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Se presentará información de manera clara y precisa acerca de las teorías del juego las
cuales son la teoría biológica, teoría biológica, teoría fisiológica, teoría psicológica.
Asimismo diversos factores y características relevantes en cada etapa las cuales incluyen
antes de los dos años de edad el exploramiento, de los dos años a los tres años el control, de
los dos años a los tres años la técnica, de los tres años a los tres años y medio el diseño, y
de tras años y medio a cuatro años, la transición al dibujo representativo.
De igual manera nos orientaremos en relación a diversos aspectos que son de carácter
relevante destacar en relación a los dibujos de los niños, como lo son la creatividad, la
imaginación y el arte. También se estudiarán diversos factores que nos permitirán como
futuras docentes la adecuada interpretación de los dibujos de los niños que se encuentran en
edad preescolar siempre tomando en cuenta que los primeros años de vida ejercen una
influencia muy importante en el desenvolvimiento personal y social de todos los niños y
justamente en este período fértil y sensible a los aprendizajes fundamentales interviene la
Educación Preescolar, permitiéndole a los niños la adecuación de su tránsito del ambiente
familiar a un ambiente social de mayor diversidad y con nuevas exigencias.
Objetivos
General:
Que los niños observen y exploren su entorno inmediato con una actitud de
curiosidad y cuidado, identificando las características y propiedades más
significativas de los elementos que lo conforman y alguna de las relaciones que se
establecen entre ellos para que actúen cada vez más de forma autónoma en sus
actividades habituales, adquiriendo progresivamente seguridad afectiva y
emocional y desarrollando sus capacidades de iniciativa y confianza en sí mismos
así puedan establecer relaciones sociales, aprendiendo a articular progresivamente
los propios intereses, puntos de vista y aportaciones con los de los demás y utilizen
el lenguaje oral de forma ajustada a las diferentes situaciones de comunicación
habituales para comprender y ser comprendido por los otros, expresar sus ideas,
sentimientos, experiencias y deseos, avanzar en la construcción de significados,
regular la propia conducta e influir en la de los demás y con el fin de que puedan
lograr destrezas en la utilización de todos sus sentidos: vista, oído, olfato, tacto y
gusto y en todas las etapas de sus desarrollos para que se expresen libre y
creadoramente a través de juegos y actividades.
Específicos:
Estimular las áreas motoras, de lenguaje, cognitiva, social y de personalidad de los niños a
través del juego y del dibujo, que ellos expresen su estado psicológico y emocional; que se
desvuelvan a través de juegos y dibujos con toda la creatividad que ellos puedan ofrecer.
Acercamiento al tema
El juego se define como un tipo de actividad que desarrolla el niño y su objeto, siendo este
el objeto del proceso educativo, toca considerar la actividad lúdica como un elemento del
que puede valerse la pedagogía para usarlo como beneficio de su formación. El juego se
aleja de lo cotidiano, ocupa parámetros especiales y temporales diferentes de los impuestos
por la rutina diaria. El juego se realiza según una norma o regla, siguiendo una determinada
estructura y, por consiguiente, crea orden. El juego se puede considerar como la actividad
fundamental de la infancia, actividad que se prolonga en la vida adulta. Estamos seguros
que éste se convertirá en el gran instrumento socializador.
El dibujo, se puede definir como un medio por el cual el niño logra expresar su estado
psicológico y bienestar emocional, es además un medio de socialización con los demás y
sirve también para desarrollar la motricidad fina, es decir, aquella que se relaciona con el
movimiento de los dedos, lo cual facilita los procesos posteriores de la escritura. A través
del dibujo de los niños, los mismos pueden decir lo que sienten, ya que éste les permite
hacer relación entre su mundo interno y su mundo exterior.
Reseña Histórica
Los sistemas de educación más antiguos conocidos tenían dos características comunes:
enseñaban religión y mantenían las tradiciones del pueblo. En el antiguo Egipto, las
escuelas de los templos enseñaban religión, pero también los principios de la escritura,
ciencias, matemáticas y arquitectura.
Durante toda la Edad Media las ideas del escolasticismo se impusieron en el ambiente
educativo de Europa Occidental. El escolasticismo usaba la lógica para reconciliar la
<teología cristiana con los conceptos filosóficos de Aristóteles. Un profesor relevante del
escolasticismo fue el eclesiástico Anselmo de Canterbury, quien, como Platón, defendía
que solamente las ideas eran reales.
Los bebés no necesitan trabajar para vivir, pero si jugar, el juego es su trabajo profesional
del que depende su desarrollo total por medio de esta estimulación temprana de sus
sentidos, algo de importancia vital para su futura vida física y espiritual. Los niños juegan
de acuerdo con sus posibilidades y en forma limitada, balbuceando, haciendo burbujas con
la saliva, moviendo manos y pies. Con el tiempo se va perfeccionando hasta llegar a hablar
o a coger y tirar cosas con las manos. El tacto la vista y el oído son partes del cuerpo
humano qué precisan de una paciente y sabía labor de educación. Los juegos sensoriales
son muy recomendables porque ayudan notablemente al temprano desarrollo general del
pequeño.
Las conductas dentro el juego, se pueden resumir básicamente en ese entusiasmo, sorpresa
y drama sin conciencia del tiempo. No existe el sentido de lo que esta correcto o incorrecto,
pertenece al uso natural que el niño hace de su cuerpo. El niño está jugando cuando, con
sus manos, se impresiona con las cosas en su alrededor, hace que el lodo tome forma, crea
con cubos líneas o solo amontonándolos, junta y separa cosas. Hay un placer y satisfacción
en lo que las manos pueden hacer con el mundo físico.
Los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo del niño, pues allí logra
pautas de aprendizaje, actitudes y cierto sentido sobre sí mismo. Este aprendizaje se va
dando a medida que el niño intercambia con el ambiente; inicialmente con la mamá, papá,
hermanos, etc., y así progresivamente con el resto de sus familiares directos, indirectos o
amigos. Tocar, sentir, manipular, ver, saborear, escuchar en síntesis toda forma de percibir
el entorno es una base para la reproducción artística para los niños.
La primera expresión ocurre muy temprano, que es la expresión vocal. El primer registro
gráfico de los niños, toma forma de garabato y ocurre alrededor de los 18 meses de edad.
Este primer trazo es un paso muy importante en su desarrollo, marca el comienzo de la
expresión, el que progresivamente no solo lo llevará al dibujo y a la pintura, sino también a
la palabra escrita.
Por medio de los dibujos el niño logra expresar su estado psicológico y bienestar
emocional, es además un medio de socialización con los demás y sirve también por cuanto
permite desarrollar la motricidad fina, es decir, aquella que se relaciona con el movimiento
de los dedos, lo cual facilita los procesos posteriores de la escritura. A través del dibujo de
los niños, los mismos pueden decir lo que sienten, ya que éste les permite hacer relación
entre su mundo interno y su mundo exterior.
Generalmente los padres son los primeros personajes en ser plasmados y en dependencia en
como ellos sientan su afecto, lo pueden pintar muy grande, o simplemente hacer una raya;
un punto también puede representar un avión o cualquier otra cosa. Los padres deben
respetar y mostrar interés por sus primeros dibujos, preguntarles qué es lo que hacen o
pintan, así los niños se dan cuenta de que lo que pintan representa algo real.
Casi siempre los niños tienen la percepción de que han hecho algo importante y por eso
obsequian sus garabatos con orgullo a quienes son parte de su corazón (padres, abuelos,
hermanos, etc.). La forma en que esos primeros trazos sean recibidos influirá notablemente
en el desarrollo posterior del niño.
Los primeros dibujos que un niño hace a los que se considera como pintura, no son eventos
casuales. Ellos forman parte de su experiencia en expresión, en la que ciertos aspectos que
se plasman, son de especial importancia para él.
Primero las pinturas constituyen un descubrimiento, tales como fueron las primeras sonrisas
por lo tanto le no está preparado para lo que descubre y puede hacer.
A esta edad los niños pueden asir un crayón con la firmeza suficiente como para hacer
rayas en un papel la acción muscular implícita es una gran acción en el brazo ya que el niño
actúa como un todo, usualmente desde el hombro, ocasionalmente desde el codo. El niño
agarra firmemente su crayón con los cuatro dedos y con el dedo índice, coloca la palma de
su mano ya sea sobre el ángulo derecho o en forma paralela al papel. A esta edad también
agitan su cabeza vigorosamente o sus piernas se balancean sincronizada mente debajo del
pupitre es común escuchar un ritmo vocal como acompañamiento.
A los dos anos todavía alternan frecuentemente el uso de sus manos en las cosas que hace,
pues no tiene todavía establecidas las funciones definitivas para cada mano ya que la mano
que se utiliza para dibujar no es necesariamente la que se emplea para tener firme el papel.
En otras ocasiones, puede usar los crayones fuertemente con ambas manos en forma
simultánea no obstante que la mayor parte del tiempo no sigue con sus ojos lo que hace la
mano. Ocasionalmente, se mete el crayón a la boca, o se pinta la cara y el cuello con él. Los
dibujos realizados son generalmente débiles, pocos variados, sin forma, y desordenados.
Son más bien registros casuales de una acción exploratoria, más que producto de una
acción coordinada de un tipo de actividades determinadas
*Los dibujos entre los dos y los dos años y medio de edad: el control
A esta edad las líneas ya no se concentran en las esquinas. La totalidad de las hoja se
utiliza como área, y por lo tanto, con un dibujo más atrevido las líneas tienden a esparcirse
hacia las orillas, y hay muchas instancias en las que el borde del papel se considera como la
frontera limite del dibujo.
Durante este periodo, el niño ejerce un mayor control de lo que previamente ha aprendido a
hacer, sino que también al interés de dibujar se agrega la experimentación continua de una
variedad de líneas ya que esto es muy común. La acción repetitiva supera el punto de
desarrollo y el niño aprende a suspender una acción a pesar de que se había iniciado bien.
El niño no tiene el suficiente control para hacer un espacio deliberado, pero esto no le
impide recibir la influencia de la ocurrencia, lo incidental, cualquiera que esta sea. El
desarrollo del dibujo del niño parece proceder no solo de las motivaciones que el sienta a
hacer algo, sino también de las impresiones que obtiene., visualmente de los resultados de
sus acciones. Esto es similar al des arrollo del habla.
Las observaciones del niño en esta etapa muestran cambios que son paralelos a aquellos
registrados en sus dibujos terminados. Usa menos cuerpo. la gama de su cuerpo se vuelve
más restringida. La fuerza de sus acciones dibujantes se desplaza a la muñeca. A un agarra
el crayón entre sus cuatro dedos y el pulgar pero rara vez coloca su muñeca en posición de
ángulo recto a la mesa.
*El dibujo entre los dos y medio y tres anos de edad: la técnica
Estos seis meses siguientes del dibujo del niño se caracterizan por el surgimiento e las
figuras y de las formas. La línea simple de un dibujo , que implica una coordinación de ojo
y mano, se encuentra a menudo repetida en un papel, dando la impresión de línea paralelas,
gradualmente el niño adquiere la destreza para cerrar un espacio, iniciando una línea en un
punto , y lenta y deliberadamente trazando a su alrededor hasta llegar aproximadamente al
punto en que empezó.
Las actitudes hacia el dibujo: los tres años frente a los dos años de edad
El niño mayor, que siente deseos de dibujar, solicita los materiales o los toma el mismo. Se
va directamente a la mesa, se sienta, acomoda le papel y los crayones y empieza a dibujar.
Su cuerpo es un conjunto, está solo en postura activa, no públicamente sensible. Observa su
dibujo conforme lo hace, usa una mano o la otra mano que le queda libre. Después de
algunos minutos de estar dedicado al dibujo, se detiene y revisa, después platica y sigue
dibujado. Su interés en lo que está haciendo es lo suficiente fuerte para que las
distracciones o lo des involucren completamente del dibujo.
La reacción del niño ante su propio dibujo, atraviesa también por un camino acentuado en
el intervalo entre el segundo y tercer cumpleaños. Las frases de la actividad que e interesa
cambian, en etapas sucesivas, tal como ocurre con su destreza. Los crayones y los papeles
no son juguetes que se desechen, se gasten en la operación en una etapa definida, en otras
palabras, si se les bridan al niño los mismos materiales en las etapas sucesivas, el uso de
ellos reflejara su maduración gradual a lo largo de varios aspectos.
Cerca del tercer aniversario, el niño muestra una clara relación personal con lo que dibuja.
”Mira lo q he hecho” se escucha en un grupo de niños de tres años que están dibujando. Un
año antes, la escritura de sus nombres en los dibujos era totalmente ignorado, el interés del
niño en ese tiempo era jugar.
Es también a la edad de tres años, que como se mencionó anteriormente, el niño establece
una conexión entre sus crayones de dibujo y las pinturas que ve en sus libros. Esto pone en
manifiesto que en la sugerencia de los nombres y parece indicar que el niño siente que sus
dibujos y las pinturas que él ha visto, de alguna manera, pertenecen a la misma clase.
El lugar del dibujo dentro del esquema del crecimiento general
Lo que le sucede al niño entre su segundo y tercer cumpleaños en el desarrollo del dibujo,
se encuentra estrechamente relacionado con lo que sabemos que ocurre en su crecimiento
general. Durante este periodo muestra un control progresivo en la eliminación de las
motivaciones al azar. Sus respuestas motoras se tornan más exitosamente dirigidas.
A la edad de tres años, puede conducirse entre objetos a su alrededor mientras corre, puede
subirse a las escaleras sin ayuda y puede comer derramando pocas cosas. Ciertas partes de
su cuerpo atienden a funciones más especializadas. Corre más con sus piernas y menos con
el movimiento general de su cuerpo. Lo que hace con una mano es frecuentemente menos
duplicado por el movimiento automático e la otra.
Dentro de cada actividad en la que toma parte existen señales crecientes de una
organización avanzada o, en otras palabras, un patrón más armónico de las actitudes
involucradas. Por ejemplo, cuando construye con cubos, disminuye la importancia de tirar,
remolcar y empujar los cubos. En vez de esto, usa los cubos constructivamente,
colocándoles a un lado, arriba, uno con otro, en una gran variedad de formas.
No hace solamente algo, está descubriendo varias formas de hacer las cosas, y al hacerlo, se
vuelve menos distraído, menos susceptible a las influencias externas. Cuando empieza una
actividad hay un mayor potencial de “llevarla acabo” de lo que hay en su segundo
cumpleaños. Por el contrario, el niño de dos años, da la impresión de pasa agradablemente
de una cosa a otra, atendiendo con más o menos el mismo interés a la variedad de estímulos
a su alrededor. Su comportamiento, es un conjunto es menos repetitivo a los tres años, de lo
que era a los dos. Esto es cierto respecto a su habla y a las actividades constructivas y al
dibujo.
El niño pasa de la manipulación de los materiales a un uso expresivo. El niño de tres años
ha entrado en la etapa de ver sus materiales en relación con los eventos significativos de su
vida cotidiana.
El dibujo entre los tres años de edad y los tres años y medio: el diseño
En estos dibujos observamos una consideración persistente para usar el papel como un área.
Este lejano el tiempo en que los primeros rayones del niño estaban dispersos por todos
lados, ahora la superficie total sirve como un terreno unificado para dibujar, cada línea
donde dibuja construye al efecto total del dibujo. El niño ha progresado hasta tal punto que
su interés ya no solo radica en los espacios cerrados, sino también colocarlos en forma
organizada dentro del área.
Actitudes hacia el dibujo: los cuatro años frente a los tres años de edad
En el ano tercer y el cuarto cumpleaños no se presenta una actitud nueva, sino también un
fortalecimiento de la que surgió a los tres. A los tres años, el dibujo surge como un flujo de
actitudes informes. A los cuatro, el niño ha llegado a considerarlo como una de las varias
actitudes definidas, que están abiertas a su elección. El hecho de que el dibujo se convierta
en una técnica, con una variedad de posibilidades bajo su dominio, afecta su actitud. El
empieza con la seguridad de que tendrá algo cuando haya terminado, algo que tiene un gran
valor ante sus ojos. Su repetida petición para llevar los dibujos a sus padres, o su
generosidad ocasional cuando los ofrece a otro niño son evidencias amplias de este valor
personal.
En esta etapa aparece una gran variación entre los niños en lo individual. Muestran diversos
grados de destreza y de diferencias acentuadas en la forma en que se desarrollan esta
destreza. Las preferencias o la falta de inclinación respecto al dibujo se manifiesta en esta
etapa. Sin embargo, no hay bases para asumir que estos sentimientos perduraran en todos
los niños.
Se señaló que, sobre la base de estas características, muchos escritores sostienen el punto de
vista de que los primeros dibujos de los niños son esencialmente esquemáticos, es decir,
que las relaciones de espacio y de proporción, por ejemplo, no son consistentes con el
objeto que se dibuja. También sostienen que los esquemas de esta etapa pueden explicarse
por el hecho de que le niño dibuja mentalmente, y por lo tanto, describe no como son los
objetos sino sobre lo que ellos conocen. De acuerdo con este punto de vista, la mayor
atención del niño a los detalle y a la ubicación, la representación gráfica más precisa de
factores tales como la proporción y la respectiva, y el logro exitoso de dibujos reales
constituyen su progreso.
Los niños utilizan su experiencia para encontrar nombres apropiados a sus dibujos
sencillos, es una tendencia poco común, producen dibujos representativos sin modificar, en
forma alguna, su técnica previa. Usualmente se encuentra entre los niños que muestran
poca facilidad para usar el dibujo como una forma de expresión, pero cuyas ideas tienen
alto contenido y cuya expresión verbal es libre.
Los dibujos de esta clase, muestran en su conjunto, una pobreza en la técnica de las líneas y
los espacios. Estos aparecen en otra clase de dibujos representativos, en el trabajo de un
determinado niño, sin importar la destreza alcanzada durante la etapa de diseño. Los
espacios usados son de tipo muy simple, líneas simples cercadas, de forma redonda o
cuadrada.
El niño manifiesta otra inmadurez en su forma de expresión, tales como a menudo se dice
que existen en un niño que enfrente una nueva situación. Al dibujar en esta etapa, su nueva
situación consiste en el uso de los crayones para hacer no un dibujo sino una pintura.
Pinturas que dependen de la semejanza de la masa total
Esta clase de pinturas puede ser contrastante con la clase previa e que la técnica línea-
espacio se usa menos rígidamente y es más adaptable a los propósitos del niño en ese
momento.
En la primera clase el niño usualmente empieza con un espacio principal, al cual le añade,
adentro o fuera de sus bordes, los detalles característicos que se le ocurren. Pero, en la
segunda clase, existe una composición de espacios la que desde el principio hasta el fin del
dibujo se conserva dentro del compás de su idea representativa.
Psicológicamente, esto implica la habilidad para controlar una seria de pasos encaminados
a obtener un producto final definitivo.
Al considerar la historia del desarrollo del dibujo del niño, previo a sus pinturas, se observó
que su progreso es regular, que hay una incorporación permanente de sus primeros logros
dentro de los posteriores de tal suerte que se da una secuencia integral del desarrollo.
A la luz de estas observaciones, parece que las primeras representaciones del niño son
completamente mentales, o que progresa regularmente de una pintura realista a una
esquemática. Por el contrario, parece que para una representación as completa de las
primeras representaciones, en necesario considera las fuentes que el niño ha desarrollado
durante su experiencia pre-representativa.
Los materiales se necesitan en los procesos simbólicos: empezar por el principio y estudiar
la forma en que se usan los materiales, mirar dónde, cuándo, y cómo una manera dada de
usar las herramientas supera la etapa de realizar los ejercicios elaborados, cuándo empieza a
servir como un medio para un propósito cualitativamente diferente: para referirse a algunos
recuerdos de la experiencia.
Un niño dibuja lo que conoce, no lo que ve, y que, por lo tanto, los dibujos son indicadores
del coeficiente intelectual. Las actividades pre-simbólicas tienen una historia del desarrollo
y que la simbolización cuando aparece, es en forma continua con ella. También, el ser
conscientes que los niños usan la variedad de técnicas en la etapa pre-simbólica lo hace a
uno más sensible a la variación de las formas de simbolización, cuando estas emergen.
El dibujo y el razonamiento
En el caso del dibujo de los niños, se han aplicado diferentes perspectivas teóricas que
parecen completarse una a otra, cada una se requiere como una parte del conjunto cuando
llega el momento de derivar las implicaciones para los procedimientos educativos. Según
un estudio de los primeros dibujos realizados por Nancy Smith analiza que hasta la
adolescencia, la pintura, como cualquier otra forma de simbolización se encuentra
relacionada con los procesos del razonamiento básico.
Desde esta perspectiva se puede ver a las personas de los primeros dibujos (el círculo con
los rasgos como piernas y a unos cuantos círculos como las facciones faciales) como un
razonamiento holístico; esto es una persona, no un niño ni una niña, pequeña o grande, si
usamos un esquema holístico para describirla. El dibujo del niño se compone con lo que
conoce y con lo que puede hacer con el conocimiento de sus habilidades gráficas y los
patrones que tiene disponibles a partir de una experiencia pre-simbólica.
Los dibujos de dos niños, colocados uno al lado del otro, nunca se asemejan. Las
diferencias cualitativas son sorprendentes, refrescantes e informativas. Sus habilidades
gráficas son un factor limitante; él sabe que hay una discrepancia entre su imagen y los
detalles reales del objeto. Si bien Smith reconoce y describe la forma en que el afecto
contribuye a las diferencias cualitativas con los dibujos de los niños y, de hecho, hace un
llamado casi brevemente para una síntesis de la interpretación cognoscitiva y afectiva, su
contribución se sostiene como una explicación, primeramente en términos de la teoría
cognoscitiva de una secuencia del desarrollo que otros solamente han descrito.
En Shapiro (1975) ella describe: “Los impulsos que surgen, y las emociones que se
expresan en el trabajo creativo están mediados por los procesos cognoscitivos que
determinan su forma y las posibilidades para su expresión para un medio determinado”.
Esta perspectiva se expresa en su descripción de las etapas sucesivas del desarrollo. Es
hasta la edad aproximadamente de un año y medio y dos años que el uso de crayones
muestra el surgimiento de la simbolización y el curso es incierto mientras el niño no tiene
clara la diferencia entre la realidad y la representación.
El cambio psicológico ocurre cuando las formas, las partes, los modelos se usan con la
finalidad de satisfacer las representaciones deseadas. Lo que los niños producen en forma
representativa no puede considerarse como paralelo al nivel de su diferenciación conceptual
o de expresión realista de la perplejidad emocional.
Las garrapateadas iniciales fortuitas, son procesos motores que se relacionan con la falta de
conciencia de las barreras que distinguen el yo de las demás. Los autores relacionan este
proceso con un nuevo período psicológico en el que los niños adquieren placer en el
funcionamiento autónomo, están contentos de estar “separados”, y empiezan a confiar en
sus auto-controles propios.
El desarrollo posterior implica una mayor integración en un nivel más alto, un proceso
continuo en el que la subdivisión de alternan dialécticamente. Arnheim equipará esta
interpretación de la secuencia del desarrollo con la transición en la concepción de la ciencia
y la filosofía que se desplazo de un “pensamiento atomista para interpretar los fenómenos
naturales, mediante interrelaciones entre elementos constantes, hasta la concepción de
procesos integrales”.
En dos estudios muy completos de los dibujos de los niños Dileo (1979, 1977). En sus
términos, el niño hace una representación, no una copia, un concepto que parece muy
similar al “substituto funcional” de Smith. El niño conoce más de lo que dibuja; sus dibujos
constituyen una representación gráfica de lo que su técnica le permite decir sobre lo que él
sabe. Los primeros dibujos al igual que el pensamiento infantil, es subjetivo, describe lo
conocido, no lo visto y es también una expresión inconsciente.
DiLeo considera a la representación gráfica como una expresión del realismo interno: no
sólo lo que se encuentra presente en la conciencia de un determinado momento en cuanto al
contenido se refiere, sino también como una expresión inconsciente de los elementos
emocionales subyacente, y su consistencia cualitativa con las características básicas de la
personalidad. Considera el dibujo que es hecho con una presión firme y con rayas continuas
como pertenecientes a un niño seguro, en contraste con el dibujo, restringido de líneas
suaves, como producto de un niño inseguro.
Más específicamente, adopta una perspectiva clínica y analiza los dibujos de los niños en
términos de los significados proyectados: la figura sin brazos la toma como indicador de
ansiedad, la casa sin ventanas y con gente, dibujado como un niño que vive en un centro
residencial, el niño de cuatro años, activo y social cuyas figuras tienen muchos dedos y
nueve piernas.
La excelencia del diagnóstico en el dibujo, como en otros terrenos depende, desde luego,
del insight conocible en la subestructura del desarrollo dntro del cual las desviaciones
tienen importancia.
El curso básico del desarrollo en el dibujo es familiar: de las rayas hechas al azar en forma
motora, a las formas geométricas de modelos intrincados, los que Gardner describe como
estableciendo un “vocabulario de líneas y formas”.
Al igual que en otras áreas del desarrollo, la secuencia de las etapas con imágenes de
complejidad creciente es un concepto generalizado muy útil, pero que sólo corresponde
someramente al curso del desarrollo de un niño individual, y que se encuentra influenciado
por la personalidad y los valores diferentes del ambiente adulto, (Shapiro y Wallace, 1981).
La madurez no es un desplazamiento claro de las formas y habilidades iniciales, sino más
bien, un surgimiento gradual de una gran variedad de habilidades disponibles para el ánimo
y el significado intencional de la madurez pintor infantil.
El papel de la enseñanza
Principalmente, significa permitir que el niño siga su esencia natural: aceptar el ritmo que
él opta para la representación cuando es pequeño, así como la forma en que llega a
interesarse en describir la perspectiva en las etapas posteriores.
Un maestro
Se describe con una ilustración abreviada del capítulo sobre “Learning to see”:
“No puedo dibujar un árbol. Hazlo por mi”, dice un niño. Luego continúa con una discusión
sobre que no hay una sola forma de dibujar un árbol; después, un tiempo para ver a través
de la venta y platicar lo que cada quién vio como un árbol; un paseo fuera de la escuela
para tocar un tronco, caminar a su alrededor, para recoger las hojas y las ramas caídas; y
más tarde un tiempo para pintar y mirar a cada uno de sus árboles. Para que los niños vean
sus productos “Guau, de seguro son diferentes”.
Conclusiones
• Los juegos marcan las etapas de crecimiento del ser humano: infancia, adolescencia
y edad adulta. Nacemos con la necesidad de jugar y es a la misma vezun tiempo
para aprender.
• Los niños necesitan un guía, alguien que les enseñe otro diferente punto de vista de
la vida real y que pueda formar el hábito en ellos.
Anexo
Etapas Edad Características
Inteligencia Desde el La conducta del infante es
sensorio motriz nacimiento hasta esencialmente motora. El infante
los 2 años pasa de realizar movimientos
reflejos inconexos al
comportamiento coordinado, pero
aproximadamente. aún carece de la formación de
ideas para operar con símbolos, ni
piensa mediante conceptos.
El niño es capaz ya de formar y
manejar símbolos, pero aún
Desde los 2 años fracasa en el intento de operar
Pensamiento pre
hasta los 7 años lógicamente con ellos, se inician
operacional
aproximadamente los juegos simbólicos, dibujos,
imágenes mentales y el desarrollo
del lenguaje hablado.
Comienza a ser capaz de manejar
las operaciones lógicas
Operaciones De los 7 a los 11 esenciales, pero siempre que los
intelectuales años elementos con los que se realicen
concretas aproximadamente sean concretos. En el aspecto
social, el niño ahora se convierte
en un ser verdaderamente social.
Los niños o adolescentes se
caracterizan por su capacidad de
Desde los 12 años desarrollar hipótesis y deducir
en adelante, nuevos conceptos, manejando
aunque como representaciones simbólicas
Operaciones Piaget determinó, abstractas sin referentes reales,
formales o la escolarización con las que realiza correctamente
abstractas puede adelantar operaciones lógicas. Desarrolla
este momento sentimientos idealistas y se logra
hasta los 10 años formación continua de la
incluso. personalidad, hay un mayor
desarrollo de los conceptos
morales.