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III semestre
Resulta sorpresiva la obra de Jerónima Nava y Saavedra, puesto que se trata de una voz
marginada por occidente. Se trata de un texto creado por una mujer, en un virreinato de
mediana importancia, dos factores que ya bastarían en si mismos para negar esta
producción, que sin embargo esta frente a los ojos del lector del siglo XXI. Es un texto
autobiográfico, que pretende narrar la vivencia interior de Cristo. Este es otro rasgo
impone una auto-reflexión, que si bien está planteada como la narración de la negación
Esta doble marca entre imposición y sorpresiva liberación es producto del carácter de
ensayo. Sería una búsqueda por las contradicciones discursivas que se dan en la obra de
Granada para una monja Clarisa del Siglo XVII. Lo que se desea con esta exploración es
encontrar como la ambigüedad en lo que tiene que ver con el desarrollo del individuo, es
místicas de Lutero, para hacer una comparación con la obra de Jerónima Nava y
Saavedra. Este puede ser un salto temporal y contextual bastante amplio, sin embargo
con esta comparación tan abierta en el tiempo nos es posible rastrear dos formas opuestas
contrarreforma en Indias.
vale hacer un pequeño recuento de las acciones de este personaje que contribuyeron a
mundo cristiano que se había mantenido unificado durante la edad media. Su trayectoria
que se engaña a los cristianos ofreciendo perdón a través de bienes materiales. Esta
inicial polémica lleva a Lutero a comprometerse más a fondo con este nuevo
único de autoridad a las sagradas escrituras, en su disputa publica con el maestro Juan
“Tratado sobre el papado de Roma” niega el poder divino del papa y señala la maldad
que se oculta tras una iglesia Jerarquizada. Esto para terminar con su “Manifiesto a la
donde afirma que todo cristiano tiene dentro de si un sacerdote, es decir, que las
palabra de Dios. Finalmente y para cerrar su labor con broche de oro, Lutero traduce el
con las escrituras sagradas. Son pues actos que anuncian una primera modernidad, en la
desarrollo no mediado del conocimiento. Sin embargo esta es tan solo una parte de lo
que compone el pensamiento Luterano, no hay que olvidar como se trata de una reforma
religiosa, Dios ante todo tiene que seguir rigiendo la experiencia humana, el será la
exponer aquí la tesis luterana: en lo referente al perdón es una afrenta a Dios pensar que
el hombre pueda merecer algo por sus buenas acciones, entonces no es el perdón el que
se gana por meritos humanos, sino que es Dios en su infinita grandeza quien puede
otorgar perdón. Y en cuanto a la voluntad humana, Lutero vuelve a hacer el mismo tipo
de afirmación, está le pertenece a Dios y no al hombre. Y es Dios quien debe hacer uso
de ella.
se asume al hombre como un ser en disposición a la maldad, que debe dejar a Dios actuar
mística:
Es una espiritualidad que tiende con todas sus fuerzas al quietismo, que
que únicamente puede ser salvado por la ficción legal de que Dios imputa
los méritos de Cristo al hombre, que sin embargo, continua tan pecador
como antes. Esta imputación de los méritos de Cristo se consigue por la fe,
Dejando a un lado los obvios juicios de valor que hace Hilda Graef, tenemos en este
pasivamente la gracia divina. Este postulado nos muestra la otra cara de la individualidad
da por sus méritos propios, ni por las características que componen su identidad. También
acciones, queda el hombre completamente disminuido ante Dios, sus acciones son
Pareciera existir entonces en la doctrina luterana una fuerte contradicción, por una lado la
experiencia del quietismo. Sin embargo el discurso tiene una coherencia interna que nos
dispondremos a analizar. Para comenzar vale decir que el hilo conductor de esta supuesta
supremacía de Dios, en ese sentido la mística Luterana no podría ser otra, en el quietismo
como en ninguna otra experiencia mística, esta la liberación de la doctrina del poder
humano. El quietismo al no tener que dar cuenta en las obras humanas de la unión con
confesión y el pecado.
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Graef, Hilda. Historia de la mística. Barcelona, Editorial Herder, 1970, pag 282.
Así es como Lutero construye un discurso que remueve todas las estructuras de poder sin
discurso religioso, además un discurso religioso que se sostiene por que no llega a
encontramos es que se trata de una obra confesional. Se trata de un texto que se escribe
como mandado por el confesor, esta es una marca típica del barroco Neo Granadino,
donde lo interior debe hacerse público por dos razones, como modo fiscalizar la
experiencia mística de las religiosas y como texto que sirve como imagen ejemplar para
Como nos es posible ver, aquí ya se cifra una noción acerca de lo individual que esta
lo público. Y sin embrago termina siendo un proceso que tiene una trascendencia en
patriarcal, pero que termina siendo desarrollada al interior de individuo que debe
personal espiritual para acceder al perdón. Así pues, se alcanza lo íntimo a través la
Sin embrago este auto desprecio toma dimensiones de masoquismo como lo afirma
Ángela Robledo:
Este auto desprecio genera una particular forma de asumir la identidad, que responde a lo
modo masoquista. El dolor producido por el auto desprecio se relaciona, por su puesto
con Cristo.
Así vemos como la experiencia mística de sor Jerónima Nava, al ser textualizada y
fiscalizada, termina por volverse una experiencia subjetiva de la fe. Lo mismo sucede
con el pecado, noción que se relaciona tanto con la confesión. El pecado que es accesorio
elemento indispensable, por que es el que permite una reconciliación con Cristo. Este
crecimiento espiritual, sino una tensión necesaria en toda relación sexual y amorosa, el
peligro del distanciamiento, no hace sino que sea más grande el placer de la unión. Así es
como una denigración aceptada y exaltada se convierte en un placer, por que el dolor
hace a la mujer más merecedora de Cristo. Este discurso patriarcal de la sumisión, cuando
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Robledo, Ángela Inés. Algunos apuntes sobre la escritura de las mujeres colombianas desde la colonia
hasta el siglo XX.
Ahora bien, como conclusión nos es evidente como el discurso luterano y el discurso
social, ella debe hacer un texto donde se exponga a si como nula y como no subjetiva, y
debe también generar ejemplo para comunidad. Sin embargo la obediencia hacia el poder
termina por abrir hacia la subjetividad la experiencia de Dios. Al tener que representar la
Así pues, a riesgo de sonar protestante, vemos como el extremo de uso de poder humano,
de contingencia social, termina por relativizar la experiencia de Dios, cuando debería ser
al contrario, la unión con la divinidad debería permanecer inefable, por que lo es. Sin
Bibliografía:
• Nava y Saavedra, Jerónima. Autobiografía de una monja venerable. Santiago de
http://www.iacd.oas.org/Interamer/Interamerhtml/RodrVerghtml/Verg34_Roble