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profesor: Rodrigo Ramírez Legibilidad

Diploma en Tipografía 2007


fecha: 03 de junio, 2003
Legibilidad y
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página  de 9 lecturabilidad *

Material traducido y adaptado desde ‘Letters of Credit’, de Walter Tracy (1986)

Letras para ‘ver’, letras para ‘leer’


¿Legibilidad, lecturabilidad? » Existen dos aspectos en la tipografía que son
fundamentales para su efectividad. Podría pensarse que el significado de
‘legibilidad’ y ‘lecturabilidad’ es el mismo y que lo primero es todo lo que
se necesita para comprobar la efectividad de un tipo.
Ambos son términos distintos aunque relacionados en la tipografía. Entendidos
apropiadamente y utilizados en sus respectivos contextos, pueden ayudar
a describir con mayor completitud el carácter y función de la letra.
Legibilidad corresponde a la cualidad de ser fácil de leer. En tipografía es
necesario efectuar una precisión más exacta: hablamos de esta cualidad
cuando la palabra se hace descifrable, reconocible. Podemos decir por
ejemplo que en algunas tipografías tiende a confundirse la ‘e’ con la ‘o’ en
cuerpos pequeños. Así la legibilidad es el término que define la claridad de
ciertos caracteres. Es una problemática que se aplica a la tipografía en
textos pequeños, pero también a ciertos modelos display, que sintetizan
sus formas a extremos pocos reconocibles.
Lecturabilidad es una situación diferente. Podríamos decir como primera
acepción de este término que corresponde a algo “fácil de leer”, pero en
el desarrollo tipográfico es necesario darle un significado más específico:
Si las columnas de un diario o una publicación pueden ser leídas por varios
minutos sin interrupción o dificultad, decimos entonces que se utiliza una
tipografía con buena lecturabilidad. El término describe la cualidad de
‘confort visual’, situación clave en la comprensión de la información contenida
en textos extensos, que paradójicamente no es importante en lecturas
puntuales como la guía de teléfonos o una señal de tránsito, donde el ojo
no está leyendo de forma continua sino más bien buscando un punto de
información.
La legibilidad se refiere a un asunto de percepción, y su medida es la
velocidad con que se reconoce un caracter. Si el lector se confunde entonces
el caracter está pobremente diseñado.
La lecturabilidad se relaciona con la comprensión, y su medida es el lapso
de tiempo en que el lector puede permanecer en un bloque de texto sin
cansancio.
Legibilidad y lecturabilidad son dos aspectos funcionales de un diseño
tipográfico, aunque la tipografía es más que función. Ciertas tipografías
pueden resultar muy familiares, pero inoperantes en espacios de lectura
con exigencias o limitaciones técnicas; Garamond en pantalla es un buen
ejemplo. Junto al aspecto funcional se encuentra también el aspecto estético,
y la responsabilidad del diseñador está en equilibrar ambas situaciones.

* Apunte escrito por Rodrigo Ramírez en 2003. Clase dictada y actualización: Tono Rojas en 2007
profesor: Rodrigo Ramírez Legibilidad
Diploma en Tipografía 2007
fecha: 03 de junio, 2003
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página  de 9 lecturabilidad *

Material traducido y adaptado del excelente artículo «Taking it in» , de Kathleen Tinkel, aparecido en Adobe Magazine, N° 4 | 1996

Introducción
La tipografía como disciplina alguna vez ejercida sólo por especialistas,
se ha democratizado. Miles de usuarios de computadores —y no sólo aquellos
dedicados al negocio de la publicación como en el pasado— se han hecho
de pronto responsables por los ajustes del tipo en la página. La mayoría de
los nuevos tipógrafos requieren de consejos acerca de cuáles son las
condiciones para que un tipo sea fácil de leer.
No hay que soprenderse, ya que no hay mucha información útil en los
manuales de computación. Considerando además el boom de información
en diseño y tipografía —con artículos en revistas y una gran cantidad de
libros, algunos en nuevas ediciones y otros clásicos reeditados— muchos
de los preceptos parecen contraintuitivos, e incluso algunos contradictorios
entre si. Esto no parece parece ser de mucha utilidad en las publicaciones,
e incluso, según lo que vemos diariamente, muchas aplicaciones tipográficas
nos parecen derechamente feas o difíciles de leer, o ambas a la vez. (Y
muchos de ellos ignoran muchos de los consejos disponibles en libros y
revistas).
Una solución es volver a la seguridad de la investigación científica acerca
de qué es legible y que no. Podríamos notar que hay tipos que parecen ser
difíciles de leer cuando son usados en cuerpos pequeños o sin un interlineado
adecuado. También cuando las condiciones de contraste con el fondo se
invierten o se utilizan colores similares. Pero ¿Ello es realmente difícil de
leer o solamente irritante?
En efecto, hay situaciones buenas y malas: Se han hecho cientos de
estudios sobre comodidad en la lectura a lo largo de los últimos años, pero
respuestas específicas y concretas acerca de las dudas tipográficas habituales
son sorprendentemente difíciles de extraer desde los resultados.
En este artículo veremos algunas pautas sobre
ajuste tipográfico revisando el origen de los es-
textos línea de texto, 8 puntos
tándares, cómo éstos han sido confirmados bien línea de texto, 10 puntos
(o pobremente) según una investigación objetiva, línea de texto, 12 puntos
y qué consejos prácticos podemos tomar. El tema bajada línea de texto, 16 puntos
es enorme, así que debemos comenzar definiendo línea de texto,24 puntos
algunos términos y fijando los límites acerca del
material que nos permitirá luego debatir. línea de texto,32 puntos
línea de texto,48 puntos
títulos

línea de texto,56 puntos


línea de texto, 72 puntos
texto, 96 punto
* Apunte escrito por Rodrigo Ramírez en 2003. Clase dictada y actualización: Tono Rojas en 2007
profesor: Rodrigo Ramírez
Diploma en Tipografía 2007
fecha: 03 de junio, 2003 Legibilidad
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& Lecturabilidad
lecturabilidad *
Terminología y Condiciones
Los términos “legibilidad” y “lecturabilidad” parecen referirse a lo mismo,
pero ellos han adquirido significados distintos a lo largo del tiempo. Legibilidad
es un atributo de los tipos (o incluso del alfabeto en si mismo) que se refiere
a la facilidad con que podemos reconocer un caracter o distinguirlo de otro.

h=b
Podríamos decir que los caracteres I y l tienden a ser ilegibles en algunas
tipografías, que Machine Bold o Impact son ilegibles en cuerpos pequeños,
o que la h itálica en algunas versiones de Garamond, tiende a ser ilegible
(fácil de confundir con una b).
Lecturabilidad se refiere al tipo aplicado, compuesto en una página. Puede
ser definida no sólo en base a la elección de un determinado tipo (forma), Legibilidad: Garamond Italic
sino también a su tamaño, espaciado, ancho de columna, interlineado, y
otros. Walter Tracy, en su libro ‘Letters of Credit: A view of Type Design’,
entrega una de las definiciones más claras de lecturabilidad: “Si la columna
de un diario o revista, o las páginas de un libro pueden ser leídas por varios
minutos, sin perturbación o dificultad, entonces podemos decir que el tipo
tiene buena lecturabilidad. El término describe la cualidad de confort visual—
un requisito importante para la comprensión de largas extensiones de texto
pero, paradójicamente, no tan importante en aplicaciones puntuales como
directorios telefónicos o paneles de aeropuerto”.
La ”Lecturabilidad” puede tener una variedad de significados, debido a
los muchos tipos de materiales que leemos y también debido a la diversas
formas en que leemos: Una gran cantidad de texto ”plano” en libros, revistas,
diarios y otros, los cuales podemos incluir en una relativamente fácil o
placentera lectura de la información, y en un denso y más dificultoso proceso
en libros de texto o manuales. Pero piense en todos los otros tipos de lectura
que hacemos en nuestra era contemporánea: Evocativos titulares que
acompañan los artículos de revistas, listados y otros materiales de referencia
(como los paneles de aeropuerto de Tracy); folletos y avisos, etiquetas y
gráfica corporativa (logos, información de las empresas), graciosos o
dramáticos títulos en los libros o películas, señales o avisos camineros,
avisos en los edificios (señaléticas). En efecto, estamos saturados de palabras
impresas, en pantallas de televisión o monitores de computador, o en las
calles.
Sin embargo, los consejos en la práctica tipográfica generalmente están
dirigidos a lo que llamamos “texto corrido”, presente mayoritariamente en
libros. Los estudios publicados acerca de la lecturabilidad toman el mismo
curso, encontrando pocos de ellos aplicables directamente a los tipos display,
de título, corporativos (o de marcas), de señales, para publicidad o cualquier
otra de las variadas formas de la tipografía “expresiva”. Debido a que el
propósito de esta parte de la tipografía se dirige a otros aspectos, esta
discusión sobre legibilidad y lecturabilidad se centrará en el texto corrido.
¿De dónde provienen nuestras nociones convencionales de lo que es
cómodo de leer? La mayoría de ellas son herencia de la práctica a lo largo
de los siglos. La letra y la tipografía evolucionaron en base a la experimen-
tación, según las diferentes experiencias de calígrafos, fundidores, impresores
y —eventualmente— diseñadores y tipógrafos. Puede verse el resultado en
la tipografía actual, como la permanencia de aquello que se mantuvo a lo
largo de los siglos, y donde todo aquello que no era naturalmente favorable
se fue perdiendo. Por tanto podemos decir que nuestros procesos de lectura
obedecen a una convención, en las que implícitamente aceptamos mejor
aquello que nos resulta más cómodo de leer.

* Apunte escrito por Rodrigo Ramírez en 2003. Clase dictada y actualización: Tono Rojas en 2007
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De acuerdo a una fuente, el primer test registrado sobre legibilidad, que
comparó a Didot con Garamond (y en donde Garamond triunfó), fue conducido
por un tipógrafo en Francia alrededor de 1790. La mayoría de los estudios Anótese, publíquese y archívelo.
formales más relevantes desde entonces han sido hechos por psicólogos, Didot
ingenieros, oftalmólogos y educadores, no por tipógrafos. Los investigadores
han estudiado diversos aspectos de la lectura, informando acerca de sus
descubrimientos en publicaciones o presentaciones orales, artículos en
Anótese, publíquese y archívelo.
revistas y otras vías. La mayoría de estos reportes son además difíciles o Garamond
imposibles de encontrar hoy en día. De hecho, y según lo investigado,
sospecho que varios de ellos ya no existen.
Los primeros estudios emplean una variedad de mediciones, incluyendo
la distancia a la cual el texto se vuelve ilegible, o acerca del parapadeo de
los ojos. Pero la mayoría de los más recientes (y científicamente más creíbles)
estudios han medido la velocidad de lectura, la que de acuerdo al investigador
norteamericano Miles Tinker, es «aceptada como la técnica más válida para
el estudio de materiales impresos». No parece haber muchos estudios
referidos específicamente a la comprensión, por no hablar de efectividad
—la dificultad en los estudios realizados que podría separar el efecto del
tipo y la tipografía de la impresión, el diseño, el color, y el arte es una de
las razones de ello. Pero es válido recordar que la mayoría de los tests
objetivos han medido la velocidad de lectura.
De acuerdo a múltiples estudios (casi todos realizados desde el siglo XX),
dos son los descubrimientos más importantes en los resultados acerca de
la lectura:
1. Leemos en base a agrupaciones de letras o palabras, no un caracter a
la vez.
2. Leemos moviendo nuestros ojos en movimientos «sacádicos» (saltos a
lo largo de la línea del texto), con pausas en intervalos regulares (fijaciones),
más que mover los ojos en dirección continua a lo largo de la línea. Los
científicos han podido registrar el tiempo de lectura y el número de
movimientos, duración de las fijaciones, el número de regresiones (retorno
para re-leer), y la cantidad de duplicación (la bajada accidental a la línea
siguiente en vez de continuar leyendo en la misma).
Fundamentalmente, estos dos descubrimientos hacen sentido de todo lo
útil que sabemos acerca de la legibilidad y la lecturabilidad. Con ello en
mente, podemos comparar la práctica tipográfica tradicional con lo que los
investigadores encontraron posteriormente.

Yo trabajé en la mina y algunos de mis compañeros de


trabajo eran incluso de Chiloé, venían de Valdivia, de
Osorno, de Talca; en fin, gente campesina que se trasladó
detrás del vellocino de oro y se encontraron con un desierto
que para ellos casi era un desierto de otro planeta. Muchos
de ellos se devolvían al instante, pero mucho se quedaron
porque no tenían en qué volver, pero después de un año
se convertían en pampinos y ya no se querían ir.

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Letras, legibilidad y tipos

CG|HN|EF
La ilegibilidad es un problema latente en el alfabeto. Las herramientas de
la tipografía pueden realzar o mejorar algunas letras ambiguas, pero estamos
obligados a lidiar con ciertos caracteres inherentemente ambiguos, algunos

CG|HN|EF
de los cuales pertenecen a los más usados en idiomas como el inglés. Varios
estudios citan caracteres comúnmente confusos: C y G; H y N; E y F; c y e;

cecece
b, d, p, q (particularmente en lectores disléxicos); I y l (l minúscula e I
mayúscula); i y j; b y h; e, a, y s.
El espaciado estrecho aumenta la posibilidad de combinaciones ambiguas:
Una P seguida de un punto podía ser percibida como una R, rn puede ser
confundida con una m, y Ti confundirse con una Tl. De acuerdo con Tinker, Poca diferencación en los caracteres

los lectores adultos experimentados pasan estas ambigüedades por alto,

bdpq
pero causan problemas especialmente en niños en etapa de aprendizaje.
Escuchamos a menudo que ciertas tipografías —Bodoni de seguro, o las
sans en general— son menos legibles que otras. Lo encontrado en las
investigaciones sin embargo, sugiere que el grueso de las tipografías de
texto son más o menos equivalentes en lecturabilidad. En 1963 Tinker expuso
resultados de un estudio de velocidad de lectura que condujo junto a D.G.
Paterson 31 años antes. En éste se compararon diez tipografías a 10 puntos,
con 10 pts de interlínea y un largo de línea de 19 picas (unos 8 cm. aproxi-
madamente), no encontrando diferencias estadísticamente significativas Poca diferencación en los caracteres como éstos producen
de lecturabilidad entre Scotch Roman, Garamond, Antique, Bodoni, Old problemas particularmente en lectores disléxicos.

Style, Caslon Old Style, Kabel Light y Cheltenham. Sí fueron notoriamente


menos lecturables la American Typewriter (que no es la misma ITC American
Typewriter que conocemos hoy), y Cloister Black, una especie de gótica de
estilo inglés.
Dos estudios adicionales, conducidos durante la década del '60, testearon
fuentes tipográficas sans vs. serif, sin demostrar problemas significativos
para las sans. Uno de ellos (citado en ‘The Visible Word’ de Herbert Spencer),
comparó Gill Sans, Univers, Monotype Grotesque 215, Bembo, Baskerville,
y Modern Extended N°1, en un equilibrado rango de tipos sans y serif.
No podemos decir que la presencia de serifs no jueguen un rol en la
legibilidad. Un número creciente de estudios demuestran que leemos más
a partir de las alturas de los caracteres que desde las bases. Cuando los
tipos serifados o sans son comparados en este aspecto, la mayoría de los
tipos con serif serán leídos con mayor facilidad que los sans. Por otro lado,
varios estudios sugieren que los contrastes exagerados (cambios en los
grosores de trazo), interfieren en la velocidad de lectura, haciendo además
las letras menos legibles, y las sans serif tienden a tener menor contraste.
Con todo, podemos decir como conclusión que la mayoría de las tipografías
sin serif pueden ser menos legibles que la mayoría de las sans, pero que las
diferencias pueden ser reducidas con ajustes en la diagramación, considerando
el tamaño adecuado y el uso que se le dará a cada estilo.

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api api api


La fundición ITC ha insistido largamente que una mayor altura ‘x’ ayuda
a mejorar la lecturabilidad del tipo. Los investigadores daneses Kim Pedersen
y Anders Kidmose creen haberlo confirmado, aunque su estudio incluyera
sólo 20 sujetos y un par de tipografías (ITC New Baskerville y Monotype
Baskerville). Parece obvio que incrementando la altura ‘x’ aumenta el espacio
para los detalles que distinguen una letra de otra, pero el hecho de que la Garamond Caslon ITC Garamond
lectura se se apoye tan fuertemente en las alturas de las letras sugiere que
las ascendentes también serían una ayuda importante a la lecturabilidad.
Otros estudios han demostrado que una insuficiente distinción entre
descendentes causa confusiones: i j, n p, p q, por ejemplo. Ya que la altura
‘x’ se ha incrementado a expensas de las ascendentes y descendentes,
parece ser mejor que un diseño balanceado, con una moderada altura ‘x’
y claras ascendentes y descendentes, es usualmente lo más legible.
Sobretodo, los resultados de los estudios parecen favorecer a los diseños
tipográficos más moderados; dentro de ese rango, parece ser que tenemos
en realidad una buena cantidad de alternativas al elegir entre tipografías
de texto, serifadas o sans, sin hacer del texto algo difícil de leer.

Palabras y Líneas
Una vez que se ha elegido un tipo para trabajar, éste debe ser compuesto
tomando decisiones acerca del cuerpo, espaciamiento, los largos de línea
e interlineados. ¿Sabemos entonces cómo estas elecciones afectan la
lecturabilidad?
El sentido común nos dice que el cuerpo de un tipo afectará su legibilidad
y lecturabilidad, y los estudios parecen apoyar esta visión. Paterson y Tinker
testearon el tamaño tipográfico en varios estudios, encontrando que un
cuerpo estándar de texto (10 u 11 pt, dependiendo de la fuente) era leído
significativamente más rápido que los más pequeños o lo más grandes (los
12 pts eran significativamente más difíciles de leer que el cuerpo 10 u 11).
Los cuerpos más pequeños parecen ser menos legibles; los mayores pueden
presentar problemas más sutiles —parte de la explicación parece estar en
la ineficiencia de los movimientos sacádicos.
Los tipógrafos tienden a recomendar medidas más holgadas (ancho-altura)
para cuerpos tipográficos mayores, y ésto parece estar respaldado por las
investigaciones. Aunque al parecer Tinker no pensó específicamente en
estos términos, encontró que las velocidades más altas de lectura se
encontraban en espacios de texto cuyo largo era de entre 60 a 70 caracteres
por línea (de unas 10 a 12 palabras).
Las pruebas de interlineado son también algo por revisar. En 1932, Paterson
y Tinker encontraron que un texto en Scotch Roman a 10 pts era más cómodo
de leer (lecturable) al componerse con 2 pts de interlineado (10/12) que
cuando era compuesto ‘sólido’ (10/10). El ajuste 10/12 resultó ser mejor
también que 10/11 y 10/14.
Los tipógrafos recomiendan agregar mayor interlineado si se va a componer
texto pequeño en líneas largas, y las pruebas parecen confirmarlo. Tinker
y Paterson encontraron que agregando 2 pts de interlínea a un texto de 10
pts, compuesto en un largo de línea de 43 picas hace la línea de texto más
fácil de leer que el mismo compuesto en 10/10 con un largo de línea de 19
picas. Al componer la línea de 43 picas sin interlínea o sólo 1 pt. (10/10 ó
10/11), la lecturabilidad decaía dramáticamente. En otras palabras, no es
recomendado componer líneas largas con cuerpos pequeños, y hacerlo sin
interlínea es definitivamente un acto de crueldad con el lector.

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Aunque ocasionalmente vemos afirmaciones de que el texto justificado
es o más fácil o más difícil de leer que las alineaciones irregulares (izquier-
da/derecha), no hay una conclusión establecida en las investigaciones. Sin
embargo, los espacios entre palabras tienen un efecto en relación a cuánto
texto puede ser procesado en cada ‘fijación’. Por ello si es muy espaciado
(debido a la alineación o a otros controles del espaciado), la lecturabilidad
puede verse disminuída.

Sutilezas Tipográficas
Ha habido poquísima investigación sobre lecturabilidad con muchas de
las herramientas más sutiles de la tipografía: Los espaciados como el tracking,
kerning o las ligaduras; la repetición (o ausencia) de los guiones de silabación
(hyphens); y el uso de versalitas (small caps), cifras de texto, guiones y
puntuaciones reales. Esto podría ser principalmente porque los tipógrafos
después
no han investigado mucho sobre lecturabilidad en general, o simplemente
debido a que los psicólogos, oftalmólogos, o demás profesionales que han
estudiado el problema no han considerado estas variables específicas como
algo relevante.
Los tipógrafos creen en general que el ajuste natural de los tipos y un
espaciado más cerrado son lo más cómodo para la lectura, ésto se adhiere
DESPUES
al descubrimiento de cómo estamos habituados a leer y con el sentido
Más que descifrar letra a letra, los lectores adultos (experimentados)
común. Pero, como mencionamos anteriormente, el espaciado estrecho toman gran parte de las palabras como unidad.
puede producir combinaciones ilegibles (como rn y m); demasiado espacio Esto por el reconocimiento de su forma como contorno.
entre letras puede producir una lectura más lenta o una alteración de los
contornos de las palabras, lo que las haría menos reconocibles. También al
reducir el número de palabras que peuden ser leídas en cada ‘fijación’.
Tinker comparó las cifras alineadas con las de texto (old style), encontrando
una significativa ventaja para las cifras de texto en términos de velocidad
de lectura y margen de error. En contra, las cifras alineadas son mejores
1234567890 Cifras alineadas
para la lectura a distancia, por ejemplo en un letrero. En otras pruebas, se
descubrió que los caracteres de caja alta eran más legibles que los minúsculos
cuando se ubicaban en grandes cuerpos a distancia, estos descubrimientos
parecen ser de común acuerdo.
�� � � � � � � � �
Cifras de texto (Old Style)
Algunos tipógrafos eliminan la sangría de primera línea en párrafos o el
espacio extra entre éstos, en función de darle a la página un aspecto más
limpio o supuestamente más funcional. Esta práctica enfuerece a ciertos
lectores (me incluyo entre éstos). No se puede apoyar en una línea corta en
al párrafo anterior como avance al inicio de una nueva idea (párrafo). Las
investigaciones de Tinker encontraron tales párrafos menos cómodos de
leer: la sangría de primera línea incrementa la lecturabilidad en un 7%. Tinker
no menciona nada acerca del espacio extra, ni acerca de la práctica común
de dejar el primer párrafo con alineación izquierda, pero parece claro que
ninguna de éstas tienen la misma capacidad de distraer o irritar al lector.
Parece no haber ningún estudio de la lecturabilidad de las versalitas (small
caps). Las pequeñas menciones sobre silabación (hyphenation), sugieren que
la incidencia de éstas no afectan demasiado la velocidad de lectura. No
encontré investigaciones acerca del texto justificado en donde se repiten
dos o tres líneas consecutivas con silabación. Tampoco parece haber un
estudio acerca de si el buen color tipográfico ayuda o impide la buena
lectura.

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Por supuesto, el punto de la “tipografía afinada” es conseguir al menos,
bellas páginas. Aunque ésto es subjetivo y difícil de probar, la mayoría de
los tipógrafos cree que una composición armoniosa es mejor que una página
descuidada o fea. Los lectores a veces se resignan a un nivel tipográfico
muy malo, entendiendo que una página mal compuesta impide la lecturabi-
lidad. Pero, ¿puede usted cambiar todo y decir que usando ligaduras,
versalitas, cifras de texto, comillas en vez de apóstrofes y guiones, contribuya
a una lecturabilidad efectiva ? Ello no es categórico, aunque atendiendo a
esas sutilezas haga que la tipografía esté más cerca de la práctica ‘profesional’
aceptada, que en si misma busca minimizar la distracción al lector.

Condiciones de lectura
Muchos de los factores que afectan a la lecturabilidad están en verdad
fuera de nuestro control, y pueden ser desconocidos o difíciles de anticipar.
No tenemos control sobre las condiciones de luminosidad en que estará el
lector, y no podemos saber qué tan lejos se hallará del texto o cuál será el
ángulo de lectura. Algunas veces la gente lee durante un trayecto en bus y
debe contrarrestar a la vez la vibración, malas posiciones y condiciones
pobres (o variables) de luz. Apuntes o correspondencia de oficina pueden
pasar por generaciones de fotocopiado o faxeo, avisos diseñados para
grandes formatos son reducidos para otros usos, tipos escogidos para avisos
o documentos impresos terminan siendo reutilizados en la pantalla del vídeo
o internet.
Los lectores pueden tener problemas de visión, algunos de ellos con
limitaciones permanentes o transitorias. También están aquellos con
problemas de motivación. En realidad, los lectores que realmente quieran
entender qué hay en una página lo harán mejor que aquellos que no están
interesados.
Tales impedimentos tienden a exacerbar las deficiencias tipográficas.
Tinker estudió algunos de estos factores:
• Una página más alejada de lo normal, puede cambiar las condiciones de
lectura, haciendo que un texto compuesto en 12 pts sea tan efectivo como
uno de 9 pts, mientras que uno de 9 pts se vuelve simplemente ilegible.
• La lectura con la página plana sobre una superficie tiende a distorsionar
el tipo, exagerando cualquier rareza del diseño.
• El contraste bajo entre el color del sustrato (papel) y la tinta no es un
gran problema en condiciones normales de luz, los lectores se acomodan
a los papeles del rango amarillo a gris y toleran bien las tintas coloridas en
la mayoría de los papeles blancos. Pero si la luz se reduce, las páginas con
menor contraste hacen imposible leer tan rápido como con el blanco y
negro.
No podemos controlar las condiciones de lectura, pero podemos anticiparlas.
Algunas veces el asunto principal es asumirlas, por ejemplo, en una guía de
museo que será leída con luz rebajada. La gente mayor que lee libros en su
jubilación usará probablemente bifocales. Por ello, los proyectos que parezcan
tener que sortear dificultades necesitan ser diseñados con un mayor énfasis
de lo normal en la lecturabilidad .

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La última línea
Al investigar para este artículo, recordé un pensamiento de la obra
‘Epidémica’ de Hipócrates: “Ayudar, o al menos no dañar”. Queda claro que bdfhklt
aquellos que trabajamos con tipografía tenemos el poder de afectar la Siete astas ascendentes en las minúsculas
lecturabilidad, especialmente en un sentido negativo. Aunque podemos
hacer un buen trabajo simplemente teniendo en cuenta al lector.
Componer texto corrido en uno de las cientos de tipos estándar de texto
gjpqy
más cinco descendentes
disponibles (incluyendo los diseños sans humanistas), en un tamaño razonable:
usualmente entre 9 y 12 pts. Dejar los espaciados tranquilos, sin mayores
intervenciones de tracking. No usar dos espacios entre palabras o frases,
y cuidar el estiramiento en la justificación de última línea. Usar un rango En un texto normal en español, las ascendentes aparecen con una
frecuencia que es casi el triple:
medio de 60 a 70 caracteres por línea y agregar algunos puntos al interlineado.
Sangrar los párrafos, y mantener un rango aceptable de márgenes en la
página. Evitar las distracciones dentro del bloque de texto. 16% 5,6%
Todos estos factores trabajan en conjunto. Si usa un tipo que parece ser Ascendentes Descendentes
menos legible que el promedio —Bodoni, por ejemplo— puede compensar
las inconveniencias con espaciado, agregando interlínea, o haciendo otros
ajustes. Si está seguro de que su trabajo deberá ser leído por grupos de
necesidades especiales, evite el bajo contraste y los tamaños pequeños. Si
anticipa condiciones pobres de luz, evite los cuerpos pequeños y el uso de
tintas o papeles de color.
Al final, manejar la lecturabilidad parece ser una de esas soluciones 80/20.
Dominar lo básico para aquel 80% de lectores experimentados que leen en
condiciones ambientales normales. Una vez logrado, considerar el otro 20%,
que requerirá de necesidades especiales (personales o ambientales). Luego
aspirar a la bella tipografía, al innovador diseño de páginas, de expresión
creativa o gran originalidad, para el cual ya no hay reglas.

Bibliografía (De la autora)


• Language & Typography | Cal Swann, Van Nostrand Reinhold, 1991
• Legibility of Print | Miles Tinker, Iowa State University, 1963
• Typography now, The next wave | Rick Poynor y Edward Booth-Clibborn,
Booth Clibbron Editions, 1994
• The Visible Word: Problems of legibility | Herbert Spencer, Hasting House
publishers, 1969

Bibliografía (Del profesor)


• Letters of Credit: A view of Type Design | Walter Tracy, David Godine
Pubnlisher, 1986
• Manual de Diseño Editorial | Jorge de Buen, Santillana México, 2000
• En torno a la tipografía | Adrian Frutiger, Editorial GG, 2001

* Apunte escrito por Rodrigo Ramírez en 2003. Clase dictada y actualización: Tono Rojas en 2007

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