Sábado 26 de marzo LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 64; Romanos 3:21-31; 4:1-7; 6:1-13; Fil ipenses 3:3-16. PARA MEMORIZAR: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cu biertos (Romanos 4:7) CRISTO ES EL SUSTITUTO Y LA GARANTÍA DEL PECADOR. Él obedeció la Ley en lugar del peca dor, para que este crea en él y crezca en todas las cosas hasta la plena estatura de un hombre en Cristo Jesús, y así sea completo en él. Cristo hizo la reconciliación po r los pecados y cargó toda su ignominia, oprobio y castigo; y, mientras cargaba el pecado, trajo la justicia eterna, para que el creyente esté sin mancha ante Dios. Un día se preguntará: ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? , y la respuesta será: Es C l que murió, y también el que resucitó . Aquel que tiene el manto inmaculado de justicia , tejido en el telar del cielo, en el cual no hay ni un solo hilo que la humanid ad pecaminosa pueda re-clamar, está a la diestra de Dios, para vestir a sus hijos creyentes con la ropa perfecta de su justicia. Los salvos en el Reino de Dios no tendrán nada de qué jactarse; la alabanza y la gloria todas volverán a Dios, el Dador de la salvación (Youth s Instructor, 6 de diciembre de 1894). Nota las imágenes: un ma nto inmaculado de justicia, tejido en el telar del cielo y sin un solo hilo huma no en él. Qué imagen maravillosa de la justicia de Jesús, que cubre a todo los salvos en su Reino. Domingo 27 de marzo MIRANDO EN EL ESPEJO Los policías de tres patrulleros siguieron a una mujer que conducía un vehículo y la o bligaron a salir de la ruta. Se acercaron con sus armas en la mano. La mujer est aba horrorizada al bajar, con los brazos en alto. ¿Qué hice? dijo ella, temblando. Ellos le pidieron sus documentos, y pronto todos se relajaron y bajaron las arma s. Por favor, ¿qué hice de malo? ¿Por qué me hicieron detener? clamó ella. Bueno dijo uno de los oficiales , la vimos manejar alocadamente y haciendo gestos ob scenos a los demás conductores. Y ¿por eso me detienen con sus armas en la mano? No, señora, es que vimos en el parachoques trasero algunos símbolos del cristianismo, y supusimos que el auto era robado. Esta historia ilustra un punto triste: no todos los cristianos, o los que profes an a Cristo, viven a la altura de su fe. Algunos lo hacen mejor que otros, pero todos quedamos cortos. ¿Qué cristiano, al mirarse en el espejo, ve el rostro de algu ien que refleja perfectamente el carácter de Jesús? ¿Qué cristiano, no importa cuán fiel s ea, al mirarse en el espejo, puede pretender alguna clase de justicia para sí mism o? ¿Qué cristiano, si se observa en el espejo, no se horroriza por lo que él sabe que yace bajo la superficie? Lee Isaías 64. ¿Qué mensaje se proclama allí? ¿Qué imágenes relacionadas con la vestimenta criben la justicia humana, y qué significa eso? ¿Qué esperanza se presenta, también, en este capítulo? La frase trapos de inmundicia significa una ropa manchada por la menstruación. ¿Qué imag en más poderosa podría dar la Biblia para describir la justicia humana después de la c aída? Pablo retoma este tema en Romanos 3, donde se afirma que tanto los judíos como los gentiles están en la misma posición ante Dios: pecadores, que necesitan la grac ia divina. Isaías 64 puede considerarse como un precursor, del Antiguo Testamento, de Romanos 3, que señala nuestro dilema como pecadores, pero nos deja una esperan za. ¿Cuándo fue la última vez que te miraste a ti mismo, tus pensa¬mientos, tus motivos inte riores y tus deseos? ¿Qué viste? ¿Cuán atemorizadora fue esa visión? ¿Cuál es tu única espe ? Lunes 28 de marzo JUSTICIA IMPUTADA No hay dudas: cualquier cristiano honesto que se mire a sí mismo, en contraste con la justicia de Dios como fue revelada por medio de Cristo, verá algo muy atemoriz ador. No hay mucho allí que nos recomiende ante Dios. De hecho, no hay absolutamen te nada fuera de trapos de inmundicia . Entonces, ¿qué esperanza tenemos? Una gran esperanza, realmente, y el término teológico para esa esperanza es justicia imputada. ¿Qué significa esto? Muy sencillamente, es la justicia perfecta de Jesús, tejida en el telar del cielo y que nos fue otorgada p or fe. Justicia imputada significa la sustitución de su vida sin pecado por nuestra vida pecaminosa. Se nos acredita, desde fuera de nosotros, y nos cubre completam ente. A los ojos de Dios, es como si nunca hubiésemos pecado, como si siempre hubiér amos sido completamente obedientes a los mandatos de Dios, como si fuéramos tan sa ntos y justos como Jesús mismo. Lee Romanos 4:1 al 7. ¿De qué modo la confianza de Abraham en Dios ilustra la justic ia imputada? Pablo dijo, en Romanos 4:2, que si Abraham hubiera sido justificado por obras, p odría haberse jactado. Sin embargo, creyó a Dios y, por lo tanto, fue contado como j usto. Jesús nos invita a ir a él creyendo sencillamente, aunque somos pecadores, y él nos proveerá su manto de perfección, la perfecta justicia que él vivió en su vida mientr as estuvo en la carne. Eso se conoce como justicia imputada , y es la única solución al dilema que tan gráficamente está descrito en Isaías 64 y en Romanos 3. Imagínatelo de este modo: Jesús te quita tus vestidos viejos y manchados, tus trapos inmundos, y te envuelve con el manto de su justicia perfecta, su perfecta santi dad, su registro de obediencia perfecta. Te rodea con él y luego te susurra al oído: Ahora eres perfecto. Te he dado mi perfección. Por favor, usa este manto, y no te apartes de él . ¿Cuál es el mayor regalo que alguien te ha hecho? ¿Cómo te hizo sentir ese regalo, espec ialmente si no hiciste nada para merecerlo? ¿Cuánto más agradecidos deberíamos estar, en¬t onces, por el regalo de la justicia de Jesús, que él nos ofrece? Martes 29 de marzo SIN LA LEY Un predicador declaró ante su congregación: Jesucristo cambió mi vida. Soy una persona nueva y diferente de lo que era antes. Sin embargo, después de 25 años de ser cristiano, una verdad que mi experiencia me ha enseñado una experiencia probada por la Palabra de Dios es que si al fin soy salvo, si en verdad persevero hasta el fin y llego al Reino de Dios, no tengo dudas de q ue será solamente porque estoy cubierto por el manto de la justicia de Cristo, tej ido en el telar del cielo y que me cubre completamente. Puedo vencer el pecado, y por la gracia de Dios he tenido muchas victorias; puedo vencer los defectos de carácter, y por la gracia de Dios lo he hecho; y puedo aprender a amar a toda cla se de personas, aun a mis enemigos, y por la gracia de Dios estoy aprendiendo a hacerlo. Habiendo dicho todo esto, yo sé que nada de eso es suficientemente bueno. A menos q ue esté cubierto por la justicia de Jesús, que me es acreditada por fe aparte de mi obediencia a la Ley, al fin de los mil años, podrán ustedes estar sobre el muro de l a Santa Ciudad, mirándome allá abajo, porque no estaré entre ustedes. No podré estar allí con ustedes . Lee Romanos 3:21 al 31. ¿Qué quiere decir Pablo aquí, y de qué manera las ideas presenta das en esos versículos reflejan lo que el predicador dijo arriba? Aunque Pablo hablaba a un grupo específico con un problema específico, su punto es r elevante para todos: judíos y gentiles. Hoy, para los que creemos en la perpetuida d de la Ley, es muy importante. La justicia nos salva, necesitamos que nos cubra como un vestido; es una justicia que se ha manifestado sin la ley . Es decir, es l a justicia de Jesús, que nos trae la redención que es en Cristo Jesús . La redención está , no en nosotros o en nuestra obediencia a la Ley, y esta redención llega a ser nu estra por la fe. ¿Cuál ha sido tu experiencia con la observancia de la Ley? ¿Has sentido, alguna vez, q ue tus mejores esfuerzos por obedecer te estaban haciendo justo ante Dios? ¿Qué impl icaciones tiene tu respuesta? Lleva tu respuesta a la clase el sábado y defiende t u posición. Miércoles 30 de marzo LA ROPA HACE AL HOMBRE Un autor escribió un relato breve acerca de dos ladrones que trataban de cometer u n asalto. El plan era que uno de ellos se vestiría con un uniforme de policía y esta ría frente al lugar que robarían. Estando él allí, nadie sospecharía nada mientras su comp añero realizaba el asalto. Sin embargo, la historia terminó con el otro socio, también vestido de policía, arrestando al primero. ¡Vestido como policía, comenzó a actuar como uno de ellos! Este relato tiene un punto relevante para nuestro tema. Por fe, estamos cubierto s por la justicia de Cristo, su manto de justicia . Hemos nacido de nuevo y tenemos una vida nueva en Cristo. Entonces, nuestras vidas reflejarán la ropa que vestimo s. Al recibir el manto de la justicia de Cristo, hemos hecho un compromiso total de permitir que él obre sus atributos de carácter en nuestras vidas. Estamos totalment e justificados por la gracia, la obra de un momento, y también se nos ha dado el p oder para obedecer, que fue asimilado con el tiempo y forjado durante una vida e ntera. ¿Por qué pediremos más? Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13 ). Ciertamente, esto significaría el poder de obedecer su Ley. Lee Romanos 6:1 al 13. ¿Qué enseñan estos textos acerca de la clase de vida que hemos de vivir, ahora que estamos cubiertos, vestidos , por la justicia de Jesús? Pablo, aquí, es muy claro acerca del impacto radical, que cambia la vida, que le s ucederá a alguien que ha sido crucificado con Jesús. Nota las imágenes de vida y muerte aquí; no hay nada a medias. Nuestro viejo ser, la persona vestida de trapos inmund os, ha muerto; nació una persona nueva, vestida con la justicia de Jesús, una justic ia que se manifiesta de tal modo que ahora podemos caminar en novedad de vida . Est a novedad significa que ya no permitiremos más que el pecado reine en nosotros. Se nos han dado muchas promesas de victoria; la pregunta es: ¿las reclamaremos para nosotros mismos? ¿Qué aspectos de tu vida normal revelan la realidad de tu experiencia con Dios? ¿Con q ué áreas estás luchando? ¿Cómo puedes hacer la elección diaria de morir al yo y vivir la nu va vida en Cristo, que él nos ofrece? Jueves 31 de marzo LA GRACIA BARATA Y EL LEGALISMO En toda la Biblia, los escritores inspirados enfatizaron la necesidad de obedece r. Pensar que no importa lo que hagamos si Cristo vive en nuestro corazón es falso ; pues, si Cristo vive en nuestro corazón, el resultado serán las buenas acciones. T ampoco debemos pensar que podemos ser salvos por nuestras propias obras de obedi encia. Pablo describió su vida antes de encontrarse con Jesús: circuncidado al octavo día, de scendiente de Israel, fariseo, celoso y sin faltas. Eso es legalismo. Después de s u conversión llamó basura a todas esas cosas comparadas con conocer a Cristo. Obtuvo la justicia al aceptar la justicia de Cristo, y quiso ser igual a él. Lee Filipenses 3:3 al 16. ¿Cómo expresa Pablo la verdad de la salvación por la fe y qué significa en la vida del que fue salvado? Teológicamente, la justicia imputada de Cristo la justicia que nos justifica es dist inta de la obra del Espíritu Santo que nos transforma. Pero, nunca debemos separar las. Necesitamos ambas tareas. Tener la primera sin la segunda es como tener una moneda con un solo lado, y eso no existe. Comprender que la obediencia viene como un regalo nos impide caer en la gracia b arata o en el legalismo. Primero, creeremos en la importancia de obedecer; y seg undo, nuestra obediencia no será meritoria, porque es un regalo. Dependemos de Cri sto para obedecer la Ley y ser santificados, y para ser justificados y perdonado s. Dios no solo está dispuesto a justificarnos sino también desea darnos la victoria sobre el pecado y el yo. Depende de nuestra voluntad. ¿Estás dispuesto a entregarle diariamente el yo a fin de conocerle [a Cristo], y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte (Fi lipenses 3:10)? Lee de nuevo los textos elegidos para hoy. ¿Dónde ves la realidad de la libre volunt ad humana? ¿Qué quiere decir Pa¬blo, en el versículo 16, cuando exhorta vivamos de acuerd o con lo que ya hemos alcanzado (NVI)? ¿Qué elecciones pue-des hacer que te permitirán lograr precisamente eso? Viernes 1° de abril PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee La prueba , Joyas de los testimonios, t. 1, pp. 478, 4 79; La justicia por la fe , Obreros evangélicos, p. 169; Fe y aceptación , El camino a Cr sto, pp. 49-55. La Ley requiere justicia, una vida justa, un carácter perfecto; y esto no lo tenía el hombre para darlo. No puede satisfacer los requerimientos de la santa Ley de Di os. Pero Cristo, viniendo a la tierra como hombre, vivió una vida santa y desarrol ló un carácter perfecto. Ofrece estos como don gratuito a todos los que quieran reci birlos. Su vida reemplaza la vida de los hombres. Así tienen remisión de los pecados pasados, por la paciencia de Dios. Más que esto, Cristo imparte a los hombres atr ibutos de Dios. Edifica el carácter humano a la semejanza del carácter divino y prod uce una hermosa obra espiritualmente fuerte y bella. Así, la misma justicia de la Ley se cumple en el que cree en Cristo. Dios puede ser justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús (Romanos 3:26) (El Deseado de todas las gentes, pp. 710, 711). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. Lee otra vez la cita de Elena de White provista para el sábado. Escribe una paráf rasis de lo que ella está queriendo decir, y llévala a la clase el sábado. Escucha las versiones de los demás alumnos y comparte la tuya. ¿Cuáles son los puntos principales que surgen? 2. En la clase, analicen las respuestas que dieron a la pregunta final de la sec ción del martes. 3. Cuando nos ponemos el manto de la justicia de Cristo, mirando [...] la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen (ver 2 Corint ios 3:18). Describe qué significa mirando... la gloria del Señor . 4. A lo largo de los años, algunos feligreses han luchado con el tema de la seguri dad de la salvación. ¿Cómo hemos de entender lo que significa tener esta seguridad? ¿Dónde se encuentra esa seguridad? ¿De qué modo la imagen de un manto de justicia tejido en el telar del cielo , sin un hilo de fabricación humana, nos ayuda a comprender de dón de viene nuestra seguridad? ¿Cómo podemos saber si es ser presuntuoso tener esta seg uridad? 5. ¿Por qué es tan importante mantener una distinción teológica entre lo que Cristo ha h echo por nosotros, ya que él nos justificó y nos perdonó en el momento en que lo recla mamos por fe, y lo que él obra en nosotros a lo largo de nuestra vida? ¿Qué peligros s urgen si no mantenemos clara esta distinción? www.escuelasabatica.tk