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El sacerdocio en el Antiguo Egipto

La religión de los antiguos egipcios


08-feb-2010 José Domenech Gómez

ofrendas sacerdotales egipcias - J. Domenech

Horus ha venido triunfador, y se ha cumplido toda su misión. Su madre Isis está llena de
gozo, pues él ha tomado su cargo.

Entre la población egipcia se podía apreciar fácilmente a la casta sacerdotal. Los


sacerdotes del Antiguo Egipto, vestían con una túnica blanca de lino. Llevaban
sandalias de fibras de papiro o de palmera, y siembre iban completamente rasurados de
la cabeza a los pies, como signo de purificación para poder servir a los dioses de las
pirámides.

En cuanto a la función litúrgica, eran ellos los que estaban en contacto directo con los
dioses, lo que les obligaba a observar una gran pureza física, siguiendo unas pautas
determinadas en la religión egipcia, cuyos dioses variaron según las epocas y regiones.

Debían estar circuncisos, y estaban obligados a practicar cuatro abluciones diarias, a


más de observar ciertos tabús alimentarios a modo de respeto sacerdotal. De esta
manera, generalmente se abstenían de comer cerdo y pescado.

Estaban rigurosamente censados y debían mantener una existencia respetable en todos


los aspectos de la vida cotidiana, pudiendo contraer matrimonio, aunque limitados a una
sola esposa.

Las funciones de los sacerdotes en el Antiguo Egipto

Independientemente de las limitaciones antes explicadas, el clero egipcio no constituía


un ejercicio de espiritualidad, y no estaba considerado necesario el ejercicio de la
vocación sacerdotal.

Existía un principio de herencia de padres a hijos en tomar los hábitos, cosa que como
ya es sabido, era muy común en el país del Nilo. En determinadas épocas también
existió el derecho de poder comprar mediante propiedades y bienes, el derecho al
sacerdocio.

A parte de determinados casos muy específicos, los sacerdotes no acostumbraban a


oficiar en principio más de tres veces al año, desempeñando cargos públicos y oficiales
el resto del tiempo, dada su alta preparación cultural.
La casta sacerdotal egipcia

En lo más alto de la jerarquía clerical, el gran sacerdote del culto, también llamado
primer profeta, estaba delegado directamente por el faraón para tomar la imagen del
dios local e interpretar su palabra, para que esta pudiera servir siempre para la eternidad.

Como depositario del saber divino, debía cumplir y hacer cumplir la tradición sagrada
con rigor y detalle, cuidando con esmero todos los parámetros religiosos y culturales
que afectasen al clero y a la religión egipcia.

Los templos además de estar cuidados por los sacerdotes, tenían también la atención de
administradores civiles, que aseguraban con mano férrea la gestión de los recintos
sagrados, y los dominios cercanos pertenecientes a las construcciones religiosas.

Los santuarios estaban atendidos por un personal diverso, que no tenía acceso al sancta
sanctórum en donde estaba la imagen del dios local. Se trataba de los llamados
ayudantes de los sacerdotes o bajos clérigos, que se cuidaban de tareas menores muy
específicas.

Las otras funciones de los sacerdotes egipcios

Muchos sacerdotes se cuidaban de la enseñanza en la totalidad de las facetas de la


misma, en las llamadas casas de la vida, otros recopilaban textos litúrgicos, otros se
dedicaban a estudiar y enseñar la astronomía, y a confeccionar calendarios con la
descripción de los días buenos y los nefastos.

Otros se dedicaban a presidir toda clase de entierros, practicando la apertura de la boca a


los difuntos en los funerales. En los funerales existía la figura del sacerdote lector, un
cargo distinguido, mediante el cual salmodiaba los textos rituales, los cuales debían ser
pronunciados sin ningún error por su parte.

Las diosas, algunas sustanciadas en animales sagrados, estaban servidas por


sacerdotisas, pero el primer profeta siempre era un hombre. En los templos las mujeres
intervenían para bailar, cantar y manejar una serie de complicados elementos de música
ritual. Todos estos detalles los debemos a la descripción hallada grabada en los templos,
mediante la cual las mujeres de la corte, se hacían grabar sus nombres y sus cargos que
generalmente eran de mujeres del coro litúrgico.

Un sacerdote que dejó impronta

Petosiris, fue un gran sacerdote de Toht en Hermópolis Magna, acumuló una serie de
títulos que nos dejan constancia de su importancia. Así era Grande de los cinco, también
El grande de los videntes o Aquel que ve al grande.

El culto al dios Toht, considerado como dios primordial, lo ejerció con rigor y mano de
hierro, dirigiendo los templos que estaban destinados a este menester. Pasados los años
en tiempo de la dinastía ptolomea, se identificó a Toht con Hermes Trimegisto, que
estaba considerado como señor del conocimiento y de la iluminación.
El inacabado misterio de los sacerdotes egipcios

Existen muchas lagunas en el estudio pormenorizado de la función sacerdotal en el


Antiguo Egipto. En el transcurso de todas sus dinastías, el trabajo sacerdotal, un trabajo
importante y básico, tendría que haber aportado más documentación.

En la actualidad se está trabajando en esta cuestión, y se toman como trabajos a seguir,


el nombre y título que en su día llevaron los componentes del sacerdocio egipcio.

Puede que la gran abundancia de dioses locales, y diferentes principios para el ejercicio
del sacerdocio según estos dioses, no haya beneficiado en nada, hasta hace poco, el
estudio antes citado.

http://www.suite101.net/content/el-sacerdocio-en-el-antiguo-egipto-a10385

• Zahi Hawass, el protector del Antiguo Egipto


• Manetón, el cronista faraónico
• El ejército de los faraones egipcios

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