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División de Humanidades
Sección de Filosofía
14/04/2011
Sobre la enseñanza de la filosofía en México actualmente
Podríamos pensar que tal reforma sería una medida acertada, pues ¿qué
habría de malo en convertir el nivel Medio Superior en el ultimo grado de
educación de los mexicanos? O por el contrario, rechazar de entrada y
censurar la reforma, pues como estudiantes de filosofía es obligación nuestra
conocer la profunda importancia que tienen las humanidades para la formación
y plenificación del ser humano. Sin embargo, debemos reflexionar sobre lo más
inmediato y que nos compete más directa y urgentemente, esto es: nuestra
vida cotidiana; ¿Qué nos dice esta reforma sobre la enseñanza de las
humanidades en el México actual?, particularmente la de la filosofía; ¿En
verdad la filosofía es tan importante en la sociedad actual como lo sugieren sus
defensores, o tienen razón en lo que dicen aquellos que piensan que es mejor
quien sea más competente y eficiente para la producción, como en ocasiones
parece imponernos el sistema político y económico en el cual estamos
irremediablemente inmersos? Y sea cual sea el caso: ¿Qué consecuencias se
derivan de una y otra perspectiva? ¿Cuáles son las necesidades reales de la
sociedad mexicana actual y cuál la medida más conveniente para la formación
del ser humano?
Pero vayamos paso a paso en nuestra reflexión, a fin de tener claridad al
respecto, pues no podemos saber qué importancia tiene esta reforma para
nosotros: mexicanos estudiantes de filosofía; si no comprendemos el objeto de
la filosofía, al menos de manera muy general, así podremos entrever su
verdadera importancia.
Ahora bien, se dice que la filosofía estudia el ser del hombre, los diferentes
modos de ser humano, así como su relación con el mundo, qué conoce, cómo
lo conoce, cual es el mejor medio para alcanzar un fin y cuál es el mejor fin
tanto para uno mismo como para su sociedad, por mencionar algunas áreas de
su estudio. Así pues, la filosofía es concebida por muchos como un modo de
vida, en el cual somos conscientes de nosotros mismos, de nuestra sociedad,
nuestro entorno en general, nuestra existencia y acción en él. Tales son los
conocimientos que supuestamente pretende brindarnos el estudio de la
filosofía.
Pero ¿en verdad se enseña todo esto en las clases de filosofía? ¿Es en verdad
la prioridad de los profesores de filosofía concientizar y problematizar a sus
alumnos acerca de sí mismos y de la situación de su sociedad en la
actualidad? El problema parece bastante grande, pues la experiencia nos
muestra que muchas veces los profesores, y más especialmente en el
bachillerato, consideran a los alumnos (pues los consideran alumnos, no
estudiantes) incapaces o torpes para poder comprender las problemáticas
filosóficas, así también de formarse un carácter crítico respecto al actuar y
pensar propio y comunitario, y otros beneficios que podría aportar el estudio de
la filosofía; de modo que las clases no pasan de ser meras clases de historia
en las cuales se expone pobremente las corrientes de pensamiento que se
consideran como más importantes, muchas veces de manera dogmática y que
sin duda no brindan una visión muy amplia respecto de qué es la filosofía, ni
deja espacio para que el estudiante reflexione y exprese sus propios
pensamientos.
Menos aún si los alumnos (por que aun ellos dicen serlo) ya de inicio se
prejuician respecto al estudio de la filosofía, pues desde la más temprana
infancia el mismo sistema, esto es: los padres, los medios, las opiniones de la
mayoría; que como ya se dijo parece imponernos la idea de que es mejor quien
más pueda producir, dejando a un lado el pensar o el producir pensamientos
propios que den respuesta a los problemas y necesidades de nuestra sociedad,
les orilla a pensar que si estudian filosofía no habrá trabajo, morirán de hambre,
que eso es cosa de 'teporochos' que se la viven en las nubes o en el mundo de
las ideas; que es mejor estudiar alguna ingeniería que les de mayor ingresos
económicos para satisfacer todas los caprichos y poder hacer todo lo que se
quiera, pues muchos en efecto piensan que el dinero da poder y que para
poseerlo no importa sobre quien haya que pasar ni de qué modo. Estas cosas y
muchas otras por el estilo son los prejuicios que se ciernen alrededor de la
filosofía y que ya de entrada nos habla de una desvalorización de ésta.
No decimos aquí que suceda así en todos los casos, pues igualmente puede
haber profesores que no subestimen a los estudiantes y que, en efecto, los
aproximen más a la filosofía, los problematicen y los hagan reflexionar,
despertando el interés por su estudio en algunos. Sin embargo, estos parecen
ser los menos y si bien vemos que los salones de filosofía de las universidades
se encuentran saturados no es por que todos los que estudian ahí lo hayan
querido, puede que esos pocos a quienes se les logró despertar el interés se
hayan avocado a su estudio voluntariamente, sin embargo la mayoría, de
hecho más de la mitad de los estudiantes que llegan a las aulas de filosofía a
nivel universitario, están ahí porque no alcanzaban el promedio suficiente para
otra carrera, o porque la carrera que solicitaron ya no tenia cupo y otras
cuestiones por el estilo.
Quizá si sea necesaria una reforma, pero no una que remueva o limite la
enseñanza de la filosofía, sino más bien debería ser una que promueva su
estudio, tal vez incluso a nivel primaria o secundaria. Pero ello nos mete en
otros problemas, ya que cabria preguntarnos entonces si tanto alumnos como
profesores estarían capacitados para enseñar y recibir la enseñanza del
pensamiento filosófico. Si pensamos que los alumnos no comprenderían el
pensamiento filosófico estaríamos cayendo en el mismo prejuicio que
censurábamos anteriormente, de modo que debemos decir que los alumnos
pueden ser capaces de comprender y reflexionar, y más en la infancia que es
donde su inteligencia está en pleno desarrollo. La cuestión de los profesores
implica más problemas, pues cómo hacer que estos se interesen más por la
verdadera y más adecuada formación de los alumnos, que por ser eruditos y
pertenecer a un circulo intelectual que les de mayor prestigio y les ayude a
ganar más dinero, cosa que también sucede con frecuencia.