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La atención educativa a la diversidad

José Manuel Cabada Álvarez


Director del CAP de Colmenar Viejo (Madrid) y ex presidente de la
Asociación Española para la Educación Especial (AEDES)

A presencia de la diversidad en las aulas, de los alumnos con


necesidades educativas especiales, de los alumnos en situación de
riesgo social, de los alumnos con altas capacidades, de los alumnos
inmigrantes, de los de otras culturas y lenguas, de los motivados, de
los que no están interesados..., de cada uno que es distinto al de al
lado, exigen la creación de distintos agrupamientos dentro del aula y
la concentración de todos los apoyos y recursos en el aula; escuelas
inclusivas frente a la segregación y al fracaso.

El centro educativo, con las aulas que se decían homogéneas, se


concebía como un sistema de elaboración de productos, la
enseñanza, productos en serie con una organización taylorista o
fordista: “todos los coches tienen que ser Ford y negros como éste”.

Todo en el centro educativo tiende a estar estandarizado: los horarios


de profesores, de alumnos y de materias; las evaluaciones; la tutoría;
las normas..., todo se autorregula, pero “nadie” es responsable
máximo de la producción.

Cualquier innovación, normalmente, es “digerida” por el sistema: el


currículo, el horario, los rendimientos, la evaluación, los apoyos, las
tecnologías de la comunicación, los nuevos recursos, los nuevos
perfiles del profesorado; si es “asimilada”, no suelen producir
cambios.

El cambio para la atención educativa a la diversidad sólo se produce


si se reflexiona y se cambian los presupuestos de la producción: qué
se pide hoy a la enseñanza, si se pide para todos y como se pide en
cada caso.

El cambio en el seno de un sistema tan complejo como el sistema


educativo requiere de precisión, de oportunidad y de aciertos de
adaptación. Los cambios no se producen ni por normas ni por
innovación; requieren de procesos de reflexión y de colaboración de
todos los integrantes.

En todo caso, y si nos centramos en los cambios que la diversidad


puede provocar, se genera un proceso en el que avanzan o
retroceden contradicciones, antitesis o paradojas: atención a la
diversidad y prácticas segregadoras, simple mantenimiento y
transformaciones, actividades compartidas y esfuerzo individual,
introducción de cambios y aplicación de normas, importancia de la
construcción del conocimiento y éxito rápido de “operación triunfo”,
lo individual y lo social, la autonomía y la regulación, equilibrio entre
aprendizaje individual y aprendizaje en grupo, entre el pensamiento
analítico y pensamiento intuitivo, entre el contenido y proceso, entre
aprendizaje y evaluación.

La diversidad
La diversidad es algo consustancial al ser humano. En la escuela, la
diversidad es algo positivo, es fundamental para sobrevivir en ella, es
el soporte de los “andamiajes” para el aprendizaje y el desarrollo, (los
andamios de Brunner). Los alumnos crecen si van apreciando las
diferencias y la necesidad de empatía y complementariedad para
trabajar y disfrutar en una escuela más justa, y, al mismo tiempo, ir
construyendo una sociedad más justa.

La diversidad enfatiza el papel de la escuela como agente de


transformación social, si es una escuela sin excluidos. Si es una
escuela de inclusión, se cambia el modelo deficitario por el
competencial, se reconceptualiza el fracaso ante el aprendizaje como
búsqueda de una enseñanza más adaptada y avanzada, se atribuye
el fracaso no exclusivamente al alumno sino a alguno o algunos de los
componentes del sistema educativo. En las escuelas de inclusión,
integradoras, se pretende hacer justicia, respetar la diversidad, y
después asumir las diferencias entre los todos los alumnos, y así
enfocar la diversidad como un recurso y una oportunidad para el
aprendizaje y no como un problema a resolver. La búsqueda y
realización de políticas y prácticas inclusivas exigirá cambios
fundamentales en los valores, estilo, organización, enseñanza,
currículum, agrupamientos…

El camino hacia una escuela inclusiva, escuela de todos, está ligado a


tres procesos que deben de desarrollarse simultáneamente: el énfasis
en los esfuerzos para eliminar todas las formas en las que se apoyan
los procesos de exclusión; la colaboración de todos que se proyecta
en términos de valores que trascienden al aula y al centro, y el
incremento de la participación de los alumnos por su pertenencia a
los distintos agrupamientos que se establecen para dar respuesta a la
diversidad.

Para gestionar la diversidad en el aula es preciso desaprender o


abandonar algunas cuestiones, superar algunas barreras que, al
menos ocasionalmente, se levantan:

* Desechar la selectividad: si la escuela es selectiva, necesariamente


tiene que haber “fracaso escolar”, es algo intrínseco al sistema.
* Fracturar la homogeneización y uniformización: si se “da” lo mismo
a todos, las dificultades “todas” se atribuyen a las discapacidades
individuales y a los problemas de los alumnos.
* Deponer la postura academicista: no se cuestiona la bondad de lo
que se hace, ni se cambia, aunque la “mayoría no aprenda”.
* No conformarse con que los alumnos de nivel sociocultural
progresen y los de menos experiencias, con problemas o en situación
de riesgo fracasen.
* Evitar la segregación: se separa a los alumnos cada día más y con
menos justificaciones. Unas veces por razones didácticas, que al final
empobrecen el aprendizaje; otras por situaciones personales que
conducen a la autodesvalorización y a la baja autoestima; y también
por razones sociales al reproducir un sistema social jerarquizado y
excluyente
* Sobrepasar la adaptación empobrecedora: bajo el pretexto de
adaptarse al alumno “ no puede hacer más que lo elemental”, se
confunde lo elemental con lo mecánico o como lo básico sin
proyección o desarrollo.
* No defenderse bajo la pseudotolerancia: “cada uno es como es”, “ si
él no quiere, nosotros no podemos”.
* No refugiarse en el “psicologismo”: “todo es cuestión de técnicas
psicológicas, no somos capaces de entenderlo, necesita ayuda
psicológica para que nosotros podamos...”.
* Cuestionar el didactismo: “todo es cuestión de didácticas muy
concretas y aplicadas individualmente, pero no hay tiempo”.
* Vencer el predeterminismo: no otorgar de entrada un déficit a un
alumno o a determinados grupos de alumnos por tener alguna
cualidad o rasgo atribuido: a la familia, a la nacionalidad, a la cultura
o a la discapacidad.
* Superar la igualdad de oportunidades: dar a todos lo mismo es
consagrar las desigualdades. La equiparación de oportunidades es
darle más a quién más lo necesita, al que parte en situación de
desventaja, para que la igualdad sea real.
* Resistirse a aceptar que la mayor dificultad para dar clase no se
debe exclusivamente a los problemas de comportamiento o de
seguimiento de la clase.
* No reconocer que aquel poder de organización y autoridad que el
sistema social le había conferido a las escuelas se está perdiendo a
marchas forzadas.

Situación del profesorado


Coincidiendo con este nuevo enfoque de la diversidad como algo
positivo, el profesorado se encuentra en una situación con urgencias
de exigencia de adaptación y de cierta desmotivación.
La ampliación de la educación obligatoria, la integración de alumnos
con necesidades educativas especiales, la escolarización de alumnos
inmigrantes a lo largo de todo el curso, los cambios administrativos y
políticos, constituyen un campo diario que introduce cambios y
dudas.

Los especialistas, los profesionales de los equipos de orientación, los


profesores de apoyo y los asesores externos colaboran con las
administraciones educativas y tratan de que los profesores asuman y
den respuesta a las nuevas exigencias.
El profesor no sólo pierde el papel de transmisor de conocimientos,
sino también el principio de autoridad; ahora es tutor, orientador.

El impacto de las nuevas tecnologías de la información y


comunicación acentúa la exigencia de innovación continua del
profesor y le plantea nuevas exigencias.

Las llamadas a las reformas y la intervención de políticas que utilizan


la educación para fines distintos a los de la educación, crean
confusión y abandonismo.

Si todo esto y algunos añadidos más provocan que el profesor esté


desmotivado, los alumnos pueden rendir un 20% menos.

La diversidad y la inclusividad
La escuela va sintiendo los efectos de lo que supone la asunción
generalizada de un mundo y un mundo educativo que se define por la
complejidad y pluridimensionalidad. Tiene las ventajas de la
adaptabilidad a largo plazo pero los grandes inconvenientes que los
problemas explotan a corto plazo y las soluciones todavía no están en
vías de aplicación. Los profesores se ven desbordados por tanta
movilidad, por tantas prisas y exigencias y por las repuestas
inmediatas a la diversidad. En esta situación, a veces, los alumnos
perciben muchas menos garantías y muchos más riesgos en su
compromiso ante el aprendizaje.

Surge aquí la inteligencia del profesor y la riqueza del trabajo


colaborativo entre los profesores que buscan el uso de distintos
enfoques, el conveniente en cada caso, para cada agrupamiento, con
cada alumno, con su estilo de aprendizaje, con sus distintas
capacidades, con sus diversas discapacidades, con sus motivaciones
o con su desinterés.

Conviene que el profesor haga uso de la mejor combinación de


enfoques, marcando un buen ritmo entre las distintas formas de
aprender, combinando estrategias y recursos, haciendo del aula una
estancia en la que sea posible encontrar interés y educar en la
motivación.

El profesor ha de gastar tiempo en que sus alumnos vean su aula y su


escuela como una comunidad de aprendizaje y de indagación en la
que se fomenta la interdependencia positiva, la autorregulación y el
trabajo cooperativo con los otros, y en la que se favorece la
construcción de sujetos con sentido de responsabilidad y solidaridad
comunitaria.

Gestión de la diversidad en los centros


Atender a la diversidad no es hablar de alumnos con necesidades
educativas especiales, ni es hablar de alumnos de compensación
educativa o de alumnos con problemas, o de alumnos inmigrantes, o
de alumnos con altas capacidades; no es hablar de profesores de
apoyo, ni de un programa especial del centro. Es un principio que
inspira la misión, la organización y el funcionamiento del sistema
educativo, de un educación para todos. Debe de estar en el eje y de
la organización y planificación de cada centro. Es el punto de partida
para la organización del aula, para las programaciones, para la
evaluación. Es un actitud de todo profesor de aula, especialista, de
apoyo, profesional y asesor externo, que exige un compromiso de
colaboración entre todos.

Asumir la diversidad se desarrolla en el análisis de las necesidades en


el aula, y por extensión del centro: valorar los recursos humanos,
organizativos, de apoyo, complementarios, temporales, de espacio y
materiales. Prosigue en la fijación de objetivos y prioridades. Se
configura en equipos colaborativos de profesores, profesionales y
asesores de forma planificada o situacional, y se reaviva en la
evaluación y seguimiento de todos los planos y actuaciones y se
consolida con el replanteamiento y actualización de todo lo
planificado y lo incorporado.

La presencia en el aula de alumnos con necesidades educativas


especiales, alumnos de otras culturas, alumnos en situación de riesgo
social, alumnos con altas capacidades, alumnos con distintas
capacidades, motivaciones, discapacidades, genera distintos grupos
dentro del aula. Estos grupos y cada miembro de ellos tiene que
convivir, compartir, apoyarse en el aprendizaje, conocer y reconocer
al otro.

A esto podríamos llamarlo integración de la diversidad. Si el grupo


mayoritario se traga a la minoritarios, a los de necesidades
educativas especiales, inmigrantes, lentos, con altas capacidades...
se produce un situación de asimilación. Que se adapten y olviden de
lo que son. Si se produce un situación de yuxtaposición, están unos al
lado de otros sin intercambios, sin “andamios”, sin apoyo mutuos. Se
puede producir también una situación de guetización, cada minoría
en un rincón y que nadie se mueva de él.

Desde la integración
La integración de alumnos con necesidades educativas especiales ha
supuesto que el profesor, al tener que atender a un alumno con
diferencias, se dio cuenta y asumió las diferencias significativas entre
todos los alumnos. Los muchos aciertos, y también los problemas que
no se solucionaron con la integración escolar, pueden servir de base
para la atención educativa a la diversidad:

* Revisión del modelo de apoyo: el apoyo no es para el alumno a nivel


individual, es para los ámbitos del aula. El apoyo se presta dentro del
aula, es para la colaboración con el profesor del aula, es un recurso
para establecer los distintos agrupamientos de alumnos y para
trabajar con esos grupos. El asesoramiento, la elaboración de
materiales, las aplicaciones didácticas, la elección de estrategias se
concretan en el aula.
* Nueva organización didáctica del aula: el plan conjunto de trabajo
del aula se elabora por el profesor del aula y de apoyo, y en él
pueden participar otros profesores, que intervienen de manera
planificada en distintos y sucesivos grupos de alumnos. Los grupos de
alumnos están previamente configurados por el profesor de aula y el
profesor de apoyo, especialista o de compensación educativa. Los
materiales pueden ser distintos para cada grupo y la responsabilidad
es del profesor del aula y el profesor de apoyo, con los recursos
personales y materiales para atender a la diversidad.
* Valor de los miembros del grupo: el aprendizaje y colaboración
entre el profesor de apoyo y del aula y con los demás profesores
intervinientes se traslada a los alumnos. Todos los alumnos miembros
de un grupo tienen el mismo valor, y desempeñan papeles
necesarios. El desarrollo del plan del establecimiento de los distintos
grupos, va configurando las relaciones personales y profesionales de
los profesores participantes. La diversidad en cada grupo y entre los
grupos, se va presentando, enfrentando y resolviendo de manera
conjunta y colaborativa.
* Principios orientadores de la colaboración y apoyo para la atención
a la diversidad: la atención educativa a la diversidad exige la
confluencia de todos los profesores, no sólo de los de apoyo, los de
compensación educativa o los orientadores. Exige un cultura
colaborativa que ha de implicar a todo el centro.

Como tarea de todos


La respuesta adecuada a la diversidad supera el trabajo individual del
profesor o el especialista. La diversidad no marca la división entre lo
“normal” y lo que necesita apoyo; al contrario, ya que es un todo
reunificador y enriquecedor para todos. La atención a la diversidad no
es sólo tarea conjunta de profesores y especialistas, sino una tarea
colegiada e institucional de todos los profesores, profesores de apoyo,
de compensación educativa, orientadores, equipo directivo y asesores
externos, si participan en el centro.

* La atención a la diversidad no es sólo atención a alumnos sino


también a los profesores y a la institución. La atención a la
diversidad exige el reconocimiento de las necesidades que genera en
los profesores, necesidades que sólo se pueden satisfacer
diversificando las respuestas, que han de incluir a todos: profesores,
alumnos y a toda la institución.
* El apoyo, colaborativo y centrado en la escuela, es una actuación
educativa básica, nuclear y central, no es algo adicional o especial.
Tiene gran incidencia en el ámbito organizativo, curricular y formativo
en la vida escolar. El apoyo mejora la escuela a través del
cuestionamiento y análisis que los profesores, colaborativamente,
pueden hacer en y de su actividad profesional.
* La responsabilidad del proceso de apoyo y la construcción
compartida del conocimiento, la forma en que se construye el
conocimiento entre los profesores para atender a la diversidad, todo
el proceso para el diseño y planificación del apoyo, la relación y el
grado y modo de colaboración entre los participantes, tienen con
frecuencia más valor e importancia que el contenido del apoyo. Si el
apoyo es protagonizado por todos los intervinientes en el proceso, es
la comunidad escolar la que percibe su nivel de aprendizaje y su
capacidad de autogestión ante el reto de la diversidad.
* La colaboración entre profesionales educativos como acción
educativa comprometida. La insuficiencia de los planteamientos
previos, solo basados en coordinación de actuaciones y en las buenas
intenciones o en planteamientos meramente burocráticos no es
suficiente. Los procesos de colaboración definidos, diseñados y
desarrollados constituyen el eje de la articulación de la colaboración.
La práctica del apoyo a través de procesos de formación garantiza la
autonomía y capacitación para mantener esos procesos de
compromiso de los participantes.
* La escuela como organización con capacidad para aprender, crear y
gestionar recursos. La cultura del apoyo en la escuela, desde los
primeros momentos, aceptaba la dependencia con respecto a
expertos, a otros profesionales, a recursos externos, a orientaciones y
guías ajenas a la realidad escolar. Esta concepción, creemos
negativa, ha generado escuelas que ni son autónomas ni
democráticas y en las que la participación de los profesores es casi
meramente burocrática. En la concepción contraria, están los
profesores como recursos, con capacidad para mejorar desde dentro,
con estrategias para usar su propia capacidad, y la que pueden
adquirir entre iguales, para resolver los problemas que se le
presentan.

Organización
La atención educativa a la diversidad necesariamente tiene que
provocar cambios en la organización del centro, en la organización
del profesorado y en la organización de los alumnos. La diversidad no
puede ser desleída, diluida o simplemente asimilada; es tan
determinante que necesariamente tiene que producir cambios.

Organización de los profesores para atender la diversidad:


* Comunidades de colaboración (profesores, profesionales, e incluso
padres) En la búsqueda de respuestas a la diversidad, se crean
comunidades de inclusión de todos y para todos. La participación no
es burocrática, es voluntaria basada en compromisos en la respuesta
a la diversidad. Se establecen relaciones simétricas entre los
participantes. Se participa porque se quiere y puede aprender del
otro. Hay una adecuada y sistemática planificación del trabajo. El
grupo tiene clara la misión y la orientación Los procesos de
comunicación están basados en el diálogo, la escucha y la
comprensión. Se profesa una orientación muy importante al cambio
en las aulas y en el centro.
* Grupos de trabajo de profesores. Se basan en la consideración de la
construcción de nuevos conocimientos y adquisición de destrezas
desde la colaboración entre profesionales. Pueden iniciarse con
proyectos de alcance parcial, que desembocan en proyectos de
autoformación en el centro y que generan la supervisión y evaluación
entre compañeros.
* Grupos de apoyo y ayuda entre profesores. Su objetivo principal es
el apoyo o ayuda que los profesores pueden prestarse entre sí para
solucionar los problemas relacionados con la diversidad. Profesores
de aula, profesores de apoyo, de compensación educativa. Profesores
de cursos distintos y de la misma materia, profesores de los mismos
alumnos
* Grupos de profesores de proyectos institucionales colaborativos. Se
constituye en un núcleo importante de profesores, cuantitativo y
cualitativo que persiguen una cultura institucional para la atención
adecuada a la diversidad. Miembros del Equipo Directivo,
coordinadores, profesores de apoyo....profesores constituidos en
equipo de mejora, profesores participantes en procesos de formación
relacionados con la diversidad, profesores participantes en procesos
de innovación y cambio.
* Grupos de profesores en el aula. La inclusión puede manifestarse en
el trabajo colaborativo de varios profesores en el aula. Profesor del
aula y profesor de apoyo. Profesor y orientador. Profesor del aula y
profesor del mismo o de superior o inferior nivel o materia. Profesor
del aula y profesor de lenguaje y audición. Profesor del aula y de
compensación educativa.
Organización de alumnos
La atención a la diversidad a las capacidades, intereses y ritmos de
aprendizaje de cada alumno en el aula no es suficiente para dar
respuesta a las exigencias de la diversidad. La diversidad exige
respuestas globales para toda el aula, con todos los apoyos y
recursos:
* Creación de unidades de convivencia para todos. Convertir el aula
en un espacio social, igual para todos. Que todos los alumnos no se
sientan presenciales, sino valorados con participación real en la vida
del aula. Que todos los alumnos tengan sensación y satisfacción de
pertenencia a esa aula: Redes de alumnos para proyectos de acogida
de los nuevos. Redes de amistad entre alumnos. Grupos de apoyo
entre alumnos. Equipos de responsabilidad compartida Equipos de
gestión democrática del aula.
* Creación de comunidades de aprendizaje. Con demasiada
frecuencia se ha limitado el aprendizaje del aula a una cuestión
individual. Se puede constatar que los procesos de aprendizaje
pueden ser más ricos y estimulantes para todos cuando la diversidad
y colaboración se utilizan como instrumento de aprendizaje y no
como freno al mismo: grupos interactivos y, juegos cooperativos.
* Grupos de conveniencia. Las relaciones internas del grupo-clase y
su clima se modificarán de forma positiva si se aplica un plan de
acción tutorial basado en la aplicación de un sociograma y en la
dinámica de grupos.
* Grupos de trabajo. Los grupos de trabajo tienen que ser
heterogéneos en el máximo de aspectos posibles: género, origen
cultural, capacidades, necesidades educativas, ritmos de aprendizaje,
socialización.
* Equipos de trabajo cooperativo. El trabajo cooperativo es un
conjunto de estrategias metodológicas y organizativas que se pueden
plantear para que un grupo se responsabilice de un trabajo. Los
procedimientos cooperativos permiten proporcionar a todos los
alumnos un nivel óptimo de eficacia escolar y un campo privilegiado
de observación y mediación para el profesor.
* Refuerzos en pequeño grupo. En casos concretos y en función de las
necesidades educativas específicas de algunos alumnos, se forman
grupos de trabajo reducidos, en paralelo a otros grupos o
agrupamientos, para resolver problemas de aprendizaje o para
incentivar la motivación o autoimagen, o para incentivar procesos de
cambio.
* Agrupamientos de alumnos según el nivel de aprendizaje. A lo largo
del curso se producen variaciones que aconsejan cambios en los
distintos grupos y la creación de grupos para resolver situaciones
más o menos comunes ante determinados aprendizajes en un tiempo
concreto, favorecen la mejora del proceso enseñanza-aprendizaje.
* Grupos heterogéneos de menor ratio. Creación de tres grupos
heterogéneos, menos numerosos a partir de otros grupos.
Conveniente en todas las materias, de ser imposible, en las
instrumentales.
* Dos profesores o profesoras en la misma clase. La actuación de dos
profesoras o profesores, dinamiza el aula, favorece la atención a la
diversidad en los distintos grupos del aula. Profesor de apoyo, del
mismo nivel, de la misma materia. Importante para la evaluación,
para los cambios metodológicos y para las dinámicas de relación
entre los alumnos.
* División del grupo-clase. El profesor o profesora de la materia
dispone de otro profesor (apoyo, compensatoria, mismo nivel, otro
nivel) un tiempo a la semana, y divide el grupo o se encarga de un
* Atención individualizada. Atención específica y temporal a un
pequeño grupo de alumnos, con dificultades temporales, por
incorporarse tardíamente al centro o por ausencias prolongadas. Su
objetivo es favorecer el progreso.
* Créditos de organizacionales variables. Esta organización permite y
ofrece al alumnado un espacio y un tiempo donde poder consultar
dudas, reforzar materias, atendido por el profesor, un especialista de
apoyo o un profesor colaborador. Aquí se trata de reforzar los hábitos
de trabajo y mejorar las técnicas de estudio y de otorgar créditos
variables en razón de todo ello.
* Propuestas organizativas para el tratamiento de la conflictividad.
Hay alumnos que presentan dificultades de comportamiento y
actitudes poco adecuadas, que no siempre van acompañadas de un
déficit de aprendizaje, sin embargo la conflictividad en las aulas
genera problemas que inciden en el aprendizaje. Por ello es preciso
creara grupos heterogéneos con el objetivo tratar los problemas de
conflictividad en el aula.
* Aula Flexible. El aula flexible es un espacio abierto que ofrece al
alumno diversas posibilidades de trabajar el curriculum, en grupos
reducidos, fuera del aula ordinaria, proporcionándoles un marco
adecuado a sus posibilidades y necesidades, que les permita
progresivamente adquirir conocimientos significativos y útiles, sin
desvincularlos del grupo ordinario. En el aula, se pueden crear
diferentes subespacios educativos para ofrecer aprendizajes que
ayuden a mejorar su equilibrio personal, la relación con los demás,
elevar sus autoestima, o incrementar su gusto para aprender. Es
importante el cumplimiento de normas y responsabilidad y exige la
colaboración de varios profesores.
* Los Proyectos. La organización por proyectos responde al pretexto
para aprender de forma significativa y atender a la diversidad. Partir
de las experiencias personales para construir significados y atribuir
sentido a lo que e aprende. Elección del tema, verbalización de los
conocimientos previos, elaboración de la planificación, evaluación
inicial en la zona de desarrollo próximo, definición de lo que se va a
hacer, búsqueda de información, elaboración de dossier de síntesis,
extracción de conclusiones, descontextualización y generalización.
La atención a la diversidad exige agrupamientos variables y con
tiempos limitados, la inteligencia de los profesores y el trabajo
colaborativo son los que determinan la elección de alguno de los
mencionados o de otros; no es posible la atención individualizada y
tampoco se puede atender a la media de la clase o al alumno medio,
porque no existen.

Tomado del Portal de: http:// comunidad-


escolar.pntic.mec.es/753/tribuna.html

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