Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
"Es importante recuperar la memoria de las cosas olvidadas, luchar contra las ortodoxias culturales
e ideológicas, contra el pensamiento que no permite pensar lo nuevo, aprender a desaprender y a
liberar la memoria subversiva, la memoria sufriente, la memoria que libera"2
1
Este artículo, en torno a la noción de «memoria histórica» fue realizado, a petición de la profesora Juliana Gómez,
bajo cuya dirección el autor cursó su asignatura de Antropología Especial II (Antropología forense), como materia
electiva en el marco de su segundo semestre de la Maestría en Estudios de Género, Mujer y Desarrollo en la
Universidad Nacional de Colombia (entre los meses de agosto y diciembre de 2008). Se advierte sobre las
eventuales limitaciones del texto, imputables sin duda a la incipiente formación del autor en los campos
disciplinares de la historia y la antropología, cuyos exponentes son quienes manejan con propiedad el citado
concepto de memoria histórica».
2
Paráfrasis de lo proclamado por la editorial Desclée, como propósito de su colección Palimpsestos, sobre
desarrollo y Derechos humanos, la cual publica, entre otros, los siguientes autores y títulos (entre paréntesis) al
respecto: Boaventura de Sousa Santos (Crítica de la razón indolente), Franz J. Hinkelammert (Crítica de la razón
utópica), Joaquín Herrera Flores (Editor) y otros: (El vuelo de Anteo. Derechos humanos y crítica de la razón
liberal), Luis de la Corte Ibañez (Memoria de un compromiso).
3
Conforme al saber situado que revindica la perspectiva de género y a una noción emancipadora de la memoria
histórica que devuelve la voz los silenciados por el “discurso experto”, enuncio en primera persona. AGB.
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 2 de 13
6
Incluido en el libro “Memorias hegemónicas, memorias disidentes. El pasado como política de la historia” de
Cristobal Gnecco y Martha Zambrano, 2000, Ministerio de Cultura, Universidad del Cauca, e Instituto Colombiano de
Antropología, que reseñó Zamira Díaz López (2002) para la revista Convergencia.
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 4 de 13
sus trayectos (pasado y pasado reciente) con, sobre y desde los cuales un
individuo o una colectividad construyen, deconstruyen o reconstruyen sus
proyectos y fundamentan sus identidades. Por ello, en todo el mundo
contemporáneo, santuarios y foros de la memoria sirven de espacios políticos,
culturales e investigativos para la cimentación de identidades sociales.
2. Primera articulación: Memoria Histórica y Derechos humanos.
Toda vez que la vinculación entre memoria e identidad en los planos sociales y
colectivos es estrecha; comunicar, acompañar y discutir memorias es “parte del
proceso de construcción y reconocimiento de la pertenencia a comunidades
colectivas, actuando como ‘mitos fundacionales’ que otorgan estabilidad temporal
(imaginaria) a la identidad (Cf. Jelín, 2001:88 citado por Sosenski, 2005:388, nota
al pie No. 14). Aquí establezco una articulación entre el concepto de Memoria
Histórica y el de Derechos Humanos. Ello, por cuanto aquellos derechos y
libertades básicas “de los cuales son beneficiarios todos los seres humanos en su
condición de tales” (The American Heritage Dictionary of the English Language,
citado en “Human rights”, 2008)7, tienen un derrotero histórico y están asociados, a
menudo en forma inarmónica, con el modo en que las naciones y los
conglomerados humanos como estados u órganos de gobierno administran
aquellas esferas de la existencia asociadas con las libertades políticas y civiles
que ostentan quienes viven rodeados por una determinada frontera nacional, tales
como el derecho a la vida, a la libre expresión, a la igualdad ante la ley, y al
concurso en actividades sociales, culturales, económicas; incluidas las
posibilidades de participar en la cultura, la viabilidad de alimentarse, trabajar y
educarse (Cf. “Human rights”, 2008). Siempre asoman —así examinadas las
circunstancias—, opacidades y problemas en aspectos de la existencia en
apariencia cristalinos (verbigracia la calidad del grado de vigencia de los derechos
humanos de las mujeres y hombres colombianos, sin distingo de su grupo etario,
clase, religión, etcétera). En Colombia, a lo largo de buena parte de la historia,
especialmente en el gobierno prolongado durante dos períodos (no sin sospechas
fraudulentas ensombreciendo el panorama) de Álvaro Uribe Vélez (2002-2006 y
7
Mis traducciones, AGB.
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 5 de 13
2006-2010), hay una pugna, muy dispar por cierto, por el control de la memoria
histórica, entre unas mayorías mediáticamente dispuestas (y a menudo
económicamente cooptadas) y grupos marginales de culturas segregadas,
opositores, perseguidos o silenciados apoyados por colectivos con diferentes
intereses en la agenda (desde las posiciones más éticas hasta el respaldo a los
más reprobables y violentos modos de subvertir el orden).
Lo antedicho se torna más complejo pues hay infinidad de actores no estatales
como partidos políticos, grupos informales, organizaciones no gubernamentales
(ONGS) e incluso compañías multinacionales que pueden estar comprometidas
con la defensa o con la agresión al cabal disfrute por parte de toda la población,
de los derechos humanos. Al respecto, un aspecto problemático es el papel
desempeñado por las compañías multinacionales que “juegan un importante papel
en Colombia como en el mundo, y son responsables por un gran número de
abusos a los derechos humanos” (tal cual lo atestigua Human Rights Watch en su
informe Corporations and Human Rights, 2008, citada en “Human rights”, 2008).
Supuestamente los derechos humanos no pueden ser derogados en razón de la
seguridad nacional bajo ninguna circunstancia; sin embargo, en Colombia tiene
sus ecos, durante el Gobierno actual, la histórica Doctrina de la Seguridad
Nacional (con sus raíces, según hemos visto en clase, estadounidense —Escuela
de las Américas— y francesa —Escuadrones de la muerte—), lo que, ante el
silencio cómplice de las mayorías, ha justificado que la razón de estado y la
seguridad nacional se invoquen para justificar violaciones a los derechos
humanos. Son numerosos los cuestionamientos a propósito de la supuesta
desmovilización de los paramilitares que ha dejado en el silencio a las víctimas, lo
cual se acentúa por el eco que los medios, generalmente gobiernistas, brindan a
determinadas versiones de los hechos en detrimento de otras. Definitivamente
maquillada como cultura del orden, la maquinaria represiva puede acallar y
esconder profusos hechos delictivos y presentar como victoria de la seguridad un
enorme repertorio de atropellos contra la dignidad humana. Por ende es preciso
recordar que siempre hay puntos de fuga para la supuesta homogeneidad de la
memoria histórica hegemónica, dominante y oficial.
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 6 de 13
8
Mi comentario. AGB.
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 7 de 13
9
Mi traducción, AGB.
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 8 de 13
Cóndor” (Ibídem)10. Dicho término luego pasó a ser muy conocido por el desarrollo
de conflictos en otros países del área como Guatemala, Perú y Colombia.
Como se notará, la imbricación entre memoria histórica y desaparición forzada es
evidente, toda vez que, por lo común, quienes la padecen son aquellos que el
poder hegemónico desea borrar del recuerdo colectivo o, lo que es igual,
circunscribir al olvido (ciertamente, eso no implica que todas las víctimas de tal
fenómeno sean inocentes de toda culpa o delito, pero si patentiza que ninguna de
ellas fue sometida por el poder que la desapareció, empeñado en adelantar
guerras irregulares a un juicio justo o legal (y ni hablar de ético). Surge en este
punto la noción (repetida con frecuencia en mi clase de antropología forense [ciclo
II 2008] por la profesora Juliana Gómez de, palabras más, palabras menos, la
forma en que los colombianos cohonestan muchos crímenes de este tipo “pues
aceptan que un mal menor se haga cargo de otro, teóricamente, mayor”).
En efecto, la violencia ejercida para desaparecer forzadamente personas “es un
acto de poder, que está animado por la imposición de la voluntad sobre la del otro.
En la tortura del desaparecido tal poder no tiene límites. No hay apariencias que
guardar, no habrá abogados o comisiones de derechos humanos que acusen a los
torturadores” (Figueroa, 2001:64). Por otra parte, en la atmósfera actual
colombiana, el deseo de la sociedad de encontrar en los alzados en armas (y en
todos los relacionados con ellos), chivos expiatorios ha conducido a una
exasperación de la idea de aniquilar la revuelta a cualquier precio, con la
subsiguiente amalgama de un poderío dictatorial, maquillado de democracia, y la
exacerbación desmadrada de los propios facciosos. Así, la huellas funestas del
despotismo y sus secuaces, y las aún más funestas de quienes incurren en un
terrorismo absurda y teóricamente bienintencionado, se intrincan en la realidad de
los suspendidos y desaparecidos, de quienes “quedan fijos en el pasado, vigentes
en el presente, portando para siempre una memoria que reclama ser atendida”
(Meruane, 2007). A raíz de ello, abundan los huesos mudos de los desaparecidos
con una historia por contar, y ahí tiene su misión la antropología forense.
4. Tercera articulación: Memoria Histórica y Terrorismo.
10
Mi traducción, AGB
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 9 de 13
Recojo aquí la noción del “enemigo”, antaño el comunista y hoy el terrorista, que
tan pronto viene a los labios de los gobernantes neoliberales en el orden mundial
vigente. Por idéntico motivo, traigo a colación una palabras de la escritora chilena
Diamela Eltit11: “El neoliberalismo en una de sus vertientes se basa en la
implantación del sentido común —pensar lo mismo, sentir lo mismo, comprar lo
mismo—, un sentido común que se programa para favorecer de manera holgada
el consumismo” (Eltit, entrevistada por Swinburn, 2000). A menudo, tal
implantación del sentido común ha generado que se comprenda en la categoría
“terroristas” a gran cantidad de inocentes, ya para desaparecerlos, ya para no
investigar su desaparición (lo cual resulta siendo exactamente lo mismo).
Nos aproximamos así a una paradoja, por cuanto por terrorismo hablamos de “el
uso sistemático del terror especialmente como medio de coerción en alusión a un
práctica para la cual no hay una definición acordada internacionalmente” (Thalif
Deen. POLITICS: U.N. Member States Struggle to Define Terrorism, Inter Press
Service, 25 July 2005 en “Terrorism”, 2008). La ambigüedad está dada porque la
desaparición forzada de personas y las alteraciones en la memoria histórica que
ella genera, vendrían siendo de alguna manera terrorismo, aunque ejercido por el
estado (jugando con la figura retórica de inversión terminológica, denominada
quiasmo, podemos decir que: si la desaparición forzada es en cierta medida
terrorismo de estado, el terrorismo, cuando es ejercido por grupos al margen de la
ley en Colombia, o en otros estados, comprende ocasionalmente desapariciones
forzadas “informales”, aunque por supuesto el repertorio jurídico internacional
señala una directriz diferente). Otra arista a considerar, es que —no obstante el
uso erróneo o sesgado que hacen los poderes estatales del concepto “terrorismo”
para desaparecer o avalar las desapariciones de sujetos incómodos— más de una
vez, y Colombia es prueba fehaciente de ello, los grupos subversivos sí han, en
efecto, empleado el terrorismo, en tanto, por ejemplo, lo define el Código Penal de
los Estados Unidos desde 1983 (Título 22, sección 2656f(d)): «Terrorismo:
Violencia premeditada y con motivos políticos perpetrada contra objetivos civiles
por grupos subnacionales o agentes clandestinos, generalmente con la intención
11
Acerca de cuya obra presenté una ponencia en el I Congreso Iberoamericano de Filosofía realizado por la
Universidad Santo Tomás de Aquino en Bogotá, los días 25, 26 y 27 de septiembre de 2008.
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 10 de 13
sino una abusiva e inmoderada usurpación de la memoria histórica por unos pocos
intereses potenciados descomunalmente por los medios masivos?
Queda aún mucha tela por cortar, y conviene tener en cuenta tal cual lo recalca el
crítico Gustavo Bueno, en su columna Rasguños, de la Revista Catoblepas (2003)
que es imposible “«recuperar» una memoria histórica común, objetiva, que se
supone ya organizada, aunque oculta (u ocultada) a la espera de ser desvelada o
recuperada”. Tratándose de memoria histórica es importante no sólo qué se
recuerda, sino quién (o quiénes), cómo y en qué momento lo hacen. En últimas,
“la historia no es sencillamente un recuerdo del pasado. La Historia es una
interpretación o reconstrucción de las reliquias (que permanecen en el presente) y
una ordenación de estas reliquias. Por tanto la Historia es obra del entendimiento,
y no de la memoria” (Cf. Bueno, 2008). Acepto ello con dos precisiones, primero:
por ‘reliquia’ entiendo todo residuo del ayer perceptible en el hoy, y dos, la
supresión de la negación, para mí, la historia es obra de entendimiento ‘y’ de la
memoria, o del entendimiento ‘trabajando sobre’ la memoria.
6. Conclusión ¿y la antropología forense?
Con ello en mente, conviene a los individuos y, más aún, a las colectividades,
revisar continuamente su memoria histórica, mediante el cultivo y la apropiación
histórica de su propia tradición (algo que se logra con mucha mayor amplitud
cuando los cadáveres perdidos aparecen y los muertos sin identificar recobran sus
nombres, gracias a la labor, entre otros, del antropólogo forense). Es imposible
pasar por alto antes de culminar este texto que los ejercicios hechos en clase
acerca de Katyn (Rusia) en mi caso, y las desapariciones negadas en Ruanda,
Bosnia, Argentina, Chile y Colombia, sumadas a otros manifestaciones del flagelo
en Argelia, Congo, Irak y Chechenia por ejemplo, evidencian el tamaño de la faena
y la labor de reajuste social que el ejercicio de la antropología forense comporta;
dicha disciplina contribuye a retirar velos en busca de depurar esas realidades en
que creían, las naciones y los individuos, estar inmersos sin estarlo en aras del
surgimiento o la visibilización de aquellas realidades en que creían no estar
inmersos estándolo. Tal es el camino para dejar de vivir en la creencia y comenzar
a creer en la vivencia.
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 12 de 13
4. Bibliografía
• Alméras, Diane (2001). «Lecturas en torno al concepto de imaginario: apuntes teóricos
sobre al aporte de la memoria a la construcción social». En Cyber Humanitatis, Revista de
la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. Nº 19 (Invierno)
[Versión electrónica sin paginación]. Obtenido sábado 4 de octubre de 2008 de
http://www2.cyberhumanitatis.uchile.cl/19/vespinoza.html
• Bueno, Gustavo (2003). «Sobre el concepto de “memoria histórica común”». En El
Catoblepas. Revista crítica del presente. Nº 11. [Versión electrónica sin paginación].
Obtenido sábado 4 de octubre de 2008 de http://www.nodulo.org/ec/2003/n011p02.htm
• Coalición Internacional contra Desapariciones Forzadas. Manifiesto de la Coalición
Internacional contra Desapariciones Forzadas Obtenido sábado 4 de octubre de 2008 de
http://www.icaed.org/fileadmin/user_upload/Manifiesto_de_ICAED.pdf
• Derechos humanos. (2008, 2) de octubre. Wikipedia, La enciclopedia libre. Obtenido
sábado 4 de octubre de 2008 de http://es.wikipedia.org/w/index.php?
title=Derechos_humanos&oldid=20584988.
• Desaparición forzada. (2008, 4) de septiembre. Wikipedia, La enciclopedia libre. Obtenido
sábado 4 de octubre de 2008 de http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Desaparici
%C3%B3n_forzada&oldid=19918854.
• Díaz López, Zamira (2002). «Reseña de “memorias hegemónicas, memorias disidentes. El
pasado como política de la historia” de Cristobal Gnecco y Martha Zambrano». En
Convergencia, enero-abril, año/vol. 9, Nº 027, Universidad Autónoma del Estado de
México, Toluca, México. Pp. 289-304.
• Espinoza, Víctor (2001). «Sobre el trabajo de memoria de una ONG de Derechos Humanos
CODEPU». En Cyber Humanitatis, Revista de la Facultad de Filosofía y Humanidades de
la Universidad de Chile. Nº 19 (Invierno) [Versión electrónica sin paginación]. Obtenido
sábado 4 de octubre de 2008 de http://www2.cyberhumanitatis.uchile.cl/19/vespinoza.html
• Figueroa Ibarra, Carlos (2001). «Dictaduras, Tortura y Terror en América Latina». En Bajo
el volcán, segundo semestre, año/vol. 2, Nº 003. Benemerita Universidad Autónoma de
Puebla, Puebla, México. Pp. 53-74.
• Forced disappearance. (2008, September 18). In Wikipedia, The Free Encyclopedia.
Retrieved 19:43, October 4, 2008, from http://en.wikipedia.org/w/index.php?
title=Forced_disappearance&oldid=23932667
• Human rights. (2008, October 1). In Wikipedia, The Free Encyclopedia. Retrieved 19:58,
October 4, 2008, from http://en.wikipedia.org/w/index.php?
title=Human_rights&oldid=242292724
• Ibargüen Aguiluz, Maya (2004). «Memoria, lugares y cuerpos». En Athenea Digital, otoño,
Nº 006, Revista de la Universidad Autónoma de Barcelona. Barcelona, España. [Versión
electrónica sin paginación]. Obtenido sábado 4 de octubre de 2008 de
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=53700619.
• Makowski, Sara (2002). «Entre la bruma de la memoria. Trauma, sujeto y narración». En
Perfiles Latinoamericanos, diciembre, año/vol. 10, Nº 021. Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales. Distrito Federal, México. Pp. 143-158.
• Mateos, Abdón (1998). «Historia. Memoria. Tiempo presente». En Hispania Nova, Revista
de Historia Contemporánea. Nº 1 (1998-2000). [Versión electrónica sin paginación].
Obtenido sábado 4 de octubre de 2008 de
http://hispanianova.rediris.es/general/articulo/004/art004.htm#02t
• Memoria histórica. (2008, 26) de septiembre. Wikipedia, La enciclopedia libre. Obtenido
sábado 4 de octubre de 2008 de http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Memoria_hist
%C3%B3rica&oldid=20453978.
• Mendoza García, Jorge (2005). «Exordio a la memoria colectiva y el olvido social». En
Athenea Digital, otoño, Nº 008, Revista de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Barcelona, España. Pp. 1-26.
• Meruane, Lina (2007), diciembre 3. «Libros clave de la narrativa chilena (XII) JAMÁS EL FUEGO
NUNCA» en Rinconete del Centro Virtual Cervantes. [Versión electrónica sin paginación].
“APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE MEMORIA HISTÓRICA” por Alfredo Gutiérrez Borrero, página 13 de 13