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DIFERENCIAS ENTRE LOS CONCEPTOS DE ORDEN JURÍDICO, DERECHO, LEY Y NORMA.
Cuando observamos un grupo organizado social, se vincula con ciertas normas que les permite vivir en
armonía, es decir una serie de reglas de conducta, que regulan las diferentes facetas y actividades de
los individuos que la conforman, así arribamos de forma apriorística al concepto de derecho como un
conjunto de normas o reglas de conducta.
Empero no alcanza a definir lo que realmente es el concepto de derecho, ya que la moral, los
convencionalismos sociales, la religión y la costumbre, también constituyen un conjunto de normas a
seguir. De ahí que se tenga que analizar las normas desde el punto de vista jurídico, para
diferenciarlas de las que no establecen derecho.
Así, el propósito será identificar las características de las normas jurídicas, la ley, el derecho y el orden
jurídico.
Tenemos que el orden lo define la enciclopedia Salvat como una palabra masculina, con algunas
accesiones como las siguientes:
Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde.
Buena, o debida, disposición de las cosas entre sí, o de las partes de un todo.
Método o regla que se observa para hacer una cosa.
Serie o sucesión de las cosas.
Orden público Situación de normalidad en un Estado, cuando no se producen conflictos o disturbios
contra el orden jurídico establecido.
I. Es de una gran importancia para la ciencia del derecho la problemática relacionada con los principios
referentes a la ordenación de un conjunto de normas. La ciencia del derecho tiene como una de sus
tareas la de establecer y determinar los principios o reglas conforme a los cuales un conjunto de
normas forman un orden o sistema, pues el derecho se presenta a ella para su consideración, no como
una norma aislada sino constituyendo pluralidades, conjuntos específicos cuyas relaciones recíprocas
deben ser establecidas o definidas.
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Consecuentemente, el problema central del concepto del orden jurídico consiste en especificar el
criterio conforme al cual un conjunto de normas forman una unidad, lo que se consigue a través del
concepto de orden. Un orden es la unidad de una pluralidad de normas. ¿Como se constituye o se
determina esta unidad? Hay un principio general, que puede expresarse inmediatamente: un conjunto
de normas, de cualquier especie que sean, forman un orden y pueden ser consideradas como una
unidad, si la validez de todas ellas puede ser referida a una norma específica, si existe una norma de
la cual depende la validez de todas las demás normas. Esta norma única de la que depende la validez
de todas las demás normas, recibe el nombre de ''norma fundamental''. Debe destacarse en estos
conceptos el carácter abstracto de los mismos, pues ellos sólo determinan un tipo específico de
relación entre las normas. Puede afirmarse que entre las normas de un orden se dan muchos otros
tipos de relaciones, además del señalado, lo cual es cierto, pero la relación de fundamentación como
podemos denominar a la tipificada es la que determina el concepto de ''orden''. Entonces, puede
afirmarse que existe un orden normativo si en un conjunto de normas valen múltiples relaciones de
fundamentación hasta desembocar en una última relación de fundamentación, uno de cuyos términos
es la norma fundamental.
Dice Kelsen: ''Una pluralidad de normas forma una unidad; un sistema, un orden, cuando su validez
puede ser atribuida a una norma única como fundamento último de esa validez. En cuanto fuente
común esta norma fundamental constituye la unidad en la pluralidad de todas las normas que integran
un orden. Y el que una norma pertenezca a un orden determinado deriva sólo del hecho de que su
validez pueda ser referida a la norma fundamental que constituye a ese orden'' (Teoría pura del
derecho). De este párrafo puede desprenderse la afirmación de que el criterio que constituye al
concepto de orden, proporciona igualmente el criterio de pertenencia de una norma a un orden
normativo. Si una norma está en calidad de norma dependiente con otra norma, dentro de una relación
de fundamentación, es claro que dicha norma dependiente formará parte integrante del orden
constituido por la norma de la cual depende su validez. La regla de reconocimiento de H.L.A. Hart lleva
a cabo funciones similares.
II. Dependiendo de la naturaleza de la norma fundamental pueden distinguirse dos tipos de ordenes
normativos:
En los órdenes estáticos: ''las normas... 'valen', o sea, la conducta humana indicada por ellas ha de
considerarse como debida, en virtud de su sustancia: porque su contenido tiene una cualidad
inmediatamente evidente, que le confiere validez. Y las normas reciben esta calificación por el
contenido, debido al hecho de ser referibles a una norma fundamental bajo cuyo contenido puede
subsumirse el de las normas que integran el orden, como lo particular bajo lo general'' (Kelsen). Las
normas morales forman este tipo de órdenes.
Los órdenes dinámicos tienen otras características. La norma fundamental de un orden dinámico no
vale por su contenido, porque se considere que éste es evidentemente bueno o justo o conveniente,
etc., sino porque establece un procedimiento fundamental de creación de las normas que integraran el
orden en cuestión. Las normas que integran un orden dinámico valen sólo porque y en tanto han sido
creadas, puestas, de conformidad con el procedimiento establecido en la norma fundamental del orden
respectivo. ''Una norma vale como norma jurídica, sólo porque fue dictada en una forma bien
determinada, porque fue producida de acuerdo con una regla bien determinada, porque fue
establecida según un método específico. El derecho vale solamente como derecho positivo, es decir,
como derecho instituido (Gesetztes Recht)'' (Kelsen).
III. Las afirmaciones anteriores constituyen el supuesto necesario para poder concebir al orden jurídico
como un conjunto de normas jerárquicas estructuradas bajo el principio dinámico. Podemos entonces,
definir dos clases de normas en el orden dinámico: las normas superiores y las normas inferiores. Las
primeras son aquellas que determinan el proceso de creación de otras normas y determinan su
contenido. Las segundas son aquellas que han sido creadas siguiendo el procedimiento establecido en
la norma superior y teniendo el contenido determinado por esta norma. La consideración de una
pluralidad de normas que guardan entre sí relaciones de superioridad e inferioridad de carácter
dinámico produce el concepto de un orden jerárquico de normas. Una determinada norma jurídica
puede tener el carácter de norma inferior respecto de otra que es su fundamento de validez y porque
coniforme a ella fue producida la primera y ser, a su vez, norma superior respecto a otras normas que
serán creadas siguiendo el procedimiento establecido en ella y con el contenido que determine.
Todos los problemas relacionados con el orden jurídico son problemas relativos a la específica
estructuración empírica de los órdenes dinámicos. No es el lugar adecuado este para descender a
dibujar tipicidades de órdenes dinámicos. Baste observar que en los ordenes jurídicos modernos la
estructura jerárquica está compuesta por varios niveles. Los superiores tienen mayor generalidad que
los inferiores de manera que la configuración del orden transcurre de la mayor generalidad a la mayor
especificidad; las normas más generales son las normas superiores y las normas más individuales son
las inferiores.
Los órdenes jurídicos modernos nacionales tienen una Constitución, legislada o consuetudinaria, como
norma superior positiva de todas las demás normas positivas del orden jurídico. Esta Constitución
establece los procesos de creación fundamentales de las normas inferiores, ya sean generales o
individuales, según la importancia política de cada una de ellas. La legislación o proceso legislativo
constituye un contenido normativo notoriamente importante. Los órganos del Estado son regulados en
tanto que constituyen el ámbito personal de validez de las normas que regulan los procesos de
creación de otras normas. En ocasiones se establece el proceso de creación de normas generales que
no constituyen leyes, en sentido formal: me refiero a los reglamentos y a otras normas importantes
políticamente. La administración y la actividad jurisdiccional se encuentran reguladas también en la
Constitución en términos generales, con normas que constituyen la base de una legislación
especializada. El ámbito de las normas individuales queda encuadrado en estas funciones
administrativas y judiciales, las cuales se ejercen en estricta aplicación de las normas legislativamente
creadas. Ejemplos de ellas son las resoluciones administrativas, en toda su enorme variedad, las
sentencias dictadas por los tribunales, los contratos civiles y mercantiles, etc.
IV. Por otra parte, las constituciones de los diversos órdenes nacionales encuentran su fundamento de
validez en una norma de derecho internacional que recibe el nombre de ''principio de efectividad''. Esta
es una norma de derecho internacional consuetudinario, como lo es la norma J
, que
constituye el fundamento de validez de todo el derecho internacional convencional. La costumbre
constituye la fuente formal del derecho internacional general, la cual adquiere su carácter creador de
normas a partir de lo que Kelsen denomina
J , la cual es el fundamento
X
de validez del orden jurídico mundial. Esta estructura es la que resulta de adoptar el principio teórico
denominado ''primado del orden jurídico internacional''.
Recientemente se han llevado a cabo esfuerzos específicos para determinar la estructura lógica que
los conjuntos de normas pueden tener y las consecuencias que puedan derivarse de los órdenes
constituidos con arreglo a tales principios. Nadie ha podido demostrar que el derecho positivo es un
sistema lógicamente estructurado de normas.
Facultad natural del hombre para hacer lo que le conduce a sus fines.
Facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establecen en nuestro favor.
Acción que se tiene sobre una persona o cosa.
Consecuencias naturales del estado de una persona o sus relaciones respecto a otra.
Justicia, razón.
Conjunto de principios, preceptos y normas que regulan las relaciones humanas en toda sociedad civil.
Cada una de las ramas en que se divide: derecho administrativo, canónico, civil, mercantil, penal, etc.
Exención, franquicia, privilegio.
Facultad que abraza el estudio del derecho en sus diferentes órdenes.
Parte más moderada y con ideología más tradicional en las colectividades políticas. Tiene su origen en
la Asamblea Nacional francesa de 1789, en la que los moderados se situaban a la derecha del
presidente y los radicales a su izquierda.
El derecho siempre será vinculado a los factores reales de poder, por lo que presenta una faceta
subjetiva en cuanto a su concepto, por lo que el derecho está estrechamente ligado al poder que lo
ejerce, por lo que resulta lógica su aplicación solo en caso de incumplimiento, a lo que Ferdinand de
Lasalle (¿Qué es una Constitucion?, 2009,p.51) decía que: ³los factores reales de poder que rigen en
el seno de cada sociedad son esa fuerza activa y eficaz que informa todas las leyes e instituciones
jurídicas de la sociedad en cuestión haciendo que no puedan ser, en sustancia más que tal y como
son´.
Esto nos lleva al análisis de que la definición de derecho es un problema, por lo cambiante de las
relaciones sociales que se suscitan de acuerdo a los diferentes gobernantes que ejercen el poder. Por
lo que pasamos a referir lo siguiente:
I. (Definición y problema.)
''Todavía buscan los juristas -decía sarcásticamente Kant- una definición de su concepto de derecho.''
Y, en efecto, ''pocas cuestiones referentes a la sociedad humana han sido preguntadas con tanta
persistencia y contestadas de formas tan diversas, extrañas e, incluso, paradójicas, como la cuestión:
'¿qué es derecho?''' (H.L.A. Hart). Tal interrogante ha generado innumerables respuestas: se ha
hablado de la ''naturaleza'', de la ''esencia'', del derecho produciendo arsenales de distintas y, en
ocasiones, contradictorias ''naturalezas'', ''esencias'', ''fines'' y ''características''. Esto se debe, entre
otras cosas, al hecho de que los juristas ''no sabían que el enemigo más peligroso para la ciencia es
aquel siervo desleal amo secreto del pensamiento: el lenguaje [y] la ciencia jurídica casi no había
advertido el problema'' (H. Kantorowicz). En vez de buscar modo teológico la ''naturaleza'', ''esencia'', o
''fines propios'' del derecho ¿no sería más razonable preguntarnos por lo que la expresión 'derecho'
nombra? ¿No sería más razonable (y útil) establecer qué tienen presente los juristas (jueces y
abogados) cuando usan tal expresión?.
Las dificultades que enfrentan los juristas (y otros científicos sociales) para definir 'derecho' se debe,
las más de las veces, a su adhesión a ciertas concepciones teóricas o ideológicas (en las que el
derecho juega un papel importante) que hace que no se tenga una idea precisa de los presupuestos
que deben tenerse en cuenta cuando se define una expresión como 'derecho'. Existen autores que
pretenden que sólo puede haber un ''único'' y ''verdadero'' concepto de derecho y se sumergen en
grandes meditaciones sobre su esencia, sin prestar atención al uso ordinario ni al dogmático de la
expresión e ignorando la estipulación de un significado que sea teóricamente fecundo (C. Nino).
En este espacio no pretendo introducir una definición ''más apropiada'', ''más correcta'' de ''derecho'',
sino informar sobre sus usos persistentes en la literatura jurídica, con el propósito de saber a qué se
refieren los juristas cuando usan dicho término o expresiones que lo contienen Metodológicamente, la
determinación del concepto de derecho es, sobre todo, un problema de análisis del lenguaje. En lo que
al examen empírico se refiere, el problema consiste en determinar las condiciones que sin ser
necesarias ni suficientes nos permiten referirnos a ciertas cosas u objetos con el término 'derecho'.
Consecuentemente, en vez de proporcionar una definición que determine ex nunc lo que es el
derecho, me propongo relacionar una serie de características definitorias que los juristas, desde
o
II. (Etimología y significado originario.) a) Etimología. La palabra ''derecho'' proviene del latín directum
el cual deriva de dirigere (''enderezar'', ''dirigir'', ''encaminar''), a su vez, de regere, rexi, rectum
(''conducir'', ''guiar'', ''conducir rectamente, bien''). Por extraño que parezca, ''derecho'' no desciende de
una palabra latina de morfología semejante e igual significado. La palabra latina que corresponde a
''derecho'' (o a sus equivalentes en las lenguas modernas) es sus de antigua raíz indoiránica (v. infra).
''Derecho'' pertenece a una familia de palabras (de diferentes lenguajes) que se remontan a la raíz
indoeuropea rj la cual significa ''guiar'', ''conducir''. Rectum, sin duda, proviene de rj y corresponde al
sánscrito rjyat (rají: ''enderezar'', ''arreglar'') y al griego: erektos: ''erecto'', ''recto''. Esta etimología es
común a lenguas celtas y germánicas: raitht (gótico), raith (cimbrio), Ret (escandinavo, del antiguo
nórdico: rettr), rect (irlandés), right (inglés, del antiguo alemán: Reht), Recht (alemán). El prefijo di, el
cual deriva de las raíces dh y dhr y que dan la idea de estabilidad y firmeza, fue incorporado
posteriormente, formando, así, la voz directum (derectum). Las lenguas romances ofrecen distintas
derivaciones de di-rectum: ''de-recho'' (o ''d-recho'') di-reito o d-reito (portugués), d-recht (provenzal), d-
roit (francés), d-ret (catalán), drept (rumano), d-ritto o di-ritto (italiano).
Así, ''derecho'' implica ''dirección'', ''guía'', ''ordenación'' detrás de ''derecho'' subyace la idea de
regulación (de regere: regir, regular. Por otro lado, ''derecho'' connota ''lo recto'' (rectum: lo correcto, ''lo
que esta bien''). ''Derecho'' recibe con el significado descriptivo de directum, todas sus connotaciones
incluyendo su carga emotiva (v. infra).
b) Significado originario. Con el propósito de consignar los usos persistentes de la expresión
''derecho'' en la literatura jurídica nada es más conveniente que revisar brevemente los usos de ius, no
sólo porque éstos se encuentran recogidos en las lenguas modernas, ni tampoco porque hasta
bastante tarde en Europa el lenguaje jurídico técnico seguiría expresándose en latín, sino,
fundamentalmente, porque los usos prevalecientes de ''derecho'' reciben su significado paradigmático
en la jurisprudencia romana.
Primeramente, los romanos usan ius para indicar el lugar donde se llevaba a cabo el proceso: ''ius
dicitur locutus in quo ius redditur ... is locus recte ius appellatur'' (D. 11, 11: ... se llama derecho al lugar
en el que es aplicado... este lugar se denomina correctamente derecho). Ius significa así lugar o acto
de administrar justicia: el pronunciamiento del derecho, el ius dicere (decir el derecho), el ius reddere
(dar, restituir el derecho). Y, por extensión, ius aparece como la expresión de la decisión de un juez, de
ahí la frase ita ius esto (''de manera que el derecho sea...''). De ahí, también, iura dare (T. Liv. 1,8,1, o
Virg. Aen, 1. 507). Ius es un operador oracional que señala un específico pronunciamiento y se lee:
''jurídicamente...'', ''el derecho es...''. Así se explica la importancia primordial de la jurisdicción en el
nacimiento y desarrollo del derecho. ''El origen del derecho no data... sino de la época de la creación
de las funciones judiciales: [''derecho''] y ''administración de justicia'' son... nociones sinónimas (R.
Ihering). El derecho existe, o mejor, algo (una decisión, una pretensión) existe como derecho (ita ius
esto) a partir de que recibe la sanción judicial. Por ello no es extraño que ius signifique en ocasiones,
''actos o formalidades procesales'' (H. Lévy-Bruhl) como en las frases: técnicas: in ius vocatio,
interrogatio in iure o ''fundamento de una pretensión'' (M. Kaser, J. Gaudemet).
Existen buenas razones para considerar que ius, en general, es más bien fórmula que concepto
abstracto: iura es la colección de decisiones judiciales. Iura (como díkai en griego) es una expresión
que enuncia decisiones de autoridad. Y dondequiera que este término es tomado en sentido
restringido encontramos la idea de fijación de un texto, fórmula establecida (función que era privilegio
de ciertos individuos, de cierta corporación, los pontífices). Estos iura están representados en las XII
Tablas, compuestas en su origen por sentencias que expresaban el estado del ius y que comenzaban
con el operador: ita ius esto o uno equivalente. Estamos ante el imperio de la palabra, imperio
manifiesto en términos en los cuales este sentido concuerda: iu-dex (latín), med-diss (oscuranto),
dikas-pólos (griego), eo-sago (germánico), los cuales significan: ''aquel que dice la regla'', «i.e.» ''el
juez''. No es el hacer sino el pronunciar, lo que es constitutivo del derecho; ius y dicere, iu-dex, nos
recuerdan este vínculo constantemente. Por ello, conjuntamente, con las, el verbo dicere domina en
las fórmulas judiciales. Con la mediación de este acto de palabra, se desarrolla toda la terminología
procesal romana: iudex, iudicare, iudicium, iuris-dictio, etc. (E. Benveniste, G. Calhound).
Igualmente por extensión, ius se aplicaba no sólo a la decisión del iudex sino a los praecepta o
fórmulas que éste aplicaba o adoptaba en el proceso. Esto se aprecia fácilmente en expresiones como
ibidem iuris est o quid iuris est (cuando nos preguntamos por el derecho que debe aplicarse). Por eso
se sostiene que los iura (los derechos y facultades de los individuos: establecidos en los
pronunciamientos judiciales precedieron al ius (conjunto de praecepta y principios). El ius quo populus
romanus utitur (el complejo de normas que el pueblo romano aplica) sigue en tiempo y se contrapone a
alicui ius esse utendi fruendi (al goce de cualquier derecho) (M. Kaser, R. Sohm).
Estos pudieron haber sido los usos orinarios como lo revelan la etimología y el significado de ius y
iurare.
El análisis de los usos de dike ha puesto en claro, entre otras cosas, la conexión que guarda con los
usos judiciales de ius: díken aipein corresponde a ius dicere; dikaios, a iustus; dikaspólos, a iudex.
Asimismo, al igual que díke, palabra que designa el derecho humano opuesto al divino (thémis), ius
nombra los praecepta humanos oponiéndose a fas. (E. Benveniste, G. Calhound. A. Berger).
Es dentro de las lenguas indoiránicas donde encontramos los antecesores de ius: el veda yoh y el
avéstico yaos. Yaos significa ''purificación''; el sentido de yoh, debe ser ''salud'' (así: samca yosca:
''felicidad y salud''). El iránico conservó yaos en fórmulas en las cuales se combina con el verbo: da
(''investir'', ''hacer disfrutar'') para formar el verbo yoazda (''purificar'') del cual derivan varias palabras
relacionadas: yaozdatar: ''aquel que tiene el encargo de purificr'', yaozdati: ''purificación'', etc. En estas
derivaciones se aprecia claramente el sentido original de yaos: ''hacer de conformidad con las
prescripciones'', ''realizar según lo requiere el culto''. Se trata pues de una condición del sacrificio, del
rito: aquel que ofrece debe hacer ritualmente apto el objeto del culto (oblación). Estamos en presencia
c
de una expresión fundamental de un código religioso (o mágico). Todo acto debe ser ritualmente
realizado y con el objeto adecuado. Esta integridad ritual es la condición indicada por yaozda. Yoh es
una expresión de augurio: se dirige a alguno deseándole que el estado de salud y prosperidad le sea
concedido; yoh, es una palabra para pronunciarse. La situación de yaos es un poco diversa. El vínculo
de yaos con da (''investir'', ''hacer'') muestra que yaos enuncia una acción a realizar y no (o no sólo)
una palabra a pronunciar. Esta diferencia es de gran importancia dentro del derecho y el ritual en los
cuales los ''actos'' frecuentemente son palabras. Gracias a los términos indoiránicos analizados
descubrimos el significado originario de ius. La palabra yous (ius) significa ''el estado de regularidad
requerido por las reglas rituales''. En latín (particularmente en el lenguaje jurídico) esta idea es
sobrepuesta a la doble situación advertida ya en los términos indoiránicos que le anteceden. La
expresión ius indica cualquiera de estas situaciones (o ambas): la indicada por la derivación iustus en
expresiones jurídicas como: iustae nuptie (''matrimonio lícito''), iusta uxor (''esposa legítima''), en donde
significa ''lo que está conforme a la fórmula del ius''. El otro significado se encuentra manifiesto en la
expresión ius dicere, en donde ius funciona como el operador de la fórmula que prescribe aquello a lo
que un individuo debe atenerse. Aquí yace el fundamento de la noción ''derecho'' en la Roma arcaica
(E. Benveniste).
El vocablo latino ius tiene un verbo derivado: iurare (''jurar'') cuyos usos nos informan del significado
de ius. La evidencia historiográfica muestra claramente como se prestaba juramento en el mundo
romano y cómo iurare deriva de ius (Plauto, Rudens, 1331 y ss.; A. Gellio, Noctes atiicae II, 24 Tito Liv.
II, 1,9, Tácito Historiae, I, 37; Gayo, Inst...). Aquel que induce a otro a prestar juramento debe praeire
verbis (enunciar el texto) que el compromitente debe repetir palabra por palabra. Esta es la parte
esencial de la ceremonia. Iurare no designa la misma cosa que indica el verbo ''jurar'' (o sus
equivalentes modernos): el hecho de comprometerse de manera solemne (invocando un dios). En
Roma el juramento, el hecho de comprometerse, se llama sacramentum (hecho por el cual se
consagra uno a los dioses e invoca su castigo si falta a la palabra dada). Iurare sólo designa el hecho
de repetir la fórmula pronunciada. La prestación de un juramento requiere dos participantes: el que
praeit verbis, (el que pronuncia el ius) y el que jura, el cual repite la fórmula que se llama ius iurandum:
la formula que fija en términos solemnes el texto del juramento. Así, del ius fórmula que fija el
praeceptum, surge iurare que significa ''pronunciar et ius'' el cual debe ser repetido in verba alicuius qui
praeit (en los términos de aquel que lo ha indicado). Esta relación obligada es la que le da carácter
imperativo al ius iurandum. Las expresiones adigere in verba, iurare in verba agistri, indican la
naturaleza vinculatoria (mágica) de la palabra (E. Benveniste). Así resulta clara la estrecha relación
entre ius y dicere.
cc
Este poder cabalístico de la palabra que se encuentra detrás de ius se aprecia claramente en fas
(''orden divino'') y en sus usos rituales: (ita fas esto, fast est: ''según el orden divino...''), fastus, netas
(''ne fast est: ''pecado'' ''lo contrario a fas'') etc. Fas deriva de fari (for) ''hablar'' (griego) phemi,
proveniente de la raíz bha que significa ''el habla'', ''la palabra''. La relación de fas con la fuerza
vinculatoria de la palabra enunciada se hace claramente manifiesta en el participio del verbo, el cual
tiene profundo valor religioso: fatum: (''el destino'', frecuentemente ''destino adverso'': fatalis). A fatum
puede agregarse fama (''se dice'', ''la voz''). Fatum y fama son enunciaciones, advertencias divinas.
Este poder de la palabra de su emisor deviene fácilmente un poder mágico (el dogma de la palabra).
Es atributo del pontífice enunciarlo: fas est, ius est.
De lo anterior se infiere que ius (como en su caso fas) expresa una fórmula, formula que enuncia la
conducta que debe seguir aquel que jura, la regla a la cual debe conformarse. Ius iurandum indica la
naturaleza del procedimiento y el carácter solemne (ritual de la enunciación, del pronunciamiento). Ius,
con toda su carga moral y religiosa, recoge la noción indoeuropea de conformidad con una regla, con
una formula, para que las cosas tengan los efectos que pretenden tener. El origen religioso y
cabalístico del derecho se aprecia claramente en sus términos fundamentales.
Ciertamente, ius implica una intervención humana; ius es creación positiva; se opone a fas. Ius es el
ordenamiento creado por el hombre, fas el creado y protegido por los dioses.
En un sentido más amplio y más extendido, los juristas romanos usan ius para referirse a la totalidad
del orden jurídico, p.e. al derecho romano: ''ius civile proprium romanorum''. En este sentido, ius es
entendido como conjunto de disposiciones (praecepta) los cuales constituyen el derecho de un pueblo
(de un Estado): ''quod quisque populus ipse sibi ius constituit, id ipsius proprium civitatis...'' (''aquel que
cada pueblo estableció para sí mismo, como el derecho del propio Estado...'' D.1.1.9) ''... quod
omnibus aut pluribus in quaque civitate utile est, ut est ius...'' (''lo que en cada Estado es útil para todos
o para muchos, se llama derecho...'' D.1,1,11). En este mismo sentido, agregando un predicado
específico, ius se aplica a una parte importante del derecho: ius publicum, ius privatum, ius
honorarium, ius belli. De este forma, entendido como la totalidad (o parte) del ordenamiento ius es
concebido como un complejo de disposiciones obligatorias: (leges, senatusconsulta, plebiscita,
constitutiones).
Este uso de las tiene sus equivalentes en las lenguas modernas: ''derecho'', en ''derecho romano'',
''derecho internacional''; droit, en droit romain, droit international, droit pénal; Recht, en römisches
Recht, Volkrecht, Strafrecht; law, en Roman law, International law, Criminal law; diritto ...; direito ...
etc.). Cuando es usado en este sentido los autores modernos suelen agregar la palabra ''objetivo''
(''derecho objetivo'', ''droit objectif'', ''Objektive Recht'') para distinguirlo (u oponerlo) de otros usos de
''derecho''.
cè
Al lado, y en contraposición, con el uso referido, ius se usa para indicar los derechos (iura) de los
cuales goza un individuo, como el derecho de adquirir o disponer de alguna cosa. Proveniente del ius
dictado por el iudex (en principio, como vimos, iura, como díkai, nombra los pronunciamientos, las
sentencias, del iudex), los iura entran al patrimonio del beneficiario y se extienden a otros. Este uso se
percibe claramente en expresiones como iura in re aliena (''derechos sobre los bienes de otro'') ius
conubi (''derecho a celebrar matrimonio). En este último sentido ius aparece como sinónimo de facultas
y potestas significando con ello el poder para realizar cierto acto válido.
Por otro lado, ius se usa también para indicar el status personal de un individuo como aparece en las
expresiones sui iuris alieni iuris, indicando cuando alguien actúa por su propio derecho o se encuentra
bajo el poder (tutela o potestad) de otro.
Por otro lado, ius se usa también para fundamentales y, así, se opone a sus componentes. Lex, p.e.,
no es sino una de las manifestaciones de ius. Ciertamente, lex crea ius, pero está sometida al ius
(entendido ius como el conjunto de principios (regulae en el sentido de D.50,17,1) que se imponen a
todas las fuentes y componentes del ius. Este es el sentido de ius en la cláusula que figuraban en la
sanctio de ciertas leyes: ''Si quid ius non esset rogarier, eiusce lege nihilum rogatum'' (Cic. Pro
Caecina, 33,95): las prescripciones, contrarias al derecho (ius) que pudieran haber sido parte de la
rogatio del magistrado, deberían de ser considerados como no puestas (J. Gaudemet). .
En conclusión, teniendo en cuenta los usos de sus antecesores indoiránicos yoh y yaos y
considerando su relación con el verbo dire, ius quiere decir ''fórmula de conformidad'',
''pronunciamiento de lo que debe hacerse''.
III. (Nociones prevalecientes.) Hemos visto que ''derecho'' («i.e.» ''ius'') tiene varios significados en la
literatura jurídica. Dos son, sin embargo, sus usos más persistentes: (1) ''complejo de normas e
instituciones que imperan coactivamente en una comunidad estatal'' (''orden o sistema jurídico'') y (2)
''permisiones'' o ''facultades'', así como ''exigencias'' o ''reclamos'' que se consideran jurídicamente
justificados. Al primero de los significados se le suele llamar ''objetivo''; al segundo, ''subjetivo''.
El problema de la teoría jurídica consiste en encontrar y describir los elementos característicos del
objeto llamado ''derecho'' (el descrito por la dogmática jurídica y su historia. Algunos autores sostienen
que abordar el derecho en general -en su primer significado- se en extremo problemático, en virtud de
que el término ''derecho'' no tiene límites claros de aplicabilidad. De ahí que este problema deba
abordarse describiendo, más bien, fenómenos jurídicos individuales (K. Adomeit); p.e., normas
jurídicas.
Esta estrategia, además de presentar problemas tan complejos como los que presenta el enfoque
alternativo, no puede prescindir de una noción (aún fuera intuitiva y provisional) del derecho y de la
cÎ
forma como este opera. Así, se ha insistido en que un claro entendimiento del derecho y sus
componentes depende de una clara comprensión del orden jurídico y de su funcionamiento: ''es
imposible penetrar la naturaleza del derecho si limitamos nuestra atención a... una norma aislada'' (H.
Kelsen). Incluso se sostiene que una adecuada descripción del orden jurídico constituye un
prerrequisito para una apropiada definición de norma jurídica (J. Raz).
1. Derecho como orden jurídico. ¿Qué es pues el derecho en el sentido general del término? ¿Cómo
podemos caracterizarlo? ¿Cuáles son sus rasgos distintivos? Una respuesta ha sido constante: el
derecho constituye un orden o sistema (subsistema) social, es decir un complejo de instituciones que
realizan funciones sociales de cierto tipo (resuelven controversias, eliminan el uso de la fuerza, etc.).
La idea de que el derecho sea o constituya un orden, presupone la concepción de que es un conjunto
de normas o disposiciones creadas por ciertas instancias apropiadas, reconocidas como las instancias
creadoras del derecho y que son, por lo general eficaces, esto es, que son, mayormente seguidas u
obedecidas.
El orden jurídico se presenta con una triple pretensión es comprensivo, es supremo y exclusivo y, por
último, es un sistema abierto. El orden jurídico es comprensivo parque pretende autoridad para regular
cualquier tipo de comportamiento. Los órdenes jurídicos son diferentes a cualquier otro orden, social
en que no reconocen ninguna limitación a las esferas que pretenden regular. El orden jurídico es
supremo en el sentido de que, por un lado, la fuente de validez de sus normas o disposiciones no
proviene ni deriva de ningún otro sistema social; por otro lado, es exclusivo porque ahí donde vale un
orden jurídico no puede valer ningún otro. Por último, el orden jurídico es abierto, en el sentido de que
posee instancias apropiadas para convertir en disposiciones jurídicamente obligatorias normas que no
son parte del orden jurídico (J. Raz).
Otros rasgos que de forma indisputable se atribuyen a este orden o sistema (subsistema) social son:
normativo, institucionalizado y coactivo.
2. El derecho es (un sistema) normativo. Lo es en dos sentidos (1) se compone de normas o
requerimientos de conducta formulables (lingüísticamente); (2) prescribe (guía) y evalúa la conducta
humana. Ya vimos que, como orden social el derecho es concebido como un conjunto de normas
jurídicas. Ahora bien, en la actualidad se insiste en que los componentes de los órdenes jurídicos, al
lado de normas de diverso tipo (normas que obligan o prohíben, normas que permiten, autorizan o
facultan), se encuentran disposiciones jurídicas no normativas, p.e. definiciones, disposiciones
derogatorias, reglas existenciales o reglas ónticas, etc. (C. Alchourrón y E. Bulygin, A. Honoré, J. Raz,
C. Robles). Como quiera que sea, de forma prácticamente unánime, se sostiene que el derecho es un
orden de la conducta humana en la medida que se compone de normas.
c
cuales, a diferencia de las otras, son las únicas indispensables para un criterio de identidad de un
orden jurídico determinado. En este orden de ideas el profesor J. Salmond decía desde comienzo del
siglo: ''... todo derecho, como quiera que sea hecho, es reconocido y administrado par los tribunales y
no hay norma reconocida o administrada por los tribunales que no sea jurídica... por tanto el derecho
puede ser definido como el conjunto... de normas reconocidas y aplicadas por los tribunales''.
Teniendo en consideración que el criterio del origen es insuficiente, el profesor H. Kantorowicz define
el derecho como ''el conjunto de normas... susceptibles de aplicación judicial''. Es por ello que se
considera a los tribunales como órganos primarios del orden jurídico ( J. Raz) o de que el único rasgo
característico y necesario del derecho es la disponibilidad de un proceso (jurisdiccional) ...'' (A.
Watson).
4. El derecho es un orden coactivo. Es coactivo en la medida en que hace uso de sanciones. Este
rasgo, conjuntamente con los anteriores nos permite distinguir los órdenes jurídicos. Con
independencia de si toda norma jurídica establece una sanción el carácter coactivo es prácticamente
indiscutible. De hecho el debate sobre el carácter coactivo gira no alrededor de si el derecho es o no
es coactivo sino de cómo y en qué grado funciona la coacción dentro del orden jurídico. La tesis
aparentemente excesiva que sostiene que toda norma jurídica establece una sanción es normalmente
atenuada por la que presupone que en un orden jurídico todas las normas (normas de competencia,
normas de adjudicación, normas no independientes, etc.) se relacionan entre sí manteniendo una
conexión esencial con las normas sancionadoras (J. Raz, R. Tamayo).
5. Derecho como reclamos justificados. (Interés legítimo.) El término ''derecho'', además de designar
un orden jurídico (o una parte significativa del mismo), se usa para referirse a una ventaja o beneficio
normativo conferido a un individuo o a una clase de individuos. En este sentido, ''derecho'' designa una
permisión otorgada a alguien (o algunos) para hacer u omitir cierta conducta, con la garantía de la
protección judicial. Así, se dice ''el arrendador tiene derecho de...'', ''el propietario tiene derecho...'', etc.
Es en este sentido en que se dice que el comportamiento (o una esfera del mismo se encuentra
jurídicamente tutelado).
La idea de pretensión o exigencia inseparable a este uso de ''derecho' proviene de que, en un
principio, un ''derecho'' era pedido (p.e. al praetor o al chacellor) y, en virtud de los méritos del caso, un
actio o un writ era concedido. De esta forma, un interés, un petitum, era jurídicamente protegido. Este
es el sentido que tiene el aforismo latino: ibi ius, ibi remedium (ahí donde hay derecho, existe
protección judicial).
Una vez judicialmente establecidos, los derechos (iura, v. infra) ''pertenecían'' al individuo, al
derechohabiente. Después, los ''derechos'' compilados o codificados se convierten en disposiciones
legislativas conferentes de derechos: se convierten en formulaciones más o menos amplias de
c
&
LEY
GENERAL ABSTRACTA
PARTICULAR CONCRETA
ley femenino.
Regla constante de una cosa, nacida de la causa primera o de sus propias cualidades.
Norma jurídica general y obligatoria, dictada por el poder legislativo.
I. (La palabra ley proviene de la voz latina lex que, según la opinión más generalizada se deriva del
vocablo legere, que significa ''que se lee''. Algunos autores derivan lex de ligare, haciendo resaltar el
carácter obligatorio de las leyes.).
II. Concepto. En sentido amplio se entiende por ley todo juicio que expresa relaciones generalizadas
entre fenómenos. En este sentido, el significado del vocablo comprende tanto a las leyes causales o
naturales, a las leyes lógicas y matemáticas como a las leyes normativas.
Por ley normativa se entiende todo juicio mediante el que se impone cierta conducta como debida. Es
característica de la ley normativa la posibilidad de su incumplimiento es decir, la contingencia (no-
necesidad; de la relación que expresa y la realidad; presupone, por ende, la libertad de quien debe
cumplirla y en consecuencia es reguladora exclusivamente de conducta humana. Las leyes normativas
tienen por fin el provocar el comportamiento que establecen como debido y no el de expresar
relaciones con fines práctico-explicativos ni de correcto razonar. Son leyes normativas las morales y
las jurídicas, estas últimas son las que revisten mayor interés para los fines de este Diccionario y
pueden conceptuarse como normas jurídicas generales y abstractas.
Kelsen ha distinguido entre ley natural y ley jurídica, indicando que la primera está basada en el
principio de causalidad, y la segunda en el principio de imputación. Como se dijo, el principio de
causalidad sigue la relación causa-efecto, mientras el principio de imputación ''bajo determinadas
condiciones -esto es, condiciones determinadas por el orden jurídico- debe producirse determinado
acto de coacción, a saber: el determinado por el orden jurídico''. Kelsen resume así el enunciado
causal: ''si se produce el hecho A aparece el hecho B'' y así el enunciado normativo: ''si A debe ser B,
aunque quizás no aparezca B''.
c
III. Evolución. Se afirma que en el pensamiento primitivo no se distinguían las leyes naturales o
causales de las normativas, debido a la transferencia al mundo natural de las explicaciones elaboradas
en relación a la justicia y al orden de la conducta humana, transferencia característica de la mentalidad
mágico-religiosa de aquel entonces, que atribuía los fenómenos naturales a una voluntad suprema que
los causaba atendiendo a criterios de premiación o de recompensa.
En Roma se entendió por lex toda regla social obligatoria escrita, las normas integrantes del jus
scriptum. En tiempos de la República se consideraba fundamentada en un pacto popular llamado
rogatio: lex est communis republica sponsio.
Tomás de Aquino en la Summa Teológica (segunda parte, t. VI, cuestiones 90 a 97) definió a la ley
como aquella regla y medida de los actos que induce al hombre a obrar o le retrae de ellos; aquella
cierta prescripción de la razón, en orden al bien común, promulgada por aquel que tiene a su cuidado
la comunidad, y afirmó la existencia de cuatro tipos de leyes: a) Ley eterna, es la sabiduría divina que
rige toda acción y todo movimiento. b) Ley natural, es la participación de los seres racionales en la ley
eterna mediante la impresión de esta que Dios ha hecho en la mente humana. c) Ley humana, se
compone de las soluciona prácticas, concretas y particulares que obtiene el hombre partiendo de los
principios evidentes de la ley natural. d) Ley divina, es la ley, superior a las leyes natural y humana,
que regula los actos del hombre en orden a su fin trascendente.
Las partidas definen la ley como aquella ''... leyenda en que yace enseñamiento scripto que liga o
apremia la vida del home que non faga mal, e muestra e inseña el bien que el home debe hacer e
usar''.
La doctrina de Francisco Suárez, contiene algunas ideas fundamentales de la moderna concepción
de la ley según este autor la ley debe reunir tres condiciones extrínsecas que son: generalidad, tender
al bien común y su imposición por el poder público, y cuatro condiciones intrínsecas: justicia,
posibilidad de su cumplimiento, adaptación con la naturaleza y costumbres del lugar, permanencia y
publicación que son criterios que corresponden a la disciplina que se denomina, en nuestros días,
política legislativa.
En la filosofía de Kant existe una clara distinción entre ley causal -de cumplimiento necesario- y ley
normativa -de cumplimiento contingente-. Las leyes normativas pueden ser morales o jurídicas, según
si regulan a priori los principios determinantes de la acción o si regulan las acciones externas,
respectivamente. Según este pensador la ley universal de derecho es: ''Obra exteriormente de modo
que el libre uso de tu arbitrio pueda conciliarse con la libertad de todos según una Ley Universal''.
En nuestros días, la doctrina ha utilizado dos acepciones del concepto ley jurídica: ley en sentido
formal, que atiende al órgano y al procedimiento seguido para su creación y ley en sentido material,
c
que se refiere a las características propias de la ley sin importar el órgano que la hubiere elaborado ni
el procedimiento seguido para su creación. Según lo anterior sólo es ley en sentido formal aquella que,
independientemente de su contenido, fue creada por el órgano legislativo del Estado, ajustándose al
procedimiento de legislación; mientras que la ley en sentida material es la norma jurídica general y
abstracta, sin importar el órgano que la expide ni su modo de creación.
El procedimiento legislativo ha sido analizado por el profesor inglés H. L. A. Hart, quien, en su obra El
concepto del derecho, ha expuesto la necesidad de que los sistemas jurídicos cuenten
independientemente de lo que denomina reglas primarias de obligación (se ocupan de lo que los
individuos deben o no hacer) con reglas secundarias que dan certeza y flexibilidad al orden jurídico.
Estas reglas son: la de reconocimiento, que permite diferenciar las normas del sistema de las que no lo
son; la de cambio, que permite sustituir reglas del sistema por otras, y la de adjudicación que indica
quién es el facultado para aplicaras. De estas reglas la de cambio y la de reconocimiento son lo que se
conoce como proceso legislativo.
IV. Características de la ley jurídica en sentido material. A la ley, por ser especie del género norma
jurídica, le corresponden todas las características de este concepto. Como caracteres específicos han
sido comúnmente aceptados los siguientes.
a) Generalidad. Este dato de la ley se refiere a que en el supuesto jurídico de la norma legal no se
determina individualmente al sujeto a quien se le imputarán las consecuencias jurídicas que esa norma
establece y que dichas consecuencias se deberán aplicar a cualquier persona que actualice los
supuestos previstos. Las normas individualizadas, como son las contenidas en los contratos y en las
sentencias, no son generales por atribuir efectos jurídicos a personas individualmente determinadas y
en consecuencia no son leyes. La ley puede regular la conducta de una sola persona sin perder la
generalidad siempre que atribuya efectos a dicha persona por haber actualizado el supuesto
normativo, por su situación jurídica y no por su identidad individual; como ejemplo de este tipo de
normas tenemos el «a.» 89 de la C, que fija las atribuciones del presidente de los Estados Unidos
Mexicanos.
b) Abstracción. Si la generalidad se caracteriza por la indeterminación subjetiva, la abstracción se
refiere a la indeterminación objetiva, es decir, la ley regula por igual a todos los casos que impliquen la
realización, de su supuesto normativo, sin excluir individualmente a ninguno, y la disposición que
contiene no pierde su vigencia por haberse aplicado a uno o más casos previstos y determinados, sino
que sobrevive hasta que es derogada mediante un procedimiento igual al de su creación o por una
norma jerárquica superior («a.» 71, inciso f, de la C, y 9o., del «CC»).
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fig. Regla que se debe seguir o a que se deben ajustar las acciones.
Derecho Mandato que establece la forma en que han de ordenarse las relaciones sociales.
norma de obligado cumplimiento La dictada por la autoridad laboral, en el caso de no acuerdo en la
tramitación de un convenio colectivo.
I. No es posible dar un concepto unívoco, desde el principio, de lo que es la norma jurídica, pues sobre
este concepto, tan importante y fundamental para la ciencia jurídica, no hay acuerdo entre los diversos
autores. El problema es el siguiente; puede afirmarse que existe consenso en el sentido de que el
objeto de estudio de la ciencia jurídica está constituido por normas; que las normas constituyen
conjuntos ordenados y llevan a cabo diversas funciones, que pueden claramente especificarse; que los
órdenes normativos poseen una estructura interna, que puede ponerse de manifiesto. Sin embargo, no
se tiene un concepto de lo que es una norma jurídica.
II. John Austin, el gran jurista inglés, creador de la jurisprudencia analítica, define a la norma diciendo
que es un mandato y éste es concebido como la expresión del deseo o voluntad de un individuo de
que otro individuo haga o deje de hacer algo, expresión que va acompañada de la amenaza de un
daño o mal para el caso de que no se satisfaga el deseo o voluntad expresado: ''If you express or
intimate a wish that I shall do or forbear from some act, and if you will visit me with an evil in case I
comply not with your wish, the expression or intimation of your wish is a command''.
Hans Kelsen ha criticado esta posición doctrinal que identifica a la norma con el mandato, diciendo
que aquella no puede identificarse con éste, pues existen múltiples ejemplos de normas jurídicas
respecto de las cuales no puede identificarse la voluntad correspondiente que se supone ellas
expresan. Además, el mandato, entendido como norma, tiene una existencia transitoria, en tanto que
sólo puede concebirse como valido mientras exista la voluntad que expresa. En otros términos, si el
mandato es la expresión de una voluntad, sólo puede considerarse que existe un mandato mientras
pueda comprobarse la existencia de la voluntad correspondiente. Ahora bien, las normas jurídicas son
válidas aunque una voluntad en sentido sicológico no pueda determinarse como existente o, incluso en
el caso en que esto pudiera hacerse, cuando la voluntad respectiva ya no existe.
La comprobación de estas afirmaciones es elemental, pues la verificación de la existencia de una
voluntad sicológica, en el caso del proceso legislativo, es sumamente dudosa y una investigación
empírica al respecto muy probablemente arrojaría resultados negativos. La validez de una ley no
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puede negarse porque el grupo de legisladores que la aprobó hayan muerto y, por tanto, no puedan
tener, por razones puramente físicas, voluntad alguna que la ley expresara.
Kelsen ha tenido por lo menos dos concepciones diferentes de la norma jurídica. La primera está
consignada en su Teoría general del Estado del año de 1925, con las siguientes palabras: ''El orden
jurídico es un sistema de normas de Derecho. Más tarde habrá de examinarse el criterio con arreglo al
cual se constituye una unidad -un orden jurídico o un Estado- con una multitud de normas de Derecho.
Aquí debe investigarse la naturaleza del todo, tal como se refleja en cada una de sus partes; pues
cada norma jurídica, para serlo, tiene que reflejar la naturaleza del Derecho, considerado en su
totalidad. Si el Derecho es un orden coactivo, cada norma jurídica habrá de prescribir y regular el
ejercicio de la coacción. Su esencia tradúcese en una proposición, en la cual se enlaza un acto
coactivo, como consecuencia jurídica, a un determinado supuesto de hecho o condición''.
Debe observarse que en este pfo. Kelsen afirma que en cada norma jurídica se refleja el concepto del
derecho entendido en toda su generalidad. El derecho es concebido como un orden coactivo, es decir,
un orden que regula y prescribe el ejercicio de la coacción, dados ciertos supuestos o hechos
condicionantes, determinados por el mismo derecho. La norma jurídica, como reflejo de todo el
derecho, regula y prescribe el ejercicio de la coacción bajo ciertos supuestos. La norma jurídica tiene
por contenido específico a la coacción, «i.e.» , la aplicación de sanciones con el uso, si es necesario,
de la fuerza física. Por ello, la considera como una ''proposición'' que enlaza un acto coactivo a ciertos
supuestos de hecho o condición. En esta época Kelsen decía que el esquema de toda norma jurídica
es el siguiente: si A es, debe ser B.
Posteriormente Kelsen modificó su posición teórica y afirmó que lo que consideraba como el
esquema de la norma jurídica (si A es, debe ser B) era en realidad el esquema de la proposición
jurídica, es decir, del enunciado de la ciencia del derecho que describe a su objeto, las normas
jurídicas. Trasladó el esquema de la norma a la proposición jurídica o regla de derecho, como también
se llama; lo hizo pasar del objeto de la ciencia jurídica a los enunciados constitutivos de esta. Ello tuvo
por base la crítica que le fue dirigida, a partir de las posiciones doctrinales del Círculo de Viena, en el
sentido de que no distinguía, en su doctrina, entre lenguaje y metalenguaje, es decir, entre el lenguaje
empleado o usado en las normas jurídicas y el lenguaje usado para hablar o escribir sobre dichas
normas. Por eso en su Teoría general del derecho y del Estado dice: ''Es tarea de la ciencia jurídica la
de presentar al derecho de una comunidad, esto es, el material producido por la autoridad legal a
través del proceso legislativo, en la forma de juicios que establezcan que si tales o cuales condiciones
se cumplen, entonces tal o cual sanción debe aplicarse. Estos juicios, por medio de los cuales la
ciencia jurídica expresa el derecho, no deben ser confundidos con las normas creadas por las
autoridades encargadas de legislar. Es preferible no dar a estos juicios el nombre de normas, sino el
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de reglas jurídicas. Las normas jurídicas formuladas por los órganos legislativos son prescriptivas; las
reglas del derecho que la ciencia jurídica establece son puramente descriptivas. Es importante tener
en cuenta que el término regla jurídica o regla de derecho, es empleado por nosotros en sentido
descriptivo''. Con ello se opero un cambio fundamental en la concepción kelseniana. La norma ya no
era una estructura lingüística, un juicio hipotético, claramente delimitada en cuanto a su forma y
funciones. La forma lingüística de las normas jurídicas puede ser cualquiera: pueden estar expresadas
en oraciones imperativas, hipotéticas o condicionales, en frases indicativas de presente o de futuro,
etc. Lo importante es destacar que las normas jurídicas tienen significado prescriptivo, no descriptivo.
Este carácter prescriptivo se expresa normalmente con la palabra ''deber''. En contraposición con la
tesis de Austin dice Kelsen que: ''La afirmación de que un individuo debe comportarse de cierta
manera no implica ni que otro quiera o mande tal cosa, ni que el que debe comportarse en cierta forma
realmente lo haga. La norma es la expresión de la idea de que algo debe ocurrir, especialmente la de
que un individuo debe conducirse de cierto modo'' (Kelsen, Teoría general del derecho y del Estado).
En este pfo. el concepto del ''deber'' es el de terminan te del concepto de la norma, con exclusión del
de mandato y del de efectividad. Este deber es la manera específica en que la conducta humana se
encuentra determinada por la norma, determinación de la conducta que es distinta de cualquier otra
forma o modalidad.
Este concepto del ''deber'' es demasiado general como para poder referirse exclusivamente a las
normas jurídicas, pues toda norma, de la índole que se quiera, cae bajo este concepto. En
consecuencia, Kelsen se ve en la necesidad de especificar como característica esencial de la norma
jurídica la de que ella dispone la coacción como consecuencia, dados ciertos supuestos. Sin embargo,
Kelsen ha sido el primero en observar sistemáticamente la pluralidad de elementos que constituyen el
material jurídico, es decir, la multiplicidad de elementos que tienen que ser colocados en un sistema
para constituir un orden jurídico. Me refiero específicamente a aquellos contenidos normativos que son
conceptualizados bajo los conceptos de ''facultad'', de ''derecho subjetivo'', de ''poder'', etc. Los
contenidos normativos que caen bajo estos conceptos no quedan claramente comprendidos bajo el
concepto de deber. Por ello Kelsen dice: ''Si suponemos la existencia de una Constitución de acuerdo
con la cual las normas jurídicas generales sólo pueden ser creadas mediante decisiones de un
parlamento electo en cierta forma entonces el precepto que castiga el delito de robo tendría que
formularse así: si el parlamento ha resuelto que los que roban deberán ser castigados y el tribunal
competente ha establecido que determinado individuo cometió el delito de robo, entonces... Las
normas de la Constitución que regulan la creación de los preceptos generales que habrán de aplicar
los tribunales y otros órganos de aplicación del derecho, no son, por consiguiente, normas jurídicas
independientes y completas'' (Teoría general del derecho y del Estado).
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III. Esta es la famosa tesis de Kelsen sobre las normas incompletas, a la que tanta atención ha
prestado H.L.A. Hart, quien por su parte cree que hay dos tipos de normas o reglas: las primarias y las
secundarias. Entiende por las primeras aquellas que prescriben un deber, aquellas en que se prescribe
que ciertos hombres hagan u omitan ciertas acciones y por las segundas, aquellas que establecen que
los seres humanos pueden, haciendo o diciendo ciertas cosas, introducir nuevas reglas o normas
primarias o extinguir y modificar reglas anteriores o determinar el efecto de ellas y, en general controlar
la creación, modificación, etc., de normas o reglas primarias. (Hart).
Esta tesis no es nueva. Repite, con otras palabras, afirmaciones de Kelsen sobre las normas que
otorgan facultades a ciertos órganos jurídicos.
Para concluir estas reflexiones, podríamos decir que el concepto de norma jurídica no es un concepto
unívoco y claramente especificado. La expresión ''norma jurídica'' se refiere a todo el conjunto de
materiales que constituyen el objeto de estudio y consideración de la ciencia jurídica y que quedan
sistematizados dentro de la proposición o regla de derecho.
Para Alf Ross una norma es una directiva que se encuentra en cierta relación de correspondencia
con ciertos hechos sociales. Esta correspondencia no es otra cosa que cierto grado de efectividad.
Podríamos recorrer las opiniones de los diversos autores y en cada uno de ellos encontraríamos un
concepto diferente de la norma jurídica. En realidad este concepto está condicionado por el que se
tenga del derecDerecho de Kelsen:
La ! (! " (en alemán: Y Y) es tanto un proyecto teórico, como el
nombre de una obra del célebre filósofo del Derecho austríaco Hans Kelsen, quien prestó el soporte
más importante para el desarrollo de dicho proyecto.
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La idea que subyace a la teoría pura, es la separación del Derecho y la moral, para consagrar así una
concepción del Derecho que fuera eminentemente científica, haciéndose abstracción de toda
consideración ética, moral, filosófica, social o histórica. Se identifica la idea de la teoría pura con el
positivismo jurídico (o iuspositivismo), justamente por la pretensión de éste, de extirpar del análisis
científico toda noción ajena a la producción jurídica creada mediante medios procedimental y
formalmente establecidos, como la ley y los actos administrativos, sin considerar apelaciones
al derecho natural o a la moral.
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Analizando la estructura de los sistemas jurídicos concluyó que toda norma obtiene su vigencia de una
norma superior, remitiendo su validez hasta una g
(la
), cuyo valor
es pre-supuesto y no cuestionado.
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Kelsen tuvo como propósito elaborar una teoría pura del derecho, es decir, investiga formas puras a
priori de la ciencia jurídica, ya que el mismo kant al igual que Stammbler habían sido influenciados por
la corriente empírico histórica.
A priori: se conoce la causa y después el efecto.
A posteriori: se conoce el efecto y después la causa.
Sobre la base real o conjunto de relaciones de producción, del régimen capita. lista, "se levanta una
superestructura jurídica . Luego califica las formas jurídicas (en otras) de "formas ideológicas", gracias
a las cuales los hombres adquieren conciencia del conflicto entre las fuerzas de producción y sus
relaciones.
Cualesquiera que sean las teorías del derecho burgués que se invoquen, para Marx el Derecho y la
legislación de una época están en función de las relaciones de producción de esa época, y no existe
nada absoluto y definitivo en ese sentido. Estado y Derecho surgen de las condiciones materiales de la
vida de los pueblos y son la expresión de la voluntad dominante de aquella clase que detenta el Poder
en el Estado.
¿Cómo será en la sociedad comunista?.
En la "Crítica del Programa de Gotha" (1875) Marx lo explica rápidamente. Entre la sociedad capitalista
y la sociedad comunista existe un período revolucionario "al que corresponde un período de transición
política en el que el Estado no puede ser otra cosa que la dictadura del proletariado", y que constituye
la primera fase de la sociedad comunista. Hasta que no se llegue a la fase superior, cree Marx que "el
horizonte limitado del derecho burgués no podrá ser superado definitivamente". Hasta entonces
subsistirán en la fase intermedia "los estigmas de la antigua sociedad, de ahí, el Derecho. Y añade, "el
Derecho no puede ser superior al estado económico de la sociedad y al grado de civilización que le
corresponde´.
Lenin, en su obra "El Estado y la Revolución", publicada en 1917, toma por su cuenta las afirmaciones
de Marx sobre la imposibilidad de acceder en la fase socialista a la justicia y a la igualdad económicas.
Es esta imposibilidad lo que, precisamente, obliga a mantener en vigor ciertos elementos del Derecho.
"En la primera fase de la sociedad comunista (que es lo que se llama ordinariamente socialismo), el
"derecho burgués" no está completamente abolido, sino sólo en parte, en la medida en que la
revolución económica haya sido hecha, es decir, en lo que concierne a los medios de producción"-. En
la medida en que los medios de producción se convierten en propiedad colectiva, el derecho burgués
es abolido. Dicho derecho subsiste en el terreno de la distribución. "Subsiste en calidad de regulador
(factor determinante) de la distribución de los productos y de la distribución del trabajo entre los
miembros de la sociedad" .
Lenin califica de "fenómeno interesante" el mantenimiento de esa parte del derecho burgués en
régimen socialista. En relación al mantenimiento del derecho con la permanencia del Estado en esa
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primera fase del comunismo. Se trata de un Estado en trance de desaparecer", de un "estado burgués
sin burguesía".
La teoría que E. Pasukanis elabora, se presenta como una de las tentativas más serias de la U.R.S.S.
de crear una teoría marxista del derecho burgués. Su influencia ha sido grande hasta 1937 y ha
penetrado en numerosos estudios consagrados al derecho soviético.
Pasukanis plantea como punto de partida el hecho de que las reglas de derecho difieren de las otras
reglas de la conducta humana dictadas por la utilidad, ya que las reglas de derecho presuponen una
persona que disfrute de los derechos. El derecho aparece entonces como el instrumento que armoniza
los conflictos entre los intereses privados. "El postulado base de la regulación jurídica es la
contradicción de los intereses privados".
En esto se opone a todas las técnicas. "La unidad del fin es, por el contrario, el postulado de la
regulación técnica. El orden jurídico difiere de todos los otros órdenes sociales en que está establecido
por individuos particulares. De tal forma que el derecho civil es la esfera primitiva del derecho".
Pasukanis descubre la esencia del derecho en su carácter económico. "Pasukanis -escribe Stucka en
1927- parte de la noción de fetichismo de la mercancía y muestra cómo ese fetichismo crea
directamente el fetichismo del derecho". Dado que el derecho es una superestructura y que "el hombre
que produce en la sociedad es la primera condición de la que procede la teoría económica", resulta
que "la teoría general del derecho debe partir de esa condición fundamental".
Ahora bien, la sociedad capitalista es, ante todo, una sociedad de poseedores de mercancías que las
cambian en el mercado por su valor. Sin duda que este valor es independiente de la voluntad de los
sujetos que producen esos bienes cambiables. Pero para que exista el trueque es preciso un acto
consciente de voluntad de parte de los poseedores de los bienes cambiables. Las relaciones sociales
establecidas por los hombres en los procesos de producción exigen para su realización relaciones
particulares entre los hombres como distribuidores de los productos, en cuanto sujetos cuya "voluntad
domina sobre las cosas".
En el momento, pues, en que el producto del trabajo adquiere la naturaleza de mercancía y se
convierte en portador de un valor, el hombre adquiere la naturaleza de sujeto jurídico y llega a ser
portador de valores y de derechos. Las relaciones del mercado, el contrato de permuta donde el
acuerdo de las voluntades se manifiesta, son la fuente del derecho.
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Al fundamentar toda su concepción del derecho sobre una base económica Pasukanis cree haber
dado una característica marxista del derecho burgués más desarrollada y más exacta que las
propuestas antes de él. Esta característica concierne únicamente al derecho burgués. "Sólo, en efecto,
-escribe-, la sociedad burguesa capitalista crea las condiciones necesarias para que el momento
jurídico alcance su más alto grado de desarrollo en las relaciones sociales".
En su artículo Derecho, de la Enciclopedia del Estado y del Derecho, Stucka reconocía el mérito de la
teoría de Pasukanis. "La obra de Pasukanis -escribe- ha aportado una importante contribución a la
ciencia del derecho. La teoría del derecho burgués nunca ha sido librada del todo de su fetichismo por
la actuación de su fundamento real". Pero él no suscribe totalmente esto, haciendo ver que -Pasukanis
se interesa únicamente por el derecho burgués mientras que él define el derecho en general.
En cuanto a lo que el derecho deba ser en la sociedad transitoria del socialismo al comunismo, la
respuesta de Pasukanis es sencilla no debe existir. "La desaparición de las categorías del derecho
burgués (o sea, las categorías y no tal o cual ordenanza particular) no significa en ningún caso su
sustitución por nuevas categorías de un derecho proletario. La desaparición de las categorías del
derecho burgués significa en esas condiciones la desaparición del derecho en general, es decir, la
desaparición progresiva del momento jurídico en las relaciones entre los hombres". Esta desaparición
progresiva del "momento jurídico" tiene un doble significado en el ánimo de Pasukanis. De una parte,
en el período de transición, el proletariado debe usar de esas formas heredadas de la burguesía; de
otra, debe adoptar una actitud crítica tanto frente a esas formas como a las de la burguesía: "La moral,
el derecho y el Estado son formas de la sociedad burguesa. Si el proletariado debe servirse de ellas,
eso no quiere decir que haya posibilidades de que se desarrollen posteriormente por introducción de
un contenido socialista. Son incapaces de abarcar ese contenido y deben desaparecer con la
realización del socialismo. No obstante, en el actual período de transición, el proletariado debe
necesariamente usar por su propio interés de clase esas formas heredadas de la sociedad burguesa,
y, por eso mismo, exprimirlas hasta el final".
"El proletariado debe adoptar una actitud sensata y crítica no sólo frente al Estado y a la moral
burguesa, sino también frente a su propio Estado proletario y a su propia moral proletaria".
Tales concepciones no eran nuevas en la Unión Soviética y desde 1919 se las podía hallar expresadas
en los considerandos de los Principios fundamentales del derecho penal. Esta es de igual modo la
opinión de Stucka, quien escribía en la Enciclopedia del Estado y del Derecho: "Entre nosotros, el
socialismo en su último estadio, o sea, el comunismo, no significa la victoria de un derecho socialista,
sino la victoria del socialismo sobre el derecho en general. El derecho en general también desaparece
con la destrucción de las clases y del antagonismo de sus intereses".
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La doctrina kantiana asido conocida como subjetivismo radical. Según kant moral y derecho son
ciencias del deber ser; Las de la naturaleza lo son del ser. Existe una diferencia esencial entre los
juicios de la moral y los del derecho; los primeros son categóricos (indican que se deba actuar en
determinado sentido) y los segundos son hipotéticos (sino se actúa en el sentido que determina, existe
una sanción) con la distinción entre el mundo del ser y del deber ser, y entre los juicios normativos
categóricos he hipotéticos el orden moral queda desligado del orden del cosmos (queda fuera de la
naturaleza y el derecho independizado de la moral)
Kant define al derecho como el conjunto de condiciones bajo las cuales se puede armonizar el arbitrio
de otro según una ley general de libertad.
La posición inicial de kant es racionalista mas sus conclusiones derivan en el positivismo; El propio
autor lo llama empirismo.
!Ê !+! " , Cuerpo de conceptos elementales y estructuras más o menos
comunes a un sistema jurídico.
Esta precisión es importante porque permite diferenciar el concepto de ley en sentido jurídico de otras
leyes científicas, y es precisamente la libertad que tiene el ser humano de apartarse de
la conducta pautada por la ley, por eso se habla de "conductas posibles", es decir que pueden o no
darse en la práctica y por eso el Derecho, al valorar una conducta como deseable, trata de imponer su
obligatoriedad dado que ésta es una posibilidad, como lo es también la transgresión, o sea, la violación
de la conducta prescrita.
El %%-! " reúne las estructuras y las modalidades de funcionamiento de las instancias
encargadas de la aplicación de reglas de Derecho, así como los servicios que emanan de ellas. El
sistema jurídico comprende así el aparato jurisdiccional, pero también el aparato no jurisdiccional.
Los cuatro principales sistemas jurídicos en el mundo son:
El sistema del Derecho continental o & ';
El sistema de Derecho anglosajón o
& ';
è
llamaría "ley aprobada". En Estados Unidos, esta incluye las constituciones (tanto la constitución
federal como las estatales) así como las leyes que aprueban el Congreso y los poderes legislativos de
los estados.
Tampoco podemos obviar que existe un proceso de codificación latente por parte del legislativo, en
materia mercantil y penal o en procedimientos civiles y penales, que si bien, son solo un conjunto de
reglas uniformes, son ratificadas por el legislativo y generalmente adoptadas por los Tribunales
Superiores. No obstante, no podemos obviar el hecho que los fallos judiciales que interpretan las
constituciones federales y estatal y las leyes aprobadas por el legislativo se suelen convertir en fuente
del derecho. Por tanto, podemos ratificar que la percepción básica del sistema norteamericano como
un conjunto de leyes hechas por el juez sigue siendo valedera.
En Estados Unidos, los fallos judiciales tienen fuerza de ley y el público, los abogados y, naturalmente,
los mismos tribunales, deben respetarlos. Esto es lo que se entiende por el "concepto del precedente",
como lo expresa la frase en latín
-- "observa el precedente". Un tribunal de primera
instancia, al pronunciar su fallo en casos iguales o similares, debe respetar las decisiones de un
tribunal superior de su misma jurisdicción.
Existen por lo tanto características limitadoras importantes en el concepto del precedente. Primero y
antes que nada, un fallo judicial solamente obliga a un tribunal de primera instancia si el tribunal que
pronuncia el fallo es superior dentro de la misma línea de autoridad. Por ejemplo, en un caso de
derecho federal normal o constitucional, un fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos obliga a
todos los tribunales norteamericanos, porque todos son de instancia inferior y en estos asuntos están
en la misma línea de autoridad que el Tribunal Supremo. Pero los fallos de cualquiera de los tribunales
de apelaciones -- los tribunales federales intermedios de apelaciones -- solamente obligan a los
tribunales federales de primera instancia dentro de sus respectivas regiones. Los fallos del tribunal
supremo de un estado acerca del significado de una ley del estado en que el tribunal tiene jurisdicción
son obligatorios en todas partes, siempre que los fallos del tribunal de ese estado no estén en pugna
con el derecho constitucional federal.
El tribunal supremo de una jurisdicción, es decir, el Tribunal Supremo de Estados Unidos cuando se
trata de la nación, o el tribunal supremo de un estado cuando se trata de un estado, puede invalidar un
precedente aun cuando los hechos del caso posterior sean idénticos o sustancialmente similares a un
caso anterior.
Si bien una gran parte del derecho norteamericano no está codificado, ha sido sistematizado y
organizado por materia. Enciclopedias y tratados jurídicos redactados por catedráticos y practicantes
eruditos de la ley exponen el derecho en secuencia lógica, y generalmente proveen también
perspectivas históricas. Estas obras de autoridad contienen referencias a principios y reglas
Îc
específicas de la ley dentro de una rama dada del derecho, así como menciones de leyes y fallos
judiciales pertinentes. Es relativamente fácil tener acceso a las leyes en los libros de códigos y de
casos, en volúmenes encuadernados llamados
.-% " Ê! % y, hoy día, las nuevas
tecnologías son una ayuda inestimable en la búsqueda de las leyes norteamericanas.
En cuanto a las diferencias más importantes que se pueden distinguir entre nuestro sistema y el
sistema americano podemos reseñar las siguientes:
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Pese a las diferencias y aciertos y desventajas de uno u otro sistema, ambos tienen un denominador
común: la búsqueda de una resolución justa que pueda decidir un conflicto de acuerdo a los valores
filosóficos de las Justicia. O, por lo menos, de la legalidad.
Sistema jurídico canadiense
El poder judicial desempeña un papel importante en la interpretación de las leyes y tiene el poder de
revocar aquellas que violen la Constitución. La Corte Suprema de Canadá es el tribunal más alto y
constituye la última instancia para los delitos; desde el año 2000 es presidida por la juez Beverley
McLachlin. Sus nueve miembros son nombrados por el gobernador general con el asesoramiento del
primer ministro y del ministro de justicia. Todos los jueces a nivel superior y de apelación son
nombrados previa consulta con los órganos judiciales no gubernamentales. El gobierno federal
también nombra a los jueces a los tribunales superiores en los niveles provinciales y territoriales. Los
judiciales de los niveles inferiores en provincias y territorios son responsabilidad de sus respectivos
gobiernos.
El derecho anglosajón (
') prevalece en todo el país, excepto en Quebec, donde predomina
el derecho civil. El derecho penal es responsabilidad federal y es uniforme en todo el territorio
nacional. La aplicación de la ley y los tribunales penales son responsabilidad del gobierno provincial,
aunque en las zonas rurales de todas las provincias, excepto en Ontario y Quebec, corre por cuenta de
la Policía Montada del Canadá.
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Unidas sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente y a las Normas Básicas
relativas a la independencia de la judicatura, en las que se consagra, entre otras cuestiones, el
principio de independencia individual y colectiva de los jueces, pues en su función de impartir justicia
no deben obediencia más que a la ley.
El Estado Cubano tiene institucionalizado un sistema de órganos independientes, encabezados por el
Tribunal Supremo, que actúan de forma colegiada, con una composición de acuerdo con su
competencia y con una amplia participación popular en la impartición de justicia. El sistema judicial
cubano se fundamenta en los siguientes principios:
Independencia absoluta de los jueces individualmente y de todo el sistema de Tribunales en la función
de impartir justicia.
Carácter popular de la justicia, determinada principalmente por la incorporación de jueces no
profesionales a las funciones judiciales (denominados jueces legos), junto a los jueces profesionales.
Carácter electivo de todos los jueces (profesionales y no profesionales).
Igualdad absoluta de todas las personas ante la ley.
Integración colegiada de los Tribunales en todos los actos de impartir justicia, cualesquiera que sean la
instancia judicial y la naturaleza del asunto.
Presunción de la inocencia. Todo acusado es inocente mientras no se demuestre lo contrario. La
obligación de probar corresponde a la Fiscalía.
Todos los juicios son públicos, salvo en los casos exceptuados por la ley.
Todas las decisiones de los tribunales son recurribles de acuerdo con lo que establece la ley en cada
caso.
Todo acusado tiene derecho a la defensa.
Sistema jurídico japonés
Este sistema, es una coalición del sistema neoromanista, del common law de Estados Unidos y de la
tradición japonesa.
En un principio el Japón, estaba regido por un conjunto de normas cuya razón de ser derivaba tanto de
los usos como de la moral, que regulaba, en todas las circunstancias de la vida, la conducta que los
individuos debían observar en sus relaciones recíprocas. Estas normas de comportamiento se
llamaron giri.
El giri sustituyó al derecho y según los japoneses, incluso a la moral. Se observaba espontáneamente,
no tanto porque correspondiera una cierta concepción de la moral o del deber, cuanto porque se
incurría en la censura social, en caso de inobservancia. Para un japonés constituiría una vergüenza no
respetar un giri. Un código de honor, puramente consuetudinario, determinaba todos los
comportamientos, tal situación ha hecho, hasta épocas recientes, inútil o molesta la intervención del
Î
derecho, ya que para los japoneses la idea de derecho sigue asociada con la noción de castigo y ser
citado a un juicio se considera una vergüenza, ello no significa que los tribunales estén inactivos, pero
la parte más importante de su actividad la constituye la función conciliadora no la decisoria.
En 1868 el emperador Meiji, abolió el feudalismo que venía rigiendo la nación, y aplicó un programa de
modernización, consistente en la declaración igualitaria tanto en las clases sociales como de la misma
nación con las potencias de occidente, produciendo cambios de tipo militar, industrial, político,
económico u social, lo cual marcaría el inicio hacia el Japón moderno, culminando enun gobierno
constitucional en 1889.
La política modernizadora del derecho surgió con el objeto de poner fin a los tratados comerciales
desventajosos y desiguales para Japón, y evitar que la influencia extranjera se convirtiera en un poder
tutelar sobre la vida pública, al estilo de lo que se observaba en China.
Japón carecía de un sistema jurídico, por ello opto por importarlo de occidente, procediéndose con la
contratación de juristas extranjeros, entre ellos franceses, alemanes e ingleses, valiéndose de la tarea
de traducir los códigos franceses, promulgando un código penal y un código de procedimientos
penales, de modelo francés, lo cual tuvo lugar en el año de 1882. Consecuentemente en 1890 entro en
vigor una ley relativa a la organización judicial y un código de procedimientos civiles, siguiendo el
modelo alemán. El código civil japonés fue promulgado en 1898. Fue una problemática adaptar ciertas
nociones elementales de derecho, extrañas para el pensamiento japonés.
Una de las dificultades que surgieron de la elaboración de nuevos códigos, consistió en traducir y
adaptar ciertas nociones del derecho, ajenas al pensamiento japonés. También el de crear
neologismos japoneses adecuados para los futuros códigos.
En 1889 fue promulgada la primera Constitución, elaborada sobre el modelo prusiana, la cual nunca
fue enmendada. Sus características radicaban que todas las atribuciones estaban centradas en la
persona del emperador, el cual fue legitimado como monarca absoluto, sagrado y superior al gobierno,
y que la soberanía residía en el emperador.
En 1898 entro en vigor el código civil, orientándose al alemán y en materia familiar hacia la tradición
japonesa; y en 1907 comenzó a regir el código penal inspirado en el código alemán
Posteriormente el País del sol naciente, resplandeció internacionalmente, sosteniendo dos guerras, la
primera de ellas, con China en los años de 1894 y la segunda con Rusia en 1904 a 1905, en ambas
salió victorioso, éxito que le dio prestigio y gran fama, convirtiéndolo en una potencia mundial.
Al acontecer la Segunda Guerra Mundial, Japón participó del lado de los llamados países del Eje,
teniendo como principal enemigo a los Estados Unidos de Norte América, durante el transcurso de
largos cinco años de lucha, Japón fue retrocediendo de las islas que había tomado, hasta culminar con
el estallidos de las dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki en 1945, capitulándose de este
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modo la guerra.
Después de la rendición del Japón, en septiembre de 1945 el ejercito de Estados Unidos, ocupó al
país, bajo la dirección del general Douglas McArthur, asumiendo el control del país y en 1946 impuso
una Constitución de inspiración norteamericana, en el cual lo hicieron renunciar en términos absolutos
al derecho de beligerancia, obligándole a no mantener ejércitos en su territorio, ni reconocer el derecho
de beligerancia del Estado. Sin embargo lo curioso, es que al haber sido impuesta, y se supone no
tiene respaldo popular por haber sido impuesta, hasta nuestros días, no la han reformado en lo más
mínimo.
En la Constitución que les fue impuesta, dejaba al emperador simplemente como un símbolo, hecho
que era totalmente diferente al régimen anterior, que el poder y la soberanía radicaba en el emperador.
En estas circunstancias, se efectuaron importantes modificaciones al derecho japonés, con influencia
ya no solo romanista sino también angloamericana. La promulgación de la nueva Constitución de
1947, consta de once capítulos y ciento tres artículos, de los cuales el capítulo I trata sobre el
emperador; el II, la renuncia a la guerra, el III, consagra lo referente a los derechos humanos, la
separación de poderes y el capítulo IV, del poder judicial y la forma de enmendar la Constitución.
Esta introdujo cambios significativos, en primer lugar, la proclama que la soberanía reside en el pueblo
y no en el emperador, la renuncia a la guerra como derecho soberano de la Nación, la Dieta es elegida
por sufragio universal y es el órgano supremo del poder del Estado, el gabinete es responsable ante el
electorado, crea un poder judicial de estilo norteamericano; hace efectivas las dos cámaras de la Dieta;
establece el derecho de voto a todos los hombres y mujeres por igual y garantiza los derechos
humanos.
Se dieron vida a varias leyes reglamentarias de la constitución, entre ellas la Ley de Casa Imperial, la
Ley del Parlamente, la Ley Orgánica del Poder Judicial, Ley de Contraloría Estatal, etc.
A los códigos existentes en esos días no se le hicieron modificaciones significativas, entre ellas al
Código Civil, solo se le hicieron cambios en los libros cuarto y quinto, que se refieren a la familia y las
sucesiones, eliminando usos japoneses como la discriminación de la mujer y la preferencia del
primogénito en caso de sucesión. En cambio el Código de Procedimientos Penales fue sustituido por el
de 1948, que acerca esta materia a la práctica norteamericana.
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Posee un sistema democrático, todos los Ciudadanos tienen derecho de elegir y ser elegidos, el
emperador es el símbolo más importante de Japón y de la unidad del pueblo, en quien reside el poder
soberano.
Las funciones del emperador, está la ratificación del Primer Ministro que haya designado la Dieta,
previo consejo y aprobación del Gabinete, puede nombrar al presidente de la Corte Suprema;
Î
menores y cuando tiene jurisdicción original en casos de insurrección, así como en algunos casos
administrativos.
Los Tribunales de Distrito, tiene jurisdicción original, excepto cuando conocen de apelación sobre las
decisiones de los juzgados sumarios en asuntos civiles, estos tribunales pueden estar integrados por
uno o por tres jueces, según la naturaleza del caso.
Los Tribunales Familiares conocen de casos civiles, relacionados con asuntos de carácter doméstico y
juveniles. El titular del tribunal es uno sólo juez, pero la mayoría de los asuntos, primero deben ser
escuchados por un cómite de conciliación formado por tres personas: un juez y dos comisionados de
conciliación que no necesitan ser abogados. Solo cuando no se llega a un arreglo entre las partes se
puede iniciar un procedimiento judicial.
Los Tribunales Sumarios ventilan casos menores, los cuales son manejados por un solo juez; casi la
mitad de los jueces de estos tribunales no son abogados calificados, sino que se les nombra para ese
puesto después de haber trabajado varios años dentro de la judicatura en puestos menores.
Sistema jurídico chino
El sistema jurídico chino comunista, sobre todo desde las reformas jurídico-económicas realizadas a
partir de 1978, tiene características muy particulares. Por un lado, es heredero de uno de los sistemas
jurídicos más antiguos del mundo, el sistema jurídico imperial chino, caracterizado por su severidad
penal y la amplia libertad brindada a los jueces, similar en este aspecto al common lawanglosajón. Por
otro lado el sistema socialista de mercado adoptado por China, ha llevado al desarrollo de una
legislación garantista de las inversiones, en base al principio de la ! del derecho anglosajón.1
Históricamente, el derecho chino estuvo fundado en la tensión entre el (ley escrita) y el (rito). Esta
dinámica, postergada durante las primeras décadas del estado comunista, ha resurgido después de
las reformas de 1978.2
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#1 El sistema
jurídico patrimonial chino se basa en la propiedad colectiva de los medios de producción, pero a la vez
garantiza las inversiones privadas y establece un derecho de usufructo sobre las mismas por un plazo
de 70 años, que también puede ser objeto de sucesión. En 1999, una reforma constitucional,
reconoció formalmente el derecho de propiedad en la economía, a la vez que estableció un derecho al
usufructo de la tierra por períodos mínimos de 30 años, para los campesinos.
China posee también un muy eficiente y severo sistema de penalización de la corrupción, en el que
el Partido Comunista actúa como poder judicial. La constitución vigente es la sancionada en 1954 con
31 enmiendas incluidas en 1982. Adopta un sistema democrático parlamentario en el que el poder
radica en el pueblo, representado en el parlamento nacional, llamado
$ . El partido
Î
político mayoritario y dominante es el Partido Comunista, existiendo también ocho partidos legales
minoritarios.1
La necesidad de seguridad jurídica derivada de las reformas de la década de 1980, llevaron a una
revalorización y fortalecimiento del poder judicial y de la profesión de abogado. Estos últimos están
organizados en una asociación nacional llamada /
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que agrupaba en 2006, a
unos 120.000 abogados, que reciben una remuneración fija. En el proceso penal los jueces deben
atenerse estrictamente a la ley, en tanto que en el proceso civil, los jueces están habilitados para hacer
uso de la analogía.
La Asamblea Popular Nacional (APN, máximo órgano legislativo de China), y su Comité Permanente
han elaborado 229 leyes vigentes, indica un libro blanco publicado hoy por la Oficina de Información
del Consejo de Estado.
El libro blanco, titulado "Esfuerzos y Logros de China en la Promoción del Estado de Derecho", detalla
que el moderno sistema jurídico chino consiste principalmente en siete clases de legislación y tres
niveles.
Estas leyes cubren las siete ramas de legislación, incluyendo la Constitución y las leyes relacionadas
con la Constitución, leyes civiles y comerciales, leyes administrativas, leyes económicas, leyes sobre la
sociedad, leyes penales, y leyes procesales de litigación y no litigación, precisa el documento.
Además, señala que los tres niveles del sistema jurídico chino incluyen leyes, reglamentos
administrativos, reglamentos locales, reglamentos autónomos y reglamentos específicos.
Como suplementos, el Consejo de Estado, el gabinete chino, ha promulgado cerca de 600
reglamentos administrativos actualmente en vigencia, afirma el libro blanco.
China ha establecido "un sistema jurídico socialista con peculiaridades chinas" con la Constitución
como núcleo, destaca el libro blanco.
Estados europeos desunidos, han ejercido en su conjunto la hegemonía mundial, cuando menos en
los siglos XVI y XVII. Esta situación empieza a cambiar a fines del siglo XVIII e inicios del XIX
expansión francesa e inglesa en África, Oceanía y parte de Asía. Con todo la crisis de la hegemonía
europea se anuncia en la Primera Guerra Mundial y se consagra en la Segunda, sobre todo cuando,
Paralelamente, en la primera mitad del siglo XX, aparecen o se consagran grandes potencias
extrauropeas: China, Japón, sobre todo los Estados Unidos y en cierto sentido la Unión Rusa1.
El cambio de situación ya fue advertido por algunas minorías durante la Entreguerra 1918
y el político francés Briand formuló un proyecto de Unión Europea, Ambos intentos resultaron
conveniencia de una futura Unión fue advertida tanto por la propaganda alemana como por algunos
políticos ingleses y franceses. Esta corriente de opinión se incrementó tras el fin de la contienda,
entre otras razones por el miedo a una invasión rusa. Con todo no fue una solución unánimemente
admitida. Las muy variadas posturas ante una eventual unión, podemos sintetizarlas del siguiente
modo:
c) Partidarios templados de la Unión. Quizá estos últimos sean los mas numerosos, aun
cuando faltan encuestas serías que lo confirmen. En todo caso no constituyen un grupo homogéneo,
pues las razones de sus reservas frente a Europa son muy variadas, principalmente las siguientes: 1º
deseosos de disponer de una zona económica de libre cambio, de un mercado sin vínculos políticos
(esta postura es frecuente entre los ingleses deseosos de preservar la independencia insular pero
manteniendo abiertas las salidas para sus productos industriales); 2º partidarios de una difícil, cuando
no vaga comunidad política sin perjuicio de la primacía de las naciones integradas en la comunidad (la
Europa de las Patrias del General De Gaulle); 3º los que pudiéramos llamar europeístas desconfiados,
cuya postura es ambivalente pues a la vez que desean llegar a una Confederación sólida, temen que,
de no hacerlo sin garantías, la hegemonía de otro Estado comunitario pueda redundar en perjuicio del
propio; 4° Los calificables de cuasiescépticos técnicos que, siendo partidarios de la unión. hacen
hincapié en las dificultades técnicas derivadas del paso de las competencias y estructuras estatales a
las colectivas y desean obrar lentamente para evitar los inconvenientes derivados de los cambios
bruscos.
Estas tendencias no se corresponden con los partidos políticos clásicos. Por ello en todos,
o en casi todos los partidos políticos de cada País europeo (de los ingresados en la Comunidad y de
los que permanecen al margen de la misma) militan partidarios de todas las corrientes arriba
sintetizadas. Este panorama contribuye a explicar el proceso formativo de la Comunidad y el grado de
desarrollo actualmente alcanzado.
2. Características
A. Naturaleza confederal.-A falta de otra expresión consagrada y quizá mas precisa,
recurrimos al término "confederal" tomado de los tratadistas alemanes de fines del siglo XIX y
c
principios del XX, cuando señalaban que el Imperio bismarckiano era un Estado federal (Bundes
staat), a diferencia de la Confederación Germánica de 1815 que era precisamente una Confederación
de Estados (Staatenbund).
Lo calificamos de derecho confederal por cuanto constituye una categoría intermedia entre
el Derecho Internacional Público (que contempla relaciones de teórica igualdad entre Estados
soberanos que pactan mediante Tratados) y el Derecho interno (emanado del órgano soberano del
Derecho internacional (como los Tratados que estudiaremos al enumerar sus fuentes) y fuentes
jurídicas propias del régimen interno de cada país, constitutivas de lo que en lenguaje comunitario de
denomina derecho derivado. En todo caso la Unión, es decir sus órganos, ejercen facultades
unos 21.000 jueces de carrera, independientes y sometidos únicamente al imperio de la ley. Los
jueces y magistrados son inamovibles. El número de fiscales ronda los 5.000 y el de abogados rebasa
los 100.000.
En términos de estabilidad y seguridad jurídica, los inversores extranjeros sitúan a Alemania en
segunda posición a nivel mundial, solo por detrás del Reino Unido. Esa seguridad jurídica atrae a
empresas extranjeras y promueve las inversiones y la actividad empresarial en Alemania.
"!- "
El derecho de la República Federal de Alemania se extiende a prácticamente todos los ámbitos de la
vida, de modo que hoy en día la legislación se presenta como adecuación y reforma del derecho
vigente en función de los procesos sociales, para los cuales opera como cauce de solución de
problemas. El ordenamiento jurídico está determinado por el derecho constitucional. Pero también el
derecho de la Unión Europea y el derecho internacional actúan sobre el derecho interno. La legislación
federal abarca unas 1.900 leyes y 3.000 reglamentos generales. Las leyes son adoptadas por el
Bundestag Alemán (Parlamento Federal), los reglamentos ejecutivos por el Gobierno Federal. El
derecho de Land (regional) abarca, junto a las normas en materia de policía y régimen local, sobre
todo el ámbito de la enseñanza (escuelas y universidades) y la prensa y radiodifusión.
Desde una perspectiva histórica, el derecho de la República Federal de Alemania se remonta al
derecho romano, asumido en parte, y a numerosas fuentes jurídicas de los distintos territorios. En el
siglo XIX se unificó por primera vez el derecho privado para todo el Imperio Alemán. El Código Civil y
el Código de Comercio conservan hasta el día de hoy el espíritu liberal de los tiempos de la
codificación. Están presididos por el principio de la libertad de contratación.
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Las garantías del Estado de Derecho se plasman en el derecho material y procesal. En el derecho
penal rige el principio, constitucionalmente reconocido en la Ley Fundamental, de que nadie puede ser
condenado por acciones u omisiones que en el momento de producirse no constituyan delito según la
legislación vigente en aquel momento (nulla poena sine lege). También tiene rango constitucional el
principio de que nadie puede ser castigado dos veces por el mismo delito (non bis in idem). La libertad
de la persona puede ser limitada únicamente en virtud de una ley. Sobre la admisibilidad y duración de
una privación de libertad deciden única y exclusivamente los jueces. La restricción de la libertad que
no se derive de una orden judicial requiere un automático pronunciamiento judicial.
La policía puede detener a un sospechoso, pero no lo puede mantener por su propia potestad bajo su
custodia más allá del fin del día posterior al de la detención. Todos tienen el derecho de ser oídos
legalmente ante los tribunales; este elemento esencial del Estado de Derecho también está
consagrado en la Constitución alemana. La administración de justicia corresponde a jueces y
Î
procesos administrativos de derecho público que no entran dentro del ámbito de competencias de los
tribunales sociales ni económico-administrativos o ± excepcionalmente ± de los tribunales ordinarios, o
no se refieren a un litigio de orden constitucional. Existen tres instancias: tribunal contencioso-
administrativo, tribunal contencioso- administrativo superior, Corte Federal Contencioso-administrativa.
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Los tribunales sociales conocen de los litigios relativos a la seguridad social en todas sus vertientes.
Existen tres instancias: tribunal de asuntos de seguridad social, tribunal superior de asuntos de
seguridad social, Corte Federal Social. Los tribunales económicoadministrativos conocen de los
asuntos tributarios. Solo existen dos instancias: tribunal de hacienda, Corte Federal de Hacienda.
Aparte de las cinco ramas descritas se sitúa la Corte Constitucional Federal, que conoce, entre otras
cosas, de los recursos de inconstitucionalidad. Los litigios sobre la interpretación de las constituciones
de los Estados Federados se sustancian ante los Tribunales Constitucionales de los Estados
Federados, si bien tampoco en estos supuestos queda excluido per se el recurso ante la Corte
Constitucional Federal.
El /"$ " -!! (en alemán º
o ºº) es el código
civil de Alemania. Su redacción comenzó en 1881, y entró en vigor el 1 de enero de 1900,
considerándosele un proyecto de vanguardia para su época.
El BGB ha servido de fuente para la legislación civil de otros países de tradición continental, tales
como la República Popular China, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Grecia, entre otros.
El BGB contiene cinco libros:
La $ (/
*), que abarca los párrafos 1 a 240, comprende la regulación de
elementos que tienen consecuencias en el resto de las partes del Derecho civil.
El 4
(Y
5
6), que abarca los párrafos 241 a 853, y
describe los diferentes contratos o las obligaciones en general, incluyendo el Derecho aplicable a
la responsabilidad civil.
El 4
("Sachenrecht"), párrafos 854 a 1296, que regula la posesión, la propiedad y
otros derechos reales, y los diferentes modos de adquirirlos.
El 4
("Familienrecht"), párrafos 1297 a 1921, que dice relación con el matrimonio,
la filiación y demás relaciones de familia.
El 4 ("Erbrecht"), que gobierna la suerte de los bienes de las personas difuntas,
incluyendo los requisitos y efectos del testamento (transmisiones
).
Asimismo, Jueces de Primera Instancia y, en su caso, los Jueces de Paz, tienen a su cargo
los Registros del Estado Civil, siendo responsables de la custodia y llevanza de los libros que registran
el nacimiento, estado civil, los hechos que afecten a la capacidad de obrar y la defunción de
las personas.
(%%! %" ""!
La Constitución garantiza el respeto a los principios esenciales necesarios para el correcto
funcionamiento del Poder Judicial; estos principios son la imparcialidad, la independencia, la
inamovilidad, la responsabilidad y la legalidad.
( " -(!! "!": En garantía de la tutela judicial efectiva asegurada a todos los
ciudadanos por la Constitución, la Ley Orgánica del Poder Judicial proscribe la intervención de Jueces
y Magistrados en el conocimiento y decisión de asuntos en los que puedan tener interés como parte,
bien sea a título personal o como representantes de otras personas. Los Jueces y Magistrados están
obligados a abstenerse de conocer o decidir tales asuntos, y en caso de no hacerlo pueden ser
recusados por la parte que se crea perjudicada; un Tribunal superior jerárquicamente decidirá el
incidente de recusación y, en caso de encontrar fundado su planteamiento, apartará al Juez o
Magistrado recusado de la causa.
Son causas de recusación, entre otras, la amistad íntima o enemistad manifiesta del Juez o Magistrado
con las partes o sus abogados, procuradores, peritos y testigos; también lo es el parentesco hasta el
cuatro o segundo grado consanguíneo, según los casos, con las mismas personas.
( " "("!: Los juzgados y tribunales son independientes de toda autoridad o
persona en el ejercicio de su potestad jurisdiccional, incluso respecto de tribunales superiores y de los
órganos de gobierno del poder judicial.
( " !- "!" Los jueces y magistrados son inamovibles y no pueden ser trasladados,
suspendidos, separados ni jubilados sino por las causas y con las garantías establecidas en la ley.
Esto quiere decir que, fuera de dichas causas y con arreglo a ese procedimiento, nadie puede impedir
temporal o definitivamente a un Juez o Magistrado la permanencia en su cargo y el libre ejercicio del
mismo, es decir, se proscribe toda forma de interferencia en la Carrera Judicial.
( " %(%! "!": Los jueces y magistrados son personalmente responsables por las
infracciones disciplinarias y penales que cometan en el ejercicio de sus funciones; esta
responsabilidad sólo puede exigirse por la vía desciplinaria legalmente establecida, sin interferencia de
los Poderes Ejecutivo o Legislativo, o a través del procedimiento penal ordinario.
( " $! "!": En el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, los jueces y magistrados
están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico, al igual que el resto de autoridades
y que el conjunto de los ciudadanos.
o
( " !"/ Principio que inspira el desarrollo de los procesos judiciales y que
consiste en la posibilidad de las partes de discutir los aspectos jurídicos y fácticos de la controversia.
'"!3$!4!/" ""!
El Poder Judicial es independiente de los demás poderes del estado. Tanto los órganos
jurisdiccionales como los órganos de gobierno del poder judicial ejercen sus funciones con arreglo a
los criterios de competencia objetiva, territorial, y funcional. Territorialmente España se organiza en
municipios, partidos judiciales, provincias y Comunidades Autónomas.
En España rige el principio de jurisdicción universal, en virtud del cual los juzgados
y tribunales españoles son competentes para conocer y decidir las causas por delitos de suma
gravedad, como aquéllos contra la Familia Real o que constituyan genocidio, aunque hayan sido
cometidos por extranjeros fuera del territorio nacional de España.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es la Ley Suprema de la Unión, razón por la
cual se citarán, cuando sea el caso, las disposiciones que de ella emanan en la materia, ya que
constituyen las bases constitucionales en las que se construye el sistema jurídico para el manejo y
eliminación ambientalmente adecuados de las sustancias tóxicas o peligrosas.
La República Mexicana está conformada por 31 Estados y un Distrito Federal, libres y soberanos en lo
que respecta a su régimen interior, pero integrados en una Federación de acuerdo con los principios
de la Constitución Política, que delimita los ámbitos de las jurisdicciones entre la Federación y los
Estados, específicamente, señala al respecto que: "Las facultades que no están expresamente
concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados".
Los Estados, a su vez, están constituidos por municipios considerados como la base del sistema
político del país, los cuales tienen potestad para participar en asuntos relativos a la gestión ambiental y
establecimiento de normas jurídicas de carácter general y abstracto sobre la materia.
En el tema que nos ocupa es preciso, sin embargo, estudiar con detenimiento en que medida los
Estados y los Municipios tienen facultades que les permitan asumir la autoridad necesaria para el logro
de los objetivos que se persiguen en relación con la prevención, el control y la reducción de los riesgos
químicos.
El "derecho a la protección de la salud", incorporado en la Constitución Política como parte de las
modificaciones que se introdujeron en ella y entraron en vigor en 1983, permitió crear un sistema de
concurrencia en materia de salubridad e introducir la idea de la protección de la salud humana en
relación con los efectos adversos del ambiente. La Ley General de Salud, publicada el primero de julio
%!
La estructura del Sistema Jurídico en México es especial, ya que se conforma por una serie de
ordenamientos que se establecen de acuerdo con el siguiente esquema.
1%$ !-!!%" !%/
A. Leyes reglamentarias de artículos constitucionales.
B. Leyes que emanan de conceptos constitucionales.
$ !-%
A. Expedidos por el Ejecutivo, especializando y especificando los principios de las leyes
reglamentarias o especiales.
B. Reglamentos autónomos.
%-!" -%/""!-% "%
El sistema de aprobación de leyes federales en México tiene una serie de procedimientos que
dependen del rango que ocupan; se puede decir que como principio general, toda norma puede ser
derogada o reformada con el mismo procedimiento que le dio origen. Este principio salvaguarda el
régimen de legalidad del sistema jurídico mexicano y asegura su permanencia y debido cumplimiento.
Para el caso de la emisión de leyes estatales, si se trata de la Constitución local, cada localidad
establece su sistema de reforma y, para la emisión de leyes estatales es el Congreso del Estado quien
puede emitirlas en ejercicio de su facultad legislativa.
A nivel municipal, quien emite los bandos y reglamentos municipales es el Ayuntamiento.
c
La expedición de las Normas Constitucionales, es decir de las reformas al texto de nuestra Carta
Magna, se realiza de conformidad con el mismo procedimiento que nuestro texto Constitucional
señala, siendo necesario el llamado por varios constitucionalistas del Constituyente Permanente, para
hacer posible cualquier modificación. Este se integra por el Congreso de la Unión, que para este fin, se
amplía con las Legislaturas de los Estados y teniendo un quórum especial de aprobación.
Cabe aclarar, que dentro de la jerarquía normativa es en este nivel, es decir como "leyes
constitucionales", en donde se encuentra el llamado Derecho Internacional incorporado a la legislación
por el texto del artículo 133.
Las reformas a las leyes reglamentarias de la Constitución o a las especiales, que se llaman
secundarias, tienen que seguir el proceso legislativo, que comienza con el envío de la iniciativa a la
Cámara de Origen, una vez aprobada pasa a la Cámara Revisora y después de su aprobación, al
Presidente de la República para que ejerza su derecho de veto, y se proceda a su promulgación y
publicación.
Es importante destacar que existen varios posibles iniciadores de leyes, ya que la Constitución otorga
el derecho de iniciativa a varios sujetos y no como comunmente se cree, tan solo al Ejecutivo que en
los últimos años es el único que ha turnado iniciativas que han seguido todos los pasos del proceso.
Las Cámaras fungen regularmente como iniciadoras y la denominada de Origen y la Revisora,
determinan la forma como se envía la iniciativa y el tema, pudiendo en ambos casos, ser tanto la
Cámara de Diputados, como la de los Senadores.
Los reglamentos son expedidos por el Ejecutivo en ejercicio de la facultad reglamentaria, que para
algunos constitucionalistas es una facultad legislativa que tiene el ejecutivo, como plantea el esquema.
Existen reglamentos de las leyes expedidas por el congreso y reglamentos que no necesariamente
tienen una referencia legal directa, y que son denominados reglamentos autónomos, como es el caso
de los expedidos para la jurisdicción del Distrito Federal, en el que no existe Congreso local.
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A partir del uno de julio de 1992, con la expedición de la nueva Ley Federal de Metrología y
Normalización, las normas técnicas ecológicas (NTEs), que han sido expedidas por la Secretaría de
Desarrollo Urbano y Ecología (hoy Secretaría de Desarrollo Social), así como las normas técnicas
sanitarias (NTSs), expedidas por la Secretaría de Salud, dejarán de estar vigentes en 15 meses y se
transformarán en Normas Oficiales Mexicanas (NOMs), siempre y cuando sean sustentadas en un
análisis de costo-beneficio.
La expedición de tales normas requerirá, según sea el caso: su fundamentación científico-técnica y/o
de protección del consumidor, la especificación de los beneficios potenciales de la norma, incluyendo
los intangibles y no cuantificables monetariamente, la identificación de los beneficiarios de la norma, la
especificación de sus costos potenciales, comprendidos los efectos adversos posibles que no puedan
ser cuantificados en términos monetarios, así como la justificación del porqué se considera que la
NOM constituye la mejor alternativa posible para alcanzar el objetivo que se persigue. Esto último
implica que se consideren las otras alternativas para el logro de tal objetivo.
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-!"!"
Se puede decir que la gama de posibilidades de la normatividad mexicana es muy amplia, ya que
puede tener desde leyes generales que regulan las materias llamadas concurrentes, hasta
reglamentos especializados o normas oficiales mexicanas, todos éstos ordenamientos son de carácter
general y obligatorio y pueden ser: permisivos, disuasorios, compensadores, prohibitivos, limitativos,
inductivos, programáticos.
$J!
Los principios de la normatividad mexicana son: la legalidad, la sistematicidad y el carácter textual.
El objetivo de tal sistema es incrementar la calidad de los productos y servicios nacionales, estimular la
concurrencia del sector privado, público y científico y de consumidores en la elaboración y observancia
de la normatividad, determinar las normas de carácter obligatorio y la forma en que se acreditará el
cumplimiento de las mismas, así como el desarrollo de los recursos humanos especializados para
lograr esos fines.
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El Código Civil para el Distrito Federal y todos los Estados de la República, contiene planteamientos
relativos a la responsabilidad civil ante el daño que puedan ocasionar sustancias peligrosas, tales
como el expresado en los siguientes términos:
"Cuando una persona hace uso de mecanismos, instrumentos, aparatos o substancias peligrosas, por
sí mismos, por la velocidad que desarrollen, por su naturaleza explosiva o inflamable, por la energía de
la corriente eléctrica que conduzcan o por otras causas análogas, está obligado a responder del daño
que cause, aunque no obre ilícitamente, a no ser que demuestre que ese daño se produjo por culpa o
negligencia inexcusable de la víctima".
El Código establece al respecto el sistema de "responsabilidad objetiva" o de "responsabilidad por
riesgo", que si bien tiene ventajas sobre el sistema tradicional de "responsabilidad subjetiva" en el cual
se requiere determinar la existencia de culpa o negligencia del autor de un hecho para obligarlo al
pago de una indemnización, no soluciona los problemas que plantea el manejo ambientalmente
inadecuado e inseguro de las sustancias tóxicas o peligrosas, sobre todo cuando esto ocasiona
emisiones continuas al aire y descargas al agua de concentraciones elevadas de dichas sustancias o
accidentes químicos.
En particular, se debe resaltar la necesidad en tal sistema de acreditar en forma adecuada la relación
causal entre los daños a la salud o el ambiente y los hechos que los provocan, lo que es sumamente
complejo. Lo anterior es cierto, por ejemplo, cuando existen diferentes fuentes involucradas en la
exposición a sustancias potencialmente tóxicas, como ocurre con la contaminación atmosférica.
Aunado a ello, se requiere identificar los daños y perjuicios sufridos por cada persona para fines de
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indemnización, lo que es difícil cuando es una comunidad y no un individuo la que se ve afectada por
prácticas irresponsables en el manejo de productos químicos o por accidentes que los involucran. Por
lo general, ese tipo de situaciones corresponden a tipos de daño considerados como " difusos" y
"colectivos".
Todo ello complica el proceso civil a través del cual se hace efectiva la responsabilidad, ya que éste
está concebido como un proceso entre individuos, puesto que solo puede ser accionado por el
individuo que ve afectados sus intereses, y es un sistema en el que no se pueden emitir condenas ante
daños producidos globalmente.
Tampoco en el sistema jurídico de México existe un tipo genérico de delito ambiental o delito
ecológico, sino tipos específicos de delitos contenidos en los códigos penales, que protegen
indirectamente al ambiente a través de la tutela de bienes como la salud, la vida o el patrimonio. En
este caso, también, la concepción del sistema es totalmente individualista y no están concebidos los
intereses colectivos.
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Por lo anterior, y al igual que ocurre en otras naciones, se ha emprendido un proceso de desregulación
que tiende a eliminar reglamentaciones obsoletas que sin cumplir sus objetivos se habían constituido
en obstáculos al progreso. Así mismo, pretende adecuar las que así lo requieran, y en el caso de las
que nos ocupan, establecer claramente la corresponsabilidad de los diferentes sectores en la
protección de la salud humana y el ambiente.
Aunado a ello, se han efectuado cambios en los procesos administrativos para, entre otros, aumentar
su transparencia, eliminar retrasos y obstáculos burocráticos, automatizarlos e incrementar la
coordinación intersectorial. En particular, se busca involucrar de manera decidida a la iniciativa privada
y al sector académico para apoyar actividades tales como la verificación y el control de la calidad de
productos o del ambiente, conforme lo establece la normatividad y desarrollar actividades de
capacitación de funcionarios y educación comunitaria en relación con la gestión y control de riesgos
químicos.
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Un elemento de gran valor que han introducido los países que primero iniciaron el proceso de reforma
de las reglamentaciones sobre ambiente y productos químicos y que podría venir a enriquecer el
programa de modernización de la reglamentación en México, es la evaluación del desempeño de las
reglamentaciones y procedimientos de gestión a través de parámetros indicadores que les permiten
elaborar estadísticas y gráficas que muestran sus tendencias y ayudan a determinar si se están
teniendo los resultados esperados. Tal método ofrece, además la posibilidad de realizar evaluaciones
de la relación costo-efectividad de las reglamentaciones.
Se encontrarán dentro de esta categoría aquellos países que, junto con otras fuentes, han sido
principalmente influenciados por su herencia jurídica romana y que, dando preminencia al derecho
escrito, han resueltamente adoptado una codificación sistemática de su derecho común. Por otro lado
se encontraran países, generalmente de derecho mixto, que sin haber recurrido a la técnica de la ley
codificada, han retenido hasta cierto grado suficientes elementos de construcci6n jurídica romana,
como argumento escrito, que permiten considerarlos como adscriptos a la tradición civilista. Además,
están incluidos en esta categoría países en los cuales a pesar de que la influencia romana no ha sido
tan importante, sin embargo su derecho, codificado o no, reposa en una concepción del rol de la ley
similar a ésa de los países de tradición civilista "pura" (tal es el caso, por ejemplo de los países de
tradición escandinava los cuales ocupan, dentro del seno de la "familia romano-germánica", una
posición original).
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XX
De la misma manera que el sistema del derecho civil, el sistema del Common law opera en ambientes
culturalmente diversos del mundo. A pesar de las diferencias algunas veces considerables que entraña
esta diversidad, y que a menudo son amplificadas por las circunstancias políticas, se pueden agrupar
dentro de esta categoría aquellos países en los cuales el derecho reposa tecnicamente, al menos en lo
esencial, sobre los conceptos y los modos de organización jurídica del common 1aw británico, que
concede un lugar primordial a 1a jurisprudencia, y no a la ley como medio ordinario de expresión del
derecho común. En consequencia, se han colocado en esta categoría a países o entidades políticas
más o menos apegados a 1a tradición británica, en los cuales, a pesar de poseer en abundancia
códigos e instrumentos normativos no jurisprudenciales, la jurisprudencia del common law conserva su
carácter de derecho fundamental.
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No existen al presente países cuyos sistemas puedan ser propiamente designados como enteramente
consuetudinarios. No obstante, el derecho consuetudinario (en tanto como sistema y no solamente
como supletorio del derecho positivo) juega un rol de gran importancia en un número relativamente
elevado de países de derecho mixto. Esto es evidente en ciertos países africanos. Lo mismo se puede
decir, por ejemplo, en casos donde ciertas condiciones son diferentes, como el derecho de China e
India.
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Estos son sistemas autónomos de derecho religioso propiamente dicho, por contraste con el derecho
canónico, el que, si bien está informado por dogmas religiosos es producto de la elaboración humana
y, además, es uno de los componentes de la tradición civilista.
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Ha parecido útil identificar los sistemas de un cierto número de territorios no independientes (los que
pueden tener un diferente grado de autonomía) ya sea porque por su situación geográfica non son
obvios sus vínculos con el sistema jurídico de la metrópolis, o porque sus sistemas han adquirido o
mantenido características distintivas dentro del federal u otra clase de unidad política a la cual
pertenece. A continuación del nombre del territorio se ha colocado el nombre del país al cual
pertenece.
Constituciones
La %/ " % %!"% "% es la ley suprema de los Estados Unidos de América. Fue
adoptada en su forma original el septiembre de 1787 por la Convención Constitucional de Filadelfia,
Pensilvania y luego ratificada por el pueblo en convenciones en cada estado en el nombre de «el
Pueblo» (l $J) La Constitución tiene un lugar central en el derecho y la cultura política
estadounidense. La Constitución de los EE. UU. se considera como la constitución nacional más
antigua que se encuentra en vigencia actualmente en el mundo. Una copia original del documento se
puede encontrar en la Administración de Archivos Nacionales en Washington D. C.
%!
Redacción y requisitos para su ratificación
En septiembre de 1786, comisionados de cinco estados se reunieron en la Convención de
Annapolis para discutir sobre reformas a los Artículos de la Confederación que mejorarían el comercio.
Invitaron a representantes de otros estados a reunirse en Filadelfia para discutir mejoras al gobierno
federal. A consecuencia del debate, el Congreso de la Confederación se propuso revisar los Artículos
de la Confederación el 21 de febrero de 1787. Doce estados, siendo Rhode Island la única excepción,
aceptaron la invitación y enviaron delegados a la convención en mayo de 1787. La resolución que
convocaba la Convención especificaba su propósito de enmendar los Artículos de la Confederación,
pero la Convención decidió proponer escribir una nueva Constitución.
Xo
La Convención de Filadelfia votó por mantener las deliberaciones en secreto y decidió redactar un
nuevo diseño fundamental de gobierno que eventualmente establecía que nueve de los trece estados
tendrían que ratificar la constitución para que ésta entrara en vigor para los estados participantes.
El Plan de Virginia fue la agenda no oficial de la Convención, redactada en su mayoría por James
Madison. Estaba dirigida a favorecer los intereses de los estados más grandes, y entre otras
propuestas estaban:
Un poderoso Congreso bicameral con una Cámara de Representantes y un Senado
Un poder ejecutivo (Presidente) elegido por la legislatura
Un poder judicial, con períodos de servicio de por vida, con poderes vagos
El Congreso federal podría vetar leyes estatales
Una propuesta alternativa, el Plan de Nueva Jersey, otorgaba a los estados iguales influencias y fue
promovida por los estados más pequeños.
Ratificación
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Muchas de las ideas en la Constitución eran nuevas, y un gran número de ellas se derivaron de la
literatura del Republicanismo en los Estados Unidos, de la experiencia de los trece estados, y de la
experiencia del Reino Unido con su forma de gobierno mixta. La influencia más importante de Europa
Continental vino de Montesquieu, quien enfatizaba en tener fuerzas equilibradas que se opusieran
mutuamente para prevenir la tiranía. (Esto refleja la influencia del tratado de Polibio -siglo II a. C.-
acerca de los frenos y contrapesos de la Constitución de la República Romana). John Locke es
conocido por tener una influencia mixta, y la cláusula del debido proceso de la Constitución de los
Estados Unidos se basó parcialmente en el derecho anglosajón con referencias a la Carta Magna de
1215. Es de destacar asimismo la influencia que la tradición de gobierno democrático e igualitario de
la Confederación Iroquesa tuvo en Benjamin Franklin a la hora de redactar la Constitución.
Influencias en la Carta de Derechos de los Estados Unidos
La !!"%" % %!"%"% fueron las diez enmiendas añadidas a la Constitución
en 1791, tal como los proponentes de la Constitución habían prometido a los oponentes durante los
debates de 1788. La Declaración de derechos inglesa de 1689 fue una inspiración para la Carta de
Derechos de los Estados Unidos. Por ejemplo, ambas requerían juicios con jurado, contienen
un derecho a portar armas, y prohíben las fianzas excesivas al igual que los "castigos crueles e
inusuales". Muchas libertades protegidas por las constituciones estatales y la Declaración de Derechos
de Virginia fueron incorporadas a la Carta de Derechos de los Estados Unidos.
Constitución de Canadá
La %/ " !!"6 es la suprema ley la constitución del Estado de Canadá y es una
amalgama de actas codificadas y tradiciones incodificadas y convenciones. Esta determina la líneas de
acción del sistema de gobierno de Canadá así como los derechos civiles de los ciudadanos
canadienses.
La composición de la Constitución de Canadá está definida en la sección 52 (2) del Acta constitucional
de Canadá de 1982 como "Acta de Canadá de 1982" y todas las enmiendas hechas a este documento.
Efectivamente, esto incluye toda la legislación británica que confirma o modifica el Acta de la
Norteamérica británica. En conjunto, todos esos documentos son llamados "Actas constitucionales
1867-1982". La Corte Suprema de Canadá asegura que la lista no es exhaustiva y que esta incluye
doctrinas no escritas también. Sin embargo, casi toda la jurisprudencia constitucional se enfoca en el
Acta constitucional de 1867, el Acta constitucional de 1982 que incluye el Capítulo canadiense sobre
derechos y libertades y la llamada constitución no escrita.
Historia de la Constitución
La primera semblanza para una constitución de Canadá fue la Proclamación real de 1763. El acta
renominó Canadá "Provincia de Quebec" y redifinió sus fronteras estableciendo un gobierno colonial
británico. La proclamación fue considerada de facto "Constitución de Quebec" hasta 1774 que
establecía demasiados procedimientos de gobierno en el área de Quebec. Esta extendió las fronteras
y adoptó el código penal británico entre otras cosas.
En 1931 el Parlamento británico pasó el Estatuto de Westminster.3 Dicho estatuto dio a todos los
territorios del país autoridad legislativa equitativa con el Reino Unido. Fue el primer paso que abriría
las posibilidades al Acta de Canadá de 1982 que dio los restantes elementos de autoridad legislativa
retenidos por Gran Bretaña a Canadá. Dicho acto es usualmente denominado como la
" - " (en inglés "J ") de la constitución y su mayor mérito descansa en Pierre Elliott
Trudeau, Primer Ministro de Canadá en ese tiempo.
Con la introducción del Acta de Canadá y el Capítulo que lo acompaña, gran parte de las leyes
constitucionales de Canadá cambiaron. El Acta de Canadá ha acogido numerosas convenciones
constitucionales y hecho enmiendas significativas a los puntos de más difícil interpretación. El Capítulo
ha centrado la Constitución en los derechos individuales y colectivos de los canadienses. Antes del
establecimiento del Capítulo canadiense sobre derechos y libertades de 1982, derechos civiles y
libertades no tenían en Canadá una solidez constitucional. Cuando algún estamento del gobierno
presentaba una ley que pareciese opresiva a los derechos civiles y libertades ciudadanas, los
abogados legislativos canadienses tenían que argüir de manera creativa como que dicha ley violaba
divisiones federales o provinciales o citar casos técnicos que nada tenían que ver con el concepto
de derechos civiles y libertades. Desde 1982, sin embargo, el Capítulo llegó a ser el documento más
citado de la Constitución nacional y por lo tanto ha fortalecido la protección de los derechos de los
ciudadanos canadienses.
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Esta acta del Parlamento Británico, originalmente llamada Acta de la Norteamérica británica de 1867,
creó el Dominio de Canadá de las tres provincias separadas de la Norteamérica británica y permitió
que otras provincias y colonias pudieran unirse en el futuro. Esta acta fue la que determinó las
características del sistema de gobierno canadiense, el cual combina el modelo británico de
Westminster de un gobierno parlamentario con división de poderes (federalismo canadiense). Aunque
es tan sólo una de las numerosas actas constitucionales de Canadá, este documento permanece en sí
el más importante y fundamental para entender la Confederación canadiense (por ejemplo la unión de
provincias y colonias de la Norteamérica británica). Con la nacionalización de la constitución en 1982,
esta acta fue renominada "Acta constitucional de 1867". En años recientes, esta acta sirvió como base
cuando fue analizada la división de poderes entre las provincias y el gobierno federal.
Asumida por todas las provincias excepto Quebec, esta acta del Parlamento de Canadá determinó
completa independencia del mando británico. La Parte V del acta creó la fórmula de una enmienda
constitucional en la cual no se requiere de un acta del Parlamento Británico. Más adelante la Parte I
del acta es conocida como el Capítulo canadiense sobre derechos y libertades el cual determina
claramente los derechos de los ciudadanos canadienses tales como la libertad de expresión,
la religión y el libre desplazamiento. La Parte II trata de las comunidades indígenas canadienses y sus
derechos.
!( !!"%" %"%1 !"%
Como se anotó arriba, este corresponde a la Parte I del acta constitucional de 1982. El Capítulo es la
garantía constitucional del colectivo y de los derechos individuales. Este es relativamente un
documento breve y escrito en un lenguaje simple con el objetivo de asegurar su accesibilidad al común
de las gentes. Se asegura que esta parte de la constitución es la que mayor impacto ha tenido en la
sociedad canadiense contemporánea y el más importante punto constitucional en el desarrollo
legislativo del país.
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Con el acta constitucional de 1982, se tuvo que realizar todo un proceso de enmienda constitucional en
acuerdo con la Parte V de la misma constitución que proveía cinco fórmulas de enmienda. Las
propuestas de enmiendas pueden ser adelantadas según los indicativos de la sección 46 (1) por
cualquier provincias o cualquier estamento del gobierno federal. La fórmula general está expresada en
la sección 38 (1), conocida como la "fórmula 7/50" y requiere:
Aprobación de las dos terceras partes de las legislaturas provinciales (al menos siete provincias),
representando así el 50% de la población nacional (en efecto, esto debe incluir Quebec u Ontario, que
son las provincias más pobladas).
En el caso de enmiendas relacionadas con la Oficina de la Reina, el número de senadores, el uso sea
del idioma oficial (sujeto a la sección 43) o la composición de la Corte Suprema, la enmienda debe ser
adoptada por unanimidad de consenso en todas las provincias en acuerdo con la sección 41.
Sin embargo, en el caso de enmiendas relacionados con los límites de las provincias o el uso de
cualquier idioma oficial del interés de la provincia en particular, la enmienda debe pasar por la
legislatura provincial afectada según la sección 43.
En el caso de una enmienda que afecte al gobierno federal solamente, la enmienda no necesita la
aprobación de las provincias según lo establecido en la sección 44. Lo mismo aplica a las enmiendas
que afectan los gobiernos provinciales solamente según sección 45.
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La existencia de una constitución no escrita fue reafirmada por la Corte Suprema en su Referencia de
Secesión de Quebec.
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Constitución de cuba
La %! " %! %- ! comienza en 1812, según varios historiadores, con la
promulgación de la Constitución del 18 de marzo de 1812 como resultado de las Cortes de Cádiz, que
dieron organización constitucional a todo el imperio español y en consecuencia a la
% !"! que
era parte de su territorio.
Luego de que Cuba se hubiera declarado una república, se redactaron diversas constituciones,
culminando finalmente en la constitución de 1976 que es la que tiene vigencia en Cuba en el presente.
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Constitución de Cádiz
Por otro lado puede decirse que esta carta magna tuvo un carácter positivo en tanto propugnaba las
ideas más avanzadas de la naciente burguesía española frente al absolutismo monárquico al
proclamar los derechos civiles y políticos de los ciudadanos.
Con esta Constitución por vez primera se establece el derecho de la Isla de enviar dos diputados a las
Cortes españolas, otorgándosele además un régimen Constitucional similar al de España; de todas
formas, históricamente se ha demostrado que su vigencia en Cuba fue más teórica que real pues los
criollos adinerados (dado los principios liberales que pregonaba, entre estos el abolicionismo) persistía
en el interés de mantener el orden esclavista, y por supuesto no acogieron una constitución que podía
poner en peligro sus intereses económicos.
Estatuto Real y Ley Fundamental de 1837
El 5 de julio de 1834 se promulgó el Estatuto Real, el cual sustituyó a la Constitución de 1812, relativo
a la constitución y funcionamiento de las Cortes.
La Ley Fundamental siguiente es la de 1837 y constituye una revisión de la Constitución de 1812.
El 30 de junio de 1876, el Rey Alfonso XII promulgó la Constitución que habría de regir hasta
noviembre de 1897; esta Constitución contenía en su parte dogmática los derechos civiles y políticos.
El poder Legislativo lo tenían el Rey y las Cortes; éstas se componían del Senado y un Congreso de
Diputados. También se refirió a la Sucesión del Rey, a la Administración de Justicia, a las Diputaciones
Provinciales y Municipales, a las Contribuciones Fiscales, a la Fuerza Militar y al Gobierno de las
Provincias de Ultramar.
Constitución Autonómica
También se encuentra a Gabriel Zequeira, quien fungía a la postre como regidor del ayuntamiento de
Matanzas; el mismo elaboró un proyecto de ley con el propósito de enmendar la Constitución Español
de 1812. El proyecto de Zequeira proponía un conjunto de enmiendas a la Constitución española,
tratando de atemperarla a las condiciones de la realidad cubana y se ha reconocido que de hecho
constituye el primer intento de conformar una organización política en Cuba, aunque inspirado, en este
caso en las ideas y anhelos del autonomismo.
Entre los años 1810 y 1812 también se encuentra el proyecto Constitucional de Joaquín Infante,
abogado de Bayamo, considerado el primer proyecto constitucional de carácter separatista. Este
constaba de 100 artículos y en cierto sentido es un innovador pues modifica la estructura clásica de
Montesquieu de los tres poderes, al crear en su propuesta un cuarto poder: el Militar.
En la segunda mitad del Siglo XIX, pero antes del inicio de la Guerra de los Diez Años, con la
expedición de Narciso López se da a conocer el proyecto de Constitución que lleva su nombre
conformado por 23 artículos y donde propugna la creación de una república libre e independiente con
el nombre de República de Cuba, en su artículo tercero define como será la bandera de la futura
república.
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En el período que duró la gesta independentista cubana se elaboraron cuatro constituciones, llamadas
a regir las actividades del pueblo en su lucha armada contra el colonialismo español.
Constitución de Guáimaro
La primera fue la Constitución de Guáimaro, aprobada el 10 de abril de 1869, que rigió en plena
Revolución de los 10 años hasta el 8 de febrero de 1878. Esta Constitución, por su origen
revolucionario, era un nuevo documento de sólo 29 artículos destinados a fijar los órganos esenciales
del gobierno para el momento. Así establecía una sola Cámara como principal organismo del gobierno,
encargada de nombrar y deponer al ejecutivo, al General en Jefe del Ejército y al Presidente de sus
sesiones, teniendo el Ejecutivo facultades muy limitadas, al extremo de necesitar la aprobación de la
o
Cámara para la designación de sus secretarios de Despacho. Sin embargo, su valor esencial radicó en
que consagró el derecho de todos los cubanos a la libertad y proclamó la abolición total y definitiva de
la esclavitud, lo que refrenda en su artículo 24 cuando dice textualmente: "Que todos los habitantes de
la República son eternamente libres".
Constitución de Baraguá
No podrá hacer la paz con el gobierno español bajo otras bases sin el conocimiento y consentimiento
del pueblo
Artículo IV
Constitución de Jimaguayú
Cumplido el término de dos años, el 29 de octubre de 1897 se promulga la última de las Constituciones
mambisas: la Constitución de la Yaya, mucho más extensa y completa que las anteriores. Con 48
artículos, se distingue por la inclusión en su texto de una parte dogmática, donde se desarrollaba un
título especial sobre los derechos individuales y políticos. En la misma se omite el cargo de General en
Jefe del Ejército, cuyas funciones asume el Consejo de Gobierno, con lo cual se consolida la
organización de un poder colegiado de carácter civil.
En general es una Constitución redactada con mayor técnica, y en ella se percibe la influencia positiva
de la Constitución de Guáimaro al desarrollar conceptos que en esta sólo se esbozaban.
Esta constitución sólo rige un año debido a la intervención de los Estados Unidos en la guerra, que
conllevó a la derrota militar de España y su retirada de Cuba.
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Constitución de 1901
El 21 de febrero de 1901 se aprobó una Constitución por los constituyentitas cubanos, que estuvo
vigente en la mayor parte de la vida republicana del país. Esta Constitución de carácter liberal-
democrático fue inspirada por la Constitución Americana de 1789, aunque organizó al estado de una
manera distinta a la de los Estados Unidos.
La Constitución de 1901 contenía las partes clásicas de toda constitución: la dogmática relativa a los
derechos individuales que había conquistado y consagrado la Revolución francesa; la orgánica
referente a la estructura, funciones y derechos de la organización estatal y la cláusula de reforma.
(Artículo 115).
División de poderes
El poder Ejecutivo concentraba en cambio gran poder en sus manos, lo que junto a otros factores de
índole social y económica como los problemas raciales, la inestabilidad económica, el analfabetismo,
el desempleo, la corrupción política entre otros, condujo a la existencia de una República mediatizada
y presidentes de regímenes dictatoriales, similares a la mayoría de los países latinoamericanos.
Enmienda Platt
A la Constitución de 1901 le fue adicionada la Enmienda Platt. En esencia, regulaba las relaciones
entre Estados Unidos y Cuba, y daba el derecho a Estados Unidos de arrendar determinadas partes
del territorio nacional para establecer bases navales y carboneras.
En la mencionada Enmienda se establecían ocho cláusulas que debían normar las relaciones entre los
Estados Unidos y Cuba, entre dichas cláusulas las que más lesionaban la soberanía nacional eran la
3ra., la 4ta. y 7ma.
Art. 3º. Que el Gobierno de Cuba consciente que los Estados Unidos pueden ejercitar el derecho de
intervenir para la conservación de la independencia cubana, el mantenimiento de un Gobierno
adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad individual y para cumplir las obligaciones
que, con respecto a Cuba, han sido impuestas a los EE.UU. por el Tratado de París y que deben ahora
ser asumidas y cumplidas por el Gobierno de Cuba.
Enmienda Platt
La cuarta cláusula refería que todos los actos realizados por los Estados Unidos en Cuba durante su
ocupación militar, serían ratificados y tenidos por válidos y todos los derechos legalmente adquiridos
en virtud de ellos serán mantenidos protegidos.
o
Art. 7º. Que para poner en condiciones a los Estados Unidos de mantener la independencia de Cuba y
proteger al pueblo de la misma, así como para su propia defensa, el Gobierno de Cuba venderá o
arrendará a Estados Unidos, las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos
puntos determinados que se convendrán con el Presidente de los Estados Unidos
Enmienda Platt
En virtud de esta cláusula fue suscrito el Convenio para las Estaciones Carboneras y Navales, firmado
en febrero de 1903 en La Habana y Washington, respectivamente, en el cual se incluyeron las áreas
de Bahía Honda y Guantánamo, decidiéndose finalmente establecer una sola base que resultó ser la
Bahía de Caimanera en Guantánamo.
Derogación de la Enmienda Platt Reforma
Veintiún años más tarde, el 29 de mayo de 1934, la Enmienda Platt fue derogada por el gobierno
revolucionario, el cual firmó un nuevo tratado en el que se mantenía la permanencia de la base naval
de Guantánamo y la plena vigencia de las normas que la regían.
En 1928, la Constitución de 1901 fue objeto de reforma por la Convención Constituyente del 14 de abril
al 10 de mayo, bajo el mandato del presidente Gerardo Machado, modificándose muchos de sus
artículos. La más relevante innovación de esta reforma fue la prórroga de poderes y alargamiento de
los períodos electorales; fue aprobada una Constitución de carácter fascista y de gran concentración
de poderes, siendo abolida como resultado de la caída de Machado el 12 de agosto de 1933 y
restablecida el 24 del propio mes y año por el Decreto 1928.
Nueva vigencia de la Constitución de 1901
A partir de ese momento continuó vigente la constitución de 1901 si bien se le realizaron ligeras
modificaciones, hasta la promulgación de la Constitución de 1940, las que se pueden resumir en las
siguientes:
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Estatutos del 14 de septiembre de 1933, promulgado por el llamado movimiento del 4 de septiembre
encabezado por Fulgencio Batista, cuyas normas al parecer resultaban estrechos para sus propósitos.
La constitución del 1940 puso de relieve las inspiraciones de la española de 1931 y constaba de 286
artículos, agrupados en 19 títulos; introducía innovaciones en relación con las constituciones anteriores
al convertir en constitucionales instituciones que con anterioridad eran refrendadas sólo por leyes
ordinarias como lo fue en el caso de la familia consagrando la igualdad entre los esposos, la institución
del divorcio, la dependencia y obligación de los padres en cuanto a los deberes de asistencia y
educación de los hijos, los que en adelante mantendrían igual condición ya sean naturales o legítimos.
Otra institución introducida en este texto constitucional resultó ser la del trabajo. En el derecho al
trabajo se establece un mínimo de salario, se regula el seguro social, la jornada máxima diaria, el
descanso retribuido y la protección de la maternidad obrera.
La mayoría de sus artículos se debieron a la presencia de una fracción comunista junto a algunos otros
delegados de corte izquierdista.
En cuanto a derechos fundamentales refrendados, incluso fue calificada como de corte
democrático socialista, aunque era en primer lugar una constitución de tendencia burguesa que
refrendaba la propiedad privada sobre los medios de producción. Esto se asume en el artículo 87:
oè
Art. 87. El Estado Cubano reconoce la existencia y legitimidad de la propiedad privada en su más
amplio concepto de función social.
Constitución de 1940
Ley Fundamental de 1959
El 7 de febrero de 1959, el Gobierno revolucionario de Cuba decretó la Ley Fundamental por la que
había que regirse a partir de ese instante el país que en lo esencial fue una transcripción de la
Constitución de 1940, aunque adaptada a la realidad socio-económica en que se vivía, producto del
triunfo de la Revolución. Entre los cambios sustanciales realizados a la Constitución de 1940, estuvo la
disolución del Congreso y la atribución al Consejo de Ministros de las funciones de Órgano Legislativo,
mientras el poder ejecutivo y el poder judicial mantenían en lo fundamental las características que les
había fijado la Constitución de 1940.
Durante los años de vigencia de la Ley Fundamental de 1959, la misma fue objeto de continuas
transformaciones; se le suprimían preceptos, se le adicionaban otros, en otras ocasiones se
modificaban. Por ejemplo, los preceptos relacionados con la confiscación y expropiación de los bienes
fue modificada en varias oportunidades, en igual sentido ocurrió con la pena de muerte. Estos cambios
se realizaban mediante leyes de Reforma Constitucional promulgadas por el Consejo de Ministros.
Constitución cubana de 1976
El anteproyecto de la Constitución fue redactada por una comisión mixta del Partido y el gobierno,
designada por un acuerdo conjunto del Buró Político del PCC y del Comité Ejecutivo del Consejo de
Ministros. La Comisión redactora del anteproyecto de Constitución estuvo integrada por Blas Roca
Calderío, José Santiago Cuba Fernández, Belarmino Castilla Más, Juan Marinello Vidaurreta,
Fernando Álvarez Tabío, Francisco Varona y Duque Estrada, Raúl Amaro Salup, Rafael Garrido
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Manéndez, Aracely Carreaga Hernández, Conrado Hernández García, Armando torres Santrayll,
Isidoro Malmierca Peoli, Enrique Hart Ramírez, Héctor Garcini Guerra, Raúl Ruíz Monteagudo, Nicasio
Hernández Armas, José Sobrado Cid, Rogelio Garayta González-Quevedo, Roberto Hidalgo Linares,
Idalia Romero Lamorut.
La Constitución de 1976 fue parte de un largo proceso de transformaciones sufridas por las
instituciones jurídicas del Estado Revolucionario desde el 1 de enero de 1959 hasta el momento de su
promulgación. Existen las condiciones para conformar el régimen estatal definitivo que habría de
asumir el país para concluir una etapa en la historia revolucionaria cubana, que ha sido definida como
de la provisionalidad, y en la que a lo largo de 17 años se acumularon experiencias y se maduraron las
condiciones para la futura institucionalización del país. Esto precisamente se refiere Fidel Castro
cuando en el acto de constitución de la Comisión Redactora del Anteproyecto de Constitución expresó:
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Fidel Castro
Para esta época las relaciones de producción socialista se encontraban ya afianzadas, luego de un
período de tenaz enfrentamiento entre sectores desplazados del poder que aspiraban a restaurar la
Constitución del 1940 en su totalidad.
Este período se caracteriza además por la gradual inserción de Cuba al campo socialista, implicando
compromisos en el orden económico y político. Esto trae aparejado además como cuestión lógica la
influencia del pensamiento socialista europeo a las distintas esferas de la vida en el país.
Constitución y reformas
o
La primera, mediante la cual se cambió el nombre de la Isla de Pinos por el de Isla de la Juventud.
El segundo en 1992, en cumplimiento de los acuerdos del Cuarto Congreso del Partido, debido a la
necesidad de adecuar el texto constitucional a las nuevas condiciones económicas, luego de la
desintegración del campo socialista y la reinserción del país en las relaciones de intercambio del
mundo capitalista y que hasta ese momento se habían movido fundamentalmente dentro del CAME
La tercera fue en el 2002, mediante la cual se proclama la irreversibilidad del carácter socialista de
revolución, lo cual se aprueba en proceso plebiscitario en el curso de la cual se recogieron más de
ocho millones de firmas de electores.
Constitución de Japón
La %/ " !(/ (Shinjitai: 6 Kyūjitai: 6 g3;< ;J=) es el
documento legal fundador de Japón desde 1947. La constitución proporciona un sistema parlamentario
de gobierno y garantías de ciertos derechos fundamentales. En este marco, el Emperador de Japón es
"el símbolo del Estado y de la unidad de la nación" y tiene un rol puramente ceremonial, sin tener
ninguna soberanía. A diferencia de otros monarcas, no es el jefe de estado,1 aunque reciba el
tratamiento como si lo fuese.
La constitución, también denominada la %/" !!4 ( A , Heiwa-Kenpō) es famosa
por la renuncia del derecho a la guerra que figura en el artículo 9 y, en menor medida, por la
disposición
de la soberanía popular en relación con la monarquía.
La constitución fue creada bajo la ocupación aliada que siguió a la Segunda Guerra Mundial y se
pretendía que reemplazase el sistema de la monarquía absoluta militarista por una forma
dedemocracia liberal. Actualmente, es un documento rígido y no se ha hecho ninguna enmienda desde
su adopción.
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Principales disposiciones
%!
I. El Emperador (1±8)
II. Renuncia a la Guerra (9)
III. Derechos y deberes del Pueblo (10±40)
IV. La Dieta (41±64)
V. El Gabinete (65±75)
VI. El Poder Judicial (76±82)
VII. Finanzas (83±91)
VIII. Autonomías locales (92±95)
IX. Enmiendas (96)
X. Ley Suprema (97±99)
XI. Disposiciones adicionales (100±103)
(%."!"%
La constitución contiene una firme declaración del principio de soberanía popular en el preámbulo.
Esta es proclamada en nombre del "pueblo japonés" y declara que "el poder soberano reside en el
pueblo" y El Gobierno es un mandato sagrado del pueblo, de quien deriva su autoridad; sus poderes
son ejercidos por los representantes del pueblo y sus beneficios son prerrogativa del pueblo.
Parte del propósito de este lenguaje es para refutar la anterior teoría constitucional, según la cual la
soberanía residía en el Emperador. La Constitución afirma que el Emperador es meramente un
símbolo y que deriva "su posición de la voluntad del pueblo en quien reside el poder soberano"
(artículo 1). El texto de la Constitución también afirma la doctrina liberal de los derechos humanos
fundamentales. En particular, su artículo 97 establece que Los derechos humanos fundamentales
garantizados por esta Constitución al pueblo de Japón son el fruto de la antigua lucha del hombre por
la libertad; han sobrevivido a numerosas pruebas severas a través del tiempo, y se confían a esta y a
las futuras generaciones para que las custodien y se mantenga siempre inviolable.
o
%""! %
"Los derechos y deberes del pueblo" son una figura prominente en la constitución de la posguerra. En
total, treinta y uno de sus 103 artículos están dedicados a describir en gran detalle, lo que refleja el
compromiso de "respeto a los derechos humanos fundamentales" de la Declaración de Potsdam.
Aunque la Constitución Meiji tenía una sección dedicada a los "derechos y deberes de los súbditos",
que garantizaba "la libertad de expresión, escritura, publicaciones, reuniones públicas, y asociaciones",
estos derechos fueron concedidos "dentro de los límites de la ley". Así, la libertad de creencia religiosa
fue permitida "en la medida en que no interfiera con los deberes de los súbditos" (todos los japoneses
estaban obligados a reconocer la divinidad del Emperador, y los que se negaron a hacerlo por sus
convicciones religiosas, como cristianos, fueron acusados de lesa majestad). Estas libertades se
delinean en la Constitución de la posguerra sin cualificación.
!": La Constitución afirma el derecho del pueblo "a ser respetados como individuos" y sujetos al
"bienestar público", a "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad" (Artículo 13).
$! "!": La Constitución garantiza la igualdad ante la ley y prohíbe la discriminación basada en las
"relaciones políticas, económica o sociales" o por "raza, credo, sexo, condición social u origen familiar"
(artículo 14). El derecho de voto no puede ser denegado por motivos de "raza, credo, sexo, condición
social, origen familiar, educación, bienes o ingresos" (artículo 44). La igualdad entre los sexos está
garantizada explícitamente en relación con el matrimonio (artículo 24) y la educación infantil (artículo
26).
oo
/ " ! 4!: El artículo 14 prohíbe al Estado reconocer a la nobleza. Pueden ser
conferidas distinciones, pero estas no debe ser hereditarias o conceder privilegios especiales.
!"" : Si bien no se menciona una religión oficial, se prohíbe al Estado otorgar privilegios
o autoridad política a alguna religión o la realización de la educación religiosa (artículo 20).
% !! %: El trabajo es declarado tanto un derecho como una obligación por el artículo 27,
que también afirma que "las normas de los salarios, horas de descanso y demás condiciones laborales
deben ser fijados por ley" y que los niños no serán explotados. Los trabajadores tienen derecho a
participar en un sindicato (artículo 28).
! ! (("!": Garantizado sujeto al "bienestar público". El Estado puede tomar la
propiedad para uso público si se paga una justa indemnización (artículo 29). El Estado también tiene el
derecho a recaudar impuestos (artículo 30).
! "" (%: El artículo 31 dispone que nadie puede ser castigado, "salvo de
conformidad con el procedimiento establecido por ley".
/! !"/ $! : El artículo 33 establece que nadie puede ser detenido sin una
orden de detención, salvo en caso de que sean capturados en delito flagrante. El artículo 34 garantiza
el habeas corpus, el derecho a un abogado y el derecho a ser informado de los cargos. El artículo 40
consagra el derecho a demandar al Estado por detención ilegal.
o
! %: El artículo 37 garantiza el derecho a un juicio público ante un tribunal
imparcial con un abogado para la defensa y el acceso obligado a los testigos.
/ ! ! !0-!/: El artículo 38 dispone que nadie podrá ser obligado a
declarar contra sí mismo, que las confesiones obtenidas bajo coacción no son admisibles y que nadie
puede ser condenado únicamente sobre la base de su propia confesión.
!%$!! !%:
La ( !" !( !( !! se apoya en una estructura de poder que comprende tres
ámbitos fundamentales: el partido y, subordinados a éste, el ejército y el estado. La jefatura del estado
corresponde al presidente de la República Popular China mientras que el líder del partido es
su secretario general y el líder del ejército es el presidente de la Comisión Militar Central. En la
actualidad, estos tres cargos están ocupados por un mismo hombre, Hu Jintao, tal como había
ocurrido con su antecesor Jiang Zemin. Esta tendencia a nombrar a una misma persona para los tres
cargos pretende evitar las luchas por el poder que la estructura tripartita ha provocado en el pasado.
De hecho, una de las luchas por el poder más dramáticas de la historia de la República Popular se
produjo en los años 1960 cuando Mao Zedong, como líder del partido, desplazó del poder al jefe de
o
estado Liu Shaoqi, lo cual dejaría vacante el puesto de presidente de la República Popular hasta
losaños 1980.
El sistema judicial
A diferencia de lo que formalmente ocurre en otros países, en la República Popular China no existe un
poder judicial independiente. Aunque desde finales de losaños 1970 ha habido un intento de
desarrollar un sistema legal eficaz basado en gran medida en el sistema de derecho
continental europeo, el poder judicial permanece subordinado a la autoridad del partido. La excepción
a este sistema se encuentra en los territorios de Hong Kong y Macao, donde se mantienen los
sistemas legales de origen británico yportugués respectivamente.
La constitución actual china fue promulgada el 4 de diciembre de 1982, y establece que el poder del
Estado pertenece en su totalidad al pueblo, a través de la Asamblea Popular Nacional y de las
asambleas populares locales, las cuales se constituyen mediante elecciones. Las asambleas
populares de los diversos niveles deciden las políticas y principios importantes y eligen los organismos
de administración, juicio y fiscalía del Estado.
Los ciudadanos que hayan cumplido los 18 años tienen derecho a elegir y a ser elegidos,
independientemente de su etnia, raza, sexo, profesión, procedencia familiar, religión, grado de
instrucción, situación económica y tiempo de residencia.
Asimismo, la constitución establece la igualdad entre el hombre y la mujer, las obligaciones del pago
de impuestos y de la prestación del servicio militar.
La ausencia de mecanismos de sufragio universal, situación que está cambiando con el creciente
número de elecciones locales de carácter democrático, es uno de los rasgos que caracterizan el
sistema chino, en el que las líneas de actuación política son decididas por el Partido Comunista.
Además, en la República Popular China existe una acusada censura informativa que impide la
publicación de noticias no autorizadas por las autoridades. La mayor parte de la prensa en lengua
china de Hong Kong y Taiwán está prohibida, así como muchos libros y películas. La República
Popular China es también uno de los pocos países en el mundo que ha desarrollado un sistema de
censura de Internet, que impide el acceso a numerosas páginas web. Wikipedia ha estado bloqueada
desde el 19 de octubre de 2005 y muchas compañías multinacionales de servicios de Internet,
como Yahoo! o Google, han aceptado la censura dictada por las autoridades al restringir los resultados
de las búsquedas efectuadas con las versiones chinas de sus buscadores. Estas empresas han
recibido numerosas críticas por su actitud, que justifican, sin embargo, por su interés en establecer una
presencia fuerte en el lucrativo mercado chino. Hong Kong y Macao están exentos de la censura que
se aplica en el resto de la República Popular, pero sus medios de comunicación a menudo ejercen una
cierta autocensura en materias sensibles para evitar enfrentamientos con las autoridades de Pekín.
Al gobierno chino se le acusa de violar otros derechos fundamentales. Así, en materia de libertad
religiosa China ha sido acusada de graves violaciones.
2006, Alemania , Austria , Bélgica , Chipre , Eslovaquia , Eslovenia , España , Estonia , Grecia , Hungrí
a , Italia , Letonia , Lituania , Luxemburgo y Malta retificaron el tratado constitucional.
. %
Según lo acordado en Tesalónica (Grecia) en junio de 2003, el nuevo Tratado constitucional debía ser
firmado después del 1 de mayo de 2004 -fecha de adhesión de los diez nuevos miembros- y antes de
las elecciones europeas de junio de 2004 y, para ello, debía tenerse ultimado el texto definitivo antes
de finales de 2003.
Sin embargo, la Cumbre de Bruselas de diciembre de ese año terminó sin éxito. El presidente en
ejercicio de la UE, Silvio Berlusconi, dio por fracasadas las negociaciones sobre la Constitución
europea al constatar la falta de acuerdo sobre el sistema de voto.
El punto central de las diferencias fue el enfrentamiento entre el llamado "Eje franco-alemán" por un
lado y España y Polonia por otro. La disputa giró en torno al sistema de votación, pero en la práctica la
confrontación era una continuación de las diferencias generadas al seno de la UE tras la invasión de
Iraq de 2003, que apoyaron España y Polonia en franco desafío a la postura contraria a la invasión por
parte de Francia y Alemania.
Esta situación se vio superada principalmente tras el cambio de gobierno en España, ya que la nueva
administración se mostró favorable, con lo que se logró el acuerdo de junio de 2004.
Constitución de Alemania
La 1 P"!-! (!! ! ( ! P"! " -!! (en alemán
- ?
J < 4
) es el nombre de la Constitución promulgada el 23 de
mayo de 1949 para Alemania Occidental.
El legislador utilizó la expresión "Ley Fundamental" en vez de "Constitución", en parte por el deseo de
marcar el texto con cierto carácter de provisionalidad, contando con que parte de Alemania había
quedado separada por el telón de acero, y que por ello, una porción de la nación no quedaba sometida
a la norma suprema.
è
La Ley Fundamental fue redactada por el $
Y (Consejo Parlamentario), un órgano
de 65 miembros nombrados por los gobiernos de los once estados federados de la Alemania
Occidental, a instrucción del mando militar de las zonas de ocupación estadounidense, británica y
francesa. El 8 de mayo de 1949, el $
Y aprobó la Ley Fundamental con mayoría
absoluta (y las voces en contra del Partido Comunista, entre otros); el 12 de mayo fue ratificada por los
gobernadores militares y, durante los próximos días, por los parlamentos de los estados federados.
Desde 1949, la Ley Fundamental ha sido modificada unas sesenta veces. Las reformas más
importantes fueron la reintroducción del servicio militar obligatorio y la creación de las Fuerzas
Armadas Federales (Bundeswehr) en 1956; la llamada Constitución para el Caso de Emergencia con
la posibilidad de restricciones de derechos civiles en el caso de guerra, aprobada en 1968 por la Gran
Coalición de democristianos y socialdemócratas y muy controvertida en su tiempo; y la reforma del
sistema de Hacienda en 1969.
Î
Después de la reunificación alemana en 1990, que se produjo formalmente mediante una adhesión de
los cinco estados federados orientales al territorio de vigencia de la Ley Fundamental, varios sectores
de la sociedad exigían una reforma profunda para dotar al país con una Constitución aprobada por
todo el pueblo alemán mediante referéndum. Sin embargo, la llamada Reforma Constitucional
de 1994 solamente consistió en retoques formales y no se sometió a un referéndum.
Desde 2006, se está tramitando otra importante reforma de la Ley Fundamental, la llamada Reforma
Federal, que reordenará las competencias entre el Estado federal y los estados federados.
La primera frase del artículo 1.1 de la Ley Fundamental, "La dignidad humana es inviolable", fue
copiada en 2004 al artículo II-61 (el primero de la sección de derechos fundamentales) de la
Constitución de la UE.
Constitución de España
La %/ %(!2 ! " 89:; es la norma suprema del ordenamiento jurídico del Reino de
España, a la que están sujetos los poderes públicos y los ciudadanos de España, en vigor desde el 29
de diciembre de 1978.
El Rey es el Jefe del Estado, figura que desempeña funciones de naturaleza eminentemente simbólica
y que carece de poder efectivo de decisión. Sus actos tienen una naturaleza reglada, cuya validez
depende del refrendo de la autoridad competente que, según el caso, es el Presidente del Gobierno, el
Presidente del Congreso de los Diputados, o un Ministro.
La división de poderes, idea fundamental en el pensamiento liberal, es el eje del sistema político. En la
base, la soberanía nacional permite la elección, por sufragio universal (varones y mujeres mayores de
18 años), de los representantes del pueblo soberano en las Cortes, configuradas en base a
un bicameralismo atenuado integrado por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras
comparten el poder legislativo, si bien existe una preponderancia del Congreso de los Diputados, que
además es el responsable exclusivo de la investidura del Presidente del Gobierno, y su eventual cese
por moción de censura o cuestión de confianza. No obstante, tanto el Congreso como el Senado
ejercen una tarea de control político sobre el Gobierno mediante las preguntas e interpelaciones
parlamentarias.
El Gobierno, cuyo Presidente es investido por el Congreso de los Diputados, dirige el poder ejecutivo,
incluyendo la Administración Pública. Los miembros del Gobierno son designados por el Presidente, y
junto a él, componen el Consejo de Ministros, órgano colegiado que ocupa la cúspide del poder
ejecutivo.
El Gobierno responde solidariamente de su actuación política ante el Congreso de los Diputados,14 que
dado el caso, puede destituirlo en bloque mediante una moción de censura, que necesariamente debe
incluir un candidato alternativo que será inmediatamente investido Presidente del Gobierno.
X
El poder judicial recae en los jueces y en el Consejo General del Poder Judicial como su máximo
órgano de gobierno. El Tribunal Constitucional controla que las leyes y las actuaciones de la
administración pública se ajusten a la Carta Magna.
La historia constitucional de España se desarrolla durante todo el siglo XIX y principios del XX, y se
caracteriza por una habitual inestabilidad de los numerosos textos constitucionales, que suelen tener
un carácter partidista y de ruptura, contando con escaso apoyo e indiferencia entre el pueblo. Todo ello
provoca que las constituciones tuvieran, por regla general, una escasa duración, sucediéndose un gran
número de textos a lo largo de cortos períodos.
Constitucionalismo histórico
El primer texto al que conviene hacer referencia es el Estatuto de Bayona de 1808, carta otorgada que
dada su escasa aplicación y su contexto histórico, ha tenido poca influencia en la historia del
constitucionalismo español.
Más allá de este antecedente, la doctrina suele fijar el comienzo del constitucionalismo español en
la Constitución de 1812, que con un carácter liberal y popular surge como respuesta a la invasión
napoleónica. Se trataba de un texto extenso y rígido, que reconocía la soberanía nacional y planteaba
una división de poderes en la que el legislativo recaía sobre un parlamento unicameral elegido por
sufragio universal indirecto de cuarto grado. La Corona, por su parte, gozaba de amplias facultades
ejecutivas y un poder de veto temporal sobre las decisiones del legislativo. Fue aplicada entre 1812 y
1814; posteriormente, entre 1820 y 1823, durante el llamado Trienio Liberal; y finalmente, durante un
breve lapso temporal en 1836.
El siguiente texto se encuentra recogido en el Estatuto Real de 1834, carta otorgada cuya redacción
fue dirigida por Francisco Martínez de la Rosa, siendo aprobada bajo la Regencia de María Cristina.
De carácter conservador, tenía por objetivo principal la regulación de la Corona. Como principales
novedades, introdujo el bicameralismo (Estamento de Próceres y de Procuradores) y la elección
directa.
división de poderes. No obstante, se conservaba el veto absoluto del Rey, la elección directa y el
bicameralismo parlamentario del Estatuto Real, esta vez bajo los nombres de Congreso de los
Diputados y Senado. En el primer caso, los diputados serían elegidos por sufragio censitario directo,
renovándose un cuarto de la Cámara cada trienio. En el segundo caso, los senadores resultaban
elegidos mediante un sistema mixto por el que se designaban ternas mediante sufragio directo,
escogiendo finalmente el Rey a uno de los tres candidatos a senador.
Tras la escasa aplicación práctica y observancia de la Constitución de 1837 por parte de los poderes
públicas, y alcanzada la mayoría de edad de Isabel II, se decidió su reforma, dando lugar a la
Constitución de 1845, de carácter conservador. La nueva redacción configuraba una soberanía
compartida entre el Rey y las Cortes. Se conservaba la división de poderes, con un legislativo
bicameral en el que el Congreso se renovaba en pleno cada cinco años mediante sufragio censitario
directo, mientras que el Senado se constituía mediante la elección regia de entre españoles de altísima
renta y que estuviesen comprendidos entre una serie de altos cargos eclesiásticos, militares y civiles, o
bien entre la alta nobleza.
La nueva Constitución española instauró como Rey a Amadeo I y configuró una monarquía
parlamentaria que supondría un auténtico hito democrático en la historia del constitucionalismo
español. Tanto el Congreso como el Senado resultaban electos por sufragio universal masculino y
directo, aunque para ser senador se requería la pertenencia a una determinada categoría compuesta
por altos cargos civiles, militares y eclesiásticos. Por otro lado, la Constitución configuró una amplísima
tabla de Derechos Fundamentales, tales como el derecho de reunión, de asociación o la libertad de
culto.
reservándose el estado federal materias como la defensa nacional y la política exterior. El proyecto de
Constitución no llegaría a entrar en vigor a causa del golpe de Estado del general Pavía en 1874.
Tras el inestable final de la Constitución de 1876 (Dictadura de Primo de Rivera, dicta blanda), se
proclama la Segunda República Española, cuya Constitución de 1931 establecía una división de
poderes en la que el legislativo recaía sobre un Parlamento unicameral elegido por sufragio universal
directo, y que gozaba de un calendario fijo de sesiones, permitiendo la convocatoria extraordinaria y la
suspensión limitada de sus sesiones por parte del Presidente de la República.
Por otra parte, el ejecutivo se encargaba al Presidente de la República que era elegido por las Cortes y
por unos compromisarios elegidos por sufragio universal en número igual al de diputados. El poder
legislativo tenía su cúspide en el Tribunal Supremo, creándose también un Tribunal de Garantías
Constitucionales que resolviera la eventual inconstitucionalidad de las leyes, los recursos de amparo y
los conflictos de competencia legislativa.
La organización territorial de la Constitución del 31 se dividía en municipios y provincias, pudiendo
constituirse regiones autónomas, llegando a constituirse en Cataluña y País Vasco. Finalmente, hay
que destacar la completa tabla de Derechos Fundamentales que dicha Constitución contenía, y que se
asemeja en gran medida a la de la actual Constitución del 78.
Tras la Guerra Civil Española y la instauración del Régimen franquista en 1939, el Estado se
constituyó en una dictadura de carácter personalista y centralista que vació de poder a las Cortes,
suprimió los Derechos Fundamentales y los partidos políticos, e incluso careció de Constitución,
sustituida por las denominadas Leyes Fundamentales del Reino que configuraban la llamada
Democracia orgánica, muy alejada en forma y fondo de las democracias liberales.
!! %!%
Se trata de una constitución escrita, que se enmarca dentro de la tradición del Derecho continental y
en contraposición al sistema inglés, cuya Constitución no está recogida en un texto concreto sino que
deriva de un conjunto heterogéneo de costumbres y textos, configurado a lo largo de su prolongada
historia constitucional.
Es una constitución rígida, por cuanto que contiene un procedimiento específico para la reforma de sus
preceptos. Por el contrario, las constituciones flexibles serían aquellas que pueden ser modificadas por
el legislador ordinario, caso del sistema inglés.
Por otro lado, se trata de una constitución derivada, puesto que atendiendo al Derecho comparado, no
incluye innovaciones radicales, sino que se asienta sobre el constitucionalismo histórico español, y
muy especialmente en las constituciones europeas posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
La eficacia de los principios constitucionales ha desatado polémica entre la doctrina, que duda entre su
posible carácter normativo, o bien su esencia programática. Lo primero supondría que los principios
constitucionales vincularían por sí mismos a los poderes públicos, mientras que la eficacia
programática implicaría una simple guía o recomendación, estando sujetos los poderes públicos a las
concreciones de los principios que hace la Constitución a lo largo de su articulado, pero no a los
principios en sí.
Por otra parte, la generalidad de la doctrina señala como principios constitucionales los recogidos en
los dos primeros artículos de la Constitución española, que afirman:
Artículo 1.
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado
3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Artículo 2. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común
e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
De los preceptos citados, la doctrina extrae los siguientes principios:
Estado social y democrático de Derecho.
Monarquía parlamentaria.
Estado de las autonomías.
Estado social y democrático de Derecho
El artículo 1.1 implica la constitución de un Estado social y democrático de Derecho, concepto que
fusiona tres ideas de distinto origen histórico, que el texto constitucional considera unidas e
interdependientes:
Estado de Derecho
Históricamente, el Estado de Derecho suponía la sumisión del poder estatal a la norma jurídica como
garantía de la libertad individual de los particulares.
La Constitución recoge tal principio consagrando una división de poderes, en la que el poder legislativo
goza de legitimidad democrática directa, emanando leyes que gozan de superioridad jerárquica sobre
el resto de la producción normativa del Estado. Asimismo, el poder judicial goza de independencia
jerárquica frente a los demás poderes, con la finalidad de asegurar su imparcialidad.
Para completar la concreción que la Constitución hace del Estado de Derecho, es necesario señalar
el principio de legalidad administrativa, según el cual, la actuación de la Administración pública se rige
por el Derecho, no habiendo lugar a una actuación que no tenga cobertura normativa. Es la llamada
vinculación positiva de los poderes públicos, reflejada en el artículo 9.1 de la Constitución. A ello hay
que añadir la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos contemplada en el artículo 9.3.
Basándose el Estado en normas jurídicas, se perfilan también las características que habrán de tener
éstas en aras de una mayor seguridad jurídica. De esta manera, el artículo 9.3 proclama el principio de
publicidad de las normas, y el principio de irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no
favorables o restrictivas de derechos individuales.
Estado social
Si el Estado de Derecho implicaba un límite a los poderes públicos para garantizar una esfera de
igualdad y libertad al individuo, el Estado social reclama que los poderes públicos desarrollen una
actividad tendente a conseguir una igualdad material y una efectiva libertad.
c
De esta manera, la Constitución recoge una serie de preceptos donde se busca una redistribución de
la renta más justa y equitativa.
Pese a que el Estado social de la Constitución española tiene un antecedente histórico indirecto en
la Constitución Española de 1931, el antecedente directo se encuentra en el artículo 20 de la Ley
Fundamental de Bonn.
Estado democrático
El Estado democrático tiene una doble vertiente. En primer lugar, el artículo 1.2 reconoce la soberanía
nacional del pueblo español, principio elemental para sostener la convivencia democrática contenida
en el preámbulo, y fuente de la legitimidad democrática directa del poder legislativo.
En segundo lugar, para la consecución de una democracia liberal, se requiere un pluralismo político
reflejado en los partidos políticos, sindicatos y patronales, cuyas estructuras internas y funcionamiento
habrán de ser democráticos acorde a los artículos 6 y 7.
En lo referente a la participación del ciudadano en los asuntos públicos, el artículo 23 reconoce
el sufragio universal activo y pasivo, y al acceso a la función pública en condiciones de igualdad.
è
El artículo 1.3 de la Constitución señala que la forma política del Estado español es la monarquía
parlamentaria. Así pues, la forma de gobierno mencionada implica que el Rey es el Jefe del Estado,
pero no controla el poder ejecutivo, sino que éste está sometido al control parlamentario.
La Constitución dedica su Título II la figura de la Corona, incluyendo la regulación de sus funciones, la
sucesión al Trono, la Regencia, la tutela del Rey menor y la figura del refrendo. Se configura así una
monarquía con un poder mayoritariamente simbólico y que no concede al Rey una capacidad efectiva
de decisión.
Estado de las autonomías
Por otra parte, el principio de autonomía preside la configuración territorial del Estado, que acorde al
artículo 137, se organiza en municipios, provincias y Comunidades Autónomas. Hay que distinguir, no
obstante, la autonomía local (municipios y provincias) con un carácter marcadamente administrativo, y
la autonomía de las nacionalidades y regiones (Comunidades Autónomas) de mayor trascendencia
político-administrativa.
Cabe destacar que en los debates de los constituyentes se planteó incluir en el artículo 2 una mención
expresa del ámbito territorial sobre el que regiría la futura Constitución. Su omisión, como bien
Î
señaló Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón supondría la admisión de la posibilidad de que parte del
territorio se escindiera. Siguiendo el razonamiento de Herrero de Miñón, la aplicación de la
Constitución se cimenta sobre la indivisible nación española. Así pues, si se declarase la existencia de
un grupo que no coincidiera con la nación española, la Constitución no regiría sobre él, algo que en la
práctica se traduciría como la escisión del territorio sobre el que ese grupo se asiente.
Pese a ello, se trata de un caso límite sobre el que el Tribunal Constitucional de España no ha tenido
que pronunciarse. La posible admisión o rechazo constitucional a la escisión de parte de su territorio
no es un tema pacífico para la doctrina constitucionalista.
*
>J 7
@ABCD -
%P"!-! %
J mediante la modificación constitucional, la interpretación jurisprudencial o la
suscripción de acuerdos y tratados internacionales.
La naturaleza dualista de los derechos fundamentales ha sido reconocida por la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional. En su primera vertiente, son derechos subjetivos en favor de las personas,
que tienen por sujeto pasivo a los poderes públicos. Por otro lado, también son valores que configuran
el sistema político, legitimándolo frente al ciudadano.
La Constitución, en el Título I ("De los derechos y deberes fundamentales"), incluye cinco capítulos
dedicados a determinar la titularidad de tales Derechos (Capítulo I), a enumerarlos (Capítulo II), y a
garantizarlos (Capítulos IV y V). También contiene una tabla de principios rectores de la política social
y económica (Capítulo III), de eficacia netamente programática.
Titulares
El Capítulo I lleva por título "De los españoles y los extranjeros" (arts. 11 a 13), y trata cuestiones
referentes a la nacionalidad, la aplicación de la Constitución a los extranjeros y la mayoría de edad.
Respecto al disfrute de los Derechos Fundamentales por parte de extranjeros, la jurisprudencia
constitucional ha interpretado el artículo 13.1 reconociendo tres supuestos:
Derechos ligados a la dignidad humana, que corresponden también al extranjero, pudiendo ser
modulados de manera limitada por el legislador.
Los derechos de participación contenidos en el artículo 23, en un principio, sólo se atribuían a los
españoles, situación incompatible con el ordenamiento jurídico de la Unión Europea y que hizo
necesaria la reforma constitucional de 27 de agosto de 1992, donde se añadió una excepción referente
al derecho de sufragio activo y pasivo de los extranjeros en las elecciones municipales.
En el Capítulo II, bajo el título de "Derechos y libertades", comienza con el principio de igualdad formal
establecido en el artículo 14, que la jurisprudencia constitucional se ha encargado de precisar
diferenciando entre la "igualdad ante la ley" y la "igualdad en la ley". En el primer caso, supone la
prohibición de que los poderes públicos traten de forma distinta situaciones iguales. En el segundo
caso, se permite que los poderes públicos hagan distinción de trato siempre que exista justificación
objetiva de tal distinción, pudiendo tratar de forma diferente situaciones que sean materialmente
diferentes.
A continuación, la Constitución prosigue con la Sección I, "De los derechos fundamentales y las
libertades públicas" (arts. 15 a 29) y la Sección II "De los derechos y deberes de los ciudadanos" (arts.
30 a 38).
Sección I
Sólo puede acudirse al recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional por una vulneración del
artículo 14, o de los artículos comprendidos en la Sección I, que incluye:
Artículo 15: Derecho a la vida y a la integridad física y moral. Queda abolida la pena de muerte, salvo
en tiempo de guerra.
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Por su parte, los derechos reconocidos en la Sección II no pueden sostener por sí solos un recurso de
amparo, si bien se exceptúa de esta regla la objeción de conciencia del artículo 30. La Sección II
contiene los siguientes artículos:
Artículo 30: Derecho y deber de defender España. Objeción de conciencia.
Artículo 31: Principios tributarios.
Artículo 32: Derecho a contraer matrimonio.
Artículo 33: Derecho a la propiedad privada y a la herencia. Expropiación forzosa.
Artículo 34: Derecho de fundación.
Artículo 35: Derecho al trabajo.
Artículo 36: Régimen de los Colegios Profesionales.
Artículo 37: Derecho a la negociación colectiva y al conflicto colectivo.
Artículo 38: Libertad de empresa.
Garantías
La reserva de Ley supone que el desarrollo normativo de determinadas materias no puede realizarse
mediante Reglamento. En el caso de los Derechos Fundamentales, la Constitución establece la
reserva de Ley para todo el Capítulo II, incluyéndose también los principios rectores contenidos en el
Capítulo III. Por otro lado, la Constitución también establece una reserva de Ley Orgánica para los
Derechos Fundamentales contenidos en la Sección I del Capítulo II., que además no podrán ser
regulados por Decreto-Ley ni mediante delegación legislativa.
El Defensor del Pueblo es una institución consagrada por el artículo 54 de la Constitución. Elegido por
las Cortes Generales, se encarga de la defensa de los Derechos Fundamentales supervisando la
o
actuación administrativa y dando cuenta a las Cortes. Es competente para interponer recurso de
amparo y recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional.
Junto con el Defensor del Pueblo, las garantías institucionales de los Derechos Fundamentales
incluyen también la intervención del Ministerio Fiscal en los procesos que afecten a tales Derechos,
actuando
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Los Derechos Fundamentales contenidos en la Sección I (incluyendo los artículos 14 y 30.2) serán
tutelados por los Tribunales ordinarios siguiendo J
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. Agotada la vía judicial ordinaria, se legitima a los particulares para acceder
al recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
Ciertas garantías de los Derechos Fundamentales tienen también el rango de Derecho Fundamental.
Así sucede con el procedimiento de habeas corpus para la inmediata puesta a disposición judicial de
un detenido o el derecho a la tutela judicial efectiva y a un proceso con las debidas garantías
(presunción de inocencia, derecho a la defensa, juez predeterminado por la Ley, etc.).
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La Constitución dedica a la institución de la Corona su Título II, cuyo artículo 56 da una primera idea
de la figura afirmando que Y!(
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Funciones
Sus funciones se concretan en el artículo 62, cuya enumeración es acompañada por cláusulas que
indican que tales actos se harán "con arreglo a la Ley", "de acuerdo a la Constitución" o "a propuesta
del Presidente del Gobierno" (y en ocasiones, del Presidente del Congreso). Entre las funciones
señaladas, se incluyen:
De ello se deduce que la capacidad real de decisión de la Corona es prácticamente nula, salvo en lo
relativo al nombramiento de miembros civiles y militares de la Casa Real.
Refrendo
Por otro lado, el carácter eminentemente simbólico de la Corona se refleja en la exigencia de refrendo
para los actos del Rey, que habrá de proceder del Presidente del Gobierno y, en su caso, del Ministro
correspondiente.
La figura del refrendo se recoge en el artículo 64, funcionando en un doble sentido. Por un lado como
requisito para la válida existencia del propio acto del Rey, que de no haber sido refrendado,
sencillamente no existe.
Una segunda vertiente del refrendo sería la relativa a la eventual responsabilidad por tales actos, que
recaerá en la persona que los refrende dado que J
Y! !
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Sólo existen dos actos regios de relevancia jurídico-política que no requieren de refrendo. En primer
lugar, la libre disposición que el monarca tiene sobre la gestión de la Casa Real. En segundo lugar, el
acto de testar por parte del Rey, que eventualmente puede dar lugar al posterior nombramiento de un
tutor para el Rey menor, sin intervención de ningún otro poder público.
Sucesión
En el supuesto de que se extinguieran todas las líneas llamadas a suceder al trono, serán las Cortes
Generales las encargadas de elegir sucesor. La intervención de las Cortes, junto con el Rey, también
se plantea en lo relativo a la potestad de prohibir el matrimonio de quien tenga derecho a suceder,
prohibición que de ser incumplida, excluye al sucesor y a sus descendientes de la posibilidad de
acceder a la Corona.
La Constitución da prioridad al sexo sobre la edad en el acceso a la Corona, algo que contradice el
espíritu constitucional de no discriminación hacia la mujer. La regulación actual tiene su origen en la
proclamación de Felipe de Borbón, de menor edad que sus dos hermanas, como Príncipe heredero.
Tal proclamación se realizó en 1977, mientras se desarrollaba el proceso constituyente, y se planteó
como un hecho consumado que no convenía alterarse en la redacción final de la Constitución.
El 4 de marzo de 2005, el Gobierno consultó al Consejo de Estado sobre una eventual modificación de
la Constitución, reforma que incluiría una revisión del orden sucesorio al trono para que primase la
edad sobre el sexo.
El Informe del Alto Órgano Consultivo, de 16 de febrero de 2006, se mostraba partidario de dicha
reforma, así como de la inclusión de un precepto que señalara el uso indistinto del término Rey o
Reina. Sin embargo, también se encarga de destacar que habría de seguirse el procedimiento
agravado de reforma constitucional del artículo 168.
Regencia
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La Constitución regula en su artículo 59 la institución de la Regencia para los casos en que el Rey sea
menor de edad o resulte inhabilitado. El apartado cuarto establece como requisitos para ejercer la
Regencia el ser mayor de edad y español, señalando el apartado quinto que Y
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Ante la minoría de edad del Rey, se nombrará Regente del Reino al padre o madre del Rey, y en su
defecto, al mayor de edad más próximo a suceder en la Corona. Por otro lado, ante el supuesto de que
el Rey y tal imposibilidad fuere reconocida por las Cortes Generales, ostentará la
Regencia el Príncipe heredero, siempre que sea mayor de edad. Si no lo fuera, y hasta que lo sea, se
procederá de la misma manera que la dispuesta para el supuesto de la minoría de edad del Rey.
Como cláusula de cierre para nombrar Regente, si no es posible hallarlo por los procedimientos
mencionados, la Constitución se remite al nombramiento por voluntad de las Cortes Generales, que
harán recaer la Regencia en una, tres o cinco personas de su elección.
Tutela
La minoría de edad del Rey también implica la aparición de un tutor que actúe en Su nombre e interés,
y cuya posición será incompatible con el desempeño de todo cargo o representación política. El
artículo 60 de la Constitución establece como tutor a la persona que haya nombrado el difunto Rey en
su testamento, siempre que sea mayor de edad y español de nacimiento. En su defecto, la tutela
recaerá en el padre o la madre del Rey menor, siempre que permanezcan viudos. Si tampoco fuera
posible, las Cortes Generales serán las encargadas de nombrar tutor.
En todo caso, se prohíbe la posibilidad de que una sola persona ostente el cargo de tutor y Regente,
salvo que se trate del padre, la madre o un ascendiente directo del Rey.
Para acabar, hay que señalar que el tutor sería una figura de relevancia constitucional cuyo
nombramiento se puede producir por el acto de testar del Rey. Tal testamento queda al libre arbitrio
del monarca, y no está sometido a refrendo. La doctrina cree ver aquí un segundo supuesto de
capacidad efectiva de decisión por parte del Rey, junto con la mencionada gestión de la Casa Real.
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El Título III de la Constitución (artículos 66 a 96) está dedicado a la regulación de las Cortes
Generales, órgano constitucional que ejerce la representación del pueblo español y está compuesto
por el Congreso de los Diputados y el Senado. La preponderancia del Congreso sobre el Senado
configura un parlamentarismo bicameral atenuado.
Las Cámaras se dotan de sendos Reglamentos para su organización interna. El Reglamento del
Congreso de los Diputados fue aprobado por Resolución de 24 de febrero de 1982, mientras que el
Reglamento del Senado reside en el Texto Refundido de 3 de mayo de 1994. Para las sesiones
conjuntas, se reunirán en Cortes Generales que presidirá el Presidente del Congreso, y que se regirá
por un Reglamento aprobado por mayoría absoluta por ambas cámaras.
La Constitución establece como órganos de cada Cámara, un Presidente y una Mesa. También
establece una Diputación permanente por Cámara, que desempeñará ciertas funciones (convocatoria
extraordinaria, declaración de estados de alarma, excepción y sitio) en los periodos en que no se halle
convocada la Cámara.
Junto a los órganos camerales de procedencia constitucional, hay que destacar la aparición en los
Reglamentos de las Cámaras de dos figuras claves. En primer lugar, el Grupo Parlamentario,
instrumento por el que los partidos políticos se ajustan a la disciplina de la Cámara. Para formar Grupo
se requiere un mínimo de 10 senadores para el Senado, y 15 diputados para el Congreso. En el caso
del Congreso, también puede constituirse con 5 diputados si el partido ha obtenido 5% de los votos a
nivel nacional o 15% en una circunscripción en la que se presente. En segundo lugar, la reunión de los
portavoces de los grupos parlamentarios, junto con el Presidente de la Cámara, constituirá la Junta de
Portavoces, que fijará el orden del día mediante voto ponderado.
La potestad legislativa recaerá en las Cortes, así como la aprobación de los Presupuestos Generales
del Estado, el control de la actuación del Gobierno, y otras funciones como el nombramiento de
Magistrados del Tribunal Constitucional, el de vocales del Consejo General del Poder Judicial, el de
consejeros del Tribunal de Cuentas y el de Defensor del Pueblo. También proveerán sucesor a la
Corona, Regente o tutor cuando se agote la línea de sucesión al trono.
El Título V (artículos 108 a 116), bajo el epígrafe "De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes
Generales", está dedicado al citado control de las Cortes sobre la actuación del Gobierno. Aquí se
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regulan mecanismos que pueden suponer el cese del Gobierno, como la moción de censura y
la cuestión de confianza. Por otro lado, también se incluyen mecanismos de control propiamente
dicho, como las facultades de preguntar e interpelar; la facultad de recabar ayuda e información del
Gobierno y la Administración; o la facultad de solicitar la presencia de un determinado miembro del
Gobierno.
El Título VI de la Constitución (artículos 117 a 127) se encarga de la regulación esencial del Poder
Judicial. Los principios que tales preceptos establecen buscan consolidar un Poder Judicial totalmente
independiente y capaz de desarrollar adecuadamente la potestad jurisdiccional. Con el mismo objetivo,
la Constitución regula el estatuto de Jueces y Magistrados, configurando además un órgano de
gobierno judicial encarnado por el Consejo General del Poder Judicial. También se recoge la
existencia de un Ministerio Fiscal que promoverá la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de
los derechos de los ciudadanos y del interés público.
Principios
La mayor parte del Título VI está dedicado a configurar los principios básicos del Poder Judicial y su
actividad jurisdiccional. De esta manera, se persigue un Poder Judicial independiente y responsable,
que ostente unitariamente y en exclusiva la potestad jurisdiccional. De igual manera, se señalan una
serie de rasgos esenciales que habrán de reunir los distintos procesos jurisdiccionales.
Independencia judicial
La Constitución pretende dotar de independencia al Poder Judicial estableciendo las bases del
estatuto de Jueces y Magistrados, que necesariamente habrá de ser regulado mediante Ley Orgánica.
General del Poder Judicial, órgano de gobierno del Poder Judicial, independiente del resto de poderes
constitucionales.
Exclusividad jurisdiccional
La exclusividad en sentido positivo ha de completarse con una mención a sus dos excepciones. En
primer lugar, el Tribunal Constitucional, que pese a desarrollar tareas jurisdiccionales, no se encuadra
dentro del Poder Judicial. Por otro lado, la jurisdicción del Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas, encargado de los conflictos derivados del Derecho comunitario europeo.
El sentido negativo del principio implica la dedicación exclusiva de los Jueces y Tribunales a la
actividad jurisdiccional y a las que 1J
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. Habría que destacar la vinculación de este principio con el régimen de incompatibilidades y
prohibiciones establecido en la Constitución.
Unidad jurisdiccional
El artículo 122.1 plantea una distinción entre Jueces y Magistrados, que efectivamente formarán un
cuerpo único; y el personal al servicio de la Administración de Justicia, para el que no rige el principio
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de unidad. De esta manera, las Comunidades Autónomas han obtenido las competencias para
encargarse de dotar a los Juzgados y Tribunales de los medios que les sirven de sustrato material o
personal, mientras que la función jurisdiccional y de gobierno del Poder Judicial resulta intransferible.
La unidad territorial implica la jurisdicción del Poder Judicial sobre todo el país, sin perjuicio de la
organización territorial de sus distintos órganos, que podrán ser competentes en un Municipio, en un
Partido judicial, en una Provincia, en una Comunidad Autónoma e incluso en toda España.
Por otro lado, la prohibición de los Tribunales de excepción complementa el principio de unidad, y
supone el acceso de todos los ciudadanos, por igual, al juez natural previamente establecido por la
Ley, y a la jurisdicción ordinaria de un único poder judicial. No obstante, la Constitución contempla
varias excepciones, compatibles con la unidad del Poder Judicial:
La plenitud jurisdiccional tiene dos caras. Por un lado, supone que los jueces han de resolver, en todo
caso, los asuntos de que conozcan, y no podrán ampararse en la oscuridad de la norma o sus lagunas
para negar una resolución, pues supondría negar el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva.
Por otra parte, esa misma tutela judicial efectiva implica la obligación pública de cumplir y hacer
cumplir las resoluciones judiciales, y colaborar tanto en la resolución del proceso como en su posterior
ejecución.
Principios procesales
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La gratuidad del proceso contenida en el artículo 119 se deja en manos del legislador, y así mismo, se
establece necesariamente para quienes no posean medios suficientes para litigar. La asistencia
jurídica gratuita se convierte así en un derecho de tipo prestacional, relacionado con el principio del
Estado Social de Derecho, si bien su exacta delimitación quedará en manos del legislador, atendiendo
a los intereses públicos y a las concretas disponibilidades presupuestarias.
La publicidad del proceso y de la sentencia está consagrada como Derecho Fundamental en el artículo
24.2. Siendo parte fundamental del debido proceso, la jurisprudencia constitucional ha señalado que
tiene por misión, J
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Adicionalmente, el Tribunal Constitucional también ha vinculado el principio de publicidad con el
derecho a recibir libremente información.
Finalmente, el principio de motivación de las resoluciones judiciales busca evitar la arbitrariedad de los
Jueces y Magistrados en el desempeño de su actividad jurisdiccional. Estarán obligados, por lo tanto, a
dictar resoluciones razonadas y argumentadas conforme a Derecho, debiendo fundamentar
jurídicamente toda decisión o fallo.
Responsabilidad judicial
Jueces y Magistrados
La Constitución sólo contiene el núcleo del Estatuto de Jueces y Magistrados, confiando su posterior
desarrollo al poder legislativo mediante Ley Orgánica. El Estatuto de Jueces y Magistrados tiene como
objetivo principal el dotarles de independencia funcional y personal, conteniendo su regulación en el
Libro IV de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
La inamovilidad judicial, mencionada en el artículo 117.1 y desarrollada en el 117.2, implica que los
Jueces y Magistrados sólo podrán ser separados, suspendidos, trasladados o jubilados por causas
objetivas tipificadas en la Ley. Se busca evitar una arbitrariedad del ejecutivo que pudiera condicionar
la actividad jurisdiccional.
Por otra parte, el estatuto de los Jueces y Magistrados, tanto en la Constitución como en la Ley, busca
asegurar su neutralidad e imparcialidad. Al respecto, se establece la prohibición de ocupar otros
cargos públicos y de pertenecer a partidos políticos o sindicatos. También se hace una remisión al
legislador para que establezca un régimen de incompatibilidades, que se recoge en los artículos 389 a
397 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Respecto al gobierno del Poder Judicial, el ordenamiento constitucional opta por el modelo de órgano
colegiado y autónomo, reforzando así el principio de independencia judicial. De esta manera, el
artículo 122 crea el Consejo General del Poder Judicial, regulando escuetamente un núcleo duro
relativo a sus funciones y composición, y exigiendo Ley Orgánica para su desarrollo.
La Constitución esboza las posibles funciones del Consejo General del Poder Judicial mencionando
las relativas a
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J . En todo caso, no se trata
de un órgano de gobierno guiado por criterios de oportunidad política (como el Gobierno de la Nación),
sino que sus actos, más o menos discrecionales, habrán de asentarse en la Ley que desarrolla sus
funciones, concretamente en el Libro II de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Su composición recibe una regulación constitucional más detallada, estableciendo un total de veinte
miembros que serán elegidos por las Cámaras cada cinco años. De esos veinte miembros, doce
procederán de la carrera judicial, seis nombrados por el Congreso de los Diputados, y seis nombrados
por el Senado. Los ocho miembros restantes serán juristas de reconocido prestigio con más de 15
años de experiencia profesional, cuatro de los cuales serán nombrados por el Congreso, y los otros
cuatro por el Senado.
La Ley Orgánica del Poder Judicial (artículos 111 a 116) concreta el sistema constitucional de elección,
estableciendo que los 12 miembros de la carrera judicial nombrados por las Cortes procederán de 36
candidatos propuestos por las Asociaciones Profesionales de Jueces y Magistrados, en proporción a
su representatividad dentro de la judicatura. De las 36 candidaturas, una fracción proporcional
corresponderá a candidatos presentados con el aval de al menos el 2% de los Jueces y Magistrados.
La Constitución también establece que el Consejo General del Poder Judicial será presidido por el
Presidente del Tribunal Supremo. Por su parte, la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que será
el propio Consejo quien por mayoría de tres quintos proponga a su Presidente, eligiendo por tanto al
Presidente del Tribunal Supremo.
Ministerio Fiscal
La referencia constitucional al Ministerio Fiscal supone la necesaria existencia de un órgano que tenga
por misión J
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La Constitución establece que el Ministerio Fiscal se guiará por los principios de unidad de actuación,
dependencia jerárquica, imparcialidad y sujeción a la legalidad. Nótese que de tales principios, el único
que no comparten con Jueces y Magistrados es el de dependencia jerárquica. El Ministerio Fiscal se
organiza jerárquicamente, y su actuación dependerá en última instancia del Fiscal General del Estado,
que será elegido por el Gobierno. Por ello, la jurisprudencia constitucional ha negado al Ministerio
Fiscal tanto su carácter de órgano administrativo, como su naturaleza auténticamente judicial.
Finalmente, la Constitución señala que el estatuto orgánico del Ministerio Fiscal habrá de estar
regulado por Ley. De esta manera, la Ley Orgánica del Poder Judicial le dedica atención en su artículo
541, confiando su desarrollo a la Ley del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.
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A tal efecto, el constituyente optó por garantizar su cumplimiento y observancia a nivel jurisdiccional,
no sólo mediante el Poder Judicial ordinario, sino también mediante un Tribunal Constitucional
específico e independiente que tuviera competencia para anular normas con rango de Ley, resolver
cuestiones competenciales entre los Poderes constituidos, y servir de garante último de los Derechos
Fundamentales de la Sección I frente a los poderes públicos.
De esta manera, el Título IX (artículos 159 a 165) de la Constitución está dedicado al establecimiento
de un Tribunal Constitucional, regulando aspectos esenciales sobre su composición (artículo 159 y
160) y sus atribuciones (artículos 161 a 163).
El Tribunal Constitucional extiende su jurisdicción sobre todo el territorio español, y sus declaraciones
de inconstitucionalidad de Leyes y normas con rango de Ley tendrán eficacia derogatoria
. Así mismo, la Constitución confía al legislador orgánico la regulación del
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De esta manera, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional define al órgano como el J
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, señalando su independencia frente a los demás órganos constitucionales
y estableciendo su sumisión, exclusiva y excluyente, a la Constitución y a la mencionada Ley
Orgánica.
Composición
Según el artículo 159.1, el Tribunal se compone de doce Magistrados nombrados simbólicamente por
el Rey, recayendo su elección efectiva en los órganos encargados de su propuesta:
El Congreso de los Diputados elegirá por mayoría de tres quintos a cuatro magistrados.
El Senado escogerá, por mayoría de tres quintos, a otros cuatro magistrados de entre los propuestos
por las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas.
El Gobierno propondrá a dos candidatos.
El Consejo General del Poder Judicial propondrá a otros dos.
Por otra parte, los miembros del Tribunal Constitucional serán nombrados de entre Jueces,
Magistrados, Profesores de Universidad, funcionarios públicos y abogados. Habrán de ser juristas de
reconocida competencia que necesariamente reúnan quince años de experiencia profesional.
El Tribunal Constitucional renovará a cuatro de sus miembros cada tres años. De esta manera, el
mandato de cada uno de los Magistrados durará un total de 9 años, no siendo posible su reelección
para el periodo inmediatamente posterior a su cese.
Estatuto
La Constitución define los aspectos básicos del estatuto de los Magistrados del Tribunal
Constitucional, de manera que se establece su independencia e inamovilidad con respecto a cualquier
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otro poder, así como una tabla de incompatibilidades tendentes a garantizar, en lo posible, su
imparcialidad.
De esta forma, la Constitución señala que la condición de Magistrado del Tribunal Constitucional es
incompatible
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La figura del Presidente del Tribunal Constitucional recibe una escueta regulación por parte de la Ley
Fundamental, señalando que será elegido de entre sus miembros por el Pleno del Tribunal, y en tal
sentido, nombrado por el Rey por un periodo de tres años.
La previsión constitucional es desarrollada por la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, que junto al
Presidente incluye la figura del Vicepresidente, y que establece para ambos una votación secreta, que
requerirá de mayoría absoluta en una primera vuelta. De no ser posible, la segunda votación requerirá
mayoría simple. Ante un eventual empate, se celebrará nueva votación, que en caso de empatar
nuevamente, supondrá la prevalencia del miembro más antiguo. Como cláusula de cierre, a igual
antigüedad en el órgano, será nombrado el miembro de mayor edad.
Así mismo, la Ley Orgánica señala que en caso de no coincidir el mandato de tres años del Presidente
y Vicepresidente con la renovación trienal del Tribunal Constitucional, se prorrogará el mandato
presidencial hasta que tal renovación se produzca efectivamente y tomen posesión los nuevos
miembros.
Atribuciones
Por su parte, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional incluye los conflictos de competencia entre
órganos constitucionales; conflictos en defensa de la autonomía local; la declaración de
constitucionalidad previa de los Tratados Internacionales; y la verificación de los nombramientos de
Magistrados del propio Tribunal Constitucional. Igualmente se permite al Pleno del Tribunal dictar
reglamentos para regular su propia organización, funcionamiento y régimen de personal o servicios.
Tales competencias se clasifican doctrinalmente en cuatro categorías, si bien sólo las tres primeras
tienen carácter jurisdiccional:
Control de constitucionalidad de Leyes y normas con rango de Ley.
Recurso de inconstitucionalidad.
Cuestión de inconstitucionalidad.
Declaración de constitucionalidad de Tratados Internacionales.
Prestación de tutela jurisdiccional directa de Derechos Fundamentales.
Recurso de amparo.
Conocimiento de los conflictos competenciales entre poderes públicos.
Conflicto de competencia con Comunidades Autónomas.
Conflicto de competencia entre órganos constitucionales.
Conflicto en defensa de la autonomía local.
Potestad de autorregulación reglamentaria.
Regulación de su funcionamiento y organización.
Regulación de personal y servicios a disposición del Tribunal.
Por otra parte, la Constitución precisa un núcleo de legitimación necesaria para la interposición del
recurso de inconstitucionalidad, del recurso de amparo y de la cuestión de inconstitucionalidad. Para el
resto de procedimientos, confía su regulación al desarrollo por Ley Orgánica.
En el caso del recurso de inconstitucionalidad, establece que estarán legitimados $
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inconstitucionalidad estableciendo una legitimación implícita a favor de los órganos del Poder Judicial.
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En todo caso, la remisión del artículo 166 no incluye la iniciativa popular del artículo 87.3, de manera
que ésta ha de entenderse excluida en lo relativo a la reforma constitucional.
Clases
La Constitución española permite la reforma de todo su contenido, al contrario que otros ejemplos del
constitucionalismo comparado, que dotan a parte de su contenido de un carácter intangible.
Procedimiento ordinario
Finalmente, una décima parte de los Diputados o de los Senadores podrá solicitar que el texto
aprobado por las Cortes sea sometido a referéndum vinculante.
Procedimiento agravado
La Constitución considera de especial trascendencia la reforma del Título Preliminar, del Título II, o
de la sección I del Capítulo II del Título I. Por ello, su modificación exigirá la utilización de un
procedimiento agravado de reforma, cuya aprobación requerirá mayoría de dos tercios en ambas
Cámaras, y supondrá su inmediata disolución.
Tras las consiguientes elecciones generales, las nuevas Cortes habrán de volver a aprobar la
modificación por una nueva mayoría de dos tercios. La reforma será finalmente aprobada si obtiene su
ratificación mediante referéndum.
Constitución de Francia
%/.!%!"8:98
La %/ .!%! " 8:98, la primera constitución escrita de la historia francesa, fue
promulgada por la Asamblea Nacional Constituyente y aceptada por Luis XVI el 3
de septiembre de 1791. Contenía la reforma del Estado francés, quedando Francia configurada como
una monarquía constitucional.
Las antiguas divisiones administrativas eran sustituidas por los departamentos, cuyas autoridades
serán elegidas localmente.
La elaboración de las leyes correspondía a una Asamblea Legislativa, era la que tenía más poder.
Votaba las leyes, los impuestos y declaraba la guerra.
El poder ejecutivo quedaba en manos de la monarquía, el rey tiene el poder de nombrar y destituir a
los ministros.
El poder judicial se otorgaba a unos tribunales independientes.
demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos. Tales límites sólo pueden ser
determinados por la ley.
Artículo 5.- La ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para la sociedad. Nada que no
esté prohibido por la ley puede ser impedido, y nadie puede ser constreñido a hacer algo que ésta no
ordene.
Artículo 6.- La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los ciudadanos tienen derecho a
contribuir a su elaboración, personalmente o por medio de sus representantes. Debe ser la misma para
todos, ya sea que proteja o que sancione. Como todos los ciudadanos son iguales ante ella, todos son
igualmente admisibles en toda dignidad, cargo o empleo públicos, según sus capacidades y sin otra
distinción que la de sus virtudes y sus talentos.
Artículo 7.- Ningún hombre puede ser acusado, arrestado o detenido, como no sea en los casos
determinados por la ley y con arreglo a las formas que ésta ha prescrito. Quienes soliciten, cursen,
ejecuten o hagan ejecutar órdenes arbitrarias deberán ser castigados; pero todo ciudadano convocado
o aprehendido en virtud de la ley debe obedecer de inmediato; es culpable si opone resistencia.
Artículo 8.- La ley sólo debe establecer penas estricta y evidentemente necesarias, y nadie puede ser
castigado sino en virtud de una ley establecida y promulgada con anterioridad al delito, y aplicada
legalmente.
Artículo 9.- Puesto que todo hombre se presume inocente mientras no sea declarado culpable, si se
juzga indispensable detenerlo, todo rigor que no sea necesario para apoderarse de su persona debe
ser severamente reprimido por la ley.
Artículo 10.- Nadie debe ser incomodado por sus opiniones, inclusive religiosas, a condición de que su
manifestación no perturbe el orden público establecido por la ley.
Artículo 11.- La libre comunicación de pensamientos y de opiniones es uno de los derechos más
preciosos del hombre; en consecuencia, todo ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente, a
trueque de responder del abuso de esta libertad en los casos determinados por la ley.
Artículo 12.- La garantía de los derechos del hombre y del ciudadano necesita de una fuerza pública;
por lo tanto, esta fuerza ha sido instituida en beneficio de todos, y no para el provecho particular de
aquellos a quienes ha sido encomendada.
Artículo 13.- Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración, resulta
indispensable una contribución común; ésta debe repartirse equitativamente entre los ciudadanos,
proporcionalmente a su capacidad.
Artículo 14.- Los ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o a través de sus
representantes, la necesidad de la contribución pública, de aceptarla libremente, de vigilar su empleo y
de determinar su prorrata, su base, su recaudación y su duración.
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Artículo 15.- La sociedad tiene derecho a pedir cuentas de su gestión a todo agente público.
Artículo 16.- Toda sociedad en la cual no esté establecida la garantía de los derechos, ni determinada
la separación de los poderes, carece de Constitución.
Artículo 17.- Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella,
salvo cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exija de modo evidente, y a condición
de una justa y previa indemnización.
!!/" %%" -1" "!"!
La !!/ " % % " - aprobada por la Asamblea Nacional
Constituyente francesa el 26 de agosto de 1789 es uno de los documentos fundamentales de
la Revolución francesa en cuanto a definir los derechos personales y colectivos como universales.
Influenciada por la doctrina de los derechos naturales, los derechos del Hombre se entienden como
universales, válidos en todo momento y ocasión al pertenecer a la naturaleza humana.
Aun cuando establece los derechos fundamentales de los ciudadanos franceses y de todos los
hombres sin excepción, no se refiere a la condición de las mujeres o la esclavitud, aunque ésta será
abolida por la Convención el 4 de febrero de 1794. Sin embargo es considerado un documento
precursor de los derechos humanos a nivel nacional e internacional. No fue hasta que Olympe de
Gouges, en 1791, proclamó la 4
4
0 !
que las
mujeres entraron, por lo menos a través de un documento no oficial, en la historia de los derechos
humanos.
Una segunda versión ampliada, conocida como Declaración de los Derechos del Hombre de 1793 fue
aprobada posteriormente e incorporada a la Constitución francesa de 1793, ambas de muy breve
aplicación. Seguida de la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano de
1795en la Constitución de 1795 que establece el Directorio.
cc
La Asamblea Nacional Constituyente, encargada de dar una Constitución a Francia, se planteó cómo
se debía comenzar la misma. Fue Mounier quien, el 8 de julio, propuso hacerlo con la "declaración de
los derechos del hombre", inspirados por la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Se
llegaron a leer 21 proyectos de declaración, incluido uno de La Fayette y otro de la ciudad de
París.1 La redacción final se encargó a una Comisión, aprobándose su forma definitiva el 26 de
agosto de 1789.
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En 1789, en plena revolución Francesa se redacta la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano por parte de la Asamblea Constituyente francesa, prefacio de la Constitución de 1791. Por
cc
lo general, en los libros de historia se olvida que la ³Declaración de los Derechos del hombre y del
ciudadano´ consistía en leyes exclusivamente para los hombres (es decir, no se tomaba la palabra
³hombre´ como un sustituto de la palabra ³ser humano´). Por ello Gouges escribió la Declaración de los
Derechos de la Mujer y la Ciudadana en el que las mujeres entraron, por lo menos a través de un
documento no oficial, a la historia de los derechos humanos.
Fue escrita con el fin de poner fin a la inestabilidad del gobierno y la crisis de la guerra en Argelia y
está marcada por el regreso de un Ejecutivo fuerte. Dos hombres han estampado sus ideas: Michel
Debré, por el modelo británico y su primer ministro fuerte, y por De Gaulle, que el Presidente de la
República, como garante de las instituciones. La constitución de la V República está fuertemente
influenciada por los principios enunciados por Charles de Gaulle durante su famoso discurso en
Bayeux el de 16 junio de 1946.
II. Los principios esenciales de la Constitución mexicana de 1917 son los siguientes: la idea de
soberanía, los derechos humanos, la división de poderes, el sistema federal, el sistema representativo,
cèc
la supremacía del Estado sobre las iglesias y la existencia del juicio de amparo como medio
fundamental de control de la constitucionalidad (Carpizo, La Constitución..., «pp.» 134-135).
A) Los derechos humanos en la Constitución de 1917 están contenidos en las declaraciones de
garantías individuales y de garantías sociales. Las garantías individuales se concentran en los
primeros 28 «aa.» de la Constitución, en donde encuentran cabida más de 80 distintas protecciones.
La Constitución mexicana de 1917 fue la primera constitución en el mundo en establecer, a este nivel,
las garantías sociales lo que fue producto del movimiento político-social de 1910. La declaración de
garantías sociales se encuentra principalmente en los «aa.» 3, 27, 28 y 123. Estos dispositivos
constitucionales reglamentan la educación el agro, la propiedad y el trabajo (Carpizo, Introducción..., p.
22).
B) La idea de la soberanía que adopta nuestra Constitución vigente se expresa en su «a.» 39, y
responde al pensamiento de Rousseau, toda vez que hace residir la soberanía en el pueblo. La
expresión soberanía nacional, que utiliza este artículo, quiere expresar que desde su independencia
México tiene una tradición que no encadena sino que se proyecta hacia el devenir. Según este mismo
artículo, la soberanía nacional reside en el pueblo de dos maneras: esencial y originariamente. Por
esencial se debe entender que la soberanía esta en el pueblo en todo momento y que no se puede
delegar y, originariamente, implica que la soberanía jamas ha dejado de residir en el pueblo.
C) La división de poderes se establece en el «a.» 49 de la Constitución que asienta la tesis de que el
poder es sólo uno y que, lo que se divide, es su ejercicio. El ejercicio del poder se encuentra repartido
en tres ramas u órganos: legislativo ejecutivo y judicial. Entre estos tres órganos o ramas, existe una
colaboración, lo que implica que un órgano puede realizar funciones que formalmente corresponderían
a otro poder, siempre y cuando la propia constitución así lo disponga. El poder u órgano legislativo
federal reside en un congreso, dividido en dos cámaras: una de diputados (compuesta de hasta 400
diputados, electos popularmente cada 3 años) y una de senadores (compuesta por dos senadores
electores en cada una de las 31 entidades federativas y 2 por el Distrito Federal). El poder ejecutivo
federal es unipersonal y reside en el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, que es electo
popularmente cada seis años. Por último, el poder judicial federal está compuesto por: la Suprema
Corte de Justicia (integrada por 21 ministros numerarios y 5 supernumerarios, nombrados por el
presidente de la República con la aprobación del Senado y que funciona en pleno o en salas, que son:
civil, penal, administrativa, laboral y auxiliar), los tribunales de circuito (colegiados en materia de
amparo y unitarios en materia de apelación) y jueces de distrito.
D) El sistema representativo asentado en la Constitución de 1917 ha respondido a los principios de la
teoría clásica de la representación. El principio de que gana la curul el candidato que mayor número de
votos ha obtenido ha sufrido ajustes y modificaciones, a raíz de la implantación del régimen de
cèè
diputados de partido y más recientemente, en 1977, cuando se estableció el sistema mixto actual,
mayoritario en forma dominante con representación proporcional de las minorías.
E) El régimen federal está previsto en los «aa.» 40 y 41 de la Constitución. El «a.» 40 asienta la tesis
de la cosoberanía de Alexis de Tocqueville, ya que prevé que tanto la federación como los Estados
son soberanos; sin embargo, este artículo sólo pone de manifiesto una tradición. La verdadera
naturaleza del Estado federal mexicano se establece en el «a.» 41, del que se desprende que las
entidades federativas no son soberanas sino autónomas, existiendo, por mandato constitucional, dos
órdenes jurídicos parciales y delegados de la propia Constitución; el orden jurídico federal y el orden
jurídico de las entidades federativas. Las características del Estado federal mexicano son las
siguientes: de acuerdo a su dimensión étnica, es homogéneo o uninacional; existe identidad de
principios fundamentales de la federación y las entidades federativas; la competencia originaria
corresponde a las entidades federativas; construye un sistema rígido de división de competencias
entre la federación y los Estados no acepta ningún principio o característica secesionista; las
legislaturas locales o estatales participan en el proceso de reformas a la constitución; la base de la
división política y territorial de los Estados es el municipio libre.
F) El principio de la supremacía del Estado sobre las iglesias, es resultado del proceso histórico
operado en este país, y se encuentra plasmado, básicamente, en el «a.» 130 de la Constitución.
Algunos de sus postulados no se cumplen en la realidad.
G) El juicio de amparo, previsto en los «aa.» 103 y 107 de la Constitución, es el sistema de control de
la constitucionalidad más importante. Es un sistema de tipo judicial, en el que el órgano encargado de
llevar a cabo el control es un tribunal del poder judicial federal, emanando la solicitud de control del
particular agraviado, y teniendo la sentencia de amparo efectos relativos para ese particular quejoso,
sin hacer ninguna declaración general sobre la ley o acto que motivó la solicitud de control.
III. De 1921 a la fecha, la Constitución ha tenido más de 250 modificaciones, lo que demuestra que, a
pesar de su rigidez teórica, ha sido muy flexible en la practica. Las reformas hechas a nuestra
constitución se han dirigido tanto al fondo como a la forma de los preceptos en ella asentados. Algunos
principios y postulados han sido totalmente modificados; otros lo han sido parcialmente, e incluso, se
ha reformado la constitución para decir algo que gramaticalmente ya decía. En todo caso, las reformas
auténticamente innovadoras constituyen la minoría. Se ha afirmado con justa razón, que las múltiples
reformas a la constitución no son una manifestación de falta de respeto hacia la Ley Fundamental,
antes bien, evidencian que se cree en la constitución y que se le quiere mantener viva (Valadés, p. 18).
cèÎ
La división de los derechos humanos en tres generaciones fue concebida por primera vez por Karel
Vsak en 1979. Cada una se asocia a uno de los grandes valores proclamados en la Revolución
francesa: libertad, igualdad, fraternidad.
Se refiere a los derechos civiles y políticos, también denominados "libertades clásicas". Fueron los
primeros que exigió y formuló el pueblo en la Asamblea Nacional durante la Revolución francesa. Este
primer grupo lo constituyen los reclamos que motivaron los principales movimientos revolucionarios en
diversas partes del mundo a finales del siglo XVIII.
Como resultado de esas luchas, esas exigencias fueron consagradas como auténticos derechos y
difundidos internacionalmente, entre los cuales figuran:
Toda persona tiene derechos y libertades fundamentales sin distinción de raza, color, idioma,
posición social o económica.
En caso de persecución política, toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él, en
cualquier país.
Los hombres y las mujeres tienen derecho a casarse y a decidir el número de hijos que desean.
$"!$!/
La constituyen los derechos económicos, sociales y culturales, debido a los cuales, el Estado de
Derecho pasa a una etapa superior, es decir, a un Estado Social de Derecho.
cèX
De ahí el surgimiento del constitucionalismo social que enfrenta la exigencia de que los derechos
sociales y económicos, descritos en las normas constitucionales, sean realmente accesibles y
disfrutables. Se demanda un Estado de Bienestar que implemente acciones, programas y estrategias,
a fin de lograr que las personas los gocen de manera efectiva, y son:
Toda persona tiene derecho a la seguridad social y a obtener la satisfacción de los derechos
económicos, sociales y culturales.
Toda persona tiene derecho a formar sindicatos para la defensa de sus intereses.
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure a ella y a su familia la
salud, alimentación, vestido, vivienda, asistencia médica y los servicios sociales necesarios.
Ê!$!/
Este grupo fue promovido a partir de la década de los setenta para incentivar el progreso social y
elevar el nivel de vida de todos los pueblos, en un marco de respeto y colaboración mutua entre las
distintas naciones de la comunidad internacional. Entre otros, destacan los relacionados con:
La autodeterminación.
La paz.
La coexistencia pacífica.
El entendimiento y confianza.
La justicia internacional.
El medio ambiente.
Libertad de culto,
de expresión, 25 de
1ª primera
de prensa, petición, y septiembre de1789
de reunión
25 de
2ª Derecho a poseer armas primera
septiembre de1789
Ordenes sobre 25 de
4ª primera
Allamientos y Decomisos septiembre de1789
Debido 25 de
5ª primera
proceso; Autoincriminación septiembre de1789
25 de
6ª Derechos del acusado primera
septiembre de1789
Derechos no numerados 25 de
9ª primera
que tienen las personas. septiembre de1789
31 de
13ª Abolición de la esclavitud primera
enero de 1865
Ciudadanía, debido
13 de
14ª proceso estatal, igual primera
junio de 1866
protección
Enmienda
sobre Prohibición de títulos de 1 de mayo de 1810
Primera
títulos de nobleza. Está pendiente
nobleza
2 de
Enmienda Preservación de
marzo de 1861 Primera
de Corwin la esclavitud
Está pendiente
Enmienda
El poder del congreso para
del trabajo 2 de junio de 1924
regular el trabajo de primera
de Está pendiente
menores
menores
Enmienda Prohibición de 22 de
de los discriminación entre marzo de 1972 primera
derechos hombres y mujeres. Está pendiente
cè
igualitarios
Canadá
Artículo generación
1 Primera
2 primera
3 primera
6 primera
7 primera
8 primera
9 Primera
10 Primera
11 Primera
12 Primera
13 Primera
14 Primera
cè
15 Primera
17 Segunda
18 Segunda
19 Segunda
23 Segunda
24 Primera
25 Segunda
26 Segunda
27 Segunda
28 Primera
29 Segunda
30 segunda
Cuba
Artículo generación
1 Primera, segunda
cÎ
3 primera
6 primera
7 primera
8 primera
9 Primera
12 Primera
13 Primera
19 Segunda
23 Segunda
24 Primera y segunda
25 Primera y Segunda
26 Primera y Segunda
27 tercera
Japón
Artículo generación
cÎc
13,24,26,44,14,15,16,17,18,19,20,21,23,24,6,27,28,29,30,
Primera
31,32,33,34,36,37,38,39,40
China
Artículo generación
14 ?,20, 22 Segunda
26 tercera
Comunidad Europea
Artículo generación
Alemania
Artículo Generación
España
Artículo generación
10 al 55 Primera
Francia
Artículo generación
66 Primera
cÎè
la Declaración de los
Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 26 de
agosto de 1789, el Preámbulo
de la Constitución francesa
de 1946, de 27 de octubre (la
Constitución de la IV
República)
México
Artículo generación
2 Segunda
25 Tercera
)")
J
&!
?
El
es la contraparte del injuction es decir
en lugar de buscar la suspensión de un acto estimula
a que la autoridad realice una acción.
En
se otorga dirigido a un tribunal inferior
o una autoridad administrativa con el fin de que
cumplan con lo establecido en la constitución.
y ejecuciones
extrajudiciales.
Todavía cuenta
con la pena de
muerte.
Japón La Constitución de Japón, que fue redactada por los Si
estadounidenses cuando Japón estaba bajo la Todavía cuenta
ocupación aliada desde 1945 hasta 1952, fue con la pena de
fuertemente influenciado por la Constitución de muerte.
Estados Unidos. artículo 34 de la Constitución
contiene una disposición, que se refiere al hábeas
corpus. El artículo 34 dice: Nadie podrá ... ser
detenida sin causa suficiente y, a requerimiento de
cualquier persona, dicha causa deberá
inmediatamente en audiencia pública, en su
presencia y la presencia de su abogado. El Habeas
Corpus Act fue promulgado en 1948 durante la
ocupación. El propósito de la ley es "permitir a la
gente a recobrar la libertad de una persona realmente
ilegalmente privadas de libertad en una forma rápida
y fácil mediante un procedimiento judicial". Además,
"oda persona cuya libertad personal es objeto de
restricciones sin el debido proceso de derecho puede
solicitar una ayuda en virtud de las disposiciones de
esta ley."
Las Naciones Unidas Comité de Derechos Humanos
criticó a Japón debido a que la eficacia del recurso
para impugnar la legalidad de la detención se ve
afectada por las Reglas de Habeas Corpus. El
Corpus Habeas Reglamento, que establecen normas
para aplicar la Ley, "limita los motivos de la obtención
de un recurso de hábeas corpus para (a) la ausencia
de un derecho legal de poner a una persona bajo
custodia, y (b) una violación manifiesta del debido
cÎ
,)1 .
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de los testigos a su favor en las mismas condiciones
que los testigos de cargo;
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"!"(" ( ! 1!!1!%"
!% "!" o absuelto de conformidad
con la ley y el procedimiento penal de cada país.
Clasificación sobre si las normas determinan su poder económico o su poder económico determina sus
normas:
c
Consideró que de lo anteriormente expuesto, la totalidad de los sistemas políticos y jurídicos, giran en
torno a una posición económica, y que al momento no se ha superado eso, por lo que ninguno de los
co
sistemas vistos resulta del todo ético, y que el ser humano en su crecimiento, encontrara nuevas
formas de gobierno en el desarrollo social del siglo XXI, dado por los problemas económicos
mundiales y la masividad de las comunicaciones.
C
Ê
Ê
=
,
En realidad ninguno de los intentos anteriores al siglo XX de unificar Europa bajo un solo poder se
puede considerar como antecedente de lo que hoy entendemos por Unión Europea, puesto que todos
tienen como ideal el dominio de los pueblos y no la convivencia en común.
En la Sociedad de Naciones será en este foro donde se plantee por primera vez la idea de una
Europa unida en lo político y lo económico. Habrá que esperar a 1925 para que se firme el Tratado de
Locarno.
La segunda guerra mundial que dejaría a Europa en ruinas y a merced de los estados Unidos de
Norteamérica y de la ex Unión Soviética. Es en esta época cuando se toma conciencia clara de
la necesidad de una unión política y económica para recuperar su status de gran potencia. Sin
embargo, no será hasta 1957 cuando se firme el Tratado de Roma.
Otro modelo diferente es el que se da en la Alemania del siglo XIX con la creación del Zollverein.
Según este proceso lo primero es la unificación económica, antes que la política. En 1819
Baviera hace la propuesta de la creación de un espacio de libre circulación de mercancías y la
supresión de aduanas. El Zollverein está controlado por un Congreso Aduaneroen el que cada
estado miembro tiene un voto, y en el que se requiere unanimidad para alcanzar los acuerdos. El papel
preponderante de Prusia en el Zollverein será aprovechado para realizar la unidad alemana.
Otro modelo es el de la unificación italiana, que nos advierte de los peligros de no tomar medidas
contra los desequilibrios regionales. La diferencia de industrialización entre el norte y el sur benefició al
c
norte, pues al quedar suprimidas las trabas arancelarias para la circulación de capitales y trabajadores
estos se concentraron en el norte.
El Benelux es el ejemplo de unión económica y política más reciente. En 1923 se unen Bélgica y
Luxemburgo y en 1943 se une también Holanda, naciendo, así, el Benelux. Lo más destacado del
modelo del Benelux es la concordancia de las políticas monetarias, económicas y sociales. Bélgica es
mucho mayor y está mucho más industrializada, por lo que hay que tomar acuerdos de compensación.
El primer paso efectivo hacia la construcción de la Unión Europea es la firma del Tratado de la
CECA en 1951. Permite la liberalización de los intercambios entre Francia, Alemania, Italia y el
Benelux. Tiene como virtud la creación de unas instituciones independientes que velan por la buena
marcha del tratado. Son: el Ejecutivo, el Tribunal de Justicia y laAsamblea Parlamentaria. Se fijarán
las reglas de la competencia, se permitirá la libre circulación de la fuerza de trabajo, se realizarán
políticas de inversiones, y se planteará un nuevo problema: el de la explotación de los recursos.
Además, se hace necesario un desarrollo tecnológico uniforme y una reglamentación común de
homologación, seguridad y medio ambiente.
'!"- (
Este mercado común debería tener un órgano independiente y permanente, que lleve la iniciativa
de las decisiones, la Comisión Europea, un Tribunal de Justicia, y una Asamblea Legislativa. Desde el
principio se distinguieron dos posturas en la construcción de la Comunidad Europea: la liberal, que
pretendía una simple reducción de los obstáculos al comercio, y la social que abogaba por extender el
compromiso a las condiciones sociales. En estas condiciones se firma en 1957 el Tratado de Roma.
En 1957 son seis los firmantes del Tratado de Roma: Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Holanda y
Luxemburgo. En 1973 nace la Europa de los nueve, al firmar el Tratado de Roma Inglaterra, Irlanda y
Dinamarca. En 1981 firma el Tratado de Roma Grecia, naciendo así la Europa de los diez.
En 1986 firman el Tratado de Roma España y Portugal, naciendo así laEuropa de los doce.
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c
Los objetivos
Los objetivos que se plantea el Tratado de Roma afectan a diversos ámbitos. Se establece un
arancel común, el objetivo fundamental es la libre circulación de mercancías, uno de los ejes básicos
de la creación de la Comunidad Económica Europea.
Otro asunto es el de la libre circulación de personas y servicios. Para ello es necesario armonizar la
política social de todos los países.
La libre circulación de capitales es uno de los objetivos fundamentales de la Unión Europea, ya que
para algunos es el núcleo clave de la misma.
También se determinan en los tratados cómo ha de ser la política comunitaria en los diferentes
sectores. La política agraria común es de vital importancia, sobre todo, para los miembros del sur. En
cuanto a la política de transportes el objetivo es la creación de una red densa que permita integración
del mercado y la eliminación de obstáculos administrativos. Lapolítica comercial está dirigida por la
existencia de un arancel exterior común y la defensa de la OMC. La política social es vital para no
crear desigualdades entre los países miembros. También ha traído muchas tensiones la política
monetaria. Esta política se traduce en el sistema monetario europeo y el ECU. También se lleva
una política común en investigación y desarrollo tecnológico.
Las instituciones
El Consejo de Ministros, que tiene un representante del gobierno de cada país. Es el encargado de
coordinar las políticas económicas, adoptar los reglamentos de la comunidad y de tomar decisiones.
La Comisión Europea es un órgano independiente que vela por el interés general de la comunidad.
El Tribunal de Justicia es el órgano que resuelve los litigios entre Estados y entre los órganos de la
comunidad.
Esencialmente es igual que el Tratado de Roma pero modifica alguno de sus objetivos y amplía
otros.
La ciudadanía europea es una ampliación del derecho a la libre circulación e implica la facultad de
ejercer los derechos civiles en cualquier país de la Unión.
Otro de los objetivos del nuevo tratado es la ampliación de las competencias de las instituciones.
El objetivo a medio plazo más transcendente es la unión monetaria. Este es el punto clave del
tratado, ya que exige una estabilidad económica y monetaria en cada país, así como de su industria, el
control de la inflación y el gasto público. Se trata de hacer un mercado regional efectivo, con una
moneda única: el euro. El euro entró en vigor el 1-1-1999.
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Tras la última ampliación de la Unión Europea, en el 2004 se abordó una reelaboración muy
ambiciosa de todo el tratado, con bases nuevas y conceptos novedosos: el «Tratado por el que se
establece una Constitución para Europa», pero en su proceso de aprobación recibió el rechazo, en
referéndum, de Francia y Holanda, con lo que se hubo de abandonar a la espera de un momento
mejor.
Sin embargo el Tratado de la Unión seguía siendo insuficiente, por lo que en Lisboa el 13 de
diciembre del 2007 se firmó un nuevo tratado.
En conclusión es una constitución que se pretende para unificar las economías de varios países, y
hacer frente a la globalización, con un sistema jurídico-político-económico novedoso.
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I. Conjunto de instituciones, fuerzas, estructuras, relaciones, grupos y procesos, por los cuales y a
través de los cuales se genera, se distribuye, se usa y se modifica el poder político en una sociedad y
fase histórica determinadas.
La realidad y el concepto de sistema político implica, por una parte, la estrecha interdependencia, la
red de vinculaciones recíprocas y de mutuas influencias, de todos los componentes fundamentales del
sistema, y su constitución como conjuntos coherentes y articulados, como instancia política. Esta se
presenta como esfera separada de la sociedad, colocada sobre ésta y en relación de supremacía
respecto a ella. Por otra parte, existe una red de interrelaciones entre la instancia política organizada
en sistema, y las principales fuerzas, estructuras y procesos (tecnológicos, económicos, sociales,
culturales ideológicos internacionales, etc.) de la sociedad civil.
II. Históricamente y en el presente se han dado y se siguen dando una gran variedad de sistemas
políticos, que pueden ser tipificados analizados y evaluados según diferentes criterios y sus
combinaciones Las principales dimensiones criterio son:
1) Relaciones entre instancia política y Estado, por una parte, y la sociedad civil, por la otra.
cXè
2) Relaciones entre Estado y derecho, el primero como formador y aplicador del segundo, éste con
papel cambiante de la organización y funcionamiento del primero.
3) Formas organizativas del Estado, con referencia a sus estructuras y órganos, y a sus relaciones
entre si y con la población nacional. Ellas se despliegan a través de una enorme multiplicidad, tanto
histórica como contemporánea, la cual deriva de los impactos e influjos del ambiente natural, de los
antecedentes y fases previas de evolución, de las tradiciones, costumbres y especificaciones
nacionales, del grado de desarrollo, de la tecnología, de las estructuras económicas y sociales (en
especial la estratificación y la movilidad), de la cultura y las ideologías, de las relaciones con el
exterior, del grado de dependencia respecto al sistema internacional. Etc.
En particular, las formas organizativas del Estado se despliegan y especifican a través de las formas
del gobierno, del régimen político, del orden estatal, del poder estatal.
4) Las formas de gobierno corresponden a diferentes modos de asignación de la autoridad suprema
como jefatura del Estado en favor de órganos determinados. De allí los tipos de monarquía y de
democracia, de colegialidad o unipersonalidad.
5) Las formas del régimen político corresponden a los distintos tipos de relaciones que pueden
establecerse entre el aparato estatal y la población nacional. De allí, por una parte, la democracia, sus
diferentes elementos, grados y variedades; sus alternativas como formal y real, directa y
representativa, económica y social o sólo política. burguesa o socialista; y sus posibles combinaciones.
Por otra parte, los autoritarismos, la autocracia como su extremo, y sus manifestaciones de izquierda y
de derecha.
6) Las formas del orden estatal surgen de las distintas relaciones que pueden establecerse entre los
órganos centrales del aparato estatal y los otros; es decir, la mayor o menor centralización, tanto
desde el punto de vista funcional como espacial. A ello corresponden por una parte los sistemas de
confederación, federación, unitarismo; y por la otra, los de autonomía municipal y regional, de
cogestión y autogestión. Los intentos y perspectivas de cooperación e integración supranacionales,
como los intentados en Europa Occidental, aunque fenómenos apenas emergentes, se insertan en
este nivel de la problemática del sistema político.
7) Las formas del poder estatal se manifiestan según diferentes tipos y grados de poderes para el
dictado, la adopción. la aplicación y el control de las normas jurídicas. A ello corresponde la
problemática político-jurídica de los poderes legislativo, ejecutivo-administrativo, judicial; sus
divisiones, relaciones y equilibrios; los regímenes presidencialista, parlamentario, o convencional y
unidad de lo legislativo y ejecutivo (Revolución Francesa).
'
cXÎ
II. Aunque los derechos humanos, en su problemática filosófica, religiosa, política y social, han sido
una preocupación desde tiempos remotos en el devenir histórico de la humanidad, su reconocimiento
jurídico constituye un fenómeno relativamente más reciente, producto de un lento y penoso proceso de
formulación normativa que ha atravesado por diversas etapas.
En efecto, inquietudes metajurídicas las encontramos en antecedentes remotos tales como los Diez
Mandamientos de Moisés, el Código de Hammurabi y las Leyes de Solón.
Por lo que hace a las formulaciones normativas, una primera etapa se inicia en la Edad Media con el
reconocimiento de ciertos derechos a quienes formaban parte de un grupo o estamento social, y
revestían la forma de pactos, fueros, contratos o cartas, entre los que cabe mencionar el Pacto o Fuero
de León de 1188, el Fuero de Cuenca, de 1189 y la Carta Magna inglesa, de 1215, la que inicia una
serie de documentos que irán generalizando el reconocimiento de derechos y libertades a todo el
pueblo inglés, hasta llegar al Bill of Rights, de 1689.
La experiencia jurídica inglesa se ve prolongada, de manera especialmente relevante para el
progresivo desarrollo de los derechos humanos, en las colonias americanas. Así, tanto a través de las
declaraciones de derechos de los nuevos Estados de la Unión Americana, especialmente la del Estado
de Virginia, de 1776, la cual fue incorporada al texto de la Constitución del 17 de septiembre de 1787,
como por medio de la clásica y trascendental Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, de 1789, incorporada a la Constitución del 3 de septiembre de 1791, habría de iniciarse
una nueva etapa en el proceso de positivación de los derechos humanos.
Esta etapa se caracteriza por el reconocimiento de los derechos humanos de orientación liberal e
individualista, y por su incorporación a la gran mayoría de las constituciones de los Estados
democrático-liberales, y habría de prolongarse hasta principios de nuestro siglo.
A partir de 1917, con la promulgación de la C mexicana de dicho año, arrancaría la etapa actual de la
evolución de los derechos humanos, la cual es, por un lado, la de la reivindicación de los derechos
sociales, lato sensu, y de su consagración constitucional, y, por el otro, la de la internacionalización, a
partir de 1945, tanto de los derechos civiles y políticos tradicionales como de los derechos
económicos, sociales y culturales, de más reciente reivindicación.
En cuanto a la protección internacional de los derechos humanos, cabe subrayar que si bien durante
largo tiempo prevaleció el principio de que el Estado ejercía sobre los nacionales y sus derechos
cX
competencias de carácter exclusivo, más tarde la comunidad internacional admitiría que, en virtud de
que los derechos humanos no deberían quedar por más tiempo sujetos a fronteras territoriales,
raciales o culturales, ni a regímenes políticos determinados, su protección jurídica por parte de la
sociedad internacional organizada se hacía imprescindible. Así, tal protección revistió primero la forma
de intervenciones llamadas ''humanitarias'', las cuales dieron pábulo a la perpetración de innumerables
abusos por parte de las potencias ''protectoras''. Después, y paulatinamente hasta nuestros días, la
protección internacional de los derechos humanos se institucionaliza a través de mecanismos o
sistemas de protección establecidos por vía convencional, los cuales incluyen recursos,
procedimientos y órganos destinados a controlar el cumplimiento de los compromisos contraídos por
los Estados en esta materia.
III. La noción de los derechos humanos es en gran parte, según lo acabamos de ver, producto de la
historia y de la civilización y, por tanto, sujeta a evolución y modificación.
De hecho, también la concepción de los derechos humanos ha conocido varias etapas. Así, el
concepto de los derechos humanos fue en su origen un concepto político que se traducía en el respeto
por parte del Estado de una esfera de libertad y autonomía de la persona humana. En otros términos,
el Estado estaba obligado a no intervenir en esta esfera de los ''derechos civiles'', o sea, de los
derechos que miran a la protección de la vida, libertad, seguridad e integridad física y moral de la
persona humana. Estos derechos provienen, en su conjunto, de una concepción individualista.
En la etapa siguiente, el hombre no está opuesto ya al Estado, sino que participa en la estructuración
política de la sociedad a que pertenece, ejerciendo sus derechos políticos dentro del Estado.
Finalmente la aparición de la noción de derechos económicos, sociales y culturales formando una
categoría distinta, es un fenómeno más reciente. El goce efectivo de estos derechos debe ser
asegurado por el Estado o por su intermediación. En esta perspectiva, el Estado es el promotor y
garante del bienestar económico y social. Mientras que con anterioridad el Estado representaba ante
todo la autoridad responsable de la protección y del mantenimiento del orden público y de la seguridad
de todos, el Estado moderno es, o debería ser, un instrumento al servicio de todas las personas que
dependan de su jurisdicción, que les permita el pleno desarrollo de sus facultades tanto a nivel
individual como colectivo.
El papel del Estado en materia de derechos humanos, por lo tanto, también ha evolucionado
considerablemente; y hay que percatarse bien que esta ampliación de su función no se refiere
solamente a los derechos económicos, sociales y culturales, sino al conjunto de los derechos
humanos, en la medida en que los poderes públicos tienen también el deber de asegurar los derechos
cXX
civiles y políticos contra todo ataque o conculcación por parte de aquellos sectores sociales que
disponen de un mayor poder económico, tecnológico o científico.
Desde el punto de vista del objeto y contenido de los derechos humanos, éstos comprenden tres
grandes tipos o grupos de derechos expresa y generalmente reconocidos por las constituciones de la
gran mayoría de países, así como por los más importantes instrumentos internacionales de carácter
general sobre la materia. Tales grupos son: uno, los derechos civiles; dos, los derechos políticos; y,
tres, los derechos económicos, sociales y culturales.
La mayoría de las constituciones de los países occidentales reconocen los derechos humanos bajo la
forma de un catálogo o una declaración de los derechos y libertades fundamentales de la persona
humana, si bien agrupan a éstos bajo rubros que ostentan distintas denominaciones como p.e.
''Declaración de Derechos'', ''Garantías Individuales'', ''Derechos del Pueblo'', ''Derechos Individuales''.
Como parte integrante de tales catálogos o declaraciones de los derechos humanos deben quedar
comprendidos, desde luego, todos aquellos recursos, mecanismos o procedimientos previstos para la
defensa de los derechos humanos. Entre los mismos cabría citar, p.e., el habeas corpus, el amparo, el
mandato de segurança, el ombudsman, el defensor del pueblo, etc.
El catálogo de los derechos humanos que incluye la C mexicana es muy amplio. Abarca una cuarta
parte (34 aa.) del articulado total (136) de que consta el texto constitucional. Comprende los tres tipos
o grupos de derechos a que antes nos hemos referido, «i.e.» , los derechos civiles (tít. I, c. I, «aa.» 1, 2
y 4 a 24); los derechos políticos (tít. I. c. IV, «a.» 35); los derechos económicos, sociales y culturales
(tít. I, c. I, «aa.» 3, 27 y 28, y «tít.» VI, «a.» 123); además del recurso de ''amparo'' previsto para la
defensa de los derechos reconocidos (tít. III, c. IV, «aa.» 103, «fr.» I, y 107).
Por otra parte, esta expresión refleja la nueva noción pluridimensional y omnicomprensiva, de los
derechos y libertades de la persona humana, y corresponde al concepto y terminología que orientan el
proceso normativo e institucional en materia de protección de los derechos humanos en el orden
internacional, especialmente a raíz de la adopción de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre y de la Declaración Universal de Derechos Humanos, ambas de 1948, y, más
tarde, con la firma y ratificación del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos,
de 1950, de los Pactos Internacionales de Naciones Unidas sobre derechos humanos, uno sobre los
derechos civiles y políticos y otro sobre los derechos económicos, sociales y culturales, ambos de
1966, así como de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa
Rica, de 1969.
Estos instrumentos internacionales de carácter general, que representan la acción reciente en favor
de la promoción y la protección de los derechos humanos adoptan dos procedimientos distintos de
enumeración de los derechos que consignan; o sea, uno que hace una enumeración exhaustiva de los
cX
derechos tanto civiles y políticos como económicos, sociales y culturales (caso de las dos
declaraciones antes mencionadas); y otro, que trata separadamente los derechos en cuestión (caso de
los dos pactos y de las dos convenciones regionales también antes citados).
En cuanto a los mecanismos de control del cumplimiento, por parte de los Estados, de su obligación o
compromiso de respetar los derechos humanos de toda persona sujeta a su jurisdicción, a nivel
universal los pactos únicamente prevén un procedimiento de informes periódicos ante un Comité de
Derechos Humanos, y sólo el Protocolo facultativo del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y
Políticos contempla la admisión de comunicaciones, es decir, denuncias o quejas individuales,
mientras que, a nivel regional, las dos convenciones citadas instituyen comisiones y cortes de
derechos humanos ante las cuales los Estados tienen acceso directo, en tanto que el individuo sólo
puede acceder directamente ante dichas comisiones.
Ê #
naturale... Est etiam jus positivum sive expositum [léase: positum] ab homine, ut sunt leges seculares
et constitutiones eclesisticae'' (Las especies del derecho son más bien dos. Sin duda, el derecho
natural... además, el derecho positivo o derecho puesto por el hombre, como son las leyes seculares y
las constituciones eclesiásticas) (v. K. Kantorowicz). El término iustitia positiva es usado
frecuentemente; un ejemplo: Ugo San Vittore, término que opone a iustitia naturalis (N. Bobbio, K.
Olivecrona, S. Gagnér).
Los romanos no usaron la expresión ius positivum; no la necesitaron. La idea de un ius positum se
encuentra incluida en la noción de ius civile: ''... quod quisque populus ipse sibi ius constituit, id ipsius
proprium civitatis est vocaturque ius civilis'' (Inst. Jus., I, 2, 1) Una idea similar cabía en la noción
griega de dikaion politikon que corresponde a ius civile.
''Ius positivum'' no necesita ser un acto de legislación, pero debe necesariamente ser establecido por
actos humanos: sentencias judiciales, hechos de la costumbre, etc. Éste puede decirse, es el sentido
general de ''derecho positivo''. En contraposición ''derecho natural'' generalmente significa ''derecho
que no ha sido puesto'' (K. Olivecrona). Es en este sentido en que ius naturale se opone a ius civile:
''Sed naturalia quidem iura, quae apud omnes gentes peraeque servantur... semper firma atque
immutabilia permanente'' (pero los derechos naturales, que son observados igualmente por todos los
pueblos [gentes] ... se mantienen siempre fijos e inmutables, Inst Just., I, 2, 11).
II. De lo anterior se sigue que la fórmula ''derecho positivo'' designa a los preceptos establecidos de un
cierto modo. Su forma de creación los distingue de cualquier otro sistema normativo de premisas
metafísicas o místicas. El acto de creación (o modificación) admite vatios modelos; lo importante es
que esta creación o modificación normativas sean resultado de hechos sociales públicamente
observables.
Consistentemente con lo anterior los juristas (iusnaturalistas o positivistas) usan la expresión
''derecho positivo'' para referirse a un derecho puesto (gesetzt) o establecido por actos humanos en
una determinada comunidad. De esta forma, el derecho positivo se opone a un ''derecho'' no puesto
por actos humanos; se contrapone a un derecho ideal aspirado o supuesto. Contrariamente a la idea
del derecho natural, considerado atemporal y universal, el derecho positivo es siempre el derecho de
determinada comunidad histórica (Roma, Bizancio, Inglaterra).
Por otro lado, la expresión ''derecho positivo'' significa ''derecho existente'' e implica que el objeto al
que se refiere realmente existe (como derecho), que opera, que es efectivamente seguido por súbditos
y aplicado por funcionarios. En este sentido el derecho positivo se opone al ''derecho'' que no existe
(que dejo de existir o que nunca existió), se opone al ''derecho'' derogado, así como al ''derecho'' que
cX
deja de ser eficaz y pierde validez (desaparece); en particular, se contrapone al material legislado que
es sustituido por práctica o costumbre en contrario. Derecho positivo contrasta, en este sentido con los
textos que no son efectivamente seguidos o aplicados, contrasta con el ''derecho'' qua no es más que
una ''hoja de papel''.
De lo anterior se desprende que el derecho positivo requiere de dos condiciones que son, en cierto
modo, condiciones empíricas, a saber: (1) que haya sido puesto p.e., por actos legislativos o por los
hechos de la costumbre) y (2) que sea eficaz («i.e.» que no haya caldo en desuso) (Kelsen).
''Derecho positivo'', por otro lado, nombra el objeto de reflexión del positivismo jurídico y su sola
mención presupone un enfoque particular hada el derecho. Este enfoque concede importancia
sustancial al carácter fáctico del derecho (rechazando cualquier reflexión trascendente o metafísica) en
la identificación del derecho.
III. Derecho positivo y positivismo. El significado de ''derecho positivo'' se vio alterado con el
advenimiento del positivismo (v. infra). Su aparición fue consecuencia natural de la evolución del
pensamiento (surgimiento del empirismo, decaimiento de la religiosidad, etc.), y la vulnerabilidad de la
doctrina del derecho natural. Ésta había estado expuesta a críticas constantes en muchos de sus
aspectos. Particularmente vulnerable había sido el fundamento de su validez. Cuando este aspecto es
rechazado por sus críticos, la conclusión obvia parece ser que sólo el derecho positivo es realmente
derecho. Por ello sostiene K. Bergbohm ''Alles Rech ist positiv, alles Recht ist 'gesetzt' und nur
positives Recht ist Recht'' (''Todo derecho es positivo todo derecho es 'puesto' y sólo el derecho
positivo es derecho''). La innovación producida por el positivismo no fue producto de una amplia y
detallada revisión del concepto de derecho positivo. La innovación más bien consistió en la exclusión
del derecho natural y la restricción del campo de la ciencia jurídica únicamente al estudio del derecho
positivo (R. Ago, K. Olivecrona).
Y así el campeón del Positivismo inglés, John Austin (1790-1859), comienza sus Lectures on
Jurisprudence con la frase: ''The matter of Jurisprudence is positive law'' (''El objeto de la ciencia del
derecho es el derecho positivo''). El célebre jurista francés Carré de Malberg (1861-1935), en el mismo
sentido, sostiene: ''la science juridique se trouve toujours ramené á ne connaítre que du droit positif...
elle répugne a l idée du droit incréé...'' (la ciencia jurídica se encuentra siempre constreñida a no
conocer que al derecho positivo... le repugna la idea de un derecho increado'', Bergbohm, por su parte,
enfáticamente señala: ''Positives Recht sein und auf geschichtlichen Wege ins Dasein als verbindliche
Regel gesetzt sein, ist schlechthin ein und desselbe'' (''Ser derecho positivo y ser creado en forma
histórica como norma [Regel] obligatoria puesta es, en realidad, uno y lo mismo'').
cX
Derecho positivo deviene, así, una expresión que se aplica a todo derecho existente, a toda forma de
derecho dada en la historia. El positivismo niega que un orden jurídico históricamente existente pueda
contener un precepto que no hubiera sido creado mediante una forma públicamente reconocida, es
decir, por una instancia de dicho orden.
El carácter histórico del derecho positivo se explica diciendo que la condición de existencia de una
norma de derecho positivo reside en que su carácter jurídico le es atribuido por un poder competente
(kompetente rechtbildende Macht), utilizando un procedimiento apto para la creación de normas
jurídicas, procedimiento que, en tanto tal, pertenece a la historia y constituye la fuente formal de la
norma en cuestión (K. Bergbhom).
De esta forma, el derecho positivo es para el positivismo el conjunto de normas jurídicas que pueden
referirse, de alguna manera, a una fuente, es decir, que son producidas por hechos normativos
(Bobbio): un poder normativo creador, una potestad creadora: ''...ab aliquo principio extrinseco habente
potestatem...'' (Suárez).
De allí que el concepto de ''fuente'' del derecho adquiera importancia enorme que en ocasiones, ha
sido exagerada por algunos autores que quieren encontrar las características del derecho sólo en su
origen o forma de creación.
IV. Condiciones de existencia (o positividad). El derecho positivo no es tal sólo por el hecho de que
haya sido puesto por medio de una fuente apropiada (mediante un principio extrinseco habente
potestatem); es necesario, además, que sea efectivamente aplicado y observado; necesita existir
como derecho. En esto reside su carácter de histórico: ser el derecho de determinada comunidad. De
esta forma, el derecho positivo no es sólo aquel creado por una determinada instancia, sino el
realmente aplicado y observado (Capitant, G. Jeze, G. del Vecchio, M. Waline). Por ello en Austin se
observa que entre las condiciones de existencia del derecho se encuentra la obediencia habitual.
Radbruch, por su parte, piensa en la eficacia (Wirksamkeit) del derecho como ''...seine Fähigkeit, sich
in grösserem oder geringerem Grade Geofolgschaft des Rechtsadressanten zu verschaffen''
(''...aquella capacidad, de los creadores del derecho de procurarse, en mayor o menor grado,
seguidores''). Por ello distingue entre positividad, entendida como efectividad que llama ''validez en
sentido sociológico'' (''Rechtsgeltung in ihrer soziologischen Bedeutung) y la validez (Geltung) en
sentido normativo que, para Radbruch, corresponde a la obligatoriedad (Verbindlichkeit). Distinción
que ''crea'' un genero intermedio: un derecho establecido, pero no observado... (!). Este género
intermedio aparece, también, en la distinción entre derecho vigente (formalmente válido) y derecho
positivo (el efectivamente seguido y aplicado (García Máynez).
c
V. Con el rechazo del derecho natural el enfoque del derecho fue radicalmente alterado. El problema
de la ciencia jurídica consiste ahora en describir el derecho positivo; surge así la ciencia del derecho
positivo. Esta ''ciencia'' siguió diferentes líneas de desarrollo. Como el pensamiento filosófico y las
condiciones políticas (reformas, codificación, etc.), se manifestaban de forma sustancialmente
diferente en Inglaterra, Alemania y Francia, la ciencia del derecho positivo tomó direcciones distintas
en esos países. Podrían claramente distinguirse tres distintas tendencias igualmente influyentes en el
pensamiento jurídico posterior: (1) el positivismo empírico o naturalista, fundamentalmente ingles; (2)
el positivismo idealista, representado básicamente por la ciencia jurídica alemana y (3) el positivismo
legalista o exegético, manifiesto en la tradición francesa. A estas tres direcciones habría que agregar el
positivismo que subyace, necesariamente, en la jurisprudencia dogmática al describir cualquier
derecho histórico (nacional o internacional): en toda descripción dogmática existe siempre un enfoque
positivista (Alchourron y Bulygin, Nino, Tamayo).
En la literatura contemporánea la expresión ''positivismo jurídico'' (legal positivism,
Rechtspositivismus, positivismo giuridico) es usada con mucha mayor frecuencia; ha llegado a ser uno
de los términos más comunes del vocabulario jurídico. Desafortunadamente, el sentido y alcance dado
al positivismo por sus diferentes adeptos difiere, varia. Esto altera el significado original de ''derecho
positivo''.
No es difícil percatarse qué tanta confusión se ha creado con el uso de la expresión ''derecho
positivo'', al sustituirse la unidad mantenida durante largo tiempo. Esta confusión dificulta la
comprensión del concepto de derecho positivo y de los presupuestos y alcances del positivismo.
Parece que es en la literatura alemana donde, tarde en el siglo XIX, comienza a hablarse de
positivismo jurídico. Gierke en 1883 usa positivismus por primera vez en una lección inaugural
(Naturrecht und deutsches Recht) para referirse a una teoría del derecho (Olivecrona). Casi un siglo
antes, en 1798, Gustav Hugo utiliza la expresión Philosophie des positiven Rech, expresión que
adopta John Austin en sus Lectures (R. Ago, K. Olivecrona). La gran ambición de los juristas de la
época es la introducción y mantenimiento de un patrón ''científico'' en sus obras. Esto implica, primero
cc
y sobre todo, la exclusión de toda especulación sobre el derecho natural. La única verdadera ciencia
jurídica era die Wissenschaft vom positiven Recht (K. Olivecrona).
No obstante muchas diferencias en sus teorías, era opinión común entre los grandes juristas
alemanes de la segunda mitad del siglo XIX, la idea de que sólo el derecho positivo era el objeto
legítimo de la ciencia del derecho. B. Windscheid, R. von Ihering, K. Binding, A. Thon, E. Zitelmann, A.
Markel, H. Dernburg, K. Bergbhom, etc., son llamados ''positivistas'' en este sentido. Kelsen continúa
esta tradición. Desde los Hauptprobleme (1911) considera evidente que la ciencia jurídica sólo puede
ser ciencia del derecho positivo. La ciencia del derecho tiene que describir su objeto, «i.e.» , la realidad
jurídica manifiesta en su fenómeno que generalmente se designa como la positividad del derecho. ''El
objeto específico de la ciencia jurídica es el derecho positivo o real, en contraposición con un derecho
ideal, el fin de la política. La teoría del derecho rehusa a ser una metafísica del derecho... al igual que
la teoría de John Austin, la Teoría pura busca alcanzar exclusivamente sus resultados mediante el
análisis del derecho positivo. Cada afirmación hecha por la ciencia del derecho tiene que basarse en
un orden jurídico positivo''.
De esta forma, ''derecho positivo'' significa ''experiencia jurídica'', ''realidad jurídica'', cuyo carácter
empírico, lo distingue de la metafísica jurídica.
La afirmación de que el objeto de la ciencia del derecho es el derecho positivo contiene un aserto
negativo: el derecho natural no pertenece a su campo de explicación. El aserto positivo implicado
afirma que para el positivismo el derecho positivo es considerado el derecho puesto (gesetztes Recht):
creado por actos y procedimientos de los órganos jurídicos apropiados. Rechtspositivismus significa
fundamentalmente un punto de vista sobre la naturaleza del derecho: todo derecho es positivo en el
sentido que ha sido puesto (gesetzt) por una autoridad creadora del derecho (ein kompetente
rechtbildende Macht). El corolario de este enfoque afecta al objeto de la ciencia jurídica: el objeto
legítimo de esta disciplina sólo puede ser el derecho positivo (R. Ago K. Olivecrona): ''derecho positivo''
y ''objeto de la ciencia del derecho'' son expresiones equivalentes.
En la literatura reciente, opositores del positivismo lo califican (o lo entienden) como legalismo
(gesetze Positivismus). Esto no es sino una visión bastante naíve o una caricatura del positivismo (en
ocasiones dirigida a los excesos de la Escuela de la Exégesis) ''Derecho positivo'' no significa
''legislación'', ni ''derecho legislado''; éste, si es el caso (si satisface el criterio de existencia «i.e.» su
positividad), no es sino parte del derecho positivo. El derecho creado por el juez, las decisiones
administrativas, los tratados internacionales son, también, parte de la experiencia jurídica al igual que
el derecho consuetudinario (Gewohnheistrecht). Para el positivismo no existe la ecuación entre
disposiciones de un código y derecho positivo. Por el contrario, puede ocurrir que las disposiciones de
un texto, no sean sino hojas de papel que nada tengan que ver con la experiencia jurídica.
cè
VI. Al lado de este significado de ''positivismo'' (y del de ''derecho positivo'' que de él se sigue), un
nuevo significado, tomado del positivismo filosófico, es introducido: la ciencia tiene que ver sólo con
fenómenos observables. Dentro de este sentido de positivismo es característica de la ciencia
abstenerse de hacer valoraciones; la ciencia debe ser bewetungfrei o wertblind (K. Olivecrona). En
este sentido Austin señala: ''La jurisprudencia [la ciencia del derecho] se ocupa... (1) del derecho
positivo... [con independencia] de que merezca elogio o reprobación o se conforme o no a un
pretendido patrón o medida''. Enfáticamente añade: ''la jurisprudencia se ocupa del derecho tal y como
es, más que del derecho que debiera ser. Keslsen afirma algo similar: ''...la teoría [pura] ... intenta dar
respuesta a la pregunta de que cosa es y cómo es el derecho... no a la pregunta de cómo debe ser o
debiera ser hecho''. No obstante, ciertos antecedentes, este principio de neutralidad valorativa
pertenece al presente siglo (K. Olivecrona).
Es importante señalar que (salvo algunos autores) el derecho positivo no se agota en el voluntarismo,
en el sentido de que una norma puesta sea necesariamente el contenido de un acto de voluntad de un
individuo en particular. Los procesos de creación del derecho no son (o no sólo) la manifestación de
una voluntad psicológica. Por otro lado, no todo positivismo acepta la teoría voluntarista (propia de la
noción de ''derecho positivo'' de la doctrina del derecho natural), p.e., Hägerström, cuyo positivismo es
valorativamente neutro, pero no acepta la teoría voluntarista (K. Olivecrona).
Dentro de la tradición del Common Law persistentemente se sostiene que un rasgo característico del
positivismo reside en la separación de derecho y moral (T. Hobbes, J. Austin, J. Bentham). La
separación del derecho de otros sistemas normativos se encuentra también en H. Kelsen, H.L.A. Hart
y A. Ross, los actuales líderes del positivismo jurídico. Esta última tesis, se asocia con la idea de que
el conocimiento de los valores es imposible o irracional. El criterio del positivismo jurídico, al respecto,
se basa en la teoría no cognotivista de los valores.
Como hemos visto, el significado de ''positivismo jurídico'' deriva de dos fuentes diferentes: el
significado alemán tradicional proviene de positives Recht, ''derecho establecido'', el otro es tomado
del positivismo filosófico. En el primero de los casos el concepto de derecho positivo presupone una
teoría sobre la naturaleza del derecho; en el segundo, presupone un enfoque filosófico particular hacia
el derecho (K. Olivecrona).
VII. Positivismo filosófico. El problema se complica toda vez que en la filosofía general ''positivismo''
tiene varios significados. Originalmente fue aplicado a la filosofía de Auguste Compte; su principio
fundamental: la ciencia debe basarse en la observación, puesto que ésta es la fuente del
conocimiento. Compte nunca habló de la ciencia jurídica. Es claro que el positivismo alemán del siglo
cÎ
XIX no tiene ninguna conexión con la filosofía de Compte. Bentham le precede por medio siglo y los
trabajos de John Austin no muestran ninguna huella de él. De ahí que el positivismo jurídico y el
significado de ''derecho positivo'' debe ser separado del positivismo filosófico de Compte. Las ideas de
Compte fueron desarrolladas por León Duguit. Sin embargo, León Duguit no es un jurista positivista en
el sentido original del término. Duguit formula una especie de doctrina de derecho natural basada en el
principio de solidaridad social (C.K. Allen).
En un sentido más general ''positivismo filosófico'' es una denominación bastante vaga que se aplica
a las teorías filosóficas empiricistas que manifiestan aversión hacia las especulaciones metafísicas.
Esta es una característica de las teorías que excluyen la valoración del campo de la ciencia.
En dos pasajes en danés, difundidos en lengua vernácula por Karl Olivecrona, Alf Ross explica que la
expresión, ''positivismo jurídico'' ha tenido un uso amplio e indiscriminado y se aplica a toda filosofía o
teoría jurídicas basadas en principios epistemológicos empiricistas y antimetafísicos.
En este orden de ideas resulta que ''derecho positivo'' no indica sino una parte de la experiencia
(empírica). En el otro pasaje Ross se refiere al positivismo jurídico en un sentido más estricto, más
propio de la tradición jurídica: explica que la expresión ''positivismo jurídico'' es usado para designar la
idea de que el orden jurídico («i.e.» el derecho positivo) es un ''hecho empírico social''.
De todo lo expuesto resulta que los diferentes significados de ''positivismo jurídico'' pueden ser
estudiados como derivados de ''positivo'' en ''derecho positivo'' o derivado del sentido de ''positivismo''
dentro del positivismo filosófico. La mejor solución a los problemas terminológicos parece ser el de
mantener la expresión ''positivismo jurídico'' conforme a su sentido original del alemán
Rechtspositivismus (K. Olivecrona).
VIII. El concepto de derecho positivo no es invención del positivismo; aparece en la teoría tradicional:
el derecho positivo es el dictado por la autoridad civil. Grocio (1585-1645) explica el las positivum
[civile], al que llama ius voluntarium en los siguientes términos ''... ius civile est quid a potestate civile
profiscitur. Potestas civilis est, quae civitati praeest...'' (...''el derecho civil [positivo] es el que depende
de la potestad estatal. La potestad estatal es la que conduce a la comunidad...'' (De iure belli ac pacis,
1, 1, 13). Pufendorf (1632-1694), en ese mismo sentido, señala que el derecho positivo es establecido
por el soberano, «i.e.» por aquel que tiene la potestas obligationem alteri iniungendi (la potestad de
imponer obligaciones a los otros) (De iure naturae et gentium, 1.6.11).
El concepto de derecho positivo admitido por el positivismo no es, en su origen, radicalmente
diferente al que manejaba la teoría tradicional. La diferencia estriba, más bien, en los alcances del
concepto tradicional de derecho positivo. El voluntarismo de la doctrina tradicional en vez de indicar un
derecho creado por actos humanos, apunta a la voluntad de los órganos del Estado, a la voluntad
c
psicológica de aquellos que gobiernan y adscribe con ello, un carácter maligno al derecho positivo,
carácter que es blanco de los opositores, los cuales ven en el positivismo una doctrina que legitima o
pretende legitimar el poder político establecido. Sin embargo, debe observarse que, por un lado, el
''soberano'' o el ''Estado'' en la teoría positivista del derecho no es sino una entidad jurídica o la
representación del orden jurídico de la comunidad y no prejuzga sobre como surge el poder, ni quien
deba ejercerlo. Por otro lado, describir y explicar el derecho que existe en determinada comunidad
histórica, no significa legitimarlo o aceptarlo.
Sobre este particular, dice J. Raz, que la naturaleza perenne e inexhaustible de la controversia con
respecto al análisis positivista del derecho se debe, en no poca medida, al elusivo significado de
''positivismo'' en la filosofía jurídica. (Ciertamente, esta bien establecido que el positivismo jurídico es
esencialmente independiente -aunque no separado- del positivismo de la filosofía del siglo XIX y del
positivismo lógico del presente siglo). Sin embargo, las grandes variaciones entre las diferentes teorías
positivistas y la extensa variedad de motivaciones filosóficas que penetran la obra de los opositores
que deforman (o caricaturizan) el derecho positivo, incrementan la dificultad del problema.
Por ello, señala el mismo Raz, la forma más sencilla de abordar la cuestión del positivismo jurídico es
a través de las tesis particulares que ésta presupone. Tres áreas de discusión han estado en el centro
de la cuestión: la identificación del derecho, su valor moral y el significado de sus términos básicos; las
cuales denomina ''la tesis social'', ''la tesis moral'' y ''la tesis semántica'' respectivamente.
En términos generales, la tesis social del enfoque positivista es que lo que es y lo que no es derecho
es una cuestión de hechos sociales (esto es, la variedad de las tesis sostenidas por los positivistas son
diversos refinamientos y elaboraciones de esta formulación).
La tesis moral es que el valor moral del derecho (tanto de una disposición jurídica particular como de
todo un orden jurídico), o el mérito moral que éste tenga, es una cuestión contingente que depende del
contenido del derecho y de circunstancias de la sociedad a la cual se aplica.
La tesis semántica es una tesis negativa, a saber: los términos o predicados normativos (p.e.
''derecho'', ''deber'', ''responsabilidad'') no pueden ser usados con el mismo significado en el contexto
jurídico y en el contexto moral.
De todas, señala J. Raz, la tesis social es la mas fundamental. Ella es, también responsable del
nombre ''positivismo'' el cual indica la idea de que el derecho es puesto, de que es hecho derecho por
la actividad de seres humanos. Frecuentemente se piensa que la tesis social necesita de las tesis
moral y semántica. El argumento es el siguiente: puesto que en virtud de la tesis social, lo que es
derecho es una cuestión de hechos sociales y la identificación del derecho no supone argumentos
morales, entonces se sigue, que la conformidad con valores o ideas morales no es condición para que
algo sea derecho o jurídicamente obligatorio. De esta forma, la conformidad del derecho con valores e
cX
IX. El concepto de derecho positivo presupone la idea de que ''validez'' significa ''existencia'' (la
''peculiar existencia del derecho''); los hechos que crean o aplican el derecho que existe (nacional o
internacional) son hechos sociales, históricos, empíricamente verificables.
Aunque la expresión ''derecho positivo'' puede tener significados diversos (especialmente los
asignados por la crítica exacerbada o fanática de algunos opositores) esta expresión, tanto en su uso
originario como dentro de las diferentes corrientes del positivismo, tiene un núcleo más o menos
estable que puede caracterizarse así: el derecho positivo es el derecho ''propiamente hablando'', el
derecho puesto (laid down) por instituciones sociales de cierto tipo, el cual constituye el objeto propio
de la ciencia del derecho y de su historia.
El derecho positivo es así el objeto de la ciencia del derecho, «i.e.» de la jurisprudencia dogmática,
no sólo por satisfacer elementales requerimientos metodológicos sino porque la ciencia jurídica que
existe hic et nunc sigue el viejo modelo milenario el cual es, en gran medida, positivista. Esto se
aprecia en el hecho incontrovertible de que todo jurista, cualquiera que sea su credo (político y moral)
y cualquiera que sean las doctrinas jurídicas a las que se adhiera, cuando describe el derecho
(nacional o internacional) describe cuando lo hace, derecho positivo (Achourrón, Nino, Tamayo).
La expresión ''derecho positivo'' en ocasiones es sustituida por otras que son tenidas por equivalentes
(v.gr. ''derecho vigente''). Los adjetivos ''positivo'', ''vigente'', ''eficaz'' (o sus formas sustantivas:
''positividad'', ''vigencia'', ''[en] vigor'', ''eficacia'') se refieren fundamentalmente a lo mismo: a la
existencia del derecho. Con frecuencia estos términos son usados como sinónimos; sin embargo, no lo
son enuncian distintos matices. ''Derecho positivo'' alude a la existencia empírica del derecho, a su
existencia histórica (oponiéndose, así, a la atemporalidad e idealidad del derecho natural). ''Derecho
vigente'' indica el derecho actual, que existe en el tiempo presente (Cossío); se opone al derecho que
ya no está en vigor, al derecho que fue, o al derecho posible. La expresión ''derecho eficaz'', o mejor,
''eficacia del derecho'' aluden al hecho de que el orden jurídico (o una disposición jurídica) es
efectivamente seguido y aplicado. ''Eficacia'' nombra una de las condiciones de la positividad del
derecho, apuntando al hecho de la conformidad (o no conformidad) con sus normas (v. supra). De esta
forma, tenemos que ''derecho vigente'' significa derecho positivo actual presente y ''derecho eficaz'' no
es sino una mención de una característica esencial del derecho que existe (o ha existido); cuando deja
de ser eficaz, deja de ser derecho.
DERECHO NATURAL
c
El derecho natural está presente a lo largo de toda la historia de la filosofía del derecho como la
respuesta a la exigencia racional de la existencia de una justicia absoluta y objetiva, para evitar caer
en el absurdo de hacer depender la verdad y la justicia de la voluntad, tal vez caprichosa, del
legislador; sosteniendo la existencia de reglas naturales de la convivencia humana, fundadas en la
misma naturaleza del hombre, como un conjunto de reglas universales y necesarias a la vida social.
En efecto, al ser el derecho el reglamento de la vida social, resultaría completamente irracional que
tuviese fines contrarios a los naturales de la convivencia humana.
II. El derecho natural es una parte de la ley natural, no toda la ley natural, pues ésta comprende,
además de los criterios y principios rectores supremos de la conducta humana en su aspecto social (a
los que llamamos derecho natural), aquellos que se refieren al actuar individual del hombre, que son
propiamente las normas morales. La ley natural es la participación, en lo que corresponde al hombres
de la ley eterna (ordenación general del universo) puesta por Dios (Ordenador, Creador o como se le
quiera llamar) en la naturaleza del hombre; cuyos principios conocemos no por revelación directa de
Dios, sino únicamente por medio de nuestra razón. Así, la ley natural es ''el conjunto de leyes
racionales que expresan el orden de las tendencias o inclinaciones naturales a los fines propios del ser
humano, aquel orden que es propio del hombre como persona''. Dicho en otras palabras, el derecho
natural es la parte de la ley natural que se refiere a las relaciones de justicia. Ambos conceptos, ley
natural y derecho natural, no pueden separarse pues uno es parte del otro, pero tampoco deben ser
confundidos, pues designan realidades distintas.
III. Desde la antigüedad grecolatina hasta el siglo XIX, la existencia del derecho natural fue un punto
de partida evidente y generalmente aceptado; se llegó incluso a identificar los términos filosofía del
derecho y derecho natural; pero, también durante ese tiempo, existió discrepancia respecto al
significado que habría de darse al término naturaleza. Algunos han entendido como tal al universo de
seres vivos, otros a la razón, o al ser biológico del hombre, o a su condición social, y, finalmente,
aquellos que, con la postura hoy comúnmente aceptada, consideran que el fundamento del derecho es
co
la naturaleza humanas tanto física como racional y social, pues sólo viendo al hombre como un todo,
como lo que es, será posible racionalmente llegar a conocer los principios supremos que rigen su obrar
hada sus fines propios.
No obstante la multitud de criterios con los que se ha estudiado al derecho natural y la enorme
cantidad de teorías que han surgido en torno a él, hay de común en todas ellas la idea de una justicia
objetiva, ''de que el derecho vale y, consecuentemente, obliga, no porque lo haya creado un legislador
humano o tenga su origen en cualquiera de las fuentes formales, sino por la bondad o justicia
intrínseca de su contenido''.
IV. Uno de los puntos más controvertidos respecto del derecho natural es su inmutabilidad, atacada en
gran parte por la absurda pretensión, racionalista de lograr un sistema de derecho ordenado, completo
y permanente, abarcando cada una de las instituciones y situaciones jurídicas que pudieran
presentarse. Esto, a todas luces, resulta no sólo utópico sino irracional, pues pretende eliminar del
derecho y del hombre una de sus dimensiones, la historicidad. Ya Aristóteles distinguía en el derecho
una parte permanente y otra mudable, esta última es la afectada por la historicidad.
Los principios supremos del derecho natural son inmutables ya que se fundan en las exigencias
ontológicas de la naturaleza humana, la que por necesidad es inmutable, esto es, para que el hombre
pueda ser un ser histórico es necesario que cuente con un núcleo permanente que sustente el cambio,
dicho núcleo permanente es precisamente su naturaleza en la que tienen su fundamento los principios
del derecho natural (como también los de la moral), que al ser aplicados al caso concreto son
afectados por la historicidad, adecuándose a la circunstancia histórica en la medida de su
indeterminación. El principio permanece, es el mismo (p.e. la protección de la vida, de la libertad, etc.),
lo que cambian son las circunstancias, el momento histórico en que se aplica (paz, estado de guerra,
grado de civilización, etc.).
Por la misma razón que el derecho natural es inmutable, es también universal, pues se funda en la
naturaleza humana que es común a todos los hombres en cualquier tiempo y lugar.
V. Si bien hemos sostenido que el derecho natural tiene existencia real, no por esto puede afirmarse
que forme por sí solo un sistema de derecho, pues es sólo un aspecto de un único sistema jurídico, del
que también forma parte el derecho positivo. No existen, pues, como se ha pretendido, dos sistemas
jurídicos contrapuestos, uno de derecho natural y el otro de derecho positivo (teoría de los dos
c
ordenes), sino sólo uno que ''es al mismo tiempo positivo o técnico y natural o racional, ya que en él se
conjugan una técnica positiva y unos fines racionales''. No tendría sentido hablar del derecho como
puramente natural, ni reducirlo a una mera técnica sin fines permanentes y necesarios.
El derecho natural nos señala un orden fundamental, dejando a la libertad humana la elección de los
medios, la adecuación del principio a la circunstancia, que se realiza por medio de actos de voluntad
formando así lo que llamamos derecho positivo, sin más límites que los señalados por la naturaleza
misma. De esta forma, será la correcta o incorrecta adecuación de la norma de derecho natural a la
circunstancia histórica inscrita en el derecho positivo, el criterio para determinar si este es justo y
correcto.
LEY NATURAL
I. El concepto tiene al menos dos significados que no deben confundirse. El primero, en el campo de
las ciencias físicas, haciendo referencia a formulaciones científicas conocidas como leyes, como la ley
de la gravedad, las cuales no son realmente normas ni están formuladas como tales, sino que son
expresiones de relaciones necesarias de fenómenos en el mundo físico. El segundo significado, que
es el que aquí nos interesa, es materia de las ciencias humanas, especialmente de las morales y el
derecho, donde estas formulaciones a las que se llama ley natural, si toman la forma de normas y
expresan deberes.
II. La definición más común y conocida de la ley natural la debemos a Tomás de Aquino, quien la
conceptúa como: Participatio legis aeternae in rationali creatura (participación de la ley eterna en la
criatura racional). Esta definición cuenta con la existencia de un Dios creador y legislador, que al crear
al hombre, en congruencia con la naturaleza, le está imponiendo unos fines a los que debe tender.
Aunque el concepto de ley natural es propiamente materia de la filosofía moral, se vincula con el
derecho por aquella parte de sus disposiciones que enuncian deberes de justicia, y que constituyen lo
que conocemos como derecho natural. El derecho natural es ley natural, pero ésta no es sólo derecho
natural, sino norma de todo el orden ético.
La ley natural no la constituyen mandatos divinos, como muchos tienden a pensar, sino juicios
deónticos de nuestra razón enunciados como norma vinculante, expresando deberes que se fundan en
c
previos juicios axiológicos. Los juicios deónticos se realizan conforme al principio ''debe hacerse lo
bueno y debe evitarse lo malo''. Estos juicios no son producto de factores culturales, son propios de la
estructura psicológico-moral del ser humano aunque los factores culturales sí influyan en el
conocimiento de la naturaleza humana.
Ahora bien, como la ley natural regula el obrar humano hacia sus fines propios, es decir, expresa
exigencias ontológicas que la razón capta y prescribe como deberes; su quebrantamiento no es
indiferente ontológicamente, sino que lesiona tanto a la persona como a la sociedad, degradando al
hombre. Pero no por esto la ley natural es un límite a la libertad, por el contrario es propiamente su
dimensión, pues la libertad sólo puede ser expresión del dinamismo propio de cada ser.
III. Así entendida, la ley natural es universal en el espacio e inmutable en el tiempo, pues emana de la
naturaleza humana de la que participamos todos los hombres de toda época y lugar. Lo que no se
contrapone con la dimensión histórica de la persona, pues la ley natural no es norma de ella, que se
rige por la ley humana o positiva.
El cambio en las circunstancias puede causar la impresión de cambio en la ley natural, al resultar
inaplicable la enunciación generalizada de preceptos de la misma a casos concretos, esto, sería
causado por un error en la abstracción y en la enunciación de los postulados de la ley natural, al no
considerarse todas las circunstancias y casos posibles. Pero no sería un cambio en la ley natural, que,
como decíamos, se compone de juicios concretos, a casos concretos y con sus especiales
circunstancias, y no de abstracciones y enunciados generales que son producto de la labor del
estudioso.
Otro de los temas importantes en la problemática relativa a la ley natural es su conocimiento. Uno de
nuestros grandes juristas, don Emilio Rabasa, escribió a principios de este siglo: ''Lo malo es que no
sabemos cuáles son los derechos naturales del hombre''.
De principio, todos los hombres tenemos un conocimiento innato de los principios básicos de la ley
natural, por simple connaturalidad, pues participamos de la naturaleza humana, de la que la ley natural
emana. Tomás de Aquino indicaba que los preceptos de la ley natural son de suyo evidentes (per se
nota). Sin embargo, el grado de conocimiento de la ley natural, dependerá de la medida en que se
conozca la propia naturaleza humana. La ley natural se conoce por evidencia, al captar la razón las
exigencias propias de la naturaleza y producir el juicio deóntico concreto.
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IV. El derecho natural lo conforman las formulaciones o preceptos de la ley natural que hacen
referencia a relaciones de justicia. Ahí se con tiene la normatividad básica de la vida social, como
expresión de la dimensión social de la naturaleza humana. Pero no contiene normas y deberes en el
mismo sentido que las normas del derecho positivo, es fuente de confusiones creerlo así; lo que aquí
se enuncia son deberes mórales que expresan los fines naturales de la persona humana y de la
sociedad, por medio de una normativa básica que debe quedar reflejada en el ordenamiento positivo,
producto de la inventiva humana.
Al ser la ley natural expresión de los fines del hombre y de la sociedad, nos podemos explicar
fácilmente la afirmación de que la ley positiva que no se adecúa a la ley natural no es justa, o no es
propiamente derecho, al ir contra los fines naturales del hombre. Bajo esta concepción no se considera
a la ley natural como el verdadero derecho, sino como una parte de él, pero que necesita de la ley
positiva para realizarse, necesita positivizarse.
Además, no todas las normas del derecho positivo expresan disposiciones de ley natural, pues fuera
de la normativa básica que aporta la ley natural las demás normas son producto de la inventiva
humana. Incluso, algunos actos que por ley natural resultarían injustos, pueden no ser castigados por
la ley positiva en razón del bien de la sociedad.
V. Hasta aquí hemos expuesto la concepción más conocida de la ley natural, correspondiente a lo que
podríamos llamar doctrina clásica del derecho natural formulada principalmente por autores cristianos,
y con gran influencia en la historia de la filosofía por el largo periodo en que se consideró
absolutamente vigente. Sin embargo, en la historia de la filosofía se registran otras concepciones, de
las que aquí intentaremos dar noticia, al menos de las que consideramos más importantes, con la
finalidad de lograr un conocimiento más amplio del concepto.
Comenzando por la filosofía estoica, que conceptuaba a la ley natural como un orden jurídico divino y
objetivo, y al identificar Dios y naturaleza, la ley natural expresaba en si el orden del cosmos. Poco
más tarde, los sofistas transformaban ese orden jurídico objetivo en cualidad subjetiva del ser humano,
en un sentimiento jurídico. Aquí el derecho no se encuentra ya fuera del hombre, en el orden del
cosmos, sino que brota del hombre mismo. Podemos afirmar que es en estas dos escuelas filosóficas
griegas donde se forja la idea de la ley y el derecho de la naturaleza.
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Para Cicerón existía una ley que no era invención del hombre, ni producto de una asamblea, sino
eterna, mediante la cual la sabiduría gobernaba al universo, y de la que derivaban las demás leyes; la
natural que regia a la naturaleza irracional, y la moral y jurídica, que regla la vida del hombre, y que
éste podía conocer por su razón.
El cristianismo recoge toda esa filosofía previa e identifica sus normas morales propias (decálogo) con
los contenidos de la ley natural. San Pablo enseñaba refiriéndose a los gentiles que ''lo que la ley
ordena está escrito en sus corazones''. De aquí que el desarrollo y expansión del cristianismo
conllevara un importante desarrollo de la doctrina de la ley natural.
En relación con el pecado original, durante una época se sostuvo la existencia de una ley natural
anterior a éste, y otra posterior, en razón de que el pecado original había corrompido ontológicamente
la naturaleza humana. Concepción que fue muy discutida y finalmente superada en la filosofía
aristotélico-tomista de la escolástica.
Más adelante, como reacción al derecho natural cristiano, habrá de surgir una corriente a la que se
puede llamar naturalista del derecho natural, representada por Hobbes, Spinoza, Locke Thomasius,
Bentham y Rousseau; que olvidando la naturaleza social del hombre y el telos aristotélico, toman como
base las pasiones naturales o animales del hombre, y fundan su explicación en el libre desarrollo de
éstas con lo que hacen perder al hombre el carácter ético de su personalidad.
La reacción a esta corriente es la que realizan autores como Pufendorf, Leibniz y Wolff, quienes
elaboran una doctrina del derecho natural puramente racionalista. Apartándose del derecho natural del
coè
cristianismo, en tanto para ellos la razón como fuente del derecho no es la razón iluminada por la
revelación, sino simplemente la razón.
Con el derecho natural racionalista se abre el paso a diversas concepciones del derecho natural laico,
en el que ya no se habla de Dios. Grocio llegó a sostener que si Dios no existiera o no se ocupara de
las cosas de los hombres, de todas formas el derecho natural conservaría su valor.
Son estas elaboraciones del derecho natural laico, junto con la doctrina clásica del derecho natural
cristiano, las que nos han llegado con vigencia hasta nuestros días, con un fuerte impulso durante los
años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, como un medio para cuestionarnos sobre la justicia o
injusticia de nuestras leyes y normas positivas.
Con referencia a los Derechos Humanos, nuestro país, como todo Estado democrático
y de derecho, adopta la corriente positivista. En efecto, el artículo 1º de la Constitución
General de la República, establece: "En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo
gozará de las garantías que otorga esta Constitución...".
Se refiere, desde luego, a los derechos del hombre reconocidos por el Estado, a través del orden
normativo constitucional. Los Derechos Humanos han sido reconocidos por nuestras dos últimas
constituciones bajo los siguientes títulos:
Fix-Fierro, analizando la naturaleza jurídica de las Garantías Individuales, menciona que nuestro
concepto tradicional de garantías individuales no coincide plenamente con el de Derechos Humanos,
que es contemporáneamente el más utilizado. Asimismo, señala que las garantías o derechos
consagrados en la Constitución son derechos mínimos, que por lo mismo, pueden ser ampliados o
complementados por las Constituciones de los Estados (que se limitan en su mayoría a incorporar las
garantías de la constitución Federal), por las leyes reglamentarias y, sobre todo, por los tratados y
convenciones internacionales en materia de Derechos Humanos, firmados y ratificados por nuestro
país.
Tengamos presente que toda persona tiene derecho, a hacer valer un recurso efectivo, que lo ampare,
en caso de violación de sus Derechos Humanos reconocidos, tanto por la normativa interna, como por
el derecho internacional, que sea obligatorio dentro de su territorio; en este caso, aludimos a los
tratados internacionales que hayan sido ratificados por dicho país. De ello, dan debida cuenta, por
ejemplo, el artículo octavo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece:
³Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la
ley´; o, el párrafo 1 del artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que a la
letra dice: ³Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso
efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.´ De la misma
forma, El pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos establece en su artículo segundo,
numero 3.
Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que:
Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados
podrá interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que
actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales´. Materia de Derechos Humanos, firmados y
ratificados por nuestro país.
co
En la actualidad, consideramos que es indispensable una mayor protección de los Derechos Humanos,
debemos tener en cuenta que la normatividad constitucional garantiza un estándar mínimo de
protección de los derechos individuales y colectivos, que puede y debe ser ampliado por los distintos
operadores jurídicos e instituciones gubernamentales.
Esto implica no solamente al intérprete judicial; además, al legislador, cuando éste promulga leyes, a la
Administración Pública, cuando expide reglamentos o diseña políticas públicas, pudiendo ampliar el
catálogo de Derechos Humanos reconocidos por su respectiva Constitución Federal, asi como el
involucramiento de las asociaciones no gubernamentales.
Por ello, al momento de realizar la interpretación de un caso concreto (México), no solo debemos
estudiar la normativa interna de los Estados, sino, ir más allá y analizar la normativa internacional
obligatoria en dicho Estado y, si es necesario, interpretar y aplicar las normas de derecho internacional
y convenios firmados. Desafortunadamente, en nuestro País, esto todavía no se lleva a cabo, ya que
los operadores jurídicos, en ocasiones, desconocen la existencia de los tratados internacionales
celebrados por México y, además, los abogados no suelen invocarlos en sus acciones.
Retomando las palabras de Carpio Marcos, tenemos que es frente al escenario judicial donde se
desenvuelve la interpretación de los derechos fundamentales.
Esta afirmación, que debería ser completamente cierta en cualquier Estado nación Democrático y
Constitucional de Derecho, no lo es en México, donde por existir tantos obstáculos para acceder a la
jurisdicción vemos que, incluso, en la actualidad, son prácticamente inexistentes los criterios judiciales
en materia de derechos fundamentales, en comparación con los existentes en otros países. En la
República Mexicana, todavía tenemos que reformar nuestro ordenamiento, para abrir las vías
procesales que permitan que los ciudadanos lleven ante la mesa de los jueces las violaciones de
derechos fundamentales que hoy no pueden ser siquiera planteadas, como es el caso, de los derechos
políticos.
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