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Los balastos electrónicos también se presentan como una importante mejora, tanto para
la eficiencia como para la vida útil del equipo. Sólo tienen el pequeño problema del aumento en
contenido de armónicos.
Equipos como hornos de arco, cargadores de baterías, y SAIs, son también productores
de armónicos.
Pero los mayores causantes de problemas son grupos de pequeñas cargas electrónicas
monofásicas, como ordenadores, impresoras, fotocopiadoras, faxes, etc., conectadas entre fase
y neutro generalmente en un sistema triángulo-estrella 380/220.
• Conductores. Incluso sin resonancia, las corrientes armónicas producen pérdidas en las
líneas. Los conductores experimentan un calentamiento superior al habitual por efecto
Joule debido a que el efecto piel se agrava al aumentar la frecuencia. La solución es
aumentar la sección de los conductores. Sin embargo, el sobredimensionamiento de los
conductores de fase no es necesario si éstos han sido bien calculados.
El conductor neutro es una notable excepción ya que en el se suman los armónicos
“triplen” (6n-3) de secuencia cero (3º, 9º, 15º, 21º..). ver figura Nº 1. Estas corrientes
pueden crear caídas de tensión importantes a lo largo del neutro, lo que conlleva
diferencias de potencial considerables entre éste y el conductor de protección que
provocan errores de funcionamiento en los receptores.
En sistemas trifásicos de cuatro hilos que alimentan cargas no lineales conectadas entre
fase y neutro, cuando el sistema esté equilibrado, estas elevadas corrientes de neutro no
activan las protecciones.
• Aparatos de medida. A todos estos problemas se une el que los aparatos de medida
habituales determinan el valor eficaz midiendo el valor máximo de la onda y dividiéndolo
por el factor de cresta ( 2 ), o miden el valor medio y lo multiplican por el factor de forma
(1,11) para ondas sinusoidales. Al dejar de ser la onda sinusoidal pura, la medida de los
aparatos es errónea.
Donde:
I1 es la componente fundamental de la corriente (de frecuencia 50 Hz)
In es el armónico enésimo de la corriente.
N es el máximo orden de armónico a considerar. La norma no especifica este número.
Algunos fabricantes consideran hasta el armónico 15, otros hasta el 25 e incluso hay
quienes toman hasta el 50.
Los valores admisibles para el contenido de armónicos total y de orden par de la corriente
de carga se limitan al 5% y 10% respectivamente.
Este factor “K” se define como aquel valor numérico que representa los posibles efectos
de calentamiento de una carga no lineal sobre el transformador. Inicialmente se consideró llamar
a este número “C”, de constante, pero se temió que hubiese confusión con la unidad grado
centígrado y se optó por utilizar la letra “K”.
Donde:
e -pérdidas por corrientes de Foucault debidas a la corriente sinusoidal a la frecuencia
fundamental, divididas por las pérdidas debidas a una corriente continua igual al valor eficaz de la
corriente sinusoidal, ambas a la temperatura de referencia. Este valor lo proporciona el fabricante
del transformador y suele valer 0,3.
n - orden del armónico
I – valor eficaz de la corriente sinusoidal y, en el otro caso, la de la corriente no sinusoidal,
conteniendo todos los armónicos.
In – es la corriente del enésimo armónico (amplitud o valor eficaz).
I1 - es la corriente fundamental (amplitud o valor eficaz).
q – es una constante exponencial que depende de los arrollamientos y de la frecuencia. Pueden
usarse los siguientes valores:
- 1,7 para transformadores con conductores redondos o rectangulares en los
arrollamientos de baja y alta tensión
- 1,5 para transformadores con conductores de lámina en baja tensión.
Entre otros, los Laboratorios Underwriters (UL) han reconocido los posibles riesgos en la
seguridad asociados al uso de transformadores estándares sobredimensionados.
Transformadores de factor K
Aparecen entonces los transformadores de “factor K” para evitar los anteriores
inconvenientes. Presentan algunas peculiaridades constructivas respecto de los convencionales.
• Las secciones del neutro y sus conexiones se dimensionan para una corriente doble de la
de línea.
Los valores de K para transformadores catalogados por U.L. son: 1, 4, 9, 13, 20, 30 y 40.
Normas como las ya citadas limitan el contenido de armónicos que una carga puede
introducir a la red.
• Los filtros activos, con sofisticados sistemas electrónicos empiezan a hacer su aparición
en el mercado. Son costosos y delicados. No gozan de una total aceptación.
Los transformadores con secundario en zig-zag están formados por seis devanados
iguales, dos por fase. Esta disposición desvía los “triplen” del neutro a los conductores de fase.
Ver figura nº 7.
La otra posible configuración son los de cuádruple salida (figura nº 9) en la que los
devanados están desfasados entre sí 15º grados. El primario como siempre bloque los “triplen” y
el secundario los de orden 5, 7, 11, 13, 17, 19, 29 y 31.
Para que sea máxima la atenuación de estos armónicos, las cargas no lineales
conectadas en cada salida deben ser idénticas. Por ello en estas aplicaciones se suele
monitorizar las salidas de los distintos circuitos. No es recomendable, por ejemplo, un
transformador de doble estrella cargado con tres armarios de salida porque las medidas no
reflejan si los secundarios están equilibrados.
CONCLUSIONES
• Cuanto mayor sea el número de experimentos y medidas de verdadero valor eficaz
estaremos en mejor posición para indicar cual es el factor K de la carga y así elegir el
transformador y la configuración más apropiada.
• La única norma UNE que existe sobre el tema sólo trata le desclasificación y el criterio
es aún más estricto que los americanos.