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INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 3
1. DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS ............................................................. 4
2. PROFETA DE LA JUSTICIA .......................................................................................... 11
3. TESTIMONIO MARTIRIAL DEL PROYECTO DE JESÚS ............................................ 16
CONCLUSIÓN .......................................................................................................... 19
NOTAS ................................................................................................................................. 24
Este texto recoge el contenido de la conferencia que Xavier
Alegre pronunció en Barcelona, el 13 de diciembre de 2010 con
motivo del 30 aniversario de la muerte de Monseñor Romero. La
conferencia estuvo organizada por Cristianisme i Justícia y
Justícia i Pau.
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1. DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS
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2. PROFETA DE LA JUSTICIA
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3. TESTIMONIO MARTIRIAL DEL PROYECTO DE JESÚS
Una opción para los pobres, como la que hizo Mons. Romero, obvia-
mente comporta la persecución por parte de los poderes injustos y
opresores, que dominaban en aquella época aquel pequeño país cen-
troamericano.
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CONCLUSIÓN
Para Romero, el bien del pueblo, sobre todo el de los más pobres que
tenían la vida más amenazada, el Reinado de Dios en terminología
evangélica, era el criterio decisivo que tenía que guiar su actuación y la
de cualquier persona, en especial la cristiana. Por esto era crítico no
sólo con las oligarquías políticas y económicas que dominaban el país,
sino también con las organizaciones populares, cuando con sus erro-
res, con sus luchas por el poder, perjudicaban al pueblo, sobre todo a
los más pobres.
Era crítico también con él mismo6 y con nemos. Porque sería muy triste una
la propia Iglesia, cuando ésta no hacía Iglesia que se sintiera tan dueña de
una opción por los pobres, auténtica y la verdad que rechazara todo lo de-
creíble. Por esto dijo el 8-7-1978: más. Una Iglesia que sólo condena,
una Iglesia que sólo mira pecado en
«El profeta denuncia también los
los otros y no mira la viga que lleva
pecados internos de la Iglesia. ¿Y
en el suyo, no es la auténtica Iglesia
por qué no? Si obispos, Papa, sacer-
de Cristo.»
dotes, nuncios, religiosas, colegios
católicos, estamos formados por Y también dijo el 28-8-1977, expli-
hombres y los hombres somos peca- citando qué tipo de Iglesia quería él:
dores, necesitamos que alguien nos
sirva de profeta para que nos llame «Ahora la Iglesia no se apoya en nin-
a conversión, para que no nos deje gún poder, en ningún dinero. Hoy la
instalar una religión como si ya fue- Iglesia es pobre. Hoy la Iglesia sabe
ra intocable. La religión necesita que los poderosos la rechazan, pero
profetas y gracias a Dios que los te- que la aman los que sienten en Dios
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su confianza… Ésta es la Iglesia que licía, de los cuarteles... Hermanos,
yo quiero. Una Iglesia que no cuen- son de nuestro mismo pueblo. Matan
te con los privilegios y las valías de a sus mismos hermanos campesinos.
las cosas de la tierra. Una Iglesia ca- Y ante una orden de matar que dé un
da vez más desligada de las cosas te- hombre, debe prevalecer la ley de
rrenas, humanas, para poderlas juz- Dios que dice: “No matar”. Ningún
gar con mayor libertad desde su soldado está obligado a obedecer
perspectiva del Evangelio, desde su una orden contra la Ley de Dios.
pobreza.» Una ley inmoral, nadie tiene que
cumplirla. Ya es tiempo de que re-
Pero cuando la Iglesia es fiel a Jesús,
entonces es perseguida en un mundo en cuperen su conciencia, y que obe-
el que acostumbran a dominar los po- dezcan antes a su conciencia que a
deres egoístas y asesinos. Por eso, para la orden del pecado. La Iglesia, de-
él la persecución: fensora de los derechos de Dios, de
la Ley de Dios, de la dignidad hu-
«¡Es la nota histórica de la Iglesia! mana, de la persona, no puede que-
Siempre tiene que ser perseguida. darse callada ante tanta abomina-
Una doctrina que va contra las in- ción. Queremos que el gobierno
moralidades, que predica contra los tome en serio que de nada sirven las
abusos, que va siempre predicando reformas si van teñidas con tanta
el bien y atacando el mal, es una doc- sangre. En nombre de Dios y en
trina puesta por Cristo para santifi- nombre de este sufrido pueblo, cu-
car los corazones, para renovar las yos lamentos suben hasta el cielo
sociedades. Y naturalmente, cuando
cada día más tumultuosos, les supli-
en esa sociedad o en ese corazón hay
co, les ruego, les ordeno en nombre
pecado, hay egoísmo, hay podre-
de Dios: cese la represión.»
dumbre, hay envidias, hay avaricias,
pues el pecado salta, como la cule-
bra cuando tratan de apresarla, y per- “Resucitaré en el pueblo”
sigue al que trata de perseguir el mal.
Por eso, cuando la Iglesia es perse- La oligarquía salvadoreña y el ejército,
guida, es señal de que está cum- apoyado masivamente por el gobierno
pliendo su misión.» (Homilía 25-11- de EE.UU., ya no pudieron tolerar más
1977) estas palabras. Y lo asesinaron. Pero
entonces sucedió que el pueblo salva-
En cualquier caso, selló su muerte doreño lo quiso aún más y se sintió más
cuando el domingo antes de que lo ase- apoyado que nunca en su lucha por li-
sinaran, dijo lo siguiente: berarse. Sucedió, lo que ya Mons.
«Yo quisiera hacer un llamamiento, Romero había predicho en una de sus
de manera especial, a los hombres homilías:
del ejército. Y en concreto, a las ba- «He sido frecuentemente amenaza-
ses de la Guardia Nacional, de la po- do de muerte. Debo decirles que, co-
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mo cristiano, no creo en la muerte sa que la UCA concedió, post mortem,
sin resurrección. Si me matan, resu- a Mons. Romero y que expresan bien lo
citaré en el pueblo salvadoreño. Se que fue y significa:
lo digo sin ninguna jactancia, con la
más grande humildad. Como pastor «En una sociedad configurada por
estoy obligado por mandato divino los poderes de la muerte, él, que era
a dar la vida por quienes amo, que promotor de los principios de la vi-
son todos los salvadoreños, aun por da, no pudo ser tolerado. Como la de
aquellos que vayan a asesinarme. Si su gran maestro Jesús de Nazaret, su
llegaran a cumplirse las amenazas, misión pública al frente del arzobis-
desde ya ofrezco a Dios mi sangre pado sólo duró tres años. Reunidos
por la redención y resurrección de El los poderes de las tinieblas, decidie-
Salvador. El martirio es una gracia ron acabar con quien, como en el ca-
que no creo merecer, pero si Dios so de Jesús, fue acusado de andar so-
acepta el sacrificio de mi vida, que liviantando a la gente desde Galilea
mi sangre sea semilla de libertad y hasta Judea, desde Chalatenango
la señal de que la esperanza será hasta Morazán. Y lo acallaron de un
pronto una realidad. Mi muerte, si es tiro mortal porque el pueblo no hu-
aceptada por Dios, sea por la libera- biera permitido que lo crucificaran
ción de mi pueblo y como un testi- en público. Sólo así pudieron acallar
monio de esperanza en el futuro. al profeta. Pero ya para entonces la
Pueden decir, si llegasen a matarme, semilla había fructificado y su voz
que perdono y bendigo a quienes lo había sido recogida por miles de gar-
hagan. Ojalá, se convenzan que per- gantas que con Monseñor habían re-
derán su tiempo. Un obispo morirá, cobrado su voz perdida. Los sin voz
pero la Iglesia de Dios, que es el pue- ya tenían voz, la suya y la de
blo, no perecerá jamás.» (Marzo de Monseñor. Y al quedar huérfanos,
1980) podían alcanzar su mayoría de edad
y convertirse así en padre de nuevos
Y una vez más, Mons. Romero tuvo hijos, innumerables como las arenas
razón. Ha resucitado en el pueblo de El del mar. Y es que el asesinado era un
Salvador, que lo sigue queriendo y se mártir. Lo mataron porque ilumina-
apoya en su testimonio y en sus palabras ba y denunciaba desde el evangelio
para seguir luchando por un mundo me- los males del país y a quienes los
jor, en el cual todas las personas puedan perpetraban, pero murió porque el
vivir humana y dignamente y en el cual amor de Dios y el amor del pueblo
los Derechos Humanos sean realmente le estaban pidiendo dar su vida en
respetados. testimonio de lo que creía y de lo que
Y quiero acabar con unas palabras practicaba. Por eso resucitó en el
de I. Ellacuría, también él un mártir, que pueblo por el que había muerto, y
defendió los Derechos Humanos y la por eso esperó también la resurrec-
justicia, unas palabras que él pronunció ción cristiana en la que confiaba sin
con motivo del doctorado honoris cau- asomo de duda.»
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San Romero de América (Pere Casaldàliga)
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Como un hermano herido por tanta muerte hermana,
tú sabías llorar, solo, en el Huerto.
Sabías tener miedo, como un hombre en combate.
¡Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana!
Y supiste beber el doble cáliz del Altar y del Pueblo,
con una sola mano consagrada al servicio.
América Latina ya te ha puesto en su gloria de Bernini
en la espuma aureola de sus mares,
en el dosel airado de los Andes alertos,
en la canción de todos sus caminos,
en el calvario nuevo de todas sus prisiones,
de todas sus trincheras,
de todos sus altares...
¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos!
San Romero de América, pastor y mártir nuestro:
¡nadie hará callar tu última homilía!
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NOTAS
1. De todos modos, en América Latina ha habido al venir, finalmente –porque quise estar con
una serie de obispos que se han distinguido ustedes desde el principio y no se me permi-
por su opción por los pobres y su denuncia de tió–, hermanos, y les traigo la palabra que
la injusticia. Recuerdo unos cuantos: Helder Cristo me manda decirles: una palabra de soli-
Cámara y Pere Casaldàliga, en Brasil; Leóni- daridad, una palabra de ánimo y de orienta-
das Proaño, en Ecuador; don Sergio Méndez ción y, finalmente, una palabra de conver-
Arceo, en Chiapas; y los obispos que han sión».
muerto asesinados, como Enrique Angelelli, 5. Públicamente le dijo en sus homilías: «quiero
en Argentina; Juan Gerardi, en Guatemala; decirle que antes de mi seguridad personal yo
Joaquín Ramos, en El Salvador, y Gerardo Va- quisiera seguridad y tranquilidad para 108
lencia, en Colombia. familias y desaparecidos… El pastor no quie-
2. La edición crítica (editada por Miguel Cavada) re seguridad mientras no se la den a su reba-
de los sermones de Mons. Romero, en los ño».
años durante los cuales fue arzobispo de San 6. El 21-8-1977 dijo: «Yo, que les estoy hablando,
Salvador, ha sido publicada en 6 volúmenes necesito convertirme continuamente. El peca-
con el título: Homilías de Monseñor Oscar A. dor, el religioso, la religiosa, el colegio católi-
Romero, San Salvador, UCA editores 2005- co, la parroquia, el párroco, la comunidad, la
2009. Iglesia, pues, tiene que convertirse a lo que
3. La confrontación que se desencadenó en El Dios quiere en este momento de la historia de
Salvador hacía diez años que persistía cuando El Salvador. Si uno vive en un cristianismo
Romero fue asesinado que es muy bueno, pero que no encaja con
4. En su sermón en Aguilares el 19-6-1977 dijo: nuestro tiempo, que no denuncia las injusticia,
«A mí me toca ir recogiendo atropellos, cadá- que no proclama el reino de Dios con valentía,
veres y todo eso que va dejando la persecución que no rechaza el pecado de los hombres, que
de la Iglesia. Hoy me toca venir a recoger, en consiente por estar bien con ciertas clases, los
esta iglesia, en este convento profanado, un pecados de esas clases, no está cumpliendo su
sagrario destruido y sobre todo un pueblo deber, está pecando, está traicionando su
humillado, sacrificado indignamente. Por eso, misión».
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