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E
cial” inmediatamente fue conside-
1 discurso del presidente radaen varios medios periodísticos
Salinas sobre el “iiberalis- como una fórmula para descifrar el
mo social”, pronunciado el soporte teórico de la reforma del
4 de marzo ante los priistas con- Estado. Se olvidaba ahí, s i n em-
gregados para celebrar uno más bargo, que aun sin haber subraya-
de los aniversarios del Partido do tal cual esa idea no sólo el pre-
Revolucionario Institutional,' sidente Salinas con anterioridad
pareció abrir un debate nuevo venía deslindando ese proceso de
acerca de la polarización entre es- reforma del matiz propiamente
tatismo y neoliberalismo, a pro- neoliberal, por un lado, y desde
pósito de las dificultades y aican- luego, por el otro, del formato es-
ces del proceso de reforma del tatista, sin negarlos como su pun-
Estado iniciado en 1990. to de partida lógico e histórico.
Proveniente del discurso presi- También otros trabajos de inves-
IZTAPALAPA 33
* Rofesor investigador del Depmtamento de Sociologia de la Unidad iztapaiapa de la
FXTXAORD~N~RIO
DE 1994, pp 161.188 Universidad Autónoma Mekopoiitana.
162 Miguel González Madrid
tigación y ensayo pubiicados en México y en otros A partir de la percepción de esa conexión, en este
paises dunuite los úiümos doce &os? habían mostra- artlculo intentaremos hacer una caracterización del
do qne la salida a la &is de3 iaterVenciOnismo estatal proceso de reforma del Estado mexicano, partiendo
(en lo econ6mico y lo social) MI @fa reducirse ai de una breve reflexión sobre las premisas en que se
tipo de proptiestas neulibemies (menos Estado y sa- fundó en el pasado la gestión estatal, siguiendo con la
tisfacción de las necesidades económicas y sociales a idea salinista sobre la crisis capitaiista en el país y
través del mercado), ni fundarse en un simple reaco- arribando a la proposición de que la nueva política de
modo del antiguo modo de intervención estatal. Por bienestar social y la respuesta a la crisis de la repre-
las macterísticasque el Estado social intervencionis- sentación poiítica (gubernamental y de los partidos
ta y su proceso de crisis adquirieron en nuestro pais, politicos) son componentes inseparables de una de las
tal salida ha mostrado su propia especificidad, sobre vertientes de la reconstrucción de las bases sociales
todo -y MI solamente- en el sentido de seguir una de legitimación del Estado.'
lfnea de conexión entre el redimensionamiento del
peso económico del Estado y del mercado y la reva-
lorización de la política de desarrollo social. 1.PREMISASY DESARROLLO DELESTADO SOCW.
I"Ci0NISTA
básica como en los procesos políticos y laborales, cales, el aumento de importaciones de alimentos). En
pasando a un plano secundario el renglón de la asis- suma, la crisis del Estado de bienestar estaba ya en
tencia social y el problema de la contracción del in- germen durante este sexenio y de hecho se iniciaba
greso real de los productores agrícolas del subsector con la política de contención salarial, que también
tradicional.” N o obstante esto, el gobierno de Luis puede ser llamada de desprotección salarial.’5
Echeverría (1970-76) decidió reafimar el interven- En el periodo 1977-1982 se hizo evidente la dife-
cionismo estatal y, debido al problema de concentra- renciación entre el creciente intervencionismo estatal
ción desigual del ingreso nacional y de disminución y la situación de deterioro del salario real y del gasto
de la tasa del gasto social,” refuncionalizar la poli- social (como proporción del PIB y del gasto público
tics de desarrollo social. Así,en 1972 y 1973 aumen- total), que, vista en términos de correlación de fuer-
taron su ritmo de crecimiento el gasto de inversión y zas, no expresaba sino un trato diferencial-desigual
el gasto social,I3 se autorizó incrementar los precios hacia los trabajadores del campo y de la ciudad, con
de garantía agrícolas (después de una década de man- graves consecuencias en su nivel de vida.
tenerse nominalmente estancados)? se consolidó la Por otra parte, es pertinente indicar que, en los años
recuperación del salario real.I4 Durante el siguiente del “desarrollo estabilizador” e incluso hasta 1976, las
sexenio (1976-82) el comportamiento salarial real se- mecanismos de flujo de recursos financieros hacia
guiría una tendencia abiertamente depresiva (aún vi- los circuitos público y privado de la economía nacio-
gente), pero el gasto de inversión - e n el sector de nal, asociados al proceso de endeudamiento público
empresas paraestatales y en infraestructura básica- externo e interno,’6en condiciones de baja captación
se mantuvo en aumento y, finalmente, aunque la pro- tributana, permitieron al Estado mexicano desempe-
porción del gasto social en el PIB se redujo, esta baja ñar la función esencial de capitalista colectivo, garan-
no avanzó hasta 1981 al nivel existente en 1970 (5.8% te de las condiciones generales de la reproducción del
del PIB). Sin embargo, de aquí puede ser derivada la capital social:” en un sentido amplio, de las condicio-
afiimación de que el Estado, en condiciones de ate- nes de existencia socialmente productiva del capital y
nuación de la crisis capitalista, por el auge petrolero del trabajo asalariado. La captación favorable de re-
y la situación de crecimiento de la economía de EUA L ~ O financieros
S del exterior hizo posible la conso-
favorable al comercio exterior de México, en térmi- lidación del gasto público, cumpliendo así el Estado
nos de volumen de mercancías y servicios intercam- esa función. Visto de otra forma, el Estado cumplió el
biados, privilegió su “función de acumulación” e in- papel de redistribuidor” de la riqueza social entre los
tentó recuperar legitimidad por diferentes vías: con diversos capitales privados y entre los diferentes seg-
la aplicación de UM reforma políticoelectoral, con la mentos de trabajadores asalariados. Sin embargo, esa
ampliación de las fuentes de empleo y con la expan- función estuvo sesgada por el desarrollo polarizado
sión del abasto de alimentos básicos (cfr. el Sistema del conjunto de la economía, beneficiándose así prin-
Alimeniario Mexicano, la creación de tiendas sindi- cipalmente los empresarios con intereses en las ramas
166 Miguel González Madrid
de punta y en las empresas monopólicas, por un lado. sólo entraba primero en crisis la política de desarrollo
y los trabajadores localizados en estas mismas ramas y social sino que además ella se extendía al salario di-
empresas. En otras palabras, uno de los desequilibrios recto. En consecuencia, este mecanismo no podía ser
generados por ese tipo de redistribución de la riqueza el soporte lógico del intervencionismo estatal, sino el
social fue la concentración desigual del ingreso na- de su crisis.
cional. Es pertinente agregar, a propósito de la función
Históricamente, en muchos países desarrollados y general del Estado capitalista como redistribuidor de
en desmolio, el Estado capitalista se consolidó asu- la riqueza social, que:
miendo esas funciones (capitalista colectivo-redistri-
buidor de la riqueza social) y acrecentando el sector i) Toda acumulación de capital (reproducción am-
de empresas públicas; pero esta tendencia [rifenien- pliada del capital), por su propia lógica exige una
cionistu finalmente provocó la fraciura del modelo de creciente masa de capital adicional.
economía mixta y la polarización de las hacciones ii) En economías como la de México ese capital adi-
de la burguesía en torno del tipo de esirategia de cional no sólo procedió del propio proceso de
acumulación de capital necesario para el país, y dun valorización del capital invertido, sino que ade-
en torno del tipo de relaciones politicas entre el Esta- más fue insuficiente para las necesidades de ucu-
do y la sociedad.” En el caso mexicano, l a aisis mulución, pero,por serio, también procedi6 de los
capitalista puso en evidencia el agotamiento de las excedentes de capital disponibles en el mercado
viejas premisas de animulación de capital y de inter- mundkal, vía contratación de créditos por los sec-
vención estatal. En términos de los circuitos de flujo tores privado y, sobre todo, público.
de capital y del financiamiento del gasto esTatal, se iii) La redistribución de la riqueiii swial es propor-
mostró que la capacidad de intervención estatal había cional a la capacidad de su generación interna, y
encontrado su límite superior en la reducción de la aun de su amp1kdci6n por la transferencia de re-
masa de capital adicional a redistribuir socialmente. cursos del exterior.
que en el pasado había circulado hacia el Estado bajo
la iorma de fondos tributarios y crediticios Puede notarse, entonces, que en condiciones favo-
Ese límite superior de la capacidad de intervención rables de disponibitidad de capital excedente dinerd-
estatal en el proceso de acumulaci6n de capital fue rio, entre 1955y 1976, el creciente intervencionismo
más notable después de 1976 por el modo como se estatal pudo ser soportado con flexibilidad. sin pre-
conipensó la caída de la rentabilidad del capital. con sionar fiscalmente al sector privado.
base en la depresión de la masa y del poder adquisiti- Ahord bien, parael periodo 1983-1988,lainterrup-
vo del salario nacional. Este mecanismo de compen- ci6n del flujo de capital a préstamo hacia la econoinia
Sdci6n dejó ver, pues, que en condiciones de escasez mexicana, aun en forma parcinl pero significativa, se
de capital adicional de redistribución social-estatal no inagnil-icó por la fuga de capitalcs generada desde
Crisis del intervencionismo estatal... 167
1976. Inevitablemente esa situaciónprovocó el inme- mecanismos de regulación económica, con la elimi-
diato colapso del sector de empresas paraestatales y nación del déficit público, con la refuncionalización
de las finanzas públicas, al dificultarse el financia- del sector externo y con la represupuestacióndel gas-
miento de sus déficit con créditos externos. En condi- to público. No obstante esto, la nueva intervención
ciones favorables de financiamiento esos déficit en económica estatal y la dinámica de una economía
realidad no representaron UM traba para el funciona- abierta a los retos de mayor productividad, eficiencia
miento de la vieja estrategia de desarrollo; pero bajo y competitividad,no estarían exentas, tarde o tempra-
las condiciones desfavorables los déficit se convirtie- no, de sus propias limitaciones, que se reflejarían en
ron en la forma primaria de la crisis del intervencio- nuevos desequilibrios y contradicciones.
nismo estatai.
La crisis de la estrategia de desarrollo capitaiista,
del intervencionismo estatal, de la política de bienes- 2. DIAGNÓSTICO GUB~AMENTALDELACRISISY
tar social, del corporativismo político y laboral, del NUEVA ESTRATEGIA DE DFSARROW
sistema electoral y de partidos (desde 1976, pero fun-
damentaimente desde 1988), y de lapauperizaciónde Para comprender el siguiente capftulo es Ilecesario
los trabajadores del campo y de la ciudad:’ provoca- exponer brevemente el diagnóstico que sobre la nisis
ron, como tuvo que ser, entre los grupos empresaria- capitaliista se presenta en el Plan Nacional de Desa-
les, gubernamentales, laborales y agrarios del país, la rrollo 1989-1994 (PND 89-94) y adelantar algunas
imperiosa necesidad de efectuar una profunda trans- proposiciones sobre el “nuevo Estado” que de ahí se
formación del Estado y de la estrategia de desarrollo derivan.
económico, y por ende de las alianzas y compromisos En el PND 89-9422se subrayan los siguientes ele-
de clase. mentos de la crisis económica y social de México,
La respuesta de esas formas de la crisis capitalista cuyo origen, se dice, está en los desequilibrios del
se planteó primero al inicio del gobierno de Miguel proceso de desarrollo anterior:
de la Madrid, con la estrategia de “cambio estructu-
ral” de la economía y de “renovación moral” de la a) La concentración “en unas cuantas ciudades” del
esfera pública:’ y después con la estrategia salinista desarrollo económico.
de modernización de la economía y de “reforma del b) Un desarrollo regional y sectorial “muy dispare-
Estado”. Ninguna duda cabe de que esta estrategia de jo”.
modernizaci6n y de reforma del Estado recupera mu- c) La desigual distribución del ingreso nacional, con
chos de los elementos de la anterior, pero su aplica- niveles de “pobreza extrema”, por un lado, y alta
ción ha mostrado mejor consistencia y eficacia, sobre concentración de la riqueza, por el otro.
todo en relación con el “redimensionamiento” del d) La manifestación de rezagos sociales envivienda,
aparato económico estatal, con la redefinción de los educación y seguridad social-médica.
168 Miguel Gonzúlez Mudrid
ciones (“obligaciones”) económicas y sociales, sino PND 89-94 se plantea en consecuencia la necesidad de
que estaría reorganizándolas bajo diferentes mcdali- “atacar” el problema, y se sugiere partir, para com-
dades: represupuestación del gasto público, reorien- prender su carácter complejo, de la diferenciación de
tación productiva de la inversión pública, regulación dos niveles de pobreza extrema: a) la pobreza de los
económica flexibilizada?’ etcétera. campesinos (ejidatarios-parcelariose indígenas), y b)
Tercero:El nuevo Estado estaría sensibilizado so- la pobreza de los habitantes de las colonias populares
cialmente por los problemas reales de sobreendeuda- de las ZOMS urbanas con carencias de servicios bási-
miento externo, de baja productividad industrial (y cos municipales.
agrícola), de escasa competitividad en el mercado Para enfrentar ambos niveles de pobreza extrema
mundial, de escasas oportunidades de empleo, de re- el presidente Saiinas popusoen el mismo PND 89-94 el
ducido poder adquisitivo del salario y del ingreso Programa Nacional de Solidandad @masol), cuya
agrícola, de rezago en materia de vivienda, educación ejecución ha sido sostenida con recursos -cada vez
y seguridad médica, de inseguridadjurídica en la te- más ampliados- derivados de la venta de empresas
nencia de la tierra de uso agrícola, de grave deterioro paraestatales, de la eiiinación de partidas no prion-
del medio ambiente, de la desprotección de las perso- mias del gasto público y del “ahorro” generado en la
MS ante los actos del aparato judicial y policiaco, disminución del pago del servicio de la deuda pública
et~étera.2~ (externa e interna). Sin embargo, hay que hacer notar
El nuevo Estado estaría adquiriendo incluso nue- que el Pronasol presupuestaimente es tan sólo una
vas funciones y asumiendo retos que no se explican, parte de la nueva política de bienestar y que, por ende,
como se puede ver, sino por la generación, o por el la magnitud del gasto social totai (desarrollo regional
reacomodo, de contradicciones en el proceso de re- y rural, desarrollo urbano, educación, salud) es mu-
producción del capital del periodo actual, y en conse- cho mayor que el presupuesto de ese programa.
cuencia por la nueva correlación de fuerzas, por el Lo relevante del Pronasol no sería la magnitud de
nuevo “equilibrio inestable de compromisos” entre su presupuesto, que tampoco es monetariamente des-
las fuerzas sociales significativa^.^^ preciable, sino su aplicación, hasta ahora, como un
programa del Presidente de la República, dirigido a
más de veinte millones de mexicanos en la pobreza
3. REFORMA DEL ESTADO: ¿NUEVO ESTAiNJ DE extrema, condu5do a través de los programas de obras
BIENESTAR? públicas de los gobiernos federal, local y municipal,
y fiscalizado por las contralorías de esos niveles de
La preocupación central de la política social del ac- gobierno y por la “contralorfa social“ formada por los
tual gobierno remite a la existencia de una gran masa propios beneficiarios del Como tal, pues,
de mexicanos en la “pobreza extrema”, cuya maS alta ha sido aplicado como mecanismo de reconstnicción
proporción “se localiza entre los campesinos”. En el de la relación del Estado con unapane de la sociedad,
en t é m i o s de una fórmula de consenso-concesión No obstante, hay que destacar que la cadena que
que pesibilita recuperar legitimidad y confianza -par- genera el tipo de financiamiento del Ronasol, con sus
ticularmente en el régimen presidencial- y promo- eslabones básicos de inversión-recuperación-fondos
ver Ins condiciones materiales y sociales en que se revolventes,no multiplica los recursos,pero sí permi-
sustentan. te que su aplicación sea más eficiente y versátil. En el
Ahora bien, el PND 89-94 señala que la atención a caso de los “Fondos de Solidaridad para la Romic-
las demandas sociales constituirán “proyectos de in- ción” la inversi6n se efectúa primero en proyectos
versión recuperables tanto en el camp como en la productivos y posteriormente, ai recuperarse, en pro-
ciudad (subrayado m’o); pero en realidad una buena yectos de infraestructura urbana M i c a , o aun en
parte. de esa inversión se ha efectuado a “fondos muer- otros proyectos productivos (adquisición de maqui-
tos”, parkularmente aquella destinada a infraestruc- naria y equip ap’cola, formación de empresas dis-
iuraurbma. La inversión “recuperable”se hadestina- tribuidoras de insumos, etc.). Este tip de fmncia-
do máb bien a proyectos de mfraestructura agrope- miento del desarrollo social parece corresponder bas-
cuaria. de instalación de microindustrias, de mejora- tante bien a lo ue algunos han denominado el
miento de la vivienda popular, entre otros, y su ejer- 8 .
‘Workfare State”? en cierto modo el Estado sustitu-
cicio se ha realizado por la vía de l a concesión de to del “Welfare State”: un Estado promotor del &sa-
créditos blandos o incluso sin intereses. rrollo social pero guiado por una estrategia instüucio-
nal de elevación de la productividad y de conversión
de proyectos improductivos a productivos.
La lógica de la nueva política de bienestar parece
estar así nucleada por el principio de la extensión-ele-
vación-de-la productividad,que va más aliá de lo que
podría significar la “remercantilizaci6n” de la
Eo’
ducción de bienes y servicios de beneficio social. Se
comienza a entender, pues, que 1a“reforma del Estado’’
y l a refuncionalización del “mercado” (como mercado
“desregulado” y “liberalizado”) necesariamente im-
plican la configuración de una nueva unidad entre las
esferas política y económica, y que ésta impone lími-
tes tanto a los “excesos”del bienestar social (ai derro-
che, a la desviación de inversiones en proyectas no
autorizados. ) como a los del ”mercado” (a la explo-
tación brutal o no regulada de la fuerza de trabajo, a
la operación especulativa de capitales, etc.). En un
Crisis del iniervencwnismo estatal... 171
La unidad entre las libertades (económicas y polí- usta” de la revolución de 1930-17.En el contexto %-
ticas) y la justicia social fue originalmente planteada, tual, sin embargo, la coexislencia de los principios
como sabemos, en el proceso de construcción de un liberales y de los principios de justicia social no pue-
nuevo Estadoy unanuevasociedaden 1910-17;yella de percibirse como un simple reflejo del fundamento
no fuc sino el reconocimiento formal, en la Constitu- Iiistórico del Estado mexicano, o como una fórmula
ción política del país, de las libertades que hiibrían de de recuperación de su pasado histórico. Debemos com-
cjercer los propietarios y los no propietarios, y de las prender, entonces, que el reconocimiento y el ejerci-
reivindicaciones sociales y laborales de las clases popu- cio de las libertades (econ6micas y políticas) tiene sus
l í e s . En ningún Estado capitalista moderno podrían propios límites y que la justicia social ya no es un acto
csw ausentes ambos aspectos, aunque lo que varíe de fácil concesión del Estado (de un Estado “redistn-
sea el tipo de libertades y de justicia social rewnoci- buidor”-deudor creciente).
das, y más estrictamente el modo como realmente .se De lo anterior se comprende que el nuevo Estado
ejercen, se respeten, se protegen, se garanticen, se de bienestar tiende a dejar de ser el principal deposi-
apliquen, etcétera. tario de los medios de realizcrción del desamllo social,
La tendencia intervencionista estatal, no obstante de la justicia social. Su función de bienestar social se
ser necesaria para impulsar el desarrollo capitalista, traduciría así ante todo como p r o m i 6 1 1de &te (cfr. el
subordinó sensiblemente la dimensión liberal del Es- “Estado solidario”), en tanto que sus medios de reali-
tado, de modo que las libertades fueron ejercidasbajo zación estarían concenüados en los procesos de “re-
control de un régimen presidencialista y corporativis- mercantiiización”” o de “transcapitalizaci6n”?*
ta, por un lado, y de una estrategia proteccionista y
subsidiaria de acumulación de capital, por el otro. Todo esto es ilustrado por lo siguiente:
Pero en general la obstrucción de esa dimensión libe-
ral tampoco significó el florecimiento de la justicia I) La promoción de las aportaciones de los benefi-
social, del bienestar social. Éste más bien fue repla- ciarios de los proyectos de desarrollo social (ur-
do en los límites mínimos de subsistenckd social de las bano, regional, rural).
clases populares. Nuncu, pues, “demusiudoEstado” ii) La recomposición presupuesta1 de las instiiiicio-
llegó u representur un “exceso de bienestar social ”, nes de educación pública con orientaciones de
1:omo rumpoco m u umenruu n lu propia existenciu del eficiencia y productividad.
.vis/eniucupitulistu nacional. iii) La aplicación de una política selectiva de desarrollo
A propbsito del discurso presidencial sobre el “li- social (el Pronasol).
bei-alisino social”, dice Enrique Krauze” que en Mé- iv) La colocación de los fondos de retiro y de vivien-
xico no hubo mAs liberales “puros” que los del siglo da en manos dcl mercado.
X I X , y que lo que se denomina “liberalismo social” v) La incorporación intensiva y amp1iidadc las con-
cstaría más bien identificado con el “liberalismo esta- diciones de producción,de vida y de organización
. I .
de los pequeños productores parcelarios agríco- autoritario, y no de la crisis del mismo, porque no nos
las. al libre funcionamiento del mercado. encontraríamos con la desactivación literal del Estado
de bienestar sino con su reorganización-transforma-
L a discusión sobre los extremos de la dimensión ción. Ello quedaría mostrado por la .ritbsistenc¿rrde
cstatal (neoliberalismo versus estatismo), y por tanto algunas políticas de bienestar social simultáneamente
l a decisión gubernamental de colocar la gestión esta- a la niodificucióir o eliminación de otras. Aún más, tal
tal en una posición intermedia, de “liberalismo so- crisis “al interior” resulta más peligrosa para el Estado al
cial”, no enuncia sino en otros términos el problema extenderse al corazón del formato de reprcsentación
de los limites de la intervención piíblica. Jean-Marc condensado en el binomio partido de Estado /régimen
F ~ n t a i n esostiene
~~ que los neoliberales tienen siem- presidencialista, que, sin quebrarlo, muestra simultá-
pre fija la idea de que el límite entre la economía y el neamente la dificultad de transitar a otro formato, ya
Estado es “menos Estado”, porque el Estado es con- por incapacidad o debilidad política de la oposición,
cebido siempre y tajantemente como el “dominio de ya por el reapuntalamientodel formato vigente, o por
la decisión colectiva y de la confrontación doctrina- ambas cosas a la vez.
ria”, en oposición a la economía que constituye “el Ahora bien, es preciso puntualizar también los Ií-
mundo de la producción y de las necesidades”. Sin mites de la nueva política de bienestar social y sus im-
embargo, en el medio gubernamental no pcdrfa ser plicaciones en el sistema de representación política:
aceptado un límite tal que, siguiendo los dictados del
mercado, impida percibir los sujetos reales que son 1. En el corto plazo el gasto social dependerá prin-
el soporte social del proceso global de la producción cipalmente de dos tipos de ingreso: los recursos
y, en consecuencia, los requerimientos mínimos de generados por la venta de aquellas empresas pa-
las clases populares. raestatales aún no “desincorporadas” o parcial-
La imposición de límites a la intervención pública, mente liquidadas; y los recursos derivados de la
por otra parte, no parece proceder propiamente de la ampliación de la bave tributaria. En todo caso, el
subjetividad de los gobernantes, sino que tiene su gobierno federal buscará ampliar 4 por lo menos
origen objetivo en la naturaleza de la estrategia de conservar- el superávit dc las finanzas públicas
acumulación que en un periodo determinado entra en como masa de recursos de reserva a ser utilizados
Lrisis, y por lo tanto en el tipo de compromisos clasis- estratégicamente en la eventual ampliación del
tas que entran en juego como su soporte social. gasto social en el Último año del sexenio.
Esos límites, para el caso mexicano no expresarían 2. El crecimiento de la economía con estabilidad de
sino los acotamientos inferior y superior de tal inter- precios será condición estructural para la acücu-
venci6n. Parafraseando a Enrico P ~ g l i e s e ’lo
~ ante- lación entre el gasto social y el ingreso fiscal. L a
rior nos permite sostener que nos hallaríamos propia- ampliación de la base tributaria -por un creci-
mente ante “una crisis u1inferior” del Estado social- miento absoluto y no tanto por el ataque a la
174 Miguel González Mudrid
bilidad, sino también los mecanismos de íinancia- reterritorialización estaría propiciando una cierta fle-
miento del gasto público, los límites y alcances del xibilización del ejercicio de las poiíticas públicas en
Estado-empresario, el formato de representación y el dominio de las necesidades sociales de los indivi-
los procesos de mediación vigentes: en otras palabras, duos agrupados comunalmente,pero sin que el poder
a tener que “reformar” las políticas públicas y a re- federal pretenda conceder m h autonomía -que la
construir las relaciones y las condiciones de consenso que ya escasamente pueden tener- a los poderes lo-
y de gobernabilidad. Todo este proceso único -aun- cales, municipales y, sobre todo, comunales. El tipo
que desigual internamente- ha implicado: de representaciónpolítica formal ciertamente no esta-
ría cambiando; pero sí se estaría propiciando una ma-
I . La reterritorializacióri de ia gestión socia^.'^ yor fluidez en la relación de consenso-concesiones y
2. La inserción del sistema de bienestar social en los una regeneración de los márgenes de credibilidadres-
procesos de “remercantiiización”. pecto a los gobernantes.
3. La represupuestación del gasto social. La articulación del sistema de bienestar social con
4. El redimensionarniento ideológico de la política el sistema financiero nacional, por ejemplo para el
de desarrollo social. caso del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), pre-
tende eliminar las desventajas financieras y sociales
La reterritorialización de la gestión social ha con- que se tenían con el viejo sistema de cajas de ahorro
ducido a la rearticulación de los tres niveles de go- controladas por las burocracias sindicales.
bierno federal, local y municipal en tomo de la con- La crisis económica en general, que restringió los
cesión a los beneficiarios directos de los programas de flujos de capitai adicional, y la crisisde larepresentación
obra pública, o de fomento a la producción, para de- sindical, principalmente institucional, agrupada en el
terminar el tipo de obras que la comunidad más re- Congreso del Trabajo, influyeron sobremanera en la
quiere y que se ajuste a la magnitud de la inversión disminución de la capacidad, por un lado, de los em-
asignada municipal o regionalmente. presarios para aumentar la acumulación de capital a
Administrativamente ha operado así en los últimos un ritmo sostenido y, por otro, de los trabajadores
tres alios una cierta descentralización de la función para conseguir mejores condiciones de vida. No obs-
pública de definición de los programas de obras pú- tante, es neoesario subrayar que el SAR no resuelve el
blicas, regulada solamente por los criterios de planea- problema de requerimientos de capitai adicional para
ción nacional y de control del ejercicio de la inversión el sistema de producción de metcancia nacional; aun-
pública. Como sostiene Paul Alii&s, la lógica de la que podría atenuarlo en el mediano plazo. Dei lado de
retemtonalización permite así asumir responsabili- los trabajadores tampoco resuelve los requerimientos
dades colectivas de acuerdo con disposiciones locales sociales de vivienda y de fondos necesarios para sor-
entre las “personas morales interesadasy9.’’ tear suficientemente situaciones personales de de-
Desde el punto de vista de la des-estatización, la sempleo.
176 Miguel González Madrid
De cualquier modo, con lo anterior queda al descu- relación directu con los individuos y grupos maales
bierto la inoperancia de los viejos esquemas de nego- interesados por la atención u sus problemas.
ciaciónsindicalsobre esa cuesü6n específica,y también Como sabemos, en las décadas que persistió el vie-
la incapacidad de la burocracia sindical para ofrecer jo Estado social-intervencionista,la política econ6-
respuestas funcionales a la crisis de las condiciones mica-social aplicada generó actitudes de aceptacih
de existencia del capital y del trabajo asalariado. entre las burocracias sindicales oficiales que manie-
La represupuestación del gasto social es resultado nían el control sohe la mayoría de los trabajadores
del cambio de las propias condiciones de vida social de asalariados, de modo que bajo un sistema de partidos
los trabajadores. Pero este cambio es tan reciente que no competitivo y un sistema electoral restrictivo’* no
incluso los partidos poiíticos, los sindicatos, los mo- hizo tanta falta recurrir a los espacios de expresión y
vimientos sociales y los diferentes niveles de gobier- de representaci6n electotal, ni a la relación directa
no apenas comienzan a asimilarlo cabalmente. Tal es con los ciudadanos para sostener o fortalecer los pro-
el caso del cambb presupuestal provocado por l a cesos de legitimación y de gobernabilidad. En tal si-
atenci6n gubesnamentai aproblemas de deterioro del tuación el paaido hegemóNm de Estado funcionó so-
medio ambiente: de la caiidaddei aire y del agua, de l a bre todo como factor de coordinación ideológica con
seguridad sanitaria de las &s de drenaje, de la con- los tres niveles de gobierno para asegurar el control
servación de las áreas verdes. de los procesos electorales.
No muy reciente, por el contrario, ha sido el cam- Todo lo anterior deja ver, finalmente, Pa crcsis de
bio pmpuestal provocado por la promoción guber- repre~enraci6n~~ que atraviesan hoy en día los parti-
namental de una política de potección de los dere- dos políticos nacionales, unos en menor grado y otros
chos humanos, que va de la asesoría a las personas en mayor grado, y las burocracias sindicales que ofi-
afectadas por los procesos de procuración de justicia cialmente fueron el soporte del Estado. Tal crisis se
a la indicacibn de recomendaciones de correCci6n de traduce en cierta incapacidad para representar a los
estos procesos y de los de ioupertición de justicia, diri- segmentos ciudadanos y asalanados bajo nuevas con-
gidas a los funcioniuios responsables directa o indi- diciones de vida y nuevas necesidades sociales.
rectamente de su condwción. En cierto modo, el proceso de reforma político-
En general, ai tiempo que se incorporan nuevos electoral,que el país vive desde 1977, ha trasladado a
gastos, se eliminan algunos otros o bien se procede a los partidos po&cm a una lucha que Cancentta su
reescalonados bajo criterios de @ridad y de com- interés más bien en aómo mantenerse, agregarse o
promisos reales con las clases populares. reacOmOdsrsecomofuem elecíoral, teniendo que de-
Finalmente, el redimensionamientoideolegico de finir asfumi agenda de asuqtos ad hoc para orga&ar-
la poiltica de desarroiio social sigaifíla que la cons- se fonnulmente y buscar aüados eleaorales, y para
trucción del nuevo Estado de bienestar estarla ami- preparar tácticas de penetraci6n electoral y de defen-
miendo tendencias de reiegiümación liuidadasenuna sa de posibles triunfos.
Crisis del intervencionismo eitatal... 177
toms, México, 19x8, 17 ed., p. 62) cómo la formación de por ejemplo que la teoría neolibcral otorga primacía u1
capital público bruto fue aumentando en una propación mercado en el proceso de articulación de los capitales diver-
m a y a en la industria que en otros sectores de inversión sos, en tanto que, en contraste, la teoría del capital monopo-
federal. Tal tendencia no habda de mosttlV a partú de los lista de Estado Negó a otorgar a Is intervención estad una
d o s seteuta sino un de8equiHnio enúe 61gasto de invmión excesiva capacidad para suporar las contradicciones y las
de capital y el gasto de bienestar social, que f d e n t e crisis de la acumuiación de capital, fundamentalmente en
derivaríaen la aisis de las dos columnas del iutervencionis- beneficio de los capitah monopolistas. En ambas tearías la
mo estatal: la política del dcsarmllo productivo y la política “funcionaiidad” del Estado es diferente. Pero a su vez. en
del desarrollo social. contraste con otras reorías,éstas no ofrecen propiarneote, ni
6
Cfr.Enrique de la Gana TOMO,Contribución al estudio essuobjetivo, un& delaespsiñcidaddelEstado. Una
del Esiaab social-autoniario, UAM Iztapalapa, México m’tica tanto a los duccionismos económicos como a los
1984, Colación Cuadernos Univasitazios, núm. Y. políticos puede larse en la obra de N i i s Pouiantzas. prin-
cipaimente Poder políiico y c h e s sociales en el Elnodo
7
Entre los irabajos que pqorcionan información y análisis
sobre esa cuestión. citamos: Arúuo Huerta G., Economía capiralistu, Silo XXI, México, 1969.
n Sobre las empresas pamestatales en México, véase: El pro-
mexicana, más ai16 del mihgm, Ediciones de Cultura
Popuiar, México, 1986-87. espe&lraente las pp. 23-40 y ceso de enqenm‘ón de enibkdes paraestatales, docu-
162-166; PedroLópczDlazeial, C q i - ycrisism mento elaborado y editado por la Unidad de Dcsincopra-
M é x ~ , , E d i c i o n e s d e C u ~ 1p9 ~7 8~1985.
~, ~ ción de Entidades Paracstatalcsde la Secretaría de Hacionda
pp. 18 a 32; Lcopoldo Soüs,úirealidadecondnica mexi- y Crédito Público, mayo de 1991(44 pp.); M a í a Amparo
cana retmvisión yperspecrivos. S i x )[I.México 1970 Casar y Wilson Pnss.El Estado empresario en México
il1986, pp. 169-u)4, Rafael Izquiado, “El proteccionismo jagomiento o renovación?. Siglo XXI,M i c o 1988;
mexicano”, en h p o l d o Solis (comp.). La economía mexi- Alejandro C d l o Castro ei al, Las einpresas públicas en
cuna, P C ~M¿Xico 1973; Robea Bruce Wallace er al., Lu México, WAP,México 1976; Ignacio RoQiguez Rc~M,“La
política de protección en el desarrollo económico de privatización de la petrcquimica básica”, en El Cotidiano
México, PCS México, 1979 Roger D.Hansen, La política núm. 29, México 1989, pp. 16-22;Rusario Mariñez. ‘21
del desarrollo mexicano, SigloXXl, México 1971a 1988. origen de la ley de entidades paraestatalcd’,enEl Cotidiano
pp. 57-96;José Ay& Espino et ai, E s t a b y desarrollo. La núm. 14, 1986. pp. 12 y 16-22; Miguel Ángel Romero
formaciónde la economlu mixta mexicana (1920.1982). Miranda y RaraFisco Robles Berlanga, “La rcsmcturación
pca 198% SGTgio Sosa, “Elcmentosparaunareinteqmtacióu de las paraestatales”, en El C o t M , núm. 14, 1986. pp.
de l a d i s del protscfionismoen e i c o ” , en Invesrigaciúfi 13 y 23-31; Ma. Flor Chávez Resa, ‘Temex y el capital
Económica, núm. 171. Méxirn 1985.p~.289-303.Aunque transnational: la cshuctura empresarial en el s c d o r quúni-
en diferentes análisis y eníques teóricos sobre los mecanis- co-petmquímico”, en Análisis económico, núm. 9. UAM
mos de subsidioe8tablecidosen larelación Estado-economic Azcapotzalco, Míxico 1986, pp. 115-137; Msrcos Kaplan
existe la idea de ta indisociahiiidadde estas dos esferas, en et al, Regulaciónjurídica del vitervencionismo estatal en
m a y a o en menor grado, las propiciones acezca del sraius México. PCB, México 1988; y &amem de la sihisuón sonó-
t d i m decadauna varían notablemente. Así,encontraremos mica de México (“Documento especial: México en cifrar”).
Crisis del iniervenciohisnio esinrnl... 179
B A N ~ Mdf,Qp. 14.
~ Dc~ acuerdo
~ con los datos sobre social no tiene su origen sino cu la creación de la riqueza
laformación dels~ordeempresasparaestatalesenMéxico. social. El enfoque manista es aún más preciso en e s b sólo
puede sostenerseque entre 1935 y 1940se forma nalmente el kabajo producrivo es capaz de generar riqueza, valor y
tal sector, queen- 194Oy 19óOésteexperimentasuprimera por ende plusvalor. Por oira parte, cabc mencionar aquí
consolidación y que enkc 1960y 1976concluye su wnsoli- algunos trabajos que abordan el problema de la política de
dación. Aunque la crisis de este sector era un becbo en 1976. bienestar socialenMéxico: SantiagoZormlaArena. 50años
el auge petrolero que se vivió en los años 1977 a 1981 no de polírica social en México, Limusa. Méxiw 1990; Lw-
haría sino pmmgar su estallamiento. Las wndiciones de poldo Solís op. cic..pp. 244-269 Julio Boltvinii. “La satis-
restricción interna y externa del fuianciamiento del gasto facción de las necesidades esenciales en Méxim, 1970-
público (asociado a la función de acumulación por parte del 1987,en Aa.Vv. EsrancMtienroecon6~’coycrisissocial
Eqtado) sumadas ala tendenciadeficitaiadel sectorparaes- en Mtbico 1983-1988,Tomo I, um.4 México 1989, pp.
latal. en 1982,llevaronfinalmentealgobiernof~~apasar 491-5411; y EsradLFticas Históricas de México, Tomo I,
de una privatimción limitada y selectiva, puesia en mamba WEGoiSPP&f6XiCO,pp. 75-152.
durante el gobierno de José Gpez P&o, a una privatiza- En muchos trabajos podsmos mconbar subfayadala indica-
ción ampliada como pate de una nueva estrategia de acu- ción de esos dos soportes. Sin embargo, fuc Daniel Cosí0
mulación nacional de capital y de una nueva forma de Villegas en su libro El sisíemapoltiico mexicano (Joaquín
intervención estatal. (Cfr. James OConnor, í a crisisfiscal Mor&) quien los senalb con anterioridad y precisión. A
del Es:&, Península, España, en donde el autor habla de partir de esta tesis haría comprender algunas problemáticas
la función de acumulación y de h función de legitimación). en otros dos libros: La sucesión presidencial y El estilo
Una buena parte de la reproducción de la fuoza de trabajo, personal de gobernar (mismaeditorial).
que se vincula al capital como fuerza de trabajo asalariada, Al mpceto,véase: Kirsteu A. de Appcndini y Vania Almei-
se realiza socialmente y es considerada entonces como una da Salles. “Recios de garantía y crisis agrícoia”, en Nueva
responsabilidad del Estado. Para el caso mexicano. es indu- Anrropología, núms. 13-14, México 1980, pp. 187-218
dable que esta función se ejerció aun en forma limitada a Cassio Luiselli F. y Jaime Mariscal O., ”La crisis agrícola a
través de las instituciones de asistencia médica (mssrsssm, partir de 1965”. en Aa.Vv. Desarrolloy crisis de la econo-
Centros de Salud), del sistema de cducaciónprimaia gratui- mfa mexicana, pca México. Colección Lcaurss de EL Tri-
ta, del sistema de abasto y comercialización de alimentos mes- Económico, núm. 39, pp. 439-455: Blanca Rubio
camuConasupo, y ya tardíamente del sistema de vivienda Vega, ”La nueva modalidad del desanullo capitalista en la
popular Infonavit. Otro tipo de necesidades de la reprcduc- agricultura mexicana. 1965-1980, en Teorta y Poltrica.
ción de la fuerza de embap también fueron atendidas, con núm. 10. Móxiw 1983; Jorge Basavc K,“El papel de la
menor o mayor eficacia según las mnas urbanas. d e s y agricultura en el desanullo cconó~nicoy social del país
regionales, por conducto del Estado, como es el caso de la (1940-1982y>, enTeorícay Polfrica,núm. 14. México 1986,
pmstación de serviciospúblicos de hansporte, de agua pota- pp. 87-104.
ble, etc. Sin embargo, can atinado razonamiento. como sobre salarios e ingreso nacionai, véase: I e f m ~ a t yr
veremos adelante, varios estudiosos de la gestión social Rafael Sáncbcz, “Salario y crisis económica en Mtxico”.
estatal ban seAalado que el gasto ejemido para el bienestar y Sergio Sánchez Gucvara y Román Sáncha ti..‘*Ladistri-
180 Miguel Ganzdiez Madrid
hución de los ingresos y los salarios", en Aa.Vv. La estruc- 156; y Exumen de la situaciin económica de México.
iura de salarios en México, u~wAzcapotzaIw. México junio 1990 (grúficas 16 y 17,pp. 308 y 309)y junio 1991
1985.p~.37-11Oy111-153,respsctivamente; f i g & Mar- (gráfica 5,p. 243).
I5
línez, La distribucúln del ingreso y el desarrollo econó- Resulta interesante la correlaciónexistente entre el ciclo de
mico en México. IIB-UNAM 19M). Sobre la evolución del recuperación del salario real y el ciclo de ascenso del Estado
hienesiar social, es ininrsante. el seguimiento que hacen, social-intervencioniFta-autoritario(1955-1976)en condi-
para los Sexenios de entre 1934 y 1982,Ma.Aparo Casar y ciones, por si fuera poco, de awimiento ewnómico más o
Carlos Márquu, en el artículo "La poiíüca de S~E&OS míni- menos sostenido. Por eso considero wmecto hablar a su vei
mos legales: 1934-1982"publicado en Economía mxica- de la conelafiai entre el ciclo de dqm%ecci& salarialy el de
nu, núm. 5, nm.Mixico 1983,pp. 221-259. Particulannen- desaceleración y caída del gasto social (1977-1988).
16
te destacamos aquí el hecho de que durante el sexenio de Sobre lacuestión ingrcsospiiblicos-financiamientodelgasto
Echeveah aumentó notablemente el gasto social como pro- público, véase: &tor GuiUén Romo. Orígenes& la crisis
porción del PB, no porque se hubiera dado una tendencia en México, nih 1985; Mael Paniagua. "Coacciona y
progresiva de aumento en este N ~ I O en el pasado. sino I í t e s de laintervencióndel Estado en MÍxiw", en Aa.Vv.
pracisamente porque tal hndencia se había d+racelerado: 1s El dilemu de iu economía mexicana, Fdicíoncs de Cultura
tasa de variación del gasto social disminuyó, no así sn Popular, México 1987,pp. 17-37;Guülamo Ejea et al,
propación. Mercado de valores. Crisis y nuevoscircuitosjinuncieros
13
Cfr. Ma.Amparo Casar y Carlos Márque.~.op. cit.: Américo enM~ico1970-1990.uAwA,MéXico 1991,especiaknenie
Saidívar, Ideología ypolítica delEstudo mexicono~(l970- el capítulo I. pp. 21-41;Jaime Puyana, "La deuda externa y
1976). Siglo ;yX, Mcaico 1980,cap. Tv, "La política so- el nuevo patrón de acumulación de capital en Mexico", en
cial", y. sobre la contrPdictona tendencia intevcncionista Brecha núm. 2,México 1987,pp. 107-124;J. Leonardo
estatal, José Ayala, "Límitesy conwdiFiiones & interven-
I Mejíí P k z y Manuel Rodrigo Aiatoire, Deuday desarro.
cionismo e sW 1970-1976, en Aa.Vv. Desarrollo y cn- 110.UAWI,México 1990. José Vaienzuela Peijóo. El cypira-
sis de la economía mexicuna (citado en nota 11). pp. lismo mexicano en los ochenta, e% México 1986,pp.
574-588. 60-68;y René Villarreal. hdustrialiuicidn, deudu y dese-
l4 El índice de precios del sector aprícoia de 1960 a 1972 se quilibrio externo en M&im: un enfoque neoestnrcturu-
mantuvo prácticamente igual al índice de prwnoS gaieralea lisia 1929-1988.~ c a México
, 1976 a 1988.
11
delppís,pcromejaaónotabkma.t.mrclaciónconistccntre Indudablemente. los estudios que mejor c~plicanesa función
1973 y 1976: despuós seguiría, como el & o real una general del Estado capitalista, son de procedencia o de
tcndcncia d e p i v a . (Cfr. ' l a s desventuras de un proyecto inspiraciónmanista.Citamos algunos: Elmar Altvater, "No-
agrario: 1970-1976'. en Aa.Vv. Desarrvllo y crisis de In tas sobre algunos problemas del interveociwismo de Esta-
economíamericana,pp. 613-637.)Sobnelcompntamien- do". en Aa.Vv. El Estado en el capitalismo coniemporú-
to salariai, véase: Jeffrey Bortr y Edur V e b . "El ciclo del neo, Siglo XXI. Mbxico 1977:Ian Gough, Economíapoli-
salano en México, 1940-1986".en Jesús Lechuga M. tica del Esiado de bienestar, Blume. España 1982;James
(cwnl.),El dikmu de la economía ~ ~ t e x i cd~cai, ó n O'Connor, La crisisjiscal del Estado, Península, Espatia
L~AwEdiLiionesde Cultura Popular, Máiúco 1987,pp. 141- 1981; Jean-MarieVincent"Reilexionssur1'EtatetI'iconu-
Crisis del intervencionismo estatal.., in1
mie”, en Critiques de l’economie politique, núm. 24-25. librios económicos. políticos o shiiules. puede Uegar a ser
Paris 1976 S. de Brunhoff, Estado y cupiial. Villalar. insoportable y propiciar el estallido -espontáneo. dcsor-
Madrid 1978; Joachim Hinch, “Observaciones teóricas so- ganizado o tendencidmente organizad- de los grupos
bre el Estado burgués y su crisis”. en Aa.Vv. El marxismo sociales hundidos en ella.
21
v /a crisis del Estado, UAP. Puebla, México 1977, pp. 117- Un libro excepcional que da cuenta de la lógica del “cambio
146. Abordado desde una perspectiva de crítica a diferentes estructural“, de los mecanismos de la política económica y
comentes marxistas (instrumentalistas,politicistas. econo- de sus fundamentos teóricos es el de Héctor Guillén Romo,
micistas, etc.), John Holloway y Sol Rcciotto proporcionan El sexenio de crecúnienio cero (1982-1988), EM, México.
n n análisis interesante sobre la cuestión del Estado considc- Los trabajos de José Valenzuela Feijóo (El capiialismo
rando a éste como “relación del capital” (cfr. “Capital crisis mexicuno en los ochenta,ERA. México 1986, caps. Vi y Vii)
and the State”, en Capital andc/ass. núm. 2. 1977; existen y de Miguel Ángel Rivera Ríos (Crisri y reorganizaciún
varias traducciones ai cspañol, una de ellas publicada en 1~ del capitalisnio nrexicuno), ERA. México 1985) también
revista Estudios polfticos,UNW Mtxico). aportan elementos para comprender esa lógica. Estos auto-
18
El papel de redist>ibuidoradjudicado al Estado capitalista, res, como otros que aquí no citamos por nwnes de espacio,
es inencibnado en varios enfoques teóricos; pero uno de los sostienen, en coincidencia con el diagnóstico gubernamen-
trabajos en donde se le asocia con la crisis del Estado de tal, que la crisis ecoiiómica de los ochenta “no se debe a
bienestar, es el de Paul Allies. “La decentralisation entre meras circunstancias temporales” (Valenzuela Feijóo), sino
modernization et mise de 1’Etat”. en Les Temps Modemes, que tiene un carácter estnictural,relacionado con el tipo de
iiúin. 463, 1985, pp. 1429-1478. estrategia de acumulación de capital.
19
Cli. Elvira Concheiro Bórquez, “Los empresarios, el Estado ’’ Presentado por el presidente Carlos Salinas de Gnrtdn en
y la inodemización”, en Memoria, núm. 43, CFMOS México, mayo de 1989.
1992Ma. AmparoCasaretal, “LosempresariosyelEstado 23 “Regulación económica flexibilizada” es una expresión que
en México: un análisis político”, en Aa. Vv. Empresarios y indica mucho mejor dos ‘aspectos del proceso de recompo-
Esirido en América Iriiina, cme-uAMFundación Friedrich sicidn de la intervención económica estatal: la continuación
Ehert, México 1988; Carlos Arriola W.. El Eslado y los de funciones reguladons b&icus, por un lado, y la elimina-
empresarias (1970.1982). Pomúa, México, 1987. ción de medidas regulatorias excesivas, innecesaias y rígi-
O’ Decimos “cfisis de la paupcnzación” en el sentido de que i1 das. “Desregulación”es más bien un termino que unilateral-
estado de extrema pobreza de varios millones de mexicanos mente tiende a simplificar y vulgarizar el significado de un
provocó en julio de 1988 una situación de desplawmieriiu proceso que económica e históricamente es complejo.
de la preferencia electoral del PRIa la oposición. La idea d r Para no dejar dudas sobre aiguna posible pero falsa conno-
de,rpiazamienro tiene una connotación específica que hay tación de la seiisibilizacidn social del Estado. es necesario
que subrayar: remite a una situación de fuerzas fluctuantes precisar que ésta no es garantía para que el Estado deba
en una coyuntura política concreta, y no a una conversión en efectivamente atender Las demandas y requerimientossocia-
sentido eshicto. Por otra parte. en sí misma la pobreza no les. AI respecto, Claus Offe sostiene acertadamente que el
constituye una ameirani social o política; pero si no se le dilcma del Estado CdpitaliSta,cuando busca cumplir con sus
desiictiva o se le restringe,y además aparecen otros dcaequi- funciones de “estabilización y protección de una fonnación
1n2 Miguel Gonzáiez Madrid
rocid naciooal“, es que “se ve enfmnido a una qiultitud de c i p h t e en la modaiidsd de “fondos municiies dc So-
dcmandasyrcqucrtnuaimsquesooh~iblesdesatiafacer lidandad” y sc be complemeotadocon el Convenio u w o de
dentro de los p&ncüm que ümitan ew m m o d e n con Desamo110 Muniapel bap la coordinación h i i a de los
sus arrcglos ~ b r r a l d d t i m s ”Lo que se requiere que Comüis Bstpt.hr de Plsneación y Doasrrollo (wpucf).El
el Estado baga eo ev&nt#u~entc m p i b k ” Dieiw de otro marco lepd plpncacióa del dciannk irrbenoy regio-
modo:el Estado cnpitnüsta se ve ricmpcsuperado, dcsbor- nal ñculta a los c o w s d a r con los gobicinoa muni-
dado pa las c r e c ~ t e necwudPdcs
s del capitai social y de cipales y con el conjunto de dopendmcias gubcmamcntalcs
la fusra de tinbejo ocupsdn y no w i p d a , en las ciadads locales y fc&rals, la definición de un plan único de obra
y en el campo. (Cfr. ContmmccsoneS en el fitado de pública, yapara “CquiPamKmto urbano”opard“obrapública
bienestar. Alianza Bducgla, Colección Los Noventa, núm. diversa”. Por otrp parte, cl marco legd axistenk y AFWD
66, México, 1991, p. 248). 89-94 s d l b con claridad las Brsas de invmión social
25 La iden de ‘‘equiiiiñi0 icetable de wmplonusos” es de según el tipo de pmgranvss;así, pard el Ronasol se indican
wigen gr.msfin00. pa0 pasad- como Bob leasop y aquellas ámps “que rcquairpn@tiSr stsncióo”:alimni-
Nicos Pouiantzas la dosadbron en rclpci6n con la dcñnr- tación, rcgulnriZaci6n de la tum~~ia de la tieW y de la
cx5n polItica de ‘proycCeos hegca~ónices”y de “intcrrscs vivienda, salud, eopscios educativos,agnapotable. clccúifi-
p m p m del Rvtado” (Cfr., mspíctivpmsnte.‘‘Formas de Bs- cación, i n h e s i ~ ~ t u agropeeuaia,
ra s~lviciw de pmteccióa
t~,estratogiPsdeoc~nlpci(inYproycftoshe~~”, sanitanp, etc. Fiaimenk,pard Mmpmndcrlas m o c ~ i l l s m a ~
en Estudios PoWcos, núm 1,1984, Méaico; y fitado, de p l s n s d n y las instancm públicas involucradas. v h i
poder y s m m , Sigla XXI de PPpaRa, 1979) Antología&lapr<uie<icisn en México, 1917-1985,edita-
26 Para ei pr~aa nivel de ia pobipci en ia atmmpoai.sza. da por el Fondo de Cnltura Ecoa6mica, cspcualmen<c los
fundamentnlmootc el Roopsol se ba ajecntado en la moda- vol6monas 10.15 y 17.
Iidad de “foodas& solidpidod p s n I a ~ 6 n ’ ’ , a o p a - - cñ.Juan m a -te, “‘s~lidnridsd’mire ei ‘ ~ C l f P n y’
cionando Fiiditos a la p.Lbm, sin mtaés, y que, sin ser el ’workfare”’ (sección ‘Za Nación: Los Hechos”, de El
~ . miaoplDductais (de zonas icmporaiaaf,de
c u a n t i w ~los Nacional, 24 do judo de 1992, pp. 1 y 8). En esk tema
bnja productivhi y de alta suii.stniüdad) dcban destinar Alponto conmtp, atinadamente, &uncia tosir de Lawrence
para la adquisiuón de aigusor inrumos aprlEoias o para Mcsd (“pmfcsa de la Universidad de Nueva Y e ) que
p~araigun~trabsjos agúcok(bukcho,Rshw,8ismbra, conkibuym & *
o
n al análisb dd n w o BrtndO so-
Ctf ) La deVoluci6n de M O S C d d k a , una vcz conduido el Cid
28
ciclo de la producción, ha pcmiibdo a su v u la fomwión Clam Offe (op. crt.) se nficrc a la ‘ ~ t i l u s c i ó a
de faidos de u f-toi de los pmgrsmas de obias adminismtiva”comnun fcnómono&tivsmeste nuevo que
públwnsdadluporlosmiamas beuefiaanosddntdito. hace rcfacociP a la tarea esiptelpa crearcoadicionos bqo
Al proceso de ejoEncI.5II de las obras se a p g a In m a dc las cualcs “los sujetos leg& y .xanámicoS pnednn h i +
supmisl6n de un v d de mnml y vyilaocia y la organi- nar como morcaaciss”. ’‘ ..so insta a u08 scciom a quo se
zaciónde l a m ~ e j c c u c i ó n p o ~ p a r t e d e l ~ t é p r o - o t w , m o d a o h , ato os, a quc se trsnsfcnoon on bienea m a -
ambos nombrados pa y de en& los bcwticiarbs dd 4- dcables”...,ctÍ. pp. 110 a ll?.
to. Pard el soguado nivel, el Ronllsol se ha ejsuindo prin- 29 Cfr. Nicos PnilantZaE,op,cit.
Crisis del Vitervencionismo estatal... 183
30
Jornada, leabril de 1992, p. 27. Negri y Jean-) ie Vincent, “Espacio político neutralizado
31
Claus Offe. op. cii., pp. 110-112. y nuevarepresentación”, en Foro Electoral, núm. 3, 1991,
32
loacbim Hirscb (en “‘he New Leviathan and the Stniggle órgano del Instituto Federal Electoral. México; y de Luis
for the Demccratic Rights”, Telos, 48, 1981, pp. 79-89) Carlos Sáchica Democracia, represeniación y pariicipa-
habla de “transcapitalización” como ptuceso de extensión ción. Cuadernos de cAwuDn, Costa Rica, 1985.
del capital hacia todas las áreas.de la vida social. Esta noción
es muy afín a la de “remercantüización”,que propone Offe.
13 “L‘Etat-Moins: limites de 1’Etat chez les néo-libéraux et les
DOCUMENTOS Y REFORTI3
Economistes de I’offre”, en Critiques de l’economie poli-
tique, núm.21, 1982, p. 80.
14 I. Dónde eslarnos y a dónde vamos (solidaridadybienesiar
‘%litique de bien+& et crise de 1’Bat providencedans une
social), documento previo al Tercer Informe de Gobierno
economie dépendante”. en Sociobgie et Socieiés, núm.
1.1983, p. 43.
de CSG. publicado en El Nacional, oct. 1991.16 pp.
15 De acuerdo con Goran Therborn, la dominación de clase en
2. Diario Of~ial&laFederación,6enero1992(Decretopor
una sociedad capitalista se ejerce fundamentalmente a través el que se reforma el artículo 27) y 28 enero 1992(Decreto
del Estado, en particniar a partir de determinados fomatos por el que se r e f m a n los artículos 30., 50. y 24, U...).
de representación y de ciertos procesos de mediación, que
3. Diez años de indicadores económicos y sociales en Mé-
por ende permiten conducir de manera institucional el ejer- xico (1970-1980).mol-SPP1982.
4. Esiadísiicas históricas de Mérico, tomo I, msoisppMéxi-
cicio del poder político (cfr.i Cómo domina la clase domi-
co. pp. 75-152.
nante?, Siglo XXI. España).
36
Paul N i e s ha estudiado, para el caso francis, el tipo de
5. El combaie a la pobreza, documento del Consejo consulti-
vo dcl F’ronasoL México, 1991.
respuestas a la crisis del Estado benefactor (o providencial,
6. Gaceta de Solidaridad, núm. 21, 15 de febrern de 1991,
o social), a partir del proceso de ‘’reterr¡toria!ización de la
“Fondos de Solidaridad para la producción”, pp. 4-5; y
gestión social”, bajo un proceso de descentralización de la
númemes@alde120denonembrede 1991sobrelarefma
gestión pública en el sistema de organización administrativa
al artículo 17 constitucional.
comunal-department-regional propia de Francia. (‘La de-
1. Iniciativa de reforma al ariículo 27consiituciona1, envia-
centnilisation entre modernisation et nise de I’Etat”, en Les
da por el Poder Ejecutivo de la Nación al Poder Legislativo
Temps Modernes. núm. 463, 1985,pp. 1462-1478.)
17 (publicado en El Su1 de Tlüxcala el 11de noviembre de
h c . cit.. p. 1462.
38 1991,Sección D. pp. 1-6.)
Acerca de la caracterización del sistema de partidos y del
8. Lineamientosparala modernización del campo, SARKSRA.
sistema electoral mexicano, principalmente véase cl ex--
INCA Rural, México 1989.
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