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Licenciado Juan José Marín

Citar de la siguiente forma: Marín Hernández, Juan José. Avance de Investigación. San
Pedro, Costa Rica. 1995.

.BIBLIAS DE LA HIGIENE. LAS CARTILLAS TERAPÉUTICAS EN COSTA RICA


(1864-1949).Error! Bookmark not defined.

En 1922, el doctor Solón Núnez dictó una conferencia sobre las enfermedades venéreas a los
estudiantes del Liceo Costa Rica. Con un tono cordial inició su charla. De esa forma les indicó:
"...Todo cuanto atañe a la educación sexual ha vivido envuelto en un manto de misterio. Los
padres y los maestros han considerado siempre poco honesto hablar de tales cosas a sus hijos y a
sus alumnos... La mayor parte de Uds. -jóvenes- ha franqueado ya la pubertad y está al margen
del gran peligro: de uno de los mayores peligros que se interponen en el camino del hombre. Yo
vengo en vuestra ayuda... Voy a hablar con vosotros como espero hacerlo con mi hijo cuando
llega a la edad vuestra" (1).
Después de esas cálidas palabras comenzó a narrar tenebrosas y desagradables escenas en las
cuales abundaban el dolor, la denegeración física y la depravación. La conferencia pasó a publicarse
en la Revista de Salud. Posteriormente, en 1922, la Imprenta Nacional lo publicó como folleto. En
1932 (2) fue reeditado y en 1943 difundido por la Liga Antivénerea. La trayectoria de ese discurso
afectuoso, pero a la vez tenebroso no fue extraña. Muchas conferencias médicas fueron luego
difundidas como folletos en las escuelas y colegios del país. La divulgación de este material
complementó la propagación de las cartillas higiénicas y tanto la folletería como las cartillas
cumplieron una función importante en la difusión de la ideología liberal terapéutica.
Este artículo procurará analizar e identificar los medios de divulgación que tuvieron los
1
-Revista de Salud. San José, Costa Rica. Imprenta Nacional. Nos. 3,4 y 5. Febrero-marzo. 1938. Tomo II, p.3.
Ese tipo de discursos fueron muy comunes entre 1900 y 1950. Así por ejemplo, en 1916, el mismo Solón Núñez dio
una conferencia sobre la profilaxis de las enfermedades venéreas, en la Sociedad Federal de Trabajadores para la
Sociedad de Instrucción Obrera "La Vanguardia", posteriormente, la disertación fue publicada en la Imprenta Falcó y
Borrasé. Véase: Frutos, Juan Bautista. Dr. Solón Núñez. San José, Costa Rica. Ministerio de Cultura Juventud y
Deportes. 1979, p. 160. El suscrito quiere agradecer la colaboración de Carlos Hernández, Iván Molina, Carlos
Naranjo, Eugenia Rodríguez y José Gil por las sugerencias y aportes brindados. Asimismo, deseo reconocer la
colaboración, en estos últimos meses en el proceso investigativo del Centro de Investigaciones Históricas en América
Central.
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-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina. San José, Costa Rica.
Librería e Imprenta Lehmamm & Cía. 1938, p.337-383.
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higienistas, caracterizar las cartillas y folletería higiénica, establecer el tipo de lectores y lecturas,
señalar los límites que tuvo la divulgación higiénica y, finalmente, identificar el efecto de las
campañas moralizadoras realizadas por los periódicos nacionales.
Las interrogantes y objetivos planteados tratarán de ser contestados a través del estudio de
diferentes cartillas higiénicas (3), folletos y revistas médicas que circularon en el país entre 1860 y
1949; asimismo, se recurrirá a los periódicos nacionales, tales como La Prensa Libre, La Nueva
Prensa, El Correo Nacional, El Diario de Costa Rica, La Tribuna y El Noticiero. Es importante
advertir al lector que este trabajo es exploratorio y todavía se encuentra en el proceso de acopio de
información, por lo cual las explicaciones desarrolladas aún revisten un carácter provisional.

1-LA UNIÓN ENTRE LA MEDICINA, LA JURISPRUDENCIA Y LA MORAL

A principios del siglo XX se dio en Costa Rica una amalgama entre la medicina, la
jurisprudencia y la antropología criminal. Dicha unidad fue posible gracias a la teoría lombrosiana
que sirvió como pasadizo entre esas disciplinas. En 1900, el doctor Benjamín Céspedes, quien es
considerado como uno de los primeros cultores de la nueva ciencia, escribía en la Gaceta Médica
una sección denominada “Comentarios Médico-legales” (4). En 1906, el Licenciado Anastasio
3
-En este estudio entendemos por cartillas higiénicas aquellos libros que se dedicaron a escribir sobre la
conservación de la salud, la limpieza y la prevención de enfermedades. En nuestro caso, estudiamos alrededor de 15
guías, escritas por terapéutas nacionales o destinados a la realidad costarricense, entre 1900 y 1949. La mayoría de
ellas tenían más de 100 páginas (73%), divididas, usualmente, en más de 4 capítulos, alcanzando, únicamente el 18%
más de 30. Por otra parte, tan sólo el 18 por ciento fueron impresas por el Estado, siendo el resto editadas y
publicadas por la empresa privada. Por último, como veremos a lo largo del trabajo, éstas tuvieron como propósito
normar la vida de la sociedad de la época; por ello muchas de ellas fueron utilizadas como libros de texto. Véase:
Dobles, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica....
En nuestro país, el historiador Iván Molina es uno de los pioneros en los análisis de la llamada “historia del libro” y
uno de los primeros en señalar la importancia de las listas e inventarios de libros para los análisis históricos; véase:
Molina, Iván. Azul por Rubén Darío. El libro de Moda. La cultura libresca del Valle Central de Costa Rica (1780-
1890). En: Héroes al gusto y libros de moda. Sociedad y cambio cultural en Costa Rica (1750-1900). San José, Costa
Rica. Editorial Porvenir-Plumsock Mesoamerican Studies-Cirma. 1992.
4
-El doctor Céspedes escribió en varios números de la Gaceta Médica sobre diversos temas que iban desde la
prostitución hasta delitos corporales véase No.4, (pp.77-81); No.5 (121-128) y No.7 (173-183) de 1900; de 1901 No.3.
(55-65). Este galeno también destacó en su país natal, Cuba, como cultor de la ciencia sanitaria. En ese país, escribió
un tratado muy famoso, donde se abordaron los diferentes tipos de prostitución tales como la reglamentada, la
clandestina, la de raza, la de memores, la china y la masculina; así como las causas de éstos "males". Asimismo,
Benjamín de Céspedes prevenía a sus lectores: "...como escritor cubano que no lean estas tristes y vergonzosas
revelaciones nuestras honestas mujeres, ni tampoco aquellos pudorosos y delicados temperamentos, escasamente
familiarizados con esta clase de lecturas". De Céspedes, Benjamín. La prostitución en la ciudad de La Habana. La
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Alfaro redactó un tratado de corrección penal; en este escrito utilizó toda la sapiencia lombrosiana
para justificar la rectificación de los delincuentes, observando la influencia del clima, los hábitos
alimenticios y la importancia del trabajo agrícola (5). No parece casualidad que estos temas hayan
sido considerados en las cartillas higiénicas como fundamentales para mejorar las costumbres del
pueblo.
La difusión de la ideología terapéutica y la ejecución de la reforma que se llevó a cabo entre
1900 y 1949 tuvo como aliados no sólo la acción de la policía y los abogados, sino también las
cartillas higiénicas, las campañas sanitarias, la publicación de diversa folletería y los moralizantes
discursos de los periódicos, entre otros. Entre 1901 y 1949, circularon varios manuales y revistas
médicas que trataron de normar las relaciones conyugales y de la higiene sexual, incluso llegando
hasta reglamentar las uniones entre las prostitutas y sus clientes. Estas guías edificaron todo un
discurso terapéutico, a la vez que fabricaron algunos mecanismos de control, necesarios para
“civilizar” a las clases populares.

2Error! Bookmark not defined.-LAS BIBLIAS SANITARIAS

En 1900, el doctor Benjamín de Céspedes y Santa Cruz, publicó el libro "Higiene de la Infancia
en Costa Rica". Este trabajo había ganado, en 1899, un concurso a nivel nacional denominado la
Medalla de Oro, gracias a ello tuvo el apoyo de la Facultad de Medicina y la Tipografía Nacional
en la publicación de su ensayo. El voluminoso trabajo contaba con 42 capítulos, divididos en 4
partes, para un total de 252 páginas. Este trabajo marca un hito en la ciencia sanitaria nacional,
pues fue un libro que pretendió difundirse en las escuelas y colegios del país (6).
Las dos primeras secciones del libro se dedicaban a considerar todas las reglas y preceptos que
debían ser observados en los primeros cuidados con el niño, así como la influencia tutelar de la
madre. La aparente inocencia de la guía, ocultaba una normalización del papel de la mujer.
Además de asignarle a las esposas sus deberes en los cuidados, el crecimiento y el desarrollo del

Habana, Cuba. Establecimiento Tipográfico O` Reilly. 1888, p. xiii.


5
-Alfaro, Anastasio. Arqueología Criminal Americana . San José, Costa Rica. Editorial Costa Rica. 1961, pp.
147-160.
6
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.17.
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recién nacido, se les indicaba su obligación de acatar todas las medidas profilácticas, tales como sus
compromisos en las relaciones conyugales, la forma de vestir y habitar. Por las dudas se les
señalaban las patologías y desgracias que ocurrirían si desobedecían (7).
El libro de Céspedes también atacó las prácticas tradicionales, en especial acometió contra las
parteras y mujeres empíricas. Esto queda claro cuando en su obra estableció la obligación moral de
la lactancia materna para la constitución de la raza. En caso contrario, se obligaba a las madres que
utilizaban la “lactancia mercenaria” o nodrizas a vigilar las cualidades morales, orgánicas y de
carácter de las amanantadoras (8). De manera que la mujer, según Cèspedes, era la responsable de
la salud y progreso de la estirpe costarricense. Los argumentos de Céspedes no eran de modo
alguno extraños para nuestros legisladores. El peligro de la degeneración de los herederos hizo
nuestros patricios reglamentaran las prácticas de las obstetras y nodrizas (9).
A los problemas hereditarios agregaba la cartilla el peligro de las enfermedades venéreas, tanto
adquiridas por los padres como las conseguidas por la imprudencia de los niños y jóvenes; en este
sentido se desarrolló un discurso sifilofóbico. A ese temor se agregaban el problema del
tabaquismo, el onamismo y el alcoholismo, aspectos que podían ser superados, según se decía, por
la vigilancia paternal, la medicina y la gimnasia (10). Un aspecto más moralizante del libro de
Céspedes fue el combate contra la ilegitimidad y el abandono. El doctor Céspedes señaló en esta
batalla la importancia de los hospicios, los hospitales, las escuelas maternales y los jardines de niños
(11), muchos de los cuales ya se notaban en el espacio urbano josefino.
En 1901, dos hermanos, ambos ilustres intelectuales, Enrique y Gerardo Jiménez Núñez,
publicaron bajo el auspicio de la Tipografía Nacional otra cartilla higiénica bajo el título de Higiene
de los Habitantes y del Agua costarricense. Esta obra según Segreda tenía 252 páginas, divididas
en 5 partes, con 30 capítulos y 70 ilustraciones. El libro se preocupaba por describir las situaciones
ideales del suelo, la ventilación y el mueblaje en la prevención de enfermedades tan diversas como

7
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.18.
8
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.19-20.
9
-El clímax de esa reglamentación se dio en 1920 con la creación de la escuela de enfermería y obstetricia, la
cual excluía a las parteras empíricas del oficio. (Véase: Ortiz, Bienvenido. Compilación de Leyes, Decretos y
Circulares referentes a medicina e higienes..., p.166.
10
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.24.
11
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.25.
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la malaria, la tuberculosis, los ankylostomas y las amebas, entre otras.
Así por ejemplo, en un paisaje josefino donde ganaban espacio las barriadas populares, los
chinchorros y los tabaranes, este libro señalaba la importancia de la habitación moderna, es decir,
aquella acojedora vivienda de piedras, ladrillos y madera escrupulosamente mezclados, cortados y
armados. El vidrio no podía faltar en los aposentos, pues este material permitiría gozar la influencia
de la luz, evitar las inclemencias exteriores y preservar el hogar de los microbios ( 12). Arquitectura
ideal para la higiene, pero que pocos podían disfrutar en el próspero y bello San José (13).
En 1905, la imprenta Alsina hizo circular por primera vez una cartilla totalmente singular. El
homeópata Gregorio Quesada publicó su libro "La homeopatía en Costa Rica". Este tratado
procuró dar cientificidad a esa práctica en un medio médico aparentemente hostil. La obra era más
pequeña que las escritas por los Jiménez Núñez y por Benjamín de Céspedes, pues sólo contaba con
seis capítulos y 53 páginas.
El homeópata arremetió en términos insólitos contra la ciencia sanitaria. Según Quesada, su
libro se encaminaba a: "...demostrar que la escuela homeotápica es superior a cualquier otra
escuela terapéutica ... mi único objetivo es hacerle un buen servicio a mi país, pues no pretendo
atacar a los señores médicos que actualmente ejercen su profesión como mejor la entienden,
pero sí el sistema vetusto bárbaro, caro, desagradable y sobre todo, pernicioso en que se han sido
y siguen educándose" (14).
Con un delicioso sarcasmo y una irrespetuosa irreverencia, Quesada atacó a la ciencia sanitaria.
El señalaba:
"...cierto es que ya hoy no se sangra, como antes, a todo enfermo, (con excepción del
bolsillo) y que las drogas se dan envueltas en obleas para hacerlas menos desagradables;
como también es cierto que muchos médicos más experimentados se abstienen de recetar
las dosis heroicas que tantos estragos han causado; pero todo esto no es más que un
adelanto negativo, es decir, ya no hacen tanto daño como antes..." (15).
12
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.31-32.
13
-María Isabel Carvajal (Carmen Lyra) fue una de las más penetrantes críticas a esas teorías higienistas, que
recomendaban formas de vida, mientras no cuestionaban las causas que hacían mantener al pueblo esas condiciones de
existencia. Al respecto véase: Lyra, Carmen. Los otros cuentos de Carmen Lyra. San José, Costa Rica. 1988.
14
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.79-80.
15
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.80.
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Desconocemos si el homeópata sospechoso de la ciencia sanitaria y manifiesto defensor de la
homeopatía tuvo éxito en su época. Lo cierto del caso es que aún hoy en día la mayoría de la
comunidad médica desconfía y teme a esa práctica curativa.
En 1913, el doctor Carlos Pupo Pérez, publicó el libro Nuestras enfermedades evitables.
Principios de Higiene que Nadie debe ignorar (16). Este tratado tenía 124 páginas, divididos en 13
capítulos. El autor justificaba el vigor de las ciencias higiénicas en la felicidad y triunfo del país.
Según este galeno existían diversas opiniones sobre el éxito y crecimiento de una nación. Nos decía
él:
"...Piensa el agricultor que la felicidad de nuestra patria estriba en los buenos caminos;
se imagina el pedagogo que de la instrucción pública depende el porvenir del país; el
militar quisiera, mediante la preponderancia de su ramo, mantener el orden y la paz
-bases de la República.- Hay una categoría de personas que echan la culpa al Gobierno
de todo cuanto malo sucede, y aun no faltan políticos para sostener que el adelanto es
imposible si la alternabilidad en el poder no es un hecho cumplido. Qué mucho, pues,
que los higienistas veamos en el mejoramiento del estado sanitario de Costa Rica, el
supremo ideal a que debemos aspirar, y sin negar que su progreso deriva de muchos
factores a la vez, afirmamos que el cuidado de la salud debe ser una de las primeras
preocupaciones del Gobierno" (17).
A pesar que el doctor Pupo reconocía la importancia de la agricultura, la educación, el
militarismo y, tal vez, la alternabilidad del poder en la consecución de la prosperidad del país,
indica que sólo esta sería plena con el auge la medicina y la higiene. Para el galeno era inexplicable
que el gobierno descuidara la salud, no hiciera viviendas confortables y no controlara el
alcoholismo, cuando existían las soluciones dadas por la medicina. Para este facultativo la ciencia
médica progresaba e iluminaba al mundo. En palabras del doctor Pupo:
"...hemos asistido a un verdadero renacimiento de las ciencias médicas, en la que han
tenido marcada influencia el método experimental y el perfeccionamiento del
microscopio...en él se han librado los combates entre la ciencia y la muerte, cuyos
16
-Pupo Pérez, Carlos. "Nuestras enfermedades evitables. Principios de Higiene que Nadie debe ignorar". San
José, Costa Rica. Librería, Imprenta y fotografía Alsina. 1913.
17
-Pupo Pérez, Carlos. "Nuestras enfermedades evitables..., p.3-4.
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resultados se encarnan en las sorprendentes revelaciones de Lister, Pasteur, Haffkine,
Erlich y otros tantos..." (18).
La curación de la rabia y la sífilis; la adquisión de nueva tecnología como los anestésicos, el éter,
el cloroformo; el estudio de los microbios; el control de ciertas pestes como el cólera, las viruelas y
la peste; el alza en la supervivencia post-operatoria fueron algunos ejemplos que el doctor Pupo usó
para justificar el papel trascendental de la medicina (19). Según la opinión del doctor Carlos Pupo,
la tarea preventiva realizada por cualquier país civilizado tropezaba con las creencias populares; en
especial las ancestrales prácticas familiares. Para él:
"Nuestros abuelos... tratan de curar los males, sin preocuparse de su origen. Puede
decirse que todas las plantas, tal vez todos los seres de la naturaleza, han sido
empleados con ese fin. A menudo encontramos personas persuadidas de que nos
rodea una flora con cualidades preciosas, pero desconocidas, y que en cada hoja de
fraeilecillo o de llanten, creen encontrar el específico de las enfermedades de la piel o
la panacea para las del estómago... Es con la higiene que el país podrá sanearse y no
con el uso de drogas, a las que, la fantasía popular y reclamas poco escrupulosas,
atribuyen ilusorias propiedades curativas" (20).
El doctor Pupo, al igual que otros higienistas, no dudó en alimentar los temores de la población
sobre las enfermedades venéreas. La sifilofobia era una de las tantos padecimientos que servían
para normar las conductas desordenadas del pueblo (21).
En 1915, la Imprenta Trejos publicó "Lecciones de Higiene", escrito por Francisco Cordero
Quirós. Esta cartilla constaba de 2 partes con 9 capítulos y 110 páginas. El libro tenía una temática

18
-Pupo Pérez, Carlos. "Nuestras enfermedades evitables..., p.5.
19
-Pupo Pérez, Carlos. "Nuestras enfermedades evitables..., p.5-10.
20
-Pupo Pérez, Carlos. "Nuestras enfermedades evitables..., p.6-7. Dos interesantes análisis hizo este facultativo
sobre los supuestos daños que causaba la medicina tradicional sobre la raza costarricense. El primero se refería a los
consejos de crianza de madres y vecinos sobre los niños recién nacidos (p.24). El otro relataba la correcta selección de
las nodrizas (p.41-42).
21
-Pupo Pérez, Carlos. "Nuestras enfermedades evitables..., p.105-112. Pupo enfatiza los descuidos del "...joven
inexperto o extraviado por conversaciones de camaradas más audaces, pero no mejor instruidos que él, se lanza
con ardor en aventuras en que contrae graves enfermedades, que puede más tarde llevar a su hogar." (p.106). El
libro de este galeno ridiculiza aquellos argumentos que indican la necesidad de "...hacerse hombre" lo más rápido
posible. Según Pupo: "... La verdadera viralidad no se establece antes de 18 ó 20 años, por más que algunos
impacientes invoquen el clima y otras excusas para disculpar su conducta" (p.106).
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similar a los manuales antes citados, tales como la importancia del aire, el vestido, el ejercicio y el
agua; los peligros del fumado y el alcoholismo; la trascendencia de la salubridad de la casa; y el
riesgo de los microbios, las infecciones y los accidentes.
Por otra parte, el doctor Cordero fue uno de los primeros en llamar la atención sobre el peligro
que representaban las enfermedades mentales como la idiotez, la paranoia, las melancolías y la
nerviosidad. Asimismo, este galeno citaba la inseguridad social que causaban los pacientes de esas
enfermedades, pues algunos de ellos podían convertirse en degenerados. Al igual que otros
médicos Cordero encontraba la solución a esas dolencias en la grandeza de la higiene mental como
medio de prevención.
Los temas relacionados con la higiene mental no sólo fueron preocupación de las cartillas, sino
que también lo eran de los planes oficiales de los planteles de Segunda Enseñanza; pues en esos
centros eran aprendidos tanto por los estudiantes como por los futuros docentes (22).
Al igual que otros cientistas de la higiene, en 1923, el médico Ricardo Jiménez Núñez, miembro
del Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra y Licenciado del Real Colegio de Médicos de Londres,
procuró definir el entorno saludable en que habrían de vivir los niños y los principios higiénicos que
éstos debían observar en su primera infancia. En su obra el doctor Ricardo Jiménez ubicó las
diversas prácticas que debía ejecutar cualquier "chiquillo" costarricense. Así por ejemplo, se le
explicaba el tipo de vestidos que debía ponerse, como asearse correctamente y, hasta, la forma
conveniente en que debía defecar. Finalmente, esta importante guía higiénica prevenía a los niños y
a sus padres sobre algunas enfermedades propias de la infancia (23).
Este trabajo también se dirigió a los estudiantes. Según don Ricardo Jiménez varios amigos lo
incitaron a escribir algunos: "...apuntes sobre la Ciencia Sanitaria, que pudieran servirles de guía
en sus lecciones a niños de poca edad” (24).
Para apropiar a la mentalidad infantil los principios de la vasta ciencia sanitaria, don Ricardo
Jiménez recurrió a la parte más selecta de la comunidad científico-sanitaria costarricense. Este
facultativo no dejó de aludir a los más conspicuos higienistas costarricenses, entre los cuales estaban

22
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.105-112.
23
-Jiménez, Ricardo. Nociones de Higiene al alcance de los niños. San José, Costa Rica. Alsina. 1923.
24
-Jiménez, Ricardo. Nociones de Higiene al alcance de los niños..., p.7
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sus hermanos Enrique y Gerardo Jiménez Núñez, Elías Jiménez Rojas, Louis Schapiro y F.
Sancho. El gran peso de la comunidad científica se hizo sentir en su guía. Incluso la mayoría de
ellos lograron publicar diversos tratados higiénicos. Una de esas cartillas, que parece tuvo una
importante contribución en la obra de Jiménez, fue hecha por Elías Jiménez. Este galeno fue uno
de los pocos en escribir sobre la reproducción humana, en el libro que se tituló "Eos y
Reproducción (25).
En 1929, salió a la luz publica otro texto, esta vez escrito por Ricardo Solís Molina, titulado
"Apuntes de Anatomía y Fisiología Humanas". El libro fue editado por la imprenta Alsina-Sauter,
con apenas 74 páginas dividas en 12 capítulos. La obra, aunque, parece muy técnica, fue
recomendada para estudiantes; los cuales suponemos debían ser más adultos y avanzados en los
principios sanitarios. A pesar de la erudición-técnica la obra dedicó espacios para corregir las
costumbres de los sectores populares e ilustrar a los grupos dominantes en las prácticas correctas de
higiene y salud (26).
Un interesante manual sobre medicina legal fue publicado en 1932 por la imprenta Universal.
La obra tenía 196 páginas divididas en 15 tesis. El autor era Alfonso Acosta Guzmán. El tratado se
titulaba "Medicina Legal" y como su designación lo indica era un texto destinado para especialistas
en derecho penal y medicina forense. Esta guía vino a solventar las necesidades de la Cátedra de
Medicina Legal y del plan de estudios de dicha materia. El trabajo de Acosta tenía como uno de sus
objetivos esclarecer "...los hechos delictuosos y aun a la resolución de asuntos de derecho civil";
también este texto vino a reafirmar la simbiosis entre medicina y derecho que se perfilaba desde
principios del siglo XX (27).
En 1938, otro higienista, el doctor Francisco A. Segreda, publicó la "Cartilla de Higiene
Escolar". El éxito de la obra hizo que en 1939 se publicara una segunda edición, aumentada y
corregida. Aunque no aparece claro, es presumible que este manual fuera avalado, al igual que el
de Jiménez Núñez, por el Secretario de Estado en el Despacho de Salubridad Pública y Protección

25
-Jiménez, Ricardo. Nociones de Higiene al alcance de los niños ..., p. 7-8. Desafortunadamente, el manual de
Elías Jiménez no ha podido ser localizado aún por nosotros.

26
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.235-238.
27
-Dobles Segreda, Luis. Indice Bibliográfico de Costa Rica. Higiene y Medicina...,p.281-286.
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Social, quién en 1938 era el doctor Antonio Peña Chavarría.
Segreda tuvo un currículo no menos impresionante que Jiménez, pues fue ex-interno del Guy's
Hospital de Londres, ex-director de la Maternidad Carit, ex-presidente de la Facultad de Medicina
de Costa Rica, médico interno del Asilo Chapuí, profesor de la Escuela de Obstetricia y Jefe del
Servicio Escolar de Costa Rica (28).
La Cartilla de Segreda fue aún más clara en el control de las prácticas sexuales de los jóvenes.
En especial, aquellos que estudiaban en sexto grado; ya que era en este nivel que después de 5 años
de continuo estudio de la Ciencia sanitaria, se develaban a los jóvenes los secretos de la vida. Se les
enseñaba cuales eran los órganos sexuales, sus funciones y sus formas (29). En pro de la eugenesia
se les documentaban las anomalías del pene y la vagina; y el peligro de las enfermedades
infecciosas y las infecto contagiosas, en especial la gonorrea y la sífilis ambas ampliamente
ilustradas (30). Segreda interpelaba a sus lectores escolares de sexto año, de la siguiente forma:
"Jóvenes que me haceís el honor de leerme: ¿sería posible que ante la descripción que
os acabo de hacer, permanezcáis fríos e indiferentes al peligro que os amenaza? ¿Será
posible que persistáis por ignorancia, en la creencia de que la gonorrea es un mero
accidente banal, sin daros cuenta de que por su fácil difusión y por el cortejo de
complicaciones graves a que ella puede dar lugar, es la gonorrea una enfermedad que
hiere la vitalidad misma de la nación" (31).
Sin embargo, la ciencia sanitaria eugenística no se quedó sólo en la advertencia, buscó normar,
al igual que en Europa (32), las conductas sexuales de la élite, así como disciplinar las de los
sectores populares. Como ya se ha señalado, desde 1864, es posible encontrar diversas normas
legislativas que definían esas conductas sexuales. Segreda citando al higienista europeo Rosenau
recomendaba las siguientes reglas:
"1º-falta de respeto al hogar; la concupiscencia con las sirvientas es una de las mayores
fuentes de gonorrea. La prostituta (calamidad social imprescindible), para atraerse más
28
-Segreda, Francisco. Cartilla de Higiene Escolar. San José, Costa Rica. Imprenta Nacional. 1939, p.5.
29
-Segreda, Francisco. Cartilla de Higiene Escolar..., p.127-152.
30
-Segreda, Francisco. Cartilla de Higiene Escolar..., p.153-165.
31
-Segreda, Francisco. Cartilla de Higiene Escolar..., p.156.
32
-Corbin, Alain. “Pequeña Biblia de los jóvenes esposos”. En: Historias. No.18. INAH. Méjico.
1987.
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clientela y por estar más directamente vigilada por las autoridades sanitarias, se cuida
más y ofrece menos peligro.
2º-El uso del condón... preferible es inclinarnos a la disminución del placer antes que a
la posibilidad de contraer la enfermedad. Es indudable que el condón de buena calidad y
bien usado ofrece completa protección y debe recomendarse a aquellos individuos que
insisten en exponerse a pesar del consejo en contrario.
3º-Método preventivo de Moore: aconséjese orinar inmediatamente después del coito.
Tan pronto sea posible (dentro de las cinco horas después del contacto), lavarse el pene y
el escroto especialmente el meato urinario, el prepucio y el frenillo con agua y jabón
(jabón verde de preferencia) durante diez minutos, secarse bien e inyectarse una solución
de protargol al 2% o de Argigol fresco al 10%, llenando bien la uretra y apretando el
meato urinario durante uno o dos minutos, de manera que no se salga la solución" (33)
La evidente normalización de los hábitos en Segreda recomienda pautas de conducta, como el
uso del condón, el empleo de prostitutas, en vez de las riesgosas sirvientas para el goce sexual, así
como diversos tratamientos post-coitales. Los consejos iban dirigidos tanto para la élite como al
grueso de los ciudadanos. Segreda también llamaba la atención sobre las amenazas del onanismo y
a las "...horribles consecuencias de los vicios secretos" (34).
Está por de más decir que Segreda conocía el trabajo de Jiménez Núñez y en consecuencia el
trabajo de los higienistas consultados por Jiménez. Sin embargo, en 16 años aparecieron otros
cultores de la ciencia sanitaria que no fueron aludidos en su momento por Ricardo Jiménez, tales
como Carlos Luis Valverde, Jefe de la Sección de Lucha Anti-venérea de la Secretaría de
Salubridad Pública y Protección Social, don Nilo Villalobos y el doctor Pablo Luros.
En el mismo año que Segreda re-editaba su manual moralizante, el doctor Pablo Luros publicaba
en la imprenta Borrasé una guía ética para las doncellas costarricenses, la que llevó el título de "La
Educación de las Jóvenes" (35). El libro fue dedicado a las instituciones de Segunda Enseñanza de
Costa Rica y en especial al Colegio Superior de Señoritas.

33
-Segreda, Francisco. Cartilla de Higiene Escolar..., p.157. (los subrayados son nuestros).
34
-Segreda, Francisco. Cartilla de Higiene Escolar..., p.164-166.
35
-Luros, Pablo. "La Educación de las Jóvenes. San José, Costa Rica. Imprenta Borrasé. 1938.
55

55
Licenciado Juan José Marín
El libro les recordaba a las futuras madres y amas de hogar la dificultosa tarea de ser la fragua de
la vida de los hombres, pues ellas deberían ocuparse de amamantar en sus senos físicos y psíquicos
la existencia de los ulteriores caballeros (36). Según el doctor Luros, la misión espiritual de la
mujeres era insuperable, aún para las ciencias positivas, que con todo su adelanto moral y social no
podían sustituir las tareas místicas de la mujer (37). El premio de la mujer era habitar una familia,
cuya santidad era sólo comparable a la de ella misma. Como sentenciaba el doctor Luros:
"La familia es santa. La mujer adquiere su perfeccionamiento en la maternidad. Esta
le da la oportunidad de entregar la antorcha de la vida a las generaciones futuras; crea
entre la madre y el hijo lazos de indescriptible alegría, gazas de eternidad de la especie
humana. La mujer con la maternidad se ilumina por una luz divina y experimenta
alegría inimaginable..." (38)
De tal forma, la santidad de la mujer y, obviamente, su virginidad haría que el progreso y la
civilización no calleran en lo frívolo y la degradación (39). La normalización de las costumbres y la
definición de lo que sería el género femenino no podía dejar de lado la actividad del hombre. En
1941, el doctor Pablo Luros en su libro "El Sentido de la Vida", influenciado por la filosofía de la
psicología individual, señalaba el problema existencial del individuo en relación con la
heterosexualidad (40).
En 1939, el mismo doctor Pablo Luros, publicó el libro "Salud y Matrimonio", obra que
constaba de 59 páginas divididas en 14 capítulos (41). Este manual a diferencia de otros defendía
explícitamente los valores eugenésicos e iba dirigido a los matrimonios. La familia para este galeno
era un lugar sagrado de gran trascendencia para el individuo, la familia y la sociedad. Al igual que
algunas cartillas higiénicas defendía la "...producción sana" de la gente. Según la argumentación
del doctor Luros la soltería producía “...delincuentes, dementes y gente insatisfecha” (42).
Asimismo, ante la influencia terminante del matrimonio para la sociedad debían guardarse
36
-Luros, Pablo. "La Educación de las Jóvenes..., p.10.
37
-Luros, Pablo. "La Educación de las Jóvenes..., p.11.
38
-Luros, Pablo. "La Educación de las Jóvenes..., p.90.
39
-Luros, Pablo. "La Educación de las Jóvenes..., p.103.
40
-Luros, Pablo. El Sentido de la Vida. San José, Costa Rica. Imprenta Borrase. 1941, p.11-14.
41
-Luros, Pablo "Salud y Matrimonio".San José, Costa Rica. Imprenta Borrase. 1939.
42
-Luros, Pablo "Salud y Matrimonio..., p.16-24.
56

56
Licenciado Juan José Marín
ciertas previsiones. Según el doctor Luros, la edad de los contrayentes era vital para evitar
desgracias físicas y morales a la raza costarricense. Así por ejemplo, las parejas de gente mayor
tendían a producir hijos feos y avejentados (43). Por otra parte, el código eugenésico debía
considerar el examen médico prematrimonial, la prohibición de los matrimonios a determinados
hombres, la esterilización de los sujetos indeseables y la restricción de ciertos nacimientos, además
de los requisitos corporales lógicos, según esa doctrina, como la estatura, el peso, el aspecto
general, el sistema capilar y las dimensiones generales de la persona.
De acuerdo con las condiciones climáticas y geográficas de Costa Rica, la pareja ideal para
nuestra "raza" sería, según Luros, un varón que se casara entre los 27-30 años y que se mantuviera
potencialmente activo entre los 30 y los 50 años. De no respetarse la edad idónea de matrimonio, el
doctor Luros proporcionaba las edades equivalentes y perfectas para otro tipo de nupcias.
Los caballeros deberían tener una altura modelo de 1.66 mts, sin sobrepasar los 1.90 mts ni ser
menor a 1.30 mts; el ancho de los hombros sería de 32 cm. y el de las caderas de 31 cm. El peso
debería ir en relación con la estatura, siendo para el caso costarricense, de 166 libras. La belleza
corporal era vital, si bien no era necesario ser un adonis, tampoco debía ser ni feo ni desalineado
físicamente. El sistema capilar del hombre señalaba su potencialidad sexual, la calvicie denotaba,
según el doctor Luros, debilidad en las "...actividades conyugales".
Por su parte, las féminas debían casarse entre los 22 y 24 años. La potencialidad reproductiva de
la mujer se desarrollaba entre los 24 y 40. La estatura media debía ser de 1.55 metros y cuando
estuviera sentada tenía que ser de 82 cm. Las dimensiones transversales eran importantes para que
poseyera la agilidad necesaria. El peso perfecto rondaría las 120 libras. La pelvis y las caderas
eran indispensables, según el doctor Luros, pues prometían partos más fáciles. Al igual que el
hombre debía ser bella y con un sistema capilar profuso y brillante. El pelo, decía el facultativo,
indicaba ovarios y glándulas endocrinas saludables (44).
En 1942, el doctor Ricardo Pérez Cabrera, publicó para la serie Vida y Salud, de la editorial

43
-Luros, Pablo "Salud y Matrimonio..., p.27.
44
-Luros, Pablo "Salud y Matrimonio..., p.31-39. Para el caso europeo véase: Corbin, Alain. Pequeña biblia de
los jóvenes esposos... y Adler, Laure. Secretos de Alcoba. Historia de la pareja 1830-1930. Buenos Aires, Argentina.
Ediciones Juan Granica S.A. 1987.
57

57
Licenciado Juan José Marín
Torno, el libro Nosotros, el aparato digestivo y la alimentación (45). Además, de lo revelador de la
existencia de colecciones de sanidad como Vida y Salud, llama la atención la publicación de 8 obras
por el mismo autor entre ellas "Mi pequeño Atlas", que trataba sobre cuestiones de anatomía,
fisiología, higiene y otros asuntos útiles a los estudiantes"; "Alimentos y salud" que trataba sobre el
uso de los alimentos en la salud y "Sinopsis de Medicina Vegetal" que señalaba algunos
conocimientos sobre las plantas medicinales (46). Este último libro y la publicación de la
bibliografía ya citada, son un indicador de la existencia de una preocupación por controlar la
medicina tradicional, tal y como lo habían hecho las leyes contra curanderos y obstetras, entre otras.
3Error! Bookmark not defined.-TRASCENDENCIA, LIMITES Y APRENSIONES DE LAS
CARTILLAS HIGIÉNICAS.
Las cartillas higiénicas tuvieron una trascendencia social, por cuanto tuvieron que ser leídas por
profesores, maestros, (47) niños, púberes, jóvenes, adultos y matrimonios. No obstante, muchos
educandos abandonaban la escuela antes del tercer grado, lo que impidió que asumieran en su
totalidad los contenidos impresos en las cartillas. Ello impuso un reto a nuestros higienistas y al
Estado costarricense. La respuesta no se hizo esperar, la folletería sanitaria vino a cubrir a aquella
población que desatendía su educación formal, pero que podía leer.
Como veremos en los próximos apartados, tanto la folletería sanitaria como las cartillas
higiénicas, temieron que sus lectores realizaran peligrosas interpretaciones de lo leído

Error! Bookmark not defined.A-LECTORES Y LECTURAS. ENTRE LA INSTRUCCIÓN Y


EL ADOCTRINAMIENTO.
El impacto social de las cartillas higiénicas puede verse, aunque sea parcialmente, en su
influencia en las escuelas y colegios costarricenses. A partir de la reforma de Mauro Fernández y la

45
-Pérez, Ricardo. Nosotros, el aparato digestivo y la alimentación. San José, Costa Rica. Imprenta Tormo.
1942,
46
-Pérez, Ricardo. Nosotros, el aparato digestivo y la alimentación ..., p.2.
47
-Desde el 12 de enero de 1907, se publicaron una serie de temarios para exámenes que debían realizar los
maestros, según el artículo 21 del Reglamento para obtención de los Certificados de aptitud. Según la legislación,
ningún funcionario docente podía ejercer en las escuelas comunes sin antes haber aprobado dichas pruebas.
Posiblemente los profesores debieron afrontar el mismo problema. Véase: Costa Rica. Temas para el Certificado de
aptitud elemental y superior. San José, Costa Rica. Imprenta Nacional. 1917. Para observar los contenidos morales
confrontense las páginas 23-28 y 47-48.
58

58
Licenciado Juan José Marín
subsiguiente centralización de la instrucción por el Estado, las ideas eugenésicas comenzaron a ser
leídas por los niños y jóvenes. Así, por ejemplo, en 1892, en los programas oficiales de Segunda
Enseñanza para los Institutos Nacionales de Costa Rica se reunían ya, una serie de tópicos que más
tarde se expresarían en las cartillas higiénicas costarricenses. En estos planes, en el cuarto año de
ciencias se iniciaba a los educandos en la compresión de la lógica cientista, psicológica y médica,
así como de la influencia de lo físico sobre lo moral. En ese esbozo educativo existía un
predominio de las obras europeas. Entre los textos que se recomendaban estaban "Lógica de las
Ciencias" y "Lógica deductive et inductive" de Alejandro Bain y "Primeros Principios" de
Herbert Spencer, entre otros. (48).
En quinto año, en el curso de ética se dotaba a los estudiantes de todos los valores
trascendentales para el Estado como eran la familia, el matrimonio, la virtud, el control de las
pasiones, la prudencia y la gimnasia moral, entre otros. Para alcanzar las nociones básicas, el
programa recomendaba autores como Janet, Kant, Rey y Heredia, Espinosa, Platón, Franck,
Caro, Coignet, Bouliller, Marion, Fenelon y Cousin (49).
A diferencia de 1892, en los demás programas de enseñanza redactadas a partir de 1900 no se
aconsejan ni textos ni autores. A pesar de ello, la división temática y de niveles evidencian la
influencia de las cartillas higiénicas elaboradas en el país, como fueron las voluminosas obras de los
doctores Benjamín de Céspedes (1900), Francisco Cordero Quirós (1915) y Francisco A. Segreda
(1938).
De esta forma, en los planes de primaria de primer año, escritos en 1900, se pormenorizaba el
peligro para la respiración del desaseo corporal y de la ropa interior. Igual trato se le daba al
alcoholismo, desde el segundo grado hasta el cuarto año se prevenía a los niños de ese mal (50).
Los programas de moral, de ese mismo año, adicionaban nuevas precauciones. En primer grado,
se recomendaba a los niños memorizar al "...pie de la letra toda máxima ó estrofa que encierre

48
-Costa Rica. Programas oficiales de Segunda Enseñanza para los Institutos Nacionales de Costa Rica. San
José, Costa Rica. Imprenta Nacional. 1892, pp.43-45, 51-55.
49
-Costa Rica. Programas oficiales de Segunda Enseñanza para los Institutos Nacionales de Costa Rica..., p.50-
51.
50
-Costa Rica. Programas de Enseñanza Primaria. Aprobados por la Secretaria de Instrucción Pública. San José,
Costa Rica. Tipografía Macional. 1900, pp.3-8.
59

59
Licenciado Juan José Marín
una regla de conducta" (51). En su posterior escolaridad estaba obligado a aprender las formas
apropiadas de levantarse, acostarse, amar a sus semejantes y evitar las malas tentaciones como la
envidia, el egoísmo, la pereza y la mentira, entre otras.
Al tiempo que se le instruía en los valores nacionales que le llevarían a comprender la valía del
"...buen soldado" y el heroísmo, al niño se le preparaba para defender militarmente su país y para
resguardar a la nación de las plagas morales que, supuestamente, azotaban a Costa Rica. El maestro
para adoctrinar a sus discípulos debía asignar lecturas, de las que seguramente formaban parte las
cartillas higiénicas y contar historietas y narraciones que hicieran creíble a los ojos del niño todos
los valores y las normas que se le inculcaban (52).
Las clases de economía doméstica venían a completar el plan civilizatorio de la élite; pues se les
enseñaba a las muchachas su lugar social. Entre las tareas que cumplirían las futuras señoritas y
esposas estaban la higiene familiar; la crianza y educación de los niños; la asistencia de los
enfermos; el uso de los medicamentos caseros y la elección de las telas (53).
Al parecer las ideas eugenistas ganaron terreno en los planes de estudio. En 1909, en el índice
de materias de segunda enseñanza, aparecía el curso preparatorio de Antropología é Higiene.
Además, de las omnipresentes temáticas del aseo corporal, el ejercicio físico, las habitaciones, el
aire, los alimentos y los vicios en la degeneración o superación de la raza eran tópicos vastamente
trabajados en las cartillas higiénicas donde se citaban los "...graves peligros para el individuo y la
sociedad de [las] pasiones y vicios de los púberes" (54).
El riesgo de la "chiquería" y la "muchachería" se procuraba extirparla en los mismos planes de
estudio. En las materias de lógica, moral y cívica se enseñaba a los alumnos sobre los deberes
morales y la educación de la voluntad. Estos tópicos trataban de conseguir un dominio de los
jóvenes y de su supuesta alma perniciosa. Incluso, se orientaba a los educandos a cerca de las malas
costumbres y compañías, el respeto a la propiedad privada, la higiene moral y el tipo ideal de
mujer, desde el punto de vista moral (55). Todo ello buscaba atenuar y educar el ardor y viveza del
51
-Costa Rica. Programas de Enseñanza Primaria. Aprobados por la Secretaria de Instrucción Pública..., p.1.
52
-Costa Rica. Programas de Enseñanza Primaria. Aprobados por la Secretaria de Instrucción Pública..., p.1-8.
53
-Costa Rica. Programas de Enseñanza Primaria. Aprobados por la Secretaria de Instrucción Pública..., p.1-8.
54
-Costa Rica. Segunda Enseñanza. Indice de materias que se han de tratar en cada una de las asignaturas del
plan de estudios. San José, Costa Rica. Tipografía Nacional. 1909, pp.53-55
55
-Costa Rica. Segunda Enseñanza. Indice de materias, pp.63-64, 223-225, 229-231.
60

60
Licenciado Juan José Marín
alma púber.
En 1939, los planes de estudio de segunda enseñanza prolongaron la temática de las cartillas
higiénicas y de programas escolares precedentes. Sin embargo, y posiblemente, por la tempestuosa
agitación social que se vivía desde la décadas de los 10 y 20, tanto en el país como en el mundo,
estos programas ofrecían nuevos temas. Así por ejemplo, en Cívica de quinto año se enfatizaba el
problema de la mendicidad, la vagancia y la moralidad de los trabajadores. En esta materia se
instruia a los jóvenes sobre la importancia de la beneficencia pública o estatal, así como respecto a
los abusos de los ciudadanos contra ella. Por otra parte, en Cívica se estudiaría la magnitud de la
libertad de prensa para la democracia, así como la degeneración que causaba el amarillismo y el
mercantilismo en el derecho de la libre expresión.
En fin, en el período 1900-1949, las cartillas higiénicas influyeron en los planes escolares, las
cuales retomaron los enunciados básicos de los eruditos europeos; pero amoldándolos a la realidad
del proyecto liberal-terapéutico costarricense.
Entre 1900 y 1949, los escritores de las cartillas higiénicas como los doctores Jiménez Núñez,
Pablo Luros y Ricardo Pérez fueron autores de otro tipo de publicaciones, así como miembros
laureados del mundo intelectual costarricense. Un buen modelo de los galenos eruditos y
renombrados fue Ricardo Pérez . Por ejemplo, él escribía textos para colegio tales como "Nuestro
País", en colaboración con Carlos Luis Sáenz. Este libro trataba sobre geografía humana, "Temas
para mis composiciones" y "Escribo mi primer libro" cuyos tópicos esenciales eran las reglas de
redacción y ortografía (56). Muchos médicos tenían no sólo un prestigio como ensayistas, sino que
también estuvieron asociados activamente en la vida política e intelectual del país. El “Libro
Azul”, publicado en 1916, dio cuenta de cómo bastantes galenos fueron miembros de diversas
organizaciones de masones tales como La Luz, La Libertad No.4, Regeneración No.1, Hermes
No.7, Maravilla No.10, Unión Fraternal No.2 y las Logias Esperanza y Fe, entre otras. Los
nombres de facultativos como Julio Borbón, Rodolfo Espinoza, Jenaro Rucavado, Andrés Sáenz,
Lorenzo Montúfar y José María Castro, no eran extraños en cargos como Grandes Maestros
(hospitalarios, de ceremonias y representantes), porta estandartes y ministros de ceremonia, entre

56
-Pérez, Ricardo. Nosotros, el aparato digestivo y la alimentación ..., p.2.
61

61
Licenciado Juan José Marín
otros (57). Por otra parte, existieron individuos que ascendieron socialmente a través de la práctica
médica, tal fue el caso de Solón Núñez (58).
Lo anterior, puede señalar interesantes lazos entre los higienistas y los terapéutas y la
intelectualidad y la clase política de Costa Rica. Esto por cuanto los cultores de la ciencia
eugenésica tuvieron un repertorio temático mucho más amplio que las cartillas y la folletería
higiénica; consecuentemente, su público lector no se reducía ni a sus colegas, maestros y educandos
de diferentes niveles. Aunque, es evidente que algunas cartillas como "Salud y Matrimonio" de
Pablo Luros iban dirigidas a un auditorio específico, en este caso, adulto e instruido.

Error! Bookmark not defined.B-LA FOLLETERIA Y LA DIVULGACIóN SANITARIA


La difusión de las cartillas higiénicas en los colegios y escuelas del país fue amplia, pero es
dudoso que tuviera una difusión nacional y un tiraje copioso, que le permitiera influir en aquellos
jóvenes que desertaban de la escuela. En cuanto al tiraje, es posible que éste oscilara entre 1500 y
las 3000 copias (59).
Al parecer, los higienistas y los altos funcionarios de la Secretaría de Instrucción utilizaron los
folletines para complementar el adoctrinamiento sanitario de los educandos y de los sectores
populares. Este tipo de panfletos se conocía desde 1790 cuando fueron publicadas para combatir
las nefastas pestes de viruela (60). En la era republicana, (1835-37), destacó el folleto el de Nazario
Toledo "Método curativo del cholera asiático" (61), como uno de los primeros de su género para
instruir a las personas en los métodos sanitarios de la medicina. Si bien no existen datos posteriores
concretos, existen indicios de que éstos siguieron publicándose y circulando.

57
-Latin American Publicity Bureau. El Libro azul de Costa Rica . Estados Unidos. 1916,p.99-104.
58
-Palmer, Steven. "The penitenciary, Police Reform and the Beginnings of Social Policy in Costa Rica... Véase
en especial: Frutos, Juan Bautista. Dr. Solón Núnez. San José, Costa Rica. Ministerio de Cultura Juventud y
Deportes. 1979.
59
-Desafortunadamente, no existen informes o reportes, en las Memorias de Gobernación y Policía, sobre la
cantidad y títulos de los libros publicados. Unicamente, la del año de 1892 si presentó ese tipo de información.
Véase. Costa Rica. Memoria de Gobernación y Policía. San José, Costa Rica. Imprenta Nacional. 1892. Anexo III.
Por ende, nuestra estimación debe leerse con mucho cuidado.
60
- Quijano, Alberto. Costa Rica ayer y hoy (1800-1900). San José, Costa Rica. Imprenta Nacional.
1940, pp.110 ss.
61
-Lines, Joge. Libros y folletos publicados en Costa Rica, durante los años 1830-1849. San José. UCR. 1944,
p.46-47.
62

62
Licenciado Juan José Marín
El folleto, como medio de publicación, era muy práctico para el Estado. Debido a que era más
barato de producir; fácil y rápido de leer y, en consecuencia, podía cubrir a un público más extenso.
A pesar de sólo tener como punto de referencia el índice elaborado por don Luis Dobles Segreda, se
puede hacer una breve caracterización de estos panfletos, para así entender su importancia y
complementaridad con las cartillas higiénicas.
De acuerdo a una muestra de 57 folletines, es posible indicar que eran muy concisos un 46%
tenían entre 8 y 19 páginas, un 24% poseía entre 20 y 29 páginas; siendo tan sólo un 5% los que
sobrepasaban las 40. Al parecer una mayoría de éstos pertenecían a colecciones como "Folletines
de Vulgarización", "Folletos Científicos" y "Publicaciones de la Secretaría de Salubridad";
dichas colecciones sumaban el 56% del total de la folletería. Algunos de ellos fueron primero
conferencias médicas que luego se publicaron (14% de la muestra), aunque es difícil saber el dato
exacto. A diferencia de las cartillas, una cantidad significativa fue editada por las imprentas del
Gobierno (44%). La temática predominante estuvo asociada a las enfermedades venéreas, los
consejos a madres y la higiene. Predominaron, por tanto, los artículos referidos a las enfermedades,
en general y la higiene. Por último, la mayoría de los folletines del período 1900-1936, se
concentraron en los años 1921-1930.
En cuanto la difusión de los boletines de nuevo tiene que especularse. Según, la Memoria de
Gobernación y Policía, en 1915, a propósito de las campañas contra ankylostomas y otras
enfermedades evitables, se recomendaba el uso de las publicaciones en los periódicos, las
conferencias persistentes, la profusa distribución de folletos y hojas sueltas (62). En Memoria de
1922, se indicaron, sólo en la campaña contra los ankylostomas, la publicación de “...6669 folletos,
14 cartas, 5201 hojas sueltas, 2139 avisos, 21 publicaciones en periódicos (63).
Al igual que con las campañas contra los ankylostamas, la lepra, la tuberculosis y las
enfermedades venéreas, entre otras, los higienistas recurrieron a los folletos. En 1940, se decía con
respecto a la propaganda antivenérea lo siguiente:
"...se han impreso varios folletos de divulgación científica relativos a estas

62
-Costa Rica. Memoria de Gobernación y Policía. San José, Costa Rica. Tipografía Nacional. 1916, p.237.

63
-Costa Rica. Memoria de Gobernación y Policía. San José, Costa Rica. Imprenta Nacional. 1923, p.227-245.
63

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Licenciado Juan José Marín
enfermedades, en una forma, sencilla y elemental, para que puedan ser leídos y
comprendidos hasta por las personas de escasa instrucción" (64).
Sólo para tener una idea de cuantos escolares debían leer las cartillas higiénicas tomemos como
ejemplo la campaña dental de 1944. En ese año fueron distribuidos en 30 escuelas (26 eran de San
José, 1 de Alajuela, 1 de Heredia, 1 de Cartago y 1 de Palmares y San Ramón) 9256 folletos "Mis
Dientes". Estos debían ser pintados y contestados por los alumnos de 1° a 3° grado. Una vez
realizada la tarea tenían que devolver los ejemplares a la Secretaría de Salubridad, suponemos que
esta era una medida de evaluación sobre el aprovechamiento del aprendizaje hecha por ese ente. De
esta forma conocemos que 5479 ejemplares fueron devueltos, es decir un 59% (65). Si bien esa cifra
no indica cuál era el nivel de lectura, nos puede dar una aproximación del alcance y uso de dichos
folletos.
El tiraje de los folletos no deja de ser impresionante. Por ejemplo, si se compara éstos con
aquellas publicaciones que aprovechan los sentimientos de las personas como eran los cancioneros
populares se entenderá la trascendencia de la folletería sanitaria (66). Los cancioneros tenían varias
características importantes. Primero que todo eran patrocinados por cervecerías, cigarreras, radios y
jabonerías, entre otros, que buscaban acercarse a un mundo plebeyo.
Lo anterior, tal vez, influyó en los nombres de los cancioneros Las cervecerías denominaron sus
publicaciones con su marca, este fue el caso de Gambrinus, Atlas y Reketen; las jabonerías como
Palmera hicieron lo mismo; la popularidad de la radio a fines de la década de los 30 y 40, hizo que
radioemisoras como la Victor publicaran sus éxitos musicales. Otros buscaron nombres asociados a

64
-Costa Rica. Memoria de Gobernación y Policía. San José, Costa Rica. Imprenta Nacional. 1941. Entre los
folletos que se publicaron en 1940 estaban "El peligro Venéreo"; "Algunas Nociones Sobre la Blenorragia";
"Prostitución, Gonorrea y Sífilis", además de la impresión de diversos carteles (p.26). Es importante destacar que
esos folletos fueron publicados antes en la Revista Salud, y fueron objeto de diversas conferencias escolares. La
Memoria de 1939, aludía ese hecho. Según ella, en 1938, al no alcanzar los 6000 ejemplares de la Revista Salud, se
utilizó la división de ésta en pequeñas separatas o publicaciones que en total alcanzaban los 300 000 ejemplares (Costa
Rica. Memoria de Gobernación y Policía. San José, Costa Rica. Imprenta Nacional. 1939, p.29).
65
-Secretaría de Salubridad Publica y Protección Social. Mis Dientes. Suplemento No.1. San José, Costa Rica.
Imprenta Nacional. 1938, pp.41-42. El formato de este folleto al parecer fue muy similar al de la campaña contra las
moscas. Véase Secretaría de Salubridad Publica y Protección Social. La Mosca. Vol.1. Año 1. Febrero. San José,
Costa Rica. Imprenta Nacional. 1938, pp.6-7.
66
-Un análisis de las publicaciones y lecturas populares se puede hallar en Sarlo, Beatriz. El Imperio de los
Sentimientos. Narraciones de circulación periódica en la Argentina (1917-1927). Buenos Aires, Argentina.
Catálogos Editora. 1985.
64

64
Licenciado Juan José Marín
los ídolos de la época como Agustín Lara y Carlos Gardel. También, existieron otros con nombres
llamativos como Tipitin y Tropical. Todos eran editados casi en las mismas imprentas que
elaboraban las cartillas y folletos tales como la Guttemberg, Borrase, Universal, Ujueta y
Hermanos Ortiz, entre otras.
Los cancioneros podían tener tirajes de 5000 ejemplares. De algunos como el "Victor" se hacían
dos al año, posiblemente de 3000 ejemplares cada uno (67). Siendo los cancioneros posiblemente
muy gustados entre las clases populares, existiendo apoyo empresarial fuerte y teniendo tirajes
apreciables se comprenderá que la cuantía de la folletería sanitaria era verdaderamente
sorprendente.

Error! Bookmark not defined.C-LAS LECTURAS LASCIVAS Y MUNDANAS


A pesar de lo santurronas y precavidas que fueron las cartillas y folletines al describir el cuerpo
humano, la lectura de los jóvenes a veces tendía a ser lujuriosa. En 1944, el Diario de Costa Rica
ponía en tela de juicio la legitimidad de las obras científicas en la formación moral de la juventud.
Ante esa preocupación, el Departamento de Prevención Social de la Secretaría de Trabajo estaba
elaborando un proyecto que:
"trataba de establecer las medidas del caso para evitar la circulación de libros
que bajo títulos de obras científicas fomentan tendencias pornográficas,
terriblemente funestas de la juventud ... en vez de cultivar sus mentes, siembran
en ellas esa clase de tendencias al vicio y a la lectura morbosa" (68).
Al parecer los jóvenes concupiscentes recortaban las fotos de libros científicos donde aparecían
las apetecidas figuras femeninas. Tal vez este recurso, resultaba más barato que la compra de
revistas eróticas como "Eros", "Tabú" y "Sexo" y algunas otras de humor provenientes de Cuba,
como "Caricaturas" y "Semana Cómica" (69).
El recelo de las autoridades estatales e higienistas por los tipos de lectura que hacían los jóvenes
fue compartido por la Santa Madre Iglesia y varios de sus laicos, aunque por otras razones. En
67
-Quiero agradecer al librero Mariano Víquez su inmensa amabilidad al facilitarme parte de su colección de
cancioneros para fotocopiarlos.
68
-Diario de Costa Rica, 26 de julio 1944, p. 1 y 5.
69
-ANCR. Gobernación 22903, 23 setiembre 1947, copia 4441.
65

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Licenciado Juan José Marín
enero de 1891, según el Eco Católico de Costa Rica, existía una preocupante epidemia social: el
suicidio. En ese mes, un joven de 13 años, alumno de la Escuela Nueva e hijo de un respetable
ciudadano se quitó la vida. La causa de este hecho, según ese periódico:
“...proviene de un verdadero extravío de la razón, del desconocimiento ó desprecio del
deber moral, y ese extravío tiene su primera fuente en la irreligión y las malas lecturas.
Parece evidente que el joven Rodríguez, á su temprana edad, había leído alguna de esas
novelas infames, que despiertan las pasiones del corazón y producen catástrofes como la
que lamentamos” (70).
La Iglesia, como la conciencia social que pretendía ser, demandó al Estado que velara por:
“...la venta de libros y estampas inmorales ... así como [de] las representaciones teatrales
de cierta índole, que vemos aquí toleradas. Sabemos que algunas de nuestras familias
han salido verdaderamente escandalizadas de ciertas piezas que se han representado
últimamente en el teatro Variedades. En el repertorio de la nueva compañía de Zarzuela
vemos citadas varias piezas de ninguna manera recomendables. Es bueno que la
autoridad sea estricta en ejercer la censura que le corresponde” (71).
Por otra parte, el cinematógrafo que era mencionado en la década de 1920 como un medio de
difusión sanitario y de progreso tendió después a verse como un ámbito de perversión y peligro. En
la década del 30 y 40 las películas eran consideradas un riesgo, pues los jóvenes podían hacer
lecturas "indecentes". Según se pensaba el cine era: " a menudo la escuela donde se enseña el
mal, donde se enseñan los vicios... y donde también se aprenden y se acostumbran una serie de
actos inmorales, del todo impropios para la juventud" (72).
Las películas, al igual que en las revistas, sufrieron una censura, donde ni el criterio científico ni
la prevención moral justificaban la presencia de ciertas escenas o cuadros. Ante esto las

70
-Eco Católico de Costa Rica, 24 de enero de 1891.

71
- Eco Católico de Costa Rica, 24 de noviembre de 1891. Un análisis detallado sobre la Iglesia y los
espectáculos públicos fue realizado por la historiadora Patricia Fumero, al respecto véase: Fumero, Patricia. El
Teatro en San José: 1880-1914. Una aproximación desde la historia social. (Tesis de Maestría en Historia.
U.C.R). 1994, pp.179-221.
72
-ANCR. Gobernación 8861, fólder 11, 23 de noviembre de 1938, copia 6492.

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autoridades:
"...atendiendo las quejas de orden moral, dadas por los padres de familia por la
exhibición de películas que, aún cuando su filmación obedeciera al propósito de
inspirar horror por los vicios y debilidades humanas, han provocado una reacción
de protesta en determinados sectores del público" (73).
El cinematógrafo pasó de adalid contra el vicio y las malas costumbres a corruptor de la
juventud. Ruta, que posiblemente, los higienistas trataron de evitar que siguieran las cartillas
higiénicas; principalmente, ante lectores muy talentosos y perspicaces en materia sexual.
Cabe mencionar que también otras actividades de recreación pública fueron censuradas por el
daño que, supuestamente, podían causar a la moral pública, según Patricia Fumero, el teatro sufrió
la regulación estatal y la censura eclesiástica (74).

Error! Bookmark not defined.D-EL CUERPO HUMANO Y LA CENSURA DEL EROTISMO.


Las cartillas higiénicas evidenciaron un marcado recelo a la hora de hacer descripciones del
cuerpo femenino; si bien la literatura lo hacía, tomemos por ejemplo la obra de dos autores
ubicados entre 1900 y 1947: don Joaquín García Monge y Carlos Luis Fallas, "Calufa".
En 1900, Joaquín García Monge escribía su novela "Hijas del Campo". Esta pieza literaria a
pesar de enunciar principios moralizantes que no se distanciaban en mucho del discurso oficial y de
las cartillas higiénicas (75), no temía en describir a “...prójimas cachigordas, metidas en sus
postas, jugosas y rosadas; hembras ardientes capases de meterle a cualquiera una revolución en
el cuerpo”. Mujeres que eran, según su narración, “...el diablo mismo” (76). Así como las tristes y
angustiosas rutas de la prostitución josefina de esos años.
Por su parte, en 1947, Carlos Luis Fallas publicaba "Gentes y Gentecillas". En ella se narraron

73
-ANCR. Gobernación 22237, 19 de noviembre de 1942, copia 10107.
74
-Fumero, Patricia. El Teatro en San José 1880-1914..., véase en especial el capítulo número IV.
75
-García, Joaquín. Hijas del Campo. San José, Costa Rica. Editorial Costa Rica. 1981. Un buen ejemplo de
ese discurso moralizador se haya en el último capítulo de su novela. Aunque es común varios estereotipos a lo largo
de la obra. Refiriéndose a las criadas decía don Joaquín García Monge: "supo en seguida [Piedad] los portes tan feos
y arrastrados de éstas, lo vulgar de sus sentimientos, contáronle el modo de ser privado de sus amas respectivas, de
lo que hacían en sus servicios, de las rencillas groseras que hay entre las sirvientas, de sus amores vulgares y de sus
aspiraciones sucias" (p.61-62).
76
-García, Joaquín. Hijas del Campo..., pp. 10.
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elocuentes escenas donde estaban presentes “...mozas de carnes apretadas”; “...agresivos pechos
que encienden la sangre”; “...espaldas blancas, casi desnudas”; “...piernas elegantes”;
“...nalgas abultadas y firmes”; y “...vestidos apretados”. Todo ello hacía desear el “...morder
esas carnes” (77).
Hubo otros literatos que realizaron descripciones más aventuradas mencionando beldades
seductoras, admirando los lascivos senos, ojos pícaros, sensuales caras, rosados y carnosos labios,
cabellos suaves y tersos, placenteros aromas y, por supuesto, las lujuriosas piernas.
Si bien la literatura del período recreó las formas femeninas, los higienistas preocupados por
normar y describir las correctas e impecables maneras de vivir, amar, dormir, asearse y comer
rehuyeron lo erótico y lo sensual. Tal vez, en el pensamiento higienista, la civilización de los roles
entre los géneros y el dominio del cuerpo humano les impedía brindar información que en vez de
orden y progreso diera paso a la decadencia y degeneración, propias, según ellos, de los sectores
populares.
El temor de los higienistas podía ser comprensible. Ellos tenían un concepto muy especial de
corrupción y vicio. Manifestaciones emotivas y moralistas, al respecto, se encuentran en la obra del
Doctor Solón Núñez y en la de Felipe González Flores y Joaquín Vargas Coto. Así por ejemplo, el
Doctor Núñez manifestaba:
"...Hay una serie de circunstancias, bien lo sé, que festinan la aparición de los instintos
sexuales: el clima, la alimentación, las modas, el teatro, el baile moderno, la
coeducación, el cinematógrafo, la novela, los cuadros callejeros y las indiscretas
conversaciones familiares" (78).
Posiblemente, esos peligros hicieron que las guías higiénicas costarricenses fueran mucho menos
explícitas que sus similares europeas.

4Error! Bookmark not defined.-LAS CONTINGENCIAS DE LA IDEOLOGIA


TERAPEUTICA

77
-Fallas, Carlos Luis. Gentes y Gentecillas. San José, Costa Rica, Editorial Costa Rica-Red Editorial
Iberoamericana. 9 ed. 1993, pp.294-295.
78
-Revista de Salud. Nº 3,4,5. Febrero-marzo. San José, Costa Rica. Tomo II. Imprenta Nacional. 1938, p.4.
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La ideología sanitaria en su afán de controlar a los bastardos, las rameras, las mujeres solas o
deshonradas, las obstetras, las curanderas, los empíricos, los peligrosos púberes, los niños, los
delincuentes, los artesanos y los campesinos, entre otros, penetró en el imaginario colectivo de
diversas clases sociales y los contenidos ideológicos formaron parte de sus formas de raciocinio
inorgánico.
La aparente victoria de la ideología terapéutica liberal no fue tal. Si observáramos el cómo
fueron reinterpretados los postulados eugenésicos y cómo los sectores populares utilizaron la
farmacopea ensalzada por los médicos notaríamos que el triunfo nunca existió.
Efectivamente, en Costa Rica se dio un fenómeno similar al analizado por la historiadora Ann
Taylor Allen para Alemania. Ella observó como las femenistas teutónas asumieron la doctrina
eugenésica impuesta por la burguesía germana para defender sus principios morales (79).
Si bien es cierto, estos movimientos femenistas alemanes tendieron a "civilizar" y a propagar las
costumbres de la élite dentro de los sectores populares, en especial para erradicar aquellos hábitos
que extendían las enfermedades venéreas; tampoco se puede ignorar como este movimiento
redefinió los principios médicos y terapéuticas para lograr objetivos reivindicativos de las mujeres.
En Costa Rica la defensora de los derechos electorales de la mujer Angela Acuña reprodujo el
modelo alemán. El 31 de agosto de 1943, el periódico La Tribuna anunciaba una conferencia radial
de la licenciada Acuña sobre la prostitución (80). En ese mismo año y por medio de la Liga Social
Antivenérea ella señalaba los ejemplos corruptores de los padres:
"En los hogares campesinos, la rutina ha llevado aún a las gentes medianamente
acomodadas, a no romper con la pésima costumbre de vivir en la promiscuidad más
repugnante. El padre, la madre, los hijos de todas las edades, no sólo viven juntos en el
mismo cuarto sino que, muchas veces, se acuestan en la misma cama, poniendo al
margen todo sentimiento de pudor. Ven actuar a sus padres desde los albores de su vida,
bajo la influencia del alcohol, empiezan a conocer tempranamente las cosas groseras y
sucias y las deformaciones patológicas de las ciudades (...) En unas no hay pureza que
perder, porque nunca la poseyeron y por consiguiente, no pueden tener del asunto
79
-Taylor Allen, An. Femenis Veneral Diseases and the State in Germany 1890-1918. En: Journal of the History
Sexualy. No. 1. Vol.4. 1993, pp. 27 ss.
80
-La Tribuna. 31 de agosto, 1943
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ningún concepto moral" (81).
El discurso de Doña Angela Acuña tuvo varios rostros. Uno de ellos fue estereotipado y
adecuado a los valores dominantes difundidos en la campaña moralizadora de 1943. Otro fue el
ataque a los valores patriarcales utilizando los mismos argumentos científicos y sanitarios de los
higieniestas; aquí el raciocinio terapéutico pasó a tener un carácter subversivo y cuestionador del
orden liberal.
Así mismo, existieron otros movimientos sociales que aún defendiendo los derechos electorales
de la mujer fueron conscientes de la libre expresión atacando la injusticia clasista presente en Costa
Rica, tal fue el caso de Carmen Lyra. La valiente sexegenaria en 1948 fue obligada por la Junta
Fundadora de la Segunda República y el Ejército de Liberación Nacional a exilarse en Méjico y de
paso su avión fue ametrallado. Sin permitirle regresar a su nación, murió en el exilio; a pesar de
ello, el ideario de Lyra continuó en Costa Rica. A través de las revista “Nosotras” Rosita Braña,
Ruth Carrasquilla, Trina de Chaves, María Alfaro de Mata, María Cristina de Villalobos, Mercedes
de Palma, Luisa de González, Emilia Prieto, Margarita Villalobos y María Eugenia Vargas entre
otras, trataron de divulgar el pensamiento de Lyra, por ello fueron perseguidas por la oligarquía
cafetalera y los miembros de la Junta Fundadora de la Segunda República, supuestos defensores de
los derechos electorales de la mujer (82). En este caso, es evidente que el acceso al voto no debía
asociarse al cuestionamiento del orden clasista de Costa Rica.
Otro ejemplo de como los valores terapéuticos fueron pervertidos se dio en los sectores
populares. Estos grupos, muy a pesar de los higienistas, recurrieron tanto a remedios curativos
herbolarios como a los científicos y modernos. El pueblo comenzó a hacer sus propios recetarios
entremezclando drogas y plantas. La farmacopea científica, tal como la defendían los higienistas fue
pervertida por esos sectores.
Como era de esperar, esa mezcolanza causaba mucho enfado en los higienistas, la cual se
expresaba en las diferentes cartillas y folletos sanitarios. Paradójicamente, los mismos oficiantes
81
-Costa Rica. Memoria Liga Social Anti-venérea. San José, Costa Rica. Imprenta Nacional. 1944, p. 81.
82
-Sobre el ataque brutal a Carmen Lyra ejecutado por miembros simpatizantes (o por orden directa) de la Junta
Fundadora de la II República véase. Prieto, Emilia. Agradecemos al pueblo y gobierno mejicano la hospitalidad que
le dieron a Carmen Lyra. En: Nosotras. Organo de Prensa de la Unión de Mujeres Carmen Lyra. No. 2. 30 de
octubre de 1949, p.1. En cuanto a los objetivos de este movimiento véase: Nosotras. No. 1. 15 de setiembre. 1949,
p.1.
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sanitarios promovieron y alentaron ese sincretismo médico. Por ejemplo, era común que las boticas
desde 1850, vendieran drogas mágicas como las famosas píldoras del doctor Baird, que según él,
era una afamada medicina para purificar la sangre. Según el anuncio:
"Esta medicina es inestimable para todas las impurezas de la sangre; limpia y purifica el
sistema entero. Regula el Hígado, el Estómago y los riñones, es una cura positiva para la
Dispepsia, Indigestión, Flatulencia, Constipación Crónica, y todas las calenturas biliosas,
dolores de cabeza nervioso, dolores en la espalda, ardencia del corazón, ofuscamiento de vista y
nerviosidad... una cura positiva para la lombriz en niños. Regula la Estrechez en las mujeres,
removiendo todas las obstrucciones. Regula la menstruación y es un remedio eficaz para la
LUCORRHEOA. Los jóvenes, los viejos y los de mediana edad pueden confiar en la eficacia de
esta verdaderamente maravillosa medicina...es una verdadera medicina de familia. Se suplica
respetuosamente á los médicos que den un ensayo á esta medicina para que queden convencidos"
(83).
Tales anuncios comunes en los periódicos alimentaban la automedicación y la experimentación
popular. Aspectos que aunque enfurecían a los médicos nacionales no pudieron detenerse. La
evidencia parece indicar que el citado triundo triunfo higienista nunca existió pués el único cambio,
si lo hubo, fue el de cambiar las medicinas herbolarias por las otorgadas por la ciencia médica.
5-EPILOGO
El motor de la historia es la lucha de clases. En el caso de las cartillas higiénicas, la pugna entre
las clases dominantes y su intelectualidad con los sectores populares, evidencia los encuentros
conflictivos que se desarrollan de diversa manera y en forma oculta con actores que se
entremezclaban en un mismo escenario cotidiano.
Las cartillas higiénicas se consolidaron a principios del siglo XX, cuando los facultativos habían
alcanzado un desarrollo institucional y de identidad grupal. Los sueños y esperanzas que
comenzaron a labrar en la década de 1890, fueron defendidos y ejecutados en la primera mitad de
este siglo. Los médicos, los higienistas y los terapéutas se impusieron como tarea mesiánica,
ordenar el supuesto desorden social de los sectores populares. Por ende, los higienistas y moralistas
buscaron a través de las cartillas y la folletería restaurar e imponer un explendor moral y de las
83
-La Prensa Libre. 19 de octubre. 1890, p.3.
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costumbres. Para ellos, dichos sectores eran incivilizados, toscos, groseros y, en algunos casos,
depravados.
Por otra parte, los sectores populares fueron vistos como peligrosos, máxime en un contexto
social y económico que los expoliaba inmisericordemente, ante eso el aumento del desontento y el
malestar social los hacían más riesgosos al orden social.
Las publicaciones higiénicas procuraron regular varias prácticas cotidianas del pueblo. Cada una
de las costumbres y conductas de los sectores populares fueron vistas como inhumanas y bárbaras.
Los borrachos, los campesinos, los artesanos, los mendigos, los niños y, en fin, todo aquel que no
perteneciese a los sectores populares fueron adoctrinados y prevenidos de sus propios males ( 84).
De esta forma, la folletería y las cartillas higiénicas buscaron prevenir fenómenos tan diversos como
la locura, la miseria, la criminalidad, la degeneración, las enfermedades, la insubordinación y la
rebelión. Para conjurar esos riesgos esas publicaciones debieron tener un matiz morigerador de las
costumbres, inclinación que resulta atractiva para el historiador social que desea conocer los
diferentes escenarios de la lucha social.

84
-Una compilación de cuentos y narraciones que retratan esos estereotipos se encuentra en: Vargas,
Guillermo y Villegas, Rafael. El Libro de los Pobres. San José, Costa Rica. Tipografía Avelino Alsina. 1908.
En particular véanse autores como José Fabio Garnier, Gerardo Matamoros, Carlos Pupo, González Rucavado y
Guillermo Vargas.

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