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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA – CALI

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES


DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN

Autor: ANDREZ URIBE


Materia: ESCRITURA DE TEXTOS EXPOSITIVOS
Profesora: XIMENA HOYOS
Tema: RESUMEN

MEMORIAS DE ABRIL
“Diego Arias”

Diego arias, un 19 de abril a sus 14 años de edad decidió hacer parte de un grupo
guerrillero muy popular en ese entonces llamado Movimiento 19 de Abril (M-19).
Los alcances de dicha organización se extendían desde los directivos implicados
en la lucha contra el gobierno hasta amigos y familiares de la causa, quienes
llevaban una vida aparentemente normal.

Las reuniones concretadas se llevaban a cabo clandestinamente con el fin de


detectar y analizar los posibles objetivos y sus posibles implicaciones a la hora de
ejecutar los planes previamente establecidos; acceso a bases militares, toma de
estaciones de policía, entre otros. Un medio de abastecimiento económico para
esta organización era el secuestro de personalidades de la vida pública,
ganaderos o empresarios de alto sustento económico, cabe agregar que estos
actos eran planeados y organizados y no eran ejecutados indiscriminadamente.

En 1979, la organización ya había llevado a cabo diferentes misiones con éxitos


(toma de estaciones de radio y de periódicos), con fines políticos y de propaganda
revolucionaria. A estos sucesos se suman las acciones llevadas a cabo en
Guatemala, El Salvador, Panamá y Chile, quienes se levantaban en contra de sus
respectivas dictaduras.

Siendo ya un militante de tiempo completo, estudiante de penúltimo año de


secundaria en el colegio Santa librada de Cali y un inquieto revolucionario, Diego
arias es capturado en febrero de 1982 en su casa y llevado hacia el Cantón de
Nápoles. En aquella época operaba el llamado estatuto de seguridad, el cual
permitía la captura sin órdenes judiciales y a lo cual se sumaban las
desapariciones por parte de estado.
Luego del violento ritual y actos deshumanizantes, el interrogatorio se enfocó en
nombres verdaderos y ubicación de otros miembros de la organización; el traslado
desde la guarnición de Nápoles hasta la cárcel de Villanueva había puesto fin a las
torturas y debilitamiento fisico pero ahora lo esperaba un futuro incierto en dicho
lugar. El ingresar como miembro del M-19 despertaba entre los demás reos un
sentimiento de admiración, respeto y solidaridad, no solo por el espíritu
revolucionario sino por la edad con la que contaba.

Dentro de la cárcel se empezaron a gestar cambios a favor de los presos del


pasillo 2, donde se encontraban los capturados políticos del M-19, y luego se
gestaron acciones de seguridad con el fin no solo de pasar el tiempo sino de
organizarse y hacer soportable su estancia en ese lugar. En su paso por el penal,
y gracias a los directivos del colegio, a Diego se le confirió, luego de una
evaluación de sus notas el título de bachiller.

En Corinto (Cauca) se estaba dando un acuerdo de paz que era el objetivo


estratégico del M-19, pero ante todo se necesitaban negociaciones importantes
para que este se pudiera ejecutar. Desde entonces, para ejecutar su plan
buscaron los centros de poder económico y militar dentro de las cuales se
encontraban Cali (Valle) y Tolima (Cauca).

Luego del salir de la cárcel en 1982 hizo parte de un equipo especial que se dirigía
a cuba a formarse en conducción de tropas, manejo de explosivos y operaciones
de fuerzas especiales.

En el intento por firmar un acuerdo de paz, tanto la milicia del M-19 como los altos
mandos del estado se reunieron en Corinto (cauca), viéndose en peligro dicho
acuerdo por el ataque de miembros de ejército a una columna del M-19, al mando
de Iván Marino Ospina cuando se dirigían a ese lugar. Finalmente el intento falló lo
cual abrió paso a una nueva y creciente ola de violencia.

Reflexiones sobre el papel de estado y del M-19 convergían en cuanto a que, para
que hubiera un verdadero proceso de paz debía haber total disposición de parte
de ambos lados; que los militantes del M-19 se entregaran y dejaran las armas y
que el estado dejara tan inhumana persecución sobre aquellos que pensaban
diferente sino, el camino se podía haber desviado y terminar con un desenlace
aun mas critico.

Entre los arbustos de los Yarumales se llevaron a cabo numerosos


enfrentamientos que llevaron a reducir en gran medida el número de combatientes
del M-19. Las fuerzas especiales del ejército montaron una línea de ataque con
soldados altamente experimentados en la lucha de contraguerrillas hiriendo
gravemente sus tropas.

Con el avanzar de estos ataque, Diego es herido y llevado a un campamento con


las atenciones aunque reducidas necesaria para atender a los heridos de dichos
enfrentamientos.

En un campamento del M-19 en la zona de Tacueyó se dio un hecho marcado


tanto por el mal aprendizaje como por las prácticas perversas de la guerra poco
tiempo después de lo sucedido en el palacio de justicia. Las versiones de estos
macabros actos en dicha población hacían referencia a posesiones demoniácas y
actos diabólicos, Carlos Pizarro, quien entonces hacia parte de la comandancia
del M-19 emprendió junto con un grupo de escoltas la expedición a dicha zona con
el fin de esclarecer los hechos. El desenlace de dicho encuentro concluyo en que
el comandante encargado de esa zona habría asesinado a gran parte de su
campamento, con el argumento de haber desmantelado una importante operación
de infiltración que pretendía penetrar en sus filas.

El desespero, la desigualdad, la exclusión y el resentimiento llevan a que pueblos


que predican el amor terminen realizando actos crueles contra la humanidad con
el argumento, o mejor dicho, con la excusa de que si es en nombre de Dios es
permitido.

En su viaje a Libia (África), Diego comprende las implicaciones antiimperialistas


que llevaron a todo un pueblo a alzarse en la lucha por la revolución y a apoyar
otros grupos a nivel global. El objetivo de este viaje era servir de apoyo en la lucha
contra la Republica de Chad en la Franja de Auzú.

El viaje inicio en Bogotá pasando por Panamá luego Cuba, y seguido con Irlanda,
Canadá, Alemania, Moscú, Praga y finalmente Libia, donde un militar con un
dominio perfecto del español lo recibió. A dicho encuentro o reunión se sumaron
militantes de diferentes países del mundo que se encontraban en similares luchas
revolucionarias, y como nunca estuvieron presentes en la línea de guerra,
ocupaban el tiempo en mantener la disciplina y la moral alta.

A su regreso de África, su interés por la lucha en El Salvador se hacía cada vez


más evidente. Antes de aquel paso, conoció a una militante hondureña, con quien
sostuvo encuentros amorosos, que, aunque fugaces en un principio, se iba
haciendo cada vez más fuerte el vínculo entre estos.
Dicha relación como era de suponerse por las condiciones en que se conocieron
(guerra) no duró y dejar a Ileana fue una de las decisiones más difíciles que tuvo
que tomar. Dejar a su amor por cumplir su misión.

Ya en dicho país (El salvador), el ambiente de guerra era evidente y las luchas y
emboscadas a su grupo no se hizo esperar, cayendo en zonas minadas y en
ataques sorpresivos por parte de los soldados del estado.

Ileana, quien recibió erróneamente la noticia de que Diego había muerto en una
fatal emboscada, luego de tres años de pena, se casó con un alto jefe militar
sandinista. Cuando Diego volvió a Managua (Honduras), luego de su participación
en la guerra de El Salvador, se dio cuenta del cambio durante su ausencia
encontrándola finalmente embarazo.

Militares de El Salvador al darse cuenta de la presencia de un extranjero en las


líneas revolucionarias, re direccionaron sus planes con el objetivo ya no solo de
atacar su grupo sino de capturarlo a él específicamente. Mientras se encontraban
patrullando en una zona cerca al campamento, Diego y su grupo, comandado por
Manuel, un revolucionario Salvadoreño, llegaron a una hacienda donde se
encontraron con un grupo del ejercito, iniciándose un enfrentamiento que dio de
baja al comandante y posteriormente propició la rendición y entrega de dos
integrantes del equipo.

Ya para diciembre de 1989, los resultados para estos revolucionarios no habían


sido los más favorables en cuanto a que, no lograron reducir ni aniquilar ninguna
unidad militar importante y la batalla en El Salvador no había dado los resultados
esperados para la revolución.

En la guerra los efectos no solo se ven a nivel individual sino que también a nivel
social, instaurando un malestar general y un sufrimiento desembocado
generalmente en venganza. Aunque se trataba de una situación de guerra se
habían planteado tácticas o formas de llevarla a cabo de una forma más humana,
defendiendo en sus discursos el no atacar a los civiles y no masacrar
indiscriminadamente. Con esto, Diego se iba dando cuenta que sus acciones mas
allá de daños materiales terminaban afectando psicológica y colectivamente la
vida de las personas.

En Bogotá se llevó a cabo la Segunda Conferencia Internacional Iberoamericana


sobre Paz y Resolución de Conflictos, celebrada cada dos años en distintos
países. Guadalupe su entonces compañera compartía con él el mismo interés de
asistir a dicha conferencia a pesar de las limitaciones económicas.
Luego de que Guadalupe partiera a despedirse de su familia, Diego recibió una
llamada del Hospital Universitario del Valle, anunciando el accidente de esta en
una moto y los esfuerzos que se hacían por reanimarla, sin suerte alguna.

Posterior a este hecho Diego emprende una reflexión acerca de la muerte y sus
implicaciones, que sumado con las experiencias pasadas, terminaron por revelar
el sentido más profundo de su relación con Guadalupe: el espiritual. Luego del
entierro de ésta, Diego, rezando a Dios le dio gracias por aquella ceremonia de
despedida y pidió paz y descanso, sumergiéndose en un estado aunque no
místico si espiritual.

A Guadalupe la conocía hacia ya 7 años, cuando esta se encontraba en primer


semestre de sociología en la Universidad del Valle en Cali. La relación entre estos
se movía como la de cualquier pareja, con los mismos problemas pero sin
traspasar los límites y llegar a la agresión física. La muerte de Guadalupe causó
gran impacto en su vida, llevándolo también a concluir que todos de alguna forma
tenían un propósito y que sus vidas estaban llenas de significados.

Siete fueron las veces que Diego desafío la muerte, incluso desde su infancia
estuvo rodeado por un contexto violento que lo llevó a presenciar actos atroces a
temprana edad.

Tiempo después, camino a una reunión de trabajo en el centro de la ciudad, Diego


se encontró con un templo de oración en cuya entrada se podía leer pare de sufrir,
el sitio era concurrido por adultos y jóvenes que se conglomeraban en busca de
alivio para su dolor. Al llegar a su cita, se encontró con una chica joven quien le
expuso su caso (consecuencias de la guerra) conectándolos de una manera muy
personal puesto que éste “sentía” el dolor profundo de aquella mujer en cierto
nivel. En pro de calmar la angustia de ella, Diego le propone que se imagine que
todo el proceso de investigación y sanción penal a los responsables se llevara a
cabo satisfactoriamente, limpiando el nombre de su padre, quien había sido
asesinado por miembros de ejercito por resistirse a un registro de su vivienda.

Posterior a la toma del palacio de justicia, la nación se vio envuelta en procesos de


ayuda humanitaria para atender las víctimas de la erupción del Nevado del Ruiz
en la población de Armero, lo cual contribuyó a desviar la atención del previo
ataque al palacio. Fueron muchos los errores que se presentaron al momento de
planear la toma de dicho establecimiento gubernamental; los militantes del M-19
resultaron no ser suficientes para contener dicha operación.
Tras el ataque al palacio de justicia, el más grande empeño militar y político del M-
19, y luego del acceso al recinto y las crecientes llamas que ahí se consumían,
fueron muchas las desapariciones propiciadas por el ejército que aun hoy en día
se siguen investigando. Casi cinco años después de este ataque se logró llegar a
un acuerdo de paz despertando en algunos implicado del movimiento
revolucionario una actitud reflexiva en cuanto a los daños ocacionados tanto
psicológicos como emocionalmente a las personas que se vieron involucradas
directa e indirectamente, culpables o no de contribuir a la causa.

La transición al proceso de paz no fue fácil, ya que algunos miembros no


consideraban necesario este acto ya que les representaba debilidad y
sometimiento, aspecto con el que Diego no estaba muy de acuerdo ya que se
inclinaba mas por una reparación a las personas afectadas por el conflicto,
abarcando también el esclarecimiento de los hechos y el establecimiento de las
responsabilidades en la toma del palacio.

En alguna ocasión y como parte de sus funciones como gestor de paz, Diego se
reunió con un general de la republica con el fin de llevar a cabo la construcción de
una nueva confianza y fortalecer los procesos de paz en el país. En el intercambio
de palabras se forjaron sentimientos de unidad y compromiso orientados a
disminuir la inhumanidad de los actos crueles de la guerra.

En la historia de la humanidad se han dado más enfrentamientos o guerras en


nombre de la religión que por cualquier otra razón. Preguntas como ¿Dónde está
Dios cuando estallan las guerras? Se viene a la mente de las personas de
perspectivas de vida distinta, encontrando como respuesta una tragedia colectiva
apoyada por cuenta de ciertas perversiones religiosas, y es por esto que se critica
la exaltación por la muerte, aunque sea de un adversario.

Cuando las opciones de negociaciones se cierran, en medio de la angustia y el


desespero la fuerza, al parecer, resulta ser más efectiva que el diálogo y el
entendimiento.

Durante uno de sus viajes muy temprano en la mañana, Diego se dió cuenta de lo
que estaba sucediendo en Estados Unidos (ataque al World Trade Center),
quedando perturbado y reflexionando acerca de las consecuencias que dejo el
ataque y el motivo por el cual se perpetraron dichos acontecimientos, inundando
las noticias de la televisión Colombiana. Con esto y algunos estudios sobre el
comportamiento humano y la etiología de su comportamiento destructivo, se llegó
a la idea de que el mundo cambiara si un número suficiente de personas elevan su
nivel de consciencia.
Durante mucho tiempo, la humanidad se ha visto a sí misma como un proceso
estático y mecánico en cuanto a la concepción de la realidad. Diego, luego de la
muerte de Guadalupe empezó un recorrido por autores e investigaciones acerca
del universo, la mente , el cuerpo, el alma y la concepción o existencia de Dios y
cómo estas funcionaban en armonía evidenciando un proceso integrador entre lo
material y lo espiritual favoreciendo el desarrollo de, no sólo los seres humanos,
sino cualquier elemento.

Referencia:

Arias, D., L., (2010). Memorias de Abril. Editorial Planeta. Bogotá

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