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La Narración

Educativa como
Medio de
Construcción
Social

Natalia Umpiérrez - 1ro. Lengua y Literatura


Agustín Martínez - 1ro. Inglés

Página 1
Jonnatan González - 1ro. Ciencias Naturales
Ana Coelho - 1ro. Lengua y Literatura

Índice:

Introducción Pág. 3

Capítulo I: La Narrativa y sus Principios Pág. 4

a) La Narrativa y su historia Pág. 4

b) La Narrativa y su teoría Pág. 4

c) El propósito educativo de la Narrativa Pág. 5

Capítulo II: La Narración Educativa Pág. 7

a) La Narrativa como base del Contenido Disciplinar Pág. 7

b) La Narrativa como Metodología Didáctica Pág. 8

c) El Aporte de la Narrativa Pág. 8

d) El Efecto Educativo de los Relatos Pág. 9

Capítulo III: La Realidad y la Sociedad Pág. 11

a) La Realidad Objetiva Pág. 11

b) La Realidad Social Pág. 11

Capítulo IV: Conclusiones Pág. 13

Bibliografía consultada Pág. 14

Página 2
Introducción

Seguramente todos en nuestra vida nos imaginamos alguna vez


como sería ser un filósofo, buscar respuestas a preguntas trascendentales
que a lo largo de la historia muchos hombres recordados eternamente y
que aún hoy día estudiamos, no han podido develar. Pero, acordamos que
estas están alejadas de la realidad, son inútiles en la práctica, y no son
tangentes con la vida cotidiana, o al menos eso creemos a priori.
Solo por poner un ejemplo, cualquiera de nosotros, probablemente al
estar en una situación adversa, se pregunte que hace al mundo ser así, lo
cual es una pregunta filosófica en sí misma, digna de ser estudiada por el
pensador más reconocido. O también, por citar otro ejemplo, en las
cotidianas discusiones de bar sobre temas tan triviales como puede ser el
fútbol, vemos siempre al menos 2 opiniones, nunca hay una verdad
absoluta, diferentes personas ven lo mismo de varios modos diferentes y
siempre se escuchan frases del estilo de “esa es tu realidad, para mí es
diferente”. Sin embargo, nunca reparamos en lo que subyace en éstas,
pues bien podemos inferir que un individuo que lo diga, piensa que la
realidad está determinada por la representación que en nuestra mente
hagamos de ella y que no es un ente independiente de toda subjetividad
humana. ¿No es esto una concepción filosófica?, ¿No es tangente con la
vida cotidiana?, claro es entonces que partiendo desde cualquier ámbito de
nuestra vida podemos disertar sobre diferentes concepciones filosóficas,
preguntas trascendentales o ideologías.
Sabiendo entonces que es posible deducir un pensamiento profundo
desde una base “mundana”, y tomando esto como punto de partida,
veremos como podemos enfocarlo hacia nuestro futuro cotidiano, el de la
docencia.
De los muchos rumbos posibles, decidimos concentrarnos en dos
ejes centrales que realmente llamaron nuestra atención. El primer eje es el
de la Narrativa, un recurso que durante nuestra vida estudiantil supimos
apreciar pues nos acercaba los conceptos, hacía todo más simple, más
tangente. El segundo eje es la Construcción Social de la Realidad, lo cual
nos pareció muy atractivo, tal vez por su encabezado que de algún modo

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nos sugería que el mundo que nos rodea es aquel que creamos, y seduce
nuestros ideales juveniles de cambiar el mundo.
El gran reto en esta monografía no es solo vincular estos temas
entre sí, o con nuestra futura profesión, sino ser capaces de al mismo
tiempo expresar nuestras propias ideas al respecto, tanto las que ya
traíamos con nosotros como aquellas que construimos en este proceso.
En estas páginas, muy lejos estarán de encontrar una verdad
universal, verán sí, un punto de vista, una perspectiva, una explicación de
porqué creemos que la Narración Educativa es un Medio de Construcción
Social.
Capítulo I: La Narrativa y sus Principios.

En primer lugar es necesario establecer el significado asignado a los


diferentes conceptos, en cuanto a la narrativa, referiremos los conceptos
más conocidos y divulgados. A pesar de que este concebida como género
literario, también forma parte de nuestro día a día.

a) La Narrativa y su historia.
En el transcurso de la historia los seres humanos sintieron la
necesidad de contar sus propias vivencias o inventarlas y agregarle un
toque subjetivo de comicidad o tragedia. La narrativa oral fue siempre
predecesora de su contraparte escrita. Los juglares componían poemas
sobre hazañas o vivencias de personajes históricos que el auditorio conocía
ya que estaban insertos en su cultura popular. Lo interesante era el toque
lírico que el juglar le otorgaba a su cantar para entretener.
Por ejemplo en las narraciones históricas del Antiguo Testamento,
las obras son más bien populares, puesto que los autores de este,
debieron recordar la tradición oral para realizar las escrituras.

b) La Narrativa y su teoría.
Decimos que la narrativa, desde un punto lingüístico, es un “tipo de
enunciado con el propósito de relatar hechos”1. Entonces aquí nos
extenderemos en su significado, puesto que describimos y enumeramos
las partes que la componen.
• Enunciado: aquí nos referimos a la “unidad mínima de sentido”2 que
refleja el acto de comunicación de pensamientos a través del habla y
la escritura. Para este acto comunicativo es necesario un emisor, un
mensaje codificado, y un receptor.

1
Microsoft Encarta, 2003.
2
Alarcos, Emilio, Enunciado y oración, Cap XIX, “Gramática de la Lengua Española”, 2002.

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Hechos: en primer lugar, estos incluyen necesariamente uno o más
personajes. Tienen una ubicación temporal, una época de referencia y
también una ubicación espacial que puede ser real o ficticia. Es por
esto que los hechos pueden ser verdaderos, pero si no lo son, tienen
que tener algo de verosímiles.
• Propósito: Podríamos decir que es el carácter predominante del
hecho. Está intencionado en su totalidad por el emisor. Y nos
permite tener una perspectiva como narrador. Si el narrador es
omnisciente, seguramente el enunciado y el hecho serán ficticios,
porque nosotros en realidad no somos omniscientes, solo cuando
contamos algo ficticio. El narrador puede ser testigo o personaje.
Como ejemplo de esto, podemos tomar el caso del Antiguo
Testamento, el propósito de las narraciones es religioso porque se
pretende demostrar como participó Dios en acontecimientos
humanos.

A todo esto, el propósito de la narrativa en el que nos centramos es


el de transmitir enseñanzas y al que en algún caso se le pueden unir los
preceptos morales, como en “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupèry,
donde encontramos que “Lo esencial es invisible a los ojos, solo se ve con
el corazón”.

c) El propósito educativo de la Narrativa.

¿Cuándo consideramos que nuestra narrativa tiene un propósito


educacional? Desde el momento en que buscamos que influya de manera
tal en el receptor que provoque su aceptación y transforme sus ideas
previas, consideramos que estamos buscando una relación educativa. No
consideramos esta relación como una imposición de pensamientos sobre el
otro, sino más bien como una exposición de ideas con fundamento y
verificable. Por lo tanto el conocimiento no fáctico que expongamos
quedará como una gran incógnita para la sociedad, hasta que se
compruebe. Como por ejemplo la existencia de Dios.
La intención de nuestro pensamiento debemos considerarla
necesariamente benéfica para la construcción educativa del alumno. Es por
esto que si queremos educar, hay que tener un estilo crítico que nos
permita diferenciar entre qué es benéfico o no para ellos.
Kant considera que “los principios son subjetivos cuando lo que
señalan es considerado por el sujeto como válido para su propia
voluntad”3. He aquí una definición para la postura subjetiva de cada
individuo con respecto a un relato, cada uno, entonces puede integrar o
no, los principios contenidos en ellos.

3
Kant, Immanuel, “Crítica de la razón práctica”, Losada, Buenos Aires, 1990.

Página 5
Como Mc Ewan y Egen4 dicen con respecto a los relatos
educacionales, “nunca están ausentes los sentimientos, la subjetividad”.
Para ellos, la narrativa puede ser dividida en dos grupos:
• General: Aquí la narrativa implica una situación educativa común
para la historia de la humanidad; puesto que los relatos son
generales. Sirven de modelo, como grandes narrativas, del progreso
y tienen un fin que contribuye al conocimiento general.
• Individual: Son los relatos personales, los más cotidianos, los que
influyeron en nuestra vida desde la primera educación que hemos
recibido. Estos relatos poseen un gran contenido moral, de acuerdo a
la personalidad del individuo que lo narra y de si este lo considera o
no un relato educativo moral. Aunque muchos de estos aprendizajes
relatados individualmente, están contribuyendo a la cultura popular.
Los relatos individuales pueden contribuir a la creación de relatos
generales.

Según James Britton, citado en la obra de Mc. Ewan y Egen, “el


discurso narrativo es expresivo y exploratorio y se presenta en el estilo de
la conversación formal”. De modo que es en estos relatos “formales”, en
donde aplicamos nuestra comprensión de la realidad que nos rodea y la
expresamos en ese formato.
Deducimos que los relatos pueden tener una utilización formal, como
por ejemplo aquellas narrativas religiosas. Estos tendrán así también una
interpretación oficial, así como en la Iglesia Católica todos los fieles,
considerarán y concluirán en una interpretación formal del evangelio.
Los relatos que contienen intrínsecos en ellos una moraleja son
aquellos que transforman el conocimiento y tienen un verdadero valor
moral aplicable y que puede modificar la conciencia del receptor. De modo
que los fines transformadores de los relatos juegan un rol importante para
la educación.

4
Mc Ewan – Egen, “La Narrativa en la Enseñanza del Aprendizaje y la Investigación, Amorrortu, 1998.

Página 6
Capítulo II: La Narración Educativa

Habiendo entonces ya definido a que nos referiremos al hablar de las


Narrativas, pasaremos a establecer el campo de acción de estas, el
contexto educativo en que son utilizadas y la naturaleza de lo transmitido
por estas.
Comúnmente creemos que las narrativas solo son desarrolladas en
las materias del campo de Humanidades tales como Historia, Filosofía,
Literatura, etc. Sin embargo, como P. Jackson5 nos dice, “es probable que
no haya una sola materia escolar en la que los relatos no desempeñen un
papel”. Si repasamos el currículum, podemos observar que de acuerdo a la
materia y a la metodología utilizada, encontramos dos usos comúnmente
dados a la narrativa, uno como base del contenido disciplinar, el otro como
metodología didáctica utilizada por el profesor.

a) La Narrativa como base del contenido disciplinar.

Quizás el ejemplo más claro de esto es la Literatura, la cual es


imposible de desligar de los relatos pues su naturaleza es esencialmente
narrativa, su objeto de estudio son en su gran mayoría relatos realizados
por otros hombres lo que lleva a su inevitable inclusión en la clase y a una
fuerte consideración de la narrativa como fuente de conocimiento por los
profesores y por consiguiente de los alumnos. Esta dependencia de la
narrativa usualmente acarrea un alto contenido de esta en las clases no
solo por parte del profesor sino también de los alumnos quienes reciben el
mensaje de la importancia de esta y lo traducen en su utilización en las
evaluaciones. ¿Cuantas veces hemos escuchado a nuestros profesores de
Literatura quejarse de que sus alumnos en los escritos solo contaban la

5
Jackson, Philip, “La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación”, Bs As, 1998.

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historia en lugar de analizarla? Esto es un reflejo de en que medida las
clases de Literatura están orientadas hacia el relato.
“El hombre es siempre un narrador de historias” nos dice Jean Paul
Sartre (Sartre, 1965, pág. 65), y así, materias como la Historia denotan
esta fuerte necesidad del hombre de contar lo que le ha sucedido, por
tanto, un profesor de Historia es en esencia un buen narrador de relatos,
el contenido histórico no es muchas veces más que la descripción de
hechos que sucedieron en un determinado momento. La Historia como
disciplina, se limita a crear un gran relato lo más verídico posible de lo que
le ha sucedido al hombre desde su inicio.
En esta categoría podemos incluir también a la Filosofía, desde la
cual podemos hacer diversas conexiones. Primero que nada, todo lo que
concierne a mitología, son estrictamente relatos. Sin embargo, no es esta
relación la que más nos interesa, sino que es el uso de relatos individuales
informales que se ven intensamente propiciados al momento de la
discusión, pues las ideas expresadas están mayormente basadas en algún
tipo de experiencia que la propulsó, además de su uso natural para por
medio de ejemplos clarificar una idea.
Aún las disciplinas de lenguas, tanto de la lengua madre (idioma
español) como de lenguas extranjeras (enseñanza de francés, inglés,
etc…), basan su aprendizaje en textos narrativos como medio para
presentar el lenguaje. Por lo tanto las asignaturas nombradas tienen una
necesidad explícita y conceptual del uso de las narrativas.

b) La Narrativa como metodología didáctica.

Sin embargo, ¿qué ocurre con las ciencias duras6?, pues su


contenido conceptual no depende de relatos sino de hechos y cifras.
¿Significa esto que la narrativa estará ausente de las aulas? Nuestra
respuesta es no, estas materias también necesitan de la narrativa. Sin
embargo, ésta se enfoca de manera diferente; se incluyen los contenidos
fácticos en forma de narración con un fin pedagógico, el lograr un mayor
interés y motivación por parte de los alumnos, y, a veces, el simplificar la
tarea de la comprensión dándole una nueva significación a formas
abstractas que sean más fácilmente asociables con la experiencia, esto ya
fue notado por Mc. Ewan y Egen7 quienes decían que “No es casual que
casi todas las personas reconozcan la buena enseñanza por la atracción de
la fuerza imaginativa con la que se exponen los contenidos en un orden
narrativo que capta la atención de los estudiantes”.

6
”…en este sentido se le dice "ciencias duras" a las naturales y "blandas" a las sociales.”
Díaz, Esther, “Hacia una visión crítica de la ciencia”, Biblos, Buenos Aires, 1992.
7
Mc Ewan – Egen, “La Narrativa en la Enseñanza del Aprendizaje y la Investigación, Amorrortu, 1998.

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Más allá de cómo sea usada la narrativa, ésta no solo transmite los
contenidos conceptuales de la disciplina, sino que abarca también otro
campo, que es quizás su mayor contribución a la enseñanza.

c) El Aporte de la Narrativa.

¿Nunca se han preguntado porqué una de las medidas primeras de


todo régimen totalitario es un cambio en las materias donde la narrativa
es la base tales como Historia o Literatura? Para dar una respuesta a esto,
debemos empezar a pensar que transmite la narrativa que puede ser
amenazante a este tipo de regímenes. El elemento que nos brinda la
solución es la subjetividad8, la narrativa transmite subjetividad, y ésta
puede inquietar a un régimen totalitario si lo transmitido no va de acuerdo
con sus principios.
Un profesor, antes de ser profesor, es una persona de carne y
hueso, y, como tal es poseedor de una subjetividad única, un conjunto de
ideas y valores que marcan su día a día. Como ya Berger y Luckman9
refiriendo a lo dicho por Mannheim escribían, “no hay pensamiento
humano inmune a las influencias ideologizantes de su contexto social”,
todos tenemos entonces este bagaje ideológico que va a marcar nuestra
conducta, que no podemos esconder y que va a ser transmitido
indefectiblemente en nuestras narrativas. Sin embargo, aquello que el
profesor está transmitiendo, no es únicamente personal, pues éste
pertenece a un determinado contexto social compartido por otros, por lo
tanto, lo traspasado será también aquellos elementos compartidos por la
cultura de cada sociedad.
En resumen, el profesor por medio de la narrativa estará difundiendo
dos subjetividades paralelas y nunca opuestas, la cultura moral social, y
sus pensamientos e ideologías. En caso de que la ideología del profesor
sea opuesta a las aceptadas por la sociedad en conjunto, creemos que el
profesor tendría una tendencia a transmitir su realidad. Sea cual sea su
contenido, claro está que los objetivos educativos, implícitos o explícitos,
al contar y leer relatos, se relacionan “con lo que queremos que los
estudiantes sean como seres humanos”10, por tanto, con la formación de
personas aptas para la vida en sociedad, y, en esto, el profesor actúa de
modelo.

d) El efecto educativo de los relatos.

8
“Subjetivo: Perteneciente o relativo a nuestro modo de pensar o de sentir, y no al objeto en sí mismo”
Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, Vigésimo Segunda Edición, 2001.
9
Berger P, Luckman T, “La construcción social de la realidad”, Buenos Aires, Amorrortu, 1997.
10
Jackson, Philip, “La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación”, Bs As, 1998.

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Esta constante exposición a las narrativas y los diferentes mensajes
subjetivos que conllevan, desembocan en la creación de una ideología, un
modo de cada alumno de ver el mundo. Dentro de la subjetividad creada
en el alumno, hemos diferenciado dos aspectos, uno individual y el otro
general o social.
La subjetividad individual del alumno surge de la interpretación que
le dé a los relatos, y a como integre lo que le es transmitido por el
profesor con aquellas ideas y valores a las que está expuesto en otros
contextos. De modo que el efecto del profesor no es el único a considerar,
puesto que cada alumno se mueve por diferentes ámbitos tales como la
familia y el grupo de pares. La manera en que las diferentes subjetividades
son integradas e interrelacionadas por el estudiante, darán como producto
la creación de una subjetividad propia.
El segundo aspecto, es la creación de una subjetividad general o
social dentro del grupo. A lo largo de su vida estudiantil, en materias tales
como Literatura o Historia, cada alumno ha sido expuesto a ciertos relatos
prescriptos por los programas. Como consecuencia de esto, veremos que
cada alumno adquirirá una serie de pautas morales generales comunes a
la cultura en que se encuentra. La interiorización de estas pautas morales
por el estudiante, hace que éstas se vean reflejadas en su conducta y sus
costumbres, y puesto que "la costumbre constituye la guía fundamental de
la vida humana"11, le permitirán al final la inserción en la sociedad, pues
son tan estándares y esenciales en la cultura como “no matar” lo es en
una sociedad Cristiana Occidental.
Esto explicaría porqué los relatos difieren de una sociedad a otra, o
aún refiriéndonos a diferentes momentos históricos de una misma
sociedad. De modo que los relatos al los que son expuestos los alumnos en
la Alemania moderna, nada tendrán que ver con aquellos de la Alemania
Nazi, donde estaba bien claro que la intromisión en la educación era el
mejor modo de hacer propaganda política y de formar una conciencia
popular que consintiera y hasta apoyara incondicionalmente el uso de la
fuerza militar. Cada sociedad en un tiempo específico, está regida por un
número de normas morales que hacen posible la convivencia y están de
acuerdo a los objetivos de ésta.
A tal extremo puede esto ser llevado, que en la actualidad, los
ataques suicidas son una realidad, y estos provienen de una sociedad
Islámica, altamente religiosa, donde la narrativa en su texto principal, el
Corán, promueve la Guerra Santa (Jihad)12, hay entonces allí una
coherencia entre los objetivos de la sociedad de librar una guerra y las
narrativas que transmiten un ensalzamiento de ésta.

11
Hume, David, “Tratado de la Naturaleza Humana”, Tecnos, Madrid, 2002.
12
“Los infieles son para vosotros un enemigo declarado”, El Corán, Sura 4, aleya 101.
“No dejéis de perseguir a esa gente” El Corán, Sura 4, aleya 104.
“¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos!”, El Corán, Sura 5, aleya 51.

Página 10
La trascendencia del efecto educativo que tiene la narrativa se torna
así imposible de perder, teniendo este un alto rango de participación en el
producto final de la formación humana de esos futuros ciudadanos.

Capítulo III: La Realidad y la Sociedad.

Como ya hemos visto, a nuestro entender, el uso de narrativas en la


educación tiene un efecto en nosotros tanto a nivel individual como
colectivo, por lo tanto, si “lo que uno hace revela lo que piensa, siente o
cree”13, entonces esto repercutiría en nuestro sentir colectivo, en nuestro
actuar como sociedad, y por último en la realidad. Como ocurre este
proceso, es lo que intentaremos describir a continuación.
Para esto, dividiremos la realidad en dos porciones, la realidad
objetiva y la realidad social.

a) La Realidad Objetiva.

La primera es aquella que el hombre no puede modificar. Esta se puede


explicar claramente a través de varios ejemplos. Uno de ellos es que sin
importar cuanto creamos o predigamos que el Cometa Halley regresará el
año entrante, éste no lo hará, no alterará su órbita de acuerdo a nuestros
deseos o creencias. Otro es que por más que creamos firmemente que la
ley de gravedad no existe, al saltar de un edificio, seremos arrastrados por
ésta hacia el suelo. Por lo tanto, es a ésta porción de realidad
independiente por completo de la conciencia, o las ideas humanas (los
objetos caían aún antes de descubrirse la ley de gravedad), a la que
llamaremos Realidad Objetiva.

b) La Realidad Social.

13
Bruner, Jerome, “Actos de significado”, Editoral Alianza, 1993.

Página 11
La segunda porción, que es la que realmente concierne a esta
monografía, es la que llamaremos la Realidad Social por estar sujeta a
modificaciones causadas por los cambios en la conducta del hombre. Sin
embargo, la construcción social de la realidad es un proceso demasiado
complejo como para ser comprendida en su totalidad. Por lo tanto, nos
limitaremos a demostrar que este proceso existe y establecer la
participación del individuo y la educación en este proceso, sin intentar
medir su alcance, lo cual, por la naturaleza cambiante de sus variables,
nos parece imposible de lograr.
Supongamos el caso de un estudiante que tiene que rendir examen.
Si éste cree que el tiempo que tiene no es suficiente, y que no le va a dar
tiempo de estudiar todos los temas, entonces pasará más tiempo
lamentándose que estudiando. Como consecuencia de esto, efectivamente
el tiempo no le será suficiente para estudiar todo. Esto es un ejemplo de lo
establecido en el Teorema de Thomas14. Si los individuos definen las
situaciones como reales, son reales en sus consecuencias, es la profecía
que se cumple a sí misma, porque su subjetividad los guía hacia la
verificación de la idea previa. Las dimensiones de esto pueden ser
observadas si se pone como ejemplo un caso extremo; si todos en el
mundo creyeran firmemente que el Apocalipsis llegará en una fecha
determinada y que tendrá como resultado la muerte de todos los
pobladores de la Tierra, aún sin ser cierto, si la creencia es firme y
completa, es muy probable que todos se suicidaran cumpliendo así la
catastrófica profecía.
Como hemos observado, la profecía se basa en subjetividades, que
es a su vez, lo transmitido por las narrativas, por lo tanto, las narrativas
pueden condicionar así la construcción de la realidad. Si en nuestros
relatos, los representantes de aspectos o valores negativos como el robo y
la estafa fueran siempre las personas de color, eso llevaría a la
desconfianza en ellas, lo que los dejaría como víctimas del desempleo y,
eventualmente desembocaría en su incursión en actividades ilegales para
su supervivencia, lo que al final cumple la profecía expuesta en los relatos.
Un segundo elemento que condiciona la realidad es el conocimiento
social. ¿Cuántas veces hemos escuchado decir que los suizos son
puntuales? Seguramente miles, y, si por negocios, necesitáramos asistir a
una reunión con un suizo, pondríamos especial cuidado en la puntualidad
porque “todos saben que los suizos son puntuales”. Sin embargo, aún no
nos hemos encontrado con ningún suizo, no tenemos experiencia ninguna
con que corroborar la información, pero aún así, actuamos en
consecuencia de ella. Y, es probable que el suizo, sabiendo lo que se
espera de él, actúe de acuerdo a las expectativas. Por lo tanto, siendo la
subjetividad objetivable a través de los actos, nuestro conocimiento social,
aquellas teorías culturales condicionarán nuestro comportamiento hacia la
14
Merton, R, “Teoría y estructuras sociales”, F.C.E., México, 1987.

Página 12
transformación de una realidad específica. O sino, ¿porqué nos cuidamos
de no ser robados si pasamos junto a alguien que está en la indigencia, y
no lo hacemos si pasamos junto a un ejecutivo de traje y corbata?, siendo
que éste último bien puede ser un estafador de primera línea y el primero
ser un hombre honrado.
Queda establecido entonces que al ser el hombre partícipe primordial
de la realidad, y, teniendo la capacidad de cambiarla con sus acciones, una
variación en la subjetividad, las ideas básicas que determinan el accionar
del hombre conlleva una alteración de la realidad.

Capítulo IV: Conclusiones

Al realizar este trabajo, muchas respuestas se nos fueron


respondiendo sobre la marcha, y nos dimos cuenta que muchas de las
inquietudes que nos acechaban, fueron compartidas también por otros que
a lo largo de la historia intentaron responder, cada uno a su manera, pero
todos convencidos de su razón.
Integrando todo lo expresado en esta monografía, podemos inferir
que si la narrativa expresa una subjetividad que se transmite por medio de
la educación a quienes (hoy alumnos) construirán socialmente la realidad,
entonces, las narrativas utilizadas por los profesores son un factor
determinante en como será la realidad en el futuro.
Quizás podamos pensar que de nada nos sirve saber esto, que
solamente es un pedazo de papel que terminará en una recopilación de
datos inútiles, sin embargo, al relacionarlo con nuestra realidad actual, la
de futuros docentes, lo encontramos extremadamente significativo, es
más, creemos, es algo de lo que todos los profesores deberían estar al
tanto. Seremos modelos y formadores de varias generaciones futuras, y,
tal vez no como individuos, pero sí como cuerpo docente, esto puede
marcar una diferencia.
Sin embargo, debemos ser cuidadosos en el uso de esta capacidad,
es una amplia responsabilidad, debemos promulgar en nuestros relatos
aquellos valores y preceptos morales que compartimos como sociedad, es
necesario que impongamos el sentir colectivo antes del individual.
Como futuros docentes, sin importar el área o la materia,
firmemente entendemos que el estar conciente del efecto que nuestros
relatos causan en los alumnos, y lo que todo esto conlleva a nivel social,

Página 13
es esencialmente necesario, de otro modo, estaríamos transmitiendo una
subjetividad que puede no ser la deseada. Por lo tanto, la conciencia es el
primer paso hacia una verdadera formación integral del alumno, para así
poder, primero en nuestras ideas, luego en los hechos, ser artífices de la
construcción social de una mejor realidad.

Bibliografía consultada:

• Alarcos, Emilio, “Gramática de la Lengua Española”, 2002.


• Berger P, Luckman T, “La construcción social de la realidad”, Buenos
Aires, Amorrortu, 1997.
• Braschi, Wilfredo, “Las mil y una caras de la comunicación”, 1980.
• Bruner, Jerome, “Actos de significado”, Editoral Alianza, 1993.
• Díaz, Esther, “Hacia una visión crítica de la ciencia”, Biblos, Buenos
Aires, 1992.
• Ducrot y Todorov, “Diccionario enciclopédico de las Ciencias del
Lenguaje”, 1996.
• El Sagrado Corán, III Edición de IntraText CT,
http://www.intratext.com/X/ESL0024.HTM
• Hume, David, “Tratado de la Naturaleza Humana”, Tecnos, Madrid,
2002.
• Jackson, Philip, “La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la
investigación”, Bs As, 1998.
• Kant, Immanuel, “Crítica de la razón práctica”, Losada, Buenos
Aires, 1990.
• Mc Ewan – Egen, “La Narrativa en la Enseñanza del Aprendizaje y la
Investigación, Amorrortu, 1998.
• Merton, R, “Teoría y estructuras sociales”, F.C.E., México, 1987.

Página 14
• Microsoft Encarta, 2003.
• Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española,
Vigésimo Segunda Edición, 2001.
• RAE, “Esbozo de la Real Academia Española”, 1973.
• Ricoeur, Paul, “Del texto a la edición”, 2001
• Universidad de Jaen - www.ujaen.es/
• Universidad Complutense de Madrid - www.ucm.es/

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