buenos días a los hermanos,
autoridades de pueblos originarios que están aquí presentes. Buenos días a las
autoridades que han realizado este evento y buenos días a cada uno de los
presentes.

En primer lugar, quiero agradecer esta invitación de parte de la UAM y de la Red


de Abogados y Abogadas por los Derechos de los Pueblos Indígenas, a la
Coordinación de Organizaciones Mapuche, que es la organización que representa
desde el punto de vista político a las 45 comunidades mapuches de la provincia de
Nauquén y a la población urbana que existe en la provincia.

Realmente, este tema es importante en materia de pueblos indígenas, en materia de


sociedad civil, en materia del estado, de los estados. En particular consideramos
que este tema es un reto a la capacidad de innovación que podamos desarrollar
cada una de las partes involucradas. Desde ayer venimos escuchando la posición
de todos los involucrados y en una gran mayoría escuchábamos decir a los
catedráticos que este es un tema complejo, que son ambiguos los instrumentos
legales que existen en los distintos estados, y en particular se estuvo hablando de
México.

Hablar del acceso a los recursos, tanto biológicos como genéticos, es hablar de
destrucción, es hablar de muerte cultural, física, territorial de los pueblos
indígenas. No hemos tenido otra experiencia. Las veces que se han introducido
dentro de territorio indígena multinacionales o el mismo estado o corporaciones ha
sido para destruir. Nunca ha sido para beneficiar la cultura que existe y se
desarrolla en ese espacio territorial. ¿Por qué ocurre esta situación? ¿Por qué ocurre
que mientras tenemos un Convenio de Diversidad Biológica firmado por los
estados, por las partes, donde dice que el principio básico para acceder a los
recursos es la conservación, el uso sustentable, ocurre solamente la destrucción
para los pueblos indígenas?

Podemos decir que no existe legislación en cada uno de los estados que ampare lo
que dice el Convenio de Diversidad Biológica. O podríamos decir que el estado lo
ratificó para hacer pantalla política externa solamente y no como una necesidad de
aplicación de política estatal hacia lo interno de cada país. O podríamos hablar más
bien, de la necesidad urgente de los cambios estructurales que se tienen que dar en
los estados donde habitamos los pueblos indígenas. Para que a partir de allí sí
podamos definir cuál va a ser la política de ese estado intercultural en torno al
acceso a los recursos biológicos y genéticos, que ¡oh casualidad!, la gran mayoría
de estos recursos está en territorio indígena.

Nosotros tenemos la experiencia de que Nauquén sea una población muy rica en
recursos acuíferos, forestales y mineros. Y sin embargo todos estos recursos están
siendo administrados por el estado, o el estado ha facilitado la intromisión de
multinacionales para que hagan su explotación. Entonces, ¿cómo podemos los
mapuches hablar de reparto equitativo de los beneficios de estas actividades, si
nada de ellas viene a beneficiar nuestra existencia, si nada viene a beneficiar el
desarrollo pleno de nosotros como pueblo.

El debate que se abre con este tema nos invita a reconceptualizar el término
soberanía. ¿Qué implica soberanía para el estado? ¿Qué implica soberanía para los
pueblos indígenas? Y creo que aquí está el conflicto que hoy existe. Se nos ha
enseñado desde siempre en las escuelas, a través de la materia de formación cívica,
que nosotros los argentinos somos soberanos en nuestro espacio territorial, que
tenemos que defender la soberanía territorial de este estado. Sin embargo, hoy
vemos en Argentina, cómo cada uno de los recursos que existen dentro de nuestros
espacios territoriales no son ni siquiera administrados por el estado argentino.
¿Dónde quedó la soberanía?¿De qué soberanía entonces nos hablan?

Los pueblos indígenas, el pueblo mapuche en Argentina, planteamos que nosotros


somos soberanos en nuestro espacio territorial y no por una determinación
exclusivamente política-jurídica sino por una determinación de vida. Nuestra
filosofía de vida marca la relación permanente y constante entre los distintos seres,
entre las distintas fuerzas vivas, que se interrelacionan dentro del cosmos. Para que
+este pueda ser un cosmos el hombre parte de la tierra, la tierra parte del hombre y
así con cada uno de los elementos vitales que allí existimos.

¿Puede el estado hacerse cargo de una parte vital de nuestra vida como pueblo y
cultura distinta?, ¿puede administrar el estado entonces una cultura que no
conoce?, ¿puede administrar una cosmovisión que no conoce? ,¿puede administrar
un espacio territorial donde se desarrolla una cultura que ha venido negando
desde siempre y allí imponer su soberanía? Nosotros decimos que no.

El pueblo mapuche dice de que somos soberanos en nuestro propio espacio


territorial y este es el reto que le estamos proponiendo al estado argentino. ¿Qué es
soberanía?, ¿qué implica la soberanía estatal hoy en Argentina, hoy en el estado
argentino actual? Hoy en este estado actual no cabemos los pueblos indígenas
como tales; sólo cabemos como mero objeto folklórico y no es ésta nuestra decisión.
Hoy es necesario y urgente que el estado argentino reestructure los estados donde
existen o existimos pueblos indígenas; es necesario que los pilares básicos que
ordenen un nuevo estado contemplen la existencia de los diversos pueblos y
culturas existentes en ese mismo espacio territorial que hoy se comparte.

Y aquí también tenemos que hablar de otro concepto que tenemos que redefinir: el
concepto de democracia. Bajo el concepto de democracia los estados nos hacen
parte de su política de entrega y vaciamiento. Porque hay un supuesto de que la
democracia es el gobierno del pueblo por lo tanto quienes gobiernan cada uno de
nuestros estados son nuestros representantes legítimos, como nos dice siempre el
estado.

En esa democracia tampoco cabemos los pueblos indígenas. Nosotros


consideramos que el nuevo concepto de democracia tiene que ser el gobierno de
los pueblos, el gobierno de las culturas, la interrelación permanente de los distintos
ámbitos (jurídico, político, legislativo) que son los pilares básicos de un estado para
funcionar. Nosotros los pueblos indígenas tenemos herramientas que aportar;
tenemos institucionalidades para fortalecer este tipo de estado, un estado
intercultural.

Bien decían ayer los hermanos indígenas que estuvieron en la ponencia, que
siempre y cuando se respeten los derechos fundamentales de los pueblos
indígenas, recién podemos hablar de acceso a los recursos y distribución equitativa
de los beneficios. Ese es el fondo de la cuestión. ¿Cuál es el rol que jugamos cada
uno de nosotros en esta etapa, en esta construcción de una nueva política? Porque
en la medida que nosotros no seamos capaces de definir una nueva política a
implementar dentro de los estados, todo instrumento jurídico va a estar vacío de
contenido, va a carecer de reconocimiento de derechos. Solamente un
ordenamiento político claro va a lograr coherencia con la realidad con la que vive
cada estado. Este es el anhelo de los pueblos indígenas del mundo: el
reconocimiento pleno de nosotros dentro del ámbito de los estados; el
reconocimiento con cada una de nuestras institucionalidades; el reconocimiento de
que seamos nosotros quienes administremos y controlemos nuestro espacio
territorial.

Muy pocos días atrás hubo una reunión en Bonn, que ayer también fue
mencionada en este evento, donde representantes de organizaciones indígenas de
distintos estados también estuvimos debatiendo acerca de este tema; de cómo cada
uno de los pueblos indígenas vamos avanzando en la búsqueda de reconocimiento
en cada uno de los ámbitos donde se generan estos espacios de debate que el
estado va provocando, como el Convenio de Diversidad Biológica, las COB y cada
uno de los foros que se van creando.
Hoy los pueblos indígenas ya ni siquiera somos dueños de nuestro propio debate,
ni de nuestro propio espacio de definición. Tenemos que estar siempre corriendo
detrás de la necesidades de los estados, así, a las apuradas, tratando de elaborar
estrategias para frenar el avance indiscriminado (sic). En ese sentido traje hoy para
compartir con ustedes las conclusiones generales del evento de Bonn, en las cuales
participaron desde Perú el AIDESEP; desde Bolivia, el THOA (Taller de Historia
Oral Andina); de Mesoamérica, la asociación Itzacabá; de Amazonia la COICA;
desde el Cono sur, el Consejo de Todas las Tierras Organización Mapuche de
Chile; de África francófona, APB Kalimbazepirin; de África anglófona EMIROA; de
Bassar, Uberto Zamangún; de Asia sudeste, IMPEC; de Australia Pacífico, Nuclear
Free Pacific y de Eurasia del norte, RAIPON.

Voy a compartir con ustedes y voy a dejar aquí a la Mesa y a los organizadores del
evento el documento final del foro de Bonn, Alemania, más cada uno de los
instrumentos que surgieron de este proceso de debate que se dio allí entre los
estados y entre los pueblos indígenas.

3. “Declaración de Clausura del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad en


el Grupo de Trabajo Abierto Interseccional sobre Acceso y Distribución de
Beneficios”

Convenio sobre Diversidad Biológica, 22 - 26 octubre de 2001, Bonn, Alemania

Sra. Presidenta:

El Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad ha estado particularmente


preocupado de asegurar aquí la plena y efectiva participación de los pueblos
indígenas en la implementación del Convenio sobre Diversidad Biológica, ya que
afecta la vida de nuestros pueblos y a nuestros derechos fundamentales, el derecho
a la autodeterminación, el derecho sobre nuestras tierras, territorio, recursos
naturales, modo de vida y control sobre recursos y sobre nuestro conocimiento.

Aunque reconocemos el progreso que se hizo en la V Conferencia de las Partes,


especialmente en los principios generales de la resolución B-16, algunas de las
delegaciones presentes en el grupo de trabajo no parecen ni siquiera reconocer sus
propias resoluciones. Aún más, hemos observado en algunas de las partes la falta
de voluntad política que es necesaria para avanzar constructivamente en nuestro
trabajo.

Queremos subrayar que el concepto de “interesados” no es aplicable a los


pueblos indígenas, ya que nosotros somos detentadores de derecho. Los derechos
sobre nuestro conocimiento tradicional y recursos naturales son derechos
colectivos inherentes e inalienables de nuestros pueblos. Una vez más queremos
subrayar que la condición fundamental para el progreso en la implementación
del Convenio es el reconocimiento de nuestra existencia y derechos como
pueblos indígenas.

Respecto a las disposiciones que tuvieron lugar en ese grupo de trabajo, con
respecto a las directrices sobre acceso y distribución de beneficio, mantenemos nuestra
posición de que estas directrices tal como están ahora formuladas no obtendrán el
reconocimiento de los pueblos indígenas. Como ya hemos recomendado varias
veces, esto revela la necesidad de creación de capacidad de las partes con respecto
a los derechos de los pueblos indígenas tal como están establecidos en los
instrumentos y acuerdos internacionales existentes y emergentes. A este respecto,
llamamos la atención sobre el hecho de que pese a que los debates que han tenido
lugar en el subgrupo de trabajo 2 han sido considerados como un asunto marginal,
en realidad es allí donde se han hecho progresos significativos.

Basándonos en esto, recomendamos que la manera más práctica de seguir adelante


sería realizar una serie de actividades basadas en estudios de caso preparados por
los pueblos indígenas, en países en cuya existencia y derechos de los pueblos
indígenas están ya reconocidos, como base para hacer recomendaciones concretas
a las partes en un futuro.

Invitamos a trabajar en este tema a los países en los que la existencia de derechos
de los pueblos indígenas ya ha sido reconocida en la legislación nacional, de
acuerdo con la legislación internacional y en países que han adoptado políticas
reconociendo los derechos de los pueblos indígenas.

Recomendamos, además, que para asegurar la coherencia en el desarrollo del


trabajo del Convenio se invite a contribuir en su tarea a otros organismos y
agencias especializadas de las Naciones Unidas.

Reafirmamos la importancia de las recomendaciones que presentamos el lunes


para establecer las condiciones previas para cualquier progreso en el trabajo y
pedimos que estas recomendaciones básicas sean adjuntadas al informe de esta
reunión.
Autodeterminación. Reconocer que los pueblos indígenas son detentadores de
derecho y no simples “interesados”. Los pueblos indígenas tienen derechos
colectivos a: la autodeterminación; sus tierras y territorio; su patrimonio cultural y
control sobre su propio conocimiento; el libre consentimiento fundamentado
previo en todas las actividades que afecten a sus tierras, territorio, recursos
naturales, incluidos los recursos genéticos y conocimiento tradicional.

Libre consentimiento fundamentado previo. En el contexto de derecho de los pueblos


indígenas a la autodeterminación el libre consentimiento fundamentado previo
significa que todos los miembros de las comunidades afectadas consienten en la
decisión; el consentimiento está determinado de acuerdo con las leyes, prácticas y
derechos consuetudinarios; que no exista manipulación externa, interferencia o
coerción; plena información sobre la intención y alcance de la actividad; las
decisiones se hacen en un lenguaje y un proceso comprensible para las
comunidades; las autoridades tradicionales y las instituciones representativas de
los pueblos indígenas deben estar implicadas en todas las etapas del proceso de
consentimiento respecto al derecho de los pueblos indígenas a decir no.

Relaciones con otros regímenes legales e internacionales. Las partes del Convenio sobre
Diversidad Biológica deben respetar su enfoque integral sobre la diversidad
biológica, conocimiento tradicional y acceso y reparto de beneficios, superando los
estrechos enfoques comerciales de los “Trips” de la Organización Mundial de
Comercio y de otros acuerdos similares. Deben aplicarse los instrumentos legales
internacionales existentes y emergentes sobre derechos de los pueblos indígenas.

Creación de capacidad. El informe de la Segunda Reunión del Panel de Expertos


sobre Acceso y Reparto de Beneficios concluyó que la creación de capacidad debía
ser la esencia del trabajo del Convenio en esta área. El Foro Internacional Indígena
sobre Biodiversidad recomienda:
- la necesidad de creación de capacidad entre las partes respecto a estándares
existentes y emergentes sobre los derechos de los pueblos indígenas;
- la necesidad de identificar ejemplos de buenas prácticas en el desarrollo de la
legislación nacional y sistemas sui generis de acuerdo con los estándares de los
pueblos indígenas;
- y promover la relación directa con las organizaciones representativas de los
pueblos indígenas para mejorar la capacidad de las partes respecto de las
medidas legislativas y de otro tipo que aseguren el reconocimiento práctico de
los derechos de los pueblos indígenas ya establecidos en los instrumentos
internacionales existentes y emergentes.

Y para finalizar, reparto equitativo de los beneficios. Para los pueblos indígenas, el
reconocimiento legal de los derechos de los pueblos indígenas especialmente en la
seguridad de tierras y territorio predomina sobre los beneficios monetarios y no
monetarios. Sólo si la seguridad territorial está garantizada podrá establecerse un
reparto equitativo de los beneficios.

4. Silvia Ribeiro, ETCgroup

Gracias, pero no soy doctora. Quiero agradecer a la UAM y a la RAADPI por haber
organizado este evento. De verdad, pienso que se necesitan muchos más eventos
como éste y muchas gracias por la posibilidad. Este es un mapa que hicimos en la
organización para la que trabajo, antes RAFI y ahora “Etcétera”. Las zonas de color
naranja son megadiversas, o sea, son las zonas de mayor diversidad de especies de
todo tipo, animales y vegetales. Aquí están marcados unos puntitos rojos que más o
menos coinciden en algunos lugares casi se superponen con los puntitos naranja.
Estos puntitos rojos son las culturas indígenas sobrevivientes en el mundo donde
hay mayor densidad. A parte están marcadas las mismas zonas centro de origen de
todos los cultivos alimentarios domesticados en el mundo.

Esto se los voy a contar porque no lo van a ver. Gran mayoría de las
zonas megadiversas queda en Asia, África y América Latina. La mayor
parte de las patentes o sea el 97% de las patentes sobre esos recursos
están en países del norte, en Europa y Estados Unidos. De ese 97%,
más o menos el 90% es de empresas transnacionales. Y de esa cantidad,
el 70% son patentes que nunca se usan, o sea se registran solamente
para prohibir que otros las utilicen pero nunca se usan.

¿Por qué les muestro esto? Porque para hablar sobre los recursos
genéticos y el reparto de beneficios, debemos tener presente algo que
los compañeros y compañeras indígenas que hay acá ya saben: la
biodiversidad tiene actores o sea no es un fenómeno separado de la
gente. Donde hay diversidad biológica hay diversidad cultural y no es
una casualidad; hay una relación; se alimentan mutuamente. Esto no es
un problema ni político ni ideológico, es un problema histórico. Así ha
sido siempre. Entonces, por ejemplo, ¿por qué la diversidad la
promueven las culturas indígenas y las culturas campesinas, sea en la
agricultura o incluso en lo que se llama la diversidad silvestre, incluso
en los bosques, en los campos, en las selvas? Porque hay un manejo
descentralizado y a partir de valores culturales que hace que en cada
zona, en cada micro zona sea distinto. Porque se adapta a la cultura, a
la necesidad de sobrevivencia, pero también a los gustos estéticos, a las
variaciones. Eso es lo que provoca la diversidad. Esos son los actores
de la diversidad. Lo que ha motivado la diversidad natural en el
mundo es la diversidad cultural. Entonces hay una relación directa
entre las dos cosas y no son separables. Quisiera nada más poner esto
como antecedente.

Todos los alimentos, todas las medicinas, todo lo que hay en la agricultura hoy en
día proviene del trabajo descentralizado, colectivo, sin propietarios pero sí con
identidades (que es algo muy distinto, o sea sí con pertenencias culturales pero no
propiedad) de los indígenas y campesinos de todo el mundo, los millones de
indígenas y campesinos durante más de 10,000 años.

Todo lo que hoy utilizamos se basa en ese trabajo, que después en los últimos 100 o
200 años, lo que ahora llamamos industria, de alguna manera lo modifica o lo
adapta o lo pone de otra manera. Y lo hace en un proceso, que antes de que
existieran patentes por ejemplo, siempre fue de libre circulación. O sea, con
algunas restricciones de tipo cultural, de comunidades indígenas o de saber
chamánico, pero que incluso eso ni siquiera era privado. Ni siquiera el saber de los
curanderos, de los doctores, de las doctoras era privado, era colectivo pero
restringido al interior de las comunidades. Eso siempre estuvo basado en el libre
flujo de recursos y de conocimientos. Eso sucedió en los últimos 10,000 años
calculan algunos, otros dicen que 12,000, hay quien dice que hasta 30,000 años. Y
ese es el origen de toda la sociedad en la que estamos asentados en este momento.

Veamos esta diversidad producida. ¿Qué ha significado lo que estos recursos


genéticos han generado?, ¿y qué significan todavía al día de hoy? Si hablamos de
semillas agrícolas se calcula que del sur al norte, de acuerdo a sistemas como el del
CIMMyT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo) – que es el único
cálculo que hay – solamente en maíz, frijol, arroz y trigo se calcula que por año se
aportan 5,000 millones de dólares anuales del sur al norte, o sea con germoplasma
del sur al norte. No voy a darles todos los datos, pero los tengo para quien los
quiera.

Sin embargo, el secretario de Estado de Estados Unidos en 1994 hace una


intervención en el Senado y dice que en el maíz y soya solamente el germoplasma
extranjero (y se refiere al maíz y soya, o sea el maíz tiene su centro de origen en
México y la soya en China) contribuye con 10,200 millones de dólares anuales a la
economía de maíz y soya de Estados Unidos. Eso lo dice el secretario de Estado al
Congreso.

En este momento, la población rural del Tercer Mundo depende de recursos


biológicos prácticamente en forma directa al 90% para solucionar su subsistencia y
el 60% de la población mundial depende del autosustento, es decir de formas de
autosustento. El 80% de la población mundial utiliza no sólo culturas indígenas y
campesinas sino en general utilizan agentes locales y medicinas basadas en la
tradición, es decir alguna forma de medicina herbaria o de otras. Hay muchos
ejemplos, como el manejo inmenso y diverso que hacen los pueblos indígenas del
conocimiento de las plantas. Se conocen más de 3,000 plantas para controlar la
fertilidad. En este momento se sabe que entre 35,000 a 70,000 especies de plantas
son utilizadas en medicinas directamente, la planta en sí. El 75% de las medicinas
de receta derivan de plantas que se descubrieron partiendo de un conocimiento
indígena, o sea porque alguien sabía más o menos como usarlas y una empresa
después tomó ese conocimiento. En este momento, se estima que la industria
farmacéutica tiene 32,000 millones de dólares anuales gracias a uso de remedios
tradicionales que procesa e incorpora a sus medicamentos.

Entre 1950 y 1980, la utilización por la industria farmacéutica estadounidense de


drogas, es decir de medicamentos derivados de plantas correspondía a más del
25% de los medicamentos que se vendían. En este momento, el 40% de los
medicamentos de receta en pruebas clínicas, es decir lo que está en desarrollo, está
basado en el uso de alguna planta medicinal. Y el valor anual de medicinas
derivadas de plantas en Estados Unidos es de 68,000 millones de dólares,
solamente allí.

Entonces, una acotación a la que voy a volver después. Creo que hace rato que los
beneficios se están repartiendo un poco desigualmente digamos. Pero, ¿quiénes son
los que perciben estos beneficios? Les hablé mucho de la industria farmacéutica.
Entonces les voy a mostrar rápidamente para que vean. Hay diez empresas
farmacéuticas, entre las que destacan Glaxo-Smith-Kline, Novartis, Aventis, Bristol-
Myers-Squibb, Monsanto, Hoffman, Rocher, Johnson & Jonston, con ventas
(anuales?) de unos 317,000 mil millones de dólares, y que controlan el 47% de la
industria farmacéutica mundial.

Por razones de tiempo no les voy a dar toda la historia. De los dos rubros
hermanos de la industria farmacéutica que son las agroquímicas y las de semillas,
desde hace más o menos 20 años empieza el proceso de fusión, y en los últimos 5
años hay una fusión monstruosa, o sea sin precedentes en la historia industrial de
concentración de las empresas que producen semillas, que producen agroquímicos,
que están en el rubro farmacéutico a tal grado que en este momento la relación que
hay en el mundo es ésta. Diez empresas controlan el 84% de los agroquímicos, 47%
de farmacéuticos y 30% de semillas. Pero lo que es peor, digamos, no solamente
son 10 en cada rubro sino que hay 5 que se repiten en todo. Son Saintgenta,
Monsanto, Aventis, Du Pont y Bau. Nosotros en RAFI a éstas les llamamos los
“gigantes genéticos” porque además son las que controlan la mayoría de la
industria biotecnológica aplicada sea a la agricultura o a la farmacéutica, son las
mismas. Además, esas 5 controlan con Pulsar el 74% de las patentes
biotecnológicas, o sea entre esas 6 controlan más de tres cuartas partes de las
patentes.

Esto les quería mostrar en términos de panorama mundial. Cuando volvemos a la


pregunta en torno a qué es reparto de beneficios, encontramos que compañías que
tienen esa dominación de mercado en el planeta son las mismas que en este
momento están haciendo bioprospección, a través de diferentes instituciones de
investigación o laboratorios, o directamente, les llaman acuerdos de
bioprospección. Los cuales para nosotros no existen como tales, o sea nosotros
hasta el momento no vemos ni tenemos ningún ejemplo en el mundo de
bioprospección. Solamente hemos visto biopiratería legalizada a través de
contratos, o piratería porque nada más vienen y se los llevan.

¿Por qué nosotros llamamos a esto biopiratería? ¿y si hay un contrato que es legal
por qué igual le seguimos llamando biopiratería? Le llamamos así porque nosotros
creemos que no se puede tratar así un conocimiento que es la base del sustento de
la humanidad, a la contribución de los indígenas y campesinos a la alimentación y
la salud de todo el planeta. No se puede actuar así ante algo que siempre estuvo a
disposición, que siempre repartió y compartió sus beneficios.

Sólo ahora, cuando algunas empresas quieren tomar esos recursos y privatizarlos,
se utilizan de pronto instrumentos jurídicos para decir “ahora compartamos los
beneficios”, cuando los beneficios siempre fueron compartidos. ¿Por qué estamos
hablando ahora de hacer una ley para ver cómo los indígenas colaboran con las
empresas y compartir beneficios? ¿Y quién dijo que querían compartirlos con las
empresas, si siempre los han dado para la humanidad?

Este es el contexto del reparto de beneficios. Ahora quiero retomar algunas de las
cosas que ayer plantearon los compañeros indígenas Aldo González y Adelfo
Regino aquí. Hoy la compañera Verónica lo volvió a nombrar. Las leyes de acceso
sólo se están discutiendo en los países del Tercer Mundo. Y donde se están sacando
al vapor es en los países megadiversos. No hay país del norte que esté discutiendo
ley de acceso alguna. O sea ¿a dónde hay que acceder?, ¡al Sur!, ¿quién tiene que
acceder?, ¡las empresas!. Eso es lo que está en la orden de la discusión. Entonces, lo
que se hace es ordenar los elementos que se necesitan para firmar un contrato.
¡Caramba! ¿qué es eso de un pueblo indio? ¿y dónde está el que firma por un
pueblo indio?

Eso es lo que decía ayer Adelfo para México en particular, pero pasa en todo el
mundo. Estamos insertos en una discusión sobre derechos indígenas en la que a los
indígenas de México, en particular, se les niega el reconocimiento como sujetos
jurídicos tal como está planteado; se les niega el reconocimiento a la libre
determinación; se les niega el reconocimiento, digamos así, de su propio cuerpo de
valores. Se niegan todos esos derechos que son los que harían que los pueblos
indios de México estén en condiciones de decir cómo quieren seguir utilizando sus
recursos, que siempre lo han hecho. Se les niegan esos derechos pero les dicen:
“derechos no, pero discutamos acceso y veamos cómo ustedes nos van a dejar
entrar en forma legal, o sea con una ley para que entremos allí. Entonces, nosotros
por eso les vamos a dar el 1% de las regalías.”

Eso en el caso de los mejores contratos. En los cuatro de bioprospección conocidos


aquí en México, no se llega a eso siquiera. Se habla de que si logramos sacar un
medicamento que dé muchas regalías les vamos a dar algo. Hay algunos que dicen
que es mejor un contrato. Como hasta ahora yo les acabo de mostrar, hay una
transferencia tremenda de recursos de sur al norte, entonces ¿por qué nos vamos a
negar a que por fin se nos pague algo?. Es que eso tiene otra venta, o sea no es la
venta sólo del recurso y de la legalización. Tiene también el objetivo de la venta de
los valores culturales de las comunidades. Entonces, cosas que nunca se vendieron
que nunca fueron una mercancía, ahora de pronto las comunidades parece que ya
las van a poner a la venta. Lo que hasta ahora había sido, como dijo Adelfo ayer,
objeto de la comunalidad; lo que no existía como propiedad sino que era
pertenencia e identidad, lo que se trabajaba por una relación no sólo de sustento
sino también por una relación de amor, de cariño y de identidad cultural, ahora es
algo que se puede vender como una mercancía.

Lo que se va a vender ahí no va a ser sobre todo el recurso. Lo que se va a vender


es la integridad cultural de sus pueblos. Entonces, podríamos hablar mucho de
cómo enfrentar esta situación, si hay o no salidas legales. Ahora hay una cosa, los
indígenas en muchas partes del mundo y particularmente en México plantearon
cuáles eran sus reivindicaciones. Se vota una reforma constitucional que no las
tomó en cuenta. ¿Por qué ahora se quiere poner a los indígenas de México a
discutir una ley que toma un pedazo de esos recursos y no la totalidad de lo que se
estaba planteando? Entonces, hay un problema, digamos así, de orden lógico con
respecto a la discusión.

Por otra parte, la Ley de acceso que está en este momento propuesta en el Senado,
me consta que la presentaron personas de buenísima voluntad. Más allá de eso. Si
en este momento esa ley se aprueba en el Senado se legalizarían todos los
proyectos de biopiratería en México; varios de los cuales han sido paralizados por
los compañeros del COMPITCH, que están acá presentes de Chiapas. Si esa Ley de
acceso existiera, esas empresas multinacionales, esas universidades extranjeras
hubieran ido a la SEMARNAT, al INE o a donde fuera, hubieran pedido un
permiso y lo tendrían, estarían funcionando y serían legales. Entonces, ¡cuidado!
Cuando discutamos una ley de acceso hay que tomar en cuenta todos estos
elementos: ¿quién es el sujeto que da el consentimiento?; ¿qué significa esto en las
comunidades?, ¿qué significa que una comunidad venda sus recursos? Y quiero
hacer una aclaración.

Antes, para llevarse un recurso se venía y se llevaban los árboles, las plantas, el
café, el guano, los minerales, lo que fuera se lo tenían que llevar. Ahora no. Se
pueden llevar una planta a la Universidad de Georgia y patentarla y ya está. Esa
planta en cualquier parte de México, en cualquier comunidad pasa a ser de
propiedad de una universidad extranjera, en este caso, o de una multinacional.
Entonces no es lo mismo. No es lo mismo vender café. No es lo mismo vender
naranjas. No es lo mismo vender muchas cosas que se venden en México como
productos de exportación en condiciones muy desiguales, porque también se
venden en malas condiciones. No es lo mismo que una comunidad de Oaxaca
venda café no quiere decir que la próxima comunidad puede también vender café,
tiene otros problemas pero lo podría seguir haciendo. Si una comunidad vende un
recurso y es patentado, eso impide que cualquier otra comunidad siga disponiendo
de ese recurso de la misma forma. O si lo hace es porque no ejercen su control,
pero lo podrían hacer. Como en este momento por ejemplo, Monsanto y Novartis
podrían ir a Oaxaca a decir que los maíces contaminados son de ellos, porque los
genes con los que se patentó el maíz en Oaxaca son de Monsanto y Novartis.
Entonces podrían decirles “mire, su maíz es mío”. Podrían hacerlo, no lo van a
hacer, pero lo podrían hacer. Entonces hay una diferencia muy grande.

Nosotros le llamamos una “nueva vuelta de la Conquista” a la bioprospección, a la


venta de recursos genéticos y al patentamiento. De eso se trata, hasta ahora se
tenían que llevar el recurso físico. Ahora gracias a las leyes de propiedad
intelectual les alcanza con decodificar la información y patentarla. Entonces, el
tema también es si nosotros queremos eso. Ayer se hablaba de abrir una discusión
aquí. Pero sobre todo hay que abrir una discusión al nivel de las comunidades
campesinas, indígenas y locales de México y de todos los demás países. Sobre
cómo van a enfrentar esta nueva coyuntura. No cómo van a acceder, no cómo van
a dar acceso, no cómo van a firmar un contrato, sino qué significa toda esta
coyuntura a nivel mundial, Si quieren entrar en eso, si saben qué significa
culturalmente. Esa es la discusión interna, es lo que entiendo plantea el Congreso
Nacional Indígena en su punto IV en Michoacán, cuando dice: “queremos una
moratoria para discutir a nuestros ritmos y tiempos”.

¿Y esa moratoria cuándo será?, ¿va a llevar años?, ¿cómo lo van a hacer?”. Vamos a
poner las cosas en contexto. Desde hace 10,000 mil años ha habido creación libre
para toda la humanidad; desde 500 años, se llevan los recursos y están
exterminando a las comunidades indígenas; desde algunos cientos menos se está
explotando a los campesinos, y desde el TLC para acá se está desplazando a los
campesinos de la tierra. Entonces en este contexto tenemos que ver cuántos años se
necesitan para discutir la moratoria; buscar que sean las comunidades quienes
propongan lo que quieren. Porque las multinacionales tienen apuro de entrar a
México o a cualquier otro país, de llevarse los recursos en forma legal, y entonces
dicen: “No, hay que sacar una ley de acceso ya”. Entonces, yo pienso que no, que
hay que discutirlo en el tiempo que se necesita.

Y eso no va a facilitar la biopiratería. Por dos razones: la mayor discusión del tema
es lo que va a llevar a que haya mayor alerta a nivel social; si se van a llevar los
recursos de forma clandestina, ya lo están haciendo. ¿Por qué nosotros nos vamos
a apurar, les vamos a ayudar a legalizar lo que antes se llevaban en forma inmoral
e ilegal y legalizarlo ahora?

Yo creo que ya me referí a los puntos esenciales de mi plática. Ayer en el debate


sobre propiedad intelectual se puso el ejemplo de la patente del Ayahuajca, que es
en realidad una combinación de plantas; pero es una planta sagrada del
Amazonas, la utilizan todos los indígenas del Amazonas. Esa planta fue patentada
por un individuo de Estados Unidos, Lorent Miller, quien dijo haberla patentado al
descubrirla. La COICA, las organizaciones indígenas del Amazonas dijeron que
era como patentar la ostia para los católicos. O sea, para ellos era inconcebible que
se patentara en forma de propiedad privada el Ayahuajca.

Ayer se ponía el ejemplo de que esa patente se pudo derogar porque un grupo de
abogados llevó el caso, junto con la COICA, a la Oficina de Marcas y Patentes. La
patente se derogó después de dos años, no sin que antes la Fundación
Interamericana del Congreso de Estados Unidos le retirara, por ejemplo, a la
COICA,, todos los beneficios económicos que tenía. O sea, realmente castigaron a
la organización porque se había atrevido a cuestionar, con razones éticas y
morales, la patente del Ayahuajca. O sea, no es que la gente no pudiera seguir
tomando y usando el Ayahuajca; es que les parecía de tal tamaño la inmoralidad
que querían derogar esa patente.

Este año el dueño de la patente, Lorent Miller, presentó razones técnicas y legales
para que la patente fuera suya. Y la Oficina de Marcas y Patentes de Estados
Unidos se la devolvió El Ayahuajca volvió a estar privatizada y patentada por un
ciudadano de Estados Unidos. Y la Oficina de Marcas y Patentes declaró que la
patente es inapelable. Quiere decir que nadie más puede ir y decir que la patente
ya no vale porque ya analizaron todo y ya no hay nada más que analizar.

¿Por qué digo esto? Porque ayer se decía que hay que usar elementos técnicos y
científicos y no hablar de cosas vagas como los derechos indígenas, como los éticos,
como los derechos culturales y morales. Bueno, pues señores es al revés. Si se ha
derogado algunas patentes, ha sido por la vergüenza que les ha dado a los que
habían patentado; ha sido justamente a partir de la reivindicación amplia de los
derechos culturales, éticos y morales de los pueblos indios. Gracias.
5. Preguntas y respuestas

Desconocido

Muchas gracias por la presentación. Nada más quiero complementar algunas


cosas. Creo que hablabas de gigantes genéticos ¿no?. ¿Cuál es la contraparte de los
gigantes genéticos? Tal vez la existencia de enanos políticos, en el sentido de que si
bien hay este proceso perverso también la mirada debe ser vertida a nuestros
propios procesos descentralizados y locales. Es decir, ¿cuál es el nivel de cultura
política que vivimos cotidianamente en este país y que hace posible este tipo de
cosas?, ¿cuál es el compromiso que se le exige a los legisladores, por ejemplo? Y
todo el proceso que se ha dado de ataque y de falta de reconocimiento de esta
lucha por los derechos de los pueblos indios, pues obedece –me parece– a un
proceso a este nivel ¿no?. Entonces, hablar de la figura de estos procesos generales
me parece que es muy importante pero hay una contraparte local y nacional, y es a
través de esa articulación que entran tal tipo de situaciones.

Voy a dar un ejemplo del desarrollo de medicamento a base de plantas. La empresa


alemana Schwaber llegó a un acuerdo con el Seguro Social para generar
medicamentos en Xochitepec. Ellos han establecido allí una planta para el
desarrollo de fitomedicamentos con el cometido de introducir al mercado
latinoamericano dos medicamentos nuevos cada año. Pero no se ha discutido
cuáles son las implicaciones de que una entidad pública como el Instituto Mexicano
del Seguro Social haya hecho un acuerdo con una empresa de esta naturaleza, es
decir, esto ha pasado prácticamente soslayado. A nivel regulativo por ejemplo
actualmente más o menos el 85% de los productos que son autorizados, registrados
como fitomedicamentos, como medicamentos herbarios por las instancias
regulatorias nacionales, son introducidos inclusive con especies que son de fuera de
México. Lo que habla de un problema justamente de este nivel, es decir, el nivel de
discusión de cultura política creo que tiene que crecer. Esto no depende solamente
de los biopiratas externos sino también de lo que pasa adentro de México. Muchas
gracias.

Luis Rodriguez Piñeiro

Tenía una pregunta Silvia, una pregunta un poco grande pero voy a intentar
acortarla lo más posible. Y una pregunta de mi casi total desconocimiento de estos
asuntos, desde esta inocencia culpable que te da el desconocimiento. Tu reflexión
me ha hecho pensar en una reflexión que escuché hace poco sobre la globalización.
Alguien decía: “Miren. La globalización es como la Revolución Industrial. Hubo un
momento en el que hubo dos posturas frente a ella. Una la de los maquinistas,
quienes se dedicaban a romper las máquinas de las fábricas; otra, la de la
Internacional de Marx, cuyos integrantes decían: “señores la industrialización es
imparable. Vamos a hacerle frente y vamos a hacerle frente desde los instrumentos
que existen desde dentro del propio sistema.” Sabemos que luego querían cambiar
el sistema pero utilizaban los instrumentos.

¿Por qué digo que tu intervención me ha recordado tal reflexión, al igual que la de
Andrés Barrera ayer? Estoy de acuerdo con tu análisis de la situación; estoy de
acuerdo con el análisis que hacia ayer Andrés; estoy de acuerdo con que toda esta
discusión sobre el reparto de beneficios no tiene sentido si no hablas de un
contexto más amplio; estoy de acuerdo que esto antes no pasaba; estoy de acuerdo
que esto es injusto. ¿Pero es imparable esto?

Y si no es imparable, como nos decían ayer, el proceso de biopiratería en el que ya


ni siquiera hay que ir a las comunidades sino que basta con comprar frijoles en un
mercado, entonces te pediría ser un poco más propositiva. Es decir, estoy de
acuerdo con el argumento de las restricciones moratorias, estoy de acuerdo. Pero lo
que si me parece un poco preocupante es que el año que viene ya se van a cumplir
diez años de la adopción del Convenio y nuestro único argumento es una
moratoria.

Ayer hacia un poco la pregunta a los compañeros indígenas. A mí la referencia hoy


en día me parece muy bien, pero me parece insuficiente. Es decir, ¿hay que abrir
una discusión diez años después? Por lo tanto, me gustaría simplemente incidir
desde esta postura de inocencia que me da el desconocimiento sobre el asunto.
¿Moratoria y qué más?. ¿Estás hablando de un cambio de sistema o estás hablando
de reformar absolutamente el régimen de Trips? Has señalado que no te gustan los
contratos. A mí tampoco. ¿Qué propones?, ¿un régimen sui generis?, ¿qué tipo de
regímenes?, ¿una reforma del sistema de propiedad intelectual?, ¿en qué línea? Eso
sería un poco mi preocupación. Muchas gracias.

Adolfo Olea Franco, UAM

Quería comentar es algo en torno al contexto en que toda esta discusión tendría
que ser situada, ya mencionado implícitamente por los ponentes. En primer lugar
hay que entender que a nivel mundial hay un proceso de privatización de todo y
no son sólo los recursos genéticos. Y hay un proceso de conculcación, de
destrucción, de erosión de los derechos sociales de la mayoría de la humanidad, no
sólo de los pueblos indios. Ciertamente, los pueblos indios son los que han sido
más saqueados desde hace siglos y cuyos derechos han sido enteramente negados;
pero en el momento actual de desarrollo a escala planetaria del capitalismo hay un
proceso de privatización. Por ejemplo en Bolivia, una compañía inglesa se hizo
propietaria de la red de agua potable. Se había desarrollado con recursos públicos
una compañía inglesa, que de hecho es subsidiaria de una transnacional
estadounidense; se apropió de la red con la anuencia por supuesto de Paz Zamora,
que entonces era presidente de ese país, y de Banzer, el dictador, que volvió a ser
presidente, ahora supuestamente electo.

En Argentina se privatizó la electricidad; en California se privatizó la electricidad,


con apagones de gran magnitud, con falta de inversión en el mantenimiento de esa
industria. En fin, en Estados Unidos hay ejemplos en varias ciudades de sistemas
de educación pública que han sido privatizados (sic). No que una compañía
compre el sistema sino que todo el presupuesto que antes se asignaba a un
conjunto de escuelas ahora se le asigna a una compañía que administra y que
promete que ahora va a elevar los resultados en pruebas de admisión, que va a
elevar el rendimiento, etcétera. En ningún caso ha sido así.

Por otro lado, está el asunto de los derechos que se están conculcando a todo
mundo. El derecho a la educación, el derecho al trabajo, el derecho al retiro. Todos
sabemos que los fondos de retiro se pueden perder con la privatización, e
históricamente se han perdido en varias ocasiones. Entonces, creo no estoy
diciendo algo que no sepan todos los aquí presentes; pero quería enfatizarlo
porque no sólo es una discusión de los derechos de los pueblos indios, es una
discusión que de hecho los pueblos indios nos plantean a todos, que es un reto
para la humanidad. Que el neoliberalismo es una guerra contra toda la
humanidad.

Y en esa medida, entonces, no es que nosotros los que somos profesores


universitarios, los que somos profesionistas, los que nos dedicamos a otro tipo de
actividades pensemos sólo en términos de solidaridad hacia los pueblos indios. Es
una lucha en que creo que somos parte la mayor porción de los seres humanos.
Porque todos estamos siendo víctimas de ese proceso de destrucción de los
derechos sociales, de todos los derechos colectivos y de privatización de todo lo
que son recursos públicos. Incluso podríamos, para terminar, poner atención en
cómo principalmente el uso del gasto público está siendo privatizado. Podríamos
pensar por ejemplo: ¿qué es lo que impulsa a muchos colegas en este proyecto de
bioprospección, allá en el Sureste? Amigos míos biólogos, que conozco desde hace
muchos años, estuvieron siendo integrantes del ECOSUR en este proyecto de
bioprospección. ¿Qué es lo que impulsa a muchos investigadores a hacer eso?

Ahora, como acá no hay ningún apoyo a la investigación, no hay recursos, vienen
transnacionales y universidades extranjeras; ofrecen a quienes se asocien a esos
proyectos, a quienes se vinculen, a los que sean participes, fondos para hacer
investigación. Y eso impulsa a que mucha gente acá a veces de muy buena
intención, quizá poco informada, quizá con cierta ingenuidad, se haga partícipe
de estos proyectos, y pronto encuentre que los pueblos indios no ven las cosas de
la misma manera porque tienen una experiencia histórica y una memoria que
creo que a la mayoría de nosotros se nos ha ido borrando. Gracias.

Erick Huerta, asesor externo, Oficina de la Presidencia

Con estos comentarios también a mí me parece que esto parece inminente.


Estamos en un juego en que tenemos que buscar elementos. Además de la
moratoria, yo creo que debemos de buscar una forma de desarrollar una estructura
jurídica que nos sea benéfica y que sea benéfica a los pueblos con un esquema
distinto y a lo mejor con un esquema más justo.

Lo que sucede aquí y a las luces del derecho, que desafortunadamente o


afortunadamente para otros, no sé, el derecho que tenemos es un derecho
occidental. Desde el punto de vista del derecho occidental y de los principios que
lo forman, los contratos a los que ustedes están haciendo referencia son
completamente injustos. No son adecuados para una legislación que busca justicia.
Yo lo veo de esta manera. Es como si yo pongo en una sociedad el 50% y otra
persona pone el otro 50%, y a mí simplemente porque soy indígena me toca de los
resultados el 1%, cuando probablemente me tenían que dar el 50%. Pero aquí
vamos, ¿el 50% de qué?, el 50% de las regalías, porque las regalías al fin de cuentas
no son nada. Unas regalías son el resultado de una comercialización y algo que no
corresponde directamente al producto.

Lo que me debe corresponder en legítima es la patente, si entramos en este juego


de patentes. Y de esa manera yo puedo darle la utilidad a la patente de lo que
quiera, de cederla, venderla, regalarla, hacer con ella lo que se me dé mi gana. Pero
no me dan la patente porque esa es la mina de oro. Por decir, yo creo que bajo
principios jurídicos existentes a la fecha se puede desarrollar o se puede hacer que
estos contratos sean justos. Pero aquí no hay que buscar la justicia en las regalías,
que me toque o no más de las regalías, sino de la esencia que se busca obtener que
es una patente o un producto. Yo estoy poniendo el elemento del que se va a sacar
la patente, el otro “cuate” pondrá su trabajo y su investigación; pero al fin de
cuentas sin el elemento que está poniendo la comunidad indígena no va a resultar
una patente y tampoco sin el otro se va a poder desarrollar el producto.

Y entonces, de esta manera a lo mejor –y eso lo pongo a consideración aquí– se


podría llevar a cabo un intercambio que no podemos frenar, de hecho porque el
intercambio a veces es bueno. El desarrollo de una medicina no es algo negativo
pero lo importante es que esa patente o el resultado de ese trabajo del que yo puse
el 50% me corresponda también a mí, ¿no?.

Desconocido
Creo que desde ayer ha habido un vacío en cuanto a señalar un factor muy
importante, un análisis más sociológico de los actores, unos más identificados que
otros, muchos de nosotros no los reconocemos. Pero hay actores que están en el
gobierno o que están como funcionarios pues, o que están como ecólogos, como
investigadores. Actores que se están prestando a proyectos de bioprospección,
incluso por ponerlos en bonitos términos sino les queremos llamar biopiratería.
Entonces, esto se puede ir más o menos viendo si se hace un análisis profundo y
creo que empata muy bien con lo que se estaba diciendo sobre los “gigantes
genéticos”. Si uno analiza RAFI ha hecho análisis muy buenos en cuanto a cómo se
están apoderando de los mercados, no nada más de las semillas también de la
industria farmacéutica, también de los químicos.

Entonces, se van apoderando del mercado y en nuestros países, en el caso de


México, se vienen impulsando políticas de abandono al campo. ¿Qué es lo que
esperan? Pues que metamos los transgénicos o yo no sé como piensan reactivar el
campo mexicano. ¿Qué es lo que esperan con las medicinas? Si se están
produciendo a altos costos cuando se pueden producir más baratas y todo esto va
regido por patentes. Entonces, hay una serie de líneas y procesos, dinámicas
globales que están impactando en lo nacional y las cúpulas de poder de los Estados
nacionales, sobre todo del Sur, se están prestando a esto. Están impulsando
políticas que favorecen esto. La Ley de Acceso a los Recursos Genéticos es una. La
propuesta de transferir las áreas protegidas y parques nacionales a los estados y a
ONG´s independientes, como “Conservation International”, es otro ejemplo. Hay
muchos casos y creo que es grave olvidar que hay actores que de buena fe o de
mala fe se prestan a esto, van rozándose con cúpulas de poder nacionales y luego
internacionales y acaban vendiendo su alma y la biodiversidad también.

Entonces, creo que es un señalamiento que no se ha hecho y es muy importante.


Porque si este foro pretende hacer un poco de conciencia e informar de lo que está
pasando, es muy importante también dar cuenta de que muchos de los que
estamos involucrados en investigar científicamente, académicamente o
políticamente este tipo de temas, creo que tenemos que tener cuidado en este factor
sociológico que está presente en varios funcionarios de nuestro país y otros sujetos.

Entonces, en las preguntas que han hecho valdría la pena un poco empezar a
incluir este factor de... yo lo llamo, cuando los funcionarios o actores se empiezan a
prestar a este tipo de roce con cúpulas de poder, yo lo llamo que son actos más de
aprovechar, son actos de tratar de aprovechar la oportunidad, de oportunismo. El
término que yo uso es el de “bio-oportunismo” de los funcionarios y otros
académicos. Entonces, para completar la moda de biopiratería o “bio-etcétera” yo
lo llamo “bio-oportunismo”, creo que es un factor que deberíamos tomar en cuenta
y analizar porque además no se ha hecho mucho.
Desconocido

Yo creo sinceramente que hay que venirle dando una menor importancia en la
construcción de políticas sociales a la queja y a la crítica unilateral. Se requiere
incluso reconocer cosas, procesos muy reales, como es el hecho de que la
privatización, por ejemplo que está ocurriendo en el mundo, ocurre al menos en
una parte pequeña, por la omisión que hemos tenido en las universidades públicas
por ejemplo, aunque sea en pequeña parte, para presentar alternativas organizadas
para llenar este hueco tremendo que hay en el interior de los Estados nacionales
que vaya al encuentro en lo global con una serie de propuestas que se materialicen
de una manera directa y clara.

O sea, concretamente yo creo que por ejemplo este asunto de las


patentes, puede tener creo yo un cierto lugar en la nueva ronda de
discusiones que se está planteando a raíz del encuentro de la OMC. Y
sobre este punto a mí me gustaría conocer la opinión de ¿cómo poder
impulsar este asunto en las próximas reuniones que va a haber en este
organismo?, y la pregunta va dirigida al señor que intervino hace rato
y a la compañera chilena. Creo yo que están dadas las condiciones para
hacer una serie de planteamientos organizados. O sea, yo creo
sinceramente que necesitamos despertar en nuestros países ¿no?. Están
dadas todas las bases para hacer propuestas.

Patricia Díaz, Proyecto Huicholes y Plaguicidas

Quisiera responder un poco al compañero que acaba de hablar, porque a mí no me


parece que sea oportunismo de algunas personas que por buena fe o por intereses
personales se presten a este tipo de acciones, sino que ya es una práctica constante
de las grandes transnacionales la de coptar a los científicos, a los investigadores, y
a los intelectuales, y por esta vía, controlar la ciencia y la investigación en base a
sus intereses.

Un caso muy concreto, para no patinar y no irme a la prehistoria, lo acabo de leer


en la prensa española en donde el propio gobierno (situación que opera también
para los gobiernos mexicano, o americano) es títere de las transnacionales y está
dando un contrato a la industria farmacéutica para que financie la investigación
sobre cáncer.

Esto ya me parece el colmo de los colmos porque precisamente las grandes


compañías son las productoras de todos estos agroquímicos de los que hablaba la
señora Silvia Rivero, causantes del cáncer en el mundo. Entonces, toda la
investigación de las transnacionales, va hacia donde éstas quieren, que es todavía
más ganancia económica, al no desarrollar medicinas o técnicas agrícolas que no
causen más cáncer en el mundo, hacia la prevención del cáncer, sino a la
continuidad de los tratamientos médicos para el cáncer. Y esto último implica más
venta de medicina y de tratamientos que pueden prolongar la vida de una persona
con cáncer, por años y años con los mayores sufrimientos, pero vendiendo más
productos de las mismas compañías farmacéuticas.

Es el caso más claro y patente de cómo las mismas transnacionales tienen esta
practica constante. En las universidades americanas se da, en las mexicanas, en
todas. Hay un caso muy concreto de la Universidad de Florida, en donde Dupont
ha financiado por años a los investigadores para que digan lo que ella quiere que
digan, y eso se da en todos los niveles. En el caso de los Huicholes expuestos a
plaguicidas en los campos de tabaco de Nayarit, los médicos y epidemiólogos que
están trabajando en la zona de alto riesgo de todos estos pueblos indígenas, no
pueden hablar porque ponen en riesgo su trabajo. Sin embargo, Dupont y las
grandes compañías les están haciendo ofrecimientos constantes de la maestría o el
doctorado que quieren hacer, con la condición de que no se metan en el tema de
plaguicidas. ¿Necesitan una computadora? ¿Qué más necesitan? Lo que quieran
pero que no toquen el tema que es el mayor riesgo para la población en esa zona.
Arcelia

De hecho, más que dar respuestas puntuales, comentaré globalmente y daré ciertas
especificaciones respecto del tema de acceso. Cuando originalmente se planteó la
necesidad de regular el acceso en mi país, creo, como decía Silvia que fue tema de
muchos representantes, académicos, fue un grupo multidisciplinario, al menos en
el que yo estuve trabajando, que quería responder a la pregunta de ¿cómo se están
llevando los recursos? ¡Hagamos algo! Y nos dice por allá que es incluso una tarea
que hay que tener.

La primera idea de la Ley era hacer una consulta y foros regionales. En muchos de
estos foros se habló de la necesidad de organizar más foros y se lo decíamos a la
Comisión del Medio Ambiente del Senado. ¿Para qué necesitamos foros? Para que
el asunto se difunda y comente con las comunidades. Los diferentes sectores
involucrados no sólo somos los pueblos indígenas, sino en general las
comunidades locales que son directamente las más afectadas. Obviamente jamás se
nos hizo caso, ni se organizaron tales foros. ¿Por qué? Porque es muy caro y es un
proceso largo. Finalmente la idea era también, que se nos planteó el proyecto de
acceso y entonces vinimos otra vez el grupo multidisciplinario interesado, que – y
en esto coincido con Silvia – participamos de buena fe, y lo que hicimos fue revisar
todos los proyectos de acceso que había en la región latinoamericana y en Filipinas
para ver qué habían hecho ellos.
Tiene razón Silvia una vez más cuando dice que, curiosamente, los proyectos en
torno a acceso sólo están en los países del Sur. Porque ellos – los países del Norte –
no tienen proyecto de acceso, pues nosotros somos los que tenemos que conceder
el acceso, digo la Convención lo dice. Pero para nosotros resultaba importante
participar y decíamos: “¡Por fin se van a dejar de llevar los recursos, y se va a
regular! Ahora sí, nada de que te llevas el recurso, tu estás violando determinada
disposición porque aquí está esta ley que nos ampara, que regula el acceso!

El proyecto que tiene ahorita el Senado y lo que es no tiene nada que ver con aquél
enviado a la Comisión cuando estaba Luis H. Álvarez, se encuentra totalmente
mutilado. Había un capitulo muy interesante, visto por nosotros como nuestro
gran aporte, o mejor dicho un mínimo aporte, que era un capitulo dedicado al
conocimiento tradicional de los pueblos. Decía así: “de los pueblos indígenas y
comunidades locales”. Y agregaba: “Por favor denles una regalía de las patente,
para que en primer lugar ellas – las comunidades – decidan cómo se les va a
compensar”.

Claro, igual insisto en lo de Silvia, quien fue la que habló de lo peligroso de decir
urgente. La ley sí es importante, es evidente que la preocupación por la retribución
se concretaba finalmente en un contrato. Honestamente, allí estaba en nuestro
proyecto la idea del contrato. Pero no fuimos suficientemente suspicaces en la
parte del contrato referida a que la comunidad o los pueblos indígenas decidieran.
No pudimos entender lo que implica el hecho de hablar de un contrato. Nosotros
creíamos que era adecuado contemplar en este capítulo dedicado a los pueblos
indígenas y comunidades locales qué es lo quieren ellas. Incluso decíamos, si ellas
dicen no al acceso, es no.

Sólo que cuando llega al Senado, ese capitulo se quita. Tampoco se aclara quién va
a ser la autoridad que va a evaluar el acceso y se quita la transferencia de
tecnología, y se quita... Bueno, la ley que esta ahí, no tiene nada que ver con el
proyecto. Obviamente se pueden presentar situaciones distintas, como la de Brasil,
país con un proyecto de ley que sigue siendo proyecto. Ya tiene varios años y sigue
siendo proyecto, porque es uno de los proyectos que hablaba de conocimiento
tradicional y los derechos de los pueblos indígenas.

Aquí en México se decía, una abogada nos decía: “¿Para qué vas a crear este
capítulo? Si eso de los derechos indígenas se va a arreglar, eso es aparte, eso
corresponde a la ley indígena, entonces esto, no te preocupes, en algún momento
se va a resolver. El chiste es que no se resuelve y siguen pendientes cosas tan
importantes, tan fundamentales como el tema de la autonomía, de la
territorialidad. Entonces yo creía importante aclarar esto, y que cuando yo informo
que una ley está allá, a lo mejor se ha interpretado, que yo quiero que ya se
apruebe. No, me cuestiono en torno a lo que vamos a hacer. ¿Denunciar el estado
en que se encuentra la ley? Aun así, cuando propusimos el proyecto de ley
pensamos que después vendría la consulta nacional. Como cambiaba la
legislatura, pues entonces ya quedó pendiente lo de la consulta y ahora nos
enteramos, que ya es una iniciativa y ni siquiera es el proyecto que habíamos
propuesto. La idea de consulta, pues no se ve por ningún lado, yo no he escuchado
que se hable de consulta.

Entonces, el llamado que yo hacia –insistiendo, enfatizando– es no sólo que ahí hay
un proyecto, una iniciativa; es plantearnos las próximas tareas. Por supuesto la
idea de Silvia y de algunos que me han precedido, es la de una moratoria para que
esto se discuta. Pero también debemos preguntarnos qué vamos a hacer ante el
saqueo de nuestros recursos y de las comunidades indígenas.

Me parecía importante aclarar y también decir que la idea de legislar es sólo una
mínima parte del asunto; la idea de regular el acceso es parte de una política que
por supuesto debe incluir la difusión de la problemática entre todas las
comunidades posibles, la denuncia de lo que está haciendo el gobierno actual.

Nosotros quisiéramos que se platicara, que se difundiera, que se abrieran foros


regionales. ¿Y qué va a hacer el gobierno ante esta inquietud de nosotros? Yo decía:
por lo pronto hagamos aquí una declaración en los puntos en que haya consenso y
o al menos una denuncia. Digamos que no podemos seguir con procesos en los que
ustedes hacen sus leyes, y dicen esto se puede patentar, esto no, este contrato va
así. Y bueno .... ¿cuándo fuimos consultados?

Por ultimo yo comentaba al principio que gracias al papel que han jugado Silvia
Riveiro y Lisa Covantes de Greenpeace, yo me he enterado de las resoluciones más
recientes en materia de acuerdos internacionales, de proyectos de biopiratería, del
último avance dentro del compromiso sobre los recursos fitogenéticos y derechos
del agricultor. Gracias a eso y a la información de la OIT he podido constatar que
por fin se habla de que se van a reconocer los derechos del agricultor. Ha sido toda
una pelea por parte de los países llamados del Sur.

No está totalmente ganada la batalla. Cualquier disposición de los acuerdos


internacionales dice que estará sujeta a la legislación nacional. Con lo que
nuevamente regresamos a que ya esta ahí el compromiso internacional, que es
vinculante y del cual México y muchos países de la región latinoamericana mega
diversa son parte. Pero entonces ahora falta llevarlo a la implementación nacional.
Entonces sabiendo que ya esta aprobado internacionalmente, ahora vamos a
llevarlo a cabo, a reconocer los derechos del agricultor sobre los recursos
fitogeneticos, su labor de conservación por siglos de la diversidad biológica, y
hagámoslo valer nacionalmente. Puede ser en una ley especifica, puede ser una ley
global, pero que se haga valer nacionalmente. Un avance como este, creo que es
importante.

Silvia Riveiro

Bueno, fueron preguntas muy amplias, no voy a poder referirme a todo lo que
dijeron y además muchas preguntas que se formularon no son para mí, ni para
Arcelia, sino para responderlas acá entre todos. De todas maneras quiero decir que
había varios que dijeron: ¡es todo tan negativo! ¿cuál es la propuesta? Yo creo que
francamente hay muchas propuestas. La propuesta fundamental que nosotros
hacemos es reconocer que la biodiversidad tiene actores, entonces si lo que se
quiere es conservar la biodiversidad, lo que hay que hacer es respetar los derechos
indígenas y campesinos, eso es respetar la biodiversidad.

Esto, en forma integral se reparte en muchos pedacitos, por ejemplo en el caso de


los pueblos indios tiene que ver con el derecho al territorio, con la autonomía, con
el derecho al usufructo colectivo de sus recursos, con el poder, o sea, para hacerlo
fácil, sencillamente que los que hasta ahora han sido los actores de la
biodiversidad, los campesinos y los indígenas, puedan seguirlo siendo porque son
realmente una de las especies más amenazadas. Parafraseando yo digo que si lo
que se quiere es conservar la biodiversidad, acá lo que hay que hacer es respetar
quienes la han creado, permitir eso, no el proceso inverso, no hacer un banco de
germoplasma para ver si conservamos el maíz.

Acá hay propuestas concretas de la gente vinculada al campo mexicano. Se dice


por ejemplo, que lo que se necesita es una nueva política agrícola del campo
mexicano que permita a los campesinos quedarse en la tierra. Esa es la propuesta.
Y sí hay propuestas, tanto los pueblos indios como las organizaciones campesinas
tienen muchas propuestas; claro que significan revisar o salir del TLC; significan
apoyar a la economía campesina; significan quitarles a las multinacionales que
manejan el maíz en México los subsidios que se les dan; significan muchas cosas.

Esa es la parte de fondo, la parte propositiva. Hay otro aspecto. Yo creo que
México podría.... De hecho en este momento alguien preguntó por la Organización
Mundial de Comercio. Las negociaciones de Catar terminaron hoy en fracasos,
según los delegados. Eso significa que no va a haber una nueva ronda de
negociaciones. Eso para mí es una buena noticia pero en todo caso el que quedó
como responsable del grupo Propiedad Intelectual es México, como informó ayer
Raúl Bennet de Greenpeace.

Con respecto al tema de propiedad intelectual, nosotros y muchas otras


organizaciones lo que estamos proponiendo es la reversión total de todos los
sistemas de propiedad intelectual, que salgan de los acuerdos comerciales; que se
elimine el acuerdo Trips, el acuerdo Atic; que se saquen de la Organización
Mundial de Comercio y se eliminen como obligación internacional, que es como
está ahora. Esto no es una imposibilidad. De hecho Naciones Unidas, a través del
Convenio de Derechos Humanos, declaró en tres oportunidades diferentes que los
acuerdos de propiedad intelectual de la Organización Mundial de Comercio van
contra los derechos humanos. Entonces nosotros estamos proponiendo un
movimiento internacional para hacer una evaluación en la Corte Internacional de
Justicia sobre la contradicción entre los artículos sobre propiedad intelectual y los
derechos humanos.

Se dice que los acuerdos de propiedad intelectual atentan contra el derecho al


desarrollo; que atentan contra el derecho a la cultura y sobre todo al articulo 27 de
los Derechos Humanos que dice que todos los seres humanos tenemos derecho a
participar del progreso científico. Pero hay muchos otros acuerdos. La propia
Naciones Unidas ya ha declarado en tres oportunidades que acá hay un conflicto
serio. Hay dos convenios internacionales, uno comercial, otro de Derechos
Humanos que están en conflicto. Nosotros proponemos que lo decida la Corte
Internacional de Justicia en La Haya; pensamos que México podría tomar una
posición sobre eso; podría salir a decir que no le convienen los Trips o que no le
conviene la propiedad intelectual. Es una proposición concreta.

De la misma manera yo creo que sí es muy importante que México ratifique el


Acuerdo ese que se acaba de firmar en Roma, que sí tiene muchas debilidades pero
como acuerdo vinculante a nivel internacional, es útil, se llama Tratado
Internacional de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura. De la
legislación internacional existente hasta ahora, hay disposiciones que claramente
defienden los derechos de los agricultores a intercambiar sus semillas libremente
sin que los pueda afectar ningún derecho de patente. Existen otras que establecen
que los recursos genéticos fundamentales, por lo menos los que están depositados
en bancos públicos, no pueden ser patentados por las empresas, aunque en eso
también hay trampas, toda la legislación internacional tiene trampas. Pero de todas
maneras es un avance y sería bueno que México lo ratificara, se necesitan 40 países
que lo ratifiquen.

Con respecto al Convenio de Diversidad Biológica, nuestra evaluación es que


cuando se firmó, un ejecutivo de Novartis que estuvo en Río, dijo: “¡Por fin!, esto
va a ser más útil para los Trips”. ¡Así dijo!. Porque ahora, con el argumento de la
biodiversidad encontramos una manera de imponer los derechos de propiedad
intelectual, pagándole un poquito a los indígenas y ya . Así lo dijo en 1992.

Nosotros pensamos que lamentablemente el Convenio de Diversidad Biológica se


ha deteriorado con cada nueva reunión, o sea es un Convenio que tiene cosas
importantes pero que está muy deteriorado, y ahí también se necesitaría una
participación mucho más fuerte a nivel de defensa real de los derechos a la
biodiversidad.

Nada más voy a decir dos cosas. Una es que coincido completamente con el
profesor Adolfo, de que éste es un tema no sólo de indios y campesinos sino de
todos, porque estamos hablando de la salud y la alimentación de todos. Acá hay
otra cosa, no estamos hablando de investigación científica, no estamos hablando de
desarrollo de medicinas, no estamos hablando de eso, estamos hablando de cómo
eso está privatizado y como hacemos para que nos paguen un poquito. O sea que
se requiere es hablar de la investigación, del desarrollo de medicinas. Hay que
volver a la investigación, y para volver a eso se necesita sacarlo del contexto de la
privatización y del comercio, y ponerlo en el contexto del bien público y eso
significa que hay que revertir los procesos de privatización.

Existe un problema grave: es imposible que los sistemas públicos y los sistemas
colectivos se aprovechen del sistema de patentes. Es prácticamente imposible,
podríamos tener una larga discusión sobre ese tema. Las razones por las cuales es
imposible se vinculan al costo, una patente en este momento se calcula en un
mínimo de unos seiscientos mil a un millón de dólares para muchas de las patentes
biotecnológicas, para inscribir la patente e irla defendiendo, pues hay que patentar
por lo menos en Europa, Estados Unidos y Japón para que tenga cierta validez. O
sea, aprovecharse de una patente es jugar un juego de gigantes.

Por otra parte, todo se está cambiando con el uso y abuso de los sistemas de
patentes. Tú ponías un ejemplo y decías, bueno ¿por qué no patentar un recurso
que se reconoce que es de un indígena? Entonces hay muchas preguntas. ¿Quién lo
patentaría?. ¿Dónde esta el inventor? Vamos a decir que hay un instituto mexicano
que lo patente, o que el señor x lo patenta, ¿pero lo pone como bien público?.
Primero eso es una cosa variable que no se sabe qué va a pasar en el futuro,
segundo se necesitan grandes cantidades de dinero, tercero cualquier modificación
que se le haga a ese recurso, lo convierte en objeto de patente y ya sale, que es lo
que están haciendo en este momento las empresas. Por más que se haga una
patente defensiva, para que no se pueda por ejemplo patentar lo mismo, con una
pequeña modificación genética, se puede hacer una patente casi igual, al lado de
esa, y de todas maneras entonces estamos en el mismo problema.

Entonces, entrar en las patentes es realmente ir a jugar a un campo que es una


jungla de enormes gigantes que gastan un mínimo de millón y medio de dólares
por patente (sic) por defender sus propias patentes. Realmente no es una opción. Sí
hay muchas opciones y Rafi tiene un documento en nuestra pagina Web que se
llama 28 propuestas alternativas a la propiedad intelectual, para la Investigación
en el sector publico, en donde hacemos una serie de propuestas de cómo el sector
público se puede defender de las patentes, seguir investigando y no necesita entrar
en ese juego.

VII. Mesa 5. Los proyectos de prospección en México. Experiencias


latinoamericanas importantes

Claudia Gómez Godoy, moderadora

Para discutir, para platicar, para compartir todo lo que sepamos los asistentes a
este foro sobre los diferentes proyectos de bioprospección que ha habido en
México, nos acompañan en esta mesa Gerardo González de Ecosur, Carlos
Guzmán de la Compich y el Ing. Juan Manuel Otero presidente del Consejo
mexicano de ONGs pro Naciones Unidas.

1. Juan Manuel Otero

Muchas gracias a la UAM y a Red de Abogados que han propiciado la celebración


de este foro. Voy a presentar a ustedes un pequeño trabajo que se hizo sobre los
derechos de los pueblos indígenas. Presento disculpas por tocar el tema de los
derechos de los pueblos indígenas antes que el de su acceso a recursos genéticos,
ya que considero que este es uno de sus derechos y el primero es general
incluyendo a todos, existiendo el caso de que el segundo no está considerado en
los instrumentos internacionales relativos a los derechos humanos. El tema es de
gran actualidad debido al problema del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) originado en Chiapas pero desfigurado por intereses y políticas oficiales
que lo presentan en forma parcial y deformada.

Lo anterior se confirma con el silencio, casi secreto, en que se mantiene el


conocimiento y textos de los diversos instrumentos internacionales. Convenios,
pactos y declaraciones que fueron aprobados en diversas organizaciones
internacionales como la ONU, la OEA y la OIT con el voto de las delegaciones de
México y que al ser ratificadas por el Senado Mexicano adquieren la calidad de
“Ley Suprema”, como lo señala el Artículo 133 Constitucional. Destaca entre los
instrumentos la “Declaración Sobre los Derechos Humanos de las Personas
Pertenecientes a Minorías Nacionales o Etnias Religiosas o Lingüísticas”, aprobado
por la ONU con el voto de la delegación mexicana el 18 de Diciembre de 1992. Igual
velo de silencio cubre el “Convenio Sobre Pueblos Indígenas y Tribales N°. 169”
firmado por la Delegación Mexicana el 27 de Junio de 1989, también ratificado por
México. Se trata de instrumentos de carácter obligatorio para México respecto a los
derechos de los indígenas y que en sus textos, anexos y protocolos definen con
claridad dichos derechos y señalan interpretaciones y aplicaciones. Sobresalen entre
las últimas: los ”Principios y Directrices para la Protección del Patrimonio de los
Pueblos Indígenas”, la “Prevención de la Discriminación y Protección de las
Minorías”, “Los Derechos Humanos de las Poblaciones Indígenas” y otros más. En
los textos de las aplicaciones se encuentran definiciones e interpretaciones de
conceptos tales como los de autonomías, etnias, minorías, pueblos indígenas,
pluricultura, libre determinación, autonomía y otros más cuyo significado ha sido
y sigue siendo motivo de bizantinas y ociosas discusiones entre parlamentarios,
juristas, politólogos y miembros de la “COCOPA”.

Es digna de análisis la gran publicidad oficial otorgada a la “Ley de Derechos y


Culturas Indígenas”, fruto de iniciativa presidencial y motivo de largas y
“sesudas” discusiones para interpretar los llamados “Acuerdos de San Andrés” y
que únicamente fueron afanes protagónicos que salen sobrando, dado el hecho de
que todas las peticiones y demandas del EZLN, y otros derechos que no solicitó, se
encuentran incluidos en los instrumentos internacionales firmados por México y
que son “Ley Suprema” desde su ratificación por el Senado Mexicano, pero que no
se aplican ni respetan y no se mencionan en la citada Ley de Derechos y Cultura
Indígena. Por lo demás ésta no existe, ya que no puede denominarse como ley a las
modificaciones y adiciones a párrafos de los Artículos 4°, 18°, 26°, 53°, 73°, 115° y
116° Constitucionales. Por lo que, en estricto rigor parlamentario, la tan citada y
discutida Ley de Derechos y Cultura Indígena no existe, es una mayúscula tomada
de pelo o una broma monumental que pasará a la historia como ejemplo del
sentido del humor del Presidente Fox, poco entendido por los mexicanos.

Regresando a la realidad es necesario decir que los derechos de los pueblos


indígenas, minorías raciales, étnicas, religiosas y lingüísticas sí existen
jurídicamente, y que se encuentran mencionados, satisfechos y protegidos por los
instrumentos internacionales firmados por México y ratificados por el Senado
Mexicano. Es pertinente señalar que éstos abarcan todos los Derechos Humanos
mencionados en la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, y referentes
a la educación, la cultura, la propiedad de la tierra, el agua, los bosques y los
recursos naturales, así como el derecho a gozar de un ambiente limpio y sano,
etcétera, derechos humanos todos que en la práctica no se acatan ni se cumplen, se
violan flagrante e impunemente.

Tiene también importancia constatar que en materia de derechos humanos México


es como –lo dice el dicho popular– “candil de la calle y oscuridad de su casa”, ya
que mientras sus representantes ante los organismos internacionales de derechos
humanos los promueven, respaldan, mientras aplauden toda iniciativa y resolución
que los favorezca y proteja, en México son letra muerta y ni siquiera se les
menciona.

Respecto al punto referente al acceso de los pueblos indígenas a los recursos


genéticos, considero que es necesario contar con mayor información sobre los
adelantos de esta ciencia y sobre sus aplicaciones prácticas. Considero necesario
sobre todo, evitar excesiva comercialización de los recursos, violando las leyes y
acuerdos internacionales, y buscando que su uso sirva para dominar mercados,
crear monopolios y obtener ganancias ilícitas, así como para ocasionar perjuicios a
otros países, como ya se hizo. Es de suma importancia establecer una vigilancia
internacional estricta y controles especiales sobre la producción de alimentos
transgénicos, frutas y granos mediante la aplicación de técnicas genéticas, ya que
el afán de utilidades elevadas que mueve a las grandes transnacionales, unido a su
interés por dominar producciones y mercados, les incita a hacer mal uso de los
adelantos de esta nueva ciencia, por lo que debe lograrse un acuerdo internacional
para su uso correcto, incluyendo la seguridad del reconocimiento de derechos y
regalías a quienes corresponda y de este modo se evite el mal uso que pueda
hacerse de estos importantes adelantos de la ciencia.

Proponemos a este foro las siguientes acciones:

I).- Exigir al Gobierno Mexicano el estricto e inmediato cumplimiento de los


instrumentos internacionales, pactos, convenios, protocolos, acuerdos y
declaraciones sobre los derechos de los pueblos indígenas, minorías raciales,
étnicas, religiosas y lingüísticas, firmados por México ante organismos
internacionales.

II).- Solicitar al Gobierno Mexicano que pida a la OEA presente ante su asamblea
plenaria, para su aprobación, el Proyecto de Declaración Americana sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas, que fue redactado y aprobado por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos desde el 26 de Febrero de 1997 por Acuerdo
N°. XXVI/96 por petición expresa de la Asamblea General.

III).- Establecer una comisión especial sobre el estado de las investigaciones acerca
de los recursos genéticos, sus aplicaciones a la producción agrícola, frutícula e
industrial, su estricto control y el pago de los derechos que sobre éstos pueden
tener los pueblos indígenas y la manera de recuperarlos.

2. Gerardo González Figueroa, ECOSUR

Toca agradecer obviamente a la Universidad Autónoma Metropolitana y a la Red


de Abogados. Quisiera empezar tomándome dos minutos de su tiempo y del
tiempo de mi presentación para hacer una pequeña reflexión en torno a lo que
significa el olvido en este tiempo de cambio aparente. Y tiene que ver con el artero
asesinato de Digna Ochoa, que significa mucho para nosotros y que por lo tanto no
queremos olvidar. Pido un minuto de silencio en memoria de Digna Ochoa.
También quiero aprovechar para enviarles un saludo del director general de
ECOSUR, el Dr. Pablo Oviedo Fernández, quien no pudo estar presente.
Lo que yo traigo son reflexiones en torno a esta experiencia de proyecto que
recientemente, como es de conocimiento público, ha sido cancelado por parte del
Colegio de la Frontera Sur. Hay mucho que decir en este sentido y yo creo que en
las discusiones y en las mismas presentaciones, hay elementos que sirven
precisamente para entender la complejidad de este tema de la biodiversidad y en
particular el que se refiere a la conservación y manejo de recursos naturales.

Quiero empezar a partir de una serie de preguntas que –espero– puedan generar
reflexión y por supuesto ojalá se puedan ir contestando en el sentido de las
legítimas demandas que las comunidades y organizaciones indígenas tienen
actualmente. ¿Qué o cómo debemos hacer para que los recursos naturales y el
conocimiento tradicional resulten en beneficio de los pueblos y comunidades
indígenas? Debemos reconocer que los recursos y los conocimientos existen desde
hace miles de años. Pero la pregunta es. ¿No han sido marginales sus beneficios?
¿Queremos que esto siga siendo así? ¿Cómo lograr una socialización de todos los
conocimientos? ¿Cómo queremos que sea ahora? ¿Cómo debemos hacerle o por
dónde debemos empezar?

En ICBG Maya, que es el proyecto motivo de esta reflexión, participan


instituciones de investigación, participamos el Colegio de la Frontera Sur de
México, la Universidad de Georgia de los Estados Unidos y una pequeña compañía
biotecnológica fundada en 1999, llamada Molecular Nature Limited, (MNL) de
Gales en Gran Bretaña. Como ustedes saben las siglas del ICBG Maya, que están en
ingles, significan en español, Grupos de Cooperación Internacional para la
Biodiversidad.

El ICBG Maya fue un grupo de científicos de diferentes instituciones de


investigación, dedicados a estudiar las plantas de la región de los Altos de Chiapas
y el conocimiento tradicional sobre su poder curativo. El interés principal fue la
búsqueda de mejores formas de conservar, tanto las plantas como el conocimiento
tradicional que sobre ellas tienen las comunidades, así como promover su uso
sustentable, en forma que se reconocieran y respetaran los derechos de las
comunidades, produciendo beneficios que se repartieran equitativamente.

¿Por qué ECOSUR decidió involucrarse en esta iniciativa? Primero, porque se


promovería ampliamente el conocimiento sobre los recursos naturales de la región,
en especial acerca de las bases y uso de la medicina maya en las comunidades
indígenas, un elemento cultural que acusa severo deterioro. Segundo, se
promovería la formación de una entidad de legítima representación indígena, a
través de la cual las comunidades serían las copropietarias y con total capacidad de
negociar a su favor, los beneficios derivados de los descubrimientos. Esta entidad
tendría plena capacidad para revisar el proyecto y decidir sobre todos los aspectos
del mismo durante su ejecución. Tercero, se desarrollarían capacidades para la
autogestión en las comunidades, tanto a través de la formación de promotores de
jardines medicinales comunitarios para el abasto local, como de la capacitación de
promotores de cooperativas indígenas para la producción sustentable de
fitomedicinas. Cuarto, se investigarían y promoverían usos locales alternativos de
las plantas medicinales, por ejemplo, plaguicidas naturales. Quinto, se asesoraría a
las comunidades en la gestión de recursos y proyectos adicionales para su auto-
desarrollo. Sexto, se desarrollarían capacidades para el mejor cumplimiento de
nuestra misión institucional en infraestructura de laboratorios, preparación de
personal, formación de estudiantes, etc. Finalmente, se obtendrían experiencias de
interacción con los actores sociales implicados en la bioprospección, lo que
permitiría incidir constructivamente en el desarrollo del marco de legalidad y
legitimidad social necesarios, para hacer de ésta una actividad en beneficio de los
poseedores de los recursos y del conocimiento sobre su uso.

Desde su inicio, los participantes en el proyecto se propusieron los siguientes


principios éticos con el fin de no constituir un caso más de biopiratería en nuestro
país.

1. Hacer público el proyecto en todos sus aspectos y poner por delante los
intereses de los grupos sociales e instituciones mexicanas involucradas.
2. Cumplir los requisitos legales para obtener los permisos de bioprospección
requeridos, de acuerdo a la legislación nacional e internacional vigente y
avalados mediante el consentimiento previo informado y escrito de las
comunidades indígenas.
3. Propiciar una participación directa de las comunidades indígenas, a través
de una instancia de representación amplia y legítima para negociar a su
satisfacción un esquema de distribución de posibles beneficios.
4. Desarrollar estrategias de recolección y producción agrícola de plantas, de
tal manera que no se afecten los recursos vegetales, sino se contribuya a su
conservación y uso sustentable.
5. Oponerse a cualquier intento de uso de los materiales para fines de patentar
seres vivos y producir organismos transgénicos.

Por estas razones el proyecto centraría sus esfuerzos en actividades que derivarían
en mayores beneficios de corto plazo y no solamente monetarios. La lista de
actividades del proyecto, la presento en el siguiente cuadro.

No voy a narrar la controversia con ECOSUR, seguramente lo harán los


compañeros de Compitch. Simplemente quiero aprovechar para puntualizar
algunos aspectos que sobresalen de la misma y que se constituyen quizá en punto
de partida para entender lo que se ha dado en llamar lecciones aprendidas. No las
señalo en orden de importancia, pues son de todos ustedes conocidas. Por ejemplo,
el tema que se ha discutido hoy, que es el de la bioprospección o biopiratería como
algunos le llaman; el papel que juega actualmente en Chiapas la organización
social.

Quiero decir que el Colegio de Frontera Sur, ECOSUR es un Centro Público de


Investigación del sistema SEP-CONACYT, que tiene como misión la investigación,
la educación y la vinculación enfocada al desarrollo social en la frontera sur de
México; busca aprovechar el potencial de la investigación, para apoyar los
esfuerzos de la sociedad regional, en la construcción de nuevas alternativas de
desarrollo sustentable y socialmente aceptable.

ICBG Maya: actividades y beneficios esperados

Actividades Beneficios comunitarios


Desarrollo y asesoría de -Promoción del conocimiento tradicional sobre la
jardines medicinales y herbolaria maya en las comunidades de los Altos de
folletos de información Chiapas
sobre plantas -Generación de elementos documentales que permitan
medicinales una defensa efectiva de ese conocimiento ante intentos
de mala apropiación
Colectas botánicas de la - Promoción del conocimiento tradicional sobre recursos
biodiversidad de los vegetales en las comunidades indígenas
Altos de Chiapas - Compilación de gran detalle del conocimiento etno-
botánico de la región, que refleje la riqueza cultural de la
región y pueda contribuir a revalorar este conocimiento
dentro y fuera de las comunidades, motivando el orgullo
cultural
- Información ecológica y botánica detallada, que
permita análisis conducentes a mejores prácticas de
conservación y uso de los recursos
Experimentos agro- -Proveer una alternativa de beneficio económico para la
ecológicos sobre control región, al reducir la dependencia sobre plaguicidas
de plagas comerciales y reducir adicionalmente los problemas de
salud y ambientales asociados con su uso
Colección comparativa - Diseminación e información sobre los remedios de más
de información sobre la frecuencia; desarrollo de talleres de enseñanza sobre los
preparación de los remedios recopilados en las comunidades; intercambio
remedios más de información en torno a remedios entre diferentes
importantes en comunidades y municipios, y el desarrollo de una
múltiples comunidades medicina Maya de los Altos
de los altos
Estudios de laboratorio - Promoción de los remedios que muestren mayor
sobre las actividades eficacia en el control de microbios y otros agentes
biológicas, los remedios biológicos causantes de enfermedades en las
y la Formularia Maya comunidades
tendientes identificar los - Alternativas de bajo costo y que puedan ser asimiladas
más activos y fuertes por los sistemas de salud tradicional al contar con el
respaldo científico
- Puentes de contacto entre la herbolaria y los métodos
convencionales
- Valoración del papel del conocimiento tradicional y de
los recursos naturales, y búsqueda de soluciones a los
problemas de salud de la población
- Evaluación del - Aumento de los recursos económicos para las
potencial técnico comunidades indígenas de la zona, como miembros de
comercial de las especies cooperativas de producción del material fito-fármaco,
de valor potencial como con pequeñas empresas para el control de la calidad del
fito-fármacos en el producto y empresas de fabricación del producto
mercado orgánico - Estas empresas pueden surgir ligadas a cooperativas de
nacional e internacional producción existentes o de nueva formación en la región
y asesoría en desarrollo
de pequeñas
cooperativas para
producción sostenible
de esas especies
- Evaluación de - Si se desarrollaran productos biotecnológicos
compuestos químicos comerciales, las comunidades del área de estudio
con potencial como recibirían beneficios que se distribuirían a través de un
productos comerciales fideicomiso, lo cual – se esperaba – podría contribuir a
un cambio sustantivo de las relaciones entre
comunidades, investigación y empresa, al constituir uno
de los proyectos más progresistas en este sentido.
- No sólo se establece una relación que prevé la
distribución de beneficios, sino que se abre la
copropiedad como reconocimiento de la persistencia de
derechos de las comunidades, aún cuando se trate de
productos patentados

Un aspecto de primordial importancia para la institución es contribuir al auto-


desarrollo de los pueblos indígenas mayas que habitan en la región, de lo cual ha
dado diversas muestras al cabo de 25 años de trayectoria. Por ello, por este
mandato institucional, es que ECOSUR considera que la bio-prospección, como
aquí se ha discutido, requiere efectivamente de un marco regulativo que involucre
y forme por supuesto, a la sociedad. Pero se necesita que los encargados de hacer
las leyes, tengan clara la importancia de hacer leyes en beneficio de la colectividad,
es decir, de la sociedad mexicana.
No se pueden dejar de lado los avances alcanzados en este terreno. Se pueden
mirar, por ejemplo en el Convenio sobre Diversidad Biológica, en la Ley General
del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, los cuales aunque limitados
existen. No podemos ser inocentes y pensar que sólo es un problema de marco
regulatorio. En todo caso, esto atraviesa los intereses del capital y los procesos que
la globalización impone a las economías del mundo. Por ello, la bioprospección es
vista en el contexto precisamente de la disputa de los recursos naturales, pero sería
inexacto pensar que por este simple hecho toda acción de bioprospección es
biopiratería.

Existe una preocupación legítima del sector académico, de la sociedad civil, de sus
organizaciones, por temas que como éste, son parte de la agenda global y que se
dan en el ámbito de la economía, en donde todos tenemos los derechos de
protección intelectual, de reparto justo de los beneficios de los proyectos de
bioprospección y –por supuesto– de protección de los llamados recursos genéticos.

Por ello ha sido importante que este tema haya, y esté generando este tipo de foros.
Seguramente podrán darnos cabal idea de lo que puede ser a futuro una
legislación adecuada y pertinente, sin que por ello pesen cuestiones de carácter
político, como ha sido en el pasado reciente.

El papel de la organización social es muy importante en la vida comunitaria. A


través de ella se buscan y se logran mejores servicios para la comunidad. Muchas
se forman auto-gestivamente; otras lo hacen de manera corporativa, otras más, con
un largo proceso de intervención externa que también busca mejores condiciones
de vida de las comunidades.

En ese mismo sentido, al aparecer en el proyecto ICBG Maya y con la idea de


contar con una contraparte, la valoración del significado y presencia de la
organización social fue vista como algo existente sí, pero difuso, pues para llegar a
la comunidad, generalmente lo hacemos por la parte formal y eso casi siempre son
autoridades reconocidas, que no siempre representan el sentir comunitario.

Por eso, sea tradicional o constitucional, esto que llamamos organización social a
veces pasa a segundo término y las organizaciones sociales reconocidas que tienen
presencia y fuerza en la comunidad, nacen y se hacen con la participación popular.
Por ello son representativas, pero muchas de ellas nacen como respuesta a una
acción injusta, y como ha sucedido en los últimos años, para no dar respuesta al
olvido o la exclusión.

Me parece pertinente, por ejemplo, que mi organización, la cual conozco


perfectamente bien, se haya apoyado en una red de diversa presencia que hoy
conocemos como el Compitch, organización que siempre hemos valorado y que
tuvo la virtud de poner en la mesa la discusión de un tema, que para el presente y
futuro se convierte en una agenda importante de discusión: el de las patentes y la
propiedad intelectual, el del manejo y conservación de los recursos naturales desde
la perspectiva de los pueblos indígenas. Sin embargo, debe reconocerse que el
Sureste mexicano y en particular el estado de Chiapas, vive momentos de alta
polaridad; que muchos de ellos son procesos crónicos de inequidad social y otros
son procesos sociales que forman parte de nuevas realidades, como la misma
politización que hoy le da incluso mucho protagonismo a las comunidades
indígenas, y por supuesto es parte de la explicación en muchos casos del ascenso
de movimientos sociales en torno a la disputa por los recursos naturales y los
procesos que la globalización va tejiendo.

Es necesario señalar en esta lógica el papel protagónico que tiene el movimiento


zapatista en la efervescencia política del Sureste. No mirar la agenda de los pueblos
y comunidades indígenas en la esfera de la misma globalización, sería como negar
que hoy el desafío del mundo es lograr mayor justicia social para los grupos
sociales excluidos de este mundo globalizado. Por ello y aunque parezca nuevo, es
importante revalorar las relaciones que la academia tiene y debe tener con los
pueblos indígenas, pues las nuevas realidades nos dicen que las actividades deben
ser simples, si se hacen de manera horizontal, con mucho dialogo, buscando que
sean lo suficientemente claras y además que promuevan participación amplia,
fortaleciendo a la organización social que represente legítimamente las
aspiraciones de las comunidades indígenas.

Hoy las comunidades no sólo reclaman compromiso, claridad, no engaño;


requieren que se les beneficie. Y todo ello siempre es posible dialogando, buscando
alternativas, aprendiendo juntos. Solo así, de esta manera, todos y todas veremos
que, como alguien ya lo ha dicho, sí es posible construir un futuro mejor.

Para ECOSUR, el diálogo interno con sus pares, con los sujetos sociales del Sureste
que luchan diariamente para acceder a un mundo mejor, es y ha sido una
constante de la cual constantemente aprende. Y eso es finalmente lo que cierra el
círculo de este aprendizaje, que la investigación es parte de esa búsqueda. Muchas
gracias.

3. Carlos Guzmán, Compitch

Buenas tardes, hermanos y hermanas, los que se encuentran aquí presentes. En


primer lugar quiero agradecer a la Red de Abogados y a la UAM Xochimilco, por
habernos invitado a este foro, Acceso a recursos genéticos y Derechos de los
Pueblo Indígenas, a participar también en esta mesa sobre los proyectos de
bioprospección en México, experiencias Latinoamericanas importantes.
Como acaba de mencionar la compañera, vengo en representación del Compitch, y
también quiero agradecer a todos los que no se encuentran aquí, que nos abren el
corazón o abren el corazón de todos los que han escuchado, de los ponentes, y en
esta mesa. Como el programa lo indica, se nos pide hablar sobre la experiencia de
bioprospección, pero para esta tarde les voy a contar algo que más que
bioprospección, para nosotros es biopiratería y como algunos ponentes ya lo han
dicho, que hay cuatro proyectos de bioprospección y/o biopiratería.

En México, el caso que les voy a contar, es el proyecto del ICBG Maya, en los Altos
de Chiapas, el ICBG Maya, como un caso más de mentira, engaño y abuso. La
inexperiencia sobre este tipo de proyectos fue y – en cierta medida – sigue siendo,
la regla general en nuestra organización, inexperiencia que los del consorcio ICBG
Maya, se quisieron aprovechar para abusar de nuestra cultura y llevar afuera
nuestros conocimientos y recursos para patentarlos, y así mercar de exclusiva con
la salud del mundo.

Y no es que no tengamos experiencia en la bioprospección o en el aprovechamiento


sustentable de la biodiversidad, como ahora le dicen. ¡Qué va! ¡De eso sabemos
bastante! Y tenemos para dar y regalar. La prueba es que la mayor parte de los
lugares donde aún se conserva y aprovecha respetuosamente a la tierra, están
precisamente en donde los pueblos indígenas quedamos, a donde los malos
gobiernos nos dejaron quedar.

En lo que no tenemos experiencia, ni queremos tenerla, es en el nivel de engaño y


abuso con que los poderosos llegan a adueñarse de nuestros recursos, de nuestros
destinos. No es costumbre en las comunidades andarle mintiendo al vecino, para
quitarle sus bienes y aún su cultura, quitárselos para lucrar con ello y para
someterlo, porque en los pueblos el lucro y la uniformidad del pensamiento son un
camino que lleva a ningún lado, como no sea el de la desgracia, tal y como ha
ocurrido a lo largo de la historia en otros pueblos.

Pero nosotros no siempre elegimos el camino por donde andamos, no porque no


queramos elegir, sino porque llegan otros con su corazón malo, y nos llevan
vendados de nuestros ojos por un camino donde a puro tropiezo andamos, y así,
hasta que nos acostumbran y pierden, porque además ese es su camino, casi nunca
tiene regreso.

¿Que si tenemos necesidad?, pues sí, como todos la tienen, pero también somos de
corazón abierto y transparente, pues porque vivimos en comunidad, y viviendo así
es que estamos acostumbrados a ver al otro con respeto, como a un hermano, no a
verlo como a un objeto, o como a una mercancía, o como a un obstáculo, y por eso
es que la necesidad nuestra es distinta de las necesidades de sus pueblos de donde
vienen los señores de los proyectos, en sus alcances y en sus valores.

Necesitamos como pueblos y como personas muchas cosas, sí, pero no a cambio de
que luego tengamos más necesidades, o nos hagan sometimientos. Sí pedimos y
aceptamos proyectos, apoyos, pero para crecer en nuestra autonomía, en nuestra
autosuficiencia, en nuestro cada vez más poder valer por nosotros mismos y no al
revés, es decir, no para que otros nos sometan a sus condiciones de vida, a sus
destinos, a sus necesidades que nunca toman nuestro parecer, siempre nos miran
como objeto o como obstáculo, nunca como a un semejante.

Pero fue así que llego a nuestra Organización la Omiech y luego al Compitch, su
mero corazón del proyecto llamado “Investigación farmacéutica y uso sustentable
del conocimiento etno-botánico y la biodiversidad en la región Maya de los Altos
de Chiapas”, traído por un Consorcio de nombre ICBG Maya.

Nunca nos mostraron papeles, sólo palabras trajeron. Y esas palabras que trajeron
nunca mencionaron las palabras clave del proyecto y del programa ICBG, como
por ejemplo que la búsqueda del conocimiento indígena tradicional y de los
principios activos de la biodiversidad serían para satisfacer al sistema de salud de
los Estados Unidos de Norte América y el de otros países ricos; que buscarían
principios activos de las plantas para otras áreas como la agricultura, la industria,
la veterinaria, la militar, la cosmética.

Los promotores del programa no se refirieron a la obligación de los pueblos de


conservar las plantas útiles al consorcio, como condición para poder recibir su
reparto de beneficios; tampoco a la distribución de beneficios a las comunidades en
forma de proyectos para que los pueblos continuaran trabajando indefinidamente
para los intereses del gobierno de los Estados Unidos y sus empresas; ni que los
Estados Unidos no tienen firmado el Convenio de la Diversidad Biológica, ni el
convenio 169 de la OIT, en que obligadamente, a querer o no, es que se debía
fundar ese, o cualquier otro proyecto de bioprospección; menos aún que ese
proyecto tenía la intención de formalizar otras relaciones distintas a las
expresadamente declaradas, según lo que dice su mera mamá del proyecto, el
programa general de los ICBG. Los promotores callaron que mandarían a sus
investigadores para que se entrenaran en áreas de nuestro conocimiento
tradicional exclusivo; que los meros jefes del proyecto eran el gobierno de los
Estados Unidos; que serían los Estados Unidos, bajo las leyes de ese país y en un
panel–así lo llaman– integrado por unos señores que ellos mismos nombrarían y
que resolvería cualquier controversia surgida con motivo de la aplicación del
proyecto. Omitieron lo más importante: la palabra patente.
Pero para las 50 comunidades y barrios que no pertenecen al Compitch, que no
estaban organizadas y que fue a donde acudió el ECOSUR a buscar el
consentimiento previo informado, fue todavía peor. Según ellos mismos luego nos
revelaron, ahí ni siquiera les dijeron que los Estados Unidos formaban parte del
proyecto, o que la distribución de beneficios vendría en forma de proyecto, no les
dijeron nada. Vaya, ni siquiera les hablaron de distribución de beneficios. Porque
la mentira que a estos compañeros les fueron a decir, es que lo que el Proyecto
ICBG Maya quería era llevarles sus plantas para hacerles a su comunidad una
medicina buena, en un laboratorio de Gran Bretaña; que ya cuando estuviera lista,
se las vendrían a mostrar para que se aliviaran; pero que a cambio y apoyando ese
esfuerzo desinteresado del consorcio, ellos tenían que realizar las colectas de las
plantas y hongos.

Así pues, además, así lo dice el machote que los del ICBG Maya les hicieron firmar
a esas 50 comunidades y barrios. Por eso nunca les hablaron de reparto de
beneficios, porque lo que les dijeron fue que todo lo que se lograra en el
laboratorio, iba a ser para ellos. Hicimos una investigación en una comunidad de
Las Margaritas y encontramos la realidad de lo que está pasando en Chiapas y
para no mentirles les quiero hacer escuchar una entrevista. Si me hace el favor el
compañero para que la escuchen y constaten cómo ha sido en engaño en las
comunidades indígenas y cómo han entrado esos señores del consorcio.

(Nos ponen a escuchar una entrevista que no se pudo grabar)

Además dice que la medicina que van a estudiar, y que van a probar en Gran
Bretaña, va a servir aquí en México. No va a servir en Estados Unidos, o en Gran
Bretaña. Eso es lo que nos dicen; que la medicina va a salir aprobada; que es la
medicina buena; que va a servir aquí en México, y nos vamos a curar con ella. Y las
personas que prueban la medicina, dicen que si sale aprobada, van a dar una
buena propina; además, que cuando salga del laboratorio, y éste la apruebe, que
nos va a traer una persona que tiene que curar a los de la comunidad. Eso es lo que
nos dijo.

Pues esa es una entrevista que se hizo en una comunidad. Pues esa es la mentira,
que la investigación farmacéutica que se iba a hacer era para las comunidades, que
era para hacer medicinas para las comunidades. Pero en realidad encontramos que
no era cierto. Por eso en los machotes que les hicieron firmar no viene nada sobre
reparto de beneficios, y sí en cambio y semejante a las contraprestaciones
utilizadas en los proyectos oficiales de solidaridad, que las colectas que la
comunidad hiciera serían en apoyo a las actividades del ICBG Maya, quien
trabajaría sólo para ellos, con el propósito de traerles la mejor medicina del
laboratorio.
Con ese cuento los engañaron, con ese cuento, ¿cómo no iban a aceptar las
comunidades? Pero no quedó ahí la falta. Aparte de ese gran engaño, esos de ICBG
Maya ni siquiera cumplieron con lo poco que ellos mismos ponían en su machote
como requisito para la obtención formal del consentimiento previo informado de
las comunidades. Por ejemplo, lo de que ese machote era un acuerdo comunitario,
cuando ni siquiera convocaron a asambleas comunitarias sino a algunas de sus
autoridades, solo, y en muchos casos ni eso, y de ahí luego les sacaban sus firmas.
El propio Dr. Brent Berlín llegó a decir en una reunión en el ECOSUR, que
mantuvo el año pasado con nuestros asesores, que hubo casos en que ni siquiera se
les impartió el taller a las autoridades de algunas de esas 50 comunidades. Pues
dijo: “bastaba con invitarlos a comer ahí, en ese ECOSUR, para que firmaran”.

Nos enojamos muchísimo cuando descubrimos tanta mentira y engaño, cuando


nos dimos cuenta de su verdadera intención, que incluso no paraba con el saqueo
de las plantas y del conocimiento tradicional asociado de nuestras comunidades y
pueblos, sino que se pretendía seguir con la mentada distribución de beneficios
que le llaman a través del proyecto de invernaderos y capacitación que dizque
para dar empleo a la gente, cuando esa es paga ya ganada por la gente.

Pero los del consorcio iban a ver en qué lo iba a gastar su ganancia la gente. Por
eso el reparto de beneficios no era reparto sino proyectos para amarrar la gente de
las comunidades en la producción de las hierbas, ya por siempre y así hacerlas
dependientes de su consumo y necesidad de ellos, de las grandes empresas y sus
gobiernos de ricos, es decir, lo iban a llevar todo y aparte, nos iban a poner luego
con proyectos que llaman distribución de beneficios, a trabajar y a depender de
ellos.

Luego el gobierno nos juntó, que dizque para reconciliarnos y era complicidad, o
que se agarró con el consorcio pues decía que el proyecto del ICBG Maya estaba
muy bueno, pero que tal vez había que mejorar algunas cositas como las pagas.
Como nos quisieron sacar acuerdos a huevos, contrario a nuestras palabras, pues
nos salimos de la negociación. Nuestros asesores y algunos de nosotros
continuamos entonces dando talleres a las organizaciones y a las comunidades, y
ahí agarramos más experiencia y corazón de la necesidad y palabras de la gente
sobre el tema este de la biodiversidad.

Como avanzamos en nuestro trabajo de base y de construcción de redes a todos


los niveles, pero también de denuncia, porque sobre todo, siempre hicimos público
lo que de por sí es público. Pues el apoyo hacia nuestra resistencia cobró mayor
interés local, nacional, regional y global, hasta tal punto que el ECOSUR tuvo que
declarar en Octubre del año pasado la moratoria a su proyecto, mientras no
hubiera una legislación aplicable, y mientras no encontraran una organización a
modo que le avalara su proyecto.
Con ese Berlín no quedaba conforme, pues le intentó meses más tarde meter su
abuso a través de un proyecto, que otra vez le descubrimos. Y el propio director de
ECOSUR reconoció que ponía en riesgo la moratoria comprometida, ordenándole a
ese investigador que se saliera de ese proyecto. Meses más tarde pero sin dar la
cara, metía la misma propuesta de poner un laboratorio para realizar estudios
sobre la bio-actividad de las plantas de los Altos, pero ahora sin poner su nombre,
diciendo que fueron los campesinos colectores los que pedían ese equipo aunque
no supieran ni manejar un carro.

Como tampoco le funcionara porque lo volvimos a descubrir, lo que intentó


entonces ese investigador invitado de ECOSUR, fue obtener la autorización de su
gobierno para que le financiara talleres comunitarios a partir de la capacitación a
multiplicadores indígenas, lo que iba a suponer un inminente enfrentamiento entre
los hermanos. Y como era de esperarse, al cabo se lo dieron aunque las presiones
nacionales e internacionales –ya para esto el Compitch había sido invitado, entre
otros lugares, a donde ha sido invitado por la organización de la Naciones Unidas,
al foro sobre racismo y pueblos originarios, a celebrarse en Durban, para exponer
su caso– condujeron a que la dirección del ECOSUR, cancelara definitivamente el
proyecto del ICBG Maya.

Esta fue la experiencia que tuvimos con ese proyecto, para bien y para mal. Y triste
aunque también alegre, es que se anduvo nuestro corazón indígena con la
experiencia que agarramos. Triste porque fueron puras mentiras y engaños los que
nos fueron a decir que querían hacer. Triste porque luego nos enteramos de todos
los abusos y explotación que querían hacer realmente con nosotros. Triste porque
algunos hermanos y hermanas creyeron en sus mentiras, pues nunca hubo quien
les abriera sus ojos, diciéndoles la verdad. Triste, porque fueron nuestros propios
supremos gobiernos y nuestros investigadores, jefes de centros de investigación
del pueblo, como es ECOSUR, quienes se prestaron a esos engaños a cambio de sus
futuros personales. Tristes porque los cambios a favor de la transparencia y la
participación digna que nos prometieron las nuevas autoridades nacionales para
solucionar este asunto, nunca se cumplieron. Tristes porque tuvimos, como ahora
hago yo, que restarle tiempo a ocupaciones que de por si tienen su tiempo para
preocuparnos por cosas ajenas a las preocupaciones nuestras y ponerlas todavía
por delante. Tristes porque vemos que el poder del dinero no tiene para cuando
cambiar su corazón.

Pero también alegre es que estuvo y esta nuestro corazón, por todas las cosas
buenas que, con su grande maldad también nos produjo ese ICBG Maya. Alegre
porque nos impulsó más en nuestra organización y conocimiento de las regiones
donde trabajan otros compañeros médicos y parteras. Alegre, porque ya sabemos
lo que son esos proyectos de bio-prospección y del cuidado y aprovechamiento de
la biodiversidad que las empresas y sus gobiernos de ricos nos traen y porque ya
entendimos su verdadera intención. Alegre porque hemos recibido información
que nos muestra cómo es que esos proyectos no son aislados ni distintos a otros
proyectos, que esos mismos gobiernos y sus grandes empresas, con la colaboración
de nuestros gobiernos, nos vienen a imponer, como ese Plan Puebla-Panamá y el
Corredor Biológico Mesoamericano, que son sus meros mandones de la
biodiversidad y el agua, o como ese PROCEDE. Los que llaman áreas naturales
protegidas, también quieren lo mismo. Alegre porque recibimos información que
no teníamos y que ahora nos hace más capaces y advertidos frente a los proyectos
y planes que nos traen los capitales. Alegre porque aún hay gente que informa y
apoya la gente olvidada como nosotros y aún juega su suerte a nuestra suerte.
Alegre, porque con esta breve resistencia empezamos a caminar un poquito más
nuestra autonomía como pueblos. Alegre porque esta lucha nos permitió conocer a
gente de otros países que también sufren por proyectos parecidos, pero tampoco
se rinde y también le lucha. Alegre porque han venido a visitarnos de otros
pueblos para solidarizarse con nuestra lucha y nuestros derechos. Alegres porque
nos han invitado de donde quiera, a exponer nuestra pena y nuestra esperanza.
Alegre, porque como ven, nunca estuvimos solos. Alegre porque hemos agarrado
confianza en nosotros mismos de que podemos luchar por lo justo, que ahora se
considera viejo e imposible y vencer. Alegre porque la estrategia basada en la suma
de otros, echó el fruto y la flor que alentarán a otros hermanos y hermanas en otros
pueblos a organizarse y a resistir. Alegre, porque los frutos de nuestra madre tierra
están siendo para todos y porque naturalmente en eso se transformó el no que
dijimos. Gracias.

4. Preguntas y respuestas

Desconocido

Una pregunta para Gerardo. Has hecho una síntesis maravillosa de lo que yo
conozco del proyecto ICBG Maya. Me gustaría escuchar una autocrítica, a partir de
este momento, a partir de lo que acaba de decir Carlos y a partir de esta autocrítica,
quizá, a partir de lo que conoces que se ha discutido aquí, una alternativa a futuros
proyectos de bio-prospección en los que desearía participar ECOSUR. Yo no sé si
existen muchas alternativas, a lo mejor la opción de financiamiento extranjero
podría omitirse, si hubiera posibilidades de que el Gobierno Federal pudiera ser la
parte que apoyara con financiamientos, con laboratorios, en fin.... Gracias.

Claudia

Vengo de la Iberoamericana, mi pregunta es para Carlos Guzmán. ¿Tú consideras


que pueden ser conciliables la concepción de ustedes y lo que podría ser la
propiedad intelectual, su cosmovisión?
Giancarlo, UNAM

Quería nada más hacer dos señalamientos. Creo que lo que Carlos dijo es muy
importante, hay un punto grave ahí. Hay un comunicado que tuve con Bren Berlín
y me decía que además de todo lo que hicieron, que explicó Carlos, pusieron 16
jardines etno-botánicos, de los cuales por lo menos la mitad estuvieron casi
completos, trabajando al 100%. Y quienes estaban ayudando en los jardines eran
los propios indígenas, entonces realmente el saqueo y las dimensiones del saqueo
en ese contrato son muy grandes. Los trabajos de Bren Berlín en Chiapas datan a
los 1970. Hubo un libro que publicó a principios de 1990, junto con un familiar de
él, Am Berlín. Los dos autores publican ahí, muy detalladamente, todos los
estudios que han venido haciendo desde 1970 en Chiapas. Una de las grandes
cosas que me llamó la atención de ese libro, es la participación de muchos autores
internacionales, entre los cuales estaban el Instituto Smitsoniano, el Instituto
Mexicano del Seguro Social, y la SECOFI. ¿Por qué?

Es una pregunta que nos debemos de hacer, pero las dimensiones son graves. El
que se haya cancelado el proyecto ICBG Maya es importante como antecedente.
Pero realmente el saqueo de la biodiversidad en Chiapas viene desde 1970. La
impresión que me da Berlín es que lo que quería hacer más bien era legalizar y
patentar todo su trabajo que ha venido haciendo desde la década de 1970. El libro
que estoy citando se llama “Medicina Etno-botánica en los Altos de Chiapas de Ben
Berlín, publicado por el Instituto Smitsoniano y la Universidad de Georgia en
Estados Unidos.

Otro caso que quería señalar es el de UNAM Diversa. Algo grave de ese contrato,
ahora suspendido, es que muy aparte de las características del contrato, la UNAM
lo firmó con la Empresa Diversa, y le pasó las muestras. Pero casualmente Diversa
tiene un contrato aparte, a la vez, con otros Laboratorios. ¿Por qué Diversa puede
pasar las muestras a cualquier otra parte? Si uno hace el recorrido, encontrará que
las muestras mexicanas pasan a laboratorios que parecen ser una institución
puramente militar; se dedican a hacer desarrollo de armas no letales y armas
biológicas; con el desarrollo de la biotecnología vemos que México está poniendo
muestras para el desarrollo de nuevas armas biológicas. Entonces es muy grave, y
yo creo que los funcionarios que estuvieron involucrados, o que están, o que tienen
información, deberían de saber todo esto, porque son los que están firmando y
haciendo todo este tipo de acciones que no sólo perjudican a los habitantes de una
cierta región, no sólo a los mexicanos, sino a los habitantes del planeta entero, al
desarrollar nuevas armas biológicas, con posibles muestras que haya entregado la
UNAM a Diversa. Esto es grave y yo creo que hay una responsabilidad de
nosotros en este sentido.
Otro participante

En 1910, una empresa inglesa que comercializaba té mandó bioprospectores a


México, y estos señores se llevaron el material y generaron plantaciones de linaloe
en Bangalore, India. Estas plantaciones generaron ya por los años 1925-28 el aceite
de linaloe, que se introdujo al mercado europeo. Mientras tanto la producción
mexicana en destiladores rústicos a partir de la tala de árboles, generaba un aceite
de muy buena calidad pero con problemas de adulteración y una irregularidad en
el proceso. Las poblaciones de linaloe se fueron abatiendo progresivamente.

Gerardo González

Yo creo que algo con lo que tendríamos que tener mucho cuidado dentro de la
Universidad Autónoma Metropolitana, es cómo con una desinformación o con una
mala información, se genera un fantasma y alguien a quién combatir y con quien
luchar. Lo que no necesariamente es sano para la alianza, para una relación
profundamente estrecha, entre la academia y su entorno social, donde quiera que
se encuentre.

Creo que tendríamos que estar como muy atentos y aprender todos de esta difícil
relación, y no cantar victoria por un divorcio. Es interesante que cantemos victoria
porque si lo que se había propuesto era una moratoria, hemos acabado por
convertirlo en una cancelación. ¡Enhorabuena! Me felicito por ello. Yo soy parte del
Consejo Técnico Consultivo que le indicó al director nuestro que se parase eso. Sí,
yo me puedo felicitar junto con todos nosotros, por los resultados en este sentido;
pero no acabemos ahí las declaraciones y los comunicados; tenemos que ponernos
muy tristes si el resultado es un divorcio, si es una distancia entre la investigación
y los pueblos y comunidades indígenas.

Creo que una cosa que hemos aprendido es la necesidad de comunicarnos más
adentro; tomarnos más el pulso al interior de las comunidades académicas:
aprender mucho más del entorno en el que estamos, ser mucho más cuidadosos;
tratar de poner conjuntamente los intereses.

Yo creo que ECOSUR como institución obró por lo general con honestidad. En
cuanto UNICH, COMPITCH hicieron la primera denuncia, el 7 de septiembre de
1999 recibieron una respuesta publica de ECOSUR, en consonancia con su
demanda. Estamos de acuerdo, si hay dificultad, aquí lo paramos, vamos
comunicándonos, vamos dialogando. Me parece en términos institucionales que
ECOSUR actuó por lo general con honestidad. El problema está en que si como
académicos no somos lo suficientemente políticos, si de repente quien toma el
liderazgo nos envuelve, si somos estrechos y cortos de visión ante las instituciones
más globalizadas, con intereses más neoliberales y globalizadores, pues ahí
tenemos que aprender y nos ayuda mucho la comunicación y la relación estrecha
con la comunidad académica y los pueblos indígenas en el país.

Ya voy a concluir y mencionar que para cualquier académico, para cualquier


científico que esté metido en la cuestión de la química, de la biología, de la
ecología, entrar en el conocimiento de las plantas es así como muy padre, es como
cumplir un deseo. ¿Cómo decirle a un académico, “no conozcas más allá”? El
Vaticano le dijo a unos químicos, no traten de explicar el origen de la creación (sic).
Pues no me digas porque al contrario, mientras más me digas que no me debo de
meter ahí, me voy a meter.

Alguien que esté en biología molecular conoce cómo es el código genético de los
seres humanos. Puede ser profundamente apasionante y deseable, porque por eso
somos investigadores, nos interesa conocer, nos genera muchas preguntas.
Entonces esta cuestión de la bioprospeccion, para los que están en ese tema, si
puedo comprender de parte de ellos que es profundamente interesante, deseable,
atractivo. ¿Cómo decirle a un investigador que no se metas más?

Habría que preguntar más bien, cómo le entramos juntos para que respetemos
códigos éticos, para que tomemos en cuenta códigos morales que establezcamos
juntos, que respetemos una legislación, que reconozcamos el beneficio básicamente
a la humanidad, a los pueblos, ese tipo de cosas. Entonces no puedo defender la
bioprospeccion; pero no nos pongamos en el papel de no a lo bioprospeccion, ni
aquí y ni en la historia del hombre, porque nos estaríamos poniendo como en el
papel del Vaticano, al oponerse al estudio del origen de la creación.

Luis Rodríguez

¿Cuál es su experiencia hacia un futuro? ¿Cree que existe alguna posibilidad


diferencial entre bio --prospección y biopiratería? ¿Siempre ha de ser la respuesta a
ese ejercicio, el derecho a decir no, o sí puede pensarse en otra posibilidad?

Patricia

Voy a tratar de ser muy puntual, aunque a veces nos ganan las emociones a todo
mundo dentro de su campo de trabajo y de sus compromisos adquiridos. Tendría
dos puntos que tocar. Por un lado, el tratar de defender que esto no sea un
divorcio sino más bien una oportunidad de entendimiento para que podamos
trabajar en una forma conjunta los no indígenas, que creemos estar comprometidos
con las causas indígenas y con la ecología, con los indígenas, que también están
comprometidos con ellos mismos y con sus comunidades y con la ecología. Pero no
es automático, ni para los no indígenas, ni para los indígenas, y eso es importante
que lo veamos y lo aclaremos. El otro punto es el de los investigadores, pero ese es
otro punto.

Parecería en toda esta plática, que el punto esencial es si la patente sí o la patente


no. Y luego, si con la autonomía de los pueblos indígenas y la información que
obviamente deben de tener, se diera automáticamente la defensa de la
biodiversidad. Y luego nos damos cuenta que muchas veces los mismos pueblos
indígenas, y los mismos mestizos y los mismos blancos que hemos sufrido la
mercadotecnia, la inyección de tecnología y de ciencia – como se ha manejado en
los últimos 50 años después de la segunda guerra mundial – lo único que
queremos es llegar a tener insumos, por ejemplo en el campo.

Y vuelvo al tema de los plaguicidas. Después de consultar a las comunidades


indígenas huicholas, en Chiapas, y en Oaxaca, cuando se habla de proyectos y de
dinero para el campo, lo primero que ellos piden son plaguicidas, agroquímicos,
herbicidas. Entonces eso no nos va a dar oportunidad para que, dentro de 10 años
cuando tengamos una ley muy bonita sobre patentes, cuidemos una biodiversidad
que ya no exista. Son agroquímicos que están acabando con todo, no sólo con esta
plantita o con ese animalito y ya, ahí nos podemos perder en un mar de
especulaciones.

Por otro lado lo de los investigadores. Tengo amigos y conocidos investigadores


que han participado en proyectos de este tipo, que con muy buena fe entran, con
muy buenas intenciones. Pero bueno, siempre todo está manejado por una
empresa inglesa, canadiense, francesa, que dentro de sus sociedades parecen ser
alternativas, menos jodidas. No son las grandes compañías transnacionales de las
que habló Silvia Riveiro, sino son otras, que también están en su medida y en su
forma de entender las cosas, tratando de hacer una investigación diferente, pero
que al final de cuentas, estamos todos contaminados con esta forma de
negociación, con esta forma de neoliberalismo que a todos nos ensucia.

Entonces yo creo que todos tenemos que hacer una especie de recapitulación y de
repensar, cómo funcionamos, qué tomamos, aquí mismo estamos tomando café en
vasitos de polietileno que es uno de los productos más contaminantes del planeta,
para hacerlo y para deshacernos de él. Entonces, no hay una conciencia ecológica
que realmente, a profundidad, nos involucre hasta el último acto de la existencia.

Participante

Esto parte de un problema generalizado que quisiera resumir muy brevemente. Y


nos podemos dar cuenta a partir de dos preguntas: ¿De dónde surge la idea de
bio-prospección? ¿Y desde dónde se le quiere dar respuesta?
La necesidad de la bio-prospección surge desde la cultura occidental y la respuesta
que se le quiere dar surge también desde la investigación que estamos
acostumbrados a hacer. Si queremos realmente colaborar con las comunidades
indígenas, ¿por que no los apoyamos para que a través de sus métodos y su
conocimiento se pueda dar esta investigación?

El conocimiento científico del que tanto alardeamos y del que tan orgullosos
estamos, todos los que hemos sido académicos y universitarios e investigadores,
es un conocimiento muy diferente en métodos, que el conocimiento indígena y no
por ello vamos a creer que nuestro conocimiento es mejor. Empezar a plantearnos
desde el otro lado, desde el otro punto de vista, yo creo que sería un gran paso
para poder dar solución a este aspecto.

Vamos, y en esta tarea a lo mejor, el mundo y la cosmovisión indígena nos puede


dar mucha idea, desde cuales son sus necesidades, desde su punto de vista, cómo
lo ven ellos, y ellos cómo quieren que se trabaje esto. Porque nosotros estamos
poniendo nuestras reglas, nuestros acuerdos y nuestras intenciones. Aquí como
decíamos, el investigador es el que necesita y quiere encontrar respuestas a todo,
pero a lo mejor, esas no son las respuestas que quieren los indígenas. Las
preguntas se plantean de manera distinta. Bajo esa óptica sería bueno que
empezáramos a trabajar.

Clarisa

Me llama mucho la atención los comentarios que hicieron hace rato, la maestra
Arcelia y el compañero. Porque ellos repiten constantemente, que todo esto es de
muy buena fe, que hay errores, pero que uno está en el camino y uno aprende. Y
automáticamente me recordó el argumento que los diputados y senadores ahora
en el congreso, cuando aprobaron las reformas constitucionales en materia
indígena, dijeron y también fue el mismo argumento, dijeron, pues discúlpenos,
fue de buena fe, fue buena intención pero era que no sabíamos lo que estábamos
aprobando y en los procesos electorales, fueron también a pedir a las comunidades
indígenas, entre ellas Michoacán, para que los pueblos indígenas siguieran
votando por ellos a pesar de la tontería que habían cometido.

Cuando dicen eso a mí me preocupa porque digo, hay dos cosas que están de por
medio. Una, si somos realmente honestos y uno reconoce que realmente se está
equivocando, eso necesariamente implica un compromiso diferente frente a los
pueblos indígenas, y si no estamos mintiendo. La otra cuestión es que nosotros
podemos entender todo este interés que como investigadores, académicos,
tenemos sobre los objetos de estudio. Lo que nosotros decimos es que el interés de
los académicos y los investigadores y de los empresarios, es igual como si fuera su
propio derecho, que termina donde empieza el derecho del otro. A nosotros se nos
ha sido muy difícil reformar la constitución para que se reconozcan a los pueblos
indígenas como sujetos de derecho. Pero me parece que desde la academia, que no
es un asunto aislado de la política, se puede ir asumiendo el que los pueblos
indígenas no son sujetos colectivos de derecho y que por lo tanto se necesita una
reforma constitucional para empezar a asumir una nueva relación con los pueblos
indígenas.

Quería decir esto, porque siempre es la misma argumentación en todos los


sentidos. Ahora nos tocó referente a los proyectos de bio-prospección, pero en
todos los que uno pueda analizar, los argumentos siempre son los mismos, incluso
de los empresarios. Ellos siempre tienen la buena intención de llegar a inyectar
recursos en los pueblos y darles trabajo y que salgan de su pobreza y de su mala
vida. Si nosotros nos ubicamos siempre en ese tipo de argumentos, no vamos a
poder a avanzar y me parece que es momento de tener claridad sobre lo que
nosotros estamos buscando cuando hacemos investigación. ¿Para quién estamos
trabajando, quién se está beneficiando de todo esto y dónde están los pueblos
indígenas en todo esto siempre?

Claudia Gómez

Mi pregunta sería tanto para Gerardo como para Carlos. ¿Hay en el ámbito
institucional, como COMPITCH y como ECOSUR, una estrategia o han pensado
cómo tender esos puentes que se rompieron con el proyecto ICBG Maya? Yo fui al
foro de San Cristóbal que hubo en abril, y me sorprendió mucho ver como gente
que durante mucho tiempo pudo trabajar conjuntamente, estaba completamente
peleada, sin posibilidades de hablar; me impresionó la polarización a la que esto
puede llegar. Entonces, si institucionalmente han pensado como recomponer el
puente roto.

Juan Otero

Me gustaría decir algo, en relación con algunos puntos que se han tratado aquí,
fundamentalmente el problema gravísimo que se presenta de que en Senado de la
Republica ya exista como proyecto una serie de disposiciones en relación con los
derechos de los pueblos indígenas, con las patentes de sus conocimientos. Y me
preocupa mucho porque tengo la experiencia de que en nuestro país se ha seguido
una política muy curiosa, respecto a los derechos de los pueblos indios.

Pareciera como si hubiera un gran dolor en reconocerles una personalidad que por
tanto tiempo se les ha negado. Las experiencias también, de que nuestro gobierno,
especialmente los últimos tres gobiernos y el actual, se ha pretendido tender una
especie de velo espeso entre los derechos reconocidos de las instituciones
internacionales y su aplicación en México. Pareciera, y voy a aplicar un proverbio
popular, que el gobierno mexicano es candil en la calle y oscuridad en su casa.

Nuestros delegados ante las instituciones y organismos internacionales hablan con


gran vehemencia de los derechos humanos en México; son los primeros en
promover y votar las reglamentaciones internacionales, los convenios, pactos y
declaraciones, que no se aplican en México; han desarrollado una técnica peculiar
para esconder las realidades en México. Nuestros delegados ante los organismos
internacionales votan aprobatoriamente todas esas disposiciones a favor de los
pueblos indígenas, etnias, minorías raciales, minorías religiosas, minorías
lingüísticas; se adhieren a todas las decisiones; pero hay una falla misteriosa. La
Secretaría General de Naciones Unidas las envía a la Secretaría de Relaciones de
México, para que ésta a su vez las turne al Senado Mexicano, quien las tendría que
ratificar, a fin de que tengan valor legal en México, con la categoría de ley
suprema.

Ahí empieza el problema. La Secretaría de Relaciones pierde, mete en una


congeladora las leyes, disposiciones, convenios, pactos y declaraciones que debe
ratificar y tarda un poquito de tiempo para enviarlos al Senado. Ese poquito de
tiempo se va alargando misteriosamente. Por ejemplo, se aprobó la Declaración
Interamericana para otorgar Derechos Cívicos a la Mujer, se envió por el pleno de
la OEA a la Secretaría de Relaciones de México, y ahí se perdió. ¡No un poquito de
tiempo! ¿Cuánto calculan ustedes que se pudo haber perdido? Treinta y dos años
tardó en pasar al Senado y ser aprobada.

Se aprobó en Costa Rica, la llamada Declaración de Derechos Humanos, conocida


como el Pacto de San José, y tardó dieciséis años en hacer la larga travesía de la
Secretaría de Relaciones a la Cámara de Senadores. Y todavía más recientemente,
con el voto favorable de México y de muchas otras naciones, el pleno de la
Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó el Convenio Internacional de
Defensa de los Derechos Humanos de los Trabajadores Migratorios y su Familia, lo
envió a la Secretaría de Relaciones y ésta tardó ocho años en pasarlo para su
aprobación al Senado de la Republica.

Para lograr que este último convenio pasara relativamente más rápido, decidimos
preparar una táctica muy especial. Asistíamos con una nutrida delegación a todo
acto, a todo foro, a toda conferencia, a toda reunión en la que figuraban
funcionarios de la Secretaría de Relaciones, y en cualquier momento oportuno, a
gritos, con mantas, con intervenciones directas, preguntábamos a los
representantes de la Secretaría de Relaciones: ¿cuándo van a enviar el Convenio
Internacional de Defensa de los Derechos Humanos de los Trabajadores
Migratorios y su Familia? Claro, la contestación era que no sabían cuándo. Pero
logramos que se tardaran solamente ocho años.
Entonces eso quiere decir que nos enfrentamos con una política oficial neoliberal
de ocultar bajo un velo de misterio los derechos de los pueblos indígenas, etnias,
minorías raciales, religiosas, y lingüísticas. Eso desgraciadamente creemos que se
va a incrementar en su aspecto negativo. Tristemente tenemos que reconocer que,
como el Sr. Presidente Fox dijo ante foros nacionales e internacionales, y fue
reproducido en casi todos los medios de comunicación, éste es un gobierno de
empresarios y para empresarios. Entonces no podemos albergar en nuestro
corazón y en nuestro cerebro la idea de que cualquier modificación en las leyes que
favorecen empresarios, vaya a ser modificada a favor de los pueblos indígenas y de
sus derechos.

¿Qué es lo que podemos hacer entonces? Lo que estamos haciendo aquí, pero
multiplicándolo mucho, que haya foros, que haya posibilidad de que se logren
movilizaciones masivas. Acabamos de tener una experiencia que puede ser
positiva. Violando los derechos humanos de los pobladores de ejidos,
comunidades y poblaciones que colindan con el Distrito Federal, en una serie de
maquinaciones que permitieron a los periódicos calificar al Secretario de
Comunicaciones de mentiroso, de vil, de vendido, se aprobó la construcción del
aeropuerto internacional de la ciudad de México sobre ejidos y comunidades
indígenas del Valle de México, en los terrenos que están entre el actual aeropuerto
y Texcoco, violando los derechos de todos los veinte millones de mexicanos que
vivimos en el Distrito Federal y zona conurbana, ya que la construcción de ese
aeropuerto, va a traer terribles consecuencias para la ciudad de México.

Hemos organizado foros, hemos organizado una serie de congresos, hemos


invitado organizaciones e inclusive los habitantes de Texcoco han desfilado
pacíficamente, pero con sus machetes en la mano. Ellos han dicho que no son
armas sino instrumentos de trabajo, pero también han dicho que están dispuestos
a defender sus tierras, para que no se construya sobre ellas ese aeropuerto. El
gobierno ha puesto oídos sordos; el asunto se ha convertido en una especie de
diálogo entre sordomudos, y estamos en la idea de que los instrumentos
internacionales y nacionales podrán hacer que esa disposición se modifique, que el
aeropuerto se construya en otra parte.

Quiero decir que no podemos dejar a la buena fe, a la buena intención del
gobierno, las modificaciones legales necesarias para que los derechos indígenas
sean respetados. En este caso perfectamente identificado, de los problemas de la
defensa de los derechos transgénicos, es únicamente la movilización popular, el
convencer a diputados, a senadores, a periodistas de que apoyen, la que nos puede
dar el éxito.
No tengo ninguna confianza en los senadores. Ya tuvimos el grave problema,
cuando se modificó la Constitución, y pasando por alto los convenios
internacionales (la Declaración Universal de Derechos, el Tratado Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, se modificaron artículos para borrar de nuestra
Constitución el principio jurídico internacional que se llama de la presunción de
inocencia de los acusados, y con él, la necesidad de contar con pruebas para
consignarlos y condenarlos. Con esas modificaciones constitucionales ya no se
requieren pruebas. Basta denuncia e indicios. La palabra prueba y los principios
internacionales de derecho, fueron borrados.

Eso nos hace ver que necesitamos las movilizaciones populares, el respaldo del
pueblo, la organización de todos los organismos de la sociedad civil y lograr que
esto se haga realidad sin confiar en los Senadores. En el caso de las modificaciones
a la Constitución, nosotros entrevistamos a todos los senadores, les entregamos los
textos, los convenios internacionales que se estaban violando, nos prometieron
votar y a la hora de la votación, sólo la tigresa y otro senador tuvieron los
pantalones necesarios para enfrentarse, todos los demás votaron por la aberración,
que habían definido. De manera que la Unión es la que nos hace falta.

Gerardo González

Es una pregunta muy interesante, muy directa, pero quisiera primero ponerla en
un contexto adecuado. Primero porque tengo un año que me invitaron a colaborar,
realmente yo no soy investigador, pero no me da pena, ojalá y pudiera ser
investigador. Vengo del medio de las ONG, del medio de los movimientos
populares y para mí fue un reto llegar a donde llegué, a pesar de varias
circunstancias.

Por ejemplo, me llama la atención que vean tan complicado el contexto de poder, y
por eso quiero establecer esto, para que entiendan hacia donde va mi reflexión. Por
ejemplo, la antes RAFI negó los permisos de evaluación biotecnológica de las
plantas recolectadas por el proyecto. Muy interesante. Muy interesante porque
aquí tengo copia de esa comunicación. Y lo interesante no es la supuesta
cancelación, porque no hubo tal, aquí claramente dice. Se hace una mención
dirigida al Dr. Pablo Liedo, en donde se le requiere una información. Ya al final
dice. “Debido a lo anteriormente expuesto y conforme a los artículos 32 y 32 de la
Ley Federal de Procedimiento Administrativo se concede a la interesada el término
de 10 días hábiles para que proporcione a esta autoridad los documentos e
información solicitada en el presente oficio, con la finalidad de resolver la solicitud
planteada en los términos de la ley”.

ECOSUR desistió. Lo cual me pareció que era el momento. Precisamente yo llegué


a ECOSUR, con la idea de que tendríamos que reconstruir situaciones, si
estábamos en un proceso de diálogo. Yo entendí que se podía jugar mucho con
esto. No se valoró la actitud, tiempo después de que ECOSUR efectivamente
accedió a la moratoria. Incluso éste es prácticamente al primer foro que nos invitan
como ECOSUR. ¿Por qué no invitan a ECOSUR? Es importante que escuchen las
pendejadas que anda haciendo ECOSUR, pero que lo inviten y que lo escuchen.
¿No?

Llama la atención que ante ese contexto, por ejemplo RAFI distribuya esta
información, si no mal recuerdo en Atenas, y ponga al proyecto con este mapa,
donde está toda la para-militarización en Chiapas. Yo dije ¡Uy! ¿Yo estoy ahí?
Cuando a mí me dieron este documento, yo dije ¿En dónde estamos? ¡Está canijo!

La denuncia es complicada, sin negarles las buenas razones. Me llama la atención


que uno de los asesores, recientemente en una declaración a La Jornada, el
domingo 21 de octubre, dijera lo siguiente: “En Chiapas estamos a favor de las
investigaciones para descubrir nuevas medicinas e incluso la presencia de
organismos genéticamente modificados, como el maíz transgénico, pero no para
que se desarrollen actos de biopiratería”.

Hay situaciones muy interesantes, por eso yo acepté esa posibilidad, [¿de trabajar
en ECOSUR?]. Una de mis primeras recomendaciones fue que en Chiapas se
formara la comisión de reconciliación comunitaria. Me tocó participar en muchos
de esos procesos, por mi posición privilegiada. Y por fortuna entonces le dije a la
CORECO que era importante el diálogo, sin negar las razones políticas, sociales
que aquí se han discutido. En este contexto de globalización tan hija de puta, o sea
tan deshumanizada, era importante el diálogo para construir, aprovechar esta
oportunidad, con todo lo que se reclamaba. Pero no fue posible y se vino toda una
campaña, con todo respeto yo no puedo juzgar, legítima o no, pero toda una
campaña en la que ECOSUR no emitió ninguna declaración.

Yo decía, la situación de polaridad en Chiapas no merece un conflicto en ese


sentido. Obviamente me auto critico personalmente; faltó mucho más trabajo,
información, diálogo, ir, regresar, ir a las comunidades, que nos dijeran lo que
tenían que decir; seguramente faltó mucho ese trabajo, porque es una tarea muy
grande. Es una autocrítica no solamente para el ECOSUR, para las ONG, para las
organizaciones sociales, para todos. Es fundamental construir consensos para bien
o para mal; pero a este país lo que le hace falta es dialogar, porque todo viene de
arriba, viene impuesto desde fuera; pero esto no fue posible.

He respetado y sigo respetando, a pesar de los ataques personales a los


compañeros de la UNICH, porque son mis compadres, mis amigos, mis hermanos
de años, porque hemos seguido aprendiendo. No lo sabemos todo, nos hemos
dado una lección, una lección en positivo y tiene problemas personales terribles. El
compañero mencionaba lo del Dr. Berlín. Yo fui a su casa a ver si tenía un herbario
en su casa. Sinceramente, el jardín botánico que supuestamente tiene es como los
de varios de nosotros; si esto es así, pues entonces yo soy un biopirata, porque yo
tengo muchas más plantas, me encantan las plantas y las que puedo las siembro en
mi jardín, porque además vengo trabajando en las cuestiones de salud popular,
con medicamentos caseros, que he aprendido en todo este desarrollo. Me ha
tocado acompañar a la misma UNICH en la venta de sus medicinas caseras, en
todas las regiones, recuperando plantas medicinales, historias; pero eso no explica
ni le da razones al ECOSUR ni a nadie en ese sentido.

Me llama la atención y que bueno que el compañero trajo este proyecto porque me
siento privilegiado de que Porfirio sea hoy el secretario de pueblos indios, pues yo
he trabajado con ellos. Y cuando sale esta organización, OCOMICH, que eran
extrabajadores del ICBG Maya, ..... Porque el ICBG Maya no sólo hizo moratoria
compañeros, el ICBG Maya despidió la gente, les dijo ya no más; algunos hicieron
una nueva organización. Yo cuando veo que no fue ECOSUR, y eso lo quiero
aclarar, sino que fue desde la misma SEPI, yo me fui a hablar con Porfirio Encino y
le dije “Mira en lo que estoy metido” y él me dijo: “Miren en lo que están metidos
ustedes”. Le dije pues nosotros no le entramos.

Mandamos llamar al asesor de la organización OCOMICH, que era un funcionario


de SEPI y le dijimos claramente: “La interlocutora en esto es COMPITCH, ustedes
hablen con ellos y si COMPITCH dice que ECOSUR puede asesorar, le entramos;
pero si no, no le entramos, porque estamos en moratoria”. Tiempo después nos la
presentan como al revés. No dijimos nada. Yo creo entonces que ahí está la
autocrítica. A pesar de todo hay que hacer un gran esfuerzo por dialogar con los
compañeros, porque interactuamos en una región fundamental, no solamente en
términos geopolíticos; una zona trascendental porque lo que se escriba en esa
región, es lo que va a escribir este país no sólo para los pueblos indios, sino para la
sociedad mexicana.

Entonces, eso prueba la autocrítica. No se si queda claro. No quiero cometer


pecado. Aquí hay gente que conoce mejor el proyecto que yo, entonces a lo mejor
yo podría... Es muy complicado, un año, con todo esto de lo que hemos aprendido,
de tantas cosas tan interesantes y tan importantes, un año que nos pone a
reflexionar muchísimo. Y creo que aquí hemos dado un gran adelanto y eso hay
que recuperarlo. Oportunidades tenemos muchísimas. ¿Cómo tender esos
puentes? El objetivo de ECOSUR es el objetivo de COMPITCH. Podemos caminar
mucho en ese sentido. No somos expertos etno-botánicos, no somos expertos en
muchas cosas, pero lo que podemos hacer es fortalecer las capacidades de los
compañeros, en el sentido legal, social, económico, político. Estamos abiertos.
Creo que en un futuro común, tenemos más que aprender, que perder.
¿Cómo se tienden esos puentes? Dialogando. Los compañeros han dicho su
verdad, de muchas, de diversas maneras. Los hemos escuchado y los seguiremos
escuchando con respeto. Nos siguen enseñando todos los días y seguiremos
aprendiendo. Ahí está la clave de los puentes.

Un problema que estamos discutiendo es el de los financiamientos. ¿Que más


quisiéramos nosotros que el financiamiento fuera nacional, que respondiera a los
intereses de esta nación que también lo necesita? Esa es la lucha que ahora
queremos hacer, queremos también ser parte de nuevos foros, en donde
precisamente se reorienten los financiamientos que hoy todos sabemos, están
siendo recortados. Es labor de los pueblos indígenas porque por desgracia es el
sótano de este país.

Carlos Guzmán

Me toca responder la pregunta que hizo la compañera, en torno a la propiedad


intelectual, haber si puedo responder. Desde la cosmovisión de las comunidades
y de los pueblos indígenas, no existe el concepto de propiedad intelectual. Y el
COMPITCH asume ese mismo compromiso, esa misma cosmovisión.

No podemos pensar en propiedad intelectual cuando los recursos simplemente


no son ni de las comunidades indígenas o campesinas, sino de todos nosotros. De
alguna manera hemos aportado algo ¿no? Y también desde luego es producto de
toda la sociedad en general y que además –no sé mucho de leyes– pero las
declaraciones nos ayudan algo; inclusive la declaración sobre diversidad biológica,
firmada o ratificada por el gobierno mexicano nos menciona que es propiedad de
la humanidad.

Entonces, en esa lógica también pensamos que el principio de propiedad


intelectual, desde el punto de vista de la cosmovisión indígena, pues no existe.
¿Por qué? Porque no podemos ser propietarios de una planta, por ejemplo
hablando de la medina tradicional, cuando también la tienen las comunidades
indígenas de Guatemala, la sociedad en general de Guatemala, cuando allá
también la hay. La utilizan de diferentes maneras o de la misma, pero también está
allá. Entonces ¿cómo podemos ser propietarios, mientras una planta se encuentra
aquí y allá? El principio sobre la patente, pues también. No podemos patentar la
vida. Entonces esa lógica es la postura del COMPITCH: que todos los recursos son
de la nación y nunca podemos ser propietarios.

En cuanto a la evaluación de la bio-prospección, no sé si la entendí así, alguna


alternativa, pues la evaluación que hemos hecho sobre bio-prospección. Como lo
mencionamos en la ponencia, pues también las comunidades indígenas hacemos
bio-prospección, pero de otra forma. Los resultados de nuestra investigación, lo
que clasificamos, encontramos en la plantas, en los animales, en el aire, en el
bosque, en el agua de todo el ecosistema, lo compartimos nosotros en las
comunidades indígenas, diferencia de lo otro. Como bien lo estamos haciendo con
la medicina indígena, con las plantas medicinales. Se comparte el conocimiento.

La dinámica del trabajo de los compañeros del COMPITCH es dar talleres,


divulgar el conocimiento; pero nosotros a diferencia de los otros, no tenemos fines
lucrativos. Allí podemos regalar la medicina a quien lo necesite. Si están tan
necesitadas las personas pues ahí se las regalamos. No buscamos netamente la
ganancia, sino que nosotros tratamos de ayudar a los demás, ayudarnos. Eso es lo
que pensamos nosotros. La bio-prospección que también estamos haciendo.

Nosotros siempre hemos dicho que no estamos en contra de la investigación, sino


al uso que se le da a esa investigación. Eso sí estamos en contra porque siempre se
ha pensado la investigación desde la lógica del mercado, de la ganancia. Nos
oponemos. No queremos compartir esa idea de privatizar la salud. ¿Qué pasaría
con aquellos que no la pueden alcanzar, que no tienen ese acceso, con los que
realmente somos tan pobres? Pues lógicamente nos morimos si no encontramos esa
ayuda que tanto necesitamos.

Alternativas hay varias. El derecho y la autonomía de los pueblos indígenas, esa es


una, porque de por sí caminamos nuestra autonomía, como la UAM también está
caminando, como la UNAM. Entonces no es cierto, como muchos han dicho, que
con la autonomía se va a valcanizar el país. Al contrario, y tampoco queremos
dividir a la nación, sino queremos integrarnos de verdad, que nos reconozcan
nuestros derechos; pero ya ven, siempre nos han negado ese derecho; pero
nosotros como pueblos indígenas vamos a seguir caminando en nuestra
autonomía. Con o sin las leyes. Con y sin el permiso del Gobierno. A ese paso
vamos. Esa es la única opción para nosotros.

Con respecto a la pregunta de la compañera, ¿cómo volver a construir puentes con


las partes, con los científicos? Nosotros también hemos pensado en eso, hemos sido
siempre abiertos al diálogo y a la palabra verdadera. A eso apostamos, al diálogo,
al consenso social, real, entonces la investigación científica... ¿que relación puede
tener con los pueblos indígenas? Es fácil ¿no? Para nosotros siempre es el diálogo,
construir una base, una estructura en donde participen las partes. De esa forma,
vamos a llegar a un acuerdo. Y que esa base se piense en beneficio de los demás, no
en beneficio de unos cuantos. Eso es a lo que nosotros le apostamos: al diálogo, el
consenso social, la participación de toda la nación.

VIII. Mesa 6. La protección de los derechos... ¿cuáles son los retos para los
pueblos indígenas?
Carlos Chávez, moderador

1. Aldo González (UNOSCO)

Quisiera hacer una breve reflexión. No he preparado este tema para poderlo
abordar bien, pero quisiera hacer una reflexión de algunos de los puntos que se
han tratado a lo largo de este foro, para posteriormente enunciar algunos de los
problemas principales, o de los retos principales que tenemos los pueblos
indígenas en México. Quizás algunas ideas parezcan sueltas, pero trataré de que no
se sienta tan desconectado el discurso.

Una de las principales preocupaciones que se tienen en relación con el marco


jurídico a escala internacional y nacional, es que no existe un reconocimiento pleno
de los derechos de los pueblos indígenas. A nivel internacional, compañeros de
distintos países han contribuido a la elaboración de la Declaración Universal de los
Derechos de los Pueblos Indígenas, de la ONU. Este es un documento que se ha
estado trabajando durante mucho tiempo. En 1993 sale un documento más o
menos acabado, pero los países, los miembros de los estados nacionales, lo han
estado revisando y no ha podido ser aprobada una declaración. Esta declaración se
hace en el marco del decenio de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas,
que es desde 1992, al 2002. Estamos por terminar el decenio sobre los pueblos
indígenas, y la declaración universal sobre sus derechos sigue sin tener la fuerza
legal, el reconocimiento que merecieran tener nuestros pueblos.

Los obstáculos que se ponen a nivel internacional, pues obviamente que van a ir
bajando hacia nuestros países. Lo podemos ver tanto en la legislación
internacional en distintas materias, como en la legislación nacional. Uno de los
documentos que ha sido muy mencionado en este foro, es el Convenio de
Diversidad Biológica. Yo señalaba el día de ayer que en éste no se habla de los
derechos de los pueblos indígenas; se habla de las comunidades indígenas en el
artículo 8J. Es muy preciso el término, y obviamente el status jurídico del término
pueblos, comparado con el status jurídico del término comunidad, tiene una
enorme diferencia. Entonces, si no están reconocidos ahí los pueblos indígenas
como tales, estos derechos pues van ser minimizados también al interior de los
países.

Yo mencionaba que el convenio 169 es el único documento en donde se reconocen


los derechos a los pueblos, y ahí se establece un acercamiento a una definición de
estos pueblos. Son aquellos que antes de la llegada de los colonizadores existían ya
y conservan una serie de tradiciones, culturas y costumbres, conservándolas todas
o parte de ellas. A partir de este concepto básico de reconocimiento de los
derechos indígenas, vemos que hay un cercenamiento constante en distintos
instrumentos jurídicos nacionales e internacionales.

Con la reciente reforma que se hace en nuestro país a los artículos 1° y 2° de la


Constitución, para supuestamente reconocer los derechos indígenas, nosotros
decimos que esta reforma no es lo que esperábamos. El artículo 6° del convenio 169
dice que los pueblos deberían de ser consultados, de acuerdo a sus propios
procedimientos, y la finalidad de esta consulta sería llegar a un acuerdo o un
convencimiento. El acuerdo que de alguna manera habíamos contribuido a
realizar, entre el gobierno federal y los pueblos indígenas, pues son los Acuerdos
de San Andrés, que se tradujeron posteriormente en la iniciativa de la COCOPA y
que el Presidente de la Republica, en diciembre pasado presentó al Congreso de la
Unión o la Cámara de Senadores.

Este documento era muy importante para nosotros porque no estaban ahí los
máximos planteamientos hechos por pueblos indígenas de México, pero sí estaba
recogido lo mínimo que podíamos aceptar, sin embargo eso mínimo fue todavía
minimizado. No se reconoce el derecho a la libre determinación de los indígenas
de manera constitucional; se dice que los pueblos indígenas tendrán derecho a la
libre determinación expresada como autonomía, pero que esta tendrá que ser
regulada en los estados y dependiendo de la fuerza de los movimientos indígenas
en cada uno de los estados, podrá haber una ley que ampare más o menos
derechos.

2. José Carrillo de la Cruz, indígena huichol

¿Cuál es el sentir de un pueblo indígena, que está dolido hace más de cien años?,
Con estas reflexiones que hoy se han expuesto en esta mesa, tanto por académicos,
intelectuales, investigadores y asociaciones, podemos decir que no estamos solos
en este planeta o en estas comunidades o en este país. El dolor que nosotros
sentimos es el dolor de todos. No sé de que forma se pueda sentir ante el hecho de
que unos seres humanos transformen a otros para su uso personal, comercial, pues
por el simple hecho de que no sabe hablar se manipulan a esos cuantos que no
dominan la palabra.

Este foro nos lleva a otro camino. Por esta razón agradezco a todos los presentes
que hacen de esto una participación y un diálogo que nos lleve a una finalidad
buena para la existencia de los pueblos indígenas y un beneficio para todos los
seres humanos existentes y para la mejor conservación de nuestro planeta.

Hablando específicamente de mi pueblo huichol, yo soy del norte de Jalisco.


Nosotros como pueblo huichol tenemos los mismos problemas de otras regiones
de la República donde se ubican pueblos indígenas. Es un reto alcanzar algo que
nosotros mismos estamos pidiendo, que no se llegue a nuestras comunidades, que
no se investigue sin nuestro consentimiento. Hasta ahora hemos conservado el
10% de nuestra cultura, de nuestro lenguaje y es un porcentaje muy alto de
conservación en nuestras comunidades, si tomamos en cuenta todo lo que hemos
perdido. Eso que hemos perdido, esa base de los pueblos se ha minimizado,
gracias al comercio chatarra que se ha venido introduciendo de empresas que
dominan hasta el último rincón de nuestras comunidades, los comerciantes nos
invitan a que seamos comerciantes en pequeña escala, pero creo que estamos
pobres en comparación a los beneficios que ellos poseen.

Sólo quiero pedir a todos los presentes que intervienen en la solución de este reto
por el que estamos luchando los pueblos indígenas, que no se hagan
investigaciones en nuestros pueblos sin nuestro consentimiento, por que nosotros
como huicholes ya hemos hablado de las patentes, de los transgénicos, de los
cambios que se han hecho en algunos productos, como el fríjol y el algodón.

Tenemos en nuestras comunidades el maíz como un producto que es la fuerza, la


vida y la fortaleza del huichol. Los cinco colores del maíz nos indican la vida y
fuerza del hombre, los cuatro puntos cardinales y el centro de nuestras
comunidades. Si hubiese un cambio, como el de que alguien externo patentara
nuestro maíz, acabaría con nuestra vida y existencia.

Tenemos variedad de plantas y raíces medicinales que estamos controlando y


cuidando para preservarlas. Vemos que los conquistadores no llegaron hasta
nuestras tierras. Nuestros caminos no eran accesibles para el hombre blanco o
ladino como decían allá, sólo nosotros los huicholes los caminábamos. Hoy, el
gobierno ha hecho vías de comunicación y de acceso por camionetas y esto es
razón principal de todo lo que hemos estado perdiendo. Como resultado,
mostramos ese 10% que conservamos de nuestra cultura y nuestro lenguaje
nosotros como huicholes. Esta sería mi intervención y propuesta ante esta mesa, el
poco conocimiento que tengo de mi pueblo y de nuestra problemática es lo que
planteo se resuelva.
Gracias.

3. Retos para defender y preservar nuestros derechos

Carlos Guzmán, COMPITCH

Me gustaría leer la ponencia del COMPITCH porque fue un trabajo extenso de una
experiencia centenaria que de por sí la estamos viviendo y resistiendo; para hilar
las palabras tenemos una lengua materna y se nos dificulta el español por esta
razón hemos escrito papeles que nos protegen y que sirven para que otros puedan
leerlos.

¿Qué debemos hacer y qué no para que nuestros derechos sean vivos y caminen su
larga vida? Pensamos que no es sólo un camino el que ha de andarse ni una sola
posición, ya que muchos son los destinos y zonas a donde queremos llegar.
Poseemos un mismo corazón para partir y con ese mismo llegamos; son las
necesidades las que varían, más no el corazón, porque la llegada no es sino otro
punto de partida.

Nuestra propuesta de estrategias para defender y preservar nuestros derechos


varía y tiene más de un camino y sale de nuestra experiencia centenaria más
reciente de nuestra participación en San Andrés. Necesitamos la participación de
todos para hacer realidad este sueño, fundamentalmente de nuestra experiencia
actual con ICBG Maya. Por eso, la propuesta que traemos no gira en privilegiar las
exigencias legislativas al poder, para ver si nos concede o no lo que de por sí es
nuestro, sino que va en torno a caminar como quiera nuestra autonomía incluyente
y compartida, en torno a organizarnos con la estrategia requerida para que ese
poder y sus acreedores históricos nos respeten, porque de otra manera ya vimos
que no entienden ni entenderán nunca. Estas propuestas para defender y
preservar, junto a otros derechos, un lugar propio de nuestra madre tierra que a
todos quiere y a todos necesita por igual son:

1. Trabajar en la recuperación organizada, participativa y prepositiva de nuestra


memoria, para agarrar nuestra propuesta clara de cuanto fuimos y de lo que ahora
somos, y para reflexionar también de lo que queremos ser, para diseñar la
estrategia de cómo vamos a hacer para seguir siendo pueblos y comunidades
indígenas.

2. Reivindicar a los pueblos y comunidades como entes útiles y legítimos a través


de a) su incorporación y adecuación a la reglamentación comunitaria
organizacional; b) su amplia difusión mediante talleres de capacitación, foros y la
utilización de todo tipo de espacios con materiales disponibles para ese propósito.

3. Incidir en los foros y mesas multilaterales donde se trate o donde se debiera


tratar, en razón de la naturaleza, el impacto social de estos temas.

4. Juntar las denuncias, quejas y demandas que en derecho procedan, en caso de


ocurrir alguna violación de esos derechos, disponiendo una oficina o comité
encargado de su despacho y asesoría.

5. Reivindicar a aquello que no pudieron plasmar su vigencia positiva, que de por


si vienen ejerciendo nuestros pueblos y comunidades.
6. Crear grupos plurales de trabajo y de asesoría multidisciplinaria de rigurosa
vinculación, para construir y consolidar la asesoría de los pueblos, comunidades y
organizaciones indígenas, y para recibir y sistematizar propuestas ante los propios
pueblos, comunidades y organizaciones; pero también ante las instituciones y
organismos multilaterales, planes, programas, estatutos, políticas y acciones para
proteger y ampliar derechos y obligaciones.

7. Desplegar mediante un plan de acción conjunto, un enfoque de acción múltiple


de nuestras luchas y propuestas, para organizarse ahí donde aún no hay
organización y fortalecer ésta donde se requiera, participando con respeto y
entusiasmo, entendiendo que al impulsar estas acciones con otras hermanas y
hermanos, lo estaremos haciendo por nosotros mismos. Sabemos que cuando falta
un hermano, la fuerza se resiente en esa misma proporción y la cantidad de lucha
baja.

8. Construir y consolidar la organización social de base, en redes regionales,


nacionales, globales, con metas que mantengan los principios, estrategias y
objetivos comunes, como también para andar en colectivo, no sólo las luchas
comunes sino también las locales y especificas de los grupos y organizaciones
frente a un plan común.

9. Conformar alianzas tácticas con todas aquellas organizaciones, instituciones y


organismos y gobiernos afines, con vistas a proteger e impulsar todo lo antes
señalado.

10. Incorporar a los más diversos sectores y grupos sociales como actores
fundamentales de la reivindicación y defensa de estos derechos, demostrándoles
que los derechos de los pueblos y comunidades indias empiezan pero no terminan
aquí, sino que son de todos y a todos sirven, y que su restricción invariablemente
importa como una restricción equivalente en potencia y acto a los derechos e
interés político-sociales del resto de la sociedad, que depende del cabal ejercicio de
aquellos que están conectados.

11. Incorporarnos como pueblos y comunidades indígenas a las luchas y


preocupaciones de otros hermanos y hermanas no-indígenas, entendiendo que la
lucha es por lo que les preocupa a ellos o a otros, que significa luchar por nosotros
mismos, principio que tenemos y del que en innumerables episodios de nuestra
historia nacional hemos dejado constancia.

A propósito de los planes, proyectos, programas y acciones que de donde quieran


llegan a nuestros pueblos y comunidades, para utilizar de muy diversas formas
nuestro trabajo, o nuestras tierras y nuestra cultura, pensamos que para poder
asumir todo eso que nos llega, y en ese sentido hacer efectivos nuestros derechos a
decidir lo nuestro por nosotros mismos, sería conveniente entender, entre otras
recomendaciones y propuestas, a unas que ya presentamos en el Sur de África, en
el foro sobre racismo, con motivo de la conferencia “Racismo y discriminación de
los Pueblos Indígenas”, y que a continuación comparto con ustedes.

1. La conformación de redes regionales, locales, nacionales e internacionales de


monitoreo y autogestivas para detectar, registrar, analizar y evaluar, en consejos
asesores autónomos, los planes, proyectos y acciones de los gobiernos, de las
corporaciones o centros de investigación afines a ellos, y que se propongan y
vengan a nuestros pueblos y comunidades con el objetivo de aprovechar sus
recursos e incidir de alguna otra manera en nuestras vidas.

2. Volver operativas las consultas previstas en el convenio 169 de la OIT, mediante


la creación de consejos o comisiones independientes, propuestas por los propios
pueblos y comunidades, de tal manera que se ajuste a los postulados de esta
convención que puede evaluarse a través de cuatro puntos: a) que la información
proporcionada por los informantes sea completa, incluida la visión de contexto,
los antecedentes y trayectoria de los oponentes, las experiencias comparativas y los
posibles escenarios, b) que sea comprendida a cabalidad por los destinatarios; c)
que lo que se presente incluya a todos los interesados o implicados; d) que lo
propuesto, a juicio de los pueblos y comunidades indígenas, no distorsione o vaya
en contra de la cultura, instituciones, principios o formas comunitarias.

3. Una propuesta de iniciativa legislativa marco, diseñada por nosotros, que


ordene considerar tanto a la desigualdad objetiva derivada de la marginación
histórica a la que han estado sometidos nuestros pueblos y comunidades, como la
debida traducción cultural de cuanto se pretenda; pero también la imposibilidad
de hacer tratos con otros estados o sus agentes, sobre temas donde no exista
reciprocidad legislativa o no se respete a nuestros pueblos, y que como quiera
puede usarse ya, como así nosotros en el COMPITCH la hemos venido usando, por
ser legítimo el motivo social en que se funda y cuya exposición de motivos y
textos surjan a propósito

Finalmente tenemos una propuesta para asumir la salud de nuestros pueblos,


desde nuestra cosmovisión y práctica sin anular las otras opciones. Que quede
claro que no rechazamos las otras opciones. También nos resta utilizar la medicina
occidental. Ya he expresado en el foro de Durban, cómo médicos parteros y
parteras indígenas tradicionales proponemos también un proyecto autónomo de
salud que, basado en los recursos que conocemos y controlamos, se vincule desde
nuestras necesidades y procesos a la medicina occidental o a otras. Y que tome de
éstas o ésas lo que nos sirva, como quiera que lo tome. Incluso como recientemente
lo hicieron nuestros hermanos de Sudáfrica o mediante otras opciones en ejercicio
a nuestro derecho a la vida y que destierre todo aquello que no le sirva. Así
podremos crecer sanos, fortalecer y compartir, cada vez con más personas y
grupos solidarios y necesitados también de la salud, nuestros conocimientos y
recursos que, por otra parte, nosotros sólo tenemos por custodia, que nos
encomendó nuestra Sagrada Madre Tierra. Gracias.

4. Preguntas, respuestas y propuestas

Moderador

Muchas gracias. Está cerca de terminar esta travesía que hemos hecho juntos por la
reflexión de este tema. Nos quedan aún, más o menos hora y media. Y hemos
pensado que este tiempo que sigue pues podríamos y debíamos utilizarlo para
escucharnos unos a otros en cuanto a propuestas de acción, cosas que pensemos
que se podrían hacer. Son varios los problemas que se han identificado a lo largo
de estos dos días.

Yo aquí hice algunos apuntes, en donde se da por ejemplo que uno de los
problemas importantes es que en México tenemos mucho la costumbre de no
cumplir las leyes. De no cumplir los convenios internacionales. Creo que hay
coberturas que nos harían mucho más ligera la vida en este tipo de problemas;
pero existe una fuerte tradición de incumplimiento de las leyes y los convenios a
que nos comprometemos internacionalmente.

Pero además de eso, tenemos que lidiar con una especie de legislación
monocultural, que de alguna manera responde al proyecto global y neoliberal. Y lo
hace impulsando una contradicción muy profunda en conceptos y preceptos muy
fundamentales, digamos, para los asuntos que se están discutiendo. Uno de ellos
por ejemplo, es la diferencia tan profunda entre los conceptos de propiedad.

El Artículo 27 Constitucional y el “TRIPS” de la Organización Mundial de


Comercio establecen conceptos de propiedad que no se pueden conjugar con otras
cosmovisiones. Y esas cosmovisiones ahora resultan muy importantes porque son
los poseedores, detentadores o propietarios de los recursos a los que se desea
acceder. Pero también tenemos los principios referentes a la conservación y
aprovechamiento de los recursos genéticos. Los indígenas también piensan en la
conservación y el aprovechamiento; pero son también muy diferentes las
concepciones y la profundidad con que se piensan estos conceptos.

Similar sucede con el significado de equidad. Pensamos de diferente manera el


valor de las aportaciones de unos y otros; no tenemos un consenso construido al
respecto. Incluso sobre la misma idea de recursos genéticos. El Dr. Soberón nos
decía que los recursos genéticos son eso, recursos, y hay que aprovecharlos. Y
tenemos poco tiempo para aprovechar esa ventana que abre el comercio mundial.
Pero para los pueblos indígenas ¿son recursos o son esencias de la vida, como nos
han dicho en muchos foros?. Son cosa sagrada; no se deben de comercializar; no se
deben de pensar en términos lucrativos solamente. Y recordémoslo: ellos son los
dueños, son los poseedores del recurso. Entonces, tenemos que conjugarnos
conceptualmente. Tenemos que buscar la manera de una práctica intercultural, de
este reto que tenemos ahora como humanidad.

Pero también existen problemas de tipo político. En este caso tenemos rebasado el
orden del raciocinio, en mi opinión. Por un lado tenemos que la técnica ha
rebasado a la ciencia. Tenemos capacidades aplicativas pero no tenemos
capacidades de previsión de qué va a ocurrir después. Y entonces, tenemos un
problema porque ya urge la aplicación del recurso genético en la industria para
poder satisfacer las necesidades de capitalización de las inversiones hechas por las
grandes transnacionales; pero no tenemos todavía claros, desde un punto de vista
científico, los efectos en la salud humana o en la biodiversidad.

Entonces, no existe un consenso sobre las prioridades que debe adquirir la


bioseguridad, por ejemplo, sobre las leyes de acceso. No existe tampoco un
consenso sobre el concepto de la moratoria. Hay quien dice que para qué
moratoria, y hay quien habla de moratorias de 50 años, de 5 años, según el punto
de vista o el análisis que se haga. Ninguno de estos conceptos están tomados sin
base alguna. Son tomadas de manera responsable por quienes los hacen. Por lo
menos de aquellos que actúan de buena intención.

Además, tenemos rebasada la realidad porque tenemos ya en curso políticas


públicas que empujan a una apropiación monopólica de los recursos. De manera
pujante, de manera acelerada, muy fuerte, muy impositiva. Como decían, tenemos
el problema de una privatización generalizada que no sólo es cuestión de los
recursos genéticos; nos hablaban que se busca privatizar incluso los recursos del
agua, los conocimientos tradicionales, en fin.

Pero al mismo tiempo que tenemos este empuje de las políticas económicas, de la
expulsión de la gente del campo, políticas de abandono del campo precisamente
para que la gente tenga que emigrar. Por ahí nos decía Andrés Barrera, que en la
página de la Presidencia existe un Plan Presidencial para que queden dos millones
de agricultores en la zona del Istmo. Según lo que nos informó Andrés Barrera, se
piensa expulsar a 10 millones de campesinos en la zona del Istmo. Quiere decir que
tenemos encima, ya en curso, en marcha, con inversiones concretas, toda una
planificación del territorio y la población de la cual no nos han hecho partícipes.
Y todavía no nos ponemos de acuerdo en torno a conceptos fundamentales. Los
pueblos indígenas son los principales detentadores de los recursos, son quienes
tienen las bases de estructuras conceptuales capaces de oponerse a las dominantes;
pero nos informan que tampoco han discutido entre ellos suficientemente el tema
ni tampoco es conocido entre los propios pueblos indígenas, los sujetos.

Es decir, tenemos una serie de problemas al frente a los cuales tenemos que dar
respuesta. Hubo una enorme cantidad de propuestas de acción, que creo que sería
muy largo y robaría mucho tiempo repetir. Sería mucho más productivo si entre
todos podemos empezar a construir, no importa que repitamos algo que ya hemos
dicho o lo remarquemos o lo argumentemos más. Pero, desde las propuestas de
Andrés Barrera de no perder de vista el contexto amplio, el gran contexto en el que
está ocurriendo todo esto hasta propuestas muy puntuales sobre ir al Senado,
revisar e impugnar, en fin.

Sería conveniente tener un conocimiento pleno de esta enorme cantidad de


convenios, leyes contrapuestas entre sí, algunas muy difusas como el Convenio de
Biodiversidad, el Protocolo de Cartagena, los derechos de los agricultores, las
semillas, el TRIPS del OMC. O sea, leyes y convenios internacionales que se
oponen entre sí también.

Algo es cierto, lo que nos decía el compañero de España, Luis, es que esto está en
construcción y es algo que estamos construyendo me parece de manera muy
apresurada, muy a las prisas, corriendo, todo de una manera desbocada. Y el
“latiguito” que nos trae corriendo pues parece ser el interés, los enormes intereses
detrás de esto.

Ya para dejar este micrófono en manos de ustedes. Yo solamente me pregunto:


¿será que como país tercermundista y vecino al sur de los Estados Unidos de
pronto no tenemos la capacidad de erguirnos, no nos concedemos a nosotros
mismos la capacidad de erguirnos y poder decir de manera firme algo que
consideramos una verdad? Bueno, pues en Europa se discute muy fuertemente
¿no?, incluso hay regiones enteras, países que están viendo declararse libres de
transgénicos. Hay compañías comerciales, como Nestlé, que en Europa ha tenido
que decir que está libre de transgénicos porque los consumidores de allá le han
exigido que las etiquetas digan si el producto contiene transgénicos. Eso es un
derecho que tenemos como ciudadanos y consumidores.

Pero pareciera que estuviéramos hablando de una palabra imposible. Tenemos que
ceder, tenemos que buscar la manera de lograr lo mejor, lo decía uno de los
ponentes: “capturar valor de las redes de la verticalidad”. Un concepto que me
pareció así como, de repente tuve que ponerme a pensarlo un poco, pero me parece
que es un poco esto, es tal vez que nos sentimos sitiados en una posición de
dominados. Tal vez no nos sentimos pares de los que detentan el poder
hegemónico mundial. Lo dejo en sus manos, propuestas, y por último ¿este foro
debería de pronunciarse de alguna manera? Si es así deberíamos de apartar un
poco de tiempo al final para hacer lo que haya que hacer al respecto.

Arcelia González

En primer lugar, quiero apuntar, jamás pensé que viniera a este foro a aprender
tanto. Yo cuando participé en el proyecto, cuando he estado en foros sobre el tema
del acceso, de la bioseguridad, creo que el sector de los representantes de los
pueblos indígenas no estaba.

Recuerdo, por ejemplo en 1999 se hizo, creo, que el primero o no sé si hubo más.
Hubo un taller que se llamó “Taller de experiencia mexicana sobre acceso a los
recurso genéticos”. De lo que se trató allí fue de ejemplos de proyectos de acceso
existentes, como el de ICB-Maya. Y no estaban representantes de comunidades
indígenas para que no generaran tanto conflicto y se pudiera llegar a acuerdos. Yo
así entendí que los que organizaron el evento habían decidido hacer eso en
Chiapas.

Entonces, para mí ha sido bastante aleccionador escuchar ahora a los


representantes de algunas comunidades, de los pueblos indígenas. Uno puede
proponer, “pues yo quisiera”, obviamente partiendo de la idea de escucharlos. O
sea, una propuesta de acceso, de compartir beneficios, pero obviamente
atendiendo lo que ellos quieran; pero al escucharlos directamente, uno cambia su
visión de la propuesta que uno tiene. Entonces, en primer lugar deseo agradecer la
invitación a este foro y por lo que he aprendido aquí.

Por otro lado, también se dijo en el foro que hemos estado ya en tantos foros, pues
ya es un poco cansado, que no se puede llegar a acuerdos. Y digo, ¿cansados de
qué?, ¿ de qué estaríamos cansados los académicos?, ¿qué hemos hecho realmente?
Yo creo que esto empieza porque no se ha resuelto nada. Y cansados de no
ponernos de acuerdo, ¿nosotros nos vamos a poner de acuerdo alrededor de este
problema? O sea, los académicos, digo si no hemos contemplado en los foros
organizados a comunidades indígenas, por mencionar algunas de las comunidades
locales. Entonces, yo creo que, bueno yo no estoy cansada, yo desde mi punto de
vista estoy en la mejor disposición de que se me siga invitando si ustedes saben de
algún foro, que se siga trabajando sobre esto.

Y por otro lado, pasando a los temas de la regulación, el acceso y el


compartimiento de beneficios. La idea del proyecto de ley por supuesto que debe
ser cuestionada, denunciada, pero yo diría ¿qué no habría de todas formas esa
necesidad de regular?. ¿En qué sentido regular? Y aquí quiero aclarar. No quiero
insistir en que necesitamos un proyecto de ley de acceso, por favor. Simplemente el
regular implicaría algo como más general, como diciendo ¿cómo podemos
proteger el conocimiento de las unidades locales en general?, ¿cómo vamos a
regular eso en términos de proteger ese conocimiento?, ¿cómo vamos a regular en
términos de proteger nuestras variedades endémicas en peligro de extinción, la
diversidad biológica? O sea, el deterioro está sucediendo.

Entonces, yo creo que hay que regular, por ejemplo, priorizar el criterio de
conservación sobre el criterio de la propiedad intelectual. Decir en una legislación,
en una ley o en una política: “esto no se patenta, pero la ley intelectual dice que si
cubre con el requisito de novedad se puede patentar”. Bueno, pero el criterio de
soberanía alimentaria, el criterio de conservación está sobre el criterio de
patentabilidad. Bueno, es un ejemplo de lo que a mí me preocupa cuando hablo de
regular.

Yo recuerdo que comenté a una compañera bióloga,: “oye, ¿ no deberíamos de


proteger nuestras variedades endémicas?” y ella decía: “Arcelia, son tantas que
cómo se va a implementar una política proteccionista diciendo no al acceso a
variedades endémicas”. Bueno pues, a lo mejor sí. No sé, pero la preocupación por
regular toda esta riqueza con la que cuenta el país y en general la región latina, yo
creo que sí se debe regular en este sentido de conservar nuestra diversidad
biológica ¿no?. Ir obviamente, como Silvia Ribeiro y otras personas han insistido
aquí, entendiendo esta directa relación entre la conservación de la diversidad
biológica y la forma de vida de los pueblos indígenas. Bueno pues, creo que es
todo lo que yo quisiera comentar.

Pedro González

Quisiera nada más hacer algunos comentarios tomando como base el espacio
donde se está llevando a cabo esta reunión, este foro. Yo creo que la academia tiene
una alta responsabilidad, en el sentido de que independientemente de los cambios
jurídicos en los que se están discutiendo los derechos indígenas, la academia debe
cambiar una proyección hacia el trabajo con los pueblos indígenas, hacia la
investigación con los pueblos indígenas.

¿Cómo hacer para que conjuntamente la academia en lugar de que vaya a


investigar a los pueblos indígenas (y esto se refiere no solamente a los
componentes biológicos sino que a otros), en lugar de que los vaya a investigar,
pueda investigar, pueda sistematizar junto con los pueblos indígenas? De hecho en
la práctica así ha sucedido, cuando en cuestión antropológica los investigadores
llegan requieren definitivamente de la intervención, de la información, de los
individuos y de los colectivos que viven en esa comunidad. De tal manera que
siempre están dando información, dando, uno se atreve a decir, todo el contexto, la
forma organizativa, los conocimientos que existen en esa comunidad. No es el
investigador el que descubre por sí sólo todos esos conocimientos.

¿Entonces cómo hacer que efectivamente esto pueda aprovecharse pero en


conjunto con los pueblos indígenas y que la academia de alguna manera favorezca,
inclusive, el que se consoliden los pueblos?. Porque ¿qué ha sucedido? Tengo un
paisano que egresó de esta UAM Xochimilco hace dos años, él es biólogo, y
después de estudiar cinco años aquí llegó a la conclusión de que ser mixe no servía
para nada. De que el ser mixe había terminado hasta Mitla, porque de Mitla para
acá ya no lo había utilizado. Desde luego, llegó a esta conclusión con toda la
discriminación que había recibido desde su pertenencia étnica hasta que pudo
demostrar que tenía la misma habilidad, la misma capacidad de aprender que
tenía que negar su pertenencia étnica.

Entonces, yo creo que no solamente es la cuestión jurídica, la cuestión de esta parte


del conocimiento, sino de cómo se están dando las relaciones sociales entre
indígenas y no indígenas. Y como también las instituciones académicas tienen que
jugar un papel importante. Desde luego los propios pueblos indígenas tienen su
tarea, porque efectivamente no hay una sistematización, tal vez una forma propia,
una metodología propia de cómo sistematizar o mantener una sola información de
estos conocimientos que manejan los propios pueblos, de la cuestión biológica, de
los recursos naturales. Nosotros tenemos ahí una gran tarea todavía por
sistematizar. Claro hay trabajos, investigaciones hechas, pero que esto tiene que ir
avanzando mucho más. Gracias.

No identificado

Bueno. Nada más quisiera muy puntualmente, con base en lo que he escuchado,
tratar de dar la visión, desde mi punto de vista como abogado, sobre lo que se
puede hacer a este respecto. Lo pongo a su consideración, probablemente sea muy
limitativo o probablemente pueda ser útil. Yo creo que se trata a la vez de diseñar
una estrategia de movilización e información. También hay que diseñar una
estrategia legal porque ya hay la amenaza de una ley que está en el Congreso y que
probablemente se pueda aprobar, y ya aprobada nos puede traer muchos
perjuicios.

Entonces, ¿cómo o cuáles serían las herramientas jurídicas que podríamos utilizar
desde este momento? Son las que ahorita se me ocurren. Puede haber más después
de un estudio más profundo. Pero lo primero es tratar de llevar a cabo una
información sumamente amplia a todas las comunidades, para que tengan en el
momento en que se les quiera pasar la voz, la posibilidad de opinar pero ya de
manera muy informada. Nos damos cuenta que hay muchas organizaciones
indígenas que tienen el conocimiento de los “contra” de esta bioprospección y de
lo que es la bioprospección. Entonces que esto se pueda difundir y creo que es algo
que ya se ha tratado en este foro.

Luego, el siguiente paso sería solicitar, conforme al Artículo 8 Constitucional y 7 de


la OIT, se lleven a cabo las consultas, es decir de manera escrita y que se lleven de
la manera en que establece en el Artículo 7 de la OIT. Ustedes van a decir, pues a lo
mejor no nos las aceptan o si no nos responden adecuadamente, no se llevan a
cabo. Hay la posibilidad de ganar un amparo perfectamente si no se cumple con
estos dos artículos.

Luego, creo que otra parte, que ya habían comentado aquí, es la asistencia a foros
internacionales. Ante esta controversia de la opinión de la ONU respecto de los
otros tratados, de los TRIPS, creo que la opinión de la ONU y los acuerdos de
derechos humanos recogen mucho de lo que en derecho internacional se llaman
normas de Jus cogens, que son las normas internacionales más importantes o los
principios jurídicos internacionales de mayor importancia y sobre los cuales se
pueden anular los tratados. Bajo la violación a una norma de Jus cogens se puede
solicitar la anulación de estos tratados desde la vía internacional y también puede
pedirse, desde la vía local, la nulidad de estos tratados. Es un poquito complejo, no
es algo que se trata mucho pero un trabajo o una estrategia jurídica debe de
contemplar también estos aspectos.

Y por último, es la cuestión de acceso a los medios de comunicación. Si bien


durante las reformas se dejaron muchas cosas vacías, en la reforma constitucional
se dispuso que había que dotar a las comunidades del derecho de tener y gozar de
sus propios medios de comunicación. Yo creo que eso es algo esencial que
necesitan las comunidades para poder dar a conocer su voz, no sólo a los propios
indígenas sino a todo el mundo. Entonces a la fecha se están llevando a cabo
consultas sobre las reformas a la Ley Federal de Telecomunicaciones y
probablemente el año que entra empiecen a trabajar sobre las reformas de la Ley de
Radio y Televisión. Este es otro aspecto sumamente importante, que los indígenas
y todos aquellos comprometidos con el movimiento indígena pueden apoyar e
impulsar: que se lleven a cabo los compromisos institucionales que se admitieron y
que pueden ser además de mucha utilidad.

Y ya ahora sí por último, esto ya es aparte de la estrategia legal. Hace poquito me


pidieron que preparara un tema para un foro de educación, derechos humanos y
derechos indígenas. Creo que algo que acaban de plantear y sucede con mucha
frecuencia, que la gente que sale de las comunidades y se va a estudiar, muchas
veces niega a su comunidad o menosprecia su saber, y esto pasa porque no se
reconoce tanto el saber indígena. Yo creo también que en una parte que debemos
de trabajar en la materia de educación es la de sistematizar el conocimiento
indígena para que se pueda dar una verdadera educación bicultural. Una
educación bicultural; pero no nada más a los indígenas sino a todos, que todos
podamos gozar de ese conocimiento. Porque lo que se ha hecho hasta la fecha es
decir “¡ah! bueno vamos a traducir la educación occidental en lenguas indígenas” y
yo creo que es un error.

El saber indígena debe de darse como tal, la visión indígena debe de darse como
tal, pues es muy diferente al saber occidental. Y desafortunadamente todos o la
mayoría de los mexicanos nos hemos visto privados en la educación del saber
indígena, que es parte de nuestra herencia cultural, la cual debíamos de poder
gozar. Sin embargo, los programas de educación no lo tienen, carecen de él. Y es
por eso que nos cuesta tanto trabajo a los que estudiamos en un sistema así
entender cuales son los objetivos, cual es la visón y como ven las cosas los pueblos
indígenas. Gracias.

Ricardo Garibay

Gracias. Más concreto todavía. Una propuesta de la Red sobre todo. Hemos visto
que el trabajo es muy concreto, que hay que hacer un plan, una estrategia donde se
definan tiempos y actores, hay actividades que se pueden hacer a corto y otras a
largo plazo. Y entre los actores están los académicos que tendrán que decir qué
necesitan pasarle a las ONG’s de abogados, que están trabajando en los
documentos, y de ahí que se pasen a los legisladores, y de ahí que se legisle. Es un
proceso muy largo. Y por otro lado están los funcionarios de las dependencias, de
las instituciones haciendo también un trabajo importante que deberá aportar a
todos estos otros actores.

Entonces primero hay que diseñar un plan a corto, mediano y alargo plazo y ver
específicamente que le toca a cada parte aportar. Esto puede resultar tan complejo
que de repente se menciona que es necesario realizar cambios estructurales y
moratorias a toda bioprospección, y tomar en cuenta los Acuerdos de San Andrés.
Bueno hay diferencias entre lo deseable y lo posible. Dentro de lo posible vamos a
ver que podemos hacer a corto, mediano y largo plazo.

Plantea la compañera: ¿qué podemos hacer para conservar los recursos de las
comunidades indígenas? Nosotros aquí nada. Mientras las comunidades indígenas
no se apropien y no asuman que es de ellas este material biológico y que sólo ellas
lo pueden cuidar. Yo me imagino qué le pasaría a un grupo de biólogos si van a
hacer colectas a algunas comunidades yaquis que estén perfectamente claras sobre
sus derechos de propiedad, a los pueblos mancomunados, a Ixtlán de donde es
Gustavo Ramírez o a San Juan Nuevo Parangaricutiro, se los comen vivos, los
linchan ahí en la plaza pública.
Mientras la comunidad no asuma que son de ellos los recursos y los demás actores
aportemos lo que en nuestro ámbito de competencia nos toca aportar para reforzar
todos esos procesos de las comunidades, no se va a lograr mucho. Porque
PROFEPA no sirve para nada, porque no tiene gente y porque son las
comunidades indígenas las que tienen que cuidar sus recursos. En ese camino hay
programas, hay ONG´s, hay financiamientos internacionales que por más
criticados que puedan ser, como por ejemplo el Corredor Biológico
Mesoaméricano, tienen financiamiento del Banco Mundial, quien lo dirige no tiene
nada que ver con el Banco Mundial, o el proyecto COINBIO; los que lo dirigen no
tienen nada que ver con los agentes del Banco Mundial. Y están haciendo en el
fondo una labor “por debajo del agua” para hacer frente por ejemplo al Plan
Puebla- Panamá, que no está aislado que viene junto con el Plan Colombia, a las
zonas de mayor biodiversidad, a las zonas de más barata mano de obra y a las
zonas de posible insurgencia.

Entonces, ¿qué área del país urge atender ahorita? Es el Sureste. Para hacerle frente
al Plan Puebla-Panamá. En esa medida están trabajando el Corredor Biológico, el
proyecto COINBIO, el PNUDA (el Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente), en donde está Porfirio Encino que en la administración de Albores
Guillén estaba en la lista de los agitadores peligrosos y ahora es el Secretario de
Asuntos Indígenas del gobierno de Chiapas. Y él está colaborando en este proyecto
de apoyo a capacitación de estas comunidades. De modo que sin satanizar los
proyectos, de repente por más que estén financiados por el Banco Mundial, los
actores pueden y están haciendo una labor “por debajo del agua” para hacer frente
a estos proyectos que sí son directamente orientados a saquear los recursos de la
zona del Sureste.

Mi propuesta va hacia allá directamente, a la Red, para incorporarlos en unas


propuestas que estamos haciendo con todas estas organizaciones u organismos y
proyectos de hacer talleres de planeación participativa, ordenamientos
comunitarios. Hay metodologías en donde las comunidades están resultando
exitosas porque las comunidades definen las áreas y el uso que quieren darle a
cada una de estas áreas. Y partir de esta búsqueda del bien común, que
mencionaba Gustavo Ramírez, se están organizando las comunidades y definen
qué quieren hacer con cada uno de los recursos que conforman su propio territorio.
Ahí hay un vacío que teníamos, en donde podría entrar la Red, si acepta participar.
Para explicar muy claramente, de manera didáctica, todo esto que tiene que ver
con la bioprospección y las posibilidades y las bondades o sus riesgos o sus
peligros, explicar cada uno de estos términos que jurídicamente son muy
complicados, tratar de explicarlos claramente para que ellos sepan. Y llegar a
explicarles qué legislaciones existen a nivel internacional, nacional, estatal. Y si no
existen, recurrir a los estatutos comunitarios que explicaba el compañero ayer, en
donde ellos pueden hacer sus propios reglamentos en eso de los recursos. Y estas
experiencias que les contaba de Ayozintepec, en donde les decían hay 60,000
hectáreas allí decretadas por la comunidad de selva virgen que no se van a tocar,
no sabemos para que las vamos a usar pero esas por lo pronto no se tocan.

Si no hay legislación alguna, la comunidad puede crear la suya propia. Y estos


talleres comunitarios están resultando en éxitos y algunos fracasos para que las
comunidades asuman el control sobre sus recursos. Independientemente de que
existan o no legislaciones o cuando existan, si es que van a existir, se busca que
estén reforzadas por una organización interna previa que, y sé que lo que estoy
proponiendo no resuelve nada pero sí previene, sí apoya procesos organizativos.
Algunos independientes de nosotros están funcionando, la misma gestión de áreas
naturales protegidas por comunidades campesinas está teniendo más éxito que los
que ha propuesto la Comisión de Áreas Naturales Protegidas, porque son las
propias comunidades las que las decretan, las que las cuidan y las que las
aprovechan. Y estas formas autogestivas están resultando con mayor éxito. La
propuesta de dar estos talleres la estamos compartiendo con cuatro o cinco
instituciones, con dos o tres programas de apoyo financiero internacional. Ahí
queda mi propuesta para trabajarla después con la Red, haber si se pueden sumar.

En cuanto a la propuesta de acceso a los medios que mencionaba el compañero.


Hay un convenio firmado hace muy poco entre PROFEPA y el INI, para difundir la
legislación ambiental por medio de las radiodifusoras del INI. No abarca todo el
país, son algunas radiodifusoras y están siendo sub-aprovechadas porque están
dando anuncios de lo que hace PROFEPA, que no es nada. Podemos aprovechar
ese espacio con el INI, donde hay gente que está haciendo también una labor de
hormiga, para incidir en ella y dar avisos de otro tipo. Dar a conocer este tipo de
información sobre el acceso a recursos genéticos y mucha otra información que es
necesaria y que PROFEPA no va a dar y que nosotros los que estamos aquí sí
podemos dar. Y si no funciona, bueno ya recurriremos a otras, pero ya está la
instancia.

Diferentes proyectos están sumando esfuerzos para llevarlos a cabo y están


haciendo propuestas a los Estados, por ejemplo a Chihuahua. Nos propusieron que
los apoyáramos para esto. Diferentes ONG´s que tiene metodologías distintas a la
nuestra tratan de hacer talleres. Primero para homogeneizar en cuanto a la
metodología de planeación participativa, para que en función de los recursos que
se obtengan de todos estos programas, se echen a andar como unidades para llevar
a cabo estos ordenamientos comunitarios, de donde surgen planes de manejo, de
donde surgen reglamentos comunitarios y en donde por ejemplo gente de Ixtlán
está capacitada para dar estos mismos talleres de productor a productor, de
campesino a campesino. Y la gente de San Juan Paricutiro, también por ejemplo, ya
no serían ONG´s sino serían las mismas comunidades que estarían difundiendo su
propia experiencia.
Carlos Ávila

Me parece que parte del gran problema que se vive en el país a nivel de las
universidades, digamos o de las instituciones de investigación también, es la
desvinculación enorme de los investigadores, de los alumnos con esa realidad
indígena, con esa realidad de las comunidades campesinas, tal vez en general. Y a
mí parece que se ha privilegiado la enseñanza libresca en las universidades.
Parece ser la falta de recursos, no hay mucho de salidas al campo. Y esas salidas al
campo desde mi punto de vista tendrían que ser a lugares concretos, como la Zona
Huichol, como Chiapas, Oaxaca, Veracruz en donde hay lugares muy concretos
donde se podría trabajar. La Sierra de Zongolica por ejemplo, es una de las zonas
más pobres del país, pero lo que no se hace es salidas, no hay trabajos de campo
concretos.

A veces los alumnos me dicen: “Oiga, ¿dónde podemos trabajar para que
podamos ver si lo que hacemos se refleja en la comunidad?”. Entonces me parece
que hay una falta de ese equilibrio entre la educación libresca y lo que tendría que
ser la realidad del campo, ¿no?. Para que los alumnos no salgan además super
teóricos pero sí se enfrenten a esa realidad junto con los indígenas y campesinos.
En ese sentido, me parece que una de las metodologías más interesantes, también
decía Ricardo, es la metodología de investigación participativa. Independiente de
que después haya metodologías muy puntuales.

Esa metodología nos dará la posibilidad de discutir los proyectos con las
comunidades, para ver si lo que estamos planteando es correcto. Y bueno les sirve
a las comunidades, ¿no?. Algo que pondría como una propuesta muy concreta es
revisar los contenidos académicos de cada una de las carreras que están
relacionadas con el campo mexicano, es decir que por ejemplo tengan los alumnos
claro cuáles son nuestros recursos naturales, por qué tenemos esta mega
diversidad en el país, cuáles son las culturas indígenas que existen en el país, cómo
manejan los recursos. Los alumnos con los que he tratado al menos no lo saben.

A mí me parece increíble que tampoco sepan cómo se defienden los recursos


naturales en el país, por qué están aquí esos recursos. Yo creo que es importante
eso, pero que lo vayan teniendo en el campo, que platiquen con la gente campesina
y con la gente indígena. No está pasando eso y yo creo que la universidad en ese
sentido tiene una responsabilidad muy grande. No sólo ella, también las
instituciones de investigación. Yo estuve en INIFAB, y INIFAB es un desastre, o
sea no hay muestras participativas, no saben ni lo que es. Yo creo que INIFAB es
una de las instituciones que debería ser invitada a estos foros. Ahora sí que son las
instituciones, querámoslo o no, más importantes que hay en el país que hacen
investigación agrícola, pecuaria y forestal, y no están aquí al menos para que vayan
tomando conciencia de que esto existe, de que tienen que hacer algo. A lo mejor
tienen que reaccionar un poco, no están aquí y yo creo que es importante que
estén.

Pasaré a otra cosa rápidamente. Creo en relación con las leyes, que tendrían que
hacerse las consultas antes y después de que ya estén elaboradas. Porque por
ejemplo, yo he participado en el diseño de la Ley de Desarrollo Rural, pero ya
después cuando la vimos, dijimos bueno ¿y dónde está lo que propusimos?.
Entonces yo creo que tendría que haber foros de consulta popular antes de hacer
las leyes y después de que ya están, como dice ellos, confeccionadas. Para ver si lo
que uno propuso se está tomando en cuenta.

Ahora, yo también ahí tomaría dos aspectos que me parecen importantes: el


Plebiscito y la Iniciativa Popular. Creo que han quedado muy relegados y no se
han retomado. Si pudiéramos lograr que estuvieran establecidos legalmente, tal
vez otra cosa sería con respecto de las leyes que nos quieren de repente imponer.

Gerardo González

Gracias. Tengo tres propuestas muy puntuales. Creo que debe de ir la


Red junto con el Congreso Nacional Indígena a hablar con el
CONACYT y con las universidades y centros de investigación
regionales [...fin de un casete...]. Que la gente de las localidades pueda
participar en los proyectos de investigación y que se informen y
socialicen los resultados tomando como base la lengua de la región. Y
en otro sentido, buscar que se generen y se gestionen proyectos que
respondan a las necesidades expresadas por los pueblos. Creo que eso
puede ser muy exitoso y muy pragmático y muy de inmediato. Ir y
hablar con las autoridades.

Y la última es anunciar que desde el ECOSUR, y ese es uno de los puentes


que estamos tejiendo, estamos preparando un foro, segundo foro, que
visualizamos como “Comunidad Académica y Relación con Pueblos
Indígenas”. Y pues están invitados, todavía no tenemos fecha. De hecho lo
tenemos que hacer como etapas distintas, que vaya tocando las distintas
temáticas de investigación que nosotros tocamos para que la comunidad se
sienta involucrada. Y bueno, pues yo creo que ahí en esos espacios que
vamos haciendo desde la universidades y los centros de investigación pues
hay que ir y empezar a restablecer ese diálogo. Gracias.

No identificado
Estimados amigos. No volvamos a cometer el error de intentar descubrir el
“hilo negro” y el “consomé de pollo”. Hay muchísimos trabajos tanto de
Naciones Unidas como de organismos de la sociedad civil que han hecho
estudios profundos, la mayor parte de ellos sobre estos problemas y han
llegado a conclusiones. Yo quisiera poner un ejemplo muy interesante,
porque sus problemas son inclusive mayores que los nuestros.

Alguien, que no se ha logrado saber quien, denunció en la Comisión de


Derechos Humanos de las Naciones Unidas a Finlandia, señalándola como
violadora de los derechos humanos de unos pueblos de Finlandia, conocidos
con el nombre genérico de lapones, pero especialmente a uno de ellos que se
llama el pueblo same. La denuncia en torno a la violación de los derechos
humanos de los sames señalaba que se les había despojado de las
propiedades de los bosques; que se les evitaba el acceso a las ciudades; que
no se les tomaba en cuenta y que se les discriminaba en todos sentidos.

De esa denuncia resultó una recomendación de la Comisión de Derechos


Humanos dirigida a la Asamblea General de Naciones Unidas que le envió
una recomendación al gobierno finlandés. El gobierno finlandés la expidió,
la puso en práctica y después de cinco años es el único país del mundo que
ha recibido una felicitación de Naciones Unidas por el cumplimiento en sus
recomendaciones en materia de derechos humanos.

El problema del pueblo same es muy curioso, porque son unos pueblos
nómadas que viven de la explotación de los rebaños de renos. Entonces los
siguen a lo largo del año desde el Círculo Polar Ártico a donde se van en
tiempo de verano hasta la frontera por la antigua Estonia, Letonia, parte de
Suecia y parte de Noruega. Pero ellos se reconocen finlandeses a pesar de
que algunos de ellos son de otros orígenes (gitanos, judíos), pero ya
adoptaron todos las costumbres finlandesas. Hablan finlandés, pero
además tienen su idioma propio. Después de tres años de estudio se nombró
una comisión que recomendó al Parlamento de Finlandia la aprobación de
una serie de medidas que cubren prácticamente todo lo que aquí se ha
hablado: el derecho a sus bosques, a sus aguas, a sus ríos, a su
independencia política, a tener una lengua propia, a que no se pueda hacer
nada que afecte a los pueblos sames sin considerar previamente su opinión;
el establecimiento de juzgados especiales donde haya traductores de las
lenguas sames al finlandés; la obligatoriedad de reconocer sus derechos en
todo sentido, inclusive el derecho a la ciudadanía finlandesa, sea donde sea
que se ubiquen, en el Círculo Polar Ártico o en países extranjeros.

La iniciativa tuvo tal arraigo en el pueblo finlandés, que después hizo


modificaciones a su legislación totalmente de acuerdo con las
recomendaciones de la comisión nombrada. Se establecieron escuelas en la
lengua same, libros, traductores, hasta un himno nacional en idioma same.

El asunto llegó a extremos muy interesantes. Ya con el ambiente favorable a


los derechos humanos se llegó a que en la legislación, en la constitución
finlandesa se otorgue la ciudadanía automáticamente a todo extranjero que
tenga más de cinco años de vivir, incluyendo el derecho a votar, partiendo
de la base de que si un extranjero vive en Finlandia cinco años cuando
menos, ya conoce todos los problemas que le afectan a él y a su familia y
tiene el derecho a votar. Creo que esto podemos tomarlo como base y
utilizarlo para ciertos estudios.

Pasando a otro punto, creo que lo más interesante es lograr la suficiente


opinión pública, la suficiente presión política y civil para que nuestras
opiniones sean escuchadas en la Cámara de Senadores y en la Cámara de
Diputados. Y que sería conveniente buscar aliados. Yo me comprometo a
buscar aliados en sindicatos, en organizaciones de la sociedad civil no
utilitarias y claro que a esto tenemos que corresponder también con
solidaridad.

Pongo el caso del Sindicato de Electricistas que tiene formado un frente


contra la privatización de la industria eléctrica. Yo soy asesor del sindicato
en este aspecto ya que tuve la oportunidad, siendo todavía alumno, de
colaborar invitado por el presidente de la Comisión respectiva a formar
parte de la Comisión para la Defensa y Nacionalización de la Industria
Eléctrica, hace ya 50 años. Y tuvimos éxito y se nacionalizó la industria
eléctrica que estaba en manos de extranjeros. Entonces con ese antecedente
yo no puedo estar a favor de la privatización y asesoro al sindicato
precisamente en su defensa contra la privatización. Yo me comprometo a
obtener el respaldo del sindicato de electricistas, de otros sindicatos y
organizaciones para que haya una suficiente presión sobre el Senado y nos
escuche y sobre todo que atienda a nuestras sugestiones y peticiones.
Gracias.

Claudia Gómez

Sobre la propuesta o sobre los que demandan hacia la RAADPI, yo creo que
en principio podemos decir que sí, siempre y cuando sean propuestas que ...,
bueno, lo vamos a consultar con los demás compañeros viendo las
posibilidades reales que tenemos de cumplir.

Quienes nos conocen saben que somos una organización chiquita y joven.
Entonces, igual, lo que podemos hacer lo vamos a hacer siempre y cuando
sea en beneficio de derechos los pueblos, y siempre y cuando tengamos el
aval y el apoyo del movimiento indígena y de los pueblos a los que
acompañamos. Y ciertamente, yo he encontrado en el foro muchísimos retos
que ya habíamos trabajado en la Red en otros espacios. Nunca habíamos
tenido la oportunidad de escuchar algunas de las posiciones que se dieron
en estos días. Y me imagino que del foro salimos más enriquecidos de
escuchar la palabra de gente de los pueblos indígenas, de la comunidad
científica que nunca habíamos tenido la oportunidad de escuchar. Y nos son
importantes esos nuevos puentes que se están tendiendo.

Creo que sí hay muchos retos en el tema para los abogados, no sólo para la
RAADPI porque tampoco hemos pretendido monopolizar y ser los
abogados que defienden los intereses de los indígenas en todo el país.
Sabemos que somos una organización más de los muchos abogados que
están trabajando el tema y con los que esperamos seguir colaborando.

Creo que hay cinco retos para nosotros a trabajar en el corto y mediano
plazo. Uno es ciertamente poner en palabras más sencillas esta información
que luego parece ser demasiado científica y jurídica, ponerla en palabras
como más sencillas para que pueda ser comprendida más fácilmente por la
gente, para el movimiento y la sociedad en general. Segundo, se hace
necesario un estudio o un grupo de trabajo que haga un análisis de la
legislación tanto nacional como internacional. De repente escuchamos
dentro de las ponencias a quienes decían: “no hay legislación; sí hay
legislación; hay legislación limitada; hay pero no hay”. Entonces, el reto es
recopilar, encontrar cuál es la legislación que realmente favorece a los
pueblos indígenas o que puede ser utilizada por los pueblos indígenas.

Por ejemplo, Larson planteaba si eso es inconstitucional o no, o no sé. Ese


análisis que va más allá de la compilación, pero decir si eso sirve o puede
ser utilizado para los pueblos, y que va unido a pensar la Ley de Acceso. La
Ley de Acceso está ahí y falta la opinión de gente que se supone que sabe un
poquito de derecho, para decir si es completa o no es completa y todo esto. Y
sobre todo poner énfasis en saber que cualquier ley, si no está acompañada
por la reforma grande que están esperando los pueblos indígenas o que
demandan los pueblos indígenas no va ser válida. Eso creo que sí nos tiene
que quedar claro y me imagino que es casi un consenso.

Si no hay derechos fundamentales no puede haber avances, pero está el


Convenio 169 que habla de la consulta y entonces falta poner en la mesa de
la discusión que significaría para la Ley de Acceso que hubiera consulta.
Está en el derecho, en el Convenio 169 que es ley vigente, lo que es una
consulta verdadera. Y eso debemos decírselo a quién esté tratando de
aprobar ya esta Ley de Acceso. Porque sabemos que lo van a hacer pues. Si
no metemos las manos, si no empezamos a hacer cosas ellos las van a hacer.
Lo hicieron con la reforma indígena.

Otro asunto que me parece que está ahí, y del que igual se habló poco, es
como diseñar estrategias jurídicas de mano de las estrategias políticas, un
poco lo que está haciendo ahora el movimiento indígena con las
controversias. Lo que nos platicaron fue que la mayoría de los casos de
proyectos de bioprospección se han parado, se han hecho desde lo político;
pero también hay experiencias jurídicas, por ejemplo UNAM-Diversa se
paró con una estrategia jurídica. Lo hizo la COICA en la Oficina de
Patentes de Estados Unidos. No sé o sea, falta buscar también cómo
fortalecer esa estrategia que es política, que es de confrontación con
estrategias en los tribunales.

Y por último, yo sí creo que tenemos que pensar formas de protección, o sea,
si bien estamos hablando de la ley y de la moratoria, ¿qué sobre el derecho a
la información?, ¿qué hay sobre el decir no y más allá del decir no?, ¿es o no
es posible la idea ésta de las marcas colectivas?, ¿y si el registro público
puede ser una alternativa?, ¿o si podríamos pensar que los científicos
apoyen la elaboración de colecciones comunitarias? Que se queden en las
comunidades pero al mismo tiempo sirvan a los pueblos.

Hay finalmente un reto grande –creo– para el Congreso Nacional Indígena,


para el movimiento indígena. Ya lo decía Aldo, es esta búsqueda de aliados
que pueden estar en los lugares en que hace algunos años no nos
imaginábamos que podíamos encontrarlos, o sea aliados en el gobierno. Eso
hace algunos años igual sonaba loquísimo, eso no iba a ser posible. Pero
ahora igual sí hay gente en el gobierno que pueden ser o en lo científico que
pueden ser aliados al movimiento.

Silvia Ribeiro

Yo quería retomar algunas cosas que me parece que algunas veces fueron
como consensuadas. Una cosa que tengo entendido apareció en la discusión
de ayer, que yo no estaba en la mañana, es proponer desde este taller que
México ratifique el Protocolo de Cartagena. Si no se ha sugerido, propongo
que se considere. Haber si eso es una posibilidad de conclusión de este
seminario o sea una recomendación en este sentido.

Otra, ratificar el nuevo Tratado, éste que se llama de Recursos Genéticos


para la Alimentación y la Agricultura, en el que por otra parte México ha
tenido una participación bastante activa, o sea no debería ser algo
terriblemente controversial para México, pero quien sabe. Acá como la gente
no conoce el Tratado, no sé si eso es, pero bueno, es una propuesta.
Con respecto por ejemplo a la Ley de Acceso que se está discutiendo y
relacionado al tema de la moratoria, que se ha hablado varias veces. O sea,
si acá hay alguien que puede poner en práctica la moratoria, es la
SEMARNAT, porque es la SEMARNAT la que da los permisos. Yo creo, acá
han habido, porque me los he encontrado, además de la intervención
interesante de Ricardo Garibay ayer, ha habido varias personas que han
hablado desde la SEMARNAT y ojalá que recojan acá lo que se ha
planteado. Veamos la moratoria no como una cuestión de parálisis, sino en
el sentido de que sí se necesita de una discusión mucho más amplia en un
montón de temas.

Con respecto a la Ley de acceso presentada en el Senado, yo pienso que


como mínimo habría que destacar que hay una preocupación bastante
grande con respecto a su actual contenido. Y lo vinculo a la moratoria, en el
sentido de que es un tema que no ha sido discutido, que entra como una
iniciativa de ley y que, bueno, ha pasado “desapercibido”. Y entonces, de
pronto mañana vemos que hay una ley aprobada que nadie vio. ¡Cuidado!,
por un lado hay una gran discusión, yo diría que hay una discusión amplia,
no sé si enorme, pero una discusión y preocupación amplia con respecto a
temas muy relacionados, y por otro lado hay una ley que se está
discutiendo sin que haya ninguna conexión.

Por ejemplo en el caso de UNAM-Diversa, la PROFEPA dio


recomendaciones que tuvieron efecto; no es que la PROFEPA haya
cancelado el proyecto, pero sus declaraciones tuvieron el efecto de cancelar
UNAM-Diversa. Una de las recomendaciones era que se recogiera el tema de
consulta amplia. En ese sentido, nada más yo digo, es bastante preocupante
que nos hagan preguntas formales. Porque si mañana se llama a tres foros,
uno en el D.F, uno en el norte y otro en el sur, y se pide que vengan todos los
que puedan, pues no sé, en lo personal yo no considero que eso es una
consulta. Es como un llano ventilar opiniones. O sea una consulta es
cuando la gente dispone de la información primero y puede ir sabiendo lo
que va a hablar ¿no?. Entonces, eso requiere un cierto proceso.

Después quiero, también recogiendo cosas que ya se señalaron. Por un lado,


se ha nombrado en repetidas ocasiones el tema de la contaminación de maíz
transgénico, de maíces nativos; Greenpeace, Aldo, y otros hablaron del caso
de la Sierra Norte de Oaxaca. Es grave, porque el maíz posiblemente es uno
de los recursos más valiosos de México. O sea, no se puede separar de la
discusión que nosotros estamos teniendo con respecto al riesgo que corre ese
recurso. Entonces en ese sentido, si no es recomendación de todo el taller,
por lo menos que se tome en cuenta que ha habido muchas voces de
preocupación con respecto a la necesidad de un plan emergente para cortar
las fuentes de contaminación, o sea de investigación y de corte de las
fuentes de contaminación y de saber hasta donde ese recurso está
contaminado en todo el resto de México, como también se encontró en
Puebla y Guanajuato.

En ese sentido, también ayer Aldo, no sé si lo pensaba decir más tarde, Aldo
habló de un helicóptero tirando maíz en la Sierra Norte de Oaxaca.
Entonces eso sí, me parecería que por lo menos como recomendación de este
taller debería de salir un comunicado fuerte para que se investigue sobre
ello y que se haga en forma también urgente. O sea ¿qué significado tiene
eso?, ¿qué se está haciendo?.

Después hay otras cosas que quiero nombrar, aunque ha habido varias
propuestas, no sé si pueda salir así como cosa del taller. Hace dos semanas
estuve en la Reunión Internacional del Sistema de Investigación Agrícola
Público Internacional y del CEYIAR, en el cual participan CIMMYT (uno de
los 18 centros mundiales) e INIFAT. Uno de los temas centrales es
justamente el de la investigación participativa, porque de hecho ni el
sistema CEYIAR en general ni tampoco el INIFAT para nada la practican;
pero algunos centros han hecho estudios y encontraron por ejemplo una
diferencia muy grande entre lo que quiere el investigador y las comunidades,
o lo que la mayoría de los investigadores entienden por investigación
participativa es decir, las instituciones de investigación o el investigador
tienen un proyecto van y se lo presentan a las comunidades. Pero la verdad
es al revés, o sea se debería partir de preguntarle a las comunidades ¿qué
quieren?, ¿qué necesitan que se investigue?, ¿a dónde tienen sus problemas?
O sea, haber si investigamos en ese sentido. ¿Se entiende? Hay una
diferencia bastante grande.

Por lo menos nosotros vemos bastante positivo, que ECOSUR por ejemplo,
se abra a ese tipo de investigación ¿no?. Pero les quería decir esto, porque
hay un proyecto piloto para todo el mundo de ver si funciona la
investigación participativa, e incluye a México y Centroamérica, y está
coordinado por el señor Jesús Moncada de INIFAT. Entonces, ¿cuándo han
oído hablar de este proyecto? ¿Nunca? Bueno, los demás tampoco. Entonces,
de todas maneras ya se hizo una reunión y se hizo en México, en el D.F.

Lo estoy diciendo, aunque no lo dije antes, porque ha habido una reunión de


ONG’s dedicadas al desarrollo rural y organizaciones campesinas de todos
los países. El único que no asistió fue México, aunque hubiera estado
representado por UNORCA pero tuvieron dificultades y no fueron, pero
estaban invitados. Y hay una declaración que se hizo en Costa Rica, hace
dos meses, hablando de este tema, diciendo que “ya no queremos que los
INIFAT de América Central y de México y en general el sistema público de
investigación agrícola sigan investigando lo que quieran sino que queremos
participar de eso”. Y bueno ese documento yo se los voy a poner a
disposición, por los menos a los organizadores, porque aquí no lo tengo
pero para que lo circulen o lo que sea, se llama “La Declaración de
Guasimo”, eso fue en Costa Rica y es de hace dos meses.

Y el último punto, les recuerdo que México en este momento, según tengo
entendido, sigue a cargo del tema de propiedad intelectual del Grupo de
Trabajo sobre Propiedad Intelectual en la Organización Mundial de
Comercio. Ese fue un nombramiento de hace tres días o cuatro, al momento
que nombraron a Derbez (Secretario de Economía). África que tiene una
posición como continente a partir de la Organización de la Unidad
Africana, que son no sé cuantos países de África, África y la India lo
lamentaron, dijeron “¡ay que horror que México quede en ese grupo!” o sea,
fue un poco vergonzoso digo. Entonces la Organización de la Unidad
Africana, por ejemplo, está proponiendo que haya una clara declaratoria de
que la OMC no puede pasar, con su sistema de patentes, por arriba del
derecho a la alimentación y a la salud básica de las poblaciones. Entonces
tiene una posición a nivel de gobiernos de África, incluso tiene una ley
modelo de acceso relativamente interesante. Yo no coincido con todo lo que
dice pero de lo que circula por ahí es lo más interesante.

El Grupo Africano de todas maneras está así como desolado de que México
estuviera ahí. Creo que nada más es como para seguir diciendo del tema que:
“¿está México al frente de esto?”. Prácticamente la mayoría de los países,
por lo menos del Sureste Asiático y de África, están pidiendo que los TRIPS
se saquen del Acuerdo de la Organización Mundial de Comercio, y México
en este momento tiene la coordinación del tema. O sea que es un punto de,
digámoslo así, posible presión.

Moderador

Antes de pasar a lo siguiente ¿qué piensan ustedes? ¿El foro se manifiesta?


Porque tendríamos que tomar consensos sobre, por ejemplo, algunas
propuestas que sí ha hecho ahora.

Participante no identificado

Yo tengo una propuesta directa a los funcionarios de gobierno, es una


pregunta. No sé, tú eres el único funcionario ahorita, a sí, el alto
funcionario. Tú eres de SEMARNAT ¿no?. No sé ¿hay otro más? No. Bueno
hay varios. Entonces mi pregunta es en este momento a ustedes como
representantes y parte fundamental del gobierno.
Entonces, lo que yo he escuchado es que hay falta de voluntad política; por
eso mismo no se cumple. Si se hubiera respetado el 169 no hubiera habido
Acuerdo de San Andrés, no existiría este foro si realmente se hubieran
respetado esos acuerdos. Coincido totalmente en lo que dijo el señor ¿no?.
Por eso propongo también continuar con esa declaratoria, él ya hizo una
propuesta directa de generar quorum. Yo les decía generar mesas de trabajo
y que esto trascienda ¿no?. Él ya propuso.

Por un lado, yo desconfío ahorita de las propuestas que venías haciendo


¿no?. Porque por un lado se proponen talleres, educación ambiental, la
supuesta sustentabilidad; por otro lado, las políticas macro, el fomento de
las privatizaciones, el libre mercado. Entonces, a mí se me hace un engaño.
Es como si viniera un alto funcionario a inaugurar este foro ¿no?. Y así pasó
¿no?. Por eso yo me sentí ofendido. A mí me hubiera gustado que estuvieran
todos los funcionarios que se quedaron y que viéramos si realmente se puede
trascender en que se respeten estos acuerdos. Ustedes como gobierno ¿cómo
nos pueden ayudar a que se respeten estas propuestas?. No nada más la 169,
sino la agenda 21 que se firmó en Río y todos los convenios sobre
sustentabilidad y derechos indígenas.

Es decir, por un lado firman convenios y por otro lado no los cumplen y
tratan de resanar con otras políticas y eso no es ir a la raíz y es dar vueltas
sobre lo mismo. Yo decía que ya llevaba muchos foros de éstos, en este
mismo salón se habló sobre políticas y sustentabilidad, lo “mismito”, pasó
un año y sigo comiendo cosas transgénicas todos los días, la “Maseca”.
Entonces eso se me hace contradictorio, y quiero decir ¿hay posibilidades de
que ustedes ejerzan presión ante sus jefes o los corren, no hay libertad de
presión?, que sé yo, ¿hay posibilidad?, si no es dar vuelta y no tener sentido.
Aquí hay propuestas, él empezó una declaratoria, yo creo que hay que
seguirla e incluirle puntos ya directamente, mejorarla, quizá que quede
como borrador, mandársela a todos los que faltan porque hay gente muy
“pesada”, que falta gente del gobierno, el director del INE se quedó todo el
día y él dice que nada más viene a oír. Yo ya me cansé de oír y yo lo veo más
grande que yo, entonces yo supongo que él ya ha oído mucho más. Entonces
yo quiero propuestas concretas. ¿Se puede o no se puede? Porque yo ya no
creo, por un lado fomentar talleres, convocar a las ONG´s y por otro lado...
Pues no, yo ya realmente no tengo confianza. Entonces, es lo que yo
propongo, empezar ¿no?.

Antonio Candelario

(Palabras en idioma indígena desconocido). Buenas noches a todos. Le


agradezco a la UAM Unidad Xochimilco en cuanto a conversaciones que se
está haciendo acerca de los recursos genéticos, en cuanto a derechos de los
pueblos indígenas. De alguna manera yo noto dos cosas allí. Espero que
todos ustedes como funcionarios, académicos y otros les quede bien claro.
¿qué quiero decir con esto? Dos cosas que pueden ser un bien y un mal, es
decir, cosas negativas y positivas. Todo esto está entre la humanidad y
entre nosotros ¿sí?.

Cuando queremos servirnos unos a los otros en cosas positivas, si es que así
queremos, lo vamos a hacer. ¿Y si no? En lo que noto, algunos hablan cosas
claras y algunos no. Ahí está el detalle yo pienso, no sé. Bueno, en lo que se
ha hablado en recursos genéticos, hablando por ese lado, desde hace 504
años hemos resistido como pueblos indígenas. Desde ese entonces, de donde
éramos nos hemos ido arrinconando hasta ahorita de donde somos como
pueblos indígenas.

Ahora, ustedes saben que ahí se cuenta con un valor, pueden ser muchos
valores, por conocimiento, ese espíritu, esa fuerza, esa mentalidad, pues
¿qué quiero decir con esto? Pues, esa fuerza para mí es como ley que se tiene
en ese rincón. Ahora, aunque no la tenemos escrita y compuesta en cuanto
alcanza la civilización, pero hablando sobre esto ¿qué pasa ahí?. El mismo
gobierno que según ha reglamentado sus leyes y ¿qué pasa últimamente?. A
veces pisotea “x” cosas por ahí. Lo he notado yo. En una ocasión en cuanto
los pueblos indígenas promovieron el que hoy es CNI, ahí se notaba, desde
esta conquista nos han arrancado la rama, nos han cortado nuestro fruto
hasta ahorita, no queremos que nos la arranquen nuestras raíces. Pero lo
que estoy notando ahora, nos persiguen siempre en todos los rincones ¿por
qué?, ¿con qué intención lo hacen señores? Entonces y lo digo, no sé si me
entendieron pero de todas maneras se vale hablar pues. Gracias.

Alejandra Rabasa, Asesora Legal, SEMARNAT

Quiero traer aquí un tema que creo que se ha hablado, por ejemplo por
Claudia para los abogados, de estrategias jurídicas en este tema. Creo que
estoy de acuerdo en que es fundamental encontrar definiciones, conceptos,
tratados, leyes en lo sustantivo pero también me parece que no se puede
hablar de un acceso a la justicia si no tenemos las acciones procesales para
hacer valer los derechos que se reconozcan en lo sustantivo. Es como el
derecho a un medio ambiente adecuado, que en 1999 se metió al Artículo 4
de la Constitución, pero queda como una declaración de buena voluntad o
de principio ético que no se puede reclamar en la práctica. Entonces no
existe el derecho al medio ambiente adecuado.

Y a mí me da miedo muchas veces que con estos temas pase lo mismo y no


se puedan aterrizar, y se adopten compromisos para cumplir con la
tendencia internacional o con compromisos que se asumen hacia fuera, pero
que los verdaderos interesados y afectados no van a poder hacer exigibles en
su vida diaria. Por ejemplo, un obstáculo serio que yo veo en materia de
derecho ambiental y de derechos indígenas, entendidos como derechos
colectivos, territoriales, es que ahora en nuestro sistema jurídico, el
esquema procesal es totalmente individualista. Y la Corte piensa que sólo
tiene interés jurídico el que puede demostrar una afectación exclusiva,
actual y directa, lo que nunca se va a poder demostrar en materia ambiental
o cuando estamos hablando de ya la defensa procesal de derechos de toda
una comunidad o de derechos que no son cuantificables patrimonialmente
hablando con claridad como el suelo, el agua, los recursos naturales, etc.

Entonces, creo que hay hablar un poquito de lo que se tiene. ¿No sé si los
compañeros lo conozcan? Si no, bueno no sólo quiero platicar de eso, si no
ofrecer toda la ayuda que yo pueda dar. Así como ya un mecanismo que
existe ahorita: el recurso de revisión colectivo de la Ley del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente, del Artículo 180, que permite a las
personas físicas y morales de las comunidades afectadas por obras o
actividades que atenten contra el medio ambiente y los recursos naturales,
participar pero no a través de una recomendación o de cartas al Senado,
sino de una manera procesal directa, presentando los procedimientos
administrativos ante la Secretaría.

Y también pienso que sería importante, además del seguimiento que se dé a


los tratados internacionales específicos de la materia, por ejemplo, darle
seguimiento a las reformas de la Ley de Amparo, que está en el Congreso,
porque ya se abre el concepto de interés jurídico al interés legítimo. Creo
que esa podría ser otra vía para la defensa de los derechos relacionados con
la tutela colectiva de recursos naturales, y creo que también sería un punto
importante de presión en el Senado. Gracias.

Alberto Aldama, SEMARNAT

Buenas tardes. Debido a mi trabajo, funjo de enlace con el Senado. He


escuchado mucho de la iniciativa, que si está muy apresurada, que esto y
que lo otro, y también como desconocimiento al Senado en sus funciones. Yo
quisiera enmarcar aquí un poco el asunto dentro de la reforma que se hizo a
la Ley General del Equilibrio Ecológico. Sí se incluyó el tema de acceso a
recursos genéticos en el 87-y el 87-Bis, también forma parte de una
modificación a los delitos ambientales precisamente protegiendo un poco el
acceso del saqueo. Hay una parte ahí que se sanciona como delito a aquél
que se lleve los recursos genéticos. Entonces esa parte, esas reformas
salieron del Senado y pues un poco ahí por no desacreditar tanto a esta
institución. Y bueno, si bien se decía de los convenios y los tratados y todo
lo referente a materia ambiental, bueno pues también se reflejan muchos
principios ahí en esas reformas del 96. Si no fueron las mejores, bueno si
abre un poco la participación social a comunidades entre otros temas que en
este caso sería el de acceso ¿no?.

Otra vez regresando a lo de la iniciativa de Acceso a Recursos Genéticos, no


estuvo bajo presión de ninguna organización internacional, de
organizaciones farmacéuticas o de esta índole. Tuvo un inicio bien
intencionado; se hicieron varios foros en los que estuvieron muchos expertos
en la materia. Yo estoy aquí viendo mucha gente nueva que en ese entonces
todavía no participaba dentro de las discusiones en torno al acceso. Y
bueno se retomó lo propuesto, si bien muchas cuestiones que se han venido
alegando en las reuniones internacionales de la CBD no quedaron
perfectamente acabadas, el fin era ponerlo a discusión, ponerlo a consenso,
ponerlo a hacer los foros que lamentablemente nunca se llegaron a dar. Se
están dando, que bueno, y yo espero que éste no sea de los últimos sino que
se siga discutiendo el tema.

¡Que bueno que se están integrando muchas organizaciones, mucha gente


nueva que aporte a este tema! Sí es muy complejo para la cuestión jurídica
tratar de bajar todos estos conceptos en un derecho nacional. Si bien es muy
complicado, como lo estaba comentando la compañera, reconocer los
derechos colectivos, si bien la reforma de la Constitución hace poco en
materia de los derechos indígenas, si quizás no fue la mejor, hay que actuar
con más presión de todas las organizaciones para ser escuchados en esta
materia. Bueno, me estaba refiriendo a la Ley de Acceso, ya me estoy
desviando un poco, voy a tratar de ir puntualizando.

Participante no identificado

¿Tú por qué piensas que el gobierno no cumplió el 169?

Alberto Aldama, SEMARNAT

Yo tendría mucho cuidado al estar mencionado tratados internacionales, si


no se sabe bien el fondo a qué nos llevan. Yo también lo tengo, lo conozco.
Hubo uno anterior que abordaba el tema del acceso. No se llegó a lo
referido, a lo principal; su contenido se desvío un poco, quedó el 169. Yo
estaría muy reservado al invocarlos, porque si los pueblos indígenas están
pidiendo autonomía, sería delicado tratar de invocar un tratado
internacional que afecta a la soberanía.

Moderador
Haber, yo les pediría que no se haga una polémica entre dos. Que lo dejes
terminar. Y que siga quien sigue, por favor.

Alberto Aldama, SEMARNAT

Si quiere luego podemos platicar. En cuanto a los estudios que estaba


mencionando la compañera, ya se hicieron. Se hicieron varios estudios de derecho
comparado en varios países. Está la compilación. Como les estaba mencionando,
hay que tener información, yo me comprometo a entregarlo si es para bien de la
sociedad para los que estamos aquí presentes y para el que guste.

Está abierto, bueno, este es un trabajo, no está concluido. Pueden venir más
elementos para construir una nueva legislación, ¡y bienvenidos!, ¿no?. En otra
recomendación que va directamente al Senado y a la ratificación del Protocolo de
Cartagena, yo creo que sí es fundamental. Otra recomendación sería la de abrirlo a
discusión nacional y pues quisiera seguir platicando pero bueno creo que ya está
muy colgado el tiempo. Gracias.

Moderador

Las últimas intervenciones para poder cerrar.

Licenciada Robles

Bueno yo creo que ya sería pensar en propuestas de acciones concretas que


pudieran salir de este foro. Y yo pensaba, se me hace muy interesante esta
propuesta de Claudia y creo que se complementa con lo que decía Silvia, las
cuestiones de acciones políticas y jurídicas.

Y en cuanto a acciones, yo creo que este foro se trata de acceso a los recursos
genéticos de los pueblos indígenas y hemos yo creo hablado muy poco de eso ¿no?.
Por lo menos ahorita al final se ha pensado en acciones políticas, jurídicas pero ¿y
los pueblos indígenas qué? Bueno esta reflexión así como se está dando aquí con
académicos, pueblos indígenas, instituciones del gobierno y no se tiene que dar en
las regiones, con la gente de base, no solamente con las comunidades sino con la
gente que diario está viviendo allá en la selva, en la sierra, en el desierto y que ellos
empiecen a reflexionar sobre el tema ¿no?, y que puedan defenderse después o
puedan decidir informadamente.

Entonces, yo creo que debemos de pensar si realmente estamos interesados en


hacer algo, pues que los académicos a lo mejor ... no sé, que piensen en alguna
manera de hacer llegar la información que producen a las comunidades, de
reflexionar con ellas, de hacer foros en las regiones y acercarnos a las
organizaciones indígenas como el CNI, la ANIPA, no sé. Pero acercarnos y juntos
hacer acciones, irnos a las regiones y no solamente hacer los Foros en las ciudades,
pues cuanta gente de las comunidades pudo venir a este foro, ¿no?, entonces eso
creo que podría hacerse.

Y pues también es conveniente comenzar a compartir información y buscar


la manera de acercarse al CNI y a las otras organizaciones, pero realmente
hacerlo ¿no?. Hay una asamblea del CNI en los próximos días. Se puede
mandar una propuesta para que ellos la reflexionen ahí, porque igual hay
gente aquí del CNI, pues ellos lo saben, lo sabe la gente de CNI pero hay
muchísima gente a la cual es difícil llegar ¿no?. Hay que pensar en eso.

Maestra Díaz Romo

Y como una propuesta de acción social yo me pregunto si se podría empezar a


hablar en términos de un medio ambiente consuetudinario, así como se habla del
derecho consuetudinario, porque ellos tienen sus propias formas de regirse y
gobernarse y se habla de eso ¿por qué no hablar de un medio ambiente
consuetudinario? Porque da la casualidad [se termina el casete]. Quiere decir que
los pueblos indígenas han sabido conservar el ambiente, que lo han sabido
proteger. Entonces propongo darles ese derecho a tener, a decir como han hecho
un medio ambiente consuetudinario. Y no seguir con nuestras imposiciones desde
acá.

Paul Hersch

Creo que este foro es parte de un proceso. Creo que el proceso pertenece a un
movimiento indígena, y sin tratar de darle una prescripción –no soy quien– creo
que el movimiento indígena o el CNI debiera de tomar este foro como su foro,
convocarlo, orientarlo y retomarlo en función de sus prioridades.

En este sentido, desde mi poca experiencia marcada por fracasos y algunas


posibilidades en el campo de la investigación semi-participativa o en la gestión
sanitaria municipal con organizaciones campesinas en el Sur del estado de Puebla
o en la cuenca del río Balsas, yo lo que puedo aportar es información, datos que
van desde casos concretos en torno a lo que pasa con las patentes hasta datos
concretos sobre la flora medicinal y su potencial; también puedo aportar
vinculaciones con otras redes.

Hubo un investigador de la Facultad de Ciencias; plantó una ponencia muy sólida


sobre este tema; la mitad del auditorio se salió; los que nos quedamos y algunos
otros planteamos que este era un problema importantísimo. Esta red no está
conectada con aquella, entonces yo lo que puedo aportar es información y
vinculaciones para nutrir al eje de este asunto y el eje no es académico,
discúlpenme. Yo creo que de la academia no vamos a esperar muchísimo. Son los
procesos sociales los que transforman en esta sala. Se ha hablado de estos temas de
hace 25 años. Yo creo, sin idealizar tampoco, que la academia necesita orientación
y educación del proceso social indígena, y lo estamos viviendo todos los días.
Entonces yo propongo que el eje de ese proceso sea retomado y yo me
comprometo a brindar datos y vinculaciones, gracias.

Adriana Caudillo de CERPAC

Bueno, lo que pasa es que yo tengo una duda que me atormenta. No sé si ya hablaron
sobre este tema; pero desde la legislatura pasada, desde finales de la 57 legislatura,
salió una iniciativa de Ley de Bioseguridad, de hecho se llama así. En este momento se
está retomando esa iniciativa de ley en la Cámara de Diputados, se está revisando al
interior de las comisiones y se está tratando de llegar a un consenso dentro de los
grupos parlamentarios. Entonces, como yo no he oído que esta iniciativa de ley se
mencione, pues creo que es una cuestión muy importante; es crucial que se le dé un
seguimiento a esa iniciativa, porque además al parecer se están haciendo cambios con
respecto a la iniciativa original de la 57 legislatura, los cuales justamente van a afectar
todo este asunto del acceso a recursos genéticos y demás. Entonces, me parece que
también sería importante incluir esta iniciativa dentro de lo que se ha dicho aquí, eso
es todo.

Aldo

La verdad es que la intervención anterior me asustó más todavía, porque si esa ley
está en la Cámara de Diputados y ninguno de los que estamos aquí sabía antes de
su existencia, quiere decir que efectivamente se están haciendo las legislaciones sin
la participación de la sociedad de este país. Lo cual es sumamente grave y
precisamente ésta es una de nuestras preocupaciones, en el sentido de que tenemos
que llevar la información hacia nuestras comunidades, porque se podrán hacer
diez mil leyes, pero si la sociedad no las conoce, y si –para empezar– no participa
en su elaboración y posteriormente no las conoce, entonces las comunidades están
en una situación de indefensión, sobre todo cuando se plantea aquí la necesidad de
informar, de difundir cuáles son los derechos hacia las comunidades indígenas, de
difundir todo este asunto que tiene que ver con el acceso a los recursos genéticos.

En primer lugar, la información de carácter legal muchas veces es difícil de


traducir hasta por los mismos abogados. No estoy poniendo en tela de juicio a
nadie, pero no es fácil poderte explicar una ley a las comunidades, sobre todo si no
se tiene en cuenta el contexto. Y una de la cosas que hemos estado observando en
estas reuniones es que el contexto está muy poco claro, no solamente para los
pueblos indígenas sino también para los investigadores que no saben para quien
están investigando.

Entonces creo que este es un problema central que tenemos que abordar. No
solamente es la difusión, el conocimiento de las leyes, sino que es eso que está atrás
de las leyes, cuáles son esos intereses que están de alguna o de otra manera
escondidos, que no quieren dar la cara y que son los que están promoviendo este
tipo de legislación. Por tanto, si se tiene que organizar los talleres que se hagan,
pero completos; que no sean parciales, que no se induzcan. Si se va a utilizar el
método de planeación participativa, que no sea para inducir programas de manejo,
porque cuando nosotros utilizamos el método de planeación participativa en
nuestras comunidades para definir cuales son sus prioridades, normalmente no
sale el tema ambiental, porque hay problemas mucho más fuertes y mucho más
sentidos. Y si a mí me dicen que se va a utilizar el método de planeación
participativa y los resultados van a ser planes de manejo en las regiones indígenas,
pues yo creo que fue un método de investigación participativa inducido, entonces
no van a cuadrar las cosas. Yo creo que tenemos que ser realistas. Todos los que
están trabajando en determinada área quisieran que los demás estuvieran
preocupados por eso, por lo que ellos saben; pero si vamos a hablar de las
preocupaciones reales de los pueblos indígenas, tenemos que ser muy respetuosos
de esas prioridades que se tienen en nuestras comunidades y no vayamos a
imponer disimulando.

En este sentido, yo quisiera nuevamente traer a la atención de ustedes,


precisamente el asunto que vivimos en Oaxaca y que vivimos en la Sierra Juárez.
Nosotros sí tenemos una preocupación real porque se están contaminando los
maíces nativos de la Sierra Juárez. Recordemos que la Sierra que genera Oaxaca y
el Valle de Tehuacan son lugares de origen del maíz que se ha encontrado; hay
muestras de más de hace 7 mil años. Pensemos que si la zona de origen se
contamina, se está perdiendo una gran diversidad genética, lo cual no solamente
afectaría a los oaxaqueños sino a todo el mundo. En este sentido yo sí pediría a los
participantes, si esto es posible, que se pudiera hacer un fuerte llamado a las
autoridades de la CIBIOGEN, de la SEMARNAT, de la SAGARPA, de todas las
dependencias públicas que tienen que ver con esta cuestión de la bioseguridad en
nuestro país, a fin de que se frene la importación de transgénicos, que se ha hecho
seguramente con el consentimiento de mucha gente que participa en el gobierno;
que ha sido distribuido seguramente por DICONSA, una empresa relacionada con
el gobierno, y que hoy está afectando la integridad cultural de nuestros pueblos
indígenas. Yo haría entonces un llamado a este foro para que se pudiera hacer un
pronunciamiento en ese sentido

El día de ayer pensando en esta preocupación, yo me acerqué al Secretario


Lichtinguer y le pregunté si había recibido una carta que le enviamos hace como
un mes, y me dijo que no. Eso también me preocupó porque entonces ¿a quién se la
enviamos? Si yo hablé por teléfono y pedí el número de fax de su oficina para que
pudiera llegar el documento, me lo dieron y ayer me dijo que no le había llegado.
A la mejor alguien lo sacó de la mesa para que él no se enterara; pero este
documento ya va a salir al público. Yo espero que en pocos días salga en la prensa
publicado para que, si no lo ha recibido aún, se lo volvamos a enviar, para que lo
pueda leer a través de la prensa y que la gente que trabaja con él, pues no le siga
ocultando la información. Por eso estamos preocupados y sí queremos llamar la
atención en este sentido.

En segundo lugar, quisiera referirme a la denuncia que se hacía el día de ayer de la


nueva guerra biológica hacia las comunidades indígenas de la sierra, o sea, el que
nos estén aventando maíz por helicóptero. Quiere decir que tienen intenciones que
hasta hoy no podemos entender todavía. Necesitamos que se expliquen; que se
investigue; que sea una investigación seria, comprometida, para que podamos
saber cuáles son las intenciones de esto. Yo hacía un llamado de atención ayer. Se
me acercó una gente del INE, aquí está todavía, quizá y ojalá podamos platicar
ahorita para ponernos de acuerdo precisamente en la posibilidad de hacer los
análisis de estos maíces.

He platicado también con la gente de Greenpeace para que podamos saber si es


maíz transgénico o no. No lo podemos decir en este momento, pero necesitamos
hacer la investigación seria de qué tipo de maíz nos están aventando por
helicóptero. Corresponderá a otras instancias quizá el averiguar por qué están
haciendo estas acciones y quién las está haciendo. Finalmente todo esto tiene que
ver con los recursos genéticos de nuestras comunidades indígenas y son
preocupaciones centrales. Obviamente también estamos preocupados por esta ley
de acceso y la ley de bioseguridad, que bueno, necesitamos se discutan con una
mayor participación, gracias.

Otro integrante del público

Nada más deseo comentar algo que es importante se sepa. Aunque no se puede
decir que es la fuente pero sí se debe decir que en torno a este bombardeo de maíz,
Aldo recibió una amenaza de muerte en estos momentos. Estamos viendo de que
manera se le puede buscar alguna protección. Parece que está polarizándose
demasiado el país de este tipo de cosas, entonces pues es importante que, si vamos
a hacer la declaración, también tomemos esta situación así nada más rapidísimo
por favor.

Deseo pedir permiso de algún modo para comunicar –un poco en la tonalidad del
compañero de enlazar este esfuerzo con otros en que estamos involucrados– sobre
la Plataforma por la Seguridad Alimentaria en México. Es un grupo que se acaba
de reunir en Jalisco y Guadalajara, en el que se propuso justamente trabajar la
cuestión de la ratificación del Protocolo de Cartagena, por un lado, y la solicitud de
moratoria. Entonces estamos trabajando el asunto en dos documentos. De tal modo
que se puedan firmar ambos o el que uno quiera, por las cuestiones de que algunos
a lo mejor no quieren firmar. Si después de aquí van a circular documentos, yo
podría mandar el que estamos trabajando o los que estamos trabajando y pues
ampliar la red de personas que la puedan recibir y luego firmar, eso era todo.

Moderador, Alberto

A mí lo que me preocupa un poquito ahorita es la manifestación de este foro. No


habría problema si tuviéramos todo el tiempo del mundo, pero estamos a minutos
de que termine formalmente lo que se había planteado. Entonces, creo que hay
unas sugerencias muy evidentes para armar el consenso: la preocupación por las
leyes, las iniciativas que están en la cámara sobre las leyes de bioseguridad y
acceso, la ratificación del Protocolo de Cartagena, y una serie de propuestas que
hacía Silvia, que no las alcancé a apuntar todas; pero sería cosa de que ella nos
dijera, ¿no?. Habrá que ver si todos estamos de acuerdo de que eso venga incluido:
la preocupación por lo que está pasando en Oaxaca, los bombardeos, en fin, el
ambiente en general, la necesidad de una participación como sociedad, la exigencia
de que pongan a consideración de la sociedad estas cosas antes de pasarlas a
aprobación.

Claudia Gómez Godoy

Tengo sobre el punto varias propuestas. Yo creo que a menos como red no nos
opondríamos a que las conclusiones pudieran ser como un manifiesto del foro. Lo
que sí se me hace que puede ser complicado es hacerlo ahorita. Entonces quizás
una propuesta que tendríamos sería que trabajemos las conclusiones del foro
planteadas básicamente en esta última.

Hagamos una especie de declaración en donde hablemos sobre cuestiones


concretas, como lo que está pasando en Oaxaca, lo que proponía Silvia.
Platiquémoslo con la UAM para ver como sería; no lo habíamos previsto pero
digamos que si somos sensibles a una demanda del propio foro sobre la cuestión
de cómo circular la información. Yo creo que hay dos redes que funcionan sobre el
tema de información. Por un lado, RAPDI de alguna manera circula a la gente
información, y la otra es la página o lista de biodiversidad de la neta. No sé si les
parezca que esa pueda ser como la instancia por la que se siga circulando la
información, porque no creo que ni la red ni la UAM puedan asumir la
responsabilidad de estar circulando información; además de que hay ya dos
instancias que lo hacen y bien. Entonces yo propondría que sigamos así. Están los
correos electrónicos en la hoja de registro. Entonces igual sería cuestión de platicar
con los responsables de estas dos listas sobre eso. Si va a ver memorias no sólo de
las ponencias sino de las discusiones que se dieron en las mesas, me imagino que
tardarán un poco más, pero lo que sí podemos apresurar es la elaboración de las
conclusiones que simplemente se sacarían como un poco de lo que se habló en ésta.

Habría que ver la posibilidad de que ahora se organizase, tal vez por la UAM o por
la misma RAPDI, un foro sobre el tema de bioseguridad, un foro que permitiera
que la gente entendiera esto, y pues no es tan complejo, no tan complejo si
invitamos a un biólogo que nos explique, que hable pues de lo que significa un
trasgénico, que además creo que más o menos aquí se ha entendido.

Entonces habría que ver la posibilidad de un foro, en el que se hable de la ley de


bioseguridad o de todo el tema de bioseguridad, y relacionado obviamente con los
derechos de los pueblos indígenas. Esto porque nos comentaban que ya está una
ley; pero además, eso es lo más grave, representantes de las industrias
trasnacionales aquí en nuestro país han dicho que necesitan poco de una ley; vean
por ejemplo los países desarrollados no tienen ley, tienen normas especificas.

Silvia

Solamente quería decir sobre lo comentado por Claudia, que no se lo tomen a mal
pero RAPDI solamente distribuye noticias de la organización. No es como un
medio periodístico que distribuye cualquier tipo de información, entonces no creo
que sea un buen medio confiable. Así todos los que están acá que quieran recibir
información producida por RAPDI, le pueden mandar un mensaje a
silvia@rapdi.org y se las mandamos porque es completamente abierto, porque todo
el que quiera recibir información la recibe; pero no es como un periódico, o sea, no
recogemos noticias y tratamos de que se difunda toda la información posible. De
hecho sólo difundimos la que nos interesa, para que lo sepan.

La lista de bioseguridad de La Neta, la que tú nombraste, realmente no sé como


funciona. Quizá sí sea un medio como tú dices, pero creo que la mayor parte de la
gente que está aquí posiblemente no está suscrita a esa lista, porque salió del foro
de bioseguridad de Chiapas y no el que se hizo en San Cristóbal en junio. Y yo ahí
no vi a la mayoría de la gente que está aquí. Entonces creo que no están en esa lista,
aunque supongo que se pueden suscribir fácilmente. De todas maneras, yo sí
pienso que independientemente de que los organizadores sean de la UAM o de la
RAPDI, podrían poner una lista, por lo menos recoger todas las direcciones
electrónicas de los participantes y enviar las conclusiones. Y yo les llamaría, o
hacen una declaración y piden firmas, o hacen una declaración y piden opiniones

Asistente
Era algo muy breve, ya que tocaron el tema de bioseguridad. No sé si para
alarmarlos o para hacer algo al respecto, pero en realidad hay varias iniciativas de
ley en materia de seguridad. Una fue presentada por el Partido Verde, una por el
PAN, una por el PRD, y la etiquetada por el PRI que trabajó en la legislatura
pasada. Conozco las discusiones y hay un fuerte interés de las compañías que ya
sabemos todos, en que no salga esta ley. Yo creo que una buena recomendación es
hacer presión a los legisladores para que se unan a trabajar al respecto, ya sea
consultándolos o dictaminando la respectiva ley, gracias.

Moderador, Alberto

Hay un buen formato –me parece a mí– para hacer esta declaración del foro, que
sería básicamente que entre la RAPDI y la UAM elaboren, en base a los registros
que se tienen y de una manera creo yo muy genérica sobre cuestiones amplias, una
propuesta que más o menos se circule pronto y nos adhiramos con la firma, o
hagamos comentarios; que esto se haga en un plazo más o menos corto y tengamos
la declaratoria porque de otra forma si tendríamos que alargarnos otras dos
horitas, de perdida, yo creo.

Claudia Gómez Godoy

Yo creo que Silvia tiene razón. Hay dos cosas o tipos de conclusiones. Una
conclusión es: “los de tal organización dijeron x, y, z”, o sea una conclusión es
hablar de todo lo que la gente que vino al foro dijo. Las conclusiones y la memoria
seguro que las vamos hacer llegar nosotros como organización como RAPDI y
UAM a las direcciones electrónicas. En caso de que no tengan dirección, pues
veríamos la forma de que vinieran aquí a la UAM por ellas, no sé. Lo que yo me
refería es a otro tipo de información que se dejó, que a lo mejor no tendríamos la
capacidad de reproducir, ni de distribuir las leyes, algunos artículos, algunos libros
que nos dejaron. Tenía duda de cómo podíamos hacer eso; no estaba segura que
RAPDI y UAM lo pudiéramos asumir. Y lo otro [¿el segundo tipo de
conclusiones?] es sobre la declaración. O sea la declaración puede salir en términos
generales, referidos a aquello en torno a lo que más o menos haya acuerdo, o sobre
lo que hay consenso. Y se puede hacer un proceso rápido de consulta vía
electrónica, por si hay modificaciones, y se firma por quien lo quiera firmar. No sé
si les parece esa la forma, Alberto.

Moderador, Alberto

Yo creo que es difícil llegar a un consenso. Estoy seguro que no podemos estar de
acuerdo con la propuesta oratoria. Sin embargo creo que es fundamental, que es
importantísimo que la sociedad, que el resto del gobierno federal y quien pueda se
entere de que es una de las conclusiones, no necesariamente una conclusión de
consenso y una conclusión en la que todos estuvimos de acuerdo, pero que se ha
propuesto eso como una alternativa a las políticas de este país con respecto a la
bioprospección.

Es importante que se diga que se ha discutido y que hay todo un sector importante
de la sociedad que propone la moratoria, es fundamental, aunque en lo personal
yo no, y estoy seguro que muchos otros no afirmamos eso y no es nuestra postura,
y trataremos en otros foros de defender otro tipo de cosas y de avanzar a
posiciones intermedias. No sé como decirlo, no es el caso ahorita pero creo que sí
sería importante que apareciera y que se dijera todo lo que se discutió aquí en la
medida de lo posible.

Me gustaría mucho que se unificaran digamos las propuestas, ¿son propuestas?,


¿quién las ha de llevar a cabo? No lo sé, vamos viendo en algunos casos los propios
proponentes. Se propone que se haga tal cosa y algunos grupos indígenas han
propuesto que los grupos indígenas se organicen y hagan cosas; otros proponen
que el gobierno federal haga algo. Hay propuestas de toda índole que no
necesariamente son para que nosotros mismos las hagamos pero están hacia fuera
de la sociedad, hacia fuera de los que estamos aquí, pero que sería muy importante
globalizarlas como las que hizo Silvia Rivero, las que dio Garibay, en fin, habría
que tratar de juntar todas las propuestas que hicieron los compañeros de
COMPITCH. Por ejemplo podrían unificarse todas y decirse éstas son las
propuestas que se hicieron dentro del foro. Creo que sería muy valioso que la
gente más allá de los que estamos aquí se enterara de lo que se discutió y a las
conclusiones a las que se llegaron, aunque no sean compartidas.

Hay otra propuesta –claro que hay temas muy complejos que requieren consenso–
pero hay otra propuesta, si estuviéramos de acuerdo la gente que estamos aquí, en
torno a que el foro se manifieste ante la Cámara de Diputados y Senadores, en el
sentido de que ponga a consulta las leyes que tienen en el horno en este momento;
que como una exigencia ciudadana y como algo muy importante, se ratifiquen los
acuerdos de Cartagena sobre Bioseguridad. ¿No sé si habría consenso al respecto?
¿Qué les parece que la dejemos aquí, que salga este comunicado como
pronunciamiento del foro? Perdón, sí, dígame.

Otro participante

Me parece que lo que se vio en el foro con relación a legislar sobre el problema de
los recursos genéticos y dar la protección a la biodiversidad se refiere, yo llamaría,
a dos criterios. Uno es que se requiere legislar, pero que se requiere legislar muy
bien. Para eso no hay que tener prisa. Ese no tener prisa implica tener otros
tiempos, y ese debe ser un llamado, no sólo al Congreso de la Unión, que es quien
legisla, senadores y diputados. La otra cuestión es el respaldo de una consulta;
sería hacia los verdaderos interesados que son los pueblos indígenas. Me parece
que la legislación tendría que contemplar estos dos elementos, que tienen que ver
con el tiempo y la consulta.

Creo, también, que hay que dejar clara la importancia de incluir lo que mencionó
Aldo, que se detengan todos estos actos y haga un llamado a las autoridades para
hacer algo en este sentido. No sé qué les parezca que se circule entre mañana y
pasado mañana el texto por Internet. Si no hay protesta, en dos días sale; se publica
o se da a conocer públicamente la posición del foro.

Patricia Couturier

Pues antes de dar por terminados los trabajos quiero felicitarlos a todos por estos
dos días de discusión. Cuando Angeles Arcos y yo platicábamos de que queríamos
que este tema se abordara en la Universidad, a través de la cátedra Raúl Anguiano,
lo hacíamos porque en la academia nos preocupa abordar tan fundamentales
asuntos, aunque a veces pareciera que no; pero realmente sí nos preocupa los
problemas y nos interesa que se resuelvan; lo que más nos preocupa es podernos
sentar los distintos actores, hablar y escuchar.

Ella tuvo la iniciativa de este foro, habló desde Barcelona a medio día, les mandó
saludos a todos y todas, y creo que va a estar muy contenta en el momento que
tanto Claudia como yo le podamos platicar de los resultados. Quiero primero que
nada reconocer el trabajo de la Red, agradecer a la Red, a Claudia, a Eva, a Elo,
pero también a la gente de la Universidad, a la gente que trabaja conmigo en la
coordinación, que para poder llevar a cabo este evento trabajamos horas extras;
pero con todo gusto, porque realmente los resultados me parece que son
satisfactorios, no en el sentido de que las cosas se resuelvan en este momento.

Me parece que el sueño que tenemos muchas veces cuando estamos trabajando,
estamos estudiando y vemos los problemas que tenemos en nuestro país, es el de
verlos desde lo local, sí. Porque Ángeles y yo siempre en estas reuniones, en las
que nos reímos mucho porque las dos somos muy escandalosas, soñamos que las
cosas se resuelvan desde lo local, porque ahí es donde se viven los problemas; pero
también sabemos que en la universidad tenemos que abrir una situación de
convocatoria, es decir, hacernos escuchar por todos los actores en la medida que
nos escuchemos, que seamos tolerantes. Esto es algo que tenemos que trabajar.

Creo que podemos llegar a tener un país y unas comunidades que mejoren sus
condiciones de vida. Entonces no me queda más que agradecer a todos su
presencia, su participación, el habernos aguantado algunas situaciones
burocráticas e institucionales. Quiero agradecer a todos los sectores, sí, a todos,
desde las comunidades, desde los pueblos indios y las organizaciones; pero
también quiero agradecer a los académicos, y quiero agradecer a los funcionarios
que estuvieron aquí, que tuvieron la capacidad y voluntad –que a veces no existe–
de venir, sentarse, escuchar y poder ver qué es lo que está pasando. Creo que un
papel fundamental de la universidad pública, es el de crear estos foros en los que
podamos discutir qué pasa y ver qué se hace. Creo que este foro ya es un gran
éxito. Nuevamente muchas gracias y damos por clausurado los trabajos de este
foro de Acceso a Recursos Genéticos y Derechos de los Pueblos Indígenas, muchas
gracias.

Claudia Gómez Godoy

Yo rápido igual también, ya para irnos. Como red también queremos agradecer a
la UAM y les pediría un aplauso para toda esa gente que no se ve, que igual está
tras bambalinas pero que están, que se encargaron que hubiera café. comida,
boletos, etcétera, y bueno pues ojalá podamos seguir construyendo cosas juntos.

Los ponentes

Carlos Guzmán es Chol, viene del Municipio de Tumbalá de Cuckiepa, y está


actualmente cursando el 9 Semestre de la Licenciatura en Sociología de la UNACH.
Viene de la organización OMIECH, Organización de médicos indígenas
tradicionales del Estado de Chiapas y enlace del Compitch, que es el Consejo de
Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas.

Gustavo Ramírez es biólogo del Instituto Politécnico Nacional (1995-1997).


Participó en el Programa LEAD en Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente del
Colegio de México, de 1995 a 1998. Fue secretario del Consejo de Vigilancia de
Bienes Comunales de la comunidad zapoteca de Ixtlán de Juárez, de 1995 al 2001.
Fue coordinador del programa de Capacitación para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas de México, de 1997 al 2000. Estuvo en el comité de selección del FONCA
y actualmente es director general del Corredor Biológico Mesoamericano, México
de la CONABIO.

Luis Rodríguez Piñeiro es licenciado en Derecho por la Universidad Pontificia en


Madrid y licenciado en Ciencia Política y de la Administración por la Universidad
Autónoma de Madrid; es investigador del departamento de derecho, del Instituto
Universitario Europeo de Florencia donde realiza una investigación doctoral sobre
la organización internacional de trabajo y la defensa de los derecho indígenas; en la
actualidad realiza una estancia de investigación en el Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y es colaborador de la Red
de Abogados y Abogadas por los Pueblos Indígenas, en asuntos relacionados con
la defensa jurídico internacional de los derechos de los pueblos indígenas.
Raúl Benet es biólogo de la UNAM, participó en el Programa LEAD en Desarrollo
Sustentable y Medio Ambiente del Colegio de México, y actualmente es director de
Greenpeace.

Guillermo Pérez Jerónimo es agrónomo, Maestro en Genética por el Colegio de


Posgraduados de Chapingo y tiene una trayectoria académica muy amplia en la
materia. Actualmente es profesor investigador en el Departamento de Producción
Agrícola y Animal de la UAM-Xochimilco.

Andrés Fierro Álvarez es agrónomo y profesor investigador del Departamento de


Producción Agrícola y Animal de la UAM-Xochimilco, tiene también una amplia
trayectoria académica; ha publicado varios artículos en torno a irrigación,
recolección y comercialización de plantas medicinales y otros temas.

Exequiel Ezcurra es Doctor en Ecología, presidente del Instituto Nacional de


Ecología (INE); cuenta con cinco libros publicados, 20 capítulos de libros, 70 de
revistas arbitradas y 40 de divulgación.

Paul Hersch Martínez es doctor, y médico egresado de la UAM Xochimilco;


actualmente trabaja como investigador titular en el Instituto Nacional de
Antropología e Historia; tiene una amplia trayectoria académica, muchas
publicaciones y experiencia en investigación participativa.

Lilian González Chevéz es Doctora en Ciencias Sociales y Salud, actualmente


trabaja como profesora investigadora en el Departamento de Antropología de la
Universidad Autónoma del estado de Morelos, además de estar realizando un
proyecto financiado por el CONACYT, sobre migración y estrategias de salud en
zonas indígenas de Guerrero.

Jorge Larzon Guerra, Biólogo de la Facultad de Ciencias de la UNAM y


colaborador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la
biodiversidad desde 1992.

Ricardo María Garibay Velasco trabaja en la Unidad Coordinadora de


Participación Social y Transparencia de SEMARNAT, es maestro en Desarrollo
Rural por la UAM Xochimilco y participó en el Programa LEAD en Desarrollo
Sustentable y Medio Ambiente del Colegio de México.

Verónica Huilipan es huerquen de la Coordinación de organizaciones Mapuches


en Nauquén, Argentina. Verónica Huilipan, Coordinación de organizaciones
Mapuches, Argentina
Silvia Ribeiro es periodista e investigadora de ETC antes llamada RAFI, que es la
Organización Internacional de Investigación Grupo de Acción sobre Erosión,
Tecnología y Concentración Corporativa. Ella ha laborado en status consultivo de
la organización FAO, en el Convenio de Biodiversidad y otros foros de Naciones
Unidas; fue editora de la revista especializada internacional “Biodiversidad,
sustento y culturas”; tiene diversos artículos sobre recursos genéticos, propiedad
intelectual y biopiratería en periódicos, revistas y libros de varios países de
América Latina y del Norte y de Europa. Doctora, por favor.

Aldo González es presidente Municipal de Guelatao, Oaxaca y miembro


destacado del Cnsejo Nacional Indígena. responsable del área de derechos
indígenas de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca y
presidente municipal de Guelatao de Juárez.

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