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MARCH, RAFAEL

Claves para la intervención con menores acogidos en recursos residenciales, que


presentan conductas problemáticas
Intervención Psicosocial, vol. 16, núm. 2, 2007, pp. 213-227
Colegio Oficial de Psicólogos
España

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Intervención Psicosocial
ISSN (Versión impresa): 1132-0559
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Colegio Oficial de Psicólogos
España

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Intervención Psicosocial, 2007, Vol. 16 N.° 2 Págs. 213-227. ISSN: 1132-0559

ESPACIO ABIERTO

Claves para la intervención con menores acogidos en


recursos residenciales, que presentan conductas
problemáticas
Keys for intervention in residential care centers
with minors presenting problematic behaviors

RAFAEL MARCH1
Fecha de Recepción: 15-02-2006 Fecha de Aceptación: 07-06-2007

RESUMEN
Este artículo presenta a modo de reflexión, algunas claves útiles para intervenir sobre
los problemas de conducta que padecen algunos de los niños acogidos en los Centros de
protección a la Infancia. Así, se comienza acotando los conceptos de “trastorno de conduc-
ta” y “conducta problemática” para posteriormente realizar un análisis de los elementos
que interactúan en el hogar, y llegar a plantear los tres niveles que comporta la interven-
ción sobre este tipo de conductas: La prevención, el abordaje de las crisis y los programas
especializados. El primero de ellos, núcleo de este trabajo, se basa en el establecimiento
de un encuadre relacional y normativo, flexible, dinámico y consensuado para todo el per-
sonal del centro.

PALABRAS CLAVE
Trastorno de conducta, Problema de conducta, Acogimiento Residencial, Prevención.

ABSTRACT
This article presents in a reflexive way, some useful keys to intervene on behavior pro-
blems showed by some of the children in residential care centers. In the first part, the con-
cepts of “behavior disorder” and “behavior problem” are defined, and later on the author
performs an analysis of the elements that interact within the “dynamic” of the centers,

* Servicio de Protección a la Infancia de la Gerencia de Servicios Sociales. Junta de Castilla y León.

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Claves para la intervención con menores acogidos en recursos residenciales, que presentan conductas problemáticas

and establishes the three levels which complete the intervention on these kind of miscon-
duct: prevention, crisis approach and specialized programs. The first of these levels, deve-
loped in this article, is based on the establishment of a relational and normative setting,
which must be flexible, dynamic, and has to be agreed by the whole of the center working
staff.

KEY WORDS
Behavior disorder, Behavior problem, Residential care, Prevention.

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Rafael March

1. INTRODUCCIÓN cretas, con lo que al final es la entidad


competente la que lleva la mayor parte
En los últimos años una pequeña, del peso de la intervención con casos,
pero significativa parte de la población que en rigor, ni siquiera entrarían dentro
de los Centros de Protección a la Infan- de sus competencias.
cia, viene poniendo a prueba el sistema
cada vez con mayor contundencia. Algu- Un ejemplo de ello es el gran número
nos sucesos que por su gravedad saltan de niños que manifiestan problemas gra-
a los titulares de prensa no son más que ves de comportamiento en educación pri-
la punta del iceberg de una problemática maria y a comienzos de la secundaria,
que empieza a resultar preocupante, no muchos de los cuáles alcanzarán la ado-
solo por el aumento cuantitativo de los lescencia sin haber encontrado una res-
casos, sino también por su repercusión puesta adecuada a su problemática
en la dinámica de los Centros. Aunque desde ningún servicio pasando cuando la
los motivos distan mucho de estar cla- alarma social llegue a ser insostenible a
ros, un somero análisis de la situación algún dispositivo que, muchas veces no
pone en evidencia como el problema se es otro que un centro de protección a la
sustenta en la interacción de diferentes infancia. Otro tanto puede decirse res-
elementos. pecto de la escolarización de estos alum-
nos. Así, el hecho de que los Equipos
Así, percibimos como la sociedad se Especializados solo intervengan a
encuentra atravesando una profunda demanda de los propios tutores, entraña
crisis en los valores tradicionales, y un que el que se lleve a cabo una adecuada
cuestionamiento de modelos (educativos, intervención temprana dependerá, casi
familiares, éticos...) que hasta algunos en exclusiva de que el maestro sea capaz
años eran válidos y funcionales. En este de detectar la problemática en el niño y
caldo de cultivo, germinan cada vez con reconocer la necesidad de ayuda, lo cual
mayor fuerza, comportamientos asocia- no siempre es fácil.
les protagonizados, por jóvenes que a
veces llegan a resultar asombrosos por lo Desde de la Sanidad pública, los pro-
que a su falta de lógica y gratuidad se fesionales de Salud Mental adolecen de
refiere. Así por ejemplo, el maltrato “sis- falta de medios para tratar con eficacia a
temático” (no incidental) entre iguales en unos niños y adolescentes que, en senti-
los centros escolares (Bullyng) ha crecido do estricto, no padecen “enfermedad
en la última década hasta alcanzar cifras mental”, limitándose a proveerles de
que se sitúan entre el 5 y el 29 % del intervenciones ambulatorias esporádicas
alumnado, existiendo una tendencia al y a la administración de fármacos “socia-
alza (Avilés 2002). lizadores” que, si bien funcionan a corto
plazo, distan mucho de resolver el pro-
Desde el campo de la protección a la blema de fondo.
infancia observamos varios hechos que,
si bien no son suficientes para explicar Por su parte, el Sistema Judicial
el problema, sí podrán arrojar un poco asume con resignación el hecho de que
de luz sobre el mismo. Por un lado, el robos, agresiones y otras faltas cometi-
deber de proteger a la infancia que según das por adolescentes y jóvenes en con-
la Ley 1/96 de Protección Jurídica del flicto social queden privados de la ade-
Menor deberían compartir todos los cuada respuesta institucional, a tenor de
“poderes públicos”, no siempre llega a la naturaleza de “menor” del agresor y de
verse materializado en actuaciones con- nuevo se acude a la entidad competente

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para que “tome las medidas necesarias” los Centros como recursos a los que se
a fin de que el chico normalice su con- derivan aquellos casos que no pueden
ducta. Así, la falta de respuesta educati- optar a alternativas más normalizadas,
va y de consecuencias reales a sus con- terminaremos de entender las razones
ductas problemáticas, facilitará en estos del porque la actual problemática de los
adolescentes no solo una progresiva centros
asunción de su rol de inadaptados socia-
les, sino también un sentimiento de total
impunidad y falta de límites, que les 2. EXPOSICIÓN DEL TEMA:
conducirá cada vez a una situación de
mayor anomía y desestructuración per- 2.1. Lo que sabemos acerca
sonal. del trastorno de conducta
Llegado el momento en que alcancen Los niños y adolescentes que se
una cierta edad, y sus “travesuras” encuentran acogimiento residencial, al
pasen de ser molestas a resultar peli- igual que otros que conviven con sus
grosas, la presión social emplazará al familias, presentan en ocasiones conduc-
Sistema de Protección a hacerse cargo tas más o menos conflictivas, sin que por
de los mismos, arguyéndose en este ello tengamos que considerar la existen-
sentido que si bien no existe desprotec- cia de trastorno alguno. El problema
ción, si puede considerarse que los surge cuando esta situación de conflicto
menores se ponen en riesgo a sí mismos pasa a convertirse en crónica, rebasando
con sus conductas, por lo que resulta entonces la capacidad de adaptación del
necesaria la intervención de la entidad sistema familiar o, en nuestro caso, resi-
pública. dencial.
Todo lo anterior no obvia el que, en Al hablar de Trastorno de Conducta
otros casos, el trastorno de comporta- estamos haciendo referencia a:
miento sea secundario a una situación
de riesgo o desamparo, provocada por • Niños que han tenido dificultades
las conductas de los cuidadores princi- serias de adaptación al nuevo entor-
pales. Cuando esto ocurre, los proble- no: En su hogar no manifestaban
mas se agravan en función del tipo de problemas porque los límites no
maltrato padecido no siendo extraño que existían. Con motivo de la separa-
a estos síntomas, se añadan otros nue- ción se evidencian estos al tiempo
vos derivados de la propia situación de que la misma experiencia de separa-
separación (Steinhauer, 1991, López, F. ción los acentúa.
1995, Gil y Cavanagh, 1993) que tam-
bién se manifestarán como problemas de • Niños y adolescentes con conductas
conducta. subclínicas.: No alcanzan la catego-
ría de trastorno, ni cumplen los cri-
En definitiva: La sociedad actual terios diagnósticos, pese a que pre-
genera en la población juvenil una alta sentan un temperamento difícil.
prevalencia de personalidades inadapta-
das que terminarán, la mayor parte de • Adolescentes con Trastorno negati-
las veces, como “casos difíciles” dentro vista desafiante y/o disocial. (APA,
del Sistema de Protección a la Infancia. 2002). Muchos de ellos provienen de
Si a todo ello añadimos el que actual- un TDAH no tratado y, a la postre,
mente, y en buena lógica se considera a complicado.

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• Niños con trastornos psiquiátricos gra- investigaciones estando, en la actuali-


ves: (T. Límites de personalidad, dad, asumidas por la comunidad científi-
Esquizoafectivos, afectivos, paranoi- ca las siguientes premisas:
des...) en los que el trastorno de con-
ducta aparece como asociado o a) Existe un componente biológico y
enmascarando el trastorno principal.. hereditario, que se traduce en un
determinado temperamento (Loe-
Antes de entrar en el perfil del adoles- ber, 1990), una influencia neurofi-
cente problemático, cabe aclarar lo que siológica (Eysenck 1976, Quay,
entendemos por conducta problemática. 1987a, 1987b, Gray, 1982) e inclu-
Denominamos Conducta Problemática so en el plano neurobíoquimico,
(en adelante CP) a aquellas acciones que, con baja actividad serotoninérgica
realizadas por el sujeto, confrontan gra- (Stoff y col, 1987, Birmaer, 1990,
vemente con el encuadre normativo y de Brown y Van Praag, 1991).
convivencia previsto. Estas CP tienen las
siguientes características (basado en b) Por otra parte resulta innegable la
Canal Bedia y Martín Cilleros, 2001.): influencia del ambiente: Los estilos
educativos inconsistentes y permisi-
a) Son eficaces, para el que las lleva a vos o muy autoritarios (Patterson,
cabo, a corto plazo. 1982 , Patterson, Debaryshe y Ram-
sey, 1980), cuyos efectos se que
b) Perjudican a medio y largo plazo, agravan con el estrés (Cerezo, 1997),
generando rechazo en los iguales y así como el maltrato, el abandono, el
educadores y terminando por ais- abuso sexual o la exposición a
larle del grupo. modelos nocivos y desmoralizantes
(Farrington, 1978) tienen todos ellos
c) Exigen del sistema un sobreesfuer- efectos constatables sobre los tras-
zo y generan estrés en el técnico. tornos de comportamiento.
d) Requieren una respuesta inmediata, Tenemos por lo tanto un modelo expli-
cativo de influencia reciproca entre los fac-
Queda claro por tanto que las CP se tores biológicos y contextuales, en el que
utilizan porque son útiles para el sujeto, las influencias del ambiente modulan las
sin embargo todavía quedan en el aire tendencias y condicionan los procesos del
algunas preguntas: ¿Porqué unos chicos desarrollo, en base a “periodos de sensibili-
las utilizan y otros no? ¿Cómo se desen- dad neurológica”. (Carlson y col, 1988)1.
cadenan las conductas problemáticas?
¿Por qué son tan resistentes al cambio?
¿Hay algún tratamiento eficaz para este 2.1.2. Fines y coadyuvantes de la
tipo de menores? conducta problema:
Una vez desencadenada la CP ¿porqué
2.1.1. Etiología: se mantiene?. Los distintos autores dan
una respuesta unánime a esta cuestión:
El debate acerca del origen biológico o las CP se mantienen, porque sirven a sus
ambiental, de los trastornos de conduc- propios fines. Taylor et al, consideran que
ta, parece superado a raíz de las últimas la conducta problema se perpetúa en el
1 Citado en Jiménez Díaz, L., Sánchez Cabeza, A., y González López, A. (1994).

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tiempo por que es eficaz para obtener estudiado, los expertos realizan reco-
beneficios inmediatos a corto o medio mendaciones que deben orientar la prác-
plazo. Así, señalan cuatro finalidades tica. Así Redl, Wineman y Weiman (1952)
(Taylor y Carr, 1992, Bayley y Piles, 1989): destacan como criterios que:
Búsqueda de atención, escapar a una
tarea, búsqueda de un bien material o — El diseño físico del ambiente, no
una actividad reforzante y descarga emo- muy distinto del familiar pero razo-
cional o física (refuerzo sensorial). Asimis- nablemente estable, limpio y orde-
mo, con cada “cesión” del cuidador, la CP nado y con posibilidad de llevar a
se refuerza y se agrava, especialmente en cabo actividades variadas.
la fase en el que este, cansado de batallar
en constantes conflictos, comienza a — Las rutinas, que aportan seguridad
adoptar conductas erráticas e indiscrimi- y sentimientos de pertenencia.
nadas (Wahler, Williams y Cerezo, 1980).
— Se lleven a cabo actividades satis-
Al tiempo, parece existir en estos factorias.
menores un cierto desajuste perceptivo,
quienes tienden a verse a si mismos injus- — Se aporte proteja al menor de las
tamente perseguidos y reaccionan contra agresiones del grupo de pares, de
el ambiente: Al interpretar entornos ambi- sus propias perdidas de control, de
guos como “hostiles”, se defienden “ata- interferencias externas y de las
cando” (Dodge, 1985) y al verse rechaza- situaciones extremas.
dos por ello, confirman las expectativas
del entorno (“Negociación de expectati- — Se promueva el afecto y la gratifi-
vas”. Mead G.-H., 1934) asumiendo que cación.
los demás les “excluyen”. Por último, en
los casos más graves, los sujetos llevan a — Se otorgue cierta libertad para el
cabo un proceso de etiquetado secunda- manejo de los conflictos emociona-
rio, asumiendo cada vez su rol de “desvia- les, la regresión y el escape, como
do” en mayor medida en forma de “Profe- partes inevitables del proceso de
cía autocumplida” (Lemert E.,1976; cambio.
Rosenthal R. y Jacobson, L.F. 1980).
— Se preserve la seguridad emocional
Para terminar el apartado nos remiti- del grupo.
mos a Buela Casal y Kazdin (1994), quie-
nes plantean un modelo de “Enfermedad Por su parte, Fdez. del Valle y Fuertes
Crónica” alegando como “Podría ser (2000, 236-244), concluyen que las inter-
valioso heurísticamente el hecho de con- venciones exitosas con estos chicos pasan
siderar los trastornos de conducta (...) por tener en cuenta una serie de princi-
como una condición crónica que requiere pios que a continuación resumimos:
la intervención y la evaluación durante
todo el curso de la vida” (p.167). a) Son preferibles los enfoques cen-
trados en el apoyo.
2.2. Intervenir sobre los problemas de b) Este apoyo debe partir de una
comportamiento de los niños en el alianza entre el niño y el adulto.
marco residencial
c) Centrarse en las conductas positi-
Aunque no es un campo demasiado vas y reforzarlas, utilizando con

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habilidad los periodos de “calma” cabo todo eso en nuestro Centro?. Una
para implicar al sujeto en progra- primera cuestión que tenemos que
mas de mejora conductual. resolver es, si tenemos o no elementos
que nos permitan llevar a cabo nuestra
d) El niño debe conocer exactamente función educativa en los parámetros
cuáles son los límites. antes mencionados. Un análisis acerca
de los diversos subsistemas que existen
e) Las consecuencias, naturales y en hogares y residencias, así como sus
lógicas, deberán ser generales y al pautas de interacción, nos orientará
tiempo flexibles en función de los acerca de que elementos debemos
intereses de cada chico Las res- movilizar y sistematizar para poder lle-
puestas, por su parte, deben poder var a cabo una intervención contextua-
darse de forma inmediata. lizada.
f) Para lo anterior (d y e), debe existir
una perfecta coordinación un 2.2.1. Elementos y Microsistemas:
marco de referencia común, sin
fisuras. Aunque algunos autores consideran
que el centro de protección, al igual que
g) Usar al grupo como instrumento la escuela o la familia, pudiera conside-
para trabajar el incumplimiento de rarse como un microsistema (Cifuentes
normas: analizar los hechos y bus- Martín C; 2002), nosotros preferimos
car alternativas. pensar que en realidad se trata de un
mesosistema, que incluye a su vez
h) Presentar un firme autocontrol. varios microsistemas diferenciados,
cada uno de estos formado por elemen-
i) Trabajar desde una perspectiva pre- tos relevantes. El grupo, que puede
ventiva: Optimizar la comunicación atemperar o disparar las conductas pro-
con los niños, anticipando los estí- blemáticas individuales, pudiendo ser
mulos que pueden ser desencade- utilizado por los educadores como un
nantes para evitar dichas situacio- instrumento de cambio y dentro de este,
nes. cada niño, con sus características, tem-
peramento, historia, repertorio básico
j) Que los profesionales estén prepa- de conductas, capacidad de adaptación
rados para intervenir en crisis, y vinculación; serán todas variables a
incluyendo utilizar el control físico tener en cuenta a la hora de la interven-
si fuera necesario. ción.
k) Que sean capaces de vincularse El Equipo de Atención Directa, con
con el menor en una alianza positi- su propio proceso de maduración y su
va y “reparatoria”. dinámica de funcionamiento. Dentro del
mismo, el educador, con sus motivacio-
En las Ciencias Sociales en general y nes, valores, habilidades, profesionalidad
en Educación Social en particular, ocu- y capacidad de vincularse y de trabajar
rre que a veces que es más sencillo en grupo. Es conveniente que cada Edu-
entender la teoría que aplicarla. Así, la cador sea responsable de un numero
primera pregunta que se nos ocurre en reducido de niños, a los que se vincula
relación con las orientaciones de los afectivamente, bajo las directrices del
expertos es ¿cómo podríamos llevar a Equipo.

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Por último y sobre todo en centros 2.2.2. Mesosistema


grandes, el personal de servicios, tiene
una influencia en el encuadre y, como En terminología de Brofenbrenner
consecuencia, en el resultado de la inter- (1989), se entiende por mesosistema
vención. Será por tanto necesario aquellas relaciones que establecen entre
incluirlo en el Proyecto Educativo y for- si los microsistemas. Dependiendo de
marles en habilidades básicas de rela- cómo sean estas, puede hablarse por lo
ción. tanto de un mesosistema funcional o
disfuncional:

Microsistemna Síntomas de relación Síntomas de relación


y elementos funcional disfuncional

Chico/Educador Existe una alianza positiva que Existe una lucha por el poder. El
enrique la relación. El niño pide niño y el Educador no se aceptan. No
ayuda, y el Educador conoce al niño existe vínculo y sí una mútua
y le acepta de manera incondicional. “desconfirmación” del otro. El
El encuadre funciona encuadre es que no existe tal o bien
es disfuncional.

Chico/Grupo de pares Se diseñan ámbitos de relación que No existe conciencia de grupo. Se


impulsan a los pqueños grupos a aprovecha el anonimato para llevar a
actuar como soprte afectivo y cabo actuaciones de abuso entre
material del que el niño se vale para iguales (Bullying) y conductas
conseguir una progresiva autonomía. disruptivas contra el marco
institucional.

Educador/Grupo de chicos El grupo respalda la acción de los Los conflictos son vividos como
educadores considrando el Centro eventos que rompen la monotonía. El
como propio y participando en la Centro se vive como algo ajeno e
gestión del mismo. En caso de impuesto. Cada niño vive su vida sin
conflicto toma postura y reubica, en implicarse. Existen grupos de presión
lo posible, al agresor en el marco y el código de Silencio constituye un
institucional. “submarco informal” dentro del
marco fomal del Centro.

Educador/Equipo de Atención Existe un sentimiento de Equipo, que Existen funciones enfrentadas. Los
Directa implica una satisfacción interna y miembros del Equipo no se ven
una proyección externa (rendimiento, “arropados”. Alta insatisfacción
coordinación). El marco de trabajo y laboral y baja coordinación: el marco
la cultura institucional son claros y institucional cambia según el
comprensibles. Educador que esté, no siendo claro ni
comprensible.

Equipo de Atención Directa/Personal Se cuenta con la colaboración (a su No se implica al personal de servicios


de Servicios nivel) del personal de servicios, quien quien no comprende los motivos de
considera el Proyecto Educativo como los Educadores, actuando de forma
algo propio y los objetivos de trabajo descoordinada e incluso a veces en
comunes. clara oposición, llevando a cabo
coaliciones con los menores.

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2.2.3. Exosistemas: del contexto que lo haga compren-


sible. Así, a través de la dualidad
Básicamente constituyen todos aque- estimulación-rutinas (Hender-
llos con los que el Centro se relaciona, y son, R.W. 1981), se enmarca la
que afectan a la vida del mismo: Equipos vida cotidiana en el centro,
técnicos de Protección a la Infancia, dotándola de significación.
Familias de los menores acogidos, otras (Makarenko 1967, Franch J y
instituciones comunitarias y profesiona- Martinell A., 1985, March 2005).
les, (escuela, centro de salud, servicios
sociales de base) etc. • Una serie de intervenciones,
específicamente diseñadas para
Vistos los elementos con los que con- fortalecer su autonomía y su
tamos ¿se pueden utilizar para dar res- capacidad de bienestar social y
puesta a las CP de los menores? personal (Fuertes J. y Fdez del
Valle, J.1996; Fdez del Valle y
Fuertes, J., 2000, López y cols,
2.3. La Atención Residencial 2004).
Llegado este punto, la cuestión es elu- b) Un Plan Individual de Intervención
cidar de que manera pueden combinarse (PII), que no es sino la selección y
los elementos mencionados para, a tra- posterior aplicación del Programa
vés de su relación funcional, llegar a ser de Atención Residencial, sobre
eficaces en nuestra intervención. Enten- cada uno de los menores en fun-
demos que, aunque los diversos Centros ción de sus necesidades y capaci-
utilizan modelos distintos, el abordaje dades.
socioeducativo en un dispositivo residen-
cial de protección a la infancia, se basa El “encuadre” aporta la estabilidad
en cuatro ejes principales (March, 2004) necesaria para que los “programas de
de carácter inclusivo, siendo el primero intervención” funcionen adecuadamente,
de ellos el marco jurídico, filosófico y habiendo previsto para ello sus propios
de principios, que se traduce en las mecanismos autocorrectores. Cuando el
leyes, reglamentos, el segundo la plas- primero se rompe, entran en funciona-
mación de estos principios en los miento una serie de mecanismos que
documentos rectores del centro (P. reencuadran la acción educativa restable-
Educativo y Reglamento de Régimen ciendo el marco normativo y relacional.
Interno) y consistiendo los otros dos en: Sin embargo, puede ocurrir que, a conse-
cuencia de algunos elementos del sistema,
a) Un programa de Atención Residen- el marco se vea abocado a romperse y
cial General, que se desenvuelve en recomponerse reiteradamente. Si esto ocu-
dos ámbitos diferenciados: rre, los mecanismos correctores del
encuadre se vuelven inútiles y el marco,
• Un encuadre normativo (basa- inicialmente “comprensible y estructuran-
do en las directrices del Regla- te” se transforma en un contexto anómico
mento de Funcionamiento Inter- que vuelve el sistema inestable, la vida
no) y relacional, que se traduce cotidiana del centro se tambalea y se hace
tanto en la vinculación afectiva disfuncional, los educadores actúan desde
de los menores tanto con el Edu- formas degradadas de autoridad y surgen
cador de Referencia como con los líderes informales procedentes del grupo
iguales, como por una regulación de menores, para intentar hacerse con el

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Claves para la intervención con menores acogidos en recursos residenciales, que presentan conductas problemáticas

poder por la fuerza, entrando el centro en será el facilitar que cada menor, llegue a
crisis. fraguar un compromiso afectivo con (por
lo menos una) personas cercanas. Ello se
En estos casos, se hace necesario lleva a cabo de diversas formas: distribu-
movilizar nuevos mecanismos e interven- yendo de los chicos en grupos pequeños,
ciones específicas, que permitan recupe- favoreciendo intercambios afectivos posi-
rar la estabilidad. La respuesta que no- tivos, vigilando e impidiendo el maltrato
sotros proponemos, viene dada de la entre iguales, dedicando a cada menor el
ordenación de los elementos del Subsis- tiempo y la atención necesaria para que
tema en tres pasos, el primero de los no precise acaparar la atención del edu-
cuales ocupará el resto de este artículo, cador a través de otros medios y traba-
quedando los dos restantes pendientes jando la vinculación, a través de la figura
para la segunda parte del mismo. del Educador de Referencia.
a) Prevenir mediante el encuadre rela- Si la alianza positiva, basada en la
cional y normativo: establecer un aceptación incondicional del niño por su
encuadre de calidad, que prevenga educador, da el punto de seguridad afec-
la aparición de CP. tiva necesaria y provee al niño de un vín-
culo seguro y reparador (Cirulnik, 2002),
b) Poder hacer frente a las crisis en el el apoyo del grupo de pares, dentro y
momento en las que estas se produ- fuera del centro, permitirá a aquel des-
cen: disponer de un protocolo de centrarse y trascender en la conquista de
crisis que permita intervenir forma su autonomía. A su vez la mejora de la
inmediata. relación con la familia de origen sigue
siendo una de las finalidades del siste-
c) Intervenir de forma específica sobre ma. En definitiva, habrá que diseñar
las causas que provocan la conduc- situaciones de vida cotidiana que pro-
ta problemática: intervenir, a medio muevan la aceptación mutua entre los
plazo y desde el propio Centro, menores, de estos con el educador y con
sobre los factores que provocan la su familia de origen, devolviendo al niño
CP, y contar con un segundo esca- el sentimiento de ser alguien valioso. Las
lón de intervención especializada, tertulias, las visitas de compañeros de
para el caso de que el problema no colegio, el que los chicos se impliquen en
se pueda resolver desde dentro del actividades del hogar (domésticas, de
propio sistema. juego ...), crear un ambiente tranquilo y
de seguridad a la hora de acostarse,
mediar en los conflictos interpersonales,
2.4. Prevenir mediante un encuadre felicitarles por la realización de pequeñas
relacional y normativo responsabilidades, etc.; son todos ele-
mentos valiosos en este marco
Para que el encuadre permita prevenir
situaciones de conflicto debe reunir una
serie de características: 2.4.2. Facilitar el establecimiento
de unos límites claros:
2.4.1. Aportar seguridad a través de la El encuadre afectivo debe complemen-
relación: tarse con otro de carácter normativo,
comprensible, flexible y razonado, que fije
Uno de los objetivos de los centros los límites de la vida en el centro y

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devuelva la responsabilidad al adolescen- tar posturas extremas y siendo permea-


te de sus propias acciones. Ello implica ble a las propuestas que los chicos pue-
partir de la consideración de que tanto dan realizar. Ello implica tomarse el
en el Centro como fuera de él, existen tiempo necesario para responder y deci-
una serie de normas que deben respetar- dir, ser flexible en cuanto a las diferen-
se porque son necesarias para la convi- cias individuales y de edad, ser claro y
vencia, que su cumplimiento será exigi- coherente en cuanto a la aplicación de
ble de forma coordinada y sin fisuras, las normas y mantenerse firme en cuan-
que se espera que cada menor se com- to a las decisiones que hayan sido adop-
porte de acuerdo con su edad,; y que, tadas: Una norma que no puede hacerse
por que se le aprecia, no se va a permitir cumplir es una norma inútil.
que se haga daño a sí mismo o que se lo
haga a los demás. Este marco, basado en
la normativa de protección a la infancia 2.4.3. Funcionar como un equipo firme y
(eje I) y orientado desde el Proyecto Edu- sin fisuras
cativo de Centro y el Reglamento de fun-
cionamiento interno (eje II), deberá ser Que pueda establecerse un marco
asumido por todos los trabajadores del comprensible en un entorno complejo
Centro. como es el Centro de Protección, requiere
contar con estructuras de coordinación
Dado que el Reglamento de funciona- externas e internas que posibiliten el
miento Interno (RFI) enmarca actuacio- establecimiento de una buena comunica-
nes pero no desciende a las intervencio- ción horizontal e interna entre los micro-
nes concretas, será necesario operativi- sistemas, y externa con los elementos
zarlo, en otros instrumentos más funcio- ajenos al centro. La estructura organiza-
nales y de aplicación, que faciliten poder tiva de los centros debería tender por
prever situaciones y actuar de manera tanto a ser lo más normalizada posible,
consensuada. El empleo de herramientas de tal modo que se simplificara la tarea
de diseño de situaciones como el ISCRA educativa al máximo. Ello implica el que,
(March, 2004, 2005), u otros de carácter en las Residencias, existan pequeños
similar, facilitará la confección de hogares o unidades, cada uno con de
manuales de procedimientos, protocolos ellos con un Equipo de Atención Directa
de actuación, organización de tareas, diferenciado, en el que se encuentran
árboles de decisión, etc; para los educa- ubicados los Educadores “de referencia”
dores. A su vez estos manuales de pro- de los niños.
cedimientos se traducirán de cara a los
chicos en documentos informativos (car- A su vez, la pretensión de que el
teles, decálogos de normas...) que ase- encuadre se asuma por todo el equipo de
gurarán que, en todo momento, los forma unánime, obliga a diseñar una
niños sepan lo que se espera de ellos, y dinámica de trabajo y comunicación des-
lo que a su vez pueden esperar del centralizada, en la que el líder (Director)
entorno. ejercerá un rol de apoyo y coordinación,
debiendo cuidar que la información cir-
En cuanto que el agente regulador del cule en todas direcciones. Ello implica la
encuadre normativo, que no es otro que existencia de equipos de trabajo horizon-
el educador, será importante que este tales, (y por lo tanto la inexistencia de
conozca cómo ha de “transmitir” los técnicos de “primera” y ”segunda”), fun-
mensajes, procurando hacerlo de una cionales y escasamente jerarquizados,
forma objetiva y aséptica, evitando adop- regulados por una red de estructuras de

Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 2 223


Claves para la intervención con menores acogidos en recursos residenciales, que presentan conductas problemáticas

coordinación. A su vez, en estos equipos, te señalar que para su adecuada utiliza-


será necesario plantearse el propio “pro- ción, existen una serie de condiciones:
ceso” del grupo, tanto como la “misión,
empleando la supervisión externa profe- En primer lugar hay que partir de una
sional, en aras a combatir el bourn-out y base realista: El perfil de los usuarios de
a aumentar la identidad grupal, el bien- los Centros hoy por hoy hace difícil,
estar personal y por ende, la satisfacción incluso en hogares de mayores, que las
profesional de los educadores. decisiones importantes puedan quedar
en manos de los chicos. Ello supone el
Para asegurar la coordinación trasins- que los órganos de representación no
titucional, especialmente en lo que se tengan naturaleza decisoria (más que si
refiere a la adecuación del PII al proceso cabe en algunas ocasiones y respecto de
de toma de decisiones sobre el caso, e temas puntuales) sino de análisis y de
inspirada en los modelos de Proyecto elaboración de propuestas, que deberán
Único de Intervención, (Melendro, 1999), ser valoradas y tenidas en cuenta, pero
es imprescindible la existencia de una sin llegar a ser vinculantes.
Comisión Interdisciplinar no necesaria-
mente formal, pero si que aglutine a En segundo lugar que la admisión o
todos los profesionales que trabajan no de las propuestas de cambio, deberá
sobre un mismo caso, en relación con el llevar como lógica contrapartida unos
ámbito residencial. El Técnico Coordina- determinados compromisos por parte del
dor del Equipo de Protección a la Infan- colectivo de chicos que hubieran realiza-
cia, conjuntamente con el Educador de do la propuesta. Así, los acuerdos a los
referencia, serán las figuras principales que se llegue, podrían recogerse por
sobre las que pivotará la intervención escrito, quedando claros los compromi-
con un menor concreto en lo que a este sos de las dos partes. En tercer lugar,
ámbito se refiere, pudiendo acudir tam- que en Centros específicamente dedica-
bién a las reuniones de la comisión el dos a menores con perfiles muy conflicti-
Director del Centro, otros profesionales vos, no suele resultar aconsejable su uti-
que conozcan y colaboran con el centro, lización debido al riesgo que entraña el
los familiares cuando se considere con- que, al final, se convierta la “asamblea”
veniente y, lógicamente, el propio menor. en un campo de batalla.

2.4.4. Un marco flexible y dinámico 2.4.5. Resultar predecible


Otra de las cuestiones a tener en Por último, y para terminar este apar-
cuenta en relación con el encuadre, es tado relativo a la prevención, una de las
que no solamente debe ser accesible a funciones básicas del encuadre, será la
los niños, sino que además estos deben de que permita predecir consecuencias,
tener la posibilidad de proponer cam- ante la realización de CP. Así, si se
bios. Sin entrar en los beneficios que tal requieren unos límites que aseguren el
metodología depara (a este objeto pueden bienestar individual y la convivencia del
consultarse los autores clásicos como grupo, no es menos cierto que los
Makarenko, A.S., 1967, Neill A.S. 1971, incumplimientos de las normas deben
o los trabajos más recientes de Fernan- llevar indefectiblemente aparejada, una
dez I. 1998; Noto, F.; 1997, Watkins y serie de consecuencias, las cuales debe-
Warner, 1991; Luengo Horcajo F. y More- rán cumplir una serie de condiciones
no Olmedilla J.M., 2003), sí es proceden- para ser eficaces:

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Rafael March

a) Que no atenten en ningún caso con- nes, las cuáles además de poner el
tra los derechos básicos de los acento en la “falta” en lugar de en la
niños: Este punto debe estar muy “necesidad”, exigen de un procedi-
claro al objeto de no pecar por miento sancionador que dilata la
exceso ni por defecto. La bofetada aplicación de consecuencias,
pedagógica es inadmisible, lo haciéndolas ineficaces.
mismo que constituye un “mal uso”
de la teoría, entender, por ejemplo, g) Ser reparatorias: En la medida en
que si un adolescente regresa al que sea posible las “consecuencias”
centro a las 12 de la noche y el deben ser útiles y productivas tanto
comedor ha cerrado, será necesario al niño que presentó la conducta
abrirlo para que no se quede sin como al agraviado (si lo hay) y al
cenar, ya que de lo contrario estarí- resto de la colectividad, e inducir a
an siendo vulnerados sus derechos. la reflexión (disciplina inductiva)
b) Ser lógicas: Relacionadas o deriva- h) No ser exclusivamente conductua-
das directamente de la conducta les: Será necesario reflexionar
problemática en cuestión, no arbi- junto con el niño o adolescente
trarias. Continuando con el ejem- acerca de cuales han sido los efec-
plo anterior, no tendría mucho sen- tos de la conducta, buscando otras
tido el que como consecuencia al vías más socializadas de alcanzar
mal comportamiento de un menor, el mismo fin.
este fuera castigado sin cenar.
Otra cuestión importante será la de
c) Ser naturales: la consecuencia lógi- extremar el consenso respecto de las
ca viene por sí misma, sin interven- consecuencias a administrar, en tanto
ción alguna del educador: Si un puede darse el caso de incompatibilidad
chico rompe el televisor en un acceso de objetivos, dentro del mismo PII (por
de furia, “naturalmente” se quedará ejemplo ir a hacer deporte con el chandall
sin ver su programa favorito. sucio, si no lo ha querido echar a lavar
pueda llegar a entrar en conflicto con el
d) Estar consensuadas: De tal forma objetivo de mejorar la imagen del niño
que, en la medida de lo posible, las fuera del centro) o entre este y el Plan de
respuestas obedezcan a un diseño Caso (castigarle sin Fin de Semana cuan-
o protocolo previo (aunque general) do se está trabajando el retorno a la fami-
y no a criterios personales tomados lia). Los modelos de Proyecto Único y/o
sobre la marcha y producto de la el trabajo en la Comisión Interdisciplinar
improvisación. servirá para alcanzar posturas de con-
senso a este respecto.
e) Aplicarse de forma individualizada:
Partiendo de que cada menor es De lo visto se deduce como disponer de
distinto, las exigencias, recompen- un buen encuadre, afectivo y normativo,
sas y correcciones deberán ser tam- comprensible para los niños, consensua-
bién diferenciales. do entre los profesionales, flexible y diná-
mico en cuanto a las diversas circunstan-
f) Aparecer de manera inmediata: cias que puedan acontecer en el centro y
Contiguas y contingentes o predeci- asentado en consecuencias predecibles,
bles a la realización de la conducta. lógicas y naturales, será la principal herra-
Ello cuestiona el empleo de sancio- mienta, a la hora de prevenir las CP.

Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 2 225


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