Sei sulla pagina 1di 6
51 AUSTROMARXISMO. Andrés de Blas Guerrero (dir.) - Enciclopedia del nacionalismo ir Gran bolsillo Alianza Editorial Austromarxismo Corrientedel pen- samiento marxista que se desarrolla en Viena desde finales del siglo xrx. Sus teéricos més representativos son Max Adler, Otto Bauer, Rudolf Hilfer- ding y Karl Renner. La escuela austro- marxista comienza a declinar a partir de la Primera Guerra Mundial, en buena parte, segiin Bottomore, por el AUSTROMARXISMO dominio de la ortodoxia marxista-le- ninista, Los austromarxistas, influi dos principalmente por el neokantis- ‘mo, tratan de adaptar el marxismo a los nuevos problemas de la sociedad e introducen nuevos enfoques. En par- ticular, las aportaciones de Karl Ren- ner y de Otto Bauer se han valorado como uno de los primeros intentos que ofrece un anilisis tedrico del he- cho nacional desde una perspectiva marxista. Elalcance y complejidad delas ten- siones nacionalistas en el Imperio aus- trohtingaro durante el siglo xrx pu- dieron servir de acicate para que ‘ocupasen un lugar destacado entre las preocupaciones te6ricas y précticas dela época. La pluralidad de naciona- lidades, aproximadamente doce, que integraban el imperio, asi como la dis- persién geogréfica, en unos casos, ola interrelacién en una tinica regién de diferentes nacionalidades, en otros, obstaculizaban las posibles solucio- nes. En este contexto, el Congreso del Partido Socialdemécrata austriaco ce- lebrado en Briinn (1899) traté de re- solver desde un punto de vista précti- co los problemas nacionales, causa de fricciones internas en el seno de la so- cialdemocracia y conservar la unidad del partido en el marco de un Estado multinacional. El programa de Briinn parece haber servido de punto de refe- rencia a otros partidos socialdem6- cratas en los debates sobre la cuestién nacional. En ese congreso se aprobé una resolucién compuesta de cinco principios considerados bésicos para superar las disensiones nacionales: 1, Transformacién de Austria en un Estado federal multinacional y de- mocratico. 2, Sustitucién de los territorios hist6ricos de la Corona por corpora- ciones nacionales auténomas con 52 competencias legislativas y adminis- trativas. 3. Formacién de una unién nacio- nal con las regiones aut6nomas de ‘una misma nacién, la cual resolverfa aut6nomamente sus asuntos naciona- les. 4. Garantia de los derechos de las, minorias nacionales mediante una ley aprobada por el parlamento imperial. 5. Rechazo de toda prerrogativa nacional y, por ello, de una lengua ofi- cial, sin perjuicio de que el parlamen- to imperial estableciese la necesidad de una lengua de mediacién. Los principios debatidos en Brinn yen particular, la idea més represen- tativa del austromarxismo, la de la autonom{a cultural en el seno de un Estado multinacional, fueron porme- norizados en el Ambito tedrico por Rennery Bauer. Karl Renner (1870-1950) se ocupé del nacionalismo en diferentes traba- jos, entre otros: Estado y Nacién, El combate de las nacionalidades aus- triacas por el Estado, La querrella na- cional por los puestos administrativos y la socialdemocracia, El obrero ale- imén y el nacionalismo, ;Qué es la au- tonomia nacional? y La nacién: mito y realidad, El estudio de la nacién lo afronta Renner desde un enfoque juridico, ocupandose especialmente de los problemas legales de las nacionalida- des. Las soluciones dadas a la cues- tidn religiosa sirvieron de inspiracién a Renner para pergefiar su modelo. A su juicio, existen importantes diferen- cias entre las relaciones interconfe- sionales y las luchas nacionales, sin embargo, le parece sumamente ilus- trativa la delimitacién juridica, logra- da después de luchas seculares, entre las distintas confesiones religiosas y entrela Iglesia y el Estado, La razn de 53 este equilibrio juridico la encuentra Renner, por una parte, en el hecho de que la Iglesia haya dejado de desem- pefiar funciones ptiblicas y no ostente ninguna supremacfa territorial, y, por otra, en que el Estado no ejerza fun- ciones eclesiasticas. La coexistencia y Ia ausencia de fricciones derivan, por lo tanto, de que la Iglesia se ocupe tinicamente del culto y se configure como una asociacién de personas vinculadas por la misma fe. Paralela- mente, en Estado y Nacidn Renner sostiene que «La nacién es una aso- ciacién personal de los que piensan de la misma manera y tienen el mis- mo lenguaje». Para Renner, las naciones son, so- bre todo, comunidades culturales. Por ello, el criterio de pertenencia a una nacién concreta sdlo puede estar determinado, al igual que la perte- nencia a una religidn, por la libre de- claracién individual. De esta forma el derecho a la autonomia de las nacio- nes se deduce del derecho ala autono- mia individual. Seguin Renner los problemas nacio- nales en Austria-Hungrfa dificilmen- tese resolverian mediante el principio territorial, debido a la dispersién y a la mezcla de las nacionalidades, ademas de tratarse de un Estado, se- gtin sus propias palabras, necesario ‘econémica y socialmente. El Estado nacional, dice Renner, agrava los pro- blemas nacionales, lejos de arbitrar- los a través del derecho, los zanja por medio de la fuerza. Por ello, busca otras formas de organizacién, lo que le induce a plantear la relacién entre Estado y nacién. El Estado y la nacién, sostiene el te6rico austromarxista, no tienen que coincidir necesariamente, pueden es- tar separados, ya que el Estado realiza otras funciones aparte de garantizar Ja cultura nacional. Concretamente, el Estado precisa de una organizacién através dela cual se articule la volun- tad colectiva, voluntad que no es mas quela voluntad de los grupos de inte- reses dominantes. Ahora bien, estos intereses poseen un caracter material y como tales, sdlo son realizables en un territorio determinado. En defini- tiva, el Estado es una corporacién territorial soberana, no puede existir sin soberanfa territorial exclusiva. Pero mientras que el Estado es inse- parable del territorio, la nacién, por el contrario, es principalmente una en- tidad personal, una comunidad cul- tural no vinculada inextricablemente aunterritorio determinado. Renner reconoce que el Estado na- cional es una de las fdrmulas posibles para resolver el problema nacional, pero se trata de una solucién inviable para los paises en los que se en- cuentren mezcladas distintas nacio- nalidades. Para estos casos, Renner propone que sea el «principio de per- sonalidad» y no el de territorialidad, el que sirva de guia para la constitu- cin de las nacionalidades. De acuer- do con este principio los miembros de una misma nacionalidad forma- rian una asociacién personal, organi- zada como una corporacién de Dere- cho ptiblico, independientemente del territorio que habitasen. Estas corpo- raciones se crearfan en el Ambito mu- nicipal y se aglutinarian en el distrito; por tiltimo, las corporaciones de dis- trito formarian la nacién integrando a todos los miembros de una misma nacionalidad. El Colegio Nacional y el Consejo Nacional serian los érga- nos superiores con competencia le- gislativa en materia de ensefianza y cultura, Asimismo, las corporaciones nacionales estarian representadas se- giin criterios de proporcionalidad en AUSTROMARXISMO Ja Cémara Alta y en otros érganos del Estado, Mientras que Karl Renner se centra basicamente en los aspectos juridicos de las naciones, Otto Bauer (1881- 1938) en su famosa obra La cuestién de las nacionalidades y la socialdemo- cracia, estudia el origen historico y desarrollo de las naciones, origen que Io hace derivar de la evolucién econé- mica y social, Segtin Bauer, lannacién moderna no puede concebirse tinicamente como comunidad de lengua, porque las diferencias lingiiisticas son una con- secuencia de procesos mas comple- jos. La lengua no es mas que una ma- nifestacién parcial de la cultura y del destino de los pueblos. Tampoco es posible aprehender la esencia de la nacién entendiéndola como comuni- dad natural, pues las peculiaridades individuales no sélo estan determi- nadas por la comin descendencia. Bauer sostiene que una teoria que pretenda captar la esencia de la na- cién ha de construirsea partir del con- cepto de «cardcter nacional». Este concepto se refiere a determinadas peculiaridades perceptibles tinica- mente a través de un andlisis psicolé- gico y que se manifiestan en la forma de reaccionar ante los mismos esti- mulos, en la ciencia, en el arte y las costumbres de los paises. Es decir, por cardcter nacional se entiende, en una primera aproximacién, «(...] el com- plejo de connotaciones fisicas y es rituales que distinguen a una nacién deotra |... El origen del cardcter nacional lo explica Bauer a partir de la diversidad de destino delas naciones, de su lucha por la existencia. La nacién es una «comunidad de destino», comuni- dad, aclara Bauer, que no supone so- metimiento a un mismo destino, sino 54 vivencia comtin y accién reciproca entre los ciudadanos. La transmisién hereditaria comiin es uno de los me- dios que coadyuvé a crear esa comu- nidad de destino, pero el cardcter individual, ademas, se encuentra con- dicionado por la cultura transmitida (educacién, derecho, costumbres); ahora bien, tinicamente la permanen- te comunicacién conserva la comuni- dad de caracter. El concepto de carécter nacional, vinculo que une a los miembros de una nacién, supone que sobre el ca- ricter de los individuos actéa una misma fuerza que no es auténoma sino precipitado de la historia, Para Bauer la comunidad cultural es inelu- dible para crear la nacién. Deacuerdo con estas premisas, el te6rico del aus- tromarxismo sostiene que la «nacién es el conjunto de los seres humanos vinculados por comunidad de desti- no en una comunidad de cardcter». Bauer coincide con Renner en la percepcién de la confusién que en- cierra la identificaci6n de la nacién con la poblacién del drea estatal y econémica. El Estado moderno, ex- plica Bauer, no surgié como un Esta- do nacional. Una de las causas de esa identificacién deriva de aquellas si- tuaciones en las que la dominacién extranjera oprime y explota a la na- Gién. En esas circunstancias, el odio engendra el deseo de liberacién na- cional y de unidad politica a fin de impedir la dominacién extranjera. ‘Asimismo, las exigencias del desarro- lo capitalista hicieron coincidir el Es- tado con lanacién. Un rea econémi- ca amplia, exenta de trabas al libre comercio, era una necesidad del capi- talismo y, la fragmentacién de la na- cién en diferentes Estados, un obs- taculo, Por ello, segiin Bauer, las na- ciones del siglo x1x vieron ventajosa 55 la correspondencia de grandes zonas econémicas con grandes Estados. El hecho de que las fronteras de la na- cién se convirtiesen en fronteras es- tatales se debié a razones de indole politica relacionadas con el enfrenta- miento entre la burguesia y las mo- narquias absolutas. La burguesfa de la época revolucionaria pudo colmar su pretensién de sustituir el Estado existente, sin necesidad de destruirlo, recurriendo ala nacién que le servié de substrato para la constitucién del nuevo Estado. De esta forma las fron- teras nacionales se hicieron coincidir con las estatales. Segtin Bauer, este proceso es el fundamento del princi- pio de las nacionalidades. No obstante, el principio de las na- cionalidades, observa Bauer, no se im- plant6 plenamente durante el siglo xrx, ya que los Estados que aglutinaban di- versas nacionalidades continuaron subsistiendo. El estudio de las fuerzas que impidieron la aplicacién de este principio y la influencia que esas fuer- zas ejercerian en el futuro de los Es- tados de nacionalidades, condujo a Bauer a replantear el cometido atribui- do por Engels a las naciones histéricas. La dicotomfa que ya estableciera Hegel entre las naciones con historia y las naciones sin historia fue de- sarrollada con posterioridad por En- gels. La primera categoria la forman Jas naciones que han sido y son acto- ras del progreso, la segunda est inte- grada por aquellos pueblos que no lograron constituirse en Estados, po- seen un bajo nivel cultural y son de- pendientes desde el punto de vista histérico, politico y econémico. Se- gxin Engels, la pérdida de la condi- cién de nacién histérica es irrecupe- rable y su atraso cultural les induce a ‘oponerse a todo cambio, por lo que desempefian una funcién contrarre- AUSTROMARXISMO, volucionaria. En oposicién a estas ideas, Bauer demostré, a partir de la storia de los checos, que las nacio- nes sin historia podian llegar a trans- formarse en naciones con historia y, ademas, realizar un cometido revo- lucionario. Eldespertar de las naciones sin his- toria lo explica Bauer como una ma- nifestacién del desarrollo capitalista. Concretamente, el renacimiento de las naciones sin historia es una conse- cuencia de transformaciones econé- micas, sociales y politicas: transicién del capitalismo manufacturero al fa- bril, liberacién campesina y revolu- cién burguesa. Por otra parte, los p blemas nacionales, segtin el andlisis de las contradicciones sociales, nece- sariamente estaban llamados a identi- ficarse con los antagonismos sociales. ‘Asi, por ejemplo, en las regiones che- cas el capitalista era alemén, mientras que los pequefios burgueses, campe- sinos y obreros eran checos. En este contexto, el odio clasista se transfor- man odio nacionalista. En resumen, Bauer sostiene que la causa tiltima del antagonismo entre Jas naciones reside en las transforma- ciones sociales y econémicas que con- virtieron a as naciones sin historia en protagonistas de la historia. Pero, al mismo tiempo, la lucha entre las na- ciones, particularmente en Austria, se ve condicionada por su organizacién territorial. Concretamente, la estruc- tura atomista-centralista, categoria que fue utilizada por Renner, se revela incapaz de superar los antagonismos nacionales, Esta forma de organiza cién, caracteristica del Estado absolu- toy heredada por el Estado liberal, no satisface las necesidades de las nacio- nalidades que coexisten en el Estado porque no son reconocidas como en- tidades publicas auténomas. La na- _AUTODETERMINACION ¥ SECESION cién, dice Bauer, necesita de la inter- vencién dela administracién piblica para la conservacién y desarrollo de su cultura, No es suficiente con el re- conocimiento de los derechos indivi- duales, como por ejemplo, el derecho a utilizar la propia lengua. Por eso, en el Estado atomista-centralista, al re- conocer la nacionalidad s6lo como un derecho individual, las naciones se ‘ven impulsadas a luchar por el poder del Estado para satisfacer sus necesi- dades. A juicio de Bauer, la tinica for- ma de neutralizar esa lucha por el po- der entre las naciones reside en el reconocimiento legal de su autono- mia, reservandose el Estado la preser- vacién de los intereses comunes de las distintas naciones. También Bauer, al igual que Ren- ner, considera que el principio terri- torial no es el més adecuado para ga- rantizar la autonomia nacional. Entre otras razones, porque las migraciones generadas por el desarrollo capita- lista hacen inevitable la. formacién de minorias nacionales en el seno de otras naciones, de forma que la deli- mitacién territorial de naciones ho- mogéneas resulta imposible. Bauer defiende el Estado multinacional por- ‘que razones de indole econémica han hecho obsoleta la posible aplicacién del principio de las nacionalidades. Para Bauer, el Estado moderno es un territorio econémico que necesita abarcar un espacio lo suficientemente extenso como para poder ser auténo- mo. A:su juicio, el principio de las na- cionalidades tinicamente podria ser efectivo en una futura sociedad socia- lista yen el marco della divisi6n inter- nacional del trabajo. Por todo ello, la solucién de los antagonismos nacio- nales, segtin el pensamiento baueria- no, debe encontrarse, mas que en el principio territorial, en el modelo 56 propuesto por Renner inspirado en el principio personal. Sin embargo, en afios posteriores a la publicacién de su obra La cuestién de las nacionalidades, Bauer comien- zaa dudar de que la autonomia cultu- ral fuese una solucién para Austria y, trasla Primera Guerra Mundial, reco- mienda a la socialdemocracia el re- conocimiento del derecho ala autode- terminacién delos pueblos. Salvo esta rectificacién, Bauer ratifica el andlisis histérico del origen y desarrollo de las naciones expuesto en la obra citada. [Me]. R.L] » V.Imperio austrohtingaro; Naciéns Principio de las nacionalidades; So- cialismo y nacionalismo. m Bauer, O.: La cuestin de las nacionali- dades y la socialdemocracia, Siglo XXI, Madrid, 1979; Borromons, T. (dir. cionario del pensamiento marxista, Madrid, 1984; Garcta PELAvO,M.:Idea de lapoltica y otros escritos, Centro de Estu- dios Constitucionales, Madrid, 1983; Manx, ENGELS, KAUTSKY, BAUER, REN- NER, LUXEMBURG, LENIN: El marxismo y la cuesti6n nacional, Avance, Barcelona, 1976.

Potrebbero piacerti anche