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El 11 de marzo de 2004 es una fecha que nunca olvidará la sociedad española. Ese día la
organización terrorista islámica Al-Qaeda, hizo explotar cuatro trenes en la red de
Cercanías de Madrid. Un total de diez explosiones se registraron en esos trenes entre las
7:36 y las 7:40 de la mañana, una hora considerada punta, ya que muchas personas se
desplazan en ese medio de transporte para dirigirse a sus lugares de trabajo o de estudio.
Esos trenes se encontraban en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia y el Pozo del Tío
Raimundo y otro en la Calle Téllez, cerca de la estación de Atocha. Fallecieron 191
personas y 1.858 resultaron heridas en el mayor atentado cometido en Europa hasta la
fecha.
En este ensayo intentaré aplicar, de la mejor forma posible, los hechos ocurridos el 11
de marzo y su repercusión en los días siguientes hasta llegar a las elecciones, que se
celebraron tres días después, ganadas por el Partido Socialista. Por supuesto, gran parte
de la aplicación del temario de la asignatura, se la llevará el día en el que los ciudadanos
se movilizaron y empezaron a utilizar las nuevas tecnologías para hacer una
“movilización online” para reunirse en la Calle Génova, en la puerta de la sede del
Partido Popular, la tarde del 13 de marzo. El día en el que los ciudadanos se unieron
para intentar conocer la verdad sobre los verdaderos artífices de la masacre del 11 de
marzo.
Pero la pregunta es: ¿El Partido Popular perdió las elecciones por los atentados del 11
de marzo? La respuesta es claramente no, ya que no sólo los atentados provocaron esos
resultados electorales. Esto venía de más atrás con las mentiras que se dijeron tras el
hundimiento del petrolero Prestige en las costas gallegas y reformas educativas por el
“decretazo”. En definitiva, los ciudadanos mostraron su indignación en contra del PP a
través del voto.
Para aplicar la opinión pública discursiva tenemos que retroceder al día anterior de las
elecciones, al 13 de marzo. En la tarde de ese día, una serie de ciudadanos se reunieron
en la Calle Génova a las puertas de la sede del PP, para exigir que se les dijera la
verdad. Es decir, que el Gobierno de entonces dejara de culpar a ETA de los atentados
para ganar votos en las elecciones del día siguiente, y dijera la verdad, que era la que
apuntaban algunos medios extranjeros: que los responsables de la masacre era la banda
terrorista islámica Al-Qaeda. Ese día los ciudadanos hablaron a las puertas de esa sede y
lo más importante, destacar la capacidad de reunión de esas personas, gracias a las
nuevas tecnologías. Gracias a los SMS y a los correos electrónicos que se pasaban de
unas personas a otras se llegó a lo que Víctor Sanpedro define como “multitudes
online”. Los SMS que se enviaron, tenían la siguiente frase: ¿Lo llaman jornada de
reflexión y Urdaci trabajando? Hoy 13M, a las 18 h.… Pásalo”. Se refieren al periodista
Alfredo Urdaci, en ese momento presentador del Telediario en la primera cadena de
Televisión Española, quien favorecía claramente en sus informaciones al Partido
Popular.
Esta movilización ciudadana del 13 de marzo, me sirve para aplicar los esquemas de la
esfera pública central y las esferas públicas periféricas. La esfera pública central se
relaciona con las instituciones más asentadas en la sociedad civil y que genera debates
cohesionadotes y formalizados sobre la gestión del poder y los valores colectivos. En
este caso práctico, la esfera pública central sería el Gobierno, en ese momento el Partido
Popular. Los ciudadanos que se manifestaron delante de la sede del PP, constituirían en
este caso, una esfera pública periférica que consiguió atención en algunos medios, como
la Ser, que llegó a anunciar que a las 18.30 horas se habían reunido unas 3.000 o 4.000
personas. Algunas cadenas de televisión, como TV-3 o CNN+, también dieron
cobertura de la movilización.
Aprovecho este momento, para aplicar el concepto de la Espiral del silencio. Esta
teoría de la politóloga Elisabeth Noelle-Neumann consta de cuatro proposiciones. En su
proposición cuarta, dice lo siguiente: “Los medios crean una presión ambiental ubicua y
consonante con la OP mayoritaria. La convergencia de temas y marcos tiene un efecto
acumulativo, acelerando el ritmo con el que gira la espiral del silencio. Pocos individuos
calificados de hardcores o duros, expresan su disidencia y desafían la marginación”.
Según esto, algunos medios en esos días de marzo realizaron una gran presión sobre los
ciudadanos, para hacerles creer que ETA habían sido los artífices del atentado en los
trenes de cercanías. Intentando extender esa opinión mayoritaria entre los ciudadanos.
Sin embargo, en la manifestación que se realizó en Barcelona por las víctimas del 11 de
marzo, aparecieron pancartas como las siguientes: “La Constitución es otro tema” o
“¿Qué pinta la Constitución aquí? De esta forma, los ciudadanos ya empezaron a darse
cuenta de que existía una manipulación informativa, algo que imperó durante los 3
días, desde el atentado hasta las elecciones del 14 de marzo. Es uno de los peores
momentos del periodismo en España, ya que periódicos como el francés Le Monde o la
televisión holandesa que apareció en el documental 13-M: Multitudes online que
pudimos ver en clase, ya afirmaban claramente que los responsables del atentado era Al-
Qaeda, algo que la prensa de este país no quería afirmar.
Según todo lo dicho hasta ahora, se puede considerar al día 13 de marzo de 2004 como
una jornada de intoxicación masiva, con unas elecciones que se producían horas
después. Pero esta intoxicación invade hasta la esfera privada de la que habla José Luis
Dader y que también tiene relación con la esfera social y la esfera privada. Con lo de
la esfera privada me refiero al asesinato de Ángel Berrueta un panadero de Pamplona
que se negó a colocar un cartel en contra de ETA en la puerta de su panadería. Aun así,
un policía nacional, que estaba fuera de servicio le asesinó tras una discusión política
por negarse a colocar el cartel. La muestra de este suceso también ayudaba a esa
creencia que tenía el periodismo español de que el atentado lo había cometido ETA.
Así, un hecho privado y sin gran relevancia pasa a la esfera pública, que es en la que se
encuentran los medios de comunicación.
Por último, los últimos conceptos que voy a destacar son los de patio (dimensión
privada), en el que se encuentran el secreto y la confidencia y el balcón (dimensión
pública), en el que aparecen la censura y la publicidad. La confidencia es, en mi
opinión, la más clara de todas. Esto se puede observar en la portada de El País el día 12
de marzo, que he comentado más arriba, y que decía lo siguiente: “Masacre de ETA en
Madrid”. Preguntado el entonces director de El País, Jesús Ceberio, la respuesta no
puede ser más sorprendente: “Me lo dijo Aznar por teléfono”. De esta manera, se puede
ver que este director no tiene claro esa idea de contrastar las fuentes, que recuerdan a los
periodistas en las Facultades de Periodismo. Aunque el hecho ya de por sí es grave, lo
es más en la portada de un periódico nacional y que es el segundo en audiencia, según
datos del Estudio General de Medios.
En definitiva, que el mayor atentado de la historia de España, tuvo en los días que
siguieron un periodismo nefasto, que no supo expresar la verdad que se merecía la
sociedad española en general, y los familiares de las víctimas en el atentado en
particular. Por lo menos, se pudo observar la gran capacidad de unión de la ciudadanía
en el 13-M y el gran uso que se le puede dar a Internet si se quiere. La ciudadanía
expresó su malestar en las elecciones del día 14, otorgando la victoria al PSOE, con un
gran margen sobre el PP.
Por último, me gustaría destacar unas frases del libro Historia de España
Contemporánea y de nuestro tiempo, escrito por José Luis Rodríguez Jiménez: “Entre
los factores a los que cabe atribuir la alta participación (en las elecciones generales de
2004) figuran la movilización social que se ha vivido en España durante los últimos
meses. También las movilizaciones habidas justo antes de las elecciones, para expresar
repulsa ala masacre terrorista, así como las concentraciones de grupos de izquierda
frente a sedes del PP en distintos puntos de España, como forma de protesta, en
ocasiones violenta, por el tratamiento informativo sobre los atentados, que consideran
manipulador”. Me llama la atención lo de “concentraciones de grupos de izquierda
frente a sedes del PP”, ya que pensaba que esa creencia de que la manifestación del 13-
M había sido promovida por la izquierda había quedado en el olvido pero parece ser que
no. Ese día los que se manifestaron fueron los ciudadanos de este país
independientemente de su ideología. Lo más grave es que se trata de un libro publicado
en 2008, por lo que se debería conocer ya de una vez la realidad. También me indigna
que el libro de donde saco el fragmento, sea el manual de base que seguimos en la
asignatura Historia de la España Actual, que curso en este primer cuatrimestre. Para que
ahí se vea lo que nos hacen estudiar…