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Unidad: Ciclo de Vida Familiar

I. INTRODUCCIÓN

El sector Justicia se encuentra en un proceso de transformación,


cambian las formas de hacer las cosas, acotando tiempos y procesos, se
establecen nuevas responsabilidades en la sociedad civil, aparecen en el
escenario de los nuevos tribunales actores con determinadas competencias y
con miradas distintas respecto del quehacer en éste ámbito.

Se gestiona en red, se validan las redes existentes empoderando de


esta manera a las instituciones e iniciativas que tienen trayectoria en la
comunidad, se fortalecen otras propiciando un soporte social a las personas y
familias con dificultades.

Estos hechos configuran un escenario en el cual los profesionales tanto


del sector justicia como aquellos que trabajan en otras instituciones se motiven
en actualizar los conocimientos en el campo de la familia y particularmente en
infancia que ayude a hacer mejor la labor diaria aprovechando distintos
saberes y experticias, con distintas opiniones, distintos lugares de trabajo, con
distintos intereses y búsquedas dentro de lo que formalmente podría entregar
un post título.

Esta es la forma; el fondo lo constituyen nuevamente el ideario de hacer


bien y mejor lo que se hace, en el día a día, en el lugar donde ocurren las
cosas, o sea, junto con las personas y con sus necesidades, las que deben ser
satisfechas. El desafío es tratar de comprender la complejidad de la familia en
diversos momentos abriendo el análisis en torno a la dinámica y evolución
propia de este grupo de personas, así como a cada uno de ellos, teniendo en
cuenta las interacciones al interior de su núcleo familiar en distintas realidades,
que la empatía y la rigurosidad en la aplicación de un justo criterio profesional
sea apoyado por el contenido que aquí se presenta.

1
II. CICLO VITAL FAMILIAR

1. Conceptos.

El ciclo vital familiar, es un concepto ordenador, para entender la evolución


secuencial de la familia y las crisis transicionales que atraviesa en función del
crecimiento y desarrollo de sus miembros. Sin embargo, no es fácil pasar de
pensar acerca del individuo a pensar en la familia como unidad emocional.

La familia es el contexto principal y determinante del desarrollo físico,


emocional e intelectual de cada uno de sus miembros y como un organismo
vivo pasa por fases evolutivas, de curso predecible, regulado por factores
internos: biológicos y psicológicos, como por factores externos: expectativas
culturales y posibilidades sociales. Así en cada sociedad, en cada cultura, aún
en cada etnia se tienen modelos esperados de conducta, con roles y
responsabilidades para cada edad.1

El ciclo vital familiar también se ha descrito como aquel en que se plantea una
secuencia de momentos altamente significativos por las expectativas, la tensión
y los cambios que desde cada ciclo plantean. Es vivido por cada familia de
manera singular.
Es posible que algunas familias no hayan vivido todas las etapas o que otras
vivan simultáneamente varias de ellas, no obstante, el profesional que trabaja
en familia, encuentra en las etapas del ciclo vital familiar un marco de
referencia para el estudio, análisis, comprensión, o si se quiere para
complementar el diagnóstico de la familia y proyectar medidas preventivas o de
asistencia terapéutica a sus miembros.2
Esta evolución de la familia se da a través de etapas que forman ciclos. Se
pueden identificar ciertos logros o tareas familiares que deben ser alcanzados
en cada etapa y que posibilitan el paso a la etapa siguiente. Estas situaciones
de tensión y conflicto en la familia son crisis esperables o normativas, propias
del momento por el cual pasa la familia. Si no se logran superar las tareas de
etapas anteriores, los problemas que no fueron enfrentados pueden reaparecer
una y otra vez a lo largo del ciclo familiar.
Sin embargo, no hay que entender este ciclo vital en forma lineal. Incluso hay
autores que desechan esta visión lineal y señalan que el ciclo de vida familiar
consiste en la alternancia de fases en las cuales predomina la cohesión con
fases en las que predomina el desligamiento. De hecho, si se observa una
familia determinada, la etapa que distinguimos depende de cual es el sistema
que estamos definiendo. Por ejemplo, en una familia en la que el hijo mayor es
escolar, los padres son simultáneamente hijos en una familia en la cual se vive
la etapa de nido vacío.

1
Dra. Pilar Vargas, Centro Privado de Medicina Familiar asociado al Departamento de Medicina Familiar
de la Universidad del Sur de California. (USC-University of Southern California-Unidad de Docencia e
Investigación).
2
Juan Eugenio Cardona C.

2
El ciclo vital tiene muchas variaciones, por ejemplo, no todas las familias tienen
hijos, hay un porcentaje cada vez mayor de familias que experimentan divorcio,
nuevo matrimonio, separación, adopción y otros cambios, que hacen más difícil
definir el ciclo vital. Doherty ha denominado “familia pluralística” a un nuevo
patrón variable de la estructura familiar, en ella los niños pueden crecer en
distintos ambientes, entre ellos: un hogar con un solo progenitor que nunca se
ha casado, un progenitor solo divorciado, una pareja de padres del mismo
sexo.3
El término”ciclo” implica la “rueda” de la vida familiar que gira de manera
interminable, conectando las distintas generaciones. Tres o hasta cuatro
generaciones diferentes se deben acomodar simultáneamente a las
transiciones del ciclo vital, puesto que los acontecimientos que tienen lugar en
un nivel, inevitablemente tienen efectos en las relaciones en otros niveles.4
Por otra parte, la estructuración en ciclos es fuertemente influida por variables
socioculturales. De este modo, el ordenamiento en etapas puede ser tomado
como marco de referencia para considerar las tareas evolutivas y principales
características de distintos momentos de la vida familiar, y no como una
secuencia rígida.
Los tiempos actuales exigen que se tenga la amplitud de analizar otras
situaciones del desarrollo de la pareja y la familia cuando acuden a las
instituciones o servicios, que puedan ser considerados como hitos vitales.
Por ejemplo, el matrimonio es una etapa del ciclo vital ordinario, posterior al
noviazgo. Pero en la sociedad es cada vez más común que las parejas decidan
vivir solas por acuerdo mutuo y sin “casarse” antes en el sentido clásico del
término. Y también es común que tras dos, tres o más años decidan “oficializar”
esa unión y “casarse”. Ese rito social, que puede ser religioso, de orden civil o
sólo una celebración festiva, puede marcar el inicio de un nuevo ciclo vital en
esa pareja, que quizá ya se ha constituido en una familia por la presencia de
uno o más hijos y a pesar de que en la práctica no haya ningún cambio visible
en la convivencia, el ritual de la boda los hace ingresar en un nuevo status.
La configuración de las familias de nivel socioeconómico más bajo es con
frecuencia distinta al modelo típico de familia nuclear, ya que por su
funcionalidad, es más común la familia extendida. Se encuentran
preferentemente familias uniparentales con un solo miembro de la pareja,
generalmente la mujer a cargo del cuidado y crianza de los hijos o familias
multigeneracionales en las que conviven tres o cuatro generaciones de la
familia, tales como, abuelos, hijos y nietos en un mismo hogar.5
Por otro lado, la escasa preparación para el trabajo que da el sistema
educacional, junto a la creciente sofisticación del mercado laboral, hace que
muchos jóvenes, trabajadores no calificados, perciban ingresos insuficientes
como para mantener una familia. Esto determina que éstos se mantengan
dentro de sus familias extendidas, que se “alleguen” a parientes lejanos o que
migren a lugares donde buscan mejores posibilidades laborales. Por lo que la
3
Apuntes Diplomado en Salud Familiar, U. de Chile
4
Dra. Carolina Jara, U. de Chile.
5
Dra. Carolina Jara, U. de Chile

3
etapa de nido vacío muchas veces no tiene lugar en estas familias, ya que los
hijos se casan y tienen hijos, pero no abandonan la casa de sus padres.6
Además, la vejez en la pobreza puede ser más precaria que en la clase media
en términos de seguridad y estabilidad económica, y en la posibilidad de
acceder a cuidados médicos y tratamientos costosos en caso que fuera
necesario. Sin embargo, en términos generales, esta etapa parece ser más
satisfactoria debido a que la familia tiende a ser más solidaria con sus
ancianos, manteniéndolos en la casa y haciéndolos participar activamente en la
crianza de los hijos.7
Tomando a la familia como un sistema, es posible ver como las acciones de
cada uno de los miembros afectan a otros miembros de dicha familia y a la
familia en su conjunto. De hecho, se han propuesto diferentes modelos del
desarrollo del ciclo vital familiar, los cuales asumen la perspectiva sistémica; es
decir, cuando un miembro de la familia entra en una nueva etapa del desarrollo
psicosocial, todos los miembros de la familia se verán afectados. Este aspecto
cobra relevancia para los profesionales del área de la Familia ya que la
atención integral es fundamental para poder abarcar la situación que se
enfrenta en su real magnitud, por ejemplo, cuando se está frente a un niño
maltratado se debe pensar inmediatamente en la posición en que están los
otros miembros del grupo familiar.
En la mayoría de los modelos, se cree que la familia cubre importantes
necesidades emocionales, las cuales varían según las diferentes etapas del
ciclo vital. Al igual que en el desarrollo humano, las transiciones entre las
distintas etapas del ciclo vital familiar se consideran situaciones importantes y
potencialmente estresantes. Cuando las tareas de una etapa no se completan
de manera satisfactoria, el desarrollo de esta familia podría verse alterado con
posibilidades de problemas en las fases más avanzadas. Las fases de la vida
sitúan en el tiempo, permiten la realización de las personas en sucesivas
fases vitales, a lo largo de los años que separan de la muerte o que
acercan a ella.
Si se toma la siguiente definición de familia: " unión de personas que
comparten un proyecto de vida en común que se espera sea duradero, en el
que se generan sentimientos de pertenencia a dicho grupo, donde existe un
compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones
de intimidad, reciprocidad y dependencia."8
En esta definición se destacan las relaciones interpersonales que se dan en el
seno de la familia. El cambio de estas relaciones interpersonales a través del
tiempo define las etapas del ciclo de vida de la familia. Esos momentos pueden
desatar conflictos o crisis.9
6
Dra. Carolina Jara, U. de Chile
7
Dra. Carolina Jara, Diplomado en Salud Familiar Medichi.
8
Palacios, Jesús y Rodrigo, María José.
9
En este punto queda de manifiesto que el ciclo de vida como tal en etapas se
aplica de mejor manera en las familias tradicionales o nucleares. En la actualidad la
tendencia es considerar a las familias desde una mirada menos estructurada,
menos ligada a considerar solo factores de parentesco o de roles. Por esta razón
muchos autores cuestionan el análisis desde una perspectiva centrada solo en el

4
Es posible que ante la presencia de nuevas situaciones derivadas de la
evolución natural de la familia y de sus integrantes aquella no consiga
adaptarse y reestructurarse o que lo haga sosteniendo patrones de una etapa
anterior, lo que a la larga puede resultar disfuncional.
Cada etapa en el ciclo vital familiar es caracterizada por un promedio esperable
de crisis familiar, que es básicamente una crisis transicional, producida por la
convergencia de procesos biológicos, sociales y psicológicos. Las crisis
transicionales son predecibles y necesarias, como respuesta a las necesidades
cambiantes de los miembros de las familias así como de las presiones que ella
recibe del medio externo.10
La familia enfrenta las crisis a través de la realización de tareas, que producen
cambios en su organización interna y en sus transacciones con las estructuras
sociales y económicas externas. Las tareas familiares de cada fase específica
tienen efecto acumulativo, de modo que el cumplimiento de las tareas de las
primeras etapas fortalece las habilidades de la familia para desempeñarse en
las etapas siguientes en forma efectiva.
Hay permanentemente dos fuentes de tensión en la familia: verticales y
horizontales. Las verticales incluyen los patrones de relación y funcionamiento
transmitidos por las generaciones anteriores, junto con las actitudes, tabúes,
mitos, expectativas y en general la historia familiar previa. Las horizontales
surgen en el transcurso de la evolución de la familia en el tiempo e incluyen las
transacciones en el ciclo vital y los acontecimientos externos que la afectan.
Cuando coinciden o se intersectan acontecimientos tensionadores en el eje
horizontal y en el eje vertical, la tensión normal aumenta, lo que hace más difícil
el proceso de transición y genera crisis en la familia.11
El concepto de ciclo vital familiar no debe tomarse como un instrumento para
medicalizar la vida. La mayor parte de las crisis vitales pasan inadvertidas y
son bien superadas por las familias sin ayuda. 12
Otro aporte, el de González Tornaría, reafirma considerar siempre la variable
implícita del tiempo cuando se habla de ciclo vital, “ya que la familia se
desarrolla en una dimensión temporal que la marca: pasado, presente y futuro
tienen pesos diferentes para cada familia. Así, veremos a algunas más
centradas en el pasado: "mi padre no hubiera resistido esto"; otras, volcadas en
el presente: "debemos disfrutar ahora al máximo a nuestros hijos, ya que el
tiempo vuela"; y otras, en el futuro; "cuando los hijos sean grandes
podremos..."

Por eso se habla de los "ciclos evolutivos o vitales de la familia", conocerlos es


necesario para poder entender por qué la familia tiene que vivenciar algunas
crisis que son normales e inevitables. Siguiendo el paralelo entre lo que sucede
en un individuo y lo que acontece en la familia, se puede entender que los

ciclo vital para cualquier tipo de familia.

10
Dra. Carolina Jara, U. de Chile
11
Dra. Carolina Jara, U. de Chile
12
Clor Eduardo Oyarzú

5
padres se alarmen lo normal frente a algunas enfermedades de sus hijos,
como la peste cristal o un resfrío en la infancia.
Todas ellas constituyen lo que llamamos "enfermedades propias de la infancia"
y por las que tienen que pasar todos los humanos. Igualmente ocurre cuando
el hijo ha llegado a la adolescencia: el hijo crece, se desarrolla, pierde cierta
armonía porque el desarrollo físico le hace perder gracia ante lo
desproporcionado de sus "estirones" o sus "engrosamientos", y se llena de
signos que nadie califica como patológicos. Un adolescente tiene, por ejemplo,
acné, pero si se está atento, se debe reconocer que un adolescente sin acné
es como un jardín sin flores. Necesariamente tiene que pasar por ahí y desde
esas experiencias, va a seguir conquistando otros niveles de maduración.

En las familias también ocurre, atraviesan etapas que encierran el mismo


sentido que tienen en el desarrollo humano la infancia, adolescencia, juventud,
madurez e involución. Toda familia está en alguno de esos momentos cruciales
cuyo sentido y significado es relevante conocer para poder entender, analizar y
emitir opiniones técnicas fundadas respecto de estas crisis que para el común
de las personas y de otros profesionales resulta más difícil de comprender.

Si bien toda familia se encuentra en alguno de estos momentos cruciales es


necesario para el profesional ponderar adecuadamente las situaciones que le
toca conocer ya que debe mediar un criterio adecuado que logre diferenciar
entre una situación que pueda ser asumida por el núcleo familiar de aquellas
que pueden constituir un riesgo evitable para todos o alguno de sus miembros.
Esta apreciación es aún más relevante cuando se trata de niños o adultos
vulnerados en sus derechos que requieren de terceros para protegerse.

2. Antecedentes respecto del estudio del ciclo de vida familiar.


Diferentes disciplinas convergieron para estudiar el desarrollo de la familia.
Entre algunos autores se destacan: Levinger (1972), Solomon (1973), Murstein
(1976), Barragán (1976), Duvall (1977), Estrada (1982), Haley, (1986), Tzeng
(1992), Lamaire y Sánchez Aragón en 1995, para terminar con Díaz Loving en
1996.
Autores como Pollak (1965) clasfican el ciclo en 4 fases:
• antes de la llegada de los hijos
• la crianza de los hijos
• cuando los hijos se van del hogar y
• después de que los hijos se van.

Estrada, posteriormente amplió las etapas planteadas por Pollak definiendo las
siguientes:
• el desprendimiento
• el encuentro
• los hijos
• la adolescencia
• el reencuentro
• la vejez.

6
Tradicionalmente el ciclo vital de la familia ha sido clasificado por Conn13
en relación a la función del cuidado de los miembros que realiza la familia:
Matrimonio

• Expansión

• Dispersión

• Independencia

• Retiro

• Muerte.
Otro autor, Shaik Arletty, desde una posición “ritualista” en la terapia familiar,
plantea que las transiciones del ciclo vital familiar comprenden básicamente:

• el establecimiento de la familia, cuando 2 personas se unen mediante el


contrato matrimonial
• su extensión por el nacimiento de los niños
• su disminución por la emancipación de los hijos
• la muerte de sus miembros y en ocasiones el divorcio.
Desde la sociología Reuben Hill y Evelyn Duvall en 1948 observaron que cada
miembro de las generaciones joven, media y mayor en la familia, tienen sus
propias tareas evolutivas y que el logro de éstas por uno de sus miembros
depende de, y contribuye a, el logro exitoso de las tareas por los demás. En su
trabajo clásico de 1957 en su obra Marriage and family development, Evelyn
Millis Duvall consideró a la familia como un grupo pequeño que cambia y
evoluciona en el tiempo.
La autora describe el desarrollo de la familia en ocho fases, tomando en cuenta
las edades y el número de los hijos de la pareja. Comienza con el matrimonio
de la pareja y termina con la muerte del cónyuge sobreviviente. Todas las
etapas relacionadas con entradas y salidas de miembros de la familia y con
eventos nodales de la crianza. Una generación se apoya sobre la otra en una
"espiral generacional" en mutua interdependencia.
A partir de 1950 en la psiquiatría también aparece la familia, inicialmente
considerada como causa de los problemas del individuo, postura que luego se
profundiza con la antipsiquiatría. A mediados de la década del 50 el psiquiatra
hipnólogo Milton Erikson empieza a tener en cuenta el ciclo vital familiar y si
bien su terapéutica se centra en los síntomas, su objetivo más amplio es la
resolución de los problemas de la familia para que el ciclo vital se ponga
nuevamente en movimiento.
Con el desarrollo de la terapia familiar se fueron describiendo y observando las
diferentes etapas y las correspondientes crisis evolutivas. Jay Haley incluso
postuló que los síntomas son una señal de que la familia enfrenta dificultades
para superar una etapa del ciclo vital.

Las diversas corrientes de la terapia familiar trabajan en base al ciclo vital de la


familia. Cabe destacar que el ciclo de vida ha tenido una aplicación relevante
13
Medicina Familiar, teoría y práctica, Editorial Interamericana México, 1974.

7
en el modelo de medicina familiar, se ha incorporado el modelo de Duvall que
se basa en las vicisitudes de la crianza, tomando como modelo la familia
nuclear norteamericana de clase media. Asimismo ha incluido muchos aportes
de la terapia familiar sistémica.14

3. Clasificaciones del ciclo vital familiar.

El ciclo de vida familiar puede ser descrito en una gran cantidad de formas y
con un número de estadios que varían de 4 a 24. Evidentemente hay
diferentes expectativas, necesidades, crisis y fenómenos en cada una de las
familias cuya sistematización tiene matices y énfasis diversos dependiendo del
autor y del tiempo en el que es planteado.

Análisis de las etapas del ciclo vital familiar.15

En esta evolución cambiante de la familia, hay diversas propuestas teóricas


sobre el Ciclo de Vida de la Familia. Se puede observar que los autores
proponen diferentes números de etapas que constituyen el ciclo y diferentes
procesos o tareas de desarrollo para cada etapa, pero todas, de una u otra
manera, inician con el conocer, trato y selección de los cónyuges, pasan por el
nacimiento de los hijos, la separación de los mismos y terminan en la vejez y
muerte de ambos. La siguiente clasificación es propuesta por Jay Haley y se
incorporó el análisis de otros autores.

1. ETAPA DEL NOVIAZGO


Si bien la familia formalmente se constituye en el momento del matrimonio, los
pasos psicológicos que implican prepararse para la unión y convivencia
estables se inician con bastante anterioridad: el andar juntos (pololeo) y
noviazgo son etapas importantes en esta preparación.
Si se altera la secuencia anterior (andar juntos, ponerse de novios, casarse),
puede aumentar la posibilidad de aparición de problemas posteriores. Cuando
los pasos se dan aceleradamente (como sucede en el matrimonio entre
adolescentes) crecen estadísticamente los fracasos conyugales.
En la adolescencia los jóvenes comienzan el aprendizaje de establecer
relaciones de pareja, las que serán más o menos estables dependiendo de
muchos factores sociales y culturales, ligados a su crianza y personalidad.
No suelen ser conscientes del bagaje familiar que llevan incorporado, aunque
quizás sí de las demandas implícitas de la familia de origen para que forme
pareja.

14
Se aprecia en la Reforma Judicial, especialmente con la creación de los Tribunales de la Familia una
mirada desde lo individual a lo familiar lo que impone la necesidad de incorporar enfoques
interdisciplinarios en el abordaje de las distintas materias.
15
Según Jay Haley, con aportes de Prof. Luis Cibanal y Juan E. Cardona C., entre otros.

8
Cuando finalmente así lo hacen sucederá al mismo tiempo que los padres de
ambos pasarán de alguna forma a ser parte influyente en sus decisiones. No
son sólo dos personas que se juntan sino dos familias y estilos que se ponen
en contacto, situación de la que no siempre se tiene conciencia en virtud de la
“ceguera” propia del enamoramiento. Esta es la etapa de las ilusiones, todo es
perfecto y color de rosa, ninguno tiene defectos serios y los pequeños son
cambiables, se amontonan las virtudes y el amor es para siempre.
Para ingresar adecuadamente a esta etapa, es necesario haberse
independizado emocionalmente de la familia de origen. Esta separación es
importante, para que el formar otra familia no sea meramente un huir de la
propia. Autores como Carter y McGoldrick consideran que la primera etapa de
formación de la familia corresponde a la del adulto joven independiente, en la
cual se ha tenido la posibilidad de formar objetivos personales individuales y de
tener un sí mismo (self) bien diferenciado, antes de poder convivir con otra
persona de un modo estable.

2. ETAPA DEL MATRIMONIO O CONFORMACIÓN DE LA PAREJA


ESTABLE
La decisión de ambos miembros de la pareja de casarse o de vivir juntos da
carácter estable a la relación.
Debiera ser la etapa de establecer o consolidar acuerdos previos sobre la
forma en que cada uno de ellos entiende la relación y las expectativas que
tienen sobre ella.
La relación que de ahora en adelante mantendrán con sus familias de origen es
una parte importante del acuerdo. El tiempo para la procreación, para las
actividades laborales, para los amigos de la pareja y de cada uno son todas
situaciones a conversar y acordar.
Se observa que el bajo nivel de escolaridad, asociado a un inicio precoz en la
vida de pareja incide en que la comunicación y capacidad de negociación para
establecer acuerdos previos se vea limitado.
El hecho real de vivir una suerte de encantamiento en la pareja reciente hace
que algunas veces se evite entrar en temas en los que no están aún de
acuerdo, con el creciente riesgo de que se escondan y aparezcan en el futuro;
los supuestos, la creencia de que ciertas cosas que uno de la pareja ve son
aceptadas por el otro de la misma forma, puede llevar a desengaños dolorosos.
Por otra parte, es la etapa del verdadero conocimiento mutuo, la convivencia
empieza a revelar detalles de la vida cotidiana que no siempre se comparten, lo
que demanda un proceso de adaptación por parte de ambos, proceso en el que
se pueden desatar conflictos, algunos hasta por pequeñeces. Esta etapa de
inicio de conflictos requiere de la puesta en escena de las habilidades
personales para resolverlos.

9
Estas habilidades debieran haberse aprendido en el contexto de la familia de
origen, sin embargo, las altas cifras de violencia intrafamiliar que se conocen
reflejan una carencia de modelos adecuados en la resolución de conflictos.
Convertirse en una pareja requiere que ambos miembros de la misma negocien
un gran número de cuestiones tales como cuándo y cómo hablar, comer,
discutir, dormir, trabajar, tener vacaciones y leer los periódicos del domingo.
Las decisiones que tienen que ver con el dinero, el sexo y lavar los platos ya no
están determinadas individual sino conjuntamente. La familia de origen les
puede haber transmitido sus recetas y consejos para sobrevivir, pero la pareja
debiera examinarlas y quizás liberarse de parte de ese equipaje para volver a
empezar de manera que se adapte a los dos.16

3. EL NACIMIENTO DE LOS HIJOS17.


La llegada de un niño crea madres, padres, abuelos, tíos y repercute a través
de todo el sistema familiar. La criatura puede ser bienvenida o constituir una
dificultad, puede consolidar un matrimonio o disolverlo. Las responsabilidades
de crianza exigen una nueva forma de compromiso.
Esta etapa del ciclo vital contiene en sí misma distintos hitos que podrían estar
marcados por cada hijo que llega, aunque el primero es el que desacomoda a
la pareja en forma más visible ya que automáticamente están en un triángulo.
Pueden surgir en esta etapa celos nuevos, en especial de parte del varón por la
relación madre – hijo y eventualmente desacuerdos en cuanto a la función de
cada uno ante el recién llegado y las tareas de la casa.
La familia puede sufrir alteraciones a causa de la desestabilización de
cualquiera de los miembros de la pareja ante su nuevo rol de padre. Las
restricciones y la falta de privacidad en la actividad sexual que puede
representar la presencia de los hijos, podría crear nuevas tensiones en la
pareja. Esta situación es un problema que se plantea frecuentemente y en
cualquier etapa de la familia especialmente en las familias que viven como
allegadas o en condición de hacinamiento.
Por otra parte, la madre puede llegar a ser la fuente de apoyo de todos los
miembros de la familia a expensas de sus propias necesidades.
En la etapa de cuidado de los niños pequeños se plantea un problema especial
a las mujeres. El ser madres es algo que ellas anticipan como una forma de
autorrealización. Pero el cuidado de los niños puede ser una fuente de
frustración personal. Su educación las preparó para el día en que fueran
adultas y pudieran emplear sus aptitudes especiales, y ahora se encuentran
aisladas de la vida adulta y habitando nuevamente un mundo infantil. Por el
contrario, el marido habitualmente puede participar con adultos en el mundo del
trabajo y disfrutar de los niños como una dimensión adicional de su vida. El

16
Apuntes Diplomado en Salud Familiar U. Chile. Dra. Carolina Jara.
17
Algunos autores denominan a esta etapa junto a la siguiente de familia con hijos preescolares como
de “expansión¨ .

10
padre representa un factor de estabilidad y apoyo para la familia, tanto desde el
punto de vista material como psicológico.18
Asimismo la llegada del primer hijo generalmente intensifica la ingerencia de
las respectivas familias de origen, abuelos y tíos opinan y dan consejos, por lo
que la pareja necesita estar sólida para poner los límites.

4. LA ESCOLARIDAD
Este momento no es considerado por todos como una etapa del ciclo vital,
aunque Jay Haley, por ejemplo, la considera como el inicio de un posible
período de crisis.
El comienzo de las clases del mayor de los niños es un hito importante, incluso
si hubiera estado asistiendo a alguna guardería desde antes. Padres y abuelos
participan del comienzo de la educación formal del primogénito con sus
ansiedades y expectativas. Esto puede ser fuente de tensión.
En esta como en algunas otras etapas, los integrantes adultos de la familia
deben adaptar las creencias de sus familias de origen a las de la familia
nuclear que han constituido. Los niños en contacto con otros niños de otras
familias obligan a los padres a responder y a afirmar el estilo de vida elegido
como propio.
El medio escolar y sus exigencias evalúan la “eficiencia” de la familia en el
proceso de socialización del niño. El niño debe ser capaz de ser productivo y
de integrarse a un grupo de amigos.19
Dice Haley: “La escuela representa para los padres su primera experiencia con
el hecho de que los hijos terminarán por dejar el hogar y ellos quedarán solos
frente a frente.” Agregamos que, además, en muchos padres se asocia a la
inquietud por “lo que ese hijo llegará a ser en el futuro”.
En esta etapa las familias se forman expectativas respecto de las habilidades y
el desenvolvimiento de sus hijos en un contexto de exigencias escolares. Las
dificultades que puedan presentar los hijos producto de sus propias
características o de madurez hacen que estos niños sean más vulnerables a
sufrir maltrato en todas sus formas, asociado a la frustración parental que ello
implica. También aquí se continúan desarrollando los estilos de crianza que se
han adoptado desde etapas tempranas. Es común encontrar niños que
presentan mayor inquietud motora con algún tipo de maltrato especialmente
por parte de los adultos, quienes requerirán mayor entrenamiento en las
habilidades de manejo de conducta de los niños a cargo, para generar
experiencias de buen trato que potencien un mejor desarrollo de ellos.
Al desarrollar el niño un mayor dominio de su cuerpo y comenzar a explorar el
medio circundante, aparece la capacidad de iniciativa y de autonomía. 20 Los
padres debieran reconocer y tolerar esta mayor autonomía, velando al mismo
18
Dra. Isabel Segovia, Fac. Medicina U. de Chile.
19
Zegers (1983)
20
S. Rhodes (1977)

11
tiempo por protegerlo de los peligros que ésta pueda implicar. El exceso de
sobreprotección puede inhibir y coartar potencialidades del niño, generando
sentimientos de vergüenza y humillación.
Es posible observar en muchas familias generalmente al hombre, centrado en
su actividad laboral, que en extremo podría correr el riesgo de transformarse en
un “trabajólico” y de descuidar otros roles así como su desarrollo personal.
Entretanto, la mujer se centra en el ejercicio de su maternidad y arriesga el
descuidar sus aspiraciones y expectativas intelectuales y laborales, así como el
no preocuparse de su aspecto físico. Además, el tiempo relativo que se dedica
a los hijos puede entrar en conflicto con el tiempo que la pareja tiene para sí.
La crisis central es el reabastecimiento versus la autoabsorción o agotamiento.

5. EL MATRIMONIO EN LA MITAD DE LA VIDA.


Este período intermedio se da cuando la pareja lleva varios años juntos, y en
general los hijos se encuentran entre la pubertad y la adolescencia.
Los esposos están posiblemente en la mitad de sus ciclos vitales personales,
con realizaciones laborales o profesionales logradas. No ocurre lo mismo en
otros sectores menos acomodados lo que genera una tensión o estresor
adicional que incide en las interacciones al interior de la familia en un momento
en que los hijos están adquiriendo autonomía, independencia y diferenciación
de sus padres.
En muchas parejas se tiene un enfoque más maduro de la vida y la relación se
profundiza entre ellos al tiempo que amplían su círculo de amistades y de
armonía con la familia extensa, pero también pueden aparecer inconvenientes.
Puede ser que haya conciencia de parte de los esposos en que habrá cosas
que ya no podrán lograr, ambiciones que no se concretarán y puede haber
desilusiones al respecto.
Los hijos adolescentes suelen parecerles diferentes, hasta desconocidos por
sus planteamientos y son fuente de ansiedad y desacuerdo en la forma de
relacionarse con ellos. El adolescente está construyendo su identidad desde su
autoconocimiento, su opción profesional, su definición sexual, su interacción
con los pares (amigos (as) de su misma edad) y es común que cuestione la
relación con sus padres y otros adultos que han representado la autoridad
mediatizada en las normas. Durante esta etapa la familia puede experimentar
momentos de alta tensión en la medida en que direccionan esfuerzos hacia la
estabilidad, sin reconocer el momento de máxima inestabilidad por la que está
atravesando el hijo adolescente.
La principal tarea de la familia en esta etapa es establecer una nueva relación
padres-hijos, y desarrollar la habilidad de flexibilizar los límites lo suficiente
para que los adolescentes puedan tener la libertad que necesitan, sin dejar por
ello de ejercer su rol de padres. Los padres deben continuar estableciendo
límites y negociando con sus hijos.21

21
Rhodes, (1981)

12
La mujer que realiza labores de casa que comienza a tener tiempo libre en el
hogar puede ser que desee emprender actividades que tenía relegadas lo que
obliga a un fuerte reacomodamiento al grupo familiar y a ella misma en cuanto
a confiar en sus aptitudes.
“Uno de los inevitables dilemas humanos es que si un hombre alcanza la mitad
de la vida y ha progresado en status y en posición se vuelve más atractivo para
las mujeres jóvenes, mientras que su mujer, más dependiente de su apariencia
física, se siente menos atractiva para los hombres.”22
En esta etapa muchas actitudes con las que la pareja había resuelto
situaciones anteriores, se han rigidizado y la solución de los conflictos suele ser
más difícil, incluso con terapia. El divorcio puede aparecer como una
posibilidad.

6. LA INDEPENDENCIA DE LOS HIJOS


En esta etapa, también llamada del “destete”, los hijos pueden comenzar a irse
del hogar nuclear, tanto por formar pareja como por estudios. De todos modos
aunque en la actualidad algunos permanecen durante más tiempo en la casa
paterna por la prolongación de la adolescencia, suelen ser más independientes.
Hay muchas familias que soportan adecuadamente la ida de algunos de sus
hijos, pero cuando uno en particular se apresta a irse se produce un conflicto
debido a los vínculos o al rol que ese hijo desempeñaba: puede haber
canalizado parte de la comunicación entre los padres, o haber necesitado de
un cuidado especial en algunos momentos de su vida o simplemente ser el
último en irse lo que dejará al matrimonio solo luego de tantos años.
Para muchas parejas esto suele ser complicado porque se encuentran con que
no tienen nada que decirse o comienzan a reeditar conflictos que habían
dejado pendiente sin resolver desde antes de la llegada de los hijos.
La tarea apunta a permitir y/o aceptar la partida de los hijos como resultado de
un proceso natural. Los padres en esta etapa deben buscar nuevos intereses y
preocupaciones para evitar el apoyarse excesivamente en los hijos, impidiendo
la independencia de éstos. En muchos casos, en este período los padres
tienen que enfrentar la pérdida de sus propios padres y el dolor consiguiente.
Sucede a menudo que las madres se sobre involucran con el hijo menor y les
es difícil desengancharse de él cuando pasa a tener una vida más
independiente. Si en ese momento otro hijo anuncia un nieto, la llegada de
éste puede liberar a la madre de su hijo menor e involucrarla en la nueva etapa
de convertirse en abuela. Si se piensa que el proceso natural es así, se
comprende la importancia de conservar la involucración mutua de las
generaciones. Cuando la gente joven se aísla de sus padres, priva a su hijo de
abuelos lo que también hace más difícil para éstos cubrir etapas de sus propias
vidas.23

22
Jay Haley
23
Prof. Luis Cibanal

13
Con ello se avecina la posibilidad de ser abuelos y las dificultades de aprender
a serlo, respetando o confrontando la voluntad y los modos de crianza de los
nuevos padres.
En muchas familias los hijos se instalan en viviendas en el sitio de los padres
junto a sus familias de procreación, lo cual puede ser tanto fuente de tensiones
y conflictos como fuente de ayuda mutua donde los abuelos siguen teniendo un
rol activo dentro de la familia extensa. En muchas de las familias de escasos
recursos los abuelos se hacen cargo de los nietos por necesidad para
favorecer el trabajo formal de los padres aún no estando en las mejores
condiciones para hacerlo, asumiendo tareas ya cumplidas en otras etapas y
que coartan sus posibilidades de dedicarse a otras actividades.

7. RETIRO DE LA VIDA ACTIVA


La jubilación del marido o de ambos pone a la pareja ante el desafío de volver
a estar casi todo el tiempo juntos, lo que puede resultar fuente de disidencias.
A veces, las personas que han trabajado permanentemente toleran mal el
tiempo libre que depara la jubilación. Ésta puede crear un vacío en el hombre,
equivalente al que deja la partida de los hijos en la mujer que se dedicó a la
crianza de éstos en forma exclusiva.24
La realidad actual prolonga en muchos casos la necesidad de trabajar de uno
de los cónyuges por lo que esta etapa se puede atrasar.
Otras veces también se requiere adaptación a la enfermedad crónica de uno o
ambos cónyuges poniéndose a prueba la capacidad de cuidar al cónyuge
enfermo y limitar la propia actividad.
De todos modos es posible también que el matrimonio entre en un período de
armonía, en especial si los recursos son suficientes, si tienen ambos alguna
actividad que realizar, mayor dedicación a actividades comunitarias o cuando
la pareja logra liberar a sus hijos de manera que estén menos involucrados con
ella.
Haley comenta un caso en el que una esposa desarrolló una incapacidad para
abrir los ojos y el problema se diagnosticó como histérico. El énfasis se puso
sobre ella y su etapa vital. Desde un punto de vista familiar, su incapacidad
podría verse como una manera de apoyar al marido durante una crisis. El
problema surgió en la época en que el marido se jubiló, y se vio degradado de
una vida activa y útil a lo que para él equivalía a ser puesto en un estante sin
ninguna función. Cuando la esposa desarrolló su síntoma, él tuvo algo
importante que hacer: ayudarla a recobrarse. La llevó de médico en médico,
organizó la situación vital de ambos de manera que ella lograse funcionar
aunque no pudiera ver, y se volvió extremadamente protector. Su involucración
en el problema se hizo evidente cuando la esposa mejoró y entonces él
empezó a deprimirse, reanimándose solamente en las épocas en que ella
sufría alguna recaída.

24
Dra. Carolina Jara, U. de Chile

14
La función utilitaria de los problemas, es decir el “para qué sirve un problema"
es igualmente importante en los años de la jubilación, cuando dos personas
sólo se tienen la una a la otra.
Por tanto, es un período en que la familia se reduce generalmente a la pareja,
en pleno retiro laboral, una pareja envejeciente y envejecida, con los hijos
independientes. Estas características han llevado a comparar la etapa con un
“nido vacío”. La tensión se presenta en el cambio de roles pues los padres ya
no son la autoridad ni los proveedores, pasando a ser dependientes de los hijos
y en la reacomodación de la pareja que posiblemente proyectó sus esfuerzos
en la crianza descuidando el subsistema conyugal sin visualizar que el ciclo
vital los pondría nuevamente cara a cara.
Si se logra detener la mirada en lo que hay, es posible encontrar un “nido
lleno” al regresar los hijos y las hijas con nueras, yernos y nietos en un
encuentro intergeneracional en el que los abuelos son acogidos solidaria y
afectuosamente por los hijos.25

8. MUERTE DE UNO DE LOS CÓNYUGES


También esta etapa es llamada de disolución. Los hijos se van ocupando de los
padres ancianos que se han vuelto menos capaces para vivir en forma
independiente. En nuestra realidad se observa que son las mujeres las que en
su mayor parte asumen el hacerse cargo de la generación anterior, esta
generación que por lo general tiene necesidad de apoyo de sus propios hijos o
de otras personas.
En la familia anciana puede ocurrir que alguno de sus miembros les cueste
aceptar un rol secundario en la escena familiar y traten de mantener el grado
de poder que antes tuvieron, ya sea a través del control económico, cuando
tienen recursos, o de sus enfermedades cuando se dan cuenta de que sólo a
través de esto logran la atención o preocupación de la familia.
La muerte de uno de los cónyuges es el fin de la pareja, aunque el
sobreviviente muchas veces mantiene fidelidad al difunto no rehaciendo y ni
siquiera considerando la posibilidad de una nueva unión.
Esto depende además de la edad en que deba afrontarse la viudez. Para
algunos puede ser el comienzo de un largo duelo en el que incluso se llega a la
“sacralización” del fallecido y en otros resulta una verdadera liberación a la que
por diversas razones no hubiera podido llegar a través de la separación o el
divorcio.
Si el sobreviviente es joven y los hijos aún no son independientes se
transforma en una familia uniparental, que a su vez, luego puede transformarse
en ensamblada.26
Tras la viudez, una persona mayor puede encontrar una función útil, otras
veces, en la medida en que los tiempos cambian y los adultos mayores son
25
Juan E. Cardona C.
26
También llamada agregada.

15
vistos como carentes de importancia para la acción de la generación más
joven puede resultar meramente superflua.
La familia en esta etapa, por lo general, debe enfrentar el difícil problema de
cuidar a la persona mayor o enviarla a algún hogar o casa de reposo donde
otros cuiden de ella. Este también es un punto crítico, que no suele ser de fácil
manejo.
Muchas veces se observa que la familia no asume este problema quedando el
adulto mayor en condición de abandono o negligencia por parte de los que lo
rodean, situación que constituye una forma de maltrato. En este caso deben
tomar parte instituciones como los Tribunales de Familia y los Servicios de
Salud.
Cabe destacar, que del modo como los jóvenes cuidan de los “viejos” deviene
el modelo de cómo se cuidará de ellos cuando, a su vez, envejezcan, pues el
ciclo se renueva sin fin.27

3.2. El ciclo vital familiar según Evelyn Duvall


1.- Inicio de la familia. Comienza con el matrimonio de la pareja, la cual se
centra en la formación de una relación intima y un equilibrio de su vida en
común.
2.- Maternidad del primer hijo. Comienza con la gestación, comprende los
ajustes a las necesidades y demandas críticas del niño, hasta los 30 meses de
edad aproximadamente.
3.- Familia con hijos preescolares. En la adaptación a las necesidades del
niño los padres pueden encontrar que su energía y su privacidad se han
reducido, lo cual aumenta con la incorporación de otro niño, generalmente el
hijo mayor tiene entre 30 meses y 6 años.
4.- Familia con hijos escolares. Comienza cuando el hijo mayor entra a la
escuela. Idealmente la familia gira alrededor del ajuste a las actividades de la
comunidad en las que interviene el niño alentando sus logros educativos y
conservando una relación marital satisfactoria. El hijo mayor tiene entre 6 y 13
años.
5.- Familia con hijos adolescentes. Se inicia cuando el niño mayor llega a su
pubertad. Aquí la familia debe adaptarse al equilibrio de la libertad para el
desarrollo con el cumplimiento de las responsabilidades familiares. El hijo
mayor tiene entre 13 y 20 años.
6.- Familia de plataforma. Comienza cuando el primer hijo abandona el hogar
y perdura hasta que el último se ha ido, los padres necesitan reorganizarse y
restablecer la unidad familiar. Se les denomina también familias con
“plataformas de colocación”, comprende desde que se va el primer hijo hasta
que lo hace el último.

27
Apuntes Dip. Salud Familiar, U. de Chile, Dra. Carolina Jara

16
7.- Familia de edad madura. Cuando los hijos han dejado el hogar. Idealmente
los padres de edad madura tienen más tiempo y libertad para cultivar sus
intereses sociales y su tiempo de ocio. Abarca desde el “nido vacío” hasta la
jubilación real.
8.- Familias ancianas. Es una continuación de la anterior y termina con la
muerte de uno de los cónyuges desde la jubilación real hasta el fallecimiento de
ambos. Se entiende por jubilación real la imposibilidad de seguir trabajando.

3.3. Ciclo Vital Familiar según Beavers 28

Una manera de considerar el ciclo vital familiar que parece particularmente útil
es el de la evolución en forma de una espiral entre dos polos: centrípeto -
centrífugo.

Estos términos describen estilos relacionales, organizaciones de la familia, que


deben ajustarse a las necesidades de sus miembros y que se modifican a lo
largo de su vida. Beavers describe así estos sistemas:

Las familias en una configuración centrípeta focalizan sus intereses


primariamente en los eventos intra familiares, establecen fronteras fuertes
hacia lo externo, mientras las fronteras internas son muy permeables.

Hay un alto grado de reactividad emocional, buscan la gratificación


predominantemente dentro de la familia y son menos confiados del mundo
fuera de sus límites.

La espiral de la vida familiar es una representación de los ciclos de los


individuos en la familia con relación a los ciclos de los individuos de otras
generaciones. Se van produciendo cambios en la cohesión familiar, el que
parece oscilar entre la cercanía, períodos de aglutinamiento normal, y períodos
de distanciamiento.

En los períodos de cercanía predominan las fuerzas centrípetas de la familia, y


en los de distanciamiento predominan las fuerzas centrífugas, sin que ninguna
de ellas constituya una condición patológica. Estas oscilaciones del sistema
familiar van construyendo la cadena de generaciones.

En cada período de fuerzas centrípetas, la generación cambia y se inicia otro


eslabón de la cadena. Cuando nace el primer hijo de una pareja todos avanzan
una generación. A través de este proceso repetitivo, la familia proporciona a
sus miembros el medio para la negociación de la cercanía, la intimidad, la
diferenciación y la individuación.29

El nacimiento de un hijo puede ser la fase del ciclo vital que pone en evidencia
el funcionamiento centrípeto de la familia: la familia extensa se reagrupa, nacen
además del niño, los padres, los abuelos, los tíos, etc.

28
Beavers, R., Familias Exitosas , 1995.
29
Dra. Carolina Jara, U. de Chile

17
Estos cambios son profundos, no es simplemente el asumir nuevos roles, es
una reorganización de la identidad; se asumen nuevos compromisos
emocionales y sociales, cambia la relación de pareja y se ponen en marcha
múltiples adaptaciones, hay un alto grado de intimidad.

Se invade el espacio mental y físico del otro, el bebé está en el dormitorio de


los padres, por un periodo disminuye su vida conyugal, los padres interpretan
las necesidades del hijo y actúan de acuerdo a su conocimiento o intuición.

Se ponen en evidencia y a veces en contradicción los sistemas de creencias de


cada familia con respecto a la crianza.

Esta configuración familiar es adaptativa y necesaria en las fases tempranas de


la crianza de los hijos, lo mismo que en toda situación que amenace la vida de
algún miembro y/o la integridad de la familia.

Con el ingreso de los niños a la escuela la familia entra en contacto con un


sistema organizado externo. Ingresan nuevas ideas y perspectivas y los niños
escolares a la vez que se van diferenciando, socializan la familia de nuevo.

Los padres empiezan a perder omnipotencia para el niño y se confrontan las


expectativas y normas familiares con las del sistema social representado por la
escuela. Se pueden poner en evidencia trastornos del aprendizaje o de la
conducta que es necesario ubicar en el contexto familiar y escolar.

A medida que la familia evoluciona hacia la individuación del niño, se va


moviendo hacia una configuración centrífuga, cuyo momento más específico es
el final de la adolescencia cuando los hijos se hacen adultos jóvenes.

Si la familia se observa por un periodo prolongado de tiempo, puede verse


como sus fronteras se modifican de manera regular y predecible.

En familias con adultos jóvenes los límites alrededor de la familia son más
difíciles de definir pero los límites interpersonales entre los miembros de la
familia son más definidos y fuertes por lo que se privilegian los aspectos de la
individuación e identidad personal, intimidad, autonomía e independencia.

Se esperan gratificaciones, se establecen relaciones íntimas y actividades


fuera de la familia. Hay mayor distancia emocional y autonomía de los
miembros de la familia.

Si la fuerza predominante es centrípeta en un momento en el que se precisa


mayor distancia y diferenciación (o viceversa), es posible que aparezca la
disfunción y por lo tanto la posibilidad de problemas de salud.

Por ejemplo si la familia con hijos adolescentes ante la amenaza que puede
representar este periodo para la estabilidad familiar, se cierra y no flexibiliza
sus fronteras, no da lugar a la autonomía y responsabilidad del joven, por tanto,
es muy posible que aparezca algún miembro sintomático, sea el adolescente

18
con un trastorno de conducta, una crisis matrimonial, una madre deprimida, un
padre infartado, etc.
Aparecen síntomas en un miembro cuando no puede lograrse el cambio
necesario para la transformación apropiada y suficiente de la estructura
familiar.

4. Tareas del Ciclo Vital Familiar


4.1. Ciclo Vital Familiar y tareas según Carter y McGoldrick30
El modelo propuesto por estos autores, que divide el ciclo vital familiar en seis
etapas con sus respectivas tareas, tiene la ventaja, de ser fácilmente
identificable y sencillo de recordar para ser utilizado en la práctica diaria.

Etapas del Ciclo Vital Familiar Tareas para el desarrollo


Abandono del hogar • Autodiferenciación de la familia
de origen.
• Desarrollo de relaciones
personales.
• Estabilidad laboral.
Formación de la pareja • Compromiso para comenzar
una relación.
• Redefinición de las relaciones
con la familia extensa
incluyendo a la pareja
Embarazo y parto • Aceptación de niño en la familia.
• Conseguir ser padres sin dejar
de ser esposos.

Familia con niños pequeños • Formación del subsistema


parental.
• Negociación de las relaciones
con la familia extensa
incluyendo el rol de padres y el
de abuelos.

Familia con hijos adolescentes • Modificación de la relación


padres/hijo permitiendo al
adolescente moverse dentro y
fuera del sistema.

Adulto joven y edad media de la vida • Reenfoque de los asuntos


maritales y profesionales.
• Afrontar las incapacidades en y
muerte de, los abuelos.

30
Adaptación de Carter y Mc Goldrick.

19
• Afrontar el propio
envejecimiento y mortalidad.

Contracción de la familia • Mantener el funcionamiento a


pesar de que los hijos se
marchan del hogar.
Muerte y duelo • Afrontar la pérdida del esposo,
hermanos y otros grupos de
pertenencia.
• Preparación para la propia
muerte

4.2. Ciclo Vital Familiar y tareas según E. Duvall31


1. Formación de la pareja y comienzo de la familia, familia sin hijos:
La tarea central de esta etapa es el establecimiento de un compromiso
permanente en el que se profundizan definiciones de las relaciones futuras y
se crean expectativas familiares en común.
2. Etapa de crianza inicial de los hijos:
La tarea fundamental en esta etapa es crear un espacio al nuevo miembro del
grupo familiar, fomentando un ambiente apto para el nuevo ser, como también
para los padres y los hijos que ya constituían el grupo familiar.
3. Familia con hijos pre-escolares:
Aquí la tarea es enseñar, educar y entregar valores al niño pre-escolar,
enseñarle a controlar los impulsos y obedecer las normas que se van
estableciendo dentro del grupo. El niño no siempre comprende cual es el
sentido de éstas por lo que el adulto debe hacer un esfuerzo para dar a
entender el beneficio de su cumplimiento a través de consecuencias concretas.
Por ejemplo, establecer previamente que el niño que no se come la comida, no
tendrá derecho a postre.
4. Familia con hijos escolares:
En esta etapa se debe fomentar en el niño su autovalencia, poniendo en
práctica los valores y normas que se han inculcado previamente, enseñándole
que ahora en adelante habrán más personas importantes en su vida, por
ejemplo: profesores, compañeros, amigos.
5. Familia con hijos adolescentes:
La tarea fundamental es apoyar la formación de identidad de sus hijos, para
que sigan su propio camino teniendo siempre en cuenta los valores que le
fueron entregados.

31
Evelyn Duvall

20
6. Periodo medio, término de la familia:
La tarea fundamental es adaptarse al vacío que han dejado los hijos una vez
que abandonan el hogar, lo mismo ocurre frente a la muerte de uno de los
cónyuges.

4.3. Los deberes básicos de una familia32:


• Conservación física: provisión de un hogar adecuado, ropa y cuidados
de salud para sus miembros.
• Distribución de recursos: percibir fondos y distribuirlos de acuerdo con el
tiempo, espacio y servicios para las necesidades de cada miembro.
• División del trabajo: determinar quien se va a ocupar del sostén, manejo
y cuidado del hogar y de sus miembros.
• Socialización: asegurar que cada miembro de la familia se incorpore a la
sociedad, asumiendo responsabilidad de guiar el desarrollo de patrones
maduros y aceptables de conducta social.
• Interacción: establecer formas para la interacción y comunicación (por
ejemplo, expresando afecto, agresión y sexualidad) dentro de limites
aceptables por la sociedad.
• Expansión y reducción: traer al mundo (o adoptar) y criar niños;
incorporar y liberar en forma apropiada a los miembros de la familia.
• Ubicación de los miembros de la familia en el núcleo social mayor: la
familia asume la responsabilidad de relacionar a sus miembros con la
vida en la escuela, la iglesia, el trabajo, el sistema político y económico,
en fin con la comunidad. También proteger a sus miembros de
influencias externas indeseables.
• Mantenimiento de la motivación y la moral: conservar estos aspectos,
recompensando los logros; superar las crisis personales y familiares;
establecer metas alcanzables y desarrollar valores y lealtad en la familia.
De acuerdo con Duvall todas las familias tienen estos deberes básicos mientras
existan, cada familia realiza estas funciones a su manera, es decir, bajo sus
propias normas únicas.

4.4. Ciclo vital familiar y tareas, adaptado de Florenzano.33

Etapa del ciclo vital de la familia Tareas de la etapa

1.Formación de la pareja • Prepararse para el rol de


hombre o mujer

32
E. M. Duvall
33
R.Florenzano 1994.

21
a) Pololeo y noviazgo • Independizarse de la familia de
origen
b) Matrimonio
• Iniciar la formación de una
identidad de pareja

• Generar una intimidad de


pareja

• Adaptarse a los roles y tareas


de una casa

• Manejo del poder

• Patrones de resolución de
conflictos

2. Crianza inicial de los hijos • Transición de estructura


diádica a triádica

• Aceptación y adaptación al rol


de padres

• Vinculación afectiva madre-hijo

• Cumplir labores de crianza

3. Familia con hijos preescolares • Tolerar y ayudar a la


autonomía de los hijos

• Iniciar proceso de socialización


y control

• Modelos de identificación y
roles sexuales

• Tensiones entre roles laborales


y familiares de los padres

4. Familia con hijos escolares • Apertura a otros ecosistemas:


la escuela

• Debe apoyar la apertura al


mundo extrafamiliar

• Apoyar al trabajo escolar

• Consolidación y estabilización
laboral

5. Familia con hijos adolescentes • La familia necesita hacer los


ajustes que requiere el
comienzo de la pubertad y la

22
madurez sexual

• Ajustarse a las necesidades de


independencia

• Reconocer la prioridad de los


grupos de pares

• Apoyar el desarrollo de la
identidad personal

• Crisis de identidad de los


padres

6. Familia de plataforma o • Tolerar la partida de los hijos


lanzamiento
• Permitir la independencia de
los hijos, elección de pareja y
elección vocacional

• Cambio de límites
intergeneracionales

• Apertura de los límites


familiares

7. Etapa post parental • Readecuarse y vitalizar la vida


de pareja
a) Familia de edad media
• Asumir roles de abuelos
b) Familia anciana
• Desarrollo de un sistema de
relaciones y apoyo mutuo que
permita mantener a las
distintas generaciones en
contacto

• Enfrentamiento de los cambios


biológicos propios de la
involución

• Enfrentamiento a las múltiples


pérdidas: juventud, salud,
vitalidad, trabajo, etc.

• Enfrentamiento de la soledad y
la muerte de la pareja.

5. Crisis en la Familia.34
34
Dra. Eleana Oyarzún N. y Dra. Isabel Segovia D.
Facultad de Medicina U. de Chile.

23
Si todo crecimiento implica cambio, el crecimiento familiar lleva necesariamente
al concepto de cambio en los acuerdos de relación, en las reglas con que se
maneja una familia en la cotidianeidad de sus intercambios.
También se sabe que el repertorio de reglas con que cuenta una familia no es
ilimitado. Muy por el contrario, está firmemente acotado por las historias de los
miembros que la componen y de las cuales se deriva un sistema de creencias.
El hecho de compartir ese sistema de creencias y la manera especial en que
éste se pone en juego en cada situación, a través de las reglas de relación, es
lo que garantiza la unión y la permanencia en el tiempo de una familia como tal.
Es evidente que en todo proceso de crecimiento familiar, y más precisamente
en el cambio de una etapa a otra, lo que debe negociarse es ese gran paquete
formado por el sistema de creencias compartido y las reglas que lo mantienen,
unidos ambos términos en un proceso de retroalimentación continua.
La posibilidad de un sistema de acomodarse a la nueva situación evolutiva,
habla de una familia cuyas reglas y sistema de creencias son lo
suficientemente flexibles como para que su funcionalidad no se vea lesionada.

El momento de transición de una etapa a otra es un momento de crisis, en el


cual los miembros de la familia tienen la clara percepción de que las reglas con
que se venían manejando ya no sirven y que aún no han surgido de ellos, otras
nuevas que las reemplace.
Toda persona, familia o grupo pasa durante el curso de su desarrollo normal
por períodos en que tanto la tensión interna como externa aumentan
perturbando su estado de equilibrio con el ambiente.
Estos episodios se inician habitualmente por la necesidad de desarrollo de sus
miembros o por problemas serios vividos como “acontecimientos peligrosos”. El
impacto de estos acontecimientos perturba el balance homeostático de la
familia, dejándola vulnerable, con gran tensión y ansiedad.
Se puede definir una crisis como un estado de desorganización y alteración
que experimenta una persona, resultado de la reacción del individuo ante un
obstáculo a sus objetivos o expectativas vitales, un suceso que ha percibido tan
peligroso que le lleva a sentirse impotente e incapaz de enfrentarse a él de
forma eficaz con los medios habituales de resolución de problemas.

Los “acontecimientos peligrosos” son un conjunto de dificultades que pueden


desencadenar las crisis. Tales acontecimientos o eventos pueden ser previstos
como el matrimonio, la llegada del primer hijo o imprevistos como la muerte
inesperada, la separación, la pérdida de empleo. También se pueden identificar
como cambios en el ambiente físico (terremoto, inundación, cambio de casa,
etc.), cambios en el ambiente psicosocial (pérdida de un ser querido,
separación matrimonial, etc.) o cambios en el ambiente biológico (aparición de
enfermedad crónica). Estas crisis vitales producen un desajuste con el medio.

El símbolo chino de crisis significa “peligro y oportunidad”, sugiriendo que el


cambio siendo un peligro es también una oportunidad, el desenlace no está
predeterminado al momento del inicio. Si la crisis se resuelve positivamente,

24
ésta se integra a la vida de la persona y queda preparada para enfrentar en el
futuro una nueva crisis, adquiere de esta forma, una herramienta que agrega
en su “mochila” de recursos para utilizar en otra situación de crisis.

La crisis es por ello también una oportunidad, que no necesariamente debe


evitarse. Puede esperarse que frente a un estado de crisis, se sigan patrones
secuenciales de desarrollo a través de diversas etapas y que tenga el potencial
de resolución hacia niveles de funcionamiento más altos o más bajos.

Es posible también, pasar por una crisis que no de como resultado un cambio;
hay personas y familias que atraviesan el conjunto de las crisis de la vida sin
agregar nada nuevo a su repertorio, sin aprender nada nuevo.

Existen factores que pueden ayudar a las personas a recuperar su equilibrio


(factores niveladores o de compensación) y que son:
• La percepción del acontecimiento (gravedad objetiva y subjetiva del
suceso precipitante).
• Los apoyos situacionales disponibles (recursos sociales del individuo,
redes de apoyo).
• Los mecanismos de defensa (características de personalidad,
experiencias previas).

La resolución final de la crisis depende de las fuerzas o debilidades en
cualquiera de estos factores.

5.1. Tipos de Crisis.

Tal como se describen eventos normativos o situaciones esperables en el


transcurso de la vida de las familias aparecen otros llamados no normativos o
accidentales que son especialmente relevantes para los profesionales que
trabajan en esta área porque son hechos que se caracterizan tanto por alterar
la dinámica familiar como por gatillar problemáticas que pueden llegar a
requerir la intervención de los Tribunales de Familia y otras instituciones afines.

Crisis Normativas.

Son aquellas crisis esperables en el ciclo de vida y la superación de ellas es


parte de todo proceso de crecimiento y desarrollo. También se les denomina
crisis del desarrollo, son universales y por tanto previsibles, debieran ser
manifiestas, pero en algunos casos pueden poseer algunos rasgos encubiertos.

Pueden dar lugar a cambios permanentes en el status y función de los


miembros de la familia, aunque a veces tienen un carácter temporal. Tienen

25
relación con las etapas del ciclo vital individual y familiar, en el ciclo de vida
familiar abarcan:

• Matrimonio
• Nacimiento de los hijos - nietos
• Escolaridad
• Adolescencia
• Lanzamiento de los hijos. Adulto joven
• Jubilación
• Vejez
• Muerte

Algunos de estos cambios evolutivos son sutiles y graduales, otros son


abruptos y dramáticos. Algunos son determinados por las diversas etapas
biológicas y otros por condicionamientos de la sociedad.

En el matrimonio hay crisis de desarrollo más sutiles. Una es producida por el


´´enfriamiento del amor romántico´´35 que ocurre durante el primer año de la
vida en pareja a medida que cada uno va viendo al otro más claramente
(menos idealizado); la luna de miel termina y es reemplazada por una
convivencia mucho más madura.

Alrededor de los cuarenta años, los hombres pueden volverse más conscientes
de las pautas de éxito o fracaso de su carrera y replantean sus metas, a las
mujeres profesionales les ocurre lo mismo. Las que han centrado su vida en la
crianza de los hijos son mucho más propensas a la crisis cuando llega la etapa
del nido vacío.

De la misma forma, durante la crianza de los hijos se producen sutiles crisis


normativas. Los hijos cambian a medida que crecen, a los dos años los niños
aprenden a decir “no”, a los diez años se esfuerzan por complacer y a los
catorce hacen caso omiso de sus padres y buscan, en cambio, la inalcanzable
seguridad que les brindan sus pares.

En cada etapa del desarrollo ocurre una crisis de algún tipo y la familia debe
adaptarse a la cambiante capacidad funcional o al estado emocional de la
persona que entra en la nueva etapa del desarrollo. La respuesta de muchas
familias es demorar el cambio o incluso evitarlo y también puede ocurrir que
algún miembro de la familia desee que los cambios propios del desarrollo sean
más rápidos o pronunciados.

El modelo del ciclo familiar con sus crisis sirve a las familias porque, entre otras
cosas, saber que otros pasan por problemas similares tranquiliza y ayuda a
sentirse capaz de enfrentar la crisis. También permite a los profesionales que
trabajan en el área de la familia, situar cada crisis del ciclo familiar y tener una
visión más completa, contextualizada y evolutiva para el momento de analizar,
emitir un juicio profesional o planificar una intervención.

35
Dra. Isabel Segovia D., Texto Intervención en crisis 2005, F. Medicina U. de Chile.

26
Crisis no normativas o situacionales.

Se refiere a la ocurrencia de eventos inesperados o accidentales en la vida de


una persona o familia. Por ejemplo, la enfermedad física o mental de algún
miembro, separación conyugal, pérdida material, etc.

McCubbin y Figley la definen como “un evento inesperado, que representa una
amenaza a la supervivencia familiar y que debido a las circunstancias en que
se presenta deja a quienes la experimentan con una sensación de intenso
desvalimiento”.

Se caracteriza por ser un estado temporal de trastorno psicológico


caracterizado por ansiedad, confusión y desorganización, causado por un
suceso inesperado que es vivenciado como amenaza o pérdida y que resulta
insuperable con los mecanismos habituales de la persona para enfrentar
problemas.

Lo sobresaliente de estas crisis es que son completamente impredecibles, no


tienen relación con la etapa del desarrollo y pueden afectar a cualquiera e
cualquier momento.

Las personas en crisis presentan frecuentemente síntomas, como ansiedad,


sentimientos de desamparo, confusión, inadecuación y cansancio, diferentes
síntomas físicos, y también desorganización en el funcionamiento de sus
relaciones y actividades familiares, laborales y sociales.

Las crisis no normativas, inesperadas, son enfrentadas por él o los miembros


afectados a través de etapas, llamadas las etapas de afrontamiento:

1. Mecanismo de negación y bloqueo durante la situación


traumática: Es la primera reacción, de huida o de lucha. Hay una
no percepción en su totalidad de la magnitud del desastre o
problema.

2. Repercusión emocional de la experiencia: En esta segunda etapa


se padece en plenitud el dolor psíquico y el impacto objetivo del
evento, hay una descarga emocional intensa. También puede
haber rabia y el cuestionamiento “¿por qué yo?”
3. Elaboración de la crisis: En esta etapa se produce la
reconstrucción saludable de la experiencia, la aceptación de la
realidad y la elaboración de la crisis.

El éxito o fracaso en la resolución de las crisis dependen de varios factores:

1. La percepción del problema, la comprensión cognitiva emocional de la


situación.

2. El estado o fortaleza del yo, o sea la capacidad para enfrentar la


situación.

27
3. Los mecanismos de enfrentamientos conscientes e inconscientes, los
mecanismos de defensa:

• Negación: tratar los factores obvios de la realidad como si no


existieran porque son intolerables conscientemente.
• Proyección: atribuir inconscientemente a otros nuestras propias
cualidades y emociones inaceptables.
• Regresión: volver a un nivel anterior de desarrollo y organización
emocionales.
• Racionalización: tratar de justificar o de hacer conscientemente
tolerable por medios factibles los sentimientos, comportamientos y
motivos que de otra manera serían intolerables.
• Fantasía: satisfacción de las necesidades mediante el “soñar
despierto”.
• Desplazamiento: transferir los sentimientos inaceptables despertados
por una situación u objeto a un sustituto más aceptable.
• Conversión: la expresión inconsciente de un conflicto mental a través
de un síntoma físico, somatización.

4. La red de apoyo familiar y social: Los límites familiares ambigüos, con


ausencia de apoyo físico o psicológico y la negación permanente de la
existencia del suceso que produce la crisis, son barreras familiares para
afrontar y elaborar una crisis no normativa.

5.2. Crisis de acuerdo a la situación desencadenante:

Crisis en la vida familiar

Crisis normativas Crisis no normativas


Por adición: • Embarazo no deseado
Embarazo • Llegada de alguien no
Nacimientos planificado
Adopción
Por pérdida: • Hijos que se fugan del hogar
Alejamiento de los hijos • Accidentes, delitos en la familia
Pérdida de rol por enfermedad • Pérdida del trabajo
Muerte de familiares o amigos • Hospitalización
mayores • Deserción o separación de la
pareja
• Muerte repentina
Por cambio de status: • Alcoholismo, drogas
Transición del ciclo vital individual • Cesantía
Promoción laboral • Prisión
Jubilación • Expulsión escolar

28
5.3. Crisis normativas en las etapas del ciclo vital36
Durante el ciclo de vida se van sucediendo eventos esperables que, no
obstante, generan alguna tensión al interior de la familia.
1. Formación de la pareja y comienzo de la familia, familia sin hijos:
• Las decisiones adecuadas o inadecuadas frente al manejo de la
conducta sexual pueden traducirse en embarazos no esperados.
• La decisión de ambos con respecto al momento más adecuado para el
matrimonio o para iniciar una unión consensual, lo que si no se toma
con madurez puede generar tensión.
• El uso del tiempo libre de ambos, por ejemplo, cuando no se logran
acuerdos respecto de la frecuencia de visitas a sus padres.
2. Etapa de crianza inicial de los hijos:
• Puede existir una constante presión hacia la madre primeriza, o que ésta
se sienta muy presionada.
• Frente al parto la mujer enfrenta un cambio de identidad al momento de
asumir su nuevo rol de madre, el cual puede desencadenar incluso
depresión post parto, que es necesario pesquisar para dar un adecuado
tratamiento terapéutico evitando, de este modo, consecuencias
negativas para todos los miembros de la familia, en especial, para los
niños.
• El marido también puede experimentar sensaciones de exclusión al
sentirse desplazado por la llegada del nuevo miembro al grupo familiar.
3. Familia con hijos pre-escolares:
• El tiempo que se dedica a los hijos puede generar conflictos con el
espacio que se dispone para la pareja.
• Por otra parte, el tiempo dedicado a la crianza de los hijos puede
provocar problemas en la pareja, en el hogar y en lo laboral,
especialmente en el caso de la mujer trabajadora y jefa de hogar.

4. Familia con hijos escolares:


• Salida del niño del hogar poniendo a prueba la tolerancia de la familia
tras el distanciamiento inicial.
• Podrían producirse fobias escolares en el niño que ha sido
sobreprotegido.
• El rendimiento escolar es un área de preocupación y posible conflicto en
la familia.

36
E. Duvall

29
• La adaptación sexual en la vida de pareja puede sufrir altos y bajos,
etapa en que la preocupación por el hijo y el trabajo pueden convertirse
en obstáculos para lograr una adaptación satisfactoria.
5. Familia con hijos adolescentes:
• aceptación del crecimiento biológico y en especial del desarrollo sexual
de los hijos.
• La crisis de la adolescencia muchas veces coincide con la edad media
por la que pasan los padres lo que hace ha esta etapa más conflictiva
• padres que se identifican con sus hijos lo que los hace competir en
logros deportivos o sentimentales con ellos o pretenden dirigir sus vidas
y realizan sueños no cumplidos a través de los hijos
6. Periodo medio, término de la familia:
• Es una etapa relacionada con el distanciamiento entre los hijos y los
padres.
• La familia que tolera mal el distanciamiento puede presionar a sus hijos
para impedir que se alejen.
• La salida de los hijos de la casa puede ser un hecho conflictivo
especialmente en aquellas mujeres que centraron sus vidas en la
crianza de sus hijos.
• Pueden surgir dificultades en la relación de pareja al darse cuenta que
no desarrollaron áreas de interés común fuera del cuidado de sus hijos.
• La aceptación de la jubilación y el retiro en aquellas personas que
centraron su vida adulta y su auto imagen en el trabajo puede generar
sentimientos de minusvalía y aislamiento.

5.4. Procesos centrales en las etapas del ciclo vital familiar:

1.- Intimidad / idealización o desilusión: En la formación de la pareja resulta


relevante el conocimiento de ambos para evitar la idealización y desilusión.
Lograr la intimidad se relaciona con conocer de manera realista al otro,
aceptarle y estrechar lazos de amor y amistad con él o ella. Esto se logra con
un alto grado de diferenciación con respecto a la familia de origen. Es una
etapa de conflicto por las intensas negociaciones que hay que hacer con otro,
surge la complementariedad positiva o enlaces de adaptación y
complementariedad negativa.

2.- Reabastecimiento/ autoabsorción: Años de crianza de los niños.


Reabastecimiento se relaciona con encontrar redes de apoyos emocionales y
sociales para asumir la crianza de los niños. Autoabsorción se relaciona con el
agotamiento en la capacidad de dar y la absorción de la energía, se pueden
manifestar crisis familiares en esta etapa como el nacimiento de los hijos,
formación de relaciones triádicas, díadas madre-hijo, hijos con exclusión del

30
padre, díadas entre cónyuges sin responder a las necesidades de los hijos,
cada uno para si mismo, familias que no forman subsistemas de cooperación.
Ayudan en esta etapa los recursos internos de cada familia y un ambiente
acogedor y protector para que los adultos recuperen sus energías.

3.- Individualización de los miembros de la familia/ organización pseudo


mutua: En esta etapa los miembros de la familia se empiezan a independizar
progresivamente. Existe apoyo a la formación de identidad fuera de los límites
familiares. Muchas mujeres entran en crisis frente a la disminución de su rol de
cuidadoras, lo cual disminuye su autoestima. Si no se produce un apoyo
efectivo a la independencia de los hijos, habrá problemas con la diferenciación
posterior. En la organización pseudo mutua existe una organización aparente,
una armonía que se mantiene negando las diferencias, solo se acepta a
quienes tienen sus mismos dogmas. Se puede experimentar como una
sensación de miedo al exterior.

4.- Compañerismo /aislamiento: Familia con hijos adolescentes. Se pueden


presentar mayores conflictos por mayor autonomía que van adquiriendo los
hijos. El desafío es fomentar el compañerismo al interior y fuera de la familia.
Esto se logra a través del acercamiento con la pareja, la negociación con los
hijos de las diferencias. Si no se realiza este proceso se tiende al aislamiento
de los distintos miembros de la familia.

5.- Reagrupación / atadura o expulsión: Familias que tienen hijos que


abandonan el hogar, por independencia o formación de sus propios hogares.
Es clave la existencia de una relación de pareja, más allá de los hijos, y los
recursos de éstos para enfrentar la independencia, existencia de un subsistema
fraternal con recursos de apoyo, habilidad para que el núcleo familiar se
reagrupe luego de la partida. La rigidez frente a la autonomía, tiende a la
atadura de los hijos, sobreprotección, o a la expulsión, separación física, pero
no psicológica. En la auténtica separación la cercanía puede darse pero sin
absorción.

6.- Redescubrimiento / desesperación: Es la primera etapa de la fase post


parental. Se presentan readaptaciones maritales, intentos mutuos de padres a
hijos para volver a conectarse. Se negocian nuevos roles, conyugales y
paternales, nuevos tipos de relaciones por cambios de status, relación padre-
hijo, adulto - adulto. Se fomentan las relaciones de cercanía, pero no de
absorción.

7.- Ayuda mutua/ inutilidad: Es el período de los padres desde su jubilación


hasta la muerte. Hay encuentro de 3 generaciones (padres, hijos, nietos), es
una oportunidad de compartir tareas intergeneracionalmente, desarrollar tareas
de apoyo y ayuda mutua en base al respeto y las capacidades que tenga el
otro. Es importante no crear sensación de inutilidad.

31
III. Familias Multiproblemáticas y Ciclo Vital Familiar.37 38

Es de vital importancia tener en cuenta las variaciones culturales, étnicas y


socio económicas del ciclo vital familiar. Hay culturas en las cuales la familia
tiene una mayor continuidad, en las que la adolescencia se prolonga y otras en
la que prácticamente no existe, culturas en las que los abuelos participan en la
crianza de sus nietos y no hay nido vacío, otras en las cuales jubilarse puede
ser catastrófico por la inseguridad económica y la falta de protección social en
períodos en los que el riesgo para la salud es mayor.

En las instituciones que trabajan en el área de la familia es posible observar a


algunas que se caracterizan por presentar dificultades en muchas áreas y
frente a las cuales los profesionales pueden hacer importantes aportes.
Algunas de las características que se describen a continuación pueden parecer
extremas para algunas personas, pero para los profesionales que trabajan en
sectores vulnerables de la población resultan modelos conocidos.

En este contexto están las denominadas familias multiproblemáticas, una de


sus características es que infravaloran la relación entre vínculo afectivo y
vínculo legalmente reconocido.

El aplazamiento del matrimonio se prolonga, las viudas no celebran un


segundo matrimonio, no se legalizan las separaciones, ni se reconocen a los
niños nacidos fuera del matrimonio, por tanto, el conjunto de personas que
viven dentro de una casa no coincide con el de la familia legalmente
reconocida.

Estas familias presentan un ciclo de vida específico, en la medida en que sus


etapas patrón se aglutinan y no presentan etapas diferenciadas como en las
demás familias.

Fulmer (1989) (Nieto, 1997) compara el ciclo de vida familiar de una muestra
de familias de profesionales y familias de los "ghetos" urbanos de ascendencia
urbana. La conclusión a la que llegan es que, mientras que en las familias de
profesionales se da un alargamiento de cada una de las fases de su ciclo de
vida, las familias pobres generan tres generaciones, mientras que las familias
profesionales sólo llegan a dos. Para las familias de profesionales, el
nacimiento del primer hijo se da entre los 30 - 35 años, en las familias pobres el
nacimiento del primer hijo ocurre entre los 15 y 17 años. Fulmer (1989, op. cit.)
considera la prevención del embarazo adolescente la principal tarea, ya que
este hace imposible la individuación.

37
Artículo del Dr. Javier Santacruz Varela tomado de la Revista Médica del IMSS Rev. Med.
IMSS (Mex) 1983.

38
La familia multiproblemática y el modelo sistémico de Magdalena Rodríguez M. art. On line.
www.redsistemica.com.ar/multi.htm

32
Las implicaciones de estas diferencias en el ciclo vital familiar son que en las
familias de profesionales el alargamiento de la adolescencia causa problemas
relativos a la autonomía. Por ejemplo, los padres de estas familias
preocupados por la autonomía de sus hijos tenderán a acompañarles más de
cerca contribuyendo a la aparición de comportamientos de dependencia por
medio de una profecía que se auto realiza.

Por el contrario, la aceleración intrínseca de las etapas del ciclo vital familiar
en las familias pobres y las consecuentes modificaciones de la estructura (por
muerte, abandono, embarazo, desempleo de sus miembros) contribuye a la
inestabilidad de dicha estructura que no puede colaborar, por tanto, a las
necesidades del desarrollo individual de sus miembros.

Fulmer (1989, op. cit.) constata también que, mientras que para las familias
pobres el trabajo es concebido únicamente como un medio para conseguir un
salario, para las familias profesionales el empleo se integra en un sentido de
misión, pudiendo constituirse en la principal fuente de gratificación personal y
sustituyendo incluso a la familia.

También existen diferencias en cuanto a la manera de entender la escuela y la


educación profesional: para las familias pobres, cuyo horizonte más probable
es el desempleo, la escuela es vista como no significativa en relación con la
posibilidad de conseguir empleo. Para las familias profesionales la educación
prolongada es condición indispensable para la posibilidad de éxito en el futuro.

Parentalidad y conyugalidad en las familias multiproblemáticas.

En las familias multiproblemáticas están deterioradas las funciones parentales,


tanto en su función de provisión como en su función socializadora. Por tanto, se
obstaculiza el apoyo emocional, es decir, no se transmite a los hijos la
seguridad profunda de que son queridos y valorados por sus padres. Los hijos
pueden ser instrumentalizados por sus padres y/o rechazados.
En cuanto a las funciones socializadoras se puede afectar la protección del
niño respecto de su entorno ecológico, también pueden alterarse las normas o
transmisión de estas y valores culturales. Esto inhibe el desarrollo de la
consideración y el respeto a la sociedad por parte del niño, por lo que
establece una relación de conflicto con su entorno.
También está deteriorada la conyugalidad. Con mucha frecuencia son parejas
que se eligen de forma utilitaria, sus carencias les llevan a intentar obtener del
otro lo que le falta a sí mismo, pero el otro lo frustra una y otra vez porque

33
tampoco tiene satisfecha sus propias necesidades. Es una relación de
complementariedad que ya nace muerta. En estas familias es más frecuente
que en otras la existencia de sexo en ausencia de amor. Los cónyuges se
utilizan mutuamente y consensuan dicha utilización, pero son incapaces de
darse afecto y reconocimiento.
Los efectos sobre los hijos son graves y complejos y con frecuencia se da el
abuso sexual y el maltrato, ya que los impulsos agresivos fluyen libremente
hacia los hijos, sin el control de las funciones protectoras.
¿Por qué en estas familias no emerge un subsistema conyugal claramente
definido?
Han existido fracasos individuales previos en el ejercicio competente de otros
papeles, se espera el éxito de la procreación y el desarrollo del papel maternal.
Al haber tenido una infancia y relaciones familiares poco favorables, la joven
madre hipervalorará esta función y depositará en ella expectativas altísimas.
Esto implica un detrimento del rol de esposa. Además en la relación conyugal
por parte del hombre existe un fuerte componente de hijo - marido. El hombre
es a la vez, dependiente y autoritario en relación con la esposa. El hombre,
según Minuchin (1967), se siente celoso de la importancia que tienen los hijos
para la mujer y de la atención que les dedica.
Es característico que la figura paterna sea periférica (Minuchin 1967). Las
razones de esto son, tanto una falta de sentido de la responsabilidad, como
una profunda desconfianza en sus capacidades de reaccionar.
El padre, en palabras de Minuchin (1967), tiene una función flotante, siendo su
presencia en la estructura familiar esporádica. Esto, no quiere decir que no
contribuya a la vida familiar, sea financieramente, sea sexualmente. Los
acontecimientos estresantes exteriores (paro) o internos (lucha de poder en la
pareja, conflictos con la familia extensa) son resueltos por el abandono físico o
psicológico (alcoholismo, toxicomanía) de su posición en la estructura de la
familia.
Esta ausencia, lleva a que los hijos varones no tengan un modelo de
identificación masculino, que acaba siendo ocupados por líderes de bandas,
traficantes, etc., que llevan al niño desde muy temprano a asociar masculinidad
con violencia. Además, los hijos muy rara vez ven una relación hombre - mujer
de cooperación o mutualidad.
Tanto los hijos como la madre aceptan este déficit en la estructura familiar, de
modo que asimilan que el papel masculino en la familia es inútil o de utilidad
desconocida.
La segunda configuración típica de las familias multiproblemáticas son
matrimonios de breve duración entre personas muy jóvenes que no tienen
tiempo de levantar una familia autónoma desde el punto de vista económico y
de vivienda.
Uno o ambos miembros de la pareja tienen historias de inadaptación escolar,
toxicomanías y otras conductas problemáticas. Mantienen una relación
conflictiva y confusa de la que los hijos son el único testimonio y el único

34
resultado de su unión. En algún momento uno de los dos miembros
desaparece de la vida del grupo que a partir de aquí se une a una familia
extensa centrada en la figura de la abuela.
Según ha descrito Minuchin (1967) surge otra característica estructural de
estas familias: "la abuela ausente". La joven madre vuelve a ser hija en casa de
su madre, junto a sus hijos. Ya no hay abuela porque ejercita el mismo rol
materno ante su hija y ante sus nietos.
También puede desaparecer la madre y entonces es la relación madre - hijo
sobre la cual gira el sistema extenso, sobre todo si el hijo desarrolla las
funciones de su padre.
Cuando comparamos esta observación de "la abuela ausente" con el estudio
de Fulmer (1989, op. cit.) mencionado anteriormente, en relación con la
aceleración del ciclo vital familiar, se ve que a los tres niveles generacionales
constituidos demográficamente, se corresponde según la observación de
Minuchin sólo dos niveles funcionales de la estructura familiar.
También existen familias en torno a una mujer sola que decide criar a sus hijos
habidos de parejas con las que no se generan relaciones estables.
La última configuración típica es aquella en la que un trauma dramático e
imprevisto determina una modificación brusca del funcionamiento de la familia:
"Familia Petrificada". La estructura familiar salta por los aires ante un
acontecimiento. La muerte de un hijo, la intervención violenta del tribunal sin
muchos datos, se cambian las funciones de los distintos miembros
petrificándolas y poniendo en marcha un círculo vicioso de la incapacidad
funcional, la desorganización y la intervención descoordinada de los servicios.
Son familias cuya procedencia social y nivel cultural son menos débiles que la
de las otras familias multiproblemáticas. Es muy útil escucharles para que
puedan elaborar el duelo que la familia no es capaz de afrontar.39

IV. ANEXOS
1. Tabla 1: Escala de Acontecimientos Vitales
Estresantes
Por favor, señale con un círculo aquel o aquellos acontecimientos vitales que le
han sucedido en el último año.

1. Muerte del cónyuge 22. Juicio por crédito o hipoteca


2. Divorcio 23. Cambio de responsabilidad en el

39
www.redsistemica.com.ar/multi.htm

35
trabajo
3. Separación matrimonial 24. Hijo o hija que deja el hogar
4. Encarcelación 25. Problemas legales
5. Muerte de un familiar cercano 26. Logro personal notable
6. Lesión o enfermedad personal 27. La esposa comienza o deja de
trabajar
7. Matrimonio 28. Comienzo o fin de escolaridad
8. Despido del trabajo 29. Cambio en las condiciones de vida
9. Paro 30. Revisión de hábitos personales
10. Reconciliación matrimonial 31. Problemas con el jefe
11. Jubilación 32. Cambio de turno o de condiciones
laborales
12. Cambio de salud de un miembro de la 33. Cambio de residencia
familia
13. Drogadicción y/o alcoholismo 34. Cambio de colegio
14. Embarazo 35. Cambio de actividad de ocio
15. Dificultades o problemas sexuales 36. Cambio de actividad religiosa
16. Incorporación de un nuevo miembro a 37. Cambio de actividades sociales
la familia
17. Reajuste de negocio 38. Cambio de hábito de dormir
18. Cambio de situación económica 39. Cambio en el número de
reuniones familiares
19. Muerte de un amigo íntimo 40. Cambio de hábitos alimentarios
20. Cambio en el tipo de trabajo 41. Vacaciones
21. Mala relación con el cónyuge 42. Navidades
43. Leves transgresiones de la ley

Nº de AVE =
Puntuación =

2. Tabla 2: Escala de Acontecimientos Vitales


Estresantes (2)

ACONTECIMIENTOS VITALES ESTRESANTES: este cuestionario es


autoadministrado y se trata de que el encuestado rellene con un círculo el
número o números que corresponde/en al/los acontecimiento/os que haya
padecido en el último año. La puntuación del test se realiza sumando la
puntuación que corresponde a cada suceso según la siguiente tabla:

36
1. Muerte del cónyuge: 100
2. Divorcio: 73
3. Separación matrimonial: 65
4. Encarcelación: 63
5. Muerte de un familiar cercano: 63
6. Lesión o enfermedad personal: 53
7. Matrimonio: 50
8. Despido del trabajo: 47
9. Paro: 47
10. Reconciliación matrimonial: 45
11. Jubilación: 45
12. Cambio de salud de un miembro de la familia: 44
13. Drogadicción y/o alcoholismo: 44
14. Embarazo: 40
15. Dificultades o problemas sexuales: 39
16. Incorporación de un nuevo miembro a la familia: 39
17. Reajuste de negocio: 39
18. Cambio de situación económica: 38
19. Muerte de un amigo íntimo: 37
20. Cambio en el tipo de trabajo: 36
21. Mala relación con el cónyuge: 35
22. Juicio por crédito o hipoteca: 30
23. Cambio de responsabilidad en el trabajo: 29
24. Hijo o hija que deja el hogar: 29
25. Problemas legales: 29
26. Logro personal notable: 28
27. La esposa comienza o deja de trabajar: 26
28. Comienzo o fin de la escolaridad: 26
29. Cambio en las condiciones de vida: 25
30. Revisión de hábitos personales: 24
31. Problemas con el jefe: 23
32. Cambio de turno o de condiciones laborales: 20
33. Cambio de residencia: 20
34. Cambio de colegio: 20
35. Cambio de actividades de ocio: 19
36. Cambio de actividad religiosa: 19
37. Cambio de actividades sociales: 18
38. Cambio de hábito de dormir: 17
39. Cambio en el número de reuniones familiares: 16
40. Cambio de hábitos alimentarios: 15
41. Vacaciones: 13
42. Navidades: 12
43. Leves transgresiones de la ley: 11

Con esta información se completa el impreso anterior.


En la casilla superior se introduce el número del AVE.
En la casilla inferior se introduce la puntuación sumada.
En algunos acontecimientos como "Vacaciones" o "Navidades" surgirán
posiblemente dudas, a lo que se responderá diciendo que lo marquen si es que
supuso o ha supuesto algún tipo de estrés, sin más.

37
3. Tabla 3: Cuestionario del APGAR familiar
Identificación:

Apellidos ……………………………………… Nombre ………………………..…….


Dirección ……………………………………… Edad ………..…………….........
Historia Nº………………..........

38
Cuestionario Casi Algunas Casi
siempre ocasiones nunca
Me siento satisfecho con la ayuda
que recibo de mi familia cuando
tengo algún trastorno
Estoy satisfecho con la manera en
que mi familia toma decisiones y
comparte temas
Encuentro que mi familia acepta mis
deseos de realizar nuevas
actividades o de hacer cambios en mi
estilo de vida
Estoy satisfecho con la forma en que
mi familia expresa afecto y responde
a mis sentimientos
Estoy satisfecho con la cantidad de
tiempo (espacio o dinero) que mi
familia y yo pasamos juntos

Puntuación
Casi siempre = 2 puntos; algunas ocasiones = 1 punto; casi nunca = 0 puntos

Diagnóstico clínico
8 a 10 puntos = familia muy funcional (gran funcionamiento familiar)
4 a 7 puntos = familia moderadamente disfuncional (familia funcional)
1 a 3 puntos = familia severamente disfuncional (familia disfuncional)

4. Tabla 4: Objetivos de la Atención Familiar

1. Favorecer el desarrollo adecuado de la familia a lo largo de su ciclo vital,


prestando especial atención a los periodos de transición previsibles.

39
2. Realizar orientación anticipada, proporcionando información y apoyo frente a
las crisis no previsibles.

3. Valorar el funcionamiento familiar frente a determinados problemas y realizar


una intervención planificada y sistémica.

4. Identificar las disfunciones familiares significativas y derivarlas al nivel


correspondiente.

V. Referencias Bibliográficas

• Beavers, R., Hampson, r. (1990): Familias Exitosas. Barcelona: Paidós


(1995).

• Cancrini, l. y Cois. (1995): Viva Palenno Viva. Roma: Ed. Nova Italia
Scientifica.

40
• Coletti, m. y Linares, j.l. (1997): La Intervención Sistémica en los
Servicios Sociales ante la Familia Multiproblemática. Barcelona: Paidós.
- Minuchin, 5. y otros (1967): fainilies of die slii'ns: an exploration of
tucir striicti<re and treatment. nuevayork: basic books.
- Nieto, l.m. (1997): familias pobres y multiasistidas. en psicología
de la familia: madrid: promolibro.

• La Dra. Rodríguez Martínez es psicóloga y psicoterapeuta familiar y


miembro del equipo de salud mental de Andújar (Jaén). Servicio Andaluz
de Salud. Este artículo fue publicado en el nº 55 de perspectivas
sistémicas (marzo- abril del 1999), reproducido de la Revista Sistémica,
nº 4 -5 de la Asociación Andaluza de Terapia Familiar.

• Pittman, Frank. Momentos Desicivos. Tratamiento de las Familias en


Crisis. Buenos Aires, Ed Paidós, 1990.López de E, Olga Lucía.
Adolescencia y Familia. Revista Facultad de Trabajo Social UPB,
Medellín, no. 4 vol. 2 octubre 1987.

• Echeverri de F, Ligia. Hacia una definición del ciclo vital de las parejas
en Colombia. en: Asociación de Antropólogos egresados de la
Universidad de Antioquia. Familia y cambio en Colombia. Ed Lito-ddos.
mayo 1989.

• Asesorías Pedagógicas Especializadas


Direccion: calle 50 no. 45-56 oficina 209
teléfono: 2518106
medellín - colombia
www.tuytubebe.com/ape juan e. cardona c.

• Isabel Segovia, Directora del Depto. de Salud Familiar y Atención


Primaria de la Facultad de Medicina Univ. De Chile, Apuntes de
Diplomado en Salud Familiar 2004.

• Dra. Carolina Jara, Dra. Eleana Oyarzún N. Apuntes de Diplomado en


Salud Familiar 2004, Universidad de Chile.

• Patricias Vargas, Médico Programa de Post Grado en Med. Familiar U.


de Chile, Revista Chilena de Medicina Familiar 2003, 4 -3-.

VI. Índice

Contenido Página
I. Introducción 1
II. Ciclo Vital Familiar 2
1. Conceptos 2

41
2.Antecedentes 6
3. Clasificaciones 6
3.1.Análisis de las etapas del ciclo vital familiar 8
3.2. Ciclo Vital Familiar según E. Duvall 16
3.3. Ciclo vital familiar según Beavers 17
4. Tareas del ciclo vital familiar 19
4.1. Ciclo vital familiar y tareas según Carter y Mc Goldrick 19
4.2. Ciclo vital familiar y tareas según Duvall 20
4.3. Ciclo vital familiar y tareas adaptado de Florenzano 21
5. Crisis en la Familia 24
5.1. Tipos de crisis 25
5.2. Crisis según situación desencadenante 28
5.3. Crisis Normativas en el Ciclo Vital Familiar 30
5.4 Procesos Centrales en las etapas del Ciclo Vital Familiar 32
III. Familias Multiproblemáticas y ciclo vital familiar 33
IV. Anexos 36
V. Bibliografía 43
VI. Índice 42

42

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