K. Wada, T. Takada, K. Hirata, T. Mayumi, M. Yoshida, M. Yokoe, S.
Kiriyama, M. Hirota, Y. Kimura, K.Takeda, S. Arata, M. Hirota, M. Sekimoto, S. Isaji, Y.Takeyama, T. Gabata, N. Kitamura, H. Amano, J Hepatobiliary Pancreat Sci (2010) 17:79–86. Japanese Society of Hepato-Biliary-Pancreatic Surgery and Springer 2009 RESUMEN
La fluidoterapia para mantener una TA media ≥ 65 mmHg y diuresis ≥ 0,5 ml /
kg / h, monitorizando FC, TA, diuresis, SatpO2, analítica y PVC. (Recomendación A). Control total del dolor (Recomendación A). La aspiración nasogástrica no siempre es necesaria ya que ensayos controlados aleatorios (ECA) no han mostrado eficacia clínica (alivio del dolor o limitación de la estancia hospitalaria). Solo debe ser utilizada de manera selectiva para los pacientes con obstrucción intestinal/ileo, o náuseas intensas. (Recomendación D). La administración de antagonistas H2 no tiene eficacia directa en la pancreatitis aguda. Puede agravar la incidencia de las complicaciones o la duración del dolor (Recomendación D). No hay ensayos que demuestren la eficacia de inhibidores de la bomba de protones (IBPI) en la pancreatitis aguda. La administración de antagonistas H2 y los IBP se deben ser consideradas para las personas con lesiones agudas de la mucosa gástrica o con sangrado gastrointestinal. Los antibióticos profilácticos no deben utilizarse de rutina para la pancreatitis aguda. Algunas revisiones mostraron que los antibióticos profilácticos mejoraban la incidencia de complicaciones infecciosas y la mortalidad, pero otros no reportaron mejoría, por lo que no se tiene una conclusión sólida. Aparte de medidas de monitorización avanzada en casos con inestabilidad hemodinámica y diuresis escasa tras fluidoterapia adecuada, se debe considerar la HDF continua (Recomendación B). En lo posible, se debe realizar TAC con contraste para identificar mejor la necrosis pancreática, y para identificar algunas complicaciones de la pancreatitis (sangrado en el seudoquiste, y trombosis portal) y el posible desarrollo de cáncer de páncreas. En cuanto al tratamiento quirúrgico, se pueden encontrar: fiebre alta, leucocitosis, elevación marcada de la PCR, hemocultivo positivo, endotoxicemia, presencia intra-abdominal de gas en el páncreas y en tejido peripancreático en el TAC, que son hallazgos sugestivos de necrosis pancreática infectada. La aspiración con aguja fina (PAAF) es útil para el diagnóstico de la necrosis pancreática infectada (Recomendación A). En la necrosis pancreática infectada deben aplicarse intervenciones percutáneas, endoscópicas, laparoscópicas o quirúrgicas. (Recomendación B). La cirugía debe realizarse lo más tarde que sea posible (Recomendación C1). En necrosis pancreática infectada se recomienda necrosectomía. (Recomendación A). En caso de absceso pancreático, se recomienda drenaje, ya sea percutáneo o endoscópico (Recomendación B). Si no hay mejoría clínica es recomendable el drenaje quirúrgico. En los casos de pseudoquiste pancreático, el tratamiento debe ser seleccionado caso por caso de a cuerdo a la comunicación entre el quiste y el conducto pancreático y la relación posicional con la pared gastrointestinal (Recomendación A). COMENTARIO
TANIA GISELA CHOQUE CONDORI
Este trabajo tiene la información necesaria en cuanto a los procedimientos a seguir en distintas situaciones que se llegaran a presentar en caso de tener un paciente con pancreatitis aguda. Expone de manera concreta que es lo recomendable y menciona también que algunos procedimientos no cuentan con suficiente información, la cual debería investigarse más detenidamente, por ejemplo el uso de antibióticos de manera profiláctica, cuyo uso es controversial. También toma en cuenta la accesibilidad de algunos recursos, como ser TAC.