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Guerra de la Triple Alianza

INTRODUCCION

El presente trabajo constituye un esfuerzo sistemático por abarcar en una obra de


conjunto los complejos y múltiples factores que, de modo mediato e inmediato han
concurrido a precipitar la Guerra de la Triple Alianza. El suceso de los acontecimientos se
relata de la misma forma en cualquiera de los libros que han sido investigado pero la
interpretación que se le da a estos acontecimientos varía de acuerdo a los distintos
autores, así también varían las visiones de éstos hacia los protagonistas de los hechos y
sus objetivos.

Por medio del análisis, el estudio, la comparación de las distintas versiones de los
hechos presentados por los diferentes autores; cada uno puede imaginarse lo que
realmente sucedió y lo que hasta hoy no puede ser contestado: ¿Por qué?, ¿Cuál fue el
verdadero motivo que empujó al Mariscal López a esta trágica guerra cuya consecuencia
fue la devastación de toda una nación?.

No pretendemos hallar culpables, el único fin de este estudio es profundizar nuestro


conocimiento acerca de las causas posibles de la Guerra de la Triple Alianza, y todo lo
que a ella se refiere, se da gran importancia a los antecedentes de ésta ya que estamos
buscando una clave que nos explique o nos haga concordar ciertos aspectos en los que
difieren los diferentes autores. Tratando de explicar estas posibles causas, nuestra
investigación sobre la guerra en todo momento trata de penetrar y encontrar dentro de la
forma de ser y de pensar del Mariscal Francisco Solano López la respuesta a tantas
incógnitas, no es su vida lo que nos interesa, sólo aquella parte que se relaciona con los
antecedentes y el desarrollo de esta guerra que para muchos fue inmotivada, o podía ser
evitada; ya que como consecuencia de ésta fuimos condenados a la pobreza y el atraso.

También buscamos exponer ciertos datos que durante muchos años fueron errados, o
en algunos casos desconocidos acerca de la guerra, y que varían según los diferentes
textos estudiados.
FRANCISCO SOLANO LOPEZ

Desde la óptica de Juan Crisóstomo Centurión, contemporáneo de López; en su


libro "Memorias o reminiscencias históricas sobre la Guerra del Paraguay", testigo y
protagonista de los acontecimientos de la época podemos concluir que este nunca pudo
superar la acentuada ambivalencia que sentía hacia la figura del Mcal Francisco Solano
López a quien vio como encarnación del sacrificio supremo que toda patria pide a sus
hijos y también anoto con amargura rasgos despóticos, mezquinos y una idea exagerada
de su propio rol como líder del estado. Su educación Europea le había permitido a
Centurión armarse de una visión critica de las cosas que lo empujo a estudiar a fondo las
causas de la guerra y las circunstancias que rodearon las primeras decisiones bélicas del
Gral. López. A estas Centurión las encuentra francamente deplorables. López no estaba
en condiciones de llevar adelante una guerra ofensiva. Los recursos humanos y logísticos
de su atrasado país no lo permitirían. Y por si todo fuera poco , el sistema personalista y
excesivamente centralizado del mando político-militar, no podía augurarle halagos al
futuro guerrero paraguayo. La sucesión desconcertante de errores paraguayos en el
primer año de la contienda, en la que la falta de preparación militar del Brasil y la
Argentina le permitió a López una cierta iniciativa, iba del campo diplomático al
estrictamente militar con las expediciones a Uruguayana bajos jefes que en realidad
tenían jerarquía y mandos subalternos de facto, configuraba la hora mas negra de la
conducción paraguaya de la guerra. De un zarpazo, en una operación sin sentido ni
objetivo realizable, López pierde todo un ejercito. Por su capacidad económica y
demográfica suponiendo que en Uruguayana se venciese a los ejércitos argentino y
brasileño, estos piases fácilmente podían armar y entrenar varios mas. Un gobernante sin
diplomáticos ni diplomacia, que apenas se manejaba con "agentes confidenciales
personales" en lugar de diplomáticos residentes profesionales, no podía abrigar la
esperanza de comprender muy a fondo las realidades políticas del mundo exterior.
Anteriormente, el Gral. López había cometido el error de mediar en el Pacto de San José
de Flores, entre la Provincia de Buenos Aires y la Confederación de Provincias del
Exterior. Con la ayuda de López la Argentina intenta unificarse bajo la hegemonía
porteña. Si la guerra, como afirman los apologistas de López, era inevitable, ?que hacia el
comandante de nuestro ejercito en un rol protagónico unificando a su futuro enemigo?.
Centurión, que tuvo activa participación en la campaña que ocupara el puerto de
Corrientes por poco tiempo, se siente desolado al examinar los primeros pasos bélicos de
López y prácticamente condena cada paso tomado por el Mcal. incluyendo los severos
castigos en el terreno de la derrota. Centurión en él consigna todo lo que a su criterio era
repudiable y reprensible en el comportamiento de Mariscal-Presidente y en el sistema que
lo encumbro y mantuvo en el poder. A las penurias psicológicas pronto seguirían
sufrimientos físicos, "el que por cualquier motivo no estaba mas en la gracia y en el buen
concepto del Mariscal, vivía aislado: todo el mundo le huía, lo miraban de reojo y le
despreciaba". Una muestra de compasión cualquiera hacia el ciado en desgracia era
tomada por el Mariscal como causa con el reo y las declaraciones eran torrenciales, "El
delator era tenido por el mas leal y adicto ciudadano, y de consiguiente premiado con
demostraciones de aprecio y consideración". El Mariscal López, cuyo egoísmo y
desconfianza no tenían limites, observaba la mas rigurosa reserva en todas sus
determinaciones y cuando tenia el buen humor de hacerlas saber, no era nunca en busca
de nuevas luces o de mejor parecer (puesto que él estaba en la firma creencia que ningún
otro en el país era capaz de concebir mejores ideas que las suyas), sino mas bien para
tener la satisfacción de escuchar los elogios y lisonjas que le hacían los aduladores que
le rodeaban. La megaloma Lopizta parecía no tener limites: "Las columnas de los
periódicos salían llenas de artículos insulsos y fastidiosos que casi no tenia otra coma que
alabanzas a su persona, advirtiendo que no se publicaba una línea sin la previa censura
de él".

Nada de lo que afirma Centurión sobre el sistema Lopizta puede ser desmentido
categóricamente y distintos testigos presenciales corroboraron sus afirmaciones, algunos
incluso con mayor rigor que el de Centurión en cuanto a condena. Es que el periodo
cubierto por el volumen es el de mayores desaciertos y escasisimas hazañas. No se sabia
nada aun del Tratado Secreto de la Triple Alianza, el mas eficaz de los instrumentos de
propaganda de la causa de López, ni los aliados habían aun comenzado su campaña de
crímenes de guerra que incluía la decapitación de oficiales y tropas una vez rendidas en
el campo de batalla. En comparación a tales monstruosidades hasta López y sus
crueldades contra sus propia gente parecía inocuo. Asentada la condena de la figura de
López, sin embargo, Centurión también encuentra en él características de humanidad y
heroísmo. Y así se alimentara la eterna dialéctica paraguaya con relación a López y se
acentuara la ambivalencia que hoy ya no es solamente de Centurión, Fidel Maíz y otros
que vivieron y combatieron bajo su mando, sino que es compartida por toda la
ciudadanía , a excepción de aquellos que por motivos políticos o personales se esmeran
en presentarlos como una caricatura grotesca de maldad insuperable o como un
compendio inmejorables de virtudes cívicas. No existe aun en idioma alguno una biografía
definitiva de López y posiblemente no haya nunca, a pesar de su importancia clave, dado
que en la América Hispánica la historia de las naciones inventada por su clase dirigente
es generalmente la biografía de sus gobernantes. La propia Primera República Paraguaya
de los dictadores que duro entre 1813 y 1869 no tiene otra historia que el recuento de las
existencias de sus absolutistas gobernantes. El problema de López, que surge al intentar
estudiarlo como sujeto de una biografía no es simple, su verdadera motivación al
desencadenar la terrible guerra permanece en el misterio, pues si bien se tiene amplio
material fragmentario, el rompecabezas que emerge carece de al mismo tiempo de
algunas piezas y en ciertos aspectos las originales sobran. En él hay una mezcla inédita
para el Paraguay de excesivo orgullo y sed de gloria militar con la incapacidad de
discernir la carencia real de medios. se siente defensor de su "causa americana" que ni
existía entonces ni aun hoy. Francisco Solano López, quien se lanzo a una guerra de
exterminio en nombre de un "equilibrio de poderes regionales" que no podía existir sino en
su mente, cuyo contenido total, como bien nos documenta Centurión , recibía constantes
y calurosos aplausos del siempre numerosos de adulones y cortesanos. Y así, cuando a
punto se esta de envolver a toda la figura de López en un manto de condena, aparecen
los asientos de la otra columna contable. Su egoísmo de otrora, en medio de la contienda
se convierte en sus supremos altruismo, pues conocedor que el futuro solo le depara
sacrificio, no rehuye sino; es mas, hasta lo desencadena. Y este acto de desprendimiento,
que siempre bordea lo grotesco, pues innecesariamente hace fusilar a sus familiares mas
íntimos, creyéndose el paladín de una justicia veramente "ciega", aunque en esos actos
solo logre demostrar una arbitrariedad desmedida y una crueldad inusitada, le sirve a
López de expiación ante propios y extraños. Era un caso donde en el propio pecado se
hallaba gran parte de la penitencia y la absolución por la horrible pertinacia del
protagonista. A pesar de haberse inmolado en el desenlace de la guerra que él iniciara y
de haber conducido a su país a la ruina, López fue el "ganador moral" de la misma mucho
antes de que los cronistas deportivos acuñaran la frase. La contienda apenas sirvió para
exacerbar las terribles limitaciones en todo orden dentro de los emergentes estados-
naciones de la América del Sur. El académico norteamericano Harris G. Warren confeso,
que un siglo de estudios científicos había sido incapaz de mejorar las conclusiones sobre
la guerra y López aparecidas en el respetado periódico porteño en lengua inglesa The
Standard a escasos nueve días de la muerte del Mariscal Presidente.

"Si la vanidad y la ambición provocaron la guerra que ha concluido en el


Aquidabán, la imbecilidad y la intriga la habían prolongado... La victoria ha sido adquirida
a un precio tan elevado y ella sugiere reflexiones que en cierta medida roba a la victoria
su gloria y a la derrota su humillación.

El extraño que intente estudiar esta guerra memorable a pesar de todas las
atrocidades acumuladas a las puertas de López encontrara mas difícil admirar la brillante
táctica de los aliados que la inmutable tenacidad de Solano López... En consideración a
este punto, que ahora con calma podemos examinar con imparcialidad, pero no con
indiferencia, una dificultad surge - aquella de dilucidar con precisión el objetivo de López
al invitar - una lucha que significo su propia destrucción y la de su país. Algunos escritores
políticos urgen persuadir que era apenas el resultado de la vanidad y la ambición
personal, pero parece luego de un análisis mas intimo del estado de las cosas al
romperse las hostilidades, que López fue menos la víctima de su concupiscencia de
conquista que de las circunstancias de entonces que él permitió lo llevaran a la vorágine
final".

Una vez iniciada las batallas, las cavilaciones concluyeron y los paraguayos
liderados por López se aprestaron a defenderse contra el "invasor". Pronto se olvido que
fue López quien la causara y este encuentra su reivindicación ( realmente valida solo a
medias ) en la publicación del Tratado Secreto de la Triple Alianza, firmado el 1º de mayo
de 1865 posterior a las declaraciones de guerra de López al Brasil y a la Argentina e
incluso algunas incursiones militares a territorios de esos piases.

Desde su acceso al poder, a la edad de 36 años, López fue tallándose posiciones


limites para si mismo y se embarco en el reparto de ultimátums hasta que, como si la cosa
mas natural del mundo, tenia en su mano una guerra de exterminio cuyo resultado fue fiel
a su denominación. Antes de cumplir sus 44 años, López, ejecutor de su propio slogan, no
habiendo podido vencer, había muerto de modo prometido en sus arranques de
patriotismo. Ninguno de los muchos que alegan tenerlo como paradigma de
comportamiento ha sido capaz de emularlo hasta la fecha.
SEMBLANZA DE SU PERSONALIDAD

Efraim Cardozo en su libro: "Apuntes de Historia Cultural del Paraguay", nos


dice ... Solano López poseía una personalidad poco común. Era, sin disputa, el hombre
mas ilustrado del Paraguay y también el mas experimentado en las cuestiones de Estado.
Se debe también al Padre Fidel Maíz, que mucho lo conoció, la siguiente semblanza:
"Todos los que han tenido que tratar y escuchar a López no podrán menos que confesar
que poseía una vasta preparación en todo genero de conocimientos. Sus
correspondencias y notas diplomáticas prueban que era capaz de desempeñarse con
habilidad y altura, sin que haya tenido ningún consejero superior a su talla. Poseía una
gran facilidad de expresar sus pensamientos por escrito, y todavía mas, para producirlos a
la voz, y entonces, con elocuencia casi conmovedora, en ocasiones arrobadora,
arrastrada a sus oyentes. Esto principalmente en su arengas militares, sea que hablase
en castellano, sea que lo hiciese en guaraní, idioma que mucho estimaba, hablándolo con
especial agrado y hasta con elegancia... De modales cultos, jamas se lo oyó proferir
palabras groseras o epítetos injuriosos; de animo siempre reposado, dominaba en el, el
estoicismo, aun en medio de los mas inesperados contrastes y en presencia de las mas
funestas decepciones y fracasos por los que tuvo que pasar fatalmente. Hombre de rara
firmeza en sus resoluciones, sin vacilar entre obstáculo alguno, obraba con decisión,
afrontando hasta lo imposible. Apremiado en tales transes, su expresión favorita era esta:
"La copa esta servida... es preciso beberla!".

IDEOLOGIA POLITICA DEL NUEVO PRESIDENTE

A Solano López no se le escapo que el pueblo anhelaba la reforma constitucional y


que ella le hubiera reportado prestigio dentro y fuera del país. Confeso, años después, a
Juan Centurión, según este en su libro: "Yo pudiera haber sido el hombre mas popular,
no solo en el Paraguay, sino tal vez en toda la América del Sur. Para llegar a serlo nada
mas hubiera sido mas fácil que promulgar una Constitución. Pero yo no lo he querido
porque no deseo la desgracia en mi patria. Cuando leo las Constituciones de los piases
vecinos, me quedo extasiado al contemplar tanta belleza, pero cuando del papel vuelvo la
vista hacia la practica, me quedo horrorizado". Pensaba como Francia y como su padre en
1854, sin haber acompañado a este en su evolución posterior. Consideraba que cada país
tiene "su peculiar modo de ser o de marchar", y que el orden publico y la tranquilidad
reposaba en el Paraguay sobre "los hábitos de su misión y respeto a la autoridad", según
explico en una carta a Moreira de Castro. Proveniente de las filas del ejercito, su creación
y orgullo principal, veía en él - según lo expreso en su Proclama inaugural - "el ejemplo
practico de la subordinación y fiel observancia de las leyes y el sostén de nuestros
sagrados derechos". En ese mismo documento manifestó: " Es posible que ningún país
alcance su felicidad sin que le animen sentimientos de justicia, orden y moralidad. Paz,
unión, concordia, son los fundamentos mas sólidos de nuestro porvenir y
engrandecimiento. Al abrigo de esos sanos principios cultivara nuestra patria el árbol de la
libertad, y ajenos a la ardua discusión de los principios abstractos de la política
agrupémonos frente a su altar para trabajar por el bienestar general".

GOBIERNO
• TENTATIVA DE REFORMA POLITICA

Pronto el país advirtió que no se admitiría ningún genero de reformas ni siquiera


que se las propusiera. El Rector del Seminario, Padre Fidel Maíz, nos cuenta Efraim
Cardozo en su libro " Apuntes de Historia Cultural de la Sociedad", encabezo un
movimiento para mejoras las instituciones políticas. El docto sacerdote y otros ciudadanos
fueron a para a la cárcel, acusados de promover una "revolución social, moral y política",
que con la base y palanca del clero, debía obrar "sobre el bello sexo, las masas sencillas
de la población, sobre las autoridades de la campaña y del Ejercito y luego refluir sobre
las altas clases de la sociedad", según denuncio "El Seminario". Muchos años el Padre
Maíz explico los sucesos: "Yo conocía bien a fondo el carácter del general López, y el
poder omnímodo que iba a embestirse al ser electo Presidente de la República; y por eso
mismo deseaba una Constitución que le quitara las facultades absolutas y pusiera frenos
a las posibles arbitrariedades. Conocía también como había sido mimado desde la mas
temprana edad: acotó también que cuando apenas tenia 15 años, cuando ya Coronel
organizo la guardia nacional, y de 17 años, cuando accedió a General de Brigada,
Comandante en jefe del ejercito paraguayo en operaciones fuera del país; en seguida
Ministro de Guerra y Marina... Aquel joven militar, mandatario supremo de la edad, con la
conciencia de su dignidad y el mayor celo del orden publico, mal podría transigir con ideas
alguna que pudiera traducirse, pero ni lejanamente, en una oposición a su persona,
mucho menos al sistema establecido de gobierno. Y en tal sentido fue tomando
cabalmente su deseo de hacer una nueva Constitución que estableciera la independencia
de los tres poderes, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial".

ANTECEDENTES DE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA

• EL PARAGUAY Y SUS VECINOS

Según el testimonio del ministro americano acreditado en Asunción, el Señor


Charles Ames Washburn en su libro: “Historia del Paraguay con Notas de Observaciones
Personales y Reminiscencias de la Diplomacia en Dificultades”, se describe a Francisco
Solano López como desafiando a muerte a Brasil, Argentina y Uruguay, que se unieron en
legítima defensa contra el demente que, a semejanza del viejo de la montaña, el primer
“asesino”, aterrorizó a su propio pueblo para reducirlo a la sumisión abyecta, y luego lo
explotó en una expedición depredadora contra sus vecinos.

El hecho patente de que la figura de Francisco Solano López se destaque


heroicamente a través de las fugaces llamaradas de la incomparable resistencia opuestas
por el Paraguay a las fuerzas abrumadoras de la Triple Alianza, a prestado color a esta
manera de ver la gran lucha. Apenas se necesita decir que, como todas las
interpretaciones puramente personales de la historia, ésta no puede resistirse a la prueba
de un examen cuidadoso.

Los orígenes de la guerra del Paraguay arrancan del crecimiento y constitución de


la Argentina y el Brasil, dos estados que van ahora en rápida ascensión hacia el nivel de
las grandes potencias. Puede considerarse dicha guerra como un episodio de la
constitución de la nacionalidad argentina, o puede considerársela como una fase del
desenvolvimiento económico del Brasil, lo cierto es que se trata de un suceso
inmensamente significativo para la historia de las tierras situadas al este de los Andes y al
sur del Amazonas.
LA DOCTRINA DEL EQUILIBRIO

Solano López introdujo innovaciones fundamentales en la política exterior. Hasta


entonces el Paraguay se había cuidado de participar en los asuntos del Río de la Plata,
fiel a la doctrina de la no intervención. En el concepto del nuevo gobernante, había
llegado el momento de abandonar esa táctica en cuanto los conflictos afectaran los
intereses fundamentales del Paraguay, sobre todo la conservación de su independencia.
Ésta dependía en gran parte al equilibrio de fuerzas entre los dos poderosos vecinos, el
Imperio del Brasil y la República Argentina. Si ese equilibrio se rompía en favor de uno de
esos países o si los dos se ponían de acuerdo, la independencia paraguaya estaría en
mortal peligro. En consecuencia el gobierno del Paraguay proclamó como norte de su
política exterior el mantenimiento del equilibrio en el Río de la Plata y su propósito de
impedir cualquier atentado contra el mismo. La ocasión de hacer valer la nueva doctrina
se presentó, cuando, con motivo de un movimiento armado iniciado en el Uruguay en
1863, intervinieron primero los argentinos y luego los brasileños en apoyo de los
revolucionarios y el gobierno de Montevideo les atribuyó propósitos contrarios a la
independencia uruguaya. López invocó como base de su protesta el mantenimiento de
dicho equilibrio político del Río de la Plata, por lo que fue vivamente ridiculizado por los
“aliados” ( históricamente no se había hablado de ninguna alianza) llamándolo
“equilibrista”, ninguno que estudie desapasionadamente los acontecimientos políticos que
más de una vez han agitado a las Repúblicas del Plata, podrá negar que allí existe una
cuestión de equilibrio político. El gobierno de Asunción, por la voz del ministro de
Relaciones Exteriores José Berges declaró, que de ninguna manera consistiría el
avasallamiento de la autonomía uruguaya pues consideraría violatorio del equilibrio del
Río de la Plata y amenazante para la independencia del Paraguay.

CUESTIÓN DE LÍMITES CON LOS PAÍSES VECINOS

En el año 1862 vencían los plazos de 6 años fijados por los tratados Berghes-
Paranhos con el Brasil y Vásquez-Guido con la Argentina. No se había podido llegar a un
acuerdo definitivo sobre la cuestión de los límites con ambos países y el entredicho se
agrava mediante el transcurrir del tiempo. Algunos hablaban desembozadamente de una
guerra como el único medio e salir del punto muerto en que se encontraban las
negociaciones.

Los brasileños fundaron las colonias de Dorados y Miranda en la margen derecha


del Río Apa. Esta zona estaba neutralizada por el tratado de 1856.

En el Río de la Plata los acontecimientos se precipitaban rápida y peligrosamente


para el Paraguay, obedeciendo a combinaciones de intereses políticos en pugna en
ambas orillas. Los paraguayos exiliados residentes en Bs. As. alentaban las pretensiones
porteñistas
como un medio de apoderarse del poder en su patria, aún a costa de los grandes
sacrificios que ineludiblemente acarrea una guerra.

LA OPINIÓN PÚBLICA

El deterioro de la situación del Río de la Plata, en coincidencia con el fenecimiento


de los plazos para la solución de las graves cuestiones de límites con el Brasil y la
Argentina llevó a una crisis grave en la que la República jugaba su destino. El país no fue
informado de la situación sino ya al borde de la guerra. No hubo ocasión de debatir los
problemas, pues no existía prensa, tribuna, ni parlamento donde la discusión fuera
posible. El pueblo debía atenerse a la palabra oficial. Dentro del régimen estatal, todo
pendía del juicio y la decisión del presidente. No cabía controvertir opiniones, ni escuchar
consejos, ni analizar los motivos sobre los cuales estaba actuando el gobierno. A nadie le
estaba permitido el menor reparo. Tampoco había el modo de investigar si el Paraguay se
hallaba en condiciones de afrontar un conflicto bélico. Era evidente que, pese a la cuantía
bélica del ejército, sus armas eran anacrónicas, la marina de guerra prácticamente no
existía, se carecían de jefes y oficiales en número suficiente y no estaban organizados los
grandes servicios de estado mayor y de administración militar. Pero nadie podía señalar
las deficiencias ni los errores que se pudieran cometer en la conducción diplomática. No
obstante el pueblo en masa acompañó a López en su política. Intuía que estaba en juego
su suerte y que nuevamente era llamado a los cuarteles para defender la sagrada causa
de la independencia nacional. Se confiaba plenamente en el patriotismo y la clarividencia
del gobernante.

Aparte de las razones patrióticas, motivos psicológicos poderosos guiaron los


pasos del Mariscal López al rectificar los rumbos de la tradicional diplomacia paraguaya.
Tenía en alto grado el concepto de decoro y de la dignidad nacional. Era como un
personaje de Calderón, que ponía al honor por encima de todos los valores. A su juicio, el
honor nacional iba a ser menoscabado si se seguía aceptando la prescindencia del
Paraguay en los asuntos del Río de la Plata, que podría afectar más o menos
directamente, sus más caros derechos. En su discurso al pueblo el 16 de setiembre de
1864 dijo: “ Será ciertamente doloroso interrumpir la larga paz con que el Paraguay ha
conseguido enriquecerse y progresar; pero cuando esa paz, en lugar de proporcionarnos
las ventajas que hasta ahora, se convierte en un silencio culpable, y en una prescindencia
degradante ”.

GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA


• ALGUNOS DATOS SOBRE EL EJÉRCITO

¿De donde viene el mito de los ochenta mil hombres, atribuidos al ejército
paraguayo en el momento de comenzar las hostilidades?. De considerar como parte de
ese efectivo, a los urbanos, que carecían de preparación militar adecuada, y a los jefes y
oficiales en situación de retiro, en su mayor parte ancianos que sirvieron bajo la dictadura
de Francia y en los primeros tiempos de la presidencia de Carlos A. López. El documento
siguiente mal interpretado es el origen de dicha fábula:

“ Resumen del estado que manifiesta la milicia efectiva de


las villas y partidos de todo el territorio de la República, en el mes de enero de 1863.

- Servicio activo: Jefes, 22; Oficiales, 373; Tropa, 12945.


- Retirados: Jefes, 3; Oficiales, 255; Tropa, 16482.
- Urbanos: Oficiales, 109; Tropa, 43846.
- Total: Jefes, 25; Oficiales, 737; Tropa, 73273.
¿Y con qué armas contaba el Paraguay al iniciarse la contienda?. Con muy pocas,
y casi todas anticuadas. La resistencia paraguaya pudo prolongarse, pese al bloqueo,
gracias a estos factores:

a) La rígida y eficacísima organización del país, que se debe al genio


fértil y voluntarioso del Mcal. López.
b) La obra inmensa cumplida por los arsenales y las fundiciones de
hierro con los que contaba la nación.
c) A algunas partidas de armas modernas que fueron introducidas al
comienzo de las hostilidades.
d) Los botines tomados al enemigo, que nutrieron muchas veces los
parques paraguayos.

ASPECTOS ECONÓMICOS

La Guerra de la Triple Alianza fue una de esas empresas en la que todos los
socios terminan en la ruina arrastrando consigo a la competencia. Ostensiblemente, sin
embargo sólo el Paraguay terminó derrotado en ella. Y eso es incuestionable; es el
episodio más traumático de toda su historia, fuente inagotable de mitología, hagiografía y
propaganda populista de izquierda, derecha y centro. Los presuntos victoriosos de la
contienda, Argentina y Brasil - el Uruguay fue siempre un socio menor que se limitó a
enterrar sus muertos luego de las batallas sin recibir siquiera parte de los dudosos “
premios ” - hicieron descomunal sacrificio en la búsqueda de un objetivo elusivo que se
dibujaba progresivamente y que al final resultó nimio, pues de la guerra no lograron algo
inasequible por medios racionales. Para apropiarse de los territorios disputados por el
Imperio no hubo necesidad alguna de embarcarse en una aventura bélica para la que
nadie estaba preparado, pues el arte de la guerra de conquistas es un bien desconocido
en la América Latina. Además, el valor real de los territorios así conquistados por las
armas imperiales era muy inferior al costo total de la deuda externa, desequilibrio social,
muertos y continuo subdesarrollo. Se quedaron los brasileños dueños de las
inmensidades amazónicas, con miles de hectáreas de bosque virgen, omitiendo
apropiarse de lo único que quizás hubiese justificado el esfuerzo - aunque
anacrónicamente -, los Saltos del Guaira. Todo el drama actual de la deuda impaga e
impagable de los brasileños a la Banca Internacional nació con la Guerra Grande
condenándose así el país a ser un gigante, en potencia muy rico, pero realmente
mendigo. La Guerra, iniciada por el exceso de romanticismo ensoñativo de Francisco
Solano López, pero continuada por la tozudez irracional del Emperador Pedro II, terminó
devorando a éste y a toda la estructura política cuyo eje era su propia persona.
Terminadas las batallas, el Paraguay seguía siendo bravoso al Brasil, pues su ejército de
ocupación hacía sangría de recursos, recibiendo a cambio el Imperio el dudoso honor de
ser árbitro final de la siempre despelotada política paraguaya. Y aún con ese ejército, en
el momento de tener que recibir sanción parlamentaria paraguaya el tratado Loizaga-
Cotegipe, que concluía la Guerra y afirmaba la paz, los brasileños tuvieron que
desembolsar oro a fin de obtener la aquiescencia guaraní. El Paraguay era en el siglo XIX
un barril sin fondo para las finanzas brasileñas, le costó dinero al Brasil hacer la Guerra, le
costó dinero lograr la paz y le costó dinero mantener las ambiciones argentinas a buen
recaudo. A cambio de eso, el Imperio se contentó con unos kilómetros cuadrados de selva
virgen. Obviamente, la reputación de habilidad y astucia con que muchos se empeñaban
en revestir a la diplomacia luso-brasileña no fue ganada en el Paraguay el siglo pasado.
El Paraguay fue un dolor de cabeza para el Brasil durante López; y después de López
todo siguió igual.

La Argentina ni siquiera logró la extensión de territorio que codiciaba, por obra y


gracia de su “aliado” el Brasil; y su economía, floreciente mientras la guerra devoraba
productos, cae en una profunda depresión al finalizar ella, y no se recupera hasta el influjo
masivo de inmigración europea que la convierte en potencia económica mundial. Esa era
la Argentina proyectada por Bartolomé Mitre, el estadista más claro y exitoso de toda la
historia rioplatense. De todos los contendientes, Mitre fue el único que tenía una meta
clara, la unión y el fortalecimiento del estado argentino bajo el liderazgo económico e
intelectual del puerto de Buenos Aires. Por medio siglo a partir de 1870, la argentina
“mitrista” obtiene un grado de desarrollo económico similar al de los más avanzados
países europeos y es capaz de competir ventajosamente con los propios Estados Unidos
de América en la captación de inmigrantes europeos productivos. Desde la década del 30
del presente siglo se hicieron cargo de la conducción política argentina unos militares
“nacionalistas” que en medio siglo lograron borrar el desarrollo económico y convirtieron al
país en uno de los líderes mundiales del endeudamiento externo. Así, Mitre, acusado de
“vender el país a los ingleses”, realmente lo había convertido en aventajada potencia
económica mundial y, muy irónicamente los nacionalistas con el ejército a la cabeza, que
decían buscar independizar el país económicamente, lo convierten en deudores
dependientes de la voluntad de los acreedores. La historia de Latinoamérica está plagada
de éstas contradicciones.

POST-GUERRA
• ESTADO DEL PARAGUAY

En la guerra de la Triple Alianza poco faltó para que el Paraguay quedara


exterminado totalmente. La población, que superaba los 1 300 000 habitantes antes de la
conflagración, quedó reducida a apenas 200 000 habitantes de los cuales
aproximadamente el 10% eran hombres en su mayoría niños, ancianos y extranjeros.

La industria y el comercio sufrieron un rudo golpe. Los templos y casas


particulares fueron saqueados cargándose el fruto de la rapiña en los barcos brasileños y
argentinos surtos en el puerto de Asunción.

En estas condiciones las mujeres debieron empuñar el arado para arrancar a la


tierra el sustento para sus hijos.

Los primeros hombres que se reintegraron a la patria de la post-guerra, fueron los


excombatientes que escaparon con vida de la contienda bélica, los que durante el
conflicto permanecieron en el extranjero o vinieron con los aliados perteneciendo a la
Legión Paraguaya y los que estaban estudiando becados en Europa al iniciarse la guerra
y no pudieron entrar al país por esta causa.

La guerra devastó el Paraguay en una medida desconocida en los tiempos


modernos. De la nación floreciente de la época de los López sólo restaron ruinas y
escasos sobrevivientes. Destruida la riqueza pública y privada, desaparecidos los
organismos jurídicos y culturales, reducida la población a su mínima expresión, todo había
que hacer nacer de nuevo. La inmensa desgracia paraguaya despertó la compasión
mundial, pero ésta no se tradujo en ningún socorro al infortunio. El pueblo paraguayo
quedó entregado a sus propias y decaídas fuerzas, y para peor los vencedores le
abrumaron con una fabulosa deuda de guerra superior a la que Alemania impuso a
Francia después de la guerra de 1870. La parte más dura de la gigantesca empresa de
resucitar a la patria recayó sobre las mujeres; se hicieron agricultoras, comerciantes,
industriales, y crearon un género de sociedad poligámica, revivencia forzada de las
costumbres del siglo XVI, que permitió al Paraguay reponer rápidamente sus pérdidas
demográficas. En esta nueva etapa, la ocupación principal de los hombres fue la política,
que absorbió gran parte de sus actividades, aunque también dedicaron energías a la
reconstrucción económica y a la reorganización cultural, con no escasos frutos.

CONSECUENCIAS DEMOGRÁFICAS SOCIALES DE LA GUERRA DE LA TRIPLE


ALIANZA

Las consecuencias demográficas y sociales de la Guerra de la Triple Alianza


basadas en un estudio realizado por la historiadora norteamericana Bárbara Ganson de
Rivas en su libro nos dice que la Guerra de la Triple Alianza fue costosa y sangrienta para
todos los combatientes, especialmente para el Paraguay que perdió más de la mitad de la
población. Para 1870 el Paraguay fue una tierra de mujeres, niños e inválidos; un país sin
hogar y en desesperación.

Durante mucho tiempo ha predominado un desconocimiento respecto de las


consecuencias demográficas y sociales de la Guerra de la Triple Alianza en el Paraguay.
Muchos historiadores han hecho suposiciones, presentando cifras muy elevadas,
provenientes de las estimaciones hechas por los viajeros extranjeros que publicaron sus
memorias de la guerra y que es muy dudable puedan tener mucha exactitud, por lo tanto
para medir los efectos demográficos y sociales de la guerra, la única fuente histórica que
tenemos es el censo de 1886, el primero de post-guerra, concluido durante la presidencia
del Gral. Patricio Escobar bajo la dirección de la Oficina General de Estadísticas. Por otra
parte, hay un censo de 1846 hecho durante la época de Don Carlos que es muy
interesante y sirve para comparar con este primero de post-guerra.
El censo de 1846 es el único hecho después de la independencia. De acuerdo con
éste, había 238.862 habitantes en el Paraguay. Es probable que los difíciles accesos a los
puntos más distantes del país haya hecho que estas estadísticas no reflejen con exactitud
la cantidad total de habitantes del Paraguay. Surge evidente en el censo de 1886 que
habían tres paraguayas mayores de 30 años por cada varón, más no la proporción de
diez a uno, como han afirmado algunos historiadores. Ese desequilibrio entre los sexos de
todos modos, constituye un hecho sin precedente en la historia latinoamericana, y debe
haber reforzado el rol central de la mujer en la familia paraguaya, creándose así, de
hecho, una sociedad de tipo marcadamente matriarcal, que hasta hoy es distintivo en el
Paraguay.

Los pocos extranjeros que llegaron en el Paraguay, en las décadas de post-guerra,


casi todos se casaron con paraguayas. La gran mayoría de los inmigrantes eran hombres
de 20 a 40 años de edad. Debido a la guerra y a los pocos casamientos, el número de
hijos naturales creció en relación a la población total.

A pesar de los cambios demográficos producidos por la guerra y los grandes


sacrificios de la mujer paraguaya, durante la misma hubo pocos cambios en su posición o
status en la vida paraguaya de la post-guerra. Las campesinas conservaron su rol
predominante en la agricultura.

No se alteran las costumbre de antes, a pesar de la Guerra de la Triple Alianza.


Las costumbres en el Paraguay eran comunes y extendidas a todos los estamentos
sociales y había actuado como un nivelador nacional; a lo que se unía la gran solidaridad
que las vicisitudes históricas habían creado. Las familias que llegaron a diferenciarse sin
conformar un sistema aristocrático, reconocían razones para ello, en las tradiciones de los
apellidos, en una mejor educación o cultivo de la inteligencia y sólo accesoriamente en
causa de recursos económicos.

Así se fue constituyendo un grupo social que a través de la educación o de la


moda, se apartaron de las viejas costumbres populares.

CONCLUSIÓN
Es suficiente una ojeada al terreno que hemos atravesado en esta investigación de
los orígenes de la Guerra del Paraguay, para demostrar la inmensa complejidad de las
fuerzas en juego. Lo que surge más claramente, es el hecho que la guerra germinó en la
inestabilidad política y económica de los estados de Río de la Plata en este período de la
historia sudamericana. Los factores inciertos y cambiantes fueron la Argentina, el Uruguay
y en menor grado, el Brasil. En un país de trayectoria tan accidentada como el nuestro
menester es admitir a Francisco Solano López como expresión acabada de una visión
histórica anacrónica, pero no por eso extraña. Inaceptable también nos resulta la pintura
paradigmática de su actuación realizada con exclusivos fines de acercarse o alejar a otros
del poder político. López es un patrimonio a ser heredado sin reproches ni ditirambos.
Incluso, ya para la contradictoria Latinoamérica resulta un abuso semántico tener villanos
identificados por decreto ejecutivo o héroes impuestos por coacción políticas. López vive
en el recuerdo y no debe su memoria migrar al campo de la vida cotidiana. SU ROL
COMO SIMBOLO ES IMPERECEDERO, SU ACTUACION HISTORICA NO LO FUE.

Por último quisiera agregar que la Guerra de la Triple Alianza fue una de esas
empresas en que todos los socios terminan en la ruina arrastrando consigo a la
competencia. Ostensiblemente, sin embargo sólo el Paraguay terminó derrotado en ella. Y
eso es cuestionable, es el episodio más traumático de toda su historia. Los presuntos
victoriosos de la contienda, Argentina y Brasil - el Uruguay fue un socio siempre menor -
hicieron descomunal sacrificio en la búsqueda de un objetivo elusivo que se dibujaba
progresivamente y que al final resultó nimio, pues de la guerra no lograron algo
inasequible por medios racionales.

HIPOTESIS

El Mariscal Francisco Solano López no estaba en condiciones de intentar llevar


adelante una guerra ofensiva contra los tres países de la Triple Alianza (Argentina, Brasil
y Uruguay).
OBJETIVOS

• Investigar datos sobre los motivos que originaron la Guerra de la Triple


Alianza.

• Analizar las consecuencias que dejó la guerra al Paraguay.

• Describir como el Mariscal López llevó a cabo la Guerra.

• Recopilar opiniones sobre el Mcal. López de distintos escritores.

INDICE

PAG:
• Introducción 1-2
• Hipótesis y Objetivos 3
• Francisco Solano López 4-9
• Semblanza de su personalidad 10
• Ideología política del nuevo presidente 11-12
• Gobierno 13-14
• Antecedentes de la Guerra 15-16
• La Doctrina del Equilibrio 17-18
• Cuestión de límites e/ países vecinos 19
• Opinión Pública 20-21
• Guerra de la Triple Alianza 22-23
• Aspecto Económico 24-26
• Post-Guerra 27-28
• Consecuencias demográficas y sociales 29-31
• Conclusión 32
• Bibliografía 33
• Anexos 34-36

BIBLIOGRAFÍA

• Horton Box, Pelham “Los orígenes de la Guerra del Paraguay contra la


Triple Alianza”. Editorial La Colmena, Asunción,
1936.

• Cardozo, Efraim “Apuntes de Historia Cultural del Paraguay” Editorial


Litocolor, Asunción, 1985, págs.: 271-292

• Ganson de Rivas, Bárbara “Las Consecuencias demográficas y sociales


de la Guerra de la Triple Alianza”
Asunción - Paraguay, 1985.

• O´Leary, Juan E. “Historia de la Guerra de la Triple Alianza” Asunción-


Paraguay, 1992.

• Vascosellos, Victor Natalicio “Lecciones de Historia Paraguaya”


Editorial Comuneros, 1983, págs.: 162-189

• Centurión, Juan Crisóstomo “Memorias o Reminiscencias Históricas s/


la Guerra del Paraguay” Editorial
Salesiana, 1987.

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