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Hombres, mujeres y niños recibieron la Torá en el Monte Sinai, el monte más pequeño
y humilde de todos los montes. Estábamos debajo del monte como si éste fuese el palio
nupcial, la "Jupá". El momento en el que recibimos la Torá representó el contrato
matrimonial, la Ketubá. Simbolizó nuestro amor, compromiso, respeto y
responsabilidad de nuestra relación con Di-s.
Cada vez que un hombre y una mujer contraen matrimonio debajo del palio nupcial,
vuelven a recrear la boda que tuvo lugar debajo del Monte Sinai el día en que Hashem
entregó los Diez Mandamientos. Si le damos una mirada más profunda a estos Diez
Mandamientos descubriremos que no sólo nos aconsejan sobre el aspecto espiritual,
sino que también nos proveen de consejos y pautas prácticas para la vida conyugal.
Este primer mandamiento comienza con la palabra "Anoji" que significa "Yo" en el
idioma egipcio. La pregunta es: ¿Por qué Di-s eligió decir la primera palabra de los
Diez Mandamientos en un idioma extranjero y no en hebreo, el idioma sagrado?
Tal vez, en algún momento de su vida, una mujer puede llegar a decir, "Oh, mi
esposo es tan diferente a mí". Pero, con esfuerzo y dedicación, se puede hallar
un factor en común. Tal vez debamos hablar "un idioma extranjero" para
nosotros, de vez en cuando, para lograr entablar la comunicación con nuestra
pareja.
El uso de la palabra "Anoji", "Yo", nos enseña que Di-s puso su máxima esencia dentro
de la Torá. De esto aprendemos que, asimismo, nosotros debemos poner, nuestro
espíritu y corazón al servicio de nuestro matrimonio.
¿Por qué Di-s constantemente nos recuerda de dónde venimos? ¿Es acaso placentero
escuchar una y otra vez sobre el tiempo en el que éramos esclavos? ¿No podemos acaso,
olvidarnos del pasado, y simplemente seguir adelante?
Todos poseemos un pasado. Aunque intentemos comenzar nuestro matrimonio como si
el día de nuestro casamiento fuese nuestro nacimiento, la realidad es que todos
arribamos con trasfondos diferentes, infancias, hábitos y expectativas distintas y hasta
quizás, Di-s no lo permita, traumas del pasado. Si poseemos algo de nuestra historia que
debemos resolver, debemos hacerlo apenas lo detectamos, de nada sirve esconderlo bajo
la alfombra. Lo único que logramos con esta actitud es que el problema cada vez se
vuelva más grande, e inexorablemente saldrá a la luz, ya sea mañana, dentro de una
semana o en diez años. Tarde o temprano saldrá a la superficie, y mejor que sea
temprano, ya que realmente uno resulta lastimado con esta actitud, daña a su familia, y
sigue tropezándose con todos los problemas que guardó debajo de esta alfombra.
Hasta que logramos reconocer cual es la mochila de dificultades con la que cargamos,
es fácil caer en la tentación de culpar a nuestros maridos de nuestras inseguridades.
Debemos preguntarnos primero: ¿Hay algo de lo que debo encargarme, algo que traigo
de mi historia, de mi pasado?
No nos olvidemos que no sólo las mujeres poseemos un pasado. Nuestros maridos
vienen de otros hogares, fueron educados de otra manera, hasta tal vez fueron criados en
otra cultura. Aunque creamos poseer muchísimas similitudes con nuestra pareja,
siempre encontraremos diferencias. A veces las mujeres nos disgustamos mucho con
nuestros maridos, esperando que hagan cosas que no hacen, asumiendo que ellos
"deberían saberlo".
Tal vez, la mujer creció acostumbrada, por ejemplo, a celebrar su cumpleaños de alguna
forma en particular, preparando una torta y recibiendo regalos. Pero quizás la costumbre
en la casa de su marido era muy distinta. En consecuencia, si nunca le explicas a tu
esposo cómo te gusta que se celebre tu cumpleaños, luego no podrás disgustarte con el
ya que el no puede adivinar. En la pareja, los dos, deben siempre tener en consideración
que cada uno posee un pasado.
Recientemente, sonó mi teléfono. Era una mujer a la cual no conocía. Ella tenía
necesidad de hablar. Era infeliz en su pareja. Había estado casada por muchos años, y
recién ahora se había dado cuenta que su marido no llenaba sus expectativas, no era lo
que ella esperaba. No era tan inteligente, ni amable, ni delicado, ni educado, ni
sofisticado, como...
Mientras hablaba, sentí que una parte de la frase estaba ausente, "no era tan bueno
como... ¿como quién"? le pregunté.
Le aseguré que no la había visto, pero le expliqué, que era muy claro que lo que estaba
haciendo era comparando a su esposo con el esposo de otra mujer. Le pregunté entonces
qué es lo que había pasado.
Ella, apenada, describió cómo había actuado el marido de su amiga la noche anterior en
el restaurante. El le arrimó la silla a la mesa, sacó su saco y respetuosamente lo colgó
por ella, mientras que su propio marido nunca notó ni su silla, ni su abrigo. El marido de
su amiga sabía exactamente qué ordenar para su esposa ya que conocía perfectamente
su gusto, mientras que su marido tuvo que esperar a que ella volviera para ordenarle
también a él el pedido, mientras que además, comentaba lo mucho que le disgustaba la
comida elaborada. Luego bromeó acerca de la gente que no ordenaba comida tradicional
como bifes y papas. El marido de su amiga era tan dulce y sofisticado, mientras que su
marido involuntariamente hasta casi había llegado a insultar al mozo. El marido de su
amiga inclusive poseía conocimientos sobre las diferentes clases de vinos. Ella volvió a
su hogar muy desilusionada con su marido.
Todos necesitamos, de tanto en tanto, compartir nuestros sentimientos con alguien. Esto
nos ayuda a ver que no somos las únicas que debemos lidiar con ciertos problemas, nos
alivia y nos muestra que hay ciertas conductas que son exclusivamente "actitudes
masculinas", y que no son cuestiones personales que debemos tomar a pecho. Es por
esto que yo siempre recomiendo que la persona debe tener un consejero (mashpia), un
buen amigo, alguien con quien poder compartir sus sentimientos. Todos necesitamos
abrir nuestro corazón de tanto en tanto. Es saludable compartir nuestras emociones con
alguien de confianza con quien podamos discutir en forma privada aquellos
sentimientos que nos aquejan.
Estas charlas y comentarios son las que "no son en vano". Son charlas en las que
hablamos de una manera respetuosa, tienen un objetivo y no son conversaciones frívolas
que lo único que logran es ofender a nuestros maridos.
Una pareja que llevaba un año de casada vino a verme, asustada porque habían
escuchado rumores de que en la ciudad natal de la esposa se comentaba que ellos
estaban a punto de divorciarse. El problema fue que ellos habían sido los últimos en
enterarse. No había ni una pizca de verdad en este rumor, con lo que rápidamente se
pudo resolver el misterio.
La esposa era una mujer muy joven que se encontraba viviendo en Israel el país natal de
su marido. Apenas se casaron ella tuvo que adaptarse a una vida completamente nueva,
un idioma extranjero, y una cultura completamente distinta. Ella estaba lejos de casa y
de sus afectos. Al mismo tiempo debía acostumbrarse a la nueva vida de casada. Esto es
siempre un gran desafío, y por supuesto había momentos en los que las cosas se hacían
difíciles.
Un día, no mucho después de haberse mudado a Israel, una amiga llamó. Su voz le
produjo una gran nostalgia. La angustiada joven esposa, se dio el lujo de tomar una
larga sesión de lágrimas con su amiga, la cual aun no se había casado, y se encontraba
todavía estudiando. Ella lloraba y se quejaba y le confesaba a su amiga cuánto añoraba
su hogar y qué difícil se le hacía la adaptación a esta nueva vida.
Afortunadamente esta pareja, que ya lleva años de casada, aprendió la lección. Nuestros
temas privados sólo debemos comentarlos con un objetivo claro, y a personas de
confianza. Debemos ser muy cuidadosos en la elección de la persona con la cual vamos
a compartir nuestras dificultades, debemos elegir el momento y lugar adecuados.
Recuerda
Recordar es algo muy positivo. Crear lindos recuerdos propios y de la familia es algo
muy provechoso. Momentos compartidos, una sonrisa, una nota, una foto, fiestas de
cumpleaños, son todos recuerdos maravillosos para compartir. Sácalos del banco de tu
memoria y recuérdalos en momentos difíciles. Dale a tus hijos recuerdos que puedan
compartir. Todos poseemos lindas experiencias de alguna clase. Recolectadas, tal vez en
nuestra infancia, que luego cuando llegamos a ser adultos nos dan fuerza, cuando
debemos atravesar momentos difíciles. Permítete y anímate a meditar sobre los
hermosos recuerdos que atesoraste a lo largo de tu vida.
Una vez conversé con una mujer que trabajaba con parejas que se encontraban a punto
de divorciarse. Yo quería ayudar a parejas a reconciliarse antes de tener que llegar a este
trágico final que significa el divorcio. Ella me explicó entonces cómo hacía para
diagnosticar si la pareja tenía futuro aún. Durante la conversación les preguntaba,
"¿Cómo se conocieron?" Si esbozaban, aunque fuese una leve sonrisa, y se lograba ver
un destello de emoción en sus miradas, significaba que todavía había esperanza. Si por
el contrario, no lograban recordar y volvían su mirada vacía de emoción hacia ella...
"observar"
Shabat es el día en el que fortalecemos nuestro lazo con Di-s, es el día en el que nos
ocupamos sólo de asuntos espirituales. Hazte tiempo para dedicar a tu matrimonio,
tómate un día libre, una salida nocturna, un día sin distracciones, llamados, visitas, etc.
El concepto de "Kedushá" (Santidad) dentro del matrimonio es un tema que tiene que
ver con los derechos y obligaciones de las personas. La persona siempre debe recordar
que debajo del palio nupcial, Di-s fue invitado a participar de esta unión que es el
matrimonio, y por lo tanto hizo que este casamiento se volviera legal "De acuerdo a la
ley de Moshé e Israel". Mientras respetemos y mantengamos este hecho, y lo hagamos
formar parte de nuestra vida cotidiana, tendremos el mérito de que Di-s bendiga
nuestros hogares.
5. HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE
Esta frase no requiere interpretación; debemos tomarla literalmente como está escrita.
Honrar a nuestros padres y a nuestros suegros, puede a veces no resultar tarea fácil. Es
por esto que es un "Mandamiento". Pero si hacemos el esfuerzo todos saldremos
ganando, nosotros y nuestros hijos.
Hay un concepto llamado "dar demasiada participación a la familia". Esto significa que
apenas nos casamos nuestros intereses y preocupaciones deben estar focalizados en
nuestra pareja y no hacia nuestra madre. Sin embargo, cuando se trata de una relación
sana, equilibrada, la buena comunicación y participación de la generación anterior a la
nuestra puede volverse muy beneficiosa para todos los integrantes de la familia.
Para honrar a nuestros padres, cuando estos llegan a una edad avanzada, debemos
aprender a darles lo que ellos necesitan, no lo que nosotros creemos que desearíamos si
estuviésemos en su lugar. Debemos reconocer la edad que poseen, y respetar sus
antojos.
Así como respetamos los deseos de nuestros mayores, aunque no parezcan tener sentido
para nosotros, así también debemos respetar el deseo de nuestra pareja. Más de una vez
recibo llamados de hombres y mujeres, que llaman (anticipadamente a la reunión que
tendrán conmigo para un asesoramiento matrimonial) pidiéndome que convenza a su
esposo o esposa de tal o cual cosa. Básicamente lo que ellos quieren decirme es
"Convénzalo de que piense como yo; haz que sienta como siento yo". Pero las personas
somos todas diferentes. Es mucho más productivo encauzar nuestros esfuerzos en
respetar la opinión del otro que en tratar de eliminarla.
6. NO MATARÁS
El comentarista de la Torá Ibn Ezra nos explica que el mandamiento de "No matarás",
se refiere a "no matar ni con la acción ni con la lengua". Tanto el abuso físico como el
abuso verbal se encuentran completamente prohibidos.
Tal vez has visto algún caso, en el que una persona talentosa, feliz y extrovertida, luego
de casarse parece renunciar a toda la confianza en si misma. (Si sospechas de alguien a
quien esto le esté pasando, mantente alerta, ya que es muy posible que haya abuso
verbal o físico dentro de esta pareja). Uno de los mayores regalos que nos ofrece el
matrimonio es la autoconfianza que podemos alcanzar gracias a la seguridad que nuestra
pareja deposita en nosotros. La actitud de la pareja puede construir, o Di-s no lo
permita, destruir. Vivir dentro de un ambiente hostil es una manera de matar a la
persona. Por el contrario vivir dentro de un entorno en donde abunda el amor, la
aceptación y el apoyo, hace crecer la autoestima de la persona determinándola a ser
exitosa en todos los aspectos de su vida.
Como esposa debes reconocer el poder que posees. Debes hacer el esfuerzo de
incentivar, y mostrar sincera apreciación por las cosas que la otra persona hace. Si robar
la confianza de la otra persona es el equivalente a matar, entonces devolver esta
confianza es el equivalente a dar vida. "No matarás", no matarás su personalidad ni su
habilidad de ser exitoso. Todo marido/mujer debe ser la "Hinchada" de su pareja.
7. SÉ FIEL
¿Qué significa ser fiel?. Significa reconocer que existen ciertos aspectos del matrimonio
que deben mantenerse dentro de la intimidad de la pareja. Significa que no debemos
hacer públicos temas privados; eso es traición. Ambos, tanto hombre como mujer,
deben respetar el espacio reservado para la pareja y, saber que lo que sucede dentro de
ella, allí debe quedar. Significa mantener la confianza.
Se dio cuenta entonces que su esposa le había contado el hecho a una amiga, y esta le
contó a su marido, y el marido a su vez le contó esta historia, sumamente privada, a su
compañero de trabajo. Para él este hecho fue una falta de fidelidad total de parte de su
esposa, un abuso a su confianza, y le fue casi imposible volver a confiar en ella.
8. NO ROBARÁS
Debemos dar crédito a nuestra pareja por las cosas que el /ella realizan. Una flor a
veces, significa el comienzo de la primavera.
Conozco una disertante que cada vez que comienza sus conferencias agradece a su
esposo. Después de todo ella está parada frente al público, elegante, tranquila y
preparada para comenzar, mientras su marido está en casa haciendo dormir sus hijos.
Ella comparte el crédito con él.
¡Exprésate! Di las cosas que te molestan. No recibimos el don de la profecía cuando nos
encontramos bajo la Jupá. Algunas mujeres se equivocan creyendo "que si su esposo
realmente la ama debería saber lo que le molesta", ¡esto no es cierto! Si tu realmente lo
amas debes comunicárselo a él de una manera simple y amable. Lo mismo se aplica en
el caso de los maridos.
No acuses a tu pareja, comparte con ella tus sentimientos. Comienza las frases en
primera persona, "me siento incómoda cuando...". "Me preocupa que...".
Cada vez que guardas un sentimiento dentro tuyo y no revelas lo que te está molestando
agregas una hilera de ladrillos a un muro que tú construyes. Al principio puedes cruzar
por encima de él las veces que deseas. Luego de un tiempo, ya necesitarás dar un
pequeño salto para lograr pasar. Después, piensas, será fácil pasar este pequeño muro
cada vez que lo desee. Pronto requerirás una escalera, pero aún podrás seguir cruzando.
Pero a medida que los años vayan pasando irás agregando, sin darte cuenta, hileras de
ladrillos a tu muro, y cuando te quieras dar cuenta el muro se habrá vuelto tan alto e
impenetrable que no lograrás cruzarlo más. Desafortunadamente, la comunicación se
habrá bloqueado, llenándose de incontables cuestiones, algunas pequeñas, otras grandes.
Cuestiones que nunca salieron a la luz. Pero con habilidad y mucho esfuerzo, este muro
todavía tiene esperanzas de ser derribado, en cualquier momento de nuestras vidas. Pero
piensa, cuanto más productivo y menos doloroso hubiese sido no haberlo construido
nunca.
10. NO CODICIARÁS
En muchas circunstancias, especialmente cuando las mujeres son las que se quedan en
casa con los chicos mientras sus maridos salen a trabajar, ellas codician la libertad que
sus parejas poseen. Los maridos, pueden en general ir y venir cuando lo desean,
mientras que sus esposas deben encontrar niñeras, y hacer mil arreglos antes de que
puedan cruzar el umbral de la puerta. Los hombres, dicen simplemente, "Adiós, me
voy", y desaparecen con la rapidez con que pasa una brisa. A veces sucede que mientras
el hombre está compenetrado y preocupado en su trabajo la mujer está en casa
preparando la cena, ayudando a los niños con la tarea, bañándolos y acostándolos a
dormir, y esto es lo que puede luego llevar a la mujer a sentir celos y resentimiento de
su marido.
Todos los maridos deben conscientizarse y tener en mente el peso con el que cargan sus
esposas, y deben tratar de ayudarlas lo más que puedan. Además deben apreciar y
valorar el trabajo de su mujer y comprenderla. Una simple demostración verbal de
afecto por parte del marido puede alivianar increíblemente el peso con el que carga su
esposa.
Toda esposa debe comprender que si se siente infeliz y resentida, lo ideal será sentarse
con su esposo, o con un consejero matrimonial, y buscar la manera en la que pueda
lograr encontrar satisfacción dentro del matrimonio y sentirse libre de cualquier tipo de
resentimiento. Quizás lo que necesite sea estar más tiempo fuera de casa y compartir
diferentes momentos con otras mujeres. Tal vez necesite trabajar más horas, o menos, o
directamente dejar de trabajar por un tiempo y tratar de alivianar la presión que existe
en alguna parte de su vida cotidiana. Probablemente necesite más ayuda con las cosas
de la casa, o la persona que la ayuda no es lo suficientemente competente. Puede ser
también que alguna amiga la esté haciendo sentir de esa manera. Tal vez la suegra
¿quién sabe?. Reflexionando sobre el tema y discutiendo sobre él seguramente hallará el
modo de ver sus necesidades y logrará, sin lastimar a su familia, conseguir también
dejar de sentir sentimientos de celos de su marido.
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Los Diez Mandamientos son aplicables a todos los ámbitos de nuestra vida. Si
le damos una mirada profunda y detallada, veremos que adhiriéndonos a estas
leyes, podremos transformar nuestra persona, y como consecuencia tendremos
la habilidad de transformar el mundo. Cuanto más pronto seamos capaces de
colmar nuestras vidas con Los Diez Mandamientos- tanto literal como
figurativamente, más pronto vendrá el Mashiaj, y seremos redimidos. ¡Ojalá
que sea ahora!.