Sei sulla pagina 1di 14

CONTESTO TRASLADO DE PETICIÓN DE DECLARACIÓN DE CUESTIÓN

ABSTRACTA FORMULADA POR LA DEMANDADA.

Cámara en lo Contencioso Administrativo – Sala I.

JUICIO: ACUÑA, AGUSTÍN EUGENIO Y OTROS c. PROVINCIA DE TU-

CUMÁN (PODER JUDICIAL) s/ INCONSTITUCIONALIDAD. – Expte. Nº

787/10.

_________________

AGUSTÍN EUGENIO ACUÑA, por la parte actora, digo:

I. – OBJETO.

Contesto traslado de la petición de declaración de cuestión abstracta formulada por

la accionada.

II. – FUNDAMENTOS.

Atento al traslado conferido, esta parte sólo se referirá a los acápites V y X del es-

crito de contestación de demanda de la accionada.

1
1. Cuestión abstracta (acápite V).

La parte demandada tiene razón en que ninguno de los actores en el presente caso

ha empatado en el concurso para ingresar al Poder Judicial de Tucumán. Por ende, corres-

ponde se declare la cuestión de abstracto pronunciamiento.

2. Costas (acápite X).

En este acápite la parte demandada no tiene razón: las costas del proceso deben ser

soportadas por su orden (salvo en el recurso de revocatoria sobre la medida cautelar dicta-

da en autos, donde corresponden a la vencida). Paso a exponer las razones que sustentan

esta posición.

A. El principio (reconocido por la misma demandada).

Al volverse el caso abstracto, el principio, como lo reconoce la demandada, es im-

poner las costas por su orden.

Jurisprudencia que respalda esta postura: esta postura está respaldada por nu-

merosa jurisprudencia en este sentido. Por ejemplo, la Cámara del Trabajo ha dicho:

“En autos, existen razones fundadas, tanto de hecho como jurídicas que in-
volucran actos o gestos del demandado, que hacen que resulte equitativa la
2
distribución de las costas por su orden. Respecto del primer agravio se debe
tener en consideración que si estando en curso la tramitación del proceso, su-
cede un hecho de la entidad como el del acaecido en autos que tiene el efecto
inmediato de concluir la obra que motivó la acción, la cuestión ha devenido
abstracta, tal como lo declaró el juez a quo. Por ello y dada la declara-
ción de abstracción recaída en la causa y, consecuentemente, la ausen-
cia de un pronunciamiento que permita inferir la existencia de un ven-
cido, corresponde no hacer lugar al recurso de apelación interpuesto
por la actora e imponer las costas de la instancia anterior por el orden
causado. El hecho de que el proceso haya devenido en abstracto y decidido
la imposición de las costas por el orden causado no enriquece ilícitamente al
demandado, en razón de que por el modo de terminación de éste proceso -el
actor fue registrado por la accionada como empleado permanente; y porque
el resto de los actores fue despedido sin justa causa por la demandada - no
hace presumir la afirmación hipotética del actor de que el demandado pudiera
resultar vencido en el pleito. Sobre el tercer agravio, cabe señalar que el A
Quo ha efectuado una correcta valoración sobre el particular al señalar expre-
samente, que la manera anómala de extinción del juicio no permite inferir la
existencia de la parte vencida, por lo éste agravio debe ser rechazado.”
DRAS.: TEJEDA - MORENO. CT, Sala 2, Sentencia 119, 29/06/10.

Por otra parte, la Cámara Civil y Comercial Común ha ratificado el principio en

sus tres salas:

“En el sub-lite no existe vencido en los prístinos términos en que lo caracte-


riza el art. 106 procesal, puesto que una declaración abstracta no genera tal fi-
gura, al no existir en ella declaración alguna contra alguna de las partes. De
donde resulta acertado y equitativo el criterio del a quo al imponerlas
por su orden.” DRES.: FRIAS DE SASSI COLOMBRES - AVILA.
CCC, Sala 1, Sentencia 61, 13/03/00.

“En la especie, al transformarse en abstracta la controversia, puesto que la


misma procesalmente fue superada por una situación legal posterior que la
dejó sin sustento, no correspondía que el órgano judicial, para analizar un te-
ma accesorio como lo son las costas procesales proceda a apreciar una pro-
blemática insubsistente ante la no desconocida por las partes abstracción de
las mismas, como consecuencia de una situación legal que terminó por supe-
3
rarla y comprenderla en cuanto a sus alcances. No puede pretenderse que a
pesar de de ello la cuestión sea ponderada al sólo y único efecto de de-
terminar las costas procesales. Estas, como es sabido, dependen como
principio general del resultado de la pretensión y de la oposición ale-
gada por los litigantes en el juicio plasmado en una resolución jurisdic-
cional a los fines de determinar quien es el vencido en la contienda. Si
este último elemento (existencia de una contienda) se ha transformado
en un tema insubsistente no puede ser dilucidado por el órgano judi-
cial y las costas correspondientes deben distribuirse por el orden cau-
sado al haber mérito para ello ante la situación especial que se configu-
ra" (Cf. "Romero c/ Grandjean y otros s/ Daños y Perjuicios", sentencia n°.:
104 del 18 de Abril de 1.996).” DRES.: GONZALEZ DE PONSSA -
ROBINSON. CCC, Sala 2, Sentencia 142, 25/04//96.

“El Código Procesal Constitucional de Tucumán contiene dos normas en


materia de costas: el art. 26, incluido en el título II, capítulo I denominado
“Disposiciones Comunes” y el art. 63, contenido en el capítulo III relativo al
“Amparo General”. El segundo párrafo de esta última regla dispone: “Si es-
tando en curso la tramitación de un amparo, se dicta resolución administrati-
va o judicial, que revoque, detenga o suspenda la actuación impugnada, se
acoge la acción únicamente a efectos de imponer las costas, si proceden”.
Ésta es la norma que rige el caso ya que al concluir la obra que motivó la ac-
ción, la cuestión ha devenido abstracta, tal como lo declaró el juez a quo, lo
que ha sido consentido por ambas partes. Asimismo, en el caso, no se verifica
ninguno de los supuestos previstos en el art. 26 de dicho ordenamiento nor-
mativo; esto es: la decisión no hizo lugar a la acción ni tampoco la rechazó,
razón por la cual no corresponde declarar que esta fue manifiesta improce-
dente. Ello es así, porque la declaración de improcedencia evidente del ampa-
ro sólo es pertinente cuando media un pronunciamiento que lo rechaza, que
no es el supuesto en examen donde la regla aplicable (art. 63) expresamente
preceptúa que la acción debe acogerse únicamente a los efectos de la imposi-
ción de las costas del proceso. En ese contexto y teniendo en cuenta que el
juez a quo hizo lugar a la medida cautelar peticionada por la actora con la ve-
rosimilitud del derecho que ello implica, la consideración de la improcedencia
manifiesta del amparo resulta desacertada. Por ello y dada la declaración
de abstracción recaída en la causa y, consecuentemente, la ausencia de
un pronunciamiento que permita inferir la existencia de un vencido,
corresponde hacer lugar al recurso de apelación interpuesto por la ac-
tora e imponer las costas de la instancia anterior por el orden causado.
4
En cuanto a las costas de la alzada, atento a la naturaleza de la cues-
tión se imponen también por el orden causado.” DRES.: GALLO
CAINZO - ROBINSON. CCC, Sala 3, Sentencia 191, 30/05/08.

Por último es importante destacar que la misma Corte Suprema de Justicia

de Tucumán ha ratificado esta postura, tanto con una composición anterior como

con la actual:

“En el juicio de desalojo, el objeto procesal es estrictamente el de obtener el


reintegro del inmueble, y a raíz de ello, el conocimiento del juez se limita a
comprobar la procedencia de la pretensión. En tal sentido, es reiterada la
doctrina de este Tribunal, en diferentes integraciones, que sostiene que el
abandono del inmueble da lugar a un nuevo status iuris, que muta esencial-
mente los términos de la relación litigiosa. Así es que al momento de conce-
derse el recurso de casación, las partes carecían de interés procesal actual, im-
prescindible para obtener a su favor el dictado de una sentencia que acoja o
rechace la pretensión. A ello se agrega que al ser entregada judicialmente la
posesión provisoria del inmueble, la cuestión se convirtió en abstracta, estan-
do vedado a los jueces efectuar consideraciones generales o abstractas. En
razón de la peculiar manera anómala de extinción del juicio -
declaración de cuestión abstracta-, sin que pueda recaer sentencia en
el recurso, excluye la aplicación del principio objetivo de la derrota que
consagra el artículo 106, primera parte del CPCC, por lo que procede
imponerlas por el orden causado.” DRES.: DATO - BRITO - AREA
MAIDANA. CSJT, Sentencia 509, 07/06/06.

“La extinción del objeto procesal, por la desaparición del presupuesto


fáctico y jurídico que dio lugar a la demanda, impide acudir al princi-
pio rector del art. 106 CPCC para establecer la imposición de las costas,
pues la imposibilidad de dictar un pronunciamiento final sobre la pro-
cedencia de la pretensión, cancela todo juicio que permita asignar a
cualquiera de las partes la condición de vencedora o vencida. Por lo
tanto, las costas del recurso de casación se imponen por su orden.”
DRES.: ESTOFAN-BRITO-GANDUR. CSJT, Sentencia 128,
02/03/10.

5
En fin, es claro que el principio, en caso que la cuestión se haya tornado abstracta,

es que las costas sean soportadas por su orden, como debe hacerse en este proceso.

B. La excepción (el “hecho potestativo de una de las partes”) no se da en el caso.

La demandada basa su petición en la excepción al principio imperante en la materia:

si el hecho por el cual se vuelve abstracto el caso es potestativo de una de las partes,

ella debe cargar con las costas. La jurisprudencia citada por la demandada es cierta, pero

no es aplicable a autos. Para que quede claro, son dos los requisitos que debe cumplir el

hecho para que se configure la excepción: 1. Que sea potestativo de una de las partes. 2.

Que torne abstracto el caso.

El presente caso según la demandada: la demandada afirma que el hecho potestativo de

esta parte que torna el caso abstracto consiste en:

“…el inscribirse en el concurso de aspirantes al cargo de Aspirantes Judiciales


del Poder Judicial de Tucumán, y habiendo rendido los pertinentes exámenes
obtuvieron un puntaje por el cual ninguno de los accionantes se encuentra en
situación de empate tornando la cuestión abstracta.”

Es importante destacar que no se individualiza uno, sino tres hechos: inscripción

en el concurso, rendir los exámenes previstos, obtener un puntaje sin empatar. Esta

parte considera que los 3 hechos individualizados no cumplen con los dos requisitos nece-

sarios para que se configure la excepción.

6
Análisis de los tres hechos: a continuación resaltaremos la falta de cumplimiento de los

requisitos en cada caso.

1. Inscripción en el concurso:

Requisito Nº 1: lo cumple, porque es obvio que el hecho de inscribirse en el con-

curso fue potestativo de esta parte: a los actores podría no haberles interesado el llamado a

concurso y no inscribirse en él.

Requisito Nº 2: lejos está el mero hecho de inscribirse en el concurso de hacer que

el caso se volviera abstracto. Nada más alejado de la realidad. Es justamente esa inscripción

lo que dió legitimación a los actores para iniciar esta acción declarativa de inconstituciona-

lidad.

2. Rendir los exámenes previstos:

Requisito Nº 1: también lo cumple, porque los actores podrían, a pesar de haberse

inscripto, no concurrir a rendir los exámenes. Prueba más cabal de que es un hecho potes-

tativo es el ausentismo registrado en los exámenes en general.

Requisito Nº 2: no se cumple. No por rendir los exámenes el caso se volvió abstrac-

to. Es más, al rendir los exámenes ni siquiera los actores sabían si habían empatado o no

con algún otro aspirante. Ello tiene fundamento en el hecho de que el puntaje total recién

se conocería cuando terminen de rendir todos los aspirantes.

7
3. Obtener un puntaje sin empatar:

Requisito Nº 1: definitivamente no lo cumple. Veamos las razones:

 No estaba en manos de los actores elegir qué puntaje lograr, como sugiere

la demandada. Ello porque no sabían las respuestas correctas a las pregun-

tas de los exámenes. Es decir que no podían elegir “a piacere” qué puntaje

obtener. Además, porque el puntaje correspondiente a “dactilografía” con-

forme al anexo de la acordada 1029/10 se establece asignándole los 25 pun-

tos al primero y proporcionalmente a los demás. Al no saber cuánto hizo el

primero, no es posible elegir empatar o no.

 En el hipotético y absurdo caso que los actores hayan podido elegir el pun-

taje a obtener era necesario que se diera otro hecho que ya no dependía de

ellos: que ninguna otra persona de los 25.000 inscriptos, luego de pasar los

exámenes, obtenga igual puntaje que ellos. Es claro que eso no dependió ni

pudo depender de los actores. ¿Cómo preveer los resultados de 25.000 per-

sonas? Es una incógnita que no tiene respuestas.

 En el todavía más hipotético y aún más absurdo caso que los actores ma-

quiavélicamente hayan elegido qué puntaje obtener y (vaya uno a saber por

qué oscuros medios) hayan podido manipular los exámenes y puntajes de

25.000 inscriptos para hacer que nadie empate con ellos, las siguientes pre-

guntas se imponen: ¿Qué ganaban con ello? ¿Cuál era su fin? ¿Qué obtenían
8
a cambio? La respuesta obligada se impone con una única palabra: nada. Es

más, si realmente los actores hubiesen tenido en sus manos la posibilidad de

manipular los puntajes del concurso, muy probablemente lo habrían hecho

en el sentido diametralmente opuesto, es decir, empatando con otros con-

cursantes, para que continúe el trámite de esta causa hasta obtener sentencia

favorable.

Requisito Nº 2: sí se cumple. El hecho de obtener puntajes sin que se haya empata-

do torna abstracto el caso de los actores, puesto que en este caso, no se les aplicará la pre-

ferencia de edad del anexo de la acordada 1029/10.

Conclusión del análisis de los tres hechos: como puede desprenderse hasta aquí, ningu-

no de los tres hechos individualizados por la demandada cumple los dos requisitos para

imponer las costas a los actores. Repasemos: los hechos Nº 1 (inscripción en el concurso) y

2 (rendir los exámenes previstos) cumplieron el requisito Nº 1 (fueron potestativos de los

actores) pero no el 2 (no tornaron abstracto el caso). El hecho Nº 3 (obtención de un pun-

taje sin empatar) cumplió el requisito Nº 2 (tornó abstracto el caso) pero no el Nº 1 (no fue

potestativo de los actores).

9
C. ¿Omisión de comunicación?

El demandado también basa su pedido en el hecho de que los actores eran respon-

sables de comunicar a este tribunal que no habían empatado con nadie en el concurso, a los

fines de evitar un dispendio jurisdiccional innecesario, obligándolo a presentarse en este

caso. Considera además que esta parte actuó negligentemente al no comunicar que la cues-

tión de esta acción ya carecía de trascendencia.

Esto tampoco es correcto, por lo que paso a exponer.

Los actores no eran responsables de comunicar a este tribunal que no habían empa-

tado con nadie en el concurso y por ello no actuaron negligentemente: esto es una

lógica consecuencia de lo expuesto en el punto B. Ya que si afirmamos que el hecho de no

empatar en el concurso no es potestativo de los actores, no tienen la obligación de comuni-

carlo al tribunal. Distinto hubiera sido si era potestativo, como por ejemplo, el abandono

del inmueble en un juicio de desalojo. En ese caso, es lógico entender que se impone el

deber de comunicar tal situación.

El hecho a “comunicar” era notorio: el listado con los puntajes se publicó en la página

web del Poder Judicial de Tucumán y en diarios webs como La Gaceta. El día 08/04/11 se

informó específicamente por la versión en papel de ese diario que los actores en autos no

habían empatado, como refiere la demandada en el acápite V de su escrito de contestación.


10
Ello hace que tal hecho cumpla acabadamente con la definición dada por Calamandrei

sobre los hechos notorios al decir que son “…aquellos que entran naturalmente en el co-

nocimiento, en la cultura o en la información normal de los individuos, con relación a un

círculo social o a un lugar o momento determinado, en la oportunidad en que ocurre la

decisión.” Por ende, no existía obligación alguna de comunicar al tribunal tal hecho noto-

rio.

No se obligó a nadie y no existió dispendio jurisdiccional innecesario: la demandada

yerra al afirmar que el hecho de no comunicar que los actores no habían empatado con

nadie haya provocado que deba presentarse en este caso. Según constancias que se adjun-

tan, los actores terminaron de rendir los exámenes el día 04/04/11. Y como consta en au-

tos, el traslado de la demanda se notificó al día siguiente: 05/04/11. Los resultados de los

exámenes recién estuvieron el día 07/04/11 publicados en la página web del Poder Judicial

de Tucumán. Y el día 08/04/11 se publicó en el diario “La Gaceta” la información que

refiere la demandada en el acápite V de su escrito de contestación de demanda. De ello

puede concluirse fácilmente que el hecho de que los actores no hayan comunicado

su situación de “no-empate” al tribunal no provocó que la demandada haya debido

presentarse, puesto que la misma ya estaba notificada con anterioridad al conoci-

miento del resultado de los concursos.

11
D. Incertidumbre en la postura a tomar por el Tribunal.

Por último, es importante destacar que los actores no estaban obligados a

plantear que el caso se había vuelto abstracto al tribunal, puesto que el mismo podía

y puede apartarse de la opinión esbozada por las partes en ese sentido, entendiendo

que debe igualmente expedirse sobre el fondo de la cuestión, siguiendo las razones

dadas por la CSJN en los casos “Bussi” y “Ríos, Antonio”.

Es decir que la Sala podría haber entendido o entender que los asuntos que

resultan susceptibles de repetición y que no pueden ser resueltos en tiempo apropia-

do, el hecho de que los agravios carezcan de actualidad no impide un pronuncia-

miento judicial pues, de lo contrario, se frustraría el rol que el tribunal posee como

intérprete de la constitución y se evitaría ejercer el control de constitucionalidad.

O la Sala podría haber entendido o puede entender que es aplicable a autos lo

que la Suprema Corte de los Estados Unidos sostuvo en 1911: que una cuestión traí-

da a su conocimiento no resulta abstracta si es “capable of repetition, yet evading review”

(“Southern Pacific Terminal Company. v. Interstate Commerce Comisión”, 219 U.S.

498 –1911).

O el tribunal podría haber entendido o puede entender aplicable a autos lo

afirmado por el juez Petracchi en Fallos: 310:819, al afirmar que la CSJN rechazó la

alegada falta de relevancia jurídica de una decisión si el caso entrañaba “cuestiones


12
susceptibles de reiterarse sin posibilidad de que, por el tiempo que normalmente in-

sumiesen los trámites, pudiesen llegar a ser resueltas por la Corte en tiempo apropia-

do”. Y que hay interés institucional cuando está latente la posibilidad de repetición

del acto, lo que justifica una decisión esclarecedora. Además de que es un evento

recurrente cuya desaparición fáctica o pérdida de virtualidad no es imaginable mien-

tras se mantenga la vigencia de la norma.

O el tribunal podría haber entendido o puede entender que hasta tanto no se

formalice la designación de los actores en el Poder Judicial de Tucumán, estos pue-

den volver a concursar y someterse nuevamente a la posibilidad de aplicación de la

normativa cuestionada, viéndose en la necesidad de iniciar un nuevo proceso para

cuestionar la misma, causando un dispendio jurisdiccional innecesario cuando pue-

den zanjarlo en el presente caso.

O el tribunal podría haber entendido o puede entender que pueden presen-

tarse en este caso terceros interesados (art. 85 inc. 2 del CPCCT) que sí hayan empa-

tado en el presente concurso, ya que se produjeron 4 empates, como consta en el

listado publicado en la página web del Poder Judicial de Tucumán (puestos 135-136,

373-374, 378-379 y 400-399) evitándose así la abstracción.

Como conclusión puede afirmarse que los actores no estaban en condiciones

de saber si el tribunal iba o no a declarar abstracta la cuestión y, ante esta incerti-

dumbre, optaron porque el mismo tomase una decisión. De hecho, fue por propia
13
iniciativa que el mismo tribunal envió el oficio a la CSJT para que informe sobre la

situación de los actores en el concurso, como consta en autos, donde se observa que

la orden es previa a proveer el escrito de la demandada.

III. – PETICIÓN.

Por todo lo expuesto, solicito se tenga por contestado el traslado y se declare abs-

tracta la cuestión si el tribunal así lo considera, con costas por su orden, atento a los fun-

damentos expuestos.

JUSTICIA.

14

Potrebbero piacerti anche