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SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA

PRIMERA LECTURA, HECHOS 2:42-47

LA PRIMERA COMUNIDAD: TODOS VIVIAN EN UNIDAD.

42 Eran asiduos a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia fraterna, a la


fracción del pan y a las oraciones. 43 Toda la gente sentía un santo temor, ya que
los prodigios y señales milagrosas se multiplicaban por medio de los apóstoles. 44
Todos los que habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían, 45
vendían sus bienes y propiedades y repartían después el dinero entre todos según
las necesidades de cada uno. 46 Todos los días se reunían en el Templo con
entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían la comida con alegría y con
gran sencillez de corazón. 47 Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el
pueblo; y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se iban salvando.
BLA

2, 42, 46: Las palabras denotan la devoción y el tiempo. Los nuevos creyentes pasaron la
mayor parte de su tiempo libre y mostraban un compromiso real para las actividades que
marcaban la comunidad cristiana. Estos versos del libro de los Hechos presentan el ideal
posible en la comunidad Cristiana. Mirando y terminando con los neófitos, el libro describe
el poder convincente de la vida en comunidad.

2, 42: Lucas indica los cuatro elementos fundamentales de la comunidad cristiana de


Jerusalén, cuatro puntos sin los cuales no hay Iglesia de Cristo y que son válidos para toda
comunidad cristiana, ya sea ―de base‖ o bíblica:

1. La enseñanza de los apóstoles era la meditación del Evangelio. Basándose en las


palabras de Jesús, los apóstoles aclaraban y unificaban los diversos textos de la
Biblia para llegar después a conclusiones prácticas. Esta enseñanza debe proceder,
en buena parte, del Espíritu. Se tocarán entonces temas tabúes que no se abordan
hasta que cada individuo quiera mantener su respetabilidad. Eso será, más que la
repartición de los bienes, el punto esencial de la convivencia comunitaria.
Los neófitos estaban dedicados a las enseñanzas de los apóstoles, el compañerismo
y el culto.
2. La fracción del pan es la Eucaristía, al igual que en Lc 24,35. Sólo se cosecharán sus
frutos si han tenido lugar los dos pasos anteriores.
3. Las oraciones: ver Ef 6,18; 1Tes 5,17. La oración estará siempre en la convivencia
comunitaria, porque la comunidad acoge a los enfermos y los heridos; y tanto las
sanaciones que obra el Espíritu como las peticiones atendidas serán la fuente de una
continua acción de gracias.
4. El amor y la alegría que invadía sus vidas juntos. El origen y el fin del amor, era el
Señor. El Señor mismo dio la unidad a los primeros cristianos.

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2, 43: ¿Por qué la comunidad creció tan rápidamente? La tarjeta de llamado de la


evangelización fueron ―las maravillas y los prodigios de los apóstoles" que causaron un
temor entre la población de Jerusalén.

2, 44: Posiblemente Lucas se está refiriendo a varios casos que suscitaron admiración, pero
que no fueron la regla general. Jesús no había pedido este poner en común, este compartir;
pero hubo más, un espíritu de unidad que estaba basado en un interés común, un amor
cristiano. Sin embargo en tiempos posteriores esta experiencia ha sido un aguijón o un
reproche para las comunidades cristianas. Parece que desde un punto de vista económico el
resultado fue negativo; tal vez vivieron en una santa despreocupación hasta el día en que
todo su capital se consumió, ver las notas de 2Cor 8 y 9; Gál 2,10.

Desde luego fue un fracaso, pero fue bueno haber corrido el riesgo; lo mismo pasará a lo
largo del tiempo con innumerables ensayos parecidos. ¿Cómo llegar hasta el fin del amor si
se mantiene la distinción entre tuyo y mío? Cualquier liturgia o espiritualidad será frágil si se
rehúsa pisar el terreno del compartir.

2, 46: Partían el pan en sus casas y compartían la comida con gran alegría y sencillez de
corazón. Eran pruebas del cambio que se había operado en ellos: eran ahora personas
reconciliadas. En ese tiempo gozaban de la simpatía general y se sentían como en su casa
en los atrios del Templo. Podemos imaginarlos agrupándose en un lugar de la explanada,
orando en alta voz, y luego participando en la oración y en los cantos oficiales dirigidos por
los levitas.

2, 46a: La propia comunidad de Jerusalén asistía a la adoración en el templo y compartían


juntos la Cena del Señor en las casas de los fieles.

2,46b: El motivo de su crecimiento: un amor y una alegría que invadía su vida juntos. El
origen y el fin del amor, por supuesto, era el Señor. El Señor mismo dio la unidad a los
primeros cristianos.

¿Cómo se expresa alegría Cristiana? ¿En la oración? ¿En la hermandad? ¿En el estudio?
¿Cómo refleja esa alegría la actividad del Señor en tu vida?

Salmo 118

Este es el día que hizo el Señor

¿Has despertado alguna vez a un día que clama la alabanza a Dios? ¿Cómo has respondido
al día? ¿Cómo te hizo Dios actuar en tu vida ese día?

Algunos días son tan gloriosos que gritan de alabanza a Dios. La primavera o los comienzos
del verano parecen tener su parte de esos días, la luz del sol irradia por todas partes, el
frescor de la mañana se siente bien a la piel. Los colores de las flores y del follaje parecen
abrumadores. Estos son días de esperanza. En estos días, se siente bien estar vivo.

Algunos Salmos fueron escritos para esos días, especialmente el Salmo 118. Algunas de las
líneas más famosas en la Escritura vienen de este canto de alabanza. ―Este es el día que

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hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos en él.‖ ―La piedra que desecharon los
constructores es ahora la piedra angular; esto ha sido hecho por el Señor, y entonces ¿no
es admirable a nuestros ojos? El Salmo es más apropiado para el Tiempo de Pascua por
su alabanza metafórica.

En el libro de los Salmos, el 118 termina un ciclo de Salmos de alabanzas -113-118. Era
recitado con la cuarta copa de vino durante la Pascua y pudo haber sido usado en las
Fiestas de los Tabernáculos –La fiesta de Otoño de Succoth. Estilísticamente, muchos versos
se repiten como ganchos para motivar la participación de la comunidad. Temáticamente, sin
embargo, el Salmo era una oración Real de acción de gracias por la victoria sobre las
naciones enemigas.

1 ¡Aleluya! ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! 2


Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! 3 Que lo diga la familia de
Aarón: ¡es eterno su amor! 4 Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su
amor! BLA

En 118:1-4, la introducción del Salmo se dirige a la nación con un imperativo a la alabanza.


La nación –la casa de Israel, los sacerdotes –la casa de Aarón, y los fieles reunidos –quienes
temían al Señor, estaban para honrar a YHWH por su alianza –amor eterno.

5 En el peligro invoqué al Señor, y él me escuchó dándome un alivio. 6 El Señor


está conmigo: no temeré: ¿qué podrán hacerlo los hombres? 7 El Señor está
conmigo y me ayuda: yo veré derrotados a mis adversarios. 8 Es mejor refugiarse
en el Señor que fiarse de los hombres; 9 es mejor refugiarse en el Señor que fiarse
de los poderosos. 10 Todos los paganos me rodearon, pero yo los derroté en el
nombre del Señor; 11 me rodearon por todas partes, pero yo los derroté en el
nombre del Señor; 12 me rodearon como avispas, ardían como fuego en las
espinas, pero yo los derroté en el nombre del Señor. 13 Me empujaron con
violencia para derribarme, pero el Señor vino en mi ayuda. 14 El Señor es mi
fuerza y mi protección; él fue mi salvación. 15 Un grito de alegría y de victoria
resuena en las carpas de los justos: «La mano del Señor hace proezas, 16 la mano
del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas». 17 No, no moriré: viviré
para publicar lo que hizo el Señor, 18 El Señor me castigó duramente, pero no me
entregó a la muerte. 19 «Abran las puertas de la justicia y entraré para dar
gracias al Señor». 20 «Esta es la puerta del Señor: sólo los justos entran por
ella». 21 Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. 22 La
piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular 23 Esto ha
sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. 24 Este es el día que hizo
el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. 25 Sálvanos, Señor, asegúranos la
prosperidad. BLA

La siguiente sección era personal para el Rey. Su oración -118:5-9, era de una esperanza
confidente; con Dios a su lado, ¿a quién temería? La fe en Dios era mejor que la fe en su
ejército –mortales, o sus comandantes. La respuesta a su plegaria -118:10-14, era un
regocijo en la realización de esa oración. La nación –capital de Jerusalén, estaba rodeada,
pero la nación prevalecía debido a la providencia divina, no debido a la fortaleza del ejército.
La respuesta a la intervención de Dios era un canto de victoria de parte de los Israelitas a
pesar del intimidante desastre -118:15-18, y el desfile de la victoria a través de la entrada a
Jerusalén -118:19-25; el Señor alzó su mano y salvó la nación. "Este es el día que hizo el
Señor" puede ser interpretado también como "el día del Señor," un tiempo de Juicio contra
las naciones enemigas.

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26 ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la
Casa del Señor: 27 el Señor es Dios, y él nos ilumina. «Ordenen una procesión con
ramas frondosas hasta los ángulos del altar». BLA

En 118:26-27, los fieles respondían al monólogo del Rey con aclamación; ellos alababan al
Rey –bendito el que viene en el nombre del Señor, y continuaban con la celebración
directamente en el Templo.

28 Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias; Dios mío, yo te glorifico. 29 ¡Den gracias al


Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! BLA

El Rey termina el Salmo con un canto de alabanza –y ¿sacrificio? y un responsorio para


alabar al Señor –una repetición del 118:1.

Nosotros no podemos dejar el Salmo sin observar el número de veces que el divino nombre
es invocado. Este hecho añadía énfasis al imperativo de la alabanza. Alaben al Señor por lo
que ha hecho a la nación. A pesar de estar cerca de la calamidad, YHWH salvó a su pueblo
nuevamente. La repetición del nombre divino trata de igualar el número de veces que el
Señor actuó en nombre del Rey y la nación.

El imperativo de la alabanza por la actividad del Señor en la vida debe darnos una pausa.
¿Cuántas veces ha actuado él en nuestras vidas para rescatarnos del desastre? ¿Cuántas
veces nos ha dado segundas oportunidades? Si le damos alabanzas a Dios por las veces
que él ha intervenido en nuestras vidas, pasaríamos la mayor parte de nuestro tiempo en
oración.

No es una mala idea, o ¿sí?

Toma tiempo para alabar a Dios por el día, por su presencia en tu vida, y por sus
bendiciones. Haz una lista si es necesario. Esta alabanza te ayudará para observar la
bondad de Dios en tu vida.

SEGUNDA LECTURA, 1 PEDRO 1: 3-9

LA RELACION COSTO – BENEFICIO DE LA FE

3 Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, por su gran misericordia.
Al resucitar a Cristo Jesús de entre los muertos, nos dio una vida nueva y una
esperanza viva. 4 Reservaba para ustedes la herencia celestial, ese tesoro que no
perece ni se echa a perder y que no se deshace con el tiempo. 5 Y los protege el
poder de Dios, por medio de la fe, con miras a la salvación que nos tiene
preparada para los últimos tiempos. 6 Por esto estén alegres, aunque por un
tiempo tengan que ser afligidos con diversas pruebas. 7 Si el oro debe ser probado

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pasando por el fuego, y es sólo cosa pasajera, con mayor razón su fe, que vale
mucho más. Esta prueba les merecerá alabanza, honor y gloria el día en que se
manifieste Cristo Jesús. 8 Ustedes lo aman sin haberlo visto; ahora creen en él sin
verlo, y ahora se sienten llenos de una alegría inefable y celestial 9 al tener ya
ahora eso mismo que pretende la fe, la salvación de sus almas. BLA

¿Utilizas tu un instrumento tal como la "relación costo - beneficio" para tomar decisiones
personales? ¿Por qué o por qué no?

1, 3-6, La clave para entender esta larga frase es el agente: Dios. El autor dijo a su
audiencia que hay que dar gracias a Dios por su actividad. Nos dio una "vida nueva y
esperanza viva... y una herencia incorruptible, pura y sin mácula". La cláusula en 1, 5 se
refiere a "ti" al final de 1:4b; esta herencia se mantiene segura para "ti" 1:4b, la gente de
fe en Dios están protegidos desde el momento de salvación hasta la hora del fin de los
tiempos 1,5.

1, 4: Este verso podría ser la predicación del jefe de una comunidad cristiana, dirigida a los
adultos que acaban de bautizarse. En esos años los creyentes se preocupaban más que hoy
por su salvación después de la muerte. A los que se bautizaban, los apóstoles les hablaban
de la herencia de Dios que les estaba reservada a consecuencia de la resurrección de Cristo:
tesoro que no perece ni se echa a perder, y que no se deshace con el tiempo.

Pero ya sabían los nuevos bautizados que la fe cristiana estaba amenazada y perseguida.
Bautizarse era comprometerse con Cristo hasta la muerte.

1,8: Ustedes lo aman sin haberlo visto.... La Fe, la esperanza, el amor a Cristo: siempre las
tres virtudes o fuerzas de la vida cristiana van a la par. Cristo llegó a la gloria a través de
los padecimientos. El cristiano sigue el mismo camino y ya conoce el gozo verdadero en
medio de las pruebas.

Una de las herramientas para la toma de decisiones en los negocios es el análisis Costo-
Beneficio. Esta línea de razonamiento pregunta: ¿Qué costó? ¿Qué beneficios fueron
obtenidos al pagar el precio del servicio o del bien adquirido? Este enfoque de "hoja de
balance" remueve la pasión en el proceso de la toma de decisiones y juzga las opciones de
forma más racional.

¿Podemos utilizar este tipo de pensamiento para un compromiso religioso? En otras


palabras, ¿qué es la relación ―costo-beneficio" de ser cristiano?

La lista de los beneficios es fácil:


a) intimidad con Dios,
b) apoyo de otros cristianos,
c) objetivo en la vida,
d) vida después de la muerte.

¿Y los costos?
a) El malentendido -incluso la pérdida –de la familia y amigos,
b) La opresión de parte de las autoridades,
c) El mantener la esperanza en medio de la rutina de la vida diaria.

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Muchos más beneficios y costos podrían aparecer, pero estos comunicarán el núcleo del
razonamiento.

El autor de 1 de Pedro específicamente no utilizó este instrumento de decisión; pero destacó


los beneficios de la fe y reconoció el costo ante su público. Los beneficios fueron la
esperanza de vida que surgió a partir de la resurrección de Cristo y la esperanza de
salvación que se hará plenamente efectiva al final de los tiempos. Dios dio ambas
esperanzas al creyente en su nuevo nacimiento, –una referencia al Bautismo.

Los costos eran grandes para sus lectores. Los primeros cristianos fueron condenados al
ostracismo por sus familiares y sus amigos, el mal entendido en la sociedad en general, e
incluso la persecución por negarse a quemar incienso en un altar con el busto del
emperador en el mismo –esto era considerado más un acto patriótico que un acto de
adoración por los funcionarios. La decisión de ser y seguir siendo cristiano no podía tomarse
a la ligera.

El autor se desvió del análisis de "costo-beneficio" en una forma significativa. El costo se


volvió en un beneficio. La soledad, el riesgo del bienestar físico y la sociedad fueron
realmente formas para fortalecer la fe. El argumentó perseverancia. Como el oro que es
fundido en el horno para que el joyero pueda darle forma, la fe tiene que probarse en el
"horno" de la vida, para que pueda ser de la adoración en el Reino. En otras palabras, lo
que los cristiano sufran en esta vida será su preparación para la siguiente.

Por lo general la gente admira el sacrificio; pero es otro sacrificio. Nos gusta obtener la
gratificación ahora; pero, debemos tomar estas palabras de 1 Pedro en serio, la vida no
siempre es cómoda. De hecho, puede ser difícil, e incluso opresiva. Pero, la medida de una
vida bien vivida no es la expresión: "quien tiene más juguetes al final es el que gana". La
medida es realmente la fuerza de carácter derivada del viaje, el núcleo de esta fuerza es la
fe. ¿Alcanzamos a Dios y a otros, incluso cuando el costo es elevado? El tipo de fe que
puede contestar "sí" a pesar de las dificultades en la vida es la fe digna para el Reino.

El beneficio de la vida cristiana es: una fe probada en el fuego que aún espera a la gloria del
cielo.

¿De qué manera vale la pena arriesgarse por la fe? ¿De qué manera vale la pena el andar
de la vida cristiana? ¿Cómo te han preparado ambas para el más allá?

EVANGELIO, JUAN 20, 19-31

La Paz de Dios

La paz es más que una falta de conflicto. Una tregua en acción entre los dos oponentes sólo
les da una oportunidad a reagruparse, de recargarse para la siguiente ronda. Un vacío de
violencia no conduce a la felicidad.

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La verdadera paz, por el contrario, nos da felicidad, ya que es construida en la confianza. El


evangelio nos dice cómo Jesús dio a sus seguidores la paz porque confiaban en él. A pesar
del escepticismo, a nosotros nos ofrece la misma paz.

En este evangelio, Juan relata dos historias de la resurrección y dos versos que muchos
estudiosos creen que fueron el final original del Evangelio. La primera sección se centra en
el don del Espíritu, la segunda sobre la fe y la tercera a la razón de la evangelización.

19 Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos


estaban reunidos por la tarde con las puertas cerradas por miedo
a los judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les
dijo: « ¡La paz esté con ustedes!» 20 Dicho esto, les mostró las
manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al
Señor. 21 Jesús les volvió a decir: « ¡La paz esté con ustedes!
Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.» 22 Dicho
esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo: 23 a
quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes
se los retengan, les serán retenidos.» BLA

20,19: Los discípulos se dieron a la fuga la noche del arresto, pero eso no significa que se
hubieran dispersado. Reaccionaron y se reunieron; es posible que la familia de Jesús,
obligada a respetar los ritos funerarios, haya desempeñado en ese momento un rol
importante. Las puertas cerradas no quiere decir que estuviesen asustados sino que se
habían tomado precauciones.

En su Evangelio, Juan dio la razón del porqué los seguidores se reunieron en una sala detrás
de puertas con llave. Ellos temían a los líderes judíos, razonaban "si mataron a Jesús,", "los
líderes ciertamente vendrán a buscarnos."

Las puertas cerradas hacían que los apóstoles parecieran más sospechosos. En ese tiempo,
la confianza dentro de la comunidad judía estaba construida en un acceso abierto, nunca lo
fueron las puertas con llave, los niños vecinos podrían entrar en la casa a voluntad. Los
judíos vivían la vida privada al aire libre. Quienes enllavaban sus puertas –excepto las
familias rurales que vivían a millas de su vecino próximo, –se aislaban ellos mismos de la
comunidad.

De repente Jesús apareció en la sala y saludó a sus seguidores con un "Shalom" en hebreo
–―La paz esté con ustedes‖ significa que Dios estaba trabajando en el mundo, que Dios
ponía al mundo en equilibrio. No hay guerra, no hay odio, no hay cinismo que pueda
superar la providencia de Dios. Cuando Dios actuó puso el espíritu en equilibrio. No había
miedo, ni duda, ni falta de confianza que pudiera superar la gran alegría de la presencia de
Dios. Shalom significa que todo tenía razón en el mundo.

20,20: Cuando sus seguidores vieron a Jesús vivo y con su herida mortal, se dieron cuenta
del "Shalom" de Jesús, porque ellos podían presenciar la actividad de Dios en el mundo. No
hubo más miedo, porque ahora creían. La alegría había entrado en sus corazones.

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20, 21: De nuevo Jesús les dijo "Shalom" con una orden y un don. El mandamiento: … ―así
los envío‖. Como el Padre había enviado a Jesús al mundo físico, Jesús enviaba ahora a sus
seguidores al mundo cultural.

20, 22: Con el mandamiento les dio el don: el Espíritu Santo. En griego (pneuma) y en
hebreo (ruah), la palabra "espíritu" puede traducirse como "soplar/aliento". Sólo en 20, 22
se puede ver la palabra en griego "soplar", y en Génesis 2:7 del Septuagésimo –una
traducción al griego de la Biblia utilizada por la Iglesia primitiva –cuando Dios insufló vida
en Adam. Así, cuando Jesús sopló sobre sus apóstoles, les dio su Espíritu. Cuando los
apóstoles tomaron el espíritu, recibieron la vida del recién resucitado.

20, 23: Ahora podría obedecer el comando misionero para proclamar el arrepentimiento y
perdonar pecados. Jesús dijo a sus seguidores que perdonaran o no los pecados como
soltando o socando un nudo. Si los apóstoles perdonan, sin embargo, deben soltar al
pecador de sus culpas ahora y en el futuro. El pecado podía ser repetido o traído de nuevo.

20, 21-23: Jesús les dice: ―La paz esté con ustedes‖, y de inmediato, les dice: ―Reciban el
Espíritu‖, y lo reciben. Así como en la primera creación el aliento de Dios infundió la vida a
Adán, así también el soplo de Jesús comunica la vida a la nueva creación espiritual. Cristo,
que murió para quitar el pecado del mundo, ya resucitado deja a los suyos el poder de
perdonar. Así se realiza la esperanza del pueblo de la Biblia. Dios lo había educado de tal
modo que sintiera la presencia universal del pecado.

Alguno podría extrañarse de la prioridad reconocida al perdón de los pecados. El amor no


puede nacer sin que muy pronto se experimente la presencia del pecado verdadero que por
lo menos echa sombras sobre él. Y se necesitará el perdón para que todo reflorezca.

No debemos limitar el perdón de los pecados al sacramento del perdón. Jesús anuncia que
al ser bautizados en el Espíritu, los creyentes conocerán la perfecta reconciliación con Dios y
que la misma participación en la comunidad cristiana les ofrecerá en todo tiempo los medios
de reconciliarse unos con otros y con Dios.

Por un lado, Jesús ya sufrido por ese pecado particular y todos los pecados del mundo. Por
lo tanto, la declaración sería una proclamación de lo bueno. Esta proclamación hace
hincapié en la forma actual de Sacramento de la Reconciliación. En el Sacramento,
queremos celebrar el perdón de Dios, no nuestro pecado.

Por otro lado, la implicación de "pre-perdón" podría conducir a la presunción de parte del
pecador o un sentido de bendición predestinada. Obviamente el primer sentido se entiende;
pero no el segundo. Dios sostiene que cada uno es responsable de sus acciones, tanto del
pecado y de la fe.

El estado de la humanidad resucitada de Cristo – CCC 645-647

645 Jesús resucitado establece con sus discípulos relaciones directas mediante el tacto (cf.
Lc 24, 39; Jn 20, 27) y el compartir la comida (cf. Lc 24, 30. 41-43; Jn 21, 9. 13-15). Les
invita así a reconocer que él no es un espíritu (cf. Lc 24, 39), pero sobre todo a que
comprueben que el cuerpo resucitado con el que se presenta ante ellos es el mismo que ha
sido martirizado y crucificado, ya que sigue llevando las huellas de su pasión (cf Lc 24, 40;
Jn 20, 20. 27). Este cuerpo auténtico y real posee sin embargo al mismo tiempo, las

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propiedades nuevas de un cuerpo glorioso: no está situado en el espacio ni en el tiempo,


pero puede hacerse presente a su voluntad donde quiere y cuando quiere (cf. Mt 28, 9. 16-
17; Lc 24, 15. 36; Jn 20, 14. 19. 26; 21, 4) porque su humanidad ya no puede ser retenida
en la tierra y no pertenece ya más que al dominio divino del Padre (cf. Jn 20, 17). Por esta
razón también Jesús resucitado es soberanamente libre de aparecer como quiere: bajo la
apariencia de un jardinero (cf. Jn 20, 14-15) o "bajo otra figura" (Mc 16, 12) distinta de la
que les era familiar a los discípulos, y eso para suscitar su fe (cf. Jn 20, 14. 16; 21, 4. 7).

646 La Resurrección de Cristo no fue un retorno a la vida terrena como en el caso de las
resurrecciones que él había realizado antes de Pascua: la hija de Jairo, el joven de Naím,
Lázaro. Estos hechos eran acontecimientos milagrosos, pero las personas afectadas por el
milagro volvían a tener, por el poder de Jesús, una vida terrena "ordinaria". En cierto
momento, volverán a morir. La Resurrección de Cristo es esencialmente diferente. En su
cuerpo resucitado, pasa del estado de muerte a otra vida más allá del tiempo y del espacio.
En la Resurrección, el cuerpo de Jesús se llena del poder del Espíritu Santo; participa de la
vida divina en el estado de su gloria, tanto que san Pablo puede decir de Cristo que es "el
hombre celestial" (cf. 1 Co 15, 35-50).

La Resurrección como acontecimiento transcendente

647 "¡Qué noche tan dichosa —canta el Exultet de Pascua—, sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos!". En efecto, nadie fue testigo ocular del
acontecimiento mismo de la Resurrección y ningún evangelista lo describe. Nadie puede
decir cómo sucedió físicamente. Menos aún, su esencia más íntima, el paso a otra vida, fue
perceptible a los sentidos. Acontecimiento histórico demostrable por la señal del sepulcro
vacío y por la realidad de los encuentros de los Apóstoles con Cristo resucitado, no por ello
la Resurrección pertenece menos al centro del Misterio de la fe en aquello que transciende y
sobrepasa a la historia. Por eso, Cristo resucitado no se manifiesta al mundo (cf. Jn 14, 22)
sino a sus discípulos, "a los que habían subido con él desde Galilea a Jerusalén y que ahora
son testigos suyos ante el pueblo" (Hch 13, 31).

La resurrección es a la vez un momento en la historia hace dos milenios y un momento de


todos los tiempos, ese que las ataduras del espacio y tiempo lo levantaron para la
eternidad. Cuando profesamos que Cristo ha resucitado, reconocemos nuestra fe en una
vida más allá a pesar de nuestras limitaciones presentes. Podemos tocar esa vida a través
del espíritu, y por el espíritu, nuestras deficiencias que se interponen en el camino de la
vida eterna pueden ser barridas.

¿Por qué el caminar cristiano conduce a través del perdón a la paz? ¿Cómo has
experimentado ese camino?

24 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino
Jesús. 25 Los otros discípulos le dijeron: «Hemos visto al Señor.» Pero él contestó:
«Hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el
agujero de los clavos y no introduzca mi mano en la herida de su costado, no
creeré.» 26 Ocho días después, los discípulos de Jesús estaban otra vez en casa, y
Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de
ellos. Les dijo: «La paz esté con ustedes.» 27 Después dijo a Tomás: «Pon aquí tu

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dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar
y cree.» 28 Tomás exclamó: «Tú eres mi Señor y mi Dios.» 29 Jesús replicó: «Crees
porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen!» BLA

20, 24-25: Los predicadores han llamado a Tomás "El Dudoso", pocos han hablado de su
cinismo. Una y otra vez, Tomás escuchó el testimonio de los discípulos; pero, Tomás quería
más que una prueba positiva: "Inspeccionar y tocar," literalmente significa "ver para creer,
él dio un paso más allá del escepticismo en el cinismo.

20, 26-28: Una semana más tarde, Jesús nuevamente aparece con el saludo de "Shalom".
En cuanto a Tomás, Jesús respondió al reto del cinismo con el reto de la fe. Tomás
respondió con dos títulos de Jesús: Señor y Dios. Tomás reconoció el lugar que le
corresponde a Jesús como Señor; también vio a Dios a través de Cristo resucitado. Tomas
finalmente recibió el regalo de Cristo del Shalom.

20, 28: No por casualidad encontramos siete veces la palabra Señor en este capítulo, siendo
la última cuando Tomas exclama: ¡(Tú eres) mi Señor y mi Dios!

Tal vez no captemos ahora todo lo que significaba para los primeros cristianos ese término
Señor aplicado a Cristo. La Biblia hebrea emplea casi siempre para Dios uno de estos dos
nombres: Dios o Yavé. En la Biblia griega que utilizaban los judíos y los cristianos del
mundo romano, ―Dios‖ se traducía sin problemas; en cuanto a ―Yavé‖, que era el nombre
propio de Dios, se lo reemplazaba por el Señor. Los apóstoles adoptaron rápidamente la
costumbre de reservar el nombre de Dios para el Padre, y aplicaron a Jesús el nombre
divino de El Señor.

20, 29: En contraste con Tomás, Jesús bendijo a quienes creían sin ver que él había sido
levantado de los muertos.

Aquí Juan utiliza la palabra "creer" en dos sentidos: confiar ("creer en") y aferrarse a la
verdad, "creer –algo –acerca de...". Benditos son quienes depositan su confianza personal
en Cristo –creen en…; que no necesitan pruebas de su resurrección, porque saben que está
vivo. Pero, también son benditos aquellos que sostienen las verdades de la fe –creer...
acerca de, algo, –con un corazón abierto, porque pronto experimentarán al Cristo
resucitado. El creer en estos dos sentidos se erige contra el cinismo en Tomás.

Sentido y alcance salvífico de la Resurrección CCC 651-655

651 "Si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe"(1 Co 15,
14). La Resurrección constituye ante todo la confirmación de todo lo que Cristo hizo y
enseñó. Todas las verdades, incluso las más inaccesibles al espíritu humano, encuentran su
justificación si Cristo, al resucitar, ha dado la prueba definitiva de su autoridad divina según
lo había prometido.

652 La Resurrección de Cristo es cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento (cf.
Lc 24, 26-27. 44-48) y del mismo Jesús durante su vida terrenal (cf. Mt 28, 6; Mc 16, 7; Lc
24, 6-7). La expresión "según las Escrituras" (cf. 1 Co 15, 3-4 y el Símbolo Niceno-

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Constantinopolitano. DS 150) indica que la Resurrección de Cristo cumplió estas


predicciones.

653 La verdad de la divinidad de Jesús es confirmada por su Resurrección. Él había dicho:


"Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy" (Jn 8, 28). La
Resurrección del Crucificado demostró que verdaderamente, él era "Yo Soy", el Hijo de Dios
y Dios mismo. San Pablo pudo decir a los judíos: «La Promesa hecha a los padres Dios la ha
cumplido en nosotros [...] al resucitar a Jesús, como está escrito en el salmo primero: "Hijo
mío eres tú; yo te he engendrado hoy"» (Hch 13, 32-33; cf. Sal 2, 7). La Resurrección de
Cristo está estrechamente unida al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios: es su
plenitud según el designio eterno de Dios.

654 Hay un doble aspecto en el misterio pascual: por su muerte nos libera del pecado, por
su Resurrección nos abre el acceso a una nueva vida. Esta es, en primer lugar, la
justificación que nos devuelve a la gracia de Dios (cf. Rm 4, 25) "a fin de que, al igual que
Cristo fue resucitado de entre los muertos [...] así también nosotros vivamos una nueva
vida" (Rm 6, 4). Consiste en la victoria sobre la muerte y el pecado y en la nueva
participación en la gracia (cf. Ef 2, 4-5; 1 P 1, 3). Realiza la adopción filial porque los
hombres se convierten en hermanos de Cristo, como Jesús mismo llama a sus discípulos
después de su Resurrección: "Id, avisad a mis hermanos" (Mt 28, 10; Jn 20, 17). Hermanos
no por naturaleza, sino por don de la gracia, porque esta filiación adoptiva confiere una
participación real en la vida del Hijo único, la que ha revelado plenamente en su
Resurrección.

655 Por último, la Resurrección de Cristo —y el propio Cristo resucitado— es principio y


fuente de nuestra resurrección futura: "Cristo resucitó de entre los muertos como primicias
de los que durmieron [...] del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos
revivirán en Cristo" (1 Co 15, 20-22). En la espera de que esto se realice, Cristo resucitado
vive en el corazón de sus fieles. En Él los cristianos "saborean [...] los prodigios del mundo
futuro" (Hb 6,5) y su vida es arrastrada por Cristo al seno de la vida divina (cf. Col 3, 1-3)
para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos"
(2 Co 5, 15).

Sin la resurrección, el cristianismo no sería nada más que una escuela que enseña la
sabiduría de un gran maestro. Con la resurrección, sin embargo, el cristianismo se convirtió
en un camino de intimidad con Dios.

La resurrección justifica la vida, la obra y las enseñanzas de Jesús. A través del lente de la
resurrección, podemos ver esta vida, estas obras y enseñanzas en el contexto de las
escrituras y darnos cuenta que "Jesús es el Señor". La Fe en la resurrección nos lleva a la
conclusión de que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre.

A través de la resurrección, recibimos el regalo de una nueva vida eterna, libre del mal, nos
hemos convertido en uno con nuestro Salvador que murió y resucitó por nosotros; y, como
él resucitó, Cristo nos asegura que nosotros, también resucitaremos el último día.

¿De qué manera te afecta el cinismo del mundo? ¿Cómo te mantiene la fe lejos del cinismo?

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30 Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de


sus discípulos que no están escritas en este libro. 31 Estas han
sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios. Crean, y tendrán vida por su Nombre. BLA

20, 30: Aquí se lee la conclusión del Evangelio de Juan: su propósito fue dar testimonio de
la divinidad de Jesús, que vino del Padre y es ahora fuente de vida divina. El capítulo que
sigue no es la recuperación de algo que se habría olvidado, sino el último encuentro de
Jesús con los que ha amado y que los espera en el otro mundo.

La paz que Cristo nos da, nos sana del miedo y el cinismo del mundo. Esta paz construye
puentes de confianza y nos permite caminar juntos hacia el Padre. Su paz nos permite
continuar, creer y aferrarnos a su misma vida. Ofrezcámonos por lo tanto cada uno la paz
de Cristo, el Shalon de su Espíritu.

Síntesis de la Resurrección, CCC 656-658

656 La fe en la Resurrección tiene por objeto un acontecimiento a la vez históricamente


atestiguado por los discípulos que se encontraron realmente con el Resucitado, y
misteriosamente transcendente en cuanto entrada de la humanidad de Cristo en la gloria de
Dios.

657 El sepulcro vacío y las vendas en el suelo significan por sí mismas que el cuerpo de
Cristo ha escapado por el poder de Dios de las ataduras de la muerte y de la corrupción.
Preparan a los discípulos para su encuentro con el Resucitado.

658 Cristo, "el primogénito de entre los muertos" (Col 1, 18), es el principio de nuestra
propia resurrección, ya desde ahora por la justificación de nuestra alma (cf. Rm 6, 4), más
tarde por la vivificación de nuestro cuerpo (cf. Rm 8, 11).

¿Cómo puedes ofrecer la paz de Cristo a otros en tu vida diaria?

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