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Correcciones finales (Jorge)

ESTADO, DESARROLLO Y CRISIS DEL NEOLIBERALISMO. (Corregido y

terminado)

Alejandro Dabat

Presentación.

Tras más de dos décadas de predominio mundial del neoliberalismo, de la hegemonía


mundial de Estados Unidos y de las bases privatista-especulativas de su modelo
nacional de capitalismo1, la actual crisis internacional ha dado lugar a una enorme
sacudida de la economía y la política mundial, que ha cuestionado fuertemente las bases
socio-institucionales y espaciales de las mismas. Por estar centrada en Estados Unidos y
requerir de un enorme sobreendeudamiento público de rescate que condiciona muy
fuertemente el futuro de este país (Dabat, 2009), la crisis y sus implicancias directas o
indirectas ha comenzado a generar cambios políticos, económicos, institucionales e
ideológicos muy importantes, que abren un muy probable nuevo ciclo de
intervencionismo estatal de alcances y modalidades aún inciertas.

Como hemos señalado en trabajos anteriores (Dabat, 2005, 2009) en conjunción


con lo planteado por C. Pérez (2009), por ejemplo, los cambios actuales no afectan
tanto a la base tecnoproductiva del capitalismo actual, ni a la expresión espacial-
mundial propia del mismo (globalización), sino mas bien, principalmente, a las
relaciones básicas entre capital productivo y capital financiero dentro capitalismo
actual, así como a otros aspectos que podrían incluirse dentro de lo esta ultima autora
llama régimen socio-institucional (C. Pérez 2004), en el que el aspecto social debe

*
Instituto de Investigaciones Económicas y Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias de la UNAM, adabatlat@gmail.com.
1
Si bien el capitalismo estadounidense tiene un amplísimo alcance internacional, se constituye
a partir de una base nacional (tecno-productiva, social, institucional, empresarial, financiera,
política, cultural, etc.) que difiere de la de otros capitalismos nacionales avanzados, como el
japonés o el franco-alemán, como planteara Albert (1991) en sus aspectos mas generales,
estudiara mas puntualmente Porter (1996, Parte III) o tratara P. Anderson, (1995) en relación a
la extensión del neoliberalismo y la persistencia de instituciones diferentes. Hacemos esta
aclaración, porque esto constituye una cuestión que tiende muchas veces a confundirse. Para el
tratamiento teórico de las relaciones entre el capitalismo mundial y los capitalismos nacionales,
puede Verse Dabat (1994), Introducción del autor.
considerarse como un aspecto relacionado pero diferente, al aspecto propiamente
institucional 2
Dentro de esta perspectiva analítica, el trabajo se dividirá en tres partes referidas,
respectivamente, a una introducción histórica y metodológica sobre el papel del estado
en el capitalismo; una segunda a referida al neoliberalismo (origen, ascenso, base social
y crisis), dentro del contexto de el capitalismo informático-global; y una parte final que
considera al neoliberalismo y el Estado dentro de los países en desarrollo considerando
sus diferentes manifestaciones regionales y las posibilidades que abre la crisis del
neoliberalismo para los países de América Latina dentro del marco de la economía
global.

1. El papel del Estado en el capitalismo y sus cambiantes magnitudes y funciones


históricas.

A. Aspectos teóricos e históricos.


El Estado, como entidad territorial de dominación coercitiva, ha cumplido siempre un
papel fundamental en las distintas sociedades clasistas de base territorial que siguieron a
las organizaciones sociales primitivas basadas en lazos de sangre (Engels, 1976). Ese
papel no se ha limitado nunca, solo a las funciones políticas (de preservación y
organización del poder), sino también al impulso y regulación de las bases
fundamentales de la producción social en sus distintas épocas de desarrollo histórico
(Heller, 1983; Gramsci, 1975), a través de una sucesión de modos de producción y
organización social.
Esto ha sucedido también en el capitalismo, en el que el Estado ha constituido
siempre un mecanismo fundamental de la reproducción económica y social del sistema,
como complemento del dinero, el mercado, la empresa, la reproducción de la fuerza de
trabajo y la acumulación del capital. Pero el llamado Estado burgués, no se ha
distinguido de los anteriores solo por su contenido, sino también por su constitución
política (división de poderes), régimen jurídico (relación entre Estado y Derecho) y
funcionalidad y forma institucional (|, establecida a partir de una burocracia moderna

2
Sin entrar por ahora a la diferencia entre ambos componentes del régimen socioinstitucional
social e institucional respectivamente), que es un aspecto aun no definido claramente por su
autora, creemos que la inclusión de la noción “social” junto a la de “institucional” tiene el
mismo sentido que el que tuvo la incorporación complementaria del termino “económico”
efectuado por la tutora conjuntamente con Freedman, al concepto de paradigma tecnológico
formulado por Dosi, en la cormulación del concepto mas complejo de “paragima tecno-
económico”.
Pero si el Estado bien nunca ha dejado de realizar de alguna forma estas
funciones, no siempre lo ha hecho de la misma manera y con la misma eficacia.
Mientras que en ciertas épocas y lugares ha jugado un papel fundamental en el impulso
al progreso económico, social y cultural, en otras ha sido una fuerte traba del desarrollo
y el progreso humano, absorbido más recursos de la sociedad de los que ayudaba a
crear, subvencionando a grupos parasitarios y ahogando sus expresiones más creativas e
innovadoras. Esto se ha dado tanto a través de sus logros como por la magnitud y
calidad de sus funciones y de su aparato burocrático, sea por sus excesos
(sobrecrecimiento parasitario), como por su insuficiencia. Sea por su adecuación a las
necesidades histórico-sociales específicas de un país determinado o por la falta de ella.
Dentro del capitalismo, el papel del Estado ha adoptado niveles de intervención
en la sociedad y modalidades de funcionamiento muy variadas, de conformidad con el
despliegue y agotamiento y de sus distintas etapas del desarrollo. Dentro de ese
despliegue, los alcances y tipos de intervencionismo estatal han seguido un
comportamiento cíclico, de sucesión de periodos de expansión del de otras de
contracción relativa, que han marchado unidos a cambios fundamentales de contenido
en los tipos y alcances de intervención (Bresser Pereyra, 1993). En este sentido, tanto
los procesos de ampliación como los de contracción y trasformación, no pueden
concebirse como fenómenos puramente estatales (o de simples relaciones con el
mercado, la empresa privada, el trabajo o la tecnología), sino que solo pueden
comprenderse dentro del contexto mas amplio del cambio histórico en general, que es
un concepto sistémico que incluye a sus distintos aspectos fundamentales.
El primer tipo de teorías referidas al cambio histórico del capitalismo, es la de
ciclos u ondas largas de expansión y contracción (Kondratieff, Shumpeter, Mandel,
Friedman-C. Pérez). En el caso del pensamiento neoschumpeteriano, los paradigmas
3
característicos de cada etapa de expansión están relacionados con regímenes socio-
institucionales específicos como complementos necesarios para el despliegue de los
paradigmas. Dentro de este tipo de perspectiva, Carlota Pérez, por ejemplo, prefiere
hablar de Ondas ascendentes. También Utiliza el concepto de régimen socio-
institucional, que aunque hasta ahora no bien definido en su contenido y alcance, es
muy importante, porque incluye al elemento social junto al institucional.
3
Como es sabido, dentro de la tradición teórica neoschupeteriana y evolucionista, se considera a
las revoluciones tecnológicas (o tecno económicas) bajo la forma de cambios de paradigmas que
no pueden dejar de utilizarse por los empresas en competencia, para poder competir
eficientemente.
Junto a este primer tipo de visión, el segundo tipo que no puede dejar de
considerarse, es el de etapas de desarrollo, que es un concepto más sistémico que el
anterior que apunta a la interacción global entre los distintos componentes del sistema
capitalista, abarcando tanto al conjunto de los planos de estructuración social
(condiciones geográficas y ambientales, bases tecnoeconómicas, estructuras sociales,
regímenes institucionales, tipos de Estado y sistemas políticos, patrones culturales e
ideologías)4, desde un perspectiva dinámica que incluya a los sujetos y el conflicto y
cambio social. Dentro del estudio de las fases o etapas, deben incluirse tanto las
búsquedas histórico-sistémicas de carácter general (sucesión de etapas) en el sentido de
Maddison (1986), Dasgupta (1988) o Dabat (1994), como las referidas a etapas
especificas de ese desarrollo histórico, como es el caso de Lenin-Hilferding-Bujarin
sobre capitalismo monopolista financiero, el de Boyer y demás regulacionistas franceses
sobre el fordismo o de los distintos autores que estudian al capitalismo actual desde
distintas perspectivas y denominaciones acentuando ya en su aspecto productivo
(postindustrial, informacional, cognitivo, flexible) o a los que ponen el énfasis sobre la
institucionalidad neoliberal y el sobre el rol del nuevo sistema financiero.
Un tercer tipo de teoría que debiera incluirse en el análisis, es el de vías
alternativas del desarrollo5, referida a los distintos tipos de direccionalidad histórica
(escenarios posibles vistos dinámicamente), compatibles con una misma base
tecnológica, a partir de diferentes relaciones socio-políticas y culturales de fuerza entre
los grandes bloques históricos (económicos, sociales, culturales y políticos) que
disputan el poder (hegemonía) (Dabat, 1994, Introducción). Este último tipo de
formulación está presente en la obra de Marx o Gramsci. Pero también, esta implícita,

4
Por etapas del capitalismo, entendemos a los cambios históricos sistémicos que han
modificado al conjunto de las relaciones sociales, instituciones y patrones culturales propias del
capitalismo industrial vistas como despliegue y transformación de su lógica permanente de
desarrollo y valorización (base tecnológica, empresa, fuerza de trabajo, mercado, sistema
financiero, sociedad civil, cultura, Estado etc). Tales etapas se corresponden históricamente con
la dinámica de las ondas largas como puede verse en Dabat (1995), ha sido estudiadas en
general desde distintas perspectivas
5
Al respecto, para una fundamentación más amplia del concepto de vía de desarrollo que
incluye sus raíces en Marx y la utilización por Gramsci y autores mas recientes como B. Moore
(1973), puede verse Dabat (1994), Presentación del autor, p: 43-47. En lo que hace a las
aportaciones de Gramsci, dada la dispersión de fuentes y el carácter fragmentaria de su
propuesta, pueden verse, por ejemplo, Portelli (1979) u Ordoñez (1996) . Aunque desde una
perspectiva teórica y política distinta, nos parece que aportan en esa misma dirección los
señalamientos de E. Mandel sobre el papel de la lucha política-social en la determinación de las
características concretas de las ondas largas.
aunque planteado de otra forma, en la obra de Carlota Pérez (regímenes socio-
institucionales alternativos compatibles con un mismo paradigma tecnológico).

B. El intervencionismo estatal en el capitalismo desarrollado


A partir de este tipo de premisas, es posible efectuar una primera aproximación
concreta al dinamismo y contenido del desarrollo del estado en el capitalismo moderno.
Dentro de una secuencia de etapas históricas, el capitalismo industrial moderno
comenzó a desarrollar sus premisas básicas a partir de un fuerte intervencionismo estatal
destinado a romper las barreras del viejo régimen que bloqueaban su desarrollo (lo que
Marx llamara “acumulación originaria de capital”). El paso al capitalismo liberal del
siglo XIX (Estado mínimo, propiedad privada máxima, libertad total de mercado), solo
fue un fenómeno posterior, que apareció en ciertos países europeos o en Estados
Unidos, cuanto ya existían las premisas económicas, sociales y políticas para ello, como
cierto desarrollo de la acumulación de capital, empresa y excedente económico,
incorporación de la fuerza de trabajo y la tierra al mercado, abolición de las
corporaciones, mercados internos desarrollados, Estados coercitivos de derecho o
formación del mercado mundial moderno 6.
En conjunción con la evolución del mercado mundial, el desarrollo del
capitalismo industrial bajo su primera forma socio-institucional liberal (capitalismo
liberal del Siglo XIX), puso en marcha a la industrialización del mundo a partir de la
difusión del ferrocarril, de la división internacional del trabajo (incorporación de los
países agrarios al mercado mundial) y de la conformación de una clase obrera cada ves
mas fuerte y organizada, en lucha contra las condiciones salvajes de explotación de la
época. De un puñado muy estrecho de países industrializados tempranamente
(Inglaterra, Bélgica, Suiza, mas adelante Francia), se pasó a otro mas amplio que integró
a los países de industrialización tardía que adoptaron un rumbo socioinstitucional (vía
alternativa) diferente de industrialización (Alemania, Estados Unidos, Rusia, Japón)
basado en el proteccionismo comercial y un nivel relativamente alto de
intervencionismo estatal (Gerschenkron, 1962).
En este contexto, tuvieron lugar dentro del capitalismo tres grandes
transformaciones históricas: a) El despliegue de la llamada Segunda Revolución
(electricidad, acero, química pesada) con tecnologías e industrias mucho más complejas

6
Al respecto existe una amplia bibliografía, entre la que podemos mencionar, por ejemplo, a
Hosbawn (1988) en general, Suple (1978, 1980) para Europa, Adams (1979) para Estados
Unidos.
e intensivas en capital, nuevo tipo de empresa y crédito, monopolio, tendencia a la
subordinación de la industria al crédito e imperialismo moderno; b) El ascenso histórico
de las luchas sociales y políticas de la clase obrera y sus primeras grandes conquistas
históricas7; y c) El armamentismo, que junto con la extensión del Imperialismo
conduciría a la Primera Guerra Mundial. Estos fenómenos condujeron al agotamiento de
hecho del capitalismo liberal 8 (que no expresó todavía, sin embargo, en el pensamiento
económico dominante) y a un nuevo tipo de capitalismo monopolista de mayor
intervencionismo estatal, que conduciría al armamentismo de las grandes potencias, a la
Primera Guerra Mundial y a la Revolución Rusa de 1917.
La Revolución Rusa, a su vez, puso en marcha un conjunto de reformas sociales
en Europa vía efecto demostración (ver por ejemplo, Wauters, 1952), resultante del
temor a la repetición de los sucesos revolucionarios rusos 9. Pero también a un estado
crónico de guerra fría que de hecho que, aunque sin ese nombre, comenzó bastante antes
de la Segunda Postguerra. Todos estos procesos, en conjunto, dieron lugar a otro
enorme salto en el Gasto Publico y en la intervención gubernamental en general, sin que
ello se expresara aún en la reformulación sustancial del pensamiento económico y social
dominante.
Tras el muy corto intento de retorno al libre mercado y al capitalismo financiero
de base bancaria que tuvo lugar con posterioridad a 1925, la crisis de 1929 desbastó al
capitalismo mundial y lo hundió en la peor recesión de su historia. Ello afectó
profundamente a su dinámica de desarrollo, provocando fenómenos como la
contracción del mercado mundial, la reducción de la división internacional y un

7
La reducción de la jornada de trabajo fue el primer factor de cambio en esta dirección entre
1833 y 1864 en Inglaterra. Pero este primer gran cambio fue seguido por otros, sobre todo
después de 1880,el derecho al voto, la lucha política y la gran subida de la renta real, que
abrieron paso al llamado Estado Asistencial. A partir de decenio de 1880 hubo una expansión
ininterrumpida de la provisión de fondos públicos para la educación y la salud, que fueron
seguidos en los siguientes 70 años por a un crecimiento muy grande de las pensiones y de los
subsidios de enfermedad, de paro y familiares (Maddison, 1998).
8
Consideramos que puede hablarse de agotamiento de etapa fase histórica del capitalismo,
cuando entran en juego los siguientes factores: a) Reducción de de la capacidad de la base
tecnológica de la etapa para ampliar y diversificar la producción a precios cada vez más bajos;
b) Estancamiento de de la demanda social de sus productos y servicios más característicos; c)
Resistencia de los trabajadores a seguir trabajando en las condiciones anteriores y expresión de
lo expuesto sobre la productividad del trabajo; d) Declinación de los beneficios del capital. Pero
también pueden operar factores internacionales como señalamos anteriormente.
9
El régimen de propiedad de la tierra en Europa, por ejemplo, fue modificado en la mayoría de
los países, como consecuencia de reformas agrarias realizadas en los años inmediatamente
siguientes a la Revolución Rusa, conforme puede verse en Wauters (1952) en su libro sobre este
proceso.
crecimiento hipertrofiado del Estado (lo que Lenin y Bujarin denominarían Capitalismo
monopolista de Estado) , en un proceso que abrió paso al nazismo en Occidente, al
endurecimiento del socialismo estatista en Rusia10, a los primeros pasos de la sustitución
de importaciones en el Sur y al nuevo curso armamentista general que conduciría a la
Segunda Guerra Mundial. En el plano del pensamiento económico apareció el
keynesianismo que se tradujo en nuevas instituciones económicas, como la estricta
regulación del sistema financiero o las nuevas políticas de gasto público deficitario para
impulsar la demanda efectiva.
Pasada la enorme destrucción de recursos humanos y capacidad productiva que
significó la Segunda Guerra en Europa y en gran parte de Asia, se conjugaron varios
factores para posibilitar la llamada “Edad de oro del capitalismo”, dentro de un marco
de relativa liberalización de la economía capitalismo (substitución del keynesianismo
ortodoxo por la llamada “síntesis neoclásica” entre capitalismo keynesiano y liberal
formulada por Hicks (1937) que regiría la economía capitalista durante las próximas dos
décadas. La guerra había convertido a Estados Unidos en la única superpotencia del
mundo capitalista gracias a una economía de guerra (aviones, tanques, camiones
pesados, jeeps etc) rápidamente reconvertida en economía civil de consumo de masas
(automóviles, camiones, aviones de pasajeros, refrigeradores, lavarropas). En el plano
tecnológico, Estados Unidos lideraba tanto en las tecnologías dominantes en la época
(metalmecánica, petróleo) como en las nuevas tecnologías emergentes (nuclear,
microelectrónica) y concentraba el 70 % del gasto mundial en I&D. Era además el único
acreedor mundial y poseía la única moneda capaz de actuar como moneda de reserva y
medio de pago a nivel mundial.
Bajo el liderazgo de Estados Unidos y la creación de un nuevo orden económico
y político mundial bajo su hegemonía, la prosperidad estadounidense se trasladó a la
mayor parte del mundo en plena Guerra Fría. Los mecanismos de tal recuperación,
fueron la gran derrama internacional de dólares estadounidenses en las regiones mas
amenazadas por la expansión comunista como Europa Occidental o Asia Oriental, el
nacimiento del Mercado Común Europeo o el restablecimiento de la empresa privada y

10
A partir de 1928, Rusia entra en la etapa de la industrialización forzada basada en la
expropiación masiva de la propiedad agraria, la industrialización pesada (acero, cemento,
infraestructura física) y la planificación central (Schwarts, 1965). Tal curso económico de la
Rusia Soviética, tendrá también mucha influencia sobre las experiencias de desarrollo de otros
países, como seria el caso de la primera etapa de la revolución china o, incluso, de de los
primeros planes de desarrollo de la India Independiente (Maddison, 2006) e influenciará
fuertemente a la Teoría del Desarrollo.
el libre comercio en Occidente. En el plano institucional, el régimen regulatorio cuasi-
keynesiano (la síntesis neoclásica), posibilitó la difusión internacional de las nuevas
tecnologías y la expansión de la empresa multinacional que acompañaron al consumo
de masas como parte del pacto de paz social posibilitada por el Estado del Bienestar.

C. La ampliación del tamaño del Estado


En lo que hace a la evolución del tamaño del Estado, la transición a la nueva
época también tuvo cambios significativos. Tras la pequeña disminución del gasto
público entre 1938 y 1950 atribuible a la finalización de la guerra, la desaparición de la
Alemania nazi o la ocupación de Japón (descenso del gasto publico del 289 al 26 7 %
del PIB entre 1938 y 1959 en los cinco países mas desarrollados que puede observarse
en el cuadro 1), lo mas relevante es el cambio en la composición del gasto, resultando
de la reorientación del gasto militar en gasto predominantemente civil, dentro del marco
de la vertiginosa expansión del Estado del Bienestar. Entre 1950 y 1973, la
participación del gasto social en el PIB se elevó muy fuertemente en los países
avanzados como puede verse en el mismo cuadro, como parte del fortalecimiento del
movimiento obrero y de los partidos políticos afines, dentro de un régimen institucional
favorable generado por la convergencia keynesianas-fordista de estímulo al consumo de
masas y el pleno empleo11.

Cuadro 1. Gasto Público Total como porcentaje del PIB a


precios actuales, 1937-1998

1913 1929 1938 1950 1973 1987 1998*


Francia 8.9 12.4 23.2 27.6 38.8 53.6 49.9
Alemania 17.7 30.6 42.4 30.4 42.0 47.3 46.0
Japón 14.2 18.8 30.3 19.8 22.9 33.9 34.8
Reino unido 13.3 23.8 28.8 34.2 41.5 45.2 37.7
EE.UU 8.0 10.0 19.8 21.4 31.1 37.0 30.5
Promedio 12.4 19.1 28.9 26.7 35.3 43.4 39.8

11
Según Maddison (1986) la idea del pleno empleo fue establecida en la ley de pleno empleo de
1946, que recién fue aplicada por completo en 1966. En Gran Bretaña y Escandinavia, el
evangelio keynesiano del pleno empleo y el activismo fiscal ganaron amplia aceptación en los
medios académicos, políticos y burocráticos. Alemania puso mayor énfasis en la estabilidad de
precios, pero también proclamó la meta del libre empleo en la ley de Estabilización de 1967.
Fuente: De 1913 a 1987 Angus Madisson (1991) Historia del
Desarrollo capitalista. Sus fuerzas dinámicas. Una visión comparada a
largo plazo. p 62. Para 1998 Horton Mark, Manmohan Kumar, Paolo
Mauro (2009) The State of public finances: A Cross-Country Fiscal
Monitor. FMI

Asímismo gasto militar de postguerra en Estados Unidos, tendió a convertirse en


gran parte en inversión eninversión y desarrollo (IyD), bajo la forma de erogaciones
generalmente reutilizable en actividades civiles (Rosenberg y Mowery, 1998). En
términos generales, bajo una u otra forma, los principales países capitalistas también
tendieron a elevar fuertemente el gasto en IyD conforme puede verse en el cuadro 2 que
arranca desde comienzos de la década de los 60s, que es un fenómeno que se conjugó
con la conformación de lo que posteriormente comenzaría a llamarse sistemas
nacionales de innovación a partir del estudio de la experiencia de Japón (Freeman,
1987)
Cuadro 2.
Distribución de los gastos en IyD, entre algunas economías de mercado
industrializadas y los países en desarrollo. 1963/64, 1977, 1988 y 2000
(miles de millones de dólares a precios corrientes y en porcentajes de totales anuales)
1963/64 1977 1988 2000
EE.UU 70 46 40 33
Otras economías de mercado industrializadas (excepto
Australia y New Zelanda) 28 51 56 59
Países en Desarrollo (muestra) 2 3 4 9
Total % 100 100 100 100
Total (miles de millones US$) 29 97.5 340 825

Fuente: The Uncertain quest: science, technology, and development. United Nations University
Press. Tokio-New York-Paris. 1994. Para el año 2000, elaboración propia con base en OECD
www.sourceoecd.org

En términos generales, el gasto público de postguerra tendió a centrarse en lo


que Maddison llamara “compromisos modernos” propios del Estado intervencionista de
Bienestar, que se situaba bastante por encima de los compromisos tradicionales (gastos
civiles, militares y de servicio de la deuda pública) que absorbían el 11 % del PIB
contra el 21 % de los tradicionales. Dentro de los compromisos modernos, destacaba el
rubro de pensiones que ocupaba el primer lugar en casi todos los países (cerca del 7 %
del promedio del PIB) seguido por educación y sanidad con niveles cercanos al 6 y el 4
% respectivamente (Maddison, 1998), con rápido crecimiento puede observarse del
gasto en IyD. En cuanto a los gastos tradicionales, el gasto militar predominaba en
Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, mientras que en Gran Bretaña comienza ya a
tener mucha importancia el servicio de la deuda pública (5 % del PIB), que por entonces
doblaba la importancia del pago de intereses por Estados Unidos.
Sintetizando lo expuesto a partir de la perspectiva histórica mostrada en el
Cuadro 1, puede verse que desde las últimas décadas del siglo XIX hasta la década de
los 80s del siglo XX, tanto el gasto como el empleo público tendieron a crecer casi
ininterrumpidamente, pasando el primero a representar entre un tercio y la mitad del PIB en
los países mas desarrollados, y el segundo entre una quita parte y un tercio del empleo total
aproximadamente en los mismos países, con predominio del empleo en los servicios
tradicionales, salud y educación. Habría que agregar que ello fue acompañado por un
12
crecimiento paralelo de la empresa pública y de los sistemas regulatorios como los
establecidos sobre el sistema financiero. En término de países, la intervención pública
13
creció mas lentamente en Japón y Estados Unidos que en los demás ya mencionados,
aunque en Japón tuvo muchísima importancia el papel impulsor y coordinador del
Ministerio de Comercio Internacional e Industria (MITI).
Pero pasadas las respuestas anticíclicas y de salvataje social provocadas por la
gran crisis de 1974-75 y la depresión de los 80s, la tendencia histórica expuesta tendió a
invertirse, como se puede ver en el cuadro 1, aunque ya bajo los efectos de la
reestructuración neoliberal. Esto nos lleva a una breve ubicación de los fenómenos que
condujeron a gran crisis histórica que abrió paso al advenimiento del neoliberalismo
cuya naturaleza, propuestas y razones históricas serán consideradas en la Sección 2.

D. La gran crisis de los años 70s.


La gran crisis de los 70s y la subsiguiente depresión inflacionaria, tuvo que ver con
múltiples factores, tanto de agotamiento de la base tecnológica del fordismo, como

12
El peso de la empresa pública en los países avanzados llego a ser muy grande, especialmente
en Francia, Alemania, Italia, Suecia y Gran Bretaña entre los mas importantes. Alcanzo en los
años 80s a mas del 75 % del total en telecomunicaciones en Francia, Alemania, Italia o
Suecia),;a la misma cifra en electricidad en los tres países mencionados anteriormente mas Gran
Bretaña; en ferrocarriles en todos los países mencionados; en aerolíneas a todos los países
citados menos Suecia, que sin embargo sobrepasaba el 50 %) o en Acero, que era el caso de
Francia, Italia, Gran Bretaña o Reino Unido (Stiglitz, 1980). La empresa pública solo fue
bastante menos importante en Japón (donde sin embargo alcanzó a mas del 75 % en
ferrocarriles y servicios postales) y en Estados Unidos, donde solo llego a ese nivel en Servicios
Postales (Stiglitz, 1980).
13
Japón (como aun más Alemania) llegaron a tener en 1938 la mas elevada proporción mundial
del gasto público en relación al PIB, 42.4 y 30.3 % respectivamente, contra 19,8 % de Estados
Unidos en pleno New Deal. Tras la derrota en la Segunda Guerra mundial y la ocupación
militar, el gasto de Japón y Alemania se bajaron al 30.4 y 19.8 % en 1950.
sociales (gran activismo de los trabajadores14 dentro de un contexto de creciente
radicalización social), de incapacidad del régimen institucional keynesiano para
contener la inflación o de entorno internacional (estrechamiento del espacio de
valorización del capital tanto por la extensión del llamado Campo Socialista en Asia,
America Latina y África, como por la expansión de la economía publica en Occidente y
el Tercer Mundo. Ese conjunto esos factores erosionaron la rentabilidad capitalista en
los principales países, primero en Estados Unidos desde la segunda mitad de los años
60s15 y poco mas tarde en Europa.
La profundidad y duración de la crisis de los años 70s resultó principalmente de
un conjunto de factores entrelazados entre los que destacan el agotamiento, tanto de la
base tecno-productiva del fordismo y del régimen institucional keynesianismo, como
del colapso del régimen monetario de Betton Woods y del viejo orden petrolero de la
segunda postguerra (Maddison, 1986; Coriat, 1994; Dabat y Rivera, 1993). Aunque
estos dos últimos factores, con ser tan importantes, fueron también, en ultima instancia
el resultado de los dos primeros, como resultado de la crisis del fordismo y la
decadencia de Estadios Unidos.
La situación expuesta abrió paso a una discusión muy amplia entre los círculos
intelectuales, políticos y empresariales mas encumbrados del sistema capitalista que
conducirían a la drástica alteración de los paradigmas de pensamiento dominante
(substitución del keynesianismo por el neoliberalismo), especialmente en los países
capitalistas avanzados mas afectados por la crisis especialmente Gran Bretaña y Estados
Unidos Este fenómeno, coincidiría con los avances de la revolución microelectrónica y
de los nuevos sistemas de innovación tecnológica, para abrir abrirían paso a una nueva
época histórica dominada por el ascenso internacional del neoliberalismo y la
conformación de un nuevo tipo de capitalismo de base informática-global.
Pero antes de entrar directamente a este fenómeno, se hace necesario considerar
las condiciones particulares de America Latina.

14
El gran activismo internacional de los trabajadores desde fines de los años 60s, no obedeció
tanto a demandas salariales, como a la resistencia al crecimiento ya insoportable de los ritmos
del trabajo. En la medida en que la base social del fordismo era precisamente el intercambio de
intensidad creciente del trabajo por mayor salario, el nuevo fenómeno golpeaba la raíz misma
del régimen productivo vigente (Coriat, 1994).
15
La rentabilidad empresarial en Estadios Unidos comenzó a caer en Estados Unidos a partir de
la segunda mitad de los años 60s, desde una tasa del 8.3 % en 1965, a otras del 7.7 % en 1966-
67 y del 5.5 % en 1971-33 (Nordhauss, 1974).
C. Estado y desarrollo en el mundo periférico y América Latina.
Aunque mas tardíamente que en los países avanzados, los países en desarrollo también
atravesaron por un fuerte incremento del intervencionismo estatal y el gasto público
como resultado de los procesos de descolonización de la Segunda Postguerra (África y
ciertos países de Asia como la India), de los comienzos tardíos de su industrialización y
de las reformas sociales emprendidas por la mayoría de estos países y, sobre todo, del
fuerte impulso suministrado por la experiencia asiática.
Dentro de ese proceso general, America Latina destacaría tempranamente por su
nivel de intervencionismo estatal partir de la depresión de los años 30s, la Segunda
Guerra Mundial y la inmediata postguerra. Esto sucedió sobre todo en los países de
mayor tamaño y desarrollo económico de la región (Brasil, México, Argentina y Chile)
bajo el impacto de los gobiernos nacionalista-populistas, del proteccionismo comercial
y de las grandes nacionalizaciones y reformas sociales que dieron lugar un amplio
sector social y seguridad social, empresa pública, banca de fomento y rectoría
económica por los Estados y bancos centrales, que incluiría el apoyo a la creación de un
tipo de burguesía nacional con componentes altamente burocráticos, por su dependencia
del financiamiento publico directo o indirecto. En términos generales, el crecimiento del
gasto público se iría extendiendo en distinta medida al resto de la región y continuaría
subiendo hasta mediados de los años 80s a un ritmo mayor o parecido al de los países
desarrollados (ver Gráficas 1 y 2), cuando sería revertido como consecuencia de la crisis
de la deuda y el advenimiento del neoliberalismo.

Grafica 1. Evolución internacional comparada del gasto público en relación al PIB


en diversos países y regiones 1970-2005
60

50

40

30 Estados Unidos
Japón
20
UE-15

10 América Latina

0
74

86

98
70

72

76

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Fuente: Tomado de Ricardo Martner, (2004). Indicadores Fiscales en America Latina y el Caribe, CEPAL
Naciones Unidas. P. 4
Este proceso tuvo lugar dentro de una modalidad de industrialización que
Fajnzylber (1983) denominaría como “proteccionismo frívolo”, por su bajo nivel de
intensidad tecnológica, productividad del trabajo y competitividad internacional,
especialmente en comparación con Asia Oriental. En la medida en que ello se dio dentro
de un contexto de fuerte burocratización del Estado, de la empresa pública y de la
sociedad civil, y de sectores de la empresa privada (sindicatos, ejidos campesinos en
México etc), ello daría lugar a un proceso de industrialización “trunca” (Fajnzylber,
Ibid), que conjugaría logros importantes en términos de cambio estructural y
aprendizaje laboral y gerencial (Katz, 2009), con un creciente rezago frente a los
avances tecnológicos mundiales, incluida la modernización de los Estados nacionales y
sus empresas públicas.
En cuanto al crecimiento histórico del gasto público en la región, la información
disponible directamente comparable, solo nos permite partir de 1950, que es un punto
de partida que ya presupone el primer gran impulso estatizador ya mencionado. Entre
ese año y 1970, según datos de CEPAL citados por Martner (2009), el promedio
regional del gasto público de America Latina se elevó lentamente desde el 11-12 % al
14 % del PIB, y fue financiado por recursos internos. Pero desde entonces (Gráfica 2),
el gasto público tendió a crecer mucho más rápidamente hasta alcanzar al 24.5% del
PIB en 1984, financiado por el endeudamiento externo y crecientes déficits fiscales muy
que a mediados de los años 80s alcanzarían magnitudes enormes, bastante superiores al
10 % del PIB, especialmente en los países más grandes de la región (Gráfica 2)16.

16
Entre 1970 y 1982 los déficits del sector público de Argentina, México y Brasil, pasaron del 1
al 14 % en el primer país y del 2 al 17 % en los dos últimos, como parte de un proceso general.
Como resultados del mismo, el pago por intereses del servicio de la deuda elevó su
participación en el gasto público regional, del 8 % en 1975 al 20 % en 1984 (FMI, 1985).
Gráfica 2. America Latina: Ingresos y gastos del gobierno central en % del PIB 1950-2007.
promedio simple
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Ingresos Gastos

Fuente: Tomado de Ricardo Martner, (2004). Indicadores Fiscales en America Latina y el Caribe, CEPAL Naciones Unidas, p. 7 .OXLAD para
serie 1950-1989, CEPAL para serie 1990-2003.

Como resultado de lo expuesto (carácter del financiamiento y enorme peso de


los déficits públicos y de los pagos del servicio de la deuda, el incremento del gasto
publico no afectó positivamente al crecimiento económico como lo demuestra la
variación del PIB cuyo ritmo de crecimiento regional, tendió a ser inversamente
proporcional al del gasto público (comparar Grafica 2 con gráfica 3). Desde entonces el
enorme servicio de la deuda pública y en particular externa, jugaría un papel
extraordinariamente negativo sobre la capacidad financiera del Estado y el crecimiento
económico que solo comenzaría mitigarse relativamente (en la medida del alivio que
implico para las finanzas públicas) a partir de la implementación del Plan Brady.
El auge del intervencionismo estatal y del gasto público, fue seguido entre 1982
y 1985 por la gran crisis de la deuda externa, que abrió un periodo de derrumbe
generalizado del intervencionismo estatal en la región prolongado hasta 1991, ya en el
contexto del Plan Brady y el Consenso de Washington. Como resultado del derrumbe, la
Gráfica 3. Crecimiento del PBI per cápita - América Latina y el
Caribe (1970 - 2003)
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-4

-6
Fuente: Ugarteche, Óscar. (2009), acualizada por el autor. La crisis global y la regionalización: una visión desde América Latina. Lima,
Perú, p 46 con base en indicadores del desarrollo mundial (WDI) del BM, 2004.

participación del gasto público en el PIB regional, pasaría del 25 % ya mencionado en


1985, al 15 % del PIB a comienzos de los años 90s (OCDE, Historical Statistics), ya en
las condiciones del ajuste estructural. En la medida en que el derrumbe del gasto
público marcharía unido a las grandes privatizaciones y al cierre generalizado de
empresas por la apertura comercial y la desaparición del financiamiento público, el
“adelgazamiento” del Estado conllevaría tanto cierta desburocratización del Estado
como, sobre todo, la destrucción de grandes capacidades productivas (Katz, 2009).
Posteriormente (tras la superación de la crisis de la deuda), el gasto público de
la región comenzaría a recuperarse hasta cerca del 19-20 % del PIB, aunque ya dentro
de un nuevo tipo de funcionalidad estatal (desaparición casi total de la empresa pública
y la banca de desarrollo, privatización de la seguridad social etc). En síntesis puede
decirse que América Latina tuvo entre 1950 y 1985 un crecimiento del gasto público
más rápido que el de los países avanzados, como también una caída posterior mucho
más grande y estructuralmente profunda, aunque seguida de una leve recuperación más
temprana que la de Unidad Europea y Estados Unidos.
En lo que hace a los casos nacionales existen importantes diferencias nacionales
de tendencia dentro de un contexto de fuertes fluctuaciones, que resultan difíciles de
cotejar por la falta de homogeneidad de las fuentes 17 La más notable es la de México,
17
Para un cotejo adecuado de las cifras de gasto público de los diferentes países en America
Latina habría que tener en cuenta, por ejemplo, las enormes diferencias que se derivan del
régimen político interno (gobierno central,, estatales y municipales) o el diferente efecto de la
inflación sobre el PIB y el gasto publico, respectivamente. Esto explica, por ejemplo, las
donde el gasto público del gobierno central se eleva desde menos del 20 a bastante mas
del 30 % del PIB entre 1970 y 1982 por los grandes descubrimientos petroleros y el
altísimo nivel de endeudamiento externo, para luego caer a un nivel muy bajo no muy
superior del de 15-16 % del PIB con posterioridad a 1990. (CEPAL, Estadísticas de
América Latina y le Caribe y Oxford, History Base), mientras que en los casos de otros
países como Brasil, Argentina o Chile, existe una tendencia mas generalizada al
incremento, aunque con fluctuaciones muy grandes dependientes (por ejemplo en
Argentina y Chile, por la orientación política de sus gobiernos en las distintas épocas.
Sin embargo pueden observarse distintos patrones históricos como un tipo de gasto que
tiende al 30 % del PIB en Argentina o Chile o a cerca 40 % en Brasil (Anido, 2008).
Visto en su conjunto (países industriales y en proceso de industrialización) el
elevamiento del intervencionismo estatal y el gasto público en el capitalismo, tuvo un
signo positivo, en la medida en que favoreció logros históricos fundamentales, como las
mejoras en condiciones de trabajo, vida y seguridad social de los trabajadores, diversos
tipos de reformas sociales y culturales progresistas, o el impulso al desarrollo científico
y tecnológico. Pero esto no fue de ninguna manera un fenómeno lineal, necesario, ni
mucho menos absoluto. El intervencionismo estatal no solo permitió el advenimiento de
regímenes político-sociales aberrantes como el fascismo, sino que también conllevó
consigo, tendencias hacia la hipertrofia burocrática del propio aparato estatal o hacia la
burocratización de la sociedad civil, incluidas las organizaciones de los trabajadores y
otros sectores populares.

2. Neoliberalismo, nuevo capitalismo y base social del actual régimen socio-


institucional.

A. Los orígenes y el significado del neoliberalismo.


El neoliberalismo es una corriente de pensamiento social relativamente nueva, de poco
mas de 60 años de existencia, que no puede ser simplemente asimilada al viejo
liberalismo del siglo XIX. El neoliberalismo se constituyó propiamente como tendencia
de pensamiento en la inmediata postguerra del siglo pasado, como corriente reaccionaria
(en el sentido mas clásica del término) que proponía integrar en un nuevo cuerpo
teórico, a las ideas fundamentales del liberalismo clásico del siglo XIX (libre mercado,

grandes diferencias que existen entres las fuentes de las series históricas mas utilizadas, como el
es el caso, por ejemplo, de las suministradas por la CEPAL (Estadísticas de América Latina y le
Caribe), la OECD (Historical Statistics) o la Universidad de Oxford (Latin American
Economic History Data Base).
propiedad privada absoluta y estado mínimo) con un nuevo tipo de conservadorismo
social totalmente hostil a los nuevos movimientos sociales y a todo tipo de solidarismo
e igualitarismo 18. Su punto de arranque se encuentra en la obra fundacional de Hayeck
(1944) que focaliza su ataque contra las distintas formas de intervencionismo estatal y el
Estado del Bienestar, con particular énfasis en la crítica del keynesianismo. Pero se
convirtió en como una corriente alternativa relativamente amplia, a partir de 1947,
cuando logra constituirse como corriente neoliberal organizada con la participación de
importantes intelectuales de la época19.
Tras un importante trabajo de penetración en las universidades, la hora del
neoliberalismo llego con la evidencia de que habían dejado de funcionar las
instituciones y políticas keynesianas y fordistas. Tras la gran crisis de 1973-74 y el
fracaso de las políticas anticíclicas de la época, los países capitalistas avanzados
entraron a en un proceso de estancamiento económico inflacionario que llevo al poder
comienzos de los años 1980 a políticos neoconservadores audaces como Thatcher y
Reagan en Gran Bretaña y Estados Unidos respectivamente. Los gobiernos neoliberales
se apoyaron en los nuevos cuadros neoliberales formados en las universidades
anglosajonas, contando con el apoyo de las empresas trasnacionales en pleno proceso de
expansión, de la gran masa de la clase media acomodada en búsqueda de revaloración
de sus ahorros y, sobre todo, del nuevo sector financiero especulación (los llamados
fondos de inversión) que pugnaba por substituir a los bancos tradicionales en la
atracción del ahorro privada y en la intermediación financiera20
18
Esta naturaleza social, cultural, ambiental y políticamente conservadora del neoliberalismo, es
lo que hace que los neoliberales estadounidenses se autodenominen conservadores, mientras que
los sectores progresistas de ese país, se reconozcan como liberales (aunque sean críticos de
ciertos aspectos del liberalismo), en reivindicación del progresismo sociocultural del liberalismo
clásico, en su lucha contra el conservadurismo de los siglos XVIII y XIX, basado en los
privilegios aristocráticos, el autoritarismo y la defensa de la estabilidad de las instituciones, en
contraposición a la adecuación permanente de las mismas, para adecuarlas a los nuevos
requerimientos históricos.
19
Tres años después de la publicación de su obra fundamental, Hayeck convoca a una serie de
connotados intelectuales afines a una reunión en la pequeña estación de Mont Pelerin, Suiza.
Entre los asistentes estuvieron Miltón Fiedman, Kart Popper, Lionel Robbins, Ludwin Von
Mises, Walter Eukpen, Walter Lippman, Mihael Polany (hermano de Karl Polanyi) y Salvador
de Madariaga. Allí se fundo la Sociedad de Mont Pelerin, como una suerte de franco-masonería
neoliberal con reuniones internacionales cada dos años. El objetivo fundamental de la sociedad
era combatir al keynesianismo, el solidarismo y el igualitarismo reinantes, para preparar las
bases de otro capitalismo duro y libre de reglas para el futuro (Perry Anderson, 2003).
20
Conforme se señala en Dabat y Toledo (1999) los fondos de inversión especulativos
aprovecharon la crisis de la banca comercial tradicional provocada por la crisis de la deuda
(pérdidas causadas por el pago solo parcial de de los prestamos sindicados de los años 70s y
reducción de sus tasas de interés pasivas) para provocar un cambio radical en la estructura del
sistema financiero mundial, comenzando por la de Estados Unidos y Gran Bretaña. En Estados
Aunque con distintos matices (P. Anderson, 2003)21 ambos experimentos
políticos neoliberales conducen a resultados inicialmente exitosos para la economía
capitalista, dando lugar a un nuevo régimen socio-institucional de amplio alcance,
orientado hacia la privatización y desregulación de la economía internacional,
incluyendo la reconstitución del mercado mundial y de las entidades internacionales
como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o el GATT. Parte de ello,
fue la transmisión internacional del neoliberalismo a los países en desarrollo, donde
encontraron un campo fértil en los países mas afectados por la Crisis de la Deuda de
comienzos de los años 80s.
Pero el neoliberalismo no solo destruyó el viejo sistema socio institucional
fordista-keynesiano, sino que también abrió paso al despliegue de la nueva tecnología
electrónica-informática en plena expansión desde la inmediata postguerra (Rosember y
Mowery, 1998). Esto sucedió precisamente en la misma época (1980 en adelante), en
que tienen lugar un conjunto de grandes transformaciones mundiales (Dabat y Rivera
1993) entre los que destacó la difusión explosiva de la computadora personal, el aún
mas rápido crecimiento de Internet a partir de 1995 y, mas recientemente, la
generalización de los instrumentos electrónicos de control (computadoras de propósitos
especifico) de todo tipo de equipos y dispositivos utilizados en la vida actual (Dabat y
Ordoñez, 2009). La generalización del uso de la computadora e Internet hará posible, a
su vez, un importante salto en la innovación científica y tecnológica, en el acceso a la
información o en la constitución de redes sociales lo que en conjunto posibilitarán el
pasaje a las denominadas Sociedad de la Información (Castell, 1999) y Economía del
Conocimiento (David y Foray, 2002; Rodríguez Vargas, 2009), en cuanto aspectos

Unidos, por ejemplo, se pasa de una estructura de intermediación financiera controlada por la
banca tradicional (55.8 % del total en 1948) a otra, en la que dicho porcentaje desciende al 34.5
% 1980 al 25.2 % en 1993, mientras que la de los nuevos fondos de inversión se eleva del 8.7
% en 1948, el 25.5 en 1989, y al 46.9 % en 1993. Tal ascenso es posibilitado (además de la
crisis de la banca comercial) por la completa desregulación del sector, el incremento
permanente de la riqueza privada ociosa en búsqueda de rápidos beneficios, el desarrollo de las
calificadoras de riesgo y las facilidades operativas generadas por la difusión de la tecnología
informática y de Internet (operaciones financieras en tiempo real).
21
El neoliberalismo de Thatcher, fue mucho más ortodoxo y radical que el de Reagan (Perry
Anderson, Ibid), dado el carácter mucho más esclerosado y decadente del Estado y la economía
británica, el nivel mas elevado de la deuda pública y la carga financiera de su servicio. El de
Reagan estuvo mucho mas preocupado por los problemas de la Guerra Fría y de sus relaciones
con el complejo industrial militar, por lo tuvo un carácter mucho mas pragmático que lo
condujo incluso, en momentos de su gobierno a un llamado “keynesianismo militar. Pero el
gobierno de Reagan coexistió en todo momento con los sectores neoliberales más ortodoxos, a
los que le dio una importantísima participación durante su presidencia.
centrales del nuevo capitalismo informático-global22. Esto planteará una relación
compleja entre neoliberalismo y nueva economía, que requiere para su estudio de una
mayor profundización que considere la relación entre ambos fenómenos.

B. El neoliberalismo y la doble cara del nuevo capitalismo.


Por su origen y despliegue internacional, neoliberalismo y patrón productivo
informático-global, aparecen históricamente como dos fenómenos entrelazados e
inicialmente complementarios, que son parte de un mismo proceso histórico
(económico y político) de doble cara. Esto es así, no solo por el papel central que
cumple el neoliberalismo en la gestación del nuevo régimen socio-institucional del
nuevo capitalismo, sino también por la génesis histórica de ambos fenómenos tan
paralelas y relacionadas. El nuevo tipo de crédito, al igual que la desregulación,
favorece el despliegue inicial de la nueva tecnología y la de nueva empresa en el sector,
a partir del llamado capital de riesgo, que hace posible que jóvenes innovadores recién
salidos de la universidad se conviertan en grandes empresarios en los sectores más
dinámicos de la nueva economía mundial (C. Pérez, 2004). Pero a su vez el nuevo tipo
de tecnología, agiliza el despliegue de los mercados y nuevo sector financiero al
dotarlos de agilidad y versatilidad (operación en tiempo real de operaciones
tradicionales y de cobertura de riesgos), o al permitirle diseñar sus nuevos modelos de
administración de riesgo basados en un nuevo tipo de ingeniería financiera de base
computacional (procesamiento informático de millones de datos y series de tiempo
entrelazadas).
Pero la complementación de ambas caras no va mucho más allá, porque
substancialmente, ambos componentes del nuevo capitalismo (base tecnoproductiva y
régimen socio institucional), son dos fenómenos de potencialidad y desenvolvimiento
muy diferente, conforme surge de sus distintas manifestaciones y potencialidades
históricas (Dabat, 2005). Esto queda patente, por ejemplo, en la progresiva tendencia al
desacoplamiento del nuevo sistema financiero con respecto a la base productiva del
sistema que estuvo en la base de la crisis financiera actual dentro de Estados Unidos
(Dabat, 2009). Dentro de la tradición schumpeteriana de destrucción creativa, el
neoliberalismo debe más bien verse como un primer momento de destrucción sin
22
En nuestro análisis, consideramos que la globalización es fenómeno mucho mas amplio que el
de la mundialización de la economía y la vida social, en la medida en que constituye un
fenómenos estructural que incluye cuestiones la infraestructura física y comunicativa de
Internet, la nueva división global del trabajo, la nueva estructura de la empresa y la competencia
las nuevas cadenas productivas trasnacionales o las redes trasnacionales de la sociedad civil.
construcción. Históricamente, destruyó las viejas institucionalidades keynesianas,
fondistas, populistas y social-estatistas que predominaban en el mundo de la Segunda
Postguerra. Pero en términos de creación de nuevas tecnologías solo aportó como
proceso genuinamente nuevo al nuevo sistema financiero especulativo y sus sofisticados
sistemas de pretendida administración del riesgo.
En esa marcha, el neoliberalismo impuso un conjunto muy amplio de
mecanismos socio-institucionales que implicaron la destrucción masiva de grandes
capacidades productivas, sociales y cognitivas. Este ha sido el caso, por ejemplo, de
fenómenos como: (a) la subsidiarización y el debilitamiento del Estado23 y la
privatización de empresas, espacios e instituciones públicas, incluyendo a los sistemas
previsionales de pensiones: (b) la desregulación sistemática de los mercados a costa de
enormes catástrofes sociales, especialmente en el mundo laboral (Stiglitz, 2002); (c) la
creación de un sistema financiero especulativo desregulado de magnitud
incomprobable24, que provocó la peor crisis mundial desde la crisis de los años 30s del
siglo pasado; (d) la constitución de grandes monopolios privados en los Medios de
Comunicación; (e) el impulso a un tipo de globalización carente de gobernabilidad
pública (Stiglitz, 1988) y delegación de hecho de sus funciones en la empresa
trasnacional, los nuevos fondos especulativos, el poderío mundial de Estados Unidos y
y los restos de las viejas organizaciones internacionales públicas, refuncionalizadas para
cumplir con sus nuevas funciones; (e) el predominio de un tipo de producción y
consumo socialmente irresponsable, que terminaría afectando la sustentabilidad
ambiental de la vida humana en el planeta; o (f) la utilización a gran escala de la guerra
y el terror, para vencer resistencias a la expansión mundial de las instituciones y valores
estadounidenses25. En cuanto al desenvolvimiento de los países periféricos, el
23
El debilitamiento de los Estados Nacionales no solo afectó al gasto, a sus instituciones
regulatorias o a la empresa pública, sino que golpeo muy fuertemente a las finanzas públicas, al
reducir las cargas fiscales a la riqueza y favorecer la evasión sistemática de impuestos, con la
ayuda fundamental de de los paraísos fiscales y el reforzamiento del secreto bancario
24
Con señalamos en otro trabajo (Dabat 2009), el nuevo sistema financiero dio lugar al llamado
“shadow banking system” o sistema bancario paralelo oculto, que llego a manejar
aparentemente un nivel de riqueza casi igual al del sistema bancario oficial; pero con la
diferencia que los montos y modalidades de los fondos invertidos en él, eran desconocidos, no
solo por las autoridades regulatorias. Al respecto existen numerosos trabajos como Roubini,
(2006); Gillian y Davies, (2007) o Gross, (2007)
25
El conservadurismo intelectual estadounidense de fines del siglo XX, vinculó la seguridad
internacional del país a la creación de regímenes políticos nacionales afines a las instituciones y
valores estadounidenses (Franchin y Vernet, 2003). Tal concepción, se extendió ampliamente
en los principales círculos de poder del país y asoció al pensamiento militar de Albert
Wohlstetter, el teórico de la guerra limitada con armas “inteligentes” de extraordinaria precisión
y una industria bélica altamente innovadora. Parte fundamental de esta política internacional fue
neoliberalismo se propuso substituir las estrategias nacionales de desarrollo por la mera
incorporación de los países al mercado mundial, el libre comercio y los libres de
movimientos de capital (Rodrik, 2000), de las que solo se salvaron los países que
desdeñaron la ortodoxia neoliberal y siguieron un rumbo propio, como los de Asia
Oriental.
El aspecto creativo del nuevo capitalismo, no vino del neoliberalismo, sino de la
Revolución Informática y del nuevo patrón productivo conformado a partir de ella, que
fueron los que conformaron las bases del cambio histórico mundial (Rivera, 2007). En
el plano de la denominada Economía del Conocimiento, estos fenómenos, conducirían a
la convergencia del nuevo sector electrónico-informativo con el sector científico
educativo (Dabat y Ordóñez, 2009). La sociedad de la información haría posible el
desarrollo de las redes de comunicación, que revolucionarían a la Empresa, a la
Universidad, al Estado y a la propia Sociedad. A su vez, la relación del Estado con la
empresa y la Universidad, daría lugar a los llamados Sistemas Nacionales de
Innovación, vinculados internacionalmente por la difusión mundial de las nuevas
tecnologías26.
Socialmente, los nuevos requerimientos tecnológicos también tienden a
fortalecer al mundo del trabajo, en la medida en que los nuevos medios de producción
(computadoras, equipo industrial y científico, medios de comunicación etc.) requieren
de conocimientos mayores para hacerlos funcionar, reparar o aun utilizarlo como
consumidores. Esto tiende a modificar en buena medida la tendencia original del
capitalismo hacia la simplificación, descalificación y parcelamiento del trabajo (Marx
2005); (Landes 1979) que sería acentuada posteriormente por el taylorismo y el
fordismo (Coriat, 1994). En las nuevas condiciones históricas, el trabajo tiende a

el apoyo incondicional a Israel, visto como bastión fundamental de la difusión del capitalismo
neoliberal en el Medio Oriente. Esta parece haber sido la razón por la cual Estados Unidos
jerarquizó mas la invasión del Irak de Sadam Hussein (que carecía de vínculos importantes con
el fundamentalismo islámico), sobre la intervención en Afganistán, mucho mas vinculada a Al
Qaeda.
26
Los llamados Sistemas Nacionales de Información y su vulgarización como Triple Hélice,
constituyen teorizaciones ex post de la experiencia histórica de los países industriales en la
Segunda Postguerra y de los arreglos institucionales derivados de ella (asociación entre Estado,
empresa y universidad para promover la innovación tecnológica). Pero para los países
periféricos y de America Latina, que nunca vivieron tal experiencia (su teorización coincide
mas bien con la desaparición de la Teoría del Desarrollo), habría que reformular dicha propuesta
para integrarla en sus estrategias de desarrollo, enfatizando mas sobre el aprendizaje social y
organizacional que sobre la innovación de punta, apoyándose en la experiencia de los países de
Asia Oriental.
complejizarse y recalificarse parcialmente27, aunque dentro de un proceso que está muy
lejos de abarcar al conjunto de los trabajadores, especialmente en los países en
desarrollo, por las desigualdades sociales y educativas, la desnutrición (que bloque el
desarrollo neuronal del cerebro humano), la brecha digital o de la exclusión directa del
trabajo y los mecanismos de protección social (desempleo y subempleo crónico). Pero
estos últimos fenómenos no dependen de la base tecnológica del nuevo patrón
productivo, sino de las un régimen socio-institucional que puede modificarse.
En perspectiva histórica, y a pesar del régimen socioinstitucional actual, tanto la
base productiva informacional como las economías del conocimiento y de la
información o las bases materiales de la globalización, son fuerzas históricamente
progresistas por sus logros científicos, tecnológicos, sociales y culturales y. sobre todo,
por sus potencialidades futuras (Dabat, 1993) que no pueden dejarse de lado dentro de
cualquier proyecto de trasformación progresista del mundo. En ese sentido sus
perspectivas de desarrollo dependen sobre todo de la substitución del actual régimen
socioinstitucional, por otro de ampliación de los espacios públicos estatales o
societarios, como la universidad y la escuela pública28, el aprendizaje social y
organizacional, la inclusión del mundo del trabajo o las redes sociales de conocimiento.
¿Podrán la economía del conocimiento, la producción y el trabajo, liberarse de
los grilletes del nuevo capital financiero y del régimen socioinstitucional del capitalismo
neoliberal? ¿Podrá accederse a un nuevo ciclo ascendente de un nuevo tipo de Estado
Social, desprovisto de las deformaciones burocráticas del pasado y mucho mayor grado
de participación de la sociedad civil? La gravedad de la actual crisis internacional
basada en Estados Unidos, lo hacen posible. Pero ello no será una tarea fácil, porque
deberá vencer grandes obstáculos.
27
Dentro de la tendencia hacia la complejización del trabajo, cabe distinguir entre: a) el
trabajo de conocimiento propiamente dicho (Keeny, 1997), especializado en las
principales funciones intelectuales de la economía del conocimiento (científico, de
programación y diseño, técnico avanzado); b) el trabajo de operación y mantenimiento
del nuevo instrumental informático, que requiere de ciertos conocimientos teóricos para
cumplir esa función); c) los sectores mucho mas amplios de trabajadores sometidos a
procesos permanentes de recalificación, bajo los imperativos directos de la innovación
tecnológica y la competencia empresarial y laboral. A estos tres factores habría que
agregar el aprendizaje provocado por el uso intensivo del nuevo tipo de equipo
informático, como la participación en Internet, que es fenómeno constitutivo del nuevo
tipo de “multitud” que juega un papel fundamental en el pensamiento de Antonio Negri
(Hard y Negri, 2000).
28
Como lo reconoce Stiglitz (1998), el mercado, dejado a si mismo, subprovee tecnología y
educación, ya que los beneficios derivados de un aumento en estos sectores para la sociedad,
sobrepasan de lejos a los beneficios obtenidos por los empresarios individuales
C. La crisis del neoliberalismo y sus bases sociales y perspectivas históricas.
La profundidad y amplísimos alcances de la crisis financiera actual, propinó un enorme
golpe ideológico e institucional al neoliberalismo, al centrarse en el sector más
desregulado y prototípico de la nueva economía mundial (Dabat, 2009) Ello forzó a los
gobiernos de Estados Unidos y de los principales países desarrollados a poner en
marcha enormes planes de intervención gubernamental de alcances jamás vistas29,
dentro de un nuevo marco internacional de relaciones de fuerza (ascenso económico y
político de China, India, Rusia o Sudáfrica; reorientación política de America del Sur o
ascenso al poder de Obama en Estados Unidos) y de un importante vuelco hacia
posiciones críticas de numerosos economistas, científicos sociales y personalidades
políticas de todo el mundo.
Según Carlota Pérez (2009) la nueva situación mundial abre grandes espacios
para la reorientación de la economía, la cultura y la vida social, en un sentido acorde
con las nuevas necesidades del desarrollo histórico. Esto conlleva un cambio de rumbo
que, siguiendo a la misma autora, comprenda tanto las relaciones entre la “riqueza real”
y la “riqueza de papel”, como entre la naturaleza potencial de la producción posible por
la nueva tecnología y la demanda social real distorsionada por la enorme demanda de
bienes suntuarios) o entre la gran magnitud de la riqueza privada y la pobreza y
exclusión social. En el caso de los países periféricos, ello requiere además, como
señalara Rodrik (1999) hace más de una década, la formulación de nuevas estrategias de
desarrollo.

3. Hacia una nueva teoría del desarrollo para los paises periféricos.

A. Ubicación histórica del problema.


En términos generales, pareciera estar surgiendo un nuevo tipo de consenso progresista
en torno a la direccionalidad del cambio posible que necesita el mundo, como la
regulación del capital financiero, la substitución de las fuentes de energía no renovables
por la renovables, la supresión de los paraísos fiscales y la ampliación de los
gravámenes a la riqueza mundial, la universalización de la educación los sistemas de
salud, la legalización del uso y venta de estupefacientes para su control, o la ampliación
de la bases políticas de la organización internacional (reforma y ampliación del Consejo

29
Según El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (2009), el
paquete de rescate que han puesto en marcha los países industriales y algunos otros países, ha
alcanzado, hasta marzo de 2009, la suma de 20,000 millones de dólares, que implica una tercera
parte del producto bruto mundial.
de Seguridad de la ONU o del Fondo Monetario Internacional). Lo expuesto podria
sintetizarse en el pasaje a un nuevo tipo de desarrollo sustentable, no solo en el plano
ecológico, sino también económico y social (Foladori, 2002). Pero el avance en esta
dirección, de vencer resistencias muy grandes (Stiglitz, 2001), dado el poderío de las
fuerzas sociales, institucionales y culturales que resisten el cambio.
En términos económico-sociales, el principal núcleo de resistencia al cambio
esta formado por el actual bloque de poder mundial, constituido por el nuevo capital
financiero especulativo, los complejos industrial-militares con base en Estados Unidos
o las grandes empresas trasnacionales más vinculadas al monopolio de la propiedad
intelectual, la depredación del medio ambiente y la salud publica (petroleras,
automotrices, tabacaleras, farmacéuticas) o de los grandes medios de comunicación
social. Tales sectores se encuentran estrechamente unidas a las elites intelectuales y
principales instituciones neoliberales y conservadoras del mundo actual. Pero lo mas
importante a nuestro entender, es que se apoyan en una amplia base social de
“triunfadores” y rentistas de un sector muy grande de las actuales clases media
acomodadas, muy dependientes del gran consumo suntuario y la inversión especulativa,
así como así como muy influenciada por los valores privatistas y elitistas del
establishment actual.
Según reportan numerosas fuentes informativas, el crecimiento de la riqueza
mundial ha alcanzado proporciones gigantescas durante las ultimas dos décadas como
resultado de la enorme polarización de ingresos provocados por la globalización
neoliberal (Stiglits 1998), las modalidades y altos beneficios del nuevo sistema
financiero, las descomunales ingresos de los actores, deportistas o músicos (con sus
consiguientes representantes) favorecidos por la comercialización del arte o el deporte y
la televisión, o la evasión sistemática de impuestos institucionalizada a nivel mundial
por la doble contabilidad, el “shadow banking system” o los paraísos fiscales. Esto ha
dado lugar a la formación de una amplísima “clase media” de nuevos ricos rentistas, que
encontró en la América Latina actual, a la región de mas rápido crecimiento
(Oppenheimer. 2008), La amplitud de este sector destaca mucho, no solo por su
patrimonio, sino, sobre todo por su amplitud. Según Katz (2009), el 25 % de la
población acomodada y rica de América Latina, tiene actualmente ingresos similares o
superiores al 25 % de la población de los países desarrollados.
Las consecuencias del neoliberalismo y su crisis, mas los requerimientos de la
reorientación del curso de la vida económica y social, plantea la necesidad conformar
grandes bloques históricos de cambio en torno a nuevas estrategias de desarrollo. Esto
es particularmente importante para los países periféricos (especialmente de America
latina) que más han sido golpeados por la ideología y la institucionalidad neoliberal. Las
nuevas estrategias, deberán apoyarse en el aprovechamiento de las condiciones
nacionales internas (nacionales, regionales y locales), la inclusión y movilización de la
población para el aprendizaje y el desarrollo, las condiciones y oportunidades brindadas
por las nuevas tecnologías y cambios en la conformación espacial del mundo, que abren
nuevos espacios de cambio. Pero asimismo, deberá asimilar la experiencia de los países
en desarrollo exitosos. Asia Oriental y las vías alternativas de integración en la
globalización (pasajes de trabajo sobre crisis)

B. La experiencia de los países de integración exitosa en la globalización


El gran salto hacia adelante de China y otros grandes países en desarrollo como
India, Rusia, regiones integradas como ASEAN en la que destaca Vietnam como el país
de mas rápido desarrollo, tambión como Sudáfrica, o los avances de los países mas
dinámicos de América del Sur como Brasil, permitieron a esos países y regiones entrar
en una nueva etapa de desarrollo económico. La misma implicó un uso mayor de
tecnología avanzada, conocimientos e intensidad de capital, expresada en tasas mas
elevadas de crecimiento económico, desarrollo interior y competitividad internacional,
como puede verse en el cuadro 3 referente a Asia Oriental e India en comparación con
Estados Unidos.

Cuadro 3
Crecimiento comparado del PIB-PPP de America del Norte y Asia
Oriental e India 2000 y 2007 (billones de dólares)
2000 2007

Montos % Montos %
Asia oriental e India * 10,784 25.9 20,589 31.7
América del Norte 11,656 28.0 14,712 22.7
Mundial 41,583 100.0 64,903 100,0

Fuente: Elaboración propia con base en FMI


* Asia Oriental incluye China, Hong Kong, Japón, Corea del Sur, Taiwán y países de
la ASEAN
A diferencia del lento crecimiento de las exportaciones de Estados Unidos del
6.2 % entre 2000 y 2007 (11 % a partir de 2003) muy por debajo de las de Unión
Europea de 11.9 % (15.1 % a partir de 203), así como de su perdida de posiciones
relativas dentro comercio mundial, las regiones y países emergentes mencionadas
presentan tasas mucho mas elevados de crecimiento de sus ventas externas. En el caso
de China, las exportaciones crecieron a una tasa media del 25.8 % anual entre 2000 y
2007 y 30.3 % entre 2003 y 2007, mientras que las de India y Rusia lo hacen a tasas de
24. 2 % y 27.2 % respectivamente, entre los dos últimos años mencionados (OMC,
2007).
Esta emergencia tan rápida de Asia Oriental y Meridional encabezado por China,
se apoyó en factores como el papel central del Estado y sus políticas de integración al
mercado mundial y de impulso a la educación y el desarrollo científico-técnico,
operando junto a otras fuerzas endógenas como el desarrollo del mercado interno y la
agricultura, la constitución de grandes empresas trasnacionales en materia de comercio
exterior, ya a una creciente capacidad financiera internacional basada en instituciones y
fondos públicos. El nuevo papel financiero de los países mencionados, se apoyó en los
grandes superávits comerciales, la constitución de enormes reservas nacionales en
divisas y los diversos instrumentos de manejo internacional de las mismas. Con respecto
a las reservas destaca ampliamente el lugar de China, con montos superiores a los dos
mil millones de dólares en 2008. A un nivel más modesto, pero también muy
importante, destaca en America del Sur, el caso de Brasil con reservas superiores a los
200 millones de dólares. Pero se trata de un fenómeno mucho más general traducido en
indicadores como la balanza de cuenta corriente, la naturaleza del financiamiento
externo o la acumulación general de reservas de los países en desarrollo.
En términos de pensamiento y orientación económica, el crecimiento tan
importante de este tipo de países se basó fundamentalmente en que desarrollaron
instituciones y políticas públicas muy diferentes a las preconizadas por el
neoliberalismo. En prácticamente todos los casos, se trató de economías reguladas de
mercado y apertura a la globalización productiva, con estrategias propias de desarrollo,
basadas en un fuerte activismo estatal, poderosas empresas públicas y grandes empresas
privadas nacionales muy competitivas, grandes mercados internos en desarrollo,
amplias políticas de educación, salud y seguridad social, altos niveles de inversión en
IyD,30 fuertes reservas de divisas y débil exposición a los aspectos mas especulativos del
sistema financiero privado o, por lo menos (caso Brasil) con fuertes contrapesos de
banca pública. En este sentido es muy importante señalar, que todos estos países
contaron con sistemas bancarios muy regulados y en gran parte públicos, débil
profundización e internacionalización financiera y grandes reservas internacionales de
divisas (Lane y Schmukler, 2007).
Aparte del complejo tipo de economía mixta prevaleciente en China, o del tipo
de restructuración estatista del capitalismo ruso bajo Putin, destaca en este sentido el
ejemplo menos conocido de India, en su etapa de mayor crecimiento económico a partir
de 2004, mientras estaba gobernada por la coalición centro-izquierdista-modernizadora
del Partido del Congreso en alianza con el Partido Comunista de India y otras fuerzas
comunistas, socialistas y progresistas (Alianza Progresista Unida). La India no solo se
caracteriza por los grandes grupos empresariales privado como Tata o Birla, sino
también por el control estatal del 40 % de los activos bancarios, mas del 80 % de la
infraestructura básica, la electricidad, el petróleo y la telefonía, y del 48 % de las
empresas modernas (Gupta, 2007). Y también pudo ser el país considerado por la
OECD (The Economist, 2007) como el mas protector del trabajo.
Tal tipo de perfil de las grandes potencias emergentes, tienen importantes
similitudes con el de los países capitalistas mas exitosos como Suecia o Finlandia
(Dabat y Almanza, 2008), que también realizaron grandes reformas sociales a lo largo
de su historia y tienen sectores públicos muy fuertes. Pero igualmente, en buena
medida, con otros como Corea del Sur o Taiwán, como los países mas dinámicos de
America del Sur, o como Vietnam, el país de Asia Oriental que sigue a China en
dinamismo económico, ha comenzado a incorporarse a la economía del conocimiento y
ya cuenta con sectores productivos de alta tecnología como la industria de
semiconductores.

C. Hacia un nuevo papel del Estado en el desarrollo económico y social.

30
China se convirtió a partir de 2006 en el tercer inversor mundial en I&D (115 miles de
millones de dólares) solo detrás de Estados Unidos (343 mil millones de dólares) y de la Unidad
Europea (231 mil millones) y delante de Japón (130 mil millones). Hacia la misma época (junto
con la India, superó el numero de Ingenieros graduados en Estados Unidos (Gerefy 2009),
aunque a un nivel menor de calidad. La inversión en I&D y la formación de científicos y
técnicos también es crecientemente importante en países como India, Rusia o Sudáfrica,
conforme puede constatarse en los informes anuales de la OECD (varios años). Este es también,
aunque en menor medida, el caso de Brasil que invierte 1 % de su PIB en este rubro, duplicando
los niveles de Argentina y México.
Como hemos señalado anteriormente, el advenimiento del neoliberalismo trajo
consigo prácticamente, la liquidación de la teoría del desarrollo de la segunda
postguerra como un campo reconocido de conocimiento teórico. Pero también, sobre
todo a partir del milagro asiático y la ulterior crisis del neoliberalismo, de un conjunto
de esfuerzos por recuperarla, actualizarla y desarrollarla (Rivera, 2009). En
concordancia con lo planteado anteriormente en este apartado, los países en desarrollo
necesitan de un nuevo tipo de estrategia de largo plazo, que vayan mucho mas allá de
las coyunturas favorables o desfavorables del comercio mundial, y se centren en la
búsqueda de un rápido desarrollo económico sostenible con fuerte inclusión social,
apoyado en la modernización tecnológica de su base productiva. En las líneas que
siguen trataremos de esbozar algunas ideas que incluyen nuevas aportaciones en
referencia al papel del Estado en el desarrollo, dentro de las nuevas condiciones
mundiales.
Para avanzar en esta dirección, un prerrequisito de toda estrategia viable de
desarrollo, debiera ser la recuperación de la capacidad regulatoria y promotora del
desarrollo a largo plazo (estratégica) de los Estados Nacionales, en un sentido
concordante con los planteos de Rodrik, Stiglitz y Rivera. Esta primera cuestión supone
la construcción de Estados fuertes y modernos tanto en términos fiscales (inversión y
recaudación) y políticos, como institucionales, en el sentido de instituciones adecuadas
31
al despliegue de las capacidades y potencialidades del país y a la movilización de la
población para lograr esos objetivos. A tales efectos resulta de gran importancia
generalizada a la actividad pública de redes digitales de integración y socialización de la
información a partir del empleo de vías alternativas a las actualmente dominantes
(Velez, de Urquijo y Cruz, 2009). Para que lo expuesto sea posible, la experiencia
histórica enseña que no se debe confundir Estado fuerte, con hipertrofia burocrática que
desvía recursos necesarios para el desarrollo y la inclusión social en favor de grupos
gobernantes y clientelismos políticos. Lo mismo puede plantearse en relación al
proteccionismo frívolo (Fanjzylber, 1983) y al populismo cortoplacista, tan presentes en
las experiencias de la Segunda Postguerra del siglo pasado32.
31
La noción de institución histórica y socialmente adecuada, difiere completamente de la
formulación neoliberal típica, de reglas que permitan “generar condiciones generales en las que
(los individuos) tengan mas oportunidades para perseguir y … alcanzar objetivos particulares
cualquiera que estos sean” (|Krause, 2008).
32
Entendemos aquí por populismo, al sistema político de base popular, que se limita a
políticas de redistribución del ingreso en el corto plazo, dejando de lado el elevamiento
de la capacidad cognitiva y organizacional de los trabajadores y el pueblo en general,
Una primera cuestión imperativa impuesta por las condiciones de crisis
financiera extrema, es la reformulación del sistema financiero (C. Pérez, 2004) a partir
de una política del regulación del crédito que se apoye en el fortalecimiento de los
bancos centrales y el control estricto a las actividades especulativas. En concordancia
con lo que se plantea mas adelante, esto debiera ir unido al impulso a reformas de fondo
del Fondo Monetario Internacional y. a nivel interno, al impulso a lla banca pública de
fomento y a las cooperativas de crédito
Pero, en un sentido más general, el fortalecimiento del Estado, debe estar unido
a reformas sociales basadas en la redistribución del ingreso, la protección del trabajo 33 y
el empleo y la reconstitución de un sistema público se seguridad social, que debiera
enlazarse con el conjunto de sistema público de crédito. Esta nueva política social debe
también incluir a la generalización de la educación popular, la universalización de los
sistemas de salud y previsión social, así como la incorporación del conjunto de la
población a los nuevos medios de comunicación digital. Un aspecto central de este tipo
de reformas sociales, debiera ser, conforme plantea Stiglitz (1998), es la incorporación
del mundo del trabajo a todos los niveles de actividad en los que está inmerso, incluso
los lugares de trabajo 34.
Junto a las reformas que recompongan la inclusión social, otra tarea inaplazable
del Estados y las instituciones públicas, es el impulso al desafío planteado por el
calentamiento global y demás problemas ecológicos de nuestro tiempo. La gravedad del
problema del calentamiento global ha sido reconocida por completamente por la
comunidad científica (Gore, 2006) y casi todos los países del Mundo (Protocolo de
Kioto), pero no puede resolverse sin drásticos cambios en las fuentes de energía (pasaje
a las energías no renovables) y cambios culturales muy fuertes en materia de consumo
que solo pueden lograrse a partir de un fuerte activismo estatal.

33
La cuestión del respeto al trabajo tiene una gran importancia, como lo reconoce Stiglitz
(2002). Para este autor “si se quiere … que el desarrollo tenga una base mas amplia, habrá que
prestar por lo menos la misma atención a los trabajadores y a su seguridad (que a la
acumulación de capital) , habrá que convencerlos que el cambio les puede resultar
beneficioso….De un lado mas positivo, , un desarrollo democrático logrado supone que haya
mas derechos frente a la autoridad y participación en las decisiones: democracia en los lugares
de trabajo y en la vida política”.
34
Conforme señala Stiglitz en la obra citada, citando a Blinder (1990) y Levine (1995), “hay
indicaciones de que la democracia en la empresa potencia la eficiencia económica”. Esta
inclusión laboral en la empresa, está posibilitada por las nuevas características tecno-sociales
del proceso, resultado de la substitución de los métodos fordistas de parcelamiento del trabajo,
por los equipos flexibles y multifuncionales de producción (Coriat, 1994)
Para incluir nuestros países en la globalización, modernizar sus bases
productivas, elevar la competitividad internacional y posibilitar el escalamiento hacia
arriba de sus perfiles tecnológicos (Gereffi, 2009), se requiere sobre todo de la creación
de modernos sistemas nacionales de aprendizaje para la innovación (Almanza 2009), en
los que el proceso innovador se apoye sobre todo en el aprendizaje social generalizado
(innovaciones para el país con respecto a su pasado, que permitan el escalamiento hacia
arriba en búsqueda de los estándares tecnológicos mas altos) que la innovación puntual
de ciertas empresas. Se debiera partir del hecho de que los Sistemas Nacionales de
Innovación desarrollados en los países avanzados desde la temprana Segunda
Postguerra y actualmente utilizados en los países asiáticos de nueva industrialización,
35
son prácticamente inexistentes en la mayor parte de los países en desarrollo y deben
ser reformulados para su aplicación real a América Latina y otras regiones atrasadas del
mundo.

Un aspecto central de lo expuesto, es el papel de la universidad pública y su


relación con la producción y la sociedad. La universidad pública, aparte de su formación
de re cursos humanos e investigación científica, debe estrechar lazos que directos con la
empresa privada, que incluyan, cuando sea posible, el involucramiento en la creación de
empresas innovadoras36. Una parte fundamental de lo anterior dentro del marco de la
modernización y democratización de la sociedad, es la formulación de contenidos educativos
vinculados a la producción y a las necesidades nacionales y locales, a la incorporación de las
nuevas aportaciones científicas y tecnológicas , a la interdisciplinar y, en general, a la
capacitación para abordar la complejidad de los nuevos problemas mundiales y nacionales, y de
las nuevas relaciones entre sociedad, naturaleza y tecnología.

35
En el caso de México, por ejemplo (no tanto de Brasil que tiene un sistema mas desarrollado),
la innovación la hacen las empresas extranjeras exportadoras, ya que la gran empresa nacional
no es innovadora por sus prácticas monopolistas y especulativas de obtención de beneficios y
las PYMES carecen de financiamiento e incentivos para innovar (Dabat y Ordoñez, 2009). Pero
tampoco existe un Estado desarrollista (México solo destina el 0.5 del PIB a I&D), ni una
universidad publica vinculada a la producción (Almanza, 2009). La importancia potencial de la
universidad pública en este plano, estriba en que realiza casi la totalidad de la investigación
científica, mientras que la universidad privada, aunque ligada al mundo de los negocios, se
limita de hecho a suministrar cuadros operativos a la empresa privada.
36
Las tareas de involucramiento de la universidad pública en la producción, pueden implicar
tanto proyectos empresariales y sociales de naturaleza publica, privada o mixta, como la
gestación de empresas de alta tecnología, que es una práctica muy común, por ejemplo, en
China, donde existe una amplia experiencia de este tipo sobre todo en las industrias electrónicas
e informáticas.
Dentro de esta perspectiva, una cuestión de fundamental importancia es la
relación del Estado con la empresa privada, en cuanto motor fundamental actual de la
actividad productiva y el empleo. Esto supone tanto el establecimiento de una adecuada
relación con la gran expresa trasnacional exportadora, como con la empresa privada
nacional y con las cadenas productivas internase internacionales. En términos de
estructura y funcionamiento de la empresa, el Estado nacional debiera promover su
conversión en centros de innovación y de responsabilidad social, ambiental y fiscal, con
pluralización de sus modalidades organizacionales (empresa exclusivamente privada,
cooperativa, mixta, ejidal, familiar) conforme enseña la experiencia China y de otros
países (Para China, puede verse Tejeda Canobio, (2009), tercer capítulo). Ello también
debería suponer la inclusión de los trabajadores como sujetos activos del aprendizaje
organizacional dentro de la empresa (Mertens y Palomares, 2009).
Pero estas cuestiones no podrán darse adecuadamente sin otros dos cambios
fundamentales de carácter mas general: a) la del control democrático del Estado por
mayorías nacionales que impongan un nuevo tipo de transparencia social que combatan
a la corrupción política, emancipen las instituciones públicas de su subordinación a los
poderes informales del dinero y democraticen a los medios de comunicación, abriendo
nuevos canales que contrarresten el monopolio de los grandes medios privados; y b) la
de cambios substanciales en el rumbo de la globalización, que abran paso a un orden
mundial mas democrática, abierto a la participación de la nueva sociedad civil
internacional e involucrado con los cambios tecno-económicos, ecológicos y sociales
necesarios.
Habría que agregar que estos problemas conducen finalmente a otra cuestión
central, de naturaleza cultural y moral (que grande sectores de la opinión cívica mundial
llaman civilizatoria). Estamos hablando de la necesidad de substituir el tipo de
moralidad egoísta, consumista y ecológica y socialmente irresponsable propia del
neoliberalismo, por otro tipo de moralidad social comprometida con el desarrollo
sustentable. Se trata de una cuestión que va más allá de los sistemas educativos, ya que
pasa sobre todo por la revalorización de la política y la cultura (reagrupamientos
intelectuales y políticos de los sectores mas sanos de la sociedad comprometidos con el
cambio), de la justicia y de la participación popular en los distintos niveles de interés de
la vida social.

BREVES CONCLUSIONES.
Como y hemos visto, el desarrollo, tecnoeconómico-económico, socio-institucional y
cultural de cualquier época histórica no puede llevarse a cabo a largo y mediano plazo,
sin una consecuente transformación del Estado que haga lo haga posible, y un nuevo
tipo de gobernabilidad y bloque socio-histórico dirigente de amplia base social,
consecuente con los requerimientos históricos de la época. En la actualidad, la crisis
histórica del neoliberalismo y la gran conmoción del orden establecido que ello implicó,
deja grandes espacios para la reorientación del Estado en un sentido democrático y
progresista, que permita liberar las enormes potencialidades de la Revolución
Informática y la tecnología digital secuestradas por el neoliberalismo, su vinculación las
nuevas tecnologías nacientes como la nanotecnología o la biotecnología, y el avance
hacia un nuevo patrón productivo y socio-institucional dotado de sustentabilidad
económica, ecológica y social (Siglitz, obras citadas; C.Pérez, 2009, Dabat, 2002 y
2009; Foladori trabajo citado)
Esto es una necesidad aún mayor en America Latina, por haber sido una de las
regiones mas golpeadas del mundo por los regímenes socio institucionales impuestos
por el neoliberalismo. Para ello puede recurrir a muchos pasajes de su experiencia
histórica. En ciertos planos de institucionalidad y de las políticas de desarrollo (papel
del Estado en el desarrollo, amplia escala de la inversión pública o tasas de crecimiento
del producto, elevado papel de la educación y la innovación tecnológica etc), las
experiencias de países de diversos países asiáticos suministran enseñanzas importantes.
También, la reorientación de rumbo que han comenzado a adoptar en varios sentidos la
mayoría de los países de America del Sur y algunos de Centroamérica.
Pero tanto por los nuevos desafíos mundiales y epocales, como por la magnitud
de las metas que debe alcanzar (crecer a tasas muy altas, por ejemplo, como para poder
superar los enormes rezagos sociales), America Latina debe ir bastante mas allá de esas
experiencias. Debe enfrentar y superar aspectos negativas de experiencias propias
(parasitismos burocráticos, procesos truncos de industrialización, proteccionismo
“frívolos”, debilidades de sus democracias, subestimación de la educación, la ciencia,
la tecnología o la competitividad internacional) sin caer en la carencias ambientales y o
políticas de la mayor parte de los procesos asiáticos.

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