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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de estudios Superiores Acatlán

División de Humanidades

Sección de Filosofía

Sobre la enseñanza de la filosofía en México


actualmente

Vargas Salazar Rodrigo Vicente


Gpo.: 2402
México D.F. 13/04/2011

14/04/2011
Sobre la enseñanza de la filosofía en México actualmente

En la actualidad, y en especial en estos últimos años, se ha suscitado gran


controversia en torno a la enseñanza de las humanidades en las preparatorias
y universidades de México; pues como bien se sabe (o se supone que se
debería saber) el presidente de se inició, por parte de la Secretaría de
Educación Pública, una Reforma Integral de la Educación Media Superior
(RIEMS); la cual pretendía crear, con la integración de todas las escuelas de
nivel Medio Superior, un Sistema Nacional de Bachillerato, cuyo plan de
estudios, por medio del método de competencias, se orientaba a la formación
de personas con un pensamiento tecnocrático y eficientista. Dicha reforma
suprimía el área de Humanidades del plan de estudios, en el que figuraban
estas cuatro áreas de formación: Matemáticas, Ciencias Experimentales,
Ciencias Sociales y Comunicación. Las asignaturas filosóficas ya no serian
obligatorias.

Podríamos pensar que tal reforma sería una medida acertada, pues ¿qué
habría de malo en convertir el nivel Medio Superior en el ultimo grado de
educación de los mexicanos? O por el contrario, rechazar de entrada y
censurar la reforma, pues como estudiantes de filosofía es obligación nuestra
conocer la profunda importancia que tienen las humanidades para la formación
y plenificación del ser humano. Sin embargo, debemos reflexionar sobre lo más
inmediato y que nos compete más directa y urgentemente, esto es: nuestra
vida cotidiana; ¿Qué nos dice esta reforma sobre la enseñanza de las
humanidades en el México actual?, particularmente la de la filosofía; ¿En
verdad la filosofía es tan importante en la sociedad actual como lo sugieren sus
defensores, o tienen razón en lo que dicen aquellos que piensan que es mejor
quien sea más competente y eficiente para la producción, como en ocasiones
parece imponernos el sistema político y económico en el cual estamos
irremediablemente inmersos? Y sea cual sea el caso: ¿Qué consecuencias se
derivan de una y otra perspectiva? ¿Cuáles son las necesidades reales de la
sociedad mexicana actual y cuál la medida más conveniente para la formación
del ser humano?
Pero vayamos paso a paso en nuestra reflexión, a fin de tener claridad al
respecto, pues no podemos saber qué importancia tiene esta reforma para
nosotros: mexicanos estudiantes de filosofía; si no comprendemos el objeto de
la filosofía, al menos de manera muy general, así podremos entrever su
verdadera importancia.

Ahora bien, se dice que la filosofía estudia el ser del hombre, los diferentes
modos de ser humano, así como su relación con el mundo, qué conoce, cómo
lo conoce, cual es el mejor medio para alcanzar un fin y cuál es el mejor fin
tanto para uno mismo como para su sociedad, por mencionar algunas áreas de
su estudio. Así pues, la filosofía es concebida por muchos como un modo de
vida, en el cual somos conscientes de nosotros mismos, de nuestra sociedad,
nuestro entorno en general, nuestra existencia y acción en él. Tales son los
conocimientos que supuestamente pretende brindarnos el estudio de la
filosofía.

Pero ¿en verdad se enseña todo esto en las clases de filosofía? ¿Es en verdad
la prioridad de los profesores de filosofía concientizar y problematizar a sus
alumnos acerca de sí mismos y de la situación de su sociedad en la
actualidad? El problema parece bastante grande, pues la experiencia nos
muestra que muchas veces los profesores, y más especialmente en el
bachillerato, consideran a los alumnos (pues los consideran alumnos, no
estudiantes) incapaces o torpes para poder comprender las problemáticas
filosóficas, así también de formarse un carácter crítico respecto al actuar y
pensar propio y comunitario, y otros beneficios que podría aportar el estudio de
la filosofía; de modo que las clases no pasan de ser meras clases de historia
en las cuales se expone pobremente las corrientes de pensamiento que se
consideran como más importantes, muchas veces de manera dogmática y que
sin duda no brindan una visión muy amplia respecto de qué es la filosofía, ni
deja espacio para que el estudiante reflexione y exprese sus propios
pensamientos.

Menos aún si los alumnos (por que aun ellos dicen serlo) ya de inicio se
prejuician respecto al estudio de la filosofía, pues desde la más temprana
infancia el mismo sistema, esto es: los padres, los medios, las opiniones de la
mayoría; que como ya se dijo parece imponernos la idea de que es mejor quien
más pueda producir, dejando a un lado el pensar o el producir pensamientos
propios que den respuesta a los problemas y necesidades de nuestra sociedad,
les orilla a pensar que si estudian filosofía no habrá trabajo, morirán de hambre,
que eso es cosa de 'teporochos' que se la viven en las nubes o en el mundo de
las ideas; que es mejor estudiar alguna ingeniería que les de mayor ingresos
económicos para satisfacer todas los caprichos y poder hacer todo lo que se
quiera, pues muchos en efecto piensan que el dinero da poder y que para
poseerlo no importa sobre quien haya que pasar ni de qué modo. Estas cosas y
muchas otras por el estilo son los prejuicios que se ciernen alrededor de la
filosofía y que ya de entrada nos habla de una desvalorización de ésta.

No decimos aquí que suceda así en todos los casos, pues igualmente puede
haber profesores que no subestimen a los estudiantes y que, en efecto, los
aproximen más a la filosofía, los problematicen y los hagan reflexionar,
despertando el interés por su estudio en algunos. Sin embargo, estos parecen
ser los menos y si bien vemos que los salones de filosofía de las universidades
se encuentran saturados no es por que todos los que estudian ahí lo hayan
querido, puede que esos pocos a quienes se les logró despertar el interés se
hayan avocado a su estudio voluntariamente, sin embargo la mayoría, de
hecho más de la mitad de los estudiantes que llegan a las aulas de filosofía a
nivel universitario, están ahí porque no alcanzaban el promedio suficiente para
otra carrera, o porque la carrera que solicitaron ya no tenia cupo y otras
cuestiones por el estilo.

¿A qué se debe esto? Nuevamente se nos muestra la poca estima a la que se


tiene a la filosofía, pues parece ser algo así como última opción o como ‘premio
de consolación’ para quienes cuyo promedio no alcanzaba para más. Bien
podríamos ver esto como una campaña de promoción para la filosofía, ya que
propicia que más gente asista a las aulas donde se enseña y vea un poco la
finalidad y problemáticas que se abordan en filosofía, además hay estudiantes
que en verdad, hayan pedido o no estudiar filosofía, que se interesan aun más
y resultan ser verdaderamente sobresalientes en las clases. Por el contrario
habrá quienes no logren rebasar los prejuicios y no lograren comprender la
importancia del pensamiento filosófico, lo cual los orilla a desertar. Pero
¿podemos verlo en efecto como una promoción de la filosofía, o será más bien
el resultado de su pobre enseñanza y la limitada visión del pensamiento
filosófico que se enseña en el bachillerato? Más bien parece ser que es esto
último.

Quizá si sea necesaria una reforma, pero no una que remueva o limite la
enseñanza de la filosofía, sino más bien debería ser una que promueva su
estudio, tal vez incluso a nivel primaria o secundaria. Pero ello nos mete en
otros problemas, ya que cabria preguntarnos entonces si tanto alumnos como
profesores estarían capacitados para enseñar y recibir la enseñanza del
pensamiento filosófico. Si pensamos que los alumnos no comprenderían el
pensamiento filosófico estaríamos cayendo en el mismo prejuicio que
censurábamos anteriormente, de modo que debemos decir que los alumnos
pueden ser capaces de comprender y reflexionar, y más en la infancia que es
donde su inteligencia está en pleno desarrollo. La cuestión de los profesores
implica más problemas, pues cómo hacer que estos se interesen más por la
verdadera y más adecuada formación de los alumnos, que por ser eruditos y
pertenecer a un circulo intelectual que les de mayor prestigio y les ayude a
ganar más dinero, cosa que también sucede con frecuencia.

Es importante que tanto estudiantes como profesores nos preocupemos por


todas estas cuestiones y busquemos varios modos de darles solución. Parece
ser que sí vale la pena promover el estudio de la filosofía, pues esta genera en
las personas el criterio para ver y decidir qué es lo mejor para los individuos y
la colectividad, bajo cuya perspectiva se puedan analizar los problemas
sociales actuales, uno de los cuales es la perdida de valores. Además nos
ayuda a comprender como el pensamiento actual se ha venido conformando a
lo largo de la historia gracias a las diversas corrientes de pensamiento.

No decimos aquí que no deba promoverse el estudio de las ciencias y la


tecnología, pues parece necesario para impulsar el desarrollo económico y
social. Lo que no debemos permitir es que nuestra sociedad se convierta en
una sociedad de autómatas en la que se olvide la parte humana y nadie sea
capaz de generar un pensamiento propio que ayude a propiciar un verdadero
cambio en el pensamiento colectivo y que encamine nuestra sociedad al
bienestar de todos. No se debe olvidar que la tecnología no debe ser el fin en sí
mismo, sino únicamente un medio para alcanzar el fin que es esa felicidad y
bienestar de la sociedad en general, cosa que nos ayuda a comprender la
filosofía, así como los usos de ésta, sean benéficos o perjudiciales, y cuáles
son las consecuencias para la naturaleza y para la humanidad.

Seria bueno preguntarnos si nosotros mismos comprendemos la importancia


de la filosofía como debería de ser, y más un, si realmente ésta se puede
considerar como un modo de vida, debemos preguntarnos si podemos y
queremos asumir ese compromiso que representaría entonces la filosofía para
con nosotros mismos como para con los demás, esto es: comprometernos con
la verdad y encaminarnos al bien. Debemos entonces seguir reflexionando no
sólo acerca de la enseñanza de la filosofía y su situación actual, sino también
sobre la educación en general y más aún en todo ámbito del ser humano y todo
ámbito qué compone a la sociedad. Pero ello requeriría mucha más extensión y
muchos volúmenes de libros, y dada la limitación que debe tener este escrito
será algo que se deje para una reflexión posterior de mayor profundidad.

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