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Instituto Tecnológico de las Américas


(ITLA)
Las Américas Institute of Technology
(I T L A) www.itla.edu.do

Centro de Excelencia de Formación Humanística


Integral en Valores y Ética Profesional.

Curso:
Ética III: Ética y Valores.

Nomenclatura Curso: E3-003

Docente:
Lic. José César Guzmán

(Magíster)

Enero de 2011
Santo Domingo, República Dominicana.

INDICE–CONTENIDO
2

Págs.:

Prólogo……………………………………………………………

Introducción…………………………………………………......

Justificación………………………………………………………

Metodología………………………………………………………

Módulo I: Conceptualización - Introducción

1.1.- ¿Qué son los valores?


1.2.- La interiorización de los valores
1.3.- Funcionalidad de los valores
1.4.- Pedagogía de los valores
1.5.- La aceptación de sí mismo
1.6.- Dimensiones morales de la persona

Módulo II: Personalidad: temperamento y carácter


2.1.- Temperamento
2.2.- Carácter
2.3.- Factores que configuran el carácter
2.4.- La familia como agente educador
2.5.- Clarificación de los valores
2.5.1.- Origen y desarrollo de la clarificación
de valores
2.5.2.- Proceso de valorización

Módulo III: Valores humanos o virtudes humanas

3.1.- La responsabilidad como valor


3.1.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
a la responsabilidad.

3.2.- La Sinceridad como valor


3.2.1.- Interacción de algunos valores y
contravalores respecto a la Sinceridad
3.3.- El diálogo como valor
3.3.1.- Interacción de algunos valores y
contravalores respecto al diálogo
3

3.4.- La confianza como valor


3.4.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la confianza
3.5.- La autoestima como valor
3.5.1.- Interacción de algunos valores contravalores
respecto a la autoestima
3.6.- La creatividad como valor
3.6.1.- Interacción de algunos valores contravalores
respecto a la creatividad
3.7.- La paz como valor
3.7.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la paz
3.8.- La amistad como valor
3.8.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la amistad
3.9.- El respeto como valor
3.9.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
con relación al respeto
3.10.- La justicia como valor
3.10.1.- Interacción de algunos valores y
contravalores respecto a la justicia
3.11.- La comprensión como valor
3.11.1.- Interacción de algunos valores y
contravalores respecto a la comprensión
3.12.- El compartir como valor
3.12.1.- Interacción de algunos valores y
contravalores respecto al compartir

Módulo IV: Otros Valores

4.1.- El orden
4.2.- La obediencia
4.3.- La generosidad
4.4.- La paciencia
4.5.- La laboriosidad o el trabajo
4.6.- La perseverancia
4.7.- La fortaleza
4.8.- El patriotismo
4.9.- La sencillez
4.10.- La sociabilidad
4.11.- El pudor
4.12.- El optimismo
4

4.13.- La humildad
4.14.- La audacia
4.15.- La lealtad
4.16.- La gratitud

Bibliografía

Desarrollo del Curso: E3-003

(Ética 3: Ética y Valores)

Nomenclatura del Curso: E3-003


Prerrequisitos: Ética Social
Nomenclatura del Prerrequisito: E2-002
Número de Créditos: 3
Horas Teóricas: 28
Horas Prácticas: 14
Horas de Investigación: 42

Introducción:

Actualmente se habla mucho de la ausencia de valores, y


por tanto de la necesidad de los valores en distintos campos de
la vida social, pues nuestra sociedad actual está desvalorizada
porque provoca la creación de un tipo de hombre/mujer: el
5

hombre/mujer masa; la desintegración de las relaciones


humanas; la función manipuladora de la sexualidad y del amor
(usar y tirar); la agresividad consumística nunca satisfecha,
como la forma de relación interhumana; el empobrecimiento
creativo del espíritu humano.

Justificación:

El hombre actual está experimentando la degradación de


la razón, la cual acaba en una rápida propagación de éticas
irracionales. No podemos dejar desaparecer la utopía de una
nueva y mejor sociedad, la utopía del hombre nuevo, porque
de lo contrario se fabricaría otra utopía a-social.

Lo que se quiere con esta unidad es hacer una búsqueda


de fines y sentidos. Cansados de la razón instrumental se
busca un horizonte de finalidades y significación.

Metodología:

Recursos:
-Audio-Visuales
-Salón de Clases
-Bibliográficos [1]
-Material Gastable
-Internet

Evaluación:
-Prácticas______ 20%
-Asignaciones___ 25%
-Trabajos/Exposiciones__ 20%
-Examen Parcial___ 15%
-Examen Final_____ 20%
Total 100%
6

Módulo I: Conceptualización – Introducción

1.1.- ¿Qué son los valores?

Con su capacidad intelectual el ser humano puede emitir


juicios lógicos y racionales sobre las distintas realidades, y al
mismo tiempo juicios meta-lógicos sobre las cosas, los cuales
van más allá de lo meramente racional.

Los valores se incluyen en los juicios meta-lógicos sobre


las cosas, pero los valores no existen como realidades
separadas de las cosas o del hombre, pues quien hace una
valoración de las cosas es el mismo hombre. Es decir, los
valores están ligados a las cosas y no pueden existir desligados
de ellas.1

Todo lo que existe tiene una razón para existir, y en esta


razón está su sentido y su valor. Es decir, todo lo que existe es
bueno, es un bien, vale. Y llamamos Bien a aquel o aquello que
porta valor o valores. De modo que el valor es aquello por lo
cual apreciamos las cosas (“Los valores se perciben mediante

1
Cfr. TIERNO, Bernabé: Valores Humanos. Taller de Editores S. A., 12ª edición, Madrid,
1996, Pág. 15. Como nos sugiere el mismo Tierno: “Los valores no son ni meramente
objetivos ni meramente subjetivos, sino ambas cosas a la vez: el sujeto valora las cosas,
y el objeto ofrece un fundamento para ser valorado y apreciado”.
7

una operación no intelectual llamada estimación”)2, lo que


hace buenas a las cosas.

Es así como el valor brota de la relación dinámica entre


sujeto-objeto, conciencia-realidad, estimación-ideal. El cambio
producido en cualquiera de estos polos, produce, a su vez, un
cambio en la manifestación de los mismos valores. Y dicha
realidad indica una concepción relacional del valor y no un
relativismo del valor, puesto que el ser del valor consiste en
impulsar la acción del hombre hacia una meta elevada.3

El valor es entonces estable y permanente, objetivo y


universal, pero, también, dinámico y cambiante, relativo y
subjetivo. Y esto así por las diversas manifestaciones
culturales de las distintas sociedades. Es decir, el valor, siendo
el mismo (justicia, solidaridad, hospitalidad) encuentra formas
diferentes de manifestación.

Sin embargo, los hombres, que son el valor esencial de la


humanidad, poseen siempre más motivos para la identidad que
para la diferenciación. Como nos señalan Pedro Ortega y
Ramón Mínguez en una citación que hacen:

“Los hombres, lo mismo que las culturas, al final tienen más


de común que de diferente, sencillamente porque el ser
humano es ante todo humano y constituye una única especie,
presentando las razas y las culturas una variabilidad que
afecta más a lo superficial y anecdótico que a lo profundo y
esencial”.4

2
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa-
GUICH, Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia:
Cómo educar en valores –Materiales, Textos, Recursos y Técnicas-. Editorial NARCEA,
Séptima edición, Madrid, 1999, Pág. 19. Es decir, “Cualquier valor está vinculado a la
reacción del sujeto que lo estima; por ejemplo: ante el valor del amor uno puede
reaccionar sublimándolo y otro encarnándolo… Hay unos más estimables que otros, les
otorgamos una jerarquía. Según ésta, los valores pueden clasificarse en vitales,
materiales, intelectuales, morales, estéticos y religiosos”.
3
Es decir, porque las diferentes manifestaciones culturales no valgan igual, no por ello
podemos tildar un valor como relativo. Por ejemplo, no es lo mismo amputar una mano
al ladrón que someterlo a un proceso de reeducación, si con ello se quiere preservar o
defender el derecho de propiedad, entendida ésta como un valor a proteger por la
sociedad.

4
ORTEGA RUIZ, Pedro y MINGUEZ VALLEJOS, Ramón: Los valores en la educación.
Editorial Ariel, 1ra. Edición, Barcelona, 2001, Pág 22.
8

El valor es una realidad cotidiana que acontece en la vida


de toda persona, y no se puede entender la persona sin la
presencia de los valores, ni la construcción de la persona sin la
apropiación de valores.

“El término valor, está relacionado con la propia


existencia de la persona, afecta a su conducta, configura y
modela sus ideas y condiciona sus sentimientos. Se trata de
algo cambiante, dinámico, que, en apariencia, hemos elegido
libremente entre diversas alternativas. Depende, sin embargo,
en buena medida, de lo interiorizado a lo largo del proceso de
socialización y, por consiguiente, de ideas y actitudes que
reproducimos a partir de las diversas instancias
5
socializadoras”.

1.2.- La interiorización de los valores.

Lo normal es que cada ser humano, con cada una de sus


actuaciones, pues busque ser feliz; y en esa búsqueda de la
felicidad realiza evidentemente el bien que la razón práctica le
propone como objetivo. De tal manera que ningún ser
humano, en su sano juicio, elegiría un contravalor que atente
contra sí mismo, o su crecimiento, o su felicidad.

Pero los valores nacen con el mismo hombre, pues éste es


quien hace una valoración de las cosas y establece un orden
jerárquico entre los bienes que le solicitan y entre los bienes a
que aspira. Es decir, los valores, además de que son
propuestos por la sociedad y la cultura en que nacemos, son
asimilados por cada sujeto en un orden de importancia a partir
de la incidencia interior que los mismos proporcionen a la
persona.

En este contexto podemos entender que el hombre tiene


la capacidad de sacrificar una serie de valores en la sociedad
por otros valores considerados más sublimes. Por ejemplo,
en frases como estas descubrimos dicha actitud: “…el dinero
debe servir a la persona y no la persona al dinero”; “el sexo es
un medio para expresar el amor y no un fin en sí mismo”; “se

5
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa-
GUICH, Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia:
Cómo educar en valores, op. cit., Pág. 20.
9

puede renunciar a la propia comodidad para dar un minuto de


felicidad a alguien”.

En cada ser humano reside el poder de decisión sobre los


valores que regirán su vida, los cuales indicarán el grado de
formación y educación de cada persona, y que sobre todo
rebelarán las características del proyecto de vida de cada uno.
Bernabé Tierno nos añade:

“Si la distinta jerarquización de los valores es lo que otorga la


talla moral a cada individuo, es evidente que la educación de
una persona dependerá sin duda de esta escala moral que
haya interiorizado, y que se encuentra en congruencia con el
propio proyecto de vida como canalización de todas sus
energías”.6

De aquí se desprende la importancia capital de la


enseñanza de los valores, pues los mismos son los que dan
dirección y sentido a las decisiones, acciones y a la vida de
cada ser humano, de un profesor y de un alumno.

1.3.- Funcionalidad de los valores

Los valores llevan dentro de sí una funcionalidad (sirven


para algo), la cual no es real porque la posean ellos mismos,
sino que se hace real en cuanto que el hombre usa los valores
a partir de sus necesidades humanas, físicas, intelectuales,
relacionales. Por ejemplo, un pedazo de pan y un vaso de
agua tienen mayor valor para una persona que está muriendo
de hambre que para un glotón, quien después de hartarse,
siente náuseas con sólo mencionarle la comida. O también:
una moneda de $500 pesos tiene mayor valor para un hombre
desempleado y con una familia larga, que para un gran
empresario que todavía está soltero.

Esto significa que la valoración que hacemos de las cosas


no la efectuamos con la sola razón, sino con el sentimiento, las
actitudes, las obras, con todo nuestro ser. Tal realidad la
notamos, sobre todo, al contemplar una obra de arte, digamos
una pintura, una obra arquitectónica, una estatua, una
6
TIERNO, Bernabé: Valores Humanos, op. cit., Pág. 17.
10

composición musical, pues con frecuencia sentimos un


escalofrío que conmueve nuestro ánimo y nos impulsa a
expresar exclamaciones de admiración o aprobación.7
Es difícil expresar lo que sentimos, mas el juicio que
emitimos sobre la belleza contemplada estará distante de ser
un juicio teórico. Es decir, tiene un significado que apunta a
una realidad que trasciende al ser que contempla. Tierno nos
lo dice de manera elegante:

“El mundo de los valores constituye la puerta de entrada al


mundo de la trascendencia, puesto que los valores pueden
hacer referencia a una realidad metaempírica (realidad no
verificable ni por los sentidos ni por la lógica de la razón)”.8

1.4.- Pedagogía de los valores

En las diversas etapas de nuestra formación humana e


intelectual es imprescindible la siembra y asimilación de
valores.

Es un hecho que antiguamente la escuela transmitía los


valores que marcaba la religión y el Estado, que eran también
los que se vivían en la sociedad, con lo cual no había problema
de conflicto.

Sin embargo, una vez que esos valores no han sido


interiorizados por la mayoría, no han tenido sentido o han sido
rechazados fuera del ámbito escolar, se han creado situaciones
conflictivas en lo afectivo, escolar, laboral y familiar
(inseguridad ciudadana, violencia, desorden familiar,
9
agresividad).
7
Por ejemplo, son muy variados los sentimientos que experimenta una persona al
contemplar los museos vaticanos, pues ante las antigüedades artísticas que representan
los frescos, pinturas y esculturas que allí se exhiben, un apasionado del arte podrá
permanecer durante meses en un éxtasis creciente, y quizás una persona con precaria
formación artística resulte aburrido con rapidez.
8
Ibid.
9
Cabe destacar que los cambios traen a su vez resultados positivos: “La crisis de los
sistemas de valores y de las religiones puede que en el fondo no sea tan negativa; la
humanidad ha sufrido y está sufriendo un profundo cambio, es una etapa nueva; por
ello, debemos estar atentos a los valores que van emergiendo, dispuestos a modificar
nuestra forma de actuar como elementos efectivos de esta dinámica” (CARRERAS,
Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa- GUICH, Ricard-
MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en
11

Insertar en los centros educativos una pedagogía de los


valores es educar al alumnado para que se oriente hacia el
valor real de las cosas. Por esta pedagogía, las personas
implicadas creen que la vida tiene un sentido, reconocen y
respetan la dignidad de todos los seres.

Todos los valores que configuran la dignidad del ser


humano, son el fundamento de un diálogo que hará posible la
paz entre todos los pueblos. “La Declaración Universal sobre
los Derechos Humanos de la ONU no hace más que recoger el
común sentir de los hombres que reconocen los valores que
dignifican y acompañan la existencia de cualquier ser
humano”.10

El objetivo de la educación en valores es ayudar al


educando a moverse libremente por un universo de valores
para que aprenda a conocer, querer e inclinarse por todo
aquello que sea noble, justo y valioso.

Pero educar en los valores es educar moralmente, porque


son los valores los que enseñan al individuo a comportarse
como hombre, establecer una jerarquía entre las cosas, llegar a
la convicción de que algo importa o no importa, vale o no vale,
es un valor o un contravalor.11

La educación moral tiene el objetivo de lograr nuevas


formas de entender la vida, de construir la propia historia
personal y colectiva. A su vez promueve el respeto a todos los
valores y opciones, no defiende valores absolutos aunque no es
relativista, no toma una posición autoritaria (solución única) ni
una posición libertaria (haz lo que te apetezca).
Ante un conflicto de valores es necesario conjugar estos
dos principios:

1) La autonomía personal frente a la presión colectiva.

2) La razón dialógica en oposición al individualismo que


olvida los derechos de los demás.
valores, op. cit., Pág. 20.
10
TIERNO, Bernabé: Valores Humanos, op. cit., Pág. 18.

Contravalor es todo aquello que dificulta al hombre llegar a ser más persona y le resta
11

humanidad.
12

Los criterios para vivir en sociedad desde el punto de vista


moral son:

1) La crítica, como instrumento de análisis de la realidad


que nos rodea y para cambiar todo lo que sea injusto.

2) La alteridad, que nos permite salir de nosotros


mismos para establecer unas relaciones óptimas con los
demás.

3) Conocer los derechos humanos y respetarlos.

4) Implicación y compromiso. Es la parte activa, evita


que los otros criterios queden reducidos a una simple
declaración de buenas intenciones.

La pedagogía escolar y universitaria debe interesarse y


ocuparse de la educación moral que forma parte de la
educación integral de la persona, ayudando a los alumnos (as)
a construir sus propios criterios, permitiéndoles tomar
decisiones, para que sepan cómo enfocar su vida y cómo vivirla
y orientarla.

Porque el educador es un representante de los valores


vigentes en la sociedad, es un guía de valores.

1.5.- La aceptación de sí mismo

A la aceptación de sí mismo le llamamos el valor de los


valores. ¿Por qué le llamamos así? Porque amarse a sí mismo
es la decisión más importante que debes tomar a cada instante
como ser humano, en todas las etapas de tu vida, tanto en la
infancia como en la ancianidad. Porque la aceptación de ti
mismo te ocupa la vida entera, hasta que tú respires. Como
dice Chesterton: “No liberes al camello de la carga de su
joroba; podrías estar liberándolo de ser camello”.

Cuando te aceptas a ti mismo tal y como eres,


demuestras tener: seguridad de ti, conocimiento de ti,
satisfacción con lo que eres y tienes. Por ejemplo, cuando te
manifiestas en igualdad de condiciones con los demás, sin
13

necesidad de sentirte superior ni inferior, te expresas con


equilibrio en tu modo de actuar, y ello contribuye a que tengas
una justa valoración y aceptación de ti mismo.

La aceptación de ti mismo está en permanente conexión


con la libertad, la creatividad y las actitudes dialogantes.
Como nos sostiene Bernabé Tierno:

“Por la libertad accedemos a las experiencias personales


que nos proporcionan autonomía y confianza en las propias
capacidades, diseñando y provocando nuestro quehacer vital,
libre de los dominios ajenos. Aprendemos de nuestra propia
experiencia personal.
Mediante la creatividad proyectamos nuestra propia
existencia como un quehacer irrepetible, repleto de
sugerencias, posibilidades, inquietudes y esperanzas, libre de
estereotipos, servilismos y esquemas acomodaticios y
despersonalizantes.
Por las actitudes dialogantes vamos madurando la
capacidad de vivir nuestra vida como búsqueda constante de
encuentros humanos enriquecedores. El entendimiento y la
comprensión de los demás y el ser capaces de ver las cosas
desde su punto de vista nos conduce a la perfección
madurativa humana; la entrega a los demás, el amor y la
aceptación del otro, que sólo es posible cuando uno se acepta
y se quiere a sí mismo”.12
¿Dónde inicia la aceptación de uno mismo?
Evidentemente que en el hogar, en la escuela, en el grupo de
amigos.

Por eso, considerar, alabar y reconocer las aptitudes y


cualidades de un niño o niña es fundamental para lograr un
nivel mínimo de autoestima, para fomentar la confianza de
cada persona.

Por el contrario, las descalificaciones permanentes, las


burlas y los sarcasmos, el dejar públicamente en ridículo a un
niño o niña ante sus hermanos o compañeros de clases, jamás
12
TIERNO, Bernabé: Valores Humanos, op. cit., Págs. 23-24. Es decir, un signo de
aceptación de sí mismo es: --El aprendizaje y crecimiento con las experiencias de uno
mismo
--La creatividad con la que llenamos de dinamismo nuestra vida
--La apertura y entrega a los demás
14

favorecerán la auto aceptación y el desarrollo de una


personalidad equilibrada y madura. ¿Cuáles sentimientos
podrían aparecer?:
--La incompetencia.
--La infravaloración.
--El obsesivo deseo de aprobación por parte de los demás.
--El qué dirán asfixia la libertad de obrar.
--Lo que puedan pensar de mí me impide expresarme
críticamente.

Según el historial de aceptación con que el niño o


adolescente ha sido guiado, así también se aceptará a sí
mismo. Bernabé Tierno nos explica y ejemplifica:

“Sólo el niño que ha sido aceptado incondicionalmente por sus


padres será capaz de aceptarse tal como es. Conocemos
casos de homosexualidad más o menos larvada, motivada por
el hecho de que los padres no supieron aceptar el sexo del
hijo. Querían tener una niña y les nació un varón. Su rechazo
del niño fue tan patente que éste se hizo consciente del
problema desde muy corta edad y adoptó la actitud femenina
que sus padres deseaban con el objeto de contentarles de
alguna manera. Las condiciones de los padres impidieron en
el hijo la aceptación del propio esquema corporal”.13

En definitiva, es inútil querer realizarnos sin querer


reconocer lo que en realidad somos. Aceptar la propia verdad
interior significa aceptarnos sin deformar lo que realmente
somos. Como nos señala Louise L. Hay: “He comprobado que
cuando realmente nos amamos, es decir, cuando nos
aprobamos exactamente tal como somos, todo funciona bien
en la vida”. Por ejemplo, es inútil que siendo mujer
pretendas ser hombre; es incomprensible que quieras ser
futbolista si te falta una pierna; es imposible que puedas
conocer los colores si has nacido ciego.

Aceptar nuestra verdad interior significa a su vez aceptar


nuestros errores, porque de no aceptarlos nunca nos
libraremos de ellos. Por ejemplo, Dios no condenó a Caín por
haber matado a Abel, sino por no haber sabido aceptar la
13
Ibid, Pág. 25. Es obvio que cuando suceden estos casos de rechazo de los padres a los
hijos, los mismos demuestran que no aceptan a sus hijos incondicionalmente, sino que
quieren que realicen las expectativas que se hicieron con ellos, pero esta actitud
deforma la conducta de un hijo y su proceso normal de crecimiento.
15

responsabilidad de su acción lamentable. Es decir, nuestros


errores nunca nos perdonarán hasta que no sepamos
aceptarlos. Porque somos lo que somos ante nosotros mismos
y no lo que aparentamos ante los demás.

1.6.- Dimensiones morales de la persona

La presencia en cada persona de la racionalidad, la


conducta, la libertad, el temperamento, los deseos, las
tendencias interiores, el entorno social, etc., hablan por sí
mismo de las dimensiones morales que identifican la vida de
todo ser humano. Porque todo ser racional es a su vez objeto
de moralidad. Luego, sólo el hombre posee dimensiones
morales.

En el ámbito de los valores conocemos una serie de


dimensiones morales (capacidades y habilidades), que facilitan
el aumento de la autonomía y el espíritu crítico. Entre las
dimensiones de la personalidad moral se encuentran:

-Autoconocimiento
-Autonomía y autorregulación
-Capacidades de diálogo
-Capacidad para transformar el entorno
-Comprensión crítica
-Empatía y perspectiva social
-Habilidades sociales y para la convivencia
-Razonamiento moral.

El autoconocimiento: es aquella capacidad que facilita


el progresivo conocimiento de uno mismo, la autoconciencia
del yo, así como su valoración, permitiendo una clarificación
sobre la propia forma de ser, pensar y sentir.

La autonomía: es la capacidad de autorregulación que


permite una mayor coherencia entre lo que uno piensa y hace.
Es la propia persona quien establece el valor y se organiza para
actuar de acuerdo con él.

La autorregulación: son los mecanismos mediante los


cuales los agentes de cualquier negocio o industria se ponen
de acuerdo en unas reglas de juego, cuyo incumplimiento tiene
16

repercusiones de distinta índole y en donde no interviene el


Estado. Por ejemplo, una empresa no tiene por qué dejarnos
opinar, porque tiene sus dueños, sus accionistas, sus objetivos
de maximizar beneficios. Pensémoslo en términos de canales
de televisión. Los broadcasters no toman en cuenta nuestra
opinión (el rating no es una medición de opinión) sino la de sus
anunciantes o quienes compran sus espacios.

La autorregulación es un concepto bastante antiguo en la


medida en que se puede remitir al origen del derecho mismo.
No obstante, donde la autorregulación ha tenido mayor
desarrollo e impacto reciente en el mundo ha sido en el
mercado de valores. En efecto, la autorregulación es un
elemento esencial a la industria bursátil, por la especialidad de
las materias de ese mercado y por la rapidez y agilidad con
que en el mismo se opera. En este sentido, la
autorregulación se ha convertido en un componente
integral de la industria y de la regulación del mercado de
valores.

El autorregulador en el mercado de valores generalmente


emite normatividad, supervisa y vela por su cumplimiento y
disciplina a sus miembros. Eventualmente puede desempeñar
funciones de registro o arbitraje y conciliación.

La autorregulación en el mercado de valores procura


elevar los estándares profesionales y vela por un mercado
íntegro y transparente donde exista libre formación de precios
y condiciones adecuadas de seguridad para los inversionistas y
para el público en general.

Las capacidades de diálogo: que te permiten hablar de


todos aquellos conflictos de valor no resueltos que te
preocupan, tanto a nivel individual como social. Suponen el
poder intercambiar opiniones, razonar sobre los diferentes
puntos de vista e intentar llegar a un entendimiento, un
acuerdo justo y motivado racionalmente.

La capacidad para transformar el entorno: que te


permite formular normas y proyectos contextualizados donde
se pongan de manifiesto los criterios de valor relacionados con
la implicación y el compromiso. Esta capacidad no se
17

desarrolla únicamente en el aula, sino que lo hace también en


los distintos ámbitos.

La comprensión crítica: que supone la habilidad de


adquirir información de la realidad moralmente relevante,
analizándola críticamente, contrastándola con diversos puntos
de vista, mostrando además una actitud de compromiso y
entendimiento para mejorarla. Por ejemplo, ¿es un problema
en la actualidad la llamada sobrepoblación? Pues de alguna
manera sí. ¿Son el aborto y los anticonceptivos las formas
morales más idóneas para enfrentar esta situación? Dicha
interrogante produce un conflicto de valores, y a su vez
despierta la comprensión crítica.

La empatía y la perspectiva social: que permiten a la


persona incrementar su consideración para con los demás,
interiorizando valores como la cooperación y la solidaridad. La
progresiva descentralización posibilita el conocimiento y la
comprensión de las razones, los sentimientos, las actitudes y
los valores de las otras personas. Por ejemplo, ¿eran posibles
la empatía y la perspectiva social en el socialismo que
concentraba todo en el Estado? Evidentemente que no.

Las habilidades sociales (para la convivencia): se


refieren al conjunto de comportamientos interpersonales que la
persona va aprendiendo y que configuran su competencia
social en los diferentes ámbitos de relación. Permiten la
coherencia entre los criterios personales y las normas y
principios sociales. Por ejemplo, tú que eres dominicano (a),
vas a vivir a la tribus de los cholos en Colombia, no puedes
pretender llevar el mismo estilo de vida que tienes aquí, pues
allí el hábitat estructural, social, familiar, religioso, cultural es
diverso al tuyo. De tal manera que si tienes habilidades para la
convivencia podrás adaptarse con facilidad a dicha sociedad.

El razonamiento moral: es la capacidad intelectiva que


permite reflexionar sobre los conflictos de valor (que son las
diversas opciones en juego cuando se trata de tomar una
decisión). El desarrollo del juicio moral tiene la finalidad de
llevar a pensar según criterios de justicia y dignidad personal,
teniendo en cuenta los principios de valor universales: el Amor,
la Justicia, la Solidaridad.
18

Según Berkowitz la personalidad moral posee cinco


componentes:

1) Conducta. Kohlverg argumentaba que una conducta


se puede juzgar sólo por las intenciones del actor. Por
ejemplo, si intento atacarte para robarte el dinero y con ello,
sin advertirlo, te salvo de una bala perdida que hubiera
acabado contigo, ¿he actuado moralmente al salvarte la vida?
Una persona con buenas intenciones que nunca actúa en base
a ellas, ¿es plenamente una persona moral? No.

2) Carácter. Es la tendencia única y permanente de un


individuo actuar de un modo y no de otro. Por ejemplo, las
tendencias a la honestidad o la crueldad, son moralmente
relevantes. ¿Dónde está el argumento esencial? En que la
conducta moral se debe aprender, practicar y en última
instancia interiorizar como un carácter o virtud, hasta
convertirla en un hábito. Por eso, conducta y carácter van
unidos.

3) Valores. La educación moral se debería preocupar


básicamente de los valores morales, que son los gravados en el
corazón y que son universalmente aceptados. Los valores
morales son fundamentales en la anatomía de la persona.

4) Razonamiento moral. Es la capacidad de razonar


sobre cuestiones morales, llegar a conclusiones morales, tomar
decisiones morales. No podemos anticipar todos los posibles
dilemas y elecciones morales y programar al individuo con los
valores y virtudes necesarios para actuar moralmente en cada
caso. Una persona moral madura debe ser capaz de
reflexionar sobre un problema moral y emitir un juicio racional
al respecto. Por ejemplo, vives con conciencia el valor del
pudor o del respeto a tu cuerpo desde la niñez, pero en la
escuela te encuentras con un grupo de compañeros que
defienden el exhibicionismo y el nudismo, ¿Cuál ha de ser tu
actitud racional? ¿Pensar como ellos para no hacer el ridículo,
o mantener tu postura del pudor que vives como un valor?

5) Emoción. Existen dos grandes categorías de emoción


moral:
19

a) La autocensura o autovaloración negativa ante


un pensamiento o acción indeseable (nos referimos a la
culpabilidad, la vergüenza, el remordimiento). Por
ejemplo, una persona que ha detestado en su vida la
masturbación, pero por más que la reprime siempre cae
en ella.

b) Reacción afectiva ante la aflicción de los demás


(nos referimos a cuestiones como la empatía y la
simpatía). Por ejemplo, ante la opinión que tienen los
demás de mí, pues reacciono con depresión o con
animosidad.

Estos cinco elementos no son dimensiones


independientes, sino que todos funcionan y trabajan en la
persona moral de manera conjunta.

Módulo II. Personalidad: temperamento y carácter.

El objetivo de este módulo es conocer el significado de


personalidad, la cual está conformada por sus dos elementos
esenciales: temperamento y carácter, los cuales guardan
estrecha identidad en su existencia y funcionamiento, pero que
a su vez se diferencian en su definición.

El ser humano común, generalmente, experimenta una


falta en su desarrollo: la carencia de una dimensión superior en
su vida.
20

¿Cuál es la principal causa de esta carencia?


**La excesiva identificación del ser humano con los
niveles elementales de su personalidad. Es decir, el hombre
común se identifica, casi exclusivamente, con las necesidades
del cuerpo y con sus necesidades emocionales. Y en esas
condiciones la mente consciente no puede ser receptiva a los
valores y realidades trascendentales. Le hacen falta los
valores, la fuerza interior, la convicción intelectual y las
acciones espirituales que satisfagan la parte trascendente de
su ser.

Por eso, en nuestros tiempos existen tantos vacíos


interiores que a nivel general se siente la necesidad de volver a
practicar los valores como la fe, la religiosidad, la solidaridad.

2.1.- Temperamento

¿Cuál es la primera realidad que reconocemos en una


persona, aparte de su apariencia física? Claro está que el
temperamento. Luego, al conocer y descubrir con mayor
profundidad los rasgos de una persona, descubrimos a su vez
su carácter.

¿Qué es el temperamento? Podríamos identificarlo con


la condición biológica que nos mueve a ciertas inclinaciones.
Es por ello que el estado fisiológico, típico de cada individuo,
condiciona sus reacciones ante diversas situaciones. Por
ejemplo, una persona de temperamento nervioso reaccionará
ante un estímulo de manera diversa a otra persona con
temperamento tranquilo; una persona con temperamento
flemático se comportará con serenidad y calma ante un
huracán o un terremoto, mientras que un colérico reaccionará
con preocupación y sofocamiento.

El temperamento está fundamentalmente sujeto a la


herencia biológica, al orden genético y generacional del
individuo, por lo que el temperamento está determinado
sustancialmente por la naturaleza somática o biológica. Por
ejemplo, una persona con hipertiroidismo tendrá, debido a su
condición biológica, un temperamento nervioso. Si se supera
esa situación, con un tratamiento médico, desaparecerá el
21

nerviosismo. De Abate, citando a Orage (Del Amor y otros


Ensayos), nos recuerda:

“El hombre ordinario está a merced de su organismo: de su


centro instintivo (impresiones recibidas por los sentidos, de
apetitos, inercia, enfermedad); de sus emociones
(asociaciones relacionadas con personas y lugares del pasado
y del presente, gustos y disgustos, miedo y ansiedad); de su
mente (imaginación, soñar despierto, sugestibilidad”.14

Un tipo de temperamento no es bueno ni es malo. Es


decir, el temperamento no es moral ni inmoral, válido o
inválido. Pero evidentemente que todo tipo de temperamento
es controlable mediante la razón, y por ello la conducta de
cada persona no consiste en la sola actuación del
temperamento, sino que el temperamento está guiado por la
razón.

2.2.- Carácter

Habíamos dicho que el carácter es el modo peculiar de ser


de cada persona, y por el cual cada uno se distingue de los
demás.

Pero además es preciso decir que el carácter es la


sumatoria de varias condiciones: del temperamento, del
ambiente, de la educación, de las experiencias vividas y de la
madurez interior.
Por ser el resultado de dicha sumatoria, el carácter está
cambiando, evolucionando, continua y gradualmente, en un
orden ascendente y de madurez. Porque somos lo que somos
gracias a nuestro carácter. Por ejemplo, si eres de carácter
afable atraerás a las personas hacia ti. Diferente sería la
situación si eres de carácter brusco; si eres de carácter
decidido y emprendedor, lo más probable es que seas una
persona exitosa.

El carácter proporciona estabilidad en la persona. Por


eso, cuando resultas impredecible porque rápidamente
cambias de opinión, de deseos o de gustos, según seas influido
por unos y otros, decimos que eres una persona sin carácter. A
14
DE ABATE, John: Valores Humanos. Amigo del Hogar, Santiago, Rep. Dom, 1992,
Pág. 46.
22

quienes cumplen con estas características los tildamos como


personas veletas, que van donde las lleva el viento. Es decir,
quien no tiene un carácter definido carece de personalidad.

Una de las señales más claras de que posees un carácter


bien formado y maduro, es la libertad de conciencia con que
actúas, pues ello indica que tu conducta obedece a la realidad
y a la verdad, y no a prejuicios o falsas ideas que puedas tener.
De Abate nos presenta con claridad esta idea:

“Tal vez el aspecto más importante del carácter es la madurez


interior o amplitud de conciencia. Por supuesto, toda amplitud
de conciencia descansa en la libertad. En ese sentido, la
libertad no consiste en hacer lo que uno quiere sino, sobre
todo, en seleccionar qué escala de valores utilizará en un
momento dado. La libertad es la capacidad de liberarme de
los condicionamientos. Si yo, por ejemplo, estoy lleno de
prejuicios raciales, carezco de libertad. El prejuicio es un
condicionamiento que me impide escoger.”15

2.3.- Factores que configuran el carácter

En el fondo de cada persona y su carácter, existen una


serie de factores determinantes, unas veces vividos
conscientemente y otras veces de manera inconsciente.
Entre los factores que configuran el carácter se
encuentran:

1ro.) Las experiencias positivas o constructivas.

Toda experiencia la consideramos positiva cuando


contiene, por lo menos, una de las siguientes tres condiciones:

a) Es una toma de conciencia, aún parcial, de lo que soy


en sentido positivo y real: inteligencia, voluntad, iniciativa,
creatividad, empuje.

b) La comprobación positiva de que algo exterior a mi


persona –otras gentes, acontecimientos, situaciones,
oportunidades, etc.- me favorecen, me protegen, me
reafirman, me aseguran. Es decir, cuando me siento querido,
aceptado, valorado.
15
Ibid, Pág. 47.
23

c) Una actividad positiva hacia el mundo de tipo


expansiva, afirmativa, armónica, inteligente, amorosa,
decidida, alegre, enérgica.

2do.) El desarrollo de una actitud positiva.

Las actitudes positivas dependen, en alto grado, del


estado de ánimo. Y, la mayor parte de las veces, el estado de
ánimo es el resultado de las circunstancias externas e internas.
En este sentido es importante señalar que la mayoría de las
personas son dominadas por factores externos y llevadas a un
estado de ánimo. Esto ocurre cuando vivimos apoyados
exclusivamente en el mundo exterior dependiendo, en exceso,
de lo que nos rodea. Aunque generalmente cuando sentimos
que nos falta el mundo exterior, tendemos a sentirnos
incómodos o con malestar.16

3ro.) El tercer factor es el Autocontrol.

Teniendo control de nuestra conducta, evitamos el


surgimiento de tendencias perjudiciales para nuestros objetivos
conscientes. Es muy saludable “estar despiertos”, es decir,
vigilar nuestros actos y conducirlos por un camino constructivo,
progresista y armonioso. Ese estar despiertos se equipara a la
atención plena que ha de tener cada persona para expresarse
con dominio de sus actos. Dicho de una manera más amplia:

“La atención es un gran instrumento de autocontrol de


crecimiento interior. Nos referimos a la atención, que implica
-estar en las cosas-, -darse cuenta cabal de lo que está
ocurriendo-, -ser plenamente consciente-, -tener la mente
vigilante, alerta y despejada-. Para hacer esto hay que tener
interés en las cosas y en la vida, tener deseos de comprender,
tener amplitud mental. Muchas personas viven con un nivel
de atención muy bajo. Creo que eso es lo que diferencia a los
triunfadores, de los que viven mediocremente”.17

16
En este aspecto es importante insistir que la persona de carácter no vive
exclusivamente en base a un mundo exterior. Por el contrario, la persona de carácter
tiene un rico mundo interior de valores –la fe, la confianza, la autoestima, la esperanza-
que la llevan a ser la autora de sus propios actos. Para ello debemos conocernos en
profundidad.
17
Ibid, Pág. 49.
24

¿Cuáles resultados reales arroja el cultivo de la atención a


que nos referimos? Pues los siguientes:

1.- Aumenta la capacidad para recibir y registrar estímulos


desde el exterior.

2.- Mejora la fijación de los estímulos, por lo tanto aumenta la


memoria.

3.- Facilita comprender inmediatamente las ideas de otras


personas o situaciones.

4.- Optimiza el razonar porque se tienen, en la mente, más


datos para trabajar.

5.- Favorece una amplia visión de conjunto, lo cual impide caer


en errores o parcialidades.
6.- Facilita ver mejor la esencia de los problemas, evitando
distracciones con problemas menores.

2.4.- La familia como agente educador

Desde niño tengo la clara conciencia de que la familia es


la primera escuela, la primera iglesia y el santuario de la vida.
Por eso, la familia resulta insustituible en el proceso de
desarrollo y crecimiento del ser humano.
Es una realidad irrefutable que en la vida se piensa y se
actúa a partir de la educación que se posee: “La familia que
obra bajo los principios de la rectitud y demás buenos valores
humanos, proyectará en sus hijos una conducta afín a estos
principios.

Igualmente una familia que se encuentre debilitada,


desintegrada o carente de valores no podrá infundir buenas
costumbres en sus retoños.

Si en cualquier situación cotidiana en las que nos


encontremos, observamos el comportamiento de algún niño en
25

particular, podemos obtener indicios sobre los valores que


pueden estar inculcándosele en su hogar. También podríamos
observar algunos antivalores que aprenden de sus casas. Por
ejemplo, si vemos que desde pequeños no son asiduos a
respetar algo tan sencillo como es el esperar su turno en una
fila, ya sea en un restaurante o a la entrada de algún lugar, y
más bien lo que hacen es colarse sin ninguna vergüenza,
podríamos estar enfrente de un niño al que no se le ha
enseñado, desde su primera escuela que es su hogar, los
principios básicos de convivencia y respeto a los demás.

Igualmente se pueden ver ya desde edades escolares,


rasgos de patanería en algunos niños, con tendencia a la
humillación y a la burla de sus coetáneos, siendo esto un
síntoma de quizás una actitud semejante en alguno de sus
progenitores. Algunos padres no son conscientes de lo buenos
receptores que son los niños en cuanto a copiar conductas.

Si un padre es agresivo conduciendo en las carreteras y


se ufana de ser temerario e irrespetuoso, puede estar siendo
un mal ejemplo para el niño que observándolo, en su inocencia,
piense que esa es la forma en que debe comportarse y será un
potencial conductor temerario, irrespetuoso de las leyes, que
igualmente llegaría a creer que tal proceder es más bien un
signo de audacia y de superioridad sobre los demás, poco
intrépidos, que sí respetan las leyes.

Las familias modernas están excluyendo en gran medida


su función básica y esencial de ser una institución educadora
de los hijos, recargando esta tarea a los centros educativos,
olvidándose de que las escuelas son el complemento de lo que
ya se ha empezado en el hogar.
26

El deterioro social al que nos estamos enfrentando, podría


revertirse si desde dentro de nuestras familias tomamos
conciencia de lo vital que es enseñar a los hijos a ser
respetuosos con todas las personas, pero para eso los padres
de familia son los que deben dar el primer paso y dejar atrás
conductas que no están acordes con la consecución de una
sociedad civilizada y pacífica”.18

Analizando la familia como educadora, UNICEF


internacional interviene para especificar cuál es el rol de la
escuela y cuáles roles corresponden a la familia. Veamos este
artículo que publican en Internet con respecto a la familia como
educadora:

“Enseñar a leer y escribir, así como otros aprendizajes


importantes, es un asunto de la escuela. Pero usted, como
mamá o como papá, cumple un papel insustituible.

Lo que el niño más necesita desde muy temprana edad es a


una mamá y a un papá (o a un adulto que ejerza esas
funciones) que atienda sus necesidades y le dé, a la vez, la
oportunidad de expresarse. La confianza en sus logros y
posibilidades, y el estímulo para intentarlo favorecen que el
niño se interese por las cosas del mundo, sea curioso y hábil
para relacionarse con lo nuevo.

La escuela es para los niños un espacio social diferente al de la


familia. Ellos necesitan que usted "tienda puentes" entre
ambos espacios que favorezca la integración con su grupo de
compañeros y con sus docentes, que se acerque a la escuela
para averiguar cómo les va y que participe toda vez que sea
posible de aquellas actividades a las que lo hayan convocado.
18
Es la intervención del Médico Psiquiatra Eduardo Arias Ayala, concretamente en su
sitio: http://www.conoze.com/doc.php?doc=7650
27

Mirar con los niños el cuaderno de clase, revisar sus útiles,


ayudarlos a organizarse e interesarse en los asuntos y su
escolaridad es equivalente a los mimos y cuidados que usted
les daba cuando eran más chiquitos.

La educación es una tarea que requiere esfuerzo de todas las


partes y durante mucho tiempo. Y, justamente, se espera que
cada niño esté dentro del sistema educativo muchos años. Por
eso es importante que no sólo los chicos estén "mentalizados"
con respecto a que deben ir a la escuela, sino que también los
padres deben hacerse a la idea de que con el comienzo de la
escolaridad de cada hijo se abre una etapa que demandará de
ustedes por mucho tiempo. ¿Es mucho trabajo? Según cómo
se mire, sí. Pero también es la aventura de acompañar más
plenamente el crecimiento de los chicos y el desafío de
construir día a día un vínculo con ellos que les permita sentirse
acompañados en el proceso de aprender, disfrutar más de sus
familias y estar mejor preparados para el futuro”.19

19
(weblog.mendoza.edu.ar/padres/archives/000124.html).
28

Módulo III: Valores humanos o virtudes humanas.

3.1.- La responsabilidad como valor.

A. La
Responsabilidad: condiciones y tipos.

1. ¿Qué es la responsabilidad? Una persona responsable toma


decisiones conscientemente y acepta las consecuencias de sus
actos, dispuesto a rendir cuenta de ellos.20 La responsabilidad
es la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias
de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante alguien.
Responsabilidad es la capacidad de dar respuesta de los
propios actos.

2. Condiciones para que exista responsabilidad.- Para que


pueda darse alguna responsabilidad son necesarios dos
requisitos:

--Libertad.- Para que exista responsabilidad, las acciones


han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los
20
En un plano más profundo “La responsabilidad es la capacidad de sentirse obligado a
dar una respuesta o a cumplir un trabajo sin presión externa alguna” (CARRERAS,
Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa- GUICH, Ricard-
MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia: Cómo educar en
valores, op. cit., Pág. 67.
29

animales, ni los locos, ni los niños pequeños son


responsables de sus actos pues carecen de uso de razón (y
el uso de razón es imprescindible para la libertad).

--Ley.- Debe existir una norma desde la que se puedan


juzgar los hechos realizados. La responsabilidad implica
rendir cuenta de los propios actos ante alguien que ha
regulado un comportamiento.

3. ¿Responsabilidad ante quién? El hombre responde de sus


actos ante quien es capaz de dictarle normas, y esto sólo
pueden hacerlo Dios (responsabilidad moral), uno mismo (juicio
de conciencia) y otros hombres. A su vez, la responsabilidad
ante los demás puede ser de varios tipos: responsabilidad
jurídica (ante las leyes civiles), familiar-doméstica (ante la
familia), laboral, etc.

B. ¿Es bueno ser responsable?

1. ¿Cómo disminuye la responsabilidad? Disminuye la


responsabilidad lo que disminuye la libertad, es decir, lo que
entorpece la voluntad y el entendimiento, que son las
facultades necesarias para realizar acciones libres. Por
ejemplo, la violencia, la ignorancia y el miedo.

2. ¿Es mejor ser poco responsable? No, no. Es preferible ser


hombres libres, dueños de sus actos, capaces de tomar
decisiones y de asumir sus consecuencias.

3. ¿Por qué suena mal la responsabilidad? La palabra


responsabilidad trae malos recuerdos a la imaginación por
varios motivos:

--Normalmente sólo se relaciona con errores o castigos, pues


cuando la consecuencia de una acción es un premio no suele
hablarse de responsabilidad sino de mérito. (En realidad el
mérito exige una responsabilidad previa).

--Responder ante otros parece ir contra la propia libertad.


(Pero ambas cosas van unidas: sin libertad no hay
responsabilidad, sólo quien es dueño de sus actos puede
responder de ellos).
30

--Responder ante uno mismo es contrario a los propios


gustos o comodidades. (Pero ser esclavo de los gustos
conduce al egoísmo).

--La responsabilidad se ve como opuesta a la diversión. (En


realidad sólo se opone al tipo de diversión desenfrenada o
sin medida; pues una persona responsable sabe divertirse
en los momentos y modos razonables).

4. ¿Qué excusas hay para evitar responsabilidades? Como la


responsabilidad suena mal, es frecuente inventarse
razonamientos que eviten rendir cuentas. Podemos agruparlos
en tres tipos:

a) Para evitar responsabilidades ante los demás, es


frecuente echar las culpas a otro, o bien decir "soy libre y hago
lo que me da la gana"; queriendo expresar que no rindo
cuentas de mi comportamiento ante nadie. (Obviamente la
libertad humana no es así).

b) Para quitarse responsabilidad ante la propia conciencia,


un recurso habitual es evitar reflexionar: aturdir la cabeza
hasta que no pueda pensar. Otro sistema es decir "yo paso de
todo", o "ningún asunto me importa". (Pero la conciencia
intenta protestar ante esta dejadez).

c) Y las excusas para evitar responsabilidades ante Dios son


abundantes. Desde decir que no existe, hasta afirmar que Dios
es tan bueno que todo le parecerá bien. (Pero la verdadera
bondad desea el bien verdadero).

C. Cómo mejorar la responsabilidad.

1. ¿Cómo ser más responsables? El camino más rápido para


mejorar en responsabilidad es apreciar claramente que de
nuestro comportamiento dependen cosas grandes. Los
hombres con ideales y metas elevadas se responsabilizan
enseguida de sus decisiones.

2. ¿Qué cualidades ayudan a la responsabilidad? Hay varias


virtudes que se relacionan mutuamente con la responsabilidad.
Digamos tres:
31

-Valentía.- Para dar cuenta de los propios actos hace falta


un valor capaz de superar el temor al castigo.
(Responsabilidad ante los demás).

-Humildad.- El orgullo dificulta pedir perdón; mientras que


la persona humilde reconoce sus fallos. (Responsabilidad
ante uno mismo).

-Piedad basada en la filiación divina.- Quien aprecia el gran


don de ser hijo de Dios procura que su comportamiento
agrade a su Padre. (Responsabilidad ante Dios).

3. ¿La responsabilidad mejora con la edad? Con la edad suelen


tomarse decisiones más importantes, y normalmente la
responsabilidad aumenta. Pero no mejora por el simple paso de
los años, sino por los hábitos que se adquieren.

3.1.1.- Interacción de algunos valores y contravalores a


la responsabilidad.

Entre los valores que giran alrededor de la


responsabilidad se encuentran: Justicia, Honradez, Sinceridad,
Diálogo, Dignidad, Optimismo, Constancia, Generosidad,
Esfuerzo, Respeto, Confianza, Libertad.

Entre los contravalores de la responsabilidad se


encuentran: Represión, Desconfianza, Engaño, Coacción,
Injusticia, Pesimismo, Apatía, Inconstancia.21

3.2.- La Sinceridad como valor.

Hubo una vez un emperador que


convocó a todos los solteros del
reino pues era tiempo de buscar
pareja a su hija. Todos los jóvenes
se presentaron ante el rey, el cual
les dijo: "Os voy a dar una semilla
diferente a cada uno de vosotros, al
cabo de 6 meses deberán traerme
en una maceta la planta que haya
21
Ibid, Págs. 68-69.
32

crecido, y la planta más bella ganará la mano de mi hija, y por


ende el reino". Así se hizo.

Todos los jóvenes del reino estaban ocupados en cultivar


sus plantas, pero había un joven que plantó su semilla y no
germinaba. Todos los demás jóvenes del reino no paraban de
hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían
sembrado en sus macetas. El tiempo pasó y como no hay plazo
que no se cumpla, llegó el día de presentarse al castillo; todos
los jóvenes desfilaban hacia el castillo con hermosísimas y
exóticas plantas.

El joven de nuestra historia estaba demasiado triste pues


su semilla nunca germinó, no tenía humo de siquiera
presentarse en palacio, pero su madre le insistió en que debía
ir pues era un participante y debía estar allí, debía terminar lo
que había empezado, aunque no hubiera sido un éxito.

Con la cabeza baja, y muy avergonzado, el joven se


presenta en palacio y se pone al final de todos los
contendientes, tratando de esconder la vergüenza de su
maceta vacía. Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al
ver a nuestro amigo soltaron en risa y burla. En ese momento
el alboroto fue interrumpido por el ingreso del rey, todos
hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba
entre todas las macetas admirando las plantas.

Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de


entre todos al joven que llevó su maceta vacía; atónitos, todos
deseaban una explicación de aquella extraña acción. Al notar el
alboroto, el rey dijo: "Este es el nuevo heredero del trono y se
casará con mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla
infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras plantas,
pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su
maceta vacía, siendo sincero, real y valiente cualidades que un
futuro rey debe tener y que mi hija merece".

La honestidad, será por siempre una gran virtud.

¿Qué significa la sinceridad? Significa expresarse sin


fingimiento, con sencillez y veracidad; por lo tanto, podemos
decir que se encuentra exenta de hipocresía y simulación. Se
extiende a tres ámbitos importantes de la vida:
33

-Hacia uno mismo (Sinceridad Personal).


-Hacia los demás.
-Hacia la sociedad en general.

La sinceridad manifiesta, si es conveniente, a la persona


idónea y en el momento adecuado, lo que ha hecho, lo que ha
visto, lo que piensa, lo que siente, etcétera, con claridad,
respeto a la situación personal o a la de los demás.
La sinceridad es un valor que depende totalmente de
nosotros. Viviendo este valor logramos crear un ambiente de
confianza y de amistad verdadera con los demás. Este valor
caracteriza a las personas por la actitud congruente que
mantienen en todo momento, basado en la veracidad de sus
palabras y acciones.
Para ser sinceros debemos procurar la verdad en todo
momento, esto parece sencillo, pero a veces es lo que más
trabajo cuesta. En ocasiones que no consideramos importantes
utilizamos las “mentiras piadosas”, sin darnos cuenta que éstas
nos alejan de la verdad. Quizás pensemos que una pequeña
mentira de este tipo no lastima a nadie, pero lo cierto es que
mentir nos lleva a otra mentira, provocando que nuestra
credibilidad decaiga, y el valor de la sinceridad desaparezca.
Debemos tener pendiente que la sinceridad no sólo son
palabras, también debemos de expresarnos sinceramente con
nuestros actos. Actuar sinceramente es ser nosotros mismos
en todo momento, sin importar en qué situación nos
encontremos. Actuar diferente para agradar a los demás
simplemente nos convierte en personas hipócritas, incapaces
de ser sinceros con nosotros mismos y sobre todo con los
demás. Generalmente las personas que actúan de esta manera
34

es porque están conscientes de que carecen de ciertos valores,


dichos valores son los mismos que presumen delante de la
sociedad.

Sinceridad y persona.
Como persona, debemos preocuparnos porque nuestras
palabras y acciones sean sinceras, para lograr crear un
ambiente verdadero, que logre reflejar nuestra verdadera
imagen y así los demás puedan sentirse cómodos con quien en
realidad somos.

Toda persona que busque crecer y desarrollarse debe ser


sincera. Debe mantener la integridad de lo que es, dice y hace.
Y de esta manera conservar su identidad, su existencia. No
podemos esperar que las demás personas se abran a tener una
relación verdadera con nosotros si no somos realmente
sinceros, por esto es imprescindible que cada persona asuma
la búsqueda de la verdad en sus palabras, actos y
pensamientos.

Una persona sincera, es una persona segura, que


confirma su existencia con sus actos y palabras. Es una
persona capaz de aceptarse a sí mismo y por esto es capaz de
ejecutar su papel en cada situación en la que se encuentra.
Con esto, logramos que cada parte de nuestra vida sea
verdadera y no un teatro o un circo para agradar a los demás,
para escalar en la vida creando una escalera falsa de simpatía
inmerecida.
35

Es necesario tener en cuenta que ser sinceros no abarca


lastimar a los demás con la verdad. Debemos encontrar el
momento y la forma adecuada para decir a los otros nuestra
opinión o pensamientos. Muchas personas utilizan la sinceridad
como excusa para dañar a los demás, diciendo o resaltando los
errores de esta persona de una manera ofensiva. Esto no es
ser sincero, es simplemente buscar una justificación para no
ser juzgados por dichos actos.

Sinceridad y Sociedad.
Es de suma importancia que el valor de la sinceridad se
cultive desde el hogar. Los padres deben dar un ejemplo de
sinceridad a sus hijos, para lograr que estos crezcan en ese
valor y logren ser personas confiables, en las cuales la
sociedad pueda confiar responsabilidades.
Si la sinceridad se fomenta desde el núcleo de la
sociedad, o sea la familia, se creará una sociedad ideal, donde
no cabrá lugar a mentiras y donde podremos confiar en los
demás a ciegas, logrando así que todos puedan trabajar
unidos, cooperando los unos con los otros y de esta manera
lograr progresar como sociedad con el esfuerzo de todos.
Por desgracia hoy en día el valor de la sinceridad
podríamos decir que está en peligro de extinción. La sociedad
actual se alimenta de mentiras, del individualismo y del
egocentrismo, los cuales provocan que las personas dejen de
ser sinceras con ellas mismas y con la sociedad. No es extraño
ver cómo los políticos engañan al pueblo con el fin de lograr
36

sus objetivos. De la misma manera, podemos ver cómo los


hijos mienten a sus padres, cómo personas fingen ser lo que no
son, sólo para agradar a alguien o para lograr alcanzar algún
tipo de cargo o bien material.
Podemos decir que la clave para ser sinceros con los
demás es ser sinceros con nosotros mismos. Siendo sinceros
con nosotros, podemos distinguir nuestras fuerzas y
debilidades, podemos conocernos más y presentar el
verdadero yo a la sociedad. De esta manera podemos
fortalecer nuestras debilidades y ayudar a los demás con
nuestras fortalezas, de esta manera somos nosotros mismos,
creamos y reflejamos nuestra identidad. Logrando así que la
sociedad reconozca nuestros méritos y nos ayude a corregir las
faltas, con el fin de mejorar como personas y crear una mejor
sociedad.

Sinceridad y cultura.
La sinceridad debería ser parte de la cultura de todas las
sociedades, pero lamentablemente es un valor sumamente
difícil de encontrar en cualquier cultura. Es posible que la razón
por la cual este valor sea tan precario sea simplemente el
miedo de la persona a no ser aceptado por lo que
verdaderamente es.
Para alcanzar que este valor forme parte de la cultura
dominicana debemos ser bien educados en lo importante que
es ser sincero, debemos aprender el valor de aceptarnos para
que los otros nos acepten, para no tener la necesidad de
37

mentir, para poder ser auténticos en cada momento y


mantener nuestra identidad íntegra.
Manteniendo el valor de la sinceridad en nuestra sociedad
lograríamos que forme parte de una tradición, lograríamos que
la sociedad sea verdadera y progresiva. Por lo tanto,
tendríamos el privilegio de no temernos a nosotros mismos ni a
los demás, viviríamos seguros de lo que somos y hacemos, y
lograríamos tener la ventaja en el desarrollo no sólo como
personas si no también como Nación.

3.2.1.- Interacción de algunos valores y contravalores


respecto a la Sinceridad.

Alrededor de la sinceridad giran una serie de valores que


la identifican, la refuerzan y la complementan, tales como:

-La Honradez -La Franqueza -La Nobleza -La Valentía


-La Naturalidad -La Confianza -El Aprecio -La
Lealtad
-La Amistad -La Responsabilidad.

Sin embargo, la sinceridad también resulta erosionada por


contravalores que la disminuyen y la debilitan, tales como:
-La Enemistad -La Falsedad -La Hipocresía
-La Desconfianza -El Engaño -El
22
Enmascaramiento.

3.3.- El diálogo como valor.

Podemos definir el diálogo como una


conversación entre dos o más
personas mediante la cual se
intercambia información y se

22
Ibib, Págs. 84-85.
38

comunican pensamientos sentimientos y deseos. Entre sus


características podemos citar:

• La existencia de los interlocutores, que son las


personas que participan en un diálogo.

• Es sumamente expresivo por lo que intervienen la


entonación, gestos y la actitud de los interlocutores.

Pero un diálogo no es solamente una conversación, es


necesario entender el diálogo como valor. El diálogo es la
facultad para comprender y expresarnos con el motivo de
encontrar un punto en común o llegar a un acuerdo. Para esto
es necesario entender ciertos puntos que son indispensables
para lograr una buena comunicación.

Escuchar:
Debemos entender que en el diálogo no sólo se trata de
expresarnos, sino que también es igual de importante el
escuchar al o los demás interlocutores. Pero escuchar a los
demás implica:
• Primero debemos tener un interés y la verdadera
disposición a escuchar.
• La exagerada auto referencia, el creer que todo gira
entorno a nosotros, esto impide que podamos ampliar
nuestra perspectiva, sin darnos cuenta nos auto
limitamos, porque sólo escuchamos los sonidos de nuestra
propia mente.
• Escuchar requiere una cuota de generosidad, dar
nuestro tiempo, esforzarse en entender lo que se quiere
decir.
• Evitar las interrupciones, pues éstas muestran que
más que escuchar queremos imponer nuestros puntos de
vista.
Expresarnos:
39

Otro punto muy importante a la hora de tener un buen


diálogo es la forma de expresarnos. AL hacerlo debemos tener
en cuenta:
• Quien habla debe cuidar lo que dice. Casi todas las
grandes culturas ponen mucho énfasis en lo que decimos.
"Más sucio es lo que sale de tu boca que lo que entra a tu
boca”.
• Evitar los términos absolutos: "Siempre", "Nunca".
Podemos acotar una crítica y se escucha mejor si
decimos: "Últimamente te he visto más distraído“
• Dialogar requiere evitar las subjetividades: "Hay algo
que me molesta de ti pero no sé lo que es“, es una frase
muy lamentable porque no permite llegar a ningún punto
de encuentro.
Sabiendo y aplicando esto podemos alcanzar un diálogo
que sin ligar a dudas cumplirá su objetivo. Nuestro interlocutor
podrá comprendernos y de igual manera podremos entenderlo
a él.

Diálogo y persona.
Como personas es necesario que sepamos dialogar, ya
que el manejo de este valor nos dará la facultad para entender
y ser entendidos. Gracias al valor del diálogo podemos crecer
como personas y también ampliar nuestros conocimientos en
todos los aspectos de la vida moral, profesional, religiosa, etc.
La persona necesita crecer en el valor del diálogo para
poder ser capaz de comprender y ser comprendido. Como
seres humanos vivimos en constante contacto con otras
personas, por lo que comprenderlos y ser capaces de
expresarnos es un factor importantísimo para poder coexistir
con los demás.
Debemos tener presente que no se trata de imponer
nuestras ideas, sino de expresar de la manera correcta
nuestras opiniones con el fin de corregirlas o de aplicarlas
según sea correcto. También, debemos escuchar, y esto
implica colocarnos en los zapatos del otro, no sólo oír lo que
dice sino tratar de colocarnos en la misma situación del otro
para lograr apreciar su punto de vista.

Diálogo y Sociedad.
40

El principio y núcleo de la sociedad es la familia, por lo


que es imprescindible que cualquier valor que se desee
insertar en cualquier sociedad nazca en la familia. La facultad
de dialogar es uno de los valores que más influyen en el
crecimiento personal de los individuos, y como la sociedad está
compuesta por individuos, pues también representa un alto
crecimiento en la sociedad.
La sociedad que no sabe dialogar no será capaz de
solucionar sus problemas de manera eficiente. Tampoco podrá
alcanzar ningún nivel de expansión o comunicación con las
demás sociedades. Para lograr que se rompan las barreras de
comunicación y entendimiento entre los grupos sociales es
necesario desarrollar un buen diálogo; por esta razón el diálogo
debe fomentarse dentro de la familia, constituyendo así un
ambiente en el cual los individuos formen parte de las
decisiones y las ideas de la familia para poder reflejarlas en la
sociedad.
Podemos decir que la familia tiene la responsabilidad de
fomentar el diálogo dentro de sí misma, no sólo para el
crecimiento y mejora de ella, sino también para el crecimiento
de sus individuos.
Experimentando el diálogo desde la familia el individuo
será más capaz de aportar a la sociedad, ya que tendrá la
experiencia al escuchar y expresar sus pareceres consiguiendo
así una mayor facilidad a la hora buscar un acuerdo mutuo
ante cualquier situación.
Hoy en día podríamos decir que nuestra sociedad ha
crecido dentro del valor del diálogo, sin embargo el nivel de
sinceridad ha decaído demasiado, causando que el valor
verdadero del diálogo desaparezca, ya que no se plantean los
verdaderos intereses de los interlocutores y lo que se hace es
disfrazar la conversación.

Diálogo y cultura.
Debemos hacer del diálogo una costumbre, ya que
mantener el diálogo dentro de la cultura implica poder crecer
en el nivel de comprensión y de resolución de los problemas.
Cierto es que el diálogo no es la solución de éstos, pero sí es la
vía para solucionarlos.
Por lo tanto, si logramos que el diálogo permanezca
dentro de la cultura dominicana o de cualquier cultura,
lograremos avanzar de manera inmensa como nación y como
41

sociedad. Ya que poseeremos la herramienta necesaria para


poder comprender, analizar y solucionar todos los problemas
que se nos pueden presentar en los momentos sin importar la
situación en la que nos encontremos.

Podemos decir que hoy por hoy el diálogo se mantiene


presente en la sociedad dominicana actual, se fomenta en las
familias, mayormente en las de clase media alta donde ya
existe cierto nivel de conciencia sobre la importancia de este
valor. Lo que hace necesario que prioricemos lo importante que
es el dialogar antes que querer obligar a los demás a insertarse
en nuestro punto de vista.

Dialogar es un deber humano, si hay algo que nos hace


diferente de los animales es la capacidad de dialogar, de ir
como en un gran collar enlazando idea tras idea. Difícilmente
podremos aspirar a ideales de paz, de concordia, de
fraternidad, si primero no nos ejercitamos en el arte de
Dialogar.

3.3.1.- Interacción de algunos valores y contravalores


respecto al diálogo.

Alrededor del valor del Diálogo giran una serie de valores


que lo refuerzan y lo complementan, tales como:

-La Tolerancia -El Interés -La Democracia


-La Participación -La Simpatía.

Sin embargo, el diálogo también resulta erosionado por


contravalores que lo disminuyen y lo debilitan, tales como:
-La Imposición -El Desinterés -La Intolerancia
23
-La Antipatía -El Aislamiento.

3.4.- La confianza como valor.

23
Ibib, Págs. 96-97.
42

La confianza es el convencimiento que alcanzas sobre tus


propias capacidades y cualidades. Se asienta en ti cuando
constatas tu aptitud en las tareas que realizas y al adquirir la
habilidad para mantener relaciones de calidad con las
personas.

Claro, el valor de la confianza se manifiesta cuando te


sientes respetado como persona, comprendido, alentado,
acogido, y todo ello en el contexto de una relación dialogante y
respetuosa.
La confianza se desarrolla a partir de tu personalidad,
pues la razón de la misma está en lo más íntimo de tu ser.

Para mantener la confianza siempre serán necesarias la


tolerancia y la cordialidad, y sobre todo la disponibilidad para
superar las dificultades que surgen en el caminar, pues no es
un secreto el hecho de que la confianza se debilita con las
dudas, las imprudencias, los olvidos, distanciamientos y
traiciones.

Entre los elementos a tener en cuenta para generar


confianza están:
-Ser sincero, decir la verdad aunque te duela.
-Ser espontáneo en pensamientos y sentimientos.
-Respetarte y respetar.
-Ser dialogante.
-Pactar las normas de disciplina y de convivencia con
flexibilidad y tolerancia.24

Entre los problemas más comunes que brotan debido a la


falta de confianza se encuentran:
--No atreverse a entablar conversación con extraños.
--Ansiedad al tener que hablar en público.
24
Cfr. Ibid, Pág. 113.
43

--Minusvalorarte todo el tiempo.


--Expresar dudas en demasía con respecto a tus capacidades,
diciendo no puedo en lugar de sí puedo.
--Permitir que la gente te menosprecie.
--No ser capaz de decir no.

Decálogo de La Confianza

1. Sentir que se confía en uno es la motivación mayor que


tiene el ser
humano para hacer las cosas bien.

2. La desconfianza genera ansiedad en uno mismo y mueve a


la simulación.
3. Cuando se fracasa, cuando las cosas salen mal, se
necesitan menos
fiscales y más abogados defensores; menos regaños y más
ayuda.

4. Es necesario confiar en la gente; pero al mismo tiempo se


debe
emprender una acción educativa para que todos sepan qué
hacer y por qué hacerlo.
5. Además de confiar en los demás, se precisa tener
confiabilidad; es
decir, ser digno de la confianza de los demás. Se logra
haciendo bien el
propio trabajo y viviendo con integridad personal.

6. Hay que descubrir en los demás lo positivo que tienen, las


posibilidades futuras, las capacidades que pueden desarrollar.
Para eso
conózcalos bien y confíe en ellos.

7. Confiar, comprender, disculpar y perdonar: son escalones


de un proceso.

8. Ser compañeros es estar dispuestos a ayudar, cooperar,


compartir, ser
solidarios. Ser amigos supone, además, querer lo mejor para el
otro y
estar con ellos "en las duras y en las maduras".
44

9. Si usted manda sobre alguien, debe lograr que éstos hagan


las cosas por convicción, por compromiso personal, como
consecuencia de los principios que quieren vivir. Por eso dirigir
es educar.

10. Cuando alguien defraude su confianza, no piense mal de


esa persona. Mantenga la confianza y redoble los procesos de
ayuda. Acabará sacando lo mejor del otro.

Pensamientos sobre la confianza:

*** ”La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas


las respuestas, sino de estar abierto a todas las preguntas”
(Earl Gray Stevens).

*** ”Confianza es el sentimiento de poder creer a una persona


incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar” (Henry
Louis Mencken).

*** ”La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es


preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas
veces piensan” (Simón Bolívar).

*** ”La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”


(Ralph Waldo Emerson).

*** ”La fuerza es confianza por naturaleza. No existe un signo


más patente de debilidad que desconfiar instintivamente de
todo y de todos” (Arturo Graf).

*** ”Confiar en todos es insensato; pero no confiar en nadie es


neurótica torpeza” (Juvenal).25

3.4.1.- Interacción de algunos valores y contravalores


respecto a la confianza.

Los siguientes valores interactúan con el valor de la


confianza de manera eficaz y positiva: Fortaleza, Colaboración,
Tolerancia, Respeto, Cordialidad, Autoestima, Sinceridad,
Amistad, Diálogo, Seguridad, Coherencia.

25
www.proverbia.net (frases celebres).
45

En sentido contrario, existen contravalores que paralizan


la confianza, entre los que podemos resaltar: Inseguridad,
Desconfianza, Intolerancia, Falta de respeto, Engaño,
Enemistad.

3.5.- La autoestima como valor.

Competencia de sapos. “Era una vez


una competencia de sapos. El objetivo
era llegar a lo alto de una gran
torre. Había en el lugar, una gran
multitud, mucha gente para vibrar y
gritar por ellos. Comenzó la
competencia. Pero como la multitud no
creía que pudieran alcanzar la cima de
aquella torre, lo que más se escuchaba
era: ¡Qué pena! Esos sapos no lo van a
conseguir, no lo van a conseguir...
Los sapitos comenzaron a desistir. Pero había uno, que
persistía y continuaba subiendo en busca de la cima. La multitud
continuaba gritando: ¡Qué pena! Ustedes no lo van a conseguir... Y
los sapitos estaban dándose por vencidos, salvo aquél que seguía y
seguía tranquilo y ahora cada vez con más fuerza. Llegando el final
de la competencia todos desistieron, menos ése sapito que
curiosamente, en contra de todos, seguía y seguía, hasta que por fin
pudo llegar a la cima con todo su esfuerzo.

Todos querían saber cómo lo había logrado, así que un sapito


le fue a preguntar, cómo había conseguido concluir la prueba. Pero
el sapito no respondió. ¡Era sordo!”.

Definimos la autoestima como el concepto o imagen que


tienes de ti mismo, con el cual puedes hundir tus posibilidades
humano-cristianas, o puedes sacar partido de tus energías
positivas y multiplicarlas en orden a tu realización personal y
comunitaria.

Es preciso considerar la autoestima como la percepción


personal que tienes sobre tus propios méritos y actitudes, o
dicho de otro modo, es el concepto que tienes de tu valía
personal y de tu capacidad. Se adquiere sobre todo en la
infancia y en la adolescencia, y está esencialmente
46

determinada por la valoración que han hecho las personas más


importantes de tu vida: padres, educadores, amigos (as).

Me parece bastante acertada y abarcadora la definición


de autoestima que nos aporta el P. Mateo Andrés: “Autoestima
es un estado interior de auto aceptación, de valoración y gozo
de uno mismo, que suele manifestarse en alegría de ser uno
mismo, en libertad interior, en capacidad de iniciativa personal
ante la vida, en serenidad emocional y seguridad interna
respecto a lo que uno es y hace, con independencia de lo que
otros digan de él’’.26
Desde el libro del Génesis se relata que tú, hombre o
mujer, eres imagen y semejanza de Dios. Y por supuesto, Dios
es esplendor, plenitud, belleza, abundancia, cielo, paraíso,
realización total. Por ello, tú, como imagen de Dios, tienes la
capacidad de vivir a partir de estos atributos, y mereces las
bonanzas que derivan de los mismos.

Si crees en que tú eres imagen del Creador te sentirás con


energía, con potencia, con mente positiva y creativa, con fe,
con esperanza, con el valor de hacer el bien.

La aceptación de ti mismo con tus posibilidades y sin


dejarte influir negativamente por el entorno que te rodea, es la
exposición más clara y contundente de lo que es una persona
con autoestima positiva.

Te revelas con autoestima positiva:


Cuando eres constante y perseverante.
Cuando tu convicción no la negocias.
Cuando sabes conducirte con humildad, pero con firmeza.
Cuando sabes unir tu espíritu a la voz de Dios que descubres
en la oración asidua.
Cuando actúas con serenidad.
Cuando construyes con tus palabras.
Cuando procuras el bienestar de otros sin esperar nada a
cambio.
Cuando siempre escuchas, y hablas lo conveniente.

26
ANDRES, Mateo: Al Hilo de la vida –Reacciones de la Persona Madura-, Colección Luz
No. 16, Amigo del Hogar, Santo Domingo, 1999, Pág. 61.
47

Cuando te dispones a sufrir para evitarle sufrimientos a


otros.
Cuando buscas los bienes de arriba desde los bienes de
abajo.27

Posees autoestima positiva cuando sabes ser tú mismo,


siendo un actor de tu propia vida, y no un re-actor ante lo que
dicen y hacen los demás. Porque vives en un mundo donde las
relaciones humanas están continuamente atrapadas por el
maltrato y las ofensas, y donde tus convicciones profundas y
positivas las tendrás que hacer prevalecer por encima de
insinuaciones y provocaciones. Pérez Esclarín insiste, con el
siguiente relato, en la importancia de ser tú mismo: “Cuenta el
columnista Sidney Harris que, en cierta ocasión, acompañaba a
comprar el periódico a un amigo suyo, quien saludó con
cortesía al dueño del quiosco. Este le respondió con
brusquedad y desconsideración. El amigo de Harris, mientras
recogía el periódico que el otro había arrojado hacia él de mala
manera, sonrió y le deseó al vendedor un buen fin de semana.
Cuando los dos amigos reemprendieron el camino, el
columnista le preguntó:
-¿Te trata siempre con tanta descortesía?
-Sí, por desgracia.
-¿Y tú siempre te muestras igual de amable?
-Sí, así es.
-¿Y por qué eres tan amable con él cuando él es tan antipático
contigo?
-Porque no quiero que sea él, quien decida cómo debo actuar
yo’’.28

Por tanto, autoestima no es vivir centrado y archivado en


tu “yo’’ (eso es egoísmo), sino vivir en la convicción de que
como imagen de Dios tienes el poder de amar: a Dios, a los
seres humanos, a la creación, a ti mismo, aún en medio de las
más crueles contradicciones humanas. Y por supuesto, aquí se
aplica la ley de la reciprocidad cristiana: quien renuncia a algo
importante por amor a Cristo, recibe cien veces más. Y a esta
ley de la reciprocidad cristiana está unido el rey y resumen de
27
Cfr. ÁNGELES FERNÁNDEZ, Diómedes Antonio: La Vida en Parábolas. Parábolas
Para La Vida –Para un Crecimiento Positivo-. Impresora del Nordeste, 2da. Edición, San
Fco. De Macorís, 2007, pags. 27-28.
28
PEREZ ESCLARIN, Antonio: Educar Valores y el Valor de Educar –Parábolas-, Ed. San
Pablo, Caracas, 1998, Pág. 23.
48

todos los mandamientos: “Amarás a Dios y al prójimo como a ti


mismo’’, el cual retrata con mayor perfección lo que es la
verdadera autoestima, que consiste en estimar primero a Dios,
luego a Dios en los demás, y por último a ti.

3.5.1.- Interacción de algunos valores contravalores


respecto a la autoestima.

Alrededor de la autoestima confluyen una serie de valores


que la fortalecen y plenifican, entre los cuales es preciso
destacar: Amistad, Confianza, Aprecio, Cooperación,
Creatividad, Colaboración, Ayuda, Compartir.
A su vez existen contravalores que impiden tanto el
desarrollo como la vivencia del valor de la autoestima, tales
como: Frustración, Sumisión, Dependencia, Inseguridad,
Desconfianza, entre otros.
3.6.- La creatividad como valor

3.6.1- ¿Qué es la Creatividad?

“Como una luz que nos hace


capaces de generar soluciones
nuevas, «creativas», a todo tipo de
problemas de nuestro entorno,
tanto de orden manual como de
orden intelectual. Pero es una luz
que para ser tal, requiere un
constante consumo de energía, es
decir, requiere un decidido
esfuerzo personal”.29

“Son funciones complejas o


paquetes de funciones básicas
de la inteligencia que soportan las
capacidades de efectuar
extrapolaciones y estimaciones del
resultado, dadas las relaciones existentes”.30

29
http://www.xtec.es/~lvallmaj/passeig/val1cre2.htm

30
http://www.molwick.com/es/inteligencias-multiples/145-creatividad.html
49

“La creatividad es la capacidad de crear, de producir


cosas nuevas y valiosas, es la capacidad de un cerebro para
llegar a conclusiones nuevas y resolver problemas en una
forma original. La actividad creativa debe ser intencionada y
apuntar a un objetivo”.31

“La Creatividad es la característica fundamental de


aquellas personas que son originales en sus ideas, hechos y
producciones; tienen un pensamiento divergente; son
individualistas; son imaginativas y curiosas; tienen capacidad
de concentración; son flexibles; tienen iniciativa”.32
• La creatividad es otra de las cualidades esenciales de la
vida, de los seres vivos.

• El sentido de la creatividad es un potencial humano que


todas las personas poseen, si bien unas lo desarrollan mucho
más que otras. Se trata de una cualidad que conviene valorar
en los adultos y potenciar en los niños y adolescentes.

• En su materialización puede adoptar, entre otras, forma


artística, literaria o científica, si bien, no es privativa de ningún
área en particular.

• La creatividad es el principio básico para el mejoramiento


de la inteligencia personal y del progreso de la sociedad y es
también, una de las estrategias fundamentales de la evolución
natural.

• Es un proceso que se desarrolla en el tiempo y que se


caracteriza por la originalidad, por la adaptabilidad y por sus
posibilidades de realización concreta.

• Los fallos se consideran normales en los procesos


creativos, sin embargo, dado que la creatividad requiere
efectuar varias operaciones sucesivas para llegar a existir, nos
podríamos encontrar con creaciones nuevas fruto del azar pero
no de la creatividad.

31
http://artegami.com/2007/07/24/5-consejos-para-estimular-la-creatividad/

32
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa-
GUICH, Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia:
Cómo educar en valores, op. cit., Pág. 143.
50

3.6.2- Características de la persona creativa

Por lo general, el estereotipo del creador es el de alguien


anticonvencional, excéntrico, inconformista, individualista;
pero la persona creativa no tiene que ser, necesariamente, de
esta manera. Por otra parte, cuando pensamos en un creador
visualizamos un genio de la literatura, de la pintura, del arte, o
de la ciencia y la tecnología; sin embargo, la creatividad es una
habilidad que puede estar presente en cualquier actividad
humana, por más cotidiana y simple que pueda parecer ésta.

Los psicólogos Guilford, Torrance y Lowenfeld


realizaron estudios en los cuales se determinaron ocho
características claves de la persona creativa:

• Sensibilidad: el individuo creativo es sensible a los


problemas, necesidades, actividades y sentimientos de los
otros; además percibe todo lo extraño, inusual o prometedor
que poseen las personas, materiales o situaciones con las que
trabaja.

• Fluidez: es la capacidad de sacar ventaja de la situación


que se está desarrollando y utilizar cada paso de un proceso
como una nueva situación que permita evaluar el problema,
antes de seguir adelante. Involucra el aspecto cuantitativo de
la creatividad, es decir, está relacionado con la fertilidad de
ideas o con el número de respuestas dadas en una situación.

• Flexibilidad: es la capacidad de adaptación a las


situaciones nuevas y a los cambios. Se define también como
la producción de gran variedad de ideas y alude a la facilidad
con que la persona puede pasar de una categoría de respuesta
a otra, es decir, usar un mismo estímulo o una misma
respuesta para diferente propósitos.

• Originalidad: son respuestas no comunes que pueden


darse en determinada situación, así como el número y
diversidad de soluciones aportadas. Se refiere también a la
infrecuencia de una respuesta en un grupo de personas;
implica el uso de ideas que no son obvias o banales o que son
estadísticamente infrecuentes.
51

• Redefinición: es la capacidad para reacomodar ideas,


conceptos, personas y cosas para trasponer las funciones de
los objetos y estímulos de maneras novedosas; se refiere a la
habilidad para definir o percibir los objetos o las situaciones de
manera distinta a la usual, y se refleja por la improvisación.

• Análisis: es la capacidad de abstraer los componentes


de un proyecto y de comprender las relaciones entre sus
componentes, es decir, extraer detalles de la totalidad.

• Síntesis: es la habilidad de combinar varios componentes


para llegar a una totalidad.

• Coherencia de organización: es la capacidad de


organizar un proyecto, expresar una idea o crear un diseño de
modo tal que nada sea superfluo.

3.6.3- Actitudes para fomentar la creatividad

• Optar siempre por el diálogo como vía de entendimiento y


acuerdo.

• Tener independencia de pensamiento, sentimiento,


expresión y actuación.

• Practicar todas aquellas actividades que potencien la


imaginación.

• Facilitar el aprendizaje espontáneo, sin excesiva


evaluación o control.

• Incentivar la auto evaluación y la superación personal.

• Favorecer la resolución personal de los problemas


cotidianos.

3.6.4- Dificultades al desarrollo de la creatividad

• Nos mostramos inflexibles y poco tolerantes.


• Actuamos en base a criterios absolutos: blanco o negro,
bueno o malo...
52

• Defendemos ideas preconcebidas sólo por el hecho de


considerarlas socialmente aceptables.

• Ponemos trabas a la libertad de pensamiento, expresión o


actuación.

• Criticamos por norma todo aquello que nos resulta


extraño o diferente.

3.6.5- Sugerencias para estimular nuestra creatividad

• Lee mucho. No hay mejor manera de aumentar nuestra


capacidad de generar ideas a raudales que leyendo
constantemente. Y no tan solo publicaciones o libros con
temáticas de diseños, sino cualquier libro en general. La
ciencia ficción es excelente. El diseñador iletrado siempre
encontrará más dificultad para ser creativo y original que uno
que no lo es. Muchas veces encontraremos en el libro menos
pensado inspiración para un proyecto futuro.

• Desconéctate. Cuantas veces no les ha ocurrido que


buscan y buscan la solución a un problema durante horas, al
punto del agotamiento, y no pueden llegar a nada. Es porque
muchas veces el concentrarnos en exceso nos provoca
bloqueos mentales que nos dejan con la frente sobre el
escritorio de trabajo. Sal a caminar o simplemente a respirar
aire fresco. Cierra tu cuaderno un rato. Apaga la computadora.
Dale la espalda al escritorio para que relajes tu mente y todo
pueda fluir de nuevo.

• Piensa al revés. La mayoría de las veces sabes cual es


la mejor manera de solucionar un problema, o haces lo posible
por averiguarlo. Detente un segundo y piensa ¿que sucedería si
lo hago al revés? Grandes descubrimientos e inventos han sido
producto de la casualidad o de errores. Supongamos que tienes
que hacer un empaque para una muñeca dulce y tierna. ¿Se te
ocurrió utilizar rosado o morado? ¿Y si lo hacemos negro?
¿Transparente? ¿Metalizado? ¿De madera?
• Conserva TODAS tus ideas. Nunca sabes cuando vas a
necesitar de ese sueño alucinante o de esa tonta canción que
te inventaste de camino al trabajo. No tires por la borda nada
de lo que se te ocurra que siempre te podrá ser de utilidad.
53

Cualquier idea, por más tonta que sea, consérvala. Si puedes,


carga contigo siempre una pequeña libreta y un lápiz o pluma
para anotar ideas que te asalten. Cuando requieras un
empujón extra en el proceso creativo, puedes revisar las ideas
que has recolectado y así abrirás más tus posibilidades.

• No temas equivocarte. Esta va de la mano con la


tercera. Muchas veces el miedo al error o el perfeccionismo nos
limitan hacen que nosotros mismos demos cuello a muchas de
nuestras ideas. Te equivocarás tarde o temprano, así que
relájate. Es normal fallar de vez en cuando. No somos
perfectos. Además, algunos de los más grandes logros y
descubrimientos se han dado por error.

3.6.6- Un cuento de creatividad

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media, un


hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber
asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una
persona muy influyente del reino y por eso, desde el primer
momento buscaron a un “chivo expiatorio” para encubrir al
verdadero culpable.

El hombre fue llevado a juicio, ya conociendo que tendría


escasas o ninguna oportunidad de escapar al terrible veredicto:
¡LA HORCA!
El Juez, también cómplice, cuidó de dar todo el aspecto de
un juicio justo y por esta razón le dijo al acusado:
- “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor,
vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en
dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu
escogerás uno de ellos y será la mano de Dios la que decida tu
destino”

Por supuesto, el funcionario corrupto había preparado dos


papeles con la misma leyenda: “CULPABLE” y la pobre víctima,
aún sin conocer los detalles, se dio cuenta que el sistema
propuesto era una trampa. No había escapatoria. El Juez
conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.
Éste inspiró profundamente, quedó en silencio unos
cuantos segundos con los ojos cerrados pensando, y cuando la
sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una
54

extraña sonrisa, escogió y agarró uno de los papeles y


llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes, le reprocharon
airadamente.
Pero… ¿qué hizo?… ¿Y ahora?… ¿Cómo vamos a saber el
veredicto?
- “Es muy sencillo” respondió el acusado, “Es cuestión de
leer el papel que queda y sabremos que decía el que yo
escogí”
Con rezongos y disgustos mal disimulados, tuvieron que
liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo.

Moraleja: Por más difícil que se nos presente una


situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta
el último momento. Cuando todo parezca perdido, usa la
imaginación.

“Sólo la imaginación es más importante que el


conocimiento”. Albert Einsten

3.6.6- Interacción de algunos valores contravalores


respecto a la creatividad.

Alrededor del valor de la Creatividad giran una serie de


valores que la refuerzan y la complementan, tales como:

-Concentración -Curiosidad -Autoestima


-Iniciativa -Inconformismo -Independencia
-Originalidad -Flexibilidad -Imaginación
-Personalismo.

Sin embargo, la Creatividad también resulta erosionada


por contravalores que la disminuyen y la debilitan, tales como:
-La Inflexibilidad -El Autoritarismo -La Clonicidad
33
-El Conformismo.

3.7.- La paz como valor.

33
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa-
GUICH, Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia:
Cómo educar en valores, op. cit., Págs. 144-145.
55

La palabra paz deriva del latín “pax”. Es generalmente


definida, en sentido positivo, como un estado de tranquilidad o
quietud, y en sentido negativo como ausencia de inquietud,
violencia o guerra.

Desde el punto de vista del Derecho internacional, y por


extensión de la definición anterior, el término Paz es un
convenio o tratado que pone fin a la guerra (como por ejemplo,
la Paz de Westfalia).
Puede hablarse de una paz social como entendimiento y
buenas relaciones entre los grupos, clases o estamentos
sociales dentro de un país.
En el plano individual, la paz designa un estado interior,
exento de cólera, odio y más generalmente de sentimientos
negativos. Es, por lo tanto, deseada para uno mismo e
igualmente para los demás, hasta el punto de convertirse en
un saludo: la paz esté contigo, o en una meta de la vida.34

Es preciso señalar que no en todas las culturas se


consideró a la paz de una forma positiva. En pueblos como los
Vikingos o los Hunos, cuya principal actividad era el saqueo de
comunidades cercanas, se exaltaba por el contrario a los
guerreros y las virtudes propias de los mismos.

 La paz es algo fundamental para el desarrollo y de la


persona y sus sociedades.

34
La paz es considerado también un valor subjetivo, y es por ello que hay una tendencia
en distinguir entre paz interna, que es la paz del sujeto con equilibrio psíquico y
sentimientos altruistas, y entre la paz externa, que es el disfrute de orden y quietud en
los órdenes cultural, jurídico, político y social. (Cfr. Ibid, Pág. 165).
56

 Proporciona estabilidad.
 Mejora la comunicación.
 La paz brinda regocijo contigo mismo.
 Representa un estado de madurez.
 Brinda orden al ser humano.

La paz en la familia es fundamental, ya que como


sabemos, la familia es la base de la sociedad y a ella se debe
nuestro comportamiento en la sociedad.

Además, una familia estable y pacífica proporciona mayor


seguridad al ser humano, mayor confianza y desenvolvimiento.

--Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes


puentes. (Isaac Newton)
--Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de
contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor
de todas: La paz. (Albert Einstein)

--La paz comienza con una sonrisa. (Madre Teresa de Calcuta)


--Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de
guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz
verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de
equidad, verdad, justicia, y solidaridad. (Juan Pablo II)

--“Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner


decididamente la inteligencia al servicio del amor.” (Antoine de
Saint-Exupery)
3.7.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto a la paz.

Los valores que acompañan a la paz y le dan vida, son los


siguientes: Justicia, Cooperación, Sinceridad, Armonía, Ayuda,
Buen entendimiento, Aceptación de los demás, Bondad,
Respeto, Amistad, Autenticidad, etc.

Los principales obstáculos para el disfrute del valor de la


paz son los siguientes: Conflictividad, Desequilibrio, Guerra,
Injusticia, Intranquilidad, Enemistad, Hostilidad, Marginación,
inequidad, desigualdad.
57

3.8.- La amistad como valor.

“Un día la bella princesa fue a


caminar por el bosque y encontró
un sapo. El sapo la saludó muy
delicadamente. La princesa se
asustó de un sapo que hablaba la
lengua de los hombres. Pero el
sapo le dijo: Su Alteza Real, no soy
un sapo de verdad. Soy un
príncipe, pero una bruja me
transformó en sapo.
-La princesa que era de corazón bondadoso, respondió: ¿Hay
alguna cosa que se pueda hacer para quebrar el hechizo?
-El sapo respondió: sí, la bruja dice que si encontrase a una
princesa que yo amara, y ella se quedase conmigo tres días y tres
noches, el hechizo se rompería y yo volvería a ser un príncipe.
La princesa podía ya ver al príncipe en aquel sapo. Llevó el
sapo consigo al palacio.
Todo el mundo decía: ¿Qué criatura repugnante es la que
traes?
-Y ella respondió: ¡No, no es criatura repugnante, es un
príncipe! Y mantuvo el sapo consigo noche y día, en la mesa, en un
almohadón mientras dormía.
Después de tres días y de tres noches, ella vio al joven y bello
príncipe, que le besó la mano con gratitud por haber quebrado el
hechizo y haberlo transformado en el príncipe que era.
Ese cuento de hadas es la historia de todos nosotros. ¡De
algún modo fuimos transformados en sapos y pasamos la vida
buscando a alguien que quiebre el hechizo y nos recree!”.35

¿Cómo podemos definir la amistad?

-“Como un afecto personal puro y desinteresado,


ordinariamente recíproco, que nace y se fortalece con el trato”,
así define la amistad el Diccionario de la Real Academia, a lo
que es conveniente agregar que se fortalece también con el
encuentro, la confianza, la comunicación sincera y los
detalles.36
DE MELLO, Anthony: ¿Es posible el amor verdadero? Buenos Aires: Lumen. 1994, Págs.
35

56-57.
36
Importante es agregar que la amistad fortalece de tal modo el corazón del ser humano
que le hace invencible ante las adversidades, y por ello la frase de Cicerón cobra mayor
actualidad: “Si la amistad desapareciera de la vida, sería lo mismo que si se apagara el
sol, porque nada mejor ni más deleitoso hemos recibido de los dioses inmortales”.
58

-Como un valor extraordinario y necesario que se apoya en la


sinceridad, la generosidad y el afecto mutuo.

-Como una autopista de doble vía en la que se ha de saber


recibir y al mismo tiempo se debe estar preparado para dar.

Son rasgos de una amistad verdadera el trato afable, la


comunicación fluida y sincera, el intercambio permanente y
gozoso de las diversas circunstancias que envuelven la vida de
quienes se relacionan.

El valor de la amistad es una necesidad en todo el


itinerario de la vida humana, pero sobre todo en la pre-
adolescencia y en la adolescencia, ya que estas son las etapas
en las que los jóvenes experimentan las mayores
incomprensiones de sus padres y de las personas mayores,
convirtiéndose el amigo o el club de amigos en su única fuente
de comprensión. Además, el porvenir de un joven está
fuertemente influido por las amistades que mantenga, pues
como nos recuerda Bernabé Tierno citando a Kingsley:
“Los hombres son falsos si conviven con mentirosos; ruines, si
con avaros; vanidosos, si con presumidos, y en general, se
asimilan los vicios de las gentes de su intimidad”.37

¿Cuáles son las cualidades de un buen amigo (a)?

*Te acepta como eres y te aprecia por ti mismo.


*Está junto a ti cuando lo necesitas.
*Respeta tu forma de pensar y te respeta y valora
siempre.

*Es tu amigo aunque todos te abandonen.


*Te comprende también en los momentos de enfado.
*Jamás te traiciona ni habla mal de ti a tus espaldas.

*No es posesivo, te deja ser tú y ejercer tu libertad.


*Es comprensivo y fiel y jamás te aprecia por interés.
*No es acaparador ni te quiere para sí de manera
exclusiva. Te permite que estés abierto a otras amistades.

37
TIERNO, Bernabé: Valores Humanos. Taller de Editores, S. A., 12 edición, España,
1996, Pág. 83.
59

*Sabe salvar la amistad después de los enfados mutuos.


*No gasta bromas pesadas que puedan molestarte.
*Te dice los defectos con tacto y cariño.

*Sabe sacrificarse por conservar y fomentar la amistad.


*No es envidioso de tus éxitos. Al contrario, se alegra de
tus éxitos como si fueran propios.
*El verdadero amigo está más interesado en dar que en
recibir.

Frases sobre la amistad.


-Un amigo es el mejor regalo que uno se hace a sí mismo.
-Quien encuentra un amigo, halla un tesoro.
-No te preguntes si eres feliz; pregúntate si son felices los
que viven contigo.
-Donde no hay amor, pon amor y sacarás amor.
-Amar no es estar enamorado; amar es ser capaz de
entregarse.
-No camines delante de mí, puedo no seguirte; no
camines detrás de mí, puedo no guiarte; camino junto a mí y
simplemente sé mi amigo.
-“No veas en tu enemigo más que a un amigo extraviado”
(Jámblico).
-“No hay mejor espejo que el amigo viejo” (Proverbio
español).
-“Todos quieren tener un amigo, pero nadie se preocupa
de serlo” (Alphons Karr).

-“El único modo de tener un amigo, es serlo” (Emerson).


-No busques un amigo sin defectos, podrías morirte sin
encontrar la amistad” (Fréson).
-“La amistad supone sacrificios, y sólo el que está
dispuesto a hacerlos sin molestia comprende la amistad” (Noel
Clarasó).

3.8.1.- Interacción de algunos valores y contravalores


respecto a la amistad.
60

En torno al imprescindible valor de la amistad coexiste


una lista de valores, sin los cuales no es posible ser amigo,
entre los cuales podemos destacar:
-Sinceridad -Generosidad -Donación -Altruismo

-Afecto -Comprensión -Compañerismo -


Colaboración
-Respeto -Cooperación.

Asimismo es preciso advertir sobre los contravalores que


impiden vivir plenamente el valor de la amistad, como son la
intolerancia, la simulación, el engaño, el egoísmo.

3.9.- El respeto como valor.

“El respeto es la consideración,


atención, deferencia o miramiento
que se debe a una persona.
Podemos decir también que es el
sentimiento que lleva a reconocer
los derechos y la dignidad de
otro”.38

El respeto es una de las bases sobre las cuales se


sustenta la ética y la moral, en cualquier campo y en cualquier
época. A veces se confunde el respeto con alguna conducta en
particular, como los buenos modales o la amabilidad, pero el
respeto es algo diferente a esto, es una actitud.
El respeto es un valor que no se hereda, sino que se
adquiere. El cual faculta al ser humano para el reconocimiento,
aprecio y valoración de las cualidades de los demás y sus
derechos. Respetar a alguien es tratarlo de acuerdo a su
dignidad39, propiciando un ambiente cordial y afable.
38
Ibid, Pág. 199
39
Dignidad: es grandeza, excelencia; es una calidad o bondad superior por la que algo o
alguien goza de especial valor o estima. http://www.ideasrapidas.org/dignidad.htm
61

Sin embargo, el respeto no es sólo hacia la actuación de


las personas o las leyes. También tiene que ver con la
autoridad, como sucede con los hijos y sus padres; o los
alumnos con sus maestros. Pero no sólo a las personas se le
debe el respeto más profundo, sino a todo aquello que nos
rodea, a las plantas y animales, a la pequeña hormiga y la gran
ballena, a los ríos, lagos y mares. Todo como parte de la
creación, se lo merece.

Aunque el término se usa comúnmente en el ámbito de


las relaciones interpersonales, también aplica a las relaciones
entre grupos de personas, entre países y organizaciones de
diversa índole. El respeto ayuda a mantener una sana
convivencia con las demás personas, basada en las normas de
las respectivas sociedades e instituciones.

Ejemplos de falta de respeto en las relaciones sociales:

-La difamación y las burlas rebajan la dignidad de las personas,


y este trato injusto es una falta de respeto.

-Los obreros y subordinados son seres humanos. Tratarlos


como esclavos es una falta de respeto a su dignidad de
personas.

-En cualquier sociedad (familia, aula, empresa,...) debe haber


autoridades que la dirijan (padres, profesores, jefes...). Esto
exige a hijos, alumnos y subordinados un trato disciplinado y
obediente. Las rebeldías son faltas de respeto hacia la
sociedad.
62

-Las faltas de educación voluntarias (frescuras, portazos, etc.)


suelen ser ejemplos de falta de respeto pues el trato adecuado
a esas personas debería ser otro.

-El amor humano posee una gran dignidad que exige un trato
delicado. La mujer es un ser humano y es injusto tratarla como
un objeto sexual.

Respetar, no quiere decir mostrar desinterés o frialdad. El


trato adecuado a la dignidad de los demás es interesarse por
ellos (sobre todo por su alma), pues además de respetar es
preciso amar a todos, deseando activamente su bien.

¿Se debe respetar a todos por igual?

Cualquier individuo posee una dignidad por el hecho de


ser persona. Y así todo hombre merece algún respeto, un trato
adecuado a su dignidad humana. Este deber básico incluye
respetar sus bienes, su vida, su fama, su intimidad,... Sin
embargo:

o Algunas personas merecen un respeto mayor debido a


una dignidad superior. Por ejemplo, los padres, los ancianos,
las autoridades, etc. El trato entre compañeros es diferente del
trato hacia padres y profesores. Con éstos el modo de hablar y
escuchar debe ser más respetuoso.

o También hay personas que por su conducta infrahumana


pierden parte de su dignidad y merecen menor respeto. Por
63

ejemplo, los delincuentes pueden ser encarcelados, pues el


respeto no se opone a la justicia.

¿Corregir es una falta de respeto?

El respeto no significa dejar a los demás que hagan lo que


les venga en gana. Hay cosas que se deben prohibir, y asuntos
que se deben corregir. Corregir en exceso o en defecto no es
falta de respeto, sino de caridad. Se añade la falta de respeto si
se corrige con malos modos.

Decálogo del Respeto:

1. Respetar a una persona es tratarla como se merece, de


acuerdo a su
dignidad de ser humano (todos somos iguales en este
sentido), y a la
posición que ocupa en una colectividad.

2. Vivir los buenos modales, y las normas de educación son


señales claras de respeto a los demás.

3. El respeto implica no apropiarse de ideas ajenas, lo cual


sería un
robo; también reconocer los méritos de los demás, sin
apropiarse del éxito ajeno, lo cual es otra injusticia.
64

4. El respeto implica valorar a cada persona, su fama, su


tiempo y sus
pertenencias.

5. Cuando no se puede hablar bien de una persona es mejor


callar. Evite
juzgarla, si no tiene obligación de ello.

6. La murmuración destruye el ambiente de trabajo, pues


daña las
relaciones interpersonales. No inicie ni propague chismes bajo
ninguna
excusa.

7. El respeto es también tolerancia. Es decir no atropellar a


otras
personas y valorar las diferencias. Pero hable claro de sus
ideas.

8. La cortesía, la amabilidad, el agradecimiento, la


puntualidad, las
caras amables… son formas de mostrar respeto.

9. Separar los hechos de las personas está en la raíz del


auténtico
respeto: la conducta inapropiada se debe corregir; en cambio
a las
personas se les comprende.

10. Valentía para expresar y defender las ideas propias.


Respeto y
65

consideración por las ideas ajenas. El equilibrio entre estas dos


posturas
es señal de madurez.

FRASES DE VIDA:

Respeta a los demás para que te respeten a ti mismo.

Si tú te respetas a ti mismo, los demás te respetarán a ti.

Nunca dejes que te pierdan el respeto, porque difícilmente lo


recuperarás.

Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al


derecho ajeno es la paz40.

3.9.1.- Interacción de algunos valores y contravalores


con relación al respeto.

Alrededor del valor del Respeto giran una serie de valores


que lo refuerzan y lo complementan, tales como:

-Sinceridad -Amabilidad -Aprecio


-Autoestima -Comprensión -Humanidad

Sin embargo, el Respeto también resulta erosionado por


contravalores que lo disminuyen y lo debilitan, tales como:
-Egoísmo -Desfachatez -Desconsideración
41
-Desigualdad -Incomprensión.

40
Frase célebre del político liberal mexicano Benito Juárez, enunciada el 15 de julio de
1867, en un discurso al entrar triunfante en la Ciudad de México tras la derrota y
fusilamiento de Maximiliano I de México de Habsburgo y el derrocamiento del Segundo
Imperio Mexicano. http://es.wikipedia.org/wiki/El_respeto_al_derecho_ajeno_es_la_paz
41
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa-
GUICH, Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia:
Cómo educar en valores, op. cit., Págs. 200-201.
66

3.10.- La justicia como valor.

La justicia del Rey. “En un país muy


lejano, hace mucho, mucho tiempo,
gobernaba un joven rey con mucha
sabiduría. Era querido de todos sus
súbditos por su generosidad y justicia.
Nadie de su reino pasaba hambre porque
su palacio estaba abierto cada día para
servir una copiosa comida a todos los
peregrinos, trotamundos e indigentes.
Un día, después de la comida ordinaria, un mensajero del rey
les anunció que al día siguiente era el cumpleaños de su majestad,
que éste comería con ellos y que al final del espléndido banquete,
todos y cada uno recibirían un regalo. Tan sólo se les pedía que
subieran a la hora acostumbrada con alguna vasija o recipiente
llenos de agua para echarla en el estanque del palacio.
Los comensales estuvieron de acuerdo en que la petición del
rey era fácil de cumplir, que era muy justo corresponder a su
generosidad y… si encima les hacía la gracia de un obsequio, mejor
que mejor.
Al día siguiente, una larga hilera de mendigos y vagabundos
subía hacia el palacio del rey llevando recipientes llenos de agua.
Algunos de ellos eran muy grandes, otros más pequeños y alguno
había que, confiando en la bondad del rey, subía con las manos
libres, sin un vaso de agua…
Al llegar a palacio vaciaron las diversas vasijas en el estanque
real, las dejaron cerca de la salida y pasaron al salón donde el rey
les aguardaba para comer.
La comida fue espléndida. Todos pudieron satisfacer su
apetito. Finalizando el banquete, el rey se despidió de todos ellos.
Se quedaron estupefactos, de momento, sin habla, porque
esperaban el regalo y éste no llegaría si el rey se marchaba.
Algunos murmuraban, otros perdonaban el olvido del rey que
sabían que era justo y alguno estaba contento de no haber subido ni
una gota de agua para aquel rey que no cumplía lo que prometía.
Uno tras otro salieron y fueron a recoger sus recipientes. ¡Qué
sorpresa se llevaron! Sus vasijas estaban llenas, llenitas de
monedas de oro. ¡Qué alegría! los que habían acarreado grandes
cubos y ¡qué malestar! los que lo trajeron pequeño o se presentaron
con las manos vacías.
Y cuentan los anales del reino que en aquel país no hubo más
pobres, porque con las monedas del rey muchos pudieron vivir bien
67

y otros comprarse tierras para trabajar y lo que se quedaron sin


nada se marcharon para siempre de allí”.42

Resulta muy conocida la definición de justicia como la


“Actitud moral o voluntad decidida de dar a cada uno lo que es
suyo”. Es decir, es la virtud de la medida, de la equidad, del
orden y la igualdad. Por tanto, es un valor que supone la
presencia de personas a quienes respetar. Es un valor base de
otros, pues sin justicia es falsa la actitud de la paz, la
cooperación, la tolerancia.

Existen dos posiciones respecto a la Justicia: la Justicia de


los moralistas y la Justicia de los juristas. Los moralistas la
conciben como una gran virtud, en donde el fin primordial es la
perfección moral del individuo. Es así como Sócrates declaraba
que la Justicia es ante todo una perfección interior, una virtud
que radica en el alma. Y Aristóteles termina diciendo que la
Justicia es la virtud más alta, la virtud perfecta. Por el contrario,
para los juristas es el fin principal para solucionar de forma
práctica y oportuna los problemas sociales que surgen de la
convivencia humana, siendo esta última la que le pertenece al
abogado.

Frases sobre la justicia:

 Juzga a un hombre cuando te hayas puesto en su lugar.


 Donde reina el amor sobran las leyes.
 Triste época la nuestra; es más fácil desintegrar un átomo
que un prejuicio.
 Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los que se
encargan de ejercerla.
 La justicia nunca es justa... menos cuando cae sobre uno.
 La justicia debe imperar de tal modo que nadie deba
esperar del favor ni temer de la arbitrariedad.
 "La razón y la justicia no necesitan de otro apoyo que de
sí mismo para presentarse”.

3.10.1.- Interacción de algunos valores y contravalores


respecto a la justicia.

42
Ibid, Pág. 227.
68

Existen una serie de valores que interactúan con la


justicia, entre los cuales destacan el respeto mutuo, la
cooperación, la tolerancia, el reconocimiento, la imparcialidad y
la honradez.

De igual manera constatamos la existencia de


contravalores que frenan u obstaculizan el valor de la justicia,
tales como la violencia, la injusticia, la falsedad, la envidia, el
egoísmo.

3.11.- La comprensión como valor.

Anthony de Mello escribe el caso


siguiente:

“Un joven jesuita fue a verme: era


un hombre amable, extraordinario,
talentoso, encantador, simpático.
Todo. Pero tenía un extraño problema.
Los empleados le tenían terror. Hasta
se supo que en ocasiones los había agredido. Eso estuvo a punto de
convertirse en un caso de policía. Siempre que lo encargaban de
los jardines, de la escuela o de lo que fuera, presentaba este
problema. Hizo un retiro espiritual de 30 días. Meditó día tras día la
paciencia y el amor de Jesús por los menos privilegiados, etc. Pero
yo sabía que eso no iba a producir ningún efecto. De todos modos,
regresó a casa y las cosas mejoraron durante tres o cuatro meses.
Después de este lapso, volvió a ser como al principio.
De manera que vino a verme. En esa época yo estaba muy
ocupado. Aunque él había venido de otra ciudad de la India, yo no
podía recibirlo. De modo que le dije: Voy a dar mi caminata
vespertina, si quieres acompañarme, está bien, pero no dispongo de
más tiempo. Entonces fuimos a dar una caminata. Yo ya lo conocía
y, mientras caminábamos, tuve una extraña sensación. Cuando
tengo estas sensaciones extrañas, generalmente las verifico con la
persona implicada. De manera que le dije:
-Tengo la extraña sensación de que usted me oculta algo. ¿Así es?
Se indignó. Me contestó:
-¿Qué quiere decir con oculta algo? ¿Cree que yo hice este largo
viaje para pedirle a usted algún tiempo a fin de ocultarle algo? Le
manifesté:
-Es una extraña sensación que tuve, eso es todo. Pensé que lo
mejor era verificarla con usted. Seguimos caminando. No lejos de
donde vivo hay un lago. Recuerdo la escena claramente. Me dijo:
69

-¿Podríamos sentarnos en alguna parte?


-Muy bien. Le respondí.
Nos sentamos en un pequeño muro que bordea el lago.
-Usted tiene razón. Le estoy ocultando algo –me dijo, y rompió a
llorar. Luego agregó:
-Le voy a contar algo que no le he dicho a nadie desde que soy
jesuita. Mi padre murió cuando yo era muy joven y mi madre se
convirtió en sirvienta. Ella lavaba orinales, retretes y baños y, a
veces, trabajaba dieciséis horas diarias para conseguir con qué
sostenernos. Eso me avergüenza tanto que se lo he ocultado a todo
el mundo y sigo vengándome, irrazonablemente, de ella y de toda la
clase trabajadora.
El sentimiento se transfirió. Nadie podía comprender por qué
este hombre encantador se comportaba de esa manera, pero, por el
momento, en todo lo que él vio, nunca más tuvo problemas, nunca
más. Se curó”.43

La comprensión es la capacidad para captar y entender


los distintos ánimos que influyen en la forma de ser, en el
estado de ánimo y en el comportamiento de otras personas.

 Comprender es sentir con el otro. Ser solidario. Ponerse


en su sentimiento, pensamiento, ambiente, con su gente y en
su lugar. La comprensión implica la empatía para percibir el
mundo interior de la otra persona y sus circunstancias
emocionales, como si uno fuera esa persona, pero sin perder la
identidad de observador.

 Para una clara comprensión es necesario esforzarse en


entender con miras a ayudar, analizando o viendo las cosas
desde puntos de vistas ajenos a los nuestros, y teniendo en
cuenta las circunstancias.

 Comprender es entender una idea o una situación, es


captar el significado de algo, pero para comprender algo o a
alguien hay que ponerse en sus zapatos o en su lugar. La
comprensión supone escuchar con ánimo de entender.
Escuchar es asimilar el mensaje, no sólo oyendo palabras,
también captando el estado de ánimo del que habla.

 La comprensión de los demás no tiene como objetivo


cambiarlos, encasillarlos a nuestras medidas, sino tomar a las

43
DE MELLO, Anthony: Op cit, Págs. 127-128.
70

otras personas como son, con sus cualidades y defectos, es


decir, con respeto.

 Comprender no necesariamente significa aceptar todo.


Puedo entender a una persona, pero puedo no aceptar su
conducta. Son las ideas y la conducta lo que debemos juzgar y
rechazar, no a la persona.

 Cuando existe la comprensión es más fácil vivir la


tolerancia. Pero tolerancia no implica indiferencia. Ser tolerante
significa respetar a las personas aunque piensen distinto a mí;
es discrepar de las ideas con razones sin atacar a nadie.

 Cuando uno comprende, estimula en medio de las


dificultades y brinda una esperanza de que hay un cambio de
lo que hay que mejorar o superar. Sentirse por otra persona
comprendido hace posible que una persona quiera cambiar.

Reflexionando sobre el valor de la comprensión:

 ¿Casi siempre me pongo en el lugar del otro para tratar de


comprenderle?
 ¿Escucho para entenderle?

 ¿Trato de comprender en lugar de flagelar?


 ¿Miro los conflictos desde varios puntos de vista?

 ¿Trato con simpatía a otros?


 ¿Entiendo que los seres humanos vemos las cosas y las
entendemos de manera diferente?

 ¿Hago uso del diálogo para resolver los conflictos?


 ¿Trato de colocarme en el lugar de los demás para
comprender sus actitudes?

 ¿Trato con bondad y sensibilidad a los demás?


 ¿Me preocupo por las situaciones de conflicto que viven
otras personas?
71

3.11.1.- Interacción de algunos valores y contravalores


respecto a la comprensión.

Entre los valores que caminan de la mano con la


comprensión están la tolerancia, la sensibilidad, el respeto, la
justicia, la sinceridad, la flexibilidad, la caridad.

Entre los contravalores que aplastan el valor de la


comprensión podemos enumerar: la cerrazón, el prejuicio, la
intolerancia, la arrogancia, el pesimismo, el irrespeto, el
egoísmo.

3.12.- El compartir como valor.

La palabra compartir significa repartir, dividir, distribuir


algo en partes, porque vivir de verdad, crecer con plenitud, no
es otra cosa que hacer vivir a otros esa misma plenitud.44

“El compartir lleva implícito el valor de dar –generosidad-


y el valor de recibir, aceptar o acoger lo que otro me ofrece. Al
compartir se produce una ruptura con el egoísmo de aquel que
se cree autosuficiente y despóticamente poseído de riquezas
diversas que siempre puede dar, pero que no necesita nunca
nada de los demás. También se produce ruptura con la

Sin embargo, no podemos dar si el otro no desea recibir, si no está dispuesto a acoger,
44

pues nuestro dar ha de evitar la humillación. Se trata de sintonizar con el otro.


72

subestima de aquel que piensa que no tiene nada que dar u


ofrecer”.45

Compartir es un aprendizaje, no es un valor con el que


nacemos, y es por ello que necesitamos educar a los niños en
el compartir, pues en los primeros años el niño desarrolla un
alto sentido de posesividad, no siendo hasta los 8 y 10 años
que comienza a comprender el concepto del compartir
aplicándolo en el hogar, en la escuela y en las relaciones
personales.

En un mundo tan materializado el compartir adquiere


mayor significado cuando no sólo compartes cosas, sino sobre
todo cuando compartes tu tiempo, sentimientos, emociones,
experiencias, momentos de alegría, momentos de tristezas.

Porque el adjetivo principal del compartir es y debe ser:


“Dar sin esperar nada a cambio”.

En fin, compartir es:


-Dar y saber recibir.
-Ofrecer y aceptar a las personas.
-Manifestar y comprender ideas y sentimientos.
-Cooperar en actividades y admitir cooperación.
-Ser solidario con todos sin prejuicios.
-Sentirse corresponsable de la paz y del bienestar de todos los
hombres.
3.12.1.- Interacción de algunos valores y contravalores
respecto al compartir.

Para que el valor del compartir sea real necesita ser


conjugado con la solidaridad, el desprendimiento, la
comprensión, la honradez, la colaboración, la gratitud, la
cooperación, la participación, el respeto, la amistad, la
amabilidad.

Percibimos a su vez contravalores que impiden y merman


la vivencia del valor del compartir, entre los cuales sobresalen:
el egoísmo, la ingratitud, la irrespetuosidad, la insolidaridad.

45
CARRERAS, Llorens – ELIJO, Pilar- ESTANY, Assumpció- GOMEZ, María Teresa-
GUICH, Ricard- MIR, Victória- OJEDA, Felipa- PLANAS, Teia- SERRATS, María Gracia:
Cómo educar en valores, op. cit., Pág. 255.
73

Módulo IV: Otros Valores.

4.1.- El orden.

¿Qué virtud es esa del orden?

Podríamos decir que un alumno tiene el


valor del orden cuando se comporta de
acuerdo con unas normas lógicas,
necesarias para el logro de algún objetivo
deseado y previsto, en la organización de
las cosas, en la distribución del tiempo y
en la realización de las actividades, por
iniciativa propia, sin que sea necesario recordárselo.

El desarrollo del valor del orden, como todos los valores


morales, tiene dos facetas: la intensidad con que se vive y la
rectitud de los motivos al vivirla. Ocurre, en ocasiones, que el
orden llega a ser un fin y convendría aclarar, desde el principio,
que este valor debería ser gobernado por la prudencia.

El orden es un valor que podemos encontrar como base


de muchos otros valores humanos. Su acción directa nos ayuda
a disponer de más tiempo, a ser eficaces, aumentar el
rendimiento y ser previsores. El orden nos proporciona
tranquilidad, confianza y seguridad, nos evita disgustos,
contratiempos y nos hace más felices.

El orden en la edad de nuestros niños de los 7 a los 12


años es el que nos ocupa. Con el uso de la razón, los niños
deben querer y aprender a vivir el orden, pueden comprender
que en casa, el orden facilita la convivencia familiar, a través
74

de pequeñas normas de conducta que permiten efectuar las


responsabilidades en un horario básico (comida, trabajo,
descanso), y es a través de pequeñas normas de conducta que
permiten efectuar las responsabilidades en un horario básico,
de comida, trabajo, estudio, aseo y descanso; habrá que
exigirles que las cosas estén ordenadas pero con criterios
propios de la edad. Para ello conviene, durante algún tiempo,
supervisar las actividades en las que no tienen experiencia y
que supongan orden.

Desde luego que al hablar del valor del orden, no nos


referimos fundamentalmente al orden material de las cosas,
también al orden de la persona como es el autodominio, la
serenidad, sentido de la economía y ahorro, higiene y limpieza.

Debemos conseguir que los hijos vayan adquiriendo una


progresiva autonomía y que se responsabilicen de sus
obligaciones sin tener que recordárselas constantemente.
Puede colaborar en la organización de casa, pero en los
espacios donde realizan sus actividades y en las cosas que
utilizan donde deben responsabilizarse: habitación, materiales
de trabajo, juguetes, etc. Necesitan que les demos pautas
concretas para ordenar las cosas y les facilitemos las
condiciones para que puedan hacerlo; sitio adecuado para cada
cosa, pero sin que les suponga un esfuerzo desproporcionado.
Después, hay que dejarles que lo hagan ellos mismos aunque
los padres lo hagan mejor.

No dejarnos llevar por el estado de ánimo y exigir unos


días unas cosas y otros no.

"Las palabras convencen, pero el ejemplo (principalmente


de los padres) arrastra"

Para tener más orden en tu vida:

- Dedica tiempo a tu familia, conversa con tus padres, con los


abuelos y tus hermanos.

- Lleva una vida espiritual de acuerdo a los preceptos que Dios


ha ordenado, tanto a gentiles como a judíos, éstas son normas
de conducta que facilitan y hacen nuestra vida mejor.
75

- Planifica en qué vas a usar el dinero que te dan tus padres,


ahorra un poco.

- Distribuye tu tiempo, así serás puntual, cumplirás según lo


previsto y obtendrás el respeto de tus maestros y compañeros.

- Cuida tu persona por dentro y por fuera: Conserva un buen


aspecto personal aún los fines de semana y en temporada de
vacaciones; planifica un horario fijo para el descanso y las
comidas.

-Da un correcto uso a las cosas y serán más durables;


igualmente mantén la limpieza y cuidado de todo, aún más si
usas algo prestado.

Adquirir el valor del orden va mucho más que acomodar


cosas y objetos, es poner todas las cosas de nuestra vida en su
lugar. Por ejemplo nadie sale del trabajo a media mañana para
ir a jugar un partido de baseball con los amigos, tampoco a
nadie se le ocurre amar perdidamente a su mascota y
desatender a sus hijos. Sin embargo el desorden puede estar
disfrazado muy sutilmente y es fácil darle tres o cuatro horas
más al trabajo y no estar con la familia, y uno puede sentirse
muy tranquilo porque "está poniendo en orden sus
prioridades". Sí, el trabajo es importante, pero tiene su espacio
y sus límites. Igualmente ocurre con aquella persona que
decide no tomar una oportunidad única de trabajo porque le
implica sacrificar un poco de su familia.

El valor del orden debe ayudarnos a darle a cada cosa su


peso, a cada actividad su prioridad. A cada afecto el espacio
que le corresponde.

4.2.- La obediencia.

La obediencia es una
actitud responsable de
colaboración y participación,
importante para las buenas
relaciones, la convivencia y
el trabajo productivo.
76

Una de las cosas que más trabajo nos cuestan es someter


nuestra voluntad a la orden de otra persona. Vivimos en una
época donde se rechaza cualquier forma de autoridad, así
como las reglas o normas que todos debemos cumplir. La
soberbia y el egoísmo nos hacen sentir autosuficientes,
superiores, sin rendir nuestro juicio y voluntad ante otros
pretextando la defensa de nuestra libertad.

Parece claro que el problema no radica en las personas


que ejercen una autoridad, tampoco en las normas creadas
para mantener el orden, la seguridad y la armonía entre las
personas, está dentro de nosotros mismos. Debemos evitar
caer en el error de "sentir" que obedeciendo nos convertimos
en seres inferiores y sumisos caracterizados por una libertad
mutilada. Por el contrario, la obediencia nos lleva a practicar
una libertad más plena, porque echamos por la borda el
pesado lastre de la soberbia y la comodidad. ¿No son acaso
una fuerte atadura e impedimento para obedecer cabalmente?

¿Por qué nos cuesta tanto trabajo obedecer?


Razones puede haber muchas, tal vez la más común se da
cuando no reconocemos la autoridad de la persona que manda,
por considerarla inferior, inepta, molesta o necia; cada vez que
la actividad a realizar es contraria a nuestro gusto y
preferencia; porque catalogamos las cosas como poco
importantes, o debemos hacer a un lado nuestra comodidad y
descanso. Cualquiera que sea el caso el resultado es el mismo:
un actuar mecánico y porque "no nos queda más remedio", lo
cual resta mérito a todo lo bueno que pudiéramos lograr.

No podemos negar que en algunas ocasiones


obedecemos gustosamente, pero lo hacemos por la simpatía
que tenemos hacia quien lo pide, o definitivamente no nos
cuesta trabajo cumplir con la encomienda. Entonces cabe
preguntarnos si la obediencia en nosotros es un valor o es una
postura que tomamos de acuerdo a las circunstancias.

Debe quedar claro, la obediencia no hace distinciones


de personas y situaciones, para que sea realmente un valor,
debe ir acompañada de nuestra voluntad de hacer las cosas,
agregando nuestro ingenio y capacidad para obtener un
resultado igual o mejor de lo esperado. Por tanto, el obedecer
77

es un acto consciente, producto del razonamiento,


discriminando todo sentimiento opuesto hacia las personas o
actividades.

Esto nos lleva a considerar la manera en la que


reaccionamos frente a las normas que exigen un cumplimiento:
con facilidad desobedecemos las leyes de tránsito, buscamos la
manera de simplificar cualquier tipo de trámites, cumplir con
menos requisitos o no hacer fila para hacer un pago en la
ventanilla correspondiente. No podemos pensar que el mundo
debe girar alrededor de nuestros caprichos, sometiendo todo a
la aprobación de nuestro juicio.

La obediencia requiere docilidad, traducida en seguir


fielmente las indicaciones dadas. Si consideramos que algo no
es correcto podemos expresar nuestro punto de vista, pero
nunca hacer algo distinto o contrario a lo que se nos ha
solicitado.

Además de ser dóciles debemos tener iniciativa, que


consiste en poner de nuestra parte "lo que haga falta" para
cumplir mejor con nuestra tarea. Muchas veces se manifiesta a
través de los pequeños detalles: La portada y presentación
final de un informe, limpiar y colocar perfectamente los
muebles que cambiamos de lugar, acomodar en la despensa
los víveres que compramos.

Ese toque personal y final que ponemos a las cosas


complementa magníficamente nuestra obediencia, porque es
una manera de identificarnos plenamente con el deseo de
quien lo ha pedido, que en el fondo, es la esencia de obedecer.

En algunos casos y circunstancias, las personas que


tienen autoridad pueden solicitar acciones contrarias a la
dignidad de las personas y ajenas a los principios morales,
como mentir, calumniar, robar... en estos y otros casos, no
estamos obligados a obedecer porque nos convertimos en
cómplices de acciones reprobables, de las cuales no nos
gustaría ser los afectados.

Aunque el aprender a obedecer parece un valor a


inculcar solamente en los niños, toda persona puede, y debe,
78

procurar su desarrollo. Veamos algunos puntos que te


ayudarán a cultivar mejor este valor:
- La obediencia no se determina por el afecto que puedas tener
hacia la persona que manda, concéntrate en realizar la tarea o
cumplir el encargo que se te encomienda. Tu sentir en nada
cambia el contenido de la orden.

- Ejecuta las peticiones u órdenes sin calificar si son de tu


agrado o no.

- Toda encomienda es importante. Si es aparentemente simple,


evita pensar que no corresponde "a tu categoría". Si no
cumples con las cosas pequeñas, jamás cumplirás con las
cosas que consideras como "grandes".

- No te quejes por los continuos encargos que recibes. Por


una parte se tiene confianza en tu capacidad; por otra,
¿no crees que estás encubriendo tu pereza?

- Procura eliminar de tu persona esa visión mediocre de


"sólo cumplir". Ten iniciativa: termina las cosas al detalle
dando un toque final a todo lo que hagas, es la diferencia entre
obedecer y cumplir, y eso, es lo que hace un trabajo bien
hecho.

La obediencia nos hace sencillos porque nos enfocamos


en la tarea a realizar y no en criticar a las personas;
generosos por la disponibilidad de tiempo, el interés y
entusiasmo que ponemos al servicio de los demás, generando
confianza al actuar responsablemente.

Podemos ver que la obediencia es una actitud


responsable de colaboración y participación, dejando atrás el
"hacer para cumplir", que eso lo hace cualquiera. Poner lo que
está de nuestra parte es lo que hace de la obediencia un valor,
no sólo importante, sino necesario para las buenas relaciones,
la convivencia y el trabajo productivo.46

4.3.- La generosidad.
46
Todo este tema lo puedes abordar en la siguiente dirección:
http://www.proyectosalonhogar.com/Diversos_Temas/Obediencia.htm
79

-Es el valor que nos hace mejorar como


personas, es pensar y actuar hacia los demás,
hacia afuera. Es el hábito de dar y entender a los
que nos rodean. Comparado a menudo con la
caridad como virtud.

-La generosidad es la puerta de la amistad,


el cimiento del amor, la estrella de la sociedad.

-Dar sin esperar nada a cambio, entregar la vida, volcarse


a los demás, ayudar a los que nos necesitan, dar consuelo a los
que sufren, eso es generosidad. Y no es un valor pasado de
moda.

-Al hablar de la generosidad, estamos hablando de una


manifestación del amor. Se puede entender el amor como
radical vibración del ser hacia el bien.

La generosidad, como virtud, permite a la persona


transferir la posibilidad radical de amar en unos actos de
servicio. Los motivos que tiene la persona en cada momento
serán diferentes pero como «Dios es Amor» es lógico que el
motivo final tenga que ser por amor de Dios.

Es una forma de altruismo y rasgo de la filantropía, por lo


que debe reflejar la pasión del individuo en su ayuda. Un
ejemplo común de la verdadera generosidad pueden
verse en las personas anónimas que prestan servicios en
muchas organizaciones no lucrativas.

Practicando la generosidad en silencio, sin reflectores y


sin anuncios en los medios sociales, es la única manera de que,
no perdiendo su esencia, nos proporcione paz interior.

Aunque la generosidad va a menudo de común acuerdo


con caridad, mucha gente en el ojo del público desea el
reconocimiento de sus “Buenos Actos”, como si no
comprendieran que la generosidad caracteriza al corazón noble
y compasivo. Más allá del acto caritativo, implica el desarrollo
de una cierta sensibilidad – o compasión – que nos vuelve
dispuestos a dar nuestra posesión mas preciada, que somos
nosotros mismos.
80

Así nos preparamos para recibir y valorar cada día lo que


la vida nos ofrece, y siempre estamos listos para dar lo que sea
necesario. Porque practicar la generosidad ejercita al corazón:
cuanto más se da, más se fortalece. Además de que todos y
cada uno de los seres humanos tenemos algo para dar: dinero,
talento, tiempo o una simple oración.

Cada día podemos ser generosos en acciones pequeñas,


esto nos va abriendo el corazón poco a poco, y descubrimos
que nunca hay pérdida. En cambio, nos fortalecemos y
podemos superar el temor de ser vulnerables, porque es una
virtud que nos eleva y nos pone en sintonía con nuestra
esencia divina. Esto nos permite situarnos en el lugar del otro y
comprender, en un instante, el regalo indicado para la persona
indicada en el momento preciso.

Pero no se trata sólo de dar. Se puede acusar una falta de


generosidad en una persona que no está dispuesta a recibir,
que no deja a los demás ser generosos con ella.

Una persona generosa se distingue por:

 La disposición natural e incondicional que tiene para


ayudar a los demás sin hacer distinciones.

 Resolver las situaciones que afectan a las personas en la


medida de sus posibilidades, o buscar los medios para lograrlo.

 La discreción y sencillez con la que actúa, apareciendo y


desapareciendo en el momento oportuno.

Ser generoso es algo que muchas veces requiere un


esfuerzo extraordinario. Para vivir mejor esta virtud en lo
pequeño y cotidiano, es de gran utilidad poner en práctica
las siguientes medidas:

 Procura sonreír siempre. A pesar de tu estado de ánimo y


aún en las situaciones poco favorables para ti o para los
demás.
81

 Sé accesible en tus gustos personales, permite a los


demás que elijan la película, lugar de diversión, pasatiempos,
la hora y punto de reunión.

 Aprende a ceder la palabra, el paso, el lugar; además de


ser un acto de generosidad denota educación y cortesía.

 Cumple con tus obligaciones a pesar del cansancio y


siempre con optimismo, buscando el beneficio ajeno.

 Usa tus habilidades y conocimientos para ayudar a los


demás.

 Atiende a toda persona que busca tu consejo o apoyo. Por


más antipática o insignificante que te parezca, considera en ti
a la persona adecuada para resolver su situación.

 No olvides ser sencillo, haz todo discretamente sin


anunciarlo o esperando felicitaciones.

El volverse generoso contribuye al natural fluir de los


dones del universo a través de cada uno.

Sin embargo, la generosidad supone utilizar la voluntad


para acercarse al bien. Se trata de una entrega, una decisión
libre de entregar lo que uno tiene. No se trata de repartir lo
que uno posee de cualquier modo, de abandonarlo.

Valorar lo que se tiene es una de las facetas básicas de la


generosidad.

No debemos caer en el error consistente de dar objetos


tangibles como un mal menor, por no tener que molestarse en
dar algo que cueste mayor esfuerzo. Un ejemplo sería un
padre que regalase muchas cosas a sus hijos en
compensación por no pasar tiempo con ellos.
Podemos ser generosos con el tiempo llenándolo de
actividad o creando un ambiente propicio para aumentar un
sentimiento de hogar, de sosiego, de tranquilidad, de
seguridad, de unidad. De hecho se podría definir la
disponibilidad como «generosidad del propio tiempo». Y ser
generoso con el tiempo significa estar dispuesto a sacrificar
82

para el bien de los demás algo que se guarde para la propia


utilización.

Por todo lo que hemos dicho, es evidente que la persona


necesita motivos para esforzarse a ser generoso. Tiene que
utilizar su voluntad en serio y orientarla con su razonamiento.

Es indudable que la persona generosa no es esa que


únicamente se esfuerza con las personas que denomina «
simpáticas », sino esa que, de acuerdo con una jerarquía de
valores, presta su atención a los que más lo necesitan. Por eso
se puede decir que una de las motivaciones reales para ser
generoso es ver el resultado positivo en la otra persona.

El dar interesado es muy diferente. No suele conducir


al desarrollo de la virtud de la generosidad. Significa que la
persona está pensando, en primer lugar, en las consecuencias
para él, y en segundo lugar, muy en segundo lugar, en las
consecuencias para la otra persona. El dar interesado conduce
más bien al egoísmo y la avaricia.

La generosidad nunca nos debe llevar a satisfacer los


caprichos de los demás. Y por eso se trata de actuar
prudentemente. Ya sabemos que ninguna virtud tiene sentido
sin el apoyo de la prudencia. En este caso, se trata de una
actitud de servicio, pero un servicio llevado a cabo mediante
decisiones prudentes. Hace falta saber lo que se persigue y
decidir y actuar congruentemente.

Precisamente por eso, conviene reconocer que la labor


principal de los padres consiste en dar a sus hijos un
conocimiento profundo de los criterios que deberán regir en
sus vidas y luego dejarles actuar, encauzando su actividad
cuando haga falta.

En lo que se refiere a la generosidad, habrá que


encauzarles desde antes para que sigan actuando, con más
iniciativa personal, en favor de los demás. Por eso, la
generosidad desarrollada necesita de la fortaleza: la capacidad
de acometer y luchar para algo que se sabe vale la pena.
83

Es imprescindible que los actos de generosidad no queden


aislados de la intencionalidad de la persona. Si, en el fondo, la
persona no vive la generosidad por una convicción profunda de
que los demás tienen el derecho de recibir su servicio, de que
Dios le ha creado para servir, difícilmente existirá una
generosidad permanente en desarrollo.

Por eso, es más importante el concepto de «darse» que el


de dar. Se puede dar, como vimos antes, sin identificarse con
lo dado, sin simpatizar con la otra persona. El acto queda así
como una señal visible a los demás, pero que, a la vez, engaña.
Lo que buscamos es un dar incondicional, que es lo mismo que
decir «darse».

Pero para darse hace falta saber lo que uno es y auto


poseerse en cierto grado. Se confunde muchas veces los dos
conceptos «darse» y «abandonarse». No se trata de dar
cualquier cosa a cualquier persona en cualquier momento. Eso
es abandonarse, dar sin criterio o, mejor dicho, dejarse robar
sin valorar las propias posesiones.

Pero no hay que ser tacaños con la generosidad ni


comodones. Hay mucha gente que podría consolarse con
nuestra ayuda si hacemos un esfuerzo superior. ¿Cada cuánto
tiempo vamos a visitar enfermos a un hospital? ¿Por qué no
visitar a enfermos terminales? Sí, es duro, sí a veces es
deprimente, y por supuesto que es más divertido salir a pasear
que ir a un hospital público a ver gente que muy pronto se va a
morir.

¡Pues precisamente como nadie lo hace, es el momento


de que alguien lo haga! Nadie nos va a dar un aplauso, o una
medalla por hacerlo, pero vamos a volcarnos hacia los demás,
el brillo no importa, lo que importa es que a pesar de nuestros
defectos y miserias, podemos hacer una diferencia en la vida
de alguien.

El más bello ejemplo de generosidad y caridad se


puede extraer de la vida de la Madre Teresa de Calcuta.
En cierta ocasión, la madre Teresa y las Misioneras de la
Caridad habían recogido, de un desagüe de la ciudad, a un
84

anciano que tenía la mitad de su cuerpo comido por gusanos.


Las hermanas lo cobijaron en su albergue, limpiaron los
gusanos de su cuerpo enfermo y lo acostaron en una cama con
sábanas limpias. El hombre antes de morir les sonrío y dijo; "He
vivido como un animal en las calles, pero voy a morir como un
ángel, amado y cuidado". Es esta la generosidad o caridad que
la Madre Teresa de Calcuta predica cuando nos dice que hay
que dar y amar hasta que nos duela.

Ser generosos aunque hoy en día inusual, no es difícil,


también es parte de nuestra naturaleza. Entendamos que el Yo
debe dejar un poco de lugar a los demás y entregar lo que uno
tiene. En silencio, sin reflectores. Ahí, donde está la paz.

«LA GENEROSIDAD MAS QUE UNA PALABRA, VIRTUD, O


SIMPLEMENTE UN ACTO, ES UN SENTIMIENTO Y AL AMPARO
DEL AMOR, ESTE SENTIMIENTO SE HACE UNA MANIFESTACION
DEL AMOR DE DIOS. El DIOS AMOR QUE NOS LLAMA A VIVIR EN
EL AMOR FRATERNO COMO FORMA UNICA DE VIDA».

4.4.- La paciencia.

Si nuestra época
pudiera tener un nombre se
llamaría “prisa”. ¿Cómo
esperamos que nuestra
vida tenga más cordura y
sea más amable a los
demás si todo lo queremos
“ya”?

Nuestra vida se
desenvuelve a un ritmo
vertiginoso: demasiada prisa para hacer, para llegar, para
resolver asuntos personales y del trabajo, fricciones que surgen
cada día con las personas, citas urgentes. Si nuestra época
pudiera tener un nombre se llamaría “prisa”. Por eso es
necesario hacer un alto en el camino y reflexionar un poco
sobre el valor de la paciencia, para no dejarnos abrumar y
tampoco seguir esa carrera loca que va a toda marcha. ¿Cómo
85

esperamos que nuestra vida tenga más cordura y sea más


amable a los demás si todo lo queremos “ya”?

La paciencia es el valor que hace a las personas tolerar,


comprender, padecer y soportar los contratiempos y las
adversidades con fortaleza, sin lamentarse; moderando sus
palabras y su conducta para actuar de manera acorde a cada
situación.

Al encontrarnos con personas que a nuestro juicio


siempre son molestas, inoportunas o “lentas”, podemos caer
en el error de fingir una actitud paciente, es decir, dar la
apariencia de escuchar sin alterarse ni expresar emoción,
buscando escapar de la situación lo más rápido posible dando
respuestas breves y un tanto cortantes, eso sí, procurando que
no se den cuenta para no herir los sentimientos; a esto se le
llama indiferencia, insensibilidad ante el estado de ánimo de
los demás.

Uno de los grandes obstáculos que impiden el desarrollo de la


paciencia, es, curiosamente, la impaciencia de esperar
resultados a corto plazo, sin detenerse a considerar las
posibilidades reales de éxito, el tiempo y esfuerzo requeridos
para alcanzar el fin:

- El hacerse de demasiadas actividades produce ansiedad y


prisa, quedando un amargo sabor de boca y mal humor por no
terminar todo lo que hemos iniciado. En pocas palabras, debe
haber moderación, ser conscientes de nuestros alcances para
evitar contraer demasiados compromisos que posiblemente no
podamos cumplir.

- Otro ejemplo clásico se da en el ámbito laboral con el


personal de reciente contratación, su curriculum y proceso de
selección muestran los conocimientos y capacidad necesarios
para desempeñar el puesto, sin embargo, cada labor específica
requiere de un proceso de adaptación a las políticas,
modalidades, normas y estilos del centro de trabajo; no se
puede descartar a una persona a las dos semanas de iniciar su
desempeño por no lograr una rápida adaptación.
- El ahorrar puede ser una forma de medir nuestra paciencia,
no importan las cantidades ni la frecuencia con que se
86

acumulen, la constancia nos llevará a reunir la suma necesaria


para adquirir el auto, el juguete o realizar ese viaje que tanto
hemos soñado. Si quitamos la vista del objetivo, terminaremos
por gastar lo poco que hemos reunido, y nuestra meta será
cada vez más lejana e inalcanzable.

- Aunque en tono irónico se dice que son los hijos quienes nos
proporcionan una fuente inagotable de paciencia, no deja de
ser verdadero en cierta forma. La impaciencia que manifiestan
los padres, en gran parte se debe al querer que los hijos
razonen y actúen como adultos, “¿es que no piensas?”, “te dije
que lo hicieras así...”, son algunas de las más comunes frases
empleadas por los padres en su desesperación. No debemos
olvidar que la madurez se da con el tiempo, la experiencia y la
formación que reciben los hijos. Claro está que hay chicos que
son más traviesos, el reto es tener la habilidad para educarlos
pacientemente y de la mejor manera posible.

Existen otros retos no menos importantes para el


desarrollo de la paciencia, que se refieren específicamente al
hecho de soportar y tolerar las contrariedades inesperadas; por
ejemplo:

- Soportar las molestias del clima a través del arduo trayecto a


la oficina y la escuela, con cientos de autos circulando a
nuestro alrededor. - Ser tolerantes al realizar tareas con otros,
ante su falta de destreza, conocimiento o pericia para realizar
las cosas. Se da con el trabajador que no ha entendido como
presentar un informe, con la empleada del hogar que no sabe
como deseamos que limpie la casa, con los hijos que no
entienden las matemáticas... La paciencia debe llevarnos a
enseñar la manera de hacer las cosas, al ofuscarnos los
resultados suelen ser totalmente contrarios a nuestros deseos.

- La predisposición que tenemos al acudir a aquel lugar


donde “siempre me hacen perder el tiempo”. ¿Por qué
disgustarnos innecesariamente?, lleva una revista o un libro
para ocupar tu tiempo mientras haces fila en una ventanilla o
en la sala de espera del consultorio.
- Mostrar “buena cara” cada vez que nuestro jefe o
compañero de trabajo, nos pide que le hagamos el mismo
favor de siempre. En vez de mostrar impaciencia y hacer las
87

cosas de mala gana, lo más sano es contar con esa actividad


como si fuera fija, dentro de nuestro tiempo y quehaceres,
sólo así podremos realizarla gustosamente.

Nada ganamos con la desesperación, antes de


reaccionar debemos darnos tiempo para escuchar, razonar y
en su momento actuar o emitir nuestra opinión.

La paciencia siempre tendrá sus recompensas:


mantener y mejorar las relaciones con la pareja y los hijos,
los compañeros de trabajo (incluyendo jefes y
subordinados); tener amistades duraderas; obtener los
resultados deseados en aquella labor a la que hemos
dedicado mucho tiempo y esfuerzo.

La persona que vive el valor de la paciencia, posee la


sensibilidad para afrontar las contrariedades conservando la
calma y el equilibrio interior, logrando comprender mejor la
naturaleza de las circunstancias generando paz y armonía a
su alrededor.

Los autores eminentes se distinguieron siempre por la


paciencia y perseverancia en su labor. No brotaron sus obras
con la impetuosidad del rayo, sino que las elaboraron
pacientemente con belleza y gracia, sin dejar en ellas vestigio
del esfuerzo realizado al componerlas.

'Sabido es cuán necesitado andaba el gran escritor inglés


Thomas Carlyle mientras escribía su 'HISTORIA DE LA
REVOLUCION FRANCESA'.

Al dejar listo el primer tomo para la imprenta, prestó el


manuscrito a un vecino, quien descuidadamente lo dejó por el
suelo, y la criada lo recogió para encender el fuego, creída de
que eran papeles inútiles.

Cabe suponer el amargo disgusto del escritor; pero no


era Carlyle hombre que fácilmente cediese a la desesperación,
y al cabo de algunos meses había rehecho el quemado
manuscrito, después de volver a consultar cientos de
volúmenes'.
88

Le rogaron a Charles Dickens que leyera en público


alguna de sus narraciones, y respondió diciendo que le faltaba
tiempo, pues tenía la costumbre de leer diariamente un mismo
trabajo durante seis meses antes de leerlo en público, porque
confesaba que el único mérito de sus producciones era la
humilde, paciente y prolongada atención con que las
componía.

Charles Darwin se pasó 15 años verificando 'EL ORIGEN


DE LAS ESPECIES'.

Los libros de memorias de hombres tan eminentes como


Hawthorne y Emerson nos informan del enorme y perseverante
trabajo que emplearon en libros cuya lectura acabamos en una
hora.

Montesquieu tardó veinticinco años en componer 'EL


ESPIRITU DE LAS LEYES', y Adam Smith estuvo diez atareado
en 'LA RIQUEZA DE LAS NACIONES'.

Un condiscípulo se burló cierta vez de Eurípides, porque


había estado tres días para escribir tres líneas, cuando él había
escrito ya quinientas, a lo que repuso Eurípides: 'Pero tus
quinientas líneas quedarán muertas y olvidadas, mientras que
mis tres vivirán eternamente'.

Ariosto escribió de dieciséis formas distintas su


'DESCRIPCION DE UNA TEMPESTAD' y empleó diez años en
'ORLANDO FURIOSO', del que sólo pudo vender cien ejemplares
a seis reales. Adán Tucker trabajó diez y ocho años en su 'LUZ
DE LA NATURALEZA'.

Las obras maestras de literatura se compusieron línea


por línea, párrafo por párrafo y algunas se rehicieron doce
veces. Lucrecio empleó casi toda su vida en la composición del
famoso poema 'DE RERUM NATURA'.
Rousseau, cuyo estilo es tan elegante y ameno, dice de
su propia labor: 'Mis manuscritos, emborronados, raspados, con
tachones e interlíneas y apenas legibles, atestiguan el trabajo
que me costaron. Todos los rehice cuatro o cinco veces antes
de darlos a la imprenta... Volví y revolví en mi mente algunas
89

cláusulas durante cinco o seis noches antes de transcribirlas al


papel'.

Beethoven aventajó tal vez a los demás compositores en


paciente fidelidad y persistente aplicación. Difícilmente se
encontraría en su música una línea que no la hubiese
compuesto y corregido lo menos doce veces.

Edward Gibbon escribió nueve veces su autobiografía, y


en invierno y verano estaba en su gabinete a las seis de la
mañana, trabajando durante veinte años en su magistral obra
'DECADENCIA Y CAIDA DEL IMPERIO ROMANO'.

Platón escribió de nueve modos distintos la primera frase


de su 'REPUBLICA', antes de ponerla en limpio. Virgilio tardó
siete años en escribir las 'GEORGICAS' y doce en componer la
'ENEIDA', quedando tan descontento de este poema, que le
dieron tentaciones de levantarse de su lecho de muerte para
entregarlo a las llamas.

4.5.- La laboriosidad o el trabajo.

Trabajar es sólo el primer


paso, hacerlo bien y con cuidado
en los pequeños detalles es
cuando se convierte en un valor.

Alguna vez un cómico dijo


"Tan terrible es el trabajo que
hasta pagan por hacerlo", sin
embargo el trabajo es un valor fundamental.

Cuando alguien se refiere a nosotros por “ser muy


trabajadores” nos sentimos distinguidos y halagados: los
demás ven en nosotros la capacidad de estar horas y horas en
la escuela, en la casa o en la oficina haciendo “muchas cosas
importantes”. Efectivamente esa puede ser la razón, pero
existe la posibilidad de carecer de un sistema de trabajo que
nos lleva a “trabajar” más tiempo de lo previsto. Esto se
identifica con claridad cuando iniciamos varias tareas y sólo
terminamos algunas, generalmente las menos importantes (las
90

que más nos gustan o se nos facilitan), además de ir


acumulando labores que después se convertirán en urgentes.

La laboriosidad significa hacer con cuidado y esmero las


tareas, labores y deberes que son propios de nuestras
circunstancias. El estudiante va a la escuela, el ama de casa se
preocupa por los miles de detalles que implican que un hogar
sea acogedor, los profesionistas dirigen su actividad a los
servicios que prestan. Pero laboriosidad no significa
únicamente "cumplir" nuestro trabajo. También implica el
ayudar a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela, e incluso
durante nuestro tiempo de descanso; los padres velan por el
bienestar de toda la familia y el cuidado material de sus
bienes; los hijos además del estudio proporcionan ayuda en los
quehaceres domésticos.

Podemos, fácilmente, dar una apariencia de laboriosidad


cuando adquirimos demasiadas obligaciones para quedar bien,
aún sabiendo que no podremos cumplir oportunamente;
también puede tomarse como pretexto el pasar demasiado
tiempo en la oficina o la escuela para dejar de hacer otras
cosas, como evitar llegar temprano a casa y así no ayudar a la
esposa o a los padres.

Al crear una imagen de mucha actividad pero con pocos


resultados se le llama activismo, popularmente expresado con
un “mucho ruido y pocas nueces”. Es entonces cuando se hace
necesario analizar con valentía los verdaderos motivos por los
que actuamos, para no engañarnos, ni pretender engañar a los
demás cubriendo nuestra falta de responsabilidad.

La pereza es la manera común de entender la falta de


laboriosidad; las máquinas cuando no se usan pueden quedar
inservibles o funcionar de manera inadecuada, de igual forma
sucede con las personas: quien con el pretexto de descansar
de su intensa actividad -cualquier día y a cualquier hora- pasa
demasiado tiempo en el sofá o en la cama viendo televisión
“hasta que el cuerpo reclame movimiento”, poco a poco
perderá su capacidad de esfuerzo hasta ser incapaz de
permanecer mucho tiempo trabajando o estudiando en lo que
no le gusta o no le llama la atención.
91

Para ser laborioso se necesita estar activo, hacer cosas


que traigan un beneficio a nuestra persona, o mejor aún, a
quienes nos rodean: dedicar tiempo a buena lectura, pintar,
hacer pequeños arreglos en casa, ayudar a los hijos con sus
deberes, ofrecerse a cortar el pasto... No hace falta pensar en
grandes trabajos “extras”, sobre todo para los fines de
semana, pues el descanso es necesario para reponer fuerzas y
trabajar más y mejor. El descanso no significa “no hacer nada”,
sino dedicarse a actividades que requieren menor esfuerzo y
diferentes a las que usualmente realizamos.

Podemos establecer pequeñas acciones que poco a poco y


con constancia, nos ayudarán a trabajar mejor y a cultivar el
valor de la laboriosidad:

- Comenzar y terminar de trabajar en las horas previstas.


Generalmente cuesta mucho trabajo, pero nos garantiza orden
para poder cubrir más actividades.

- Establecer un horario y una agenda de actividades para casa,


en donde se contempla el estudio, el descanso, el tiempo para
cultivar las aficiones, el tiempo familiar y el de cumplir las
obligaciones domésticas o encargos.

- Terminar en orden y de acuerdo a su importancia todo lo


empezado: encargos, trabajos, reparaciones, etc.

- Cumplir con todos nuestros deberes, aunque no nos gusten o


impliquen un poco más de esfuerzo.

- Tener ordenado y dispuesto nuestro material y equipo de


trabajo antes de iniciar cualquier actividad. Evitando así poner
pretextos para buscar lo necesario y la consabida pérdida de
tiempo e interés.

- Esmerarnos por presentar nuestro trabajo limpio y ordenado.

Cuando nos decidimos a vivir el valor de la laboriosidad


adquirimos la capacidad de esfuerzo, tan necesaria en estos
tiempos para contrarrestar la idea ficticia de que la felicidad
sólo es posible alcanzarla por el placer y comodidad, logrando
trabajar mejor poniendo empeño en todo lo que se haga.

El trabajo es mucho más que un valor: es una bendición.


92

Decálogo de La Laboriosidad:

1. Laboriosa es la persona que ama el trabajo y trata de


hacerlo bien.

2. La laboriosidad lleva consigo el afán de aprovechar el


tiempo, de
concentrarse en el trabajo y de no abandonar actividades a
medio hacer.

3. Haga el trabajo con entusiasmo, de buena gana, con


empeño, aunque esté cansado y le suponga esfuerzo.

4. Un enemigo de la laboriosidad es el afán de moverse


mucho, confundiendo este valor con el activismo. Piense en las
hormigas o en las abejas. Huya de la precipitación.

5. Una manera de perder el tiempo es hacer muchas cosas,


dispersas, y no acabar ninguna de ellas. Otra forma de perder
el tiempo es hacer las cosas mal, pues hay que repetirlas.

6. Un enemigo grande de la laboriosidad es la falta de


diligencia; es
decir aplazar las cosas, llevar un ritmo cansino, no tener
iniciativas…

7. Respete el tiempo de los demás: sea puntual. No interrumpa


el trabajo
de otros. Prepare las reuniones. Estudie los asuntos antes de
hablar con
otra persona. Así su tiempo y el de los demás será más
productivo.

8. Laboriosidad es hacer en cada momento lo que se debe


hacer; no lo más urgente ni lo que más le gusta. Primero lo
Primero.

9. Cuando esté cansado haga una actividad que le exija


menos esfuerzo;
cambie de ocupación. Distribuya los distintos trabajos a lo
largo del día
93

y la semana según el nivel de dificultad y su capacidad


productiva.

10. El trabajo cuando se hace por valores y con valores


desarrolla la
personalidad del ser humano, proporciona prestigio
profesional, incrementa las propias capacidades, sirve para
sacar adelante la familia y contribuye al bienestar social. El
trabajo es una bendición de Dios.

4.6.- La perseverancia.

La perseverancia es un esfuerzo que


implica continuidad para lograr lo que nos
propusimos. Es un valor fundamental en
la vida para obtener un resultado
concreto. La perseverancia y la fortaleza
son valores que van unidos de la mano ya
que sin la fortaleza podemos darnos por
vencidos y no hacer lo que nos
propusimos.

La perseverancia es alcanzar la meta


propuesta y buscar soluciones a las dificultades que puedan
surgir en el camino. El ejemplo del cuervo nos puede iluminar:

Un viejo cuervo vagaba por el desierto, y le dio sed. No


había nada en varios días. Finalmente, se encontró una jarra
que tenía un poco de agua en el fondo. El pájaro trataba de
beberla, pero su pico no alcanzaba a llegar hasta el fondo de la
jarra.

Al principio no sabía qué hacer. Parecía que no iba a poder


beber de esa agua. Entonces, tuvo una idea. Comenzó a dejar
caer piedritas dentro de la jarra. Sólo podía agarrar con el pico
una piedrita a la vez, pero él insistió y vio cómo el nivel del
94

agua subía un poco. Una a una continuó echando las piedras,


por un momento casi se rinde, llegó a pensar que era inútil
tanto esfuerzo. Pero después de haber arrojado las suficientes
piedritas, el agua al fin subió y el cuervo pudo beber y saciar su
sed.

Si queremos aprender a ser perseverantes debemos:

-Ejercitar diariamente nuestra fuerza de voluntad, luchando


contra la flojera, el descuido y la indiferencia.

-No desanimarnos ante los problemas, ellos existen para ser


resueltos, usemos nuestras habilidades, y si sentimos que no
podemos pidamos ayuda a nuestros semejantes.

-Debemos estar claros en la meta que nos propongamos, si


estamos seguros, no sentiremos miedo.

-Mantengamos la alegría y la honestidad en todo lo que


hagamos, la disciplina y el trabajo no deben ser algo molesto.

-Cuando contamos con este valor sentimos orgullo y gusto


al lograr nuestras metas, y es lo que nos ayuda a luchar por lo
que queremos. Tal vez no lo logremos de inmediato, incluso
nos sea difícil o creemos que así es, pero al final al ver los
resultados de nuestro esfuerzo veremos que valió la pena ser
constantes.

La perseverancia es un esfuerzo continuo. Es un valor


fundamental en la vida para obtener un resultado concreto;
siempre es gratificante iniciar un proyecto, existe una gran
ilusión, sueños y esperanzas.

La perseverancia es signo de madurez, estabilidad y


confianza en nosotros mismos. Cuando estudiamos y queremos
95

terminar nuestra la escuela o llegar a ser profesionales,


necesitamos de la perseverancia para alcanzarlo, porque
necesitamos asistir a clases, cumplir con nuestras obligaciones,
estudiar para los exámenes, etc. Todo lo que hagamos por
alcanzar esa meta se enmarca en el valor de la perseverancia.

El combustible para que la perseverancia pueda moverse


largamente es el de la visión a largo plazo y la profundidad. Los
seres humanos somos hedonistas, es decir, preferimos el bien
inmediato. Una persona puede utilizar una droga porque en el
momento de administrársela a su cuerpo percibe sensaciones
que le gustan, pero no le importa que su cuerpo se dañe en el
largo plazo. Eso provoca que hagamos grandes tonterías en
nuestras vidas por obtener satisfacción instantánea.

El punto es que con la perseverancia, debemos tener la


fortaleza de no dejarnos llevar por lo fácil y lo cómodo, a
cambio de obtener algo más grande y mejor en el futuro. Si
vemos la vida con superficialidad entonces nos dejaremos
llevar por las cosas inmediatas.

No es suficiente con hacer una lista de propósitos buenos,


para ser perseverantes se necesita trabajar y en ocasiones
sacrificar algunos gustos o tiempo. Por ejemplo, en año nuevo
decimos que vamos a cumplir nuestras metas pero al poco
tiempo las abandonamos por no ser perseverantes. La
perseverancia es la firme decisión de alcanzar nuestros
propósitos o metas. El ser perseverantes realza nuestras
virtudes como ser trabajador y cumplido, ser responsable y
sincero, además nos ayuda a sentir la satisfacción del triunfo
dándonos paz y subiendo nuestra autoestima.
96

A veces nos olvidamos de la sabiduría popular, pero no


sería mala idea reflexionar solo un momento el viejo refrán: "El
que persevera triunfa".

Cualquier meta que emprendamos debe estar


acompañada de los medios que vamos a utilizar para
conseguirla, y pensar qué nos hace falta para alcanzarla. Estas
herramientas son nuestras habilidades, posibilidades y
conocimientos, y pensar cómo aplicarlas es nuestra misión.

La perseverancia requiere sentido común y pensar que tal


vez no lo logremos de inmediato; sin embargo es importante
volverlo a intentar, porque la perseverancia brinda estabilidad,
confianza y es un signo de que estamos madurando o tomando
conciencia de nuestra responsabilidad ante las cosas.

¿Cómo desarrollar la perseverancia?

-Siendo constantes en nuestras actividades y prevenir los


obstáculos.

-Teniendo firmeza en las dificultades y en la búsqueda del bien.

-Enfrentando los retos sin miedo, con un compromiso pleno y


decidido para cumplir con nuestra vocación, sea lo que sea.

-Aprendiendo a valernos por nosotros mismos y trabajar con


empeño para alcanzar nuestras metas.

-Tomando conciencia de que nadie puede responder por


nosotros.

-Transformando nuestros sueños en realidad.

-Teniendo proyectos factibles y no vivir de ilusiones desmesuradas.


97

Valores ligados a la perseverancia:

Honestidad, Fortaleza, Sinceridad, Autoestima, Tolerancia,


Prudencia, Lealtad, Humildad, Empatía, Responsabilidad.

Frases de Perseverancia:

-Si te caes siete veces, levántate ocho. (Proverbio chino)


-¡Caer está permitido. Levantarse es obligatorio! (Proverbio
ruso).

-Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia,


sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos. Thomas
Carlyle.

-Es duro caer, pero es peor no haber intentado nunca subir.


Teodoro Roosevelt.

-La victoria pertenece al más perseverante. Napoleón 1.

-Nuestra mayor gloria no está en no haber caído nunca, sino en


levantarnos cada vez que caemos. Oliver Goldsmith.

-Las grandes obras son hechas no con la fuerza, sino con la


perseverancia. Samuel Jonson.

-El que la sigue la consigue. Refrán popular.

-El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la


herradura. Miguel de Unamuno.

-Puedes llegar a cualquier parte, siempre que andes lo


suficiente. Lewis Carroll.

4.7.- La fortaleza.
98

Es vencer los obstáculos


con[` la ayuda de la
inteligencia y la voluntad, ser
capaces de derrotar los
miedos que nos impiden dar a
nuestra vida su verdadero
sentido.47

Si tenemos fortaleza
podemos conseguir lo que nos
proponemos por difícil que esto sea, nos da tranquilidad frente
a las situaciones o presiones que nos inquietan, es necesaria
para que la voluntad sea firme.
Cuando tenemos una voluntad fuerte es más fácil decir
“no” a todo aquello que puede influir negativamente en
nuestra persona, y somos capaces de reflexionar para superar
cualquier conflicto en la vida. Todos podemos superar
dificultades o adversidades.

Podemos decir que el valor de la fortaleza es


indispensable en el desarrollo humano, para resistir las
influencias de aquellas personas que quieren dañar nuestra
integridad o de aquellas que nos presionan para hacer algo
que no queremos hacer, contrario a los valores que nos
enseñan en casa o en la escuela.

47
http://www.xs4all.nl/~trinidad/dones/fortaleza.html
99

Con la fortaleza podemos elegir actividades que nos


ayudan a nuestra superación personal; así, seremos coherentes
en el pensar y en el hacer y tendremos la firme voluntad de
elegir lo bueno y desechar lo malo.

Si pensamos en las actividades diarias, veremos que se


necesita resistir algunas molestias, y al hacerlo, sabemos con
claridad que al final va a resultar que era necesario vencerlas
por nuestro propio bien.

¿Cómo desarrollar la fortaleza?


La puedo lograr sí...
• Hago un esfuerzo para resistir las tentaciones.
• Emprendo acciones de mejora personal.
• Acepto opiniones de personas que nos quieren y desean
lo mejor para nosotros.
• Soy congruente con lo que digo y pienso.
• Hago un esfuerzo por superar las dificultades.
• Reflexiono acerca de la importancia del esfuerzo y de ser
constante en cualquier actividad de mi vida.
• Fortalezco la voluntad ante pensamientos negativos.

Decálogo de la fortaleza:
• Todo lo que vale exige esfuerzo, disciplina, dedicación.
Decídase a emprender ese camino cada día.
• Cambie la impaciencia por la perseverancia en el
empeño. El tiempo es necesario para alcanzar cualquier
objetivo.
100

• Establezca un horario para su vida y ajústese a él con


flexibilidad, pero con exigencia. No lo cambie por cualquier
excusa.
• ¡Atrévase! Corra riesgos, sin dejar de ser prudente. No se
asuste por el miedo a fracasar o por las dificultades que
encontrará.
• Planear oportunamente los medios de capacitación que
nos permitan alcanzar las metas.
• Realizar los quehaceres que se necesitan en el hogar
aunque muchas veces no sean de nuestro agrado.
• Tomar decisiones que benefician mi relación con
amistades y amigos.
• Demostrar mi rectitud cuando hago lo que es correcto
constantemente.
Para reflexionar
Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo; un
hombre se sentó y observó a la mariposa por varias horas,
mientras ella se esforzaba para hacer que su cuerpo pasase a
través de aquel pequeño agujero.

En tanto, parecía que ella había dejado de hacer


cualquier progreso. Parecía que había hecho todo lo que podía,
pero no conseguía agrandarlo. Entonces el hombre decidió
ayudar a la mariposa: el tomó una tijera y abrió el capullo. La
mariposa pudo salir fácilmente, pero su cuerpo estaba
marchito, era pequeño y tenía las alas arrugadas.

El hombre siguió observándola porque esperaba que, en


101

cualquier momento, las alas se abrieran y estirasen para ser


capaces de soportar el cuerpo, y que éste se hiciera firme.
¡Nada aconteció! En verdad, la mariposa pasó el resto de su
vida arrastrándose con un cuerpo marchito y unas alas
encogidas. Ella nunca fue capaz de volar. Lo que el hombre, en
su gentileza y su voluntad de ayudar no comprendía, era que el
capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa
pasara a través de la pequeña abertura, era la forma en que
Dios hacía que el fluido del cuerpo de la mariposa, fuese a sus
alas, de tal modo que ella estaría lista para volar, una vez que
se hubiese liberado del capullo.

Algunas veces, el esfuerzo es exactamente lo que


necesitamos en nuestra vida. Si Dios nos permitiese pasar por
nuestras vidas sin encontrar ningún obstáculo, nos dejaría
limitados. No lograríamos ser tan fuertes como podríamos
haber sido. Nunca podríamos volar.

Pedí fuerza... y Dios me dio dificultades para hacerme


fuerte.
Vive la vida sin miedo, enfrenta todos los obstáculos y
demuestra que puedes superarlos.

La fortaleza es un don, una virtud que nos asegura contra


el temor de las dificultades, de los peligros y de los trabajos
más pesados que se presentan en la ejecución de nuestras
tareas. Pues es una disposición habitual que el Espíritu Santo
pone, en el alma y en el cuerpo para hacer y sufrir cosas
102

extraordinarias, para acometer las obras más difíciles, para


exponerse a los más espantosos peligros y para soportar los
trabajos más rudos y las penas más amargas.

4.8.- El patriotismo.

El Patriotismo (de patriota >del


francés patriote >del latín patriota >del
griego patriotes, patris + otes,
perteneciente a la tierra del padre) es un
pensamiento que vincula a un ser humano
con su patria. Es el sentimiento que tiene un
ser humano por la tierra natal o adoptiva a la
que se siente ligado por unos determinados
valores, cultura, historia y afectos. Es el
equivalente colectivo al orgullo que siente una persona por
pertenecer a una familia o cofradía. Concepto que refiere al
amor por la patria, pudiendo ser entendida ésta en un sentido
más amplio que la nación o el Estado.
Es un valor que nos hace vivir plenamente nuestro
compromiso como ciudadanos y fomentar el respeto que
debemos a nuestra nación.

A la persona que cae en la exageración y /o la mitomanía


en pro de defender su patria se la denomina chovinista,
(términos relacionados son jingoísta y patriotero).

Durante el proceso de emancipación de América Latina


(1808-1826), en el que jugaron un importante papel las
103

denominadas sociedades patrióticas, sus principales líderes


fueron, asimismo, denominados patriotas.
En varias ocasiones nos damos tiempo para reflexionar
sobre el camino por el que va nuestra vida: trabajo, familia y
amigos son la constante necesaria e indispensable para
medirnos; pero rara vez o nunca, pensamos en nuestro actuar
como ciudadanos, en lo que significa haber nacido en un país y
la responsabilidad que se desprende de este hecho.
Tal vez para muchos, el ser patriota consiste en el
orgullo de haber nacido en un país rico en recursos o de gran
tradición cultural; para otros significa portar los colores
nacionales en un evento deportivo o en el viaje al extranjero;
algunos más sólo sienten pertenecer a su país en la fecha de
una celebración nacional y sólo como pretexto para organizar
una fiesta con sus amigos. Cabe cuestionarnos si el verdadero
patriotismo se vive o es un sentimiento ocasional y por tanto
pasajero.
La conciencia parece despertarse cuando aparecen los
desastres, las guerras y otros sucesos extraordinarios
resaltando el patriotismo y la solidaridad, pero el todo pasa y
volvemos al ritmo de vida habitual. No es posible esperar la
aparición de calamidades para darnos cuenta de nuestra
capacidad de entrega y trabajo gustoso por los demás.
¿Pero cómo lograr ser patriota en un país que sólo tiene
problemas de toda índole? Son muchos los argumentos que
podemos enunciar para absolvernos de esta responsabilidad:
economía, seguridad, desarrollo, conflictos internos,
decadencia cultural, falta de valores... pero debemos asumir
104

que el desarrollo y construcción de un país se logra con el


esfuerzo y trabajo personal, sumado al de todos los
compatriotas.
En lo cotidiano las personas tienden a compararse con
otras naciones “en las que se vive mejor”, y tal vez deberíamos
comenzar por adquirir las cualidades que admiramos y
elogiamos en los habitantes de otras latitudes y colaborar
positivamente al enriquecimiento de nuestra cultura,
reconociendo que la patria nos ha proporcionado las
condiciones indispensables para lograr nuestro desarrollo
intelectual, social, moral y económico.
El patriotismo se manifiesta por los valores que
transmitimos como ciudadanos conscientes: trabajo, conducta,
modales, respeto a las normas y costumbres, pero podemos
suponer que de poco sirve tener una actitud recta cuando se
transige con la trampa, el abuso y la pereza. El verdadero
patriota puede quejarse de su nación observando sus errores y
deficiencias, pero al mismo tiempo busca y propone los medios
para poder solventarlos, pues no es correcto contemplar cómo
el país se hunde cada día más sin que hagamos algo al
respecto.
La manera de comenzar a vivir y transmitir a los demás la
importancia de vivir este valor, no se logra necesariamente con
grandes campañas, todas son muy buenas e indispensables,
pero se necesita del trabajo y esfuerzo diario de cada uno de
nosotros.
105

¿Cómo adquirir esa conciencia de unidad y


pertenencia con tu patria?
- Realiza tu trabajo con dedicación y esmero, es lo más
justo y necesario para ser productivos.
- Preocúpate por el cuidado del medio ambiente; pagar tus
impuestos, si te corresponde; acude a las urnas cuando sean
elecciones para cargos públicos.
- No menosprecies todo aquello que tu país te facilita:
escuela, comunidad, servicios, costumbres... Si no eres capaz
de respetar tu entorno, jamás se despertará en ti el amor a la
patria.
- Participa en actividades de servicio comunitario
atendiendo enfermos, ancianos, niños discapacitados... que es
una forma de colaborar al desarrollo social.
- Visita museos, asiste o participa en la promoción de
actividades culturales que tengan como finalidad el dar a
conocer los valores, costumbres y tradiciones nacionales.
- Procura conocer la historia, pues nos descubre el esfuerzo
por construir una nación, el verdadero sentido de las
tradiciones y los hechos que han conformado la situación
actual. De esta forma estamos en condiciones de descubrir la
raíz de los males, comprenderlos y tomar decisiones para
corregirlos y prevenir en la medida posible su repetición.
- No hay que olvidar que además de vivirlo personalmente
y con nuestra familia, debemos mostrar y enseñar a la gente a
realizarlo con ilusión, demostrando que somos capaces de vivir
en paz y de ser felices construyendo el país que nos pertenece.
106

4.9.- La sencillez.

La sencillez es esencial,
sólo puede surgir cuando
empezamos a comprender el
significado del conocimiento
propio.

Creemos que es una


expresión externa, pocas
posesiones, ropas, cosas,
pero eso no es sencillez. La verdadera sencillez sólo puede
originarse interiormente, y de ahí proviene la expresión
externa. Lo que uno es en su interior fluye al exterior.

Interiormente somos prisioneros, aunque en lo externo


parezcamos muy sencillos. Deseos, apetitos, ideales, de
innumerables móviles somos esclavos. Y, para encontrar la
sencillez debemos ser libres.

Al investigar nuestro ser nos hacemos cada vez más libres


y más sensibles. Cualquier forma de autoridad o coacción,
interna o externa, contribuye a la insensibilidad. Ninguna forma
de coacción puede conducir a la sencillez, al contrario, cuanto
más reprimes, sustituyes, sublimas, menos sencillez existe,
aunque exista cierta apariencia.

Si uno no es sencillo no puede ser sensible a los árboles, a


los pájaros, a las montañas, al viento, a todas las cosas que
existen en el mundo que nos rodea. Y si no hay sencillez, uno
no puede ser sensible al mensaje interno de las cosas. La
mayoría de nosotros vive muy superficialmente, en el nivel
superior de la conciencia (la mente). Allí tratamos de ser
107

reflexivos e inteligentes, lo cual es sinónimo de religiosidad; allí


tratamos de que nuestra mente sea sencilla, mediante la
coacción, mediante la disciplina. Pero eso no es sencillez.
Cuando forzamos la mente superficial a ser sencilla, tal
imposición no la torna ágil, flexible, rápida, sino que sólo
consigue endurecerla.

Ser sencillo en todo el proceso de nuestra conciencia es


extremadamente arduo. Porque no debe existir ninguna
reserva interior, tiene que haber ansia por averiguar, por
descubrir el comportamiento de nuestro ser. Y eso significa
estar alerta a toda insinuación, a toda sugerencia, darnos
cuenta de nuestros temores, de nuestras esperanzas,
investigar y liberarnos de todo eso constantemente. Sólo
entonces, cuando la mente y el corazón son realmente
sencillos, cuando están limpios de sedimentos, seremos
capaces de resolver los múltiples problemas que se nos
plantean.

El saber no resolverá vuestros problemas. Es sólo


mediante la experiencia directa como se resuelven nuestros
problemas; y para tener experiencia directa ha de haber
sencillez, lo cual significa que debe haber sensibilidad. El peso
del saber embota la mente. También la embotan el pasado y el
futuro. Sólo una mente capaz de ver lo que es, el presente, de
instante en instante, puede hacer frente a las poderosas
influencias y presiones que ejerce constantemente sobre
nosotros todo lo que nos rodea.

Por eso el hombre religioso no es, en realidad, el que viste


una túnica o el que ha hecho votos, sino aquél que es
interiormente sencillo, aquél que no está "transformándose" en
algo. Una mente así es capaz de una extraordinaria
receptividad, porque no tiene barreras, no tiene miedo, no va
108

en pos de nada y es, por lo tanto, capaz de recibir la gracia, de


recibir a Dios, la verdad o como te plazca llamarlo. Sólo
entonces puede haber felicidad, porque la felicidad no es un
fin, es la expresión de la realidad.

A partir de aquí surge una sencillez, una humildad que no


es virtud ni disciplina. La humildad que se consigue deja de ser
humildad. Una mente que se vuelve humilde ya no es humilde.
Sólo cuando se tiene humildad (no una humildad cultivada)
puede uno hacer frente a las cosas apremiantes de la vida;
porque entonces no es uno mismo lo importante, no mira uno a
través de las propias presiones y del sentido de la propia
importancia. Uno observa el problema tal cual es y entonces
puede resolverlo.

La sencillez es la acción que no resulta de una idea, es


creatividad y mientras no haya sencillez somos como polos de
atracción para el daño, el sufrimiento y la destrucción.

No se puede buscar y experimentar, llega como una flor


que se abre en el momento justo, cuando uno comprende todo
el proceso de la existencia y la vida de relación.

No hay que buscarla, surge tan sólo cuando no hay "yo",


cuando la mente no está atrapada en especulaciones, en
conclusiones, en creencias, en imaginaciones (Acción que no es
resultado de una idea). Sólo una mente libre puede hallar la
verdad, recibir aquello que es inconmensurable, que no puede
nombrarse. Eso es sencillez.

Es extraño el deseo de alardear ante los demás, de ser


alguien. La envidia es odio y la vanidad corrompe. Parece tan
difícil e imposible ser sencillo, ser lo que somos y no presumir.
109

Siempre puede uno aparentar, ponerse una máscara, pero


ser lo que es constituye una cuestión muy compleja; porque
uno está siempre cambiando, nunca es el mismo y cada
instante revela una nueva faceta, una nueva profundidad, una
superficie nueva.

La sencillez atrae al instinto, la intuición y el


discernimiento para crear pensamientos con esencia y
sentimientos de empatía. Sencillez es la conciencia que llama a
las personas a replantearse sus valores.

La sencillez crece en las raíces sagradas, personificando


una riqueza de virtudes y valores espirituales que se
manifiestan en las actitudes, las palabras, las actividades y el
estilo de vida. La sencillez es hermosa y, como la luna, irradia
frescura, en contraste con el resplandor del sol. La sencillez es
natural. Puede tener una apariencia corriente y carente de
atractivo para aquellos cuya visión está acostumbrada a lo
superficial, o a lo erudito. Sin embargo, para aquellos que
poseen el discernimiento sutil de un artista, un vislumbre de
sencillez es suficiente para reconocer la obra maestra.

La sencillez combina la dulzura y la sabiduría. Es claridad


en la mente e intelecto, ya que surge del alma. Los que
personifican la sencillez están libres de pensamientos
extenuantes, complicados y extraños. El intelecto es agudo y
despierto. La sencillez invoca al instinto, la intuición y el
discernimiento para crear pensamientos con esencia y
sentimientos de empatía. En la sencillez hay altruismo, el que
personifica esa virtud ha renunciado a la posesividad y está
libre de los deseos materiales que distraen el intelecto
haciéndolo divagar hacia territorios inútiles. Carecer de deseos
no significa arreglárselas sin nada, o tener la vida de un asceta.
Al contrario, uno lo tiene todo, incluyendo la satisfacción
interna. Esto se refleja en el rostro -libre de perturbaciones,
110

debilidades e ira- y en la conducta, con una elegancia y una


majestad extraordinarias, pero a la vez ingenua. Sencillez es
ser el niño inocente y el maestro sabio. Nos enseña a vivir con
sencillez y a pensar de forma elevada.

Las personas que viven con sencillez, generalmente


disfrutan de una relación cercana con la naturaleza. Su moral
proviene de las tradiciones perennes que funcionan en armonía
con las leyes de la naturaleza. Las hierbas se convierten en sus
remedios naturales. La luna y las estrellas son las lámparas
que los alumbran. El mundo natural es el aula en la que
estudian. Esto no significa que todos debamos adoptar este
estilo de vida. Sin embargo, se puede aprender de la
naturaleza. Cuando se observa la ética de la sencillez, casi no
hay desperdicio. Todos los recursos se valoran: el tiempo, los
pensamientos, las ideas, el conocimiento, el dinero y las
materias primas.

De la sencillez surge la generosidad. La generosidad es


compartir con un espíritu altruista los ingresos ganados a
pulso. Compartir los propios recursos conjuntamente y de
forma cuidadosa es recuperar para las actividades humanas, el
sentido de la familia. La sencillez es algo más que ofrecer
dinero y posesiones materiales, es dar de uno mismo aquello
que no tiene precio: paciencia, amistad y apoyo. Con el espíritu
de dar prioridad a los demás, los que adoptan la sencillez
ofrecen su tiempo gratuitamente. Esto lo hacen con
amabilidad, sinceridad, e intuiciones puras, sin expectativas ni
condiciones. Como resultado, esas personas cosechan frutos
abundantes de las semillas que se sembraron con sus acciones
generosas. Nada esperaron pero...

La sencillez es verdad. La belleza de la verdad es tan


sencilla que funciona como la alquimia. No importa cuántos
111

disfraces se presenten ante ella, la luz de la verdad no puede


permanecer escondida; alcanzará a las masas con un lenguaje
muy sencillo y, al mismo tiempo profundo. Los mensajeros de
la verdad siempre han personificado formas comunes, han
llevado vidas sencillas, y han adoptado medios simples para
impartir sus mensajes. Viven y dicen la verdad, ofreciendo
belleza a las vidas de los demás. Su sencillez y esplendor
pueden compararse al joyero. Fiel a la integridad de su
profesión, el joyero hace todas y cada una de sus joyas
preciosas y perfectas, pero él sigue siendo sencillo.

Hoy en día la belleza está definida por las industrias de la


moda y la estética, propagada por los ricos y los famosos y
aceptada por las masas. La belleza, sin embargo, no se
encuentra sólo en la apariencia, como dice el proverbio. La
belleza, en su forma más sencilla, elimina la arrogancia de las
ropas caras y de vivir de forma extravagante. Va más allá del
rico y del pobre. Es apreciar las pequeñas cosas de la vida que
a veces no son visibles ni aparentes para el resto del mundo.
Sencillez es apreciar la belleza interna y reconocer el valor de
todos los actores, incluso del más pobre o desafortunado. Es
considerar que todas las tareas, incluso la más humilde, tienen
valor y dignidad.

La sencillez reduce la diferencia entre “lo que tengo” y “lo


que me falta” demostrando la lógica de la verdadera economía:
ganar, ahorrar, invertir y compartir los sacrificios así como la
prosperidad, de manera que pueda haber una mejor calidad de
vida para todos los seres humanos, independientemente de
donde hayan nacido.

Sencillez es la conciencia que dirige una llamada a la


gente para que replantee sus valores.48

48
http://www.proyectosalonhogar.com/Diversos_Temas/Sencillez.htm
112

4.10.- La sociabilidad.

La sociabilidad es el valor que nos


impulsa a buscar y cultivar las
relaciones con las personas,
compaginando los mutuos intereses e
ideas para encaminarlos hacia un fin
común, independientemente de las
circunstancias personales que a cada
uno rodean.

Suele definirse como la «calidad de sociable» y sociable


(del latín sociabilis) es el «naturalmente inclinado a la sociedad
o que tiene disposición para ella».49
Podríamos decir que la sociabilidad es el valor que nos
impulsa a buscar y cultivar las relaciones con las personas
compaginando los mutuos intereses e ideas para encaminarlos
hacia un fin común, independientemente de las circunstancias
personales que a cada uno rodean.
La sociabilidad es un canal de comunicación que puede
sentar las bases para tener nuevos amigos, elegir a la persona
adecuada para formar una nueva familia o comenzar una
nueva empresa, en base al intercambio de gustos, aficiones e
intereses que se comparten y dan como resultado una relación
más trascendente.

49
RODRÍGUEZ, A. PERPIÑÁ: Sociología general, Madrid 1956.
113

Este valor es el camino para mejorar la capacidad de


comunicación y de adaptación en los ambientes más diversos.

El Hombre es un ser social por naturaleza.


El hombre, «animal social», está naturalmente inclinado a
la sociedad, es sociable por naturaleza; la sociabilidad es, pues,
una virtud humana y social. Caben infinitos grados en esta
sociabilidad, así como diversas motivaciones desde la
puramente egoísta y material que racionalmente nos
impulsaría a tratar con otros para servirnos de ellos, hasta la
espiritualista y cristiana que nos lleva a la fraternidad como
ideal de la sociedad. «No hay nadie en el género humano a
quien no se deba amor, si no ya por la mutua reciprocidad, sí
50
por la propiedad de la común naturaleza» «Nadie vive para sí
solo. El artesano, el soldado, el labrador, el comerciante, todos
sin excepción, contribuyen al bien común y al provecho del
prójimo. El que sólo vive para sí y desprecia a los demás es un
ser inútil», «no a todos concedió (Dios) saberlo todo, sino a uno
la medicina, a otro la arquitectura, a otro otra arte, a fin de que
51
por necesitar unos de otros mutuamente nos amemos».

Aquel que a sí mismo se disocia y separa del cuerpo social


se reduce a vivir no según las costumbres de los hombres, sino
como las fieras. En realidad no puede ser hecho así, porque el
hombre en ningún caso puede vivir sin el hombre. Pero
conservar la sociedad es la comunidad; esto es, prestar auxilio
para que podamos recibirlo. La naturaleza de los hombres les

50
S. Agustín, Epístola 130
51
San Juan Crisóstomo, Homilías.
114

inclina a huir de la soledad y buscar la comunicación y


sociedad con los demás.52

Según la doctrina cristiana, el hombre, dotado de


naturaleza social, ha sido puesto en la tierra para que viviendo
en sociedad y bajo una autoridad ordenada por Dios cultive y
desarrolle plenamente sus facultades.53
«El hombre está naturalmente ordenado a vivir en
comunidad política, porque no pudiendo en la soledad
procurarse todo aquello que la necesidad y el decoro de la vida
corporal exigen como tampoco lo conducente a la perfección
de su ingenio y de su alma, ha sido providencia de Dios que
haya nacido dispuesto al trato y sociedad con sus semejantes,
ya doméstica, ya civil, la cual es la única que puede
proporcionar lo que basta a la perfección de la vida».54

Relación individuo-sociedad.
En la moderna sociología, el valor de la sociabilidad es
generalmente aceptado y potenciado como nota esencial de la
personalidad. Así, entiende Ayala que la contraposición
«individuo-sociedad» en que se ha debatido la Sociología de
manera tan infecunda durante mucho tiempo es una
contraposición inepta y falsa tan pronto como se le quiere dar
un alcance de realidad; sólo es lícita como juego de conceptos;
en la realidad ambos términos se implican esencialmente con
reciprocidad perfecta. Los únicos centros de actividad, de

52
Lactancio, Lib. VI, cap. X.
53
Pío XI, Quadragesimo anuo, 47.
54
León XIII, Inmortali Dei, 4.
115

sentimientos, de funciones, de voluntad que conocemos son los


propios individuos. La única sociedad que conocemos es
aquella en la que todos se encuentran ligados entre sí, a través
del tiempo y del espacio, por las mutuas relaciones que ellos
mismos han ido creando o heredando. La única experiencia
que poseemos es la que, como individuos, hemos adquirido.
Sólo a la luz de sus luchas, de sus intereses, de sus
aspiraciones, de sus temores y esperanzas podremos atribuir
cualquier función o meta a la sociedad. Y, a la inversa, sólo al
hecho de que ellos formen parte de la sociedad se debe el que
los individuos se hallen dotados de intereses, aspiraciones y
fines. La naturaleza humana solamente puede progresar en
sociedad. La relación entre el individuo y la sociedad no es
unilateral, ambos son esenciales para la comprensión del otro.

Sociabilidad En Relación Con Otros Valores:


*Sociabilidad-Amistad
Al tener contacto con personas diferentes, tenemos la
posibilidad de aprender de su experiencia y obtener otra
perspectiva de la vida para mejorar nuestra persona, para más
adelante poder contribuir a su desarrollo personal y así
comenzar un espiral sin fin, en el cual todos nos vemos
beneficiados.

El lograr una verdadera amistad no necesariamente es el


resultado de la sociabilidad, pues depende de otras
disposiciones. Este valor es un medio que facilita el
acercamiento y la comunicación con las personas.
116

La sociabilidad es un canal de comunicación que puede


sentar las bases para tener nuevos amigos, elegir a la persona
adecuada para formar una nueva familia o comenzar una
nueva empresa, en base al intercambio de gustos, aficiones e
intereses que se comparten y dan como resultado una relación
más trascendente.

No podemos imaginar al género humano sin amistad; sería


concebir un género inhumano.

Se realiza aquella expresión de la Escritura: un amigo que


ama a otro como a su propia alma. El papel de la amistad es
ése.

La verdadera amistad resulta de afinidades profundas y de


la necesidad de establecer una convivencia que no es la de
cualquier hombre con otro cualquiera, sino la de este hombre
con alguien, en virtud de las peculiaridades que ambos poseen
y que hacen que se comprendan y se estimen más
definidamente.

*Sociabilidad-Solidaridad
El hombre es un ser gregario por naturaleza como hemos
visto, y no ha de vivir para si, sin pensar en los demás, ya que
estaría faltando a su propia naturaleza.

La versión cristiana de la sociabilidad se orienta al sentido


de solidaridad altruista, basada en los principios supremos de
117

la caridad y del amor al prójimo, superando su sentido utilitario


y -en cierto modo- ineluctable.

*Sociabilidad-Respeto
El respeto ayuda a mantener una sana convivencia con las
demás personas, se basa en normas de diferentes sociedades
e instituciones.

Hay una frase muy conocida que dice: "No hagas a los
demás lo que no quieres que te hagan a tí". Vivimos en
sociedad y algo que hace al hombre sociable es la facultad de
respetar a los demás.

*Sociabilidad-Civismo

El civismo es uno de los valores que diferencia al hombre


de los demás animales. El ho0mbre dándose cuanta que para
ser sociable hay que llevar pautas mínimas de comportamiento
que nos permitan convivir en paz y libertad, respetando los
otros, los objetos públicos y el entorno natural.

Otras valores con que podríamos relacionar con la


sociabilidad serian: la paz, responsabilidad, amabilidad,
humildad, piedad, unidad, tolerancia social, ayudad, caridad,
generosidad, entre otros.

Actitudes que dificultan la vivencia de este valor.


118

En términos generales, existen algunas actitudes que


dificultan la vivencia de este valor y debemos sortearlas para
lograr su desarrollo y vivencia cotidiana:
-Dejarnos llevar por la primera impresión que nos provoca
el encuentro con las personas (el semblante, la expresión o el
vestido), pues de forma casi automática abrimos o cerramos
nuestra comunicación por una simple apreciación.
-Irrespetar y no aceptar la forma de ser de los demás. Esto
se traduce en catalogar a las personas (serio, tímido, aburrido,
poco competente, etc.) según como se comporten en
determinado ambiente, los excluimos y desplazamos de
nuestro círculo sin conocerlos lo más mínimo y posiblemente
formando una opinión equivocada respecto a su persona.
Quien comete este error es porque no ha comprendido que las
personas no son ni se comportan según su gusto.
-Cuando nuestro lenguaje es rebuscado y poco natural. A
nadie le agrada encontrar a una persona que se empeña
obstinadamente en hablar de su profesión y empleando el
vocabulario propio de su actividad sin motivo alguno; es de mal
gusto utilizar palabras y expresiones poco usuales y sacadas
del diccionario para incluirse en cualquier momento; ni qué
decir del lenguaje vulgar y grosero...
-El irrespeto en todo momento. La excesiva familiaridad en
el trato con personas que acabamos de conocer o con quienes
hemos tenido poco contacto puede entorpecer una
prometedora relación; el hecho de que sea alguien amigo o
conocido de nuestros íntimos, no garantiza que comparta las
119

bromas, las ideas, el sentir y el trato que tiene entre sí el


grupo.
-La indiscreción y la indiferencia por conocer lo mínimo en
una persona para crear confianza.
-No caer en la cuenta que todo tiene su momento y lugar.
Hay quienes conocen a un médico y casi inmediatamente
procuran obtener un punto de vista profesional a un mal que se
padece, como una especie de consulta particular, lo cual es
molesto e incómodo para el profesional, sobre todo si es en
una reunión social y quien lo solicita es alguien con quien en
ese momento ha coincidido.

4.11.- El pudor.

• Es un medio necesario y eficaz para dominar los instintos,


hace crecer el amor verdadero e integra la vida efectiva y
sexual, en el marco armónico del ser.

• El pudor es un mecanismo instintivo, propio de la


castidad, que protege con la vergüenza la intimidad sexual
• Es un muro protector de la pureza.
120

• Es un sentimiento de recato y de vergüenza, en lo que se


refiere a la esfera sexual, representa un elemento fundamental
de la personalidad
• Pudor no es miedo al cuerpo desnudo, sino respeto a él.

• Los filósofos personalistas aclaran más estas cuestiones


pues consideran que el pudor es una característica de la
persona.

El pudor tiene dos funciones:

a) Intenta ordenar nuestra actitud hacia la castidad.


b) Trata de evitar que se cosifique el cuerpo. El pudor
protege a la castidad.

El pudor como tradición cristiana.

• La realidad del pudor es de las primeras cosas que se


encuentran en la Biblia.

• La página fundamental del Génesis que narra el pecado


de Adán representa un punto de referencia esencial para la
misma reflexión contemporánea sobre el pudor.

“Los dos estaban desnudos, el hombre y su mujer, sin


avergonzarse uno de otro" (2,25); por el contrario, después
del pecado se manifiesta el sentimiento del pudor como
pudor sexual verdadero y propio ("se dieron cuenta de que
estaban desnudos", 3,7)

• Desde el comienzo de la Biblia, aparece muy estrecho el


nexo entre sentimiento de pudor y sentido de pecado.
• Desde el comienzo de la Biblia, aparece muy estrecho el
nexo entre sentimiento de pudor y sentido de pecado.

¿Experimentan del mismo modo el pudor la mujer y el


hombre?

• Hay una gran distinción entre la forma que tiene de


experimentar el pudor la mujer y el hombre.
121

• La mujer es más difícil que vea al hombre como un objeto


de placer. En ella pesa más lo afectivo que lo sexual, es más
sensible a percibir en el hombre las cualidades de una
masculinidad psíquica.

• El hombre, sin embargo, tiene una sexualidad más fuerte


que hace que la afectividad quede relegada. Es más fácil que
vea en la mujer un objeto de placer; de hecho, en un primer
momento.

4.12.- El optimismo.

Forjar un modo de ser entusiasta,


dinámico, emprendedor y con los pies
sobre la tierra, son algunas de las
cualidades que distinguen a la
persona optimista.
El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las
dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo
positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando
en nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que
podemos recibir.
La principal diferencia que existe entre una actitud
optimista y su contraparte –el pesimismo- radica en el enfoque
con que se aprecian las cosas: empeñarnos en descubrir
inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo.
El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar
soluciones, ventajas y posibilidades; la diferencia es mínima,
pero tan significativa que nos invita a cambiar de una vez por
toda nuestra actitud.
122

Alcanzar el éxito no siempre es la consecuencia lógica


del optimismo, por mucho esfuerzo, empeño y sacrificio que
pongamos, algunas veces las cosas no resultan como
deseábamos. El optimismo es una actitud permanente de
“recomenzar”, de volver al análisis y al estudio de las
situaciones para comprender mejor la naturaleza de las fallas,
errores y contratiempos, sólo así estaremos en condiciones de
superarnos y de lograr nuestras metas. Si las cosas no fallaran
o nunca nos equivocáramos, no haría falta ser optimistas.
Normalmente la frustración se produce por un fracaso, lo
cual supone un pesimismo posterior para actuar en situaciones
similares. La realidad es que la mayoría de nuestros tropiezos
se dan por falta de cuidado y reflexión. ¿Para qué sirve
entonces la experiencia? Para aprender, rectificar y ser más
previsores en lo futuro.

El optimista sabe buscar ayuda como una alternativa


para mejorar o alcanzar los objetivos que se ha propuesto, es
una actitud sencilla y sensata que en nada demerita el
esfuerzo personal o la iniciativa. Sería muy soberbio de nuestra
parte, pensar que poseemos el conocimiento y los recursos
necesarios para salir triunfantes en toda circunstancia.
Cualquiera que ha sido campeón en alguna disciplina,
llegó a colocarse en la cima por su esfuerzo, perseverancia y
sacrificio, pero pocas veces, o mejor dicho nunca, se hace
alusión a su optimismo, a esa entrega apasionada por alcanzar
su fin, conservando la confianza en sí mismo y en las personas
123

que colaboraron para su realización. El optimismo refuerza y


alienta a la perseverancia.
El optimista no es ingenuo ni se deja llevar por ideas
prometedoras, procura pensar y considerar detenidamente
todas las posibilidades antes de tomar decisiones. Si una
persona desea iniciar un negocio propio sin el capital
suficiente, sin conocer a fondo el ramo o con una vaga idea de
la administración requerida, por muy optimista que sea
seguramente fracasará en su empeño, ya que carece de las
herramientas y fundamentos esenciales para lograrlo.
Se podría pensar que el optimismo nada tiene que ver
con el resto de las personas, sin embargo, este valor nos hace
tener una mejor disposición hacia los demás: cuando
conocemos a alguien esperamos una actitud positiva y abierta;
en el trabajo, una personalidad emprendedora; en la escuela,
profesores y alumnos dedicados. Si nuestras expectativas no
se cumplen, lo mejor es pensar que las personas pueden
cambiar, aprender y adaptarse con nuestra ayuda. El optimista
reconoce el momento adecuado para dar aliento, para motivar,
para servir.
El paso hacia una actitud optimista requiere de una
disposición más entusiasta y positiva, es tanto como darle la
vuelta a una moneda y ver todo con una apariencia distinta:
- Analiza las cosas a partir de los puntos buenos y positivos,
seguramente con esto se solucionarán muchos de los
inconvenientes. Curiosamente, no siempre funciona igual a la
inversa.
124

- Haz el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez


de hacer críticas o pronunciar quejas.
- Procura descubrir las cualidades y capacidades de los
demás, reconociendo el esfuerzo, el interés y la dedicación.
Esto es lo más justo y honesto.
- Aprende a ser sencillo y pide ayuda, generalmente otras
personas encuentran la solución más rápido.
- No hagas alarde de seguridad en ti mismo tomando
decisiones a la ligera, considera todo antes de actuar pues las
cosas no se solucionan por sí mismas. De lo contrario es
imprudencia, no optimismo.

La Fuerza del Optimismo.


En el transcurrir de la historia de la humanidad, los
diferentes pueblos y culturas han engendrado hombres que de
diversas maneras sobresalieron por encima de sus
contemporáneos. Muchos de sus nombres aparecen en los
diccionarios enciclopédicos o en obras literarias, porque todos
hicieron algo que los hizo trascender y pasar a la posteridad
como triunfadores. Hablo de profetas, científicos, artistas,
inventores, deportistas, políticos, estadistas, líderes.

Estos personajes, admirados a través de los tiempos, no


sólo alimentaron un sueño, sino que estuvieron convencidos de
poder realizarlo y decidieron no desmayar en el empeño. Se
sabe que una fuerza superior les empujaba cuando
ascendieron por las cuestas escarpadas de la vida y, cual luz
divina, les iluminaba los caminos más oscuros: EL OPTIMISMO.

Uno de los secretos de los triunfadores es, sin dudas, cultivar el


optimismo. Cuando lo han incorporado definitivamente a su
manera de actuar, siempre han estado cargados de ánimo, con
buena disposición y marcados por una firmeza a toda prueba.

Mas, ¿qué es, justamente, este término tan repetido y


necesitado por todos? Se trata de un sistema filosófico que
atribuye al universo la mayor perfección posible como obra de
125

un ser infinitamente perfecto. También se entiende como la


propensión a ver y juzgar las cosas bajo el aspecto más
favorable, acoger siempre la arista positiva de la realidad y
cultivar la certeza de que es posible alcanzar los objetivos, sin
espacio para el desánimo.

El optimismo implica una fuerza superior en el hombre,


le da la seguridad de que puede, de que es posible cualquier
empeño por difícil que sea. Cuando actuamos con optimismo
es menos probable que alguien nos frene o que algo nos
amilane, porque, pese a los escollos, no renunciamos al fin
propuesto y, en consecuencia, lo obtenemos.

Las personas impregnadas en esa cualidad tienen más


posibilidades de éxito, porque el éxito comienza con la
voluntad, con la seguridad en sí mismo. Esta confianza en lo
propio no consiste en pensar que somos más, sabemos más o
estamos por encima de todos, sino en creer que podemos
llegar a ser tanto como se desee. Si usted considera que está
vencido, ya lo está, pues la predisposición a fallar lo hace
vulnerable psicológica y físicamente. En cambio, si cree que
puede, si se siente seguro de que puede, podrá.

Es cierto que cualquiera pierde una batalla, pero el


optimista nunca la pierde antes de echarla. Incluso, cuando
ocurre lo peor, piensa que es mejor perder una vez que seguir
perdiendo; entonces intenta, ante todo, prepararse para la
próxima ocasión, en la que tratará de recuperar lo perdido o
alcanzar lo propuesto.

Dos hombres intentan escalar la cumbre de una


elevación. Ambos llevan sogas, garfios, y alimentos
energéticos. Están, aparentemente, en igualdad de
condiciones. ¿A cuál podemos apostar como posible ganador?
A quien, además de los avíos, lleva consigo la certeza de que
llegará a la cima: al optimista. Porque su estado anímico le
otorga una predisposición favorable que lo pone en ventaja.

La persona optimista es más propensa a insistir hasta


abrazar el fin anhelado.

Quienes disponen de una voluntad emprendedora suelen


126

encontrar en otros, que hicieron realidad sus propósitos, una


verdadera inspiración y alimentan así el optimismo. Esto es: "si
ellos pudieron, yo también". Pero, el que lo hizo primero
necesitó de una firmeza mayor que le permitió asegurar: "
aunque nadie lo ha logrado, yo lo haré". Esta disposición
estuvo cargada de optimismo, evidentemente.

4.13.- La humildad.

La humildad es sin duda


una virtud heroica, el camino
más corto para alcanzar la
santidad o la dicha de ser
colocado en la eternidad feliz.

Expongo el tema de la
humildad desde una sabia y
sopesada reflexión que realiza
el Pbro. Dr. Francisco
Fernández Carvajal, quien
aborda este valor desde
criterios inteligibles y
racionalmente aceptables. El
desarrolla el valor de la
humildad de este modo:

I. Narra San Mateo en el Evangelio de la Misa55 que Jesús


se retiró con sus discípulos a tierras de gentiles, en la región de
Tiro y de Sidón. Allí se le acercó una mujer que, a grandes
gritos, imploraba: “¡Señor, Hijo de David, apiádate de mí! Mi
hija es cruelmente atormentada por el demonio.” Jesús la oyó y
no contestó nada. Comenta San Agustín que no le hacía caso
precisamente porque sabía lo que él tenía reservado: no
callaba para negarle el beneficio, sino para que lo mereciera
ella con su perseverancia humilde. 56

La mujer debió de insistir largo rato, de tal manera que


los discípulos, cansados de tanto empeño, dijeron al Maestro:
55
Mt 15, 21-28

56
Cfr. San Agustín, Sermón 154 A,4
127

Atiéndela y que se vaya, pues viene gritando detrás de


nosotros. El Señor le explicó entonces que Él había venido a
predicar en primer lugar a los judíos. Pero la mujer, a pesar de
esta negativa, se acercó y se postró ante Jesús, diciendo:
“¡Señor, ayúdame!”

Ante la perseverante insistencia de la mujer cananea, el


Señor le repitió las mismas razones con una imagen que ella
comprendió enseguida: “No está bien tomar el pan de los hijos
y echárselo a los perrillos.” Le dice de nuevo que ha sido
enviado primero a los hijos de Israel y que no debe preferir a
los paganos. El gesto amable y acogedor de Jesús, el tono de
sus palabras, quitarían completamente cualquier tono hiriente
a la expresión. Las palabras de Jesús llenaron aún más de
confianza a la mujer, quien, con gran humildad, dijo: “Es
verdad, Señor, pero también los perrillos comen de las migajas
que caen de las mesas de sus amos.” Reconoció la verdad de
su situación, “Confesó que eran señores suyos aquellos a
quienes Él había llamado hijos.”.57 El mismo San Agustín
señala que aquella mujer “fue transformada por la humildad y
mereció sentarse a la mesa con los hijos”. 58 Conquistó el
corazón de Dios, recibió el don que pretendía y una gran
alabanza de del Maestro: “¡Oh mujer, grande es tu fe! Hágase
como tú quieres. Y quedó sanada su hija en aquel instante.”
Sería seguramente más tarde una de las primeras mujeres
gentiles que abrazaron la fe, y siempre conservaría en su
corazón el agradecimiento y el amor al Señor.

Nosotros, que nos encontramos lejos de la fe y de la


humildad de esta mujer, le pedimos con fervor al maestro:
”Buen Jesús: si he de ser apóstol, es preciso que me hagas muy
humilde.

El sol envuelve de luz cuanto toca: Señor, lléname de tu


caridad, endiósame: que yo me identifique con tu Voluntad
adorable, para convertirme en el instrumento que deseas...
Dame tu locura de humillación: la que te llevó a nacer pobre, al
trabajo sin brillo, a la infamia de morir cosido con hierros a un
leño, al anonadamiento del Sagrario. Que me conozca: que me
57
Idem. Sermòn 50 A, 2-4
58
Ibídem
128

conozca que te conozca. Así jamás perderé de vista mi nada”.59


Sólo así podré seguirte como Tú quieres y como yo quiero: con
una fe grande, con un amor hondo, sin condición alguna.

II. Se cuenta en la vida de San Antonio Abad que Dios le


hizo ver el mundo sembrado de los lazos que el demonio tenía
preparados para hacer caer a los hombres. El santo, después
de esta visión, quedó lleno de espanto, y preguntó: “Señor,
¿Quién podrá escapar de tantos lazos?”. Y oyó una voz que le
contestaba: “Antonio, el que sea humilde; pues Dios da a los
humildes la gracia necesaria, mientras los soberbios van
cayendo en todas las trampas que el demonio les tiende; mas a
las personas humildes el demonio no se atreve a atacarlas”.

Nosotros, si queremos servir al Señor, hemos de desear


y pedirle con insistencia la virtud de la humildad. Nos ayudará
a desearla de verdad el tener siempre presente que el pecado
capital opuesto, la soberbia, es lo más contrario a la vocación
que hemos recibido del Señor, lo que más daño hace a la vida
familiar, a la amistad, lo que más se opone a la verdadera
felicidad... Es el principal apoyo con que cuenta el demonio en
nuestra alma para intentar destruir la obra que el Espíritu
Santo trata incesantemente de edificar.

Con todo, la virtud de la humildad no consiste sólo en


rechazar los movimientos de la soberbia, del egoísmo y del
orgullo. De hecho, ni Jesús ni su Santísima Madre
experimentaron movimiento alguno de soberbia y, sin
embargo, tuvieron la virtud de la humildad en grado sumo. La
palabra humildad tiene su origen en la palabra latina humus,
tierra; humilde, en su etimología, significa inclinado
hacia la tierra; la virtud de la humildad consiste en inclinarse
delante de Dios y de todo lo que hay de Dios en las criaturas. 60
En la práctica, nos lleva a reconocer nuestra inferioridad,
nuestra pequeñez e indigencia ante Dios. Los santos sienten
una alegría muy grande en anonadarse delante de Dios y en
reconocer que sólo Él es grande, y que en comparación con la
suya, todas las grandezas humanas están vacías y no son sino
mentira.
59
J. Escrivá de Balaguer, Surco n. 273

60
Cfr. R Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, vol. II, p. 670
129

La humildad se fundamenta en la verdad 61, sobre todo


en esta gran verdad: es infinita la distancia entre la criatura y
el Creador. Por eso, frecuentemente hemos de detenernos para
tratar de persuadirnos de que todo lo bueno que hay en
nosotros es de Dios, todo el bien que hacemos ha sido sugerido
e impulsado por Él, y nos ha dado la gracia para llevarlo a
cabo. No decimos ni una sola jaculatoria si no es por el impulso
y la gracia del Espíritu Santo62; lo nuestro es la deficiencia, el
pecado, los egoísmos. “Estas miserias son inferiores a la misma
nada, porque son un desorden y reducen a nuestra alma a un
estado de abyección verdaderamente deplorable”63. La gracia,
por el contrario, hace que los mismos ángeles se asombren al
contemplar un alma resplandeciente por este don divino.

La mujer cananea no se sintió humillada ante la


comparación de Jesús, señalándole la diferencia entre los judíos
y los paganos; era humilde y sabía su lugar frene al pueblo
elegido; porque fue humilde, no tuvo inconveniente en
perseverar a pesar de haber sido aparentemente rechazada, en
postrarse ante Jesús... Por su humildad, su audacia y su
perseverancia, tuvo una gracia tan grande. Nada tiene que ver
la humildad con la timidez, la pusilanimidad o con una vida
mediocre y sin aspiraciones. La humildad descubre que todo lo
bueno que existe en nosotros, tanto en el orden de la
naturaleza como en el orden de la gracia, pertenece a Dios,
porque de su plenitud hemos recibido todos64; y tanto don nos
mueve al agradecimiento.

III. “A la pregunta ‘¿cómo he de llegar a la humildad?’


corresponde la contestación inmediata: “Por la gracia de Dios”
(...). Solamente la gracia de dios puede darnos la visión clara
de nuestra propia condición y la conciencia de su grandeza que

61
Santa Teresa, Las Moradas, VI, 10

62
cfr. I Cor 12,3

63
R. Garrigou Lagrange, o. c., vol. II p. 674

64
Cfr 1 Cor 1,4
130

origina la humildad”65. Por eso hemos de desearla y pedirla


incesantemente, convencidos de que con esta virtud
amaremos a Dios y seremos capaces de grandes empresas a
pesar de nuestras flaquezas.

Junto a la petición, hemos de aceptar las humillaciones,


normalmente pequeñas, que surgen cada día por motivos tan
diversos: en la realización del propio trabajo, en la convivencia
con los demás, al notar las flaquezas, al ver las equivocaciones
que cometemos, grandes y pequeñas. De Santo Tomás de
Aquino se cuenta que un día fue corregido por una supuesta
falta de gramática mientras leía; la corrigió según lo indicaban.
Luego, sus compañeros le preguntaron por qué la había
corregido si él mismo sabía que era correcto el texto tal como
lo había leído. Y el Santo contestó: “Vale más delante de Dios
una falta de gramática, que otra de obediencia y de humildad”.
Andamos el camino de la humildad cuando aceptamos las
humillaciones, pequeñas y grandes, y cuando aceptamos los
propios defectos procurando luchar con ellos.

Quien es humilde no necesita demasiadas alabanzas y


elogios en su tarea, porque su esperanza está puesta en el
Señor; y Él es, de modo real y verdadero, la fuente d e todos
sus bienes y su felicidad: es Él quien da sentido a todo lo que
hace. “Una de las razones por las que los hombres son tan
propensos a alabarse, a sobreestimar su propio valor y sus
propios poderes, a resentirse de cualquier cosa que tienda a
rebajarlos en su propia estima o en la de otros, es porque no
ven más esperanza para su felicidad que ellos mismo. Por esto
son a menudo tan susceptibles, tan resentidos cuando son
criticados, tan molestos para quien les contradice, tan
insistentes en salirse con la suya, tan ávidos de ser conocidos,
tan ansiosos de alabanza, tan determinados a gobernar su
medio ambiente. Se afianzan en sí mismos como el náufrago e
sujeta a una paja. Y la vida prosigue, y cada vez están más
lejos de la felicidad.”.

Quien lucha por ser humilde no busca ni elogios ni


alabanzas; y si llegan procura enderezarlos a la gloria de Dios,
Autor de todo bien. La humildad se manifiesta no tanto en el
65
E. Boylan, El amor supremo, Vol. II p. 81
131

desprecio como en el olvido de sí mismo, reconociendo con


alegría que no tenemos nada que no hayamos recibido, y nos
lleva a sentiremos hijos pequeños de Dios que encuentran toda
la firmeza en la mano fuerte de su Padre.

Aprendemos a ser humildes meditando la Pasión de


Nuestro Señor, considerando su grandeza ante tanta
humillación, el dejarse hacer “como cordero llevado al
matadero”, según había sido profetizado,66 su humildad en la
Sagrada Eucaristía, donde espera que vayamos a verle y
hablarle, dispuesto a ser recibido por quien se acerque al
Banquete que cada día preparar para nosotros, su paciencia
ante tantas ofensas... Aprenderemos a caminar por este
sendero si nos fijamos en María, la Esclava del Señor, la que no
tuvo otro deseo que el de hacer la voluntad de Dios. También
acudimos a San José, que empleó su vida en servir a Jesús y a
María, llevando a cabo la tarea que Dios le había
encomendado.

4.14.- La Audacia.

Es la habilidad que
tiene la persona de actuar.
Es una persona atrevida,
intrépida, temeraria y
valiente. Una persona audaz,
se puede desenvolver en
múltiples áreas, es creativo,
líder, inteligente, además de
habilidoso. A diferencia de
las personas que son
tímidas, cobardes, apocado.
Emprende y realiza acciones que parecen poco prudentes,
convencido, a partir de la consideración serena de la realidad
con sus posibilidades y con sus riesgos, de que puede alcanzar
un bien.

La mala utilización de dicha virtud es, la osadía, por la


cual realiza acciones poco prudentes pero no a partir de la

66
Is 53, 7
132

realidad y ni mucho menos son para conseguir un bien, sólo


para alimentar un egoísmo.

Por tanto, la audacia debe ser moderada por la razón.


Entonces se convierte en la hermana menor de la fortaleza.

La acción rápida que conlleva la audacia es


recomendable después de la reflexión previa, que es un acto
de la conciencia.
La verdadera virtud de la audacia no es la imprudencia,
ni osadía irreflexiva, ni simple atrevimiento. La audacia es
fortaleza, virtud imprescindible para la vida del alma.

La lucha denodada dará a tu espíritu fortaleza, el andar


con esfuerzo continuado hará de ti un héroe, camina siempre
con la debida audacia acompañada del necesario
discernimiento.

La Audacia como pasión.

En su primera acepción, la audacia es una pasión del apetito


irascible, que acomete el mal difícil o arduo inminente para
superarlo o destruirlo, movido por la esperanza de la victoria y
de alcanzar el fin deseado. En este sentido, es un movimiento
instintivo del hombre, delante del cual se presentan unas
dificultades que le impiden conseguir algo que puede y desea
lograr. El hombre, cuando ve un bien difícil pero posible, lo
desea y espera, y ante los posibles obstáculos que se
presentan a sus ojos dificultando su consecución, siente un
movimiento pasión de acometerlos con audacia para vencerlos.
En esta acepción, la audacia se opone a la pasión del temor,
que le hace retraerse ante las dificultades cuando le parecen
insuperables, o cuando no le compensan del bien que busca.
Naturalmente, la vehemencia de esta pasión depende
fundamentalmente de la mayor esperanza del bien: cuando la
133

esperanza de conseguir algo es firme, ésta incita a superar y


destruir los impedimentos, y entonces surge un fuerte
movimiento de audacia. Y, a su vez, la pasión de la esperanza
aumenta cuando el poder propio del hombre físico, moral,
intelectual y el que tiene de otra persona, son mayores; y, en el
orden fisiológico al que también hace referencia la pasión, la
audacia aumenta con el vigor corporal, la salud y la juventud.
Evidentemente, esta pasión, que puede ser más o menos
intensa en los distintos caracteres y en las distintas
situaciones, no entra en el campo de la moralidad: es una
premisa, que se da en mayor o menor grado en cada persona.

La Audacia como virtud humana.

La audacia como virtud humana es un aspecto concreto de


la magnanimidad, por la que el ánimo del hombre tiende a
cosas grandes, y busca la virtud y el bien a toda costa. Y
cuando las dificultades que se presentan en esa búsqueda son
grandes y tratan de empequeñecer el ánimo para que desista
de afrontarlas, la audacia mueve al hombre para acometer la
empresa decididamente. Para que se dé la virtud, se requiere,
por tanto, que haya esperanza racional de un auténtico bien,
de algo que objetivamente perfecciona al hombre y le lleva
hacia su fin. No puede ser audaz quien se lanza tras la
consecución de algo que no lleva al hombre hacia su plenitud,
hacia Dios, en su vida sobre la tierra. La audacia verdadera
debe hacer relación, en última instancia, al último fin, ya que
todas nuestras esperanzas naturales aspiran a realidades que
son como reflejos y sombras confusas de la vida eterna. Sería
134

desvirtuar la realidad del hombre, si se tratara de sustituir la


verdadera esperanza (aun en los hombres que no tienen la
verdadera fe), por una simple esperanza terrena, configurada
al margen de su relación con Dios y sus promesas, como
pretende hacer el marxismo en sus diversas manifestaciones.

Y cuanto más grande es la empresa que el hombre desea y


espera realizar, cuanto mayor recta estima tiene del bien y
mayor claridad en su relación con el fin último, mayor debe ser
la audacia. Mas a esta esperanza ha de unirse la intervención
de la prudencia: la audacia, virtud racional, sigue a la
deliberación de la inteligencia, en la que se consideran todos
los peligros que amenazan, dentro de las más diversas
situaciones hipotéticas posibles, de modo que se dé una justa
proporción entre el bien que se busca y los peligros que hay
que afrontar; y al mismo tiempo, considerar las fuerzas de que
dispone el hombre para vencer esas dificultades. En el plano
humano, estos medios son las virtudes, la experiencia, los
posibles medios exteriores necesarios, la ayuda de otras
personas y, principalmente, el auxilio de Dios, «de quien
esperamos el socorro, no sólo de beneficios espirituales, sino
también temporales». Por tanto, la audacia está entre dos
extremos: la pusilanimidad y la cobardía, de un lado, que
obligan al hombre, bajo capa de falsa prudencia, a no acometer
empresas grandes que llevan consigo dificultades y peligros, y,
de otro lado, la temeridad y la presunción, por las que el
hombre se arriesga sin necesidad o sin contar con las debidas
fuerzas.
135

La Audacia, virtud cristiana.

«Quienes están en buenas disposiciones con la divinidad


son más audaces». Nadie como un cristiano tiene motivos y
razones para vivir esta virtud. En primer lugar, el cristiano
apoya su audacia en una esperanza sobrenatural, por la que se
le han prometido con certeza bienes que superan toda
expectativa natural, y que deben buscarse por encima de todo
peligro, aun a costa de la propia vida. Y todas las actividades
del cristiano cobran su pleno sentido cuando a su intrínseca
pero limitada bondad se añade la de ser camino y medio para
llegar a Dios: «Trabajad no por el manjar que se consume, sino
por el que dura hasta la vida eterna». Junto a eso, la esperanza
cristiana tiene la certeza de alcanzar dichos bienes, porque en
Cristo tenemos

«La esperanza como segura y firme áncora de nuestra alma». Y


para conseguir lo que el cristiano busca, cuenta no sólo con sus
exiguas fuerzas, sino con el mismo Cristo, que «es la esperanza
de la gloria», y en el que Dios nos ha dado todas las cosas: «Si
Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que ni a su
propio Hijo perdonó, sino que le entregó a la muerte por todos
nosotros, ¿cómo después de habérnosle dado a Él dejará de
darnos cualquier otra cosa?».

Finalmente para esa consecución, el cristiano cuenta con la


oración de petición infalible: «Así como nuestro Salvador ha
obrado y realizado en nosotros la fe, fue asimismo saludable
que nos introdujera también en la esperanza viva,
enseñándonos la oración con que más comúnmente nuestra
136

esperanza se alza hacia Dios». La oración y la esperanza están


esencialmente implicadas. La oración es la exteriorización y
manifestación de la esperanza, es «interpretativaspei»; en
ella se expresa la esperanza misma. Es lógico, por tanto, que la
audacia sea específicamente virtud cristiana; y lo es,
precisamente, en la medida en que se apoya en la humildad,
que busca la ayuda de Dios, conociendo la flaqueza humana, y
huye de la presunción.
El cristiano busca la recta edificación de la ciudad temporal,
descubriendo en todas las situaciones el sentido trascendente
que tiene su tarea: sabe que no puede apoyarse solamente en
sus propios medios -inadecuados para este fin-, sino que
cuenta con el auxilio y el poder de Dios. Y, por ello, está
dispuesto a afrontar todos los peligros, con la mirada puesta en
la grandeza de lo que intenta y con la seguridad de que no está
solo: « ¡Dios y audacia! La audacia no es imprudencia. La
audacia no es osadía». Estas actitudes, para quien no vive la fe
y la esperanza, carecerían de sentido y estarían fuera de la
prudencia humana o parecerían locuras; pero se presentan en
el cristiano con la claridad y certeza que le dan el vivir esas
virtudes teologales.

La Audacia en el ámbito profesional.

La audacia es el nombre del juego. Cuando se miran las


grandes hazañas empresariales, siempre se encuentra un
común denominador: gente audaz, que toma riesgos y explora
sin temores nuevos territorios. Hay que mirar lejos con
137

inteligencia y audacia, y luego perseverar. Y audacia para


atreverse a reinventarse para el hacer de manera diferente.

Frases sobre la audacia.

La audacia te permite abrir nuevos caminos.

Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas.


Baltasar Gracián.

Con audacia se puede intentar todo, mas no conseguirlo todo.


Napoleón I.

El tacto en la audacia es saber hasta dónde se puede ir


demasiado lejos.
Jean Cocteau.

Hay momentos en que la audacia es prudencia.


Clarence S. Darrow .

Con la audacia se encubren grandes miedos.


Marco Anneo Lucano.

4.15.- La lealtad

Leal proviene del latín


legalis, o sea, “lo que es
conforme a la ley”. La
persona leal es la persona
“de ley”, un ser que asume
el deber de cumplir lo
prometido y mantener las
“reglas de juego” que
libremente ha querido
138

asumir. Lealtad es fidelidad al compromiso de defender lo que


creemos y quienes creemos.

Entre las definiciones más acertadas que he podido


encontrar con respecto a la Lealtad están:

• La lealtad tiene que ver con el sentimiento de apego,


fidelidad y respeto que nos inspiran las personas a las que
queremos o las ideas con las que nos identificamos. Los que
son leales poseen un alto sentido del compromiso y ello les
permite ser constantes en sus afectos y cumplidores de su
palabra.

• La lealtad es un corresponder, una obligación que se


tiene con los demás. Es un compromiso a defender lo que
creemos y en quien creemos.

• Lealtad significa fidelidad, franqueza, nobleza, honradez,


sinceridad y rectitud.
• Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien
creemos. La lealtad es un valor, pues quien es traidor se queda
solo. Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y
cualquier otra relación a su etapa más profunda. Todos
podemos tener un amigo superficial, o trabajar en un lugar
simplemente porque nos pagan. Sin embargo la lealtad implica
un compromiso que va más hondo: es el estar con un amigo en
las buenas y en las malas, es el trabajar no solo porque nos
pagan, sino porque tenemos un compromiso más profundo con
la empresa en donde trabajamos, y con la sociedad misma.
139

Una historia para pensar:

Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores


cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la
escondiera. El hombre le aconsejó que se metiera a su cabaña.
Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al
leñador si había visto a la zorra. El hombre, con la voz les dijo
que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña
donde se había escondido.

Los cazadores no comprendieron las señas de la mano y


se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra. La zorra al
verlos marcharse, salió sin decir nada. El leñador reprochó a la
zorra por que no le daba las gracias a pesar de haberla
salvado, a lo que la zorra respondió: Te hubiera dado las
gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.

**La lealtad es una llave que nos permite tener auténtico


éxito cuando nos relacionamos. La lealtad es un valor que no
es fácil de encontrar. Es, por supuesto, más común aquella
persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se
nos acerque y cuando dejamos de serle útil nos abandona sin
más. Es frecuente saber que alguien frecuenta un grupo
contrario porque le da más beneficios. Y lo que acaba
ocurriendo es que nadie confía en ese tipo de personas.

La lealtad es esencial en la amistad. Los conocidos se


hacen amigos a través de la lealtad mutua. La lealtad es un
esencial en la amistad que se ha desarrollado en el
compromiso de corazones entre dos personas. En una relación
de corazón a corazón la lealtad desarrolla la confianza mutua.

Es nuestro deber el ser leal a aquellos que dependen de


nosotros: familia, amigos, nuestros empleados o nuestro
empleador. La lealtad es amor bondadoso en acción. La lealtad
140

es potenciada por la energía que viene hacia nuestro cuerpo al


cuidar nuestras actitudes y pensamientos. La lealtad desarrolla
nuestra alma en conciencia, transformándonos en la creación
más hermosa posible de un ser humano.

Como vemos, la lealtad se relaciona estrechamente con


otras virtudes como la amistad, el respeto, la responsabilidad y
la honestidad entre otras.

¿Qué puntos debemos trazar para llegar a ser leales?

• Ser fieles a nosotros mismos y a nuestras ideas (la


coloque en primer lugar, ya que la considero la más
importantes de las tres; si no te eres leal a ti mismo, nunca lo
serás con los demás).

• Respetar y corresponder a las personas que nos quieren y


son buenas con nosotros.

• No abandonar a nuestros amigos en los momentos


difíciles, ni dejarnos tentar por quIenes nos invitan a
traicionarlos a cambio de dinero, poder u otra oferta parecida.

¿Cuales obstáculos nos impiden ser leales?

• La falta de convicciones e ideales, que hace que las


personas se dejen guiar por los impulsos más inmediatos y
estén siempre dispuestas a irse con quien mejor les parezca.

• La idea de que el trabajo es un mal necesario que se


realiza por obligación, como un castigo, con el único fin de
obtener una remuneración, lo cual lleva a muchos trabajadores
a ponerle precio a su lealtad para con sus empleadores.

• La cultura de la infidelidad, que hace que hombres y


mujeres sientan horror del compromiso y rompan
permanentemente sus promesas amorosas.

Podemos ver como actitudes desleales:


141

• Las críticas que se hacen de las personas, haciendo hincapié


en sus defectos, lo limitado de sus cualidades o lo mal que
hacen su trabajo.

• Hablar mal de nuestros jefes, maestros o de las instituciones


que representan.

• Divulgar las confidencias que se nos han hecho.

• Quejarnos del modo de ser de alguien y no ayudarlo para que


se supere.

• Dejar una amistad por razones injustificadas y de poca


trascendencia, como el modo de hablar, vestir o conducirse en
público.

• El poco esfuerzo que se pone al hacer un trabajo o


terminarlo.

• Cobrar más del precio pactado.

Como vemos, la Lealtad se relaciona estrechamente con


otro Valores como la Amistad, el Respeto, la
Responsabilidad y la Honestidad entre otras.

No basta contradecir las actitudes desleales para


ser Leal, es necesario detenernos a considerar algunos
puntos:

• En toda relación se adquiere un deber respecto a las


personas. Como la confianza y el respeto que debe haber entre
padres e hijos, la empresa con los empleados ( sus clientes
más inmediatos ) y sus clientes externos, entre los amigos, los
alumnos hacia su escuela, etc.

• Es necesario reconocer los valores que representan las


instituciones o aquellos que promueven las personas con sus
ideas y actitudes. Nunca será buena idea que una persona que
se preocupa por vivir los valores, trabaje en un lugar donde se
hacen fraudes o impera la corrupción.

• Se deben buscar y conocer los valores permanentes para


cualquier situación, de otra forma se es "leal" mientras se
comparten las mismas ideas. La persona que convive en un
142

ambiente de diversión malsana y excesos, pronto se alejará y


comenzará a hablar mal de aquellos que dejaron de participar
de sus actividades.

• La Lealtad no es consecuencia de un sentimiento afectivo, es


el resultado de una deliberación mental para elegir lo que es
correcto. El mentir para encubrir las faltas de un amigo (en la
casa, el trabajo o la escuela) no nos hace leales, sino
cómplices.

• Si se coloca como valor fundamental el alcance de objetivos,


se pierde el sentido de cooperación. La persona que participa
de una actividad sólo por el éxito que se tiene, fácilmente
abandona la empresa porque las cosas no salen bien o
simplemente deja de obtener los beneficios a que estaba
acostumbrado.

• Lo importante es vivir los valores por lo que representan, no


por las personas que en algún momento dictan una norma.
Todo trabajo se debe hacer bien, no por "quedar bien" con el
jefe.
Concretando. Una persona es leal cuando se mantiene
unida al grupo o persona con la que se ha vinculado. Cuando
protege, apoya y defiende los valores (de amistad, deportivos,
familiares, religiosos, las relaciones laborales con clientes y
compañeros de trabajo, etc.) que promueve la institución a la
que se ha vinculado. El vínculo: su reconocimiento y la
apreciación de los valores que representa.

Proverbios sobre la lealtad:

• La piedad y la lealtad no te abandonen; átalas a tu


cuello, escríbelas en la tablilla de tu corazón. Así hallarás favor
y buena acogida a los ojos de Dios y de los hombres".
(Proverbios 3:3-4)

• “Los caminos de la lealtad son siempre rectos.”


(Charles Dickens)

• “Iluminados por la lealtad nuestros pasos irán siempre


por el camino recto”.
143

• “Sólo el que manda con amor es servido con lealtad”.


(Francisco de Quevedo)

• “Llegar juntos es el principio; mantenerse juntos es el


progreso; trabajar juntos es el éxito”. (Henry Ford)

• “Aparta la amistad de la persona que si te ve en el riesgo


te abandona”. (Félix María Samaniego)

Decálogo de La Lealtad:

1. La persona leal, lo es con la empresa, con la familia y con la


sociedad.

2. Hablar mal de alguien que no está presente es una falta de


lealtad a
esa persona.

3. Pertenencia es tener la “camiseta puesta”, lo cual significa


trabajar
como si la empresa fuera de uno.

4. El compromiso con la organización debe ser total. Sin


embargo, no se
pueden transgredir los principios, por buscar el beneficio de la
empresa o de algún compañero.

5. La palabra dada es sagrada: sea fiel a ella.

6. Pertenecer a una empresa es identificarse con su Cultura


Organizacional: alinear los propios valores con los valores
corporativos.

7. El compromiso y la lealtad son de doble vía: de las personas


hacia la
organización y de ésta hacia la gente. Usted haga su parte.

8. Compromiso significa solidaridad para con todos:


colaboración, ayuda mutua… La unión hace la fuerza. Hoy por
ti, mañana por mí.

9. El empeño por conservar el buen ambiente es una


144

manifestación de
pertenencia. Por eso declárele la guerra al chisme.

10. Al corregir, cuando sea necesario, hágalo como le gustaría


que lo
hicieran con usted. Hable de forma directa y clara, pero con
delicadeza.

4.16.- La gratitud.

Es la virtud por la
cual una persona
reconoce, interior y
exteriormente, los
regalos recibidos y
trata de corresponder
en algo por lo que
recibió. La gratitud no
significa "devolver el
favor".
Ser agradecido
es más que saber pronunciar unas palabras de forma
mecánica; Consiste en una disposición interior.

Y encontrarla es posible si tenemos los ojos bien abiertos


y el corazón despierto para descubrir los miles de gestos que
nos brindan los demás a todas horas.

Un proverbio lo confirma: “La memoria del mal tiene larga


huella, la memoria del bien muy pronto pasa. Nuestro mundo
necesita una buena dosis de gratitud y un poco menos de
reivindicaciones. Sí: hay que pedir lo que nos falta y nos
corresponde, pero sin olvidar que también hay que agradecer
lo que a veces “nos ha sobrado” y lo que más valía: el amor
que muchos nos han regalado.

Una de esas gratitudes es la de los hijos hacia los padres.


Si vivimos, es porque ellos se amaron y nos amaron.

Gratitud es la palabra mágica que introduce en el hogar la


cortesía, el buen orden y la serenidad.
145

Lo que debemos los hijos a nuestros padres sigue en pie,


a pesar de todo.

La gratitud con los padres es un deber de cariño


elemental.

Gratitud a Dios.

La gratitud con Dios es un homenaje que arranca de lo


más profundo del corazón.

El vivir es un misterio más grande que todas las


previsiones, y sabemos que hay Alguien que teje los hilos, que
los entrelaza, que permite que titubeen y tiemblen por días o
meses, y luego los vuelve a solidificar para que todo siga su
curso normal, que no es sino un milagro prolongado: nuestra
propia aventura personal. Ese Alguien es, sí, el Señor de la vida
y de la muerte, pero es, sobre todo, un Padre.

Cómo vivir la gratitud.

El camino para vivir el valor del agradecimiento tiene


algunas notas características que implican:

--Reconocer en los demás el esfuerzo por servir.


--Acostumbrarnos a dar las gracias.
--Tener pequeños detalles de atención con todas las personas:
acomodar la silla, abrir la puerta, servir un café, colocar los
cubiertos en la mesa, un saludo cordial.
La persona que más sirve es la que sabe ser más
agradecida.
Decir gracias al menor servicio prestado por quien sea,
pronunciando esta palabra sin ninguna entonación, como si
estuviéramos cambiando una simple mirada. Por sí sola, esta
palabrita recompensa todos los trabajos; repara la frase acaso
un poco dura que habíamos dicho anteriormente; equivale a
una sonrisa y, a veces, la provoca; hace feliz al que la
pronuncia y a aquel a quien va dirigida.
146

Es necesario agradecer todo, todo lo que nos sucede:

“-Si tu salud ves languidecer, y pidiéndole a Dios la ves


restablecer, agradece.

-Si de un peligro te viste liberado, agradece.

-Por la familia a la que perteneces, agradece.

-Por el trabajo que realizas con provecho, agradece.

-Cuando sufriendo soledad has encontrado compañía,


agradece.

-Cuando siendo optimista día a día tu corazón crece,


agradece.

-Si en tus luchas no siempre vences, agradece.

-Si tu fe la nutres con obras de misericordia, agradece.

-Por la naturaleza y sus innumerables frutos, agradece.

-Por el arcoiris y sus colores relucientes, agradece.

-Cuando la vida te presente contrariedades, agradece.

-Cuando te sientas con vigor corporal y energías positivas,


agradece.

*Porque la totalidad de tu existencia es Gratuidad de Dios.

*Porque nada posees que no te haya sido dado”.67

Además, es conveniente agradecer en estas


circunstancias:

--Cuando nos abandonó la suerte y caímos “en desgracia”.

--Cuando nos abandonó un ser querido, el esposo o la


esposa, un hijo o una hija.
Ángeles Fernández, Diómedes Antonio: La Vida en Parábolas. Parábolas Para La Vida”,
67

op. cit., Pág. 132.


147

--También cuando nos cerraron las puertas y todo parecía


oscuro.

--Cuando bebas agua, recuerda la fuente. (Proverbio


chino).

La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y


mejor reverdece en la tierra buena de los humildes. (José
Martí).

Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin


que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo
cielo! (Miguel de Cervantes Saavedra).

La gratitud de muchos no es más que la secreta


esperanza de recibir beneficios nuevos y mayores.
68
Delicado es agradecer:

“Compartí el vientre de mi madre con mi hermanito Mello. Yo


nací primero, y mis padres no esperaban otro, por lo que mamá
en su soledad no pudo atender al segundo, y a escasos minutos
de su nacimiento murió asfixiado. Yo nací de dos libras y media,
muy enfermizo y con escasísima defensa. Mis seis primeros
meses de vida fueron traumáticos, hasta el punto que papá y
mamá ya no tenían recursos para mis atenciones médicas, y casi
estaba para morir. Es entonces cuando la providencia se hace
presente en el Dr. Paúl de Lara Fernández, Pediatra, quien
motivado por los lazos familiares y su amor por los niños, indicó el
tratamiento adecuado que me restauró la vida y la esperanza.
Y un día, a los 28 años de aquel hecho y mientras cursaba mis
estudios de teología, fui al consultorio del Dr. Paúl y le expresé mi
sentida gratitud por el empeño que puso en tratar mi
enfermedad, y le entregué con otras elocuentes palabras de
agradecimiento, un merecido regalo, porque después de Dios él
me salvó la vida. Y capté al Doctor Paúl sumamente
impresionado, cargado de emoción y satisfacción, y me dijo:
nunca me había sucedido nada igual. Porque es delicado
AGRADECER”.

68
Ibid, Págs. 131-132.
148

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