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LIDIA INÉS MUÑOZ CORDERO: LA GUERRA CON EL PERÚ: 1932. PARTICIPACIÓN. . .

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LA GUERRA CON EL PERÚ: 1932.


Participación de género y de la Iglesia en Nariño*
POR
LIDIA INÉS M UÑOZ CORDERO

Introducción
Durante el proceso del conflicto colombo-peruano, en tiempos del presi-
dente Enrique Olaya Herrera, los militares en el frente de la batalla y los
civiles, hombres y mujeres sin distinción de partido o credo religioso, cerra-
ron filas frente a la necesidad unánime de la defensa de la soberanía nacional.
Mediante las Juntas Patrióticas conformadas por ciudadanos y las Juntas
Patrióticas Femeninas, se logró hacer el recaudo voluntario para sobrepasar
el préstamo adquirido por el gobierno a través de la campaña del Fondo de
Defensa Nacional.
En el Departamento de Nariño, la mujer fue muy activa y lideró amplias
jornadas en pro de la causa común. También la Iglesia, en este departamento,
desempeñó un papel decisivo al contribuir en gran parte en subsanar las ne-
cesidades de la patria.
El examen de esa situación regional, constituye el objeto de la siguiente
intervención. Nunca antes ni después se ha pronunciado en la historia de
Colombia, tanto fervor como un solo pueblo, una sola nación, con vocación
civilista y solidaria de afiliación patriótica incondicional.

Participación de género y el patriotismo


Las colectas públicas y la organización de festivales y bazares estuvo a
cargo de las damas de cada localidad, que integraban las llamadas Juntas
Femeninas Patrióticas.

* Lectura para su posesión como Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de Historia


el 15 de marzo de 2005.
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En Yacuanquer (Nariño), el alcalde municipal cumplía con hacer el lla-


mado civil a las mujeres: “la necesidad en estos momentos que tiene la
Madre Patria y constante en su defensa... ha llegado el instante de poner
toda su influencia y con ardiente amor para con la Patria, entrar de lleno a
cooperar”1 .
A través de comunicaciones se percibe el clamor ciudadano. Desde Ancuya
(Nariño), Rosa Landázuri, Ana María Urresti y otras suscriben un telegrama
al presidente: “Ante sangriento atentado dignidad de la Patria, mujer ancuyana
protesta enérgicamente abusos legendario enemigo. Ofrecemos su excelen-
cia, servicios Cruz Roja, huestes oriente”2 .
Las damas de Bogotá “ofrecen sus joyas para que su valor se dedique a
obtener elementos bélicos para la defensa de la patria”3 . La vanidad y las
riquezas superfluas, ceden espacios ante la guerra.
La educación era un ramo al cual se dedicaban como profesión, un gran
número de mujeres colombianas, que en esos años, aún no disfrutaban del
acceso a otras fuentes de trabajo y producción económica, fuera de la activi-
dad agrícola y artesanal, menos del derecho al voto.
Las profesoras del Liceo Pedagógico de El Tambo, Nariño, suscribieron
un manifiesto en el que decían:
1. “Que el atentado nefando y reprobado perpetrado, por el usurpador
peruano contra la inviolabilidad territorial de nuestra patria, es un de-
ber de la mujer colombiana secundar y estimular con sus voces y
hechos las medidas que el Gobierno y el espíritu ciudadano organizan
para hacer respetar la soberanía colombiana, injustamente mancillada
por aventureros sin precedentes y sin honor;
2. Que las que adornan y han adornado con flores de su enseñanza el
alma de la niñez, no quieren ni permiten en las actuales circunstan-
cias se las tenga como elementos inconexos, sino que anhelan por el
contrario conquistarse con su apoyo las glorias y sacrificio del marti-

1 A. H. P. G-C (18)4-6, 1932, Caja 6. f. 13. Intervención del alcalde municipal Segundo Figueroa
y del gobernador Olegario Medina, en la instalación de la Junta Femenina Patriótica, cuya
presidenta era la Srta. Carmela Bucheli.
2 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Ínter diario, año V, No. 471. Pasto, 13 de
septiembre de 1932. El envío de la comunicación a Bogotá se dio el 10 de septiembre de 1932.
3 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Ínter diario, año V, No. 475. Pasto, lunes 19
de septiembre de 1932, p. 1.
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rio... donde el soldado coloque su brazo, la mujer pastusa pon-


drá su fe y su corazón”4 .
El pensamiento femenino ubica a través de la protesta nacionalista, la
necesidad de un posicionamiento social y de género; además, interponen sus
servicios voluntarios en la Cruz Roja y para arbitrar los recursos del F. D. N.
La fuerza del espíritu, la confianza en las tropas nacionales, la voluntad y
decisión en el servicio es lo que garantiza sobrellevar las duras secuelas del
conflicto internacional. El cumplimiento del deber patrio constituye un crite-
rio y vocación nacional. Doña Josefina De la Espriella de Benavides, presi-
denta de la Cruz Roja de Nariño, afirma: “Y que nosotras mujeres de corazón,
sabremos cumplir los deberes que nos corresponden en esta hora, que será
sin duda alguna, el principio de una aurora gloriosa para Colombia”5 .
Hay momentos de la historia de los pueblos en que se somete a prueba a
los ciudadanos, en relación con el ejercicio de sus deberes y derechos. Lo
importante es tomar conciencia y actuar en reciprocidad.
La memoria recorre sus caminos y escucha en pleno siglo XX, voces de
mujeres que aspiran los laudos del sacrificio: “Es vasto el campo de nuestra
patria querida, tal vez convertida dentro de poco en palenque sangriento será
testigo del patrimonio de la mujer pastense. Cual más, cual menos, las ma-
dres, las esposas, las hijas, las hermanas, todas, todas debemos ser heroínas”6 .
Al llamado de su tiempo y entre muchos patriotas colombianos, respon-
dió la mujer. La pastusa Clara Elisa Narváez, ungida de profundo amor a la
patria, decidió ir al frente de guerra, con más de 300 soldados. La historia la
recuerda como “El cabo Pedro”7 .
La donación de argollas de matrimonio, anillos de compromiso, fue el
tributo del recuerdo romántico y de los sentimientos de hombres y mujeres
en el país.
Doña Adelina Nieto vda. de De la Rosa en Pasto, entregó la espada del
general Rufino De la Rosa, fuera de un cofre de joyas que contenía un anillo
con rubí, dos aros, el uno en forma de correa y dos pares de aretes. Doña

4 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Interdiario, año V, No. 477. Pasto, miércoles
21 de septiembre de 1932, p. 2. s. n.
5 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Interdiario, año V, No. 478. Pasto, jueves 22
de septiembre de 1932, p. 3.
6 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Interdiario, año V, No. 479. Pasto, viernes
23 de septiembre de 1932, p. 1. La declaración es de doña Alicia Mutis, en Pasto. s. n.
7 El capítulo 5 de esta obra está dedicado a su participación patriótica.
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Imelda de Jesús Chicaiza Nieto, donó un prendedor y un par de aretes de


oro8 . Por comisiones de señoritas se procedía a la colecta de joyas.
A finales del año, cuando don Jorge Buendía, director de Instrucción Públi-
ca de Nariño se preocupaba de recolectar regalos de navidad, para las tropas
acantonadas en Puerto Asís, por una iniciativa femenina se logra elaborar tela
tejida para confeccionar salvavidas, con destino “a los soldados colombianos
que defienden en el oriente nuestras fronteras”; como así aparecía en la dedica-
toria del obsequio. También se envían “toldillos” para el Putumayo que “llevan
el mensaje cariñoso de las damas de Pasto, junto con el perfume gratísimo del
patriotismo de la mujer colombiana... el soldado lucha bravamente por la
patria y la mujer lucha por la defensa del soldado...”9 .
Un contingente de enfermeras de Bogotá viaja al oriente en el mes de
noviembre. El desplazamiento de los hombres que se ocupan en la construc-
ción de las obras públicas, carreteras, así como también los que marchan a la
guerra, hace que en el campo laboral agrícola en Nariño, aquellos sean reem-
plazados por “las mujeres (que) trabajan incansablemente, en el cultivo de la
tierra”10 . Los observadores del caso, señalan que debido a varios factores, se
opera en el Departamento, “un espléndido resurgimiento comercial”.
Los empresarios nariñenses aprovechaban la publicidad de sus productos
para defender su afiliación patriótica. En Pasto, la Jabonería Nabor
Enríquez anunciaba: “Muy pronto Jabón Leticia Colombiana que supe-
rará a los mejores que se hayan introducido en esta plaza”11 . La etiqueta de
“Velas Luz Victoria” de la fábrica de velas y aceites vegetales de Nabor
Enríquez M. Sucesores presentaba una imagen de la guerra con el Perú.
La inscripción como voluntarios para el frente, se presenta con frecuen-
cia. Don Mario Mutis ofrece sus servicios: “me honro en manifestarle que
los viejos que como yo, hemos olido (sic.) el humo de la pólvora, estamos
listos a tomar la vanguardia...”12 .

8 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Interdiario, año V, No. 498. Pasto, 3 de


octubre de 1932.
9 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Interdiario, año V, No. 520. Pasto, 13 de
diciembre de 1932, s. n.
10 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Interdiario, año V, No. 518. Pasto, 6 de
diciembre de 1932, p. 3.
11 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Interdiario, año V, No. 490. Pasto, martes
11 de octubre de 1932, s. n.
12 C. D. R. B. R. Pasto. Archivo periódico El Derecho, Interdiario, año V, No. 477. Pasto, miércoles
21 de septiembre de 1932.
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La conformación en la capital del “Batallón Colombia”, el cual es inte-


grado por un grupo de caballeros voluntarios pastusos entre los que se en-
contraban: Dr. Ricardo O’Byrne S., Dr. J. Rosero, Dr. Carlos César Puyana,
Tomás de la Espriella, Efraín España, Humberto Puyana, Carlos Alberto
O’Byrne de la Espriella. El nuevo cuerpo recibía diariamente instrucción
militar. El pabellón ricamente bordado y ofrecido por la señora Elvira de la
Espriella O’Byrne fue bendecido el 12 de octubre de 1932, contando como
madrinas a las señoras que componían la Cruz Roja de Nariño y padrinos a
todo el cuerpo médico de la ciudad. La jura de bandera del primer y único
cuerpo militar de origen civil, se cumplió formalmente en el parque de Nariño.
El “Batallón Colombia” quedaba “listo para defender la soberanía de la Pa-
tria ultrajada por el invasor peruano...”13 .
La sociedad civil respondió al llamado de las circunstancias apremiantes
para Colombia. Nunca antes, ni nunca después se ha registrado una presen-
cia nacionalista tan organizada y coherente en sus objetivos, estrategias y
resultados. Las medidas y formas adoptadas fueron múltiples y recursivas:
– Marchas de protesta (diurnas y nocturnas).
– Manifiestos patrióticos.
– Comunicaciones, telegramas y cartas de adhesión nacionalista.
– Activación de las “Juntas Patrióticas” creadas por el gobierno.
– Realización de festivales, bazares, colectas públicas, fin: F.D.N.
– Presentación de corridas de toros, fin: F.D.N.
– Exhortaciones patrióticas.
– Presentación de funciones de gala: cine, teatro, cuadros alegóricos,
recitales poéticos y musicales, fin: F.D.N.
– Participación en Mingas (OO.PP.) para la construcción o mejoramien-
to de carreteras y caminos de herradura.
– Entrega voluntaria de joyas, medallas, dinero o bienes en especial.

13 A. H. P. G-C (18)2-6, 1932, Caja 2, f. 10. El 25 de septiembre de 1932 se reunió un grupo de


caballeros pastusos, con el objeto de conformar el “Batallón Colombia” que quedó integrado
finalmente por cerca de 97 miembros. Aún en marzo de 1933, no eran llamados a prestar servicio.
Su aspiración seguía en pie: “ser soldados de la Patria, que se los envíe frente al pirata; que insulta
a Colombia, y que en el silbar de los proyectiles de sus armas, también rían de los cobardes” (El
Derecho, No. 560, p. 3).
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– Organización del “Batallón Colombia”, cuerpo militar de origen civil


en Pasto.
Desde la Cámara de Representantes, Jorge Eliécer Gaitán, hacía constar:
“Con patriótico orgullo la decisión generosa del pueblo que (la Cámara)
representa, que en el término de pocas horas suscribió con exceso el emprés-
tito por 10 millones de pesos, para atender a la soberanía de la nación. Esta
situación revela la fuerza y capacidad de la integración de los colombianos
como nación”14 .

Presencia de la Iglesia Católica


En octubre de 1932, de parte de la Prefectura, con sede en Ipiales (N) se
solicita al señor obispo, se dicte una circular por parte de los señores curas
del sur del departamento, para apoyar la construcción del camino: Puerres-
Alpichaque-San Diego, considerada como “Vía defensa frontera con Perú”15,
objetivo que se procederá a adelantar mediante “el sistema de mingas”, con-
tando con un buen número de peones de los pueblos de Potosí, Córdoba,
Puerres, Contadero, Gualmatán e Iles.
Desde Córdoba, se aprestaban a salir mil trabajadores para concluir la
carretera del Guáitara.
Por esos años, el Seminario Diocesano de Pasto tenía 25 internos. Las co-
lectas públicas con fines de construcción de templos o misiones eran muy fre-
cuentes. En Las Lajas, durante la adoración de La Cruz, del Viernes Santo, se
habían recogido: “2 pesos, 6 centavos más 5 centavos sencillos, sucres...”16 ,
con el fin de enviarlos de parte del señor obispo a “los santos lugares”.
Se presentan algunos casos de solicitud de permiso para realizar matrimo-
nios civiles, lo que aparece como una actitud escandalosa. En Guaitarilla el
párroco menciona que logró la confesión de más de cien personas; algunas
de ellas hacía diez años que no tenían el sacramento. Por otra parte, comenta
que en esa localidad han sido notorios los pobladores que viven “amanceba-
dos”; justifica: “estos no se casaban porque son pobres, porque no tienen con
qué pagar los derechos y así viven amancebados”17 .

14 A. D. C. Pasto. Caja 48, Leg. Correspondencia de 1932. Suscrita en Bogotá por Jorge Eliécer
Gaitán. Telegrama fechado el 22 de octubre de 1932. Copia.
15 Ibídem. Telegrama firmado en Ipiales, por Sixto Enríquez, el 25 de octubre de 1932, s. n.
16 A. D. C. Pasto. Caja 48, Leg. Correspondencia Oficial del Excmo. y Rvdo. prelado. Julio a
diciembre de 1932. La suscribe el padre Ángel María Chamorro, en marzo de 1932.
17 Ibídem. (s. f.).
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La circular del obispo de Pasto, ilustrísimo Hipólito Agudelo sobre el


recaudo personal por participación del clero nariñense, surtió buen efecto.
La defensa nacional se consideró a partir de entonces un “deber sagrado”
para con la Patria.
En algunos casos, el dinero se conmutó por joyas o bienes. Lo importante
era atender el llamado nacionalista, en nombre de la Iglesia:
– No tengo dinero por contribuir, como vivamente lo deseo, y como nos
lo insinúa la Curia Diocesana, a la defensa Nacional: dos joyas precio-
sas, recuerdos de mi padre y de mi madre en el día feliz de mi ordena-
ción sacerdotal, es lo único que poseo y con gusto me desprendo de
ellas para entregarlas en aras de la defensa de mi Padre y de mi Madre:
el suelo y la Nación colombianos.
Pbro. Juan Clímaco Ortiz
Capellanía Hospital San Pedro
Pasto, 27 sep. 1932.
A.D.P. Leg. C.18 1932

– Lo que debo enviar como cura de Nuestra Señora de Dolores, a saber,


50 pesos oro, enviaré por contados, y como no tengo dinero, envío mi
reloj de uso, cuyo valor es de 15 pesos oro.
Pbro. Félix María Cabrera, S. D. Filipense
Ipiales, 8 oct. 1932.
A.D.P. Leg. C. 1932

– Como sacerdote colombiano ofrezco incondicionalmente a mi Patria,


representada en mis superiores eclesiásticos, civiles y militares, mis
servicios personales (s. n.) y la pequeña ofrenda pecuniaria que esté a
mi alcance cada vez que nuestra madre Patria lo necesite.
Párroco Manuel Enrique Mosquera
Vicaría Foránea de N. S. de la Natividad
Puerres (N), sep. 30 de 1932
A. D. P. Leg. C. 1932

18 ARCHIVO DIOCESANO PASTO. Legajo Correspondencia.


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– Preparan un bazar, en el que he tomado parte activa, dando animales y


dinero, para la defensa de nuestra amada Patria.
Padre Manuel María Paz
Yacuanquer
A. D. P. Leg. C. 1932
– ...declaro que es mi voluntad deliberada ofrendar en las aras del altar
de la Patria, el sacrificio de mi vida si el caso llegare, en defensa del
honor y soberanía nacionales.
Padre Luis Rodríguez
Pasto, octubre 11 de 1932
A. D. P. Leg. C. 1932

– Mi escasez pecuniaria es notoria y hago sacrificio muy grande por


obedecer.
Padre J. Dorado
Sandoná
A. D. P. AEG. C. 1932

– Si no como capellán de un ejército, cuyo alto honor quizá no me sea


dado por mis escasos méritos, por lo menos como el último soldado de
mi patria, para cuyo empleo se me creó, como el valor por la hermana
bandera colombiana en el puerto mismo de Leticia, hoy por hoy vil-
mente pisoteada por el invasor peruano.
Párroco Julio M. Coral
Iles, octubre 18 de 1932
A. D. P. Leg. C. 1932

– Para el servicio de las tropas, un camión marca G. M. C. (General


Motor Compaña) de 2 y media toneladas que me costaron $ 3.000, lo
puedo dar por dos mil pesos.
Padre Leopoldo Ortiz
San José
A. D. P. Leg. C. 1932

– Ya que como buen patriota no puedo menos de ofrecer en aras


de la Patria no sólo todos los intereses pecuniarios sino hasta la
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última gota de mi sangre, que circula por mis venas de vigoroso


colombiano.
Padre Higinio Díaz
Vicario de Tabales, 10 de oct. de 1932
A. D. P. Leg. C. 1932
Bajo la visión de que el sacerdote “tiene que ir a la vanguardia de lo
cristiano y lo patriótico” como decía el padre Efraín Rosero, se hizo presente
la Iglesia en la hora aciaga de la nación.
La recesión económica afecta a los curas párrocos y curas sueltos, así
como a las comunidades religiosas. Los actos de caridad quedaban en regis-
tros e informes para la Diócesis.

Tabla 1. Relación de limosnas del padre Rodríguez (Día 31 de diciembre de 1932)

Destino Limosna
Para pobres $ 2,00
Por orden del señor vicario 1,00
Para un andarín 0,50
Para un pobre 0,10
Por orden del señor vicario 0,70
Para los pobres del sábado 2,00
Para un ciego 0,10
TOTAL $ 6,40
Fuente: Archivo Diocesano de Pasto, ibídem. Esta investigación.

Las religiosas, fuera de sus aportes económicos, ofrecen sus servicios


personales, como las Hijas de la Caridad del Hospital San Pedro de Pasto,
que dejan a disposición del obispo: “llevar al campo de batalla, con la bendi-
ción de nuestro buen Dios, los auxilios espirituales y corporales a nuestros
soldados defensores de la Patria...”19 .
Independiente de las obligaciones patrióticas, la Iglesia continúa ejercien-
do su papel de control moral. Se denuncian los nexos entre la embriaguez y
la violencia, con la existencia de guaraperías en los pueblos.

19 Ibídem, s. f. Firmada en Pasto, el 5 de octubre de 1932, por la supervisora Sor Josefina. Hija de
la Caridad, Ofrecimiento hecho a la Hna. visitadora y al propio presidente Olaya Herrera.
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...en Buesaco hay 5 guaraperías, centro de muerte, a cada paso hay heri-
dos, desórdenes y muchos pecados; nada puedo hacer por las almas con esta
corriente tan escandalosa...20 .
A finales del mes de octubre de 1932, se da la buena noticia oficial, sobre
el cubrimiento del empréstito patriótico y es por eso que las autoridades cívi-
cas gubernativas y eclesiásticas, deciden anunciarlo por lo alto a la comuni-
dad colombiana, por medio de: “las sirenas de las fábricas, por las campanas
de la iglesia, por bando... se unan los espíritus en el pensamiento de cumplir
sus deberes con la patria”21 . Son los años 30, tiempos del ruido...

20 A. D. C. Pasto. Leg. correspondencia de 1933, No. 11, de Chiles, 26 de enero de 1933. Remite
padre Ángel Delgado.
21 A. D. P. C. 1932. La suscribe el Dr. Carlos César Puyana en Pasto, el 21 de octubre de 1932.

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