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Justificación de un equipo de trabajo

No todas las actividades justifican la formación de un equipo de trabajo.

Hay actividades que se organizan mejor en base al trabajo individual que al trabajo en equipo.
Son trabajos donde el profesional es autosuficiente, por lo que no es necesario dividir el trabajo en
distintas obligaciones y asignarlos a un grupo de especialistas.

Por ejemplo, un despacho de abogados. En él cada profesional puede funcionar autónomamente


(son autosuficientes para desarrollar en su totalidad de forma individual cualquier asunto que se
presente).

En este caso no estaría justificado constituir un equipo de trabajo ya que todos sus miembros tienen
una formación y experiencia profesional similar por lo que más que complementarse se ocultarían.

Otras actividades en cambio presentan tal nivel de complejidad que difícilmente va a ser posible
que una persona abarque y domine toda su problemática.

En estos casos sí sería necesario constituir un equipo de trabajo formado por especialistas que
cubran todas las áreas afectadas.

Por ejemplo, si un despacho de abogados especializado en asuntos complejos (por ejemplo,


derecho societario internacional (asuntos de impuestos, litigios y reglamentaciones para así asistir a
su clientela en toda forma de transacción comercial de negocios), fiscalidad en transacciones
internacionales, (problemática finaciera relacionada por las transacciones internacionales de los
grupos multinacionales)etc.) sí debería organizarse por especialidades, constituyendo equipos de
trabajo que aborden los distintos casos.

Como condiciones principales para justificar la constitución de un equipo de trabajo podemos


señalar las siguientes:

Trabajo muy complejo, que afecta a distintas especialidades profesionales.

Entidad organizada por especialidades.

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