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1.

ROMANCERO VIEJO Y ROMANCERO NUEVO

Llamamos Romancero viejo al conjunto de los romances que se cantaban por los juglares y por el
pueblo desde mediados del s. XIV. Muy enriquecido durante el s. XV, siguió siendo cantado por el
pueblo en los siglos siguientes. Todavía en tiempos recientes se han recogido romances en diversos
lugares de España y de la América hispana y entre los judíos sefardíes (es decir, descendientes de los
que fueron expulsados de España en 1492).
Este Romancero viejo debe distinguirse del Romancero nuevo , constituido por los romances escritos
por los poetas cultos de los siglos XVI y XVII (Cervantes, Lope de Vega, Góngora y Quevedo, entre
otros), que, movidos por la belleza de los romances viejos, adoptan el tipo de estrofa y enriquecen
tanto los temas como los recursos formales. No son, por tanto, anónimos y folklóricos.

2. DEFINICIÓN

Los romances son breves poemas que desarrollan una escena en estilo narrativo o épico lírico que se
cantan al son de un instrumento y que han alcanzado popularidad bastante duradera, transmitiéndose
de boca en boca a través de los tiempos, y cuya forma es esencialmente el octosílabo monorrimo,
asonantados los versos pares.

3. TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DE LOS ROMANCES VIEJOS

3.1 TEORÍA TRADICIONALISTA (Menéndez Pidal)

Los romances serían fragmentos de cantares de gesta que, por su especial belleza o interés, se
habrían desgajado de los viejos poemas para ser cantados independientemente. El verso normal del
cantar, de 16 sílabas, habría quedado dividido en dos de ocho, con lo cual los pares llevarían la rima
asonante.

3.2 TEORÍA INDIVIDUALISTA

Sostiene que los romances fueron creados desde un primer momento como género independiente
de los cantares de gesta. El género surgió por un acto de invención de algún poeta que obtuvo un
éxito fulminante.

4. CLASIFICACIÓN DE LOS ROMANCES VIEJOS ATENDIENDO A LOS CRITERIOS


CRONOLÓGICO Y TEMÁTICO.

4.1 ROMANCES TRADICIONALES:

Llamados también históricos porque son los que están sacados de los cantares de gesta. A esta
clase pertenecen los relativos a la historia de España, como los relativos a don Rodrigo (último rey
godo), a Bernardo del Carpio, al conde Fernán González, a los siete infantes de Lara, a don Pedro I
el Cruel, al Cerco de Zamora y al Cid.

4.2 ROMANCES JUGLARESCOS

Ante el éxito de los históricos, los juglares compusieron otros inspirados en los asuntos más
diversos. Se diferencian de los anteriores por su mayor amplitud, ritmo más lento y pausado, más
colorido y brillo. Pertenecen a este tipo los siguientes grupos de romances:

• Fronterizos. Narraban sucesos de la frontera (del frente de la reconquista, diríamos hoy). Los
juglares, cantándolos por todo el país, informaban así de la marcha de la guerra.
• Carolingios. Desarrollan temas de la épica francesa referentes a la época de Carolus o
Carlomagno (emperador francés del s. VIII). Los héroes de esta épica fueron muy populares en
España durante varios siglos. El bello Romance de doña Alda narra la escena en que Alda recibe
la noticia de la muerte en Roncesvalles de su amado Roldán, adalid de Carlomagno.
• Del ciclo bretón. Son caballerescos y sólo se conservan tres: dos romances alegres y festivos
relativos a Lanzarote y otro más sentimental relativo a Tristán.
• Novelescos, como el Romance del infante Arnaldos.
• Líricos. Romance del prisionero, Romance de Fonte Frida.
5. ESTRUCTURA DE LOS ROMANCES

5.1 ROMANCES CUENTO

Presentan una historia completa con antecedente, nudo y desenlace. No exigen una extensión
determinada, ya que pueden contar un hecho en muy pocos versos, por ejemplo, los romances
novelescos, La doncella guerrera, El conde Olinos o La jura de Santa Gadea.

5.2 ROMANCES ESCENA

Narran un momento de la historia, normalmente una situación clave sin referencias a elementos
externos, presentada al oyente o lector como si sucediera en el presente.

5. ESTILO DE LOS ROMANCES

Además de la forma métrica, pueden señalarse algunas características muy particulares:

-Esencialidad.
-Sencillez de recursos.
-Parquedad en la adjetivación.
-Paralelismos y repetición de palabras.
-Viveza narrativa.
-Rápida descripción del escenario.
-Introducción sin preámbulos del tema.
-Rápidos diálogos.
-Ausencia de elementos fantásticos.

Y conviene destacar especialmente:

-El fragmentarismo. La acción suele presentarse abruptamente, sin antecedentes y termina,


igualmente, sin desenlace (final trunco). Con este recurso formal se pretende crear dramatismo,
dejando en el ánimo del oyente una cierta incertidumbre.
-El formulismo. De la misma manera que el cantar de gesta utilizaba fórmulas que facilitaran la
memorización, el recitador de romances emplea sus fórmulas con la doble finalidad estética y
funcional.

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