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PRESENTACION Y SALUDOS
Esta es la introducción más larga a una epístola de Pablo. Una de las razones es porque él
estaba escribiendo a una iglesia que no le conoce. Al presentarse, Pablo hace referencia a su
misión apostólica (v.1, 5), y eso le lleva a describir el evangelio que predicaba (v.2-4).
a. Su Nombre
El apóstol se presenta con su nombre griego: “Paulos”. En Hch 7:58 encontramos su nombre
hebreo, “Saulos”. A partir de Hch 13:9, Lucas cambia el nombre que usa para hablar de este
gran siervo de Dios.
Muchos han debatido el significado de estos dos nombres, y por qué Pablo, en sus cartas,
siempre utiliza el nombre “Paulos”. Nos parece que la explicación más acertada es que, siendo
judío, sus padres le dieron un buen nombre judío: “Saulos”1. Sin embargo, dado a que su padre
fue otorgado ciudadanía romana, Pablo nació como ciudadano romano (ver Hch 22:27, 28); por
ende, sus padres también le dieron un nombre griego: “Paulos”. Dado a que Pablo ministraba
principalmente a los gentiles, él prefería usar su nombre griego.
b. Su Oficio
Pablo se llama “siervo”, v.1 (“doulos”). Para una persona de trasfondo griego, este sería un
término despectivo y humillante. Sin embargo, es importante recordar que Pablo escribe desde
un trasfondo hebreo. En la LXX, “doulos kuriou” era un título de honor, acordado a Moisés, a
Josué, a David, y a los profetas (Josué 14:7; 24:29; etc.). Para Pablo todo creyente es un
“doulos kuriou” (1 Cor 7:22, etc.). La palabra expresa un compromiso total del creyente con
Cristo, por ser su amo, y el dueño de toda su vida.
El verbo “kalein” habla del llamado de Dios a la salvación (que es a la vez un llamado al
servicio y a la obediencia). Para Pablo, todo creyente es “llamado” (v.6). Sin embargo,
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“Saúl” fue el nombre de uno de los personajes más famosos de la tribu de Benjamín; la tribu a la cual
pertenecía Pablo (ver Fil 3:5).
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Pablo usa el verbo aquí en relación con su apostolado; él quiere enfatizar que es un apóstol, no
por voluntad propia (o la de otra persona), sino por la elección de Dios.
Pablo escribe a la iglesia en Roma en su capacidad de Apóstol, y por lo tanto espera que le
presten la debida atención.
La tarea de Pablo era la de anunciar el evangelio con toda claridad y autoridad (v.5). El verbo
“aforizein” (= “delimitar”, “separar por medio de una frontera”) se usa en la LXX
Quizá Pablo también tenía en mente Isaías 49:1 y Jeremías 1:5 (comparar Gál 1:15, donde Pablo
usa el mismo verbo). Todo creyente tiene que predicar el evangelio, pero Pablo tenía una
responsabilidad especial; por lo tanto dedicó toda su vida a anunciar el evangelio.
Habiendo mencionado el evangelio (en v.1b), Pablo procede a describir este evangelio.
Notemos en primer lugar que Pablo enfatiza que el evangelio (= “buenas noticias”) no es suyo,
sino de Dios (ver notas posteriores sobre v.16, 17). El evangelio es de Dios, no simplemente
porque es idea Suya, sino porque la misma justicia que nos salva viene de Él (Rom 3:21). ¡Él
es el Autor de todo! Pablo es simplemente un HERALDO del evangelio.
Pablo está queriendo establecer que el evangelio no es una invención novedosa, sino algo que
tiene raíces antiguas. Por “profetas” debemos entender la mayoría del A.T., porque las
promesas del Mesías y de Su evangelio se encuentran en todas las secciones del A.T. (el
Pentateuco, los libros Proféticos, y los Escritos).
La interpretación correcta del A.T. apunta a Cristo y a Su evangelio. Este es un tema que
Pablo tratará repetidas veces en Romanos.
Pablo sigue definiendo el evangelio, afirmando que el contenido de estas "buenas nuevas" se
centra en la Persona del Hijo de Dios, Jesucristo: en Su vida, muerte y resurrección.
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3. LA DESCRICPION DE CRISTO (v.3b - 4)
El A.T. apunta a un Mesías que sería descendiente de David (2 Sam 7:16; Sal 89:3s,19ss; Is
11:1,10; etc.). El N.T. confirma que Cristo fue descendiente de David (Mat 1:1-16, 20; Lucas
1:27; 3:23-31; etc.).
Debemos notar que tanto en la genealogía de Mateo, como en la de Lucas, fue José quien
descendió de David. Para que Cristo fuese del linaje de David, José tendría que haberlo
adoptado oficialmente como su hijo. La otra alternativa (más probable) es que María también
era del linaje de David.
Habiendo descrito el evangelio y a la Persona central del mensaje que predicaba, Pablo ahora
vuelve a hablar de sí mismo, haciendo referencia al ministerio apostólico que Dios le había
otorgado.
a. La Fuente de Su Ministerio
Las palabras “por quien recibimos la gracia y el apostolado” describen la fuente del ministerio
apostólico de Pablo. Cristo mismo fue quien le dio a Pablo la gracia y el ministerio apostólico.
b. El Propósito de Su Ministerio
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Pablo menciona su llamado a ser apóstol a los Gentiles en v.5. Ahora pasa a incluir a los
creyentes en Roma dentro de su ámbito de trabajo. En esta manera Pablo puede justificar el
hecho de escribirles, y querer visitarles.
Las palabras, “a todos los que estáis en Roma” (v.7a), indican que Pablo no escribe sólo a los
líderes de la iglesia, sino a todos los creyentes en esa ciudad. Estos creyentes eran personas
sumamente especiales, a quienes Pablo describe en la siguiente manera:
Pablo usa aquí el mismo verbo que usó en v.1. Los “kletoi” son las personas a quienes Dios ha
llamado, y quienes han respondido al llamado de Dios (ver Rom 8:30; 9:11, 24).
Vivir en Roma quizá constituía un gran privilegio – era el centro del imperio, y un lugar de gran
cultura y educación. Sin embargo, el ser amados de Dios era un mayor privilegio, y Pablo desea
que los creyentes en esa ciudad sean conscientes de esto.
Es interesante notar que Pablo no hace referencia, en primer lugar, al amor que los creyentes
tenían para con Dios, sino al amor de Dios para con ellos. Fue Su amor que llevó Dios a
llamarles a la salvación.
La santidad de los creyentes en Roma fue el resultado, o la consecuencia, del llamado de Dios
sobre sus vidas. Si Dios los había "llamado", entonces ellos tenían la responsabilidad de vivir
vidas separadas de las cosas del mundo, y dedicadas al servicio de Cristo (comparar 1 Cor 1:2).
Aunque esta palabra refleja el saludo griego, es importante enfatizar que Pablo no la usa
simplemente como un saludo convencional. En los escritos neo-testamentarios, esta palabra
abarca todo el evangelio de Cristo. “jariz” significa el amor inmerecido de Dios, manifestado
en la persona de Cristo. La palabra ocurre 24 veces en Romanos.
Este término representa el saludo judío. Para los judíos, la palabra “shalom” no significaba
simplemente la ausencia de tensiones, sino también todas las bendiciones que vienen de saber
que Dios está a favor nuestro (podemos notar la manera en que Pablo usa esta palabra en Filip
4:7). Quizá el mejor comentario sobre el significado de este término es provisto por Pablo en
Rom 8:28-39 (aunque ver también Rom 5:1-11).