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MONS. OSCAR A.

ROMERO, UN DEFENSOR PROFÉTICO


DE LOS DERECHOS HUMANOS

Xavier Alegre, s.j.

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 3
1. DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS ............................................................. 4
2. PROFETA DE LA JUSTICIA .......................................................................................... 11
3. TESTIMONIO MARTIRIAL DEL PROYECTO DE JESÚS ............................................ 16
CONCLUSIÓN .......................................................................................................... 19
NOTAS ................................................................................................................................. 24
Este texto recoge el contenido de la conferencia que Xavier
Alegre pronunció en Barcelona, el 13 de diciembre de 2010 con
motivo del 30 aniversario de la muerte de Monseñor Romero. La
conferencia estuvo organizada por Cristianisme i Justícia y
Justícia i Pau.

Xavier Alegre, sj. es profesor de Nuevo Testamento en la Facultat de Teologia de Catalunya


y en la UCA de San Salvador. Miembro de Cristianisme i Justícia.

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INTRODUCCIÓN

Este año celebramos el 30 aniversario del asesinato de Mons. Romero.


Recordarlo a él es querer recordar a las numerosas personas que, en
El Salvador y en todo el mundo, sellaron con su sangre su compromi-
so generoso en favor de las personas empobrecidas y oprimidas y en
la defensa de los derechos humanos. Es “poner a producir”, como diría
Jon Sobrino, “la memoria de los mártires”, el legado que estas perso-
nas extraordinarias nos dejaron. Mons. Romero fue un profeta de la
justicia y un defensor de los Derechos Humanos, que libró su vida por
amor a su pueblo, El Salvador, y por fidelidad al proyecto de Jesús, el
Reinado de Dios. Dos amores, el del pueblo y el de Jesús, que para él
estaban íntimamente entrelazados.
Así pues, ¿qué vale la pena que recordemos en el año en el que con-
memoramos el aniversario de su asesinato?
De Mons. Romero impacta tanto la talla extraordinaria del personaje en
medio de la situación durísima que vivió El Salvador, sobre todo en los
tres últimos años de su vida, como impresiona también la generosidad
con la que estuvo dispuesto a entregar su vida, antes que callar ante la
violación de los derechos humanos que estaba sufriendo su pueblo.
De ahí el impresionante amor que la gente de su pueblo –y mucha
gente en el mundo–, le sigue teniendo, a pesar de los años transcurri-
dos desde su muerte. En la conmemoración de su aniversario que tuvo
lugar en El Salvador en el mes de marzo, participaron desde la gente
más sencilla hasta el presidente del país. Éste inauguró en el aero-
puerto un mural dedicado a Romero y participó en la marcha desde la
Plaza Salvador del Mundo hasta la catedral, donde se celebró una
eucaristía y una vigilia festiva durante la noche. Mons. Romero sigue
bien vivo en la conciencia de su pueblo y es una fuente de esperanza
en unos tiempos que siguen siendo difíciles.
Sin embargo, más que dar grandes explicaciones sobre su figura, lo
que me propongo en estas líneas es dejar resonar su voz, porque fue
una voz lúcida e impactante, que en su manera de vivir y de hablar
sigue siendo profundamente actual.

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1. DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS

Mons. Romero fue un precursor en la lucha y defensa de los Derechos


Humanos, en América Latina. Durante mucho tiempo, a la Oficina del
Arzobispado de San Salvador acudía muchísima gente para denunciar
a Mons. Romero las diferentes violaciones de los derechos humanos
que habían sufrido. Mons. Romero los escuchaba y creó la Oficina de
Socorro Jurídico, más tarde la Oficina de Tutela Legal, para que inves-
tigase la certeza de los hechos y así poder defender a la gente más
pobre.

A pesar de estar muy en consonancia 1.1. Ante una situación de


con el mensaje del Evangelio de Jesús injusticia
(a fin de cuentas, a Jesús lo mataron Es verdad que a Mons. Romero le tocó
también porque defendía la vida, los de- vivir la situación de El Salvador, que era
rechos de las personas empobrecidas y especialmente crítica por las continuas
marginadas de su pueblo y porque de- y terribles violaciones de los derechos
nunciaba la injusticia de los opresores), humanos que la mayoría empobrecida
aun resulta extraño que un obispo des- de aquel país estaba sufriendo. La in-
taque precisamente por su defensa de justicia, que había llevado a que las lla-
los derechos humanos1. Mons. Romero madas “catorce familias” poseyeran la
se destacó de manera extraordinaria en mayor parte de las tierras y de la rique-
este aspecto. za del país, condenando al empobreci-
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miento y al hambre a las mayorías po- bien de talante conservador, que no sim-
pulares del país, se había agravado en patizaba para nada con la denominada
los años en los cuales a Mons. Romero “teología de la liberación”. Los oligar-
le tocó ser, primero, obispo auxiliar y cas de El Salvador confiaban que, con
después, arzobispo de San Salvador. su talante espiritualista, contribuiría a la
No era una situación especialmente alienación del pueblo oprimido y con-
nueva. De hecho, ya en el año 1932, tu- trolaría los espíritus críticos y compro-
vo lugar una represión terrible por par- metidos socialmente de su archidióce-
te del ejército de El Salvador, que en un sis, tanto sacerdotes como laicos. Y en
mes mató 32.000 campesinos, muchos sus inicios así fue.
de ellos indígenas, que se habían suble-
vado contra la situación, económica-
mente injusta, de empobrecimiento, de 1.2. La “conversión”
explotación y de marginación que esta- Pero la muerte del jesuita Rutilio Gran-
ban sufriendo. de, amigo personal del arzobispo, el 12
En la década de los 70, la inquietud de marzo de 1977, el primer sacerdote
volvía a ser muy importante y los gran- que fue asesinado en El Salvador, lo sa-
des terratenientes, con la ayuda de los di- cudió espiritualmente, cuando acababa
ferentes gobiernos, del ejército y de los de empezar su servicio como arzobispo
paramilitares, estaban llevando a cabo de San Salvador. Y le abrió los ojos del
una escalada de la violencia represiva corazón y de la fe para poder ver la rea-
para intentar controlar y vencer definiti- lidad empobrecida y violentada de su
vamente las protestas. Los escuadrones pueblo con los ojos de Dios. Es un Dios
de la muerte hacían auténticas atrocida- que, como nos enseña la Biblia, escucha
des para asustar a la gente empobrecida el clamor del pueblo y lo quiere liberar
y marginada, minando así su resistencia. a través de sus profetas (cf. Ex 3), para
En un principio, en las décadas de construir un pueblo que, por su manera
1960 y 1970, las mayorías empobreci- de vivir, muestre a todos los pueblos de
das del “Pulgarcito” de América Latina la tierra que “otro mundo es posible”, un
habían podido contar con la simpatía y mundo en el cual no hay pobres porque
un cierto soporte por parte del arzobis- todo el mundo comparte (Dt 15,4). El
po de San Salvador, Mons. Luis Chá- asesinato de Rutilio, del campesino Don
vez, que tenía una gran sensibilidad so- Manuel y del niño Nelson provocó lo
cial, hecho que nunca había gustado a la que se ha llamado la “conversión” de
oligarquía salvadoreña. Por esta razón Mons. Romero (en la misma línea en la
las minorías dominantes habían saluda- que se habla y se entiende la conversión
do con alegría que Mons. Chávez, al ju- de Pablo). Y provocó que comenzara a
bilarse, fuese sustituido por Mons. poner signos proféticos de lo que sería,
Romero, y no por Mons. Rivera, obispo desde aquel momento, su servicio como
auxiliar, de talante más crítico, ya que arzobispo. Me refiero a la “misa única”:
Mons. Romero era un hombre bueno, se suprimieron las otras misas en la ar-
humano, piadoso y sencillo, pero más chidiócesis el domingo en que se cele-
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bró el funeral de Rutilio, Manuel y Nel- no sólo los quería, sino que era también
son, para que todo el mundo pudiera liberador. E hizo formulaciones tan ilu-
participar, aunque fuese por radio, en la minadoras como la de que “la gloria de
misa que él mismo celebró. Esta de- Dios es que el pobre viva”.
cisión provocó grandes críticas por par- Se le acusó entonces de traicionar su
te de los cristianos más conservadores servicio episcopal, metiéndose en polí-
y del nuncio del Vaticano, quien alega- tica. Pero él defendió su manera de ac-
ba que celebrar sólo una misa en do- tuar, mostrando que su defensa de los
mingo iba en contra del derecho canó- pobres y su denuncia de las violaciones
nico. de los derechos humanos y de la injus-
ticia de los ricos y poderosos, estaba en
sintonía con el evangelio, el Vaticano II
1.3. Oposición creciente de y los documentos de Medellín y Puebla.
la oligarquía A modo de ejemplo cito un fragmento
Este cambio de actitud le comportó la de uno de sus sermones (5-3-1978):
oposición creciente de la oligarquía del «La Iglesia no pretende poder polí-
país, que veía amenazados sus privile- tico ni basa su acción pastoral sobre
gios por las acciones y las palabras pun- el poder político ni entra en juego de
zantes del arzobispo. Pero él, lo que pre- los diferentes partidos políticos ni se
tendía era defender, sobre todo, la vida, identifica con ningún partido políti-
máximo valor humano y divino. Lo for- co. Pero la Iglesia tiene que decir su
muló claramente en el sermón que hizo palabra autorizada aun en problemas
el 16-3-19802: que guardan conexión con el orden
«Éste es el pensamiento fundamen- público ‘cuando lo exigen los dere-
tal de mi predicación: nada me im- chos fundamentales de la persona
porta tanto como la vida humana. Es humana o la salvación de las almas’.
algo tan serio y tan profundo, más Todo esto es del Concilio. La Iglesia,
que la violación de cualquier otro pues, defiende los derechos huma-
derecho humano, porque es vida de nos de todos los ciudadanos, debe
los hijos de Dios y porque esa san- sostener con preferencia a los más
gre no hace sino negar el amor, des- pobres, débiles y marginados; pro-
pertar nuevos odios, hacer imposible mover el desarrollo de la persona hu-
la reconciliación y la paz. Lo que mana, ser la conciencia crítica de la
más se necesita hoy aquí es un alto sociedad. La Iglesia tiene que ser la
a la represión.» conciencia crítica de la sociedad,
formar también la conciencia cris-
En cualquier caso, es evidente que tiana de los creyentes y trabajar por
Mons. Romero, inspirándose en el la causa de la justicia y de la paz.»
Evangelio y en los documentos de
Medellín y Puebla, hizo una opción Y en otra homilía, que hizo precisa-
muy clara por los pobres. Se encarnó en mente el 23-3-1980, la vigilia de su ase-
medio de ellos. Les predicó un Dios que sinato, dijo:
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«Ya sé que hay muchos que se es- derechos humanos, confrontaba con el
candalizan de esta palabra y quieren equipo que lo asesoraba en los temas de
acusarla de que ha dejado la predi- las violaciones de los derechos huma-
cación del Evangelio para meterse nos, la veracidad de los hechos y la ma-
en política; pero no acepto yo esta nera de hacer las denuncias. En cuanto
acusación, sino que hago un esfuer- a la acusación de que fomentaba la vio-
zo para que todo lo que nos ha que- lencia, dijo, entre otras cosas:
rido impulsar el Concilio Vaticano
II, la reunión de Medellín y de «La violencia no la está sembrando
Puebla, no sólo lo tengamos en las la Iglesia, la violencia la están sem-
páginas y los estudiemos teórica- brando las situaciones injustas, la si-
mente, sino que lo vivamos y lo tra- tuación de instituciones y leyes in-
duzcamos en esta conflictiva reali- justas que solamente favorecen a un
dad de predicar como se debe el sector y no tienen en cuenta el bien
Evangelio para nuestro pueblo. Por común de la mayoría. Y aquí la
eso, le pido al Señor, durante toda la Iglesia no se podrá callar porque es
semana, mientras voy recogiendo el un derecho evangélico que la asiste
clamor del pueblo y el dolor de tan- y un deber hacia el Padre de todos
to crimen, la ignominia de tanta vio- los hombres, que la obliga a recla-
lencia, que me dé la palabra oportu- mar a los hombres la fraternidad.»
na para consolar, para denunciar, (Homilía del 1-4-1978).
para llamar al arrepentimiento y,
Y más de un año después, decía en
aunque siga siendo una voz que cla-
una homilía el 12-8-1979:
ma en el desierto, sé que la Iglesia
está haciendo el esfuerzo por cum- «Cuando Cristo nos dice en la se-
plir con su misión.» gunda lectura de hoy: “Amad como
Y le acusan, también, de estar fo- Cristo se entregó por vosotros”. Así
mentando la violencia en el país. Él se se ama. La única violencia que ad-
defiende de la acusación injusta en sus mite el Evangelio es la que uno se
homilías, retransmitidas por radio. En hace a sí mismo. Cuando Cristo se
ellas, hacía de portavoz de aquellos que deja matar, esa es la violencia, dejar-
no tenían voz en el país, denunciando se matar. La violencia en uno es más
las violaciones de los derechos huma- eficaz que la violencia en otros. Es
nos que habían sucedido la semana an- muy fácil matar, sobre todo cuando
terior, y procurando iluminar, desde el se tienen armas, pero ¡qué difícil es
Evangelio y las lecturas leídas durante dejarse matar por amor al pueblo!»
la eucaristía, lo que estaba sucediendo Y en la homilía del 15-7-1977 había
en el país. En este punto conviene tener dicho:
presente que, para poder hacer las de-
nuncias con fundamento, aparte de reci- «¡Qué hermosa será la hora en que
bir y de escuchar a las personas que ha- todos los salvadoreños en vez de
bían sufrido alguna violación de los desconfiar unos de otros, en vez de
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ver en la Iglesia una emisaria de la como Pablo (Rm 12,21), Romero esta-
subversión, vean en ella la mensaje- ba convencido de que se tiene que ven-
ra de Dios, la ciudad de Dios que ba- cer el mal con el bien.
ja para darle santidad a los hombres, Pero esto no le impidió que fuese
para liberarlos de resentimientos, de consciente de que era el egoísmo y el
odios, para quitar de sus manos ar- afán de querer tener cada vez más, la
mas homicidas! No tendríamos que idolatría del dinero, lo que provocaba
lamentar historias tan tristes como el las violaciones de los derechos huma-
saldo que nos deja esta semana: un nos y los sufrimientos innecesarios de
canciller asesinado, un sacerdote las mayorías empobrecidas de su pue-
acribillado a balazos en su propia ca- blo. Y que había que denunciarlo y lla-
sa, un niño que no tiene culpa tam- mar a la conversión a los ricos que no
bién con los sesos echados afuera querían compartir. En esto fue también
por la bala homicida. El odio, la cam- muy fiel a Jesús, quien proclamó pro-
paña difamatoria, como si la Iglesia gramáticamente que no se puede servir
tuviera la culpa de todo ese desor- a Dios y al dinero a la vez (Lc 16,13;
den. ¿No son más culpables los que Mc 10,25). Para Romero, la idolatría del
escriben esas páginas tendenciosas? dinero es el cáncer de las buenas rela-
¿No están poniendo armas en las ma- ciones interhumanas y la causa principal
nos aquellos que por la colonia Es- del sufrimiento innecesario de las ma-
calón regaron la hojita de estos días: yorías empobrecidas de nuestro mundo.
“Haz patria, mata un cura”? Esto es
En cualquier caso, la paz que él
provocar. ¡A esto no se le llama sub-
siempre quiso buscar, no puede ser la
versión! Se parece a los tiempos de
paz del cementerio, o una paz que no se
Hitler –decía nuestra radio ayer– en
que se decía: “Haz patria, mata un fundamente en la justicia. Un texto de
judío”. Hoy es el sacerdote el estor- una de sus homilías muestra bien esta
bo, es la causa de todos los males.» unión necesaria que veía él entre el
amor, la paz y la justicia:

1.4. Una denuncia basada en el


«Hermanos, sí de verdad lo somos,
amor, la paz y la justicia ¡hermanos!, trabajemos por cons-
truir un amor y una paz –pero no una
Creo, por otro lado, que es un rasgo es- paz y un amor superficiales, de sen-
pecífico muy cristiano de la actuación timientos, de apariencias–, un amor
de Mons. Romero, que su defensa de los y una paz que tiene sus raíces pro-
pobres y oprimidos, sus denuncias de fundas en la justicia. Sin justicia no
las violaciones de los derechos huma- hay amor verdadero, sin justicia no
nos, nunca surgieron del odio, ni lo qui- hay la verdadera paz. He aquí, pues,
sieron fomentar. Todo lo contrario, es- que si queremos seguir la vertiente
taba realmente apasionado por fomentar del bien que nos hace solidarios con
el amor entre todos sus diocesanos y en- Cristo, tratemos de matar en el cora-
tre todos los salvadoreños, puesto que, zón los malos instintos que llevan a
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estas violencias y a estos crímenes do: estoy con todos, abierto al diálo-
y tratemos de sembrar en nuestro go con todos, dispuesto a corregir
propio corazón, y en el corazón de mis errores, de cualquier sector que
todos aquellos con quienes compar- me vengan a platicar. Los amo a to-
timos la vida, el amor, la paz, pero dos y es mi misión amarlos para sal-
una paz y un amor con la base de la varlos.» (Homilía del 8-5-1977)
justicia.» (Misa exequial por Raúl
Molina Cañas, el 14-11-1977) Por esto también pidió a las oligar-
quías que no lo consideraran su enemi-
«Sería una locura pretender que go, puesto que lo único que quería con
esta catedral llena salga de aquí en sus duras críticas es que fueran sensibles
una manifestación de odio y de vio- al sufrimiento de los empobrecidos de
lencia. Al contrario, yo creo que el su pueblo:
atractivo de la predicación de hoy es
porque se predica el verdadero amor, «Un llamamiento a la oligarquía.
el perdón, la justicia, la paz. Pero no Les repito lo que dije la otra vez: “no
una paz ganada con represión, una me consideren juez ni enemigo”.
paz que no es de cementerios, una Soy simplemente el pastor, el her-
paz que se construye sólida sobre las mano, el amigo de este pueblo, que
bases de la justicia y del amor. Por sabe de sus sufrimientos, de sus
eso decimos que la paz que aquí pre- hambres, de sus angustias; y, en
dicamos es la paz de Cristo, de la que nombre de esas voces, yo levanto mi
Él dijo que siembra división. La paz voz para decir: “no idolatren sus
verdadera también siembra división riquezas, no las salven de manera
porque no todos comprenden la pro- que dejen morir de hambre a los de-
fundidad de justicia donde están las más; compartir para ser felices”.
raíces de la paz y sólo quisieran una El cardenal Lorscheider me dijo una
predicación muelle, suavecita, que comparación muy pintoresca: “Hay
no ofenda y que predique una paz que saber quitarse los anillos para
falsa.» (Homilía del 9-4-1978) que no le quiten los dedos”. Creo
que es una expresión bien inteligi-
Pero él, en cualquier caso, quiso ser ble. El que no quiere soltar los ani-
el arzobispo de todo el mundo, también llos se expone a que le corten la ma-
de los ricos, sin marginar a nadie, pero no; y el que no quiere dar por amor
siendo auténtico testimonio de la verdad y por justicia social se impone a que
del Evangelio: se lo arrebaten por la violencia.»
«También quiero que quede bien (Homilía del 6-1-1980)
claro esto, hermanos, porque alguno
ha dicho que el nuevo arzobispo no
1.5. Apoyo crítico a las
quiere ser obispo de los ricos, sino
organizaciones populares
de los pobres. Es mentira. Pertenece
a la campaña difamatoria esa frase. Los oligarcas, por desgracia, no le qui-
Desde el principio todos me han oí- sieron escuchar. Pero la historia le dio la
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razón. Por otro lado, tiene una postura Popular Revolucionario que soy.
muy serena y matizada ante la violencia ¡Nunca! Estoy diciendo que, preci-
que como respuesta están provocando samente, estas referencias a la tras-
las organizaciones populares: cendencia son para excitar más la
«He aquí precisamente lo que la promoción de lo histórico, de lo so-
Iglesia señala en todo nuestro conti- cial, de lo económico, de lo político.
nente: los terrorismos, los brotes de Y estoy diciendo que Dios no sólo
violencia, la Iglesia no los puede ha hecho el cielo después de la
aprobar; pero tampoco puede repro- muerte para el hombre, sino que ha
barlos sin un análisis profundo de hecho esta tierra también para todos
dónde proceden. Mientras una vio- los hombres. ¡Esto no es predicar el
lencia institucionalizada, privilegia- opio!» (Homilía del 9-9-1979)
da, trate de reprimir las aspiraciones
justas de un sector, siempre estarán Esto le llevó a dar su apoyo, pero un
las semillas de la violencia entre apoyo crítico, a las organizaciones po-
nosotros. Por eso, mientras no se ha- pulares:
ga efectivo un nuevo modo de vivir, «Siento, como pastor, que tengo un
no tendremos paz ni unidad ni co- deber para con las organizaciones
munión entre los salvadoreños.» políticas populares. Aun cuando
(Homilía del 19-2-1978). ellas desconfíen de mí, mi deber es
Quisiera hacer notar también, por defender su derecho de organiza-
otro lado, que con su implicación en ción, apoyar todo lo justo de sus rei-
la defensa de los derechos humanos, vindicaciones; pero así, también,
sobre todo de aquellas personas que te- quiero mantener mi autonomía para
nían la vida más amenazada y disfruta- criticar todos sus abusos de organi-
ban de menos derechos, Romero quería zación, para delatar y denunciar to-
corregir un tipo de espiritualismo cris- do aquello que ya significa una ido-
tiano que, con razón, ha sido acusado latría de la organización; y llamarles,
de ser un “opio del pueblo”. Para él, el en cambio, a un diálogo en el que
Reinado de Dios no se refiere sólo al busquemos entre todos. Las fuerzas
otro mundo, sino que implica un com- organizadas son poderosas en una
promiso en la transformación de este sociedad y lo pueden todo cuando
mundo, de manera que se vea que “otro son capaces de dialogar, pero tam-
mundo es posible”. Lo dice bien claro bién disminuyen las fuerzas cuando
en una de sus homilías:
son fanáticas y no quieren más que
«Porque yo no quiero ser opio, co- su propia voz.» (Homilía del 16-12-
mo alguien ha dicho, en el Bloque 1979)

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2. PROFETA DE LA JUSTICIA

Como ya habían defendido los grandes profetas de Israel, para Mons.


Romero no puede haber una auténtica paz si ésta no nace de la justi-
cia. Reflexionó mucho sobre la injusticia que dominaba este mundo, y,
de manera especial, en su país. Y llegó a la conclusión de que la raíz
más honda de la injusticia era la idolatría del dinero, causante de los
principales males de El Salvador.

2.1. La idolatría del dinero que se margina y duerme un confor-


mismo enfermizo, pecaminoso, o
Y se atrevió a denunciar esta idolatría
del que se aprovecha de ese ador-
con palabras muy claras:
mecimiento del pueblo para abusar
«Yo denuncio, sobre todo, la absolu- y acaparar económicamente, políti-
tización de la riqueza. Éste es el gran camente, y marginar una inmensa
mal de El Salvador: la riqueza, la mayoría del pueblo. Esta es la voz de
propiedad privada como un absolu- la Iglesia, hermanos. Y mientras no
to intocable. ¡Y ay del que toque ese se la deje libertad de clamar estas
alambre de alta tensión! Se quema.» verdades de su Evangelio, hay per-
secución. Y se trata de cosas sustan-
Dijo también el 24-7-1977: ciales, no de cosas de poca impor-
tancia. Es cuestión de vida o muerte
«La Iglesia no puede callar ante esas para el reino de Dios en esta tierra.»
injusticias del orden económico, del
orden político, del orden social. Si En esta lucha por la justicia, Mons.
callara, la Iglesia sería cómplice del Romero se sentía en sintonía profunda
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con todas las personas, cristianas o no, esperar. La Iglesia cree en la paz; pe-
que trabajaban por un mundo más jus- ro sabe muy bien que la paz no es ni
to. Lo subrayó en una homilía, el 3-12- la ausencia de violencia, ni se consi-
1978: gue con la violencia represiva. La
verdadera paz sólo se logra como
«La Iglesia está cerca de todo hom- fruto de la justicia. Queremos creer
bre que lucha por la justicia, de todo que ningún hombre ni ningún salva-
hombre que busca reivindicaciones doreño de buena voluntad quiere la
justas en un ambiente injusto, y que violencia o las luchas entre herma-
trabaja por el reino de Dios, sea o no nos campesinos, los operativos mili-
cristiano. La Iglesia no abarca todo tares. Pero el combatirla de verdad
el reino de Dios. El reino de Dios es ponerse a trabajar en la tarea ur-
está más allá de las fronteras de la gente, larga y dura de compartir jus-
Iglesia y, por lo tanto, la Iglesia apre- tamente entre todos los salvadoreños
cia todo aquello que sintoniza con su la riqueza de nuestro país y de nues-
lucha por implantar el reino de Dios. tros hombres y mujeres.
Una Iglesia que trata solamente de
conservarse pura, incontaminada, Esto no es comunismo; esto es jus-
eso no sería Iglesia de servicio de ticia cristiana. Y señalar las raíces de
Dios a los hombres.» la violencia no es sembrar violencia,
sino señalar las fuentes de la violen-
cia y exigir a quienes pueden cam-
2.2. Injusticia y violencia biar, que cambien, que se vea un pa-
Al desarrollar este segundo punto, “Ro- so positivo hacia una construcción
mero profeta de la justicia”, hay un pun- de verdadera patria, de verdadero
to que enlaza con el tema de la violen- bien común.» (Homilía del 1-4-
cia del cual antes hemos hablado. Para 1978)
él la violencia surge de la injusticia, y
por tanto, sin justicia no puede haber
2.3. La paz y la justicia: tarea
diálogo auténtico entre las partes en
primordial de la Iglesia
confrontación3:
Es por este motivo por lo que él creyó
«Pero ni siquiera este diálogo servi- que la paz y el amor entre todos los
rá para restablecer la paz deseada si hombres (y pueblos, diría él también
no se da la firme voluntad de trans- hoy), nacen de la justicia. Es una tarea
formar las estructuras injustas de la primordial de la Iglesia, si quiere ser fiel
sociedad. Sólo esa transformación a Jesús. Por esto decía:
será capaz de eliminar las violencias
concretas, opresivas, represivas o «Invocar el nombre del Señor es una
espontáneas. De otra manera, como expresión clásica de la Biblia. Quie-
lo han dicho los obispos latinoame- re decir no solamente invocarlo con
ricanos, la violencia se instituciona- los labios. Quiere decir tomar con-
liza y por ello sus frutos no se hacen ciencia de que somos el pueblo de
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Dios. Quiere decir que en la historia mósfera social en la que se enmien-
del hombre está comprometida la den adecuadamente injusticias evi-
Iglesia de Dios. Quiere decir invocar dentes que impiden que los bienes
el nombre del Señor sobre su pue- creados lleguen de manera equitati-
blo, que este pueblo tiene un com- va a todos, bajo la égida de la jus-
promiso con ese Dios y que en su ticia y con la compañía de la cari-
marcha por la historia, ese pueblo dad”. Son palabras del Santo Padre
tiene que dar gloria a Dios no sólo reconociendo esta triste realidad
con la expresión de sus buenos sen- salvadoreña: una atmósfera social
timientos, sino realizando una socie- en la que los bienes creados por
dad que de verdad sea la sociedad de Dios no llegan a hacer felices a to-
los hijos de Dios, donde la paz no so- dos los salvadoreños. Y es necesa-
lamente sea el equilibrio del temor, rio que, en un ambiente de justicia
donde la paz no sea el silencio de los y de amor fraterno, sintamos que
cementerios, donde la paz sea la ale- esta república tan bella, que estas
gría dinámica de un Dios de paz que, tierras tan fértiles, que estos cielos
precisamente por ser un Dios de la tan lindos de El Salvador, sean ale-
paz, construye, se desparrama –di- gría de todos los salvadoreños, que
ríamos– en bondades, realiza la plu- todos nos sintamos hermanos cobi-
riforme maravilla de la creación; y jados por los dones del mismo Dios
sus hijos tenemos que hacer lo mis- para todos.
mo: una paz que se construye en la
justicia, en el amor y en la bondad.» Por eso, hermanos, el “no a la vio-
(Homilía del 31-12-1977) lencia” tiene que estar cimentado
sobre los fundamentos de justicia.
Y se apoya en palabras de Juan Pa- En Medellín, los obispos de América
blo II para dar aún más fuerza a su de- Latina –aprobados por este mismo
fensa de la paz, que se apoya en la jus- Papa– dijeron que la paz en el con-
ticia, como auténtico antídoto contra la tinente no será posible mientras no
violencia que estaba destruyendo a su se construya un orden más justo, que
pueblo:
la paz no es ausencia de guerra, la
«Como ven, el Papa no cancela el paz no es miedo de represión, la paz
pasado, lo recuerda. Pero lo recuer- no es equilibrio de dos poderes que
da con una esperanza de que no se se tienen pavor. La paz es el fruto de
vuelva a repetir, que busquemos, por la justicia, la paz será flor de un amor
el camino de una concordia bien en- y de una justicia en el ambiente. Sí
tendida, el superar ese clima de vio- a la paz –dice el Papa–, sí a Dios, sí
lencia. Ese “no a la violencia” para –diríamos nosotros– a la justicia, sí
1978 tiene que buscarse por esos ca- al amor, sí a la comprensión de to-
minos que el Papa acaba de señalar. dos los salvadoreños. Sólo así ten-
Y también será –dice el Papa– el ca- dremos esa afirmación neta de la
mino para llegar a “construir una at- paz.» (Homilía del 6-1-1978)
13
2.4. No a una paz alienante tengan nada.» (Homilía del 10-9-
1978)
De todas formas, llama la atención que,
para Mons. Romero, buen seguidor de «Cuando se le da pan al que tiene
Cristo (cf. Lc 12,51ss), la paz evangéli- hambre lo llaman a uno santo, pero
ca no excluye un determinado tipo de si se pregunta por las causas de por
violencia, como mínimo verbal, contra qué el pueblo tiene hambre, lo lla-
aquellas personas que no quieren la jus- man comunista, ateísta. Pero hay un
ticia. “ateísmo” más cercano y más peli-
Y en la línea de los grandes profetas groso para nuestra Iglesia: el ateís-
de Israel, como Isaías y Amós, denun- mo del capitalismo cuando los bie-
cia, siguiendo la enseñanza de Jesús de nes materiales se erigen en ídolos y
Nazaret, un tipo de religión alienante, sustituyen a Dios.» (Homilía 15-9-
que ignora la opción por los pobres y la 1978)
defensa de los oprimidos. Es un tema
que sale a menudo en sus homilías:
2.5. Fomentar la esperanza
«Una religión de misa dominical pe- Por otro lado, me parece que también es
ro de semanas injustas no le gusta al un rasgo típico de los profetas que
Señor. Una religión de mucho rezo Mons. Romero compartió, que, a la vez
pero con hipocresías en el corazón, que denuncian la injusticia, fomentan la
no es cristiana. Una Iglesia que se esperanza entre sus oyentes, oprimidos
instalara sólo para estar bien, para te- y marginados, recordándoles que Dios,
ner mucho dinero, mucha comodi- que los quiere, no los ha abandonado,
dad, pero que olvidara el reclamo de aunque humanamente cueste verlo. Esta
las injusticias, no sería la verdadera autoestima es importante para poder su-
Iglesia.» (Homilía del 4-12-1977) perar los desencantos que la situación
«Aun cuando se nos llame locos, aun que viven les puede provocar. Y esta es-
cuando se nos llame subversivos, peranza es muy importante para seguir
comunistas y todos los calificativos trabajando para cambiar la dura situa-
que se nos dicen, sabemos que no ción que están viviendo, confiando en
hacemos más que predicar el testi- que “otro mundo es posible”. Dice por
monio subversivo de las bienaven- ejemplo en una de sus homilías:
turanzas, que le han dado vuelta a to-
«Y habrá una hora en que ya no
do para proclamar bienaventurados
haya secuestros y habrá felicidad y
a los pobres, bienaventurados a los
podremos salir a nuestras calles y a
sedientos de justicia.» (Homilía del
nuestros campos sin miedo de que
11-5-1978)
nos torturen y nos secuestren. ¡Ven-
«Muchos quisieran que el pobre drá ese tiempo! Canta nuestra can-
siempre dijera que es “voluntad de ción: “Yo tengo fe que todo cam-
Dios” vivir pobre. No es voluntad de biará”. Ha de cambiar si de veras
Dios que unos tengan todo y otros no creemos en la Palabra que salva y
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en ella ponemos nuestra confianza. gre derramada y tanto dolor causado
Y, para mí, éste es el honor más a los familiares de tantas víctimas
grande de la misión que el Señor me no serán en vano. Es sangre y dolor
ha confiado: estar manteniendo esa que regará y fecundará nuevas y ca-
esperanza y esa fe en el pueblo de da vez más numerosas semillas de
Dios.» (Homilía del 2-9-1979) salvadoreños, que tomarán concien-
cia de la responsabilidad que tienen
«No desesperemos, no busquemos
de construir una sociedad más justa
soluciones de violencia, no odiemos,
y humana, y que fructificará en la
no matemos. Y repito esto, así clara-
realización de las reformas estructu-
mente, porque ayer supe allá por
rales audaces, urgentes y radicales
Santiago de María, que ya, según al-
que necesita nuestra patria.» (Homi-
gunos amigos míos, yo he cambia-
lía del 27-1-1980)
do, que yo ahora predico la revolu-
ción, el odio, la lucha de clases, que Mons. Romero, a los pobres campe-
soy comunista. A ustedes les consta sinos, oprimidos y maltratados, llenos
cuál es el lenguaje de mi predica- de miedo por todo lo que habían vivido
ción. Un lenguaje que quiere sem- concretamente en la ocupación de
brar esperanza; que denuncia, sí, las Aguilares por parte del ejército (asesi-
injusticias de la tierra, los abusos del natos, torturas, profanación del Santísi-
poder, pero no con odio sino con mo en la iglesia del pueblo)4, no sólo les
amor, llamando a la conversión.» dio esperanza, sino que les devolvió la
(Homilía del 6-11-1977) autoestima y los animó a seguir luchan-
«Como pastor y como ciudadano do por sus derechos cuando les dijo, a
salvadoreño, me apena profunda- ellos que eran personas creyentes, una
mente el que se siga masacrando al cosa muy sorprendente: “Vosotros sois
sector organizado de nuestro pueblo la imagen del Divino Traspasado del
sólo por el hecho de salir ordenada- cual nos ha hablado la primera lectura”
mente a la calle para pedir justicia y (era una lectura que hablaba del “Siervo
libertad. Estoy seguro que tanta san- de Yahvé”, de Isaías).

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3. TESTIMONIO MARTIRIAL DEL PROYECTO DE JESÚS

Una opción para los pobres, como la que hizo Mons. Romero, obvia-
mente comporta la persecución por parte de los poderes injustos y
opresores, que dominaban en aquella época aquel pequeño país cen-
troamericano.

3.1. Una Iglesia encarnada contáramos entre las víctimas tam-


bién a los sacerdotes. Son el testi-
En este contexto impacta ver cómo in-
monio de una Iglesia encarnada en
terpretó Mons. Romero esta persecu-
ción: los problemas del pueblo… La Igle-
sia sufre el destino de los pobres: la
«Me alegro, hermanos, de que nues- persecución. Se gloría nuestra Igle-
tra Iglesia sea perseguida, precisa- sia de haber mezclado su sangre de
mente por su opción preferencial por sacerdotes, de catequistas y de co-
los pobres y por tratar de encarnarse munidades con las masacres del
en el interés de los pobres… Sería pueblo, y haber llevado siempre la
triste que en una patria donde se es- marca de la persecución… Una Igle-
tá asesinando tan horrorosamente no sia que no sufre persecución, sino
16
que está disfrutando los privilegios Él lo comenta también en una de sus
y el apoyo de la tierra, esa Iglesia homilías:
¡tenga miedo! no es la verdadera
Iglesia de Jesucristo.» «Espero que este llamado de la
Iglesia no endurezca aún más el co-
Como Jesús, que fue el primer de- razón de los oligarcas, sino que los
fensor cristiano de los derechos huma- mueva a la conversión. Compartan lo
nos y profeta de la justicia (cf. Lc 13,31- que son y tienen. No sigan callando
33), Mons. Romero recibió amenazas con la violencia a los que les estamos
de muerte debidas al modo cómo ha- haciendo esta invitación ni, mucho
blaba de Dios y defendía a los seres hu- menos, continúen matando a los que
manos oprimidos y empobrecidos, de- estamos tratando de lograr que haya
nunciando la injusticia que provocaba una más justa distribución del poder
esta situación. Pero, como Jesús, Mons. y de las riquezas de nuestro país. Y
Romero no se arrugó y habló del senti- hablo en primera persona porque es-
do positivo que incluso podía tener su ta semana me llegó un aviso de que
muerte. estoy yo en la lista de los que van a
ser eliminados la próxima semana;
pero que quede constancia de que la
3.2. Hasta el final… voz de la justicia nadie la puede ma-
Con motivo de las amenazas tuvo una tar ya.» (Homilía del 24-2-1980)
conversación con el padre Azcue en el Pero el testimonio de los numerosos
último retiro antes de su muerte. Y es- agentes de pastoral, asesinados por el
cribió: ejército y los escuadrones de la muerte,
«Mi otro temor es acerca de los ries- por su opción en favor del proyecto de
gos de mi vida. Me cuesta aceptar Jesús, por su opción por los pobres, lo
una muerte violenta que en estas cir- anima a seguir en la línea que está lle-
cunstancias es muy posible, incluso vando, a pesar de que esto pone en pe-
el Sr. Nuncio de Costa Rica me avi- ligro su vida:
só de peligros inminentes para esta «Aunque me maten, no tengo nece-
semana. El padre me dio ánimo di- sidad. Si morimos con la conciencia
ciéndome que mi disposición debe tranquila, con el corazón limpio de
ser dar mi vida por Dios cualquiera haber producido sólo obras de bon-
que sea el fin de mi vida. Las cir- dad, ¿qué me puede hacer la muer-
cunstancias desconocidas se vivirán te? Gracias a Dios que tenemos es-
con la gracia de Dios. Él asistió a los tos ejemplares de nuestros queridos
mártires y si es necesario lo sentiré agentes de pastoral, que compartie-
muy cerca al entregarle mi último ron los peligros de nuestra pastoral
suspiro. Pero que más valioso que el hasta el riesgo de ser matados. Y yo,
momento de morir es entregarle to- cuando celebro la eucaristía con us-
da la vida y vivir para Él.» tedes, los siento a ellos presentes.
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Cada sacerdote muerto es, para mí, En esto se pareció una vez más a su
un nuevo concelebrante en la euca- Maestro, Jesús (cf. Getsemaní: Mc 14,
ristía de nuestra arquidiócesis. Y sé 32-42).
que está así, dándonos el estímulo de Pero no se arrugó, ni aceptó la pro-
haber sabido morir sin miedo, por- tección personal que le ofrecía el presi-
que llevaban su conciencia compro- dente de la república5, sino que siguió
metida con esta ley del Señor: la op- haciendo, como Jesús, aquello que él
ción preferencial por los pobres.» creía que tenía que hacer por fidelidad a
(Homilía del 2-9-1979) Jesús y por amor a su pueblo maltrata-
Esta decisión valiente de seguir el do injustamente. Y como Jesús, confió
camino de Jesús, que lo podía llevar a la que su muerte redundaría en beneficio
muerte, no le evitó, obviamente, que en de su pueblo y no sería inútil, como se
determinados momentos tuviera miedo, puede ver gracias a algunos textos de
como lo demuestra su diario personal. sus homilías.

18
CONCLUSIÓN

Para Romero, el bien del pueblo, sobre todo el de los más pobres que
tenían la vida más amenazada, el Reinado de Dios en terminología
evangélica, era el criterio decisivo que tenía que guiar su actuación y la
de cualquier persona, en especial la cristiana. Por esto era crítico no
sólo con las oligarquías políticas y económicas que dominaban el país,
sino también con las organizaciones populares, cuando con sus erro-
res, con sus luchas por el poder, perjudicaban al pueblo, sobre todo a
los más pobres.

Era crítico también con él mismo6 y con nemos. Porque sería muy triste una
la propia Iglesia, cuando ésta no hacía Iglesia que se sintiera tan dueña de
una opción por los pobres, auténtica y la verdad que rechazara todo lo de-
creíble. Por esto dijo el 8-7-1978: más. Una Iglesia que sólo condena,
una Iglesia que sólo mira pecado en
«El profeta denuncia también los
los otros y no mira la viga que lleva
pecados internos de la Iglesia. ¿Y
en el suyo, no es la auténtica Iglesia
por qué no? Si obispos, Papa, sacer-
de Cristo.»
dotes, nuncios, religiosas, colegios
católicos, estamos formados por Y también dijo el 28-8-1977, expli-
hombres y los hombres somos peca- citando qué tipo de Iglesia quería él:
dores, necesitamos que alguien nos
sirva de profeta para que nos llame «Ahora la Iglesia no se apoya en nin-
a conversión, para que no nos deje gún poder, en ningún dinero. Hoy la
instalar una religión como si ya fue- Iglesia es pobre. Hoy la Iglesia sabe
ra intocable. La religión necesita que los poderosos la rechazan, pero
profetas y gracias a Dios que los te- que la aman los que sienten en Dios
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su confianza… Ésta es la Iglesia que licía, de los cuarteles... Hermanos,
yo quiero. Una Iglesia que no cuen- son de nuestro mismo pueblo. Matan
te con los privilegios y las valías de a sus mismos hermanos campesinos.
las cosas de la tierra. Una Iglesia ca- Y ante una orden de matar que dé un
da vez más desligada de las cosas te- hombre, debe prevalecer la ley de
rrenas, humanas, para poderlas juz- Dios que dice: “No matar”. Ningún
gar con mayor libertad desde su soldado está obligado a obedecer
perspectiva del Evangelio, desde su una orden contra la Ley de Dios.
pobreza.» Una ley inmoral, nadie tiene que
cumplirla. Ya es tiempo de que re-
Pero cuando la Iglesia es fiel a Jesús,
entonces es perseguida en un mundo en cuperen su conciencia, y que obe-
el que acostumbran a dominar los po- dezcan antes a su conciencia que a
deres egoístas y asesinos. Por eso, para la orden del pecado. La Iglesia, de-
él la persecución: fensora de los derechos de Dios, de
la Ley de Dios, de la dignidad hu-
«¡Es la nota histórica de la Iglesia! mana, de la persona, no puede que-
Siempre tiene que ser perseguida. darse callada ante tanta abomina-
Una doctrina que va contra las in- ción. Queremos que el gobierno
moralidades, que predica contra los tome en serio que de nada sirven las
abusos, que va siempre predicando reformas si van teñidas con tanta
el bien y atacando el mal, es una doc- sangre. En nombre de Dios y en
trina puesta por Cristo para santifi- nombre de este sufrido pueblo, cu-
car los corazones, para renovar las yos lamentos suben hasta el cielo
sociedades. Y naturalmente, cuando
cada día más tumultuosos, les supli-
en esa sociedad o en ese corazón hay
co, les ruego, les ordeno en nombre
pecado, hay egoísmo, hay podre-
de Dios: cese la represión.»
dumbre, hay envidias, hay avaricias,
pues el pecado salta, como la cule-
bra cuando tratan de apresarla, y per- “Resucitaré en el pueblo”
sigue al que trata de perseguir el mal.
Por eso, cuando la Iglesia es perse- La oligarquía salvadoreña y el ejército,
guida, es señal de que está cum- apoyado masivamente por el gobierno
pliendo su misión.» (Homilía 25-11- de EE.UU., ya no pudieron tolerar más
1977) estas palabras. Y lo asesinaron. Pero
entonces sucedió que el pueblo salva-
En cualquier caso, selló su muerte doreño lo quiso aún más y se sintió más
cuando el domingo antes de que lo ase- apoyado que nunca en su lucha por li-
sinaran, dijo lo siguiente: berarse. Sucedió, lo que ya Mons.
«Yo quisiera hacer un llamamiento, Romero había predicho en una de sus
de manera especial, a los hombres homilías:
del ejército. Y en concreto, a las ba- «He sido frecuentemente amenaza-
ses de la Guardia Nacional, de la po- do de muerte. Debo decirles que, co-
20
mo cristiano, no creo en la muerte sa que la UCA concedió, post mortem,
sin resurrección. Si me matan, resu- a Mons. Romero y que expresan bien lo
citaré en el pueblo salvadoreño. Se que fue y significa:
lo digo sin ninguna jactancia, con la
más grande humildad. Como pastor «En una sociedad configurada por
estoy obligado por mandato divino los poderes de la muerte, él, que era
a dar la vida por quienes amo, que promotor de los principios de la vi-
son todos los salvadoreños, aun por da, no pudo ser tolerado. Como la de
aquellos que vayan a asesinarme. Si su gran maestro Jesús de Nazaret, su
llegaran a cumplirse las amenazas, misión pública al frente del arzobis-
desde ya ofrezco a Dios mi sangre pado sólo duró tres años. Reunidos
por la redención y resurrección de El los poderes de las tinieblas, decidie-
Salvador. El martirio es una gracia ron acabar con quien, como en el ca-
que no creo merecer, pero si Dios so de Jesús, fue acusado de andar so-
acepta el sacrificio de mi vida, que liviantando a la gente desde Galilea
mi sangre sea semilla de libertad y hasta Judea, desde Chalatenango
la señal de que la esperanza será hasta Morazán. Y lo acallaron de un
pronto una realidad. Mi muerte, si es tiro mortal porque el pueblo no hu-
aceptada por Dios, sea por la libera- biera permitido que lo crucificaran
ción de mi pueblo y como un testi- en público. Sólo así pudieron acallar
monio de esperanza en el futuro. al profeta. Pero ya para entonces la
Pueden decir, si llegasen a matarme, semilla había fructificado y su voz
que perdono y bendigo a quienes lo había sido recogida por miles de gar-
hagan. Ojalá, se convenzan que per- gantas que con Monseñor habían re-
derán su tiempo. Un obispo morirá, cobrado su voz perdida. Los sin voz
pero la Iglesia de Dios, que es el pue- ya tenían voz, la suya y la de
blo, no perecerá jamás.» (Marzo de Monseñor. Y al quedar huérfanos,
1980) podían alcanzar su mayoría de edad
y convertirse así en padre de nuevos
Y una vez más, Mons. Romero tuvo hijos, innumerables como las arenas
razón. Ha resucitado en el pueblo de El del mar. Y es que el asesinado era un
Salvador, que lo sigue queriendo y se mártir. Lo mataron porque ilumina-
apoya en su testimonio y en sus palabras ba y denunciaba desde el evangelio
para seguir luchando por un mundo me- los males del país y a quienes los
jor, en el cual todas las personas puedan perpetraban, pero murió porque el
vivir humana y dignamente y en el cual amor de Dios y el amor del pueblo
los Derechos Humanos sean realmente le estaban pidiendo dar su vida en
respetados. testimonio de lo que creía y de lo que
Y quiero acabar con unas palabras practicaba. Por eso resucitó en el
de I. Ellacuría, también él un mártir, que pueblo por el que había muerto, y
defendió los Derechos Humanos y la por eso esperó también la resurrec-
justicia, unas palabras que él pronunció ción cristiana en la que confiaba sin
con motivo del doctorado honoris cau- asomo de duda.»
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San Romero de América (Pere Casaldàliga)

El ángel del Señor anunció en la víspera...


El corazón de El Salvador marcaba
24 de marzo y de agonía.
Tú ofrecías el Pan,
el Cuerpo Vivo
–el triturado cuerpo de tu Pueblo;
Su derramada Sangre victoriosa
–¡la sangre campesina de tu Pueblo en masacre
que ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada!
El ángel del Señor anunció en la víspera,
y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte;
como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de tu Pueblo.
¡Y se hizo vida nueva
en nuestra vieja Iglesia!
Estamos otra vez en pie de testimonio,
¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!
Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.
Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente.
Romero de la Pascua Latinoamericana.
Pobre pastor glorioso, asesinado a sueldo, a dólar, a divisa.
Como Jesús, por orden del Imperio.
¡Pobre pastor glorioso,
abandonado
por tus propios hermanos de báculo y de Mesa...!
(Las curias no podían entenderte:
ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo).
Tu pobrería sí te acompañaba,
en desespero fiel,
pasto y rebaño, a un tiempo, de tu misión profética.
El Pueblo te hizo santo.
La hora de tu Pueblo te consagró en el kairós.
Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio.

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Como un hermano herido por tanta muerte hermana,
tú sabías llorar, solo, en el Huerto.
Sabías tener miedo, como un hombre en combate.
¡Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana!
Y supiste beber el doble cáliz del Altar y del Pueblo,
con una sola mano consagrada al servicio.
América Latina ya te ha puesto en su gloria de Bernini
en la espuma aureola de sus mares,
en el dosel airado de los Andes alertos,
en la canción de todos sus caminos,
en el calvario nuevo de todas sus prisiones,
de todas sus trincheras,
de todos sus altares...
¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos!
San Romero de América, pastor y mártir nuestro:
¡nadie hará callar tu última homilía!

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NOTAS

1. De todos modos, en América Latina ha habido al venir, finalmente –porque quise estar con
una serie de obispos que se han distinguido ustedes desde el principio y no se me permi-
por su opción por los pobres y su denuncia de tió–, hermanos, y les traigo la palabra que
la injusticia. Recuerdo unos cuantos: Helder Cristo me manda decirles: una palabra de soli-
Cámara y Pere Casaldàliga, en Brasil; Leóni- daridad, una palabra de ánimo y de orienta-
das Proaño, en Ecuador; don Sergio Méndez ción y, finalmente, una palabra de conver-
Arceo, en Chiapas; y los obispos que han sión».
muerto asesinados, como Enrique Angelelli, 5. Públicamente le dijo en sus homilías: «quiero
en Argentina; Juan Gerardi, en Guatemala; decirle que antes de mi seguridad personal yo
Joaquín Ramos, en El Salvador, y Gerardo Va- quisiera seguridad y tranquilidad para 108
lencia, en Colombia. familias y desaparecidos… El pastor no quie-
2. La edición crítica (editada por Miguel Cavada) re seguridad mientras no se la den a su reba-
de los sermones de Mons. Romero, en los ño».
años durante los cuales fue arzobispo de San 6. El 21-8-1977 dijo: «Yo, que les estoy hablando,
Salvador, ha sido publicada en 6 volúmenes necesito convertirme continuamente. El peca-
con el título: Homilías de Monseñor Oscar A. dor, el religioso, la religiosa, el colegio católi-
Romero, San Salvador, UCA editores 2005- co, la parroquia, el párroco, la comunidad, la
2009. Iglesia, pues, tiene que convertirse a lo que
3. La confrontación que se desencadenó en El Dios quiere en este momento de la historia de
Salvador hacía diez años que persistía cuando El Salvador. Si uno vive en un cristianismo
Romero fue asesinado que es muy bueno, pero que no encaja con
4. En su sermón en Aguilares el 19-6-1977 dijo: nuestro tiempo, que no denuncia las injusticia,
«A mí me toca ir recogiendo atropellos, cadá- que no proclama el reino de Dios con valentía,
veres y todo eso que va dejando la persecución que no rechaza el pecado de los hombres, que
de la Iglesia. Hoy me toca venir a recoger, en consiente por estar bien con ciertas clases, los
esta iglesia, en este convento profanado, un pecados de esas clases, no está cumpliendo su
sagrario destruido y sobre todo un pueblo deber, está pecando, está traicionando su
humillado, sacrificado indignamente. Por eso, misión».

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