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Tema 5.

La Caída y Sus Consecuencias – Génesis 3 & 4


“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había
hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”…
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el
cual comió así como ella”. (Gn.3:1,6).

Introducción

En los dos primeros capítulos de Génesis Moisés se relata cómo Dios creó la
tierra y el universo, y cómo Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y
semejanza en un estado de inocencia donde todo era “bueno en gran manera”.
Sin embargo después de Adán y Eva los hombres se corrompieron, la muerte
comenzó a reinar, y el pecado con toda su secuela de manifestaciones afloró en
el mundo como lo vemos gráficamente en el capítulo 4 de Génesis.

¿Cómo comenzó esta maldad? ¿De dónde viene el pecado? ¿Cómo llegamos a
esta condición? Génesis capítulo 3 responde esa pregunta con claridad y
sencillez. Nuestro primer ancestro, Adán, desobedeció a Dios de manera
deliberada. De alguna forma su pecado contaminó a la raza humana, y ahora
cada uno de sus descendientes ha heredado un amor al pecado y un desprecio
a la rectitud verdadera.

Debido a esta explicación sobre el origen del pecado, Génesis 3 es uno de los
capítulos de mayor importancia en toda la Biblia. Es el fundamento de todo lo
que sucede en adelante, y si no contásemos con esta porción, no podríamos
entender el resto de las Escrituras ni la vida misma. Génesis 3 explica la
condición del universo y el estado de la humanidad. Explica por qué el mundo
tiene tantos problemas; explica el dilema de la humanidad; explica por qué
necesitamos un Redentor, y explica lo que Dios hace en la historia.

Génesis 3 es el fundamento indispensable para una visión correcta y verdadera


del mundo. Todas las “cosmovisiones”, todas las explicaciones o concepciones
filosóficas acerca del hombre que ignoren este fundamento de Génesis 3 no
tienen esperanza de salir de su error.

El capítulo 3 de Génesis relata la caída del hombre. Dios hizo al hombre


inocente, esto es, que nunca antes había experimentado el pecado, o sea que
no había experimentado lo que significa desobedecer a Dios.

Aunque la Biblia no especifica el tiempo en el que él creó a los ángeles que le


sirven, entendemos que al momento de colocar a Adán y Eva en el paraíso, sus
ángeles estaban con El. Dios estaba rodeado de millares de ángeles y
querubines que lo adoraban, y quienes eran perfectos y sin pecado. Vemos la
soberanía de Dios en el hecho de que Pablo dice que hay “ángeles escogidos”
que le sirven (1Ti.5:21), pero asimismo notamos que El destinó a condenación a
los ángeles que pecaron, como lo hizo uno de estos querubines llamado
Satanás, quien se rebeló contra Dios queriendo ser igual a El, siendo expulsado
de la presencia del Señor (Ez.28:11-19). Satanás arrastró otros ángeles con él, y
ellos constituyen los llamados ángeles caídos, (2Pedro 2:4; Judas 6) las huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes (Ef.6:12). A partir del momento
en que estos ángeles cayeron, no hay más posibilidad para los demás ángeles
caer, sino que son perfectos y santos delante de Dios, así como los que pecaron
serán condenados para siempre en el infierno, preparado para el diablo y sus
ángeles (Mat.25:41).

En el paraíso, cuando Dios coloca al hombre y a la mujer para que se


enseñoreen de los animales y de la tierra en el huerto del Edén (Gn.1:26-30),
ellos estaban en inocencia, y en perfecta comunión con su Creador.

Pero Satanás, que también es llamado el diablo, la serpiente antigua, el gran


dragón, el acusador, tentó a la mujer para que desobedeciera a Dios. Disfrazado
como una serpiente (quizás poseyendo este animal), el diablo habló a la mujer y
le puso la duda de que Dios no quería que ellos comieran de cierto árbol para no
se hicieran “igual a Dios” sabiendo el bien y el mal (Gn.3:5)

Antes de ese momento de la tentación de Satanás, el hombre y la mujer eran


inocentes y nunca antes habían desobedecido la voluntad expresa de Dios. En
ese momento ellos no conocían el pecado, pero Dios permitió que pudieran
pecar. Así que la mujer, siendo engañada, codicia la fruta, la toma, incurre en
trasgresión y da a comer a su marido quien consiente con ella (Gn.3:6).

A partir de ese momento, ellos experimentan lo que es transgredir, desobedecer,


rebelarse contra la voluntad de Dios, al punto que “sus ojos son abiertos” y
pasan de un estado de inocencia, a un estado en que disciernen el bien y el mal,
porque ya habían experimentado el mal.

I- La Caída

Aunque la palabra “Caída” no está en la Biblia para referirse al pecado de Adán,


es un término teológico que se utiliza para referirse a ese momento cuando el
primer hombre “cayó” de un estado de gracia e inocencia perfecta sin pecado, a
un estado corrompido luego de haber experimentado la desobediencia.

La Escritura es abundante en mostrar esta enseñanza de la caída, en textos


como Ro.5:12-21; 1Co.15:21-22, 45-47; 2Co.11:3; 1Ti.2:14. La Caída es un
punto de inflexión en la historia moral y espiritual de la raza humana con
desastrosos efectos que el capítulo 3 de Génesis presenta.

2
Así que teológicamente, hablamos de “la caída” para referirnos al cambio de
estado de inocencia de Adán y Eva en el cual se encontraban al ser creados,
pasando entonces al estado de pecado cuando experimentan la desobediencia
al Señor. Pasemos a considerar los elementos principales que relata Génesis 3
sobre este evento.

A. La Serpiente antigua.

Al leer en Génesis 3 que una serpiente habla, muchas personas han dudado del
hecho histórico de la tentación de Adán y Eva. Sin embargo debemos recordar
que Jesús mismo aludió a esta narración como un hecho real e histórico, al
referirse al diablo como homicida, mentiroso y padre de mentira desde el
principio (Juan 8:44). Este relato no es fábula ni mito. Se presenta como un
hecho real y es tratado como una referencia histórica en el resto de las
Escrituras (Ro. 5:12-19; 1Ti.2:13-14; 2Co.11:3; Ap.12:9; 20:2).

Cuando leemos en Génesis 3:1 que “la serpiente era astuta, más que todos los
animales del campo que Jehová Dios había hecho”, no debemos pensar que
Dios creó reptiles con la capacidad de hablar y razonar. Precisamente el hecho
de que describa a esa serpiente en particular como “astuta” indica que no se
trataba de una serpiente común, ya que la astucia de la que habla el texto no es
una característica atribuible a los animales. Aquí se describe algo más que un
animal, se trata de un ser que conocía a Dios, una personalidad que habló con
inteligencia y sagacidad. Era un ser que se oponía a Dios con disimulo. Era
engañoso, hostil y empeñado en destruir la inocencia moral de Adán y Eva.

Al estudiar otros textos de la Escritura aprendemos que esta serpiente era el


mismo Satanás1 que se había disfrazado de animal (Ap.12:9; 2Co.11:3). Según
vemos en la Biblia, el diablo es un experto en disfraces y es capaz de
transformarse hasta en un ángel de luz (2Co.11:14) y habría tomado el aspecto
físico de una serpiente o de algún modo poseyó el cuerpo de una de las
criaturas del huerto.

¿De dónde vino Satanás y cómo debemos entender su carácter y su actividad


ante el hecho de que Dios había declarado buena toda su creación?

Dios no creó un adversario ni hizo malvado a Satanás. Vimos en Génesis 1 y 2


que todas las cosas que Dios creó fueron buenas y el mal no existía en la
creación (Gn.1:31). Satanás aparece de forma inesperada en Génesis 3:1, lo
cual significa que la caída de Satanás debió ocurrir entre el punto final de la
creación (marcado por aquel día glorioso de reposo y disfrute del séptimo día) y
los acontecimientos que se describen en Génesis 3, los cuales parecen suceder

1
El nombre Satanás es una transliteración de la palabra hebrea que significa “adversario”. El significado
técnico del término hebreo “adversario” implica un contexto legal de alguien que es un “acusador”
(Ap.12:10).

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poco tiempo después de la creación de Adán y Eva, antes de que concibieran a
su primer descendiente.

Recordemos que la narración de Génesis mantiene una perspectiva terrenal en


la historia de la creación, y por eso no le interesa dar detalles acerca de cómo y
cuándo ocurre la caída de Satanás, la cual sucedió en el cielo.2

¿No es extraño que Eva hablara con tanta naturalidad con un animal del huerto?

La Biblia no especifica si Eva se sorprendió al oír hablar a la serpiente. Pero


recordemos que el huerto era nuevo y estaba lleno de muchas maravillas que la
primera pareja apenas estaba en el proceso de descubrir. En este paraíso, Eva
no había conocido el temor ni había enfrentado peligros de ninguna clase. Por
eso conversó con la serpiente como si no fuera algo extraordinario y tampoco
tenía razones para sospechar. Eva era completamente inocente y no sabía
cuáles eran las “acechanzas del diablo” (Ef.6:11).

B. El proceso de la tentación de la serpiente a la mujer.

¿En qué momento se inició la Caída? La caída no se inicia cuando Eva decide
comer del fruto del árbol, sino más bien en el momento en que Eva respondió a
la serpiente, cuando argumentó con ella. Si nos ocupamos de lo que Dios ha
dicho como algo que puede ser discutido somos culpables de incredulidad y
cedemos al proceso de la tentación.

Veremos que el pecado es “engañoso” porque es el fruto de Satanás quien es el


padre de mentira. Notemos cómo el diablo tienta a la mujer, mintiendo.

1. Mintiendo, Satanás pone en duda la Palabra de Dios e insinúa severidad.


Enfatiza el mandamiento en forma cruel.
La estrategia de Satanás para tentar a Eva es la misma que sigue utilizando: la
mentira. Es un mentiroso y padre de mentira (Jn.8:44), lo cual practica
disfrazándose como si fuera un vocero y portador de la verdad, como un “ángel
de luz” (2Co.11:14).

¿Conque Dios os ha dicho…” Es curioso que la primera pregunta que aparece


en la Biblia es este cuestionamiento hacia la bondad y el amor perfecto de Dios.
Esta pregunta fue formulada con perversidad para que Eva caminara la senda
de la duda y desconfiara con respecto a lo dicho por Dios. La estrategia del
diablo en todas las tentaciones es la misma: hacer que dudemos de la Palabra
de Dios a fin de someterla al juicio humano.

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Ver introducción donde mencionamos algunos textos como Ez.28:11-19 sobre el tema de la caída de
Satanás.

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¿… No comáis de todo árbol del huerto? Dios había pedido a Adán y Eva que
comieran de TODO árbol en el huerto, excepto de uno. Pero Satanás enfoca la
atención de Eva en el único que no podían comer formulando la pregunta
negativamente “¿conque Dios dice que no coman de todo árbol del huerto?” De
esa manera enfocó la atención de Eva en la prohibición y la preparó para el
ataque frontal a la Palabra de Dios. Su objetivo era engañarla con astucia
(2Co.11:3) despertando su codicia.

El diablo describió a Dios como un ser parco, estricto, restrictivo, restrictivo y


poco generoso, como si el Señor hubiese tenido la mala intención de coartar la
libertad humana y privar a Adán y Eva de un disfrute completo de la creación. Le
dio a entender que una parte del carácter de Dios podría ser cruel e indiferente.
Y para colmo de mentiras, le insinúa con engaño que él estaba más interesado
en el bienestar de Eva que Dios mismo.

Eva no estaba al tanto de la estratagema del diablo y por eso responde con
ingenuidad, como defendiendo a Dios: “del fruto de los árboles del huerto
podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios:
No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis” (Gn.3:2-3).

Aunque ella era inocente y no conocía a su adversario, ella al menos conocía la


bondad y el amor de Dios, y pudo haber refutado con firmeza toda sospecha en
el sentido de que Dios quisiera negarle un bien a ella y su esposo. Debió acudir
a su marido para averiguar más sobre el asunto antes de ponerse a argumentar.

Notemos que en su respuesta a la serpiente, Eva omitió la instrucción de Dios


de que “de todo árbol del huerto podéis comer”, y optó por decir “del fruto de los
árboles…” Esto indica que Eva ya había empezado a perder de vista la bondad
infinita de Dios, pues, pasa a confirmar la restricción de Dios en lugar de
defender su bondad, y lo peor de todo es que agrega algo a las palabras del
mandato, al afirmar que Dios había dicho: “no comeréis de él, ni le tocaréis, para
que no muráis.” Al parecer ella sintió que la restricción era dura y empezó a
resentirse contra Dios, tergiversando el mandato y haciéndolo sonar como si
fuera más duro. Así que en este punto se notaba que el corazón de Eva estaba
cautivado y con determinación de no continuar defendiendo la bondad de Dios.
No se ofendió por el insulto de la serpiente hacia Dios y cayó en la trampa.
Comenzó a creerle a Satanás antes que a Dios.

2. Mintiendo, siembra incredulidad diciendo “no moriréis”.

En este punto, Satanás sugiere a Eva que él tenía más conocimiento que Dios
mismo. Contradice directamente a Dios. El Padre de mentira acusa a Dios de
mentiroso. Dice a la mujer “no moriréis”.

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Es cierto que el hombre no moriría en ese preciso momento, de manera física.
Pero como consecuencia del pecado, hubo una muerte espiritual, una
separación espiritual de la comunión con Dios. Y como consecuencia del
pecado, se introdujo la muerte física de manera que la muerte “reinó desde Adán
hasta Moisés” (Ro.5:14). Y finalmente habrá una muerte eterna como
consecuencia de los que permanezcan en su pecado sin el perdón de Dios.
Morirán (estarán separados de Dios) eternamente en el infierno, que es la
muerte segunda (Ap.20:14). El hombre ciertamente moriría espiritualmente,
físicamente, y eternamente, a menos que Dios lo redimiese.

La mentira es constante en el diablo. Y lo engañoso de la mentira es que se


presenta en medio de las verdades. Si alguien dice algo que a leguas se nota
que no puede ser cierto, se toma como un chiste o hipérbole. Pero cuando
alguien dice algo falso rodeado de verdades, entonces puede engañar a
cualquiera.

Por ejemplo, si un hombre de 35 años con apariencia joven dice que tiene 70
años, nadie se lo va a creer. Pero si él dice que tiene 29 años o aún si dice que
tiene 37 años podría engañar a muchos, porque lo que dice no está “lejos de la
verdad”, aunque sigue siendo una mentira. Lo mismo continúa haciendo Satanás
al día de hoy al hacernos pensar: “Dios te ha engañado, te ha quitado la libertad
y ha restringido tu placer. Puedes ser libre, haz todo lo que quieras, al fin y al
cabo es tu vida. No hay leyes divinas ni autoridad absoluta, y sobre todo, no hay
juicio. Puedes estar seguro de que no morirás”.

3. Mintiendo, acusa a Dios de egoísta al no querer que otros sean igual que
El. Proclama su propio evangelio: “seréis como Dios”.

Satanás sugirió a Eva que la única razón por la que Dios le había impuesto una
restricción tan grande al prohibirle comer de ese árbol, era que el carácter de
Dios tenía una falla; tenía un amor defectuoso porque El quiso impedir que otros
fueran todo lo que podían ser a fin de evitar que rivalizaran con su grandeza.

Por eso pretende ofrecerles lo que él mismo había tratado de obtener en vano:
“seréis como Dios”.

El diablo sabía por experiencia personal que Dios no tolera rivales como explica
Isaías más adelante en Is. 42:8. Esto se debe a que Dios es santo y no a que
sea egoísta, porque el concepto de egoísmo se aplica a un individuo en medio
de una colectividad de individuos, no a un ser único y suficiente en sí mismo
como el Dios eterno, infinito e inmutable, santo y perfecto.

Este falso evangelio del diablo “seréis como Dios” es la semilla de todas las
religiones falsas basada en una mentira en medio de una verdad a medias.
“Seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gn.3:5). Si comían el fruto
conocerían el mal, pero no como Dios lo conoce, ya que lo conocerían por

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experiencia. Como dice el pastor John MacArthur, “lo que Satanás les presentó
con bombos y platillos como el camino seguro a la satisfacción y la verdad
plenas, era en realidad un callejón sin salida hacia la destrucción. ‘Hay camino
que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte’ (Pr.14:12)”.

C. La Seducción.

“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los
ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y
dio también a su marido, el cual comió asó como ella”. (Gn.3:6)

Eva siguió una ruta “común” y “simple” tras el pecado: vio – codició – tomó.

En el momento en que Eva escucha al diablo, su meta principal era su felicidad


personal, y por primera vez su propio interés y satisfacción egoísta eran su
motivación. El pecado ya había sido concebido en su corazón. Ella vio tres
características en el fruto prohibido:
• Apetito físico. Vio que el árbol era bueno para comer.
• Apetito emocional. Vio que era agradable a los ojos.
• Apetito intelectual. Vio que era un árbol codiciable para alcanzar la
sabiduría.

Como diría el apóstol Juan, ella fue seducida por los “deseos de la carne, los
deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida” (1Jn.2:16-17).

La tentación siempre se presenta en una de estas tres categorías.

Eva primero vio el fruto, luego lo codició y finalmente se manifestó el pecado de


su corazón en acciones tangibles, cuando tomó del fruto.

¿Existe alguna diferencia entre el pecado de Adán y el de Eva?


Dice Pablo que Eva pecó engañada pero Adán pecó voluntariamente. 1Ti.2:14.
Por eso la culpa de Adán es mayor que la de Eva y se presenta en las Escrituras
como el culpable de la caída de la humanidad (Ro.5:12-19; 1Co.15:22).

Como representante y cabeza de la raza humana él tuvo la responsabilidad por


la caída y sus acciones fueron determinantes para el resto de su descendencia.

D. La Vergüenza.

Luego de experimentar el pecado Adán y Eva conocían el mal por experiencia


propia y ahora eran susceptibles a malos pensamientos. Ya no deseaban tener
comunión con Dios como antes lo habían hecho, y eran conscientes de su
propia culpa.

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Su conocimiento del bien y el mal era atrozmente diferente del que la serpiente
les había vendido. No se parecía al que tenía Dios. Un médico oncólogo
“conoce” el cáncer con la experiencia de su preparación académica y con la
experiencia de los pacientes que padecen la enfermedad a los cuales el médico
presta ayuda. Pero sus pacientes enfermos también “conocen” el cáncer de
manera íntima pero también mortal. Adán y Eva tenían ahora un conocimiento
del mal semejante al del paciente condenado a morir de cáncer. Adán y Eva NO
llegaron a ser como Dios, sino todo lo contrario.

El pecado destruyó su inocencia y ellos lo experimentaron de inmediato. Se


dieron cuenta de su culpa y se sintieron descubiertos. Esto se manifiesta en su
sentido de desnudez. Hasta el regalo sagrado de su relación física quedó
contaminado por aquella sensación de vergüenza.

Por esta vergüenza, ellos “cosieron hojas de higueras, y se hicieron delantales”


(Gn.3:7). Dice el pastor John MacArthur en ese contexto que “este fue un
esfuerzo noble de su parte para cubrir su pecado y tapar su vergüenza. Desde
entonces, el vestido ha sido una expresión universal de modestia humana. Es
apropiado y correcto que el hombre caído cubra su vergüenza. Los naturalistas y
antropólogos se equivocan al presentar la desnudez pública como un regreso a
la inocencia y la pureza. La desnudez pública no recupera la inocencia del
hombre caído, solo es una negación de la vergüenza que deberíamos sentir por
nuestra condición caída. Es apropiado que quienes son culpables de pecado se
cubran a sí mismos, y esto es algo que Dios mismo demostró al sacrificar
animales y utilizar su piel como vestimenta para la pareja caída”.3

II- La Reacción de Dios ante el Pecado del Hombre.

A. Dios procura misericordiosamente encontrar al hombre y lo interroga.


Mientras la pareja trata de esconderse, Dios procuraba hallarles con intención de
misericordia. La pregunta “¿dónde estás tú?” no se debía a que Dios ignoraba
dónde estaban sus criaturas porque El lo sabe todo y sabe los secretos del
corazón (Sal.44:21; He.4:13).

Dios interroga a Adán procurando una confesión de pecado de parte suya

Adán sutilmente trata de evadir su responsabilidad alegando que la mujer que


Dios le había provisto fue quien lo engañó” Adán realmente no había sido
engañado sino que deliberadamente pecó. Y la mujer por su parte aunque había
sido engañada, no debía eximirse de su culpa porque en su propio egoismo
había desobedecido un mandamiento bien definido por Dios. Dios no le preguntó
nada a la serpiente. La respuesta de Dios al pecado de Adán y Eva fue una
maldición triple.

3
MacArthur, John. La Batalla por el Comienzo. P.252 – 253.

8
B. Dios emite juicio en 3 partes: a la serpiente, a la mujer y al hombre.

Génesis 3:14-17 relata las sentencias dadas por Dios a cada uno de los
transgresores.

• A la mujer, (Gn.3:16) aumentó los dolores de sus preñeces, el proceso


de parto, y, habiendo antes sido la ayuda complementaria perfecta del
hombre (Gn.2:18 y 23) ahora su condición descendería a someterse
humildemente bajo su marido.
• Al hombre, (Gn.3:17-19) le puso en una tierra difícil de cosechar (no
como el paraíso en que habían estado donde no se producía la hierba
mala); lo que antes era un trabajo fácil en el huerto del Edén, ahora
debía lograrlo con mayor esfuerzo y perseverancia. De ahí que la raza
humana hereda la muerte en dos sentidos. Muerte espiritual,
separación espiritual de Dios; y muerte física “porque polvo eres, y al
polvo volverás”. De ahí en adelante, “reinó la muerte, desde Adán
hasta Moisés…” (Ro.5:14).
• A la serpiente como animal (Gn.3:14-15). Dios por primera vez
maldice una de sus criaturas. Antes todo era bendición, y ahora
maldijo a la serpiente como animal, porque había sido poseída por el
diablo. Al parecer las serpientes tenían patas como los demás reptiles
antes de la maldición. Este animal se había convertido en una criatura
rastrera que habría de representar todo lo indigno, todo lo
despreciable y todo lo que los humanos evitan, ya que fue maldita
“entre todas las bestias y entre todos los animales del campo”. La
implicación es que las bestias y todos los animales del campo también
cayeron bajo maldición porque dice Ro.8:20-22 que toda la creación
fue “sujetada a vanidad” y que toda la creación gime a una y está con
dolores de parto hasta ahora, mientras espera por la consumación de
la obra redentora de Dios.
• Al diablo mismo. La segunda parte de la maldición va hacia el diablo.
Dios habló a la serpiente porque realmente era el diablo quien la
poseía. Veamos a continuación más detalles sobre esta maldición.

1. El significado de la maldición a la serpiente espiritual, el diablo o


Satanás (Gn.3:15)

¿qué significan las palabras de Génesis 3:15?


“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el calcañar.”

Este versículo contiene una maldición para el diablo y una promesa para los
elegidos de Dios.

a) La maldición: “pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu


descendencia y la descendencia suya”.

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La enemistad que Dios puso sobre las serpientes y la humanidad es sólo una
muestra o ilustración de una hostilidad más profunda y siniestra. Como se ve
en el texto, Dios está hablando al diablo, que poseyó la serpiente, y por lo
tanto, el juicio que Dios está pronunciando es contra el diablo. Esto es un
anuncio de guerra para las huestes espirituales que están en este mundo. No
podremos entender las referencias a las guerras espirituales que vemos en el
resto de la Biblia si no entendemos lo que dice aquí. Dios mismo es el autor
de la hostilidad entre el diablo y la raza humana.

b) La promesa: “entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la


cabeza, y tú la herirás en el calcañar”.

Dios promete una semilla o simiente en este texto. Esta promesa es la


primera alusión al evangelio (las buenas noticias de salvación). Los teólogos
llaman a este versículo de Génesis 3:15 el “protoevangelio” o “las primeras
buenas nuevas”.

¿Qué significa “la simiente de la mujer”? La palabra simiente se refiere a


descendencia”, “familias”, “hijo”, “linaje” o hasta “pueblo”. Pero en este caso
en específico, se entiende por lo que sigue hablando el versículo, que parece
que la simiente que habla se trata de UNA persona en especial, porque dice
que “él te herirá en la cabeza y tú le herirás en el calcañar”. Al leer el resto de
la Biblia notamos que esta simiente es JESUCRISTO. El ha vencido. El fue
muerto en la cruz del calvario para a través de su muerte destruir al que tenía
el imperio de la muerte, esto es el diablo (Hebreos 2:14-15). Jesucristo ya
venció al diablo al morir en la cruz y redimir a su pueblo.

Todos los enemigos de Jesucristo estarán bajo sus pies y morderán el polvo
(Salmos 72:9; 1Co.15:25). La victoria ganada por Cristo será experimentada
por todos los que pertenecen a El (Rom.16:20 “Y el Dios de paz aplastará en
breve a Satanás bajo vuestros pies”).

En conclusión, cuando Dios promulgó este juicio en contra de Satanás,


hablando a la serpiente que el diablo poseyó, el Señor declaró la enemistad
entre la humanidad y el diablo, porque Dios se interpone para que el diablo
no tenga el control, y por otro lado, el Señor promete que la simiente que es
Cristo, vencería al diablo hiriéndolo en la cabeza como lo hizo al vencer en la
cruz. Sin embargo, aunque Satanás ha sido restringido en poder, será dejado
en libertad antes del juicio final cuando Jesucristo vendrá por segunda vez
para condenar en el infierno a Satanás y sus ángeles así como a todos
aquellos que no se arrepientan y se conviertan a El (2Tes.1:7-10; 2:8)

III. El Desarrollo del Pecado en la Raza Humana (Gn.4).

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En el capítulo 4 de Génesis, luego de la caída de Adán y Eva, vemos el primer
acto de violencia registrado en la Escritura relacionado con el culto religioso.

A. La diferencia en la adoración.
El hombre había quebrantado la comunión perfecta del huerto del Edén. Ahora
estaba muerto (separado) espiritualmente para con Dios. Para volver a tener
comunión plena con Dios han existido dos opciones desde el ese momento: la
religión o la gracia de Dios por medio de la fe.

Solo hay dos grandes credos en el mundo. La religión de las obras y la


comunión verdadera. Solo dos tipos de adoración, la adoración “a mi manera”,
“por mis obras”, y la adoración a la manera de Dios. Solo dos tipos de
respuestas de Dios en cuanto a la adoración, una “adoración inaceptable” o una
“adoración aceptable” delante de Dios.

Génesis 4 nos ilustra este punto. Dos tipos de adoración, una inaceptable y otra
aceptable. Dos tipos de estilos de vida, una vida “a mi manera” y otra vida “como
Dios le agrada”. Una cosmovisión materialista e impía, y otra cosmovisión
teocéntrica y piadosa.

Es ineteresante que ambas ofrendas de Caín y Abel estaban basadas en una


creencia en la existencia de Dios y su derecho de ser reverenciado y adorado.
La Biblia no registra instrucción de Adán y Eva sobre las ofrendas pero podemos
suponer que fueron instruidos.

¿Por qué Dios rechazó a Caín y su ofrenda y miró con agrado a Abel y su
ofrenda?

• Caín adoró a su manera, Abel lo hizo por la fe (He.11:4). Algunos ven en


los frutos del huerto de Caín una expresión de que quería ser aceptado
por la obra de su ofrenda. Dios mira la actitud del oferente. Y la actitud de
Caín no era buena. Dice 1Jn.3:12 que las obras de Caín eran malas, o
sea que su corazón no era recto delante de Dios.
• En el caso de Abel él entregó un animal por la fe según dice Hebreos 11:4
“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio”. No un sacrificio de
su propia idea, como Caín, sino un animal degollado, que cumplía el
requisito de Dios.
• La diferencia no radicaba tanto en la ofrenda per sé sino más bien en el
corazón del oferente. El culto de Caín era una forma religiosa sin fe, en
cambio Abel ofrendó su corazón, se trajo a sí mismo.

B. El Primer Homicidio. Caín mata a su hermano Abel por envidia.

Al ver la envidia de Caín frente a Abel, Dios trató a Caín con ternura
exhortándole a que dejara su pecado. “Mas si no obras bien a la puerta está el
pecado acechando como fiera que te codicia, a quien tienes que dominar”

11
(Gn.4:7 Biblia de Jerusalén). Sin embargo, Caín se niega a enfrentarse con su
pecado, no domina su envidia, y es llevado a la violencia contra su hermano.
Como dice Hoff, “Se ve el desarrollo del pecado. Tras fratricidio está el odio la
envidia, y tras la envidia el orgullo herido”4

Después del primer homicidio que registra Génesis, se muestra una reacción
justa y misericordiosa de Dios. Justa porque inexorablemente castiga el pecado,
pero misericordiosa porque Dios responde a sus ruego dándole una señal para
su protección, aunque le había condenado a vagar sin cesar y a tener mayor
carga de trabajo.

C. La Descendencia Impía y la Descendencia piadosa.

Después de la caída, la Biblia continúa mostrando su interés para explicar cómo


el pecado reinó en medio de las generaciones siguientes predominando por
encima de los hombres de buena voluntad que invocaban el nombre de Dios.

La Biblia no explica cómo fue poblada la tierra a partir de Adán y Eva, o cuántos
hijos tuvieron, y cuántos habitantes tenían las primeras familias. La Biblia no
muestra interés en esto porque lo importante para Dios no eran estos detalles,
sino más bien explicar el contraste entre la descendencia impía y la
descendencia piadosa que Dios quería mantener a través de Set, Noé, Sem,
Abraham, Isaac, Jacob, David hasta el Señor Jesucristo.

¿Con quién se casó Caín?


De todas maneras, en cuanto a la pregunta de con quién se casó Caín, es muy
probable que lo hiciera con una hermana. Si el primer mandato que Dios le dio al
hombre fue “fructificaos y multiplicaos”, y con un ecosistema más favorable, con
una salud incomparable con la que tenemos actualmente, con una longevidad
asombrosa, no es difícil imaginar que el período productivo de una pareja era
incomparablemente mayor que nuestros tiempos.

Por ejemplo, Adán murió a los 930 años (Gn.5:1-5). Cuando Adán y Eva tuvieron
a Set (el sustituto de Abel) Adán tenía 130 años. ¿Quiere decir que en 130 años
Adán y Eva solo habían tenido a Caín, Abel y Set? Obviamente que no. Si
actualmente una pareja moderna en tan solo 25 años de matrimonio, evitando
tener hijos tienen 3 o 4, ¿cuántos tendrían Adán y Eva considerando que fueron
creados para poblar la tierra, con la mejor salud física, con una tierra recién
creada, y con una longevidad privilegiada? Y así mismo sus hijos. Gn.5:4 dice
que Adán tuvo “hijos e hijas”.

Cuando ocurrió el homicidio de Abel por mano de Caín, no sabemos que edad
tendrían ellos, pero considerando que Adán tenía 130 años al nacer Set, y este
fue el sustituto de Abel, es posible que Caín y Abel fueran mayores de 100 años,
y que hubiesen estado casados con hermanas suyas.
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Hoff, Pablo. El Pentateuco. P.34.

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De todas maneras, veremos más adelante que el mundo fue poblado
nuevamente a partir de 8 personas, ya que Dios destruyó el mundo antiguo
anegado por agua en el diluvio en el cual sólo Noé, sus tres hijos y las esposas
de todos ellos, fueron salvados, y fueron encomendados a comenzar de nuevo.

Los descendientes de Caín


Génesis 4:17-26 narra sobre la descendencia de Caín que desarrolla la primera
civilización. El padre de la agricultura es un descendiente de Caín, Jabal, que
crió ganado, y Jubal fue el inventor de instrumentos musicales y es considerado
el pionero en las bellas artes. Tubal-Caín inventó herramientas y armas
comenzando una “industria” de producción de estas herramientas. Pero como
era una civilización impía y sin temor de Dios vemos a un Lamec que fue el
primer polígamo que registra la Biblia, que mancha la institución del matrimonio.
Su impiedad llega al colmo al jactarse de su violencia y venganza en el famoso
“canto de la espada” (Gn.4:23-24).

Los hombres comienzan a invocar el nombre del Señor.


Luego del canto de Lamec entendemos por qué posteriormente Dios envía juicio
sobre la tierra ya que “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y …
todo designio de los pensamiento del corazón de ellos era de continuo
solamente el mal (Gn.6:5).

Pero Dios levantó por otro lado a la descendencia de Set en lugar de Abel, y
después de esto, los hombres invocaban el nombre de Jehová.

Esto nos da una idea de que por los primeros 150 años (siendo que Set nació
cuando Adán tenía 130), después de la caída, al menos pasó un siglo en que
casi todos los hombres eran enemigos de Dios, hasta que la linea de Set hace
que los hombres comenzaran a invocar el nombre del Señor.

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