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EL CUERPO VITAL O ETÉRICO

El cuerpo físico vital o etérico; después del cuerpo denso, es el más antiguo de los cuerpos que poseemos, pues su
germen original fue dado por Jerarquías Creadoras como los Señores de la Sabiduría de Virgo o Dominaciones,
durante el Período Solar. En el Período Lunar; en la segunda revolución o Solar, el cuerpo físico etérico fue
modificado por los Señores de la Individualidad de Libra o Virtudes, para hacerlo capaz de ser ínter-penetrado por
un germinal cuerpo astral y pudiera ajustarse por sí mismo, al por nacer sistema: Nervioso, muscular, óseo, etc.
Durante el Período Terrestre, en la segunda revolución Solar, el cuerpo
etérico fue nuevamente reconstruido por los Señores de la
Individualidad de Escorpio o Potestades y por los Ángeles de Acuario,
para reorganizarlo y para que pudiera ajustarse a una mente germinal.
En tal periodo, el cuerpo etérico ya estaba formado más en apariencia
con el cuerpo físico denso; siendo su organización, la que seguía en
eficiencia al cuerpo denso. Otra reconstrucción ulterior se efectuó
durante la Época Hiperbórea, en el actual Período Terrestre, cuando
aparecieron las Potestades con los Ángeles (La humanidad del periodo
Lunar), para vestir el cuerpo denso del ser humano (Que parecía un saco
o bolsa), con un cuerpo etérico. Aquellos cuerpos hinchados
comenzaron a crecer en tamaño; absorbiendo materia del exterior por
ósmosis (Se basa en la búsqueda del equilibrio, cuando se mezclan dos
fluidos con diferentes concentraciones de sólidos disueltos, para que la
concentración sea uniforme. Si los fluidos están separados por una
membrana permeable, el fluido que se moverá a través de la membrana será el de menor concentración, para
mezclarse con el fluido de mayor concentración). Lo anterior demuestra, la constante y magnánima colaboración
de las Jerarquías Creadoras, en pro de la evolución humana. Seres Exaltados; que si bien son invisibles a nuestros
ojos, constituyen importantes factores en todos los asuntos de la vida. Ya que han ayudado y continúan ayudando a
la humanidad, para propulsar al máximo grado la eficacia y el desarrollo de sus poderes espirituales.

El cuerpo etérico; el cual básicamente radica en el bazo y en los centros huecos de los átomos del cuerpo denso,
está formado por átomos, puntos o prismas que miran en todas las direcciones dentro del cuerpo físico denso.
Por lo que cada puntito o prisma etérico, al pasar por el centro de un átomo del cuerpo físico denso lo vitaliza y
lo hace vibrar más intensamente. Debemos imaginarnos los átomos del cuerpo físico denso como una canasta
en forma de pera; similar a la Tierra, con paredes de alambre curvado en espiral corriendo oblicuamente desde
arriba hacia abajo. El átomo prismático del cuerpo etérico se encaja en
la parte más ancha o superior, que corresponde al polo positivo, para
bajar hasta el fondo de la canasta llamado polo negativo. Así, el átomo
físico denso es interpenetrado enteramente por el prisma etérico que lo
lleva a oscilar, expandirse o contraerse. Esto sugiere, que el prisma
etérico es parte del núcleo atómico (Neutrón y protón); mientras que la
canasta de alambre sería, los senderos en espiral constituidos por
electrones, viajando en vórtices magnéticos determinados por el éter
vital del cuerpo etérico. Se requiere notar, que el átomo del cuerpo
físico denso no tiene forma de disco sino la del globo terrestre, con la
parte superior o polo norte positivo; y la inferior, en el polo sur o
negativo. Los prismas etéricos se expanden cuando la fuerza del éter
vital corre a través del átomo físico denso; y se contraen por cansancio,
obligando al Ego a salirse en lo que llamamos el sueño. Cada átomo del cuerpo físico denso, tiene una película
o cubierta de éter luminoso y reflector; para formar en conjunto, una envoltura o aura. Por lo que a medida que
el Ego evoluciona, atraerá más átomos lumínicos y reflectores del Cósmos, acrecentando el aura de cada átomo
denso hasta que llegue el punto de que todo el cuerpo denso queda imbuido de una amplísima aura, con
especiales propiedades y poderes: “El Dorado Vestido de Bodas del Iniciado” o “El Cuerpo Del Alma”.
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La Escuela Espiritual de Occidente enseña; como máxima fundamental, que “todo desenvolvimiento oculto
comienza siempre con el cuerpo físico etérico”. Cuya parte está formada por los éteres superiores (El éter
luminoso y el reflector) o cuerpo anímico, que está más estrechamente vinculado con el cuerpo de deseos o
astral (Por el éter luminoso) y con la mente (Por el éter reflector). Además, el cuerpo anímico, es más
obediente a los impulsos del Ego que los restantes éteres o éteres
inferiores (El éter químico y vital). El cuerpo anímico, es el vehículo
del intelecto o de la mente; y de todo aquello que convierte a una
persona, en un ser humano. Por lo que todas nuestras observaciones,
aspiraciones, carácter, etc., se deben a la obra del Ego en los éteres
superiores o cuerpo anímico. El cual se va tornando más o menos
refulgente, según la naturaleza espiritual de nuestro carácter y
hábitos. Y de la misma manera en que el cuerpo físico denso asimila
partículas de alimentos para transformarlas en hueso, carne y sangre;
igual hace los éteres superiores cuando absorben las buenas obras,
que aumentan el volumen del cuerpo anímico. Los éteres superiores
son los conductores de la conciencia y de la memoria; y en una
persona corriente están un tanto atenuados, dado a que no han sido
nutridos por el amor y el altruismo para que tomen una forma definida. Por lo que según sean nuestras obras
en la vida presente, aumentamos o disminuimos lo que trajimos al nacer. Por tal motivo, la Doctrina
Occidental de la Ciencia Espiritual dice, que todo desenvolvimiento espiritual debe comenzar con el cuerpo
físico etérico.

Pero en la actual etapa de la evolución, cada persona tiene cierta cantidad de éteres superiores que son los vehículos
de la percepción sensorial y de la memoria; entremezclados, en su cuerpo físico etérico. Por lo que se podría decir
que el éter químico corresponde a los sólidos, el vital a los líquidos, el luminoso a los gases; y el reflector, a lo que
llamaríamos hiperetérico: Que es una materia vacua de color azulado, que se parece al centro azulado de una llama
de gas. Aunque se presenta como si fuera transparente y pareciera revelar muchas cosas; en realidad, oculta todos
los secretos de la Naturaleza y de la humanidad. Los éteres superiores son de naturaleza exactamente opuesta a la
de los átomos etéricos prismáticos, inferiores o estacionarios. Dado a que son muy volátiles y migratorios; pues sea
cual fuere la cantidad que el ser humano posea de éteres superiores, siempre es por la cosecha de las experiencias
de su vida. Dentro del cuerpo físico denso, los éteres superiores se
mezclan con la sangre; y cuando han ido creciendo por el servicio y
el sacrificio al prójimo, no pueden ser contenidos por el cuerpo físico
denso, por lo que se los puede ver fuera del cuerpo denso con un
coloreado de oro y azul.

El azul, es lo que muestra el tipo más elevado de espiritualidad, por


cuyo motivo suele ser el más pequeño en volumen y puede
comparase al corazón azul, de la llama del gas. En cambio el color
dorado forma la parte mayor; que correspondería a la parte amarilla
que rodea al centro azul, de la llama de gas. El color azul no aparece
fuera del cuerpo físico denso más que en las personas de
extraordinaria espiritualidad; por lo que normalmente se observa, el
color amarillo. Al producirse la muerte, esta parte del cuerpo etérico
o el cuerpo del alma se graba en el cuerpo astral, con todo el panorama de la vida que terminó. Entonces, se
imprime en el átomo simiente la quintaesencia de toda la experiencia de la vida como conciencia o virtud; que es lo
que inducirá a evitar el mal y a realizar el bien, en las próximas encarnaciones. De esta manera, la calidad del
átomo simiente varía de vida en vida. Colateralmente, la quintaesencia del bien extraído de los átomos superiores
del cuerpo etérico correspondientes a la vida pasada, es la que determina la calidad de los átomos prismáticos,
estacionarios o inferiores de la vida siguiente. O sea, lo más elevado en una vida (El cuerpo anímico o del alma); se
conviene, en lo más bajó de la siguiente reencarnación. Y es así, como gradualmente vamos trepando por la escala
de la Evolución, hacia la Divinidad.
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Durante el proceso de renacimiento, cuando el Ego está bajando por entre la región del pensamiento concreto
(Segundo cielo), por el mundo astral (Primer cielo) y la región etérica (Del Mundo Físico), va juntando cierta
cantidad de materia mental, astral y etérica, de cada una de dichas regiones y mundos. Materia cuya cantidad
y calidad estará determinada por el átomo simiente; basándose en el principio de que lo semejante, se atrae.
Consecuentemente, la apropiada o inapropiada formación de todos nuestros cuerpos depende, del arquetipo
(Mental, de los sentimientos o astral, de la vitalidad o etérico y de las formas o denso) que hayamos
construido para nosotros mismos en el segundo cielo, en vidas anteriores. Por lo que la suma total de átomos
etéricos prismáticos o de éteres inferiores que haya reunido el Ego en torno a él, es lo que usará algún
espíritu, los Ángeles Registradores o sus asistentes, para construir un
cuerpo etérico; que será la matriz del cuerpo físico denso visible, en el
recién nacido. Adicionalmente, sólo una pequeña parte del éter que ha
reunido el Ego es usado en el nacimiento; pues el resto del cuerpo
etérico del infante, queda temporalmente fuera del cuerpo físico denso
como reserva. Ése es el motivo por el cual, el cuerpo etérico de los
infantes sobresale muchísimo más de la periferia del cuerpo físico
denso, que el del adulto. Sin embargo, durante el período del
crecimiento, tal reserva de átomos del cuerpo etérico es absorbida para
vitalizar los crecimientos corporales hasta la madurez (28 años), donde
el cuerpo etérico apenas sobresale más o menos 2,54 cm. fuera del
cuerpo físico denso. Lo que antecede demuestra, que el cuerpo etérico es
un vehículo de hábitos. Todos los padres saben que durante los primeros
7 años; es el período en el que se gesta el cuerpo etérico y en el que los niños, van formando sus hábitos. La
repetición, es la clave del cuerpo etérico; y los buenos o malos hábitos dependen, de dicha repetición. Con el
cuerpo astral no sucede lo mismo, pues el vehículo de los sentimientos y emociones está siempre cambiando
de un momento a otro. Y aunque hemos dicho que el éter que forma nuestro cuerpo anímico está en
movimiento constante y se mezcla con la corriente de la sangre, tal movimiento es relativamente lento
comparado con la rapidez de las corrientes del cuerpo astral. Podríamos decir que el cuerpo anímico o de los
éteres superiores se mueve con la velocidad del caracol; comparándolo, con la velocidad de la luz a la que se
movería el cuerpo astral.

Por otra parte, la ciencia ha demostrado que los átomos del cuerpo físico denso cambian constantemente. De
tal manera que toda la materia del cuerpo denso, poco a poco desaparece con los años; pese a que las
cicatrices y otras manchas se conservan, desde la infancia hasta la ancianidad. La razón de ello obedece, a
que los átomos de los éteres inferiores permanecen sin cambio
alguno desde el nacimiento, hasta la muerte. Los átomos etéricos;
que hacen vibrar a los átomos físicos de los dedos de los pies o de
las manos; por ejemplo, no cambian de posición ni se van a otras
partes del cuerpo, permaneciendo en el mismo lugar en el que
fueron colocados al principio. Por lo que una lesión en los átomos
físicos; implica, una impresión similar en átomos de los éteres
inferiores. Herida que gracias a la función de los éteres químico y
vital se regenerará, con una nueva materia en el cuerpo físico denso
más o menos similar, a la que se tenía originalmente. Esto, sólo se
aplica a los átomos de los éteres inferiores de los sólidos y líquidos
del cuerpo físico denso, porque ellos asumen y conservan cierta
forma definida; y debido a que los éteres inferiores constituyen la
matriz, del cuerpo físico denso: Al estar cada molécula del cuerpo
físico denso sumergida en una red constituida por los éteres
inferiores, que impregna y llena de vida a toda molécula del cuerpo físico denso. Adicionalmente, es gracias
a los éteres inferiores que se producen las funciones corporales de respiración, circulación de la sangre, etc.;
por lo que la densidad y consistencia de los éteres inferiores determinan, una buena o mala salud.

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Los átomos de los éteres inferiores; reunidos en torno al átomo
simiente del plexo solar, tienen una forma prismática. Están todos
situados de tal forma, que cuando la energía solar entra por el bazo del
cuerpo físico denso, el rayo que se refracta es el rojo. Éste es el color
del aspecto del creador de la Trinidad; o sea Jehová, el Espíritu Santo,
regente de la Luna, el astro de la fecundación.

Por consiguiente, los fluidos vitales del Sol que penetran en el cuerpo
físico denso por el bazo, se tiñen con un ligero color rosa; que muchas
veces puede observarse circulando por los nervios, como si fuera
electricidad pasando por cables eléctricos. Tal carga sobre los éteres
inferiores son las vías de asimilación que preservan a la persona; y que
le permite la fecundación, para perpetuar la raza.

Hay dos fuerzas en la Naturaleza que reconocemos como existentes


en cada átomo: La fuerza positiva o masculina y la negativa o
femenina. Las polaridades son fuerzas que encontramos en las
plantas y en los minerales que se usan para generar electricidad: El
cobre, zinc, etc. El átomo, como el elemento más diminuto de la
materia, está cargado con tales fuerzas; y sin ellas, no podrían
mantenerse juntas las células y partículas. Así como la envoltura de
la Tierra tiene sus polos positivo y negativo en cada capa: Desde el
éter químico hasta el reflector. Capas conocidas como campos
magnéticos terrestres. Así también cada capa o nivel del cuerpo
etérico de toda persona, tiene sus polos negativo y positivo que se
manifiestan como polaridad opuesta en los dos sexos. Es más, las
polaridades operan en todo cuerpo, cuyos órganos tienen cada uno
un par de polos por lo menos y algunos más de uno (Como el
corazón), dentro de su campo magnético en el cuerpo etérico.

Por otra parte, aunque el hombre; con un cuerpo físico denso masculino pueda expresar lo positivo; sin
embargo, su cuerpo etérico negativo es el que permite que las células
del cuerpo físico denso, se mantengan juntas. De la misma manera la
mujer, que se expresa mediante su cuerpo físico denso negativo; el
cual está equilibrado gracias a que su cuerpo etérico, es positivo. En
este sentido, tenemos la clave de numerosos detalles de la vida; pues
la mujer, por ser positivo su cuerpo etérico, le crece más rápidamente
el cabello, puede dar a luz y también dar salida a sus emociones del
cuerpo astral, con el flujo periódico y las lágrimas o hemorragia
blanca. Dado a que la mujer genera un exceso de sangre que la
obliga a trabajar bajo una presión interna enorme, que rompería las
aberturas del cuerpo físico denso, si no hubiera una válvula de
seguridad como la menstruación y el llanto. El hombre puede tener;
y tiene, emociones tan fuertes como las de las mujeres, pero
generalmente logra suprimirlas sin lágrimas, porque su cuerpo
etérico negativo no genera más sangre que la que puede dominar fácilmente.

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El cuerpo físico denso durante la vida antenatal se forma, en la matriz del cuerpo etérico; y salvo por el
átomo simiente, el cuerpo físico etérico es una copia exacta (Molécula por molécula), del cuerpo denso. El
cuerpo etérico; es además ligeramente mayor, extendiéndose cerca de 2,54 cm. más allá de la periferia, del
cuerpo denso. El cuerpo físico etérico ínter-penetra al denso desde el nacimiento hasta la muerte bajo todas
las condiciones; excepto cuando la circulación de la sangre se detiene
en cierta parte del cuerpo, o cuando la persona muere. Durante el día,
el bazo absorbe el fluido vital del Sol; pero conforme avanza el día las
toxinas del disgregamiento, abruman al cuerpo denso más y más.

El fluido vital fluye por entre los átomos del cuerpo físico denso con
menos rapidez por la noche, hasta llegar un momento en el que el
cuerpo etérico no obtiene todo el fluido vivificador necesario. Lo que
conlleva a un debilitamiento de los átomos del cuerpo físico denso,
que se mueven más lenta y pesadamente; y el Ego, siente el cuerpo
pesado y cansado con la paralización del cuerpo físico etérico. Pues
las vibraciones del cuerpo denso se hacen tan pesadas; que el Ego, no
puede mover más su cuerpo denso, viéndose obligado a abandonarlo
para que se restaurare en el sueño. Cuando el cuerpo físico etérico abandona temporalmente el cuerpo denso;
como el caso de las personas que se han ahogado, que se desmayan o congelan y luego han reaccionado,
experimentan un dolor intenso o fuertes pinchazos o calambres, originado por la entrada de los puntos o
prismas etéricos en los átomos del cuerpo físico denso.

Por otra parte, la literatura esotérica menciona que el secreto de la


longevidad se halla, en la correcta asimilación de la energía solar por el
cuerpo etérico; siendo otros factores de suma importancia la
alimentación natural, los ejercicios físicos, la pureza de vida psíquica
(Astral y mental) y la fuerza de voluntad (Espíritu Divino) personal.

Ya que se ha comprobado que generalmente nos morimos; salvo por


accidente o enfermedad crónica, cuando nuestra voluntad deja de ser lo
suficientemente fuerte para hacernos vivir. Cuando alguien se enferma,
su cuerpo etérico se hace más tenue, alcanzando un determinado punto
de sutilidad en el que ya no le es posible soportar al cuerpo físico denso;
entonces, el cuerpo etérico comienza a sentir los síntomas de la
enfermedad.

El sueño; sin embargo, no es en manera alguna un estado inactivo, como se supone generalmente. Si así
fuera, no habría diferencia alguna en el cuerpo denso al despertar por
la mañana, por lo que el cansancio sería igualmente grande. Por el
contrario, el sueño es un período de intensa actividad; y cuanto más
amplia sea ésta actividad, tanto mayor es su valor. Pues durante el
sueño, se eliminan los venenos resultantes de los tejidos destruidos por
las actividades: Físicas del cuerpo denso, sentimentales y mentales del
día. Los tejidos; en el sueño, son reconstruidos para que el ritmo del
cuerpo denso se restablezca. Y cuanto más perfectamente se realiza el
sueño, tanto mayor es el beneficio que aporta. El mundo astral, es un
océano de sabiduría y de armonía, a donde el Ego lleva sus cuerpos
superiores (Astral y mental); cuando los cuerpos inferiores (Físico
denso y etérico) quedan dormidos. Allí; en el mundo astral, el primer
cuidado del Ego es la restauración del ritmo y armonía de los cuerpos
superiores. Tal restablecimiento se realiza gradualmente conforme las
armoniosas vibraciones del mundo astral fluyan, a través de los cuerpos mental y astral.
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Colateralmente, el principio fundamental para la construcción del cuerpo etérico es la repetición; dado a que
son las experiencias repetidas las que crean la memoria, en el polo
negativo, del éter reflector. Los Guías de la humanidad indicaron a la
oración, como medio de producir pensamientos elevados y puros, para
trabajar en el cuerpo etérico recomendando: "Orar sin cesar". Durante
toda la vida, el cuerpo etérico es el constructor y restaurador del cuerpo
físico denso, teniendo siempre la tendencia a ablandar y construir. Su
principa1 expresión se encuentra en la sangre y en las glándulas, así
como en el sistema nervioso simpático, comenzando a obtener un firme
asidero sobre el cuerpo de astral, cuando empecemos a iniciar el
desenvolvimiento del corazón, como músculo voluntario. La vida
superior (Iniciación espiritual); no comienza, hasta que empieza el
trabajo en el cuerpo etérico. Y el medio empleado para ponerlo en
actividad es el amor; o mejor dicho, el altruismo.

Cuando nos analizamos como seres humanos encontramos los cuatro


éteres: Químico, vital, luminoso y reflector. Estos cuatro éteres se
encuentran en toda persona en forma diferente y activa, en su bien
desarrollado cuerpo etérico. Mediante la actividad del éter químico, se
asimilan los alimentos para crecer; las fuerzas del éter de vida o vital
permiten propagar la especie; las energías del éter luminoso
proporcionan el calor al cuerpo, a la vez que operan en los nervios y
músculos, para abrir las puertas de comunicación con el mundo
exterior por los sentidos.

Y el éter reflector, permite que el Ego controle sus cuerpos mediante


el pensamiento o la acción mental. Colateralmente es el éter reflector,
es el que almacena las experiencias pasadas en forma de memoria.

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Alma: Es la quinta esencia de las experiencias adquiridas por los tres cuerpos inferiores del humano (Físico denso, físico
etérico y el astral). Por lo que mediante la auto-observación y la rectitud en el obrar (Del cuerpo físico denso), se
alcanza el alma consciente que nutre al Espíritu Divino. Por el discernimiento y el correcto razonar (Del cuerpo físico
etérico), se obtiene el alma intelectual; que alimenta, al Espíritu de Vida. Y por la devoción y elevados sentimientos (Del
cuerpo astral), se adquiere el alma emocional, que sustenta al Espíritu Humano. Esta quinta esencia; es gravada en la
mente y empleada por el Ego, como sustento.
Amor: Se mencionan en la mayoría de las doctrinas religiosas y trascendentes, que la causa de la creación de todos los seres fue
el Amor. Y por ello únicamente mediante la completa emancipación por el Amor, podrá la persona elevarse más allá de
la Ley y convertirse él mismo en una Ley. Habiéndose conquistado a sí mismo, conquistará entonces a todo el mundo.
Por ello el verdadero aspirante espiritual; será dentro de lo posible, la perfecta personificación del Amor, porque deberá
amar a todos con un corazón puro y ferviente, no odiará y despreciará a nadie, pues en cada rostro verá el rostro del
Amado, Dios, y en todo lo creado encontrará su huella.
Átomo Simiente: Conjunto de cuatro átomos (Físico denso, físico etérico, astral y mental concreto), que la persona lleva de una
encarnación a otra; y que son preservados tras la desintegración de los cuerpos en el Espíritu Humano (La Mente
Causal), antes de comenzar una nueva reencarnación. La finalidad de tales átomos es de servir de núcleo a los cuerpos:
de cada vida; preservando dentro de sí mismos como poderes vibratorios, los resultados de todas las experiencias
pasadas para incorporarlas como tendencias, en los futuros cuerpos de la nueva encarnación.
Auto-observación: Consiste en el empleo de los sentidos como medio de obtener informaciones correctas, respecto de los fenómenos que
ocurren a nuestro alrededor, viendo las cosas con claros y definidos contornos y en detalle. La auto-observación y la
acción correcta generan lo que se denomina el Alma Consciente.
Bazo: Es la llave de paso del cuerpo físico etérico, debido a que actúa durante el día como la entrada de las energías solares
especializadas por cada persona, que luego circulan por el cuerpo como fluidos vitales; sin los cuales, nadie podría vivir.
Cuando el cerebro lo exterioriza dicha energía vital; particularmente en grandes cantidades, por los diversos centros,
mueve los músculos a los que van los nervios.
Conciencia: Cualidad del Ego para reconocerse, cuando experimenta, percibe y valora los objetos, imágenes y sensaciones del medio
ambiente, que le son transmitidas por los sentidos y el cerebro.
Cordón Plateado: Cordón o hilo de materia del cuerpo físico etérico que conecta los cuerpos superiores (Astral y mental) a los inferiores o
el cuerpo físico, por medio del átomo simiente del corazón. Durante el estado de vigilia, cuando el Ego está funcionando
conscientemente en el mundo físico, sus diversos cuerpos concéntricamente ocupando el mismo espacio; pero por la
noche, cuando el cuerpo físico está durmiendo, se efectúa una separación. El Ego, envuelto en la mente y en el cuerpo
astral, sale del cuerpo físico que queda sobre el lecho. Los cueros superiores flotan sobre o muy cerca del cuerpo físico;
conectados por el Cordón Plateado, hilo finísimo y vibrante que tiene la forma de dos 6 unidos. Estando un extremo y el
otro en el centro del vórtice del cuerpo astral. Al producirse la muerte, el Cordón Plateado se rompe en el átomo-
simiente del corazón; para que las fuerzas de dicho átomo pasen por el nervio neumogástrico por medio del tercer
ventrículo del cerebro y de allí, al exterior por la sutura que hay entre los huesos occipital y parietal del cráneo,
siguiendo por el cordón plateado hasta los cuerpos superiores. Simultáneamente con tal ruptura, se desprende el cuerpo
etérico superior y se une a los cuerpos superiores que están flotando, sobre el cuerpo muerto. Allí permanece durante
unos 31/2 días. Entonces los cuerpos superiores se desprenden del cuerpo etérico superior, para que se desintegre

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sincrónicamente con el cuerpo físico denso en los casos ordinarios. En el momento de esta última separación, el Cordón
Plateado se rompe también por la mitad; y el Ego, queda libre de todo contacto con el mundo material. Durante el sueño
el Ego también se retira del cuerpo físico, pero el cuerpo etérico permanece con el cuerpo denso y el Cordón Plateado se
conserva intacto.
Corazón: El corazón; situado en la cavidad torácica, es un órgano musculoso y cónico cuya función es la principal del sistema
circulatorio. Funciona como una bomba, impulsando la sangre a todo el cuerpo. Su tamaño es un poco mayor que el
puño de su portador. El corazón está dividido en cuatro cavidades: Dos superiores, llamadas aurícula derecha (Atrio
derecho) y aurícula izquierda (Atrio izquierdo); y dos inferiores, llamadas ventrículo derecho y ventrículo izquierdo. El
corazón es un órgano muscular auto-controlado, una bomba aspirante e impelente, formado por dos bombas en paralelo
que trabajan al unísono para propulsar la sangre hacia todos los órganos del cuerpo. Las aurículas son cámaras de
recepción; que envían la sangre que reciben hacia los ventrículos, que funcionan como cámaras de expulsión. Por otra
parte, esotéricamente los tres centros considerados vitales y espirituales del cuerpo son: El cerebro, el corazón y el sexo.
El corazón tiene el privilegio de centrar y equilibrar las energías cerebrales y sexuales. El conocimiento del corazón,
conlleva incrementar la inteligencia y a la percepción directa de la luz inteligible. Esa luz del Verbo, es la luz irradiante
del Sol Espiritual, que es el verdadero corazón del mundo.
Cuerpo Del Alma: El cuerpo del alma, es uno de los vehículos o cuerpos del Ego. Está compuesto de los dos éteres superiores del cuerpo
etérico; es decir, del éter luminoso y el reflector. El cuerpo del alma se construye por medio de una vida de amor y
servicio a favor de la humanidad. Semejante vida no solamente atrae y purifica una gran parte de los éteres superiores,
sino que con el tiempo también tiene como efecto el que se produzca una división entre ellos y los dos éteres inferiores.
Después de haberse producido esta división; el cuerpo del alma se ha separado, para ser empleado en los vuelos del
alma.
Espiritual: Referente al Espíritu o al Ego.
Devoción: La facultad de la emoción que nos permite aspirar a elevados ideales. El cultivo de la devoción es esencial; pues
subyuga los sentimientos de la naturaleza inferior y desarrolla, el Alma Emocional.
Discernimiento: La facultad del entendimiento que nos permite distinguir entre lo esencial y lo sin importancia, separando lo real de lo
ilusorio, lo duradero de lo efímero, lo verdadero de lo falso. El discernimiento general; y el alma intelectual, dan a la
persona el primer impulso hacia la vida superior y el Alma Intelectual.
Glándulas: Son órganos cuya función es sintetizar sustancias; como las hormonas, para liberarlas a menudo en la corriente
sanguínea (Glándula endocrina o endógenas) y en el interior de una cavidad corporal o en su superficie exterior
(Glándula exocrina).
Plexo Solar: Situado en el epigastrio; detrás de la boca del estómago, es el gran depósito de la fuerza etérica y el centro de control de
algunos órganos, entre los que se cuentan los genitales. La ciencia hasta hace pocos años consideraba a un solo cerebro
situado en la cabeza, pero ya se tiene en cuenta al "cerebro abdominal", llamado Plexo Solar, que puede denominarse el
cerebro de la naturaleza, animal instintiva.
Sangre: Es el agente del Ego, quien actúa en sus cuerpos por medio del calor de la sangre promovido por el éter luminoso, del
cuerpo físico etérico. La obra activa del Ego está en la sangre, que es la expresión más elevada del cuerpo etérico,
porque nutre a todo el cuerpo físico denso. La sangre es también; en cierto sentido, el vehículo de la memoria
subconsciente situada en el éter reflector, del cuerpo etérico. La sangre es la que lleva los recuerdos de la vida de los
antecesores a los descendientes durante generaciones; cuando es una sangre común, como la que se produce por la
endogamia.
Sentimientos: Acción del cuerpo astral.
Subconsciente: Cuando el acto designado por un pensamiento-forma ha sido realizado o se ha agotado su energía en vanas tentativas
para alcanzar su objeto, gravita nuevamente en torno de su creador, llevando consigo el recuerdo indeleble de la jornada.
Su éxito o fracaso se imprime en los átomos negativos del éter reflector, del cuerpo físico etérico de su creador, para
formar esa parte de la memoria de la vida del pensador que se denomina algunas veces, la mente subconsciente.

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Interpretación de las enseñanzas de Max Heindel, Principios Ocultos De La Salud Y Curación.
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