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MONOGRAFÍA
EN CUMPLIMIENTO FINAL DE LOS REQUISITOS
DEL CURSO: TLLR-6601 TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN BIBLIOGRÁFICA
PROF. JOSÉ R. IRIZARRY, PH.D.
POR
DAVID E. QUIRÓS ROSADO
DEFINICIÓN
Definimos vid como una planta tipo enredadera, de constitución frágil aparente,
de ramas delgadas, cuyo fruto pequeño, redondo, de colores que van desde los grados de
verdes hasta los violáceos oscuros, se conoce como la uva. En la época bíblica, la Tierra
Santa era un próspero viñedo, aparte de los sembrados de cereales y otros frutos como la
higuera.
LA VID EN LA BIBLIA
Desde el Antiguo Testamento (AT), la vid aparece en distintas narraciones: en la
ofrenda de Melquisedec (Gn. 14:18), en el informe de los espías (Nm. 13:20, 24), el canto
a la viña (Is. 5:1-7), sembrados en lugares como En-gadi (Cnt. 1:14) y en Sibma (Jer.
48:32), y aparece como el sueño dorado de los israelitas nómadas de poder sentarse a la
sombra de su propia vid (1 R. 4:25). Aparece como figura o tipo del pueblo de Israel
(Jer. 2:21, Ez. 15:6, Os. 10:1 y en Sal. 80:9-17), la esposa del justo (Sal. 128:3) y como
Moab (Jer. 48:32). Había que podarla una vez al año (Lv. 25:3).1
1
Diccionario Ilustrado, 691.
2
Keener, 258-259.
del discurso; este es el último discurso de Cristo, la segunda sección, y está dividido en
dos partes: Permanecer en la vid (v.1-6) y Permanecer en el amor (vv. 7-17). Marguerat
señala además que esta porción de los capítulos 15 al 17 son fragmentos añadidos en
redacciones posteriores a la obra original, pues cuando al final del capítulo 14, Jesús dice:
“levantaos, vámonos de aquí”, este mandato no se cumple hasta el capítulo 18. El
lenguaje retórico o simbólico es cuando se usan palabras que proporcionan la semántica
necesaria para la revelación. En el evangelio lo vemos en el uso de los “Yo soy” y en el
capítulo 15, en el uso de palabras como vid, sarmiento, fuego, vida. El uso de los
conceptos antitéticos es otro de los recursos literarios; es cuando encontramos palabras
opuestas entre sí, tales como: producir fruto/rama seca, permanecer/arrojado fuera,
amigo/siervo.3
El lenguaje joánico se caracteriza por usar palabras preferidas por Juan: amor,
permanecer, gloria, el Padre, vida, etc., términos que raramente aparecen en los
sinópticos. El estilo de los escritos de Juan es sencillo y solemne, haciendo uso de la
repetición para enfatizar conceptos, lo que ayuda al lector a atesorar el mensaje mejor.
SIMBOLOGÍA DE LA VID
Juan presenta a Jesús como la vid y a los discípulos como los sarmientos o
pámpanos, figura que pone de manifiesto la íntima unión que existe entre El y ellos. Los
ha enviado a hacer misión en la comunidad. Para enfatizar la divinidad de Jesús,
menciona al Padre como el viñador. En la ilustración de la vid, presenta al Padre como
‘sembrando’ a Cristo en la tierra, simbolizando así que se lo ha enviado al mundo
comisionado para ser el rescate de un pueblo que tomó la decisión de seguir otros
rumbos. El fruto que se espera es la realidad del hombre nuevo, rescatado por Cristo y
unido al Padre; es el crecimiento de él mismo como persona, como partícipe del Reino de
los cielos que se ha acercado a la humanidad.
CRISTOLOGÍA DE LA PERTENENCIA
Juan presenta a Jesús desde el prólogo del Evangelio como el Logos preexistente
antes de la creación, principal ejecutor del designio divino de crear un universo para dar
morada a su máxima expresión creativa: el ser humano. Se ‘desprendió’ de El para
temporeramente encarnarse y cumplir su propósito de reconciliar la humanidad con su
Dios; traer de vuelta a casa al lugar donde pertenece, bajo el amparo del Omnipotente.
Así como Dios había escogido a Israel como Su pueblo, pero Su pueblo no le obedeció y
4
Mateos, 658.
5
El Intérprete, 13.
siguió, Cristo llega para rescatarnos de la desobediencia, proveernos un medio para llegar
al Padre y devolvernos ese sentido de pertenencia al llamarnos “hijos de Dios” (Jn. 1:12).
Cristo, el auténtico tronco de la vid invita, llama a todos los hombres y las
mujeres, por el amor del Padre y del Hijo, a ser miembros de la vid verdadera, aunque
Jesús mismo elige a los que han de ser sus miembros; no son ellos los que eligen (Jn.
15:16).6 Cristo exhorta a sus discípulos a renovar su adhesión a El, en función del fruto
que han de producir. La unión que formarán con Jesús no es automática ni ritual; pide la
decisión del discípulo y, ante esa iniciativa, responde la fidelidad de Jesús (quédense
conmigo y Yo me quedaré con ustedes).7
Cuando Jesús ofrece al ser humano este vínculo eterno de vida plena, está
ofreciendo una oportunidad de restauración y de restitución del valor sagrado que
tuvimos cuando fuimos creados, y que por las distintas vertientes y consecuencias del
pecado en nuestras vidas, hemos perdido. Es una invitación al marginado, a la
despreciada, al herido, a la señalada, al abominable, a la injuriada, a todas y a todos los
que han sido marcados(as) por el pecado en todas sus modalidades, a resurgir como ave
fénix, a levantarse, limpiarse y erguirse como el hombre y la mujer que Dios siempre
quiso que fueran, lavándose en la Sangre de Cristo, volviendo a ser pueblo, a ser gente, a
ser Sus hijas e hijos. Hay un proceso de sanidad integral que comienza en el momento
que decimos ‘SI’a Dios y a Su Gracia, y que, unidos como sarmientos a la vid que es
Cristo, crezcamos en conocimiento y sabiduría, cuidando nuestra nueva vida en Cristo
con temor y perseverancia.
PASTORAL DE LA PERMANENCIA
6
Diccionario Ilustrado, 692.
7
Mateos, 660.
Cuando se nos presenta una imagen como la de la planta de la vid y sus
componentes, se nos está descubriendo un mensaje de vida. Cuando Cristo dijo que El
era la vid y los discípulos los sarmientos, los estaba conectando a Sí mismo en lazos
fuertes que producen vida en sus corazones. El significado básico de la vid es claro:
Jesús-Logos-Vida se ha acercado al ser humano para reconciliarlo con el Padre,
reconectarlo con Su creador, re-ligarlo a Su Dios. Del mismo modo que Jesús es la
fuente de agua viva y el pan del cielo que da vida, también es la vid que comunica la
vida. Hasta ahora las metáforas que expresaban la idea de recibir de Jesús el don de la
vida requerían unas acciones externas: había que beber el agua o comer el pan de vida.
Las imágenes que se nos presentan en el cap. 15 son más intimas: para tener vida hay
que mantenerse en unión con Jesús, de la misma forma que los sarmientos están unidos al
tronco, a la vid. Beber el agua y comer el pan de vida eran símbolos de la fe en Jesús;
permanecer en la vid simboliza el amor de Jesús.8
8
Brown, 1009.
9
Keener, 298.
10
Dicionario Ilustrado, 691-692.
del Espíritu que nos ayuden a crecer y formarnos como verdaderos hijos e hijas de Dios,
y sí glorificarle en todo cuanto hagamos en Su obra.
¿Cuál es el costo de la perseverancia? Mantenernos unidos a Cristo y mantenernos
unidos a nuestros hermanos y hermanas. Esta pregunta es parte de una de las pláticas de
la Caminata a Emaús11, donde se nos invita a mantenernos como carbones juntos para
mantener la llama de Cristo en nosotros(as), y no ceder a las tentaciones y al desaliento
propios del camino del creyente.
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