Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Por ejemplo, mucha gente espera que le llegue la prosperidad, pero ésta no puede llegar
en el futuro. Cuando honras, reconoces y aceptas plenamente tu realidad presente (dónde
estás, quién eres y lo que estás haciendo ahora mismo), cuando aceptas plenamente
aquello de lo que dispones, entonces agradeces lo que tienes, agradeces lo que es,
agradeces Ser. La verdadera prosperidad es sentirse agradecido por el momento
presente y por la plenitud de la vida ahora mismo. No puede llegar en el futuro. Más
adelante, con el tiempo, esa prosperidad se manifestará de diversas formas.
Casi toda nuestra programación, tanto negativa como positiva, es algo que aceptamos en
la época en que teníamos tres años. A partir de entonces, nuestras experiencias se basan
en lo que en aquel momento aceptábamos y creíamos de nosotros mismos y de la vida.
La forma en que nos trataban cuando éramos muy pequeños es habitualmente la forma
en que ahora nos tratamos. La persona a quien usted está riñendo es un niño de tres
años que lleva dentro.
Si es usted una de esas personas que se encolerizan consigo mismas porque son
temerosas y pusilánimes, piense que tiene tres años. Si tuviera delante a un niño de tres
años que tuviera miedo, ¿qué haría? ¿Se enfadaría con él, o le tendería los brazos y lo
consolaría hasta que se sintiera cómodo y seguro? Quizá los adultos que lo rodeaban
cuando usted era pequeño no hayan sabido cómo consolarlo entonces. Ahora usted es el
adulto en su vida, y si no sabe consolar a la criatura que lleva dentro, realmente es algo
muy triste.
Lo que se hizo en el pasado está hecho; lo pasado, pasado. Pero este momento es el
presente, y ahora usted tiene la oportunidad de tratarse como desea que lo traten. Un
niño asustado necesita que lo consuelen, no que lo reprendan. Si usted se reprende, se
asustará más, y no encontrará a quién volverse. Cuando el niño de dentro se siente
inseguro, crea muchísimos problemas.
La primera vez que escuché hablar de esta historia, pensé que era una leyenda urbana.
¿Cómo podía cualquiera curar a otro tratando de curarse a si mismo? Y, ¿cómo podía,
aunque fuera un verdadero maestro, con un gran poder de autocuración, sanar a
criminales insanos? No tenía ningún sentido, no era lógico. De modo que descarté esta
historia.
Siempre había entendido que “total responsabilidad” significaba que soy el responsable
de lo que pienso y hago. Pero lo que esté mas allá, está fuera de mis manos. Creo que la
mayor parte de la gente piensa lo mismo acerca de la responsabilidad: somos
responsables de lo que hacemos, no de lo que los otros hacen. Pero eso no es así.
Me explicó que había trabajado en el Hospital Estatal de Hawaii durante cuatro años. El
pabellón donde encerraban a los enfermos criminales era peligroso. Por regla general los
psicólogos renunciaban al mes de trabajar allí. La mayor parte de los miembros del
personal se enfermaban al poco tiempo o simplemente renunciaban. La gente que
atravesaba el pabellón caminaba con sus espaldas contra la pared, temerosos de ser
atacados por los pacientes. No era un lugar placentero para vivir, ni para trabajar ni para
visitar.
El Dr. Len me dijo que el nunca vio a los pacientes. Acordó tener una oficina y estudiar los
legajos. Mientras miraba esos legajos, trabajaba sobre si mismo. Y mientras lo hacía, los
pacientes mejoraban.
“Luego de unos pocos meses, a los que debían permanecer encadenados se les podía
permitir que caminaran libremente” me dijo. “A otros, a quienes tenían que mantener
permanentemente medicados, se les podía reducir las dosis. Y algunos, que no hubieran
tenido jamás la posibilidad de ser liberados, fueron dados de alta”. Yo estaba asombrado.
“No solamente eso”, continuó, “sino que el personal comenzó a disfrutar de su trabajo.”
Aquí es, lógicamente, donde le hice la pregunta del millón de dólares: “¿Qué estuvo
haciendo usted consigo mismo que provocó el cambio en esas personas?”
“Simplemente estaba sanando la parte de mí que había creado sus enfermedades”, dijo
él. No entendí. El Dr. Len me explicó que la total responsabilidad se extiende a todo lo
que está presente en tu vida, simplemente porque está en tu vida. Es tu responsabilidad
en un sentido literal. Todo el mundo es tu creación.
¡Uau! Esto es muy difícil de aceptar. Ser responsable por lo que yo hago o digo es una
cosa. Pero ser responsable por lo que cualquiera que esté en mi vida haga o diga, es otra
muy distinta. Si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces todo lo que ves,
escuchas, saboreas, tocas o experimentas, de cualquier forma, es tu responsabilidad.
Esto significa que la actividad terrorista, el presidente de tu país, la economía o cualquier
cosa que experimentas y no te gusta, están allí para que tu las sanes. No existen, por
decirlo así, excepto como proyecciones que salen de tu interior. El problema no está ahí
afuera, está en ti, y para resolverlo, tú debes cambiar.
Sé que esto es difícil de aceptar, mucho menos de vivirlo realmente. Echarle a otro la
culpa es mucho más fácil que asumir la total responsabilidad. Pero mientras hablaba con
el Dr. Len, comencé a comprender que esta sanación tan particular, el Ho’oponopono,
significa amarse plenamente a uno mismo.
Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida. Si deseas curar a cualquiera, aún a un
criminal mentalmente enfermo, lo haces curándote a tí mismo.
Le pregunté al Dr. Len cómo se curaba a si mismo, qué era lo que hacía exactamente
cuando miraba los legajos de los pacientes.
“Simplemente decía ‘Lo siento’ y ‘Te amo’, una y otra vez” explicó él: “Lo siento… Te amo”
“¿Sólo eso?”
“Sólo eso.”
Permíteme darte un rápido ejemplo de como funciona esto: en una oportunidad recibí un
e-mail muy agresivo, que me desequilibró. Normalmente hubiera intentado manejar la
situación trabajando sobre mis aspectos emocionales más negativos o tratando de
razonar con la persona que envió el mensaje. Esa vez decidí probar el método el Dr. Len.
Me puse a pronunciar silenciosamente “lo siento” y “te amo”. No lo decía a nadie en
particular. Simplemente estaba invocando el espíritu del amor para sanar, dentro de mí, lo
que estaba creando esa circunstancia externa.
En el término de una hora recibí otro e-mail de la misma persona. Se disculpaba por el
mensaje anterior. Ten presente que no realicé ninguna acción externa que provocara la
disculpa. Ni siquiera contesté el mensaje. Sin embargo, sólo diciendo “te amo”, de algún
modo sané dentro de mí lo que estaba creando en él.
Más tarde asistí a un taller de Ho’oponopono dirigido por el Dr. Len, que tiene ahora más
de 70 años y es un chaman venerable y solitario.
Alabó mi libro, “El Factor Atractivo”. Me dijo que mientras yo me mejore a mí mismo, la
“vibración” de mi libro aumentará y todos lo sentirán cuando lo lean. En resumen: a
medida que yo me mejore, mis lectores mejorarán.
“¿Y qué pasará con los libros que ya he vendido y han salido de mí?” pregunté.
“No han salido realmente”, explicó una vez más soplando en mi mente su sabiduría
mística. “Aún están dentro de ti”. En resumen: no hay afuera. Me llevaría un libro entero
intentar explicar esta técnica con la profundidad necesaria, para transmitir algo así como
que cuando desees mejorar cualquier aspecto o situación en tu vida, hay sólo un lugar
donde intentarlo: dentro de ti. Y cuando mires allí, hazlo con amor”.
Debes aprender a controlar tus pensamientos. Esto requiere ser muy consciente del
presente cuando te comportas de una forma destructiva.
Si logras pescarte haciéndolo, podrás empezar a enfrentarte de una manera positiva con
el pensamiento que inspira semejante conducta.
Descubres que has dicho algo como: "En realidad no soy tan listo; fue cuestión de suerte
el que me sacara una nota tan alta en el examen". Entonces debería sonar una campana
de alarma en tu cabeza.
"Acabo de hacerlo otra vez. Me comporté de una manera autodespreciativa, como si me
odiara a mí mismo.Pero ahora estoy consciente de ello y la próxima vez evitaré decir esas
cosas que he estado diciendo toda mi vida.
Tu estrategia es corregirte en voz alta, diciendo: "Dije que tuve suerte pero en realidad la
suerte no tuvo nada que ver en ese asunto; me saqué esas notas porque las merecía".
Esto representa un pequeño paso hacia la autoestima, este paso consiste en reconocer tu
comportamiento autodestructivo en el momento presente y en decidir actuar de una
manera diferente.
Antes tenías una costumbre; ahora eres consciente de que quieres ser diferente y que
has elegido lograrlo.
Es como aprender a conducir un auto. Con el tiempo habrás adquirido un nuevo hábito
que no necesitará que estés constantemente alerta ni consciente al respecto.
Muy pronto y con toda naturalidad empezarás a actuar con respeto y amor a ti mismo.
Con tu mente actuando ahora a favor tuyo en vez de en contra tuya, se vislumbran en el
horizonte una serie fascinantes actividades de autoestima.
He aquí una breve lista de esta clase de comportamiento que luego podrás ampliar
cuando consigas un sentido de autoestima basada en tu propia valía.
- Escoge una serie de reacciones nuevas ante las tentativas de los demás de llegar a ti
con amor y aceptación.
- En vez de dudar inmediatamente de la sinceridad de cualquier gesto afectivo, acéptalo
con un "Muchas gracias" o "Cuánto me alegro que pienses así".
- Si hay alguien por quien sientes verdadero amor, díselo de frente: "Te amo" y mientras
observas su reacción puedes darte una palmadita en la espalda por haberte atrevido a
correr ese riesgo.
- En un restaurante, pide algo que realmente te guste sin preocuparte por lo que pueda
costar. Date un verdadero gusto porque lo mereces. Empieza a elegir las cosas que más
te gusten en todas las situaciones, incluso en los mercados y negocios de comestibles.
Date el lujo de adquirir tu producto favorito, sea lo que sea, porque lo mereces. Abomina y
destierra toda conducta abnegada en la que te niegues a ti mismo a menos que sea
absolutamente necesario. Y rara vez lo es.
- Al cabo de un día agobiante y después de haber comido mucho, toma una siesta o da un
paseo por el parque, incluso si tienes mucho que hacer. Te ayudará a sentirte cien por
cien mejor.
-Inscríbite en alguna organización o anótate para tomar parte de alguna actividad que te
gusta. Quizás has estado postergando hacerlo porque tienes tantas responsabilidades
que simplemente no tienes tiempo para ello. Al escoger amarte a ti mismo y coger las
tajadas de la vida que te apetecen, los demás, a los que tú sirves, aprenderán también a
tener confianza en sí mismos. Y descubrirás que no sientes resentimiento hacia ellos.
Los servirás porque eliges hacerlo y no porque tienes la obligación de hacerlo.
- Elimina la envidia reconociéndola como una manera de rebajarte a ti mismo. Al
compararte con otra persona e imaginarte que eres menos querida que ella, haces que
otros sean más importantes que tú. Mide tus propios méritos comparándolos con los de
los demás.
Estas y muchas acciones similares son típicas de la gente que se ama a sí misma. Puede
que ha menudo pongan en entredicho las lecciones que has aprendido en tu vida. En un
momento dado, fuiste la negación del amor a uno mismo. Cuando niño sabías
instintivamente que valías mucho.
Ahora repasa estas preguntas:
Amarase a si mismo
…………………………………..
La autoestima es una actitud positiva hacia la vida. Nos mueve a buscar metas más
elevadas y exigentes. Cuando una persona no cree en si misma, no intentará arriesgarse
para alcanzar sus metas, se limita a la seguridad de lo conocido. Si se arriesga, se rendirá
ante el primer obstáculo, convenciéndose a si mimo de que no merece el triunfo. Un gran
número de empresarios exitosos han tenido más de dos quiebras importantes en el
pasado.
Una autoestima alta me asegura una mejor calidad de vida, tanto espiritual como
materialmente.
El espejo cósmico
Si me respeto y exijo que los demás me traten con respeto, las personas reaccionaran
respetándonos, reforzando nuestra actitud. Cuando no me respeto y acepto el abuso por
parte de los demás, ellos reaccionaran irrespetándome y abusándome, reforzando mi
actitud.
“Lo similar atrae lo similar”. Cuando tenemos una autoestima baja atraemos empleos
mediocres, parejas manipuladoras, creamos hijos inseguros y controladores.
Una persona que no se ama es incapaz de recibir amor. Muchas veces esconden su
inseguridad con un mascaras de persona “maravillosa”. Buscan a una persona que les
ofrezca aprobación incondicional, que no les cuestione la débil imagen que tienen de si
mismos. O, por el contrario buscaran a personas que abusen de ellos y los maltraten para
reforzar la idea de que no valen nada. Elijen personas con las que la felicidad pudiera ser
imposible.
Esto sucede porque en algún momento la persona se cree culpable por una tragedia
familiar o personal y al no creerse merecedora atrae personas que le confirman su
creencia.
Una persona con baja autoestima puede sabotear inconcientemente su empleo para
demostrar lo incapaz que cree que es.
En resumen, una vida similar a una larga lista de fracasos, en la que el único consuelo es
el tonto mantra: “En definitiva: ¿Quién es feliz?”.
La falsa autoestima
Mucha gente confunde una autoestima saludable con ser jactancioso, fanfarrón o
arrogante; tales rasgos solo reflejan una autoestima muy pobre. Una mascara de “persona
fuerte” para esconder sus miedos mas profundos. Las personas con autoestima alta no se
comportan de una forma superior a los demás; no demuestran su valía comparándose o
compitiendo con los demás. Su alegría se debe a ser quienes son, no a ser mejores que
otros.
Una persona con una autoestima pobre, en ocasiones es capaz de alcanzar altas metas.
Lo que diferencia a estas personas es la motivación que los lleva a alcanzar nuevas
metas. Un ejemplo es aquella persona adicta al trabajo y muy productiva que está
dispuesta a demostrar su merito, por ejemplo, a un padre que predijo que seria siempre
un perdedor. Una persona que actúa motivada por el miedo o el deseo de demostrar que
es mejor que otros se reconoce porque nunca puede disfrutar de lo que tiene. Nunca nada
es suficiente y siempre querrá más.
Cuando tenemos una buena autoestima lo que nos motiva a triunfar es la alegría, no el
miedo. Lo que buscamos es la expresión de nuestra Llama Divina. No nos motivamos a
“probar” lo que valemos sino a expresar lo que sabemos que por derecho propio nos
pertenece.
Mucha gente esconde sus temores bajo una mascara de autoestima. Pueden proyectar
una imagen de serenidad y seguridad que engañe a todo el mundo y secretamente
temblar con un sentimiento de incapacidad.
Una persona con falsa autoestima trata de buscar la autoestima por medios superfluos:
Quien tiene una falsa autoestima siempre espera algo para sentirse en paz consigo
mismo: la esposa adecuada, el ascenso en el trabajo, crear la compañía adecuada, ganar
un premio. Una persona con autoestima verdadera cree y está en paz consigo mismo
desde antes de adquirir estas cosas. Eso le permite alcanzar sus metas y aun más.
Si nos enfrentamos a los problemas básicos de la vida con una actitud de: “¿Quién soy yo
para saberlo? ¿Quién soy yo para juzgarlo? ¿Quién soy yo para decidir?, Estamos en una
condición de inferioridad desde el principio. No se puede ganar lo que se considera un
fracaso desde el principio.
Una imagen negativa de uno mismo es muy peligrosa. Si nos definimos a nosotros
mismos como mediocres o débiles o cobardes o poco efectivos nuestra actuación reflejara
esa creencia.
Si nos respetamos, tendemos a actuar de forma que se confirme y refuerce este respeto,
por ejemplo exigiendo a los demás que nos traten debidamente.
En términos generales una persona con un buen nivel de autoestima se reconoce por su
racionalidad y realismo (Personas de baja autoestima tienen sueños muy altos pero no
hacen nada para alcanzarlos); intuición y creatividad; independencia, flexibilidad y la
habilidad para afrontar los cambios; el deseo de admitir y corregir los errores, la
benevolencia y la cooperación.
Pilar número 1:
“Se que mis hijos sufren por recibir tan poco de mi, y se que les causo daño y
resentimiento, pero algún día –de algún modo- cambiaré”
Mediante las miles de elecciones que realizamos diariamente entre pensar y no pensar,
ser responsables ante la realidad o sustraernos de ella, establecemos el sentido del tipo
de persona que somos. Rara vez recordamos concientemente estas elecciones, pero
estas se acumulan en nuestra psique, y la suma es esa experiencia que llamamos
autoestima.
Vivir de manera conciente significa intentar ser concientes de todo lo que tiene que ver
con nuestras acciones, propósitos, valores y metas.
Vivir de manera concientes significa más que el hecho de ver y reconocer. Significa actuar
sobre lo que vemos. Puedo reconocer que he dañado a mi hijo y tengo que hacer
correcciones. Pero no deseo admitir que he cometido un error y me doy tiempo afirmando
que “estoy todavía pensando sobre la situación”. A esto es a lo que se llama la traición de
la conciencia.
• Ejercicio # 1
Completar frases es una poderosa técnica usada para descubrir los pensamientos y
sentimientos que permanecen en el inconsciente. Consisten en tomar una frase
incompleta y empezar a escribir diferentes finales, hay que hacerlo sin detenernos a
pensar o a elaborar las frases, simplemente deja que fluyan de manera instintiva y
automática. Al final podrás encontrar creencias inconscientes y reconocerlas para trabajar
en ellas. Para explotar la verdadera eficacia de estos ejercicios debes hacerlos por lo
menos durante dos semanas de manera continua, ¡Te sorprenderás de los resultados!
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
………………………….
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
………………………….
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
………………………….
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
………………………….
Al final de la tarde, después de haber terminado sus actividades, complete las siguientes
frases:
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
………………………….
Cuando reflexiono sobre lo que sucede cuando aporto un 5% más de conciencia a mis
actividades:
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
………………………….
Cuando reflexiono sobre lo que sucede cuando aporto un 5% más de conciencia a mis
relaciones más importantes:
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
………………………….
Cuando reflexiono sobre lo que sucede cuando aporto un 5% más de conciencia a aquello
en lo que enfoco mi atención, reflejado en mí manera de pensar y sentir:
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
………………………….
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………
………………………….
Una vez que haya terminado el ejercicio durante al menos dos semanas, podrá empezar a
utilizar esta técnica para despertar la conciencia en otros aspectos de su vida, usted
puede construir sus propias frases. Por ejemplo, para saber si tal vez en el inconsciente
piensa o siente cosas que no ha querido reconocer, puede decir:
Pilar numero 2:
La aceptación de si mismo
Jesús dijo:
“Todo reino dividido contra si mismo, es asolado;
(Lucas 11,17)
Afirmación:
• Ejercicio # 2
• Ejercicio # 3
Reconociendo los sentimientos
1. Busca un lugar tranquilo donde puedas estar a solas y asegurarte de que nadie te
interrumpa.
5. Visualiza que estas inhalando la misma luz del sol, siente las cualidades de amor, paz,
bienestar y armonía que tiene dicha luz. A medida que respiras te vas calmado más y
más, al exhalar sueltas todas las tensiones que te agobien.
7. Ahora con cada inhalación siente como ese sentimiento se va expandiendo y como se
contrae al exhalar. Siente como seria si aceptaras plenamente ese sentimiento, si no
trataras de esconderlo cada vez que sale. Vívelo plenamente y estudia la manera como
se siente. Cuando digo “aceptar ese sentimiento”, quiero decir reconocer que existe en ti
en este momento como algo temporal. No debes confundir esto con el hecho de aceptarlo
como una condición permanente en tu vida.
En este punto, el ego protestará y gritará: “¡¿Estas loco?! ¿Como puedes aceptar eso?”,
te sentirás incomodo y se generará una tensión muscular que se da cuando hay una
energía bloqueada.
11. Una vez que hayáis logrado derribar las barreras de tu propia hipocresía y reconozcas
que tienes un bloqueo en tu psicología, empieza a describir tu bloqueo, tal vez sea útil
ponerlo por escrito. Descríbelo y analiza como se manifiesta en su vida. Recuerde las
veces que estuviste enojado y no quisiste reconocerlo. Ahonda en el asunto y trata de
encontrar la causa. Esto generalmente te llevará a encontrar otros sentimientos negativos
que no habías podido ver antes.
12. En este punto es importante que te perdones a ti mismo por haberte negado a aceptar
que tenías ese sentimiento, perdónate por haber sido tan duro contigo mismo
castigándote por no ser perfecto, renuncia a la mentira del anti-cristo de que debes ser
perfecto para ser digno del Reino de Dios, suelta los condicionamientos de tu ego.
Repítete a ti mismo:
Entiende que no necesitas ser perdonado por Dios puesto que Él jamás te ha juzgado o
criticado, perdónate a ti mismo incondicionalmente. Luego perdona a las personas que
ocasionaron que desarrollaras ese sentimiento. Por ejemplo los padres, tu ex marido, tu
religión, etc. Visualiza a esas personas frente a ti y diles que las perdonas. Inúndalas con
la Llama Violeta.
13. Luego termina con un rosario de la Madre María y arroja a la Llama Violeta tu cólera o
cualquier otro sentimiento negativo que hayas experimentado en el ejercicio. Pide a la
Madre María que te muestre las causas y que te ayude a trascenderlas. A través de los
rosarios acepta tu Verdadera Identidad como una Llama Divina, entiende que no eres ese
defecto, que eres mucho más que eso. Acepta el Reino de Dios en tu vida. Pero al mismo
tiempo reconoce que tienes ese sentimiento en tu conciencia inferior. Reconoce que
deber trascenderlo y al mismo tiempo reconoce que no tienes que ser perfecto para recibir
el Reino de tu Padre.
Fin del ejercicio. Los siguientes pasos los debéis trabajar en la vida diaria:
15. Vive tu vida concientemente y no te castiguéis cada vez que caigas en ese
sentimiento negativo. Analiza como fue que sucedió. Observa cuales fueron las
circunstancias, las personas o las palabras que te llevaron a caer en la cólera o la lujuria.
¿Fue algo que te dijeron?, pregúntate porque ese “algo” te afecta. ¿Te duele que te
critiquen? ¿Necesitas que los demás lo aprueben? ¿Significa eso que no crees en ti
mismo? Invéntate preguntas que te lleven a comprender mejor tu psicología. No solo
entender que tienes un defecto, sino poder ver cuales son las situaciones que hacen que
ese defecto salga a la superficie, entienda las razones que te llevan alterarte.
……………………………………………
Cobrar conciencia y aceptar las partes rechazadas de uno mismo forman parte de los que
los Maestros llaman “Integridad”. Es integrar – es decir no evadir- la sombra para
reconocerla y despojarnos de ella. Cuando hacemos esto recordamos que en esencia
somos seres Divinos y puros que estamos haciendo un experimento en la materia.
Durante ese experimento nos ensuciamos y ha llegado la hora de lavarnos. Para ello no
conviene fingir que no tenemos lodo, es más conveniente reconocerlo para así poder
liberarnos de él.
Una paradoja:
Podemos escapar no solo de nuestro lado oscuro, sino también de nuestro lado
brillante, de todo aquello que amenaza con hacernos sobresalir, con sacar al
héroe o al orador que llevamos dentro.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente y comencé a ver
que todo lo que acontece, contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama...
Madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es ofensivo tratar de forzar alguna
situación, o persona, solo para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el
momento o la persona no está preparada... inclusive yo mismo. Hoy sé que el nombre de
eso es... Respeto.
Cuando me amé de verdad, dejé de temer tener tiempo libre y desistí de hacer grandes
planes, abandoné los Mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo
que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es... Simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré
mucho menos veces. Hoy descubrí la... Humildad.
No debemos tener miedo de confrontarnos... Hasta los planetas chocan y del caos nacen
las estrellas."
Me pregunto como cosas que al leerse parecen tan simples de aplicar en la realidad se
complican tanto....
Maneras de amarnos
· Dejemos de criticarnos
Este es quizás el punto más importante. Si nos decimos a nosotros mismos que, pase lo
que pase, estamos bien y valemos, podemos cambiar con facilidad nuestra vida. Pero si
nos decimos que estamos mal, nos resultará enormemente difícil lograrlo. Todos
cambiamos, todos. Cada día es un nuevo día y hacemos las cosas de manera algo
diferente a como lo hicimos el día anterior. Nuestra capacidad para adaptarnos y avanzar
con el proceso de la vida es nuestro poder. En cierta manera todos nos sentimos
inseguros, porque somos humanos. Aprendemos a no pretender que somos perfectos. La
necesidad de ser perfectos sólo nos crea una enorme presión, y nos impide ver los
aspectos de nuestra vida que necesitan curación. En lugar de eso podríamos descubrir
nuestras aptitudes creativas, nuestra individualidad, y valorarnos por esas cualidades que
nos distinguen de los demás. Cada uno de nosotros tiene un papel único que desempeñar
en la Tierra, papel que oscurecemos al criticarnos.
· Dejemos de asustarnos
Muchos de nosotros nos llenamos de miedo con pensamientos aterradores, logrando con
ellos hacer las situaciones peores de lo que son. Cogemos un pequeño problema y lo
transformamos en un monstruo gigantesco. En una forma terrible de vivir, siempre a la
espera de que ocurra lo peor en nuestra vida. ¿Cuántos de ustedes se van a la cama por
la noche imaginándose el peor de los guiones posibles para un problema? Eso es lo
mismo que hace un niño pequeño cuando se imagina que hay monstruos debajo de la
cama y se asusta por ello. Si haces esto, no es raro entonces que no puedas dormir.
Cuando eras pequeño necesitabas que tu madre o tu padre vinieran a tranquilizarte.
Ahora que eres adulto sabes que tienes la capacidad de tranquilizarte a ti mismo. Esto
suelen hacerlo las personas enfermas. Con frecuencia se imaginaban lo peor, si es que
no están ya planeando sus funerales. Si habitualmente repasas en tu mente situaciones o
pensamientos negativos, busca la imagen de algo con lo que verdaderamente te gustaría
reemplazarlos. Podría ser un hermoso paisaje, una puesta de sol, flores, algún deporte, o
cualquier cosa que te guste.
Utiliza esa imagen como un "interruptor" cada vez que te des cuenta de que tienes
pensamientos de miedo. Di: "No, ya no voy a pensar en eso. Voy a pensar en puestas de
sol, en rosales, en hermosos saltos de agua", según cual sea tu imagen. Si lo haces así,
finalmente superarás la costumbre, aunque es algo que requiere mucha práctica.
Con mucho humor Oren Arnold escribió: "Querido Dios, te ruego que me des paciencia. ¡Y
la quiero ahora mismo!". La paciencia es una herramienta muy potente. La mayoría
sufrimos de la expectativa de la gratificación inmediata. Queremos que todo suceda
enseguida. No tenemos paciencia para esperar nada. Nos irritamos si tenemos que
esperar en una cola o si estamos atascados en un embotellamiento. Queremos todas las
respuestas y todos los bienes ahora mismo, ya. Con muchísima frecuencia hacemos
desgraciadas a otras personas con nuestra impaciencia. La impaciencia es una
resistencia a aprender, deseamos tener las respuestas sin aprender la lección o sin dar
los pasos necesarios.
Piensa en tu mente como si fuera un jardín. Para empezar, un jardín es un trozo de tierra.
Puede que él haya muchas zarzas de odio a uno mismo y piedras de desesperación,
rabia y preocupación. Hay un viejo árbol llamado miedo que necesita una buena poda o
que lo corten. Una vez hayas limpiado bien el terreno y abonado la tierra, siembra algunas
semillas de alegría y prosperidad. El sol brilla sobre tu jardín, y tú lo riegas, lo abonas y lo
cuidas amorosamente. Al principio no se ve que suceda gran cosa. Pero tú no te
detengas, continúa cuidando tu jardín. Si tienes paciencia, las plantas crecerán y se
llenarán de flores. Lo mismo sucede en tu mente: tú seleccionas los pensamientos que
vas a cuidar, y si tienes paciencia, verás cómo crecen y contribuyen a crear el jardín de
experiencias que deseas.
No nos odiemos por tener pensamientos negativos. Podemos considerar que estos
pensamientos nos "construyen", y no que nos "derriban". No tenemos por qué culparnos
por tener experiencias negativas. Podemos aprender de ellas. Ser cariñosos con nosotros
mismos quiere decir dejar de culparnos, dejar de sentirnos culpables, acabar con todo
castigo y con todo dolor.
Elogiémonos
Acude a tus amigos y permíteles que te echen una mano. En realidad, es una muestra de
fortaleza pedir ayuda cuando se la necesita. Son demasiadas las personas que han
aprendido a ser autosuficientes. No pueden pedir ayuda porque su ego de lo prohíje. En
lugar de intentar hacerlo todo solo y enfadarte porque no lo consigues, la próxima vez
pide ayuda.
No esperes a haber arreglado las cosas para amarte. La insatisfacción contigo mismo es
una pauta habitual. Si logras sentirte satisfecho contigo mismo ahora, si puedes amarte y
aprobarte ahora, entonces serás capaz de disfrutar de lo bueno cuando venga. Una vez
que aprendas a amarte a ti mismo, comenzarás a amar y a aceptar a los demás. No
podemos cambiar a otras personas, de modo que dejémoslas en paz. Gastamos
muchísima energía intentando hacer que los demás cambien. Si empleáramos la mitad de
esa energía en nosotros mismos, podríamos llegar a actuar de otra manera, y entonces
los demás reaccionarían también de modo diferente.
APRENDIENDO A QUERERSE A SÍ MISMO
(análisis literario)
INTRODUCCIÓN:
Libro nos demuestra que la negación del reconocimiento personal es una forma de
autodestrucción, mostrando que la visión que tenemos de nosotros mismos es un factor
determinante de nuestra salud mental e incluso física; además la sociedad donde vivimos
nos ha enseñado a predicar el amor hacia los demás y condena el amor propio, olvidando
que el requisito para querer a otra persona es querernos nosotros primero.
El libro nos da unas bases para comenzar a apreciarnos más de una manera sana y
realista. Además de mostrarnos el YO triunfador que hay en cada uno y la manera de
tener una vida plena y feliz.
El libro nos enseña a querernos y a cuidarnos. Desde pequeños se nos frena por
supuestas virtudes como el ahorro, la ambición, la modestia el autocastigo, la autocrítica,
el autocontrol, etc. Que si se utilizan exageradamente son contraproducentes. Este freno
si se suelta un poco sirve para vivir mejor y evitar caer en otros problemas más
psicológicos .
En cada una de sus páginas encierra grandes consejos para ir mejorando la percepción
que tenemos sobre nosotros mismos de modo tal que el libro sea de gran ayuda para las
personas que sufren de baja autoestima o que en ocasiones se menosprecian formando
un barrera ante ellos y ante los demás.
Del libro se sacan ciertas conclusiones sobre el amor que dirigimos hacia nosotros; pero
de todas formas los caminos para llegar la autoamor son innumerables.
Ni la familia, ni los colegios, ni los preescolares con todo su modernismo, han considerado
la posibilidad de enseñar a quererse a sí mismo como uno de los principales objetivos de
formación.
Tomar conciencia de que existes, eres importante y tienes derecho a pensar en ti por
sobre todas las cosas, te coloca en un lugar de privilegio.
El libro te dejas ciertas dudas que te llevan a repasar tus conceptos ya sea para afirmarlos
o modificarlos.
El libro nos permite sacar una propuesta que es: desplázate en sentido contrario al que
van muchas convicciones, sin caer al otro extremo. Este es un espacio donde prospera la
autoestima, el autoconcepto, la autoimagen y la autoeficacia. .
Esta conclusión es sacada del libro: las metas muy altas e inalcanzables son malas para
tu autoconcepto, pero las metas pobres también; la tarea es encontrar tu propio punto de
equilibrio evitando caer en algo perjudicial de cada extremo.
BIOGRAFÍA:
Uno debe amar (respetar) a sí mismo para que otros lo amen (respeten)
Si uno no tiene amor propio (respeto propio), ¿cómo espera que otros lo respeten?
Efes. 5:28, “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos
cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a
su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia”. Si el
hombre no se ama a sí mismo, ¿amará a su esposa?
Si el marido anda mal, la esposa debe llamarlo a cuentas (en lugar de suplicar,
rogar, llorar y dejarse llevar como un trapo para limpiar el suelo). Si ella hace así, él la
amará aun menos. Si ella se desprecia a sí misma, él la despreciará aun más.
Si la mujer no tiene amor propio (respeto propio) el matrimonio corre mucho peligro
de destruirse.
Muchas esposas son demasiado “pacientes”. Aun cuando el marido lleva mucha
“amistad” con otra mujer, la esposa dice “no veo nada de malo en eso”. (Como el granjero
que dice: “la zorra visita el gallinero para disfrutar la compañía de las gallinas”).
El caso de tales esposas bien ilustra la necesidad del amor propio. Todo cristiano
es persona importante, digna de respeto y honor. Debe estar seguro de sí mismo,
teniendo su confianza en Cristo.
Rom. 12:3, “que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que
piense de sí con cordura”. Algunos se exaltaban solos porque poseían ciertos dones
espirituales.
Hoy en día podemos caer en este error, por causa de la habilidad que tengamos
para predicar, enseñar, cantar, etc. o por el físico, tener dinero, educación universitaria.
Hay peligro de que los tales menosprecien a los otros. 1 Cor. 12:21, “Ni el ojo
puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo
necesidad de vosotros. 22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles,
son los más necesarios”.
Pero tampoco debe uno tener más bajo concepto de sí que el que debe tener
Mat. 25:18, “Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el
dinero de su señor”. Este texto bien representa al que subestime su talento, pensando
“No sirvo para nada”. Subestima lo que en verdad vale o merece.