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EL DIA DE LA BESTIA

1995

(ALEX DE LA IGLESIA)

¡ Hasta dónde llegará la delincuencia !


(Secuencia fílmica)

La acción pasa en Madrid, durante las fiestas navideñas… Un cura de pueblo, con
sotana y boina, está hojeando unos libros en la sección de ciencias ocultas de una
gran librería. De pronto, se queda parado frente a un cartel publicitario que
promociona el best-seller del momento : '' El mundo mágico del profesor GAVAN'' .
El cura se acerca al anaquel, toma un paquete, lo desgarra precipitadamente y se
mete el libro en el bolsillo del abrigo…

La cajera : - ¡ Oiga ! que tiene que pagar el


libro…

El cura : - ¿ Cómo ? ¿ Qué libro ?

Dos guardias jurados se lo llevan a un despacho donde un señor, sentado detrás de


una mesa, empieza a hacerle preguntas para rellenar un formulario. Parece ser el
jefe del servicio de seguridad..
El jefe de servicio : - Nombre…

El cura : - Angel.

El jefe(Tecleando en el ordenador) : - Angel…


¿ Qué más ?

El cura : - Angel Berriartúa.

El jefe : - ¿ Es usted sacerdote ?

Don Angel : - Sí.

El jefe (escribiendo) : sa - cer - do - te. Está


bien. (Examinando el cuerpo del delito)

''El mundo mágico del profesor Gavan''. ¿ No le parece que es usted un


poquito mayor para andar robando libros, padre ?

Don Angel : - Necesito ese libro.

El jefe : - Yo también necesito un montón de


cosas, pero estoy aquí de ocho a dos y de
cuatro a nueve para poder pagármelas.

Don Angel : - No puedo comprarlo.

El jefe : - ¿ No puede comprarlo ?

Don Angel :- No.

El jefe : - ¿ Y por qué no puede ? ¿ No tiene


dinero ?

Don Angel : - No, no, no, no es eso.

El jefe : - ¿ Y qué es entonces ?


Don Angel : - Tengo que acostumbrarme a
hacer el mal.

El jefe (Con la mirada cada vez más inquieta) : -


¿ Por qué tiene que hacer el mal ?

Don Angel : - Porque tengo que ponerme en


contacto con Satán.

El jefe : - Ya… Con Satán… Pero eso no parece


fácil.

Don Angel : - No, por eso necesito el libro.


Soy catedrático de teología, y llevo
veinticinco años estudiando el apocalipsis de
San Juan, y he descubierto que en realidad no
es más que un criptograma…

El jefe : - ¿ Un crucigrama...?

Don Angel : - No,no,no, un criptograma. A ver


si me entiende, un mensaje en clave… un
mensaje secreto oculto tras las palabras.

El jefe : - ¿.. Y usted lo ha descubierto ?

Don Angel : - Exacto. La semana pasada. La


solución se basa en la transcripción numérica
del apocalipsis. Al principio utilicé la
esteganografía de Tritemio. ¿ Ha leído usted
a Tritemio ?

El jefe : - ¿ A Tritemio ? No, creo que no.

Don Angel : - Pues es fundamental. ( Se


levanta, se dirige hacia una pizarra y empieza a
desarrollar su teoría) Él me dio la idea de
concebir el apocalipsis no como una alegoría
sino como una ecuación. A cada letra
corresponde un número, por ejemplo ''dálet''
vale cuatro, y ''shin'' vale trescientos. Y esto
lo podemos…

De repente una persona abre una puerta interrumpiendo la demostración de don


Angel.

El empleado : - Perdón…

El jefe (enojado) : - ¿ Qué pasa ?

El empleado : - No… Es que me dicen arriba


que si puede usted subir a juguete un
momento.

El jefe : - ¿ Pero no ves que estoy ocupado ?


Diles que luego subo.

Don Angel : - Esto lo podemos hacer con todas


las palabras…

El jefe (interrumpiéndolo) : - Padre, dígame ¿ Y


todo esto lo sabe alguien ?

Don Angel : - Sí, claro, pero… ha muerto hace


dos días.

El jefe : - Vaya lo siento, pero no se preocupe


yo le creo, confíe en mí. Ya verá como todo se
arregla. Y…¿ Qué dice el mensaje ? Si se
puede saber…

Don Angel : - El mensaje es una cifra, una


fecha. El día exacto del fin del mundo : hoy
concretamente, esta noche.
El jefe : - Sí que es importante, realmente.
Eh… espéreme un momento aquí, por favor, un
segundo. El hombre va hacia la puerta que
comunica con la oficina contigua y en voz baja le
susurra a una secretaria : Oye, llama a los
siquiátricos a ver si se ha escapado un cura en
los últimos días, y te digan lo que te digan que
manden a alguien.

El hombre se vuelve hacia don Angel y empieza a decirle :

Bueno, Padre…

Don Angel, con la plancha que estaba sobre la mesa, le asesta un tremendo
planchazo en toda la cara. El hombre yace inanimado por el suelo. Don Angel deja la
plancha, recoge su boina y el libro tan codiciado y se marcha pasando por el
aparcamiento subterráneo…

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