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CAPÍTULO 1

HISTORIAS DE ASNOS Y HOMBRES

....me hace reír diciendo que incluso los obstinados se convencerían con estas
observaciones. Habéis de saber que tales demostraciones bastarían para convencer de la
verdad a un hombre razonable e imparcial. Pero ¿y para convencer al obstinado que sólo se
preocupa del vano aplauso del estúpido rebaño?.No bastaría el testimonio de las mismas
estrellas ni aunque éstas vinieran a la Tierra y hablasen por si mismas

(Carta de Galileo a Castelli el 30 de diciembre de 1611)

INTRODUCCIÓN

En este capitulo resumiré nuestras investigaciones junto a las del Dr. Donenec
Campillo, por las que discriminamos VM-0 (Fig. 177,178) de los équidos. El Dr.
Domenec Campillo ha escrito muchos artículos sobre VM-0 y un libro magnífico:
"El niño de Orce" (Editorial Bellaterra) que resume todas sus investigaciones, por
lo que a los lectores que quieran profundizar en este apartado, les remito a su
interesante lectura. En este capítulo insistiré sobre algunas de sus conclusiones y
añadiré datos, muchos de ellos basados en mis investigaciones y las de mis
colaboradores, que completan los de Campillo.
Insistiré en la descripción detallada de las muestras tomadas y de la metodología
aplicada por el Dr. Campillo y yo mismo, pues me permitirá razonar sobre la
correcta aplicación del método científico, contrastándolo con los artículos de
opinión, que no de investigación, de Agustí, Moyá, Külher y Palmqvist. En este
sentido me permitiré relatar con detalle los ejemplares humanos y de potros
estudiados, el número de tomografías y radiografías revisadas así como las ventajas
e inconvenientes de los diferentes métodos empleados.

INVESTIGACIONES DEL DR. DOMENEC CAMPILLO

El Dr. Campillo es un científico muy meticuloso, riguroso, trabajador


incansable y sin duda el mejor conocedor en nuestro país, del cráneo humano;
creo que muchos especialistas podrían ratificar estas afirmaciones. Cuando
emprende un trabajo lo aborda con amplitud y rigor. Sus datos son concluyentes.
Para estudiar la región occipital de VM-0 revisó un número significativo de cráneos,
radiografías y tomografias. Concretamente:

374 JOSÉ GIBERT


Figura 177.- Fragmento craneal de Orce (VM-0), por la cara interna y externa.

2 C rrt

Figura 178.- Posición anatómica de VM-0 sobre un cráneo infantil actual.

EL HOMBRE DE ORCE 375


727 cráneos bien conservados: 183 procedentes de la Facultad de Medicina de
Zaragoza, en su mayor parte originarios de la provincia de Zaragoza y alguno de
pueblos de Huesca y Teruel; 116 cráneos prehistóricos del Museo Arqueológico de
Solsona; 99 originarios del Museo de Prehistoria de Valencia (S.I.P.) encontrados
en yacimientos arqueológicos de Valencia y Alicante; 98 procedentes de la necrópolis
romana de la "Tabacalera", en Tarragona; 55 de las Islas Baleares (Mallorca y
Menorca), depositados en su mayor parte en el Departamento de Antropoloía de la
Universidad de Barcelona; 53 cráneos medievales procedentes de varios yacimientos
catalanes, depositados en el Museu d'Arqucologia de Catalunya; 24 cráneos del
"Barranc de Rifá" (Tarragona) depositados en el Museo Arqueológico de Tarragona;
y por último, 99 cráneos de procedencia desconocida y distintas épocas. La
distribución por períodos históricos era: 183 contemporáneos, 66 medievales de
Catalunya, 328 prehistóricos y 48 indeterminados.
La muestra radiográfica era muy amplia. Campillo estudió 321 radiografías
de las 15.000 consultadas. La selección se basó únicamente " en que la proyección
radiográfica fuese la adecuada (antero-posterior semiaxial con + 12° o AR, con
incidencias de Towe con + 25°) (Korach y Vignaud, 1980) y en que las características
radiográficas permitiesen una definición suficiente del dibujo de las estructuras de la
cara interna de la escama occipital". La serie se distribuye de la siguiente
manera:118 varones y 203 mujeres con los que establece seis grupos de edad:
de O a 10 años = 61 individuos
de 11 a 20 años = 73 individuos
de 21 a 30 años = 62 individuos
de 31 a 40 años = 52 individuos
de 41 a 60 años = 63 individuos
de 61 o más = 9 individuos
Además estudió 49 radiografías con medio de contraste. Dice Campillo "No
tratamos aquí de técnicas que como la gamnografía ósea, permiten apreciar algunos
caracteres del hueso, sino que nos referimos a las posibilidades de los estudios
flebográficos, con los que se pueden distinguir los senos venosos de la duramadre,
los cuales, como más adelante expondremos, influyen de forma directa en la
morfología de la cara interna de la escama occipital. La serie consta de 25 varones
y 24 mujeres que se distribuyen en las siguientes edades:
de O a 10 años = 1 individuo
de 11 a 20 años = 1 individuo

376 JosÉ GIBERT


de 21 a 30 años = 7 individuos
de 31 a 40 años = 10 individuos
de 41 a 60 años = 19 individuos
de 61 o más = 11 individuos
Como veremos más tarde esta muestra es interesante para comprobar la
naturaleza humana del ligero giro de la cresta de VM-0.
Respecto a las tomografías dice Campillo: "Esta técnica permite objetivar
algunos detalles de la morfología ósea que son muy difíciles de apreciar con las
radiografías convencionales y con la tomografia no computerizada.
Con la tomografia difícilmente se puede realizar una craneometría y sus
imágenes carecen de la suficiente nitidez como para matizar con la máxima precisión,
debido a las limitaciones de su poder de resolución, pero en cambio tiene la ventaja
de resaltar algunos detalles morfológicos importantes de apreciar con otras técnicas.
Por estas razones expuestas se ha prescindido del estudio estadístico a favor de
dicha técnica, que ha sido adoptada para resaltar algunos detalles y apuntar algunas
posibilidades para futuros estudios".

EL PRIMER PROBLEMA: UNA PEQUEÑA CRESTA EN EL OCCIPITAL

Una de las objeciones, para considerar humano VM-0 (Fig. 177, 178) era la
presencia de una pequeña cresta en el occipital de VM-0. Este problema anatómico
se resolvió en 1998, año en el que se publicó un extenso volumen titulado "Los
Restos Humanos de Orce y Cueva Victoria" editado por la Diputació de Barcelona
y en el que, entre otros se incluían el trabajo de Campillo. Los resultados eran los
esperados: en la humanidad actual hay individuos con la morfología similar a la
de VM-0; Es decir hay humanos actuales con cresta en el occipital. Resumiré,
muy brevemente, las conclusiones:
1. Se constata una gran variabilidad morfológica de la cara interna del occipital.
2. La mayor variabilidad tiene lugar a nivel de la neoescama o escama suprainiana
(la parte del occipital conservada en VM-0).
3. Los surcos y crestas en los niños aparecen más acusados que en los adultos.
4. El espesor de la escama occipitaly de todos los huesos de la bóveda craneal,
aumenta sin interrupción desde la infancia hasta la senectud.
5. La diferente morfología que observamos entre la infancia y los períodos

EL HOMBRE DE ORCE 377


posteriores de la vida se explica por la mayor plasticidad ósea en el niño y el
intenso crecimiento del encéfalo, mientras que en la edad adulta, al ceder la
"presión cerebral" y persistir el engrosamiento óseo, se atenúan los relieves.
7. Se distinguen tres tipos morfológicos en el vértice del occipital VA, VB y VC
con sus variedades (Fig 179). La variedad VC-3 se corresponde con la
morfología de VM-0. Es decir, por la famosa cresta, VM-0 puede incluirse
dentro del género Horno.
VA VB Vc

1 1 1

2 2 2

3
3 3

c
H
D
-•••-- CC

Figura 179.- Variabilidad del occipital según campillo y Barceló, 1989.

Así pues Campillo demostró con rigor científico la gran variabilidad del
occipital humano, que también podía tener cresta. La consecuencia era simple:
VM-0 era humano por este carácter.
Pero hay más. En 1996, Campillo y yo firmamos un artículo en Investigación
y Ciencia donde se aclara, en un dibujo muy ilustrativo (Fig. 180,181) la naturaleza
de la cresta de VM-0. Se trata simplemente de uno de los límites del sinus sagittalis
por el que discurre el sistema venoso que irriga el cerebro. Argumenta Campillo
en su libro y otras publicaciones que este sinu es muy amplio debido al gran
volumen cerebral que debe irrigar el sistema circulatorio.

378 JOSÉ GIBERT


2

Figura 180.- Esquema de la región occitoparietal Figura 181.- Esquema de Campillo 1998
vista por su cara interna, en la que se marca el derivado del estudio del endocraneo en humanos.
área que debía corresponder a VM-0. P-P', Las cristae marginalis son de similar elevación
parietales; 0, occipital, T-t', temporales; AM, durante el recorrido rectilíneo (1). Al iniciarse el
apófisis mastoide; AE, apófisis estiloide; 00, giro, la situada en el exterior se eleva (2) y la
orificio occipital; 2, recorrido del sinus sagitalis elevación se acentúa al acentuarse la curvatura
superior, en VM-0; 3, recorrido alternativo del (3). D, lado derecho; I, lado izquierdo. En VM-
sinus sagitalis superior; 4, endinion; 5, cresta O el recorrido del sinus sagitalis es bien visible
occipital infrainiana; 6, probable curso del seno y sigue una pauta similar a la descrita por
transverso derecho en VM-0; 6', seno transverso Campillo en 1998.
izquierdo; 7, cresta del sinus sagitalis bien visible
en VM-0.

De esta manera la famosa y controvertida cresta contribuye, en definitiva, a


demostrar la naturaleza humana de VM-0 a través de su carácter más propio: su
gran volumen cerebral.

DILEMA SUTURA CORONAL O FRACTURA

Las investigaciones de Campillo en este campo, que le es muy propio pues


además de gran anatomista es neurocirujano, son contundentes. Ha demostrado
con técnicas adecuadas como los diferentes tipos de radiografías (Fig 182, 183) y
las tomografias computerizadas, que en VM-0 no hay sutura coronal.

RADIOGRAFÍA DIGITAL

Voy a transcribir, con el permiso del Dr. Campillo, varios párrafos de su


excelente libro. En el apartado 4.2.2 relativo a la radiografía digital, dice:

EL HOMBRE DE ORCE 379


Figura 182.- Radiografía de VM-0 realizada por Figura 183.- Radiografía digital realizada por el
Santiago Vila y publicada por Campillo en 1999, Dr. José Antonio Sánchez Sánchez de la Escuela
2002 en la que se distinguen las fracturas de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de
señaladas con flechas de las sutura sagital. No se la Universidad Complutense de Madrid. Esta
observa ninguna sutura coronal y si la sutura técnica es muy empleada en medicina legal para
sagital en todo su recorrido. R, izquierda esclarecer imágenes dudosas y en especial parea
separar fracturas de suturas. Se pueden observar
las mismas fracturas y suturas que en la anterior
(Fig. 189) más contrastadas.

"Esta nueva técnica es muy empleada en medicina legal para esclarecer imágenes
radiográficas dudosas, siendo importante para diferenciar fracturas de suturas.
Fue realizada por el profesor José Antonio Sánchez Sánchez de la Escuela de
Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de
Madrid. Transcribo textualmente el informe:
MUESTRA ESTUDIADA: Radiografía de un fragmento de calota craneal.
EQUIPO UTILIZADO: Analizador de imagen Vidas Kontron Bilanalyse.
FUNCIONES QUE HA REALIZADO:
1. Filtro pseodoplast. Imagen negativa de la que se estudió. Ayuda a visualizar
estructuras que pueden aparecer con un color oscuro en la imagen original.
2. Invert image. Aumenta la interpretación visual de las imágenes desplegando
variaciones de nivel gris de la imagen original a modo de una superficie
sombreada.

3. Segment dinamic. Segmentación dinámica de la imagen en la que resaltan


aquellas zonas en que las estructuras están separadas.


380 JOSÉ GIBERT
4. Contrast interscaling. Esta función
escala los grises deforma interactiva
con lo que conseguimos resaltar
determinadas estructuras.

5. Enhalce transfoon interactive. Esta


función permite seleccionar y
comparar de forma interactiva,
determinadas zonas de la imagen.

Conclusiones:
1. Se trata de la radiografía de un
fragmento de bóveda craneal.

2. Se puede distinguir una sutura


sagital que se extiende por el centro Figura 184.- Resultado del estudio radiológico
de la pieza en estudio, y que se realizado por el Dr. José Antonio Sánchez Sánchez.
Las suturas están marcada en trazo grueso (D-A,
bifurca en la parte posterior para dar sutura sagital; C-A, B-A suturas lanbdoideas) y las
comienzo a la sutura lambdoidea. fracturas en trazo fino. La presunta sutura coronal
de Agustí y Moyá, 1987, Moyá y Agustí 1989, y
3. La sutura sagital se encuentra Moyá y Khóles 1997 es un fractura.

cruzada en la parte superiro por


dos fracturas óseas muy próximas entre sí, siendo la anterior completa y
la posterior incompleta.

4. En el resto del hueso se pueden distinguir otras siete fracturas. (Fig. 184)
Firmado: José Antonio Sánchez Sánchez
Es decir, a juicio de los expertos, y basandose en técnicas muy rigurosas no
hay sutura coronal sino fractura, como venimos diciendo desde 1982.

TO MOGRAFÍA COMPUTADA (TC)

El Dr. Campillo realiza un estudio muy completo de VM-0 al que somete a


cortes trasversales y longitudinales separados por un milímetro. Respecto a la
supuesta sutura coronal dice:
"Entre los cortes 113 y 127 no se observa ninguna imagen compatible con la
supuesta sutura coronal (sutura coronalis) que Agustí, Moyá y KM her, dicen haber
visto." (Fig. 185, 186)

EL HOMBRE DE ORCE 381


Figura 185.- Tomografías de los planos transversales más anteriores de VM-0, publicadas por
Campillo en 2002 . Las flechas señalas de los cortes 94 a 101 señalas la sutura sagital. La segunda
flecha de los cortes 131 a 135 la fractura parasagital anterior, bien visible, también en las radiografias.

Figura 186.- Cortes parasagitales aumentados un 20 por ciento, publicados por Campillo en 2002.
Las fclechas permiten seguir las fracturas transversales que Agustí y Moyá, 1987, Moyá y Agustí
1989, y Moyá y Khóles 1997 confunden con la sutura coronal.. Afirma Campillo: " En ningún
punto de los borde se observa tejido compacto que caracteriza los bordes de las suturas. La última
imagen es patognomónica de los que son dos fracturas".

No insisto más sobre este tema. Se han aplicado técnicas rigurosas y obtenido
datos objetivos de calidad que nos llevan a conclusiones correctas: no hay sutura
coronal.
Esto para mí es deter inante, pues es una demostración del gran volumen
cerebral de VM-0.

COMPARACIONES ANATÓMICAS CON ÉQUIDOS

Un buen reto científico era diferenciar, con criterios anatómicos, VM-0 de los
potros; ésta es mi especialidad. Estaba resuelta, por los trabajos de Campillo, la
comparación con humanos, su posición anatómica, la variabilidad del occipital y
homologación de los caracteres atípicos corno la cresta. Era preciso compararlo
con detalle, con los équidos. Este trabajo ya lo inicié en París en 1984 y ha durado
hasta ahora. Lo explicaré con algo más de detalle.
La región occipital de los caballos adultos se caracteriza por la presencia de
importantes crestas nucales que se unen a una cresta sagital más o menos
desarrollada según las especies y edades. Las suturas sagital y lambdoidea han
desaparecido, están obliteradas (cerradas). (Fig. 187, 188)

382 José GIBERT


POTRO DE 3 MESES NIÑO DE 5 AÑOS
NASALES

Figura 187.- Comparación entre un potro de 3 meses


y un niño de 5 años. Pueden verse las diferencias
anatómicas entre équidos y humanos. Tomado de
Campillo 2002.

Figura 188- Craneogramas de dos équidos con edades


comprendidas entre 3 y 4 meses. Puede observarse el
interparietal (C) y la corta distancia entre los puntos
lambda (B) y bregma (C).

EL HOMBRE DE ORCE 383


La región occipital está muy reforzada pues en ella se insertan los poderosos
músculos que mueven las mandíbulas, VM-0, por lo tanto, no se puede homologar
con un équido adulto, sólo puede hacerse con un potro muy joven aún lactante.
La primera dificultad que tuvimos fue encontrar potros. Nos dirigimos a los
mataderos equinos. Había uno en Rubi, ya lo he mencionado antes, pero los
ejemplares de que disponían eran ya muy mayores- tenían entre siete meses y un
año- y las crestas nucales ya estaban formadas. Añoraba volver a París y seguir
trabajando con los ejemplares del tétrico museo; pero existían dificultades, pues
debía realizar radiografías y tomografías para conocer su interior y poder
comprender el origen de la cresta. En París sólo había un ejemplar, muy joven,
casi recién nacido, con el cráneo partido. Lo conocía muy bien, disponía de
fotografías, y de él deduje importantes conclusiones. Era mejor y más barato
trabajar en el Instituto.
Salvador Moyá realizó un viaje a Hamburgo en 1984 y me proporcionó varios
ejemplares jóvenes. Me alegré mucho. Los fotografié, hice radiografías y
tomografías. Más tarde amplié los datos con ejemplares del Museo de Zoología de
Barcelona y la facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona;
en total conseguí: 10 ejemplares de Equus chapmani, 12 de Equus burchelli, 15 de
Equus hemionus onager, 9 de Equus grey , y,5 de Equus prezewalskii y 23 de Equus
caballus, comprendidos entre las siguientes edades: 2 de 0-2 meses, 6 entre 3-4
meses, 15 entre 7-9 meses y 49 adultos. Disponía de una amplia muestra de varias
especies y edades. Podía trabajar.
Lo primero era homologar VM-0 con la región occipital de los potros. Esto
era fácil, los huesos son los mismos que en los humanos: parietales, interparietal y
occipital. (Fig.187). Este proceso anatómico es determinante pues permite situar
correctamente la pieza en determinados mamíferos, concretamente en los primates,
équidos y carnívoros jóvenes, y excluirla de los restantes. Es una primera e
importante selección Lo segundo, demostrar la gran capacidad craneana de VM-0
muy superior a la de los équidos. Era fácil, bastaba con medir la distancia del arco
sagital y comparar las curvaturas tomadas en puntos homólogos. A mayor longitud
y amplitud, más volumen cerebral. Tomamos trece medidas del arco sagital en los
potros (Fig. 188, 189) y oscilaba entre un mínimo de 15 mm y un máximo de 45
siendo la media 31,6, mientras que la longitud del arco sagital incompleto en
VNM-0 era de 59 mm.

Más significativa era la curvatura. Para realizar comparaciones exactas tomamos


tomografías de potros de Equus caballus de 7 meses, en los que las suturas

384 JosÉ GIBERT


e Sexo Procedencia Número Distancia A-13
Equus hemionus onager 9 L.Z.H. 5.478 29
Equus hemionus onager 9 L.Z.H. 5.444 30
Equus hemionus onager y L.Z.H. 7.476 15 (2)
Equis chapmani 9 L.Z.H. 6.198 38
Equus chapmani j L.Z.H. 6.188 45 (1)
Equus greuyi 9 L.Z.H. 7.638 34
Equus burchelli 9 L.Z.H. 6.846 33
Equus prcevalski d L.Z.H. 6.933 43
Equus sp. Alofiso L.A.P. 579 36
Equus sp. Alofiso L.A.P. 761 30
Equus sp. Alofiso L.A.P. 752 25
Equus sp. Alofiso L.A.P. 171 27
Equus stenonis Alofiso Venta Micena — 26
Máximo (1) — 45
Mínimo (2) 15
Media 31,6

Figura 189.- Distancia A-B ( figura 195) en potros.

comenzaban a obliterarse y tenían una gran capacidad cerebral. Para disponer de


los aparatos propios de los hospitales era mejor trabajar los domingos entre urgencia
y urgencia, contando además con la comprensión y ayuda de los médicos, en
especial del Dr. Valls, de la UDIAT de Sabadell, que demostró gran paciencia
hacia nuestras exigencias. Las tomografías obtenidas eran muy ilustrativas. A nivel
de lambda, la curvatura de VM-0 era mucho más amplia y esta amplitud aumentaba
a 10 mm del citado punto (Fig.190, 191). Sin duda el volumen cerebral de VM-0
era mucho mayor que el del potro.
Repetimos esta operación con todas las especies de équidos y las diferencias
en la amplitud de las curvaturas eran muy significativas (Gibert et al 1989)
Este trabajo tan completo y riguroso contrasta con la opinión de Moyá y
Kólher (1997) que niegan el valor diferencial de las curvaturas afirmando que,
por este carácter, puede pertenecer a un ejemplar infantil o juvenil de cualquier
gran mamífero como équidos, rinos..etc. Una afirmación sin demostración basada
sólo en la autoridad no vale. Nosotros comparamos VM-0 en nuestro trabajo de
1989 con: Artiodáctilos, Perisodáctilos, Carnívoros, Suidos y Primates y también
con fetos de hipopótamo, rino, fragmentos de estos grandes mamíferos, de grandes
bóvidos, cerdos...etc y lo más significativo: lo hemos publicado con detalle y
rigor. Estas comparaciones eran por pura precaución, pues ya he señalado que la
anatomía de VM-0 sólo permitía una homologación con primates, carnívoros y
équidos jóvenes. (Gibert et al 1989)
En la actualidad podemos afirmar con objetividad, que hemos realizado un
estudio muy completo con todos los grupos de mamíferos existentes y la
comparación, siguiendo con rigor las leyes básicas de la Anatomía Comparada,
sólo puede establecerse entre VM-0 y los primates, carnívoros y équidos. Más
adelante profundizamos sobre este tema.

EL HOMBRE DE ORCE 385


E.granatensis

........ ........

E.chapmani

E.burchelli

Ehemionus onager

........
• ..
.... .......

E.grevyi

, ........
...

E.przewalskii

A B

Figura 190.- A, Comparación de las curvaturas transversales entre VM-0 y un potro de Equus
burchelli tomadas en lambda (2), un centímetro anterior (1) y un centímetro posterior (3).
Obsérvese que en los parietales del potro hay abundantes sinus. También puede verse la diferente
anatomía de la cresta marginal del sinus sagitalis de VM-0 señalada con una flecha (2) y el proceso
óseo de los équidos (3). B, comparación entre curvaturas transversales de VM-O y varios potros de
diferentes especies de équidos a un centímetro de lambda (3).

Los ÁNGULOS

Los estudios anatómicos deben ser muy meticulosos y más en nuestro caso,
dado el reducido tamaño del fósil. Hay que aprovechar todos los datos posibles
aunque no todos tengan el mismo valor discriminatorio. Los ángulos de las suturas
lambdáticas aportaban un dato interesante: en VM-0 tiene un valor que entra dentro
del rango humano, que oscila entre 90 y 160 grados. (Fig. 192, 193)
En nuestra especie este valor no varía, o varía muy poco, durante el crecimiento,
es decir los valores infantiles y adultos son muy similares, circunstancia que no

386 JosÉ GIBERT


1■•

Y":

3 4

Figura 191.-Comparación entre équidos y VM-0. 1, potro de 2-3 meses. 2, VM-0; 3, sección
parasagital de VM-0 superpuesta al potro a partir de lambda; 4, superposición de VM-0 al potro; 5,
seccion trasversales de VM-0 superpuesta sobre un potro a un centímetro de lambda en dirección
posterior; 6, sección trasversales de VM-0 superpuesta sobre un potro en lambda.

sucede en los équidos, pues entre O y 1 mes presenta un valor próximo a los 180
grados y a los 3-4 meses ya se ha reducido a 56-66 grados y cuando se oblitera la
sutura sagital y el interparietal ha desaparecido- es decir en ejemplares adultos-,
las variaciones son amplias. Como ya hemos señalado en anteriores ocasiones las
comparaciones deben hacerse de manera rigurosa, por lo que no es posible comparar
VM-0 con un équido de 0-2 meses ni a partir de los 7, cuando ya se ha obliterado
la sutura sagital y se han formado las crestas nucales. En este lapso de tiempo el
ángulo de las suturas lambdoideas es del orden de 60 grados, muy inferior a los
humanos.

EL HOMBRE DE ORCE 387


Potros
3/4 meses Homínidos

Angulo Africa Jasa China Europa

90 Menorca (Talayot)
100 Orno L338-6
105 Venta Micena
110 Sangirán 3 Arago
115 Modjokerto Verteszollos
125 KNMER-3733
130 Hombre actual
130 Pctralona
132 Makapansgat MLD 10
136 Makapansgat A. Africanas La Ferrassic
140 Sangirán 10 (Pit. VI)
143 Swanscombc
155 Sinantropo
160 Broken Hill
66 LZH 7476
56 LZH 5444
58 Venta Micena

Figura 192.-Valores de los ángulos de las suturas lambdaticas en potros y homínidos.

EVOIDCION DEL INTERPARIFTAL EN LOS EGLIIDOS

6933 5444 r94 2

0-1 MESES 3-4 MESES .5 MESES

E:0A 3

ADULTO 8 MESES

Figura 193.- Evolución del interparietal en los équidos.

388 Jost GIBERT


El Dr. Moyá considera irrelevante este carácter porque los valores de este
ángulo son muy amplios. Esto es cierto, pues como ya hemos señalado van de 180
( en 0-2 meses) a 60 ( 3-4 meses), pero este dato adquiere valor diferencial si las
comparaciones se hacen en las edades adecuadas, como en nuestros trabajos. En
definitiva no hemos encontrado ningún potro joven con un valor del ángulo
lambdático comparable a los humanos, y el de VM-0 tiene valores humanos. Es
por lo tanto un dato discriminante.

COMPARACIÓN ENTRE CRESTAS

Cuando Pepa, mi mujer, vió las crestas de los équidos se llevó las manos a la
cabeza y exclamó: ¡son iguales que las de Orce! Es la primera impresión; cuando
se avanza en la investigación las diferencias son significativas tanto en la morfología
como en el origen.
En nuestro cráneo se encuentra el seno sagital o surco sagital interparietal,
que adquiere morfologías variadas (Fig.194), una de las cuales se caracteriza por
la presencia de crestas que lo delimitan. Este surco continúa en el occipital y es
normal que siga un curso lateralizado a la derecha. Este surco en VM-0 se puede
percibir con nitidez desde unos 27 mm de lambda, observándose que luego se
desvía hacia la derecha al penetrar en la escama occipital, quedando delimitado en
su borde derecho por una cresta cuya altura aumenta al distanciarse de lambda.
Esta cresta enmarca el sinus sagittalis y como en varios ejemplos de humanos,
(Campillo y Barcelo 1989) es más elevada la correspondiente al borde contrario a
su sentido de giro. (Fig. Campillo y Gibert pa. 69). Este es el caso de VM-0. La
famosa cresta no es más que una estructura del seno venoso que discurre por la
escama occipital y los parietales.
En el caso de los équidos es muy diferente. Dice Sisson-Grosman, 1982: " en
la cara interna del occipital se encuentra una apófisis en forma de piramide
triangular con tres superficies concavas y tres crestas. Las crestas laterales forman
parte de la afisis orea tentorial en la que está la inserción para el falx cerebi". Es
cierto que en los équidos hay crestas, pero la morfología es muy diferente- y
sobretodo su función- a la descrita para Horno, pues además de contribuir a proteger
el sistema circulatorio también contribuye a la sujección del cerebro. Las
comparaciones anatómicas expuestas son muy ilustrativas.
Quienes quieran profundizar en estos estudios anatómicos pueden acudir a
nuestras publicaciones especializadas, cuyas referencias se citan al final del capítulo.

EL HOMBRE DE ORCE 389


TRANSVERSAL SAGITTAL

1
Equid skull l/.---;;;-----"\
xla
at 0.1 months

Lambda
2
Equid skull
at 7 months .--•-,.

Lambda
1 +
Orce skull ael.g.° "illme
(VM-0)
2

Figura 194.- Comparación entre VM-0 y équidos. A, secciones transversales en lambda y a un


centímetro de lambda en équidos de 1 mes y 7 meses así como VM-0. secciones trasversales en los
mismos ejemplares que A. 1, lambda; 2, a un centímetro. B, superposición de secciones parasagitales
entre VM-0 y un potro de 7 meses. C, superposición de secciones transversales entre un potro de 7
meses y VM-0 en lambda y a un centímetro. Tomado de Gibert et al 1998.

390 JOSÉ GIBERT


En mi primer viaje a Kenya pude observar los ejemplares de Horno ergaster y
lo primero que comprobé fue que KNM-ER 3733 tenía una cresta. El momento
fue interesante. La Dra. Emma Embua nos traía el preciado ejemplar, con enorme
precaución, al cómodo y agradable despacho de la planta baja del Museo Nacional
de Kenya. Una vez depositado introduje los dedos, con sumo cuidado, por el
occipital y detecté la presencia de cresta. Era una novedad, pues los adultos del
Plio-Pleistoceno también tenían este carácter. Como el tacto es subjetivo solicitamos
a los preparadores que nos hicieran un molde donde pudimos comprobar este
carácter. La cresta de KNM-ER 3733 no es tan laminar como la de VM-0, pero en
definitiva es una cresta con el mismo valor morfológico. Además, el ejemplar
africano es adulto y el nuestro un niño y Campillo & Barceló (1989), ya señalan
que la cresta es más laminar en la infancia que en la madurez.

SUTURAS

Esta historia es interesante por varios motivos. El más importante es el


científico, pues gracias a la investigación de estas estructuras anatómicas se llega a
conclusiones fiables de que VM-0 es humano. Pero hay más: está el problema de la
observación correcta que es el primer paso para obtener datos; si este paso, decisivo
en ciencia y más concretamente en anatomía, no reúne todas las condiciones
exigibles de objetividad, se arrastraran errores que impedirán resolver los problemas.
Lo primero que procede es la identificación de las suturas. Como ya hemos
señalado se distinguen parte de las suturas sagital y lambdoideas derecha e izquierda,
en esto estamos de acuerdo todos los que hemos estudiado VM-0. Los problemas
están en la existencia de la supuesta sutura coronal, su trazado correcto sobre la
superficie de la cara externa e interna de VM-0 por parte de Agustí & Moyá, 1987,
Moyá& Agustí 1989 y Moyá & Kólher 1997 así como la complejidad de la suturas
sagital y lambdoidea.

Veamos, primero los datos publicados por los autores antes citados y algunas
de sus descripciones (Fig. 195). Notemos, en primer lugar que en las figuras que
presentan utilizan el dibujo de Bargante, realizado bajo la dirección del Dr. D.
Campillo, (Campillo 1989) sin incluir su firma ni disponer de su autorización ni
de la del Dr. Campillo. Sobre este impecable dibujo trazan la sutura sagital variando
ligeramente el recorrido de Bergante/ Campillo, y señalan parte del recorrido de
la supuesta sutura coronal. Una observación importante: los trazos son diferentes
en la figura de 1987 y en la de 1989 ¿falta de objetividad? Otro dato: ¿por qué
utilizan rotuladores de trazo tan grueso?

EL HOMBRE DE ORCE 391


2 ...

ama lar 3cm

Figura 195.- 1, dibujo original de A. Bergante realizado para el Dr. Campillo de VM-0 para
completar el estudio de VM-0; 2, dibujo publicado por Agusti y Moyá en 1987; 3, dibujo publicado
por Moyá y Agustí en 1989; 4, dibujo publicado por Moyá y Kbhler en 1998. Los dibujos de las
sutura sagital y supuesta sutura coronal son diferentes en los tres dibujos, pero la sutura sagital, en los
tres la dibujan simple. 5, fotografia de VM-0 por la cara interna, L, lambda; fp,f, fractura; 6, trazado
de la sutura sagital interna según nuestro criterio. R, izquierda.

Analicemos las descripciones y para no cansar al lector me limitaré a la más


completa, de 1989. Dicen Moyá y Agustí:
"Como puede observarse, el recorrido teórico de la sutura (coronal) no se
distingue en su totalidad. Ello es debido por una parte, a que está en avanzado
estado de obliteración y por otra parte, a que la fractura próxima que la cruza en
diagonal, la oscurece."
Analicemos este texto con detenimiento. Primero consideremos la obliteración (unión
de hueso con desaparición de la sutura) de las suturas. Nosotros hemos estudiado con
detalle todo este proceso en los équidos, que sigue la siguiente pauta:

392 JosÉ GIBERT


1. Las primeras suturas que se obliteran en los équidos son la cara interna de las
suturas interfrontal y sagital. Esto sucede antes de los 3 meses.
2. Le sigue la cara externa de la sutura sagital. La obliteración se inicia en el
extremo distal y continúa progresivamente hacia la sutura coronal. La
formación de las crestas sagitales coincide con este proceso.
3. La tercera sutura en obliterarse es la cara externa de la sutura interfrontal. Este
proceso se inicia cuando la sutura sagital está totalmente obliterada.

4. La última sutura que se oblitera en los équidos es la coronal

De este estudio se desprenden varias e importantes consecuencias:


1. Moyá y Agustí tienen razón y la sutura coronal se oblitera, VM-0 no es un
équido, puesto que las suturas sagitales y lambdoideas por su cara externa e
interna no están obliteradas, corno puede verse en sus repetidos dibujos.

2. La no existencia de ninguna obliteración y el hecho de que la supuesta sutura


coronal de Moyá y Agustí esté formada por descamaciones del parietal derecho
que recuerdan indentaciones de las suturas, gran fractura transversal y pequeña
fractura del parietal izquierdo. Así se razona y demuestra en nuestros trabajos
(Gibert et al 1989a, 1989 b, 1998) y los de Campillo 1989. Las indentaciones
son pequeños "dientes de sierra" típicos de las suturas.

3. Que si la sutura sagital se oblitera, por la cara interna antes de los 3 meses en
los équidos, y en VM-0 esta sutura no esta obliterada, la única comparación
posible es con un potro recién nacido (de 0-3 meses) y esta comparación es
imposible, ya que las curvaturas longitudinal y transversal y las dimensiones
de VM-0 no coinciden, es imposible que coincidan con las de los potros de
estas edades.

Me gustaría insistir en el trazado de la coronal de Moyá y Agustí. En el parietal


derecho (Fig. 195) el trazo es sinuoso, parecido al de una sutura. Este recorrido
está formado por descamaciones de la cortical. Es un fenómeno curioso confundir
las descamaciones con las indentaciones de las suturas.
Los huesos planos de la bóveda craneal están formados por dos corticales que
delimitan un tejido esponjoso.Las corticales de VM-0 han estado expuestas a la
intemperie, más la externa- que muestra una abrasión intensa- que la interna,
mejor conservada. Estas corticales o tablas están formadas por finas láminas, por lo
que la abrasión determina la rotura y eliminación de débiles superficies, produciendo
en los bordes una superficie sinuosa. Este fenómeno se puede observar perfectamente

EL HOMBRE DE ORCE 393


con el binocular y se distingue muy bien de las indentaciones de las suturas. Por
supuesto también queda reflejado en las radiografías. La imagen radiológica de las
suturas es muy diferente a la de las roturas y a la del tejido compacto (donde están
las descamaciones). En nuestro trabajo del 89 exponemos fotografías detalladas
de este proceso (ver paginas 61,106 y 107). Si se observa con detalle una buena
fotografía de la cara externa, puede comprobarse el fenómeno descrito.
Esta historia de las descamaciones ha sido muy importante, pues en su último
trabajo sobre VM-0, Palmqvist, basándose en la interpretación de una fotografía
de VM-0 por Moyá, afirma que la sutura sagital es más compleja de lo que nosotros
afirmábamos, llegando a graves y equivocadas conjeturas. Seguiremos con este
tema más tarde, en otro capitulo.
Volvamos al principio: si falla la observación y esta no es exacta, no hay
investigación correcta y los resultados son falsos. La pregunta es ¿por qué Agustí
y Moyá 1987, Moyá Agustí 1989 o Moyá y Kiilher, no distinguen roturas de
fracturas o descamaciones de indentaciones? ¿ por qué no interpretan correctamente
las radiografías?

GRAN VOLUMEN CEREBRAL

VM-0 tiene un carácter humano, propio del genero Horno y es su gran volumen
cerebral, que puede demostrarse por:
1. La amplitud de las curvaturas tranversales
2. La longitud de la sutura sagital
3. La gran anchra del canal sagital en el que se instala el sinus sagittalis
Estos razonamientos nos llevarían a las siguientes conclusiones:
1.Debido a que la sutura sagital de VM-0 no está obliterada, este fósil, el homínido
de Orce, sólo puede comparase a équidos de escasos meses- como mucho de 9
meses- pues en esta edad se inicia la obliteración de la sutura sagital
2. El volumen cerebral de estos équidos lo hemos estimado en 475 centímetros
cúbicos, por lo que VM-0 tiene que superarlo.
3. VM-0 es un individuo infantil, con un espesor de los parietales comprendido
entre 1 y 4 milímetros, inferior al espesor de los adultos H. habilis o ergaster-
comprendido entre 3 y 8 milímetros-, con los que tiene que comparase. El
volumen debe aumentar aproximándose a los 650-750 centímetros cúbicos de
estas especies.


394 JOSÉ GIBERT
DIBUJOS ERRÓNEOS

En las figuras 195 y 196 exponemos el dibujo de la cara interna de Bergante


& Campillo tantas veces mencionado, y los publicados por A gusti & Moya 198-.
Moyá & Agusti 1989, Moyá & Kólher 1997. Podrán observar que el trazo de las
suturas sagital y presunta coronal no coinciden. Esto no es tolerable en anatomía
y más teniendo en cuenta que en los textos no lo justifican. Pero me interesa
analizar el último dibujo. En nuestro último trabajo de 1998 dedicamos algunos
párrafos e imágenes a este dibujo.

(a) (c) S PS

16° 1,

Figura 196.- (a), Radiografía en la que se observa la sutura sagital marcada con tres puntos, uno en
lambda, otro en la intersección de la sutura con la fractura transversal y el tercero en la parte más
distal de la sutura. Se ha trazado una línea continua por la que debería discurrir la presunta sutura
coronal, en caso de existir.(b), Dibujo de Bergante con las mismas marcas que en (a). (c), Desviación
de 13 grado en la parte más distal de la sutura sagital (d), Esquema de Moyá y Kólher de 1998 en
el que dibujan los recorridos de las suturas sagital y coronal. En línea continua el recorrido que
debería seguir la supuesta sutura coronal, en caso de existir, teniendo en cuenta la reconstrucción
correcta de VM-0. Figura publicada en Gibert et al 1998.

EL HOMBRE DE ORCE 395


Es la nom a que la sutura coronal sea perpendicular a la sagital. En el dibujo
de Moyá & Kólher 1997 aparentemente se cumple este requisito. Pero es sólo
apariencia.
Campillo demuestra en 1989 que la parte proximal de VM-0 está mal
reconstruida, pues hay un error, de 13 grados en la desviación de sutura sagital
(Fig.196). A efectos anatómicos, este error, no altera ninguno de los razonamientos
asta ahora expuestos por nosotros, pero sí contribuye a confundir a Moyá & Kólher
en su último dibujo. Estos autores efectivamente intentan cumplir la norma de
perpendicularidad entre ambas suturas. Trazan la presunta sutura coronal siguiendo
las indentaciones del parietal derecho y cuando llegan a la unión con la sutura
sagital siguen trazando la presunta sutura coronal por la fractura, tal como ya
hicieran Agustí & Moyá 1987, Moyá &Agustí 1989. Con la excepción de que en
esta ocasión eliminan todas las líneas discontinuas; es decir, están seguros del
recorrido de la presunta sutura.
Como es de suponer no se han leído el trabajo de Campillo de 1989 ni observado
con atención las radiografías de VM-0, donde se percibe muy bien la desviación
de 13 grados de la parte proximal de la sutura sagital. Si se tiene en cuenta el
trazado más o menos correcto de la sutura sagital de Moyá & Kólher 1997 desde
el punto lambda hasta la gran fractura transversal y se traza una línea siguiendo el
punto medio de las indentaciones, veremos perfectamente la desviación de 13
grados. Siguiendo este razonamiento, el correcto trazado de la presunta sutura
coronal debería seguir la línea de la figura 196 de acuerdo con los datos radiológicos
(Fig.182, 183) o la correcta figura de Bergante (Fig. 196, 197). En resumen, la
presunta sutura coronal sigue siendo una ficción por múltiples razonamientos.
De la figura de Moyá & Kólher quiero señalar algo positivo: el trazado de la
sutura sagital interna es bastante correcto, y como puede observarse, muy
simple, lo que está en total desacuerdo con el trazado complejo propuesto por
Palmqvist con datos de Moyá para la sutura sagital externa (Fig. 197). Es curioso
que Moyá & Kólher sólo dibujen la sagital interna en su trabajo y remitan al otro
autor el dibujo de la externa. Quizá si los dos dibujos se exponen en un mismo
artículo, se ven en exceso las contradicciones que más tarde analizaremos.
El trazado de la sutura sagital externa es sencillo. Así se ha descrito en los
primeros artículos de Gibert, Agustí y Moyá en 1983. En el de Moyá y Agustí de
1989 no se describe esta sutura pero afirman: "las diversas curvaturas así como la
morfología de la sutura sagital, no se oponían a esta primera atribución [se refieren
a Homo]"; con esto cabe suponer que dan por valido el hecho de que sea simple.

396 JOSÉ GIBERT


(a

(d)

(e)

)•-• 511—
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Dr" l2&
1924

Figura 197.- (a) Cara externa de VM-0 en el que se observa: 1-1, sutura sagital. Estrella: punto
lambda. 2-2, fractura; 3-3, 4, fracturas. * Zona en la que se observan bien las descamaciones de la
cortical. OC, occipital. (b), trazado correcto de la sutura sagital externa. ( c), en trazo fino, razado
aleatorio de la sutura sagital siguiendo las imágenes de las descamaciones. en trazo grueso el trazado
correcto. (d), fotografía publicada por Moyá y Kdlher en 1998 de la que se deduce el trazado
aleatorio figurado por Palmqvist 1998, el de la figura (e) y otros.

EL HOMBRE DE ORCE 397


En el trabajo de Moyá y Kólher de 1997 se presenta una fotografía de VM-0
reproducida en el trabajo de Palmqvist como muy compleja (Fig. 197). En 1998
replicamos la interpretación de este dibujo reafirmándonos en su simplicidad y
atribuyendo los errores de Palmqvist a confundir las descamaciones de la cortical
con indentaciones de la sutura sagital. De hecho, si no se observa con mucha
atención la sutura, pueden hacerse multitud de trazados complejos, (Fig. 197)
como ya hemos señalado en otros párrafos y trabajos.
En realidad la complejidad o simplicidad de la sutura sagital no es ningún
problema para atribuir VM-0 a Homo- como argumanba Campillo en su último
trabajo ( Campillo, 2002)-; lo más determinante es su gran volumen cerebral.

IMPRESIONES DIGITALES

La última objeción que ponen los críticos a la humanidad de VM-0; las


impresiones digitales son estructuras de la cortica] interna que se asemejan a las
huellas de los dedos al presionar sobre una superficie blanda como el barro. Se
originan por la presión del cerebro al crecer y son normales en los niños, alcanzando
su máximo desarrollo entre los 4 y 5 años. Las impresiones digitales de VM-0 son
normales en los niños actuales. Las impresiones digitales también están presentes
en los équidos y otros mamíferos. Es por lo tanto un carácter común a muchos
équidos y humanos. (Fig. 202)

UNA DISCUSIÓN INTERESANTE

Los équidos de Venta Micena son muy interesantes. Los describieron por primera
vez el. Dr. A. Ruiz Bustos y la Dra. M.T. Alberdi,considerándolos próximos a
Equus stenonis aunque con mayor gracilidad, y les llamaron Equus stenonis
granatensis. Mas tarde, en 1997, María Marin (ver bibliografía) realizó un estudio
amplio reafirmandose en esta posición taxonómica. Años más tarde la Dra. Vera
Eisenmann solicito permiso para estudiar estos interesantes animales. Sus
conclusiones son interesantes y difieren un poco de las propuestas anteriores.
Propuso denominarlos Equus granatensis creando por lo tanto una nueva especie.
Para ella primaban más los caracteres singulares de los équidos de Venta Micena
que las semejanzas con los équidos típicos del Plio-Pleistoceno europeo los E.
stenonis.
Mas tarde volveré sobre estas cuestiones. Me interesa ahora resaltar un hecho
interesante: La Dra. Vera Eisenmann era una reputada especialista en équidos, y

398 JosÉ GIBERT


teniendo en cuenta que, para algunos VM-0 era un asno, parecía oportuno enseñarle
el fósil para que opinara. Se lo propuse y aceptó. Le preparé una mesa con binocular,
nuestras publicaciones y las de Agustí y Moyá 1987, Moyá y Agustí 1989. Vera
Eisenmann es muy rigurosa. Leyó con atención los textos, observó el fósil y
cuando no veía los detalles descritos en las publicaciones preguntaba insistentemente.
Recuerdo perfectamente que el Dr. Moyá no estaba en el Instituto y se dirigía con
insistencia al Dr. Agustí con la publicación en la mano preguntándole, con notable
énfasis, sobre numerosas dudas que le suscitaba la lectura de su artículo. La respuesta
de Agustí siempre era la misma: "No le puedo contestar, yo no soy especialista,
pregúntele al Dr. Moyá".
Al final de su estancia, que fue muy agradable, me comunicó, que para ella
VM-O no era un équido, aunque deberíamos profundizar en el estudio para más
seguridad; y me hizo saber que el mejor especialista en el cráneo humano era el
Dr. Philip V Tobias y era urgente que lo estudiara. Su opinión sería respetada por
todos. Tuve que esperar algunos años más.
Después de tanto trabajo serio y convincente, ¿cómo es posible que perduren,
para algunos, las dudas? Adelanto también algunas respuestas: la mayoría de los
científicos críticos no se han leído con atención la totalidad de los artículos, ni los
han rebatido con argumentos de calidad derivados de una investigación seria; se
han limitado, por el contrario, a exponer sus opiniones descalificatorias basadas
en la autoridad que les confiere el sistema.


EL HOMBRE DE ORCE 399

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