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LA COMUNION
DE LOS SANTOS
92
Cuadernos BAC
Antonio Vilaplana Molina
es obispo de Plasencia y doctor en Teología
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marán israelitas. Los hermanos de Jesús por la fe serán
hermanos y tan sólo en la fe hijos de Abraham, hijos no
de la carne del patriarca, sino de su fe.
Con el cuerpo se enterrará y pudrirá cuanto tenga el
signo de lo temporal, sin que se salve más que lo que
haya sido sobrenaturalizado. Lo temporal
-según
esto-
se nos habrá dado como escalera para subir al cielo,
coriro andamio desde el que edificar nuestra morada so-
brenatural. Se quedará aquí la materia y con ella hasta el
parentesco y la cultura, que serán sustituidos por el pa-
rentesco sobrenatural y por la visión de la Verdad infi-
nita.
Allí serán mis padres aquellos que me hayan ayudado
a ser buen hijo de Dios, y serán mis hermanos aquellos
que me hayan ayudado a ser hermano de Jesucristo. En
el padrenuestro, la oración que El nos enseñó a rezar,
cuando decimos "nuestro" hemos de aprender, acepfar y
agradecer que tengamos hermanos.
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2) "La comunión de los santos" es la comunión de
todos los bienaventurados que ya están en el cielo.
3) La o'comunión en las cosas santas" es la participa-
ción de todos en unos rnismos sacramentos, particular-
mente el bautismo y la Eucaristía. Desde esta perspectiva
se comprende mejor el lugar de este artículo, después del
de la lglesia y antes de los clel perdón de los pecados y de
la vida eterna. La lglesia administra los sacramentos,
mientras clLle el perdón y la vida eterna son térrnino, in-
mediato o úrltimo, de toda la economía sacramental.
Sin embargo, no es obligado elegir una de las tres in-
terpretaciotres propuestas, como si cada una excluyese
las otras dos. Más bien podemos decir que la vida de fe
que dio origen a la expresión "comunión de los santos"
vivió la riqueza de su contenido según la multiplicidad
de esos significados. El Catecismo del concilio de Trento
prefiere mantener las tres interpretaciones a La vez (p.1."
a.9 n.24-28). Los "santos" comulgan con las "cosas san-
tas", esto es, dentro de la comunión de la lglesia oyen la
Palabra, reciben los sacramentos, oran y mutuamente se
ayudan.
Nuestro espíritu no se une a otro ser sin valerse del
pensamiento y el amor. Son sus alas y sus brazos, y los
únicos puentes entre él y el otro. La relación de cercanía
entre los seres materiales es mutua. Un espíritu, por el
contrario, puede estar rnuy cerca de algo que esté, ro
obstante, muy lejano. Podemos acercarnos espiritual-
mente a otro que al no querer estar cerca de nosotros
continúe lejos. Para el acercamiento sobrenatural no bas-
ta el mero pensamiento y el mero arnor. Se requiere, ade-
más, que el entendimiento esté informado por la fe, y el
corazón, elevado por la esperanzay la caridad.
T4
La oración de intercesión
Sentido de la oración
t1
caridad como naturales las del corazón de carne ante el
ser amado.
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Los concilios ecuménicos segundo de Lyón y de Flo-
rencia definieron esta doctrina con las mismas palabras:
"Para mitigar semejantes penas, les son de provecho los
sr.rfragios de los fieles vivos, a saber: las misas,, las oracio-
nes y las limosnas y otras obras de piedad que suelen
hacer los fieles en favor de otros fieles según las disposicio-
nes de la lglesia" (Dz. 464.693). El concilio de Trento
propone de nuevo la rnisma doctrina (D2.983).
Según el libro segundo de los iVfacabeos (12,42-46),
existe entre los juclíos de aquella época la convicción de
que podía ayudarse con oraciones y sacrificios a las al-
mas de los difuntos. La lglesia naciente recogió esa fe del
judaísmo, como lo atestiguan las inscripciones sepulcra-
les de los siglos rr y ru, la liturgia y los Santos Padrcs.
La posibilidad de satisfaccién vicaria se funda en la
unidad del Cuerpo místico de Cristo. El sufragio, pues,
se añade al valor impetratorio de las oraciones y actos de
piedad; por eso los suntos del cielo sólc pueden ayuclar a
las almas del purgatorio con su intercesión (sentencia co-
mún). En la liturgia, la lglesia rllega a Dios que los difun-
tos consigan la eterna bienaventuranza "por la interce-
sión de la bienaventurada siempre Virgen Nlaría y de
todos los santos". Pero noternos que la intercesión de los
sarrtos tiene únicamente vaior impetratorio, porque la fa-
cultad de satisf'acer y merecer se limita al tiempo que
dura la existencia terrena.
El purgatorio
I-tt.t stíi'agios
/J
El culto
A la Virgen
24
los elogios de ia liturgia mariana donde Isaías, Ezequiel,
Proverbios, Judit y el cantar de los cantares se convier-
ten en cantores de tan excelsa criatura. En la piedad po-
pular, la Iglesia quiere que sus hijos vayan a la Virgen del
cielo a través de la virgen de los altares. Por eso abarca
todas las ef,rgies y sus leyendas, porque cada una de ellas
habla de la Madre de Dios y de sus misterios, y muestra
cómo va haciéndose aldeana en cada aldea y abogada en
cada grem io.
A los angeles
25
A los sunlo,v
21
CONCLUSION
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IIVDICE
Prig.s.
a
Introducción . . J
Los dones divinos 5
El don de la Palabra de Dios ... 6
El don de su cuerpo y sangre l
El don del Espíritu 9
La comunión de bienes r0
fli.storia v .\enf ido de la lórmulq ... t2
Las primeras menciones . t2
Lo que quieren decir l3
La oracitin dt' intercesión t5
El sentido de la oración . . l5
Modelos de intercesión l8
Nlsltros t, los di/únt0s . . l8
Lágrimas por nuestros difuntos . r9
El purgatorio . . 2l
Los sufragios . . 22
1t
El culto de los santo.r
El culto 24
A la Virgen 24
A los ángeles 25
A los santos 26
El culto relativo de las imágenes 26
Conclusión 28
Linos tc.yÍos del u¡nt'ilio L'atit'ano II 28
I] LTI MO S C T]AD E RIV O S P U B LI CAD O S