Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
MEDIOS Y CULTURA
FICHA DE LECTURA
Nº 1
1. Dos significados de la palabra cultura
En el uso cotidiano se utiliza la palabra “cultura” otorgándole dos significados que son
distintos. Observemos estas frases de la vida cotidiana:
Es fácil de advertir que aunque ambos utilizan la misma palabra, no están refiriéndose a
lo mismo. Veámoslo un poco más detenidamente.
En 2) la palabra cultura es lo que engloba una forma de ser, es decir es un todo en el que
la persona está inmersa. Es natural de su condición de integrante de un grupo social.
Según esta perspectiva todas las actividades de un humano forman parte de su cultura:
la forma en que viste, en que habla, en que se comporta, sus ideas, sus conocimientos,
etc. todo forma parte de pautas culturales.
Como puede verse, si bien es la misma palabra su uso remiten a dos definiciones
distintas, pero además, tienen consecuencias naturalmente, distintas.
“La cultura se trata de una forma integral de vida creada histórica y socialmente
por una comunidad, de acuerdo con la forma particular en que se resuelvan o
entablen las relaciones con la naturaleza, las de los integrantes en su seno, las
relaciones con otras comunidades y con el ámbito de lo sobrenatural, a fin de dar
continuidad y sentido a la totalidad de su existencia, mediante una tradición que
sustenta su identidad”.
· Esa forma ha sido creada histórica y socialmente por una comunidad. Es decir las
formas culturales no son ahistóricas, sino que son producto de un momento determinado
de la historia y sujetas entonces al cambio.
· Cada cultura establece forma particular de relaciones con los elementos que la
componen. Entender esto significa no pensar que una cultura debe ser mejor que otra,
sino simplemente distinta.
· Abarca las relaciones con la naturaleza es decir con el entorno natural en el cual se
asienta. Aquí se incluyen todos los procesos de adaptación que a su vez combinan
elementos culturales varios con otros tecnológicos, económicos y organizativos.
· Incluye las relaciones entre los integrantes de una comunidad, las relaciones de
producción y humanas, la estructura social, el poder, la participación y parentesco, los
rituales de todo tipo, los códigos comunicacionales y las religiones junto con otras
configuraciones simbólico-expresivas. También abarca las relaciones con otras
comunidades los encuentros y desencuentros, las guerras, la paz y todos los
intercambios culturales
· Incluye además con el ámbito de lo sobrenatural, o sea las relaciones con lo que cada
comunidad califica de sagrado y que va más allá de lo humano y que denomina de
distintas maneras: lo sobrenatural, lo trascendente, lo misterioso, etc. Tanto sea que la
comunidad afirme o niegue esta relación.
· Tiene una continuidad Es decir que abarca no solo el presente, sino el pasado y las
perspectivas futuras de un grupo social.
· Da sentido a la totalidad de su existencia del hombre que está dentro de esa cultura,
desarrollando un lugar de pertenencia en el universo.
· Contribuye a desarrollar una identidad para cada ser humano. Ayuda a responder la
pregunta ¿quienes somos?
Comencemos por recordar que, en su origen, la palabra cultura está relacionada o menta
el cultivo de la tierra (cultus) con todas sus implicancias: la transformación de la
naturaleza a partir del trabajo y los cuidados pertinentes, las relaciones comunitarias, los
rituales a los dioses y las fiestas de principio y fin de cosecha.
Al mismo tiempo el término está ligado a la acción de habitar (collo, collere) dentro de
un mundo, de un ámbito labrado o trabajado por el hombre. Indica por lo tanto, una
fuerte relación con un suelo, con un territorio que de mero espacio natural es cambiado,
a través de un proceso de apropiación material y simbólica, en un espacio cultural.
La expresión nace, entonces, en un determinado contexto y asociada a esa acción de
transformar la naturaleza (cambio de forma y sentido), a la creación de un orden
humano, de un cosmos, de una morada, de un hogar existencial y dando cuenta, además,
de un hecho social total que transcurre en la vida cotidiana y que incluye la
participación social.
La “atmósfera” en la cual surge el vocablo guarda analogía con la acción de cultivar la
tierra en muchas zonas rurales de nuestro país; en los Valles Calchaquíes, por ejemplo,
donde el trabajo familiar y comunitario (la minga), los diversos cuidados para obtener el
fruto, los rituales a la Pachamama, y la fiesta están imbricados de una manera muy
evidente.
Con el tiempo este significado “terrenal” y ligado al mundo doméstico, al pago, a la
querencia, a un espacio cultural muy concreto, se fue desplazando a otro tipo de
cultivos: el de la conciencia racional en sus variantes científica y tecnológica y, también
a otras concreciones del “mundo del espíritu”; muy especialmente al desarrollo de las
“bellas” artes, la música “seria” y la “gran” literatura.
Esta visión, sin duda restringida, comienza a instituirse de a poco a partir del
Renacimiento y, al afirmarse, se torna excluyente porque termina jerarquizando un
determinado tipo de cultivos –los recién mencionados- en detrimento y/o directa
exclusión de muchos otros, los relacionados con los saberes y modos de ser de las clases
subalternas.
De esta manera el término cultura queda asociado a diversos procesos de “refinamiento
espiritual” a través de los cuales cortesanos y burgueses devienen hombres “cultos”,
“ilustrados”, “instruidos”, “educados”, “leídos”, “refinados” y “sofisticados”.
“Poco a poco –dicen Magrassi y otros-, el sentido aristocratizante connotado concluirá
por escindir al individuo ‘cultivado’ del resto de la comunidad a la que pertenece”.
Hacia el siglo XVIII se generaliza el empleo de lo cultural como opuesto o polar a
“natural” y el término “cultura” se afirma prácticamente como sinónimo de
“perfección” espiritual y pasa a formar parte del discurso hegemónico “completándose”,
luego, con la idea de que la humanidad pasó por tres estadios evolutivos que se suceden
linealmente: salvajismo, barbarie y civilización. En ese momento van a quedar
íntimamente relacionados los términos “cultura” y “civilización” apareciendo, en
muchos casos, como sinónimos.
Por supuesto que en el escalón más alto y “evolucionado” de la historia se ubica Europa
que, en su expansión, continúa asumiendo como propia la “misión” (auto asignada) de
civilizar el planeta. Habrá, además de individuos “cultos” e “incultos”, pueblos enteros
que serán caracterizados con la misma fórmula o con la de “civilizados / barbaros y/o
salvajes”.
A finales del siglo XVII la tradición romántica, inspirada en Rousseau, reacciona contra
la ilustración, comienza a conceptualizar nación y a considerarla como categoría
histórica.
El filosofo J. Herder es uno de los que más cuestiona la idea de progreso y la postura
universalista y racional de los “ilustrados”. Pero lo más importante es que se empieza a
caracterizar la cultura como “espíritu del pueblo” y a valorizar la fuerza vital del mismo,
sus costumbres y decires. Además se sientan las bases para considerar la diversidad de
“culturas”, así en plural.
Es evidente que no es esta la línea que se impone conceptual, histórica y políticamente
sino la otra.
El peso de la tradición ilustrada conllevó a las siguientes consecuencias:
· la cultura es una, única y universal.
· Las artes, las ciencias y los libros son la forma más alta de cultura
· La cultura ilustrada europea conforma un tipo de cultura “avanzada”, “civilizada” o
“superior”.
· Existe progreso cultural y sus parámetros son la civilización europea.”
Cultura letrada
5. Aportes de la antropología