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Adviene -es inminente- el Ser de Sexta Raza

"...Porque el cuidado de las almas no está


encomendado al magistrado civil ni a ningún
otro hombre. No está encomendado a él por
Dios, porque no es verosímil que Dios haya
nunca dado autoridad a ningún hombre sobre
otro como para obligarlo a profesar su religión...".

Tomado de "Carta sobre la tolerancia", de John Locke,


filósofo, médico, educador y político inglés (1632-1704).

"Si no escribiera sería como una traición".


"¿...Cómo debemos nosotros, hombres de hoy, organizar
lo mejor posible, alrededor de nosotros, el mantenimiento,
la distribución y el progreso de la Energía Humana?
Toda la cuestión está ahí".
Teilhard de Chardin, sacerdote jesuíta
y paleontólogo francés (1881-1955)

Precisiones imprescindibles para la comprensión de este mensaje: He


escrito estas notas desde la perspectiva de la Ciencia Cósmica, una disciplina
harto novedosa, pero pendiente de que los avances de las ciencias humanas
tradicionales confirmen empíricamente sus hallazgos y postulados -ya llegará el
día (lejos estoy de intentar fungir de pitonisa, pese a lo cual corro el riesgo de
que así se crea) en que el instrumental científico creado por la inteligencia
humana pueda medir, por ejemplo, la carga energética del alma. Como también
podrá explicarse por qué se ha mantenido sin descomponerse, durante seis años,
el cadáver de una abuela de China, fenómeno documentado recientemente por la
televisión internacional, para desconcierto de cuántos científicos se andan
rompiendo los sesos para explicarlo, como, en su oportunidad, de seguro
hicieron los doctos que comprobaron, cuando fue exhumado por primera vez, en
1909, para canonizarla, que el cuerpo exánime de Santa Bernardette de Lourdes,
la hermana Marie-Bernard, fallecida el 16 de abril de 1879, unos 21 años
después de que tuviese una visión de la virgen María, se había mantenido, como
se mantiene todavía hoy -con el mismo rostro dulce y sereno que tuvo en sus 35
años de vida-, y cuya tumba es visitada, todavía hoy, en Nevers, Francia, por
cientos y cientos de peregrinos que van a ella en busca de milagros y
sanaciones.

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Desde 1994 he venido estudiando el "Libro de Urantia" y cada vez me
resulta más apasionante, alegre y placentero leer las lecciones dictadas, en 1934,
por entidades divinas -sí, divinas-, y recogidas en ese texto (Urantia es el
nombre de nuestro planeta Tierra en la organización cosmogónica descrita en
esta obra), editado en español en 1993 y en inglés en 1956 por la Fundación
Urantia, en Chicago, Illinois. Otra de mis fuentes de aprendizaje han sido los
textos dados a conocer, también por entidades divinas y a través de la
canadiense Adela T. Sergerie, en francés, a partir de 1969, traducidos
parcialmente al español, en 1978, en República Dominicana por el Instituto
Dominicano de Ciencia Cósmica, Inc., que en uno de sus textos define esta
nueva disciplina –a mi juicio la manera científica de conocer a Dios a través de
su infinita y continua creación (la verdadera adoración)- en los términos
siguientes:
"Es la Ciencia de todas las ciencias...Aquí se estudia a partir del
origen de todas las cosas. No es una secta, no es religión; es accesible a
todo el que busca conocimiento.
"La palabra Cósmica lo dice todo: Universo, Cosmos...Todos los
hombres de Ciencia de nuestro tiempo hablan del Cosmos.
"El Cosmos es la composición de elementos materializados y no
materializados que él contiene.
"Existe la Gran Energía Infinita, que es el origen de todo; esta
Energía posee un plan de acción. En este plan está el origen de Mundos,
de Astros, de la Vida y específicamente de lo Espiritual
"No hay nada de misterioso en esto, existen únicamente verdades
por descubrir, las leyes que las rigen y la interacción de ellas en todo lo
que existe, así como en las células de un ser consciente. De lógica en
lógica, de reflexión en reflexión, se llega fácilmente a comprender la
evolución de la materia, primeramente gaseosa, luego viscosa como
magma, luego sólida como los planetas, los seres vivos y como los astros
mismos que nos alumbran.
"Se aprende a estar convencido, convencida, de que la Energía es
un movimiento contínuo y que ella crea a cada instante una nueva
situación.
"Tratamos del alma, de su origen, de su plan de vida y los medios
como lograr el cumplimiento de este plan.
"Estudiamos la evolución del Cosmos y sus componentes: materia
llamada inanimada y animada.
"La Ciencia Cósmica demuestra también el poder del espíritu
sobre la materia y el poder del pensamiento sobre las propias
células del ser consciente". (Cursivas negritas mías, EE)
"Se les enseña el desarrollo del hombre integral en sus cuatro
planos: Físico, Intelectual, Psíquico y Espiritual y los medios para lograrlo.
"Dios es Eterno, igualmente lo son sus obras, Dios es Creador. Dios
no puede parar de crear, porque el crear es inherente a su esencia. El
nutre sin cesar su creación".

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Ciencia Cósmica estudia temas que van desde la Energía Cósmica
hasta el cosmos y la vida intelectual, la evolución de la inteligencia, el
modelo de una sociedad de naciones, pasando por la dispersión de los
seres humanos durante 500 mil años y las casas del futuro, para citar sólo
algunas de las materias objeto de su reflexión.
Siempre, eso sí, se va a la causa primera, porque, como diría una
educadora dominicana y facilitadora de Ciencia Cósmica, Sonia Estrella de
Batista, Darwin tenía razón, pero no hay eslabón perdido. Como también
sostenía el paleontólogo, pensador y sacerdote jesuita Teilhard de Chardub
(1881-1955), callado por su Iglesia Católica y rehabilitado en 1996, el ser
humano ha venido evolucionando a través de toda la historia y continuará
haciéndolo hasta alcanzar la perfección. (Fue rehabilitado porque la Iglesia
Católica ya acepta la teoría de la evolución, aunque muchos católicos y
católicas no parecen enterados de la novedad). Y -asumo este punto de vista- a
su origen volverá, una vez haya logrado la casi perfección en los planetas de
aprendizaje -y en las circunstancias- en que su particular pasado le han deparado
hoy. Porque -tomo la definición del Vocabulario de Ciencia Cósmica editado
por el instituto citado-, el presente es el "resultado del pasado", del mismo modo
que el futuro es "resultante del presente". (La vida humana no se reduce, desde
la perspectiva cósmica -mi perspectiva-, a la que se vive en un determinado
soporte físico, sino que arranca desde que el alma personal fue eyectada de la
Isla Central -la "residencia" de la Trinidad- e introducida en el primer cuerpo
físico, razón por la cual debe entenderse que el pasado de una persona no se
limita a lo que ha vivido en su actual soporte del alma, el cuerpo físico).

Ciencia Cósmica, desde la sencillez

Acercarse a esta disciplina da una seguridad personal que lleva a quienes


la estudian a aguzar la capacidad de comprensión y a ampliar los horizontes de
las propias convicciones, procurando siempre echar a un lado las carencias
individuales, bajo el soporte de la sencillez, piedra angular de las Leyes
Cósmicas, que son: Tengo la sencillez de un niño, tengo la alegría de vivir, soy
misericordiosa, mis intenciones son puras, soy ciento por ciento positiva, soy
generosa de mí misma y de mis bienes, estoy libre de prejuicios, comprendo y
observo la Ley Natural, tengo el perfecto sentido de justicia, distingo el grado
de evolución de la gente y entiendo el sexo opuesto al mío.

Aprehender -y procurar vivir- el contenido de la Ley de la Sencillez sirve


para adquirir la humildad necesaria para actuar -y escribir- con modestia,
aunque se tenga la certeza de que compartimos verdades, no tan sólo científicas,
sino absolutas, como la verdad, para mí absoluta, que quiero transmitir con este
anuncio. Porque de lo contrario, usted puede terminar convirtiéndose en
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neoinquisidor o neoinquisidora y hasta intentar imponer su verdad a sangre y
fuego e incurrir, en consecuencia, en prácticas intolerantes, más o menos
entendibles en nuestras sociedades primitivas, pero indignas, hoy, de la
condición humana a la luz de los progresos evolutivos que hemos conseguido.

La fortaleza de mi convicción personal acerca del salto evolutivo, la


inminencia del advenimiento del Ser de Sexta Raza, y mi particular estilo
escritural -un tanto ríspido por directo y carente de eufemismos porque siempre
me ha gustado nombrar al pan y al vino por sus nombres, como saben quienes
me han leído antes o me han escuchado-, ambos elementos combinados, podrían
conspirar en contra de mi intención de difundir mi mensaje con humildad.

En aras de morigerar mi estilo -también mi carácter-, con el propósito


enunciado, he leído y releído con cierta asiduidad, durante los últimos meses, la
Ley de la Sencillez, cuyo contenido copio a seguidas, porque -pienso- facilita la
comprensión de mi mensaje:

"Yo les sigo (habla la entidad divina que dictó el texto a Adela T.
Sergerie) en su ascenso hacia una evolución mucho más alta que la mayoría de
las personas de su tierra. (Se trata de La Revelación, el llevado y traído
Apocalipsis, es decir, la Verdad sobre nuestro origen y destino. Porque, como
sabemos, todo tiene su tiempo, y hoy, ante la inminencia de una nueva mutación
humana –somos mutantes, no nacimos en perfección; la perfección es nuestra
meta- el Espíritu de la Verdad se ha expandido y está disponible para quienes
estén en capacidad de recibirlo (muchos serán los llamados; pocos los
escogidos).

"Su evolución es de una calidad que no se asemeja a la mayoría de las


otras evoluciones que alcanzan los mismos grados. La suya está basada en un
conocimiento universal, mientras que la de la mayoría de la gente se basa en
puntos particulares. Existen, por supuesto, algunas parecidas a la suya, pero
ustedes tienen su particularidad. Lo que usted hace es imitable por cualquier
persona de buena voluntad. No existe misterio ni iniciación que demande una
renuncia casi sobrehumana. En primer lugar, usted tiene su Primera Ley
Cósmica, la Sencillez, como energía directora. Todo debe tener el color de la
sencillez.

"La sencillez no es comprendida perfectamente por muchas personas.


Hay personas sencillas que pueden ser consideradas ingenuas o demasiado
conciliadoras a los ojos de determinadas personas.

"Existen personas sencillas que pueden ser juzgadas de faltos de etiqueta,


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según las reglas mundanas.

"El ser sencillo es digno, no se enreda en tales futilidades. El ser sencillo


no se singulariza en nada, no peca ni por exceso ni por lo contrario. Es
equilibrado. Si la persona es sencilla, todos sus actos lo serán también. Será
sincera, actuará siempre con buena fe, será tolerante porque el orgullo o el amor
propio no la hará estallar de indignación ante determinadas conductas.

"Los poderes se desarrollan más rápidamente cuando el ser es sencillo


puesto que no pone barreras basadas en prejuicios o en el temor a los
comentarios o al fracaso.

"El ser que es sencillo tiene su sistema nervioso en relajación, la


circulación sanguínea se realiza libremente. Este ser camina con confianza ante
la vida y ante los demás.

"La prudencia frente a determinadas personas no significa falta de


sencillez, pero sí el miedo no confesado a ser engañado es una falta de sencillez.

"La prudencia y la sencillez son amigas, pero el miedo es amigo de los


prejuicios. La desconfianza atrae desconfianza, el miedo llama al miedo. Son
corrientes de energía negativa que se empalman unas con otras. ¿Por qué no
concederle el beneficio de la duda a un ser que parece haber cometido un error?
Especialmente si sabemos que ese error no tiene raíces profundas que
proliferaran de repente.

"La sencillez conduce a la "alegría de vivir" porque no permite enredarse


con todo tipo de convencionalismos que no aportan nada a la personalidad.

"La alegría de vivir engendra la "misericordia" ya que cuando la alegría


vibra en nosotros, somos indulgentes y nos duelen las personas que sufren.

"La misericordia engendra la "comprensión" porque se interroga, se


analizan los errores del otro y se trata de comprender por qué la otra persona ha
actuado de esa manera.

"La comprensión engendra la "pureza de intención", porque si damos un


consejo lo hacemos de buena fe puesto que perdonamos y comprendemos.

"La pureza de intención hace que lo "positivo" nazca puesto que la base
es la sencillez.

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"Lo positivo genera la "generosidad" porque la "misericordia" y la
"comprensión" han hecho florecer la piedad de la benevolencia y el deseo de ver
al otro feliz al igual que nosotros.

"De allí nace, naturalmente, la "falta de prejuicios". Un ser que


comprende al otro juzga únicamente lo que ha comprendido después de analizar
y reflexionar con justicia.

"Todo esto conduce a "respetar las leyes naturales ya que éstas están en
nuestro diario vivir.

"Naturalmente, se afirma que la "justicia" debe reinar para todos. No


existen ricos, ni pobres, ignorantes o sabios que no tengan derecho a poseer lo
necesario para llevar una vida digna de un ser honorable.

"Por lo tanto es fácil, a partir de esta décima ley cósmica "distinguir el


grado de evolución de la gente". Poco importa el grado, todos hemos pasado por
ahí y los que faltan también pasarán.

"Naturalmente, los dos "sexos se entienden", se aceptan, se


complementan y consienten en trabajar juntos para la continuación de la raza y
al desarrollo del ser en su totalidad.

"Y todo debido a que la energía directora es la Ley de la Sencillez".

Leyes Unica, Divinas, Universales,


Naturales de la Inteligencia y de la Vida

Porque su contenido también sirve para la mejor comprensión de mi


mensaje, comparto contigo las otras Leyes cuyo conocimiento y observancia
ayudan a la evolución, publicadas aquí por el Instituto Dominicano de Ciencia
Cósmica, comenzando por las naturales del átomo: Ley de la reproducción, ley
de la multiplicación, ley de la estabilidad, ley de la forma, ley de la utilidad, ley
del servicio, ley de la creación, ley de la armonía, ley de la belleza, ley de la
comunicación, ley de la reacción y ley de la realización.

Ley Unica: Conscientemente, voluntariamente, continuamente,


eficazmente, amorosamente, estoy en contacto directo físico, psíquico y
espiritual con la Ley Unica, el Pensamiento de Dios, el Amor. La Trinidad
penetra en mí con su poderosa Energía Divina. Esta Energía me libera de: mis
temores, mis inquietudes, mis angustias, mis dudas. Ella sana tanto mi cuerpo
como mi alma de todo lo que no está en armonía con el Universo.
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Leyes divinas: Yo creo en un Dios, esencia de todas las cosas; yo creo en
la acción de esta esencia que se manifiesta en la Creación; yo creo en el deber
que tiene el ser creado de reconocer a su creador; yo creo que mi alma es una
partícula de esta esencia divina; yo creo que mi alma debe obedecer al llamado
de su esencia; yo creo que mi alma tiene necesidad de actuar y de crear; yo creo
en las Leyes Universales y Cósmicas, cuyo origen está en las Leyes Divinas; yo
creo en la ayuda espiritual de determinados seres superiores; yo creo en la
unidad de todas las formas de vida y materia, salidas de la misma esencia
creadora de Dios; yo creo que mi alma tiene que trabajar en armonía con las
demás almas que, al igual que la mía, salieron del mismo Creador; yo creo en el
intercambio colectivo de todas las partes del Universo; yo creo en la obligación
de adorar a Dios en todas sus obras.

Leyes Universales: Yo reconozco a Dios en todas las cosas; estoy


consciente de que pertenezco a un todo; estoy consciente de que mi alma, con
su soporte, es un miembro activo y necesario en el Cosmos; yo actúo como
miembro responsable del equilibrio del Cosmos; estoy consciente de que el
hombre es el espejo exacto del Universo; estoy consciente de que toda alma
tiene que realizar un plan trazado por el Creador; estoy consciente de que el
pensamiento, la voluntad libre del hombre, es el acto necesario para la
realización del plan del alma; estoy consciente de los poderes potenciales que
tiene el cerebro del hombre; estoy consciente del deber que tiene el hombre de
desarrollar en sí mismo lo que en él depositó el Creador; estoy consciente de
que la vida planetaria no es más que el paso de una parte de la realización del
plan del alma; estoy consciente de que la personalidad actual no es más que el
reflejo de la personalidad que se desarrolla desde hace muchísimos años.

Leyes naturales de la inteligencia: La célula nerviosa es


bioelectromagnética; la celula nerviosa se multiplica ramificándose; las
ramificaciones de las células nerviosas forman una inmensa red de
comunicaciones; las células nerviosas se agrupan en una masa de billones de
neuronas; las neuronas poseen, en potencia, los inmensos poderes psíquicos del
hombre; la intercomunicación de las neuronas constituye la inteligencia; de la
inteligencia nacen los pensamientos; el sistema nervioso es la vida sensible del
hombre; de la sensibilidad nace la conciencia; la inteligencia adquiere
conocimientos; el conocimiento hace que el hombre esté presente en el
Universo; de la inteligencia y del alma que la anima resulta el psiquismo

Leyes de la vida: La célula viviente es la imagen del Universo. Principio


de vida; la vida es la energía divina en acción. El principio de vida se activa; la
célula viviente obedece al pensamiento consciente del hombre. La esencia de
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vida se divide; la célula viviente cambia de forma, pero no muere. La vida toma
una forma determinada; la vida es el movimiento a escala cuántica. La vida se
intensifica; el ser viviente es el producto de billones de años de evolución. La
vida se expande por el Cosmos; el ser viviente consciente es el resultado de la
más alta evolución bio-espiritual del Universo. La vida toma la forma espiritual;
la herencia genética se transmite íntegramente en cada especie de seres. La vida
se diversifica; la vida es la ley de las Leyes en la escala de la materia. La vida se
manifiesta en la materia; la ley de la vida es inmutable en todo el Cosmos. El
principio de vida se estabiliza en las plantas; la conciencia es la cima de la
evolución. El principio de vida se extiende hasta la conciencia; la vida está en
cada grano de materia. Estas leyes naturales contienen el principio de todas las
formas de vida.

Aunque no tengo autorización del Instituto Dominicano de Ciencia


Cósmica, Inc. -tampoco se la pedí- para reproducir sus textos, me he atrevido a
socializarlos, porque no creo que ser humano alguno tenga derecho de autoría,
ni de propiedad, sobre textos dictados (todos los de esta disciplina) por
entidades divinas, tal como dictaminó un juez de Estados Unidos cuando
conoció una demanda incoada por la Fundación Urantia contra una persona que
utilizó los textos contenidos en su "El Libro de Urantia", que, aunque no son
propiamente Ciencia Cósmica, son el fruto de comunicaciones con diversas
entidades divinas. Valga consignar que lejos de procurar el "mercadeo" de sus
estudios, ideas,convicciones y prácticas, la gente de este Instituto se limita a
trabajar con quienes van en busca de los conocimientos que imparte en sus
sesiones. E, incluso, un facilitador de Ciencia Cósmica me respondió
negativamente cuando, impulsada por mi formación profesional -hasta usé el
término "vender" la Ciencia Cósmica-, le inquirí, a modo de sugerencia, acerca
de las razones por las cuales el Instituto no se valía de las técnicas del Mercadeo
Social para divulgar sus puntos de vista.

Teilhard de Chardin: Pensamiento cósmico

Teilhard de Chardin, mucho antes de que iniciase mis estudios de Ciencia


Cósmica, había llegado, por su propio camino, auxiliado por su alma anciana, su
religiosidad de sacerdote jesuita y su formación de paleontólogo, a la conclusión
a que apenas acabo de llegar, es decir, al convencimiento de: "...la necesidad, la
ciencia y el arte de llegar a lo Universal y lo Espiritual, simultáneamente, y a lo
uno mediante lo otro. Llegar a ser a un tiempo, y con un mismo gesto, uno con
la Totalidad, mediante la liberación de toda multiplicidad o pesadez material:
ese es, y más profundo que toda ambición de placer, de riquezas y de poder, el
sueño esencial del alma humana, sueño mal formulado aún, o de modo
incompleto, en la Noosfera -"...la esfera terrestre de la substancia pensante. La
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envoltura pensante tejida alrededor de la Tierra, por encima de la biosfera, y
formada por el conjunto de los hombres cuya realidad es ya existente, y su
densidad crece constantemente por el aumento del número de hombres, de sus
relaciones y de la calidad de su mente"-, pero que se puede reconocer
claramente en todo el transcurso de la historia, ya larga, de la Santidad".

Como todas las almas sobremanera evolucionadas y decididas a regresar


a su origen, Teilhard de Chardin tuvo intuiciones sobre verdades ocultas e
indiscifrables para el común de los mortales y, al hablar de su sacerdocio decía:
me has descubierto (Dios mío), la vocación esencial del Mundo por su
perfección, mediante una parte escogida de todo su ser, en la plenitud de tu
verbo encarnado. Y más: "Yo quisiera ser, Señor, por lo que toca a mis
humildísimas posibilidades, el apóstol, y (si me atrevo a decirlo) el evangelista
de tu Cristo en el Universo. Desearía, por medio de mis meditaciones, de mi
palabra, por la práctica de toda mi vida, descubrir y predicar las relaciones de
continuidad que hacen, del Cosmos en que nos agitamos, un medio divinizado
por la Encarnación, divinizante por la comunión, divinizable mediante nuestra
cooperación".(cursivas mías, EE).

A la luz de su especialidad científica, la Paleontología, a este sacerdote


jesuíta y apóstol de Cristo se le hizo "...clara la existencia de un movimiento
ascensional del Universo". ¿Dónde -inquiría- se sitúa el hombre dentro de la
línea de este Progreso?, pregunta a la que dio una respuesta, evidente para él
mismo: "Si en verdad, como sostengo yo, el movimiento cósmico hacia la
mayor conciencia no es una ilusión óptica, sino que expresa la esencia misma de
la evolución biológica, entonces, indiscutiblemente, el hombre ocupa la cima de
la curva trazada por la vida; y es incluso el hombre, quien por su aparición y su
existencia acaba de probar la realidad y definir la marcha de la trayectoria, el
punto sobre la i...".

En sus escritos de "El fenómeno humano" y conforme la versión en


español, segunda edición de abril de 1969, impresa por Litografía Eder, de
Madrid, España y redactada en base al original de la obra "Yo me explico",
escrita en francés por Jean Pierre Demoulin, director del Centro Belga de
Estudios y de Información Teilhard de Chardin y quien seleccionó y ordenó los
textos, el sacerdote jesuíta resalta que "...durante mucho tiempo, no hubo
Pensamiento sobre la Tierra. Ahora hay tanto, que la faz de las cosas se halla
extrañamente modificada. Nos hallamos en presencia de un objeto de Ciencia
pura, de un fenómeno...". (Cursivas mías, EE).

(La señorita Jeanne Mortier, presidenta entonces -1966- de la Asociación


de Amigos de Pierre Teilhard de Chardin, editó todas las obras del sacerdote en
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su calidad de legataria del mismo.)

En efecto y como han podido documentar investigadores de los


fenómenos sicológicos desde la perspectiva espiritual, el pensamiento es capaz,
de modificar "la faz de las cosas", como apunta el sacerdote jesuita, y es capaz,
asimismo, por sugestión o mediante la canalización especializada de las
energías, de curar enfermedades y hasta de provocarlas. (Los llamados milagros
no son sino, en realidad, el producto de la utilización de los poderes internos, de
las energías, como, del mismo modo, los maleficios y "enviaciones" de la magia
negra resultan de la canalización y uso, con fines dañinos, de energías
negativas).

(A propósito, si te interesa cuidar y alimentar tu alma, te sugiero leer el


libro "El cuidado del alma. Guía para el cultivo de lo profundo y de lo sagrado
en la vida cotidiana" -Ediciones Urano, 1993-, de Thomas Moore, quien, al
decir de Sam Keen, autor de "Fire in the Belly, con este texto "...puede ayudarle
a renunciar a la búsqueda vana de la salvación, y a traerle a la realidad para que
asuma la tarea más factible de cuidar su alma".)

Sin embargo, Teilhard de Chardin -ser humano, al fin y al cabo y, por


tanto, limitado-, no estuvo en capacidad, a pesar de su pensamiento cósmico y
de su agudísima intuición, de penetrar hasta la Omnisciencia, la ciencia de Dios,
carencia que resaltó en su obra Visión: "...Hay también un conocimiento del
hombre al margen del Universo; pero no hay todavía una Ciencia del Universo
que se extienda al hombre en cuanto tal. La Física actual (tomando este vocablo
en el amplio sentido griego de "comprensión sistemática de toda la Naturaleza")
todavía no ha dado en sí cabida al Pensamiento, lo cual significa que está aún
construída enteramente fuera del más señalado de los fenómenos que la
Naturaleza ofrece a nuestra observación". (Todas las citas sobre las ideas de
Teilhard de Chardín serán extraídas de la versión española del trabajo de
Demoulin antes citado).

No hay duda, sin embargo, de que Theilhard de Chardin, por su quehacer


científico y desde una perspectiva incuestionablemente religiosa, aunque su
iglesia se le opusiera, buscó acercar la ciencia hasta la Divinidad. Pero los
pioneros, aquellos y aquellas que abandonan los caminos hechos y se dedican a
descubrir por sí mismos, tradicionalmente han sido proscriptos. Es que los mitos
tienen mucha fuerza y quienes osan cuestionarlos se exponen a riesgos como,
incluso, ser condenados al silencio y perder la seguridad personal y hasta la
vida.

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Algunos mitos y sus orígenes

Un año después, en 1956, del fallecimiento del sacerdote cuya obra cito
comenzaron a conocerse -a través de la primera edición, en inglés, del citado
libro de Urantia- comunicaciones con entidades divinas y superiores, las que
podrían considerarse como los primeros postulados, no sólo de la ciencia que él
extrañaba, sino de una disciplina que no sólo da cabida al Pensamiento en sus
diversas expresiones, sino que lo hace sin ofender, por lo menos para mí, la
lógica cartesiana, y satisface, da respuestas, a las interrogantes más profundas
sobre la humanidad y toda la creación divina. (No ofende mi lógica porque he
tenido vivencias -y he conocido experiencias de otras personas- que me
permiten sostener que también lo intangible, la espiritualidad, lo aparentemente
inatrapable por los cinco sentidos, influye las realidades, incluso las más íntimas
y personales, aunque la Ciencia humana aún sea incapaz de "medir" su peso
específico).

Y da cabida al pensamiento porque él existe -¿acaso tienes duda?- y la


fuente donde se genera, el cerebro, es tan poderosa que puede ser desarrollada
hasta conseguir que el ser humano adquiera capacidad para comunicar con
entidades divinas o superiores, como bien saben, por su propia experiencia,
quienes, desde la Ciencia Cósmica, se han preparado, trabajando, para "leer" en
la Omnisciencia y otras memorias. Los evangelistas, si viviesen, podrían
explicar muy bien qué es eso de comunicarse con la Omnisciencia por cuanto
ellos recibieron comunicaciones desde Ella, aunque incurrieron en algunas
distorsiones de interpretación porque, como seres humanos, decodificaron
incorrectamente algunos dictados, como intentaré documentar más adelante.

Y más recientemente, en el período comprendido entre diciembre del


1992 y el 22 de enero de 1995 y en este mismo territorio, maestros espirituales
hicieron comunicación con un grupo de personas, en su mayoría profesionales
universitarios, comunicaciones en base a las cuales uno de los participantes, el
señor Rafael Herrera P. escribió el libro La Voz del Silencio, impreso en
Editora Taller, C. por A., en marzo de 1997.

Conforme Herrera afirma en el prólogo de su obra, "dentro de la variedad


de contenidos encontrados en los mensajes, los Maestros nos hablan del amor y
del perdón. Insisten en la compasión, en la comprensión, en la humildad, en la
bondad, y en otras virtudes sobre las que descansa la evolución espiritual". Y
siempre -también lo dice Herrera- tocan los más diversos e interesantes temas
con asombrosa sencillez. "Y no obstante lo profundo del contenido, usted no
encontrará palabras rebuscadas ni frases rimbombantes".
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Las distorsiones de los mensajes captados desde la Omnisciencia se dan
por deficiencias atribuíbles al Siquismo humano (si tienes interés en entenderme
mejor, podrías hacerlo estudiando Ciencia Cósmica). Por esa y por otras causas
que dejo en el tintero, mensajes de la Divinidad sirvieron para crear mitos,
como el del supuesto pecado original. Así, quienes recibieron los mensajes
contenidos en el libro guía del Cristianismo tradicional, La Biblia, aunque
inintencionalmente, se encargaron de construir mitos, como el que se desprende
de la versión incorrecta sobre la naturaleza de Adán y Eva y su función en la
Tierra.

Lucifer, Satanás, el diablo

Uno de los mitos más influyentes en las religiones cristianas tradicionales


-para mí el más negativo y despistado, porque pone en dudas el triunfo de la
misión cumplida en este planeta por Jesucristo- tiene que ver con el diablo,
Satanás o Lucífer, quienes para el Cristianismo tradicional son una única
entidad divina cuyo orgullo, por haber sido creado tan bello e inteligente, le
llevó a sublevarse frente a la autoridad de Dios y a proclamarse rey de la
creación, tal como se lee en las "sagradas escrituras", comenzando en Génesis
3:24; Job 1:6, siguiendo por el capítulo 14 del libro de Isaiás; Ezequiel, en el
capítulo 28 de su libro; Amós, 1:9 ; Malaquías, 4:3; Jeremías, 51:64, Segunda
de Corintios, 4:4; Efesios, 2:2 y 6:12; Mateo, 25:41, y terminando en El
Apocalipsis, capítulos 12 y 20.

La confusión acerca de la naturaleza y esencia de Lucífer y Satanás se


explica, como los otros mitos, en las distorsiones a que he hecho alusión, pese a
lo cual hay cierto fondo de verdad en la versión bíblica, sobre todo el perfil que
hace de Lucifer como un ser de luz.

En efecto, tanto Lucífer como Satanás son entidades divinas, hijos de la


Luz, tal como asegura La Biblia, pero no son una entidad única, aserto para
cuya comprensión creo necesario referir, grosso modo, datos de la organización
cosmogónica divina, lo cual haré auxiliada por El Libro de Urantia.

Conforme este texto, específicamente en el documento 67, Lucifer fue, al


momento de rebelarse contra el Padre Universal, el Soberano de Satania,
nuestro sistema, mientras que Satanás era su primer asistente y ambos habían
reinado en Jerusem, la capital del sistema por más de 500 mil años cuando
surgió en el primero la idea de la rebelión.

Caligastia -dice el mismo libro- llevaba 300 mil años como Príncipe
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Planetario en Urantia cuando Satanás, en una de sus periódicas visitas de
inspección a este planeta como asistente de Lucifer, le informó sobre la
entonces "Declaración de Libertad" de Lucifer, a la que aquel se unió, aunque
no de inmediato, e incluso su asociado Daligastia lo proclamó "Dios de Urantia
y supremo sobre todos". (Dentro de la amplia gama de gobernantes de los
mundos divinos, un Príncipe Planetario y sus hermanos representan el
acercamiento personalizado más cercano (aparte de la encarnación) que el Hijo
Eterno Paradisiaco puede hacer con las criaturas inferiores espacio-temporales,
y siempre está bajo la jurisdicción administrativa universal de Gabriel, el jefe
ejecutivo de Micael, como explica el mismo texto).

Satanás proclamó que se podrían adorar las fuerzas universales -físicas.


intelectuales y espirituales-, pero que sólo se podrá tener lealtad al gobernante
presente y actual, Lucifer", el "amigo de los hombres y de los ángeles, y el
"Dios de la libertad"; negó la existencia del Padre Universal y sostenía que los
sistemas locales debían ser autónomos y que, además, se gastaba demasiado
tiempo y energía en el esquema de capacitación aprobado para los planetas
evolutivos.

Se dio la rebelión, pero sus protagonistas no triunfaron, aunque sí


provocaron un retraso en la evolución, y hoy Lucifer está en una prisión en
Jerusem, según refiere el mismo Libro de Urantia.

Porque es que la inmensa creación divina es gobernada conforme una


organización en la que cada entidad tiene sus roles y funciones, que debe
cumplir a rajatablas, so pena de exponerse a sufrir los efectos secuelas de las
violaciones, afirmación que entenderás mejor si estudias la parte I del libro
citado.

Para administrar cada creación, desde los Cosmos, los Superuniversos y


Universos, hasta los sistemas y los planetas, la Divinidad tiene lo que podrían
denominarse huestes gobernantes, dentro de los cuales están los Príncipes
Planetarios, de la orden Lanonandec, de la que formó parte Caligastia.

"Si fuera este un universo mecanicista -concluyo las citas del mismo
documento-, si la Primera Gran Fuente y Centro fuera nada más que una fuerza
y no también una personalidad, si toda la creación fuera un vasto cúmulo de
materia física, dominado por leyes precisas, caracterizadas por acciones
energéticas invariables, entonces podría prevalecer la perfección, aún a pesar de
la condición incompleta del estado del universo. No habría desacuerdo; no
habría rozamientos. Pero en nuestro universo evolutivo de perfección e
imperfección relativas, nos alegramos de que sean posibles el desacuerdo y los
13
malentendidos, pues, por este medio se ponen de manifiesto la realidad y las
acciones de la personalidad en el universo. Y si la nuestra es una existencia
dominada por la personalidad, entonces puedes gozar de la garantía de las
posibilidades de la supervivencia, el progreso, y el logro de la personalidad;
podemos confiar en el desarrollo, la experiencia y la aventura de la
personalidad. ¡Qué universo más glorioso, por cuanto es personal y
progresivo, no meramente mecánico, o aún, pasivamente perfecto! (negritas
mías, EE)

La Biblia asegura que Adán y Eva, Hijo e Hija Materiales de la


Divinidad, fueron creados, el primero del barro, y la segunda, de una costilla de
él. En realidad, ambos Hijos Materiales llegaron a la Tierra después de la
"Rebelión de Lucifer", hace unos 37,000 años, para cumplir una misión como
elevadores biológicos en este planeta, conforme se explica en el documento 52,
titulado Adán y Eva, de El Libro de Urantia, en el que, sin embargo, y por error
de decodificación, se afirma que Eva fue la autora del supuesto pecado original.

En realidad -también se puede leer en Urantia- tanto Adán como Eva


cometieron un gran error: intentaron mejorar la raza mezclándose con tribus
vecinas, con la intención de acelerar el logro de su misión como elevadores
biológicos en este planeta, pero contrariando el plan infinito.

Y con ese propósito, Eva copuló con un gran maestro, Cano, de una tribu,
la de los adonitas, cercana al Jardín del Edén y de él tuvo un embarazo, el de
Caín, mientras que Adán hizo lo mismo con otra mujer, también profesora, de
otra tribu, todo en aras de cumplir su misión en "...una esfera totalmente carente
de preparación para la hermandad del hombre, un mundo que andaba a tientas
en total oscuridad espiritual y afligido con una confusión exacerbada por la
malograda misión de la administración anterior (la de Lucifer y sus ayudantes).
Estaban las mentes y morales a un nivel bajo, y en vez de entablar la tarea de
efectuar la unión religiosa, habrían de comenzar de nuevo la labor de convertir a
los habitantes a las formas más sencillas de creencias humanas. En lugar de
encontrarse con una sola lengua adoptible (sic), estaban enfrentados con la
confusión mundial de cientos y cientos de dialectos locales. Jamás a ningún
Adán del servicio planetario le había tocado un mundo más difícil; parecían los
obstáculos insuperables y los problemas fuera del alcance de las posibilidades
de solución de un ser creado", como se lee en el documento 75 del libro de
Urantia.

Sin embargo, a pesar del error de Adán y Eva no hubo ninguna caída del
ser humano. "En efecto -dice el mismo documento- cayeron Adán y Eva de su
estado de filiación material hasta el estado inferior de hombre mortal. Pero esto
14
no constituyó la caída del hombre. La raza humana ha sido mejorada a pesar de
las consecuencias inmediatas de la falta adánica. Aunque se malogró el designio
divino para dar la raza violeta a los pueblos de Urantia, las razas mortales se han
beneficiado enormemente de la contribución limitada que hicieron a las razas de
Urantia Adán y sus descendientes".

"Con todo -la cita es también del documento mencionado- jamás se habrá
visto un malogro más desalentador en ningún planeta de Nebadón entero. Pero
no es de extrañar que estos malos pasos ocurran en los asuntos de los universos
evolucionarios. Formamos parte de una gigantesca creación, por tanto no es
extraño que no funcione todo a la perfección; nuestro universo no fue creado en
perfección. La perfección es nuestra meta eterna, no nuestro origen".

El 666 no representa bestia alguna

En el texto sagrado del Cristianismo tradicional, aparecen también otras


informaciones inexactas, por la misma causa enunciada. Así, en El Apocalipsis
-apocalipsis significa buena noticia, en la lengua griega-, escrito por el profeta
Juan, se afirma que el 666 es el número de "la bestia", el Anti-Cristo, como se
lee en el versículo 18 del capítulo 13 del citado libro: "Aquí hay sabiduría. El
que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de
hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis".

En realidad, el seis es el número patrón de la creación, porque Dios vibra


a siete septillones por segundos, vibración muy alta para crear materia, razón
por la cual cuando la Divinidad "se puso a pensar" para crear (de alguna
manera, aunque luzca herética, deber ser enunciada la decisión de iniciar la
creación) bajó sus vibraciones a seis septillones.

Y como explica uno de los tantos profesores que he tenido en esta vida, el
666 resulta de la combinación de tres seis: el seis, de la energía roja, la esencia
de la Divinidad, del Creador; el seis de la energía amarilla, la del Hijo, que
representa el movimiento, y el seis de la energía del Espíritu Infinito, de la vida,
que es la energía en movimiento.

Seiscientos sesenta y seis es el signo que se acerca a la perfección en la


cosmogonía cósmica. Los tres números finales de la cifra -666- aparecen como
el número de "la bestia" porque el evangelista Juan decodificó incorrectamente,
como dije antes, la comunicación con las entidades divinas. Tal número se
forma, además, de los tres últimos dígitos del número del planeta Tierra
-5,342,482,337,666- en los archivos cósmicos del Universo del que formamos
parte.
15
Asimismo, el profeta Juan erró al interpretar las revelaciones divinas por
cuanto entendió que había visto el Jardín del Edén cuando la visión que tuvo fue
de Jerusem, la capital de Satania, sistema en el que se encuentra nuestro planeta.

Al decodificar las mismas revelaciones citadas, el evangelista cometió


otro error: cuando tuvo la visión de las entidades divinas responsables de los
cuatro puntos cardinales, creyó -y así escribió- que se trataba de "los cuatro
jinetes de El Apocalipsis" de los que él mismo habla en el texto bíblico.

Por fallas humanas -tantas hemos cometido que ellas han servido de
insumo para sesudas y gruesas obras escritas por intelectuales, entre las que
resalto, por sintética, pero no por eso menos sesuda, "La historia de la estupidez
humana", de Paul Tabori, quien me ilustró sobremanera, por su puesta en
contexto, acerca de los errores, desaciertos, tonterías y atrocidades de nuestros
congéneres-, por fallas humanas, repito, ha llegado hasta nuestros días (aún hay
gente que la acepta, pese a su ilogicidad), la versión del diluvio universal y la
famosísima arca de Noé, quien la habría construído por orden de Jehová para
poder sobrevivir a las inundaciones producto del diluvio.

Según la versión bíblica, Noé -y su familia (ocho personas, en total)-


debió introducir en el arca una pareja de cada especie de animales y permanecer
en su interior, sin abrir ventana alguna, por "cuarenta días y cuarenta noches".
Tantos animales juntos -me dice el raciocinio lógico-, por tanto tiempo y sin
ninguna ventilación, habrían generado una tal cantidad de heces fecales para
producir gas metano en cantidades más que suficientes para provocar la muerte,
por asfixia, a cuanta gente y animales había en la embarcación.

La misma lógica provoca una interrogante: ¿Dónde consiguió Noé


animales como el oso polar, la jirafa, el pingüino y el tigre de bengala, para citar
algunas especies ajenas a la fauna de su tierra.

Otros errores son atribuíbles a las traducciones que históricamente han


sido hechas a La Biblia, en hebreo, arameo y griego, y luego las realizadas
modernamente en casi todos los idiomas planetarios. A más de las
incorrecciones que pueden presentarse por la polisemia característica de las
lenguas, recuérdese el aserto que nos dice que traducir es traicionar.

Así, ancestralmente hemos tenido perfiles diversos acerca de la


Divinidad, de Dios, pero ahora, cuando la Ciencia ortodoxa penetra cada vez
más las insondabilidades de la creación divina, se han roto muchos de los mitos
creados por nuestros errores e ignorancia, como aquel de que fuimos hechos y
16
hechas del barro y de una costilla humana, respectivamente.

Con todo y que "El Libro de Urantia" tiene errores, en él se encuentran las
primeras nociones (no son, propiamente, Ciencia Cósmica) llegadas a este
planeta -hasta donde alcanza mi conocimiento- comunicadas por la
Omnisciencia y otras memorias en los tiempos modernos. Los textos de la
canadiense Adela T. Sergiere, en quien encarnó la misma alma que tomó el
primer soporte (cuerpo físico) en todos los planetas habitados de nuestro
Cosmos, y, por tanto, un alma autónoma, precósmica, dotada de un Siquismo
libre de escorias, por lo cual su decodificación de los textos de la Omnisciencia
carece de errores y es a partir de su conocimiento que comenzó la construcción
de las bases teóricas de la Ciencia Cósmica.

La Creación

Vuelvo a "El Libro de Urantia" para copiar algunas explicaciones cuyo


conocimiento nos ayuda a entender mejor, racionalmente mejor hasta donde nos
alcanza la finita capacidad humana (sabemos que usamos apenas el 10 por
ciento de la capacidad neurónica), la creación divina:

"La historia de que duró seis días -en realidad el proceso creativo tuvo
seis etapas- la creación de Urantia se basó en la versión tradicional de que no
habían pasado Adán y Eva más que seis días visitando el Jardín del Edén. Esta
circunstancia confirió sanción cuasi sagrada al plazo de la semana que, en un
principio, había sido introducido por los dalamatianos. El hecho de que Adán
pasara seis días inspeccionando el Jardín y formulando los proyectos
preliminares para su organización no ocurrió premeditadamente; más bien fue
una decisión tomada día a día. La elección del séptimo día para la adoración no
fue más que una consecuencia de los hechos aquí narrados.

"La leyenda de la creación del mundo en seis días fue un concepto


posterior que, de hecho, se produjo más de treinta mil años después. Un aspecto
del relato, la aparición repentina del sol y la luna, posiblemente tenga su origen
en la versión tradicional de que, cierta vez, había el mundo surgido
repentinamente de una densa nube espacial compuesta de materia diminuta que,
durante mucho tiempo, había oscurecido tanto al sol como a la luna.

"En la mayoría de los pueblos del mundo ha influído la versión


tradicional de que Adán y Eva disponían de formas físicas creadas para ellos al
llegar a Urantia. La creencia en que se habría creado al hombre del barro fue
casi universal en el hemisferio oriental; se puede remontar el origen de esta
versión tradicional desde las Islas Filipinas y, dándole casi media vuelta al
17
mundo, hasta el Africa. Muchos grupos aceptaron esta versión de que el hombre
se originó del barro mediante alguna forma de creación especial en lugar de las
anteriores creencias en la creación progresiva -la evolución.

"Apartada de las influencias de Dalamatia (donde se radicó el primer


séquito planetario divino lidereado por Lucifer y que estuvo ubicada en la
región del Golfo Pérsico de entonces, en lo que luego sería la Mesopotamia) y
Edén, la humanidad tendía a la creencia en el ascenso gradual de la raza
humana. El hecho de la evolución no es un descubrimiento moderno, los
antiguos comprendían el carácter lento y evolucionario del progreso humano.
Los griegos primitivos poseían conceptos claros al respecto a pesar de su
proximidad a la Mesopotamia. Aunque las distintas razas de la tierra,
lamentablemente, se enredaron en sus nociones de evolución, no obstante, gran
parte de las tribus primitivas creyeron y enseñaron que eran los descendientes
de varios animales. Los pueblos primitivos solían seleccionar los animales de su
presunto origen para sus "tótemes". Ciertas tribus norteamericanas creyeron que
descendían de castores y coyotes. Ciertas tribus africanas enseñan que son
descendientes de las hienas; una tribu malaya, del lémur; un grupo neoguineo,
del loro.

"Debido a su contacto inmediato con los restos de la civilización de los


adanitas, los babilonios magnificaron y adornaron la narrativa de la creación del
hombre; enseñaron que habían descendido directamente de los dioses. Se
atuvieron a un origen aristocrático de la raza, lo cual era incompatible incluso
con la doctrina de la creación a partir del barro.

"El relato del Antiguo Testamento sobre la creación data de tiempos muy
posteriores a los de Moisés; él nunca enseñó a los hombres una historia tan
tergiversada. Pero sí presentó a los israelitas un relato sencillo y condensado de
la creación, con la esperanza de que éste realzara su llamado a la adoración del
Creador, el Padre Universal, que llamaba el Señor Dios de Israel.

"En sus enseñanzas tempranas, Moisés, inteligentemente, no intentó


remontarse más allá de los tiempos de Adán; puesto que Moisés era el maestro
supremo de los hebreos, las historias de Adán llegaron a relacionarse
estrechamente con las de la creación. Consta que las tradiciones más tempranas
reconocieron una civilización preadámica (sic), por el hecho de que los
redactores posteriores, con ánimo de borrar toda referencia a los asuntos
humanos antes de los tiempos de Adán, olvidaron borrar la referencia
reveladora a la emigración de Caín a la tierra de "Nod", donde aquél tomó
mujer.

18
"Tras su llegada a Palestina, los hebreos no contaron durante mucho
tiempo con ningún lenguaje escrito que hiciera eco entre el grueso de su
población. Aprendieron a valerse del alfabeto de los filisteos vecinos, quienes
eran refugiados políticos de la civilización superior de Creta. Los hebreos
escribieron muy poco hasta alrededor del año 900 a. de C.; y como no disponían
de un lenguaje escrito hasta la fecha tan tardía circularon varias versiones
distintas de la creación; pero, después del cautiverio de Babilonia, se inclinaron
más a aceptar una versión mesopotámica modificada.

"La versión tradicional judía se cristalizó en torno a Moisés. Debido a que


se esforzó éste por atribuir el origen de la descendencia de Abraham a Adán, los
judíos dieron por sentado que Adán había sido el primero de la raza humana.
Yahvé fue el creador y ha de haber hecho el mundo justamente antes de hacer a
Adán, ya que se supone que Adán fue el primer hombre. Entonces la versión
tradicional de los seis días de Adán se intercaló en la historia y, casi mil años
después de la estadía de Moisés en la tierra, resultó que la versión tradicional de
la creación en seis días se asentó por escrito y, posteriormente, a aquel se le
atribuyó el mérito.

"Cuando los sacerdotes judíos retornaron a Jerusalén, ya habían


terminado su relato escrito sobre el principio de las cosas. Pronto afirmaron que
esta narración era una historia recién descubierta sobre la creación, escrita por
Moisés. Pero los hebreos contemporáneos de alrededor de 500 a. de C., no
consideraron que estas escrituras fueran revelaciones divinas; las consideraron
de forma muy similar a como los pueblos posteriores consideran las narraciones
mitológicas.

"Este documento espurio, las presuntas enseñanzas de Moisés, vino a


conocimiento de Ptolomeo, el rey griego de Egipto, quien lo mandó traducir al
griego por una comisión de sesenta eruditos para su nueva biblioteca de
Alejandría. Así se integró este relato a aquellas escrituras que, posteriormente,
llegaron a formar parte de las colecciones ulteriores de las "escrituras sagradas"
de las religiones hebrea y cristiana. Y estos conceptos durante mucho tiempo
influyeron profundamente en la filosofía de muchos pueblos occidentales que se
identificaron con estos sistemas teológicos.

"Los maestros cristianos perpetuaron la creencia en la creación de la raza


humana por un acto de volición, lo cual influyó directamente en la formación de
la hipótesis de una edad de oro pasada de arrobo utópico y en la teoría de la
caída del hombre o superhombre que explicara la condición menos utópica de la
sociedad. Estas perspectivas sobre la vida y sobre el lugar que ocupaba el
hombre en el universo fueron, en el mejor de los casos, desalentadoras puesto
19
que estaban basadas en la creencia de un retroceso, más bien que una
progresión, además de implicar una Deidad vengativa, quien había descargado
su ira sobre la raza humana en retribución de los errores de ciertos
administradores planetarios pasados.

"La "edad de oro" es un mito, pero Edén fue un hecho, y la civilización


del Jardín fue de hecho derrocada. Adán y Eva llevaban ciento diecisiete años
en el Jardín cuando, por la impaciencia de Eva y los errores de juicio de Adán,
se atrevieron a desviarse del camino ordenado, buscándose el desastre y
ocasionando el ruinoso retraso de la progresión del desarrollo de toda Urantia".

Con el paso del tiempo, las iglesias institucionalizadas persistieron en


divulgar sus mitos, incluso a contramano de las comprobaciones y hallazgos de
la ciencia ortodoxa y hasta han condenado a otros y otras al silencio público,
como ilustra el caso de Teildard de Chardín, cuya iglesia, la Católica, le
prohibió publicar, como anoté antes, los resultados de sus trabajos.
Afortunadamente, Teilhard de Chardin siguió investigando y escribiendo,
aunque sin publicar nada y hoy sus textos están a disposición del público, tal
como documenté párrafos arriba.

La cerrazón de las iglesias institucionalizadas a los postulados científicos


ortodoxos ha influído poderosamente para que mucha gente -me incluyo- no
sólo abandonara las capillas, sino que postulara la inexistencia de Dios. (Por
fortuna y aguijoneada -hoy no tengo ninguna duda- por mi propia alma me
acerqué a la Ciencia Cósmica y descubrí un mundo lleno de poder y de belleza,
descubrimiento gracias al cual -más adelante entenderás por qué- estoy viva y
cuerda sin necesidad de la "estabilidad" que vende la farmacopea siquiátrica).

Comparto contigo lo que afirma una de las entidades divinas que


comunicaron los libros de Urantia en torno a lo que, a mi juicio, constituye una
miopía de las religiones institucionalizadas: "...La moralidad aislada y
exagerada de la religión moderna, que no consigue retener la devoción y la
lealtad de muchos hombres del siglo XX –menos aún en este recién iniciado
siglo XXI (EE)-, se rehabilitaría si, además de sus mandatos morales, prestara
igual consideración a las verdades de la ciencia, la filosofía y la experiencia
espiritual, y a las bellezas de la creación física, al encanto del arte intelectual y
a la magnificencia de una auténtica realización del carácter". Afortunadamente,
ya la religión institucionalizada, principalmente la Católica, ha comenzado a
abrirse, sobre todo en el Papado de Juan Pablo II, quien anda por el mundo
promoviendo la unidad de los cristianos tradicionales y postulando algunas
verdades científicas.

20
"La personalidad de Dios"

Resituada la Creación divina como ha sido hecho, veamos, en aras de


facilitar la comprensión de mi mensaje, un texto -esta versión tiene correcciones
y adiciones-, que escribí e intenté vender, sin éxito, para su publicación en la
prensa local, acerca de la "personalidad de Dios, redactado en 1998 a propósito
de una conversación entre intelectuales de varias partes del mundo:

A través de la Historia -y desde antes de que tuviésemos capacidad para


recoger en textos nuestros aciertos y desaciertos, vicios y virtudes-, los seres
humanos hemos sido grandemente presuntuosos, excepciones aparte, por
supuesto. Y todavía hoy, cuando hemos logrado un desarrollo evolutivo tal
como para tener capacidad para desafiar la gravedad, para destruir nuestro
planeta y para curar enfermedades antaño devastadoras, tendemos a la elación, a
la vanagloria, a la pedantería, a la soberbia, a la intolerancia, a la mentira, a la
megalomanía, para citar sólo algunos de los defectos de la condición humana.

Y a más... Cuando todavía no habíamos aprendido a pensar, fuimos


capaces de inventarnos cualquier cantidad de dioses, en proporción a nuestra
carencia de argumentos, de razones, para explicarnos fenómenos sobremanera
naturales, pero ininteligibles para el desarrollo alcanzado en épocas primitivas
por nuestra inteligencia, como, por ejemplo, un trueno, un relámpago o un
eclipse de Sol o de Luna.

Sin embargo, con el desarrollo de nuestras capacidades sapienciales


gracias a la evolución de nuestro ser, de nuestra inteligencia, hemos conseguido
progresos científicos y tecnológicos impensables para nuestro antepasado homo
sapiens. Tanto hemos avanzado que hoy sólo tenemos un Dios. O ningún Dios
(porque cada quien tiene un libre albedrío que la Divinidad no osa quebrantar,
pese a que todo lo puede, porque sin duda la libertad es el estadío superior del
ser humano por cuanto es en un ambiente de libertad en el que podemos
expresar nuestras potencialidades más profundas). En otras palabras, el ser
humano de hoy, en sentido general, está en capacidad -y tiene la posibilidad,
aunque falta justicia social, grandemente- de realizarse ejerciendo su libre
albedrío, porque las viejas instituciones coartadoras o negadoras de la libertad
personal (la esclavitud, por ejemplo) han quedado en el pasado, tras cumplir el
rol que cumplieron, a pesar de que aún quedan algunas expresiones esclavistas y
abundan las injusticias sociales. E incluso, los Estados nacionales acordaron,
hace apenas 50 años, reconocer los derechos de la persona humana,
reconocimiento trascendentalísimo en nuestra historia, con todo y que esta
sociedad postmoderna luce incapaz de garantizar el más sagrado: el de la vida,
21
debido, a mi juicio, a que no hemos sido capaces, todavía, de juntar todas
nuestras voluntades y energías, con inteligencia y sabiduría, para enfrentar las
causas profundas de la violencia y otras taras humanas herencia de nuestra
primitiva bestialidad.

Dado que el presente es el fruto del pasado y como nada se pierde en la


memoria universal, todavía -insisto- conservamos rémoras de nuestro
primitivismo, como los temores y los miedos, la tendencia a la violencia, al
odio, a la envidia, al egoísmo y profundas expresiones de nuestra antigua
bestialidad e ignorancia. Y así como en el pasado más remoto fabricamos dioses
a la medida de nuestras incapacidades y necesidades, cuando nos convertimos
en monoteístas, construímos a Dios conforme a nuestra imagen y semejanza,
probablemente porque interpretamos a nuestro modo, como nos era posible
hacerlo entonces, el texto bíblico según el cual fuimos hechos a imagen y
semejanza de la Divinidad. Así, en la cultura judeo-cristiana y en Occidente,
principalmente, dotamos a Dios, que es asexuado, de un sexo (varón, por
influencia, a mi juicio, de la cultura androcéntrica, y de un fenotipo, cuyas
principales características son la piel blanca, los ojos azules y el pelo rubio y
lacio, por razones que pueden ser conocidas estudiando Ciencia Cósmica.

Pero como nada permanece estático, sino que todo cambia y evoluciona,
en el presente y desde hace unos 30 años, los seres humanos (primero dotamos
a Dios de un fenotipo humano -¡cuán necios y necias somos persistiendo en
procurar que los y las otras, incluso el Absoluto, se nos parezcan!) andamos
empeñados en definir cuál es el sexo de la Divinidad, si es femenino, masculino
o andrógino.

Reflexiones como las sugeridas en los párrafos anteriores, impensables en


los tiempos de la Inquisición, estuvieron en el centro de la atención de expertos
y expertas que se reunieron a mediados de abril de 1998 en Jerusalén, en la
Universidad Hebrea, para dialogar acerca del sexo de Dios en el hinduismo, en
la cultura japonesa, en la antigua Grecia, en el Cristianismo, el Islamismo y el
Judaísmo, de acuerdo a un despacho de EFE, la agencia española de prensa,
publicado en El Siglo, diario de Santo Domingo, el 16 de ese mismo mes.

(Valga resaltar que en el mismo despacho se consigna que el interés


moderno por la identidad de Dios en los medios universitarios se debió en gran
medida al movimiento feminista, probablemente, a mi juicio, porque hemos
sido las mujeres las principales víctimas de un mito ancestral, el del pecado
original, utilizado por la cultura patriarcal para hacernos sentir culpables de una
falta que no fue la que nos han contado por cuanto la historia de Eva tiene otra
historia, como expliqué antes.)
22
De acuerdo al despacho de EFE, el organizador del seminario, Moshé
Idel, catedrático de Cábala, la disciplina que estudia la unión mística del ser
humano con Dios según la interpretación esotérica de los textos sagrados, de la
mencionada universidad, contó primero que uno de los participantes en la
actividad, Howard Ulenberge-Schwartz, fue destituído de la Universidad de
Stanford, de Estados Unidos, luego de que pronunciara una conferencia en la
que "osó" debatir acerca de "cuál es el órgano sexual de Dios". (Tenemos
metida la intolerancia tan entre los tuétanos que incluso en una nación tan
libertaria como Estados Unidos se reprime a quienes piensan diferentemente a
las "verdades" validadas por los poderes terrenales o, sencillamente, plantean
interrogantes atrevidas).

Idel y la profesora Ilana Pardes, de la misma universidad, fueron los


únicos conferencistas citados en el despacho periodístico. Ambos sustentaron
sus conferencias en análisis de la Biblia.

Idel citó uno de los libros sagrados del Cristianismo tradicional, el


Génesis, en su capítulo uno, versículo 27, en el que se afirma que Dios creó al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó, para
acotar de inmediato: cabe preguntarse entonces, como se hace desde hace 1,600
años, "si Adán y Eva, un hombre y una mujer, fueron creados ambos a imagen
de Dios, ¿qué aspecto tenía Dios?, es que era varón y hembra a un mismo
tiempo.

Por su parte, la profesora Pardes recordó que la mayor parte de las


descripciones que se asocian en la Biblia a la imagen de Dios son andróginas o
masculinas -padre, rey, guerrero-, "pero también tiene aspectos femeninos
igualmente importantes".

De acuerdo a su punto de vista, "el aspecto femenino es maternal: Dios da


a luz y ayuda a hacerlo; en el desierto satisface el hambre de su pueblo como
una madre que amamanta, y lo cuida como una institutriz".

Dios no es persona, es energía

Sin embargo y a contramano de la presuntuosidad humana, capaz, repito,


de hacer a Dios conforme su (de los seres humanos) imagen y semejanza, la
Divinidad trasciende la materia y no es personificable.

No obstante, somos imagen y semejanza de Dios. Imagen porque somos


23
energía y llevamos dentro efluvios de su Divinidad, en el alma; semejanza
porque así como Dios es amor, nuestro designio es el amor.

Dios, empero, no es materia. La Divinidad -prefiero este término para


identificar a la Eternidad, a Dios- es energía, principio primero y eterno.

¿De que materia se compone Dios? es la interrogante que encabeza uno


de los textos escritos por Adela T. Sergerie y editados por el Instituto
Dominicano de Ciencia Cósmica, Inc, en el que se puede conocer qué es y cómo
es la Divinidad.

Copio, a seguidas, el texto sobre la composición material del Infinito:

"La pregunta que yo deseo que me hagas (dijo la entidad divina a Adela
T. Sergerie) es tan grande que ningún hombre ha osado siquiera pensar que
tendría respuesta.

"¿Cuál es la materia que entra en la composición de Dios?

"La materia de que se compone Dios es la esencia de la presencia eterna


de un elemento que es la energía infinita. Esta esencia se compone, a su vez, de
una estructura muy fina de puntos que se tocan unos con otros y forman un
encaje fino. De cada punto surge una forma constructiva que cambia de
atributos en cada punto. Este conjunto de esencia estructurada forma una
energía que contiene, en cada uno de sus puntos, todas las creaciones
inimaginables que se producirán durante la eternidad.

"Dios es este conjunto de puntos, esta variada estructura. Esta energía se


desprende de cada punto al infinito. Dios se compone de este potencial infinito.
Dios es esta esencia, estos son los puntos, las estructuras y el potencial que
ninguna inteligencia creada puede conocer. Esta esencia no viene de ninguna
parte y no va a parte alguna. Ella está allí, dinámica, aun cuando es inmutable;
infinita, aun cuando es maleable. En sus puntos contiene unas normas que
ponen en marcha unas leyes a las cuales se somete el potencial que ella encierra.

"Jamás se ha creado esta esencia; ella no tiene principio y tampoco tiene


fin. Es el elemento que es el elemento mismo y no puede ser otro. Este elemento
es el que es y aquel del cual salen el tiempo y el espacio. Dios es todo esto. Dios
es lo que es.

"En vuestra lengua (de los seres humanos), el nombre de Dios significa
mucho menos de lo que es en realidad.
24
"Dios es esta fuerza que no surge, pero existe. Es la misma potencia que
está ahí, latente y disponible para la reacción de las leyes en marcha. Es la
energía que se introduce en todas las cosas. Es el movimiento que agita los
granos de materia salidos de su seno. Es la vida, es el hombre, es su
inteligencia, es su alma. Dios se compone de todas las realizaciones que se
producen en el seno de la energía.

"Sin embargo, Dios tiene un núcleo del cual sale toda esta esencia
infinita. Es el haz desde donde salen todas las fuerzas y todas las energías
diferenciadas o no diferenciadas, que forman el Cosmos. Es el cordón umbilical
de cada grano de materia. Es el alma que es alma de todas las almas.

"En una palabra, el YO eterno"

Los mundos creados

Una esencia infinita -luce obvio para mí- no va a limitar su creación a


unos seres pensantes únicos: las y los pobladores de nuestro planeta Tierra.
En efecto, hasta el presente y en nuestro Cosmos han sido creados siete
superuniversos, los que, a su vez, se componen, cada uno, de 10 sectores
mayores, mil sectores menores, 100 mil universos locales, 10 millones de
constelaciones, un billón de sistemas y alrededor de un trillón de planetas o
mundos habitados o habitables.

Dentro de la inmensísima creación divina, la Tierra -Urantia en la


cosmogonía de la Ciencia Cósmica- es apenas un planeta, en el universo local
de Nebadón, de los tantos que conforman el superuniverso Orvotón, el séptimo
creado, el nuestro, y último creado en el primer Cosmos.

Ciencia y religión se acercan

Adela T. Sergerie, en sus comunicaciones con la Omnisciencia y otras


memorias, tuvo mensajes, señales, de que ha comenzado a formarse un segundo
Cosmos. Y la ciencia ortodoxa, específicamente la Astrofísica, a través de los
satélites Compton, de la agencia espacial estadounidense Nasa; Beppo Sax, de
Italia, y Ulises, de la Agencia Europea del Espacio, acaba de captar un
fenómeno que, por lo menos para mí, es un indicador del proceso de formación
del nuevo Cosmos. Se trata -extraigo la información de un cable de Efe, la
agencia española de noticias, publicado el 26 de marzo pasado en el diario El
Siglo- de la mayor explosión cósmica registrada en la Historia, similar a la que
25
acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años y que se produjo el 23 de
enero de este 1999 a 10 mil millones de años luz de la Tierra, con una duración
de 110 segundos, poco menos de dos minutos.

De acuerdo a la información internacional, en el tiempo que duró, la


explosión superó en brillo a toda una galaxia y se liberó una energía equivalente
a mil quintillones (un quintillón es la unidad seguida de 30 ceros) de bombas
atómicas como la de Hiroshima, capaz por tanto de acabar con la vida en la
Tierra.

Como se puede inferir del apretado resumen sobre las creaciones divinas,
los humanos no somos los únicos seres de la magna obra, a pesar de que, como
acoté antes, nuestra presuntuosidad ha llevado a mucha gente a creerlo así.
(Somos, los seres humanos, los únicos, dentro de las creaciones divinas, que
tenemos semejante creencia).

Por fortuna para la ampliación de nuestros finitos horizontes, la Ciencia


sigue descubriendo verdades ocultas, tangibilidades antes veladas, por
limitaciones humanas, al conocimiento científico. El más reciente de los
descubrimientos, anunciado apenas el jueves 15 de este abril, en un despacho
de prensa publicado al día siguiente en el mismo diario El Siglo, permitió
establecer la existencia, a sólo 44 años luz de nuestra galaxia, de un nuevo
sistema solar similar al terrestre y compuesto de tres planetas.

Desde 1995 y hasta el reciente hallazgo, la ciencia había detectado una


veintena de planetas en órbita alrededor de estrellas idénticas a nuestro Sol.

La perplejidad, es decir, la irresolución, la confusión, la duda de lo que se


debe hacer en una cosa, nos atrapa cuando alguna nueva realidad rompe
nuestros esquemas finitos. Por eso se entiende que los científicos reaccionaran
perplejos ante el hallazgo. "Me pregunto cómo pudo formarse este sistema",
confesó Geoffrey Marcy, miembro del equipo investigador. Respuesta simple:
como se ha formado toda la materia, por impulso y decisión de las energías
divinas, las responsables de toda la creación.

A contramano de lo que han creído, dicho y defendido, con toda


honestidad, filosófos y científicos modernos y postmodernos, Dios existe -tal
como lo he definido- y cualquiera mínimamente evolucionado -seres de primera
y segunda razas, incluso- puede adquirir certidumbre acerca del fenómeno
eterno, de lo divino, el Padre Universal (bien podría ser la Madre Universal
porque la Divinidad no tiene sexo). Porque: "El Padre Universal, siendo
autoexistente, es también autoexplicativo; él efectivamente vive en todo mortal
26
racional. Pero no puedes estar seguro de Dios a menos que lo conozca; la
filiación es la única experiencia que hace certera la paternidad. El universo
experimenta cambios por doquier. Un universo cambiante es un universo
dependiente; tal creación no puede ser final ni absoluta. Un universo finito es
totalmente dependiente del Ultimo y del Absoluto. El universo y Dios no son
idénticos; uno es la causa, el otro el efecto. La causa es absoluta, infinita,
eterna e invariable; el efecto, espacio-temporal y trascendental pero
constantemente cambiante, siempre en crecimiento", tal como se puede leer
en "El Libro de Urantia", en el documento 101, titulado "La verdadera
naturaleza de la religión", en el punto siete: La certidumbre de lo divino, dictado
por un Melquisedec de Nebadón (negritas mías, EE).

En el mismo texto, el Melquisedec escribió acerca de la religión (en


realidad, lo escribió en 1934 la estadounidense receptora de revelaciones
divinas y cuyo nombre no he logrado conocer). Dado que los puntos de vista y
reflexiones al respecto convienen a la comprensión de mi mensaje, los copio a
seguidas:

"La religión vive y prospera, entonces no por la vista y el sentimiento,


sino más bien por la fe y el discernimiento interior. Consiste, no en el
descubrimiento de nuevos hechos o en el hallazgo de una experiencia única,
sino más bien en el descubrimiento de significados nuevos y espirituales de los
hechos ya bien conocidos por la humanidad. La experiencia religiosa más
elevada no depende de actos previos de creencia, tradición y autoridad; tampoco
es la religión el vástago de sentimientos sublimes y emociones puramente
místicas. Más bien es una experiencia profundamente honda y real de comunión
espiritual con las influencias espirituales residentes en la mente humana, y en
cuanto dicha experiencia se pueda definir en términos de psicología, es
simplemente la experiencia de experimentar la realidad de creer en Dios como
la realidad de tal experiencia puramente personal".

Como se puede inferir del texto anterior y comprobar en la vida misma,


se puede ser asaz religioso sin ir a ninguna de las capillas de las iglesias
institucionalizadas. Porque, sin duda para mí, la religión personal, íntima, de
comunicación directa con las energías divinas, es la mejor de las religiones.
Entiendo, sin embargo, la necesidad que tiene mucha gente de militar en una de
las tantas iglesias institucionalizadas del mundo de hoy y respeto cada elección
personal, a más de que sé que prehistórica e históricamente ha habido necesidad
de tales religiones, algunas de las cuales han sido establecidas a sangre y fuego,
en acciones emprendidas por seres humanos, las más de las veces bien
intencionados, pese a lo cual cometieron barbaridades como las de la
Inquisición, acontecimiento, por demás, explicable si se lo analiza, no sólo a la
27
luz del momento histórico en que se produjo, sino mediante un razonamiento
simple: la inevitabilidad del hecho -cuán certero fue Teilhad de Chardin cuando
sostuvo que: "nada resulta a menudo tan difícil de percibir como aquello que
"debería saltarnos a la vista". Es que cuantas instituciones y prácticas han
existido a través de toda nuestra historia son inevitables -Perogrullo lo sabe-,
porque es imposible evitar lo que ya ocurrió: el Patriarcado, la Esclavitud, el
Fascismo, el Comunismo y el "Capitalismo Salvaje", incluso, y sus expresiones
en estos llamados tiempos postmodernos.

Quién es Jesucristo

Completado el ejercicio de hacer un perfil de la Divinidad y


contextualizar la religión desde la perspectiva cósmica, paso ahora -un
atrevimiento más, también en aras de contextualizar mi mensaje- a definir a
Jesucristo, auxiliada del texto citado, antes de lo cual creo necesario pedirte que,
como diría el fallecido poeta portugués Fernando Pessoa, olvides la manera de
recordar que te enseñaron, por cuanto el Cristo de mis convicciones no es
idéntico al Cristo de las religiones institucionalizadas, aunque sea el mismo y
único Cristo.

Cristo Micael es, dentro de la amplia gama de entidades divinas, un


"Hijo Creador Paradisíaco", definidos, en el Libro de Urantia como "...los
hacedores y gobernantes del universo local del tiempo y del espacio".

Su origen es dual, es decir, que incorporan las características de Dios el


Padre y Dios el Hijo, aunque cada Hijo Creador es distinto a todos los demás;
cada uno es único en su naturaleza así como también en su personalidad; cada
uno es el "Hijo Unigénito" del perfecto ideal divino de su origen.

Conforme el mismo texto, "en la vasta tarea de organizar, evolucionar y


perfeccionar un universo local, estos elevados Hijos siempre disfrutan de la
sustentadora aprobación del Padre Universal. La relación de los Hijos Creadores
con su Padre en el Paraíso es conmovedora y superlativa. Indudablemente el
afecto profundo de la Deidad Progenitora por su progenie divina, es la fuente de
ese amor hermoso y casi divino que aun los padres mortales tienen por sus
hijos.

"Estos hijos Paradisíacos primarios son personalizados como Micaeles.


Cuando salen del Paraíso para fundar sus universos se los conoce como los
Micaeles Creadores. Cuando están establecidos en autoridad suprema, se los
llama Micaeles Mayores. A veces nos referimos al soberano de vuestro universo
de Nebadón como Cristo Micael. Por siempre y para siempre reinan de acuerdo
28
a la "orden de Micael, siendo esa la designación del primer hijo de su orden y
naturaleza", explica el mismo texto en un documento dictado por un
"Perfeccionador de la Sabiduría", otra entidad divina.

Así, Jesucristo, el mismo que encarnó en este planeta, en su séptimo y


último autootorgamiento, como hijo de José y María, es el creador y el regente
de este mundo, a contramano del criterio, cada vez más generalizado entre
militantes de iglesias, debido sobre todo a las manifestaciones abundantísimas
de la primitiva bestialidad humana, de que el "diablo" reina en estos lares. "(En
realidad, el "diablo" es una creación de la mente humana, como se puede
concluir revisando la "Rebelión de Lucifer", en el mismo libro de Urantia).

(Entiéndase el término autootorgamiento -es hartamente difícil definir,


con las palabras de que disponemos en el presente los seres humanos, las
realidades y fenómenos del Absoluto- como una decisión personal de darse a
alguien o a algo, sea material o inmaterial, humano o divino.)

Cristo escogió nuestro planeta para su autootorgamiento final cuando ya


se había autootorgado seis veces, como podemos leer en el mismo texto, en la
parte IV, titulada "La vida y la enseñanza de Jesús, específicamente en el
documento 120 -El autootorgamiento de Micael en Urantia-. Tal parte recoge
una colección de documentos patrocinada por una comisión de doce seres
intermedios de Urantia, bajo la supervisión de un Melquisedec, director del
grupo revelador, y la base para su narración fue suministrada por el ser
intermedio secundario a quien le fuera encomendada la custodia superhumana
del Apóstol Andrés.

"Antes de los eventos que estoy a punto de relatar, Micael de Nebadón se


había ya otorgado seis veces, a semejanza de seis órdenes diferentes de su
diversa creación de seres inteligentes. Después de estos autootorgamientos se
aprontó para descender a Urantia a semejanza de los seres mortales, siendo ésta
la orden más baja de sus criaturas inteligentes volitivas y como tal ser humano
del dominio material, ejecutar el último acto del drama de la adquisición de
soberanía sobre su universo de acuerdo con el mandato de los divinos
Gobernantes Paradisíacos del Universo de los universos", refiere el documento.

De acuerdo al texto, "...Micael tenía un doble propósito al efectuar estos


siete autootorgamientos a las varias órdenes de sus criaturas universales. En
primer término, completaba la experiencia necesaria para la comprensión de las
criaturas, que se exige a todos los Hijos Creadores antes de que asuman la
soberanía completa. Los Hijos Creadores pueden en cualquier momento
gobernar su universo por derecho propio, pero tan sólo pueden gobernar como
29
representantes supremos de la Trinidad del Paraíso después de pasar por los
siete autootorgamientos en las criaturas del universo. En segundo lugar,
aspiraba al privilegio de representar la autoridad máxima de la Trinidad del
Paraíso, que puede ser ejercida en la administración directa y personal de un
universo..."

El autootorgarse implica, necesariamente y como antes fue dicho, una


decisión personal, la misma que tomó Cristo cuando optó, en su último periplo
universal, por venir a este planeta, en el que terminará reinando, sin contrariar el
libre albedrío de que fuimos dotados los seres humanos, a pesar de las
iniquidades e injusticias en que aún incurrimos y que ha puesto a mucha gente
tan de patas arribas como para persistir en aplicar correcciones bárbaras, como
la pena de muerte, para enfrentar la criminalidad y la delincuencia, en una
sociedad mundial que luce incapaz de prevenir los delitos y que, al contrario
opera como fábrica de anti-sociales, fenómeno generado por causas múltiples,
entre las que quiero citar ahora los contenidos de los "mass media",
principalmente los electrónicos, responsables hoy, tanto o más que las iglesias,
la familia, las escuelas y el barrio, de la socialización infantil, como sostienen
estudiosos de la influencia de los tales contenidos en los seres humanos.

Y como seres libres tenemos la posibilidad de optar entre el bien y el mal,


entre los valores y los anti-valores, a tal punto que lo que somos y como
vivimos, incluyendo el medio familiar o social en el que nacemos, es fruto,
única y exclusivamente, de nuestro propio quehacer, lo cual no significa que la
organización social creada por nosotros sea ni siquiera remotamente justa.
(Recuerdas que antes dije que la vida humana no se reduce, desde la perspectiva
cósmica -mi perspectiva-, a la que se vive en un determinado y único soporte
físico).

Se comprenderá mejor la decisión de Jesús de Nazaret de escoger a este


planeta para su séptimo y último autootorgamiento leyendo otros pasajes del
mismo documento sobre "La vida y las enseñanzas de Jesús", en el que se da
cuenta de que el Unigénito comenzó la organización del universo local del que
forma parte la Tierra unos cuatrocientos mil millones de años atrás y se preparó
para su primera aventura de autootorgamiento alrededor de la época en que
Urantia estaba adoptando su forma presente, hace mil millones de años. "Sus
autootorgamientos -dice el mismo texto- han ocurrido aproximadamente cada
ciento cincuenta millones de años, habiendo tomado lugar el último en Urantia
hace unos mil novecientos años atrás...".

Como la Tierra es también, en la cosmogonía cósmica, un planeta


experimental, Cristo deja a sus criaturas actuar atendiendo los dictados de su
30
libre albedrío, para que seamos las propias criaturas humanas las arquitectas de
nuestro destino, es decir, elegir entre continuar la evolución hasta regresar al
origen, la Divinidad, Dios, o quedarnos en el camino, aunque nadie,
absolutamente nadie, puede impedir que la evolución siga su curso, con todo y
que con nuestras acciones podemos adelantarla o retrasarla y hacerla más o
menos dolorosa. Sabemos, sin embargo, que Él cumplió su rol y que, incluso,
dejó regado en todo el orbe terráqueo el Espíritu de la Verdad.

En los pasajes extraídos de la encomienda preautootorgadora emitida por


Emanuel a quien luego se convertiría en Jesús de Nazaret y que aparecen en el
mismo documento se pueden conocer informaciones valiosísimas para
comprender cabalmente los propósitos del último autootorgamiento de Cristo
Micael.

"Mi hermano creador, estoy a punto de presenciar tu séptimo y último


autootorgamiento al universo. Con gran fidelidad y perfección has ejecutado los
seis cometidos previos, y confío en que saldrás igualmente triunfante de éste, tu
último autootorgamiento camino a la soberanía. Hasta ahora, apareciste en tus
esferas de autootorgamiento como un ser plenamente desarrollado y de la orden
de tu selección. Pero esta vez vas a aparecer en Urantia, el desordenado y
turbulento planeta que has elegido, no en la forma de mortal adulto, sino como
un recién nacido desamparado. Será, compañero mío, una experiencia nueva y
no probada por tí. Estás a punto de pagar el precio total del autootorgamiento y
de experimentar el esclarecimiento completo de la encarnación de un Creador
en la semejanza de una criatura", dice el primer pasaje.

Y en el tercero se lee: Al emprender el autootorgamiento en Urantia, has


dejado voluntariamente todo apoyo y ayuda especial extraplanetaria que pudiera
ser dada por cualquier criatura de tu propia creación. Así como tus hijos creados
de Nebadón dependen plenamente de ti para su salvoconducto a través de sus
carreras en el universo, del mismo modo deberás tú depender enteramente y sin
reservas de tu Padre Paradisiaco para tu salvoconducto a través de las
desconocidas vicisitudes de tu próxima carrera mortal. Y cuando hayas
completado esta experiencia de autootorgamiento, conocerás en verdad misma
el rico y total significado de esa fe-confianza que tú tan invariablemente exiges
que tus criaturas dominen como parte de su relación íntima contigo, su Creador
y Padre en el universo local.

En otros pasajes se dice a Cristo: "....Puedes emprender tu misión con un


pensamiento único -la revelación más amplia de nuestro Padre a los seres
inteligentes de tu universo...Como mortal encarnado en el reino no tendrás dotes
celestiales, pero tu poder que has dejado puede ser nuevamente tuyo al instante
31
en cuanto decidas reasumir tu autoridad universal. Recuerda que si eliges
reasumir tu poder y autoridad, lo harás por razones enteramente personales
puesto que yo soy la promesa viviente y suprema cuya presencia y compromiso
garantizan la administración segura de tu universo según la voluntad de nuestro
Padre".

En otro texto del mismo documento, titulado Las limitaciones del


autootorgamiento, se le comunica a Cristo: "...Crecerás en Urantia como hijo
del reino, completarás tu educación humana -en todo momento sujeto a la
voluntad de tu Padre del Paraíso- y vivirás en Urantia como lo determinaste,
terminarás tu estadía planetaria, te prepararás para la ascensión a tu Padre y de
sus manos recibirás la soberanía suprema de tu universo".

Asimismo se le da un consejo en los términos siguientes: "En cuanto al


planeta de tu autootorgamiento y la generación de hombres contemporánea a tu
estadía mortal, te aconsejo que actúes mayormente en función de maestro.
Presta atención, en primer lugar, a la liberación e inspiración de la naturaleza
espiritual del hombre. Ilumina luego la oscuridad intelectual del hombre, cura
las almas de los hombres, y emancipa sus mentes de los viejos temores. Atiende
también, según tu sabiduría mortal, al bienestar físico y a la comodidad material
de tus hermanos en la carne. Vive una vida religiosa ideal para inspiración y
edificación de todo tu universo.

Y más adelante se le da la exhortación que sigue: "...Derrama sobre


el planeta de tu autootorgamiento el Espíritu de la Verdad para que todos
los mortales de esa aislada esfera se vuelvan inmediata y enteramente
accesibles al ministerio de la presencia segregada de nuestro Padre del
Paraíso, los Ajustadores del Pensamiento".

De inmediato, en el próximo pasaje se le precisa: "En todas tus acciones


en el mundo de tu autootorgamiento, ten presente que estás viviendo una vida
para instrucción y edificación de tu entero universo. Estás otorgando esta vida
de encarnación mortal a Urantia, pero debes vivir dicha vida para la inspiración
espiritual de toda inteligencia humana y superhumana que vivió, ahora existe, o
podrá aún vivir en cada uno de los mundos habitados que haya formado parte en
el pasado, forme ahora o pueda formar parte en el futuro de la vasta galaxia de
tu dominio administrativo. Tu vida terrestre en semejanza de carne mortal no
será vivida para ejemplo de los mortales de Urantia durante los días de tu
residencia en la tierra ni tampoco para cualquier generación subsiguiente de
seres humanos en Urantia o de cualquier otro mundo. Más bien, tu vida
urantiana en la carne será la inspiración para todos los seres de todos los
mundos de Nebadón y por todas las generaciones en tiempos por venir.
32
"...Ilustra con tu corta vida en la carne -se le recomienda en el siguiente
pasaje-, como nunca antes se había visto en Nebadón, las posibilidades
trascendentes que puede alcanzar un humano conocedor de Dios durante su
corta carrera de existencia mortal, e interpreta ahora y para siempre en forma
novedosa y esclarecedora a todas las inteligencias humanas de Nebadón al
hombre y sus vicisitudes de su vida planetaria. Descenderás a Urantia en
semejanza de carne mortal, y viviendo la vida de un hombre de tu tiempo y
generación, actuarás de tal manera que ilustrará para todo tu universo el ideal de
una técnica perfeccionada en el compromiso supremo de los asuntos de tu vasta
creación: el logro de que Dios, buscando al hombre, lo encuentra y el fenómeno
del hombre que, buscando a Dios, lo encuentra; y lo harás para satisfacción
mutua y lo harás en el corto período de vida mortal en la carne".

Cristo recibió otros consejos y admoniciones, contenidos en el mismo


texto, los que se inician comenzando por una despedida: "Ahora, hermano mío,
al despedirme de ti antes de tu partida a Urantia, habiéndote aleccionado sobre
la conducta general de tu autootorgamiento, déjame transmitirte algunas
admoniciones, frutos de tus conversaciones con Gabriel, que se refieren a
ciertos aspectos menores de tu vida mortal. Te sugerimos pues:

"1. Que en la búsqueda del ideal de tu vida mortal terrestre también


deberás dar alguna atención a la realización y ejemplificación de algunas cosas
prácticas del pueblo en que has elegido aparecer.

"2. En cuanto a las relaciones familiares, dad prioridad a las costumbres


aceptadas de la vida familiar que encuentres establecidas en el tiempo y la
generación de tu autootorgamiento. Vive tu vida familiar y comunitaria de
acuerdo con las prácticas del pueblo en que has elegido aparecer.

"3. En tus relaciones con el orden social te aconsejamos que limites tus
esfuerzos mayormente a la regeneración espiritual y a la emancipación
intelectual. Evita todo embrollo con la estructura económica y los compromisos
políticos de tu tiempo. Más específicamente, dedícate a vivir la vida religiosa
ideal en Urantia.

"4. Bajo ninguna circunstancia, ni siquiera en los detalles menos


importantes, deberás interferir en la evolución normal, ordenada y progresiva de
las razas de Urantia. Sin embargo, esta prohibición no debe ser interpretada
como una limitación en tus esfuerzos por dejar detrás tuyo en Urantia un
sistema duradero y mejorado de ética religiosa positiva. Como Hijo
dispensacional tienes ciertos privilegios para mejorar el estado espiritual y
33
religioso de los pueblos del mundo.

"5. Si lo consideras conveniente, podrás identificarte con


movimientos religiosos y espirituales como puedan encontrarse (en)
Urantia, pero evita a toda manera el establecimiento formal de un culto
organizado, de una religión cristalizada o de una agrupación ética
segregada de seres mortales. Tu vida y tus enseñanzas están destinadas a
ser patrimonio común de todas las religiones y de todos los pueblos.

"6. Para que no contribuyas innecesariamente a la creación de sistemas


subsiguientes estereotipados de creencias religiosas en Urantia o a la formación
de otros tipos poco progresivos de lealtades religiosas, te aconsejamos que no
dejes documentos escritos de tu paso por el planeta. No escribas en materiales
permanentes; pide encarecidamente a tus asociados que no hagan imágenes ni
retratos de ti. Asegúrate antes de tu partida de que no quede nada
potencialmente idólatra de tu paso por la tierra.

"7. Aunque vivirás una vida normal y socialmente común y corriente


del planeta, siendo un individuo normal del sexo masculino, posiblemente
no entrarás en relaciones matrimoniales, las cuales sin embargo serían
totalmente honorables y compatibles con tu autootorgamiento; pero debo
recordarte que uno de los mandatos de Sonaringtón relativos a la
encarnación prohíbe que un Hijo de origen del Paraíso deje descendencia
humana en cualquier planeta de autootorgamiento. (Sonaringtón es uno de
los siete mundos sagrados de la Divinidad, EE).

"8. Para todos los demás detalles de tu autootorgamiento te


encomendamos a la dirección de tu Ajustador residente, a las enseñanzas del
espíritu divino siempre presente que guía a los seres humanos, y al juicio y la
razón de tu mente humana cada vez más amplia, de dotación hereditaria. Esta
asociación de atributos de criatura y Creador te permitirá vivir para nuestra
edificación la vida perfecta por un hombre en particular de una generación
específica en un mundo determinado (menos aun en Urantia), sino total y
supremamente colmada, como es evaluada en los mundos más altamente
perfeccionados y en vía de perfección de tu vasto universo".

Desde que adquirí, hace apenas cinco años, la capacidad de verme a mí y


al mundo desde la perspectiva de la Ciencia Cósmica, he procurado ser cada vez
más sencilla, aunque creo necesario incrementar mi sencillez, ejercicio que me
ha resultado menos difícil gracias, como dije antes, a la lectura de los
argumentos de una de las leyes cósmicas, la de la Sencillez. Y he procurado ser
34
cada vez más sencilla, no sólo para mi bienestar personal, sino porque -lo creo
fervientemente-expresado desde la humildad y la sencillez, hay más
posibilidades de que mi mensaje sea acogido como la expresión de un deseo
profundo de aportar para la evolución de la humanidad y de todo el Cosmos y
de procurar que las devastaciones precursoras del salto evolutivo sean lo menos
dañinas posible para quienes, definitivamente, carecen de las condiciones y
atributos necesarios para sobrevivir al salto. Recuérdese que a través de toda la
historia de nuestra humanidad, la evolución ha sido implacable: siempre han
sobrevivido las especies más aptas. Dejo sentado que, pese a esos deseos, no
busco, ni por asomo, convertirme en "pastora de almas", mucho menos en
"salvadora", porque estoy convencida de que nadie salva a nadie, por cuanto los
progresos evolutivos se logran, única y exclusivamente, mediante un ejercicio
individual, con todo y que también reconozco que en el proceso se pueden
encontrar maestros y maestras cooperantes. Por demás, el destino terrenal del
Maestro de todos los maestros, Cristo Micael, me confirma, sin ningún
resquicio de duda, cuán cierto es el aserto budista gracias al cual aprendí, hace
muchos años, que únicamente cuando el alumno está preparado aparece el
maestro.

Desde que, por razones ajenas a mi voluntad -las documentaré en las


memorias de mi ejercicio profesional- estoy virtualmente retirada de la carrera
de mi vocación, y tomé la decisión -y puse manos a la tarea- de escribir tales
memorias, de cuya primera entrega este texto en tus manos es un anticipo, he
procurado leer (excusa mi reiteración de este dato) la ley de la Sencillez con
más o menos asiduidad, porque su contenido ayuda sobremanera -me consta- a
cultivar las virtudes implícitas en las Leyes Cósmicas, principalmente cuando se
trata de gente cuyo propio desarrollo, conocimientos, convicciones personales y
comportamientos podrían llevarle, eventualmente, a mostrarse arrogante frente a
personas menos evolucionadas.

Precisamente imbuída del espíritu de la Ley enunciada, la cual -repito-


procuro leer con cierta frecuencia, buscando, también, morigerar mi carácter
fortísimo en aras de ayudarme a cultivar la humildad y la capacidad de
comprensión de mí misma y de mis prójimos, he puesto mano a la tarea de
anunciar la inminencia del advenimiento del Ser de Sexta Raza, con todo y que
tengo la certeza de que habrá quienes no lo entiendan.

Y lo he decidido aguijoneada por un imperativo ético, por un imperativo


de mi alma, la misma que me impulsó a escoger la profesión de periodista y a
mantenerme en ella durante 33 años en un país como República Dominicana,
donde los valores espirituales, como el amor a la verdad, a la solidaridad y al
prójimo, para citar algunos, y hasta el amor a la propia vida, son sobremanera
35
impopulares y se puede encontrar gente que se precia -y se promueve así- de
intelectual pero no busca el cambio y sí es capaz de mentir, de censurar el
pensamiento ajeno y hasta soportar -e incluso estimular- la autocensura, casi
siempre impulsada (aquella gente) por intereses espurios, principalmente
político-económicos. Con todo y que hasta hace relativamente poco tiempo
estuve segura, como diría Federico Nietzsche, de "la muerte de Dios", hoy
estoy convencida de que mi permanencia durante tantos años en este oficio, en
medio de un ambiente tan inhóspito para los efluvios de mi espíritu y mis
expresiones anímicas, obedecía, pura y simplemente, a un imperativo de mi
alma, es decir, del pedazo de la Divinidad que hay dentro de mí como dentro de
todas y cada una de las criaturas, animadas o inanimadas, que pueblan este
planeta nuestro, uno más en la inmensísima y continúa creación divina.

Lo he hecho porque estoy segura, sé, con la certeza que he logrado


acumular durante todo mi ejercicio vital y profesional , que quien da
información, da poder. Y en estos tiempos en que proliferan -y se exhiben por
doquier- las manifestaciones, las señales, del inminente salto evolutivo -guerras,
hambrunas, cataclismos naturales, asesinatos horrendos, desesperanza,
angustias, ansiedades, perversiones, entropía personal y social-, me parecería
una traición mía -parafraseo a Teilhard de Chardin- hacia mis congéneres no
escribir, no compartir, la información que he tenido el "privilegio" de encontrar
en mi andar por esta tierra.

Y he querido adelantar este anuncio en este aquí y en este ahora porque el


salto es inminente y urge, por tanto, concentrar cuantas energías positivas estén
disponibles para procurar la neutralización de las energías negativas cuya
acumulación y aumento están provocando que las señales anticipadoras del
trascendental paso humano sean aún más catastróficas para la humanidad, sobre
todo para las y los más pobres. Como en esta tierra donde Cristóbal Colón se
encargó de completar el mapa de este planeta, de iniciar la planetización del
globo, y donde comenzó la evangelización del llamado "Nuevo Mundo" se han
reunido, en ocasión del seminario citado, gente capaz de servir de agente
multiplicador de este anuncio -mis colegas periodistas y Rigoberta Menchú y
Adolfo Pérez Esquivel, premios Nóbel de la Paz-, me ha parecido inteligente y
razonable aprovechar esta coyuntura para socializar este dato, con la esperanza
de que unos y otros reflexionen acerca de esta cuestión y actúen siguiendo los
dictados de sus respectivas conciencias.

Y porque, además, la desesperación, las ansiedades y las angustias que


hoy vive mucha gente en este planeta por su creencia en que estamos a las
puertas del Apocalipsis, del Armagedón -versión bíblica producto, también, de
que quien recibió los datos divinos al respecto decodificó erróneamente la
36
comunicación de las entidades divinas- invaden el Siquismo colectivo -la misma
Noosfera de Teilhard de Chardin- de negatividades como los miedos, los
temores, las reprensiones y las admoniciones fanáticas, tan intensa y
continuamente que han cargado el ambiente de tanta pesadez y entropía que, a
mi juicio, también han influído para que los fenómenos naturales y sociales
anticipadores del salto evolutivo (el Apocalipsis aquel del Cristianismo
tradicional, insisto) estén siendo tan devastadores y rápidos.

Como sabemos, a través de la Historia, los seres humanos hemos


competido. Y hoy la competencia, la final en esta era que se acerca a su fin
-cada dos mil años se inicia una era en este planeta, porque tal es el tiempo que
se toma nuestro Cosmos para recorrer cada uno de los 360 grados de la Isla
Central (la "residencia" de la Trinidad) - se da en el campo económico, como
cualquiera, aunque no sea experto en la materia, puede comprobar con sólo
detenerse a mirar la planetización de los emporios industriales y la formación de
bloques económicos regionales y continentales
Cristo Micael cumplió las tareas de su séptimo y último autootorgamiento
y hoy la humanidad de este planeta avanza hacia la Sexta Raza, el último
escalón humano en este planeta en el camino hacía la Divinidad.

El Ser de la Sexta Raza

Conforme una publicación del Instituto Dominicano de Ciencia Cósmica:


"El sello del hombre de la Sexta Raza. Cómo reconocerlo", en la que se incluye
un análisis de la materialización del quanta, el símbolo de la materialización, el
proceso hacía la Sexta Raza comprende doce etapas. (El sello es un método
para reconocer las personas que pueden, en el presente, lograr acceso a la Sexta
Raza).

Tales etapas son:

"1.- Círculo vacío. El que no tiene más que el círculo está lleno de
proyectos, pero no los ejecuta; sólo tiene el plan. De él se dice: "está sembrando
repollos y los repollos nunca vienen. Su plan no tiene consistencia. Es alguien
que proyecta sin realizar nunca.

"2.- Línea vertical en el círculo. El plan se esfuerza para estar en acción,


pero el esfuerzo es de corta duración. Se le reconoce por las actuaciones del
hombre.

37
"3.- Línea horizontal en el círculo. El hombre es dinámico, pero sin
perseverancia. Se agita sin realizar.

"4.- Cruz en el círculo. Pone su plan en acción, tiene dinamismo, pero no


suficiente perseverancia aún, para llegar a la meta soñada.

"5.- X en el círculo. El hombre pone en acción medios inadecuados.


Tiene ideal. Esboza realizaciones, pero no tiene el dinamismo necesario para
alcanzarlas.

"6.- Ovalo. El hombre es sumamente humano, más humano que


realizador. Tiene piedad de los otros; quiere ayudar a todos, pero su acción es a
menudo estéril.

"7.- Ovalo con línea vertical. Su voluntad de servir va más allá que su
sólo deseo. Actúa con bastante constancia.

"8.- Ovalo con línea horizontal. Es dinámico, pero actúa frecuentemente


como agitador. Su ayuda no siempre es eficaz porque no sabe como colocarla.

"9.- Ovalo con cruz. La acción es bastante eficaz. Tiene dinamismo y la


voluntad de realizar su ayuda, pero a menudo le faltan los medios, falta de
organización.

"10.- Ovalo con X. Lo contrario de la cruz. Tiene ideas, sentido de


realización, pero le falta dinamismo.

"11.- Cuadrado y cruz. El cuadrado revela una realización, una


materialización concreta. Le falta cierto número de cualidades que podrían
calificarlo de hombre marcado.

"12.- Cuadrado y Quanta. Es el hombre que se da, que sabe organizar,


que es perseverante, que tiene dinamismo, que trata de conocer las leyes, de
cumplirlas, de comprender a los demás, de perdonar. Que tiene juicios
objetivos. Tenga la seguridad de que la persona que posea todo esto está
marcada del Quanta.

"Cuando se ha alcanzado el Quanta, o sea, se ha lanzado por el nuevo


camino, el signo es el sello: Un Quanta desprendiéndose de cada rama del
movimiento electromagnético y, en su centro, la forma de un humano,
exhibiendo un sistema nervioso. Debajo de sus pies, un planeta (la Tierra),
origen de su nueva personalidad.
38
"Todos estos signos son fáciles de reconocer aunque uno sea poco
fisonomista, pero esté atento al modo de actuar de los seres.

"Estos signos son reconocibles. De todos modos, vosotros podéis ver si el


ser está cerca del signo o si lo posee. Si está cerca del signo y sólo queda una
etapa por franquear, se le puede enseñar como acelerar la materialización de
esta etapa: él entenderá aun cuando no tenga el atractivo natural del ser que
posee el signo".

Hay otras señales para conocer el grado de evolución en que está un ser
humano. Las da la persona misma, mediante sus palabras y hechos:

Veamos, auxiliada por un maestro cuya identificación considero


irrelevante, y a grosso modo, cuáles son las características y comportamientos
que, a simple vista, ofrece una persona atendiendo el grado de evolución en que
se encuentra:

Primer grado: La persona sólo habla de cosas materiales -sexo, comida,


dinero-; su risa es mantecosa; es hosca, y no manifiesta deseo de mejorar su
existencia ni de crear y no puede salir mucho de su propio dominio; su caminar
es lento y pesado y sus dedos, achatados. Con todo, es dable el intento de
sembrar en este ser algún grado de evolución.

Segundo grado: Es gente ambiciosa de materialidades y sus temas de


conversación preferidos son los de la actualidad material -impuestos, ventajas
de estar en puestos de poder, etc.-. Sigue la opinión de la masa y se deja
conducir por habladores simpáticos. En él hay más armonía que en un ser de
primer grado. Es susceptible de influencias tanto positivas como negativas.

Tercer grado: Se trata del ser más difícil de discernir; es muy organizador
y su alma, por cuanto frágil, es débil para resistir los instintos de satisfacción
sensual. Si es mujer, será muy sensual y atrae al hombre por su lascivia; son
incapaces de educar a la prole. Como obrero es muy bueno y forma la gran
masa de los ciudadanos y ciudadanas; necesita hablar de sindicatos, de finanzas,
de adquirir posiciones más altas. El promedio de los seres humanos está en este
grado, en la masa que dirige.

Cuarto grado: Cuando el ser está en este grado le surge alma buscadora
del más allá; se inquiere sobre la muerte y el sufrimiento y tiene deseo de
instruirse y de entrar en cohorte de artistas y profesionales; le atrae la gloria y el
dinero, así como el placer, el poder y la fama, no sólo por los bienes materiales,
39
sino para satisfacer deseos egoistas, no de nobleza. Le gusta instruirse para
hacerse un sitio en la sociedad.

Quinto grado. El ser ha escalado el peldaño del verdadero humano; ama


conocer para poder aplicar los conocimientos a su propia mejoría y a la de la
sociedad, para servir a los demás ("El hombre puede encontrar sentido en la
vida solamente cuando invierte en sí mismo y en la sociedad". Albert Einstein).

Este grado da deseo y curiosidad de conocer el universo y la materia y el


alma humana y proporciona inclinación artística. Las maneras y expresiones del
ser de este grado son distinguidas y sobresale en la gran masa. Si es artista,
trabaja por la gloria, para comunicar. Se cree portador de un mensaje y es la
gente más selecta de la sociedad. Tiene mucho interés en todo lo que pasa en el
planeta, pero no llega a niveles profundos de reflexión y análisis.

Sexto grado: Es la cima de la humanidad. El ser tiene voracidad por


conocer y experimentar y va al fondo de las cosas. En este grado están las y los
grandes investigadores de los secretos de la naturaleza, de la espiritualidad, del
alma y del siquismo, y los grandes físicos, matemáticos y biólogos. Este ser
abandona sus propios intereses materiales, se eleva por encima de miserias
materiales y se dedica a evolucionar mediante la educación. Este ser debe ser
capaz de comunicar a todos los niveles, material, espiritual y síquicamente.

Como demuestra la Historia humana, hemos avanzado sobremanera


desde nuestra primitiva condición de primates hasta lo que hoy somos. Y la
evolución seguirá y, como ha ocurrido inmancablemente a través del tiempo, las
y los humanos seremos mejores, y llegará el ser más apto, el Ser de Sexta Raza.

Obviamente, el ser más apto, el de Sexta Raza, constituirá una élite


poblacional. Por razones histórico-personales que se remontan desde la
eyección de nuestra alma desde la Isla Central, poca gente reúne las
características del Ser de Sexta Raza.

Las grandes mayorías de este planeta es gente pobre, muy pobre, no tan
sólo materialmente pobre, sino espiritualmente indigente. No juzgo; doy un dato
de la realidad. Aclaro, para que se me entienda correctamente, que con la
difusión de este dato no quiero sugerir que la gente materialmente pobre esté
irremisiblemente apartada de las posibilidades evolutivas, porque, como puede
comprobarse a simple vista, en cualquier nación de este planeta, la pobreza no
constituye obstáculo para la evolución personal.

Así -es obvio, para mí- muy poca gente luce calificada para sobrevivir al
40
salto evolutivo. Ni siquiera quienes andan por los caminos de la Ciencia
Cósmica -"muchos serán los llamados y pocos los escogidos"- tienen
garantizada la sobrevivencia en el salto, a menos que se fajen a trabajar ,
procurando, de entrada, el conocimiento y la observancia de las Leyes Unica,
Divinas, Universales, Cósmicas, de la Inteligencia, de la Vida y del Atomo, a
cuyo dominio puede acceder cualquier persona estudiosa de la Ciencia
Cósmica, y trabajando, igualmente, para adquirir capacidad para comunicar a
todos los niveles, incluso con la Omnisciencia.

El salto evolutivo -y este es mi anuncio- se producirá en el segundo lustro


del siglo XXI y proliferarán -se han estado dando profusamente-
manifestaciones naturales y humanas devastadoras en "...una Tierra que se
ahoga por la contaminación ambiental y los siquismos negativos", de acuerdo a
las comunicaciones divinas recibidas por las fuentes a las que he tenido acceso.

Además de las lluvias torrenciales y las inundaciones devastadoras -los


fenómenos El Niño y La Niña-, de las sequías, de las erupciones volcánicas, de
los terremotos, de las guerras y otras expresiones de la violencia y bestialidad
humanas, habrá abundantes desplazamientos de capas telúricas que cambiarán
la faz de la Tierra.

Las manifestaciones telúricas del salto se producirán lenta o


paulatinamente, dependiendo del comportamiento humano, es decir, de cuán
positivo o negativo sean nuestro siquismo, nuestro pensamiento y nuestras
acciones porque, como sabemos, el espíritu tiene poder sobre la materia y el
pensamiento se puede imponer sobre las propias células del ser consciente.

La Noosfera de Teilhard de Chardin puede ser modificada. En las


criaturas humanas se encuentra, en potencia, la fuerza, el poder, de las energías
divinas y tenemos, por tanto, inmensísimas capacidades, no tan sólo para
destruir, sino para crear. Y esas energías pueden ser utilizadas, conscientemente,
para procurar que el salto sea lento y menos devastador.

Lamentablemente, el grueso de la Humanidad de hoy se haya envuelto


en dinámicas negativas, dañinas, violentas, razón por la cual las devastaciones
naturales, las hambrunas y las guerras anticipadoras del salto se están dando con
tanta rapidez. No obstante, todavía tenemos la posibilidad de influir en el
desenlace, en cómo se dará el advenimiento del nuevo ser.

Sin duda, hemos alcanzado algunos progresos. Cada vez más gente anda
empeñada en causas superiores, como la promoción de la ética, la defensa de los
recursos naturales (aunque data de hace menos de 25 años, el movimiento
41
ecologista es virtualmente una institución en el planeta), la búsqueda de la
justicia social y la promoción de la paz mundial, tarea en la que resaltan los
esfuerzos del principal jerarca de la Iglesia Católica Romana, el Papa Juan
Pablo II, en favor de la unificación de los cristianos tradicionales.

Precisamente Juan Pablo II, en el mensaje que escribió, en diciembre de


1996, dirigido a la Jornada Mundial de la Paz, celebrada en 1997, para invitar a
las y los cristianos a prepararse para "gran jubileo" del año 2,000 superando las
divisiones, y en el que planteó la necesidad de buscar la verdad y la justicia
como prerrequisitos, como presupuestos, para conceder -y lograr- el perdón, se
ha empeñado en que el Cristianismo, su feligresía en todo el planeta, tome
conciencia de la importancia de los aportes personales para conseguir el
mejoramiento humano.

En su mensaje, de ocho grandes ítems, el llamado "Papa viajero" se


detuvo a revisar, críticamente, el comportamiento humano en el último siglo,
partiendo de algunos reconocimientos:

"Sólo faltan tres años para la aurora de un nuevo milenio, y la espera nos
invita a la reflexión, sugiriendo como un balance del camino recorrido por la
humanidad bajo la mirada de Dios, Señor de la historia", escribió entonces Juan
Pablo II en su mensaje publicado en la edición 51 del periódico L´Osservatore
Romano del 20 de diciembre de 1996.

Y de inmediato resaltó: "Si se considera el milenio transcurrido, y


especialmente el último siglo, se debe reconocer que se han encendido muchas
luces en el camino de los hombres desde el punto de vista sociocultural,
económico, científico y tecnológico. Lamentablemente, estas luces contrastan
con graves sombras, particularmente en lo que se refiere a la moralidad y la
solidaridad. Además, la violencia es un verdadero escándalo que, bajo formas
antiguas o nuevas, afecta todavía a muchas vidas humanas y hiere a familias y
comunidades".

"Es hora -sostuvo- de decidirse a emprender juntos y con ánimo resuelto


una verdadera peregrinación de paz- cada uno desde su propia situación. Las
dificultades son a veces muy grandes: el origen étnico, la lengua, la cultura y el
credo religioso son, con frecuencia, obstáculos. Caminar juntos, cuando se
arrastran experiencias traumáticas o incluso divisiones seculares, no es fácil.
Surge entonces la pregunta: ¿qué camino seguir?, ¿cómo orientarse?".

A seguidas hace un reconocimiento: "Ciertamente, son muchos los


factores que pueden favorecer el restablecimiento de la paz, salvaguardando las
42
exigencias de la justicia y de la dignidad humana. Pero no podrá emprenderse
nunca un proceso de paz si no madura en los hombres una actitud de perdón
sincero. Sin este perdón las heridas continuarán sangrando, alimentando en las
generaciones futuras un hastío sin fin, que es fuente de venganza y causa nuevas
ruinas. El perdón ofrecido y aceptado es premisa indispensable para caminar
hacia una paz auténtica y estable".

"Quiero, pues -expresa el religioso católico-, dirigir con profunda


convicción una llamada a todos, para que se busque la paz por los caminos del
perdón. Soy plenamente consciente de que el perdón puede parecer contrario a
la lógica humana, que obedece con frecuencia a la dinámica de la contestación y
de la revancha. Sin embargo, el perdón se inspira en la lógica del amor, del
amor que Dios tiene a cada hombre y mujer, a cada pueblo y nación, así como a
toda la familia humana. Pero si la Iglesia se atreve a proclamar lo que,
humanamente hablando, puede parecer una locura, es debido precisamente a su
firme confianza en el amor infinito de Dios. Como testimonia la Escritura, Dios
es rico en misericordia y perdona siempre a cuantos vuelven a él (cf. Ez 18, 23;
Sal 32, 5; 103, 3. 8-14; Ef 2, 4-5; Co, 1,3). El perdón de Dios se convierte
también en nuestros corazones en fuente inagotable de perdón en las relaciones
entre nosotros, ayudándonos a vivirlas bajo el signo de una verdadera
fraternidad".

En los otros ítems de su mensaje, este cura se detiene a revisar,


sucesivamente, las cuestiones siguientes: "El mundo herido anhela la curación";
"El peso de la historia"; "Modos concretos de reconciliación"; "Verdad y
justicia, presupuestos del perdón", "Jesucristo, nuestra reconciliación"; "Al
servicio de la reconciliación" y "Un llamamiento a cada persona de buena
voluntad".

Aunque discrepo de algunos de los puntos de vista del Pontífice, hago


mío -a seguidas lo copiaré a la letra- el llamamiento que dejó a "...cada persona
de buena voluntad" en la parte final de su mensaje citado, porque creo que si los
destinatarios del mismo lo acogen y actúan en consecuencia, el Siquismo
prevaleciente en el planeta podría ser modificado para disminuir las
devastaciones anticipadoras del salto evolutivo:

"Quisiera concluir este mensaje, que envío a los creyentes y a todas las
personas de buena voluntad con ocasión de la próxima Jornada mundial de la
Paz, con un llamamiento a cada uno para que se haga instrumento de paz y
reconciliación.

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"Me dirijo en primer lugar a vosotros, mis hermanos obispos y
sacerdotes: sed espejo del amor misericordioso de Dios, no solamente en la
comunidad eclesial, sino también en el ámbito de la sociedad civil,
especialmente allí donde arrecian luchas nacionalistas o étnicas. A pesar de los
eventuales sufrimientos que habéis de soportar, no dejéis penetrar el odio en
vuestro corazón, sino anunciad con alegría el evangelio de Cristo, dispensando
el perdón de Dios mediante el sacramento de la reconciliación.

"A vosotros, padres y madres, primeros educadores de la fe de vuestros


hijos, os pido que les ayudéis a considerar a todos como hermanos y hermanas,
saliendo al encuentro del prójimo sin prejuicios, con sentimientos de confianza
y de acogida. Sed para vuestros hijos reflejo del amor y del perdón de Dios,
haciendo todos los esfuerzos por construir una familia unida y solidaria.

"Y vosotros, educadores, llamados a enseñar a los jóvenes los auténticos


valores de la vida, acercándoles a la complejidad de la historia y de la cultura
humana; ayudadles a vivir, en todos los niveles, la virtud de la tolerancia, de la
comprensión y del respeto, presentándoles como modelo a quienes han sido
artífices de paz y reconciliación.

"Vosotros, jóvenes, que alimentáis en el corazón grandes aspiraciones,


aprended a vivir juntos unos con otros en paz, sin interponer barreras que os
impidan compartir las riquezas de otras culturas y de otras tradiciones.
Responded a la violencia con acciones de paz, para construir un mundo
reconciliado y rico en humanidad.(negritas mías, EE)

"Vosotros, políticos, llamados a servir al bien común, no excluyáis a


nadie de vuestras preocupaciones, cuidando particularmente los sectores
más débiles de la sociedad. No pongáis en primer lugar el interés personal,
cediendo a la seducción de la corrupción y, sobre todo, afrontad incluso las
situaciones más difíciles con las armas de la paz y la reconciliación (negritas
mías, EE).

"A vosotros, que trabajáis en el campo de los medios de comunicación


social, os pido que consideréis las grandes responsabilidades que vuestra
profesión comporta, y no ofrezcáis mensajes inspirados en el odio, la
violencia y la mentira. Tened siempre como objetivo la verdad y el bien de
la persona, a cuyo servicio han de ponerse los poderosos medios de
comunicación. (negritas mías, EE).

"A todos vosotros, en fin, creyentes en Cristo, os invito a caminar


fielmente por la senda del perdón y de la reconciliación, uniéndonos a él en la
44
oración al Padre para que todos sean uno (cf. Jn 17, 21). Os exhorto también a
acompañar esta incesante invocación de paz con gestos de fraternidad y de
acogida recíproca.

"A cada persona de buena voluntad, deseosa de trabajar incansablemente


para la edificación de la nueva civilización del amor, repito: ¡ofrece el perdón,
recibe la paz!".

Dije antes y repito ahora que discrepo de algunos de los puntos de vista
expresados por Juan Pablo II en este mensaje, pero dejé a un lado las
discrepancias y opté por rescatar los acuerdos porque creo, con toda
honestidad, que para caminar hacia el logro de la paz -mi intención, porque la
paz brinda energías positivas- procede apartarnos de las diferencias que nos
dividen.

Cualquiera mínimamente inteligente sabe que es imposible construir


mediante la guerra, la destrucción y la violencia, a pesar de lo cual -¡oh,
naturaleza humana, cuántas paradojas, cuántas sublimidades, cuántas maldades,
cuántos sacrificios, cuántas heroicidades, martirologios y egoísmos eres capaz
de generar!-, precisamente en este instante en que escribo varias de las naciones
"más civilizadas" del planeta se han unido, amparadas en el poder de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) para detener, a fuerza de
misiles que siembran destrucción y muerte, la "limpieza" étnica que hoy sufren
miles de seres humanos, los kosovares, limpieza producto, a mi juicio, de la
necedad y la estupidez humanas que persisten en separar a las personas
atendiendo superficialidades como el color de la piel, la raza, la religión y las
fronteras nacionales.

En este estadío crucial de la humanidad, a la puerta de un salto evolutivo,


la inteligencia y el alma humanas deben expresarse e imponerse.Porque, dado
que el Siquismo resulta de la combinación de ambos atributos humanos, y
demostrado el poder del pensamiento, del Siquismo, para influir las realidades y
crear otras, aunque haya aún "científicos" ortodoxos, como algunos filósofos,
pensadores y hasta siquiatras, que lo pongan en cuestión, podemos construir una
nueva "noosfera", la misma que conseguiremos únicamente cuando el Siquismo
Social, el imaginario colectivo de que habla Jung, sea orientado atendiendo el
"sueño esencial del alma humana", que no es otro -me auxilio nuevamente de
Teilhard de Chardin- que: buscar: "... Llegar a ser a un tiempo, y con un mismo
gesto, uno con la Totalidad, mediante la liberación de toda multiplicidad o
pesadez material: ese es, y más profundo que toda ambición de placer, de
riquezas y de poder...".

45
La evolución y el superhumano

Primero fue la "cerebralización" , hago otro préstamo a este visionario. Y,


sin duda para mí y tal como él lo vio -vuelvo a citarlo-, "....desde una época
relativamente reciente, la espontaneidad y la conciencia han adquirido sobre la
Tierra, en la zona de vida que se ha hecho humana, la propiedad de aislarse y de
individualizarse frente a sí mismas. El Hombre sabe que sabe. Emerge de su
acción. La domina, aun cuando sea débilmente. Por tanto, puede abstraer,
combinar y prever. Reflexiona. Piensa".

En efecto, existe, aunque el fenómeno apenas se expresa en una élite, una


conciencia humana acrecentada, como diría el fallecido escritor mexicano
Carlos Castaneda, y sus expresiones son visibles a quien se tome la molestia de
revisar la prehistoria y la historia de esta humanidad. Con sólo voltear nuestra
mirada hacia nuestro antiguo habitat en las cavernas y de inmediato volver los
ojos al presente, cualquiera -pienso yo- puede darse cuenta de que hemos
avanzado tanto como para adquirir el raciocinio necesario para, por ejemplo,
encontrarnos en este aquí y en este ahora con hombres y mujeres capaces de
arriesgar -y entregar- la propia vida para libertar a un pueblo y/o para "redimir"
de la miseria material a sus congéneres socialmente marginados, aunque para
lograr la concreción de su ideal, paradójicamente, incurran en acciones tan
ominosas como matar a mansalva en actos terroristas, fusilar a contrarios, y que
todavía hoy se produzcan atrocidades como la de intentar una "limpieza étnica".

Y se la puede sentir (la conciencia acrecentada) a contramano de las


expresiones cotidianas de la primitiva bestialidad humana -recuérdese que como
hace mucho resaltó el sacerdote citado, "...durante mucho tiempo, no hubo
pensamiento sobre la Tierra. Ahora hay tanto que la faz de las cosas se hallada
extrañamente modificada". Y constantemente, por nuestros pensamientos y
nuestras acciones subsecuentes, vivimos introduciendo modificaciones a las
realidades, en ocasiones en aras de "más-ser" y, con frecuencia, dañinas para el
propio desarrollo personal y social. Es que el pedazo de la Divinidad que
llevamos dentro impulsa, por lo menos a quienes tienen conciencia de la
necesidad y el placer de evolucionar, a buscar estadíos cada vez más superiores,
porque a pesar de nuestra primitiva bestialidad (la que también nos influye hoy),
cuando tuvimos la capacidad neurónica imprescindible para pensar, recibimos el
hálito superior, el alma, la misma que nos ha impulsado, desde siempre a través
de nuestra evolución, a buscar espiritualidades, a crear valores intangibles. Es el
tránsito hacía el Omega de que habla Teilhard de Chardín cuando afirma:
"...algunas condiciones energéticas precisas, que ha de cumplir el
46
acontecimiento previsto (activación creciente, en el hombre, al aproximarse el
hecho, del ´gusto por la evolución´ y del ´deseo de vivir´), nos obligan a pensar
que coincide con un acceso definitivo a lo irreversible, puesto que la perspectiva
de una Muerte total detendría en seco, por desánimo, la marcha de la
Hominización".

Y me atrevo -he sido sobremanera tan atrevida en esta vida, que los
atrevimientos me placen- a dar respuesta, con toda humildad, a una de las
preguntas de Teilhard de Chardin, la que formuló en estos términos: ¿hay, por
delante de nosotros, una humanidad en formación, suma de personas
organizadas...".

En efecto, el superhumano de que hablaba este cura está en formación


desde el final de la década de los 70, conforme aprendí en mis estudios de
Ciencia Cósmica y como cualquier persona que lo desee puede documentar si se
acerca a esta disciplina.

"Esta red cada vez más tupida en torno a nosotros, de ligazones


económicas y psíquicas que padecemos -reflexionaba Teilhard de Chardin-, esta
creciente necesidad de actuar, de producir, de pensar solidariamente, que tanto
nos inquieta, ¿qué son, efectivamente consideradas desde este angulo nuevo,
sino los primeros trazos del superorganismo que, tejido con el hilo de nuestros
individuos, se dispone (la teoría y aun los hechos concuerdan en este punto) no
a mecanizarlos y confundirlos, sino a llevarnos, en el seno de más complejidad,
a un más alta conciencia de nuestra personalidad".

Dado que sus palabras me sirven sobremanera para sustentar mi tesis del
advenimiento del Ser de Sexta Raza -mía porque la he asumido, no porque sea
de mi propia factura-, copio, otros de sus párrafos acerca de la noosfera:
hipótesis comprobada:

"Esta moderna invasión (insensible y demasiado poco señalada) de las


preocupaciones y de la actividad humana por la pasión de descubrir; este
desplazamiento progresivo de la fábrica por el laboratorio, de la producción por
la investigación, de la necesidad de bienestar por la necesidad de más-ser, ¿qué
indican sino la subida en nuestras almas de un soplo de sobre-evolución.

"El profundo corte que, desde hace un siglo, tiende en los grupos sociales
de toda suerte (familia, países, profesiones...Credos) a hacer aparecer y oponer,
como si fueran dos tipos humanos cada vez más señalados e irreductibles, por
una parte al hombre que cree, y por otra parte al hombre que no cree en el
proceso, qué revela sino la segregación de una nueva capa en la biosfera? (...).
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"...Para el hombre-especie, con los siglos (exactamente como para el
hombre-individuo con los años), la vida se hace cada vez más pesada de llevar.
El mundo moderno, con su complejidad prodigiosamente acrecentada, pesa
sobre nuestra generación incomparablemente más de lo que pesaba sobre los
hombros de nuestros predecesores. ¿Nos damos cuenta de que este aumento de
carga exige, para ser compensado, un aumento de interés apasionado? Pues
bien: a mí parecer, aquí es donde interviene ´providencialmente´, para darnos
valor, la idea, la esperanza de que hacia adelante, más lejos, nos espera un
resultado inmenso.

"Que la humanidad culmine en nuestras pequeñas existencias


particulares. Que la evolución llegue a su límite superior en cada uno de
nosotros. Entonces, la enorme labor de organización terrestre a la que nacemos
uncidos resulta ser de una supefluidad trágica. Somos unos engañados:
detengámonos, o por lo menos aminoremos la marcha. Matemos las máquinas,
cerremos los laboratorios; y al gusto de cada cual, busquemos una evasión en el
puro placer, o en el nirvana puro.

"Que, por el contrario, vea la humanidad abrirse por encima de ella un


piso más, todavía otro compartimento para sus desarrollos. Que cada uno de
nosotros pueda decirse que trabaja para que el Universo se eleve, en él y por él,
en un grado más. Entonces, una nueva pulsación de energía subirá hasta el
corazón de los trabajadores de la tierra. Superando un segundo de vacilación,
todo el inmenso organismo humano vibrará y arrancará de nuevo impetuoso.

"En realidad, la idea, la esperanza (la certeza para mí, EE) de una
planetización de la vida es mucho más que una especulación biológica. Todavía
mucho más necesaria en nuestro tiempo que el descubrimiento tan buscado de
una nueva fuente de energía, es esa idea la que puede, la que debe traernos el
fuego espiritual sin el que todos los demás fuegos materiales (encendidos con
tan gran trabajo) se apagarían prontísimo sobre la superficie de la Tierra
pensante: la alegría de la acción y el gusto por la vida".

La fuente de las energías, la de la Isla Central, la de la Divinidad, está a


nuestra disposición en nuestro interior más profundo. Y podemos, si queremos y
trabajamos con ese fin, utilizarla a nuestro antojo, pero siempre buscando la
evolución personal, la evolución de los Cosmos y de toda la cadena de vidas y
existencias creada -o por crear- en la inabarcable obra divina.

Las mismas energías divinas, si las usamos correctamente, sirven para


modificar la "noosfera" de que habla Teilhard de Chardin, y para, en este aquí y
48
en este ahora, buscar que el salto evolutivo sea menos devastador.

Si de veras estamos interesadas e interesados en practicar la misericordia


y la caridad cristianas de que tanto han hablado, en el pasado y en el presente,
las iglesias institucionalizadas y sus feligresías, debemos comenzar, desde ya, a
apartar las energías negativas que contaminan no sólo la mente humana y el
siquismo social, sino -y cada vez más creciente y dolorosamente- las bellezas de
la naturaleza. Yo sé de que hablo porque utilizando las energías divinas, con las
que hago comunicación desde mi fuero interior, logré superar una crisis de
evasión de la realidad que experimenté en noviembre de 1995, con todo y que
desafié virtualmente a la ciencia ortodoxa echando por el sanitario de mi
habitación las pastillas del tratamiento aconsejado por mi siquiatra de entonces,
cuyo nombre no viene a cuento y quien, sin duda para mí, a falta de otros
medios -las energías de que hablo, por ejemplo- para buscar que me curara de lo
que él denominó "síndrome situacional del adulto", pudo haberme convertido,
inintencionalmente, en una adicta legalizada. Con el cigarrillo, me basta y me
sobra.

Confío -siempre he confiado- en la inteligencia humana. Y hago votos


para que las inteligencias que hoy dirigen el mundo usen sus conciencias, sus
fuerzas y su poder, para neutralizar, desde la paz y usando la razón, el ambiente
de odio, de terror, de angustia, de dolor que hoy reina en este planeta. Háganlo
por caridad y por misericordia. Háganlo, incluso, por conveniencia personal
porque, definitivamente, es desde todo punto de vista imposible, so pena de
exponerse a cargar con la responsabilidad de la comisión de matanzas en masa,
de nuevos genocidios, que los gobernantes puedan detener -por lo menos en el
Tercer Mundo- las sublevaciones populares, originadas por insatisfacciones
sociales incuestionables, pero incentivadas frecuentemente por líderes políticos
que han fracasado en sus propios proyectos, ora porque llegaron al poder y no
"redimieron" a las masas marginadas, sino que se hicieron millonarios a costa
suya, ora porque los hechos les dieron en la cara y comprendieron que el mito
de la igualdad humana -el Paraíso en la Tierra (que no el Jardín del Edén)- es
sólo eso, un mito, con todo y que todavía tenga vigencia, para mí, la pretensión
comunista de dar a cada quien según su capacidad y según su necesidad. Que
las inteligencias, tanto las de mi país, como las de todo el planeta, actúen para
que cada quien, en su propio espacio, en su propio entorno, en su propia oficina,
en su iglesia, en su barrio, trabaje para buscar soluciones sabias, prudentes e
inmediatas a los problemas de su particular esfera de influencia o de dominio. Y
si se es incapaz de aportar soluciones para los problemas existentes, que por lo
menos no se fabriquen otros incumpliendo las responsabilidades personales,
familiares y sociopolíticas.

49
Como estoy convencida, muy convencida, de que mi responsabilidad
de periodista me obliga a hacerlo y por mi interés de seguir evolucionando
hasta regresar a mi Omega, a la Eternidad, he dado información. He
procurado socializar el sentido de Eternidad que adquirí gracias a mis
estudios de Ciencia Cósmica y que me ha permitido convertirme en un ser
humano esencialmente feliz. Por tanto, he dado poder. Quienquiera usarlo,
que lo use, por su propio bienestar y "más-ser" y por amor al prójimo, a
Cristo y a la Divinidad y en aras de saludar al nuevo Ser, el auténticamente
humano, el superhumano, aquel cuyo quehacer le impulsa a regresar, a
buscar, sus orígenes auténticos. Después de 33 años haciendo denuncias y
recogiendo versiones ajenas y, en ocasiones, compartiendo mis reflexiones
y opiniones, me place, me llena de alegría hacer este anuncio tan crucial
para la humanidad terrenal, anuncio que no es de mi factura, sino que fue
recibido desde la Omnisciencia por gente habitante de este planeta y cuyo
nombre omito porque porque considero irrelevante su mención. Porque
bien sé que el Periodismo es denuncia, pero es también -sobre todo en estos
tiempos- anuncio.

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