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La muerte de las lenguas, una tragedia evitable

Utilizando métodos matemáticos empleados en biología evolucionista para


calcular el número de especies a lo largo del tiempo, se ha conjeturado que en la
historia de la especie humana pueden haber existido entre 100.000 y 500.000
lenguas. La cifra no nos dice demasiado, porque nadie sabe desde cuándo existen
lenguas humanas (ni exactamente a qué nos referimos con este término), y
porque el margen es enorme. Pero sí que nos dice algo muy interesante: igual
que sucede con las especies de seres vivos, hoy día existen muy pocas: la
mayoría de las lenguas y las especies que ha habido en la tierra han ido
desapareciendo. Los cálculos más amplios del número de lenguas hablan de poco
más de 6.000, aunque bastantes de ellas ya están extinguidas. Por desgracia, y a
diferencia de las especies animales y vegetales, no existen fósiles lingüísticos
que nos permitan comprobar cuántas ha podido haber en cada lugar y cómo eran.

Enrique Bernárdez
Universidad Complutense de Madrid

(16/09/2008)

La diversidad lingüística se explica sobre todo por la


La mayoría de las
existencia de grupos humanos pequeños: estos eran la
lenguas y las
mayoría milenios atrás, hoy son relativamente pocos y
especies que ha
cada vez menos. Lo cierto es que si tenemos diez mil
habido en la tierra
personas que hablan una lengua y que se encuentran
han ido
en interacción constante, es probable que hablen casi
desapareciendo.
igual, tanto más cuánto más frecuente y profunda sea
Los cálculos más
la interacción. Pero si esos diez mil se encuentran
amplios del número
repartidos en grupitos de cien personas que, además,
de lenguas hablan
están básicamente aislados la mayor parte del tiempo,
de poco más de
es bastante posible que acabemos con cien lenguas
6.000
distintas. En realidad algo menos, porque siempre habrá
algunos grupos que tengan mayor contacto entre ellos, y de un modo
suficientemente estable como para evitar que sus hablas se separen demasiado
(al respecto puede verse Bernárdez 2001).

Esta dinámica se refleja en las lenguas de hoy. La inmensa mayoría de esas seis
mil es hablada por pocas o muy pocas personas. Son muchas las lenguas que no
tienen ni siquiera mil hablantes, y no tan pocas las que cuentan apenas con un
centenar o menos. Esto sucede sobre todo con las lenguas de pequeños grupos
étnicos de África, Asia, América u Oceanía. En Europa, en cambio, hablamos de
"lenguas pequeñas" cuando cuentan con solo unas decenas de miles de
hablantes; incluso se considera pequeños a idiomas como el islandés con
310.000 hablantes, e incluso a los que tienen solamente unos pocos ¡millones!
de hablantes. El euskera, con mucho menos de un millón de hablantes, o el
catalán, con más de siete millones, cuentan para mucha gente entre las lenguas
pequeñas cuya conservación quizá "no vale la pena". ¿Qué decir, entonces, de
idiomas de indios norteamericanos con una o dos decenas de hablantes, o de
otros del mismo continente con unos centenares, con cuatro o cinco mil, con
cincuenta mil o, como mucho, un millón? La única lengua amerindia con un
número realmente significativo de usuarios es el quechua, en sus diversas
variedades, que es utilizado por siete u ocho millones de personas en seis países.
La más hablada en los EE.UU. es el navajo, con 150.000, aunque el número de
navajos que no conocen su lengua es muy semejante: la lengua va perdiendo
hablantes de año en año, cada vez más deprisa.

De forma que la gran mayoría de los seres humanos se reparten pocas lenguas.
Aunque no debemos olvidar que es frecuente que muchas personas usen a la vez
dos o más idiomas. En el sur de la India, por ejemplo, una persona podrá hablar
su "diminuta" habla local, pero también, digamos, el telugu (usada por 75
millones de individuos), el hindi (casi 580 millones) y quizá el inglés (1.500
millones). Si contamos para las lenguas más habladas del mundo tanto sus
hablantes "nativos" como los que la usan como segunda o tercera lengua, resulta
que con los veintiún idiomas más hablados (los que tienen más de 50 millones
de hablantes como primera o única lengua) cubrimos casi la población entera del
mundo: en conjunto suman más de 6.315 millones de hablantes, de los 6.500
millones de habitantes de nuestro planeta.

¿Por qué desaparecen las lenguas? La desaparición va unida al tamaño, aunque


no de forma automática. Lo cierto es que cuanto más grandes sean los grupos
humanos (socioculturales, políticos, económicos, etc.), tanto más probable será
la creación de grandes lenguas: español, inglés o chino son muy habladas
gracias a sus respectivas expansiones coloniales, no porque sean lenguas
mejores o peores que otras. Estas grandes lenguas van restringiendo cada vez
más el ámbito de uso de las pequeñas, incluso hasta hacerlas desaparecer. El
grupo mayor tendrá habitualmente una marcada tendencia a imponerse sobre
los menores, a veces por cuestión de prestigio pero otras, la mayoría, también, o
sobre todo, por presión unificadora, por rechazo de la diferencia, etcétera. Es
algo que ha sucedido desde los tiempos más lejanos que conocemos, aunque,
por ejemplo, en tiempos del Imperio Romano las lenguas pequeñas (tartesio,
ibérico, galo, véneto, lenguas célticas de la Península Ibérica, etcétera) tardaron
siglos en desaparecer; hoy día, por el contrario, el proceso se acelera
drásticamente.

Hasta el punto de que la UNESCO calcula que cada dos


En tiempos del
semanas desaparece una lengua. A mediados de siglo,
Imperio Romano las
en algunos lugares no quedará ninguna de esas lenguas
lenguas pequeñas
de (muy) pocos hablantes, que suelen ser, además, los
tardaron siglos en
habitantes más antiguos de la región: es difícil que en
desaparecer; hoy
2050 quede alguna lengua aborigen en Australia, que
día, por el
ocuparon la isla-continente hace decenas de miles de
contrario, el
proceso se acelera años; o que sobrevivan más de una decena de las
doscientas actuales de los EE.UU. o Canadá; o que se
drásticamente
hable aún alguno de los pequeños idiomas de Siberia,
que llevan allí muchos milenios. En África la situación es algo distinta, porque la
desaparición de pequeñas lenguas se deberá más al empuje de unas pocas
grandes lenguas africanas (swahili, hausa, yoruba, zulu) que a las europeas,
pero esa expansión es también a costa de las lenguas más antiguas,
"aborígenes" de cada lugar. El siglo XXII empezará, si las cosas no cambian, con
solo un tercio, o seguramente menos aún, de las lenguas habladas hoy día.

Las lenguas no suelen desaparecer porque así lo quieran sus hablantes, optando
libremente por un idioma más extendido e importante. La desaparición es
normalmente producto de la presión del grupo dominante, acompañado de su
lengua correspondiente. En ocasiones, hasta mediante la violencia: se prohíbe el
uso público, incluso privado, del idioma minoritario, y se castiga a los
contraventores. O se saca a los niños de su grupo étnico y lingüístico para
llevarlos a escuelas lejanas donde se les castiga si hablan su lengua con algún
compañero, forzándoles a utilizar solo la lengua dominante (sucedió en EE.UU. y
Australia, por ejemplo, entre 1850 y 1960). Además, el contar con una lengua de
larga e importante tradición escrita no es óbice alguno para la desaparición: el
copto, derivado del antiguo egipcio y lengua viva de una de las comunidades
cristianas más antiguas, se perdió como lengua hablada (se conserva como
idioma religioso) por la presión del Islam, asociado a su lengua del Corán, el
árabe. Algo parecido sucedió con el etrusco, lengua que servía a una cultura
mucho más desarrollada y antigua que la romana, pero que sucumbió ante el
empuje político y militar de Roma y su por entonces pequeña e insignificante
lengua, el latín.
Hoy día, en mucho mayor grado que en cualquier época histórica anterior (nunca
habían existido lenguas con cientos de millones de hablantes repartidos por
inmensas extensiones geográficas), el uso de uno de esos grandes idiomas
puede ser inevitable: imaginemos un miembro de una tribu india de los EE.UU.
que se ve obligado, por motivos económicos, a vivir lejos de los demás
miembros de la tribu; situación extraordinariamente frecuente, y no solo allí,
sino en todas partes donde hay grupos muy minoritarios. Difícilmente podrá
seguir hablando su lengua. Sucede incluso cuando no se trata de un solo
individuo, sino de una familia o de un pequeño grupo de ellas: las posibilidades
de conservar su idioma propio serán muy escasas, y es difícil que la siguiente
generación se decida a seguir empleando un idioma que no podrán compartir con
nadie.

Al desaparecer una lengua se pierde también una


Al desaparecer una
cultura única, que está indisolublemente unida a ella.
lengua se pierde
Pero no es solo eso. ¿Qué sucede con los hablantes de
también una cultura
una lengua que está desapareciendo? Cualquier que
única, que está
haya vivido durante cierto tiempo en un país con otra
indisolublemente
lengua y otra cultura, podrá comprender lo que se
unida a ella
siente. Por muy bien que hablemos una lengua
extranjera, habrá cosas sobre las que seremos incapaces de hablar con
naturalidad: sobre todo en lo referente a lo más propio de nuestra cultura y de
nosotros mismos, nuestros deseos, experiencia y anhelos. Por eso los emigrantes
españoles en Europa acudían a las Casas de España para poder sentirse en casa,
precisamente porque era la casa de su(s) idioma(s) y su(s) cultura(s). Hay cosas
tan ligadas a nuestra lengua propia que difícilmente podremos expresarla en
otras, y entonces nos faltará un pedazo de nosotros mismos.

Los últimos hablantes de las lenguas pequeñas, que en conjunto serán miles,
cientos de miles en estos principios del siglo XXI, viven unos años, en ocasiones
durante más de una generación, siendo solamente una parte de ellos mismos: la
parte que, con más o menos dificultades, puede expresarse en la lengua y la
cultura ajena. No olvidemos, además, que los niños tendrán serias dificultades
para seguir enseñanzas en una lengua que no es la propia y que, quizá, apenas
entienden: el fracaso escolar es una amenaza omnipresente en estos procesos, y
sus consecuencias pueden reforzar la marginalidad que planea sobre los
miembros de grupos que están perdiendo su idioma propio.

De forma que la desaparición de lenguas no es solo pérdida de un patrimonio


cultural inmaterial que configura buena parte de la esencia del ser humano,
como proclama la UNESCO. Es también el desarraigo de miles y millones de
personas arrojadas de su hogar lingüístico-cultural e incluso cognitivo, que ni
siquiera pueden transmitir a sus hijos. Quienes se felicitan por la muerte de las
lenguas, como John Miller en The Wall Street Journal, rechazan también la
variedad cultural y prefieren la uniformidad al servicio de la globalización y de la
producción económica capitalista en el sentido más neocon. Pero quienes quieren
ver un mundo menos uniformizado a la fuerza, más rico, con variedad biológica y
también cultural y lingüística, saben que algo se puede hacer: la muerte de las
lenguas no tiene por qué ser un fenómeno inevitable: algunas lenguas han
reaparecido después de siglos sin hablarse (caso del hebreo), cerca de dos mil
personas hablan ya, otra vez, la lengua celta de la isla de Man, dada por muerta
en 1967, y cosas parecidas suceden por el mundo. Igual que defendemos la
variedad biológica y que luchamos para evitar que desaparezca la foca monje o
el lince ibérico, podemos activarnos para impedir la desaparición del cha'palaachi
de Ecuador, el dyirbal de Australia o el chukoto de Siberia. Acudir a una de las
organizaciones que luchan por este objetivo será un primer paso.

Algunas referencias útiles para profundizar en el tema

Atlas of the World's Languages in Danger of Disappearing. New revised edition, by Stephen A. Wurm - Cartographer:
Ian Heyward. Memory of Peoples series, UNESCO, 2003 (en 2008 se publicará una nueva edición actualizada).

Bernárdez, Enrique. «De monoide a especie biológica: aventuras y desventuras del concepto de lengua». CLAC 7.
(http://www.ucm.es/info/circulo/index.htm)
Bernárdez, Enrique. ¿Qué son las lenguas? Madrid: Alianza, 2004.

Crystal, David. La muerte de las lenguas. Madrid: Alianza, 2003.

Gordon, Raymond G., Jr. (ed.), 2005. Ethnologue: Languages of the World, Fifteenth edition. Dallas, Tex.: SIL
International. Versión en línea:
http://www.ethnologue.com/ Es el principal catálogo de lenguas del mundo, razonado y con abundante
información.

Hagège, Claude. No a la muerte de las lenguas. Barcelona: Ed. Paidós, 2001

http://www.endangeredlanguagefund.org/index.html (Página web de la UNESCO dedicada a las lenguas en


peligro).

http://www.unesco.org/culture/en/endangeredlanguages (Organización internacional dedicada a la defensa


de las lenguas en peligro. Aquí se pueden encontrar muchos enlaces de interés)

MILLER, John J. (2002), «How Do You Say "Extinct"? Languages die. The United Nations is upset about this», The Wall
Street Journal, 8/3/2002.

Artículo disponible en:


http://www.madrimasd.org/informacionIdi/analisis/analisis/analisis.asp?id=36203
Los centros de diversidad lingüística1
Toledo, Víctor M. y Narciso Barrera-Bassols (2008)

Cada lenguaje hablado representa un modo único de comprender la experiencia humana, el universo
natural y el mundo entero. Los idiomas resumen toda la pluralidad de la humanidad. Como un código
de acción social, el lenguaje es usado por los seres humanos para establecer un diálogo negociado con
el mundo social y el mundo natural (UNESCO, 1996). El lenguaje es una construcción sociocultural que
da el significado a las representaciones, discursos y negociaciones. Por otra parte, como un
instrumento dialógico, el lenguaje constituye el puente fundamental entre la cognición, el
reconocimiento y el reconocernos; un puente entre la diferencia y el diferenciarnos, que es un puente
para negociar la legitimidad y lograr acuerdos (Bordieu y Wacquant, 1995).

El reconocimiento de las diferencias es una condición para el diálogo y una condición para la
construcción de acuerdos entre diferentes personas y grupos sociales. El lenguaje constituye la
herramienta esencial para la construcción de la diversidad cultural y la materia prima de la creatividad
y el conocimiento humano. La dramática reducción de lenguas desgasta las bases de ésta creatividad y
conocimiento, que eventualmente producirá la uniformidad en las culturas del mundo y por tanto, la
irremediable reducción de la diversidad cultural (Harmon, 1996a y 1996b).

La diversidad lingüística designa el número de lenguas habladas a lo largo de todo el mundo. La


distribución geográfica de la diversidad lingüística sigue un patrón heterogéneo (Krauss, 1992; Harmon,
1996b; Maffi , 1998). La diversidad lingüística es el resultado de la diversidad cultural y refleja las
relaciones de dominación/subordinación y resistencia/hibridación entre diferente personas,
sociedades y civilizaciones (Barrera-Bassols, 2003). Hay tres principales fenómenos históricos que han
contribuido a crear la diversidad geográfica-lingüística: 1) el aislamiento geográfico de poblaciones
humanas, proceso que deriva en un número importante de lenguas «endémicas» (Harmon, 1995); 2) el

1
Tomado de: Toledo, Víctor M. y Narciso Barrera-Bassols. La Memoria Biocultural. La Importancia
Ecológica de las Sabidurías Tradicionales. Barcelona: Icaria Editorial. 2008. P.p 31-35
enriquecimiento de la diversidad lingüística como resultado de la interacción de diversos grupos
sociales (Mühläusler, 1996; Maffi , 1999); y 3) la dominación colonial y la internacionalización de los
sistemas de comunicación dominado por determinadas lenguas, lo cual origina la extinción de lenguas
endémicas a través de la asimilación cultural (Harmon,1996b; Maffi , 1998).

No existe un acuerdo en cuanto al número de lenguas habladas en el mundo, Gordon (2005) reconoce
un total de 6.700 lenguas, mientras que Harmon (1995) reporta 6.207. En todo caso, el número de
lenguas que son usadas hoy en día por los grupos sociales es impredecible. Existe una agrupación de
cinco categorías de países de acuerdo a su diversidad lingüística (Figura 3). No obstante, usar al país
como la unidad para referir a la diversidad lingüística implica un problema, ya que la distribución de
lenguajes no está restringida a los límites políticos. Aún así, aquí se presenta al país como unidad de
comparación.

Tomando ello en consideración, el primer grupo está conformado por Indonesia y Papua Nueva Guinea
que son países lingüísticamente megadiversos. Entre ambos alcanzan un total de aproximadamente
1.550 lenguas, las cuales representan el 23% de todos los idiomas del mundo. El segundo grupo de
siete países (Nigeria, India, México, Camerún, Australia, Zaire y China) tienen una alta diversidad
lingüística con aproximadamente de 350 a 470 lenguas por país, que representan el 37% (Gordon,
2005) o el 49% (Harmon,1995), del total a nivel mundial. Ambos grupos de megadiversidad lingüística
registran un total aproximado de 3.634, cifra que representa el 54% de las lenguas vivas en el mundo.
Sin embargo, estos nueve países representan solo el 4% de los 225 países.

El tercer grupo de 10 países (Brasil, Estados Unidos, Filipinas, Malasia, Tanzania, Chad, Nepal, Sudán,
Myanmar y Vanuatu) tienen una diversidad lingüística media, agrupando del 21 al 22% de los idiomas
del mundo. Conjuntando los 19 países con alta y media diversidad lingüística se tiene una
correspondencia de solo el 8,5% de los países con información lingüística, sin embargo ésta agrupación
reúne aproximadamente 4.000 lenguas, las cuales representan del 75 al 77% de los idiomas del mundo.
El cuarto grupo de 40 países con baja diversidad lingüística incluye del 12 al 14% de los idiomas del
mundo y representa al 18% de los países. El quinto grupo de países con muy baja diversidad lingüística
se caracteriza por tener de 1 a 25 lenguas por país, éstos representan el 73% de los países del mundo y
constituyen del 7 al 8% de todos los idiomas hablados (Figura 4).

La diversidad lingüística por continente se refleja de la siguiente manera: 32% en Asia, 30% en África,
19% en el Pacífi co, 15% en América y 3% en Europa (Maffi, 1998). Sin embargo solo 300 idiomas son
importantes respecto a su proporción de hablantes. Por ejemplo el chino, el inglés, el español, el
árabe, y el hindi, entre los más importantes, son hablados por más de un millón de personas, que
corresponden al 95% de la población mundial (Harmon, 1995). En contraste, del 51 al 53% de los
idiomas (3.406) son hablados por comunidades de menos de 10.000 habitantes (aproximadamente 10
millones de personas), proporción que representa el 0,2% de la población mundial. De esta manera, las
minorías sociales, que incluyen a las comunidades indígenas, hablan lenguas que están en peligro de
extinción.
El proceso de cambiar una lengua tradicional para hablar un lenguaje dominante constituye el más
grande proceso de extinción de la diversidad lingüística (Harmon, 1995; Maffi, 1998 y 1999). La
homogenización lingüística causó la pérdida del 15% de los lenguajes en el siglo XVI (Bernand, 1992). La
aceleración de este proceso puede resultar en la pérdida del 90% de los idiomas a lo largo del presente
siglo. Los especialistas estiman que entre el 6 y el 11% de todos los idiomas pueden ser considerados
en peligro de extinción (Krauss, 1992).

La estandarización lingüística por el uso de las lenguas oficiales es mejor entendida cuando se
considera a un idioma como un instrumento en las relaciones de poder y no solo como una fuente de
comunicación (Bordieu, 1982; Bordieu y Wacquant, 1995). La asimilación lingüística está asociada con
la conquista, el colonialismo, el neocolonialismo y la difusión de la religión. Hoy en día, las relaciones
entre ciudades aumentan basadas en algunos idiomas, o como en la mayoría de los casos, en uno solo,
aunque los estados soberanos sean considerados como multilingües. Esto confiere un poder adicional,
ya que las instituciones sociales refuerzan el estatus y la influencia de los idiomas estandarizados.
Actualmente, la mayoría de los países del mundo usan el inglés, el francés o el español y cada vez más
personas utilizan el chino mandarín y el hindi como lengua franca, o como idiomas oficiales. La reciente
tendencia en el mundo respecto a la diversidad lingüística es hacia la inequidad, la desigualdad y la
inestabilidad (Williams, 1994).

Cuatro son los patrones más aparentes y notables identificados en el proceso de diversificación
lingüística: (1) los países considerados megadiversos lingüísticamente (9 en total) concentran al menos
la mitad de los lenguajes en el mundo; (2) estos países están localizados en la franja intertropical y
poseen tres de las zonas agroecológicas más vulnerables a la degradación ambiental: el trópico
húmedo, las zonas cálidas semidesérticas y las regiones altas secas y frías; (3) cerca del 0,2% de la
población mundial (menos de 10 millones de personas) concentran más del 50% de la diversidad
lingüística del planeta; (4) muchas lenguas endémicas, amenazadas de extinción, se encuentran en
estos hot spots lingüísticos y en áreas rurales habitadas por comunidades indígenas (Barrera-Bassols,
2003).

Referencias
BARRERA-BASSOLS, N. (2003 [2008]), «Symbolism, knowledge and management of soil and land
resources in indigenous communities: ethnopedology at global, regional and local scales», ITC
Dissertation Series 102, 2 vols. Enschede, Países Bajos.

BERNARD, R. (1992), «Preserving language diversity». Human Organization 51(1): 82-89.

BORDIEU, P. (1982), Ce que parler veut dire. L’économie des échanges linguistiques, Fayard, París.

— y L.J.D. WACQUANT (1995), Respuestas. Por una antropología refl exiva, Grijalbo, México.

GORDON, Raymond G. Jr (ed.) (2005), Ethnologue: Languages of the World, Fifteenth edition, Dallas,
Tex,: SIL International, Online
version: http: //www.ethnologue.com/.
HARMON, D. (1996a), «Loosing species, loosing languages: connections between biological and
linguistic diversity», Southwest Journal of Linguistics (15), 89-108.

— (1996b), «The converging extinction crisis: defi ning terms and understanding
trends in the loss of biological and cultural diversity», Paper presented at the Colloquium Losing
Species, languages, and stories: linking cultural and environmental change in the Binational Southwest,
Arizona-Sonora Desert Museum, Tucson.

— (1995), «The status of the world’s languages as reported in Ethnologue», Southwest Journal of
Linguistics (14), 1-33.

KRAUSS, M. (1992), «The world’s languages in crisis», Languages 68 (1), 4-10.

MAFFI, L. (1999), The «business» of language endangerment: saving languages or helping people keep
the alive? Northwestern University, manuscrito.

— (1998), «Language: a resource for nature, Nature and Resources», Journal on the Environment and
Natural Resources Research 34(4), 12-21.

MÜHLHÄUSER, P. (1996), «Ecological and non-ecological approaches to language planning»,


Contrastive sociolinguistics, Nueva York, Berlin: de Gruyter, 205-212.

UNESCO (1996), Nuestra diversidad creativa: informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo,
ONU-UNESCO, México.

WILLIAMS, B. J. (1994), «Sixteenth century nahua soil classes and rural settlement in Tepetlaoztoc»,
Paper presented at the 15th World Congress of Soil Science, Acapulco, México.
David Crystal: “Una ecología lingüística es
tan urgente como la biológica”
David Crystal sostiene desde hace tiempo que es necesario un movimiento
social para evitar la extinción de lenguas.

A comienzos de 1997 el lingüista de origen irlandés escribía en el diario


The Guardian: “Imagine qué puede ocurrir si el inglés continúa creciendo al
ritmo al que lo ha hecho. Quizás llegue un día en que sea la única lengua que pueda
aprenderse. Si esto llega a suceder, será el mayor desastre que habrá conocido el planeta en
toda su historia“.
D. Crystal se ha convertido en un estandarte del multilingüismo. En su libro La muerte de las
lenguas (Cambridge, 2001), da cinco razones para salvar las lenguas. “Porque necesitamos la
diversidad y porque las lenguas expresan la identidad, son depositarias de la historia,
contribuyen al conocimiento humano y son interesantes por sí mismas“.

En una noticia aparecida en público.es (2008), David Crystal sostiene que es necesario
un movimiento social para evitar la extinción de lenguas:

¿Es necesario un movimiento para salvar las lenguas similar al ecologismo?


Una ecología lingüística es tan urgente como la biológica. La diversidad lingüística es
un bien básico del ser humano. Cada lengua expresa una visión del mundo y qué
significa ser humano, y cada lengua perdida implica la pérdida de una de estas
visiones. Los argumentos son exactamente los mismos que aquellos utilizados en el
ámbito de la conservación de plantas y animales, salvo que aquí hablamos de
diversidad intelectual.

¿Hay lenguas verdugo que están borrando del mapa el resto de las lenguas?
Cualquier lengua dominante es una amenaza potencial para las lenguas minoritarias
cercanas. En algunas regiones de África, las lenguas minoritarias están amenazadas por
las dominantes, como el suahili o el árabe. El inglés ha sido la lengua más poderosa en
algunos lugares, como Australia. En otros, ha sido el español, como en la mayor parte
de Suramérica. Pero no me gusta emplear palabras como verdugo, sobre todo cuando
hablamos de personas que utilizan estas lenguas para tener una mejor calidad de vida.
La gente no escoge la ejecución.
El concepto de ecología de las lenguas fue usado por Haugen en 1972 para referirse “al
estudio de las interacciones entre la lengua y su entorno.” El entorno se entiende como
psicológico y sociológico. Para Haugen es muy importante que la cuestión no se
reduzca a la descripción de la situación social y psicológica de la lengua sino al efecto
de esta situación en la lengua. La ecología de la lengua no se limita a la descripción de
las lenguas sino a promover su uso y preservación. Haugen explica que el término de
“Ecología de las lengua ” así como el de “Familia lingüística” son metáforas derivadas
de los estudios de la existencia de la vida. Esta metáfora según Hornberger 2005 es
muy útil para las propuestas de políticas lingüísticas multilingües. Así nos dice:

Tres temas sobresalen para mí en los escritos de Haugen y también de otros


investigadores más recientes sobre la ecología del lenguaje (Mühlhaüsler 1996,
Phillipson & Skutnabb-Kangas 1996, Kaplan & Baldauf 1997, Ricento 2000, y otros),
temas que son de utilidad en la construcción e implementación de políticas lingüísticas
multilingües. Estos temas son: primero, que las lenguas, al igual que las especies
biológicas, crecen, cambian, viven y mueren en relación con otras lenguas (lo que
podemos llamar el tema de la evolución del lenguaje); segundo, que las lenguas, al
igual que las especies biológicas, interactúan con los múltiples factores de su entorno,
factores sociopolíticos, económicos, culturales, educativos, históricos, demográficos, y
otros (lo que podemos identificar como el tema del entorno del lenguaje); y tercero,
que algunas lenguas, al igual que algunos especies y entornos, pueden llegar a estar en
peligro de extinción, y la ecología no es tan sólo cuestión de estudiar y describir esos
procesos, sino también de actuar para contrarrestarlos (lo que podemos denominar el
tema de la extinción del lenguaje.

La preservación de las lenguas no es solo un asunto lingüístico. En un post decía que:


“Los esfuerzos por revitalizar las lenguas indígenas no pueden estar divorciados de las
luchas por la autonomía, la democracia y el reconocimiento de los derechos
colectivos.” La ecología lingüística es un trabajo para quienes creen que “otro mundo
es posible.”

Bibliografía.
Haugen, E. (1972). The ecology of language. In A. Dil (ed.) The Ecology of Language:
Essays by Einar Haugen. Stanford, CA: Stanford University Press.

Hornberger, N. (2005) Voz y biliteracidad en la Revitalización de lenguas indígenas:


Prácticas contenciosas en Contextos quechua, guarani, y maori. Disponible en:
http://www.digitalart.inf.br/ufmt/arquivos/artigos/5.pdf

Entrevista disponible en: http://nilavigil.wordpress.com/2008/01/31/david-crystal-una-


ecologia-linguistica-es-tan-urgente-como-la-biologica/
UN MUNDO DE DIFERENCIA/ LINGÜÍSTICA
MAURICE CARDER1

Hay mucho en común entre diversidad biológica y lingüística. Si las destruimos, de


alguna manera la vida puede continuar, pero nuestra "vitalidad” se vería amenazada.

HACE POCO PREGUNTÉ a un grupo de estudiantes, representantes de diez


nacionalidades de todo el mundo, cuántos idiomas se hablaban en su país. Todos,
excepto un belga, respondieron de inmediato diciendo “uno”. Les sugerí investigar
sobre el tema y que me entregaran un informe la clase siguiente.

El estudiante iraní causó gran sorpresa durante la sesión de reacciones cuando dijo la
cifra de ochenta y nueve. Las estadísticas se basaban en lenguas indígenas, o
endémicas, sin incluir los inmigrantes recientes.

Cuando se le pregunta a la gente cuántos idiomas se habla en el mundo, generalmente


señala una cifra que oscila entre los 50 y los 600. Esto es muy por debajo de la cifra
aceptada de 6.000 a 7.000. Al igual que ocurre con la biodiversidad, los idiomas van
aumentando en la medida en que nos acercamos al Ecuador. Lamentablemente, tal
como sucede con la diversidad biológica, también hay una creciente tasa de extinción.

Tove Skutnabb-Kangas, un primerísimo escritor en muchos aspectos, dice que durante


los últimos 500 años “aproximadamente la mitad de las lenguas conocidas del mundo
han desaparecido”. Otro investigador, Michael Krauss, estima que el 90% de las
lenguas de hoy podrían extinguirse en 100 años, quedando tan sólo cerca de 600.
Algunos investigadores hacen estimaciones más bajas. Se trata de una cruda imagen:
los idiomas están muriendo, pero la conciencia de este fenómeno es poco discutido
fuera de los círculos académicos. ¿Importa eso?

Las respuestas a esta pregunta son complejas y en el mundo actual se mezclan con el
desarrollo político de la sociedad, particularmente desde el surgimiento de la Nación-
Estado. No es casual que hoy existan menos idiomas hablados en Europa (el lugar
donde se originó la Nación–Estado) que, por ejemplo, en sólo un país africano: Nigeria.

La mayoría de las naciones europeas tienen una lengua como idioma oficial y los
hablantes de lenguas “minoritarias” han sido marginados (quizá tardíamente
reconocidos en la Unión Europea, pero en gran parte en vías de extinción). Los Estados
Unidos son el mejor ejemplo del lenguaje de una nación (el inglés) asfixiando a todos
los demás.

1
Maurice CARDER está a cargo de la educación de lenguas nativas de estudiantes en la Escuela
Internacional de Viena. Su libro más reciente es “Bilingüismo en las escuelas internacionales”.
En 1996 hubo una conferencia en la Universidad de California, Berkeley, donde la
directora de Terralingua, Luisa Maffi, dijo que existen “notables coincidencias entre las
mapeos globales de las zonas de megadiversidad biológica del mundo y las áreas de
alta diversidad lingüística”, de la misma forma en que existe “una alta correlación
entre baja diversidad cultural y baja diversidad biológica”.

Teniendo presente una etapa ulterior David Harmon, Secretario de Terralingua,


observó el endemismo (que se refiere a algo que es propio de una región en particular)
en el lenguaje y en vertebrados superiores. Luego, Harmon observó los veinticinco
países que tienen la mayoría de los idiomas y las veinticinco naciones que tienen
vertebrados más superiores. Encontró que dieciséis países (el 64%) estaban en ambas
listas:

• Países extensos con terreno muy variado, clima y ecosistemas, como México, Brasil y
China.

• Islas como Papua Nueva Guinea, Filipinas e Islas Salomón.

• Países tropicales como Camerún, República Democrática del Congo y Tanzania.

Harmon añade el factor 'urbanización' a aquellos que promueven baja diversidad.

También encontró una alta correlación entre las lenguas y las plantas floridas: una
región o bien tienen muchas de ambas o pocas de ambas.

Skutnabb-Kangas descubrió que donde existen muchos lenguajes también existen


muchas mariposas, y explica que la relación entre diversidad y biodiversidad lingüística
y cultural no es solo de correlación sino que también es casual. Quizás no tan
directamente, pero la repercusión es que la diversidad lingüística y cultural puede ser
decisiva mediando variables para sostener la biodiversidad en sí misma y viceversa

Por ejemplo, más de 40.000 plantas comestibles fueron conocidas por los habitantes
aborígenes de Australia del Sur, y de ellas muy pocas son ahora usadas por los
inmigrantes europeos, quienes ni las han lexicalizado ni utilizado. Esto conduce a su
desaparición y quizás a su eliminación, ya que son vistas como “malas hierbas”.

Skutnabb-Kangas hace una larga disquisición sobre cómo la co-evolución ambiental-


humana trabaja en la lengua y cultura Sami del norte de Finlandia y Noruega. Afirma
que el requisito previo para que el cazador viva de la naturaleza es tener un
conocimiento profundo del paisaje y, para que esto sea transmitido a las futuras
generaciones, la lengua debe tener expresiones exactas y términos precisos para
aquellos conceptos que son importantes para sustentar la vida. Del mismo modo, un
vocabulario extenso permite describir y recordar los paisajes y los lugares de ríos y
lagos cuando se conversa sobre la caza y la pesca. La colonización es descrita como
uno de las formas abruptas con la cual dichos conocimientos pueden desaparecer.
EN TÉRMINOS GENERALES, es evidente cuánto en común existe entre diversidad
biológica y diversidad lingüística: el número de variedades se concentran en lugares
similares, y más ominosamente las actividades de unas pocas especies o los idiomas
pueden tener consecuencias negativas. Así como, por ejemplo, el sapo de caña (o sapo
neotropical gigante o sapo marino) introducido en Australia se está extendiendo
inexorablemente y acabando con la fauna local, los monocultivos de origen
euroasiático como el trigo, la cebada y el ganado están sustituyendo a una profusión
de especies locales. Entonces lenguas como el inglés, el español y chino se están
esparciendo a expensas de los dialectos y lenguas locales. La desaparición de cientos
de especies de peces, aves y otras formas de vida junto con sus nombres y las formas
conexas de conocimiento de su hábitat y comportamiento, representa una enorme
pérdida para la ciencia, precisamente en el momento en que más nos urge gestionar
los ecosistemas locales con mayor eficiencia.

Harmon escribe de forma más expresiva sobre todo lo que es un futuro con menos
diversidad: “Es perfectamente concebible que la vida en la Tierra pudo haber
evolucionado con el fin de presentarnos condiciones mucho más cercanas a aquellas
que, por ejemplo, vive un prisionero que está en solitario confinamiento.

En lugar de un mundo provisto de millones de especies, miles de lenguas y otras


distinciones culturales y un paisaje extremadamente variado, tal vez podríamos haber
tenido uno mucho más árido. Podríamos haber nacido en un mundo poblado por
estorninos y malezas, donde cada persona hablara y se vistiera y comiera y comportara
más o menos igual, donde cada campo y ciudad se viera muy parecida a cualquier
otra…

Pero fuimos afortunados. Tenemos el mundo que tenemos. El que hemos heredado es
verdaderamente, incluso aún ahora, un mundo diverso. En su corazón es una paradoja:
los seres humanos necesitamos igualdad, pero ser humano significa que primero
necesitamos verdaderos y ricos depósitos de diversidad biocultural para extraer de
ellos. Si continuamos actuando de forma que se destruya la diversidad, de alguna
manera la vida puede continuar, pero nuestra vitalidad - nuestro único sentimiento
humano de lo que supuestamente es la vida - se extinguirá”.

Articulo disponible en: http://www.compasla.org/articulos/31-artisculos/133-


diversidad-biocultural.html
¿Por qué salvar las lenguas?
Los retos de la diversidad lingüística

Una lengua muere cada quince días, en algún sitio. Pero ¿por qué es tan importante
salvaguardar la diversidad lingüística? ¿Que perdemos cuando desaparece una lengua?

LAS LENGUAS PARA SALVAGUARDAR CONOCIMIENTOS

La desaparición de una lengua no es solo una pérdida para la comunidad de sus


locutores, sino también para nuestro conocimiento humano común de las
matemáticas, de la biología, de la geografía, de la filosofía, de la agricultura y de la
lingüística.

David Harrison, lingüista estadounidense

Una lengua es mucho más que un instrumento de comunicación, es también el vector de una
manera de pensar, de una cultura, el depositario de la historia de un pueblo, de una mitología,
de una cosmogonía, de una música… No sólo se pierden las palabras con una lengua, sino
también una mirada sobre el mundo.
Por otro lado, las miles de lenguas que contabiliza hoy el planeta son los receptáculos de
conocimientos importantes para el resto de la humanidad : por ejemplo, algunos científicos
consideran que más del 80% de la flora mundial es aún desconocida para los Occidentales,
aunque los locutores de lenguas en peligro conocen y utilizan esas plantas, especialmente en
sus medicinas tradicionales.
¿Quien sabe que el curare, hoy utilizado universalmente en anestesia, solo ha sido conocido
por los Europeos en el siglo XVI, cuando la conquista española de America del Sur puso en
contacto a los colonos con los cazadores autóctonos que utilizaban esos extractos de plantas
desde la noche de los tiempos ?
¿Quien sabe que la quinina viene del polvo de quinquina, utilizada por los Incas para aliviar la
malaria y traída del Perú por los jesuitas solo en el siglo XVIII?
¿Quien sabe que un cuarto de los medicamentos prescritos hoy en día en los Estados Unidos
es derivado de plantas que llegan de selvas tropicales?
Acá, estamos lejos del folclore o de lo pintoresco. Aquellos conocimientos son nuestra riqueza,
desde Bruselas hasta Lambarene, desde Pekín hasta Antigua. Son útiles al conjunto de la
humanidad y es capital actuar antes de que desaparezcan.

LAS LENGUAS PARA LOGRAR UNA MEJOR EDUCACIÓN

“Cada niño que enseñamos, es un hombre que ganamos”


Victor Hugo

“Debemos afirmar con fuerza que pretender enseñar a un niño a leer y escribir en
una lengua que no habla es simplemente condenarlo al analfabetismo”.
Alain Bentolila, lingüista, Paris V, Sorbonne

Los países en desarrollo son generalmente los países en los cuales se encuentra la diversidad
lingüística más grande y también son los que deben seguir luchando por la alfabetización de
sus poblaciones.
Uno de los factores determinantes para el éxito de esas políticas de educación es la utilización
de la lengua materna : estudios llevados a cabo a través del mundo por diferentes organismos
muestran que alfabetizar un niño en su lengua de origen da excelentes resultado. Por el
contrario imponer desde un principio la escolarización en lengua nacional es una política que
conduce muchas veces al fracaso.
Tomando como base un informe de la UNICEF de 1999, el Banco Mundial lo afirma en el
Sourcebook for Poverty Reduction Strategies (2001):
“Numerosas búsquedas muestran que los alumnos aprenden más rápido a leer y a adquirir
nuevos conocimientos cuando han recibido una primera enseñanza en su lengua materna.
Ellos también aprenden más rápido una segunda lengua que los que han aprendido primero a
leer en una lengua que no les era familiar”.
Los lingüistas Thomas y Cullier (1997), que han conducido estudios a gran escala sobre este
asunto, son aún más precisos : los alumnos descendientes de minoridades lingüísticas que
habían recibido una instrucción avanzada en lengua materna en la escuela primaria tuvieron
los mejores resultados en lengua nacional en las pruebas nacionales estandardizados del
colegio.
El éxito en la escuela condiciona las oportunidades de mejora del nivel de vida de millones de
niños en el mundo porque una alfabetización lograda es el mejor recurso para no quedarse
atrás de la globalización.
En el terreno económico, le abre las puertas de un desarrollo controlado.
En el terreno de la salud, contribuye a dar acceso a los medicamentos y es una muralla contra
la propagación de enfermedades como el Sida.
Extracto de “Les Langues en danger”,
in Mémoires de la Société de Linguistique de Paris, Claire Moyse-Faurie, 2000, p.101-
102
Se sabe (…) ahora los beneficios de una educación en lengua vernácula, como los resume Jeff
Siegel (1996) a partir de datos recogidos sobre diferentes políticas lingüísticas en curso en el
Pacifico Sur:
- los alumnos aprenden mejor en su lengua materna: no se puede aprender a leer y a escribir
una lengua antes de conocerla; también hay que dedicar tiempo al aprendizaje de la lengua
antes de alfabetizar;
- aún cuando el objetivo final del sistema educativo es aprender una segunda lengua, el
tiempo que uno pasa a aprender una lengua vernácula no es tiempo perdido; el dominio del
letrismo puede ser fácilmente transferido de una lengua a otra, y el aprendizaje de una
segunda lengua es facilitado cuando el dominio de la escritura y de la lectura esta adquirido
en la primera lengua;
- el beneficio vinculado al uso de la lengua vernácula en la escuela es doble: la adaptación del
niño a la escuela es mas fácil si el profesor habla la misma lengua que él; el desarrollo
cognitivo del niño es mas fácil si es capaz de utilizar su propia lengua para reflexionar y
expresarse;
- el beneficio es social : el hecho de hablar en la escuela la misma lengua que los padres
permite a estos seguir el aprendizaje de sus hijos y ayudarles, conversar de ello e implicarse
en la vida escolar;
- el beneficio es cultural: la educación en lengua vernácula garantiza que los niños no serán
marginalizados en su modo de vida ni alejados de su cultura, bajo la influencia ligada al
aprendizaje de otra lengua ; el uso de la lengua vernácula en el sistema educativo otorga a
esta última un valor simbólico, un prestigio, un papel en el desarrollo del país ; la educación
en lengua vernácula permite asegurar el mantenimiento de una lengua y de una cultura;
- el beneficio es financiero: constatamos que hay menos repeticiones y abandones en los
sistemas educativos bilingües.
(…)
Numerosos estudios se han conducidos en Oceanía sobre el uso de lenguas vernáculas con
fines educativos. Los más recientes llegan a las conclusiones siguientes:
- un niño necesita doce años a un niño para aprender a dominar una primera lengua;
- los niños mayores y los adolescentes aprenden más fácilmente una segunda lengua que los
niños pequeños;
- los niños que tuvieron la posibilidad de desarrollar el uso de su lengua materna aprenden
con mayor facilidad una segunda lengua que los que no tuvieron esta posibilidad.

LAS LENGUAS AL SERVICIO DEL DESARROLLO

“En África, las lenguas locales son las más adaptadas para difundir a gran escala las
informaciones concernientes a la salud, la prevención de las enfermedades, la
agricultura o la ganadería.”
Henry Tourneux, Director de investigación, CNRS

En el terreno de la salud, el uso de las lenguas autóctonas es una herramienta eficaz de lucha
contra las pandemias en muchos países en desarrollo. A decir verdad, ¿cómo pretender
prevenir el SIDA, luchar contra el paludismo o la tuberculosis, sin que las poblaciones a las
que se quiere llegar comprendan correctamente?
¿Cómo enseñar las técnicas de producción agrícola, de gestión del agua o de producción de
energía si los formadores hablan en ingles, o incluso en una lengua nacional que no hablan la
mayoría de los pobladores, por lo general poco o para nada escolarizados?
El dominio de las lenguas locales y su uso en el ámbito del desarrollo de un país es una
necesidad:

“Bajo estas condiciones las capacitaciones técnicas especificas se volverán armas


eficaces en la lucha contra la pobreza permitiendo a la mayoría de personas adquirir
las competencias necesarias para mejorar sus condiciones de vida.”
Issa Douallo, Investigador, Burkina-Faso
LAS LENGUAS PARA UN ORGULLO RECOBRADO

La diversidad cultural es una gran riqueza para los individuos y las sociedades. La
protección, la promoción y el mantenimiento de la diversidad cultural son una
condición esencial para un desarrollo sostenible a causa de las generaciones futuras.
Convención de la UNESCO, articulo 2

A través del mundo, de Brasil a Siberia, de Canadá a las islas del Pacifico, de Australia a
Groenlandia, los daños provocados por la deculturación de las poblaciones autóctonas son
ahora bien conocidos: alcoholismo, toxicomanía, suicidio, violencias familiares, problemas
psiquiátricos, desintegración del tejido social,… Todos estos males podrían resumirse en unas
palabras: dificultades de adaptación.
Pero ¿como podría ser diferente?
Durante algunos decenios, o algunos años, los pueblos tuvieron que enfrentar cambios
radicales : perdieron sus tierras, sus valores, su cultura y muchas veces hasta su lengua. Los
equilibrios se rompieron y poblaciones enteras fueron privadas de referencias. Desvaloradas,
rebajadas, marginalizadas, humilladas, las poblaciones se han zozobrado muchas veces en los
defectos que generan la perdida de estima personal, la perdida de confianza en sí mismo y en
el resto del mundo.
Un informe del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (febrero 2008) no duda en
hablar de “crimen contra la humanidad”.
Permitir a esos pueblos recobrar su lengua y su cultura, proclamar que estas culturas y estas
lenguas tienen validez propia es ayudarles a recobrar el orgullo perdido para salir del círculo
de la autodestrucción.

LAS LENGUAS Y LA PAZ

La idea que sugiere que la existencia de una sóla lengua traería la paz, sea cual sea
es un mito absoluto.
David Crystal, lingüista británico
En un contexto de globalización frecuentemente mal aceptado, nuevos conflictos explotan
periódicamente. Esas guerras lejanas son muchas veces presentadas como el resultado de
conflictos étnicos, y algunos no dudan en sacar conclusiones prematuras sobre la pertinencia
de la uniformización de las culturas y de la imposición de una lengua única para evitar tales
enfrentamientos.

Sin embargo, la realidad de los hechos tiende a demostrar lo contrario, y el lingüista David
Crystal habla así de “(…) la ingenuidad de la idea según la cual el uso de una única lengua es
una garantía de comprensión recíproca y de paz, un mundo de nuevas alianzas y de
solidaridad global. Los ejemplos que muestran lo contrario son tan numerosos que sería
imposible citarlos todos. Basta con constatar que los más grandes países monolingües del
mundo tuvieron sus guerras civiles y que cuando nos fijamos en las zonas de guerras en el
mundo durante los últimos decenios del siglo XX, es impresionante ver que muchos de ellos
son países esencialmente monolingües, (…) Rwanda y Burundi (…) se destacán en África
precisamente por su ausencia de multilinguismo”.
A decir verdad, uno de los conflictos más sangrientos del siglo XX ocurrió en Rwanda : los
Tutsis y los Hutus hablaban la misma lengua y eso no les impedía matarse unos a otros. Por el
contrario, Vanuatu cuenta con la mayor diversidad lingüística del mundo, una centena de
lenguas por 200 000 habitantes y nunca escuchamos hablar de guerra en este país…
Parece entonces más realista considerar que, en todo el mundo, reconocer las diferenciasel
otro permite evitar conflictos, aunque la falta de respeto de la cultura del otro y el intento de
imposición de culturas dominantes atiza el resentimiento, a veces el odio y puede terminar
engendrando la violencia, el conflicto y la guerra.

LAS LENGUAS TAN ESENCIALES COMO EL PATRIMONIO MATERIAL

Una lengua es tan importante como una catedral.


Michel Launey, director de investigación al IRD, Guyana

Hoy día, muchas acciones son desplegadas por todo el mundo para salvar obras de arte,
monumentos, sitios históricos, etc.
En todas partes se considera importante restaurar talo cual obra de museo, clasificar tal o cual
pueblo anciano “patrimonio de la humanidad” y asegurarse de que no desaparezca tal o cual
sitio arqueológico.
Todos esos programas de preservación existen porque los seres humanos son conscientes de
la necesidad de transmitir lo que han aprendido, imaginado, construido a lo largo de los siglos,
porque el conocimiento y la experiencia deben ser perpetuados, porque sin el pasado el futuro
se encuentra empobrecido.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre piedras y lenguas, entre lienzos y cuentos? ¿cuál es la
diferencia entre producciones materiales y producciones inmateriales? Unas y otras son el
fruto de la imaginación y del ingenio humano. Como los monumentos, las lenguas del mundo
son obras que tenemos que preservar : ellas son nuestra herencia común, ellas han
atravesado los siglos y los milenios, ellas fueron transmitidas a nosotros de generación en
generación y es nuestro deber no dejar desaparecer esa parte inmensa de nuestro patrimonio.

ALGUNAS INDICACIONES SOBRE LAS LENGUAS EN PELIGRO

La diversidad lingüística: una hecatombe anunciada


Se considera que hay unas 6000 lenguas habladas hoy en todo el planeta, pero la mitad de
ellas morirá probablemente a lo largo de este siglo. Con esos idiomas, van a desaparecer
fragmentos enteros de las culturas de la humanidad.

La diversidad lingüística a lo largo de los siglos


Hasta las grandes conquistas de finales de siglo XV, el planeta contaba con una diversidad
lingüística mucho mas importante que actualmente. Luego, las oleadas de la colonización y los
perjuicios que han implicado (matanzas, deportaciones, enfermedades etc.), iniciaron el
proceso de empobrecimiento cultural y lingüístico.
A lo largo de los tres últimos siglos, centenas de lenguas han desaparecido de esa manera,
pero en el siglo XX las cosas se aceleraron, y se cuenta con que el siglo XXI sea el testigo de
un desastre sin vuelta atrás.
Ahora, la situación es verdaderamente dramática, y algunas cifras claves nos permiten darnos
cuenta de la emergencia.
- 500 lenguas están habladas por menos de 100 locutores;
- El 96% de las lenguas están habladas sólo por el 4% de la población mundial;
- Mas del 90% del contenido de Internet esta redactado en sólo 12 idiomas;
- Según la UNESCO, “en promedio desaparece una lengua cada dos semanas”;
- Así pues, el 50% de las lenguas existentes podrían desaparecer a lo largo de este siglo
según los científicos.

Repartición actual de las lenguas en el mundo


Aproximadamente la mitad de los 6000 idiomas aún hablados en el mundo están concentrados
en 6 Estados, que contabilizan cada uno más de 200 idiomas:
- Papúa-Nueva Guinea : aproximadamente 860
- Indonesia : aproximadamente 700
- Nigeria : aproximadamente 510
- India : aproximadamente 400
- Camerún : aproximadamente 280
- Republica del Congo : aproximadamente 215
Siguen después 11 países que contabilizan entre 100 y 200 idiomas: Australia, China, Estados
unidos, Brasil, Chad, Filipinas, Sudán, Tanzania, Malasia, le Nepal y Vanuatu.

Algunos ejemplos:
Australia
Hasta la llegada de los colonos en el siglo XVIII, alrededor de 250 lenguas aborígenes se
hablaban en Australia. 100 de ellas han desaparecido totalmente, 140 son habladas
principalmente por ancianos, y sólo 12 siguen vivas y habladas por los niños.
América Latina
La hecatombe de los idiomas fue considerable después de la colonización de México: el 90%
de la población indígena desapareció.
En la época precolombina, existían 1200 idiomas en Brasil. Hoy solo quedan 170, y la mayor
parte de ellos en vía de extinción. Cerca de la mitad de estas lenguas, situadas en regiones
poco accesibles, aún no han sido estudiadas.
En Uruguay, la población indígena desapareció en su totalidad y ningún idioma indio indígena
ha subsistido.
América del Norte
Se contabilizaba aproximadamente 600 o 700 idiomas antes de la llegada de los europeos. En
medio del siglo XX, sólo quedaban 213. Con la generalización del inglés como lengua de
comunicación global, esta cifra no ha dejado de caer desde hace 50 años y solo uno de esos
idiomas ya no es considerado hoy día como amenazado : el kalaallisut (idioma inuit, de la
familia de los idiomas Eskimo-aleútes) en Groenlandia.
África
África contabiliza hoy aproximadamente 2 000 idiomas o sea alrededor de un tercio de las
lenguas del mundo. Al menos 200 de ellas están muriéndose.
Europa
La familia de los idiomas célticos (irlandés, escocés, galés, córnico y el bretón) es el único
grupo dentro de las lenguas indo-europeas que se halla en peligro en su totalidad, aunque hay
más de cuarenta idiomas indo-europeos en peligro . Otro grupo que corre el riesgo de
extinguirse en su totalidad, es el de las lenguas sami (a veces consideradas como un conjunto
de dialectos), que pertenecen a la familia de las lenguas urales. Otras veinte lenguas urales
están en peligro también. A estas lenguas hay que añadir el eusquera (el idioma vasco), que
no pertenece a ninguna familia catalogada.
Hasta el año 1826, el bretón estaba hablado por más de un millón de personas. Ahora, solo
quedan 200 000 y la mayor parte de los locutores tiene más de 60 años. El bretón está
clasificado por la UNESCO como “lengua en gran peligro”.

Disponible en: http://www.sorosoro.org/es/las-lenguas-en-peligro/por-que-salvar-las-lenguas

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