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INTRODUCCIÓN

La filosofía del IciíGuajc eslá incluso peor definida y menos en


posesión de un principio claro de Unidad que la mayoría de las
restantes ramas de la filosofía. l.,os problemas relativos al lenguaje
(ic los que habitnalmcnte se ocupan los filósofos constituyen una
colección casi sin trabazón, por lo cual resulla difícil encontrar un
criterio claro que los separe de los pi'oblcma^jJeMcngj¿ajc ü;Uados
|ior ¡os gmjvi^iiticos, k>s psicójpgos y los antrojiójogos, Podemos
darnos una primera idea de la auiplitiid de esta colección examinan-
do los diversos punios clcnlio de la filosofía en lus (pie aparece una
relación con el lengnaje.

_Fuentes (le la preocupación del filósofo por el len¡^uaje: lo nu'UifnJraT^


— — ' i ^ — • "

Consideremos, en primer lugar, los modus como se suscitan


los problemas relativo"} al lcngua¡e en las diversas ramas de la lilo-
sofía.'J^a mclallsical es,una parte de la filosfifía que puede caracle-
rJT^nsc^ ^(¿ss^fijriodo^comri un intento i\c formular los hecliojijnás
profundos y generales acerca del mundo, incluida i+na^cmimeradón
de las categorías más básicas a l;is cuales jerteneccn los enles^asi
conio una descripción (j^j^ij^inlmrjaciones, lia habido siempre
filósofos que han intentado descubrir algunos de esos hechos lun-
|i
clamcnlales por tncdio de la consideración de los rasgos más típicos obviamente significativa pero cpie no se icliere a nada del inundo
del lenguaje que usamos para hablar acerca del mundo. En el libro X real, por ejemplo: '^La fiuMite de la juventud'.! en la oración 'De
de IM República se pregunta Platón. «;.No es cierto que a las cosas Solo estuvo buscandoTa rúenle de;la juventud', debemos suponer
que tienen el mismo nombre les solemos asignar una única idea que la expresión se refiere a una entidad «stihsislenle» qiK' n o c v / . v / r j
o forma?» (596). Al formular esta observación más bien críptica, pero que tiene algún otro m o d o de s e r Fsla doctrina, asi coHio In^
Platón nos llama la atención acerca de un rasgo profundo del len- posición piatóntca atiles- picsenladá, se basa en una Cíinitisa asi-
guaje, el de que un determinado nombre común o un adjetivo, por milación de significado y referencia que intentaremos esclarecer en
ejemplo, 'árbol' o 'agudo', se pueda aplicar exactamente con el el primer capitulo. ¡
mismo sentido a un conjunto extenso de cosas individuales diferen- ni supuesto (lue stibyacc a cslos modelos <lc argumcnl:ici''iii nic-
tes. La posición de Platón es la de que eslo es posible sólo si existe lafísica se ha hecho bastante explícito en el nioviiiiirnto lilosiiruo
alguna entidad nombrada por el término general en cuestión —ar- del siglo XX conocido'como el .Mtomisjrmjójiii''^ movitnicnio cti\'os
boreidad, agudeza— a la cual pertenecen cada una de las entidades representantes más distinguidos han sido Berlrand Russcll v l.iidwig
indivitlualcs. Si no ocurriese así, sería imposible que el termino Wilhn-nslein ^ i ^ s i i plimct período) RtisselL en su serie <lc :nli(ii.
general se aplicara con el mismo sentido a varios individuos di- los "1 2_ÜI"'-'''''"í-' drl ;i|pniism<xliSjn£0)>. formula eslc piincipio Ii:is
ferentes. lanle explícitamente: |
Aristóteles, en su Mclapsica, argumenta del siguicnlc m o d o :
... en tul simbolismo lógicamente correcto habrá siempre una cierta identidad
De acjuí que alguien pudiera plantearse la cuestión de .si el 'andar', el 'estar .sano" fundamental de estructura entre un hecho y el símbolo de este hecho, y ... la com-
o el 'estar sentado' implican que cada una de esas cosas tiene existencia y lo mismo plejidad del símbolo se corresponde bastante estrictamente con la complejidad i\c
respecto de otros estados o circunstancias análogos. Porque ninguno de estos [modos] los hechos por él simbolizados '.
puede tener por si mismo una existencia propia ni existir separado de la sustancia,
más aún, si algo existe, es aquello que camina o se sienta o está sano, lo que será una
cosa que existe. Estas cosas parecen más cargadas de la noción de ser, porque bajo Obsérvese que no se postula (itic haya una identidad de estruc-
ellas se oculta un sujeto determinado. Este sujeto es la sustancia, el ser particular tura entie cualquier lenguaje existente y la estructura metafisica bási-
que aparece dcb.ijo de los atributos. Pues el bien o bueno y el estar sentado no signi- ca del m u n d o , sino sólo e n d e \\n «lenguaje lógicamente peifcclo)' y
fican nada sin esta sustancia. (Libro Vil, capitulo I.) la cslrttcltira melafísica. !•! supuesto es que cuando hayamos di-
set"i;tdo tin lenguaje de este lipo o adquirido por l ó m e n o s una idea
Aristóteles parle aquí del iicclio de que no usamos verbos más fragmentaria de cómo debería ser este lenguaje, entonces estaremos
que en conexión con sujetos, de que no decimos 'se sienta', 'cami- en condiciones de extraer diversas conclusiones relalivas a los tipos
na', etc., sino más bien 'él se está sentando' o 'ella está caminando'. de hechos que constituyen l;i lealidad y a la cslrucliira de cada
De aquí concluye Aristóteles que las sustancias, las «cosas», tienen uno de esos hechos. Averiguaríamos qué tipos diferentes de oi ticiones
un tipo independiente de existencia' que las accioñ^ériTO~~posce'iT7" tenemos en ese lenguaje que permitan afirmar hechos, por ejemplo,
qué las sustancias son ontológicamente más fundamentales que las oraciones simples con sujeto y predicado como 'Este libro es pe-
acciones. ^ "^ ~~~ ~~ ' ' ~ sado' y oraciones cxistenciales como 'Hay un gato en el portal',
Un ejemplo aún más osado lo encontramos en el filósofo ale- y veríamos de qué manera están relacionados lógicamente esos di-
mán de finales del siglo xix, Meinong, quien p^LÓJidLsupj.iCslo versos tipos de oraciones. Esto no.s diría cuáles son los varios tipos
de que toda^e^yTre^i^on significativa en una oración [je/í/c/rcí'JTal de hechos qtte constituyen la realidad y cómo se relacic'nan ciitic sí.
m^FoTs Tolla expresión que tenga la función de referirse a algo)
debe tener un rcüuxnie, de otro modo no tendría nada que signi- ' /,",i;/c oiiil Kno\ilfilyj-. cd, R. f'. Maish (fondón, (jeorr.e Alien .í; t'invín, I id .
llc.'ir, l)t: ello se dcsprciide <|uc, CU;IIKI<I tenemos una expresión I'>.^6) [ It.td c';p,; ¡-.nsnyií'i stihiv h'niíni v rnnrx íinirnla. Matlrid. Vanrus. I'í^í'].
Introducción •' ''
L a lógicar}¿^ v ^ ^ cví^^VS v ^ ^ r n c - h c o no es una clase vacía', pero no pueden encontrarse l.tlcs C{|ni\';i-
Icncias para la oración a. Cuando las premisas y la conclusión i]r
La otra rama de la filosofía en la ciual el iiitctcs por el lenguaje la inferencia 2 se expresan en tnia de eslas formas, l;i arguim rihioiíin
ocupa un lugar destacado es la lógica. La lógica es el estudio de pierde su semejanza superficial con la inferencia í y ya no parece
bJ^iícrencia^jiiás_exa£lMQSjile^_elJ^ en absoluto válida: |
separen las inrerencias v;Uidas^dc las no válidas. Puesto que el ra-
'zoTTainTento se lleva a cabo po^Tlñedio del lenguaje, el análisis de ..I. Hay alguien que vende pnlizas de seguro en nuestra ciudad.
las inferencias depende del análisis de los enunciados que figuran S Hay alguien <|uc pertenece a la Prirfiera Iglesia Metodista.
^-Por tanto, hay alguien que vende pólizas de seguro en nuesira ciurliid y per-
como premisas y conclusiones. Un estudio de la lógica revela que
tenece a la Piiniera' lglcsi:i Metodista.
la validez o no validez de una inferencia depende de la forma de los
enunciados que constituyen las premisas y la conclusión, entendien-
Con estos ejemplos resulta claro que •inj2_jnr|o imporiMnio <],-
do por «forma» los tipos de términos que contiene el enunciado
la lógica consiste en tina clasificación denlos cininciados en tcrmii"^s
y la manera en que esos términos se combinan en él. Así pues, de
^ " s u rorma__(<IÓ£Jca2i„(es decir, de los aspectos formales (|nc son
dos inferencias que supejüeialmente parezcan muy similares, una
puede ser válida y la otra no válida a caussTde^lmaUTrerencia en rcjcvañtes para la..evaluación dc_la infcrcnci«), clasificación que, a
íá forma de uno o más de ios enunciados que contenga. Considere- su vez, exige una ciaéificación de íes ílpos de términos que entran,
mos los siguientes pares de inferencias: en los enunciados, p.uesto que la diferencia de forma a menudo
depende de la diferencia en los tipos de términos utilizados. En
los ejemplos anteriores, la diferente forma lógica de las oíacioncs
I. Joe Carpenter vende póliza.'; de seguro en nuestra ciudad.
^ Joe Carpenter pertenece a la Primera Iglesia Metodista. a y h depende de la diferencia fundamental entre un nombre propio
^ - P o r tanto Joe Carpenter vende pólizas de seguro en nuestra ciudad y per- como «.loe Carpenter», ([ue tiene la función de especificar a un
^ tcnece a la Primera Iglesia Metodista. individuo en particular, y una palabra como «alguien», i|iic (icne
• 2. Alguien vende pólizas de seguro en nuestra ciudad. una funcitín bastante diferente.
Alguien pertenece a la Primera Iglesia Metodista.
»»-Por tanto, alguien vende pólizas de seguro en nuesira ciudad y pertenece n I ;

la Primera Iglesia Metodista.


La epislcnwlogía. \ —^ ^
Ahora bien, 1 es sin duda alguna un argumento válido y 2 es
indudablemente no válido. Dados los hechos de que alguien vende Varios son los lugares donde a la ratna de la filosofía c|ue se
seguros en esta ciudad y de que alguien pertenece a la Primera Igle- conoce como cpisleniologia o Iroria del conocimiento le conciernen
sia Metodista, no puede concluirse en absoluto que hay alguien los problemas del lenguaje. Lsta concernencia llega a ser inn\- mar-
para el cual ambas cosas son verdaderas. Puesto que uno de estos cada cuando se trata djiniblema del conocimiento o piiori. Tene-
argumentos es válido y el otro no válido, debe tratarse de que, a mos conocimient(5C(r^/i?;/, cuando sabemos que algo_es,_asL-sdn_
pesar de las similitudes gramaticales superficiales, una oración como c^u£_cs|e_C(2npj¿micnto se base en la experiencia, Parece que leñemos
a. 'Joe Carpenter vende pólizas de seguro en nuestra ciudad' es este tipo de conocimiento en las matemáticas y ciui/á también en
de una forma lógica muy diferente de la de una oración como b. otras áreas; por otra parte, ha resultado a menudo cniEináfico
'Alguien vende pólizas de seguro en nuestra ciudad'. Hay otros para los filósofos el hecho de que seamos capaces de atkjiiitii este
indicios de que esto es así: la oración /; es equivalente a 'Hay al- tipo de conocimiento. ¿Cómo es que somos capaces de saber, con
guien que vende pólizas de seguro en -nuestra ciudad' y a 'la clase certeza, independientemente de la observación, medida, ele, (]ue los
de las personas que venden pólizas de seguro en nuesira ciudad ángulos de un triángulo enclideano suman IS'D" y (]uc X m;is 7 es
invariablemente siempre igual a 15? ¿Cómo podemos estar segu- o menos distorsionadas. Pero, con mayor frecuencia, los filósofos
ros de que la experiencia nunca va a falsar estas convicciones? no se han mostrado dispuestos a renunciar a hablar, ni sicpiicra
Una respuesta que a menudo se ha dado es que en tales casos lo en teoría. Las quejas se han dirigido casi siempre contra ahmnn
que afirmamos es verdadero por definición, o vcrdachyo^ en virtud, situación o condición del lenguaje y, como corolario, se hn su-
de los significados de los términos que coijiicjic. Es decir, que el puesto que se podían tomar medidas para poner remedio a esa
que 8 m?is / sea igTTat a 15 es p.iilc de lo que queremos decir por situación. Estos filósofos pueden clasificarse convcnicntcmcnlc en
medio de '8', '7', '15', 'más' e 'igual', y que negar formalmente este dos grupo's iT^nprírñcFTiTgyrFl^ñic^ el
enunciado implicaría cambiar el significado de uno o más de esos «lenguaje ordinario», ci lenguaje de todos los días, es perfectaincnle
términos. Es y ha sido objeto de considerable controversia la cues- adecuado para los^piópósitos de la filosofía y <.\\\c el ínal proviene
tión de si es o no adecuada esta interpretación del conocimiento dcTcIcsviarse (Tel lenguaje oidinaih) sin proporcionar rcalmcnle nin-
(i priori, pero se justifique o no esa posición resulta claro que incluso gún!^ nTaricnj_dc (lar un sentido a esa desviación. Por lodas parles
si la tomamos seriamente en cuenta nos vemos metidos sin remedio en la historia de la filosofía encontramos ejemplos ilc este tipo
en cuestiones relativas a c|ué es que un término tenga un cierto de queja, como son las criticas de Lockc contra la jerpa cscoh'islica •
significado y cómo un enunciado puede ser vcrdatlcio por el hecho sin embargo, sólo en micslicis días esto lipo de (inejas h;i lle¡;:idci a
de que ciertos términos tengan el significado que tienen. constituir la base de un movimiento filosófico: la «filosofía del
lenguaje ordinario». En su forma más radical, que se encuentra
en los primeros trabajos de I.,udwig Wiltgcnstcin, afirma csla filoso-
La reforma del lenguaje. \ fía que todos, o por lo menos la mayor püirtc de los problemas de la
filosofía, provienen de que los filósofos han usado impro|iinmcntc
í^ay otras razones filosóficas para este interés por el Imf^naj^^ ciertos términos cruciales tales como 'conocer', 'ver', 'libre", 'ver-
Tlie no tienen que ver con los problemas de una u otra rama de la dadero' y 'razón'. Al abandonar los usos ordinarios de esos tér-
filosona smo con las-fonnas. que asume habitualmente la actividad minos sin sustituirlos por nada inteligible, los filósofos han tro-
del filósofo en muchos sectores de su campo. Uno de estos es la pezado con rompecabezas insohiblcs en cuanto a si podcmus (.(MKV
_j^brma del Tcñgtijyg^ Investigadores de muchas clisciplinas suelen ccr lo que otras personas piensan o sienten, si en realidad vemos
quejarse de las deficiencias del lenguaje; pero han sido los filósofos alguna vez directamente un objeto físico, si alguien actúa en ,'ilgún
los que se han preocupado más que nadie por este tipo de proble- caso libremente y si,'alguna vez, tenemos razones para suponer
mas, y con justa razón. La filosofía es una actividjul mucho má^- que en el futuro las cosas ocurrirán de una manera y no de otra.
puramente verbaj^£ijejjji]LCÍCíicift--4}4ie-€el€ccione .licclios relativos Según Wiltgenslein,^ lil tarea del filósofo que ha compicndido este
íi reacciones químicas, estructuras sociales o formaciones rocosas. pioblema es la misma qucjl;i clel terapeuta: su niTsión crñisi^te c i ~
La discusión vcrbáTes el laEoFátorio del filósofo, en donde pone a supriniir^io^ «CLÜíiinbjcs_conccptuitJi^^ hemos caído.
prueba sus ideas. No sorprende, puelTeTque sea el filósofo el más En segundo lugar están quieneSjiPorjj contrario, sostienen c|uc
sensible a las imperfecciones de su principal instrumento. Las quejas el problema^ nacc_xle cjue el lenguaje ordinario, en sí misino, es in-
filosóficas acerca del lenguaje han asumido variadas formas: están ^lecuado para los propósitos filosóficos en razón de su vaguedad,
k),H lilÓHofoK de la intuición mística, tales como l'lotino y Heruson. inexplicilud, ambigüedad, dependencia del contexto y aspecto cn-
t|iiltiieí( coiisideiiHi (|uc el Icnuuiíjc como tal es inadecuado para gai-iosc. r.stos filósofos, tales como Lcibniz, Russell y Carnap,
lM__l()ininliKÍi')ll de lii veidiid liindaiiieiilal. De acuerdo con esle' pretenden que sn tarda es la de co:nsj£uir_j¿ii_Jcm¿mijcjmin^ o.
pumo de visla la verdad sólo puede aprehenderse realmente a través por lo menos, hacer un csb^wMk^^sTc^lcngiiaje, en el que se pondría
de una unión sin palabras con la realidad; las formulaciones lin- remedio a esos dcfcclos. Como señalábamos antes, esta cmitresa
({(llslicas nos dan, en el mejor de los casos, sólo perspectivas más se ha visto a veces vivificada por la convicción de que a piiilir de
la estructura ele un lenguaje tal se podrían inferir los hechos básicos cuales pensamos acerca del mundo y de la vida humana. Lslc cambio
i-elativos d la estructura nietafísica de la realidad. radial, por lo que respecta al centró de gravedad de la actividad
A nuestros efectos, el principal interés de todas estas criticas y filosófica, es particularmente ielevante para la filosofía tlcl Icuf^uajc
esquemas de reforma está en las concepcToíies generales acerca porque va aconipañadb a su vez dé im cambio en la concepción
~del lenguaje y del significado que ellas suponen. Incluso la posición misma del análisis conceptual. lititontrarcmos fundameiUa|n2¿rUc
mística presupone alguna noción relativa a la naturaleza del lenguaje; jres maneras distintas de foriiiular'lírrproBjema en fi]osof[a_jiJiaJlr_
de otro modo no se tendría ninguna base para afirmar que el len- tica, va se trate dc~nr!~caiisacíóri7T!r^erdacl, el conociniicnto o la
guaje eh cuanto tal es incapaz de servir como medio para una formu- obligación 'TKIQIL- Tomando como itiodelo el problcma~dcl cono-
lación adecuada de la verdad. Las otras posiciones suponen nece- cimicnto podremos, pues, decir que: I. estamos invcsticando 1^'
sariamente concepciones más positivas de las condiciones dentro naturaleza del conocimiento; 2, estamos an;iJÍ7atildo cj. .comXDisi-
de las cuales el lenguaje es significativo y realiza adecuadamente (lc~conocrmicnlo, o T, "csTaTiVósTiTtcMándo hacer cxplicilo lo que se
sus funciones. Asi, por ejemplo, el criterio de vcriíicabilidad del intenta decir cuando alguien dice que sabe que algo es así. I's jiro-
significado, al que dedicaremos más de un capitulo, se origina en bablc q u c j y 2 sean engañosos desde el punto de vista metodológi-
posiciones del tipo de las antes expuestas. co. 1 sugiere, falsamente, (¡uc la turca es localizar e inspeccionar
una cierta entidad llamada 'conocin'iicnto', ima entidad f|uc existe
y que es independiente de nuestro pensamiento y discurso. L)cs-
LM filosofía como análisis. \ graciadamcntc nadie Ha suministrado nunca una técnica aceptable
para localizar y examinar entidades de ese tipo. 2 puede también
El punto anterior se refiere a la noción de que la tarca primor- llegar a ser equívoca a menos que se admita ciuc es simplemente
dial de la filosofía, si no la única, es el análisis conceptual. El análi- una foima alternativa de ,^^ pues sugiere qu¿ Ja__tiLr£a_consiste en
síí cTélos conceptos básicos ha recibido siempre una atención prin- analizar introspectivairienic algo que se dcnojiiina ua_conciyTl^o y
cipal por parte de los filósofos. En los Diálogos de Platón, Sócrates en descubrir las parte'; de (jnc consta y la manera en que__¿sias se .
aparece la mayor parte del tiempo formulando preguntas como: eiTsarnbJaii^.Uiia vez nUís, no parece posible dcsairollar una técnica
«¿Que es la justicia?» y «¿Qué es el conocimiento?». Los trabajos objetiva para hacer es(o. lia adtiuirido fuerza la convicción de cjiíc,
de Aristóteles se ocupan, en gran medida, de obtener definiciones aun cuando el filósofo qnc se ocupa del conocimiento foinuile su
adecuadas de términos como 'causa', 'bien", 'movimiento' y 'co- problema en las formas 1 o 2, lo que él realmente hace, en tanto
nocer'. Tradicionalmentc se suponía que, por importante que fuese en cuanto sus resultados tengan algún valor, es n.'ílcxiouai sobre
esa actividad, constituía un preludio a la actividad última del filó- los varios lasgos del uso de 'conocer' y sus cognailos.
sofo — la de llegar a una concepción adecuada de la estructura Asi pues, en la medida en cinc la filosofía sea un an;ilisis concep-
básica del mundo y a un conjunto suficiente de patrones para la tual, estará siempre comprometida con el lenguaje; y si todo o
conducta humana y la organización social. Pero en nuestros días, la mayor parte de lo que comiielc al filósofo es poner de manifiesto
ha ganado terreno la convicción de que el método usado en filosofía lasgos del uso o del significado de diversas palnbias y formas <lc
—que se puede definir brevemente como la reflexión cómoda del los enunciados, es esencial (jue actúe sobre la base de ;duun;i con-
que ve los toros desde la barrera, no complementada con observa- cepción general de la naturaleza del uso y el significado lingüísticos.
ciones especiales o experimentación--- no resulta verdaderamente Esto llega a ser especialmente importante cuando los filósofos analí-
suficiente para obtener conclusiones sustantivas relativas a la natura- ticos se enzarzan en constantes disputas acerca de lo que siynilica
leza del mundo o a las condiciones en las cuales se vive bien o mal, una determinada palabra o de si dos expresiones o formas de ex-
y que lo que la filosofía debería estar dispuesta a proporcionar es IMCsión tienen el mismo o difeientc significado. En lilosDlía analí-
claridad y cx|)licitud con respecto a los cnnccplos básicos con los tica hay serios desactierclns acena de que 'yo sé qne /)" sipnifnine
lo mismo que 'yo creo que p, tengo bases precisas para csla creencia a menudo ha dado origen a la reflexión filosófica. CJran parle d e '
y es el caso que p'\ que 'A es la causa de R' signifique simplemente este libro se ocupará del análisis de conceptos semánticos.
que A y /?, ele hecho, aparecen juntos regularmente; i|uc 'sentirse tris- Sería equívoco sugerir que la filosofía del lenguaje, incluso cuan-
te' signifique lo mismo que 'Yo me siento triste" y 'F.l se siente do la practican los filósofos analíticos, se reduce al análisis con-
triste', y que cualquier enunciado jteórico de la ciencia tenga el ceptual, a la clarificación de los conceptos básicos del lenguaje.
mismo significado que una combinación de informaciones obscr- Hay otros tipos de t;>reíi¿_ciije_iJ20_r lo común, se alribuycn los filó-
vacionales. Cuando tales disputas !no pueden dirimirse sobre la solos:"éstá laj^lisiílcación de los actos lingüísticos, clc^ los <'usos»
base de nuestra noción intuitiva de lo que significan las expresiones 0^ «funciones» del lenguaje, de los tipos de vaguedad, (le los tipos
lingüísticas, el filósofo se ve forzado a desarrollar una teoría ex- de Iciniiiios, de las vaiias clases tic mcláloins. f'.stán las discusio-
plícita de lo q u e j ^ i i e r e decir que una expresión liiigTiística tenga nes sobre el papel de la metáfora en la ampliacicín de los lenguajes,
un cierto significado y cíe las condiciones bajo las cuales dos ex- sobre las interrclacioncs cjcj^lcnguajc, cj pensamiento y la culjjjXji:
presiones tendrían el mismo significado. Así pues, en tanlo en cnanto y sobre las pccTilinridades del discurso poético, rcHjíioso y inora^l.^
se piense que la tarea primaria de l;t filosofía es el nn;ílisis concep- ,Se han hecho propuestas para construir lenguajes artificiales con
tual, la filosofía del lenguaje ocupará un lugar central en la teoría propósitos diversos. Hslán también las detalladas investigaciones
del m é t o d o filosófico. acerca de las peculiaridades de tipos especiales de expresiones, tales
como los n o m b r c s p r o p i o s y las expresiones con referencia múlliple,
y sobre formas gramaticales determinadas, tales como la forma
Problemas de la filosofía del lenguaje?' sujeto-predicado. Algunos de estos problemas se encuentran en la
frontera entre la Ijlosofía y otras disciplinas más especializadas, y
Una vez vistos algunos puntos! de los sectores centrales de todos ellos podríah ser tralados'por una u otra de esas discijilinas.
la filosofía cuyo tratamiento nos jconduce naturalmente a una Así, por ejemplo, la psicología podría dedicarse a distinguir entre
consideración explícita de problemas relativos al lenguaje, podemos distintos tipos de "conducta lingüistica, y jiodríaTnos cspcraT que Tá
dedicarnos a un breve examen preliminar de esos problemas. C o m o lingüística descriptiva proporcio.nara clasificaciones de los ti|ios de
señalaba antes, sería poco realista esperar una compacta unidad cxpTcsÍo7ícs."Pcro sí estos proqlemas pertenecen, en principio, a
discijilinas más especiales, pertenecen a sus funíhuuenlos, y, Iradi
dcnlro de cslc terreno, pero si estamos de ¡icucrdo en ()uc el nnñlisis
cionalmcnte, la filosol'ia se ha Ocupado de los problemas de alio
conceptual es el núcleo de la filosofía, podemos conceder un lugar
nivel de las cicncjas, especialmente cuan<io esas ciencias csi.iii en
de honor entre estos prohlemasjLÍaJj;rea de proporcionarjjn análi-
sus piimeros estadios de conslruccicui. M;'\s adchinlc locan-inos al-
s^^s adecuado de los conceptos jjásicos que ijsamos^i;iLando rcflc-
gunos de estos pi'oblemas.
m i n a i n o s acerca del Icngii^ajc. Aunque no hay ninguna razón que
impida que el filósofo use sus instrumentos analíticos para anali- lisie libro está escrito desde una cierta oricnlaciiui filosófica
zar los conceptos básicos relativos al lenguaje, se ha desarrollado, que puede caracterizarse, aproximadamenle, con el Icinüno de
no obstante, la tendencia a centrarse en conceptos semánticos, tales «filosofía analítica'». Gran parle del filosofar acerca del lenguaje se
ha llevado a cabo,' desde muy diferentes punios de visla y en ellos
como, por ejemplo, el concepto de significado lingüístico y sus
los problemas asumen formas bastante diferentes. No es ni posi-
cognados, igualdad de significado, significatividad, etc. Esto se ha
ble ni deseable examinar en un volumen de este tamaño lodas las
debido, en parte, a que muchos de los intereses filosóficos que se
aproximaciones filosóficas al lenguaje. A modo de compensación
enumeran en la primera parte de esta Introducción conducen na-
he incluido en la, bibliografía algunas sugerencias para llevar a
turalmente a plantearse preguntas acerca de la naturaleza del sig-
cabo lecturas relativas a los otros enfoques.
nificado y, en parte, a que el hecho de que una palabra dada tenga
un cierto significado parece hasta cierto pinito tan misterioso que

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