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Poder Judicial de la Nación

Año del Bicentenario


///nos Aires, de marzo de 2010.

AUTOS Y VISTOS:

Se reúnen los Sres. Jueces de Cámara


integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal nro. 3 de Capital
Federal, Dres. Miguel Ángel Caminos, como presidente,
Marcelo Avrutín Suárez y Jorge H. Romeo, como vocales,
juntamente con el Sr. Secretario Alejandro Almeida Leighton,
para dictar sentencia en la causa N° 2.898, seguida por el
delito de defraudación por desbaratamiento de derechos
acordados, previsto en el art. 173, inc. 11°, del Código Penal,
contra MARIO ERNESTO BUKIN, de nacionalidad argentina,
USO OFICIAL

nacido el 13 de febrero de 1942, en Capital Federal, de 67


años de edad, de estado civil casado, hijo de Israel Bukin y de
Miriam Kotler, identificado con D.N.I. n° 4.409.902, con
domicilio real en Olivera 1560/62, Capital Federal, y con
domicilio constituido en Paraná 236, piso 1°, dto. “3”, Capital
Federal.

Intervienen en el proceso el Sr. Fiscal General,


Dr. Roberto Antonio Amallo, el querellante Marcial Salto con el
patrocinio letrado del Dr. Ricardo Nasio, y como defensor del
imputado, el Dr. Ricardo Botana.

Y CONSIDERANDO:

Que por requerimiento de elevación de la


causa a juicio de fs. 126/129, el Sr. fiscal de instrucción acusó
a Mario Ernesto Bukin, como autor penalmente responsable
del delito defraudación por desbaratamiento de derechos
acordados, según artículos 45 y 173, inc. 11° del Código
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Penal, de acuerdo con la descripción del hecho que se
transcribe a continuación:

“… Se encuentra debidamente acreditado en


autos que Mario Ernesto Bukin, tornó imposible el derecho
que Marcial Salto tenía sobre el inmueble sito en la Avenida
Olivera 1560/62, de esta Ciudad, matrícula 1-32723.”
“En efecto, el día 23 de noviembre de 2001,
Salto adquirió el inmueble en subasta pública ordenada por el
Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial nro.
24, Secretaría nro. 47, en los autos caratulados “Friesem
Helmut, Germán c/ Bukin, Mario Ernesto s/ ejecutivo” (expte.
nro. 60.264/97), por el importe de setenta mil pesos
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($70.000).”
“Por al motivo, se suscribió el correspondiente
boleto de compra venta, ocasión en la que el damnificado
abonó el 30% del valor total del bien, y con posterioridad el
saldo restante, concediéndole el titular del Juzgado Comercial
la posesión del inmueble conforme surge de fs. 462 de los
mencionados autos comerciales, y quedando aprobado dicho
remate con fecha 25 de febrero de 2002, conforme surge de
fs. 425 del expediente.”
“Sin perjuicio de ello, el imputado impidió que
el damnificado tomara posesión de la propiedad y la suscriba
a su nombre en el Registro de la Propiedad Inmueble, ya que
según surge del certificado de dominio remitido por dicho
organismo, Bukin vendió el inmueble en cuestión con fecha
12 de marzo de 2007 a Israel Kotler, presentándose dicha
venta ante el registro el día 10 de abril de 2007, adquiriendo
carácter definitivo el día 23 de mayo del mismo año.”
“Luego de esta venta, el día 2 de agosto de
2007 se formalizó una nueva operación respecto del inmueble
en cuestión, entre Kotler y Darío Hernán Popritkin (conforme
surge de fs. 816/817 del expediente nro. 91.471), con
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certificados de dominio pedidos el 20 de julio de 2007,
aunque no se formalizó la inscripción registral.”
“Cabe aclarar que el expediente nro.
60.264/97 actualmente tramita ante el Juzgado Nacional en lo
Comercial nro. 9, Secretaría nro. 17, bajo el número 91.471…”

En forma congruente con la descripción de los


hechos y la calificación legal que propició la fiscalía, la
querella presentó su requerimiento de elevación a juicio (ver
fs. 118/119).

II.-
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Que invitado a formular descargo o aclaración


respecto del hecho que le fuera imputado, Mario Ernesto
Bukin hizo uso de su derecho constitucional de negarse a
declarar, por lo que en la audiencia de debate se procedió a la
lectura del acta de su declaración indagatoria de fs. 76/77.

Es esa oportunidad, también se negó a


declarar y manifestó su deseo de remitirse a un descargo
presentado por escrito a fs. 74/75, en el cual negó la
acusación del querellante por considerar que resultaba
alejada de los hechos y del derecho aplicable.
Explicó que efectivamente promovió su
concurso preventivo en el año 2001, por el cual se homologó
un acuerdo, y que una vez satisfechos todos los créditos, el
proceso quedó concluido con el levantamiento de las medidas
cautelares dispuestas.
Argumentó que el acreedor ejecutante, Helmut
Friesem no solicitó la verificación de su crédito al Tribunal
actuante, tal como lo establece el art. 32 de la ley 24.522, por
lo cual se ordenó la suspensión del procedimiento de
ejecución, hasta tanto se presente dicha verificación.
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Remarcó que según lo establece el art. 32 de
la ley 24.522, todos los acreedores por título anterior a la
presentación del concurso, deben solicitar al síndico la
verificación de su crédito, y que según el art. 21, inc. 1°, de
dicha ley, todo proceso anterior debe radicarse ante el juez
del concurso.
Al respecto, aclaró que ni el acreedor Helmut
Frieser, ni Marcial Salto se presentaron para verificar su
crédito, por consecuencia, dado que la presentación de su
concurso se realizó en 2001, los acreedores tenían tiempo de
solicitar la verificación de sus crédito hasta el año 2003, y al
transcurrir este plazo perdieron su derecho.
Explicó que su presentación al concurso no
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implica la indisponibilidad o el desapoderamiento de sus


bienes, ya que puede mantener la administración de los
mismos con el control de la sindicatura y el Tribunal actuante,
lo que le permitió continuar realizando sus negocios.
Mientras lo hacía, contrajo una deuda con el
Sr. Israel Kotler, que al no poder pagar, éste último lo
demandó ante el Juzgado Nacional en lo Comercial N° 1, que
dispuso el embargo del inmueble de la calle Olivera 1560/62.
No obstante, logró arribar a un acuerdo con esta persona, el
que se formalizó por escritura pública y luego fue homologado
por la justicia comercial.
Con respecto, a la nueva venta del inmueble,
expresó que resulta ajena a su actuación, pues la posesión y
la titularidad ya habían sido transferidas a su nuevo titular.
De manera que el Sr. Salto actuó con total
torpeza, pues si bien adquirió el inmueble en el año 2001, no
inscribió la operación en el Registro de la Propiedad, no se
presentó a hacer valer sus derechos en el concurso
preventivo, pese a contar con asistencia letrada, y al vencer
los plazos procesales prescribió su derecho.
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III.-

Que al darse inicio a la etapa probatoria,


compareció a testificar el querellante Marcial Salto, quien
prestó declaración en la etapa de instrucción a fs. 4/5.
Durante el debate explicó que adquirió el
inmueble de buena fe, en el año 2001, mediante una subasta
pública de la que tomó conocimiento por un diario. Al
respecto, y a preguntas de las partes, precisó que no tomó
contacto con ningún martillero que le hiciera saber de la
subasta, tampoco estaba familiarizado con los trámites de
remates o subastas, y era la primera vez que asistía a una de
ellas acompañado por un amigo.
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Explicó que resultó adjudicado en esa subasta,


por el valor de 70.000 pesos, de los cuales abonó el 30 por
ciento en el momento, y posteriormente el resto, sin perjuicio
de completar la operación con la firma de un boleto de
compra venta que suscribió con el martillero.
Explicó que pagó el precio del inmueble,
gracias a una indemnización que recibió de una fábrica, y
también lo ayudó su esposa, quien trabajaba como empleada
doméstica, y que pretendía destinarlo para vivienda.
Hizo saber que a raíz de este episodio, resultó
muy perjudicado y no pudo volver a adquirir ninguna otra
propiedad.
En ningún momento logró obtener la posesión
del inmueble, afrontó muchos inconvenientes, “hizo un
concurso” (textual) y otros trámites que no supo explicar, los
que continuaron hasta la realización de este juicio.
Según tiene conocimiento, en el año 2007 se
volvió a vender la propiedad, la cual no se había inscripto por
un error, pero que de todas formas era suya y no se podía
hacer nada con ella. Desconoce lo que pasó con el dinero que
pagó.
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Según tiene entendido, el Sr. Kotler le inició un
juicio al Sr. Bukin, y que a raíz de esa demanda, se entregó su
inmueble como parte de pago.
Sobre sus condiciones personales, expresó que
vive en un asentamiento de la zona de Lugano

* Durante la audiencia también se escuchó el


testimonio del Dr. Ramiro Javier Gutiérrez de Lio,
escribano …..
Manifestó que según tomó conocimiento, se
trató de una venta con hipoteca del inmueble de la calle
Olivera 1560/62.
……….
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Explicó que tanto el vendedor como el


comprador se presentaron en su escribanía para realizar la
operación, por lo cual debió realizar un estudio de título de la
propiedad, y no encontró ningún tipo de impedimento para
efectuar la operación, dado que los únicos antecedentes que
existían resultaban ser una venta del 12 de marzo de 2007,
efectuada por el anterior titular Mario Bukin a un acreedor
embargante de nombre Israel Kotler, que fue presentada ante
el registro el 10 de abril de 2007, y que perfeccionada el 23
de mayo siguiente.
Respecto de esta operación, precisó que él no
fue el profesional autorizante, y recién tomó contacto cuando
la escritura ya estaba autorizada y no observó nada que le
resulte extraño.
A preguntas del Tribunal, respondió que según
recordaba, había una medida de no innovar.

* Luego declaró el Dr. Alberto Solmesky,


quien refirió que conoció al Sr. Bukin en 1987, cuando tramitó
la beca de estudios para sus hijos, y que no tiene otra relación
más que de tipo profesional.
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Explicó que asesoró a Bukin por
inconvenientes financieros en su negocio, y que la mejor
opción que surgió en ese momento era la de presentarse a
concurso.
Mencionó que hubo dos concursos, el primero
tramitó bajo el régimen legal anterior, en el cual el
procedimiento se cumplió por completo y el juzgado
interviniente se levantó las interdicciones.
En la oportunidad del segundo concurso, el
mismo Solmesky era su acreedor, y mencionó que durante
este trámite, se plantearon una serie de incidencias entre el
tribunal y el concursado, luego de lo cual y transcurridos dos
años, se abrió el concurso.
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El concursado presentó una propuesta de


pago, con la cual el declarante formuló su conformidad, por el
único acreedor, ya que ningún otro se presentó.
Luego de verificar las condiciones, el Tribunal
dio por concluido el concurso, y mantuvo a Bukin no sólo la en
administración sino también la disposición de sus bienes.
Más tarde, en el año 2004, se presentó el Sr.
Kotler como acreedor posconcursal, ante lo cual se planteó la
necesidad de buscar soluciones y negociar con este acreedor,
puesto que de lo contrario iba a perder la propiedad.
Para evitar el desalojo, solicitó que le permitan
mantener el negocio de la venta de automóviles instalado en
el inmueble, y seguir desarrollando dicha actividad que tiene
como medio de vida.
En virtud de este acuerdo, Bukin mantenía por
un año la tenencia del inmueble, para luego entregarla como
dación en pago a favor de Kotler, quien a su vez debía abonar
la diferencia.
En el transcurso entre que concluyó el
concurso y se realizó la transferencia de dominio, apareció el
acreedor Helmut Frieser, a través de un incidente en el mismo
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juzgado donde tramitó el concurso, lo hizo luego de la
inscripción de la venta.
Durante todo este tiempo, el Sr. Marcial Salto
no se presentó para verificar su crédito, por lo cual su derecho
prescribió, y no lo puede hacer valer ni siquiera como deuda
natural.
Explicó que Bukin dio cumplimiento con el
convenio que fue homologado judicialmente, y que al concluir
el concurso, no tiene que rendir más cuentas a nadie.
Refirió que le aconsejó a Salto que podía
vender la propiedad con total tranquilidad, dado que no había
ninguna anotación registral, y entonces se podía vender o
disponer libremente, y explicó que si el Sr. Salto hubiese
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registrado previamente el inmueble, el síndico del concurso


hubiese exigido la devolución de los fondos a Frieser.
Salto debió haberse presentado a concurso, y
al no hacerlo no puede alegar su propia torpeza.
A preguntas de la Fiscalía, sobre a qué tipo de
anotación se refiere el testigo, este manifestó que se trata de
una anotación de “litis”, que puede realizar cualquier
acreedor que tenga un simple pagaré aunque se encuentre
vencido. Esta anotación no impide vender, pero advierte al
comprador que hay un inconveniente o un conflicto con ese
bien.

Como elementos de convicción, se


incorporaron al debate por lectura:
………………………

IV
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Al comenzar su alegato, la querella manifestó
que en base a las pruebas reunidas, ha quedado comprobada
la conducta del Sr. Bukin, en cuanto ha obrado dolosamente al
vender la propiedad de la calle Olivera 1560/62 de esta
ciudad, con conocimiento de que la misma había sido
rematada previamente en pública subasta, de la cual se dio
noticia por edictos y mediante carteles de remate.
Expresó que las consecuencias del delito
perduran hasta el día de hoy, ya que el Sr. Bukin hace 8 años
y 4 meses que retiene la propiedad, y ello lo logró a través de
una maniobra formal y tendenciosa que le permitió absorber
dicha propiedad.
Para ello entregó en dación en pago un
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inmueble, en un juicio ejecutivo y ante un Juzgado comercial


donde anotaron erróneamente el nombre Bukin, colocando en
su lugar “Bakin”, para que la Cámara Comercial no se
percatara que estaba involucrado en una ejecución, distinta al
proceso concursal.
La escritura de transferencia del inmueble la
realizó Bukin con su tío, que resulta ser precisamente el Sr.
Kotler, quien es la persona que lo ejecuta, lo que a su vez le
permitió a Kotler venderla a un tercero, todo con el fin de que
el Sr. Salto no pueda obtener su propiedad.
Se trató de articulaciones orquestadas para
quedarse con la propiedad adquirida por Marcial Salto,
mediante una simulación que puede apreciarse si se repara
en que Bukin vive en ese inmueble, e incluso tiene su
domicilio allí.
Por lo tanto, consideró que además de haberse
producido un desbaratamiento de derechos acordados
respecto del inmueble de la calle Olivera 1560/62, el Sr. Bukin
también usurpó esa propiedad.
En consecuencia, solicitó que se condene a
Mario Ernesto Bukin, por resultar autor del delito de
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defraudación por desbaratamiento de derechos acordados, en
concurso ideal con usurpación, de acuerdo con los art. 172,
173, inc. 11, y 181 del C.P., y se le imponga la pena de 6 años
de prisión de cumplimiento efectivo.
Además, solicitó que se investigue la conducta
del testigo Alberto Solmesky, por resultar instigador de la
conducta de Mario Bukin, a quien asesoró en el sentido de que
proceda de la forma en que lo hizo, pese a tener conocimiento
de que la propiedad no se podía ofrecer como dación en pago,
por cuanto pertenecía al Sr. Salto.

A su turno, el Sr. Fiscal consideró que se han


acreditado los extremos del requerimiento de elevación a
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juicio, lo que le permite imputarle a Mario Ernesto Bukin, el


delito de defraudación por tornar imposible, incierto o litigioso
el derecho sobre un bien, que en este caso había sido vendido
al Sr. Marcial Salto, lo que constituye un desbaratamiento de
derechos acordados.
Se basó en la prueba compuesta por el
testimonio del Sr. Salto y la documental que obra en el juicio
ejecutivo y en el proceso concursal preventivo iniciado por
Bukin ante el Juzgado Comercial N° 9, Secretaría N° 117.
Tuvo entonces por probado, que el día 23 de
noviembre de 2001, el Sr. Salto adquirió en subasta pública,
ordenada en autos “Helmut Frieser c/ Bukin, Mario Ernesto s/
ejecutivo” (exp. 60.264/97), el inmueble de la calle Olivera
1560/62, de Capital Federal, por la suma de 70.000 pesos, por
la que suscribió un boleto de compra venta con el martillero
Celso Daniel Tettamanzi, con la entrega de un anticipo, para
luego completar el pago en diciembre de 2001, con lo que se
aprobó la operación el 25 de febrero de 2002, mediante
resolución adoptada en el juicio ejecutivo (ver fs. 425 del
expediente mencionado).
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En esa misma aprobación se mencionó que no
existió oposición alguna de Bukin, en relación al precio del
bien, sin perjuicio de observar que el boleto de compra venta
no mencionaba que el inmueble se hallaba alquilado, y
cuestionar los gastos reclamados por el martillero, con lo cual
aceptó la subasta pública realizada, e indirectamente aceptó
que con esos fondos se pagara al acreedor, momento en el
cual posiblemente ya estaba pergeñando la idea de invocar la
existencia de un inquilino en la propiedad, para estorbar u
obstaculizar la posesión que ordenara el juez a favor del Sr.
Salto.
De hecho, lo logró con la presentación de un
inquilino en el juicio ejecutivo, al alegar su derecho de
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locador, lo que impide que se haga efectiva la posesión.


Lo hecho, no resultó suficiente para impedir
que el Sr. Salto se haga de sus derechos, y con posterioridad,
el 29 de mayo de 2002, promovió un concurso preventivo en
el mismo Juzgado Comercial N° 9, Secretaría N° 17
(expediente n° 45.383/02), que decretó su apertura en
diciembre de 2002, y en el cual solamente tuvo como único
acreedor a su abogado asesor, Dr. Alberto Solmesky, lo que
evidentemente escondía la única finalidad de atraer otros
procesos, en este caso el bien inmueble que ya se había
vendido, y tratar de alguna forma, de tornar ineficaz aquella
subasta pública, que estaba definitivamente aprobada. No
estaba discutiendo un derecho que ya era suyo, sino que se
discute el desahucio del derecho.
En ese planteo de reposición, que se realizó
por incidente en el concurso preventivo, el juez de primera
instancia sostuvo que el bien y la subasta ya realizada sobre
el mismo, ya era un hecho definitivo, era cosa juzgada, y no
tenía discusión en el fuero concursal, y que resultaba
incompetentes para entender en el desahucio del mismo, lo
que fue confirmado por la Cámara Comercial.
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A fs. 149/150, la Fiscalía General del fuero
comercial, opinó claramente que sobre el planteo debe
entender el juez concursal, pero que no cabe duda que ya era
cosa juzgada de un bien definitivamente adquirido por el Sr.
Salto en la subasta pública, efectuada en el juicio ejecutivo.
Tal fue la postura del Sr. Salto, para reclamar
su derecho al dominio de esa propiedad, máxime cuando no
conseguía el desalojo del procesado y el mismo tribunal
comercial le impuso a éste último el pago de un canon
mientras ocupaba el inmueble, además de señalarle que debe
cumplir con su obligación mensualmente.
También consideró probado a través de la
escritura pública, de Alicia Noemí Sturla de Mognoni, del 12 de
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marzo de 2007, que el procesado vendió esa propiedad, no


obstante conocer lo dispuesto por el Juzgado y la Cámara
Comercial, al Sr. Israel Kotler, su tío, mediante escritura que
se inscribió el 10 de abril de 2007.
El conocimiento que tenía el procesado Bukin y
el Dr. Alberto Solmesky, profesional que lo habría asesorado,
no puede presentarse a dudas, y sí debe interpretarse como
una forma más de obstaculizar la entrega del bien a su
legítimo titular.
Consideró el Fiscal, que pretender
aprovecharse de la circunstancia de que el Sr. Salto no había
inscripto la propiedad ante el registro correspondiente, no
tiene ningún visu de racionalidad, sino que más bien forma
parte del fraude que requiere el tipo penal del art. 173, inc.
11° del Código Penal.
En este sentido, no valen los consejos
profesionales cuando los pronunciamientos del Juzgado y de la
Cámara Comercial ya le habían vedado esta posibilidad al Sr.
Bukin desde el comienzo.
También consideró que resultaban absurdos
los planteos del testigo Solmesky, en cuanto a que le ley
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puede llegar a proteger un enriquecimiento ilícito, concretado
a través de artilugios legales, y por lo tanto, la venta del
inmueble en estas condiciones, por parte de Bukin, constituye
un desbaratamiento de los derechos acordados en el boleto
de compra venta que había firmado luego de la subasta
pública, el cual no había sido cuestionado por Bukin.
En base a estos argumentos, consideró que la
imputación contenida en el requerimiento de elevación a
juicio de fs. 126/129, se encontraba probada.
Con respecto a la sanción penal, el fiscal
expresó que tuvo en cuenta la extensión del daño causado, el
cual consideró enorme, dada la persona y el grupo familiar del
damnificado, pues luego de muchos ahorros logró adquirir una
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propiedad, pero el acceso a la misma se vio obstaculizado de


una forma totalmente desleal, lo que no culminó allí, dado que
lleva aproximadamente 8 años sin poder adquirir una vivienda
propia. Además, remarcó que el bien fue subastado por la
suma de 70.000 pesos.
En definitiva, acusó a Mario Ernesto Bukin
como autor penalmente responsable del delito de
defraudación por desbaratamiento de derechos acordados, y
solicitó que se le imponga la pena de 3 años de prisión de
efectivo cumplimiento, y costas.

Por su parte, la defensa consideró que no ha


quedado clara la forma en la cual el Sr. Salto tomó contacto
con la subasta.
Destacó que en su declaración testimonial, el
escribano Ramiro Gutiérrez mencionó que realizó un estudio
de título, y que no encontró impedimento para realizar la
venta.
Que la venta se realizó con la intervención de
la escribana Sturla de Mognoni, quien al momento de
escriturar no mencionó ningún impedimento.
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Además, consideró que el testigo Solmesky fue
claro al especificar los procedimientos a través de los cuales
se realizó la operación, y también fue categórico al mencionar
la nueva ley 24.552, en especial en sus artículos 32 y 38, en
relación a los plazos de la prescripción.
En relación al acreedor posconcursal, Israel
Kotler, destacó que el acuerdo de Bukin con esta persona, por
el cual se ofreció el inmueble en cuestión como dación en
pago, fue homologado judicialmente en el expediente “Kotler
Israel c/ Bukin Mario Ernesto s/ ejecutivo”.
Argumentó que tratándose o no de artilugios,
siempre se actuó dentro de un marco procesal, el cual explicó
el testigo Solmesky, quien asesoró a Bukin para salvar su
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fuente de trabajo como comisionista de venta de bienes, y


para que de esta forma pueda seguir explotando su actividad
en la que se mantiene desde hace 50 años. Los clientes
confían en su comercio, y por ello resultó de importancia
mantener la propiedad.
Luego, sobre la calificación legal escogida por
los acusadores, explicó que el art. 173, inc. 11 del C.P., exige
que se cumpla con el tipo objetivo y subjetivo, este último
integrado por el dolo, el que a su vez se entiende como saber
y querer la realización del tipo objetivo, que en el caso
concreto es el desbaratamiento de los derechos acordados.
Al respecto, destacó que su defendido obró
asesorado por una persona con más de 20 años de confianza,
que el acuerdo de entregar el inmueble en parte de pago fue
homologado por un juez comercial, que el traslado de dominio
se realizó en presencia de un escribano público, que no puede
declarar en razón de resultar imputado en otro proceso, que
se realizó un estudio de título previo y no se encontró ningún
impedimento en el registro para realizar la venta.
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En relación a la vinculación del Sr. Bukin con el
Sr. Kotler, expresó que no hay razones para cuestionar, dado
que Kotler fue justamente quien lo ejecutó.
Por lo tanto, consideró que no hubo conducta
dolosa del imputado, por no haberse cumplido con el aspecto
subjetivo del tipo penal en cuestión
En relación, a la acusación de haber cometido
el delito de usurpación que formuló la querella en su alegato,
expresó que esta figura legal no fue incluida en ninguno de
los requerimientos de elevación a juicio y no resulta materia
de discusión en el debate.
En base a estos argumentos, solicitó la
absolución de su defendido.
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No obstante, para el caso de que el Tribunal


considere que ha existido algún grado de responsabilidad de
parte del Sr. Bukin, entiende que resulta aplicable el art. 26
del Código Penal, dado que su defendido carece de
antecedentes, ha trabajado toda su vida y cuenta con 67 años
de edad, razón por la cual también le aconsejó no someterse
a un interrogatorio en el juicio, y en definitiva, en caso de ser
condenado solicita que se aplique el mínimo de la escala
penal.

VII

Que al momento de individualizar la sanción


que en definitiva se le impone a Mario Ernesto Bukin, se
compartió la propuesta de la Fiscalía General, de fijarla en
tres (3) años de prisión, para lo cual se tomó en
consideración, de conformidad con lo prescripto en los
artículos 40 y 41 del Código Penal, la naturaleza, modalidad y
consecuencias del hecho por el que resulta condenado.
A su favor, puede destacarse que no registra
antecedentes penales, y la buena impresión que arroja su
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informe socioambiental (ver fs. 1/6 del legajo de
personalidad), del cual se destaca que alcanza actualmente la
edad de 67 años, convive con su esposa de 66 años y es
jubilada, y que actualmente continua desarrollando su
actividad laboral como relacionado con la venta de
automóviles, lo que le alcanza para cubrir su gastos, entre los
que se encuentra el alquiler de su vivienda de 800 pesos
mensuales.
Dada su situación, y por tratarse de la primera
condena que sufre en su contra, entiendo conveniente que la
misma quede en suspenso, de conformidad con lo normado
en el art. 26 del Código Penal, sin perjuicio de imponerle como
pautas de conducta, la obligación de fijar domicilio y
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someterse al control del Patronato de Liberados de la Capital


Federal.

Por todo lo expuesto, y de conformidad con lo


preceptuado en los art. 396, 398, 403 y 531, y concordantes
del Código Procesal Penal de la Nación, el Tribunal

RESUELVE:

1º) CONDENAR a MARIO ERNESTO BUKIN,


de las demás condiciones personales obrantes en el
encabezamiento, como autor penalmente responsable del
delito de defraudación por desbaratamiento de derechos
acordados, a la pena de TRES AÑOS DE PRISIÓN, de
ejecución en suspenso y costas (arts. 26, 29, inc. 3º, 45 y 173,
inc. 11°, del Código Penal).

2°) IMPONER a MARIO ERNESTO BUKIN,


por el término de dos años, contados a partir de que esta
sentencia alcance autoridad de cosa juzgada, el cumplimiento
de las condiciones de fijar residencia y someterse al control
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
del Patronato de Liberados de la Capital Federal (art. 27 bis,
inc. 1°, C.P.).

3°) EXTRAER testimonio de las partes


pertinentes de autos, del presente veredicto y de la sentencia
con sus fundamentos y remitirlo con oficio a la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de
Capital Federal a fin de que, conforme fue solicitado por la
querella, se investigue la conducta del Dr. Alberto Solmesky.

Tómese razón, regístrese, notifíquese por


lectura y firme que sea, practíquese cómputo, comuníquese a
quien corresponda y en su momento archívese.
USO OFICIAL

Ante mí:

NOTA: se deja constancia que en el día de la fecha, a la hora


indicada en el veredicto se dio lectura del fallo que antecede,
quedando las partes debidamente notificadas. Secretaría, 16
de marzo de 2010.

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