Sei sulla pagina 1di 4

LA EUCARISTÍA HACE A LA IGLESIA

CONGRESO EUCARÍSTICO DE LA CHINCA 2005

Nosotras vamos presentar el tema: LA EUCARISTÍA HACE A LA IGLESIA COMUNIDAD y para ello lo hemos
dividido en tres apartes basadas en la tarea educativa salesiana: hacer de las estudiantes Buenas cristianas y
honestas ciudadanas, incluyendo una pequeña reflexión sobre la fe como proceso y como resultado de un
ambiente que la ayude a crecer.
Pertenecemos al colegio Cristo Rey de Popayán y estamos en el grado 5° de primaria.

PRIMERA PARTE
Quiero empezar mi aporte sobre esta frase tan conocida en la familia salesiana porque creo que una de las
características de la comunión, es la capacidad de dar novedad a lo conocido a lo cotidiano; Don Bosco
determinó que la visión misión de su obra educativa fuera hacer de nosotros y nosotras
BUENAS CRISTIANAS Y HONESTAS CIUDADANAS;
Ya llevamos más de 150 años de existencia y este lema sigue resonando con igual fuerza en donde haya una
obra salesiana.
Me quiero a detener en la segunda parte: “honestas ciudadanas, honestos ciudadanos”, porque implica la tarea
y el compromiso de trabajar en la construcción del ambiente en donde se debe expresar la fe y la comunión en
las que nos empeña este congreso.

Tengo 10 años y vivo en una familia común y corriente donde hay problemas y dificultades pero también
aciertos; mis padres son honrados trabajadores, honestos; no me pegan ni me tratan mal, pero me exigen y
solamente me dan lo necesario, me apoyan en lo que tengo que hacer y eso me hace a vivir contenta.

En el colegio tengo buenas relaciones con todo el mundo y no me cuesta ni el estudio ni obedecer. Ahí estudió
mi hermana que esta en la universidad y ahí estoy yo aprendiendo lo mejor de lo que me enseñan. Como ven la
ciudadanía empieza en casa; los niños y las niñas que viven en medio de la violencia familiar, generalmente son
groseras, contestan mal, y en el colegio les cuesta vivir en grupo. Son aisladas y no les gusta trabajar en equipo;
pelean con sus compañeras, son desobedientes, no saben seguir instrucciones. Esto lo encontré en un libro de
sicología que yo consulté y veo que es así.
Hoy tenemos una ciudadanía muy poco desarrollada, cada uno vive en su pequeño mundo; las personas, los
colegios, las instituciones. Nadie saluda, tenemos miedo a todos, en todas partes hay peligros. No nos dejan
salir a la calle porque algo nos puede pasar, no somos parte de la ciudad ni del barrio.
En una escuela del Putumayo hay un letrero que dice: “Eduquemos primero a los papás, después a los
profesores y si nos queda tiempo, a los alumnos. Porque el ejemplo enseña más que las palabras”.
De ahí que nuestros padres y maestros tienen que ser muy buenos ciudadanos, deben saber manejar muy bien
los deberes y derechos de cada uno para poder sembrar en nosotras esa manera de vivir.
En 1948 la ONU publicó los derechos del niño y de la niña, todavía no existía el lenguaje incluyente de género
pero hoy podemos interpretarlos desde allí. En Colombia fueron reconocidos apenas en 1991 y muchos adultos
aún no los conocen.
Todo niño y niña tienen derecho a tener un nombre, una familia, una patria, el estudio; tienen derecho al sueño,
a ser escuchados; ¿Qué sucede con estos derechos? ¿Quién los ha tomado en serio? ¿cómo podremos tener una
ciudadanía cuando los manuales de convivencia de los colegios son iguales desde preescolar hasta grado 11?
La ciudadanía debe ser una construcción colectiva, tan cambiante como los tiempos y las tecnologías y que
responda a la edad y la cultura de cada lugar.
La Hermana Directora cuando en los buenos días nos habla de la familia salesiana nos cuenta que estamos en
muchos países, y en muchas culturas luego la escuela salesiana debe ser un lugar de ciudadanía
Pág 1 de 4
global. Si tenemos las mismas directrices, la misma propuesta pastoral, el mismo compromiso ciudadano, ¿qué
debemos hacer para ser cada día mejores ciudadanas, más solidarias, más responsables del bien de todos, más
capaces de celebrar la vida dentro de la Iglesia?

SEGUNDA PARTE

El análisis de la segunda parte de la misión visión de Don Bosco lo hará Yury; los invito en cambio para que
pensemos un poco sobre los presupuestos de nuestra fe, según la edad.
Pertenezco a una familia unida, trabajadora que hace unos años tuvo que viajar a España en búsqueda de
horizontes económicos. Ahora tenemos un trabajo independiente pero vivimos en paz y armonía siendo
concientes de la situación social y económica de nuestra ciudad y del País.
Primer presupuesto: la fe no nace grande: el Evangelio nos dice que la fe es como un granito de mostaza, muy
pequeñito al comienzo, pero que cuando crece se transforma en un árbol frondoso en donde los pájaros
pueden hacer sus nidos. Parece que Jesús se refiere a un proceso en la fe que se nos ha olvidado. Los niños y
niñas no somos evangelizados sino sacramentalizados; nos dan el bautismo, la reconciliación, la primera
comunión y hasta la confirmación.
En algunas parroquias y colegios existen los cursos de preparación a los Sacramentales pero no más… No hay
ningún seguimiento, ni grupos de compromiso de acuerdo con la edad. Existen algunos grupos como los scouts y
la infancia misionera pero nada más.
Si miramos las familias encontramos un caos. Lo más importante, lo que más espacio ocupa son el televisor, la
lavadora, la nevera, el computador con juegos electrónicos el equipo de sonido y los celulares. En cambio no
tenemos símbolos religiosos y si los hay son pequeños y están muy olvidados.
Los papás no saben cómo enseñarnos a orar, no tienen tiempo ni lo buscan, son incapaces de competir con el
televisor, el computador, el celular, el internet…. los amigos… y así las fallas en la formación, en el sentido de
trascendencia, en la espiritualidad y en la fe, empieza en la casa.
La semillita de fe y de vivencia religiosa que siembran en los colegios se pierde porque el terreno es superficial y
las distracciones la ahogan.
Otro presupuesto es la Palabra: dicen que no puede haber fe y comunión si no están fundamentadas en la
Palabra de Dios: pero ¡no la conocemos casi! Cuando vamos a Misa a la parroquia todo se hace en función de
los grandes… y nosotras no entendemos nada.
Nunca nos enseñan cómo podemos vivir durante la semana las enseñanzas de Jesús.
Las Misas del colegio no llegan a la vida porque no nos explican antes que va a pasar en la celebración y cuando
vamos al salón de clase tampoco volvemos sobre lo que hemos oído. No hacemos un comentario sobre lo que
hemos celebrado, empezamos la clase de matemáticas o español y entonces todo queda igual. De nuevo los
pájaros de las distracciones se comen la semilla.
Claro que nos enseñan a ser buenas, responsables, cumplidoras del deber, honradas, generosas, pero como dice
el libro del Concilio Vaticano “hay una separación entre la vida y el compromiso cristiano”…
Así son las cosas: no somos ni buenas ni malas pero no nos diferenciamos del resto de niñas que tampoco van a
Misa, ni rezan, ni estudian en colegios salesianos.
Leyendo varios libros salesianos encontré que la primera comunión cambió la vida de esas personas y se
convirtieron en amigos de Jesús para toda la vida:

 A Don Bosco lo marcó la Eucaristía para siempre


 Madre Mazzarello hacía los sacrificios más grandes para ir a la Santa Misa todos los días, aún con nieve
 Domingo Savio decidió ese día: “antes morir que pecar” y
 Laura Vicuña prometió vivir siempre en gracia.

Pág 2 de 4
¿Recordamos nuestro propósito de la primera comunión?
Muchas jóvenes dicen: “Yo ya no voy a misa porque he ido a muchas en el colegio”.

Qué hacer entonces para que nuestra fe en quinto elemental no sea como era en primero de primaria? Y para
que en grado 11 no sea tan pequeñita como la de preescolar? Para que las celebraciones de los 24, de las fiestas
salesianas y la propuesta pastoral sean algo que transforme la vida? Para que nuestras misas, así sea una a la
semana no nos dejen iguales?
Esa es la propuesta que el Rector Mayor de los Salesianos nos hizo este año y esto es lo que buscamos con la
celebración de este congreso. Desde el colegio podemos transformar nuestros hogares pero es necesario una
nueva evangelización porque los papás tiene buena voluntad pero poco acierto en su empeño formativo
cristiano, y además necesitamos prepararnos para construir la Iglesia a la medida de las jóvenes de hoy.

TERCERA PARTE
Me corresponde completar el tema y quiero hacerlo mediante una propuesta de trabajo basada en la carta de
este año del Rector Mayor Don Pascual Chávez a la Familia Salesiana sobre ser el rostro joven de la Iglesia, la
Madre de nuestra fe y sobre Adela Cortina una filosofa de este tiempo quien tiene unos escritos muy
interesantes sobre la ciudadanía del siglo XXI.

Yo formo parte del grupo scouts de mi barrio y me gusta porque aprendo a compartir experiencias, a vivir en
grupo y a servir a la sociedad. El grupo es precisamente el inicio para aprender a formar comunidad, porque es
como la escuela, el taller donde se puede ir haciendo Iglesia.

El lema de este congreso es: “Con Jesús Eucaristía renovamos la Iglesia cada día”
“Renovar, rejuvenecer la Iglesia nos dice Don Chávez es un don apasionante y un Compromiso exigente porque
no se trata de ponerla a la moda, de hacerla según nuestros gustos; sino de presentar una Iglesia joven llena de
colores, de luz de movimiento en donde podamos celebrar la fe, compartir con los hermanos y aprender a
crecer en el compromiso cristiano”.

Adela Cortina en la revista Misión Joven de Marzo del 2003 se refiere a lo que debería ser la ciudadanía hoy y
dice que a la familia y a la escuela les corresponde crear las y los nuevos ciudadanos. Insistiendo más en la
convivencia que en los contenidos, mas en las emociones que en la inteligencia y más en los procesos que en los
resultados.

Algunos de los campos de la ciudadanía son el político, el social, el civil, el cultural y el económico. La
participación real, la opinión, el voto, los impuestos, las normas. Pero sobre todo me llamó la atención el estudio
que hace de lo económico. Por eso quiero transcribir exactamente lo que ella dice: “Nadie es auténtico
ciudadano si es, a fin de cuentas esclavo de las reglas del juego económico. Y en este sentido.
Hay al menos una dimensión que es común a todos los seres humanos, desde lo que es posible cambiar el orden
de la economía: el consumo. Todos los seres humanos somos consumidores.
Si fuéramos capaces de coger en nuestras manos las riendas del consumo y consumir aquello que realmente
deseamos, lo que nos hace libres y justos, lo que nos hace realmente felices, seríamos capaces de cambiar el
curso de la economía.

Entiendo que educar en el consumo, educar para consumir desde la libertad y la justicia, es construir un mundo
de ciudadanos, no de esclavos o siervos. Y, en este sentido los más jóvenes son los más vulnerables a la presión
del grupo, a la presión de la publicidad, a la moda, a lo que parece exigir la sociedad para no excluir las personas
por su estilo de consumo. Educar para consumir es, pues de primera necesidad.
Este sentido del consumo se vive también en el campo de la fe. Dice el Padre Chávez: “Para muchos creyentes
de hoy, la Iglesia se parece a un supermercado en donde cada uno toma lo que le conviene:
Pág 3 de 4
 El Bautismo como tranquilizante para la conciencia de los papás;
 la Primera Comunión es como un compromiso social que organiza el colegio y
 el matrimonio ahora se hace por un tiempo, hasta que se presenta la primera dificultad.

¿Cómo debemos educar entonces a los jóvenes a ser Iglesia y a vivir como Iglesia, en un mundo cada vez más
plural, secularizado, relativista? -se pregunta el Superior General de los Salesiansos, el Padre Pascual Chávez-
Y afrima con mucha raz:
“Soy consciente, de que se educa en la fe más con lo que se es y lo que se vive
que con lo que se dice y se enseña”.
Y enumera una serie de actitudes indispensables en los educadores y pastores, para atraer a las y los jóvenes a
la Iglesia:
1. Una acogida cordial y evangélica
2. Una apertura gratuita
3. Una escucha incondicional
4. Una voluntad sincera de servicio
5. Una calidad humana y cristiana en la educación
6. El cuidado pastoral en la celebración litúrgica y
7. Un testimonio de comunidad eclesial.

Así podremos hacer de los jóvenes y las chicas, el rostro verdaderamente joven de la Iglesia.
Enumero así lo que propone el Padre Chávez a la Familia Salesiana para cumplir la tarea educativa con eficiencia
y responsabilidad, pero ustedes saben interpretar estas propuestas y llevarlas a la práctica porque son la
respuesta a la realidad que estamos viviendo las jóvenes y los jóvenes que ustedes deben educar.

O sea que el Rector Mayor nos dice que lo mejor es vivir primero la fe y después celebrarla.

BIBLIOGRAFÍA

Sor Maria Pia Giudici. EL BOSQUE CANTA. Maria Auxiliadora Sevilla.


Mateo Andrés: Hacia una convivencia más sana y gozosa. San Pablo
Misión Joven. Familia conflicto y proyecto Noviembre 2001
Misión Joven La ciudadanía como lugar teológico Diciembre 2000
Misión Joven: Nueva ciudadanía. Marzo 2003.
Fernando Savater: Etica para Amador.
Torres Psicología evolutiva. Universidad Santo Tomás
Caballero Basilio. Comentario sobre la Palabra
Bosco Juan Biografía de Domingo Savio. L.A.B.

Pág 4 de 4

Potrebbero piacerti anche