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ANATOMÍA / FISIOLOGÍA
Michèle Lalonde
del dedo gordo del mismo lado, en Así, la posición en varo del pie
ocasiones, ayudado por un pequeño puede, por sí misma, causar la pubal-
elemento externo del lado opuesto gia o amplificar la rotación externa y
(por detrás de la cabeza del V meta- la hiperextensión del miembro infe-
tarsiano). rior y, por tanto, la tracción excéntrica
– Un ilíaco anterior se trata con un de los aductores.
elemento de estimulación a nivel del
cuello del I metatarsiano.
– Finalmente, una desigualdad de Conclusión
longitud se compensará mediante
una talonera elevadora del lado cor-
El protocolo del examen clínico y
to.
el tratamiento descritos previamente
En todos los casos, es conveniente deben ser realizados con rigor y sobre
observar los resultados en el podocos- todo adaptados a cada paciente, sien-
pio, con la plomada y las diferentes do la colaboración con el equipo mé-
pruebas. dico y paramédico de una importan-
En resumen, de manera general, la cia primordial. En efecto, nuestro tra-
abducción del miembro inferior pro- bajo es complementario y nuestro ob-
voca la pubalgia: es decir, de abajo a jetivo común: profundizar día a día
arriba, el varo del pie, el varo de la ro- un poco más en nuestros conocimien-
dilla y la abducción de la cadera pro- tos sobre la pubalgia con la única in-
vocan un exceso de tracción a nivel tención de conseguir aliviar y mejorar
del pubis. al paciente.
CAPÍTULO IV
EL TRATAMIENTO CONSERVADOR
Marcel Pagnol
¿QUÉ ES LA SOFROLOGÍA?
ción (que reduzca los riesgos de lesión) que permita al deportista imcrementar la
potencia sin quemar etapas.
– En segundo lugar, mejorar la fiabilidad y ganar tiempo en el diagnóstico median-
te una metodología de examen rigurosa.
– En tercer lugar, ganar tiempo en el ámbito del tratamiento conservador y en el
período postoperatorio mediante el conocimiento preciso de las fases fisiológicas
de la recuperación, con el fin de llegar con rapidez, progresando diariamente, a
los campos de entrenamiento.
Todo ello, teniendo en cuenta el esquema terapéutico propuesto desde hace
varios años, a saber, 3 fases de 4 a 5 semanas aproximadamente (reposo, readapta-
ón, reanudación deportiva progresiva) con cobertura con A.I.N.E. durante 3 sema-
nas para cada una de ellas.
La responsabilidad es, en el 85% de los casos, estrictamente médica y paramé-
dica. La cirugía siempre se propone tras un tratamiento de prueba (Le Gall F).
En este contexto y bajo este ángulo, nos parece esencial aunar la profesionali-
dad y el rigor, dirigirse a la conquista de uno mismo para conseguir llegar al otro,
progresar adaptando los cuidados a las exigencias de los deportistas de alto nivel.
Progresar en profesionalidad significa conocer, a través de las manos y el espí-
ritu, todas las sutilezas del oficio, no ignorar ninguna de las técnicas planteables,
estar atento para informarse constantemente sobre los nuevos pefeccionamientos,
estar en disposición de innovar, ser capaz de concebir, de emprender, de finalizar
todas las tareas que este oficio implica, desconfiar de los “a priori” de los modelos
fijos de cuidados y adaptarse a cada caso.
A largo plazo, la única baza incontestable de la profesión de masajista fisiotera-
peuta en la competición internacional reside en la capacidad de estos hombres y
de estas mujeres para trabajar como profesionales, a través de un planteamiento
cotidiano adaptado a cada atleta, basándose en cuatro conceptos “pilares”: inocui-
dad, fiabilidad, seguridad y calidad, claves de una curación personalizada.
Finalmente, releyendo y a pesar de todos mis esfuerzos, calibro la importancia
de todos los mensajes que no he dado o que he comunicado de forma imperfec-
ta... así pues, me excuso ante los lectores.
No obstante, la experiencia no se puede escribir, sólo se puede adquirir por la
práctica cotidiana del oficio.
“Habría que dejar a aquellos que permanecen, aquellos que vendrán después, una
especie de testamento espiritual. Comunicarles lo que hemos creído percibir y compren-
der del sentido de esta realidad con la que nos hemos codeado durante algunos años...
Tengo la íntima convicción de que la relación con los demás seres –nuestros compañeros
de viaje– es el elemento más misterioso y al mismo tiempo más significativo de nuestra
vida personal...” H. Reeves.