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Tema 4: La posesión
1. Posesión y propiedad 5. Adquisición de la propiedad
2. Usus y possessio 6. Conservación de la propiedad
3. Especies de posesión 7. Pérdida de la propiedad
4. La posesión del precarista, acreedor 8. Defensa de la propiedad
pigniraticio y secuestratario 9. Quasi- posesión de los derechos
- Praediatura pretorio
La interpretación puede ser de distintas clases por razón del sujeto que la realiza:
a) Interpretación judicial: la interpretación es realizada por el juez
b) Interpretación doctrinal: es realizada por un jurista o experto del Derecho
La Roma primitiva
De acuerdo con la tradición, se señala como fecha fundacional de Roma la de los años
754 ó 753 a. C. La verdad es que la civitas quiritaria (a los antiguos ciudadanos
romanos – los patricii- se les conoce como Quirites) surge tras un largo proceso de
integración política.
Desde su nacimiento hasta el s. III D.C. Roma es una ciudad- Estado; esto es, un
agrupamiento de hombres libres, establecidos sobre un pequeño territorio, y dispuestos
a defenderlo contra cualquier injerencia extraña y conjuntamente partícipes de las
decisiones que importan al interés común.
Rey. Es el sumo sacerdote, jefe del ejército, juez supremo y cabeza rectora. Está asistido
por el senado, que nace como órgano asesor del rey. Es soberano vitalicio.
Comicios. El antiguo pueblo romano se halla distribuido en 3 tribus, cada una de las
cuales se divide en 10 curias. Las 30 curias constituyen la asamblea general de los
patricios, cuyas funciones no son bien conocidas; lo que sí sabemos es que carecen de
poder para elegir magistrados y poder legislativo. Además de su intervención en la lex
curiata de imperio y de su asistencia a las declaraciones de guerra, las curias sólo
cuentan en asuntos religiosos, así como en actos que afectan a la vida de los grupos
familiares o gentilicios. Por último, las curias contribuyen a la defensa de la civitas.
La República romana
Constitución política
En el año 510 a. C. Una revolución pone fin al poder despótico del último rey. Servio
Tulio procede a una nueva ordenación de la civitas, de forma que el territorio queda
dividido en tribus de nuevo cuño. Las nuevas tribus son 4 y constituyen distritos
político- administrativos.
La población es dividida en clases y centurias. Se crean 5 clases, integradas por
propietarios en función del valor de la tierra. La pertenencia a cada clase determina la
contribución que ha de pagarse al Estado.
Las clases se dividen en centurias, que suman en total 193 integradas por todos
aquellos que están obligado al servicio de las armas, incluidos los que no son
propietarios de tierras. Las 193 centurias se dividen de la siguiente manera:
a) A la cabeza de este ordenamiento militar está la caballería, reservada a los patricios
y cuyos miembros gozan de una situación privilegiada. Cuenta con 18 centurias.
b) Tras la caballería se encuentra la infantería, dividida en 5 clases:
- La primera clase consta de 80 centurias
- La 2ª, 3ª y 4ª tienen 20 centurias cada una
- La 5ª clase tiene 30 centurias
c) Soldados que no son propietarios fundiarios, que cuentan con 5 centurias
d) Los que no tienen nada y que por tanto no pueden procurarse armamento sólo
contribuyen al Estado con su prole y quedan agrupados en una centuria infra
classem.
El ordenamiento centuriado sirve de base, no sólo al ejército, sino también a una nueva
asamblea: los comitia centuriata. Esta asamblea, dado su carácter militar, se reúne fuera
de la ciudad y es convocada por un magistrado con imperium, y decide sobre las
propuestas del convocante.
Se caracteriza por su tendencia timocrática, plutocrática y conservadora. La
unidad de voto es la centuria, y la votación comienza por las 18 centurias de los
caballeros (en la que impera el elemento patricio) y las 80 de infantes de primera clase
(en la que impera la riqueza cuantiosa). La unión de ambos significa la mayoría, sin que
haya que proseguir la votación.
Además de la riqueza, en esta asamblea prevalece la edad. Los ancianos son
menos pero la existencia de igual número de centurias determina un rango privilegiado
para la ancianidad.
La plebe, con sus atributos y sus propias asambleas (concilia plebis) se dedica a la
realización de un programa de reivindicaciones en busca de la integración de las dos
clases.
En lo político reivindican la validez general de los plebiscitos, y el acceso al
consulado y demás magistraturas y al senado.
En lo jurídico, buscan la redacción de un código común a las dos clases, y que se
acabe con la prohibición de los matrimonios mixtos. Ambas pretensiones van a lograrse,
la primera con la redacción de las Ley de las XII Tablas y la segunda por la Lex
Canuleia.
En lo social, los plebeyos consiguen la prohibición de intereses usurarios, la
condonación y moratoria de las deudas, y la participación en la división del ager
publicus.
El Estado patricio- plebeyo se caracteriza por la armonía existente entre los 3 órganos
de la comunidad: la magistratura, los comicios y el Senado.
Magistratura
No constituye un cuerpo jerarquizado con funciones bien deslindadas. Se distingue por
obrar de acuerdo con una mentalidad elemental y práctica, acorde con el real sentido
político de la sociedad romana.
El magistrado está investido de una potestad de mando que cuando es suprema
(en el caso de los cónsules, el pretor y el dictador) se llama imperium, y constituye un
poder originario y soberano al que ningún ciudadano puede sustraerse. Entre los
atributos del imperium figuran los siguientes:
- Suprema dirección del gobierno del Estado
- Mando militar
- Ius edicendi: derecho de dirigirse al pueblo y dictar ordenanzas
- Iurisdictio: facultad de administrar justicia civil y criminal
- Ius agendi cum patribus: derecho de convocar y presidir al senado
- Ius agendi cum populo: derecho de convocar y presidir a los comicios
- Coercitio: poder disciplinario
- Ius auspiciorum: facultad de consultar la voluntad de los dioses antes de la
celebración de ciertos actos
Los magistrados son elegidos por las asambleas populares y entran en el ejercicio de su
cargo por razón del propio nombramiento sin requerirse un acto especial de aceptación.
Aún faltando la idea de jerarquía hay diferentes categorías de magistrados que afectan
principalmente a la eficacia del veto y a los auspicios.
Entre los principales magistrados figuran:
- Los 2 cónsules, jefes anuales del Estado y del ejército
- Los praetores, encargados de administrar justicia
- Los 2 censores, encargados de administrar el ager publicus, la lectio senatus y la
formación del censo de los ciudadanos (utilizado en el sufragio, la tributación,
servicio militar y la tutela de las costumbres)
- Los 2 aediles curules, con funciones de policía ciudadana
- Quaestores, magistrados auxiliares de los cónsules y censores, que intervienen en la
administración de la justicia criminal, en la percepción de multas y confiscaciones y
en el gobierno de la tesorería estatal.
- Dictator: magistrado único, supremo y extraordinario, que sustituye a los cónsules
en momentos de grave peligro para la República.
La reunión de las asambleas tiene lugar por convocatoria de un magistrado, que las
preside.
La convocatoria se hace de acuerdo con un determinado ceremonial y en
determinado lugar y tiempo.
Senado
El Senado es la asamblea de los hombres más representativos por su riqueza y autoridad
y es defensor de la tradición genuina y el eje de la vida política romana. En principio,
está integrado sólo por patricios pero posteriormente tienen acceso a él los plebeyos
aunque sin lograr la calificación de senadores.
El nombramiento de senadores recae en ex magistrados. Hasta la ley Ovinia la
designación se hace por los cónsules, pero con dicha ley son los censores los que
revisan cada lustro la composición de la asamblea senatorial.
El Senado interviene en funciones de alto rango: relaciones internacionales,
guerra, hacienda, culto, dirección del ejército, designación de gobernadores de las
provincias, distribución de funciones entre los magistrados... En caso de grave peligro
puede conferir el poder único y absoluto a los cónsules, suspendiendo todas las
garantías constitucionales. Además, decide sobre las deliberaciones de los comicios
prestándoles su auctoritas; tal prestación perdió vigor cuando se hizo preventiva
respecto de las liberaciones legislativas y electorales.
El Senado se reúne por la convocatoria de un magistrado con imperio en forma y
lugar determinados. Expuesta la cuestión por el convocante (que preside el Senado) los
senadores son interrogados de acuerdo con su categoría de ex magistrados, comenzando
por los de más autoridad o prestigio, y siempre en primer lugar por el princeps senatus,
el ex censor patricio más anciano. Lo decidido, siempre por mayoría, se denomina
senadoconsulto.
Alianza. Roma celebró una alianza con las antiguas ciudades del Lacio, de acuerdo con
la cual, quedaron en un plano de igualdad Roma y sus aliados; sin embargo, se produjo
una guerra entre ambas y la victoria romana llevó a la disolución de la liga; tras ella,
algunas ciudades quedaron unidas a Roma participando por completo en su vida
política, y otras quedaron sometidas en relación de vasallaje.
El vasallaje latino afecta a la mayoría de las ciudades latinas y las hace
comunidades de semiciudadanos. Entre ellas, las más favorecidas gozan de autonomía
política interna, de ius comercii, ius conubii y ius sufragi (limitado a los días en que se
encuentren en Roma y haciéndolo valer en una sola tribu sacada a suerte); además,
pueden adquirir la ciudadanía romana renunciando a la propia y trasladando su
domicilio a Roma. Como contrapartida, los latinos se supeditan a la política
internacional romana en términos de no poder ejercer el ius belli et pacis por propia
decisión; además, deben ayudar a Roma en caso de guerra con hombres y dinero.
El sistema de alianzas puesto en práctica con los latinos es extendido a las
comunidades de Italia.
Anexión de los territorios conquistados. La expansión de Roma en Italia se produce
también mediante la anexión de los territorios conquistados y la incorporación de sus
habitantes al Estado romano. El territorio queda afecto al sistema administrativo de las
tribus y los habitantes de las ciudades italianas incorporadas se equiparan a los
ciudadanos romanos o quedan en situación de subordinación (por negárseles el derecho
de voto). Las ciudades incorporadas a Roma reciben el nombre de municipio y se
caracterizan por conservar su autonomía administrativa y sus magistrados; participan de
la ciudadanía romana de pleno o limitada en el campo del Derecho público.
El Principado
Constitución política
La antigua constitución política se hace inadecuada para el gobierno de un territorio que
se ha sufrido una enorme expansión. La penetración de las ideas y del espíritu de Grecia
y Oriente opera fuertemente en la mentalidad romana. Surge una potente clase
capitalista (los equites), disminuye la vieja aristocracia senatorial y se produce la ruina
de las clases medias. Todo esto llevará a una crisis, de forma que en los s. II y I a. C. se
producen continuos conflictos. Los Gracio tratan de imponer una dictadura personal;
Sila impone una dictadura que tendrá una vida breve, así como el Principado de
Pompeyo. César será el único que observe como solución el casar la urbe con el orbe (la
ciudad y las provincias).
Depositada la confianza del pueblo romano en Octavio tras su victoria sobre
Marco Antonio, asume la tarea de restaurar la paz y la justicia; inaugura en el año 27 a.
C. el Principado.
La República continúa, pero de otra forma. A la República sin rey le sucede la
República con príncipe. Se trata del ajustamiento o conciliación de opuestos pareceres a
base de renuncias mutuas.
Imperio absoluto
Constitución política
A la muerte de Alejandro Severo se produce una gran crisis que dura 50 años (hasta
Dioclesiano). Conflictos que tienen como centro el problema de la sucesión en la
jefatura del Estado, la equiparación a Roma de Italia y las provincias, la quiebra de la
autoridad en el interior, el conflicto entre el Imperio y el Cristianismo, la crisis
económica, la irrupción creciente de los bárbaros y la desmedida extensión de los
territorios.
Ius gentium (201 a. C.- 235 d. C.). Es la época de la expansión de dominación mundial.
El Imperio es uno y uno también es el ius gentium. Se trata de un Derecho exento de
formalidades, regulador del comercio, aplicable entre romanos y frente a extranjeros. La
jurisprudencia, el Edicto del pretor y la legislación imperial contribuyen a la formación
del Derecho cosmopolita.
Junto al ius civile y al ius gentium aparece el ius honorarium, proveniente de la
actividad del Pretor. Aunque nuevo y más libre, se produce en torno al sistema
tradicional del derecho civil.
La jurisprudencia alcanza en este período su máximo apogeo.
La familia se configura de forma distinta. Al viejo sistema del parentesco
agnaticio le sucede el de la cognación (vínculos de sangre).
Derecho heleno- romano (235 - s. VI). Como consecuencia de la crisis política del año
235, quiebran las fronteras del Estado y los bárbaros invaden el Imperio romano. Sólo
más tarde se superará esta crisis, restaurándose el Imperio; pero el centro del mismo
estará ahora en Constantinopla. La constitución Antoniana había extendido el Derecho
romano a todos los habitantes del Imperio. El Derecho romano se transporta a tierras
extrañas y tiene que luchar con los derechos locales, asumiendo un especial significado
en Oriente. Las costumbres y prácticas orientales penetran en el Derecho romano. El
Derecho helénico es más ágil pero menos equilibrado y práctico para los romanos.
La familia acaba por perder su vieja estructura por influencia de las nuevas
corriente y especialmente de la cristiana.
Costumbre
El viejo ius civile descansa en preceptos de moralidad, de una moralidad hecha
tradición. Los mores dan vida al primitivo ordenamiento que la interpretación
jurisprudencial adapta a las nuevas exigencias. Los clásicos no contraponen
interpretación y ley, integradoras ambas del ius civile. En la última época es clara la
antítesis entre costumbre y constitución imperial. Todo el Derecho tiene fuerza en la
ley, respecto de la cual la costumbre cumple una función correctora o subsidiaria, sin
que pueda derogarla.
Ley
La Ley es una declaración normativa que descansa en un acuerdo. La ley puede ser
pública y privada. La ley pública es la ley por antonomasia; nace por un convenio; es
precepto común, convención de la república.
Propuesta la ley por el magistrado que preside la asamblea comicial, el pueblo
en ésta representado la acepta. Tras la aprobación de la ley por los comicios viene el
refrendo del Senado.
Igual nota de bilateralidad se da en la ley privada, nacida por convenio de los
particulares.
Las leyes se citan con el nombre del magistrado proponente y suelen llevar una
indicación sumaria de su contenido.
La actividad legislativa en Roma no es abundante; pocas veces la ley penetra en la
esfera del Derecho privado. La actividad legislativa, por otro lado, atañe
fundamentalmente a materias de Derecho público.
Las legis regia son normas muy antiguas enraizadas con preceptos de moralidad
tradicional y relativas a cuestiones religiosas o sagradas. No es probable que se deban a
deliberaciones de los comicios curiados bajo propuesta del rey, sino que seguramente
sean leyes dictadas por los reyes en cuanto sumos sacerdotes de la civitas e interpretes
de la voluntad divina.
La ley afecta escasamente a la esfera del Derecho privado, con excepción de la
Ley de las XII Tablas, ésta tiene su origen, según la tradición, en las reivindicaciones
jurídicas de los plebeyos.
Con la decadendia de los comicios y la afirmación del poder del príncipe la ley cede
paso a las constituciones imperiales; la ley desaparece casi por completo en el S. I d. C.
Plebiscito
Se trata de la deliberación de la plebe en su asamblea. Al principio es un mandato de la
plebe para la plebe, pero tras la Lex Hortensia se equipara a la ley, obligando también a
los patricios. A partir de entonces ley y plebiscito no se diferencian.
Senadoconsultos
El Senado no ejerció función legislativa durante mucho tiempo, aunque influyese en la
formación de las leyes comiciales. La función legislativa se origina en el Principado,
aunque, en rigor, sólo sirve a las directrices del príncipe y, por otra parte, sólo se
pronuncia en cuestiones de Derecho privado, cuando así lo aconsejan razones
superiores. La propuesta del príncipe da vida al senadoconsulto.
En el Imperio absoluto, las decisiones del Senado desaparecen por completo.
El senadoconsulto tiene una estructura similar a la de la ley: prefacio (con el nombre del
magistrado convocante, senadores que intervienen en la redacción, lugar y fecha, relatio
(con motivos y propuestas) y sentencia o resolución aprobada.
Constituciones imperiales
Durante el Principado y, sobre todo, en el Imperio absoluto, la constitución imperial es
fuente primaria y casi única del Derecho.
Justiniano afirma que sólo el emperador está justamente reconocido como único
legislador e intérprete de la ley. Hay que advertir que sólo en época muy adelantada
(desde el s. III) afecta a la órbita privada en términos de cierta importancia.
Gayo define la constitución imperial como aquello que el emperador establece
por decreto, edicto o epístola. Nunca se ha dudado que alcance fuerza de ley desde el
momento en que el emperador adquiere por ley el poder imperial.
Entre las formas enumeradas tienen especial relevancia los decreta y rescripta, en
cuanto sirven fundamentalmente a una obra de reforma o corrección del derecho
vigente.
La constitución imperial da lugar a la formación de un ius nuevo, extraordinario.
La ciencia jurídica
El prudens (el perito en materia jurídica) interpreta el ius, revela el Derecho, el ius
civile, acomodándolo a las exigencias vitales de cada momento. Ius civile e
interpretatio llegan a ser una misma cosa.
El jurista ayuda y aconseja al particular, instruyéndolo sobre las fórmulas de los
negocios o contratos y de los pleitos y facilitándole respuestas a sus consultas. Al jurista
acuden en busca de asesoramiento el pretor y el juez.
La jurisprudencia, o ciencia del Derecho, es ejercida en los primeros tiempos por los
pontífices. A fines del s. IV y comienzos del s. III a. C., la jurisprudencia deja de ser
pontifical y se convierte en oficio libre, y ornado con la máxima dignidad.
Tras Apio Claudio (censor en el 312) hay que citar entre los antiguos juristas a
Sesto Elio Peto Cato (cónsul), autor de unos Tripertita sobre la Ley de las XII Tablas, la
interpretatio y las legis actiones.
Del s. II a. C son:
- Marco Poncio Catón (censor)
- Catón Liciano (hijo del anterior), autor de la regla Catoniana
- Manilio (cónsul)
- Publio Mucio Scevola (cónsul)
- Bruto
En el último siglo de la República están los más famosos juristas de esta época:
- Quinto Mucio Scevola (cónsul), autor del primer ensayo sistemático del Derecho
civil
- Servio Sulpicio Rufo (cónsul), autor de la stipulatio Aquiliana y de la fórmula de la
actio doli. Escribió numerosas obras y es maestro de otros insignes juristas. Cicerón
lo considera el iniciador de la verdadera ciencia jurídica
Las codificaciones
Compilaciones prejustinianeas
Decaída la jurisprudencia, en el Imperio absoluto se realiza la tarea de extractar, ordenar
y compilar, con miras a la práctica, las obras de la jurisprudencia (iura) y las
constituciones imperiales (leges). Las compilaciones son de varios tipos:
Compilaciones de leges. Con la doble finalidad de poder utilizar ante los tribunales y la
enseñanza de las muchas y dispersas leges, se procede en Oriente a su compilación.
Aparecen compiladas en 2 obras de iniciativa privada: Código Gregoriano y Código
Hermogeniano, y en una de carácter oficial: Código Teodosino.
El Código Gregoriano recoge constituciones dictadas entre los años 196 y 295;
costa de 15 libros divididos en títulos. Sigue una ordenación sistemática.
El Código Hermogeniano está hecha a finales del s. III o comienzos del s. IV y
consta de un solo libro dividido en títulos, recoge constituciones promulgadas entre los
años 291 y 324. Es a manera de apéndice del Código Gregoriano.
El Código Teodosiano fue ordenado por Teodosio II. Consta de 16 libros
divididos en títulos y recoge las constituciones dictadas desde Constantino a Teodosio
II.
La comisión compiladora, integrada por 16 funcionarios, recibió autorización
para hacer variantes o alteraciones en los textos, según lo aconsejaran las exigencias de
la práctica.
Con posterioridad a la promulgación del Código Teodosiano fueron dictadas
nuevas constituciones imperiales, que se conocen como Novelas posteodosianas. De
ellas se hicieron varias compilaciones en Oriente y Occidente. Dentro de las
occidentales destaca la Lex Romana Wisigothorum.
Compilaciones de iura y leges. Entre las varias compilaciones mixtas destacan los
Fragmenta Vaticana, que son fragmentos de una compilación privada. Es una obra
amplia dividida en títulos, en los cuales se recogen pasajes de Papiano, Ulpiano, Paulo y
del autor (desconocido), junto con constituciones imperiales, especialmente de
Dioclesiano.
El libro siro- romano es un manual de Derecho romano, de ius civile, sin
mención del ius honorarium, con las modificaciones provenientes de constituciones
imperiales a partir de Constantino.
En el Occidente anegado por los bárbaros los reyes promulgaron una serie de
leyes destinadas a los vencidos, donde se recogen, con singular simplicidad, preceptos
mixtos de iura y leges, como es la Lex Romana Wisigothorum y el Edicto Teodorico.
De primer rango es la Lex Romana Wisigothorum o Brevario de Alarico, que fue
promulgada por Alarico II y que estuvo en vigor entre los hispanorromanos. Tuvo una
enorme difusión en la Alta Edad Media. Estuvo vigente en España, hasta la publicación
del Liber Iudiciorum (s. VII) y fue fuente general en Francia, Alemania e Inglaterra
hasta los s. XI y XII.
El Código contiene un epítome de las Instituciones de Gayo, textos de las Sentencias de
Paulo, un pasaje de Papiano y extractos de los Códigos Gregoriano y Hermogeniano y,
sobre todo, del Código Teodosiano y de las Novelas posteodosianas. Los fragmentos y
extractos, salvo el epitome de Gayo, llevan una interpretación, índice y glosa que se cree
que es anterior a los compiladores del Código de Alarico.
Compilación de Justiniano
Justiniano hace realidad la aspiración de Teodosio II de reunir en un solo cuerpo general
y sin mezclarlos ni confundirlos, los iura y las leges.
La obra compiladora de Justiniano, llevada a cano en un corto período de tiempo
(528- 533), trata de servir a las demandas de su tiempo. Justiniano imprime a obra un
sello de unidad, trayendo a concierto el cúmulo legislativo y jurisprudencial formado en
ambientes distintos y en distintos siglos.
A la hora de compilar, y siempre que las circunstancias lo permiten, se guarda
respeto por la tradición clásica. En todo caso, las discordancias o contradicciones de los
viejos textos o la imposibilidad de su llana aplicación a las nuevas necesidades,
recomienda su modificación.
Los compiladores están expresamente autorizados por Justiniano para alterar los
textos, en términos formales o sustantivos. Las alteraciones se traducen en adiciones,
omisiones, cambios o sustracciones al contenido de los textos y se denominan
interpolaciones. La búsqueda de tales interpolaciones no es sencilla debido a que no
aparecen expresamente declaradas como tales en los textos, por lo que hay que recurrir
a distintos métodos para hacerlo, como la búsqueda de anacronismos.
La obra codificadora comienza con una constitución del año 528, por la que se encarga
a una comisión de 10 miembros la tarea de redactar un Código sobre la base de los
precedentes (Códigos Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano) y de las constituciones
imperiales posteriores a ellos. La comisión encargada de elaborarlo fue presidida por
Juan (ex cuestor) y forman parte de ella Triboniano y Teófilo. Cumplida la tarea en
poco tiempo, se promulga el Codex, que será sustituido luego por otro.
Por una constitución del año 530 se ordena a Triboniano que forme una
comisión para agrupar en una obra el material jurisprudencial, que se llamará Digesta.
La comisión, integrada por 16 miembros (los profesores Constantino, Teófilo, Cratino,
Isidoro y Doroteo, y 11 abogados) cumple el encargo en 3 años, otorgándose a la obra
fuerza de ley.
No acabada la compilación del Digesto, Justiniano encarga a Triboniano y a los
profesores Teófilo y Doroteo la labor de redactar un libro para uso de los escolares El
libro se llamará Institutiones y entra en vigor junto al Digesto.
Debido a las innovaciones legislativas posteriores al Código, Justiniano ordena
su revisión, enriqueciéndolo con las nuevas constituciones, a Triboniano, Doroteo y 3
de los abogados redactores del Digesto.
Continuada por Justiniano su actividad legislativa, da a las nuevas constituciones
el nombre de Novellae constitutiones post Codicem y promete realizar su compilación,
aunque no llegará a hacerse nunca por vía oficial.
Terminada la tarea compiladora, Justiniano prohibe la confrontación de los
textos codificados con los originales, así como todo comentario a la obra por él
realizada, a lo sumo permite hacer traducciones al griego, índices y cortas
dilucidaciones.
Instituciones. Son una obra elemental destinada a los estudiantes, redactada sobre la
base principal de las Instituciones de Gayo y de la obra del pseudo Gayo. Además, se
incorporan extractos de las obras de las instituciones de Paulo, Ulpiano, Marciano y
Florentino, junto con fragmentos de constituciones imperiales y de textos acogidos en el
Digesto.
Las Instituciones tienen carácter compilatorio, pero no se hace mención sobre la
procedencia de los fragmentos o extractos que constituyen su contenido.
Consta de 4 libros, divididos en títulos, cada uno de los cuales lleva una rúbrica
especial. Los títulos se dividen, a su vez, en párrafos.
La obra está ordenada según el sistema de Gayo: el libro I está dedicado a las
personas, los Libros II, III y los 5 primeros títulos del Libro IV a la res y el resto del
Libro IV a las acciones.
Los manuscritos más antiguos de las Instituciones se remontan a s. IX, entre los que
destaca la Glosa turinense.
Digesto. Los Digesta o Pandectae es una compilación del material jurisprudencial. Los
compiladores utilizan un enorme cúmulo de textos clásicos: cerca de 2000 libros. Los
fragmentos más abundantes son los de Ulpiano (la tercera parte del Digesto), Paulo,
Papiniano y Juliano; se utilizan los textos de 39 juristas (3 de la República). Contra lo
dispuesto por Justiniano, se incluyen fragmentos de juristas que no tuvieron el ius
respondendi.
Consta de 50 libros, cada uno de los cuales (salvo los libros 30, 31 y 32) se
divide en títulos. Los títulos llevan sus correspondientes rúbricas, contienen fragmentos
de los juristas clásicos y se encabezan con una inscripción en la que consta el nombre
del autor, la obra y libro de donde proceden. A partir de los juristas medievales, los
fragmentos más extensos se dividen un principio y en uno o varios párrafos. El Digesto
va precedido de un Índice en el que constan las obras seleccionadas en su redacción.
Los 50 libros del Digesto están repartidos según el orden del Edicto Perpetuo. El
Digesto se divide en 7 partes para servir a los fines didácticos, según el esquema del
Edicto.
El manuscrito más antiguo del Digesto es el florentino, que difunde el Digesto a
través de la Europa medieval y moderna.
Compilaciones posjustinianeas
Las necesidades didácticas y de la práctica obligan a incumplir la prohibición de
Justiniano de hacer comentarios a su obra y, concretamente, al Digesto. Se hacen glosas
y obras monográficas. (...)
Ius
Este término es utilizado por los romanos para designar tanto el Derecho objetivo (ius
civile, ius gentium, ius Romanum)como el subjetivo.
En sentido objetivo se define como el arte de lo bueno y lo justo. El ius civile
antiguo es un cuerpo de normas que surge con la propia estirpe y con la fuerza de razón
que está en la razón misma de las cosas; pero esta razón es sometida a la forma y de ella
queda prisionera.
Aequitas
El ius debe adaptarse a las singularidades de cada hecho, negocio o relación, habida
cuenta de la mudanza cotidiana a que es llevada la vida social.
Hay cuestiones que la ley deja sin responder, sea por defectuosa dicción, por su
angostura formal, o porque el espíritu de los nuevos tiempos la ha agotado y envejecido.
En este caso, interviene la aequitas, restableciendo la justa proporción entre Derecho y
vida.
La acomodación del ius a las nuevas exigencias fue realizada por el Pretor y los
emperadores, bajo la guía prudente de los juristas. La aequitas triunfa en el ius gentium,
abriendo camino al Derecho universal.
El Derecho justinianeo asigna a la aequitas el significado que albergan los
términos piedad, caridad, humanidad, benevolencia. La aequitas clásica trae a concierto
Derecho y justicia. Sustancia del Derecho es la aequitas, si por aequitas se entiende las
justa adhesión de la norma positiva a la mudable vida social que regula.
Iustitia
El Derecho romano no es ciencia anclada en el mundo de los valores ideales, sino
justicia, y la justicia se cierne sobre la realidad viva del suceso humano. Ulpiano define
la iustitia como “la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho”. La
justicia no es la justicia pura, la más alta justicia, sino la justicia terrena que,
estableciendo una cierta igualdad entre los hombres, propende a la consecución del bien
común. La justicia se concreta en ordenar las acciones exteriores de conformidad con
los mandatos del Derecho positivo.
Lo que falta en la definición romana es una determinación de la regla que sirva
para descubrir “el derecho de cada cual” en los distintos momentos y en las diferentes
situaciones, en las contingencias de hecho a que está sometida la vida social. Sin
embargo, no carece el jurista de criterio preciso para distinguir lo justo de lo injusto, lo
lícito de lo ilícito.
Iurisprudentia
Ulpiano la define como “el conocimiento de las cosas divinas y humanas, la ciencia de
lo justo y de lo injusto”.
Si el Derecho se refiere a la vida, la ciencia jurídica ha de ser, ante todo y sobre
todo, un quehacer vital, un ocuparse de lo necesario; el jurista debe descubrir el brote
espontáneo de esa regla que está en la naturaleza de las cosas.
En cualquier caso, el conocimiento de las cosas divinas y humanas no es de
orden especulativo, sino práctico: la prudentia no es conocimiento en sí y por sí, sino
que consiste en el arte que nos lleva a alcanzar algunas cosas y huir de otras. Puesta la
mirada siempre en lo que es bueno y justo, ha de encontrar solución a problemas vitales.
El jurista romano no coloca los fríos y rígidos esquemas doctrinales por encima
de los fines y de las necesidades de la vida. Antes de meter el Derecho en un cuadro de
rigor lógico, lo que interesa es acomodar el razonamiento jurídico a las exigencias
prácticas.
El jurista romano es un intérprete de lo humano eterno, de la tradición
inderogable que es sustancia de la historia.
La expresión ius publicum (que entra en uso hacia fines de la República) tiene 2
significados:
a) Derecho emanado de los órganos estatales, integrado por las normas que derivan de
las XII Tablas o de otras leges publicae como los senadoconsultos y, en época
republicana, las constituciones imperiales, aun refiriéndose a materias que
actualmente consideramos de Derecho privado. No pertenecen al ius publicum las
normas fijadas por la jurisprudencia.
b) Derecho referente a la estructura, a la actividad, organización y funcionamiento del
status rei Romanae; así lo define Ulpiano: Derecho público es el que atañe al
gobierno de la república; y Cicerón lo define de la misma forma: lo que es propio de
la ciudad y del imperio.
Las fuentes hablan de beneficios, esto es, de ventajas concedidas a persona o personas
determinadas. Sin embargo, ni los beneficios suelen designarse por los romanos como
constitutivos de derecho singular, ni implican necesariamente una excepción a norma de
alcance más general. Dentro del Derecho justinieaneo, por beneficio se entiende la
ventaja de que pueden aprovecharse, siempre que lo pidan expresamente, todos aquellos
que se encuentren en una determinada situación.
Persona y capacidad
Causa de la constitución de todo derecho es el hombre; sin embargo, en Roma, sujeto de
derecho no es todo hombre, sino sólo el hombre. Sujeto de derecho es aquel en quien,
sobre la condición humana, concurren otras 3:
- Ser libre
- Ser ciudadano
- Ser sui iuris
Lo es también el ente distinto del hombre al que la ley reconoce capacidad jurídica.
Actualmente se dice que el hombre es sujeto de derechos o que es capaz de
derechos; sin embargo, en Roma, falta un término para designar la capacidad jurídica (la
aptitud del hombre para ser sujeto de relaciones jurídicas, para tener derechos y contraer
obligaciones.
La personalidad o capacidad jurídica del hombre, así como la de las personas jurídicas
sólo fue reconocida en épocas avanzadas; en los primeros tiempos, la cualidad del
hombre no es bastante, por sí sola, para otorgar la capacidad. Sujeto de derecho sólo es
el paterfamilias, por lo que la plenitud de la capacidad jurídica implica la concurrencia
de 3 condiciones:
- Libertad
- Ciudadanía
- No sometimiento a una autoridad familiar
La teoría de las personas físicas o naturales implica el examen del status personarum; es
decir, de la condición en que se encuentra una persona respeto de una determinada
situación (status). La situación (status) puede afectar decisivamente a la capacidad
jurídica, en cuanto que no goza de ésta quien no tiene libertad (status libertatis) o la
ciudadanía (status civitatis). De otra parte, sólo la distinta situación en la familia influye
en la capacidad jurídica: tanto el sui iuris como el alieni iuris tienen status familiae pero
sólo el primero es capaz de pleno.
Causas de la esclavitud
Las causas principales por las que se incurre en esclavitud son las siguientes:
a) Nacimiento. Nace esclavo el hijo de madre esclava, aunque sea concebido por
hombre libre. Al principio se atendía a la condición de la madre en el momento del
parte, pero en el Derecho clásico se reconoció la libertad del hijo si la madre fue
libre en algún momento de la concepción.
c) Condena penal. Caían en esclavitud los condenados a ciertas penas graves, como
los condenados a morir o a trabajos forzados en las minas o los gladiadores.
Extinción de la esclavitud
La esclavitud se extingue por acto voluntario del dueño (manumisión) o por decisión
legal.
Manumisión. Consiste en un acto de disposición por virtud del cual el esclavo se hace
libre y ciudadano. No es un simple abandono o renuncia de propiedad, que sólo
convertiría al esclavo en res nullius y, como tal, susceptible de apropiación. La
declaración de voluntad del dueño se dirige a liberar al esclavo; pero también tiene
trascendencia en la esfera pública. De afectar a los intereses de la res publica deriva en
algunos casos la intervención del magistrado y la puesta en práctica de determinadas
limitaciones legales a los actos de liberación.
Los modos de manumisión del antiguo Derecho civil son los siguientes:
Por decisión legal. Por concesión del Estado, fueron declarados libres en tiempos de la
República los esclavos que hubieran observado una conducta benemérita. En la época
imperial, se otorga la libertad, entre otros casos, al esclavo con la condición de que el
comprador lo manumitiese dentro de cierto tiempo cuando ello no se hiciese; a la
esclava vendida con la condición de no ser prostituida cuando así sucediese; al esclavo
abandonado por su dueño ob gravem infirmitatem; al esclavo que de buena fe hubiese
vivido durante 20 años en condición de libre.
En el Derecho justinianeo, cualquier forma de manumisión implicaba la
adquisición de la libertad y de la ciudadanía. Subsisten las manumisiones vindicta,
testamento e in ecclesia, y para las hechas per epistulam e inter amicos se exige la
presencia de 5 testigos.
El liberto adquiere la ingenuidad, teniéndosele para todos los efectos como si hubiese
nacido libre, mediante decreto del príncipe con el consentimiento del patrono.
1. Status civitatis
2. Ciudadanos. Latinos. Peregrinos
3. Adquisición de la ciudadanía
4. Status familiae
5. Cap. jca y de obrar. Causas modificativas
6. Capitis deminutio: Concepto y clases. Efectos
7. Muerte
8. Personas jurídicas
9. Ntza de la personalidad jurídica
10. Personalidad jurídica en el DR
11. Asociaciones
12. Definición. Nombres y especies
13. Requisitos
14. Capacidad jurídica
15. Organización interna
16. Fundaciones